Agenda Democrática de Honduras
Agenda Democrática de Honduras
transformación democrática
de Honduras
Apuntes para el debate VERSIÓN CORREGIDA Y AMPLIADA
El análisis y las conclusiones presentadas en este informe son responsabilidad exclusiva del CESPAD y no expresa la
posición oficial de DANIDA, tampoco de las organizaciones sociales participantes en los talleres regionales.
Bibliografía............................................................................................................................................................................... 62
El presente documento es un producto generado como parte del Proyecto: “Validación y estra-
tegias de incidencia en torno a la Agenda de Transformación Democrática de Honduras”,
financiado por DANIDA. La versión original de este documento fue posible gracias al apoyo brin-
dado por el Fondo ACI-ERP.
La diferencia entre la primera y segunda versión, es que en esta última se ha asegurado la incorpo-
ración de las visiones e interés de las mujeres y la juventud, para ello se ha contado con el apoyo
de expertos en este tema. Pero también se ha garantizado la participación de representantes de
ambos sectores en tres talleres regionales (nor-occidente, centro y sur), con animados debates
sobre los problemas presentes y propuestas de solución hacia futuro. Además, se ha ampliado el
debate con expertos en los temas de seguridad y defensa, bosque y recursos naturales, y energía.
Esta segunda versión ha permitido mejorar el diagnóstico y afinar el enfoque y las propuestas ha-
cia la superación de la exclusión social y la transformación democrática de Honduras.
Para todos y todas las participantes en este proceso un punto en común ha sido la expresada
necesidad que el país avance hacia un nuevo pacto social, con la activa participación de los movi-
mientos sociales, fundamentado en el grave deterioro de la capacidad del Estado de hacer frente
a los principales problemas nacionales, su debilidad y crisis de legitimidad frente a la ciudadanía.
Este documento se divide en tres partes. La primera, consiste en una rápida mirada de los cinco
modelos de crecimiento económico que han delineado la Honduras del presente. La segunda parte,
es un comprimido pero, a la vez, diversificado diagnóstico de la problemática de la exclusión en
Honduras. Y, la tercera parte, está dedicada a la presentación de la propuesta propiamente dicha de
las “Bases para la Agenda de Transformación Democrática de Honduras” organizada en tres ejes: i)
Transformación y Democratización del Estado; ii) Diversificación y Democratización de la Economía;
y, iii) Sustentabilidad Ambiental en Armonía con la Naturaleza.
Desde el CESPAD, estamos seguros que este texto contribuirá al debate democrático en este mo-
mento de especial importancia histórica-política para el país y que será de interés para todos
aquellos sectores y personas interesadas en la problemática nacional.
Este trabajo no hubiera sido posible sin el apoyo solidario y complementario de DANIDA y del
Fondo ACI-ERP, a quien agradecemos su confianza y el permanente compromiso en la construc-
ción de una Honduras más justa e incluyente.
Agosto de 2012
Algunos conceptos para entender mejor la lectura del texto (En orden de aparición en la exposición del capítulo)
1) Proyecto de desarrollo nacional. Imagen o visión futura del país que se quiere construir, generalmente
encabezada por los grupos dominantes e ilustrados, mediante la implementación de diversos planes que
consideran las principales vocaciones productivas nacionales, la formación del capital humano (educación y
salud), la construcción de la infraestructura básica, las relaciones con el mundo externo y otros aspectos claves.
Por ello, suele afirmarse que los grupos dominantes, en alguna fase del desarrollo de la historia de un país,
desempeñaron un rol “progresista o revolucionario”.
2) Enclave. Es una especie de “islote” o “fragmento” de la economía de un país desarrollado en un país económi-
camente atrasado; realidad esta que no modifica, manteniéndola intacta. Esto se expresa en la presencia de
empresas o corporaciones con alto nivel tecnológico que sólo aprovechan los recursos naturales a su dispo-
sición y la existencia de una fuerza de trabajo barata en el país “anfitrión”. El enclave es una prolongación de la
economía del país extranjero de donde las corporaciones o empresas foráneas traen muchos de los insumos
necesarios para producir y donde envían todas las riquezas (utilidades) generadas.
3) Sustitución de importaciones. Política orientada a producir en el país lo que usualmente se importa; con-
junto de normas pro industriales, generalmente consistentes en la implementación de barreras arancelarias
destinadas a restringir o evitar la importación de los productos que se pretende sustituir en el ámbito nacional.
Su justificación estriba en el incremento del valor agregado y la creación de puestos de trabajo en la economía
nacional. Entre los años 40 y 60 del siglo pasado esto representó, en América Latina, una corriente popular-
nacionalista para enfrentarse a las grandes corporaciones estadounidenses. (http://www.eumed.net/dices/
definicion.php?dic=4&def=857).
4) Producto Interno Bruto (PIB). Es el valor monetario de los bienes y servicios finales producidos por la eco-
nomía de un país en un período determinado, dentro de sus fronteras nacionales. EL PIB es un indicador que
ayuda a medir el crecimiento o decrecimiento de la producción de bienes y servicios de las empresas de cada
país (grandes, medianas y pequeñas; públicas, privadas y mixtas). (http://www.economia.com.mx/producto_in-
terno_bruto.htm). Tener presente que el PIB no contabiliza el trabajo doméstico realizado dentro de los hogares
por las amas de casa u otros miembros de la familia.
5) Producto Interno Bruto Per Cápita. Se calcula dividiendo el PIB total por la cantidad de habitantes de un
país. Es importante indicar que este indicador no considera la distribución real de ingresos entre las familias de
un país, allí su gran debilidad. En esta medida se considera por igual a una persona que gana menos del salario
mínimo y a aquella que gana millones de Lempiras o dólares en un año. (http://www.econlink.com.ar/dic/pib.
shtml). Pero aún así aporta una idea aproximada del comportamiento general de una economía y cómo distri-
buye sus beneficios entre todos sus habitantes.
6) Desarrollo humano y el Índice de Desarrollo Humano (IDH). “El desarrollo humano es un proceso de
ampliación de las opciones de las personas. Se logran ampliar esas opciones aumentando las capacidades y
Foro sobre la reconstrucción democrática de Honduras: retos, desafíos y propuestas para una Agenda Nacional (Foto CESPAD).
Son cinco modelos de crecimiento los que han delineado los contornos de la Honduras actual: 1) El enclave minero
y bananero; 2) La diversificación de la economía agro-exportadora; 3) La sustitución de importaciones; 4) La reforma
agraria y un nuevo intento por desarrollar el mercado interno; y, 5) El neoliberalismo.
El balance de este modelo fue negativo para el país: i) La desnacionalización de la economía, la cual pasó a ser
controlada directamente por las compañías estadounidenses; ii) La descapitalización del país; todas las ganancias y
utilidades fueron enviadas a los bancos de los Estados Unidos; y, iii) La deformación de la economía; coexistencia de
zonas de crecimiento económico (minerales y bananos), con zonas atrasadas, aisladas e incomunicadas; sentando
las bases del actual desarrollo territorial desequilibrado de Honduras.
Todo esto generó una amplia concentración de las tierras agrícolas en pocas manos en las nuevas zonas de agro-
exportación (especialmente en el norte y sur del país); dando lugar a un doble proceso, por una parte, la destrucción
de la economía campesina de subsistencia; y, por otra parte, a la semi-proletarización de importantes contingentes
de la población campesina que despojada de sus tierras tiene que buscar trabajo asalariado, pero que no deja de
aspirar a recuperar sus tierras. Es por ello, que este doble proceso dará origen a constantes y violentos conflictos
de tierra. Es un hecho que el amplio despojo de tierras realizado a favor de los terratenientes consolida el carácter
excluyente de la sociedad hondureña, cuyas secuelas se extienden hasta el presente. Situaciones similares, aunque
marcadas por sus contextos específicos, se desarrollaron en el resto de los países centroamericanos. Tanta injustica
y despojo colocaron en riesgo la estabilidad de los regímenes políticos imperantes.
3) La sustitución de importaciones
A finales de los años cincuenta (1950) del siglo pasado, Centro América continuaba siendo la zona más atrasada del
continente. En el caso hondureño, el modelo de desarrollo agro exportador y dependiente fundado en el enclave
bananero había entrado en crisis, en tanto no era capaz de garantizar un desarrollo sostenible e incluyente, como
tampoco la estabilidad política interna.
Esto fue entendido por algunos organismos internacionales, tal como la Comisión Económica para América Latina
A finales de la década de los años sesenta (1969) una cuestión resultaba clara: el capitalismo dependiente hondu-
reño había entrado en una crisis estructural, donde los problemas del modelo agro exportador se combinaban con
los de la industrialización dependiente. De tal manera, que los problemas de mercados y precios de los productos
agrícolas de exportación, la injusta estructura de tenencia de la tierra, la creciente pobreza rural, se mezclaban
con el alto crecimiento de los centros urbanos como producto de las migraciones rurales, el aumento sostenido
del desempleo y subempleo urbano y rural, la necesidad creciente de divisas (dólares) para hacer frente a los re-
querimientos de la industrialización dependiente, la estrechez del mercado interno y el aumento de la pobreza y
exclusión de la población en general.
La elite dominante hondureña tuvo la capacidad de “escapar” de este conflicto, mediante el desarrollo de un pro-
yecto de modernización del capitalismo (1972-1977), dirigido por los militares. Este proyecto apuntaba a lo siguien-
te: realizar un reparto de tierras entre las organizaciones campesinas para ampliar el mercado interno y neutralizar
los conflictos agrarios, liquidar el latifundio improductivo que transformara a los terratenientes tradicionales en
una burguesía moderna. Además, contemplaba un renovado impulso al desarrollo del capitalismo industrial con la
creación de la Corporación Nacional de Inversiones (CONADI).1
Al final, este proyecto colapsó por la falta de voluntad política del Estado de hacer reforma agraria y de impulsar
el desarrollo del mercado interno. Teniendo como telón de fondo la corrupción de altos funcionarios guberna-
mentales y de la naciente burguesía industrial, así como la sujeción de la mayoría de la dirigencia campesina a los
gobiernos militares de esa época. De esta manera, también quedó intacta la injusta estructura de tenencia de la
tierra en las zonas rurales y, por consiguiente, la base de sustentación de una sociedad de exclusiones e injusticias.
1 Para mayor información ver: Salomón, Leticia. Militarismo y reformismo en Honduras, 1982.
Reconociendo el incremento de la pobreza, el neoliberalismo postula que la condición básica para su reducción
es el crecimiento económico, sin que haya ninguna intervención del Estado. El neoliberalismo en Honduras toma
forma desde mediados de los años ochenta. Allí se sientan las bases de un nuevo modelo de crecimiento basado
en la producción para la exportación de productos no-tradicionales y en la instalación de las Zonas Industriales de
Procesamiento (ZIP) o maquilas. Aún hoy en día, continuamos bajo el influjo de este modelo. Pero su saldo esta
siendo la reproducción de una larga historia de exclusiones que sólo ha favorecido a una pequeña elite dominante.
Es de observar que a lo largo de la implementación de estos modelos de crecimiento la elite local ha evolucionado
de dispersos y desarticulados grupos de terratenientes a una prospera burguesía agro-exportadora, financiera,
comercial e industrial asociada al capital extranjero y, finalmente, a una articulada y diversificada clase dominante,
siempre asociada al capital extranjero, pero ahora con interés muy particulares que defender. Sin embargo, no es un
bloque homogéneo, exento de contradicciones. La obtención de beneficios desiguales por la especial articulación
de algunos grupos al aparato del Estado y al sistema tradicional de partidos políticos; como también las alianzas de
otros grupos con poderosas empresas transnacionales; o bien la asociación de otros segmentos a negocios ilícitos
y al crimen organizado, son puntos de discordia en la elite dominante, en tanto se constituyen en puntos de “blo-
queos” para unos grupos, dando como resultado una competencia desleal.
3
2.5
2
1.5
1
0.5
0
1990-1995 1996-2000 2001-2005 2006-2009 Promedio
1990-2009
Fuente: CEPALSTAT, sobre la base de información oficial.
Si observamos la gráfica anterior el crecimiento del PIB per cápita (por habitante) apenas fue en los últimos veinte
(20) años, en promedio, de un 0.75%, inferior al crecimiento de la población (2.2%). Esto ya nos indica que el creci-
miento económico fue menor al incremento de nuevos miembros de las familias, por lo que no logró beneficiar a
la mayoría de la población.
Otro indicador que expresa el bienestar de la población es el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que es una me-
dida más apropiada que el PIB per cápita, ya que este úlitmo sólo se centra en el crecimiento de la economía del
0.8
0.6
0.4
0.2
0
1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015
Fuente: http://hdrstats.undp.org/es/paises/perfiles/HND.html.
50
40
30
20
10
0
2006 2007 2008 2009 2010 2011
país. En cambio, el IDH “mide el logro general de un país respecto de tres dimensiones básicas: la esperanza de vida,
el nivel de educación y los ingresos de los hogares” (PNUD). Pero como se puede verificar en la gráfica siguiente el
crecimiento del IDH en Honduras ha sido muy lento de 1990 al 2010 y en los últimos cinco (5) años se ha estancado.
Esto se comprueba al constatar cómo la población viviendo bajo la línea de la pobreza se ha mantenido en niveles
similares en los últimos años. De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) esta pasó del 61,8
de los hogares, en el 2006, al 61.9% de los hogares, en el 2010, con una leve baja entre el 2007-2009. Siendo esta
más grave en las zonas rurales, pues del total de hogares rurales el 65,2% vive bajo la línea de la pobreza. Estando
afectados en esta condición el 58,5% de los hogares urbanos. En términos más precisos esto indica que 5,318,365
de hondureños y hondureños carecen de los ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas; de estos
2,185,115 se ubican en las zonas urbanas y 3,133,250 en las zonas rurales.
Para el INE un hogar es pobre cuando carece de los ingresos “para satisfacer, por medio de la compra de bienes y
servicios, un conjunto de necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas como básicas”.
Ahora bien, la pobreza también tiene rostro de mujer, esto se expresa en el número de hogares en situación de
pobreza dirigido por mujeres. En los últimos diez (10) años esta situación ha evolucionado del 25% de los hogares
en el 2001 al 32% de los hogares en el 2010, es decir, que se ha producido un incremento del 7% (Ver Cuadro No 1).
Se trata de hogares dirigidos por madres solteras, mujeres divorciadas y viudas.
CUADRO 1 Honduras: Distribución de los hogares según pobreza y sexo del jefe y
jefa del hogar (2001-2010)
Concepto 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Pobres 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Hombre 75,0 75,6 77,4 75,5 74,5 73,4 71,6 70,7 70,4 68,2
Mujer 25,0 24,4 22,6 24,5 25,5 26,6 28,4 29,3 29,6 31,8
Igualmente grave son los grados de desigualdad que vive la población hondureña. A diferencia de la pobreza, la
desigualdad está indicando la proporción en que se distribuyen los ingresos entre el sector más pobre y el sector
más rico. En otras palabras, hace referencia al grado de concentración de la riqueza. Apoyándonos en datos de la
CEPAL, los niveles de desigualdad en Honduras son mostrados por la Gráfica No 6.
60
Porcentajes
40 Hombres no pobres
20 Hombres pobres
0 Mujeres no pobres
Mujeres pobres
Ahora bien, estos graves indicadores de pobreza y desigualdad representan un acumulado histórico. Nos indican
con claridad como los diferentes modelos de crecimiento arriba descriptos no han contribuido a la construcción
de una sociedad incluyente y justa.
Los grados de pobreza y la desigualdad que vive la población hondureña –medida por los niveles de ingresos- nos
aproximan a los niveles de exclusión en que viven la mayoría de los y las hondureñas, pero son aún acercamientos
limitados. Esto porque la exclusión tiene múltiples causas las cuales pueden estar asociadas a factores económicos;
factores sociales; factores culturales; factores político-institucionales; factores personales; factores residenciales y
otros. Asimismo, es un proceso, como tal no ocurre de la noche a la mañana, discurre por diferentes fases, determi-
nadas por relaciones o balances de poder entre actores sociales y políticos.
A diferencia del concepto de pobreza que se limita a indicarnos el costo de la canasta básica de alimentos para vivir,
a partir de donde se derivan las líneas de pobreza e indigencia de la población. La exclusión nos aporta una mirada
más completa e integral sobre las causas y razones por qué un país o región padece determinadas privaciones ma-
teriales y espirituales que le impiden disfrutar y expandir sus libertades para disfrutar de una vida digna.
La gráfica No 7 aporta una idea más clara sobre las diferentes dimensiones de la exclusión social hoy en día.
Factores político -
Factores Factores culturales institucionales
Factores sociales
económicos (discriminación (reglas del juego:
(educación, salud,
(ingreso, empleo, género, etnia, quiénes toman las
protección social y
precariedad laboral opción sexual y decisiones; la
otros)
y otros) otros) representación y
participación)
EXCLUSION
Factores personales
Factores de
(edad –jóvenes y
residencia (zonas
adultos mayores -,
rurales aisladas,
discapacidad,
barrios marginales y
enfermedades y
otros)
otros)
Algunos conceptos para entender mejor la lectura del texto (en orden de aparición en la exposición del capítulo)
1) Las instituciones. Vienen a ser las “reglas del juego”, en otras palabras, las maneras y procedimientos (formales
e informales) que regulan la toma de decisiones de los asuntos más importantes en un país; expresado, por
ejemplo, en la elaboración y aprobación de marcos jurídicos y políticas públicas. Esto tiene que ver con los
balances de poder que existen en una sociedad determinada, en otras palabras, con la disposición o falta de
poder de los actores principales de una sociedad. La naturaleza de las instituciones otorgan diversos grados de
calidad a la democracia existente, la cual va de lo más excluyente a lo más incluyente.
2) Activos productivos. En este documento concebimos como tales a todos aquellos bienes y servicios que son
fundamentales para desarrollar una actividad productiva y mejorar la calidad de vida; tales como la tierra para
producir, acceso al financiamiento (capital), conocimientos y tecnología.
3) Desarrollo Sostenible: El desarrollo sostenible está dirigido al cambio de las modalidades de producción,
consumo y distribución de los recursos naturales e implica, entre otros, un rediseño de las formas tradicionales
de producir altamente contaminantes y destructoras del medio ambiente ( http://www.prodena.org/portal/
index.php?option=com_content&task=view&id=62&Itemid=44). La Comisión Mundial para el Medio Ambiente
y el Desarrollo, establecida por las Naciones Unidas en 1983, definió el desarrollo sustentable como el “desarrollo
que satisface las necesidades del presente sin comprometer las capacidades que tienen las futuras generaciones
para satisfacer sus propias necesidades”.
4) Estado de derecho: El Estado de derecho está formado por dos componentes: el Estado (como forma de orga-
nización política) y el derecho (como conjunto de las normas que rigen el funcionamiento de una sociedad). En
estos casos, por lo tanto, el poder del Estado se encuentra limitado por el derecho. El Estado de derecho surge
por oposición al Estado absolutista, donde el rey se encontraba por encima de todos los ciudadanos y podía
ordenar y mandar sin ningún otro poder que le hiciera contrapeso. El Estado de derecho, en cambio, supone
que el poder surge del pueblo, quien elige a sus representantes para el gobierno. http://definicion.de/estado-
de-derecho/
5) Territorio: El territorio es más que una localización geográfica o unidad administrativa. En realidad el territorio
es un espacio donde las personas y grupos sociales establecen diversos tipos de relaciones económicas, sociales,
culturales y de otro tipo buscando reproducir y mejorar sus condiciones de vida. Por todo ello el territorio es el
espacio privilegiado de la participación ciudadana. En este enfoque los elementos más importantes del “capital
territorial” son: i) sus recursos naturales y la manera que se gestionan; ii) la identidad cultural; iii) las características
demográficas; iv) los conocimientos técnicos y competencias que posee la población; v) la institucionalidad o
las reglas de juego; vi) el tipo de empresas y su relación con los mercados, etc. (Francisco Alburquerque y otros
autores).
6) Gasto social: Es un subcomponente o una parte del gasto público. El gasto social está destinado a dar respuesta
a las demandas/necesidades de la población. En otras palabras, a través de este tipo de gasto el Estado financia
Con estos conceptos mínimos comenzamos la exposición del II capitulo de este documento.
Como punto de entrada algunos datos generales. De acuerdo con la última Encuesta de Hogares del Instituto Nacio-
nal de Estadísticas (INE) de mayo del 2011, la tasa de crecimiento poblacional anual es del 2,06%, una de las más
altas de América Latina. La población total alcanza los 8,200,795 habitantes; siendo el 48,6% hombres y el 51,4%
mujeres.
Atendiendo a la concentración de población por área geográfica, la mayoría de los habitantes del país continúan
localizados en las zonas rurales; el 54% de la población vive en esas zonas, alcanzando la cantidad de 4,466,919 de
personas. Por otro lado, el 46% de la población es urbana, es decir, 3,733,236. Hay que resaltar que el 44% de esta
población urbana se concentra en dos ciudades: el Distrito Central (28%) y San Pedro Sula (16%). Un dato relevante
para una estrategia de desarrollo es que la mayoría de la población hondureña es joven el 44.5% es menor de 18
años y si esta medida se extiende hasta los 29 años representa el 66,2% del total.
1) Las decisiones fundamentales del país son tomadas por unos pocos que establecen
las reglas del juego
A lo largo de la historia de Honduras los marcos regulatorios (tanto leyes nacionales, políticas públicas, programas
y proyectos con recursos públicos y de la cooperación internacional) han sido definidos por los representantes de
los principales grupos dominantes, tanto a nivel del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El Estado hondureño ha
carecido de “pesos y contrapesos”. El déficit más significativo ha sido la falta de una representación efectiva de los
sectores populares en las estructuras del Estado donde se han tomado las grandes decisiones del país, decisiones
estas que han afectado la vida de las grandes mayorías de la población.
Es de resaltar que el sector con mayor déficit de participación en los espacios donde se toman las decisiones fun-
damentales del gobierno nacional y de los gobiernos locales han sido las mujeres (no olvidar la información esta-
dística de arriba donde se indica que las mujeres representan más del 50% de la población). Los datos del cuadro
3 ilustran esta situación:
2) Concentración en
pocas manos de las
condiciones básicas
del desarrollo
5) Desigual desarrollo
de los territorios
(aldeas, municipios,
departamentos)
Desafortunadamente no disponemos de datos diferenciados por edad, pero es posible sostener que la juventud
(población de 18 a 29 años) es otro de los sectores con déficit de participación; igualmente los pueblos indígenas
y negros.
Con los ya indicados déficit de participación de los sectores sociales excluidos, en los últimos veinte (20) años los
siguientes marcos de leyes y políticas públicas han determinado el desenvolvimiento económico y social de Hon-
duras.
Esta Ley toma forma en el Decreto No 31-92 del 5 de marzo de 1992 que, en principio, alienta el libre mercado del
fondo de tierras que desde 1962 se destinó a la reforma agraria. Pero luego lo restringe sólo a los beneficiarios/as
de la reforma agraria (Decreto 27-94 del Congreso Nacional)
Este marco jurídico confuso y cambiante dio lugar a un mercado de tierras poco transparente, donde se mezclaron
situaciones apegadas a la ley, como otras ilegales y fraudulentas. Pero lo más importante, como veremos más ade-
lante, es que estimuló un proceso de reconcentración de las tierras rurales en un reducido número de empresas
agroexportadoras.
En los últimos treinta (30) años, a iniciativa del Poder Ejecutivo (o Presidencia de la República), el Congreso Nacional
ha aprobado un conjunto de Decretos y Leyes que han significado el incremento de los impuestos sobre ventas y
otros impuestos indirectos (pagados por la mayoría de la población), aumento de tarifas de los servicios públicos y
exoneraciones fiscales (eliminación de impuestos y tarifas) para el capital extranjero y nacional. Esto ha implicado
una reducción significativa de los ingresos del Estado y un alejamiento de su responsabilidad social hacia la cons-
trucción de una sociedad incluyente y justa.
iii) La normativa jurídica orientada a promover las Zonas Libres y las Zonas de Procesamiento Industrial,
conocidas como maquilas
La promoción de las zonas libres para atraer el capital extranjero tiene su origen en los años setenta (durante los
gobiernos militares), complementada con el Decreto No 37-87 (gobierno de José Azcona) que promueve las Zo-
nas Industriales de Procesamiento (ZIP). Sin embargo, es hasta los años noventa que la producción de maquila se
constituye en un hecho económico relevante, amparada en el amplio marco jurídico generado a su favor. Todo
esto movido por el “imaginario” de la elite dominante que el factor esencial para activar la economía, conectarse al
mercado internacional y crear empleo es el capital extranjero.
Este “imaginario” ha sido una constante de la elite dominante desde la época de la Reforma Liberal que en aquel
entonces tomó forma en el enclave minero y bananero, extendiéndose hasta el actual modelo neoliberal.
iv) Los Tratados de Libre Comercio con el gobierno de los Estados Unidos y la Unión Europea
Ambos Tratados no traen soluciones reales a los problemas del país y de Centro América, en tanto las empresas
centroamericanas no tienen oportunidades de competencia con las estadounidenses y europeas, puesto que los
volúmenes de capital son heterogéneos, mientras que los Tratados obligan a darles un trato como si fuesen ho-
mogéneos. Es un hecho que las empresas locales tendrán problemas para competir con los volúmenes de venta,
precios y calidad de los productos, consiguientemente, el desempleo aumentará. Con el agravante que estos Tra-
Zonas industriales de
Tipo de incentivos Zonas libres procesamiento (ZIP)
Impuestos de importación 100 exonerado 100 exonerado
Impuestos para la exportación 100 exonerado 100 exonerado
Impuestos fiscales y municipals 100 exonerado 100 exonerado
Impuestos sobre la renta 100 exonerado 100 exonerado
Repatriación de capitales Sin restricciones Sin restricciones
Mercado cambiario Libre Libre
Fuente: Republica de Honduras. Programa Nacional de Inversiones. Honduras is Open for Business.
tados no garantizan amplio empleo ni siquiera en un ambiente favorable de inversión extranjera (son empresas
con tecnología de punta ahorradoras de fuerza de trabajo o mega tiendas comerciales que, en términos relativos,
emplean un bajo porcentaje de la población asalariada).
Además, en el actual gobierno (presidido por Porfirio Lobo Sosa) se han aprobado un conjunto de Decretos Legis-
lativos que han profundizado el actual modelo neoliberal, entre ellas cabe destacar: a) El Estatuto de las Ciudades
Modelo; ii) La creación de la normativa del empleo por hora; iii) Incremento de impuestos indirectos mediante la
“Ley de fortalecimiento de ingresos, equidad social y racionalización del gasto público”, la tasa de seguridad y otras;
y, iv) Las concesiones de la generación de energía hidroeléctrica y otras formas de energía limpia, siendo en su ma-
yoría las mismas empresas generadoras de energía térmica o “energía sucia”.
En conclusión:
Estos marcos regulatorios, es decir, ese conjunto de normativas jurídicas y políti-
cas públicas descriptas arriba han definido “las reglas del juego” de estos últimos
veinte (20) años de la historia del país; en beneficio de un pequeño grupo económi-
co-político, con lo que se ha reforzado la naturaleza estructuralmente excluyente
de la sociedad hondureña.
2 El déficit habitacional en Honduras asciende a 1 millón 150 mil viviendas, de este total un 65 por ciento constituye un déficit cualitativo, según
cifras de la Dirección General de Vivienda y Urbanismo, divulgadas este miércoles. De acuerdo a la Dirección de Vivienda cada año el déficit
habitacional en el país se incrementa en unas 25,000 viviendas, situación que se recrudece debido a la pobreza, la falta de proyectos sociales y
de crédito, y los altos costos de la carretilla de los productos de construcción. (LA TRIBUNA, 29 de diciembre 2010).
Durante los últimos veinte (20) años se evidencian avances en los porcentajes de población juvenil que ha cursado
un nivel de educación demostrable, aun así resultan insuficientes para una inserción favorable en un proceso de
desarrollo sostenible. En el nivel nacional, comparando datos entre el 1990 y 2008 se aprecian logros en acceso a
la educación primaria (94%), a la educación secundaria (46%) y a la educación superior (7%). El acceso a los niveles
secundario y superior casi se ha duplicado. Sin embargo, son notables y de alta preocupación las disparidades que
se observan entre el área urbana y rural. (Ver cuadro 5).
Considerando el nivel nacional la participación de hombres y mujeres es similar en el nivel primario; en el nivel
secundario es superior la participación de las mujeres (49,3%) que la de los hombres (41,95). Situación parecida se
expresa en el nivel superior donde las mujeres alcanzar el 7,5% y los varones el 5,8%. Similar situación se aprecia en
las áreas urbanas y rurales (Fuente: Encuestas de Hogares del INE, diferentes años).
La preocupación expresada por las disparidades territoriales en el acceso a la educación entre las zonas urbanas
y rurales se profundiza cuando se constata que los avances en acceso a los diferentes niveles educativos esta di-
rectamente determinado por los niveles de ingreso de los hogares (ver Cuadro No 6). Así tenemos que el 20% de
los hogares más pobres sólo lograron coronar en un porcentaje mayor al 80% la educación primaria, a diferencia
del 20% más rico que no sólo alcanzó en un
100% la educación primaria, sino que obtu-
vo logros notables en educación secundaria
(77%) y en educación universitaria (25%). En
contaste, el 20% de los jóvenes de los hoga-
res más pobres sólo pudo alcanzar el 19,4%
en educación secundaria y el 0.5% en educa-
ción universitaria.
Nivel No declara
educativo Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5 ingreso
Ninguno 13,0 7,1 4,0 2,3 1,0 3,1
Primario 87,0 92,9 96,0 97,7 99,0 96,9
Secundario 19,4 32,6 47,3 61,2 76,9 54,3
Superior 0,5 0,9 2,9 8,2 25,2 16,6
la exclusión; en la práctica se ha consolidado un sistema de escuela pública de baja calidad, para los más pobres. En
contraste, se ha desarrollado un sistema de escuela privada bilingüe orientada a los sectores ricos y capas medias
pudientes. Dada las actuales circunstancias, la segmentación y rigidez estructural del sistema educativo bloquea toda
posibilidad de movilidad social para los sectores más pobres de la población. Lo cual genera una dinámica de reproduc-
ción inter generacional de la exclusión y pobreza.
Por otro lado, el analfabetismo continúa siendo un problema de preocupación nacional, pues aunque en los últi-
mos quince (15) años se ha reducido pasando del 20% al 15%. En el 2011 se registraban en el país 804,600 personas
afectadas por el analfabetismo. Este problema afecta al 10% de la población menor de 29 años, siendo su expresión
más aguda en la población mayor (superior a los 60 años).
Otra expresión de la exclusión es el 23% de población menor de 29 años que no estudia ni trabaja, lo cual suma
716,961 jóvenes (hombres y mujeres) que están privados del ejercicio de sus derechos y libertades, si es que consi-
deramos que la libertad es la expansión de los derechos ciudadanos y que esos derechos esenciales son el acceso
a la educación, salud, trabajo y techo digno.
Tal como lo reconoce un diagnóstico reciente del gobierno central “Honduras transita permanentemente por un
importante riesgo que se manifiesta en una situación de transición epidemiológica, en la que coexisten enferme-
dades endémicas de tipo infecciosas, parasitarias y vectoriales, con las llamadas enfermedades emergentes como
el VIH/Sida, lesiones, accidentes, enfermedades crónico degenerativas y las re emergentes como la tuberculosis y
malaria”.3 Además, el país continúa marcado por enfermedades características de la pobreza tales como: la mortali-
dad materna, la mortalidad infantil y post neonatal.
En teoría en Honduras el 60% de los servicios de salud son proporcionados por las redes del Ministerio de Salud y
un 15% por el seguro social. Sin embargo, estos datos están muy distantes de la realidad. Para el caso, la Encuesta de
Demografía y Salud (2005-2006) indica que sólo el 66,9% de los partos a nivel nacional tuvieron atención profesio-
nal; alcanzando esta atención en las zonas urbanas el 89,6% de los partos y en las zonas rurales apenas el 50% (Ver
Cuadro No 7). Esta situación indica con suma claridad el déficit de atención en salud de la mayoría de la población
hondureña, especialmente en las zonas rurales.
Además, estos servicios se caracterizan por la segmentación, es decir, no existe un sistema único de salud, sino que
varios subsistemas, entre ellos el privado orientado a los sectores ricos y capas medias pudientes. Igualmente, el
sector público se caracteriza por la descoordinación, limitada cobertura geográfica y carencia de insumos básicos
(medicamentos, equipo médico, etc.).
Personal
Características Total Medico/a Enfermera Auxiliar enfermería
Total 66,9 63,7 2,6 0,6
Área de residencia
Urbana 89,6 86,9 2,3 0,4
Rural 50,0 46,5 2,8 0,7
Sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de cada uno de los países de América Latina,
la CEPAL presenta datos dramáticos para el caso hondureño en el tema de asistencia social y atención en salud.
Para el caso, en lo que tiene que ver con la cobertura de pensiones a jubilados en áreas urbanas es apenas del 14%,
siendo el promedio latinoamericano del 33% y en los países más avanzados de la región el 64%. Además, un 72%
de la población declara que con recursos de su bolsillo financia los gastos de salud, el promedio latinoamericano es
de 49% y en los países latinoamericanos con mayores avances sociales es de 23%.4
En un contexto como el hondureño de pobreza generalizada y exclusión, resulta fácil establecer como el esfuerzo
de un hogar pobre para proveerse de los servicios necesarios de salud, ante la incapacidad estatal de proporcio-
narlos, implica un sacrificio extraordinario y un gasto ampliamente superior al de los hogares de las capas medias
pudientes y de sectores ricos de la población.
En conclusión:
Hasta ahora el Estado hondureño no ha sido capaz de asegurar el acceso de ser-
vicios de educación y salud de calidad a la mayoría de la población, sus servicios
han sido precarios, segmentados y descoordinados. El acceso a una educación y
salud de calidad constituyen condiciones básicas para la construcción de una de-
mocracia incluyente y participativa que asegura derechos y expande las libertades
básicas.
a) El capital
En los últimos veinte (20) años, el flujo de la Inversión Extranjera Directa (IED) alcanzó los USD 6,877.0 millones que
se concentró principalmente en los subsectores de telecomunicaciones (aeropuertos y telefonía móvil), servicios
financieros (fusiones, compras y establecimiento de nuevos bancos), y la maquila.
4 CEPAL. La hora de la igualdad. Brechas por cerrar, caminos por abrir. Junio de 2010.
68
29
Adicionalmente, el comportamiento del sistema financiero nacional confirma el carácter excluyente de la econo-
mía hondureña. Para el caso, de 1990 al 2007 el destino de préstamos a las actividades agropecuarias se redujo del
25% al 6%. En el caso de los granos básicos, del 1.4% en 1990 paso al 0.4% en el 2007 (datos del BCH).
b) La tierra
En cincuenta (50) años la concentración de la tierra se ha mantenido prácticamente sin modificaciones. Utilizando
como referentes el Censo Agropecuario de 1952 y 1993, así como la Encuesta Agrícola del 2008, tenemos los datos
siguientes (Ver Cuadro 8).
A lo largo del tiempo se aprecia un aumento creciente del número de micro fincas o minifundios que pasaron del
57% (en 1952), al 70% (en 1993 y el 2008), pero simultáneamente se ha producido una reducción de su tamaño. En
otras palabras, ha habido un proceso de fragmentación y precarización de la economía campesina, pues unidades de
1,4 hectáreas no aseguran la reproducción de una familia campesina en condiciones de justicia y dignidad.
Igualmente, la gran propiedad (fincas de más de 500 hectáreas) ha reducido su tamaño a favor de la mediana pro-
piedad. Este ha sido un proceso consciente promovido por los terratenientes y grandes propietarios agrícolas para
evadir las regulaciones de los sobre techos establecidos por la Ley de Reforma Agraria. Sin embargo, es de observar
que el tamaño de las fincas de más de 500 hectáreas han venido incrementado su tamaño en los últimos años (en
1993 el 12,4% del total del área agrícola y en el 2008 el 18,2%), este proceso coincide con la emisión de la Ley de
Modernización Agrícola (1992) y con la promoción de los nuevos cultivos de exportación.
En más de 50 años el proceso de concentración de la tierra se ha agudizado a favor de los grupos privilegiados
de siempre. Al igual que en 1952, en el 2008 la tenencia de la tierra agrícola se caracterizaba por el improductivo e
injusto binomio latifundio y minifundio. Los datos de Encuesta Agrícola del 2008 elaborada por el Instituto Nacional
de Estadística (INE) indica que el 71% de la unidades agrícolas (minifundio) apenas concentraba del 8,6% de la tierra
agrícola, en cambio el 5% de las unidades agrícolas (latifundio: mediana y gran propiedad) acaparaba el 61% del
total del área agrícola del país. A esto agregar más de 300,000 campesinos y campesinas sin tierra. Estos datos nos
ayudan a explicar la persistencia de la pobreza rural y la irrupción de conflictos agrarios como el del Bajo Aguán.
En este tema de la concentración de la tierra un aspecto a subrayar es la exclusión de la propiedad sobre la tierra
de las mujeres; en el proceso de reforma agraria de los años 70 apenas el 3,4% de los títulos de las tierras fueron
entregados a mujeres, lo que constituye una alta deuda social en equidad de género. Algo similar puede afirmarse
sobre los pueblos indígenas y negros que han carecido de titulación de sus tierras comunales y han sido víctimas
de una creciente usurpación de las mismas por terratenientes y otros segmentos de la población.
En general Honduras como país presenta bajos niveles en ciencia, tecnología e innovación que explica el grado
de atraso y falta de desarrollo del país. Honduras apenas destina el 0,1 de su PIB a gastos de investigación, que en
países altamente desarrollados como Finlandia llegan al 3,5 de su PIB. Además, comparados con otros países de
América Latina estamos en los últimos lugares, para el caso, nuestro coeficiente de invención es apenas de 0,1 que
comparado con el de Brasil de 5,5 o el de Chile 2,2 nos indica enormes diferencias (datos tomados de: UNESCO.
Sistemas Nacionales de ciencia, tecnología e innovación en América Latina y el Caribe. 2010).
Sin embargo, esa no es la realidad de todo el país, pues la elite dominante concentra un importante nivel de conoci-
miento para el desarrollo de sus actividades productivas, en especial en el área de la agro-exportación y la maquila.
Instituciones de gran relevancia como la Escuela Agrícola del Zamorano, la Fundación Hondureña de Investigación
Agrícola (FHIA), el Instituto Politécnico Centroamericano y otras más actúan como herramientas de importancia en
el desarrollo de esos conocimientos.
En los últimos veinte (20) años se han producido transformaciones que es necesario conocer y resaltar para enten-
der el carácter estructuralmente excluyente de la economía hondureña.
En primer lugar, una transformación de importancia de la economía hondureña en los últimos veinte (20) años
ha sido el amplio crecimiento de los subsectores comercio, comunicaciones y servicios financieros, a costa del
decrecimiento de la agricultura, especialmente la agricultura de pequeña escala, la cual prácticamente ha sido
abandonada como política de Estado.
¿Qué nos indica esta información? Nos indica que la economía hondureña, en los últimos veinte años, ha reafir-
mado su baja vocación productiva, reemplazando la agricultura por las actividades de intermediación comercial
(crecimiento de las importaciones y de los mall o centros comerciales), las comunicaciones (es decir, la amplia pro-
liferación de los celulares, nuevas empresas de telefonía, call center e inversión en mejoras de terminales aéreas) y
los servicios financieros (tarjetas de crédito, préstamos bancarios, sobre todo para el consumo personal, y la amplia
gama de servicios de seguros) (ver Gráfica No 10) . En este período, el sistema bancario ha poseído una gran dis-
ponibilidad de efectivo,5 en la fase del golpe de Estado lo destinó a financiar la deuda pública interna, obteniendo
fáciles ganancias a altas tasas de interés, en lugar de orientarlos a la actividad productiva generadora de empleo e
ingresos.
Así tenemos que en estos últimos veinte (20) años uno de los motores que ha movido la economía ha sido el de-
sarrollo del sector servicios. Paradójicamente este es un sector generador de baja ocupación laboral que contrasta
con el sector agrícola que a lo largo de la historia del país ha sido el mayor generador de puestos de trabajo y con-
tinúa siéndolo, tan es así que porcentualmente el empleo agrícola ha aumentado en los últimos diez años.6 Tanto si
lo vemos en una perspectiva nacional (del 32,2% en el 2000 al 37,1% en el 2009), como en una óptica sectorial (60%
de la ocupación en las zonas rurales, es en actividades agrícolas, este último dato según Banco Mundial 2008).7 Ver
Cuadro No 9.
52
1990 2010
35
23
20
13 14
35.1 28.4
52.7
51.8
64.7 28.4
19.7 18.7
De acuerdo con la información proporcionada por la Memoria del BCH del 2008, los principales mercados de las
exportaciones hondureñas son los Estados Unidos con el 40% de lo exportado, seguido por Centro América con
el 23% y Europa con el 20% (especialmente Alemania y Bélgica). Subrayar que los mercados tradicionales de los
rubros de exportación de Honduras, en referencia a los Estados Unidos y Europa, atraviesan por una particular crisis
de recesión y lento crecimiento económico. Difícilmente para los próximos años estos mercados continuaron re-
presentando un motor dinamizador de la economía hondureña. Este es un elemento clave a tener presente en
una estrategia de transformación democrática del país.
Finalmente, en tercer lugar, en los últimos veinte años las remesas, es decir, las transferencias de dinero enviados
por los emigrantes se han constituido en una de las principales fuentes de divisas (ingreso en dólares) de la eco-
nomía. Llegando a alcanzar el 30% del total, similar al monto total de las exportaciones tradicionales y no tradicio-
nales, mucho más que la IED y casi igual que el monto exportado por la maquila. En otras palabras, los repatriados
o expulsados del país por falta de oportunidades de empleo e ingresos decentes, se han constituido en un factor
determinante en el sostenimiento y estabilidad financiera de una economía improductiva y excluyente.
Aunque es necesario advertir que el monto de las remesas familiares del 2008 al 2011 han experimentado un proceso
de disminución y estancamiento en su crecimiento. El monto del 2011 (USD 2,797 millones) todavía es inferior al
registrado en el 2008 (USD 2,807 millones) (Fuente: BCH. Memorias Anuales).
Esta tendencia es explicada por el estancamiento estructural de la economía estadounidense, la dureza de las políticas
del gobierno norteamericano contra los migrantes y el clima de violencia generalizada en el triangulo del norte cen-
troamericano que actúan como factores desalentadores de los flujos de migración. Esto plantea grandes desafíos para
el futuro inmediato y mediato del país de cara a un proceso de desarrollo incluyente y sostenible.
En conclusión:
En los últimos veinte (20) años Honduras ha experimentado profundas transfor-
maciones en su economía que han impactado en las condiciones de vida de su po-
blación. Estas transformaciones han relegado a un lugar marginal a la agricultura
campesina. La maquila se ha convertido en el principal producto de exportación,
sustentado en la inversión extranjera directa. Igualmente, ha despuntado el sector
de los servicios como uno de los principales motores dinamizadores de la econo-
mía del país. La crisis de los mercados mundiales ha evidenciado, una vez más, los
límites de un modelo de crecimiento volcado hacia el exterior en beneficio exclusi-
vo de un pequeño grupo de familias. También ha quedado en claro la incapacidad
del actual modelo de crecimiento de generar soluciones a la profunda deuda social
que hoy vive Honduras.
Una economía, como la hondureña, orientada a reducidos rubros de exportación y a actividades de servicios ca-
rece de la capacidad de otorgar amplias oportunidades de empleo a la población, en todo caso estas son escasas
y precarias. En el Cuadro No 11 se aprecian los últimos datos del INE (2011) sobre el mercado laboral hondureño.
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) a mayo del 2011 la Población en Edad de Trabajar
(PET) era el 79% del total de la población, pero sólo el 41%; de ese total constituía la Población Económicamente Actica
(PEA); el 96% se registraban como ocupados y el 4% como desocupados. En el nivel nacional la tasa de participación
masculina en la PEA era del 65% y la tasa de participación femenina del 35% (destacar que la estadística hondureña
no registra las labores domésticas realizada dentro del hogar como trabajo, de allí la baja participación de las mujeres
en la PEA). La participación de las mujeres en el mercado laboral es mayor en las zonas urbanas que en las rurales; en
sentido contrario los hombres tienen mayor peso en las zonas rurales. La población juvenil, es decir, la población de
10 a 29 años participa en la PEA con el 43% del total. Siendo hombres el 69% y mujeres el 31% en ese rango de edad.
En este marco, poca atención se presta a más de 800,000 hondureños y hondureñas (datos de OPS) afectadas por
situaciones de incapacidad que, en su gran mayoría, no logran ni siquiera ingresar al mercado laboral, es decir, no
son considerados dentro de la PEA. Es un segmento de la población que vive “invisible”, sin derechos ciudadanos, y
que además está afectada por altos niveles de analfabetismo (51%) muy superior al promedio nacional (14%).
Del total de la PEA solamente el 46% es población asalariada, es decir, que recibe un salario ya sea del sector privado
(80%), del sector público (14%), y del sector residencial –trabajo doméstico- (6%). El restante 54% de la PEA es po-
blación no asalariada, siendo estos trabajadores o trabajadoras por cuenta propia (autoempleo o sector informal).
Del total de ocupados “el 36.6% se emplea en la agricultura, en el comercio está el 22.7% y en la industria el 13.4%.
Estas tres ramas de actividad concentran más del 70% de los ocupados”.10
Un estudio del Instituto Sindical para América Central y el Caribe (ISACC),11 indica que en Honduras del total de la
población asalariada solamente el 45% tiene derecho a vacaciones; el 42% derecho al aguinaldo (13 y 14 mes de
salario, tal como lo establece la ley), y, apenas el 46% cuentan con un contrato escrito. Estos datos son coincidentes
con la encuesta levantada por el PNUD con población joven (2009). Además, en este último informe se puntualiza
que la población joven (15 a 30 años) apenas el 20% tenía acceso al seguro social; el 1% a un seguro médico priva-
do; y, el 0.8% a un fondo privado de pensión.
Todos los datos anteriores revelan que el gran problema del merado laboral en Honduras no es el desempleo o desocu-
pación total (4%) sino que la calidad del trabajo asalariado, que se traduce en subempleo12 que afecta tanto al sector
asalariado y no asalariado.
10 INE. Resumen Ejecutivo. Cuadragésima Primera Encuesta Permanente de Hogares. Mayo 2011. Pág. 4.
11 ISACC. Estudio sobre el mercado laboral y su relación con la pobreza en Honduras, Guatemala y Nicaragua. Noviembre de 2009.
12 En general, el subempleo se clasifica en dos categorías: i) Invisible: aquellas personas que trabajan el tiempo establecido en la legislación laboral,
pero que perciben un ingreso menor al salario mínimo; y, ii) Visible: Aquellas personas que habitualmente trabajan menos que una jornada laboral
normal y que estarían dispuestas a aceptar un trabajo adicional. En ambos casos, estamos hablando de un empleo precario que apenas sirve para
la subsistencia.
30
20
10
0
-10
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
Desde el imaginario neoliberal, se ha sustentado que el crecimiento económico viene acompañado de una
mejora de la situación del empleo. Pero ese postulado no ha aplicado al caso hondureño, pues en el mejor perío-
do de crecimiento económico de los últimos años (2003-2008) la situación de la ocupación laboral no se modificó
de manera significativa, en tanto la sumatoria del desempleo abierto y subempleo ha sido superior al 30% y muy
cercana al 40% de la población ocupada (ver Gráfica No 12). También es posible determinar que a partir de la crisis
política del 2009, la cual coincide con la recesión de la economía mundial, los problemas de desempleo/ subem-
pleo han tendido a agravarse.
La encuesta de hogares del INE de mayo del 2011 retrata una dramática situación del empleo en el país. En primer
lugar, el desempleo abierto alcanza a 143,783 personas; el subempleo visible a 333,969 personas; y, el subempleo
invisible a 1,170,975 personas. En suma, hoy en día, 1,648,727 ciudadanos y ciudadanas hondureñas se encuentran
afectadas por problemas de ocupación laboral. Esto se torna más preocupante, cuando el INE indica que el 46%
de los subempleados son jóvenes (de 15 a 29 años) y que el 50% de los desempleados corresponden a población
menor de 24 años. Esto evidencia la incapacidad estructural del actual modelo de generar oportunidades a las
nuevas generaciones.
Otro supuesto planteado es que a mayor educación, mayor posibilidades de empleo y mayores oportuni-
dades para salir de la pobreza. Ahora bien, el punto está en que el acceso a mayores niveles de educación está
directamente relacionado con el nivel de ingreso de los hogares, tal como se ha mostrado en párrafos atrás. Hasta
ahora, la educación en Honduras no se ha constituido en un factor de movilidad social, debido a la baja calidad y
segmentación del sistema educativo donde coexisten dos sistema: uno público muy deficiente destinado a los po-
bres y capas medias empobrecidas; y, otro privado bilingüe para los ricos y capas medias acomodadas. De allí que
sean los jóvenes pobres y de capas medias bajas los más afectados por el subempleo (54%), en cambio los jóvenes
con mayores ingresos sólo padecen esa situación en un 8% (cfr. PNUD. Informe de Desarrollo Humano. Honduras.
2009).
Esto explica porque el incremento de los años de escolaridad de los y las jóvenes no se haya traducido en mayores
logros en inclusión. Esta escolaridad en los últimos veinte (20) años pasó de 5 a 7 años, siendo más elevado en las
zonas urbanas que en las rurales, en las zonas urbanas esta escolaridad ha alcanzado hasta los 8 años; superando los
promedios de escolaridad de la población adulta (Fuente INE, Encuesta de Hogares, 2010). Considerando el período
de veinte (20) años esto logros han sido limitados e ineficientes.
Tal como indica el ICEFI, “los pobladores del área rural regularmente trabajan en actividades agrícolas, tienen pocos
años de educación y es más probable que se ubiquen en un empleo informal. Esto hace que sus remuneraciones
sean bajas. Por el contrario, en las actividades más dinámicas se requieren trabajadores con un nivel de calificación
de medio a alto, así como pobladores del área urbana; ambos aspectos hacen que las remuneraciones sean mayo-
res”.13
Pero más allá del deficiente sistema educativo y de las limitadas capacidades de instrucción, la naturaleza estructu-
ralmente excluyente de la economía hondureña no genera oportunidades que apunten a mejorar las condiciones
de vida de las grandes mayorías de la población. Ya se ha indicado que los motores principales de la economía del
país lo constituyen: i) el desarrollo del sector servicios (dentro de ellos el subsector financiero y de telecomunica-
ciones con bajo potencial en la generación de empleo); ii) un limitado número de rubros de exportación agrícola
que utilizan tecnología ahorradora de fuerza de trabajo; iii) los parques industriales de la maquila; y, iv) las remesas
familiares internacionales que si bien evitan un mayor deterioro de la condiciones de vida de las familias receptoras,
no generan empleos masivos.
De allí que no sea casual la percepción de la población juvenil hondureña cuando valora las dificultades a que se
enfrenta en la búsqueda de una posición laboral. Ver Gráfica No 13. Esta percepción de la juventud destaca, en una
amplia mayoría, que “No hay oportunidades de empleo en el país”; quedando en un plano bien secundario los fac-
tores relacionados con “La insuficiente preparación académica”, “Inexperiencia laboral”; y, “Por su edad”.
En páginas atrás se ha indicado que en cincuenta (50) años no sólo se ha mantenido la tradicional concentración
de la tierra, sino que a partir de los primeros años de la década del 90 se ha desarrollado un proceso de recon-
Varios estudios y especialistas coinciden que en el manejo de los recursos naturales en Honduras se ha cometido un
gran “error histórico”, el cual ha consistido “en creer: que Honduras posee extensas áreas dotadas de suelos fértiles
de vocación natural agrícola y pecuaria”. Cuando en realidad “el 87.7% de territorio nacional lo conforman suelos de
vocación natural forestal. El actuar en función de esa falsa premisa ha producido resultados funestos y de graves
consecuencias, extensas superficies cubiertas de bosque primario han sido deforestadas y se ha cambiado el uso
del suelo para dedicarlo a actividades agropecuarias no sostenibles, especialmente la siembra de pastizales para la
crianza de ganado vacuno en forma extensiva”.15 Según datos de la FAO la tasa de deforestación en Honduras se
calcula en unas 86.000 hectáreas por año.
“Las superficies boscosas descombradas son significativas, se estima que en las últimas décadas el país ha perdido
más del cuarenta por ciento (40%) de su bosque antiguo y dañado sustancialmente los otros recursos, como el
suelo, agua, biodiversidad, material genético autóctono y deteriorado el ambiente”.16
Pero aún así el bosque continúa representando un enorme potencial para el desarrollo sostenible del país.
Expertos consultados para este trabajo, son de la opinión que una explotación racional y sostenible del bosque
puede constituirse en uno de los factores principales en la reducción sostenible de la pobreza rural en el país.
14 Esta información se recoge de conversatorios con expertos del bosque, desarrollado en el marco del proyecto que ha generado este documento.
15 Sandoval Corea, Rigoberto. Op cit. Pag 3
16 Sandoval Corea, Rigoberto. Op cit; pag 5.
ii) Inseguridad sobre la propiedad de tierras comunales de los pueblos indígenas y usurpación de sus terri-
torios ancestrales
Este problema se origina debido a la falta de títulos de propiedad comunal en los territorios de la mayoría de los pueblos
indígenas y negros, así como por la sobre posición de títulos de propiedad otorgados a favor de terceros, y por la
entrega de títulos de propiedad comunal sin el debido saneamiento previo.
En general, desde hace varios años existe un “problema complejo de usurpación”17 de las tierras de los pueblos
indígenas y de todo su entorno natural que incluye el bosque, el agua y otros recursos naturales. Para el caso, “en
algunas tribus Tolupanes del departamento de Yoro (…) las tierras ocupadas por no indígenas superan el 50% del
área titulada y las solicitudes de ampliación, registran una respuesta lenta o nunca son resueltas por el Instituto Na-
cional Agrario (INA), básicamente porque la disponibilidad de tierras nacionales, cada día es más reducida, debido
a que ha sido convertida en gran parte en áreas protegidas o ha sido adjudicada a grupos campesinos en el marco
de la reforma agraria, a terratenientes o parceleros independientes”.
“Dos son los argumentos que plantea el Estado para no brindar una respuesta eficiente al saneamiento de tierras, el
primero está relacionado con la falta de voluntad política, favorecida por la alianza (…) que previamente es acorda-
da entre terratenientes, jueces, fiscales, profesionales del derecho, diputados del Congreso Nacional de la Republica
y en ocasiones hasta indígenas de las mismas comunidades afectadas (…). En segundo lugar, no se cuenta con los
recursos financieros para el pago de mejoras, las que deben ser determinadas previo a la delimitación, amojona-
miento y valoración de las mismas, evitando así, que este ejercicio se convierta en negocio para los usurpadores”.
En Honduras, hasta el 2009 existían 64 áreas declaradas protegidas, que incluyen 2.4 millones de hectáreas y repre-
sentan un 21.8% de todo el territorio hondureño (ver cuadro No 13). Esto es un 75% más de la extensión territorial
que se había declarado protegida en 1990. Es importante recalcar que estas aéreas han sido declaradas protegidas
en el marco de la Ley Forestal y el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Honduras (SINAPH).
A pesar del logro anterior como país, a la fecha todavía no se alcanzan un co-manejo eficiente de todas las AP del
país. Uno de los mayores desafíos a enfrentar, para asegurar la sostenibilidad del manejo de las AP, será aumentar y
manejar el escaso financiamiento gubernamental. Otro limitante es la incongruencia de las políticas de Estado, ya
que la parte productiva predomina en algunos casos sobre la de protección de los ecosistemas. La falta de cohe-
rencia entre las políticas agrarias, ganaderas, de tenencia de tierras y forestales entre otras tiene como consecuencia
incentivos inadecuados que inciden en la pérdida de los bosques y por consiguiente de la biodiversidad (ENCTI,
2010).
17 CIPRODEH. Informe nacional sobre el cumplimiento de los derechos humanos de pueblos indígenas y negros de Honduras. 2010. Pág
18 Este acápite es un resumen de: PNUD. Objetivos de Desarrollo del Milenio. Tercer Informe de País, Honduras 2010. Pag 164
Diversos estudios apuntan a una subutilización de los recursos hídricos con que dispone el país, tanto para uso hu-
mano y productivo. “Los recursos renovables anuales totales de agua en Honduras superan los 93,000 millones de
metros cúbicos, cifra diez veces superior a las estimaciones de demanda de riego, industrias y uso de la población”.19
Sin embargo, estudios presentados por la FAO en el marco del V Foro Mundial del Agua (2009) han pronosticado que,
como efecto del cambio climático, hacia el año 2025 los países centroamericanos, contaran con la mitad de metros
cúbicos de agua por habitante que los que tenía disponible en el año 2000.
A pesar de la situación actualmente favorable en cuanto a la disponibilidad de agua en el país, la Encuesta de Ho-
gares del INE de mayo del 2011 destaca que el 12.2% de las viviendas no cuentan con servicio de agua. Este dato
a la vez indica que más del 85% de la población dispone del acceso a este servicio. Sin embargo, son variados los
desafíos del país en cuanto a asegurar la calidad del agua para consumo humano: la ocupación del territorio (es-
pecialmente las zonas próximas a las fuentes de agua), los contaminantes industriales y domésticos, los niveles y
criterios potabilización, la organización comunitaria, la educación ambiental, etc.
Por otro lado, mucho se habla sobre el potencial de las fuentes de agua para la generación de energía eléctrica,
pero poca atención se pone en el hecho de los efectos que esta situación puede tener en el aumento de la pobreza
y desigualdad, si las decisiones se adoptan en función sólo de pequeños grupos privilegiados.
El concesiona miento, por el actual gobierno, de 47 proyectos de energía hidroeléctrica a la empresa privada, en su
gran mayoría a los mismos propietarios de las empresas térmicas generadoras de energía “sucia”, es valorado por
representantes de los movimientos sociales como excluyente y legalmente viciado. Esto porque no ha tomado
en cuenta la opinión de las comunidades afectadas, como tampoco los intereses de la pequeña agricultura. Esta
decisión profundiza el actual modelo de crecimiento neoliberal, que se ha basado en la explotación irracional de
los recursos naturales.
Hasta años recientes la actividad minera era una actividad aparentemente en declinación. Hoy en día ha incremen-
tado sus valores de exportación (en USD), aunque su participación en el total de las exportaciones continua siendo
modesta, en promedio no mayor al 5.3% del total de los principales productos de exportación.
La modalidad de explotación de la mayoría de las grandes empresas mineras en el país es a “cielo abierto”, esta
modalidad “platea grandes riesgos medioambientales”, siendo las comunidades cercanas a estos proyectos mineros
las que sufren las consecuencias “a no ser que tengan voz en las decisiones sobre el mismo”.20 En tal sentido, un
balance de costos y beneficios es de gran desventaja para el país y las comunidades donde operan.
64.7 66.7
62
54.5 56.9
No obstante, en este momento existen 174 concesiones ya otorgadas y 112 pendientes de aprobación en un radio
de acción que abarca más del 30% del territorio nacional.
Honduras al 2009 dependía en más de un 60% de fuentes térmicas para la generación de energía eléctrica, esto
implica un alto costo económico por el aumento creciente del precio internacional del petróleo (ver Gráfica No 14).
Esto ocurre a pesar de que el país cuenta con varias opciones para la generación de fuentes no renovables (hidráu-
lica, eólica, biomasa y otras), con todas las posibilidades de modificar la actual matriz energética. Sin embargo, el
Estado aún se mantiene atado a contratos onerosos entre USD 0.12 y más de USD 0.25 centavos por kilovatio hora
y está entregando nuevos proyectos de energía renovable a los mismos empresarios de las térmicas con precios
similares.
El reto de país es abaratar el costo de la energía eléctrica como una de las condiciones necesarias hacia un desarro-
llo sostenible, pero con un enfoque que modifique el patrón de exclusión y de beneficios desiguales a favor de los
grupos privilegiados de siempre. Esto apunta a diversificar la actual matriz energética, pero principalmente a modi-
ficar las “reglas del juego” impuestas por la elite gobernante a favor de un pequeño grupo de empresarios
que controlan oligopólicamente la producción y comercialización de la energía eléctrica, que han colocado
en riesgo la sobrevivencia de la estatal Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE).
Hasta ahora, el Estado hondureño en el manejo de los recursos naturales no ha logrado establecer mecanismos
transparentes y eficientes de coordinación entre las diferentes instituciones sectoriales, como tampoco a nivel de
programas y proyectos relacionados, tanto en el nivel nacional y local.
Solamente en lo referido al manejo del recurso forestal y las áreas protegidas existen siete instituciones para actuar
directamente: La Secretaría de Estado en los Despachos de Agricultura y Ganadería (SAG); La Secretaría de Recursos
Naturales y Ambiente (SERNA); El Instituto Nacional Agrario (INA); El Instituto de la Propiedad (IP); Comisión Ejecuti-
va del Valle de Sula; Secretaria de Estado en el Despacho de Pueblos Indígenas y Afrodecendientes (SEDINAFROH);
Secretaria de Estado en el Despacho de Turismo (SETUR). Además, otras ocho (8) instituciones están facultadas para
actuar indirectamente.
En conclusión:
El manejo irracional e insos-
tenible de los recursos natu- Grupo de juventud conversando y concluyendo sobre la problemática del mane-
jo de los recursos naturales (Foto CESPAD).
rales controlados por peque-
ños grupos, tal como es la
actual situación de Honduras
con los recursos mineros, la
tierra, los bosques y tenden-
cialmente el agua, inevita-
blemente conduce a mayores
niveles de pobreza y exclu-
sión. Pero no es un curso in-
evitable e irreversible, con la
voluntad política del Estado
y la sociedad es posible recu-
perar su control y asegurar
un manejo sostenible hacia la
construcción de una sociedad Expertos en recursos naturales sugiriendo alternativas de solución a la problemá-
tica del país (Foto CESPAD)
más justa e incluyente.
• La desigual dotación de infraestructura vial y social, acceso a activos productivos como tierra, financiamiento
y asistencia técnica entre los 298 municipios y 18 departamentos del país es un desequilibrio estructural ge-
nerador de exclusión. Esta situación es particularmente grave para los municipios más pobres y los habitados
por los pueblos indígenas y negros.
• De manera específica esa situación se expresaba a mediados de los noventa –realidad que no se ha modificado
sustancialmente en la actualidad- en la concentración en apenas 55 municipios del 93% del total de la pobla-
ción urbana y el 41% de la rural, donde se concentraban las oportunidades y servicios. Resultando claro que “La
inversión en infraestructura y provisión de servicios públicos ha favorecido, primordialmente, las zonas urbanas,
lo cual ha reforzado las inequidades tradicionales. De esta manera se han creado zonas de “atraso” donde a ve-
ces pareciera que no se sabe si el abandono provoca la pobreza o si esta impide el desarrollo. Sin embargo, la
21 Citado por: PNUD. Informe Sobre Desarrollo Humano Honduras 1998, pág. 87.
22 Cfr. PNUD. Informe Sobre Desarrollo Humano Honduras 2009. Pág. 289.
A continuación una rápida valoración de los puntos siguientes: i) Gasto social y el fracaso de la Estrategia para la
Reducción de la Pobreza (ERP); ii) Carga tributaria desigual y reproductora de la pobreza; iii) Endeudamiento interno
irracional y costoso; y, iv) Inseguridad ciudadana.
Durante los últimos diez (10) años el gasto social mantuvo una participación dentro del PIB del 20% al 24%, similar
al promedio latinoamericano. Pero dentro de este gasto, desde el 2000, se diferenció el gasto en pobreza orientado
a la implementación de la ERP (este mantuvo un peso del 8% al 9% del PIB). Pasando de Lps 7, 298 millones en el
2000 a Lps 20,666 en el 2008; para un total del 2000 al 2008 de Lps 111,958 millones.
Los diferentes informes del Instituto de Investigaciones Sociales (ISS)/ASDI y otras valoraciones23 indican que esta
estrategia fracasó, entre otros factores, por la inconsistencia del diseño de la misma ERP, ausencia de un modelo de
desarrollo para enfrentar la pobreza y desigualdad; cultura clientelista de la elite política en el uso del presupues-
to; ausencia de transparencia en el manejo presupuestario; falta de continuidad de las políticas de Estado con los
cambios de gobierno; deficiencias técnicas en la focalización del gasto; falta de apropiación del gobierno central,
gobiernos locales y de la sociedad civil de la Estrategia para la Reducción de la Pobreza. En general, baja calidad en
la implementación del gasto social y del gasto anti-pobreza.
Aunque las cifras absolutas arriba reportadas del gasto social parecen considerables, medido como gasto social
per cápita el de Honduras es el más bajo de la región centroamericana y está ubicado por debajo del promedio de
América Latina. En los últimos diez (10) años en Honduras este gasto social per cápita ha sido en educación de USD
61; en salud de USD 36; y, en protección y asistencia social de USD 10. Estas cifras contrastan con las obtenidas por
Panamá y Costa Rica, los países de la región con gasto social per cápita de tres dígitos (ver Cuadro No 14).
Si esta comparación se extiende a América Latina como región la situación se torna más dramática. Considerando
el monto del gasto público social per cápita global Honduras se ubica en el grupo de países con un gasto social per
cápita anual de USD 181, muy por debajo del promedio latinoamericano de USD 597, y muy alejados del grupo de
países con el mayor gasto social per cápita USD 1,209 (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Panamá y Uruguay). (Fuen-
te: CEPAL, en base a estadísticas nacionales). Con todo esto, resulta evidente que Honduras se enfrenta al problema
de limitados ingresos para destinarlos a la provisión de servicios públicos básicos que asegure la construcción de
una sociedad más equitativa.
23 Saravia, Francisco. Valoraciones del gasto público destinado a la reducción de la pobreza. S.f.
La Gráfica No 15 nos indica que la tendencia general, en los últimos años, ha sido hacia a la baja de los ingresos
tributarios. Con un leve incremento de los ingresos directos, no por una mayor carga a las ganancias de las grandes
empresas, sino como una mejora en la recaudación, en especial mediante la retención en la fuente a los y las asa-
lariados. Esta baja de los ingresos tributarios se explica por tres razones principales: la primera, la existencia de un
amplio régimen de exoneraciones al gran capital nacional y extranjero24 que forma parte del modelo neoliberal; la
segunda, la baja en la dinámica económica del país a tono con la crisis financiera internacional del 2008; y, la tercera
los efectos de la crisis política del 2009.
Además es necesario indicar que la estructura tributaria hondureña es regresiva, es decir, no contribuye a una redis-
tribución más equitativa de los ingresos, afectando a los que tienen más y beneficiando a los que poseen menos.
Impuestos indirectos
(pagados por la población
Porcentajes
en general)
Impuestos directos
(pagados por los
empresarios y los
asalariados)
24 Se estima que las exoneraciones fiscales alcanzan un aproximado de Lps 8,000 millones anuales (La Prensa, 21 marzo de 2010).
Los gastos del Estado hondureño han sido crecientes y esta tendencia no fue revertida ni siquiera durante la crisis
del 2009, pero este nivel de gasto no ha correspondido al nivel de ingresos, pues estos últimos han sido decrecien-
tes.
En una situación de aislamiento internacional como la del 2009 y parte del 2010, el expediente utilizado fue el en-
deudamiento interno, en otras palabras, se recurrió a solicitar y obtener préstamos del sistema bancario nacional.
Esto representó un gran negocio para la burguesía financiera, colocando un buen porcentaje de su disponibilidad
financiera en un solo cliente con altas tasas de interés. En el gobierno de Roberto Michelletti (2009) la deuda in-
terna alcanzó los Lps 22,844 millones de Lempiras y en el gobierno de Porfirio Lobo (2010) representó Lps 37,225
millones.
En otro trabajo del CESPAD hemos sostenido que esta situación ha modificado la relación de deuda interna/PIB que
en el 2010 alcanzó el 31%, “cuando en el 2007 fue del 19%. Sin embargo, como todo sistema de partida doble, hoy
esas cuentas acrecentadas están pasando factura al gobierno y a la sociedad. El crédito interno resulta altamente
perjudicial porque, al ser de corto plazo, termina siendo más costoso. De allí que el reto sea su renegociación en
el marco del crédito externo, que tendrá como consecuencia el incremento del pago de los servicios de la deuda
pública, en detrimento de los programas sociales y la atención del gasto social”.26
Y precisamente un hecho a destacar en el presente es el repunte del proceso del endeudamiento externo del 2008
en adelante, siendo más pronunciado a partir del 2009 (ver Cuadro No 15).
Esto se explica en el hecho que el presupuesto público hondureño ha sido estructuralmente deficitario, depen-
diendo de los prestamos de la cooperación internacional en por lo menos un 30%. En un contexto de recesión eco-
nómica mundial esta situación pareciera no ser sostenible. Si a ese hecho agregamos los limitados ingresos fiscales
propios con tendencia a la baja, inevitablemente nos ubica ante una crisis fiscal muy profunda. Siendo pragmáticos
su salida sólo será posible mediante un pacto social nunca antes generado en el país, con la activa participación de
los movimientos sociales. Este es un punto esencial a considerar en la formulación de una propuesta de desarrollo
nacional.
Años
Conceptos 2006 2007 2008 2009 2010 2011
% del PIB 35,5 24,4 16,6 17,4 18,4 19,3
Saldo deuda 3,878 3,028 3,464 3,345 3,772 4,259
Fuente: BCH. Memorias anuales, varios años.
a) El narcotráfico
Diversos organismos internacionales han determinado que aproximadamente, desde el 2007, el 90% de la droga
consumida en los Estados Unidos se transporta por la ruta de Centro América y México. El problema es real y tiene
fuertes implicaciones en la seguridad interna de cada uno de los países y de toda la región centroamericana. Esto
evidencia la existencia de Estados débiles y una institucionalidad erosionada por la impunidad y corrupción que es
aprovechada por el crimen organizado.
El último informe del Observatorio de Violencia de la UNAH,28 reporta que entre enero-diciembre del 2011 se
cometieron 7,104 homicidios en el país (14% más que los ocurridos en el 2010). Esto representa una tasa de 86.5
homicidios por cada 100,000 habitantes; además de 20 muertes diarias y 592 mensuales. Se estima que el 27% de
estas muertes tiene características de sicariato, es decir, atribuibles al crimen organizado.
b) Cultura de violencia
En Honduras, país marcado por grandes contrastes sociales, en las últimas décadas se ha instalado una cultura de la
violencia, donde se mezcla la delincuencia común y prácticas homofóbicas (odio a los homosexuales, transexuales
y lesbianas) y machistas (actitudes ofensivas y vejatorias a la dignidad de las mujeres) que conducen a homicidios.
La principal víctima de la violencia en Honduras es la juventud, del total de homicidios efectuados en el 2011 el 47%
correspondieron a personas entre 15 y 29 años, en su gran mayoría varones.
También las mujeres, particularmente las mujeres jóvenes, son víctimas de esta violencia generalizada. Según el
Informe ya indicado,29 en el 2011 la Dirección de Medicina Forense del Ministerio Público atendió “a 2,316 adoles-
centes y mujeres porque presentaron signos del síndrome de mujer agredida (violencia contra la mujer), en este
27 http://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/statistics/Homicide/Globa_study_on_homicide_2011_web.pdf
28 UNAH-IUDPAS. Observatorio de la violencia. Mortalidad y otros. Edición No 24, Marzo 2012.
29 UNAH-IUDPAS.Op cit.
Igualmente, “De enero a diciembre del 2011, se evaluaron a 3,146 víctimas de delitos sexuales en la Dirección Ge-
neral de Medicina Forense, de las cuales 2,811 corresponden al sexo femenino (89.4%) entre ellas, las más afectadas
son niñas entre los 10 y 14 años con 1,204 casos. Mientras el 10.6% restante corresponde a víctimas del sexo mascu-
lino”. A esto agregar la muerte de 51 personas de la comunidad lésbico-gay ocurridas desde junio de 2004 a junio
de 2011. Asimismo, más de 400 mujeres asesinadas anualmente.
Desde la crisis política del 2009 se ha incrementado el número de acciones de parte del Estado que han violentado
diferente derechos humanos como la libertad de expresión, protesta social y, especialmente, el derecho a la vida.
En este punto, destacar que, solamente la conflictividad agraria en la zona del Aguán ha aportado un saldo de más
de 60 asesinatos en los últimos dos años y medio. Al respecto, el Estado hondureño aún está pendiente de dar
cumplimiento a una larga lista de recomendaciones de instancias internacionales de derechos humanos.
Adicionalmente, el reconocimiento, desde finales del 2011,30 por las altas autoridades del país y por los mandos
policiales de la existencia de redes de policías vinculados al crimen organizado y al narcotráfico, ha puesto en
evidencia la profunda crisis del sistema policial. Todo esto, sumado a la ineficiencia y falta de voluntad política del
sistema de justicia de actuar a tono con los procedimientos legales, nos plantea un abierto deterioro del Estado de
derecho hondureño ya puesto en evidencia con la crisis política de junio del 2009. También esto supone el riesgo
de una mayor militarización, disminución de los derechos ciudadanos y procesos más amplios de exclusión.
Esta es la impugnación de la ciudadanía hondureña a su Estado y democracia, una ciudadanía agobiada por los
históricos problemas económicos-sociales que le provocan frustración y desencanto. Son los mismos problemas
de hace más de treinta años, nada más que agravados por su falta de solución y por el surgimiento de nuevos pro-
blemas, como la violencia y el narcotráfico. La persistente demanda por la convocatoria a una Asamblea Nacional
Constituyente expresa la aspiración ciudadana por la democratización del Estado y por su participación efectiva en
la toma de decisiones (ver Gráfica No 16).
Por el momento es evidente que la ruptura constitucional de junio del 2009 no produjo efectos “neutros”, en tanto
recompuso las posiciones políticas de las diferentes actores, al grado que hoy en día el bipartidismo y la elite polí-
tica tradicional exhibe una particular crisis de credibilidad y legitimidad, llegándose al extremo que un porcentaje
del electorado, mayor del 50%, estaría dispuesto a modificar su voto tradicional por un programa y candidato que
30 Esto motivado por las claras evidencias del involucramiento de integrantes de la policía en servicio activo en el asesinato de los jóvenes univer-
sitarios: Rafael Vargas Castellanos y Carlos Pineda Rodríguez (noviembre del 2011).
A favor En contra
55 65
49 51
45
35
despertara su confianza en que resolverá los problemas del país.31 Honduras y sus movimientos sociales viven hoy
una particular oportunidad histórica para modificar los tradicionales balances de poder “en democracia y transfor-
mando la democracia”.
Esto presume, dentro de la crisis, la oportunidad de reactivar el mercado interno, retomando el desarrollo del sector
agropecuario y forestal en armonía con la naturaleza que dé respuestas sostenibles a los actuales déficits de sobera-
nía y seguridad alimentaria, así como reactivar el empleo rural orientado a mejorar los ingresos y reducir la pobreza.
La crisis financiera internacional también plantea el desafío de diversificar los mercados internacionales e insertarse
en forma más activa en el proceso de integración centroamericana y latinoamericana.
En tal sentido, resulta de interés lo revelado en el último informe nacional del PNUD sobre el Desarrollo Humano en
Honduras, donde indica que “Más allá la preocupación por la resolución de los problemas que les afectan, los/las jó-
venes hondureños están interesados en contribuir a mejorar su país. Están dispuestos a trabajar por que Honduras
sea un país más equitativo y en el que existan oportunidades para todos. A este fin, el 20.5% de los/las jóvenes en-
trevistados manifestó como prioridad el que la juventud participe activamente en la sociedad; un 14.2% identificó
la necesidad de no ser conformista; y un 13.7% se refirió a tener ideales y esforzarse por alcanzarlos”.33
De manera más precisa, “Los recursos renovables anuales totales de agua superan los 93,000 millones de metros
cúbicos, cifra diez veces superior a las estimaciones de demanda de riego, industrias y uso de la población”.34 Los
recursos forestales ampliamente depredados, todavía poseen un alto potencial de explotación productiva, que
bien podrían contribuir a resolver el problema de la pobreza y el desempleo rural. Igualmente, los recursos pes-
queros están siendo insuficientemente explotados. Así que con un enfoque de desarrollo sostenible Honduras es
poseedora de una gran riqueza en recursos naturales tanto utilizables en la producción como en la generación de
servicios turísticos.
6) Posición geográfica
Al mismo tiempo, Honduras es poseedora de una posición geográfica privilegiada. Ubicada en el centro del continen-
te, con costas en ambos océanos, le plantea amplias posibilidades en el campo del desarrollo productivo, de ser-
vicios y de punto de tránsito de mercaderías del pacífico al atlántico. El buen desarrollo de las instalaciones Puerto
Cortes en el Atlántico y las posibilidades de desarrollo portuario en el Pacífico, la disponibilidad de una aceptable
red de carreteras que comunica ambos océanos, son factores que no deben desconocerse en una estrategia de
desarrollo incluyente y sostenible.
En un mundo globalizado, donde las tendencias a la integración regional y subregional son predominantes esta
privilegiada posición geográfica puede ser muy bien aprovechada por el país para mejorar sus condiciones compe-
titivas, pero sobre todo para revertir el atraso y la gran deuda social acumulada en el transcurso de largas décadas.
Algunos conceptos para entender mejor la lectura del texto (En orden de aparición en la exposición del capítulo)
En el desarrollo de este documento ha quedado en evidencia que los factores que bloquean el desarrollo incluyen-
te en Honduras son, principalmente, los seis (siguientes): i) Control de la toma de decisiones fundamentales del país
en un pequeño grupo económico-político que define las “reglas del juego”, sin la participación de los movimientos
sociales y organizaciones ciudadanas; ii) Concentración en pocas manos de las condiciones esenciales del desarro-
llo (entendida estas como la disponibilidad de capacidades básicas en educación y salubridad pública y acceso y
control sobre los activos productivos –tierra, capital y conocimientos-); iii) Economía orientada a la exportación que
ofrece escasas y precarias oportunidades de empleo; iv) Manejo no sostenible de los recursos naturales; v) Desigual
desarrollo de los territorios, con déficit de oportunidades para las zonas más pobres y atrasadas; y, vi) Estado inefi-
ciente, excluyente y corrupto.
Honduras se ubica dentro del grupo de países que la CEPAL ha denominado con “severas brechas de bienestar”,35
los cuales se caracterizan por tasas altas de fecundidad y una población mayoritariamente joven, mercado de tra-
bajo precario donde prevalece el subempleo y los bajos ingresos laborales, carga tributaria baja y gasto social per
cápita reducido que impide superar los déficit en atención en educación, salud, seguridad y protección social. En
estos casos, plantea la CEPAL, “el rol del Estado social es clave para modificar el ritmo a que se pueden disminuir las
brechas del bienestar”.
Es por ello que el gran desafío de los movimientos sociales es transformar el actual modelo de crecimiento excluyente por
un modelo de desarrollo incluyente y participativo.
35 CEPAL. La hora de la igualdad. Brechas por cerrar, caminos por abrir. 2010. Pág. 204.
Sin embargo, hasta ahora, Honduras como país ha fracasado en la obtención de todas esas metas, especialmente
las orientadas a reducir la pobreza y superar la exclusión social. Existen un conjunto de posibles respuestas:
En primer lugar, la persistencia del modelo de crecimiento neoliberal y la predominancia en el Estado de los inte-
reses de la elite política-económica tradicional.
En segundo lugar, la supremacía de las metas macroeconómicas impuestas por el FMI (como la tasa de inflación,
déficit fiscal, deuda interna, deuda externa y otros) en relación a las metas nacionales de país (reducir la pobreza,
aumentar el empleo y la inclusión social).
En tercer lugar, la débil presencia y articulación de un movimiento social y político portador de un modelo de
desarrollo incluyente y participativo.
Ahora bien, inevitablemente en este momento histórico los movimientos sociales deberán retomar las banderas/
metas de la reducción de la pobreza y de la exclusión, así como aspectos relacionados que son de gran relevancia
para el desarrollo del país tales como la educación, la salud, el empleo y la seguridad ciudadana, entre otros. Esto
El cuarto, creer que primero hay que crecer para luego distribuir la riqueza. La experiencia de Honduras y América Lati-
na enseña que aunque se crezca por un buen período (digamos cuatro o cinco años) la redistribución nunca llegará
a los más pobres. En realidad, hay que crecer y distribuir simultáneamente.
El quinto, pensar que la gran ventaja competitiva del país es el bajo precio de la fuerza de trabajo y que, por ello, hay que
mantener los salarios bajos y revertir las históricas conquistas laborales de los y las trabajadoras. El Estado debe defen-
der y profundizar las conquistas de los y las trabajadores y mantener condiciones apropiadas para el estimulo de la
inversión privada (buenos niveles de seguridad, fuerza de trabajo con mayores grados de escolaridad y con mejores
competencias, la posición geográfica privilegiada del país y otras más).
El sexto, asumir que el territorio sólo es un pedazo de geografía y que no importa su reconfiguración para el desarrollo
nacional. El territorio, las regiones, departamentos y municipios es donde se genera el desarrollo; es un espacio
donde se establecen relaciones sociales, se instalan y crecen las empresas, se consolida y fortalece la identidad
nacional/regional y se construye el desarrollo incluyente en armonía con la naturaleza.
Ahora bien, este enfoque de desarrollo endógeno retoma la experiencia histórica que ha evidenciado que no es
“más mercado y menos Estado” la fórmula mágica para el desarrollo. En realidad, tanto el Estado y el mercado son
elementos necesarios en la construcción de una sociedad próspera e incluyente que en esencia apunta hacia una
economía mixta promotora y respetuosa de las diversas formas de propiedad: privada, estatal y social.
Sin embargo, en este punto hay que subrayar que la experiencia latinoamericana de las últimas décadas nos dice
que “el mercado de trabajo no ha mostrado una capacidad incluyente ni en términos de generación de empleo
de calidad, ni en lo que se refiere a los niveles contributivos. Los mercados laborales de la región no han logrado
transformarse en la puerta de entrada universal y dinámica a los esquemas de protección social. Por ese motivo, ni
a corto ni a mediano plazo podrán constituir el mecanismo exclusivo para proteger al grueso de la población frente
a los riesgos relacionados con la falta de ingresos, la salud y en envejecimiento, entre otros”.36
Por ello resulta fundamental la existencia de un Estado con responsabilidad social y transparente que intervenga
en las “fallas de mercado”, asegurando proactivamente oportunidades para las más pobres. Teniendo, entre otros,
como instrumentos los marcos regulatorios (leyes y políticas), el gasto público, la inversión social y productiva; así
como la captación de impuestos con criterios de equidad y la prestación de servicios básicos de calidad.
Es más, la historia económica enseña que “Los mecanismos del mercado han tenido un gran éxito” solo “cuando se
han dado las condiciones necesarias para que todo el mundo pudiera beneficiarse de las oportunidades que ofre-
cía”. Es un hecho demostrado que los países actualmente ricos “poseen una historia bastante notable de medidas
públicas relacionadas con la educación, la asistencia sanitaria, la reforma agraria, etc.” Por lo que lejos de razones
geográficas, inteligencias superiores u otras razones fue “La amplia difusión de estas oportunidades sociales” lo que
“permitió a la mayoría de los individuos participar directamente en el proceso de expansión económica”.37
Otro punto adicional a considerar, es que las transformaciones democráticas que actualmente requiere Honduras,
tendrán un contexto internacional adverso. Al grado que algunos factores que han marcado la dinámica del país
experimentaran modificaciones. Para el caso, los mercados de Estados Unidos y de Europa, con economías estan-
cadas y en recesión, no tendrán la misma importancia para las exportaciones hondureñas. Por ello mismo, no será
posible mantener la expectativa del incremento de las remesas internacionales familiares como elemento clave de
estabilidad económica y social. Finalmente, el crédito internacional será más difícil de obtener para cubrir el histó-
rico déficit del presupuesto público.
Considerando todos los puntos anteriores, desde el CESPAD pensamos que en la construcción de una Honduras
más incluyente y justa tres (3) grandes ejes estratégicos son fundamentales:
1) Transformación y democratización del Estado que significará la conversión del actual aparato estatal en
un Estado socialmente responsable y con amplia participación ciudadana en la toma de las decisiones funda-
mentales. En este proceso será fundamental la participación protagónica de los grupos sociales hasta ahora
excluidos tales como mujeres, juventud, pueblos indígenas y negros y otros más.
2) Democratización y diversificación de la economía que implicará la ampliación del mercado interno y la di-
versificación de los rubros de exportación en una estrategia de desarrollo incluyente; lo que deberá traducirse
en el aumento de los ingresos y del empleo de las grandes mayorías de la población. Igualmente acá asegurar
la inclusión en el proceso del desarrollo de los sectores históricamente excluidos deberá ser un aspecto central.
1) Transformación y 2) Democratización y
democratización del diversificación de la
Estado economía
3) Sustentabilidad
ambiental en armonía
con la naturaleza
En este marco la demanda ciudadana por una Asamblea Nacional Constituyente para restablecer la institu-
cionalidad destruida por el golpe de Estado de junio del 2009 y por largos años de ineficiencia estatal,
se torna cada día una necesidad para la transformación y el cambio a la manera democrática del Estado
hondureño. Este es el camino demandado por un sector importante de la ciudadanía para la formulación de un
nuevo pacto social con la presencia de los movimientos sociales, pueblos indígenas y negros y otros nuevos sujetos
políticos. En dicho pacto no se puede obviar la presencia y representación de las fuerzas políticas tradicionales y de
los sectores empresariales.
Los ejes de cambios propuestos en estas bases de Agenda deberían ser parte de ese nuevo pacto social.
1) Reconstruir el Estado
Esto implica repensar la transformación democrática del Estado en todos sus ámbitos. También supone el reorde-
namiento del territorio y el tránsito de un Estado centralista a un Estado más descentralizado y democrático; reco-
nociendo el derecho de las autoridades locales y las organizaciones ciudadanas a decidir y gestionar los asuntos
propios de sus territorios; con la activa participación de mujeres, hombres, juventud, pueblos indígenas, personas
afectadas por la discapacidad y otros grupos vulnerables. En este aspecto las acciones principales serán las siguien-
tes:
a) Democratizar la representación ciudadana en el Congreso Nacional, en especial de las mujeres y la ju-
ventud. Ante una cultura machista y adulto-centrista esto sólo será posible mediante cuotas de obligatorio
cumplimiento, pero que se expresen de manera real en la composición final de la cámara legislativa, en caso
contrario, serán simplemente frases sin contenido.
b) Asegurar mecanismos de participación ciudadana directa en las decisiones fundamentales de todos los
niveles de gobierno.
• Poner en práctica los mecanismos del plebiscito y del referéndum para la toma de decisiones fundamen-
tales que afectan la vida de la población hondureña.
• Todos los funcionarios electos responsables de los principales poderes del gobierno central y de los go-
biernos locales deberán estar sujetos a referéndum ciudadanos revocatorios.
• Establecer instancias de consulta ciudadana sobre las políticas públicas en los niveles locales y regionales.
Considerar la representación diferenciada de hombres, mujeres y juventud.
c) Transformar y depurar el sistema de justicia; una salida al corto plazo sería la creación de un Tribunal Cons-
titucional Independiente (cuya integración sea concertada entre los actores sociales y políticos más relevantes
del país) y que este ubicado por sobre la Corte Suprema de Justicia que abra un período de transición hacia la
formación de un nuevo poder judicial independiente en Honduras.
d) Reorganizar y modernizar el aparato del gobierno central. Reestructurar el conjunto de Secretarias de Es-
tado, de tal manera de asegurar un Estado coherente y articulado, con funciones y competencias claramente
delimitadas y, a la vez, complementarias. Eliminar el actual laberinto institucional y jurídico que impide una
acción efectiva del Estado. En este marco asegurar una red institucional (nacional/local) efectiva en la lucha
contra la pobreza y por la inclusión.
e) Definir las regiones y microrregiones del desarrollo considerando las potencialidades y limitaciones de
los territorios, pero también asegurando la amplia participación de los movimientos sociales y otros actores
en la determinación de los criterios para la regionalización. Asimismo, amparados en el Convenio 169 considerar
la creación de regiones autónomas a cargo de los pueblos indígenas y negros que permita ir avanzando hacia
un Estado plurinacional.
f ) Trasladar competencias y recursos a los gobiernos locales y a las regiones de desarrollo, para la gestión más
eficiente y democrática de los asuntos propios de los territorios, en el campo del desarrollo económico, social,
ambiental y cultural. Revisar el actual sistema de transferencias municipales para asegurar criterios de equidad
y eficiencia. Asimismo, asegurar indicadores de género en los presupuestos nacional, regional y municipal.
g) Asegurar el desarrollo de capacidades básicas de los gobiernos locales en temas como: a) Planificación
a) Mantener y fortalecer las empresas estatales como la ENEE, HONDUTEL, ENP y otras; mejorando su eficiencia
interna y niveles de rentabilidad que contribuyan a aumentar el gasto social en función de las necesidades de
los sectores históricamente excluidos.
b) Impulsar una profunda reforma fiscal por la equidad, mediante un pacto entre los actores principales
de la sociedad: i) modificar la actual estructura tributaria, garantizando la equidad horizontal (las empresas y
contribuyentes con la misma capacidad de pago deben pagar igual) y vertical (las empresas y contribuyentes
con mayor capacidad de pago deben tributar más que las de menor capacidad) y otorgándole más peso al
impuesto sobre la renta de las empresas; ii) crear incentivos a la inversión productiva generadora de amplio em-
pleo; iii) eliminar las exoneraciones fiscales innecesarias; iv) mejorar los mecanismos de recaudación y controles
contra la evasión; v) concertar una agenda pública de rendición de cuentas, control ciudadano, impacto del
gasto social y reducción de la desigualdad de ingresos; vi) crear un fondo de compensación territorial, dirigido
a los territorios de menor desarrollo; y otros aspecto más.
c) Transformar y universalizar el sistema de educación pública: i) asegurar el acceso universal a la educación
pre-primaria y primaria; ii) incrementar sustancialmente la matricula y egreso de educación secundaria; iii) uni-
versalizar gradualmente la educación bilingüe y digital; iv) asegurar a los pueblos indígenas la educación en su
propia lengua y en el idioma oficial; v) incrementar el promedio actual de años de escolaridad, manteniendo el
balance de equidad entre varones y mujeres; vi) eliminar el lenguaje sexista en los textos escolares; vii) trabajar
por suprimir los enfoques y practicas machistas, homofóbicas y adulto-centristas; viii) educar en compartir el
trabajo doméstico entre mujeres, hombres y juventud; ix) extender la cobertura y duración de la jornada escolar
en pre primaria; x) mejorar la formación del personal docente; xi) modificar los currículos con enfoque huma-
nista pero orientados a las demandas del mercado laboral; xii) incrementar la oferta de la educación técnica y
vocacional, formal y no formal; xiii) introducir y desarrollar currículos destinados a las personas con discapacidad;
xiv) mejorar la infraestructura educativa; xv) aumentar la calidad de la educación universitaria; xvi) incrementar
el monto de becas para los y las más pobres.
d) Transformar y universalizar el sistema de salud pública: i) asegurar la atención en salud preventiva (tanto
de la niñez, juventud, adultos y adulto mayor); ii) garantizar la atención de la salud primaria combinando moda-
lidades de atención en centros de salud, descentralización de servicios en modalidades público-comunitarias
y formación de redes de voluntarios/as; iii) asegurar la formación y atención de la salud sexual y reproductiva
de las mujeres y juventud; iv) ampliar las salas cunas en un esquema de colaboración público-comunitario v)
reformar sustancialmente el obsoleto sistema nacional público hospitalario mejorando y ampliando la atención
médica especializada; vi) ampliar la cobertura de los servicios médicos del seguro social; vii) asegurar el abas-
tecimiento de medicamentos y de equipo básico; viii) fortalecer y desarrollar las áreas de atención orientadas
a la rehabilitación de la población con problemas de discapacidad; xi) asegurar la atención efectiva y humana
de las personas afectadas por el VIH/SIDA.
De manera más específica las líneas principales para el desarrollo del mercado interno serán las siguientes:
a) Apoyar la transformación agraria-forestal promoviendo la economía social orientada a asegurar la
soberanía y seguridad alimentaria del país: i) Ajustar la institucionalidad pública a las necesidades de la
transformación agraria, coordinada por un Consejo Nacional de Desarrollo Agrario y de Soberanía Alimentaria;
ii) asegurar el acceso a la tierra a los y las campesinos precaristas y sin tierra; iii) apoyar la creación de un sistema
de financiamiento alternativo público-social para la economía campesina de pequeña escala; iv) asegurar el
acceso a la asistencia técnica para fortalecer la economía campesina; v) implementar medidas que aseguren el
acceso de las mujeres rurales a los medios de producción y mecanismos de financiamiento; vi) estimular la pro-
ducción orgánica campesina y mecanismos adecuados de comercialización; vii) apoyar el sistema social forestal
y especialmente la agroforestería comunitaria; viii) proteger el ambiente y adoptar medidas de prevención del
cambio climático; y otras más.
b) Incrementar la inversión pública nacional y local en: la construcción de carreteras secundarias y terciarias
con fines productivos, sistemas de riego, construcción de centros de acopio y otros;
c) Apoyar una política de construcción masiva de viviendas en las zonas urbanas y rurales: i) asegurar arreglos
de financiamiento público-privado-social y de cooperación internacional; ii) priorizar a los hogares en situación
de pobreza, a las capas medias de bajos ingresos y los trabajadores/as asalariados; iii) asegurar la inclusión de la
pareja joven, las madres solteras y personas con discapacidad; iv) utilizar mecanismos mixtos de financiamiento:
subsidios estatales; préstamos estatales a las mínimas tasas de mercado; préstamos solidarios por el sistema de
cooperativas de ahorro y crédito; v) estimular la autoconstrucción y gestión colectiva.
d) Apoyar la inserción laboral de la juventud, mujeres y personas con discapacidad. Formular programas
de coordinación pública-privada- social que asegure su inserción en diversas iniciativas de micro y pequeñas
empresas que sean consistentes con las vocaciones y capacidades de estos grupos sociales históricamente
excluidos.
e) Formular el mapa de potencialidad productiva del país. Identificando los rubros y cadenas productivas para
el mercado interno con la capacidad de generar amplio empleo, diferenciando las oportunidades de inserción
laboral para hombres, mujeres, juventud, personas con discapacidad. Tanto en las zonas urbanas y rurales.
f ) Mejorar el registro estadístico para la definición e implementación de políticas públicas para la inclusión
laboral, mediante las medidas siguientes: i) garantizar que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) amplié la
generación de información desagregada por sexo, área geográfica y por pueblos indígenas; ii) desagregación de
información sobre rubros productivos orientados al mercado interno y su capacidad de generación de empleo
y mejoramiento de ingresos; iii) asegurar que el Banco Central de Honduras cuantifique el aporte a la economía
del trabajo domestico generado por las mujeres; y, otras.
A esta agregar los efectos del cambio climático que tal como indica la Declaración del Tercer Foro de la Campaña
Mesoamericana de Justicia Climática,39 este fenómeno está afectando a la región mesoamericana en tanto “agrava
la crisis hídrica, altera los ciclos productivos en la agricultura, erosiona la diversidad biológica y cultural, genera
nuevas enfermedades; e incrementa las falencias y sufrimientos derivadas de la pobreza y exclusión en que vive
gran parte de nuestras poblaciones; particularmente mujeres, niños y niñas y las poblaciones indígenas, afro des-
cendientes y de habla inglesa”.
Aclarar que este Eje de Sustentabilidad Ambiental en Armonía con la Naturaleza es complementario y transversal a
los ejes de reforma y democratización del Estado y el referido a la democratización y diversificación de la economía.
Es por ello que algunas medidas apuntan a la reforma del Estado, otras a la promoción del mercado interno y otras
más a la diversificación de las exportaciones.
Esta es la propuesta del CESPAD sobre las “Bases para la Agenda de Transformación Democrática de Hondu-
ras”, nacida de un preliminar diálogo con los movimientos sociales en diferentes grupos de discusión. Sin embargo,
la misma es un insumo para la discusión y el debate democrático que estimule horizontes y propuestas para el
cambio democrático en Honduras.
Fondo
ACI-ERP