[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (0 votos)
207 vistas7 páginas

Consecuencias del Pecado en la Humanidad

Enseñanza sobre el pecado

Cargado por

Daniel Carvajal
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
207 vistas7 páginas

Consecuencias del Pecado en la Humanidad

Enseñanza sobre el pecado

Cargado por

Daniel Carvajal
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 7

9.

El Pecado
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Romanos 3:23; 6:23
ESTUDIO BÍBLICO: Génesis 3
LECTURA: Seducidos y hechizados
Enseñanza principal
¿Qué fue lo que estropeó la relación entre Dios y la Humanidad, y cuáles fueron
las consecuencias?
Aunque fuimos creados a imagen de Dios y, por tanto, en perfecta armonía con
Él, desobedecimos conscientemente ante la autoridad de Dios y no confiamos en
su bondad. Como consecuencia nuestra relación con Dios se rompió, pasamos a
un estado de muerte espiritual y eso también afectó negativamente a nuestra
relación con nosotros mismos, con los demás, y con la Creación.
1. Identifica palabras clave o expresiones clave en la pregunta y la respuesta, y
explica en tus propias palabras lo que significa.
R. Desobedecimos concientemente, relación con Dios se rompió y afectó
negativamente a la creación.

2. Reescribe esta verdad con tus propias palabras.


R. El pecado nos alejo de nuestra relación perfecta a Dios y nos condenó a una
muerte eterna.

3. ¿Qué preguntas o temas te vienen a la mente al pensar en esta verdad?


R. Depravacion del hombre, desobediencia y decadencia.

Estudio del versículo para memorizar


Estos dos versículos describen de forma clara la naturaleza universal del pecado
y las consecuencias nefastas para nuestra relación con Dios.
1. Veamos el contexto: Escribe con tus propias palabras lo que Pablo dice de la
situación del ser humano en Romanos 3:9–23.
R. Todos estamos bajo pecado.

2. El primer versículo para memorizar es Romanos 3:23. Cópialo en este


espacio.
R. Por tanto todos pecaron, están destituidos de la Gloria de Dios.

3. ¿Cuál es el alcance de nuestro pecado? Al presentarnos delante de Dios,


¿hará Él alguna diferencia porque no todos pecamos en la misma medida?
R. No hoy uno bueno, no hay quien busque a Dios, todos estamos condenados
porque no estamos bajo pecado.

2/7
4. ¿Cómo se define en este versículo el pecado? ¿Es justo que Dios use su Gloria
como medida?
R. Pecado es errar al blanco, es hacer algo para lo cual no fui creado. Dios es
santo y no tiene parte con el pecado, es por eso su estándar es su propi Gloria y
santidad.
5. El segundo versículo para memorizar es Romanos 6:23. Cópialo en este
espacio.
R. “Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna
en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Romanos 6:23 LBLA
6. Veamos el contexto: Fíjate en la argumentación que Pablo desarrolla en
Romanos 6:15–23, donde hace un contraste entre ser esclavos del pecado y ser
esclavos de la justicia. ¿Podemos decir que 6:23 es un resumen de la idea que
Pablo desarrolla en este pasaje? ¿Por qué?
R. Antes éramos esclavo del pecado condenado a una muerte eterna, ahora
somos siervos (esclavos, es decir una esclavitud que trae libertad, porque
tenemos el fruto de santificación el carácter de Jesús en nosotros y la vida
eterna la vida de Jesús en nosotros.)

7. ¿Cuál es el salario con el que el pecado nos paga?


R. Muerte eterna.

8. ¿Qué quiere decir la palabra “muerte” en este texto?


R. Muerte espiritual, separados de Dios e insensibles a su voluntad.

9. ¿Qué te han enseñando estos versículos esta semana?


R. A entender cuán maravillosa es su gracia en mi vida.

Estudio Bíblico Inductivo


Génesis 3 narra la caída de la Humanidad y que, como consecuencia de esa
caída, el pecado entró en el mundo. La propia naturaleza del pecado, su
habilidad para engañarnos y confundirnos y distorsionar nuestro conocimiento
del bien y el mal, queda ilustrada en la seductora persuasión que la serpiente
usa para hacer que Eva pruebe el fruto prohibido, y en la vergüenza que Adán
y Eva sintieron después de haber desobedecido.
1. Lee Génesis 3. ¿Cuál es la estratagema de la serpiente en el versículo 1?
R. Astuta. Engaña a la mujer para que desobedezca a Dios.
¿Cómo distorsiona la generosidad que Dios había mostrado en Génesis 2:16–
17?
R. Le engaño contradiciendo a Dios.
2. En 3:2–3, ¿en qué vemos que la mujer ya está desconfiando de Dios?
R. Cuando abre su mente y dijo de algunos podemos comer y sólo de uno no
comeremos, da espacio a la duda.
3. ¿Cuál es la tentación a la que la mujer se enfrenta en los versículos 4 y 5?
R. Ser igual a Dios.
4. Analizando la estrategia de la serpiente, ¿cómo definirías el pecado?
R. Es un engaño que intenta ofrecernos algo mejor que lo que Dios nos ofrece.
5. ¿De qué forma las consecuencias del pecado afectan las relaciones del ser
humano consigo mismo (v. 7)?
R. Empezaron a darse cuenta que estaban desnudos, la armonía e inocencia en
hacer las cosas bien se fue.
y con Dios (v. 8–10)?

3/7
R. Oí y tuve miedo, el temor y el sentirse descuidado.
con los demás (v. 11–16)?
R. Empezaron a acusarse y crean enemistad.

con la Creación (v. 17–19)?


R. Tener que trabajar y sufrirla.

6. ¿Qué implicaciones tiene para ti la enseñanza de este pasaje?


R. El pecado nos aleja de Dios, contamina la relación con los demás y nos hace
esforzarnos de una manera más profunda.
7. ¿Qué versículo o versículos te han impactado de forma especial? Escribe los
versículos clave con tus propias palabras.

Lectura: Seducidos y hechizados


Tú también puedes ser Dios
Bill Hybels, el pastor de la conocida iglesia de Willow Creek, cerca de Chicago,
predicó un domingo sobre el hecho de que todos somos pecadores y
necesitamos un Salvador. Después del culto, un hombre se le acercó para
decirle que él no era un pecador. Bill le preguntó si siempre le había sido
completamente fiel a su mujer. Titubeando, el hombre respondió: “Bueno… Me
dedico a la venta, y viajo mucho…”. Entonces Bill le preguntó sobre su
honestidad a la hora de pasar los gastos a la empresa. Como tardaba algo en
contestar, Bill le preguntó sobre la publicidad de sus productos. “Hombre, ¡todo
el mundo sabe que para vender hay que mentir!”, dijo el
hombre defendiéndose. Bill entonces le dijo: “A ver. Me acabas de decir que
eres un adúltero, un estafador y un mentiroso”. El hombre estaba enfadado; no
podía creer la falta de sensibilidad de aquel pastor. “¿Cómo te atreves a
insultarme de esa manera?”, gritó. Él, al igual que cualquiera de nosotros, quería
dar una buena imagen.
Se ha dicho que la fe cristiana no tiene ningún sentido hasta que la persona no
reconoce que hay algo que no anda bien. ¿Puede alguien negar la acción en
este mundo de alguna fuerza malévola? La Biblia dice que el problema de todos
los males de la Humanidad no está en la sociedad, sino en el corazón de cada
persona.
Alexander Solzhenitsyn pasó ocho años en un gulagruso después de la Segunda
Guerra Mundial. Cuando entró en ese campo de trabajo él era un comunista
convencido, por lo que creía que un nuevo orden social podría cambiar a la
gente. Pero mientras estuvo en aquel infierno se dio cuenta de que el problema
no estaba en el sistema económico o en el gobierno. Solzhenitsyn escribió lo
siguiente:
“Fue entonces, recostado en aquella paja mugrienta de la prisión, cuando
empezó a nacer en mí algo de bondad. Poco a poco entendí que la línea que
separa el bien del mal no pasa por los estados, ni por las clases sociales, ni
siquiera por los partidos políticos, sino que pasa por todos los corazones, por
los corazones de todos los seres humanos.”
La raíz del problema

4/7
Los primeros cinco versículos de Génesis 3 revelan cuál es el problema del ser
humano: nosotros mismos. En ese pasaje vemos que el ser humano da la
espalda a su Creador abandonando así su idílico estado de inocencia y su
perfecta comunión con Dios en un paraíso maravilloso donde todas sus
necesidades estaban cubiertas y sus anhelos satisfechos de forma abundante.
Dios había dado al ser humano un regalo algo arriesgado: la libertad de elegir.
Si no hay habilidad de elegir, no hay seres humanos sino robots. Si no hay
posibilidad de elegir, no hay amor. Por ejemplo, ¿cómo crees que habría
reaccionado mi mujer si en lugar de preguntarle “¿Quieres casarte conmigo?”, le
hubiera exigido “¡Te tienes que casar conmigo!”? Ofendida por mi descaro, su
respuesta habría sido un no rotundo. Nadie nos puede obligar a amar.
Nosotros elegimos a quién amamos. Dios nos honró dándonos el arriesgado
regalo de la elección, pues éste es una condición necesaria para el amor.
Génesis 3 empieza presentándonos al que quería desviar a aquella pareja
inocente de la relación que tenían con Dios, una relación de obediencia y
confianza: “La serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del
campo que el Señor había hecho” (3:1). Esta serpiente parlante, Satanás, es el
mal que se opone al Dios bueno. Es más “astuta” que las demás criaturas; es la
maestra de la seducción y el engaño, y tiene un plan que empieza por confundir
a la mujer.
Desconfiamos de la bondad de Dios
La primera estrategia de la serpiente es hacer que la mujer se cuestione si Dios
realmente quiere lo mejor para ellos. “¿Con que Dios os ha dicho: …?”. La táctica
de la serpiente es empezar a sembrar la duda, hacer que la mujer se pregunte si
Dios no está siendo demasiado restrictivo. En la respuesta de la mujer ya vemos
pequeños signos de duda en cuanto a la bondad de Dios. “La mujer respondió a
la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer” (v. 2). Si
nos fijamos bien, ha modificado levemente la orden que Dios les había dado.
Dios le había dicho a Adán: “De todo árbol del huerto podrás comer; pero del
árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él
comas, ciertamente morirás” (2:16–17). La manera en la que Eva construye su
frase refleja que se está obsesionando con la restricción de Dios. “Del fruto de
los árboles del huerto podemos comer, pero del fruto que está en medio del
huerto, ha dicho Dios: ‘No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis” (v.
3). Dios había dicho que no comieran de él, pero no dijo nada de tocarlo o no
tocarlo. Eva se lo inventa.
Normalmente vemos las restricciones como una reclusión injusta; sin embargo
sabemos que la libertad que no tiene restricciones solo lleva a la destrucción.
Las leyes como los Diez Mandamientos existen para que podamos honrar al
Creador y para evitar que nos hagamos daño a nosotros mismos. Dios prohibió
a Adán y a Eva que comieran del árbol del conocimiento del bien y del mal para
que no tuvieran que enfrentarse a la consecuencia del mal, que es la muerte.
¿Qué ocurriría si condujéramos un coche como si no hubiera nada que limitara
nuestra libertad? Acabaríamos pensando cosas como: “Que nadie me diga que
no me puedo salir del carril. Si me apetece, puedo ir haciendo zigzag todo el
rato, cambiándome de un carril a otro. Y si me da la gana de coger un atajo
pasando por el jardín del vecino, pues lo hago. Nadie puede ponerme límites”.
Las normas de la conducción están hechas para protegernos y también
para proteger a los demás usuarios de las vías. Por nuestro bien, la libertad
siempre tiene que estar enmarcada dentro de unos límites.

5/7
Nos rebelamos contra la autoridad de Dios
La serpiente se vuelve ahora mucho más descarada. Sabe que la mujer tiene
dudas. Esto solo es el principio. Las dudas, cuando las alimentamos, se vuelven
afiladas y van penetrando en nuestro espíritu. Eva está poniendo en duda el
cuidado abundante de Dios. Y Satanás lo aprovecha para cuestionar la
autoridad de Dios. “Y la serpiente le dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis.
Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos y seréis
como Dios, conociendo el bien y el mal” (3:4–5). Satanás le hace creer que Dios
está protegiendo de forma celosa su posición de autoridad, posición que no
quiere compartir con nadie más. Pero si Eva come del árbol, logrará estar al
mismo nivel que Dios.
¿Qué es exactamente el árbol del conocimiento del bien y del mal? ¿Qué
significaba eso para los lectores originales? La expresión “del bien y del mal” no
es más que un sinónimo de “todo conocimiento”. Significa querer llegar a
conocer como Dios conoce, querer llegar a ser omnisciente. El erudito de la
Biblia Daniel Fuller dice que aspirar al conocimiento del bien y del mal es buscar
“esa madurez que le libera a uno de tener que depender de algo o alguien
para saber cómo actuar sabiamente”. A los primeros seres humanos se les
prohibió aspirar al conocimiento que solo Dios tenía, conocimiento que, según
pensaron, les iba a librar de tener que depender de Dios. Con la prohibición,
Dios les estaba diciendo: “Os he creado con la necesidad de depender de mí
para tener vida y para actuar con sabiduría. Solo podéis vivir bien si os
mantenéis en relación conmigo. El día que aspiréis a ser como vuestro Creador,
perderéis todas las cosas buenas que tengo para vosotros”.
Sorprendentemente, hemos buscado un término aceptable para este dios de
la independencia: el individualismo. En nuestra sociedad defendemos los
derechos individuales con el pretexto de que queremos evitar cualquier tipo de
tiranía. Pero lo cierto es que queremos mucho más que eso: queremos un
individualismo sin límites. El autor Robert Bellah, en su detallado estudio sobre
el carácter norteamericano, concluyó que el valor más arraigado en
la mentalidad estadounidense es el de la libertad. Pero no hace falta ningún
estudio para ver que se trata de una libertad desequilibrada. Queremos que nos
dejen en paz, queremos ser libres de los valores y creencias de los demás, libres
de la autoridad arbitraria en la vida laboral, familiar y política. La libertad solo se
define como “ser libre de algo”. Queremos tener derechos, pero no queremos
tener responsabilidades.
Con nuestra mentalidad, parece que lo lógico es que Dios se hubiera
desentendido de sus desobedientes criaturas. Pero las buenas noticias son que
nuestro Señor vino en la persona de Jesucristo para buscarnos y darnos un
nuevo corazón. En respuesta a nuestra desconfianza Él demostró que nuestras
dudas no son más que dudas infundadas, pues Él es digno de confianza.
Pablo dijo: “Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no
eximió ni a su propio Hijo, sino lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos
concederá también con Él todas las cosas?” (Romanos 8:31–32). Los efectos de
la Caída solo se pueden deshacer de una forma: poniendo nuestra confianza en
Cristo, que está por nosotros. Cristo murió en nuestro lugar, se enfrentó a la
pena que nosotros teníamos que cumplir. Cuando nos rendimos ante la
autoridad de Dios y confiamos en su bondad, después de confesar que somos
culpables de alta traición contra nuestro Hacedor, Él nos da un corazón nuevo.
La explicación de John Stott que encontramos en su libro La Cruz de Cristotiene
mucha fuerza:

6/7
“Se puede decir que el concepto de la sustitución está en la base tanto del
pecado como de la salvación. La esencia del pecado es el ser humano
sustituyendo a Dios con su propia persona, mientras que la esencia de la
salvación es Dios sustituyendo al ser humano con su propia persona. El ser
humano se rebela contra Dios y se coloca a sí mismo donde solo corresponde
que esté Dios. El ser humano pretender tener prerrogativas que le
pertenecen solo a Dios; Dios acepta penalidades que le corresponden solo al
Hombre.”
Solo hay una respuesta acertada: rendirnos ante la misericordia de Dios.
Estudio de la Lectura
1. Cuando la gente es responsable de pecado, ¿de qué formas intenta desviar
esa responsabilidad?

2. Según la Biblia, ¿cuál es la causa de que en este mundo haya algo “que no
anda bien”?

3. ¿De qué forma la serpiente consigue sembrar dudas en la mujer?


R. Haciéndole creer si lo que Dios dijo era lo mejor.
4. ¿Qué dudas dejamos que echen raíz en nuestra mente?
R.
5. ¿Por qué iba un Dios bueno a poner límites o restricciones?
R.
6. ¿Cuál es el significado del árbol del conocimiento del bien y del mal?
R.
7. ¿En qué podemos ver que la gente actúa como si fuera Dios?

¿En qué lo ves si te miras a ti mismo?

8. ¿Qué solución tiene Dios para librar al corazón humano de la mancha del
pecado?

9. ¿Qué preguntas tienes sobre la lectura?

10. ¿La lectura te ha mostrado algún pecado? ¿Te reta? ¿Te consuela? Explica
por qué.

Lectura recomendada
Lewis, C.S., “El gran pecado”, en Mero Cristianismo(Madrid: Ediciones RIALP,
2001, 3ª ed.).

7/7
Stott, John R. W. “Las consecuencias del pecado”. Capítulo 6, en Cristianismo
Básico (Colombia: Ediciones Certeza, 1997, 3ª ed.).1

1 Gregory J. Ogden, Manual del Discipulado: Creciendo y ayudando a otros a


crecer, ed. Anabel Fernández Ortiz y Dorcas González Bataller, trans. Dorcas
González Bataller, Colección Teológica Contemporánea (Viladecavalls,
Barcelona: Editorial CLIE, 2006), 107–115.

También podría gustarte