Text 1
El valor de las cosas depende de la cantidad de trabajo necesario para fabricarlas y
llevarlas al mercado, lo que incluye todos los trabajos necesarios en el medio como la
construcción del buque de transportes o de los edificios.
Cuando se aplica una mejora, cae el valor del producto ya que se requiere una cantidad
menor de trabajo para la producción, y por consiguiente este se cambiaría por una
cantidad menor de cosas.
Cuando las ganancias son altas o bajas, los salarios son bajos o altos.
El desarrollo del comercio exterior contribuirá poderosamente a aumentar la masa de
artículos disponibles, por consiguiente la suma de satisfacciones.
El comercio exterior, es muy beneficioso para un país toda vez que aumente la cantidad
y variedad de los objetos en que pueden gastarse las rentas y proporciona incentivos al
ahorro y acumulación del capital, (…)
Los beneficios dependen de los salarios, pero de los salarios reales, no de los nominales,
es decir, no del número de libras que se paguen anualmente al trabajador, sino del
número de días de trabajo necesarios para obtener esas libras.
La disminución en los salarios hace subir los beneficios, pero no produce efecto alguno
sobre el precio de las mercancías.
En un sistema de comercio perfectamente libre, cada país, dedica su capital y trabajo a
los empleos que le son más beneficiosos, utiliza más eficazmente las facultades
peculiares y distribuye el trabajo más eficaz y económicamente. Con esto difunde el
beneficio general, une por medio de los lazos del interés y el intercambio, la sociedad
universal de las naciones, ya que es más fácil importar aquellas cosas que cuestan más
producir y exportar aquellas que podemos producir más cómodamente (más beneficioso
aplicar todo el capital a aquello en lo que somos buenos produciendo, que a aquello que
nos cuesta más).
David Ricardo;       Principios de economía política y tributación, Ed John Murray,
Londres, 1817
Text 2
Los salarios vienen determinados por el enfrentamiento de intereses: los obreros desean ganar
el máximo posible, los dueños, dar el mínimo; los primeros están dispuestos a llegar a un
acuerdo para elevar los salarios, los segundos para bajarlos. (...)
El ingreso anual de toda sociedad es siempre precisamente igual al valor intercambiable de todo
el producto anual de su industria, (...). En consecuencia, ya que cada individuo trata, al máximo
posible; primero emplear su capital para hacer valer la industria nacional; y segundo dirigir esta
industria de manera que haga producir el mayor valor posible, cada individuo trabaja
necesariamente para devolver el mayor ingreso anual posible de la sociedad. En verdad, su
intención, en general, no es la de servir al interés público, ya que él mismo no sabe hasta qué
punto puede ser útil a la sociedad. Prefiriendo el éxito de la industria nacional al de la industria
extranjera, no piensa más que en darse personalmente una mayor seguridad; y dirigiendo esta
industria de manera que su producto tenga el máximo valor posible, no piensa más que en su
propia ganancia; (…) es guiado por una mano invisible hacia el cumplimiento de un fin que
nunca ha estado en sus intenciones; (…). Buscando sólo su interés personal, trabaja a menudo
de una manera mucho más eficaz para el interés de la sociedad, que si se lo hubiera puesto como
objetivo de su trabajo.
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                                     Adam Smith La riqueza de las naciones 1776
Text 3
       La màquina de vapor (1769) quedarà sempre associada al nom de James Watt.
Va ser una millora decisiva; va reduir el consum de combustible de la màquina i va
permetre utilitzar-la en quasi qualsevol lloc (...) El rendiment del combustible va passar
de menys d’un 1 % en la màquina de Newcomen a un 4,5 % aproximadament en la de
Watt (...) L’obra de Watt combinava el geni inventiu amb l’afany d’abaixar els costos.
El mateix Watt deia que «perseguia la construcció de màquines que foren barates i
bones» En la historia de la tecnologia, Watt és comparable a Pasteur en la biologia, a
Newton en la física o a Beethoven en la música.
J. MOKYR, La palanca de la riquesa, 1993
Text 4
“Lo que convencionalmente se denomina revolución agrícola es un fenómeno
localizable en un reducido número de países. Consolidada durante el siglo XVIII en
Inglaterra, extendida después a la fachada occidental europea y a regiones muy
delimitadas de Centroeuropa, como consecuencia de la disolución de los regímenes
señoriales, se caracteriza por una transformación radical de los sistemas de producción:
paulatina desaparición del barbecho y sustitución por la rotación de cultivos, que
incrementa el volumen de las cosechas; diversificación de cultivos en estrecha ligazón
co la expansión ganadera; ampliación del número de cerramientos y tendencia a la
concentración de parcelas para un uso más racional; incorporación de un nuevo
instrumental agrario, de maquinaria y abonos. Todo ello da como resultado un aumento
sostenido de productividad del excedente comercializable, estimulado por la demanda
de los núcleos urbanos que no dejan de crecer. En suma, la agricultura rompe
definitivamente el círculo vicioso del autoabastecimiento y se convierte en pieza básica
en la configuración de los mercados nacionales.”
A. Bahamonde. La revolución agrícola y la industrialización Ed/ Tudela1997. Gran
Historia Universal Vol. XXIII. 220 pp.
Text 5
        El algodón entonces era siempre entregado a domicilio, crudo como estaba en
bala, a las mujeres de los hiladores, que lo escaldaban, lo repulían y dejaban a punto
para la hilatura, y podían ganar ocho, diez o doce chelines a la semana, aun cocinando y
atendiendo a la familia. Pero en la actualidad nadie está empleado así, porque el algodón
es abierto por una máquina accionada a vapor, llamada el “diablo”; por lo que las
mujeres de los hiladores están desocupadas, a menos que vayan a la fábrica durante todo
el día por pocos chelines, cuatro o cinco a la semana, a la par que los muchachos. (…)
         Han entrado en uso las máquinas de vapor (…) La fuerza-vapor produce un
artículo más comerciable (aunque no mejor) que el pequeño maestro artesano era capaz
de producir al mismo precio: la consecuencia fue la ruina de éste último, y el capitalista
venido de la nada se gozó con su caída, porque era el único obstáculo existente entre él
y el control absoluto de la mano de obra (...).
Recuerdos de un hilador. Citado por Valerio Castronovo: La revolución industrial. Ed/
Oikos-Tau, S.A. Ediciones, 1989
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Text 6
Considerando aceptados mis postulados, afirmo que la capacidad de crecimiento de la
población es infinitamente mayor que la capacidad de la tierra para producir alimentos
para el hombre.
La Población, si no encuentra obstáculos, aumenta en progresión geométrica. Los
alimentos tan sólo aumentan en progresión aritmética. Basta con poseer las más
elementales nociones de números para poder apreciar la inmensa diferencia a favor de la
primera de estas dos fuerzas.
No veo manera por la que el hombre pueda eludir el peso de esta ley, que abarca y
penetra toda la naturaleza animada. Ninguna pretendida igualdad, ninguna
reglamentación agraria, por radical que sea, podrá eliminar, durante un siglo siquiera, la
presión de esta ley, que aparece, pues, como decididamente opuesta a la posible
existencia de una sociedad cuyos miembros puedan todos tener una vida de reposo,
felicidad y relativa holganza y no sientan ansiedad ante la dificultad de proveerse de los
medios de subsistencia que necesitan ellos y sus familias.
                              T. R. Malthus Primer ensayo sobre la población (1798)
Text 7
“Los dueños de las fábricas, ansiosos por mantener en funcionamiento sus máquinas día
y noche mientras la industria fuera próspera, ocupaban a hombres, mujeres y niños en
jornadas de trabajo de doce a dieciséis horas, de día y de noche.
Cuando comenzaba un período de dificultades económicas con baja en las ventas, los
empresarios no dudaban en deshacerse de la fuerza de trabajo: despedían a muchos
trabajadores, ya que en la puerta de la fábrica una larga fila de desocupados esperaba el
momento en que los propietarios de las fábricas decidieran poner nuevamente en
funcionamiento sus máquinas.
Cuando los patronos querían aumentar la producción hacían trabajar más duramente a
sus trabajadores. Cuando era necesario reducir la producción, despedían a un número
determinado de trabajadores o contrataban personal eventual para que trabajara sólo
unas cuantas semanas o meses a cambio de sueldos miserables.
Las jornadas diurnas y nocturnas, absurdamente largas, deben haber provocado una
disfunción en la eficacia de los trabajadores; durante algunas de estas interminables
horas, el trabajo debe haber dado resultados negativos en vez de positivos”.
                              Deane. La revolución Industrial en Gran Bretaña. 1953.
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Document 1
Duració dels viatges en Gran Bretanya entre 1750 i 1855
Document 2
Document 3
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Funcionamiento maquina de vapor
Document 4