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La Esencia de La Sabiduría de La Cabala-Pp 661-666

Kabala
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CABALÁ - LA CONDUCCIÓN DE LOS MUNDOS 661

La esencia de la sabiduría de la Cabalá

¿Qué es la sabiduría de la Cabalá? La sabiduría de la Cabalá en términos generales, trata


acerca de la revelación Divina, organizada en todos sus aspectos de lo que se revela en los
mundos y de lo que está por revelarse, en todos los aspectos que aún a veces posibilita el
exilio a los mundos, hasta el fin de las generaciones.

La finalidad de la creación

Partiendo del hecho que no existe una acción que no tenga algún motivo, por supuesto
que el El Nombre Bendito la tenía, el propósito de la creación que tenemos frente a nosotros
y como lo más importante de toda esta matizada realidad, es la sensación adquirida por los
animales, donde cada individuo siente su propia realidad – por cuanto se trata de la más
importante de las sensaciones, que es la sensación mental, que es dada solamente al hombre,
gracias a la cual él siente también al prójimo, sus sufrimientos y consuelos. Por lo tanto está
sobrentendido que si el Creador busca una finalidad en esta creación, he aquí que el portador
de este objetivo, es el hombre, y a él se refiere el dicho: “Toda acción del Señor es para él”.

Y aún hay que comprender: ¿para satisfacer qué necesidad substancial el Creador esta-
bleció este bien? Sino para elevarlo a un grado más respetable e importante, de manera que
sienta a su Dios, así como la sensación humana que ya le fue otorgado y, como sabe y siente
los deseos de su amigo, así comprenderá los caminos del Creador etc., así como está escrito
acerca de Moshé (Moisés) nuestro maestro el siervo del Señor: “Y habló el Señor a Moisés
cara a cara tal como si le hablara un hombre a su amigo”. Y todo hombre puede ser como
Moshé el buen pastor como es sabido. Y sin ninguna duda, todo aquel que observe la evo-
lución de la creación que tenemos frente a nosotros, entenderá y tendrá claro el gran placer
del Ejecutor, del que con Su obra crece y se desarrolla hasta que adquiere esa maravillosa
sensación, que le permite hablar y tratar con su Señor, cuando hable el uno con el otro.

De arriba hacia abajo (de lo superior a lo inferior)

Es sabido, que el fin del acto yace en el pensamiento inicial, porque el hombre antes de
comenzar a pensar la manera en que se construye una casa, él piensa en el asunto del cuarto
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de su casa, que es su real propósito, y luego de esto se interesa por los planos del edificio, de
tal manera que estén conforme a su propósito.

Así nuestro tema a tratar, después de explicar la claridad del propósito, junto con esto,
aclaramos el orden de la creación en su totalidad, en todos sus puntos y accesos y extende-
mos de antemano, un escrito organizado de todo, sólo de acuerdo a ese propósito para que
de este se desarrolle el género humano, de tal manera que se eleve en sus cualidades, hasta
que esté lo suficientemente preparado para sentir a la Divinidad, tal como la sensación de
sentir a su amigo.

He aquí que estas cualidades son como los peldaños de la escalera, listos y preparados gra-
do tras grado, hasta que se complete totalmente y consiga su propósito. Y tienes que saber,
que la cantidad y la calidad de estos peldaños tienen lugar en dos realidades que son: A) la
realidad de los objetos materiales; y, B) la realidad de las mentes espirituales, mismo que en
el idioma de la Cabalá se los denomina: de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba. Es de-
cir, que la realidad de los objetos materiales es el orden de la revelación de Su Luz, de arriba
hacia abajo. Desde el primer lugar de donde fue tallada la medida y la cantidad de la Luz,
de Su esencia, hasta la llegada de los Tzimtzumim (restricciones), restricción tras restricción,
hasta que se formó del mundo material y las creaciones materiales despreciables debajo de él.

De abajo hacia arriba (de lo inferior a lo superior)

Luego comienza el orden de abajo hacia arriba, que son todos los peldaños de la escalera
sobre los cuales evoluciona el género humano, escalando y subiendo, hasta que llega al pro-
pósito de la creación, tal como fue explicado anteriormente. Estas dos realidades se aclaran
detalladamente en la sabiduría de la Cabalá.

La cuestión acerca de la obligación de estudiar Cabalá

El litigante puede decir entonces, que toda esta sabiduría es un asunto para aquellos que
ya lograron algún grado de revelación divina; ¿y qué obligación y necesidad puede tener la
mayoría del pueblo por conocer esta elevada sabiduría?

Sin embargo existe una idea general aceptada por las multitudes, acerca de que lo principal
de la Torá y la religión, es un asunto acerca de la rectitud del acto solamente, en el que lo que
queramos depende del cumplimiento de las Mitzvot (preceptos) prácticas, sin ningún agre-
gado adicional que lo acompañe, o que se desprenda de él. Si es asunto hubiera sido así, por
supuesto que tiene razón el que dice que nos es suficiente con el estudio de lo que ha sido
revelado solamente, en relación a las cosas prácticas.

Pero no es así, ya lo dijeron nuestros sabios: “Y qué le importa al Kadosh Baruj Hu


(Todopoderoso) el que faena por el cuello o el que faena por la nuca, si las Mitzvot no se
entregaron sino para unir con ellas a la creación”. Y en vista que frente a ti existe otro
propósito, después del cumplimiento de los actos, ya que el acto es solamente la preparación
de este propósito. Por lo tanto está sobrentendido, de que si los actos no están ordenados con
un propósito determinado, es como si no existiera nada. Y así dijeron en el Zóhar que: “una
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Mitzvá (precepto) sin intención es como un cuerpo sin alma”, por lo tanto es necesario que
la intención acompañe al acto.

Además se entiende que la intención deberá ser una intención verdadera, digna del acto.
Por medio de lo que dijeron nuestros sabios acerca del verso: “Y los diferenciaré de los
otros pueblos para que sean para mí, para que vuestra diferencia sea mi nombre, de manera
que ningún hombre diga no comeré carne de cerdo, sino que diga comeré, y que haré y mi
Padre que está en los cielos me condenará”. Puesto que si nos abstenemos del cerdo por la
abominación que hay en él, o por la purificación corporal, esta intención no nos beneficia en
nada, como para ser considerado alguien que hace Mitzvot, excepto si dirigiere su intención
de manera correcta y especial, por cuanto fue la Torá quien prohibió. Y así con cada una de
las Mitzvot, y solamente entonces su cuerpo se irá purificando, debido al cumplimiento de
las Mitzvot, ya que es el propósito deseado.

De ser así no nos es suficiente estudiar la forma de realizar el acto, sino que tenemos que
estudiar esas cosas que nos llevan a la intención deseada, para cumplir todo por la fe en la
Torá y del que nos otorga la Torá, porque hay un juicio y un juez. Y es ingenuo el que no
entiende la fe en la Torá así como en el premio y el castigo, puesto que estos son un remedio
por demás grande, por lo cual se necesita un estudio exhaustivo de los libros correctos. De
tal manera que aun antes del acto, se necesitan estudios que incluyan el cuerpo para que se
acostumbre a la fe en el Creador, en su Torá y, en Su Providencia. Y acerca de esto nuestros
sabios dijeron: “Creé la inclinación al mal, Creé la Torá como condimento”, y no dijeron
Creé para él Mitzvot como condimento, porque “Tus garantes necesitan un garante”, ya que
la inclinación al mal, que desea el libertinaje y el librarse de la carga, no le permitirá cumplir
con las Mitzvot.

La Torá como condimento

Sólo la Torá es el condimento especial que anula y vence a la inclinación al mal, tal como
dijeron nuestros sabios: “La Luz que hay en ella los reforma”.

La mayor parte de la Torá es una referencia

Con esto se establece el por qué tenemos que leer detenidamente la Torá, en esas mismas
partes que no corresponden al acto, sino sólo a la referencia; es decir, la introducción de
Maasé Bereshit (el acto de la Creación) que corresponde a todo el libro de Bereshit (Génesis),
Shemot (Éxodo) y, la mayor parte de Devarim (Deuteronomio). Y ni qué decir de las Agadot
(relatos) y los Midrashim. Salvo para ser el objeto donde la Luz los envuelve. [Ya que] se pu-
rificará su cuerpo y vencerá a la inclinación al mal y, llegará a la fe en la Torá, al premio y el
castigo, el cual es el primer escalón para realizar la labor, tal como fue explicado.

La lámpara es una Mitzvá y la Torá es la Luz

Y como está dicho: “la lámpara es una Mitzvá (precepto) y la Torá es la Luz”, porque así
como el que tiene velas y no tiene luz para encenderlas se encuentra sentado en la oscuri-
dad, de igual manera el que tiene en sus manos las Mitzvot y no tiene la Torá, entonces está
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sentado en la oscuridad, debido a que la Torá es la luz con la que encienden e iluminan la
oscuridad del cuerpo, tal como está dicho.

No hay ningún acontecimiento de la Torá que se iguale a la medida de la Luz

De acuerdo a la especial cualidad de la Torá, es decir teniendo en cuenta la medida de la


Luz que lleva dentro, según esto por supuesto, debemos dividir a la Torá en grados; es decir,
de acuerdo a la medida de Luz que el hombre es capaz de recibir al estudiarla. Y está claro
que cuando el hombre piensa y se interesa en las cosas que tienen que ver con la Torá en lo
que se refiere a la revelación de Dios a nuestros antepasados, en función de esto, ellos traen
al interesado más Luz, en vista que él se interesa en asuntos prácticos. Más aún cuando los
asuntos prácticos son más importantes. Pero en cuanto a los asuntos de la Luz, por supuesto
que la revelación de Dios a nuestros antepasados es más importante. Y esto lo confesará toda
persona honesta que haya intentado pedir y recibir la Luz de la Torá.

El deber y el camino de la difusión de la sabiduría

Teniendo en cuenta que toda la sabiduría de la Cabalá habla acerca del secreto de la reve-
lación divina, queda sobreentendido que no tienes una sabiduría más importante y eficiente
en todas sus cualidades, ni siquiera algo parecido. Y a esto se referían los dueños de la Ca-
balá, al organizarla de manera que sea adecuada para poder ocuparse de ella. Y es así que
se sentaron y se ocuparon de ella, hasta el momento de ocultarla (y por motivos conocidos
estuvieron de acuerdo en archivarla), de todas maneras esto fue sólo por un tiempo conocido
y no, Dios no permita, para siempre, como dice el Zóhar: “El futuro de esta sabiduría no será
revelado sino al final de los días, [de manera que] incluso los jóvenes podrán mirarla”.

Según lo que hemos dicho resulta, que el asunto de esta sabiduría no está limitado por
el lenguaje de la sabiduría de la Cabalá, porque lo principal es la Luz espiritual, que sale y
descubre la Esencia de la Divinidad en el secreto de: “Envía relámpagos e irán y te dirán he-
nos aquí”; es decir, acerca de los dos caminos mencionados anteriormente: De arriba hacia
abajo y de abajo hacia arriba.

Y estos eslabones y grados, llegan y se expanden de acuerdo a un lenguaje acorde a ellos,


los cuales son en realidad las entidades de la creación y los dirigentes de este mundo que son
sus ramas. Porque “No tienes una brizna de hierba abajo que no tenga un ángel arriba, que
lo golpee y le diga, crece”, es decir que los mundos aparecen y se sellan unos de otros, como
sello y sellado, y todo lo que esto conlleva se comporta de la misma forma. Hasta el mundo
material, el cual es su última rama, sin embargo incluye el mundo superior a él, como sellado
por un sello.

Esto nos facilita entender, que es posible hablar de mundos superiores sólo de acuerdo a
sus ramas materiales inferiores, las cuales se desprenden de ellos o de sus directores, que es
el lenguaje del TaNaJ40. O según una ciencia exterior. O según la creación, que es el lenguaje
de los cabalistas. O según nombres convencionales, habiendo sido esta la costumbre de los
honorables cabalistas en la época del ocultamiento del Zóhar.
40 (N. del E.): Acróstico de las palabras: Torá, Neviim y, Ketuvim; es decir: La Torá, Profetas y, Escritos.
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Y es así como se ha explicado que la cuestión de la revelación de Dios no es algo que se


descubra de una sola vez, sino que es un asunto que se va descubriendo a lo largo del tiempo
suficiente como para descubrir todos los impresionantes niveles que se revelan de Arriba
hacia abajo y de abajo hacia Arriba, y al término de los cuales se les revela Dios. Es semejante
al hombre versado en todos los países y las creaciones del mundo, que no puede decir que
descubrió todo el mundo, sin antes haber terminado de observar a la última de las creaciones
y de los países. Y que mientras no llega a esto, entonces no alcanzó todo el mundo. Similar
a esto es el alcance del Creador, pues esto se da por caminos preparados de antemano, en los
que el que los pide, debe de alcanzar dichos caminos en un plano tanto superior como infe-
rior, y por supuesto en donde los mundos superiores es la cuestión principal, pero que sin
embargo, estos se pueden alcanzar solo juntos, porque no tienen diferencia de forma, sino de
materia, donde la materia del mundo más elevado, es la materia más pura.

No obstante las formas se apoyan unas a otras y, lo que se encuentra en el mundo supe-
rior, se encuentra obligatoriamente en los mundos que existen debajo de él, debido a que el
inferior se encuentra apoyado por él. Y sabe que aquellas realidades y sus conducciones, las
cuales consigue el que pide de Dios, son llamadas Madrigot (peldaños, niveles). Por cuanto
son ordenados por haber sido conseguidos, uno sobre otro, como peldaños de una escalera.

Expresiones espirituales

Lo espiritual no se puede imaginar y es por eso que no tiene letras con las cuales expre-
sarla. Incluso si decimos que Él es una Luz simple, la cual desciende y se extiende hacia
el que la pide, hasta que se reviste y se consigue en toda su altura, lo suficiente como para
revelar al Creador, esto también es un lenguaje metafórico: Y como todo lo llamado en el
mundo espiritual con el nombre de Luz, no se parece a la luz del sol o a la luz de la vela, y lo
que llamamos en el mundo espiritual con el nombre de luz, lo tomamos prestado de la mente
humana, ya que por su naturaleza, en el mismo momento en que aparece en el hombre una
pizca de duda, él descubre una especie de abundancia de luz y de placer, en todos los niveles
de su cuerpo, y es por esto que a veces nosotros decimos Luz de la mente, aún sin ser verdad.
Porque la luz que ilumina a esas mismas partes de la materia del cuerpo, que no es merece-
dora de recibir especulaciones resueltas, siendo por supuesto, algo menor que la mente. Por
lo tanto tampoco esos miembros inferiores y deficientes, pueden recibirlo y conseguirlo.

Y con todo esto, para que podamos darle algún nombre a la mente, nosotros lo denomi-
namos con el nombre de Luz de la mente, de la misma manera, nosotros denominamos los
detalles de la realidad de los mundos superiores con el nombre de Luces, al traerle al que las
consigue, abundancia de luz y placer en toda su altura, desde la cabeza hasta el fin. Y debido
a esto, somos merecedores de denominar a lo que se consigue con el nombre de Hitlabshut
(vestimenta), que es aquello que viste a esa Luz.

Y no hay que complicarse, por lo que es mejor denominarlas con nombres que utilizamos
para el intelecto, que son: referencia, comprensión, etc. ¿O es mejor expresarse con expresio-
nes que destaquen los resultados de la mente intelectual? Y la cuestión es, que no se parece
en nada a la forma de funcionamiento de la mente, porque la mente es una rama personal y
especial que se encuentra entre todas las partes de la realidad, y es por eso que utiliza formas
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especiales para aparecer. No así, la cuestión de los escalones, por ser un conjunto completo
que incluye todas las partes existentes en el mundo, cada una de las cuales tiene diferentes
caminos unas de otras. Generalmente el comprender el asunto de los peldaños se parece a la
comprensión del cuerpo de los animales; es decir, al momento en que alcanza alguna esencia,
puesto que alcanza la totalidad de la cabeza hasta su final.

Y si juzgamos de acuerdo a las leyes de la mente investigadora, debemos decir, que alcanzó
todo lo que tiene que alcanzar con respecto a esa esencia, y aún si meditase acerca de esto mil
años, no lo preferirá como una fibra de cabello.

Y a pesar de todo realmente se parece a… es decir, que ve todo y no entiende nada de lo


que ve, pero al verse obligado de conseguir más asuntos adicionales, lo cual es semejante a
Ibur, Yeniká y, Mojin, y al segundo Ibur, empezando entonces a sentir y a utilizar sus logros,
de todos lo que se encuentra en su deseo, realmente no agregará nada a sus logros de lo que
consiguió en un principio, sino en el aspecto del final de la madurez, ya que en ese momento
aún no había madurado, por lo tanto no lo había podido entender. En tanto que ahora con-
cluyó su madurez.

Y así puedes notar la gran diferencia que existe en la consecuencia de los caminos men-
tales, por lo tanto no nos son suficientes las definiciones que acostumbramos a utilizar con
respecto a las formas de expresión mentales, nosotros las debemos utilizar, sólo en la manera
en que acostumbramos a utilizar los objetos materiales, porque estos se parecen completa-
mente en su forma, aunque están lejos de la materia hasta el extremo.

Son cuatro los lenguajes utilizados por la sabiduría de la verdad

Son cuatro los lenguajes que son utilizados por la sabiduría (ciencia) de la verdad y ellos
son:

1. El lenguaje del TaNaJ, sus nombres y apelativos,

2. El lenguaje de la Halajá (código de leyes). Este lenguaje es muy similar


al lenguaje del TaNaJ.

3. El lenguaje de las Agadot (cuentos). Este está muy lejos del TaNaJ porque
no tiene para nada en cuenta a la realidad. A este lenguaje se le atribuyen
extraños nombres y apelativos y tampoco tiene en cuenta lo que se sabe
de la relación raíz-rama; y,

4. El lenguaje de las Sfirot y los Partzufim. En general existía una tendencia


entre los dueños de esta sabiduría, y era la de ocultarla de lo burdo de la
materia, porque según entendían, la sabiduría y la ética iban juntas; y es
por eso que los primeros maestros ocultaron la sabiduría escrita en líneas
y puntos, techo y pie, de donde nació el Álef-bet41 en la forma de las 22
letras que tenemos delante de nosotros.
41 (N. del E.): Se refiere al Alefato o Álef-bet hebreo que consta de 22(+5) letras para la escritura; desde la ‫א‬-Álef a la ‫ת‬-Tav y sus
correspondientes letras finales (+5). Toma el nombre de Álef-bet por causa de sus dos primeras letras, la Álef y la Bet.

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