Resumenes Texto Castells
Resumenes Texto Castells
La conclusión del primer volumen de *La era de la información: economía, sociedad y cultura* de
Manuel Castells, titulado *La sociedad red*, se centra en los cambios estructurales que las
tecnologías de la información han introducido en las esferas de la economía, la cultura y la
sociedad. Castells ofrece una visión crítica y profunda sobre cómo la transformación digital ha
impactado la manera en que la sociedad está organizada, y explora cómo estos cambios
tecnológicos llevan a la creación de un nuevo tipo de sociedad que él denomina “sociedad red”. A
continuación, se explican detalladamente algunos de los conceptos principales abordados en la
conclusión.
Castells explora cómo la economía se ha convertido en global y cómo este cambio está
estrechamente relacionado con el surgimiento de las TIC. La información y el conocimiento se
convierten en los principales recursos productivos, superando la importancia de los recursos
físicos tradicionales como la tierra o el trabajo físico. La economía basada en redes y digitalización
permite a las empresas operar y distribuir sus actividades a nivel global, optimizando recursos y
costes. Así, los mercados financieros, el comercio y las cadenas de producción están integrados en
redes mundiales, aumentando la interdependencia entre naciones y acelerando el ritmo de los
intercambios económicos. Sin embargo, esta globalización económica también plantea riesgos de
exclusión social y económica para quienes no tienen acceso a estas redes de información.
Otro punto clave en la conclusión de Castells es el análisis del poder en la sociedad red. En este
contexto, el poder ya no se concentra únicamente en los estados nacionales o instituciones
tradicionales, sino que fluye a través de redes globales en las que participan empresas
multinacionales, organizaciones no gubernamentales y hasta movimientos sociales. Según Castells,
el poder radica en el control de la comunicación y el acceso a la información. Las empresas
tecnológicas y los actores con acceso a datos e infraestructura de comunicación tienen una gran
influencia en la configuración de las relaciones de poder, lo que puede repercutir en temas de
privacidad, derechos digitales y vigilancia. Esto plantea preguntas sobre la soberanía y el control
democrático en un mundo donde el poder es cada vez más difuso y distribuido.
La conclusión también aborda el impacto cultural de la sociedad red. Castells sugiere que, en esta
nueva era, la identidad se convierte en una cuestión central, ya que las redes globales crean una
cultura compartida y estandarizada en gran medida por los medios de comunicación y el flujo de
información digital. Sin embargo, este fenómeno también genera tensiones, ya que las personas
buscan reafirmar su identidad en un mundo globalizado que tiende a la homogeneización cultural.
Esto da lugar a movimientos que reivindican la autonomía y las diferencias culturales, ya que
muchas personas se sienten desconectadas de la "cultura global" impuesta y buscan pertenencia a
través de identidades locales o específicas.
Finalmente, Castells analiza las repercusiones sociales de esta transición hacia una sociedad
basada en redes. Mientras que la digitalización y la conectividad crean oportunidades para
muchos, también amplían las brechas sociales, creando lo que Castells llama “exclusión digital”. En
un mundo interconectado, las personas y comunidades sin acceso a las TIC quedan marginadas,
enfrentándose a barreras para participar en la economía global y en la vida cívica. La exclusión
digital se convierte en un tema crucial, ya que perpetúa y profundiza las desigualdades sociales
existentes, y plantea un desafío para los gobiernos y la sociedad en cuanto a garantizar que todos
tengan acceso y las habilidades necesarias para beneficiarse de la sociedad red.
Conclusión Final
Este análisis de Castells sirve como una advertencia y un llamado a adaptar las instituciones y los
valores sociales para poder enfrentar los retos de una era dominada por la información y las redes
globales.
2. PROLOGO: LA RED Y EL YO.
El concepto de "sociedad red" es clave para entender el enfoque de Castells. Este término describe
la forma en que la tecnología de la información ha transformado la organización de la sociedad. En
lugar de estructuras jerárquicas, la sociedad actual se configura en redes de información flexibles y
globales que permiten interacciones y flujos de datos a gran escala. Castells subraya que, a
diferencia de épocas anteriores, en las que la organización era centralizada (como en la sociedad
industrial), ahora las redes se distribuyen de manera horizontal, lo cual fomenta la interconexión
global, la eficiencia y la adaptabilidad. Sin embargo, esta flexibilidad también trae fragmentación y
desigualdad, ya que no todas las personas o entidades tienen igual acceso a estas redes.
Otro aspecto fundamental que Castells menciona es la globalización impulsada por la economía de
la información. Explica cómo la economía se basa en redes globales que conectan diversos
sectores, desde la producción y la distribución hasta los servicios financieros y la tecnología. En
este contexto, las empresas y los países más integrados en estas redes tienden a obtener
beneficios significativos, mientras que aquellos que quedan al margen pueden experimentar
aislamiento y subdesarrollo. La economía global se estructura en torno a flujos de capital,
información y producción que atraviesan fronteras, de manera que la riqueza y el poder se
concentran en aquellos actores que tienen acceso a la información y control sobre las redes.
Castells dedica una parte importante del prólogo a la cuestión de la identidad, un aspecto crucial
para entender la dinámica social en la era de la información. Argumenta que la globalización y la
cultura digital han hecho que la identidad individual se vuelva más compleja y fragmentada. Frente
a la homogeneización cultural que conlleva la globalización, muchas personas y comunidades
buscan afirmar su identidad particular, generando una tensión entre la red global y el "yo" local o
individual. Estas identidades pueden manifestarse de múltiples maneras: a través de movimientos
nacionalistas, étnicos, religiosos o incluso subculturas digitales, que crean comunidades de sentido
y pertenencia.
4. El Poder en la Sociedad Red
El poder, en la sociedad red, se organiza también de forma distribuida y, según Castells, reside en
la capacidad de controlar y acceder a la información. Los que tienen el poder de estructurar las
redes y filtrar la información tienen una ventaja considerable en términos de influencia política,
económica y cultural. En este sentido, el poder ya no es monopolio de los gobiernos o de los
actores tradicionales, sino que ahora incluye también a las grandes empresas de tecnología y a
otros actores globales que controlan la infraestructura de la comunicación. Esta descentralización
del poder plantea nuevos retos en términos de gobernabilidad, ya que los actores con mayor
acceso a la información pueden tener más influencia que las instituciones tradicionales.
Finalmente, Castells reflexiona sobre las implicaciones éticas de la sociedad red. Argumenta que, si
bien la red ofrece beneficios en términos de acceso a información y conexiones, también plantea
dilemas éticos y sociales: la exclusión digital, la pérdida de privacidad y el control que unos pocos
pueden tener sobre la mayoría a través de la tecnología. La capacidad de las redes para recolectar
datos y vigilar comportamientos individuales plantea cuestiones sobre hasta qué punto se respeta
la libertad individual y la autonomía de las personas en este nuevo contexto.
En *La red y el yo*, Castells plantea las bases de su análisis sobre la sociedad contemporánea,
destacando cómo la tecnología y la globalización han alterado profundamente el tejido social y la
identidad individual. La sociedad red representa una estructura flexible y eficaz, pero también
fragmentada y desigual, donde el "yo" busca afirmar su identidad en un mundo dominado por
redes globales. Para Castells, este cambio es inevitable, y aunque conlleva grandes oportunidades,
también trae consigo riesgos y desafíos que deben ser abordados si queremos una sociedad justa
e inclusiva. El prólogo invita a reflexionar sobre el papel de la tecnología en nuestras vidas y sobre
cómo encontrar un equilibrio entre la integración en la red global y la preservación de nuestra
identidad individual.
3. CONCLUSION - EL CAMBIO SOCIAL EN LA SOCIEDAD RED.
Para Castells, la identidad es una fuerza poderosa en la sociedad red, ya que proporciona un
sentido de pertenencia y propósito a las personas en un mundo cada vez más fragmentado. En
respuesta a la homogeneización cultural promovida por las redes globales, muchas personas y
grupos buscan reafirmar su identidad, ya sea en términos de nacionalidad, etnia, religión o género.
Esto da lugar a movimientos sociales que defienden sus particularidades y resisten la presión de
conformarse a una cultura global dominante. Castells clasifica estos movimientos en dos tipos
principales:
En la conclusión, Castells estudia en detalle cómo los movimientos sociales en la sociedad red no
solo reaccionan a las desigualdades económicas o políticas, sino que también defienden aspectos
culturales y de identidad. Explica que los movimientos sociales en esta era digital tienden a tener
tres características:
Estos movimientos, según Castells, desafían las estructuras de poder tradicionales y tienen el
potencial de cambiar profundamente la sociedad, aunque también enfrentan el riesgo de
fragmentación y falta de coordinación.
6. El Futuro de la Sociedad Red y el Cambio Social
Castells concluye sugiriendo que el cambio social en la sociedad red es inevitable y que las
instituciones y los valores de la sociedad deben adaptarse a esta nueva realidad. La globalización,
la digitalización y la estructura en red son fuerzas que continuarán transformando las relaciones
de poder, la identidad y la cultura. Sin embargo, Castells advierte que si estos cambios no se
gestionan con una visión de equidad y justicia, se corre el riesgo de profundizar las desigualdades y
la exclusión social. La conclusión enfatiza la necesidad de una comprensión crítica de la tecnología
y de la sociedad red para construir un futuro más justo e inclusivo.
Resumen Final
En la conclusión de *El poder de la identidad*, Castells nos ofrece una reflexión sobre el cambio
social en la sociedad red, argumentando que la tecnología y las redes de información han
transformado la economía, la cultura y la política de maneras profundas y permanentes. A través
de la lucha por la identidad, los movimientos sociales desafían las fuerzas de la globalización y
buscan crear un sentido de pertenencia y justicia en un mundo cada vez más interconectado. El
cambio social en la sociedad red, sugiere Castells, no se basa solo en cuestiones económicas o
políticas, sino en un complejo entramado de identidad y cultura, lo cual plantea tanto
oportunidades como riesgos para la sociedad en su conjunto.
4. INTRODUCCION: NUESTRO MUNDOS, NUESTRAS VIDAS.
Un tema central en esta introducción es la identidad y su relación con el cambio social. Castells
sostiene que, en la era de la globalización, muchas personas buscan proteger su identidad
personal o colectiva como respuesta a la homogeneización cultural. Para algunos, la identidad se
convierte en una forma de resistencia frente a las fuerzas de cambio que trae la sociedad red. En
este contexto, la identidad se transforma en una fuente de significado y pertenencia para las
personas, especialmente cuando el sistema global no satisface sus necesidades o cuando perciben
una pérdida de autonomía y control sobre sus propias vidas. Estas tensiones crean una paradoja,
ya que, aunque la sociedad red promueve una cultura global, también impulsa a la gente a
reafirmar su individualidad y sus valores locales o tradicionales.
Castells señala que el estado-nación, que solía ser el principal referente de identidad colectiva y el
centro del poder político, se ve debilitado en la sociedad red. La globalización ha fragmentado la
autoridad de los estados, ya que ahora existen actores transnacionales y corporaciones globales
que tienen gran influencia en la economía y en la sociedad. Además, la capacidad de los estados
para imponer sus leyes y regulaciones se ve limitada, y esto lleva a una crisis de legitimidad y de
poder. En este contexto, las personas recurren a identidades alternativas, como el nacionalismo, el
fundamentalismo religioso o las identidades locales, para llenar el vacío dejado por el estado.
Según Castells, esta fragmentación crea un entorno en el que coexisten identidades y valores
diferentes, lo que a su vez genera conflictos y desafíos para la cohesión social.
Castells aborda también el surgimiento de movimientos sociales en la sociedad red, que no solo
buscan cambios políticos o económicos, sino que a menudo luchan por la preservación y
afirmación de identidades específicas. Estos movimientos son, en muchos casos, una respuesta a
las fuerzas de la globalización y a la homogeneización cultural que ésta conlleva. Castells distingue
entre distintos tipos de movimientos, desde aquellos que luchan por una identidad específica,
como el nacionalismo, hasta los movimientos feministas, ecologistas o de derechos humanos, que
buscan construir una sociedad más inclusiva y justa. Estos movimientos aprovechan la tecnología
para organizarse y movilizarse, creando redes de comunicación que les permiten difundir sus
mensajes y coordinar acciones a nivel local y global.
La era de la información trae consigo el riesgo de la exclusión social, ya que no todos tienen el
mismo acceso a los recursos de la sociedad red, como la tecnología, la educación y las
oportunidades económicas. Castells señala que esto crea una "brecha digital" que acentúa las
desigualdades existentes y excluye a aquellos que no están conectados a la red global. Esta
exclusión no es solo económica, sino también cultural y social, y contribuye a la fragmentación de
la sociedad. Los conflictos identitarios surgen cuando los excluidos o marginados luchan por un
reconocimiento y un lugar dentro de la sociedad red. La marginación puede llevar a la
radicalización de ciertos grupos, que ven en la reafirmación de su identidad una forma de resistir a
la exclusión y el aislamiento.
Conclusión de la Introducción
En *Nuestro mundo, nuestras vidas*, Castells plantea los temas que desarrollará a lo largo del
volumen y ofrece una mirada profunda a las tensiones y conflictos generados en la sociedad red.
La tecnología y la globalización han creado un mundo interconectado, pero esta red también
genera desigualdades, fragmentación y conflictos de identidad. Castells muestra cómo, en este
nuevo contexto, la identidad se convierte en una herramienta fundamental para que las personas
encuentren significado y resistencia frente a los desafíos de la globalización y la digitalización. La
introducción destaca la importancia de entender estos procesos de cambio social para poder
construir un futuro más inclusivo y cohesivo en la sociedad global.
Este análisis de Castells nos invita a reflexionar sobre las complejidades de la vida en la sociedad
red y la necesidad de una comprensión profunda de las fuerzas que moldean nuestras vidas y
nuestras identidades en la era de la información.
5. CONCLUSION- ENTENDER NUESTRO MUNDO.
En la conclusión del tercer volumen de *La era de la información: economía, sociedad y cultura*,
titulado *Fin de milenio*, Manuel Castells ofrece una perspectiva global de los temas explorados a
lo largo de su obra y reflexiona sobre las transformaciones fundamentales de la sociedad
contemporánea. Esta conclusión, llamada *Entender nuestro mundo*, sintetiza las ideas clave
sobre los cambios sociales, económicos, culturales y tecnológicos que caracterizan la era de la
información, además de presentar una visión crítica sobre las contradicciones y desafíos que
enfrenta el mundo moderno. Castells aborda cuestiones como la globalización, la tecnología, las
identidades y el poder, intentando comprender cómo estos elementos configuran nuestro
presente y plantean retos para el futuro.
Castells explora cómo la globalización es una de las fuerzas motrices de la sociedad red,
permitiendo la integración de mercados, culturas y tecnologías a escala mundial. Sin embargo,
advierte sobre las contradicciones inherentes a este proceso: aunque la globalización crea
oportunidades de desarrollo económico y cultural, también profundiza las desigualdades entre las
regiones del mundo y dentro de las sociedades mismas. Las economías, que ahora dependen de
redes globales de producción y consumo, experimentan una alta interdependencia y volatilidad, lo
que genera inestabilidad para aquellos que no pueden competir o adaptarse rápidamente a los
cambios del mercado global. Castells señala que estas contradicciones generan tensiones sociales
y políticas, que se expresan en movimientos de resistencia y en el rechazo a ciertos aspectos de la
globalización.
La identidad es otro eje central en la conclusión de Castells, ya que las personas buscan sentido y
pertenencia en un mundo caracterizado por el cambio constante y la incertidumbre. En respuesta
a la globalización y a la presión de una cultura homogeneizadora, muchos individuos y
comunidades se aferran a sus identidades culturales, étnicas, religiosas o nacionales. Castells
argumenta que esta reafirmación de la identidad es una forma de resistencia frente a la pérdida
de autonomía y al anonimato que puede imponer la sociedad red. Sin embargo, también reconoce
que este fenómeno genera conflictos, ya que los grupos buscan afirmar su identidad en un
contexto global que promueve la integración. Para Castells, la identidad es una fuente de cohesión
y significado, pero también de conflicto y división.
En la sociedad contemporánea, los movimientos sociales se han convertido en actores clave que
responden a las contradicciones de la globalización y la sociedad red. Castells examina cómo estos
movimientos, que pueden ir desde el ecologismo hasta el feminismo y el activismo
antiglobalización, utilizan las redes de comunicación para organizarse y difundir sus mensajes.
Estos movimientos representan una forma de resistencia ante las desigualdades y el control
ejercido por los actores dominantes en la sociedad red. Castells observa que, aunque estos
movimientos tienen el potencial de generar cambios significativos, también enfrentan limitaciones
debido a su fragmentación y a la dificultad para consolidar una visión común en un contexto
global.
La globalización y la sociedad red han debilitado el papel tradicional del estado-nación, ya que las
fronteras y las jurisdicciones nacionales son cada vez menos relevantes en un mundo
interconectado. Castells explica que, en la sociedad red, el poder y la influencia se distribuyen en
redes transnacionales, lo que dificulta que los estados ejerzan control sobre sus economías y sus
sociedades. Los estados se ven limitados por las decisiones de actores globales, como las
corporaciones y los organismos financieros internacionales. Esta descentralización del poder
plantea un desafío para la gobernanza y la soberanía nacional, y crea un vacío de autoridad que,
en muchos casos, es llenado por actores privados o por movimientos sociales que buscan
representatividad.
Castells concluye la obra subrayando que la tecnología es la fuerza transformadora que impulsa a
la sociedad red y sugiere que esta tendencia continuará en el futuro. La innovación tecnológica en
campos como la inteligencia artificial, la biotecnología y la robótica promete cambiar aún más la
estructura de la sociedad y los modos de vida de las personas. Sin embargo, advierte que estos
desarrollos también plantean desafíos éticos y sociales, como la privacidad, el desempleo
tecnológico y el control de la información personal. Castells destaca la necesidad de una
regulación y un enfoque ético en el desarrollo de nuevas tecnologías para garantizar que estos
avances beneficien a toda la sociedad y no solo a una élite con acceso a los recursos y al poder en
la sociedad red.
Castells cierra la conclusión proponiendo una reflexión ética sobre la sociedad red y la
globalización. Argumenta que, si bien estas fuerzas han generado prosperidad y crecimiento en
muchas áreas, también han exacerbado las desigualdades y han llevado a una fragmentación
social. Para que el mundo sea un lugar más justo e inclusivo, es necesario que las instituciones y
los ciudadanos adopten una perspectiva ética que busque la inclusión social, la equidad y la
sostenibilidad. Castells señala que es crucial encontrar formas de integrar a aquellos que han sido
excluidos o marginalizados por la sociedad red, para reducir las tensiones y construir una sociedad
más cohesionada.
Resumen Final
En *Entender nuestro mundo*, Manuel Castells ofrece una visión comprensiva de los temas
tratados en su trilogía, destacando cómo la sociedad red redefine la estructura social, económica y
política en la era de la información. Examina las contradicciones de la globalización, la importancia
de la identidad y el poder, y el papel de los movimientos sociales en un mundo donde el acceso y
el control de la información son esenciales. Para Castells, la sociedad red representa tanto una
oportunidad como un riesgo, y sugiere que solo una visión ética y una política de inclusión pueden
transformar estos cambios estructurales en una base para un futuro más equitativo y sostenible.
6. INTRODUCCION: UN TIEMPO DE CAMBIO.
En la introducción del tercer volumen de *La era de la información: economía, sociedad y cultura*,
titulado *Fin de milenio*, Manuel Castells aborda los cambios radicales que caracterizan al mundo
contemporáneo. Titulada *Un tiempo de cambio*, esta introducción examina las
transformaciones sociales, económicas y culturales que configuran la sociedad actual. Castells
argumenta que el fin del milenio está marcado por una serie de procesos que alteran
profundamente la vida humana, como la globalización, la digitalización, la descomposición de
estructuras de poder tradicionales, y el surgimiento de nuevas identidades y movimientos sociales.
1. La Transformación de la Sociedad
Castells describe el período actual como una época de cambios profundos y rápidos, impulsados
por la revolución tecnológica y la digitalización de la economía. La tecnología de la información
permite una interconexión global que reorganiza los sistemas económicos, las relaciones de poder
y las estructuras culturales. Esta transformación es global, aunque afecta a las sociedades de
maneras distintas según sus contextos históricos, culturales y económicos. La sociedad se
convierte en una “sociedad red”, donde las redes de información y comunicación adquieren un
papel central en la organización de los procesos económicos y sociales. Castells sugiere que
entender estos cambios es crucial para comprender el mundo moderno.
2. La Globalización y su Impacto
La globalización es una de las principales fuerzas de cambio en esta nueva era, y para Castells,
tiene un impacto directo en la economía y la cultura. Describe cómo la economía se ha
globalizado, permitiendo que el capital, la producción y el consumo se organicen a escala
planetaria. Sin embargo, Castells advierte que la globalización no es igual para todos, ya que
mientras algunas regiones se integran con éxito en la economía global, otras quedan marginadas o
excluidas, creando una disparidad significativa entre los "conectados" y los "desconectados". Esto
da lugar a una economía global fragmentada, donde los flujos de información, capital y personas
se distribuyen de manera desigual, acentuando las diferencias entre regiones y dentro de las
sociedades.
Castells examina cómo el estado-nación, una estructura política que ha dominado durante siglos,
se encuentra en crisis en la era de la globalización. Los estados enfrentan dificultades para
mantener su autonomía y para ejercer control sobre sus economías y poblaciones, ya que el poder
económico y la influencia cultural trascienden las fronteras nacionales. En su lugar, surgen nuevas
formas de gobernanza y de poder, donde los actores transnacionales y las corporaciones globales
juegan un papel crucial. Esta pérdida de control por parte del estado-nación crea una tensión
entre la soberanía nacional y la integración global, lo que puede llevar a crisis de legitimidad y de
representación política.
4. El Poder en la Sociedad Red
Para Castells, el poder en la sociedad red se reconfigura, ya que deja de estar concentrado
exclusivamente en el estado y pasa a distribuirse en redes globales y en las grandes corporaciones
tecnológicas y financieras. Estas entidades transnacionales tienen la capacidad de influir en las
economías y culturas de diversas sociedades, afectando la vida cotidiana de millones de personas.
Castells explica que el poder en la sociedad red se basa en el control de la información y de las
redes de comunicación, y aquellos que controlan estos elementos tienen una influencia
significativa en los valores culturales y en la percepción de la realidad a nivel global.
La identidad se convierte en un aspecto crucial en esta era de cambio, ya que las personas buscan
pertenencia y significado en un mundo que perciben como inestable y fragmentado. Castells
observa que, en la sociedad red, la identidad es tanto una fuente de cohesión como de conflicto,
ya que los individuos y los grupos buscan preservar o redefinir sus identidades frente a la
globalización y la homogeneización cultural. Esta búsqueda de identidad se manifiesta en el
surgimiento de movimientos sociales y de proyectos de resistencia que buscan defender
particularidades culturales, religiosas o nacionales. Estos movimientos pueden ser vistos como una
respuesta a las fuerzas de la globalización y a la pérdida de identidad que muchos experimentan
en un mundo en constante cambio.
En la introducción, Castells también advierte sobre los riesgos de exclusión que surgen en la
sociedad red. Aunque la tecnología permite una interconexión global, no todas las personas tienen
acceso a los recursos necesarios para participar en esta red. Esta desigualdad crea una "brecha
digital" que excluye a aquellos sin acceso a la tecnología o sin los conocimientos para usarla,
aumentando las desigualdades sociales y económicas. Castells resalta que esta exclusión digital es
tanto una cuestión económica como cultural, ya que quienes están excluidos no solo carecen de
oportunidades económicas, sino también de acceso a la información y a la cultura global.
Castells concluye esta introducción sugiriendo que el cambio social en la era de la información
también representa una crisis para los valores de la modernidad, como el racionalismo, el
progreso y la ciencia. Las estructuras y los valores que definieron la era moderna están siendo
cuestionados y sustituidos por nuevas formas de entender el mundo. Estas nuevas visiones
abarcan desde el resurgimiento de valores tradicionales o religiosos hasta la creación de
subculturas digitales y movimientos alternativos. La búsqueda de sentido en un mundo incierto
impulsa a las personas a explorar nuevas identidades, cosmovisiones y formas de organización que
puedan ofrecerles una estabilidad en medio del cambio.
Resumen Final
En *Un tiempo de cambio*, Manuel Castells presenta una reflexión sobre los profundos cambios
que caracterizan a la sociedad contemporánea y cómo estos afectan la vida individual y colectiva.
Explica que la globalización, la tecnología, la crisis del estado-nación y la fragmentación de
identidades son los elementos que definen esta nueva era, llamada sociedad red. Castells advierte
que estos cambios traen tanto oportunidades como desafíos, pues permiten una interconexión sin
precedentes pero también generan desigualdades y conflictos. La introducción sugiere que para
entender y abordar estos problemas es necesario reconocer el papel central de la tecnología y de
las redes en la configuración de nuestro mundo, y llama a reflexionar sobre cómo construir una
sociedad más inclusiva en esta era de transformación global.