Universidad Católica de Costa Rica Anselmo Llorente y Lafuente
Teología Pastoral IV: Teología del Compromiso Social I
Sebastián Hidalgo Mata
                                                 Informe de lectura:
                                    Encíclica “Rerum Novarum”, León XIII
Introducción
El presente documento es el resultado de la lectura y análisis del primer documento oficial del Magisterio
de la Iglesia sobre la cuestión social, la “Carta Encíclica Rerum Novarum sobre la situación de los
obreros”, la cual fue publicada el 5 de mayo de 1891 por el papa León XIII (1878-1903). La propuesta es
presentar un análisis del texto destacando algunos contenidos como el contexto de la carta, las enseñanzas
sociales esenciales, las principales fuentes empleadas -ya sean bíblicas, patrísticas o magisteriales, los
aportes relacionados con los componentes esenciales de la Doctrina Social de la Iglesia y la vigencia o
las limitaciones del documento; de modo que el estudiante, luego de este análisis crítico, pueda presentar
algunas conclusiones sobre esta carta magna del magisterio social de la Iglesia.
Análisis del texto
    1. Contexto
        Ya el título de la carta resulta bastante sugerente sobre el contexto histórico, político y social en el
        que se redacta la Rerum Novarum o “De las cosas nuevas”; efectivamente, la carta brota del deseo
        de León XIII de compendiar en una encíclica, las intervenciones que ya venía realizando ante la
        convulsa situación de la lucha de clases entre patronos y proletarios, atizada principalmente por
        los movimientos socialistas, en el caldo de cultivo de un escarnecido liberalismo económico que
        explotaba a la clase más vulnerable. Se trata de una época en la que, como describe Bio Gaidolfi,
        “se pensaba que la Iglesia únicamente se preocupaba de predicar resignación a los pobres y
        caridad a los ricos.”1 Al final de cuentas, la audacia del Papa de atacar de forma directa la raíz del
        problema obrero, provocó diversas reacciones, entre las cuales estuvo la del “nacimiento de una
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 BIO GAIDOLFI, C.M. La cuestión social desde la Rerum Novarum hasta la Octogesima Adveniens, “Revista Studium Veritatis”,
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        rama autónoma del derecho, no existente hasta ese entonces, que se dedicó a proteger al
        trabajador y a regular las situaciones surgidas de la relación entre obreros y patronos: el derecho
        laboral.”2
        En síntesis, el contexto de la Encíclica es el del siglo XIX, durante el cual se enfrentaban los efectos
        de la revolución francesa y la revolución industrial, en las que alcanza el culmen la modernidad
        ilustrada y -por tanto- la autonomía individualista del hombre y con ella la proclamación del lucro
        ilimitado con la cual se consagró la explotación del hombre por el hombre (cita Jaime). A dichos
        cambios se refiere el título de la Encíclica, así como a los confrontación del capitalismo y del
        socialismo; por este motivo León XIII se propone, en función de su “oficio apostólico”, “tratar de
        intento en esta encíclica la cuestión por entero, a fin de que resplandezcan los principios con que
        poder dirimir la contienda conforme lo piden la verdad y la justicia.”3
    2. Algunas enseñanzas sociales esenciales
             a. El derecho a la propiedad
                 El Papa León XIII, ya desde el inicio de la Encíclica, argumenta contra el socialismo, al
                 que de hecho culpa por la perturbación de las naciones. Parte del núcleo del socialismo que
                 consiste en la negación de la propiedad privada, pues considera que se trata de un derecho
                 legítimo del hombre inscrito inclusive en la ley natural. El traslado de este derecho a la
                 colectividad sumerge a la clase obrera en una miseria mayor y atenta contra la justicia pues
                 priva al hombre de un derecho adquirido con el fruto de sus trabajo.
                 Ahora bien, según la postura del Papa, el derecho a la propiedad privada no está fundada
                 en la propiedad como un derecho por encima del hombre (como en el liberalismo y el
                 capitalismo), sino como un derecho al servicio del hombre y de sus necesidades, así como
                 las de su familia y las de toda la sociedad, el carácter social es intrínseco al derecho a la
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  BIO GAIDOLFI, C.M. La cuestión social desde la Rerum Novarum hasta la Octogesima Adveniens, “Revista Studium Veritatis”,
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              propiedad. Al Estado, por su parte, no e es lícito desempeñar de forma arbitraria su función,
              violentando el derecho natural del hombre a poseer en privado y a heredar los bienes: “Y
              no hay por qué inmiscuir la providencia de la república, pues que el hombre es anterior a
              ella, y consiguientemente debió tener por naturaleza, antes de que se constituyera
              comunidad política alguna, el derecho de velar por su vida y por su cuerpo”. 4
           b. El capital y el trabajo
              Con respecto a la raíz del conflicto, el Papa sitúa estos dos aspectos como el origen de la
              situación social tan adversa del momento. Para proporcionar una solución León XIII afirma
              que lo primero es establecer que la condición humana debe ser respetada sobre todo lo
              demás, dicha condición implica la diversidad de habilidades y aptitudes en los hombres, lo
              cual explica la posición de cada uno en la sociedad; de este modo no se puede pretender
              una radical igualdad en detrimento de la vida común. Por lo tanto, es un gran error
              considerar a las clases como enemigas entre sí, sino que ambas se necesitan mutuamente,
              ya que ni el capital subsiste sin trabajo ni el trabajo sin capital.
              Ahora bien, de ambos elementos, la Carta se inclina por la dignidad del trabajo y lo hará
              en adelante toda la Doctrina Social de la Iglesia. El trabajo, en efecto, entre las fatigas
              humanas, no ha sido suprimido por Cristo, sino que ha sido constituido estímulo de virtudes
              y materia de merecimientos, de modo que las riquezas no aprovechan nada para la felicidad
              eterna, sino que la obstaculiza.
              En cuanto a los deberes, el Papa indica que corresponde a los proletarios cumplir íntegra y
              fielmente lo que por su propia libertad y con arreglo de justicia se haya estipulado sobre el
              trabajo, así como no dañar en modo alguno el capital o la persona de los patronos, también
              debe abstenerse de la violencia el defender sus derechos. En cuanto a los patronos, les
              indica el pontífice su deber de respetar en los obreros la dignidad de la persona de modo
              que no se trate a los obreros como cosas de lucro; también deben tener en cuenta las
              exigencias de la religión para el bien de las almas, asignar la cantidad y la forma justa del
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                trabajo y no defraudar a nadie en su salario, pues es un gran crimen que clama justicia ante
                Dios.
             c. El salario como justa retribución del trabajo
                El salario, naturalmente, se fija en función del trabajo, su horario y las condiciones del
                mismo; sin embargo, el tema del salario adquiere más fuerza cuando va ligado a los deberes
                del hombre para con su familia como sociedad doméstica. Afirma la Encíclica que “no hay
                ley humana que pueda quitar al hombre el derecho natural y primario de casarse, ni
                limitar, de cualquier modo que sea, la finalidad principal del matrimonio, instituido en el
                principio por la autoridad de Dios: «Creced y multiplicaos».”5 En este sentido, el salario
                debe establecerse en consideración de los derechos, deberes y necesidades propias de la
                familia como sociedad doméstica, donde el hombre vive su justa libertad de forma
                independiente de la potestad civil.
                A este asunto de la fijación del salario añade el Papa otros aspectos importante como lo
                son: la necesidad del descanso físico, los bienes del alma, el trabajo infantil, el trabajo de
                la mujer y las asociaciones de obreros como agrupaciones convenientes, cuyo fin sea velar
                por los bienes del cuerpo y del alma de sus miembros y de sus familias.
      3. Principales fuentes
                Es necesario señalar que llama la atención el escaso o nulo fundamento magisterial, el Papa
                se aboga más a la escritura y la escolástica. Podrían indicarse, entonces, dos fuentes
                principales:
                    •   Fuente bíblica: León XIII se sirve de la Escritura, tanto del Antiguo Testamento
                        como del Nuevo; sin embargo, pereciera que son las citas del Antiguo Testamento
                        las que tendrán un mayor peso argumentativo. Por ejemplo, al inicio de la Encíclica,
                        en el numeral 8, el Papa utiliza el la cita sobre el décimo mandamiento como
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                             demostración de que el derecho de la propiedad privada está ya atestiguado desde
                             el Antiguo Testamento y se encuentra además en boca del mismo Dios: “No
                             desearás la mujer de tu prójimo; ni la casa, ni el campo, ni la esclava, ni el buey,
                             ni el asno, ni nada de lo que es suyo.” (Dt 5, 21).
                        •    Santo Tomás de Aquino: principalmente cita el Papa la Summa en su tomo II, parte
                             II, cuestiones 10-12.32.61.65.66. Por ejemplo, ahora en el campo del uso de las
                             riquezas, el Papa cita al Doctor Angélico cuando afirma: “En cuanto a esto, el
                             hombre no debe considerar las cosas externas como propias, sino como comunes;
                             es decir, de modo que las comparta fácilmente con otros en sus necesidades.”
       4. Aportes relacionados con los componentes esenciales de la DSI
               a. Método:
                    En cuanto al método de la Encíclica, afirma el jesuita José Luis Alemán, que el Papa y sus
                    principales colaboradores toman de manera incompleta algunos elementos del método
                    moral escolástico -el cual determina la bondad intrínseca de las cosas pero luego de un
                    análisis técnico del objeto de estudio- de modo que toman los principios morales como los
                    comprendía Santo Tomás de una forma esencialmente pragmática y racionalista. En este
                    sentido, “ante la ausencia de un análisis económico y social en profundidad, la Rerum
                    Novarum se ve forzada a aplicar a la realidad un conjunto de normas, principios y criterios
                    con una mediación insuficiente de las Ciencias Sociales”6. Estamos entonces, ante la
                    aplicación de un método deductivo-aplicativo a la cuestión de los obreros.
               b. Presupuestos cristológicos y eclesiológicos
                        •    Entre los criterios cristológicos de la Encíclica Rerum Novarum destaca el de la
                             sequela Christi que debe realizar el hombre para alcanzar la vida futura, de modo
                             que los sufrimientos y las fatigas de los hombres no son suprimidas, sino que son
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    ALEMÁN, J.L. El planteamiento teológico de la Rerum Novarum, “Estudios Sociales”, 84 (1991) 7-21
                            constituidas en estímulo de virtudes, motivo de felicidad para los pobres. Además,
                            es importante rescatar el criterio de la beneficio de los redimidos por Jesucristo que
                            consiste en la elevación a la dignidad de los hijos de Dios, este une a todos los
                            hombres en un parentesco fraternal sobre el cual se funda el principio de la
                            destinación universal de los bienes.
                        •   El numeral 12 de la Encíclica ofrece el presupuesto eclesiológico por excelencia
                            presente en la teología de León XIII, la de la “sociedad perfecta”. Efectivamente,
                            según lo indica este numeral, la única solución al problema se encuentra por los
                            auspicios de la Iglesia, pues ella “ es la que saca del Evangelio las enseñanzas (…)
                            ella es la que trata no sólo de instruir la inteligencia, sino también de encauzar la
                            vida y las costumbres de cada uno con sus preceptos; ella la que mejora la situación
                            de los proletarios con muchas utilísimas instituciones; ella la que quiere y desea
                            ardientemente que los pensamientos y las fuerzas de todos los órdenes sociales se
                            alíen con la finalidad de mirar por el bien de la causa obrera de la mejor manera
                            posible”7.
               c. Fundamentos antropológicos
                   La antropología de León XIII se fundamenta en la Revelación y una aproximación realista
                   a la naturaleza humana; en este sentido, la dignidad del hombre se basa en su libertad,
                   constituida por la capacidad de abstracción, de raciocinio, de juicio y de autodeterminación
                   en el obrar. Otro fundamento antropológico importante es la concepción del hombre como
                   unidad corpóreo-espiritual, en la que se distinguen claramente los bienes de la tierra y los
                   bienes eternos; la dignidad del hombre es ensalzada por su origen constitución y su destino
                   eterno.8
               d. Principios de la Doctrina Social de la Iglesia
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    CHINCHILLA, N. La Rerum Novarum y el pensamiento en dirección de empresas, “Universidad de Navarra” DI 219 (1991) 1-11
             •   Bien común: El bien común es el fin establecido al que aspira la sociedad civil y todos
                 sus integrantes, esto implica un especial compromiso de parte de todos, pero
                 principalmente del Estado y los que sirven a través de quienes gobiernan, legislan,
                 juzgan y administran; de este principio parte la Encíclica para llamar la atención sobre
                 el cuidado que debe tener el Estado de los obreros, para el bien de toda la sociedad.
             •   Subsidiariedad: En cuanto al Estado, se propone de esta manera: “(…) la clase
                 humilde, por el contrario, carente de todo recurso, se confía principalmente al
                 patrocinio del Estado. Este deberá, por consiguiente, rodear de singulares cuidados y
                 providencia a los asalariados, que se cuentan entre la muchedumbre desvalida.”9
             •   Solidaridad: Este principio lo plantea el Papa como un deber de los que más tienen a
                 aquellos que son más indigentes y es el deber también de los patronos de ofrecer
                 siempre el mejor trato a los obreros; sin embargo, es interesante que se trata de un deber
                 no exigible por ley, sino fundado en la caridad cristiana y sujeto al juicio de “Cristo
                 Dios”.
             •   Destinación universal de los bienes: Para ejemplificar este principio contenido dentro
                 de la Rerum Novarum, cabe referir al texto de Santo Tomás citado más arriba, en el
                 cual encontramos la concepción de que, si bien es legítima la propiedad privada, ella
                 tiene una dimensión social que no se puede obviar y debe contribuir no sólo al interés
                 particular, sino que se concibe como común, partiendo del criterio agrícola del alcance
                 que tienen los frutos que provee la tierra en beneficio de todos.
             •   Dignidad de la persona: La Encíclica en varios numerales, entre ellos el 17, expone los
                 fundamentos de la dignidad de la persona humana en clave cristiana, pero en este
                 establece que “la verdadera dignidad y excelencia del hombre radica en lo moral, es
                 decir, en la virtud”.10
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A manera de conclusiones, ¿sigue vigente la Encíclica Rerum Novarum?
   1. Definitivamente el documento, aunque no podría integrar otros elementos que se agregan en el
      contexto actual, sigue teniendo mucha vigencia, particularmente en un momento en el que se
      impone un sistema liberal y capitalista que genera cada vez más pobres. Además, al hablar del las
      funcione del Estado, llama la atención la condena a un Estado que traspasa los límites de la “patria”
      potestad de los hijos, en donde se promueve desde el sistema de educación una conquista
      ideológica que atenta contra los derechos de las sociedades domésticas.
   2. Quizás el punto clave para el aporte de la encíclica en su contexto haya sido señalar directamente
      la pugna entre capital y trabajo, la cual sigue siendo actual cuando se buscan, tanto de ricos como
      de pobres, la adquisición de capital y diversos bienes sin el esfuerzo, la justicia y la dignidad que
      aporta el trabajo humano.
   3. Se podría concluir que el principio de subsidiariedad es la clave para comprender la tarea que el
      Papa exige al Estado, gobernar principalmente en función de las necesidades de la clase obrera.
      En cuanto a los ricos, los que poseen los medio de producción, podría decirse que el principio que
      genera es el de la destinación universal de los bienes, el cual permite no aferrarse a los bienes de
      la tierra que esclavizan y resguardar la dignidad y la integridad de los obreros.