VICTIMOLOGÍA
PERFIL VICTIMOLÓGICO, ¿QUÉ ES? Y SU ESTRUCTURA
5-8-2023
ANI JERALDIN SANDOVAL ESCORCIA.
LIC. RUBI AGUILAR CASTELLANOS
¿Qué es?
EL PERFIL VICTIMOLÓGICO
“Cuanto más se conoce a la víctima, más podemos saber de su agresor”. Esta
frase define cual es el objetivo del perfil victimológico: el estudio integral de la
víctima, a través del análisis victimológico, permite identificar factores
victimológicos y circunstancias explicativas que contribuyen al esclarecimiento de
los crímenes o de los delitos cometidos. Se trata de dar un paso más, de ir más
allá del estudio forense y de la autopsia. Se trata de estudiar la realidad personal
de esa víctima, su vida, cada uno de sus movimientos.
El perfil victimológico consiste en elaborar una biografía de la víctima que incluya
todos los datos necesarios para llegar a conocer a esa persona a la perfección ya
que las características de la víctima nos pueden ayudar a explicar las
motivaciones del agresor o del asesino y darnos datos importantes sobre quién
puede ser el autor de ese delito. Westham afirmaba en su obra “The show os
violence” (1948) que “no se puede comprender la psicología del asesino sin
comprender la sociología de la víctima”.
ELEMENTOS NECESARIOS PARA REALIZAR EL PERFIL DE LA VÍCTIMA:
HOLMES Y HOLMES 2002.
Hay una serie de elementos y de cuestiones que debe analizar un criminólogo o
un investigador para poder realizar un perfil victimológico. Todos estos datos los
obtendremos a través de entrevistas con los vecinos de la víctima, sus familiares,
amigos, pareja sentimental, compañeros de trabajo, o conocidos de los lugares
dónde iba habitualmente, así como de la documental médica y jurídica.
• Rasgos físicos: la edad, por ejemplo, es un factor de selección habitual de los
agresores o delincuentes, una determinada forma de vestir, la etnia a la que
pertenece la víctima, llevar tatuajes, el color del pelo o de los ojos etc.
Recordemos que Ted Bundy, siempre escogía como víctimas a mujeres jóvenes,
con el pelo castaño y peinadas con raya en medio. Rodríguez Vega, abusó
sexualmente y asesinó a 16 ancianas. En su caso no le interesaban las chicas
jóvenes.
• Relaciones afectivas: la víctima puede estar casada, soltera, divorciada o viuda.
Las relaciones afectivas de la víctima suelen ser un hilo importante en la
investigación policial ya que, en muchas ocasiones, dentro de ese círculo afectivo
se encuentran los responsables de delitos violentos. Es importante averiguar que
se dice de la víctima en este aspecto, desde el exterior, así como conocer que
dice o decía la víctima a otras personas de su círculo más cercano acerca de sus
relaciones afectivas.
• Estilo de vida de la víctima: es muy importante conocer sus hábitos, sus rutinas
diarias (si va al gimnasio, si sale a correr, a andar en bici, etc.) si tiene una intensa
vida social, una habitual vida nocturna, si es consumidora esporádica o habitual de
drogas y/o alcohol, si tras el trabajo va directamente a casa o se reúne con
amigos, etc. En este caso los cambios injustificados de su rutina, deben ser
investigados al detalle.
• Profesión: se ha de investigar sus relaciones profesionales, las relaciones con
sus compañeros de trabajo, clientes, personal de otras empresas. Se ha de
realizar un estudio minucioso de las situaciones de enemistad o rivalidad con otros
profesionales de su entorno, así como de si existen o existían relaciones
sentimentales dentro de su ámbito laboral.
• Educación: relaciones con sus compañeros de clase, con los profesores, nivel de
inteligencia, si acude habitualmente a clase, a la biblioteca, etc. Ted Bundy fue
compañero de clase de psicología de su primera víctima: Lynda Ann Healy.
• Datos del vecindario: conocer el lugar donde vive la víctima, información que nos
puedan aportar los vecinos sobre la víctima, los peligros a los que se exponía, si
habitualmente traía personas a casa, el ambiente urbano de esa zona, como pudo
acceder el victimario a la víctima, que vías de escape ha tenido, etc. También es
importante la composición étnica de la zona, así como el nivel socio-económico
del barrio de la víctima.
• Historia psiquiátrica y médica: debe estudiarse su historia clínica, si padecía
algún trastorno mental, alguna enfermad, alguna adicción, algún tipo de fobia que
nos permita entender mejor su estilo de vida y con qué tipo de personas se
relacionaba. Al hacer el perfil victimológico debemos preguntarnos si las últimas
conductas que la víctima llevó a cabo eran normales o si eran anormales
atendiendo a su estado físico y/o mental en ese momento.
• Historia judicial: se ha de conocer que contacto ha tenido con el sistema de
justicia, si ha sido detenida alguna vez, si ha interpuesto alguna denuncia, si ya
había sido víctima con anterioridad, etc.
• Historia sexual y social: personas con las que se relacionaba, si tenía pareja
estable, si mantenía relaciones sexuales con diferentes personas, lugares que
frecuentaba (discotecas, bares, gimnasio, bibliotecas, etc.), grupo de personas con
las que salía y se relacionaba, tendencia sexual etc. Determinadas prácticas
sexuales pueden ser consideradas de riesgo, en la medida que pueden poner a
esa persona en contacto directo con sujetos con tendencias violentas, como la
prostitución, el sado-masoquismo, etc.
• Últimas actividades: analizar exhaustivamente todas y cada una de las
actividades que la víctima llevo a cabo justo antes de su muerte o antes de ser
agredida (24 horas). Se pueden analizar los whatsapp, las llamadas de teléfono,
su perfil de facebook, twitter o instagram, los últimos lugares donde ha estado, las
compras que ha hecho con su tarjeta de crédito, el trayecto que ha recorrido para
ir de un lugar a otro, etc.
Por lo tanto, para realizar un buen perfil victimológico es necesario que nos
familiaricemos con la vida de la víctima. Brent Turvey (2008) determina que “a
menos que sepamos quién es (o era) esa víctima, y cómo vivía, no podemos decir
que realmente conocemos el contexto de su fallecimiento, o de las circunstancias
que condujeron a ese resultado”. “Si podemos comprender cómo y por qué un
delincuente ha seleccionado determinadas víctimas, entonces seremos igualmente
capaces de establecer un vínculo relacional de algún tipo entre esas víctimas y el
delincuente. Esos vínculos pueden ser geográficos, laborales, de ocio, de estudios
o de otra índole. Lo cierto es que esas conexiones proporcionan un conjunto de
sospechosos que incluye a aquellos que están relacionados con esas diversas
áreas”.
Un buen perfil victimológico es fundamental para poder determinar en qué grupo
de personas se ha de buscar al agresor o al asesino. Toda la información que
podamos obtener de la víctima puede sernos útil para llegar a comprender porque
razón esa persona fue elegida por el agresor y no otra. Si logramos descubrir
cómo y por qué un delincuente o un criminal selecciona a sus víctimas, seremos
capaces de establecer un vínculo de relación (del tipo que sea) entre las víctimas
y el agresor y esto nos llevará a comprender que criterios de selección lleva a
cabo el victimario lo que nos permitirá “predecir” el tipo de víctimas futuras.
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