Responsabilidad Civil: Evolución y Fundamentos
Responsabilidad Civil: Evolución y Fundamentos
1
El deslinde entre la sanción punitiva, la aplicación de una pena y la resarcitoria, el pago de una indemnización,
no parecía claro. Existen claras diferencias entre estas dos responsabilidades.
RESPONSABILIDAD PENAL RESPONSABILIDAD CIVIL
Interés publico Interés privado
Finalidad represiva Finalidad reparadora
Tipificadora de los actos ilícitos penales Serie abierta de actos ilícitos
Principio de personalidad de la pena (no hay Responsabilidad por el hecho del otro
responsabilidad para quien no es autor)
Jueces de este fuero Jueces civiles o penales
Factores subjetivos de imputación, dolo o Factores objetivos
culpa
Esta debe ser tratada primero que la civil -
cuando el hecho origina ilícitos de ambas
categorías
Tiene influencia la decisión previa sobre la -
civil posterior, en orden de cerrar el debate
sobre los diferentes elementos
Con la economía
Se lo relaciono con el costo-utilidad, que, si la utilidad, provecho o beneficio es cierto, algunos daños deben ser
sufridos en consideración al logro de esos resultados.
En beneficio de la producción se justifican y se ocultan ciertas fuentes de dañosidad: contaminación,
enrarecimiento de la atmosfera, malos olores, entre otros. Existe un triunfo del mercado sobre el Derecho, de lo
útil sobre lo justo.
Visión individualista y socializadora
Con la visión individualista existe una superación del fundamento de la culpa, puede usarse como sinónimo de
la responsabilidad fundada en la culpa personal, y a la socializadora como traducción de la responsabilidad
objetiva.
La responsabilidad objetiva va unida al seguro obligatoria, hay una distribución de la indemnización entre todos
los asegurados.
Se declina la responsabilidad individual del agente donde se juzga por razones compartidas. Declina la
individual y avanza la social con el juego de mecanismos variados, como la seguridad social y las instituciones
e la sanidad pública.
Responsabilidad contractual y extracontractual
La responsabilidad contractual era aquella derivada del incumplimiento de una obligación, trasgrede un deber
preexistente. Mientras que la responsabilidad extracontractual, aquiliana o por acto ilícito, es extraña a todo
deber preexistente.
Estas se distinguen en la prueba, mora, daños resarcibles, prescripción, entre otras. La unificación de los
ámbitos contractuales y extracontractuales, derogan textos que eran obstáculos insuperables.
CODIGO VELEZ
2
Art. 495 - Las obligaciones son: de dar, de hacer o de no hacer.
Nota:495. Nos abstenemos de definir, porque, como dice FREITAS, las definiciones son impropias de un
código de leyes
METODOLOGÍA (EN EL CODIGO ANTES DE LA UNIFICACION DEL CCYC)
en la responsabilidad civil extracontractual legislada en el libro II, Sección II, título VIII, de los arts.
1066 a 1636, con la rúbrica “HECHOS ILICITOS”, trataba todo lo relativo a la responsabilidad por los
delitos/cuasidelitos y las acciones y relaciones entre sentencia penal y la civil.
la responsabilidad contractual no tenía una diferenciación clara y ordenada, y estaba en la parte
general del libro II, con normas supletorias.
HOY EN EL NUEVO CODIGO SE UNIFICARON AMBAS RESPONSABILIDADADES
FUNCIONES
Art- 1708. Funciones de la responsabilidad: las disposiciones de este título son aplicables a la prevención del
daño y a su reparación.
Se consagra la función bipartita de la responsabilidad civil. PREVENIR Y REPARAR. De este modo la
responsabilidad comprende dos etapas del daño: actual ex ante, impedir su producción, continuación o
agravamiento, estableciéndose un deber general de hacer (realizar una acción positiva para evitar causarlo) o
de abstención (omitir ejecutar una conducta potencialmente lesiva). Acaecido el hecho, se presenta la clásica
función resarcitoria que cuantitativamente es la más importante. También tiene una función putativa pero no
está legislada en el CCyC.
Art. 1711. Acción preventiva. La acción preventiva procede cuando una acción u omisión antijurídica hace
previsible la producción de un daño, su continuación o agravamiento. No es exigible la concurrencia de ningún
factor de atribución.
Es una acción judicial que admite ser aplicada cuando haya una acción u omisión previsibles que produzcan un
daño. Con ella se evita que suceda, o para que cese o impedir su agravamiento. Donde aparecen las primeras
hipótesis de prevención de daños es en el origen de los derechos colectivos, en los derechos ambientales.
Esta acción es incorporada al CCyC y es criticada por establecer normas de carácter procesal.
Función resarcitoria. Art.1716. deber de reparar: la violación del deber de no dañar a otro, o el incumplimiento
de una obligación, da lugar a la reparación del daño causado, conforme con las disposiciones de este Código.
Tanto el deber de no dañar a otro o el incumplimiento de una obligación da lugar al resarcimiento de los daños
causados. La rúbrica “deber de reparar” no es acertada porque cuando se viola el deber de no dañar a otro, o
se incumple una obligación, no surge un mero deber, sino una típica obligación, en sentido estricto.
Deber de no dañar- ALTERUM NON LAEDERE. Entrañablemente está vinculado a la idea de reparación, tiene
raíz constitucional (art.19). La reforma constitucional del año 1994 modificó definitivamente el clásico
paradigma normativo ubicando al ser humano, al hombre, por encima de los derechos patrimoniales.
La responsabilidad importa un deber, que, soporta quien ha causado un daño, perjuicio o detrimento. El
responsable tiene que indemnizar a la víctima. La responsabilidad enfrenta a una pareja de intereses, a quien
padece el daño y a quien es agente del mismo.
3
Se parte de los daños como un mal, algo que padece con dolor, puesto que nos achica o reduce, nos quita
algo que era nuestro, de lo cual gozábamos o nos aprovechábamos, etc. Por otro lado, tenemos la conducta
dañadora que se muestra como impropia, equivocada o ilícita. El alterum non laedere, es una consecuencia
indudable del deber de hacer justicia, dando a cada uno lo suyo; quien daña a otro lo priva de lo que es suyo,
le quita algo de lo cual antes aprovechaba o en su patrimonio.
12 DE MAYO: ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL. EL HECHO HUMANO. IMPUTABILIDAD
La responsabilidad civil está conformada por la autoría (forma parte de la acción humana), antijuricidad,
imputación, daño y la relación de causalidad.
La acción puede ser natural o humana. La corte suprema de la Nación ha establecido que por ejemplo la
provincia de buenos aires tiene derecho a realizar obras que considere pertinentes, pero debe indemnizar si
como consecuencia de las mismas se afectan derechos que naturalmente no se hubieran atacado.
Por otro lado, la acción es la situación en que como consecuencia de la intervención del hombre se produce un
cambio en el mundo exterior, y la omisión, la abstención de actuar, también encontramos la omisión por
comisión.
La responsabilidad por la omisión aparece porque existía la obligación de hacer y no de abstenerse, tanto en el
ámbito contractual como extra contractual
Existen varios supuestos que excluyen la acción, como la vis absoluta, los actos reflejos, la fuerza física
irresistible, entre otras.
La autoría se trata de demarcar la relación existente entre la acción del sujeto humano y el hecho dañoso.
Implica que el hecho pueda serle atribuido a un sujeto por efecto de la comprobación de tipo fáctica.
Mosset, establece que hay autoría cuando el hecho refleja la personalidad del autor, para esta tesis no existe
autoría por faltar ese mínimo de nexo psíquico, cuando el hombre actúa como mero instrumento de un tercero,
sea obedeciendo a la fuerza ejercida por esto, o a los dictados de la voluntad ajena. Si falla la autoría, no
puede recaer una condena a reparar ya que no estamos frente a un autor sin voluntad, sino ante un no autor
por falta de ese mínimo indispensable de voluntad.
Para otra posición, la sola presencia humana conlleva la autoría. Alfredo Orgaz establece que un sujeto de
actuar con discernimiento para ser imputable; Llambias, que no hay ato ilícito si el agente actúa
involuntariamente. Código Civil Vélez:
Art. 1.073. El delito puede ser un hecho negativo o de omisión, o un hecho positivo.
Art. 1.074. Toda persona que por cualquier omisión hubiese ocasionado un perjuicio a otro, será responsable
solamente cuando una disposición de la ley le impusiere la obligación de cumplir el hecho omitido.
Art. 1.076. Para que el acto se repute delito, es necesario que sea el resultado de una libre determinación de
parte del autor. El demente y el menor de diez años no son responsables de los perjuicios que causaren.
Art. 907. Cuando por los hechos involuntarios se causare a otro algún daño en su persona y bienes, sólo se
responderá con la indemnización correspondiente, si con el daño se enriqueció el autor del hecho, y en tanto,
en cuanto se hubiere enriquecido.
La voluntariedad
4
Atañe al “querer” el hecho, el evento en sí (no el eventual daño consiguiente); a “tener voluntad o
determinación de ejecutar una cosa”. Además del discernimiento del agente, para que el hecho se repute
voluntario debe ser realizado con intención y libertad. La intención consiste en el conocimiento aplicado a la
realización de un acto concreto, y entonces existe cuando se ejecuta el acto tal como se pensó llevarlo a cabo.
Son circunstancias obstativas a la intención del agente, la ignorancia o error excusable sobre el hecho principal
que constituye el acto ilícito, incluso aquéllos inducidos por el dolo de un tercero. La libertad como elemento de
la voluntariedad supone que el agente haya realizado el acto sin coacción externa, y en consecuencia sólo
existe cuando aquél puede elegir espontáneamente entre varias determinaciones posibles. El sujeto carece de
libertad cuando ejecuta el acto en virtud de intimidación (violencia moral) de que fuera víctima, esto es, cuando
se le hubiera inspirado por injustas amenazas, un temor fundado de sufrir un mal grave e inminente. Cuando
se está así, ante el tener que aceptar uno de los términos de la disyuntiva, en verdad no opera la voluntad. En
ausencia de cualesquiera de los tres elementos de la voluntad (discernimiento, intención o libertad), no es
factible pues, hablar de culpabilidad o factor atributivo y, por ende, queda excluida la responsabilidad y el
hecho que así se origina “no produce por sí obligación alguna”.
La imputabilidad
Es uno de los presupuestos que debe nacer para que exista la obligación de reparar por parte del autor (todo
sujeto que realiza un hecho exterior no es autor, para ser autor debe actuar con discernimiento y libertad) del
hecho.
Para que una persona se la pueda responsabilizar por el hecho propio ella debe haber determinado su actuar y
actuar de forma libre con discernimiento y comprensión, el ordenamiento jurídico calificara su acción y
determinara las consecuencias.
Tiene diferentes significados se lo utiliza para determinar si el sujeto demandado tiene suficiente discernimiento
o capacidad para atribuirle un resultado , lo que sería una imputabilidad de primer grado , otra opción
determina que es un vinculación fáctica entre el hecho y su consecuencia la cual se denomina relación de
causalidad , por último se habla de imputabilidad moral la cual Llambias la denomina como imputabilidad de
segundo grado ya sea por haber querido el incumplimiento o por omitir la diligencia debida . También la
imputabilidad se la denomina como la aptitud de la persona para cometer hechos ilícitos Aquí está en juego la
personalidad integral del agente que comete la transgresión, es decir, el complejo de los elementos naturales
del campo psíquico y somático. En una palabra, la imputabilidad del sujeto está dada por su posibilidad de
discernir. Se refiere a la persona en sí misma y a la aptitud de obrar con respecto a cualquier acto ilícito
posible. La imputabilidad (y la voluntariedad en general) constituyen, a su vez, presupuestos de la culpabilidad.
De manera que constatada la falta de discernimiento no puede aludirse a la culpabilidad, porque ésta carecería
de base: para ser culpable hay que empezar por poder serlo, que la persona pueda razonar, que sepa lo que
hace. Otra posición doctrinal sostenida por Mosset dice que la sola presencia del sujeto conlleva a la autoría en
consecuencia.
La imputabilidad en este tema estará aplicada al incumplimiento hecho con discernimiento, intención y libertad,
es decir, a la de primer grado, ya que las del segundo grado se vincula con los factores de atribución que son
CULPA Y DOLO
La imputación de tipo subjetivo: es esa imputación la que requiere de la voluntariedad del acto y la culpabilidad
del agente. Los factores de atribución subjetivos son en consecuencia el dolo y la culpa.
En la imputación de tipo objetiva, entonces, no es el hecho humano voluntario la base del sistema reparador
sino la existencia de un factor de atribución que no tiene conexión con ellos, tales el riego creado, la equidad,
etc.
5
Las causas de inimputabilidad según el código de veles son:
- Demencia: a partir de la declaración judicial de demencia se invierte el principio de tal forma que el
sujeto es inimputable y solo se puede restablecer el estado de imputabilidad comprobando que el
hecho fue realizado en un intervalo lucido.
- Edad: el discernimiento se alcanza a la edad de 14 años ámbito en el cual el sujeto comienza a
alcanzar una relativa capacidad negocial.
- perturbación accidental: momento en el cual se pierde la conciencia transitoria.
- Sordomudez: los actos ilícitos son inimputables y los daños solo reparables por la vía de
indemnizaciones de equidad en el artículo 907 del código civil de Vélez.
En el artículo 261 del código civil y comercial se establece los casos en los cuales el acto es involuntario por la
falta de discernimiento:
- el acto de quien, al momento de realizarlo, esta privado de la razón
- el acto ilícito de la persona menos de edad que no ha cumplido diez años
- el acto licito de la persona menor de edad que no ha cumplido trece años, sin perjuicio de lo
establecido en disposiciones especiales.
El código de Vélez: establecía que los actos deben ser voluntarios para poder imputarle al deudor las
consecuencias del acto art 897 de Vélez: los hechos humanos son voluntarios o involuntarios, los hechos son
voluntarios si son ejecutados con discernimiento, intención y libertad.
Artículo 260 de C.C.C: acto voluntario es el ejecutado con discernimiento, intención y libertad, que se
manifiesta por un hecho exterior.
Código de Vélez en su artículo 900 establece: que los hechos que fueran ejecutados sin discernimiento,
intención y libertad no producen por si obligación alguna.
La nota del artículo 900 del código de Vélez establecía que: el elemento fundamental de todo acto es la
voluntad del que lo ejecuta, es por eso que aquel hecho realizado por un insensato o una persona sin
discernimiento y libertad, en sus actos, no es considerado en el derecho como un acto, sino como un
acontecimiento fortuito.
Con respecto a este artículo mencionado anteriormente no hay relación en el C.C y C.
19 DE MAYO: ANTIJURICIDAD
El hecho antijurídico requiere un mínimo de voluntariedad. Y se da cuando una determinada conducta viola y
es contraria al ordenamiento jurídico. Considerado el ordenamiento jurídico como una totalidad y un conjunto.
Si lo parcializáramos, podrían justificarse las causas, con las llamadas causas justificantes o excluyentes.
Art. 1717 antijuridicidad: cualquier acción u omisión que causa un daño a otro es antijurídica si no está
justificada.
Los ilícitos se han multiplicado en los tiempos actuales, no sólo con la aparición del fraude a la ley y del abuso
del derecho, sino también con el descubrimiento de nuevas ilicitudes: captaciones de la imagen y voz,
penetración en la intimidad ajena, el daño a la vida de relación, la pérdida de la chance, el perjuicio a los
proyectos de vida, etc.
6
Especies
Antijuridicidad formal: se basa en la tipicidad del ilícito que importa una doble previsión: el comportamiento
debe estar anticipado por el legislador, como también la sanción resarcitoria. La tipificación de los ilícitos y las
sanciones se funda en el valor seguridad y encuentra correlato en el art. 19 de la CN; “todo lo que no está
expresamente prohibido se encuentra permitido”. Este criterio ha sido rechazado, porque el campo civil a
diferencia del penal, admite la atipicidad del ilícito.
Antijuridicidad material: es el momento en la evolución jurídica cuando la ilicitud deja de confundirse con la
ilegalidad. Se integra el ordenamiento jurídico dando cabida a otras fuentes del Derecho; las buenas
costumbres, la mora social, etc. Es un abandono de la actitud soberbia del legislador y un reconocimiento del
rol del juez en la elaboración del Derecho del caso sometido a su juzgamiento. El daño es injusto cuando
lesiona un interés merecedor de tutela.
Antijuridicidad subjetiva: abandona el sendero de la desaprobación del hecho o acto, para avanzar sobre la
desaprobación de la conducta del autor o agente. La antijuridicidad se encuentra en la culpa. Las culpas o
errores no se encuentran tipificados, es el juez el encargado de juzgar de acuerdo con los modelos de
conductas por ellos construidos. La culpabilidad aparece como absorbiendo a la antijuridicidad: el daño es
injusto en la medida en que es resultado de una conducta equivocada.
Antijuridicidad objetiva: este es el criterio que compartimos. El juicio de aprobación o desaprobación y la
consiguiente condena a reparar, atiende solo al acto o hecho y, en particular a su resultado, el daño causado.
La antijuridicidad no mira al agente sino a la víctima; de ahí que haya daño injusto aun cuando medie
involuntariedad en el obrar o bien falte la culpabilidad. Al menos como regla, todo daño es injusto en cuanto
lesiona un interés merecedor de tutela y que viola el deber jurídico de no dañar a nadie, el alterum non laedere.
Otra cuestión a tratar es la RESPONSABILIDAD POR OMISIÓN. La que tiene mucho debate.
Hay dos tipos de omisión. Comisión por omisión: es cuando el sujeto actúa, hay un trayecto de la conducta
positiva, y luego omite. Omisión propia: quien directamente no hace nada (por ej. Salir en un auto sin luces, la
omisión es no prender las luces)
Hay responsabilidad civil cuando hay omisión. El código de Vélez lo contenía en el Art. 1074: toda persona que
por cualquier omisión hubiese ocasionado un perjuicio a otro, será responsable solamente cuando una
disposición de la ley le impusiere la obligación de cumplir el hecho omitido. Es decir que en el código civil para
ser responsable por omisión debía existir una norma. En cambio, el CCyC incluye a las omisiones
expresamente en el art. 1710 (deber de prevención de daño): toda persona tiene el deber, en cuanto de ella
dependa, de evitar causar un daño no justificado. Quien evita un daño se llama acto de abnegación, es cuando
renuncia a sí mismo a evitar un daño. Está contemplado en el Art. 1719 2do párrafo: “quien voluntariamente se
expone a una situación de peligro para salvar la persona o los bienes de otro tiene derecho, en caso de
resultar dañado, a ser indemnizado por quien creó la situación de peligro, o por el beneficiado por el acto de
abnegación. En este último caso, la reparación procede únicamente en la medida del enriquecimiento por él
obtenido.”
Las causas de justificación
Como regla, no hay un derecho de dañar la persona o bienes de otro; no obstante, ello, ciertos perjuicios no
son daños ilícitos o injustos, en la medida en que el agente causante realiza un comportamiento que está
autorizado por el ordenamiento y cuyos efectos no lo vuelven antijurídico. La causa de justificación borra la
antijuridicidad del comportamiento dañoso, vuelve lícito el quehacer que, precisamente por culminar en un
perjuicio, aparece como ilícito.
7
La causal de justificación es un elemento vinculado a la faz de la acción. Se justifica la conducta, y no el daño,
ya que el daño nunca va a ser justo.
Art. 1718. Legítima defensa, estado de necesidad y ejercicio regular de un derecho. Está justificado el hecho
que causa un daño:
A. en ejercicio regular de un derecho
B. en legítima defensa propia o de terceros, por un medio racionalmente proporcionado, frente a una
agresión actual o inminente, ilícita y no provocada; el tercero que no fue agresor ilegitimo y sufre daños
como consecuencia de un hecho realizado en legítima defensa tiene derecho a obtener una reparación
plena;
C. para evitar un mal, actual o inminente, de otro modo inevitable, que amenaza al agente o a un tercero,
si el peligro no se origina en un hecho suyo; el hecho se halla justificado únicamente si el mal que se
evita es mayor que el que se causa. En este caso, el damnificado tiene derecho a ser indemnizado en
la medida en que el juez lo considere equitativo.
El código enuncia algunas, pero no son las únicas. En estas no se da la antijuridicidad, pero el código prevé
igualmente indemnizaciones.
Ejercicio de un derecho propio: hay daños que el agente puede justificar probando que fueron causados en el
ejercicio de un derecho propio. Equivale a decir que su conducta estaba legitimada, al configurar un derecho
subjetivo, un poder compuesto por un conjunto de facultades, posibilidades concretas de actuación. El ejercicio
de un derecho no puede igualmente volverse un mero pretexto para dañar a los semejantes; ni posibilita
cualquier ejercicio.
Cumplimiento de un deber legal: estos causan innegablemente daños, pero no son perjuicios arbitrarios, son
resultados a veces no queridos, del acatamiento de los deberes propios de la actividad que se desarrolla. No
puede esta causal usarse como pretexto para ejercitar venganza o malos instintos, el deber debe cumplirse de
manera regular, sin excesos.
Estado de necesidad: esta justificación existe respecto de los particulares y también del Estado, cuando: se
encuentra la eventual victima ante la inminencia de sufrir un mal grave, un menoscabo en su persona o en sus
bienes o, respecto del Estado, en las personas o bienes de la comunidad a su cargo; es la experiencia, la que
alerta sobre ese perjuicio y su proximidad. El daño que amenaza aparece como ajeno a sus víctimas, no son
ellas quienes lo han provocado. No se encuentran medios para su evitación. Y finalmente, el necesitado no
tiene el deber de sufrir el daño, de soportarlo. La salida que se encuentra es la de lesionar un bien jurídico de
otra persona, de un inocente; y ese comportamiento dañoso, por regla ilícito, queda justificado, desapareciendo
la injusticia, siempre que el mal causado no sea mayor que el que se trate de evitar. (ej., persona que,
encontrándose en situación extrema de indigencia, él y su familia, roba alimentos o se apodera de dinero ajeno
para adquirir bienes de uso indispensable)
Acto de abnegación: el estado de necesidad lleva a una persona a causarse un daño a sí misma, para evitar
un daño mayor (ej. Quien pone fuego a su campo de pastos naturales, para parar el incendio que avanza sobre
los sembrados del vecino, siendo ajeno al origen del fuego). Puede el abnegado-dañado reclamar al
beneficiado una reparación.
Legítima defensa: es una acción para apartar de si o de otro un ataque actual contrario a derecho. Requisitos:
agresión ilegitima, falta de provocación suficiente por parte de quien se defiende, necesidad racional del medio
empleado para impedirla o repelerla. Como consecuencia de la existencia de esta causa de justificación, el
agente no debe indemnización alguna por los daños causados al agresor.
8
Obediencia debida
Art. 1719. Asunción de riesgos: “la exposición voluntaria por parte de la víctima a una situación de peligro no
justifica el hecho dañoso ni exime de responsabilidad a menos que, por las circunstancias del caso, ella pueda
calificarse como un hecho del damnificado que interrumpe total o parcialmente el nexo causal.
Quien voluntariamente se expone a una situación de peligro para salvar la persona o a los bienes de otro tiene
derecho, en caso de resultar dañado, a ser indemnizado por quien creó la situación de peligro, o por el
beneficiado por el acto de abnegación. En este último caso, la reparación procede únicamente en la medida del
enriquecimiento por él obtenido.”
Es decir, en actividades riesgosas no se exime de culpa al “organizador”. Excepto que haya ruptura del nexo
causal (ej. Romper alguna regla del juego). Hay tres causas que rompen el nexo de causalidad: caso fortuito,
por causa de la víctima, o por causa de un tercero que no puede responder.
Consentimiento del damnificado. Art. 1720: sin perjuicio de disposiciones especiales, el consentimiento libre e
informado del damnificado, en la medida en que no constituya una cláusula abusiva, libera de la
responsabilidad por los daños derivados de la lesión de bienes disponibles.
Respecto a los bienes no disponibles serian la vida y el propio cuerpo, y al ser indisponibles no liberan de
responsabilidad.
No cabe interpretar la existencia de un consentimiento o de un asentimiento de la víctima, anticipado al daño,
cuando están de por medio los derechos de la personalidad: vida, salud, integridad física, etc. No cabe
confundir el mero conocimiento del riesgo o de la posibilidad de ocurrencia del evento perjudicial, con el
asentimiento o conformidad del daño. La aceptación del daño no puede ser inferida, no puede ser tacita, surgir
del silencio o presumida por la ley, al menos como regla.
26 DE MAYO: DAÑO
El daño es un elemento fundamental de la responsabilidad civil, que supone el deber de reparar siempre que
exista un daño. Si no hay daño no hay resarcimiento.
Respecto al concepto, no han sido coincidentes ni la doctrina ni los ordenamientos jurídicos.
Vélez en el artículo 1069 establecía: el daño comprende no sólo el perjuicio efectivamente sufrido, sino
también la ganancia de que fue privado el damnificado por el acto ilícito, y que en este código se designa por
las palabras “pérdidas e intereses”
La crítica que se le hacía es que no es correcto equiparar los conceptos de daño y antijuridicidad.
Daño, sus distintas definiciones.
Hay autores que lo definen como la lesión a un derecho. Es decir, para que haya daño tiene que haber
una lesión a un derecho subjetivo
Otros, dicen que es la violación a una norma que reconoce un derecho subjetivo. Pero esto es lo
mismo que la antijuridicidad. Ello no es así, en razón de que el problema de la responsabilidad civil del
agente comienza a plantearse, cuando existe un daño causado. Recién en presencia de ese daño, el
intérprete tiene que preguntarse luego si medió antijuridicidad, relación causal y un factor de atribución.
Si no hay daño, es superfluo indagar la existencia o no de los otros presupuestos. En suma, pueden
existir tantos ilícitos extracontractuales, como incumplimiento de obligaciones convencionales, sin que
generen daños. La antijuridicidad significa un menosprecio hacia el ordenamiento jurídico por parte de
9
una conducta determinada con prescindencia del resultado de la acción. No tienen por qué generarse
daños con motivo de la mera infracción de un deber jurídico.
Otra forma de definirlo ha sido como la violación a un interés legítimo, que esté protegido por una ley.
Derecho subjetivo Interés legitimo Interés simple
Puede estar dado por una norma particular, por un acto administrativo.
Es individual, de un sujeto que otorga la ley: Es la facultad para obtener un bien material o inmaterial, que está
protegido por una norma. Es compartido por un grupo interesado Es un interés que si bien no está
protegido por una norma en concreto, no es contrario ni está prohibido por el ordenamiento
En el daño siempre hay una lesión a un derecho subjetivo o a un interés legítimo.
Interés es la facultad de hacer para obtener un objeto de satisfacción.
Las formas de definir el daño han sido criticadas. Cuando hay un obrar ilícito no se lesionan derechos, sino que
hay lesión al objeto o bien que protege ese derecho. En definitiva, no es la violación a un derecho subjetivo,
sino que es necesario relacionarlo al detrimento que surge de la perdida de los bienes. Son lesiones a los
bienes que protegen los derechos. Hay un menoscabo o reducción de goce de esos bienes. Además cuando
uno define al daño como un menoscabo a un derecho patrimonial, no tiene en cuenta los derechos
extramatrimoniales.
CCYC. Art.1737. concepto de daño: hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no reprobado por el
ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio, o un derecho de incidencia colectiva.
TEORIAS-CRITERIOS
o El objeto del daño: el daño como lesión a un interés. El daño en sentido jurídico, es un fenómeno
(lesión) que recae sobre un objeto constituido siempre por un interés humano. El daño recae como
menoscabo sobre intereses que constituyen el objeto de la tutela jurídica. Todo daño afecta entonces
un interés, que es la facultad de actuar en su esfera propia, que pueden ejercer los sujetos para
satisfacer sus necesidades, a través del goce de bienes jurídicos.
o Tesis tradicional; lesión a intereses legítimos o derechos subjetivos: el interés legítimo es un poder de
actuar reconocido legalmente a los sujetos en conjunto, con el fin de obtener el cumplimiento de la ley
que garantiza el interés general. Cuando ese reconocimiento general del interés es exclusivo en favor
de una persona, estamos en presencia de un derecho subjetivo. Este criterio hace una distinción entre
quienes sufren perjuicios “de hecho” y quienes experimentan un daño “jurídico”
o Tesis moderna; lesión a intereses simples (no legitimos): la moderna doctrina es aceptada por la
mayoría de la doctrina, y sostiene que no puede excluirse de tutela indemnizatoria a las situaciones
relativas a todo tipo de lesiones a intereses o expectativas, en cuanto no seas repudiados por el
derecho. Que basta que se trate de intereses estables y ciertos para merecer resarcimiento en caso de
menoscabo.
o El supuesto de los intereses colectivos o difusos: se trata de intereses supraindividuales, porque la
facultad de actuar no atañe excluyentemente a la esfera propia de cada sujeto, sino que es compartida
con los demás miembros de grupos o categorías sociales. No se trata de una suma de intereses
individuales, sino que cualitativamente se trata de un solo interés fragmentado.
Para que el daño sea indemnizable tiene que poseer ciertas características:
10
Personalidad: solo puede reclamar el daño quien haya sufrido en interés propio. El sujeto debe tener
propiedad en ese interés que busca ser protegido. Salvo que sea un representante legal, y no lo hace por
derecho propio, lo hace en representación de los hijos. Debe estar legitimado para ejercer la acción judicial. Se
trata de una cuestión de legitimación, en función de la cual nadie puede pretender la reparación de daños que
recaen sobre intereses de terceros.
Certeza: debe mediar certidumbre en cuanto a la existencia misma del daño (ya sea actual, o futuro).
Es menester que el daño sea real y efectivo, y no puramente eventual o hipotético. No basta el simple peligro o
amenaza. El daño debe constituir un verdadero suceso, que provoca (o provocara) la privación efectiva de un
bien. Revisten certidubre tanto el daño actual como el futuro, e incluso la perdida de la chance. La certeza
depende de la subsistencia del daño al momento de la sentencia.
Daño actual: es aquel que ya se ha producido al momento que el juez toma en cuenta para fijar el
resarcimiento, iniciación de la demanda, producción de la prueba, o sentencia.
Daño futuro: son los que, aun no habiéndose materializado al tiempo de la sentencia, aparecen como previsible
su existencia, según las circunstancias del caso y la experiencia de la vida. Hay algunos daños futuros
indemnizables, porque al dictarse la sentencia se sabe que van a producirse o perdurar, se tiene certeza de
eso.
Perdida de la chance: se trata de acontecimientos de los que no puede extraerse con absoluta certidumbre si
han generado o no consecuencias dañosas al sujeto que alega el perjuicio. Son ventajas o perdidas cuya
producción no dependía exclusivamente del otro sujeto, por estar asi mismas sometidas a un riesgo que
genera posibilidades a favor y en contra. (ej, abogado que con su conducta negligente frustra la probabilidad
de una sentencia favorable. Es incierto que el resultado dañoso se hubiera evitado de no mediar el
comportamiento antijurídico del autor, el pleito igualmente podría perderse, aunque el abogado actuara
negligentemente). El saldo del resarcimiento surge de una proporción basada en probabilidades suficientes
que la chance se perdió efectivamente con motivo del comportamiento atribuido al agente.
Subsistencia del daño: que no haya desaparecido al momento de ser resarcido.
El daño tiene que tener cierta significancia, uno no puede reclamar por daños que tiene por ejemplo, que
soportar por el solo hecho de vivir en sociedad.
2 DE JUNIO: DAÑO MORAL Y DAÑO MATERIAL
DAÑO MATERIAL: se ocasiona al patrimonio de la víctima, como conjunto de valores económicos siendo por
tanto susceptible de apreciación pecuniaria. Quedan comprendidos los supuestos de pérdida, destrucción o
deterioro de bienes, como la realización de gastos o erogaciones, las ganancias frustradas como consecuencia
de la disminución de la capacidad de trabajo.
Resarcibilidad: la resarcibilidad del daño depende de la idoneidad del sujeto para ejercer la pretensión; solo
puede reclamar la reparación del daño, quien lo haya sufrido en un interés propio. Se trata de una cuestión de
legitimación, nadie puede pretender la reparación de daños que recaen sobre intereses de terceros. Donde no
hay interés, no hay acción.
La “personalidad” (o interés propio) del daño, no es un requisito de su resarcibilidad, sino el presupuesto para
el ejercicio de la acción resarcitoria.
Además, es necesario que el daño sea cierto (real y efectivo). Debe constituir un verdadero suceso, que
provoca (o provocará) la privación efectiva de un bien. Revisten certidumbre, a los fines de la resarcibilidad, el
daño actual como el futuro y la pérdida de la chance.
11
ARTICULO 1716.-Deber de reparar. La violación del deber de no dañar a otro, o el incumplimiento de una
obligación, da lugar a la reparación del daño causado, conforme con las disposiciones de este Código.
ARTICULO 1738.-Indemnización. La indemnización comprende la pérdida o disminución del patrimonio de la
víctima, el lucro cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva de su
obtención y la pérdida de chances. Incluye especialmente las consecuencias de la violación de los derechos
personalísimos de la víctima, de su integridad personal, su salud psicofísica, sus afecciones espirituales
legítimas y las que resultan de la interferencia en su proyecto de vida.
El daño material puede manifestarse de dos maneras (tanto en la esfera contractual como extracontractual):
Daño emergente: valor de la pérdida (perjuicio) sufrida. Implica la pérdida o disminución de valores económicos
positivamente existentes y se manifiesta como un empobrecimiento del patrimonio. Ej.: víctima de accidente de
tránsito que debe gastar en medicamentos.
Lucro cesante: valor de la utilidad (ganancia) dejada de percibir. Implica la frustración de ganancias o ventajas
económicas, la privación de un enriquecimiento patrimonial. Ej.: víctima de accidente de tránsito que no puede
ir a trabajar como consecuencia del accidente.
Ambos pueden ser actual o futuro.
ARTICULO 1739.-Requisitos. Para la procedencia de la indemnización debe existir un perjuicio directo o
indirecto, actual o futuro, cierto y subsistente. La pérdida de chance es indemnizable en la medida en que su
contingencia sea razonable y guarde una adecuada relación de causalidad con el hecho generador.
Daño actual: aquel que ya se ha producido al momento en que el juez toma en cuenta para fijar el
resarcimiento. Se verifica efectivamente antes de la sentencia. Ej.: peatón que es víctima de un accidente de
tránsito.
Daño futuro: los que, aun no habiéndose materializado al tiempo de la sentencia, ya aparece como
objetivamente previsible su existencia, que habrá de concretarse verosímilmente según las circunstancias del
caso. Puede darse por prolongación o agravamiento de un daño actual o consecuencias dañosas que se han
de manifestar luego de la sentencia judicial. Ej.: daños psico-físicos que produce la contaminación ambiental.
Pérdida de la chance: acontecimiento de los que no puede extraerse con absoluta certidumbre si han generado
o no consecuencias dañosas al sujeto que alega el perjuicio. Es incierto que el resultado dañoso se hubiera
evitado de no mediar el comportamiento antijurídico del autor. Ese grado de incertidumbre no obsta a la
resarcibilidad del daño, en función de un razonado balance de probabilidades objetivas en pro y contra, si del
saldo de las mismas surge que la oportunidad no implicaba una vaga posibilidad, sino una proporción basada
en probabilidades suficientes de que la chance se perdió efectivamente con motivo del comportamiento
antijurídico atribuido al agente. El juez no apreciará el valor global de la ganancia o pérdida, sino la proporción
de ese valor que representa la frustración de la chance.
Daño directo: si la indemnización la reclama la víctima.
Daño indirecto: si la indemnización la reclama otra persona distinta de la víctima que ha sufrido perjuicio en un
interés propio y legítimo.
Daño al interés positivo: privación de los bienes que el acreedor tendría, si el negocio se hubiese celebrado
eficazmente, englobando las perspectivas favorables que el acreedor podía legítimamente esperar como
resultado del contrato frustrado. Los daños propiamente derivados del incumplimiento de la obligación.
12
Daño al interés negativo: aquel que se verifica cuando un contrato no llega a perfeccionarse debido a la culpa
de una de las partes, o cuando el mismo es anulado. Se resarce el daño consistente en la situación patrimonial
negativa en la que queda el acreedor, por los gastos incurridos, obligaciones contraídas u oportunidades
perdidas a raíz de haber creído en la conclusión o eficacia del negocio; el daño que no hubiera padecido si se
hubiese sabido que el contrato se frustraría o resultaría ineficaz. Comprende al lucro cesante y daño
emergente.
Daño compensatorio: resulta del incumplimiento definitivo de la prestación debida, o cuando esta haya sido
imperfecta o parcialmente ejecutada. La indemnización tiende a proporcionar al acreedor un beneficio
equivalente al que hubiera obtenido del cumplimiento íntegro y adecuado de la prestación.
Daño moratorio: corresponde al retardo en el cumplimiento de la obligación, cuando se han dado las
condiciones que la ley exige para tener por constituido en mora al obligado. Falta de satisfacción oportuna de
la obligación, que puede ser llevada a cabo posteriormente, en forma voluntaria o forzada. La indemnización
tiende a sancionar el retardo del deudor, proporcionando al acreedor el equivalente de la ventaja que hubiera
obtenido, de no mediar dicho retardo.
DAÑO MORAL:
Se produce cuando se afectan ciertos bienes de la persona que no atañen al patrimonio pero que el derecho
protege, como la paz, la tranquilidad de espíritu, la libertad, el honor, su integridad física, etc. Constituye toda
modificación disvaliosa del espíritu. Alteración disvaliosa del bienestar psicofísico de una persona por una
acción atribuible a otra.
ARTICULO 1741.- Indemnización de las consecuencias no patrimoniales. Está legitimado para reclamar la
indemnización de las consecuencias no patrimoniales el damnificado directo. Si del hecho resulta su muerte o
sufre gran discapacidad también tienen legitimación a título personal, según las circunstancias, los
ascendientes, los descendientes, el cónyuge y quienes convivían con aquél recibiendo trato familiar ostensible.
La acción sólo se transmite a los sucesores universales del legitimado si es interpuesta por éste. El monto de
la indemnización debe fijarse ponderando las satisfacciones sustitutivas y compensatorias que pueden
procurar las sumas reconocidas.
La seguridad personal: comprende la protección jurídica a la vida misma de la persona y por implicancia, el
amparo a la integridad corporal y psíquica, a la disponibilidad del cuerpo, a la identidad, a la imagen, el honor,
la reputación, la privacidad, la igualdad y libertad.
Las afecciones legítimas: están constituidas por todos aquellos sentimientos positivos (fundamentalmente el
amor), que nacen como consecuencia del emplazamiento familiar. Este tipo de daño se configura bajo la forma
de la tristeza, la pena o el disgusto de un mal padecido por un ser querido. Ej.: la muerte o lesión producida por
la acción nocible de un tercero a un familiar.
Bienes de goce: ocurre cuando ciertos bienes adquieren para su titular un valor especial (como ocurre con los
animales domésticos) u otros adquiridos con gran sacrificio o heredados de seres queridos.
COMPOSICION DEL PERJUICIO.
La composición del daño moral se da bajo la especie de una sanción, pena privada. Trasunta un reproche a la
falta cometida por el autor del daño, expresa un repudio por parte de la víctima, que se resuelve con la
imposición de abonar una suma de dinero, una “multa particular”.
DAÑO MORAL EN EL INCUMPLIMIENTO CONTRACTUAL.
13
Siendo el contrato un acto jurídico bilateral y patrimonial, su incumplimiento acarrea el efecto de un perjuicio
material. Resulta innegable que el incumplimiento de esta índole puede provocar una conmoción psíquica que
altere el bienestar moral del contratante de buena fe. La responsabilidad civil se elabora a partir de la situación
a la que ha quedado sometida la víctima y el perjuicio por ella padecido. El juez debe observar el bienestar
espiritual quebrado por la acción nociva, la medida en que fue afectada la sensibilidad, el carácter de la
expectativa frustrada, etc.
DAÑO MORAL EMERGENTE DEL ACTO ILICITO.
Cuando un hecho viola el deber de no dañar a las personas en sí mismas o en sus bienes. El deber genérico
de no dañar se corresponde con el derecho que toda persona tiene a la indemnización, a permanecer exento
de perjuicios en su esfera de obrar, en sus relaciones de vecindad, en la circulación, en su vida de relación.
Ante la ocurrencia del ilícito civil, nace la obligación de reparar el daño. Es procedente la reparación del agravio
moral en toda clase de ilícitos.
LEGITIMACION ACTIVA
ARTICULO 1712.-Legitimación. Están legitimados para reclamar quienes acreditan un interés razonable en la
prevención del daño.
Solo la persona que lo sufre puede reclamar la reparación o renunciar a ella relevando al ofensor de la
indemnización. Son damnificados directos aquellas personas sobre las que recayó la acción nocible.
LEGITIMACION PASIVA.
Es el autor de la acción nocible que origino el perjuicio moral, quien está obligado a reparar los perjuicios a
todos los legitimados activos. La circunstancia de haber indemnizado a uno de ellos, no puede ser excusa para
eximirlo de responsabilidad respecto de los demás. Las personas jurídicas también son responsables por los
daños morales causados por quienes las dirijan o administren en ejercicio o con ocasión de sus funciones y por
los que causen sus dependientes.
9 DE JUNIO: DAÑO RESARCIBLE POR HOMICIDIO
Daño resarcible por Homicidio. Código Vélez, tesis del valor económico de la vida. Código Civil Comercial.
El homicidio aparece cuando una persona da muerte a otra, con o sin intención.
En el Código de Vélez, estaba legislado en el capítulo II (Delitos contra la persona)
Art.1.079. La obligación de reparar el daño causado por un delito existe, no sólo respecto de aquel a quien el
delito ha damnificado directamente, sino respecto de toda persona, que por él hubiese sufrido, aunque sea de
una manera indirecta.
Esto quiere decir que cualquier persona tiene una acción iure proprio. El daño puede ser tanto moral como
material.
Art. 1.084. Si el delito fuere de homicidio, el delincuente tiene la obligación de pagar todos los gastos hechos
en la asistencia del muerto y en su funeral; además lo que fuere necesario para la subsistencia de la viuda e
hijos del muerto, quedando a la prudencia de los jueces, fijar el monto de la indemnización y el modo de
satisfacerla.
Daño material
14
En cuanto a este articulo y “los gastos hechos en la asistencia del muerto y en su funeral”, son a cargo del
responsable del homicidio, estos pueden ser: sepelio o inhumación del cadáver, colocación de lapidas en la
tumba, construcción de monumentos, entre otros. En cuanto a “lo que fuera necesario para la subsistencia de
la viuda e hijos del muerto”, pueden ser gastos de alimentación, habitación, vestuario y lo que corresponda a la
condición de las personas damnificadas, además de la asistencia en las enfermedades.
Los gastos de la subsistencia se presumen acreditando la condición y lo que ganaba el sujeto. Por el articulo
1079 pueden también acreditarlo los indirectos. Por otro lado, los hijos mayores que no producen tienen que
acreditar que los mantenían.
Algunos incluían los lucros probables del muerto, pero existe disidencia. Llambias, establecía que, si eran
lucros del muerto, no lo habrían sido de los vivos. El Código Civil, se apartó del Proyecto de Freitas que
establecía que “todas las ganancias que el muerto podría haber hecho en el tiempo probable de su vida”,
optando por “lo que fuera necesario para la subsistencia”
Estos doctrinarios establecieron que era necesario probar por quienes lo invocan y aun cuando podrán integrar
la indemnización lo serian siempre en carácter de una perdida de la chance.
Orgaz, Morello, creían que debían también los posibles lucros futuros, pero cualquier alcance que se le dé al
daño presunto, queda librado a la prudencia de los jueces fijar el monto de la indemnización y el modo de
satisfacerla. Así entonces, también se debe tener en cuenta la condición socio-económica de la victima
El daño moral lo reclama los herederos necesarios.
Art. 1.085. El derecho de exigir la indemnización de la primera parte del artículo anterior, compete a cualquiera
que hubiere hecho los gastos de que allí se trata. La indemnización de la segunda parte del artículo, sólo
podrá ser exigida por el cónyuge sobreviviente, y por los herederos necesarios del muerto, si no fueren
culpados del delito como autores o cómplices, o si no lo impidieron pudiendo hacerlo
En el Código Civil y Comercial encontramos los siguientes artículos:
Art.1745.- Indemnización por fallecimiento. En caso de muerte, la indemnización debe consistir en:
a) los gastos necesarios para asistencia y posterior funeral de la víctima. El derecho a repetirlos incumbe
a quien los paga, aunque sea en razón de una obligación legal;
b) lo necesario para alimentos del cónyuge, del conviviente, de los hijos menores de veintiún años de
edad con derecho alimentario, de los hijos incapaces o con capacidad restringida, aunque no hayan
sido declarados tales judicialmente; esta indemnización procede aun cuando otra persona deba
prestar alimentos al damnificado indirecto; el juez, para fijar la reparación, debe tener en cuenta el
tiempo probable de vida de la víctima, sus condiciones personales y las de los reclamantes;
c) la pérdida de chance de ayuda futura como consecuencia de la muerte de los hijos; este derecho
también compete a quien tenga la guarda del menor fallecido.
Daño material
La indemnización en caso de alimentos se da, aunque otro pueda. Por otro lado, la presunción se da en los
convivientes y los que son incapaces.
La pérdida de la chance de los padres con hijos, se indemniza materialmente. Ejemplo: la madre que cuidaba a
los hijos debe pagarse, porque el conyugue debería pagarle otro. La asistencia económica se da según la
clase social.
El daño moral es igual al visto anteriormente.
15
El valor económico de la vida
Es la medición de la cuantía del perjuicio que sufren aquellos que eran destinatarios de todos o parte de los
bienes económicos que el extinto producía y en razón de esa fuente de ingresos que se extingue. El objeto de
esto no es la vida en sí, sino las consecuencias que la busca interrupción de la misma, como actividad
creadora y productora de bienes produce en los patrimonios.
Parte de la doctrina quiere decir que la vida humana no tiene valor económico per se, sino en consideración a
lo que produce o puede producir.
Otra parte de la doctrina, sostiene que la vida humana tiene un valor en sí misma, y su resarcimiento puede
reclamarse por los herederos forzosos sin necesidad de demostrar el daño sufrido
Existen ciertos supuestos particulares
o La muerte del padre anciano
Una persona anciana, de edad avanzada, ya sin actividad rentable, plantea la eliminación de una carga
patrimonial
o Los hijos de corta edad
En este caso se establece que solo les ocasionan gastos de mayor o menor magnitud. Por otro lado, se puede
considerar la perdida efectiva de los gastos y sacrificios que han realizado para sostener la vida del menor, y la
esperanza de protección y amparo para la vejez que la muerte ha tronchado, pero esto aparece como una
pérdida de la chance.
Tiene por fundamento la perdida de la chance la indemnización por la muerte de una criatura de menor edad o
sea que no alcanzo la edad necesaria en la que se torna económicamente productivo, está dado por las
posibilidades futuras de la víctima frustrada por el evento y las legítimas esperanzas de sus progenitores para
lo cual debe tenerse en cuenta el medio económico. Debe tenerse en cuenta la experiencia de la vida.
La chance, es la probabilidad objetiva de un beneficio económico futuro y frustrada, debe ser indemnizada,
pero no la constituye una posibilidad muy general y vaga, ya que se trataría de un daño meramente eventual o
hipotético.
La doctrina ha exigido la prueba de la perdida de esta chance, es decir, que si bien el artículo 1085 del Código
Civil, al referirse a herederos necesarios del muerto, podría resultar compresivo de los padres, no se les
reconoce la titularidad de esta acción.
16 DE JUNIO: FACTORES DE ATRIBUCION. CULPABILIDAD
Los factores de atribución
Es la razón suficiente por la cual se justifica que el daño que ha sufrido una persona se traslade
económicamente a otro. Los mismos se pueden clasificar en:
- Subjetivos: Se tiene en cuenta la reprochabilidad de la conducta del sujeto ofensor: dolo o culpa
- Objetivos: Se tienen en cuenta otras razones por la cual es justo provocar el desplazamiento, teniendo
en cuenta valoraciones sociales, económicas, políticas, etc. Son: riesgo, equidad, garantía, igualdad
en la distribución de las cargas públicas, entre otras.
La culpa
16
Código civil de Vélez:
Art. 512. La culpa del deudor en el cumplimiento de la obligación consiste en la omisión de aquellas diligencias
que exigiere la naturaleza de la obligación, y que correspondiesen a las circunstancias de las personas, del
tiempo y del lugar.
Código penal:
“…el que, por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o
de los deberes a su cargo causare a otro la muerte.”
Código Civil y Comercial
Art. 1724.- Factores subjetivos. Son factores subjetivos de atribución la culpa y el dolo. La culpa consiste en la
omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las circunstancias de las personas, el
tiempo y el lugar. Comprende la imprudencia, la negligencia y la impericia en el arte o profesión. El dolo se
configura por la producción de un daño de manera intencional o con manifiesta indiferencia por los intereses
ajenos.
La culpa requiere necesariamente la imputabilidad. Jiménez de Asua define la culpa como la reprochabilidad
personal de la acción u omisión antijurídica, fundada n el nexo espiritual que liga al sujeto con el acto.
La culpa tiene diferentes rostros:
- Negligencia: conducta omisiva: no tomar las precauciones necearía al encarar una acción
- Imprudencia: Conducta positiva: acción de la cual había que abstenerse o en una acción que ha sido
realizada precipitadamente
- Impericia: Capacidad técnica para el ejercicio de una función determinada, profesión o arte.
- Inobservancia de los reglamentos: No observar las diligencias prescritas por las normas jurídicas para
una actividad reglada
Todas estas pueden combinarse
También, existen diferentes criterios de apreciación:
A. Abstracto u objetivo
Se tiene en cuenta la previsibilidad general de un sujeto modelo o tipo, se valora por comparación con un ente
creado intelectualmente por medio de la abstracción.
B. Concreto u subjetivo
Compara el proceder del mismo sujeto actuante ante circunstancias similares a las del hecho dañoso.
Nuestro Código civil tiene un sistema mixto.
Graduaciones de la culpa:
Culpa grave: Mosset: No prever o comprender lo que todos prevén o comprenden, omitir los cuidados
más elementales, descuidar la diligencia más pueril, ignorar los conocimientos más comunes.
Culpa leve: Falta de diligencias propias
Culpa levísima: Omisión de las diligencias que tomaría una persona más allá de las que está obligado
Culpa civil y penal
17
CULPA PENAL CULPA CIVIL
Tiene por finalidad reprimir al agente Tiene por finalidad reparar el daño causado
Mas grave Mas leve
Se usa un criterio más benévolo para reprochar Se usa un criterio más refinado para no dejar a la
víctima sin reparación
Principio de inocencia Presunción de culpa
La no culpa
Se basa en una noción negativa, no haber incurrido en imprudencia, negligencia, impericia, etc. Es haber
adoptado la diligencia debida de acuerdo a la naturaleza de la obligación y las circunstancias de la persona,
tiempo y lugar
Se distingue del caso fortuito en que esta se ubica en el campo de la causalidad e impide la autoría, pues el
daño no es atribuible físicamente a la conducta del agente; la no culpa en cambio presupone la autoría, pero
está ausente el factor de atribución subjetivo, el sujeto ha causado físicamente el daño pero no puede
imputárselo a su culpabilidad.
Art. 1.113. La obligación del que ha causado un daño se extiende a los daños que causaren los que están bajo
su dependencia, o por las cosas de que se sirve, o que tiene a su cuidado.
En los supuestos de daños causados con las cosas, el dueño o guardián, para eximirse de responsabilidad,
deberá demostrar que de su parte no hubo culpa; pero si el daño hubiere sido causado por el riesgo o vicio de
la cosa, sólo se eximirá total o parcialmente de responsabilidad acreditando la culpa de la víctima o de un
tercero por quien no debe responder.
La no culpa implica para probarla acreditar que se han tomado todas y cada una de las diligencias que las
circunstancias exigían, la prueba de la causa ajena requiere acreditar positivamente cual es el hecho que
determino el daño
Dolo
o Dolo como vicio de la voluntad en el Código Vélez
Art. 931. Acción dolosa para conseguir la ejecución de un acto, es toda aserción de lo que es falso o
disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o maquinación que se emplee con ese fin.
o Dolo como elemento de los hechos ilícitos
Art. 1.072. El acto ilícito ejecutado a sabiendas y con intención de dañar la persona o los derechos de otro, se
llama en este código "delito".
El dolo puede ser directo, indirecto o eventual. Por otro lado, Mosset establece que el dolo eventual debe tener
los siguientes tres requisitos:
- Representación del resultado dañoso como posible
- Consentimiento a tal posibilidad
- Si el agente hubiera estado convencido de la producción de dicho resultado, habría omitido el acto
Incumplimiento malicioso
18
Art. 521. Si la inejecución de la obligación fuese maliciosa los daños e intereses comprenderán también las
consecuencias mediatas.
En este caso, no será aplicable el tope porcentual previsto en el último párrafo del artículo 505.
Mosset establece que existen tres clases de incumplimiento: el culposo, doloso (provocan responsabilidad
hasta la misma extensión) y el malicioso, que consiste en un incumplimiento cualificado por la intención de
dañar, que responde hasta las consecuencias mediatas. Es sinónimo de incumplimiento deliberado
Por otra parte, de la doctrina establece que el malicioso y el doloso son sinónimos, extienden la reparación de
las consecuencias mediatas a los supuestos de dolo eventual.
El ilícito doloso y los delitos civiles
Existen hechos ilícitos que no son delitos.
Nota articulo 1072 Vélez: La palabra delito tiene en derecho civil una significación diferente de la que tiene en
el derecho criminal. En derecho civil designa toda acción ilícita por la cual una persona a sabiendas e
intencionalmente perjudica los derechos de otra. En derecho criminal, designa toda infracción definida y
castigada por la ley penal. No todos los delitos civiles constituyen delitos del derecho criminal, porque la ley
penal no castiga todos los actos que atacan los derechos de otro, por ejemplo, el estelionato que no se castiga
por la ley penal, aunque es en muchos casos un verdadero delito civil. Y recíprocamente, no todos los delitos
del derecho criminal constituyen delitos civiles. La ley penal castiga actos que no hacen sino amenazar el
ejercicio de ciertos derechos, aunque no haya un ataque efectivo.
23 DE JUNIO: LA CAUSALIDAD JURIDICA
Origen, ámbito y exposición. Teorías y critica. Código de Vélez, ley 17711, y Código actual. Régimen de
imputación de las consecuencias
La relación de causalidad refiere a la vinculación que debe existir entre un hecho y el daño, para que el autor
de ese comportamiento deba indemnizar el perjuicio. El hecho debe ser el antecedente, la causa del daño, se
observa la proximidad o lejanía de esos efectos dañosos.
La relación de causalidad, en el Código de Vélez se limitaba a mostrar las consecuencias y a clasificarlas,
también se refirió a la previsibilidad, que permite diferenciar las mediatas de las causales, pero no avanzo
sobre el tema.
Art. 903. Las consecuencias inmediatas de los hechos libres, son imputables al autor de ellos.
Art. 904. Las consecuencias mediatas son también imputables al autor del hecho, cuando las hubiere previsto,
y cuando empleando la debida atención y conocimiento de la cosa, haya podido preverlas.
Art. 905. Las consecuencias puramente casuales no son imputables al autor del hecho, sino cuando debieron
resultar, según las miras que tuvo al ejecutar el hecho
Art. 906. En ningún caso son imputables las consecuencias remotas, que no tienen con el hecho ilícito nexo
adecuado de causalidad.
(Artículo sustituido por art. 1° de la Ley N° 17.711 B.O. 26/4/1968. Vigencia: a partir del 1° de julio de 1968.)
Con la reforma de la ley 17711 en el artículo 906, se declaran inimputables las consecuencias remotas, porque
no guardan con el hecho un nexo adecuado de causalidad. Priva en nuestra doctrina una interpretación
19
objetiva de la previsibilidad o probabilidad del resultado dañoso, siempre tomando en consideración un
pronóstico retrospectivo.
Teoría de la conditio sine qua non
Se trata de desenlazar el proceso histórico del acontecimiento que ha conducido al daño, existe una
equivalencia de condiciones, basta que el hecho de una persona haya sido uno de los antecedentes del daño
para que dicha persona sea responsable de él. Se reconoce como causa a cualquiera.
Tiene como critica que sería para el derecho una tarea infinita juzgar las causas de las causas y las acciones
de unas sobre las otras.
Teoría de la causa próxima
La causa va a ser aquella que temporalmente se halla más próxima, por ende, solo se responde a los daños
inmediatos y directos. Esta tuvo como críticas a que no soluciona sobre los daños nacidos de hechos que
concurrieron de manera simultánea o compleja, ya que ambos guardan cierta proximidad; no responde a los
daños de un hecho indudable, no aparecen enseguida en el tiempo que requieren un proceso de
exteriorización o manifestación; no es justa
Teoría de la causa eficiente
Hace referencia a distinguir las condiciones, las eficientes para producir el daño, de las ineficientes o
inadecuadas. El juez debe buscar la “condición preponderante”. Las criticas aparecen en cuanto a que la
condición que ha contribuido con mayor medida a la producción del daño es la más activa; por el afán
cualitativo se considera causa al antecedente que contiene virtualmente el efecto por su mayor eficacia interna.
Relación de causalidad adecuada
Es cuestión a decidir por el juez de la cusa, muy atento a sus peculiaridades actuando como si fuera un
observador optimo, colocado al momento de la producción del hecho que se juzga, en situación de anticipar o
inferir las consecuencias perjudiciales que de ese hecho pueden derivarse.
La reparación de las consecuencias se limita cuando se dejan sin reparar alguna de las consecuencias
dañosas. En el ámbito extracontractual, aquilino o por actos ilícitos, la regla es la reparación integran o
completa. En el ámbito contractual o por el cumplimiento contractual se distingue según el factor de atribución
si media dolo agravado por la previsibilidad del resultado, malasia, se responde de todos los daños previsibles,
mediatos e inmediatos, arti.521; si solo media culpa o riesgo creado, de las consecuencias inmediatas, art.520.
En el Código Civil y Comercial se establece:
Art. 1726.-Relación causal. Son reparables las consecuencias dañosas que tienen nexo adecuado de
causalidad con el hecho productor del daño. Excepto disposición legal en contrario, se indemnizan las
consecuencias inmediatas y las mediatas previsibles.
20