Admin,+03 EsperanzaALCOCER
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DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM
DE TERTULIANO
1. INTRODUCCIÓN
7
PIGANIOL, Historia de Roma (Buenos Aires, 1961), p.281; 325; ROSTOVTZEFF, o.c.,
II, pp. 163; 235; 249; BENABOU, o.c., pp. 163-164; BRAUN, Approches, p. 3; G. CHARLES-
PICARD, Textes et documents rélatifs à la vie économique et sociale dans l’Empire Ro-
main (París, 1969), pp. 218-223.
8
Cayo Graco estableció los primeros colonos romanos en la antigua Cartago,
Julio César le concedió el estatuto de colonia romana y la hizo reconstruir, y Augus-
to el año 29 a.J.C. estableció en ella una deductio de 3.000 veteranos (según GSELL,
Histoire ancienne de l’Afrique du Nord, París, 1920, I, 277, nota) y la enriqueció. An-
tonino Pío le añade unas magníficas termas. (ROSTOVTZEFF, o.c., II, 71-73.) Cuando
ocupa el poder el africano Septimio Severo, el cual, dice la Historia Augusta [Vida de
Septimio Severo, 13. Traducción y notas de V. PICÓN y A. CASCÓN, Madrid (Akal) 1989]
«fue considerado como un dios por los africanos», naturalmente favorece a su pro-
vincia; concede el ius Italicum a Cartago, Útica y Leptis Magna, su ciudad natal. Ha-
ce prosperar los cultivos.
238 ESPERANZA ALCOVER
por eso lo que hay que hacer es conquistarlo para la fe, cueste lo que
cueste, porque salirse de él es imposible. Tal vez su drama esté en la di-
ficultad de conciliar esos dos mundos, como ha estudiado Fredouille.
1.2. EL DE PRAESCRIPTIONE
9
Capítulo 19,2a. En la interpretación de este pequeño pasaje coincido plena-
mente con MICHAËLIDES, Foi, Écritures et tradition. Les prescriptions chez Tertullien
(París, 1969), pp. 37-46, y con J.-P. MAHÉ, Edición del De carne Christi S. C. 216 (Pa-
rís, 1975), pp. 118-120.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 239
tes hay una cuestión previa: ¿de quién es la fe cuius sunt Scripturae?»
(19,2a).
Éste es el punto de partida del De praescriptione; como Tertuliano no
quiere entrar en la confrontación de detalle, necesariamente ha de re-
currir a argumentos de tipo formal 10.
Desde el punto de vista de la retórica clásica, la obra está perfecta-
mente construida. Se articula en tres partes: un prefacio 11 (caps. 1-14),
el cuerpo del tratado (caps. 19-35) y la peroratio final (caps. 36-44) 12. Va-
mos a ampliarlo un poco, porque creemos que un esquema detallado
ayuda a la lectura de la obra 13. Sería:
10
Se puede discutir si la obra pertenece al genus deliberativum o al iudiciale; en
mi opinión pertenece al género judicial, porque versa sobre lo justo: quiere demos-
trar que los herejes no tienen derecho a hacer lo que hacen, y, por tanto, los fieles no
deben colaborar con ellos. Toda la obra apela al sentido de la justicia que tienen los
oyentes / lectores, constituidos en jueces; tiene, pues, un fuerte pathos moral. Ade-
más el capítulo 35 concede la palabra al adversario, que es un rasgo típico del géne-
ro judicial.
11
Tertuliano lo llama así, praefatio, en 15,1.
12
Las partes están armoniosamente enlazadas mediante un complejo juego de
alusiones; las más salientes son el memores de 4,1 y 44,7; la regula fidei de 13,2-5 y
36,5; el tot et tantae ecclesiae (20,7 y 28,1); la serie ecclesiae ab apostolis, apostoli a
Christo, Christus a Deo accepit / tradidit (21,4 y 37,1); el «es necesario que haya he-
rejías» (1 Cor 11,18), especie de leit motiv a lo largo de la obra (4,6; 5,2; 30,4; 36,7-
8); también el sacramentum de 20,9 y 32,8, en contraposición nosotros / los herejes
(como todo el pasaje 20,5-9 contra 32,4-8) y las quaestiones (…) quae haereticos fa-
ciunt contra la disciplina qua fiunt christiani (13,6 y 19,2).
13
He seguido a R.F. REFOULÉ, Tertullien. Traité de la prescription contre les héreti-
ques. Introduction, texte critique et notes de R. F. REFOULÉ. Traduction de P. DE LABRIOLLE.
S. C. 46 (París, 1957), pp. 82-84 y a J. STIRNIMANN, Die Praescriptio Tertullians im Lich-
te des römischen Rechts und der Theologie (Friburgo de Suiza, 1949), pp. 43 y 47-56.
14
Es una captatio benevolentiae [H. LAUSBERG, Manual de Retórica literaria (Ma-
drid, Gredos, 1966) I, 329]. Tertuliano parte de una posición muy desventajosa; por
eso busca aquí el h[qo~; el pavqo~ lo logrará en el capítulo 37. SIDER, o.c., pp. 25-26, di-
vide el prefacio en dos partes: exordium (capítulos 1-7) y praemunitio (caps. 8-14).
240 ESPERANZA ALCOVER
15
Entiendo fidei como genitivo objetivo: la regla que rige nuestra fe. Tertuliano,
a mi entender, potencia aquí esa «e» propia de los nombres de agente, que regula tie-
ne. (Véase al final de esta introducción ERNOUT y MEILLET sobre regula.)
16
Las dos interrogativas indirectas versan sobre fides y disciplina.
17
Tertuliano ha observado que los cristianos, tan fuertes en su fe ante los pa-
ganos, se dejan en cambio perturbar por los herejes; es porque éstos se presentan co-
mo cristianos. Pero no lo son: su apariencia cristiana es una superchería peligrosa,
que Tertuliano quiere destruir. Por eso su repetida afirmación de que los herejes no
son cristianos, en forma cada vez más clara y vehemente: 6,1-2 (simple insinuatio,
con la auctoritas de Pablo); 14,10 y 13; 16,2; 36,8; 37; 40,8 hasta el final.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 241
18
La consideración de la persona es uno de los elementos habituales de la na-
rratio. (Véase LAUSBERG, o.c., I, 287.) Tertuliano la ha ido insinuando y dosificando
hábilmente en pasajes anteriores (16,2; 30,1-6), según la costumbre de la praemuni-
tio retórica.
19
Aunque no hay reglas fijas, la narratio suele estar al comienzo del discurso,
puesto que sirve para establecer los hechos de los que partirá luego toda la argu-
mentación; aquí el autor le ha asignado un lugar mucho más destacado.
20
FREDOUILLE, o.c., p. 115, nota 173, observa que, en general, Tertuliano tiene
una especie de escrúpulo en introducir téminos profanos en una polémica teológica.
En efecto: en varias ocasiones Tertuliano podría hacer más contundente su razona-
miento, prolongándolo en términos de las Instituta de Gayo, que seguramente le
eran familiares, pero se abstiene. (P. ej., Praes. 35,3-4 con Ins. II, 99-190; Praes. 37,5
con Ins. IV, 151). En mi opinión, se acuerda de Mt 5,26 y 1 Cor 6,1-6: lo que tienen
que hacer los cristianos no es saberse las leyes paganas, sino «recordar las adverten-
cias del Señor y de los apóstoles» [ser memores (…) dominicarum pronuntiationum
et apostolicarum: 4,1 y 44,7, formando una clara inclusión].
242 ESPERANZA ALCOVER
21
Tertuliano. Opere scelte (Turín, 1974). Lleva introducción y notas.
22
The prescription against heretics. Traducción con notas para la colección The
Ante-nicene Fathers. (Edición original en Edimburgo 1870, reimpresa en 1989.)
23
TERTULIANO, Opera omnia. Edición crítica a cargo de R.F. REFOULÉ (Turnhout,
1954).
24
Hoy ya no se considera a Tertuliano el «creador» del léxico cristiano-latino;
pero su papel sigue siendo muy grande. Puede verse una breve discusión del tema en
BRAUN, Approches, pp. 309 y ss.
25
A. ERNOUT y A. MEILLET, Dictionnaire étymologique de la langue Latine. Histoi-
re des mots (París, 1967). Estos autores anotan para disciplina la especialización en
«disciplina» y más concretamente «disciplina militar»; ello nos llevaría a algo así co-
mo «forma de vida», valor semántico que doctrina, «enseñanza», «ciencia», no tiene.
El Dictionnaire latin-français des auteurs chrétiens de A. BLAISE (Estrasburgo, 1954)
da para disciplina: 1. Enseñanza, religiosa o profana, estudio (didaskaliva); el hecho
de haber aprendido, ciencia. 2. Doctrina religiosa enseñada; enseñanza moral y re-
ligiosa dada en la Iglesia. 3. Método, regla (y cita como ejemplo Praes. 9,6). 4. Re-
gla de vida, sabiduría; ley moral; disciplina, espíritu de disciplina, y de ahí «obe-
diencia a la ley de Dios» (paidevia: Heb 12,5). 5. Disciplina, orden, regla (monástica)
(a[skhsi~); disciplina, reglamento eclesiástico (de lo cual tal vez sea ejemplo Praes.
43,4; al menos está próximo), censura. 6. Advertencia, castigo, prodigio que sirve de
advertencia; pena, castigo (monástico). Para doctrina: 1. Doctrina, enseñanza (di-
daskaliva); enseñanza religiosa (didachv), enseñanza de Dios (paideiva), predicación.
2. Regla de fe cristiana; sabiduría religiosa. 3. Secta, escuela (didaskalei`on); doctrina
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 243
1.5. PRAESCRIPTIO
1.6. REGULA 33
33
ERNOUT y MEILLET: viene de rego: dirigir en línea recta, en sentido físico y moral.
Por tanto regula significa: 1. Regla derecha simple (diferente de norma «escuadra» y
de perpendiculum «plomada»); en general, toda barra recta, de madera o metal. 2. Re-
gla (en sentido moral). Regula lleva en el radical la «e» propia de los nombres de agen-
te, como rex. BLAISE dice: 1. Barra, filamento. 2. Regla, principio (de exégesis). 3. Pun-
to de vista, hipótesis. 4. Regla de disciplina eclesiástica (kanwvn). 5. Regla de fe, credo,
símbolo; ejemplos: TERTULIANO: regula scripturarum (Marc. III,17,5); regula doctrinarum
(Pud., 15,11); regula veritatis (Pud. 8,12, paralelo a IRENEO, I,9,4 kanwvn th`~ ajlhqeiva~); re-
gula fidei (Praes.,13,1; Mon., 2,3); en sentido absoluto: regula (Praes., 27,1). 6. Regla
monástica. REFOULÉ, o.c., p. 52, observa que regula no es más que la traducción de
kanwvn; en Tertuliano tiene siempre el sentido fundamental de norma. Para BRAUN, Deus,
pp. 446; 450-452, Tertuliano la emplea con el doble carácter de «norma» (quod regit) y
«definición resumida», como las regulae iuris o las reglas de los gramáticos; tiene siem-
pre un aspecto normativo, y se impone como una ley.
1
1 Tim 4,1; 2 Pe 2,1; 3,3
2
Probatio. «Probación» es palabra de larga tradición en el lenguaje espiritual y
ascético, pero en castellano ya no se usa, o apenas se usa. La idea es que una fe ten-
tada pasa a ser “virtud probada”.»
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 247
3
Tertuliano introduce una noción de la filosofía aristotélica: todo cuanto llega
a ser, llega a ser a partir de algo. Para MORESCHINI, traducción con notas e introduc-
ción del De praescriptione haereticorum en Tertulliano: Opere scelte (Turín, 1974),
p. 119, nota 3, la noción es jurídica. En el capítulo siguiente lo va a desarrollar: igual
que la naturaleza de la fiebre es matar a los hombres («consunción» se la llama), la
de la herejía es matar a la Iglesia.
N.B.: Como digo en la introducción, he cotejado mi traducción con la italiana de
MORESCHINI que acabo de citar, así como con la francesa de LABRIOLLE, aceptada por
REFOULÉ, y con la inglesa de HOLMES, cuya cita completa aparece en la nota 5. Tam-
bién he aprovechado sus notas, verificando todas las citas patrísticas por las edicio-
nes de la Patrología de MIGNE o de la B.A.C. (varios autores) o de HARVEY (Cambrid-
ge 1857); esta última sólo para el Adversus haereses de IRENEO.
4
Es un comportamiento realmente insensato.
248 ESPERANZA ALCOVER
5
C Ch: quia. REFOULÉ, Tertullien. Traité de la prescription contre les héretiques.
Introduction, texte critique et notes. Traduction de P. DE LABRIOLLE. S.C. 46 (París,
1957), pone quare, que no veo justificado en el aparato crítico. Consecuentemente
LABRIOLLE traduce «Pourquoi…? con interrogativa directa, lo que está de acuerdo con
la numeración. (Pero no siempre la separación de párrafos coincide con punto y se-
guido). HOLMES, The prescription against heretics. Traducción con notas. (Edimburgo,
1870, reimpresa en 1989) y MORESCHINI, que no traen el texto latino, traducen igual
que Labriolle, sin comentar nada.
6
1 Sm 13,14.
7
Los ejemplos de Saúl y Salomón aparecen también en Marc. II,23,1. El de Sa-
lomón, también en CIPRIANO (De Cath. Eccl. unitate, 20).
8
Tertuliano lo repite varias veces: Or. 7,1; An. 41,3; Carn. 16,4.
9
1 Sm 16,7.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 249
8. Por esto «conoce el Señor a los que son suyos» 10 y «la planta que Él
no ha plantado, la arranca» 11, y de los primeros hace últimos 12, y en su
mano lleva el bieldo para limpiar su era. 9. Vuelen cuanto quieran las
pajas de fe ligera, a cualquier soplo de las tentaciones; así la masa de tri-
go se guardará más pura en los hórreos del Señor 13. 10. ¿No se apar-
taron del Señor mismo, escandalizados, algunos de sus discípulos? Pe-
ro no por eso opinaron los otros que ellos debieran también apartarse
de sus huellas; sino que, los que supieron ver que Él era la palabra de vi-
da y que había venido de Dios, perseveraron en su compañía hasta el
fin, aunque se les ofreciera con suavidad si también ellos querían mar-
charse. 11. Menor peso tiene el que ciertos hombres, Figelo y Hermó-
genes y Fileto e Himeneo, abandonaran a su apóstol 14; el mismo que en-
tregó a Cristo fue uno de los apóstoles. 12. ¿Nos maravillamos si sus
iglesias son abandonadas por algunos, cuando los signos que nos seña-
lan como cristianos son precisamente las penas que padecemos a ejem-
plo del mismo Cristo? 13. «De nosotros salieron, dice, pero no fueron
de los nuestros; si hubieran sido de los nuestros, sin duda habrían per-
manecido con nosotros» 15.
IV. 1. ¿No será mejor que recordemos 16 tanto los avisos del Señor
como las cartas de los apóstoles, que ya nos advirtieron que sobreven-
drían herejías y nos señalaron que debíamos huir de ellas, y, ya que no
hacemos aspavientos porque las haya, tampoco nos quedemos pasma-
dos de que tengan el poder por el cual debemos huir de ellas? 2. El Se-
ñor enseña que vendrán «muchos lobos rapaces con piel de ovejas» 17.
10
2 Tim 2,19
11
Mt 15,13.
12
Ostendit: muestra que hace, con elisión del verbo facio, frecuente en Tertu-
liano. [HOPPE, Sintassi e stile di Tertulliano (Brescia, 1985), p. 260.]
13
Esta imagen es familiar a CIPRIANO (De Cath. Eccl. unit. 9 y 10). (Véase RE-
FOULÉ, 91, nota 9.)
14
Alude a 2 Tim 1,15; 2,17 y 1 Tim 1,20. Pablo se queja de que Figelo, Hermó-
genes, etc., le han abandonado.
15
1 Jn 2,19. CIPRIANO lo interpreta del mismo modo. (De Cath. Eccl. unit., 9;
Epist. 59,7,3 y 69,1,3. (Véase REFOULÉ, 92, nota 10.)
16
Memores; lo creo inclusión con 44,7. Véase también Bapt. 3,1: Huius memo-
res pronuntiationis tamquam praescriptionis: acordándonos de este aviso como de
una praescriptio (se refiere a 1 Cor 1,27 que acaba de citar).
17
Mt 7,15.
250 ESPERANZA ALCOVER
3. ¿Qué son esas pieles de ovejas sino apariencias exteriores del nombre
de cristiano? ¿Quiénes los lobos rapaces, sino sentimientos y espíritus
engañosos para infestar por dentro la grey de Cristo, escondidos entre
ella? 4. ¿Quiénes son pseudoprofetas sino los falsos predicadores?
¿Quiénes pseudoapóstoles, sino los evangelizadores adúlteros? 18 ¿Quié-
nes anticristos, ahora y siempre, sino los rebeldes a Cristo? 5. Por es-
to habrá herejías, que desgarran ahora a la Iglesia con la perversidad de
sus nuevas doctrinas, no menos que luego la perseguirá el anticristo con
la crueldad de sus persecuciones; salvo que la persecución produce tam-
bién mártires, y la herejía sólo apóstatas. 6. Y por esto convenía tam-
bién que hubiese herejías, para que se manifiesten todos los que son dig-
nos de aprobación 19, tanto los que han resistido en las persecuciones
como los que no se han descarriado hacia las herejías. 7. Pues no
manda (el apóstol) entender como dignos de aprobación a los que cam-
bian su fe por la herejía, como ellos interpretan opuestamente, en be-
neficio suyo, porque en otra parte ha dicho: «examinadlo todo, retened
lo que es bueno» 20. Como si no fuera posible que, habiendo examinado
mal todas las cosas, uno cayera por error en la elección de alguna cosa
mala.
18
Adulteri evangelizatores. LABRIOLLE, HOLMES y MORESCHINI traducen «predica-
dores de un evangelio adulterado», con genitivo objetivo. Según REFOULÉ (92, no-
ta d) es un neologismo de Tertuliano. Yo he preferido la traducción más obvia y más
rápida, porque creo que Tertuliano quiere sugerir que ambas cosas son lo mismo,
prolongando una línea que viene del A.T. (Os 2,4. 15; 4,12. Jer 3,6-12. Ez 16; 23),
donde «adulterio» equivale a «idolatría»: así «herejía» equivale también a «idola-
tría» (véase, también, Carn. 15,4: quod ethnici non credendo, credunt, at haeretici cre-
dendo, non credunt: porque los gentiles, no creyendo, creen; pero los herejes, cre-
yendo, no creen).
19
Es una quasi cita de 1 Cor 11,19; pero Pablo pone dovkimoi, que la Vulgata y la
Neo Vulgata (Ed. de NESTLE-ALAND. También la de BOVER-O’CALLAGHAN) traducen por
probati, mientras que Tertuliano pone probabiles y lo repite en este mismo capítulo
(párrafo 7) y en el siguiente (5, 3 y 5). Siempre probabiles (aunque en 4,7 los códices
P, X, R, B ponen probatos). También en An. 3,1 y Res. 63,8. Los autores que he con-
sultado, traducen como si pusiera probati. Yo creo que hay que valorar la diferencia,
introducida por el temperamento siempre rigorista de Tertuliano. Aquí el sufijo -bi-
lis, que habitualmente traduce el griego -tov~ tendría cierto valor de futurible, como
en nascibilis (Marc. III, 11,1; 19,8). (Tomo el dato de BRAUN, Deus Christianorum (Pa-
rís, 1962), pp. 321-322).
20
1 Tes 5,21.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 251
21
Sigue aludiendo a 1 Cor 11,18-19. El sentido es: alguien le ha avisado a Pablo
de que en Corinto los cristianos no hacen más que pelearse. Pablo, que sabe que es
inevitable que haya herejías (y hasta es conveniente para que se manifiesten los bue-
nos), se dice: «ya están ahí», y corre a prevenir a los suyos.
22
REFOULÉ (94, nota b): Tertuliano usa frecuentemente non ut para excluir una
opinión falsa.
23
Quod perversus sit eiusmodi. Eiusmodi / huiusmodi viene usado en Tertulia-
no como un sustantivo, incluso a veces con preposición (HOPPE, 199).
252 ESPERANZA ALCOVER
mismo 24. 2. Pero también, recalcando en casi cada carta que hay que
huir de las doctrinas adulterinas, está censurando a las herejías, cuyas
obras son doctrinas adúlteras: con una palabra griega se llaman «here-
jías», que, traducido, significa «elección», principalmente por la elec-
ción que uno emplea para establecerlas o para aceptarlas 25. 3. Por eso
dice que el hereje se condena a sí mismo, porque él mismo elige aque-
llo por lo cual se condena. Pero a nosotros no nos es lícito introducir na-
da a nuestro arbitrio ni tampoco elegir lo que algún otro haya introdu-
cido al arbitrio suyo. 4. Tenemos como autores 26 a los apóstoles del
Señor, los cuales tampoco ellos mismos eligieron nada para introducir-
lo a su arbitrio, sino que entregaron fielmente a las naciones la doctri-
na recibida de Cristo. 5. Y así, si alguien os evangelizara de otro mo-
do, aunque fuese un ángel del cielo, lo llamaríamos anatema 27. 6. Ya
entonces el Espíritu Santo había previsto que dentro de cierta virgen,
llamada Filumene, habría un ángel de seducción, transfigurado en án-
gel de luz 28, por cuyos signos y embaucamientos sería arrastrado Apeles
a introducir una nueva herejía.
24
Alusión a Gál 5,20 y paráfrasis libre de Tit 3,10-11.
25
ai”resi~, secta, partido, viene de aiJrevomai elegir, preferir. (También en 42,8;
Marc. I,1,6). Reaparece en JERÓNIMO (In Gal. 5,20; Ad Titum, 1,11). Casi la misma de-
finición, hasta el párrafo 6, aparece en SAN ISIDORO (Etym. VIII, 3,2-4). Tomo el dato
de REFOULÉ (95, nota 2). Es un argumento a notatione, recomendado por CICERÓN (To-
pica, 2,9-10; 18,71) y QUINTILIANO (Institutiones V, 10,54-64); citados por SIDER, An-
cient Rhetoric and the art of Tertullian (Oxford, 1971), pp. 103 y 105.
26
HOLMES observa que auctor y auctoritas están muy emparentadas. BLAISE, Dic-
tionnaire latin-français des auteurs chrétiens (Estrasburgo, 1954) cita un ejemplo de
ARNOBIO, en que auctoritas significa «causa primera», «origen».
27
Gál 1,8.
28
2 Cor 11,14.
29
He querido conservar en castellano el anacoluto del texto latino, que es todo un
empedrado de citas: 1 Tim 4,1; 2 Tim 4,3 (otra traducción posible de prurientibus au-
ribus sería «hombres y demonios de inquietas orejas», en abl. de cualidad; tal vez em-
palmando con la iconografía popular); 1 Cor.1,27; 3,19. Según SIDER, o.c., p. 26, Ter-
tuliano lleva el h«qo~ al máximo, identificando a los herejes con los filósofos paganos.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 253
30
Según REFOULÉ, p. 96 latina, nota a, dispositio parece traducir el griego diavqe-
si~. MORESCHINI, p. 125, nota 6, observa cuán distinta es la posición en este punto de
Tertuliano (véase, incluso, Apolog. 46) y de los apologetas griegos, siempre más be-
névolos con la filosofía. Pero REFOULÉ, p. 13 explica que muchos grupos heréticos, so-
bre todo los gnósticos, trataban de minimizar sus diferencias con la gran Iglesia ha-
ciendo aparecer a todos como simples variedades de una misma «filosofía». Esto
basta para explicar la agresividad de Tertuliano.
31
Es una idea habitual en Tertuliano (An. 3,1: los filósofos son los «patriarcas»
de los herejes; Herm. 8,3; Apol. 47,9; Marc. I, 13,3; V, 19,7) y en otros apologetas.
P. ej., HIPÓLITO.
32
Según los valentinianos, que pretendían apoyarse en 1 Cor. 2,14, la humani-
dad estaba dividida en tres grupos: los hombres «pneumáticos» (del griego pneu`ma),
que descienden de Set, tercer hijo de Adán, y son perfectos; los «psíquicos» (del grie-
go yuchv), que descienden de Abel y son intermedios; y los «hylicos» (del griego u”lh,
materia), que descienden de Caín y son, como su padre, puramente materiales.
33
Melior de tranquillitate HOPPE, o.c., 74-77, advierte que el abl. con de puede
equivaler en Tertuliano a casi cualquier tipo de abl.
34
Carnis restitutio.
35
LABRIOLLE y HOLMES traducen, más o menos, «se alega algo acerca de» (aliquid de
igneo deo adlegatur). MORESCHINI traduce casi como yo: «si introduce qualche nozione di
un dio igneo». Yo le doy al abl. con «de» valor de genit. partitivo (según HOPPE, o.c., p.
81, es característico del latín tardío; cita varios ejs. de Tertuliano, uno del mismo Praes.
26,5; véase, también, la nota 33). Creo que Tertuliano está pensando en textos como
Rom 1, 19 y ss., combinado con Is 40,19; 44,12-13 y similares: los paganos se hacen dio-
ses a su antojo, combinando trozos de varias cosas como en la estatua de Daniel.
36
Son dos eones (uno masculino y otro femenino): E j n-quvmhsi~ (viene de qumov~,
aliento, espíritu) viene a ser Sabiduría, Reflexión. (HOLMES: en Val. 9,4 Tertuliano lo
vierte por animatio. E j k-trwma (del verbo trevfw, nutrir, criar, espesar), significa algo
así como «espesamiento hacia afuera». JERÓNIMO, no sabemos con qué exactitud, acu-
sa a Valentín de llamar a Cristo «aborto» (In Amos, 3). (Tomado de REFOULÉ, 97, no-
ta 10).
254 ESPERANZA ALCOVER
37
Versipellem, propiamente «hombre lobo».
38
Hay un juego de palabras omnia / omnino. Entiendo omnia como acusat. ad-
verbial. También se podría entender, con HOLMES, «que trata todos los temas sin lle-
gar a conclusiones en ninguno» (retracting everything, and really treating of nothing).
Véase la interesante nota de REFOULÉ (p. 97, nota 11) sobre la inacabable pesadez de
muchos dialécticos de tiempos de Tertuliano.
39
Col 2,8.
40
Véase también Apol. 46,18. Casi lo mismo dice JERÓNIMO en su Ad Gal. o en el
Dial. adv. Pelag. I,14 (REFOULÉ, 98, nota 3).
41
Lo dice porque ahí solía reunirse la primitiva iglesia de Jerusalén (Hch 5,12).
42
Sab 1,1.
43
En Tertuliano, curiositas, scrupulositas, que vamos a encontrar a continua-
ción (8,1), tienen siempre sentido peyorativo, porque acaban llevando a la herejía; así
en Praes. 14,4-5; 27,2; Apol. 47,4. (REFOULÉ, 99, nota 1).
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 255
VIII. 1. Paso ahora a aquel argumento que también los nuestros ale-
gan para entregarse a la curiosidad y los herejes recalcan para producir
escrúpulos. 2. Está escrito, dicen, «buscad y encontraréis» 44. 3. Re-
cordemos cuándo dijo el Señor esta frase. Pienso que fue en los comien-
zos mismos de su enseñanza, cuando aún dudaban todos si él era el Cris-
to, cuando Pedro no lo había declarado aún Hijo de Dios 45, cuando hasta
Juan (Bautista) había dejado de estar seguro acerca de él 46. 4. Con ra-
zón, pues, se dijo entonces «buscad y encontraréis», puesto que todavía
era preciso buscar al que todavía no había sido reconocido; y esto referi-
do a los judíos. 5. Pues toda esta reprensión se refiere a ellos, que tení-
an dónde buscar a Cristo. 6. «Tienen, dice, a Moisés y a Elías» 47, es de-
cir, la Ley y los profetas, que anuncian a Cristo, según dice abiertamente
en otro pasaje: «escudriñad las Escrituras, de las cuales esperáis la salva-
ción: pues ellas hablan de mí» 48. Esto será el «buscad y encontraréis».
7. Pues también la continuación es evidente que se refiere a los judíos:
«llamad y se os abrirá» 49. 8. Los judíos habían estado antes en la casa
de Dios; después, arrojados fuera a causa de sus delitos, comenzaron a es-
tar apartados de Dios; 9. pero los gentiles nunca estuvieron en la casa
44
Mt 7,7b. Véase también 43,2. Lo mismo cuenta IRENEO (Adv. haer. II,17; II,46).
REFOULÉ, p. 99, nota 2, observa que Clemente de Alejandría acierta a organizar una es-
pecie de gnosis cristiana sobre este mismo pasaje de Mt. DANIÉLOU, Les origines du
Christianisme Latin (París, 1978) recuerda que este versículo fue muy importante en la
discusión del siglo II; «es profundamente exacto que los herejes se servían de él para
introducir sus doctrinas». Aparece en el Evangelio de Tomás, logion 2 y 92. Tertuliano
no conocía a Clemente, pero se opone a todo esoterismo. Para él no hay dos niveles de
conocimiento religioso, el de los simples y el de los perfectos, sino sólo el conocimien-
to común, con dos fuentes: el testimonium animae (tratado en el Test.) y la regula fidei
(tratada en el Praes.). Son las dos fuentes de la fe. (O.c., pp. 153, 157, 159 y 279.)
45
Puesto que no lo hará hasta el cap. 16 de Mt. Los capítulos 8-12 son un buen
ejemplo del método exegético de Tertuliano.
46
Para Tertuliano, Juan, que lo había bautizado, tenía que saber quién era Je-
sús, puesto que había visto la Paloma y oído la voz; pero la pregunta de Mt 11,3 de-
muestra que ya no está seguro. En Bapt. 10,5 da una pintoresca explicación: Juan
Bautista poseía una como fracción del Espíritu (el espíritu de profecía), pero la per-
dió al pasar a Jesús la totalidad del Espíritu.
47
Lc 16,29.
48
Jn 5,39.
49
Mt 7,7c.
256 ESPERANZA ALCOVER
de Dios, sino que fueron «gotera del cubo y polvo de las eras» 50, y siem-
pre estuvieron fuera 51. 10. Pues el que estuvo siempre fuera, ¿cómo lla-
mará a la puerta de un lugar en el que nunca estuvo? ¿Qué puerta va a co-
nocer, si nunca fue recibido en ella, ni expulsado? ¿No será el que sabe
que estuvo dentro y fue echado fuera, el que mejor llamará y el que co-
noce la puerta? 11. También el «pedid y recibiréis» 52 corresponde al que
sabía a quién había que pedir y quién había prometido algo, o sea, el Dios
de Abraham, Isaac y Jacob, al cual los gentiles desconocían, más aún que
a sus promesas. 12. También por esto hablaba (el Señor) a Israel: «no
he sido enviado, dice, sino a las ovejas perdidas de la Casa de Israel» 53.
13. Todavía no había arrojado a los perros el pan de los hijos, todavía no
había mandado ir al camino de los gentiles 54. 14. Puesto que sólo 55 al fi-
nal les encargó que fueran a enseñar y bautizar a las naciones 56, en cuan-
to recibieran el Espíritu Santo Paráclito que los guiaría a la verdad com-
pleta 57. Por tanto hace esto por aquello. 15. Y si los apóstoles mismos,
destinados a las naciones como doctores, también ellos iban a recibir al
Paráclito como su maestro, mucho menos el «buscad y encontraréis» nos
cuadrará a nosotros, a quienes la doctrina nos llegaría como un regalo 58
a través de los apóstoles, y a los apóstoles mismos por el Espíritu Santo.
16. Ciertamente todas las palabras del Señor están puestas para todos;
han llegado a nosotros a través de los oídos de los judíos, pero general-
mente van dirigidas a personas concretas, y para nosotros no son propia-
mente una advertencia, sino un ejemplo.
IX. 1. Pero ahora voy a ceder voluntariamente esta posición 59. Su-
pongamos que se ha dicho a todos «buscad y encontraréis»; pero tam-
50
Is 40,15.
51
En frase de JUSTINO (Diál. 119) los cristianos somos «los que no preguntaban
por él» (Yahvé). Cit. por KELLY, Primitivos credos cristianos (Salamanca 1980), p. 193.
52
Jn 16,24. REFOULÉ, p.100, nota 5, observa que Tertuliano quiere seguir citan-
do Mt 7,7 a, pero, como cita de memoria, se equivoca y cita a Jn 16,24.
53
Mt 15,24 y ss.
54
Mt 10,5. (¿No hay un sutil desplazamiento de las negaciones?)
55
Recojo así el énfasis del quidem, y refuerzo el ergo de un poco después. MO-
RESCHINI y HOLMES también lo hacen.
56
Mt 28,19.
57
Jn 16,13.
58
Ultro; el sentido es: no hay que buscar afanosamente lo que se nos da gratis.
59
Gradus, posición de lucha; es un símil tomado del mundo de los gladiadores,
que se emplea habitualmente en la retórica. [Véase FREDOUILLE, Tertullien et la con-
version de la culture antique (París, 1972), p. 222, nota 28.] Tertuliano lo usa mucho.
(Praes. 15,3; Marc. V,1,7-8; etc.).
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 257
60
El texto es inseguro (MORESCHINI, p. 130, nota 4), como se ve por la tradición
textual. REFOULÉ, p. 101, nota a, y MORESCHINI leen certa re y traducen libremente
(«cette expression demande à être établie de façon sure»; «tuttavia anche qui la frase ri-
chiede un significato sicuro»). Yo leo certare, con HOLMES, HOPPE, o.c., p. 347 y no-
ta 25, y FLESSEMAN VAN-LEER, Tradition and Scripture in the Early Church (Assen
1954), p. 176, nota 4, y traduzco literalmente: sensus expetit certare; expetit es la lec-
tura aceptada por todos, aunque la tradición textual vacila entre expetit y expedit.
61
Ratio verborum; también se podría traducir «el contexto» .
258 ESPERANZA ALCOVER
mite para ti. Este foso te lo ha trazado el mismo que no quiere que tú
creas otra cosa más que lo que él ha establecido, y, por tanto, tampoco
quiere que la busques. 6. Además, si porque otros han enseñado otras
mil cosas, debemos buscar mientras podamos encontrar, siempre bus-
caremos y nunca en absoluto creeremos 62. 7. Y ¿cuándo será el fin de
la búsqueda? ¿Dónde hallaré descanso para mi fe? ¿Cuándo se saldará
la cuenta del encontrar? ¿Con Marción? Pero también Valentín dice
«buscad y encontraréis». 8. ¿Con Valentín? Pero también Apeles me
golpea con esta frase; y Ebión 63, y Simón 64, y todos los otros, en fila, no
tienen otra expresión más insinuante para atraerme 65. 9. Así yo no es-
taré (establemente) en ninguna parte, puesto que en todas me encuen-
tro con el «buscad y encontraréis», como si nunca y en ningún lugar hu-
biera conseguido aprehender lo que Cristo estableció, lo que conviene
buscar, lo que es preciso creer.
62
El mismo argumento en IRENEO (Adv. Haer. V, 20,1; véase REFOULÉ, 103, no-
ta 1).
63
Los ebionitas son una secta cristiana muy judaizante, de la que habla por pri-
mera vez IRENEO (Adv. Haer. I, 26, 2). Su nombre significa, en hebreo, «los pobres»
(de Yahvé). Tertuliano (y otros Padres) supone, erróneamente, que debió fundarlos
un tal Hebión. (En el texto aparece siempre con hache, aquí y en 33,5). Sobre los
ebionitas véase M. SIMON, Verus Israel (París, 1964) 288-296.
64
Se refiere a Simón Mago, el de Hch 8,9-13, considerado como el antepasado
de los gnósticos. Vuelve a aparecer en 33,12; también en Apol. 13,9; An. 34,2-5.
65
Tertuliano acusa a las escuelas heréticas de caer, entre unas y otras, en un re-
greso al infinito; es el «tropo dialelo» de los escépticos, del que habla SEXTO EMPÍRI-
CO, Hipotiposis Pirrónicas, I,15-16. Traducción de L. Gil Fagoaga (Madrid, 1926).
66
Interesante apunte sobre las condiciones sociales de la época, que completa
lo que conocemos por las inscripciones halladas en África. Todos los historiadores
están de acuerdo en que la edad de oro del Imperio termina con la muerte de Anto-
nino Pío (año 161), si no antes. Véase LEÓN HOMO, Nueva Historia de Roma (Barce-
lona, 1949), pp. 252-253. A. PIGANIOL, Historia de Roma (Buenos Aires, 1961), p. 297.
FINLEY en C. M. CIPOLLA, La decadencia económica de los imperios (Madrid, 1979),
p. 99. También M. PESET, Historia del Derecho (Valencia, 1993), pp. 43-48. En ade-
lante el esfuerzo militar y administrativo va volviendo rígida toda la vida civil; la gen-
te queda atada a sus puestos de trabajo, a sus cargos municipales: los impuestos tie-
nen que pagarse, la annona tiene que llegar a Roma, las ciudades y los pagi tienen
que suministrar su contingente de hombres para el ejército, sea en tropas auxiliares
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 259
XIII. 1. Pues existe una regla de fe, para que ya desde ahora con-
fesemos lo que defendemos, a saber: aquella según la cual creemos 74.
2. Que hay un solo Dios, y no existe ningún otro fuera del creador del
mundo, el cual ha sacado todas las cosas de la nada, mediante su Pala-
bra, emitida al principio de todo 75. 3. Que esta Palabra, llamada Hijo
Suyo, bajo el nombre de Dios fue vista de varios modos por los patriar-
72
Se refiere al donativum que el emperador tiene por costumbre dar a sus sol-
dados, especialmente a la guardia pretoriana, cuando sube al poder. Es como una
paga extra, más o menos cuantiosa según sean la situación y el carácter del nuevo
emperador; cuando Tertuliano escribe, aún está reciente el escándalo de la sucesión
de Pértinax, al que los pretorianos asesinaron («por dinero», según la Historia Au-
gusta, Traducción y notas de V. PICÓN y A. CASCÓN (Madrid, 1989) Vida de Pértinax,
4) y se pusieron luego a regatear con los dos aspirantes, Didio Juliano y Sulpiciano,
para otorgar el poder al que más donativum les diera. (DIÓN CASSIO, Historia Roma-
na, 73, 9-11. Citado por LEÓN HOMO, 339-340.)
73
Lo mismo dice IRENEO (Adv. haer. V, 20,2: conviene esquivar a los herejes y
confugere autem ad Ecclesiam, et in sinu educari, et Dominicis Scripturis enutriri: re-
fugiarse en la Iglesia, y educarse en su regazo y nutrirse con las Escrituras del Señor.
Citado por REFOULÉ, 105, nota 1).
74
Aquí estoy de acuerdo con BRAUN, Deus, 451, nota 4, quien cree que Tertulia-
no quiere subrayar el valor normativo de la regula fidei, lo que encaja perfectamente
con la argumentación del capítulo anterior.
75
Per verbum suum primo omnium emissum. En este texto no queda claro si la
prolación del Verbo es anterior a toda la serie de las cosas creadas, o coetáneo con
la primera de esas cosas.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 261
cas, fue siempre oída en los profetas 76; por último, desde el Espíritu de
Dios Padre y por su poder, descendió sobre la Virgen María y, hecha
carne en su seno y nacida de ella, vivió 77 con el nombre de Jesucristo.
4. Que más adelante predicó una Nueva Ley 78 y una nueva promesa del
Reino de los Cielos, realizó milagros, fue clavado en la cruz, resucitó al
tercer día y, arrebatado a los cielos, se sentó a la derecha del Padre,
5. envió la fuerza vicaria del Espíritu Santo que impulsa a los creyentes,
vendrá con toda su claridad para entregar a los santos el fruto de la vi-
da eterna y las promesas celestiales, y para condenar a los profanos al
fuego perpetuo, después de realizar la resurrección de ambos grupos,
junto con la restitución de la carne. 6. Esta regla, una vez establecida
por Cristo, como vamos a probar, no contiene entre nosotros cuestión
alguna, sino las que suscitan las herejías y que producen a los herejes 79.
76
Tertuliano cree que las apariciones de Yahvé en el A.T., así como lo que man-
da decir a los profetas, tienen que ser apariciones del Verbo, no del Padre, puesto que
«a Dios nadie le ha visto jamás» (Jn 1,18). Lo explica con detalle en Marc. II,27, 3 y
ss.; III,16,5; IV,10,3 y Prax. 16,2 y ss. (Véase G. URÍBARRI, «Las teofanías veterotesta-
mentarias», Miscelánea Comillas 52 (1994), 305-319.
77
Egisse se sobreentiende vitam: desempeñó su vida («pasó la vida») llamándo-
se JC, fue JC.
78
Es Tertuliano el que introduce la equivalencia entre «Evangelio» y «(nueva)
Ley».
79
Quae haereticos faciunt; hay una contraposición deliberada con 19,2: qua
fiunt christiani. Quaestiones inútiles y curiosas haereticos faciunt: disciplina tradita,
regida por la regula fide, facit christianos, abundando en la idea de que los cristianos
no «eligen» sus creencias (6,2), tomando retazos de aquí y de allá (39,2-7), sino que
aceptan gozosamente lo que Cristo les da, por medio de su Iglesia guiada por el Es-
píritu.
80
En mi traducción hay un matiz ligeramente irónico. A. D’ALÉS, La Théologie
de Tertullien (París, 1905), p. 204 no lo entiende así; lo entiende en el sentido de «doc-
tores tiene la Iglesia, que te pueden ayudar».
262 ESPERANZA ALCOVER
que conocer lo que no debes, puesto que ya conoces lo que debes 81.
3. Pues él dijo: «tu fe te ha salvado» 82, no el escudriñar las Escrituras.
4. La fe está puesta en la regla de fe; ella tiene su ley, y también la sal-
vación mediante la observancia de esta ley. En cambio la erudición es-
tá hecha de curiosidad, y tiene su gloria sólo en el afán de pasar por ex-
perto. 5. ¡Ceda la curiosidad a la fe, ceda la vanagloria a la salvación! 83
Al menos, que o no molesten con su estruendo, o que descansen. No sa-
ber nada contra la regla de fe, es saberlo todo 84. 6. Suponiendo que los
herejes no fueran enemigos de la verdad, suponiendo que no se nos hu-
biera aconsejado huir de ellos 85, ¿qué cosa es el mantener relaciones con
hombres que confiesan ellos mismos estar aún en búsqueda? 7. Pues
si de veras buscan aún, será porque aún no han encontrado nada segu-
ro, y por eso, sea lo que sea lo que parecen retener mientras tanto,
muestran tener dudas todo el tiempo que buscan. 8. Y así, tú que tam-
bién buscas mirando a esos que buscan a su vez, dudoso a los dudosos,
inseguro a los inseguros, preciso es que caigas en el hoyo como ciego
guiado por ciegos 86. 9. Pero cuando, para engañarnos, pretenden que
ellos aún buscan para deslizar entre nosotros sus tratados con el cebo
de la solicitud (por la fe), una vez que por fin han logrado llegar a no-
sotros, al punto defienden (como seguras) las cosas que decían que ha-
bía que buscar 87; entonces, en ese mismo punto debemos refutarlos, de
81
Novissime ignorare melius est, ne (…). Los otros traductores traducen novis-
sime como «después de todo», «a fin de cuentas» («Tout compte fait», «after all», «in
caso estremo»). Para HOLMES, p. 250, nota 3, la frase es «más bien obscura»; cita la
interpretación de Oehler como postremo, con otro ejemplo en 30,2 (pero yo creo que
no es igual). A mi juicio, el español tiene un giro equivalente: «estar a la última»; no
lo he elegido porque he querido conservar el ignorare. El comparativo melius permi-
te al autor dejar sobreentendido todo el segundo término de la comparación: «es me-
jor ignorar (algo) que no estás obligado a saber, que saber (algo) que no deberías sa-
ber»; o sea: vale más quedarse corto que pasarse de listo, puesto que ya conoces lo
que debes (conocer); así lo entienden también los otros traductores.
82
Lc 18,42.
83
Clara reminiscencia de CICERÓN, De off. I,22,82.
84
También en Án. 2,7. También en IRENEO, Adv. haer. II,26 (MIGNE, P. G. co-
lumna 800). REFOULÉ, de quien tomo la cita (107, nota 3), añade también TERTULIANO
Nat. II,2,4; pero yo no lo he encontrado ahí.
85
Ti 3,10.
86
Mt 15,14. También en IRENEO, Adv. haer. V,20,2.
87
Tertuliano acusa a los herejes de mala fe; si algún creyente se alarma por lo
que dicen, le tranquilizan diciendo que es provisional: «aún estamos en búsqueda».
Pero cuando consiguen atraerlo, eso mismo que antes era provisional, pasa a ser de-
finitivo.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 263
88
De otro modo opina ORÍGENES: In Prov. XVII, cit. por REFOULÉ, 108, nota 4.
89
O sea: ellos mismos se contradicen.
90
De scripturis agunt. Aquí mi traducción se aparta de la de los otros traducto-
res; ellos traducen algo así como «discuten sobre». El Diccionario Latino-Español de
R. DE MIGUEL cita un ejemplo de CICERÓN: actum est de me: «estoy perdido» (es decir:
«se ha hablado acerca de mí», «han tratado sobre mí (para mi perdición)». El Dic-
cionario Latino - Español de V. SALVÁ (formado sobre el de M. VALBUENA. Valencia,
1840) cita entre las primeras acepciones del verbo ago «tratar bien o mal». El senti-
do de nuestro pasaje es: «las mismas personas hablan mal acerca de las Escrituras
(porque no se sujetan a su autoridad) y…»
91
Para MORESCHINI éste es el problema fundamental del De praescriptione. RE-
FOULÉ, p. 109 latina, nota a, observa que praestruo pertenece al mismo campo se-
mántico que praescribo, y ofrece como paralelos Marc. IV,2; Apol. 47,1; Prax. 16,3;
19,1; 5,7; Bapt. 20,1. Puede verse también MOINGT, Théologie trinitaire de Tertullien
(París, 1966) I,167-170, sobre el papel habitual de las praestructiones; pero el caso del
De praescriptione es un poco diferente.
92
Como un estandarte, o una máquina de guerra.
264 ESPERANZA ALCOVER
93
El texto es demasiado concentrado o quizá esté corrompido: la edición de PA-
MELIO y la de RIGAULT corrigen admittendi en admittendos; HOPPE, o.c., p. 355, nota 55,
lee admittendo. En el texto está la idea de cerrarles el paso (gradum obstruimus), que
refleja LABRIOLLE, y la de no admitirlos. Yo traduzco con HOLMES, que interpreta ad-
mittendi como genit. de gerundio.
94
Obsequium.
95
1 Tim 6,20.
96
Ti 3,10.
97
O sea: no se puede tratar con el hereje más que para reprenderlo, como tra-
duce LABRIOLLE. Según REFOULÉ (que da las citas, p. 109, nota 1) esta prohibición apa-
rece en todos los Padres: IGNACIO DE ANTIOQUÍA, la Didajé, IRENEO, CIPRIANO; entra en el
Derecho Canónico: Estatutos de la Iglesia Antigua (hacia el año 500), las Sentencias
de SAN ISIDORO, el Decreto de GRACIANO y el Código de Derecho Canónico de 1917, que
regía cuando escribía REFOULÉ, en 1957.
98
Como el hereje no es cristiano, dice Tertuliano, no hay que tratarle como se
trata a los cristianos que han cometido una falta; en caso contrario se puede crear
una situación confusa que a nada bueno conduce.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 265
XVIII. 1. Pero aquél, si alguno hay, por cuya causa te dejas atraer
a un debate sobre las Escrituras para confirmar (en su fe) al que vacila,
¿se inclinará hacia la verdad o, más bien, hacia la herejía? 2. Impre-
sionado por el hecho mismo de que no ve que hayas avanzado nada, es-
tando tus oponentes en una posición equivalente a la tuya, con las fuer-
zas igualadas tanto en el rebatir como en el defender, saldrá de la
polémica más inseguro (que entró), sin saber cuál de las dos opiniones
debe juzgar como herejía 102. 3. Pues ellos siempre pueden 103 retorcer
la acusación contra nosotros; es inevitable que digan que somos noso-
99
Marción no admitía el A.T.; y, del N.T., sólo admitía el Evangelio de Lucas
(véase Marc. IV, 2, 4) y las cartas de Pablo, con varios arreglos de detalle. Valentín
aceptaba toda la Escritura, pero sus interpretaciones eran realmente asombrosas y
arbitrarias.
100
Corruptor stilus: una pluma que corrige los textos (a su antojo).
101
Lo mismo dice CLEMENTE DE ALEJANDRÍA acerca de los gnósticos (cit. por RE-
FOULÉ, 110, nota 2). Véase también Prax. 20,3: los herejes se apoyan en algunos pa-
sajes de la Escritura, defendiendo pauca adversus plura: lo poco contra lo mucho.
102
Lo mismo en Marc. IV,2, 4.
103
Habent: tienen (medios para…). (Según HOPPE, p. 92). Más ejemplos en 22,11
y 42,3.
266 ESPERANZA ALCOVER
2.16. PARTITIO DEL TRATADO: ¿DE QUIÉN ES LA FE? ¿CÓMO NOS HA LLEGADO?
XX. 1. Cristo Jesús, Nuestro Señor, quien quiera que sea Él —per-
mítaseme hablar así por ahora—, Hijo de cualquier Dios que sea (for-
mado), hombre y Dios de la substancia que sea, preceptor de la fe que
sea, mantenedor de la promesa que sea, 2. (con todo), mientras vivía
104
Quibus competat fides ipsa, cuius sunt scripturae. Traduzco la segunda ora-
ción como oración de relativo, uniéndome a los demás traductores. También se po-
dría interpretar como interrogativa indirecta (cuius sint scripturae), que es el texto
aceptado por los editores modernos (HOLMES, en nota. REFOULÉ en su edición para el
C Ch; pero en la edición, tres años posterior, para Les Sources Chrétiennes, prefiere
sunt). Los editores antiguos escriben sint. (Las tres ediciones del Rhenano, Mesnart,
Gelenio, Pamelio y Rigault). Pero los códices P y X, y el Agobardino, escriben sunt,
que, a mi juicio, es la mejor lectura, corregida luego; pues Tertuliano no hace caso
del estilo indirecto porque quiere subrayar la realidad de un argumento muy impor-
tante para él: las Escrituras son «Escrituras de algo» (instrumenta: 38,2.3 y 8; 40,7),
no «Escrituras de nada»: pues a quien pertenezca ese algo, pertenecerán también
ellas. Es un supuesto previo para la praescriptio. Puede verse la discusión de las dos
traducciones y su comentario en MORESCHINI, p. 139, nota 1.
105
Son los cuatro puntos de la partitio del discurso, que Tertuliano va a desa-
rrollar del capítulo 20 al 35. Para el final de la frase, véase la nota al capítulo 13,6.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 267
en la tierra, él mismo declaraba 106 lo que era, lo que había sido, qué vo-
luntad del Padre administraba, qué deberes prescribía al hombre, ya pú-
blicamente, al pueblo, ya aparte a sus discípulos; de entre los cuales ha-
bía escogido, para tenerlos a su lado, doce principales, destinados como
maestros para las naciones. 3. Y así, caído uno de ellos, a los otros on-
ce, cuando él marchaba al Padre después de la resurrección, les mandó
ir y enseñar a las naciones, para bautizarlas en el Padre y el Hijo y el Es-
píritu Santo 107. 4. Al punto, pues, los apóstoles —nombre éste que sig-
nifica «enviados»—, añadiendo, echando a suertes, a Matías como duo-
décimo en lugar de Judas por la autoridad de la profecía que está en el
salmo de David 108, una vez que obtuvieron 109 la fuerza del Espíritu Santo
que se les había prometido para realizar milagros y pronunciar palabras,
atestiguada primero la fe en Jesucristo a través de Judea y establecidas
sus iglesias, marcharon desde allí a todo el mundo y proclamaron a las
naciones la misma doctrina de la misma fe. 5. Y del mismo modo fun-
daron iglesias, una en cada ciudad, desde las cuales otras iglesias pasa-
ron 110 luego de una en otra el sarmiento 111 de la fe y las simientes de la
doctrina, y cada día se los siguen pasando para ser realmente iglesias.
6. Y por este motivo también ellas mismas serán consideradas apostóli-
cas, como nuevos brotes 112 de las iglesias apostólicas. 7. Es necesario
106
Todas las cuestiones que acaba de enumerar Tertuliano son tema de discu-
sión en la comunidad de Cartago; por ahora, dice, dejemos esos asuntos; sea de ello
lo que fuere, el caso es que Jesús dijo unas cuantas cosas acerca de él mismo y de no-
sotros, a las cuales debemos atenernos.
107
Mt 28,19.
108
Hch 1,20; Ps 109,8.
109
Consecuti, de consequor: conseguir, ¿no resulta algo «pelagiano»? Pero «re-
cibir» ¿no se va al otro extremo? He optado por la traducción más neutral, que es la
de MORESCHINI. REFOULÉ, p. 112, nota b, observa que Tertuliano emplea frecuente-
mente el verbo consequor en relación con las ideas de bautismo, gracia, profecía.
110
Mutuatae sunt: fueron tomando prestado de una en otra, con el sentido que
tiene una «mutua» en castellano.
111
Traducem: mugrón, sarmiento que, sin cortarlo de la vid, se entierra para que
arraigue; es una alusión a Jn. 15,2-5, con su oposición a[mpelo~ / klh`ma.
112
Suboles: linaje, renuevos de una planta.
113
Censeatur. Según REFOULÉ, p. 113 latina, nota f, en latín tardío será sinónimo
de vocari, appellari. Hay un paralelo claro en Nat. I,12,11-12 (naturali praescriptione
omne omnino genus censum ad originem refert: por una prescripción natural todo li-
naje hace que se refieran a su origen todos los miembros de él) y otro, menos evi-
dente, en Nat. II,12, líneas 37-38. Census en Tertuliano suele referirse al origen de al-
go, en cuanto expresa y determina lo que la cosa es. (Parece estar próximo a fuvsi~).
Si lo que sale de una vid, es vid, y lo que sale de un olivo, es olivo, lo que sale de una
iglesia apostólica es iglesia apostólica; y lo que no, no.) ¿Y qué es esa tradux o sar-
268 ESPERANZA ALCOVER
que toda la estirpe sea clasificada 113 según su origen. Y así tantas y tan
grandes iglesias son una sola, aquélla de los apóstoles, la primera, de la
cual vienen todas. 8. De este modo todas son primeras, y todas apostó-
licas, puesto que todas son una sola. Prueban la unidad la comunicación
de la paz, y el nombre de la fraternidad, y las marcas recíprocas de la
hospitalidad 114. 9. Estos derechos no los rige otra norma que la tradi-
ción única de la misma doctrina sagrada de la fe 115.
XXI 1 Por esto, a partir de aquí presentamos una cuestión previa 116:
si el Señor Jesucristo envió a sus apóstoles a predicar, no hay que aco-
ger a otros predicadores más que a los que Cristo estableció, 2. pues-
miento que las iglesias se pasan unas a otras? La disciplina qua fiunt christiani (19,2);
o sea: la regula fidei que, según la metáfora empleada, se traduce en todo el árbol: ra-
mas, hojas y frutos. Luego el que no se deje informar (dar forma) por esa regula no
es cristiano. (Véase más adelante el empleo de census y de tradux en 32,2 y 3).
114
Estos son, pues, los testimonios de la apostolicidad entre todas las iglesias:
la communicatio pacis que expresa a la vez comunidad de vida y de culto dentro de
la iglesia y paz con Dios (Virg. 2,2), y que se manifestaba en las litterae communica-
toriae (koinwnikaiv) que las iglesias se enviaban unas a otras (véase BLAISE); la fraterni-
tas, porque todos los cristianos pertenecen a la «familia de Dios», son domestici Dei
(Fug. 2,7); y la contesseratio hospitalitatis. Las tesserae eran en el mundo antiguo unas
como tablillas de reconocimiento de un vínculo de amistad y hospitalidad que pasa-
ba de padres a hijos; generalmente eran huesecillos: partidos en dos, cada uno de los
amigos tenía una mitad que, cuando se iba de viaje, servía para demostrar la rela-
ción, uniéndola con la otra; 3 Jn 8 alude a este uso entre cristianos. Un significado
semejante, pero en contexto comercial, tenía la palabra symbolum, que entre cristia-
nos se aplicó luego al Credo o «símbolo de la fe»: aquello por lo cual cualesquiera
cristianos pueden reconocerse como cristianos. (Véanse REFOULÉ, 113-114, notas 2
a 4, y MORESCHINI, p. 140, nota 5).
115
Sacramenti. Sobre esta palabra véase BRAUN, Deus, 435-443, y en especial
442.
116
Praescriptio. Para MORESCHINI, p. 141, nota 1, es la praescriptio novitatis (o
«prescripción de novedad»). El significado de praescriptio es muy discutido; aquí es,
sin duda, un argumento jurídico tal que impida la celebración de un juicio; un «no
ha lugar», o una «cuestión de procedimiento», o una desestimación de la demanda
[véase REFOULÉ, 114, nota 1. También D. MICHAELIDES, Foi, Écritures et tradition. Les
prescriptions dans Tertullien (París, 1969), p. 42]. Tertuliano presenta la discusión
con los herejes como un pleito; el bien que está en litigio son las Sagradas Escritu-
ras; los jueces serían el público cristiano que presencia la discusión. Pues bien, dice
Tertuliano: «este juicio no debe celebrarse»; la razón que aduce es el contenido de la
praescriptio.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 269
117
Mt 11,27.
118
Praescribam.
119
Matricibus; matrix significa a la vez «molde originario», «matriz», y «fuente
de vida», «madre». Véase REFOULÉ, 114, nota 2.
120
Así traducen los tres autores consultados; la construcción latina es forzada:
id sine dubio tenentem quod…: conteniendo ella (la doctrina) sin duda lo que…
121
Praescriptio.
122
Lo mismo dice IRENEO, Adv. haer. III,12, 12. (Cit. por MORESCHINI, 142, nota 1.)
270 ESPERANZA ALCOVER
bien, agitados por la misma locura que les hace ponerlo todo patas arri-
ba, que los apóstoles sí lo sabían todo, pero no confiaron todo a todos, ex-
tendiendo en ambos casos la censura al (propio) Cristo, que envió unos
apóstoles o poco instruidos o poco sencillos (de corazón) 123. 3. ¿Pues
qué persona que esté en sus cabales puede creer que ignoraran algo aque-
llos que el Señor puso como maestros, después de haberlos tenido inse-
parablemente en su compañía como discípulos, conviviendo con Él, a los
cuales explicaba en privado todas las cosas oscuras 124, diciéndoles que a
ellos se les había concedido conocer los secretos 125 que al pueblo no se le
permitía entender? 4. ¿Le quedó algo oculto a Pedro, que fue llamado
piedra para edificar la Iglesia, que recibió las llaves del Reino de los Cie-
los y el poder de atar y desatar en el cielo y en la tierra? 126. 5. ¿Le quedó
también algo oculto a Juan, el predilecto del Señor, que se recostaba en
su pecho, el único al que el Señor mostró a Judas el traidor, y al que con-
fió a María, poniéndolo como hijo en su propio lugar? 6. ¿Qué cosas
quiso que ignoraran aquellos a los que hasta mostró su gloria, y a Moisés
y a Elías, y además la voz del Padre bajando del cielo? No como despre-
ciando a los otros, sino porque «sobre tres testigos será firme toda pala-
bra» 127. 7. Por lo visto, también ignoraron cosas aquellos a los que, des-
123
Alusión a Sab 1,1, cit. en 7,10. Marc. IV,3,4: si apostolos praevaricationis et si-
mulationis suspectos Marcion haberi queritur usque ad Evangelii depravationem,
Christum iam accusat, accusando quos Christus elegit. [Si Marción se queja de que
los apóstoles resultan sospechosos de prevaricación y fingimiento (tanto que lleguen)
hasta adulterar el evangelio, está acusando ya al (mismo) Cristo, acusando a los que
Cristo eligió.] (Cit. por REFOULÉ, p. 116 latina, nota 1.)
124
Mc 4,34.
125
Mt 13,11.
126
Según REFOULÉ, p. 116 latina, nota 2, ésta es la primera cita patrística de
Mt 16,18-19. IRENEO (Adv. haer. III,13,2) cita Mt 16,17 (sólo el versículo 17) y argu-
menta de modo muy semejante. Según la BIBLIA PATRÍSTICA (Centre d’Analyse et de
Documentation Patristiques, París, 1975), vol. I, Mt 16,17-19 aparece en el anónimo
apócrifo de las Acta Petri, 1,7. Mt 16,18-19 aparece sólo en Tertuliano (como dice RE-
FOULÉ) Praes. 22,4 (nuestro pasaje) y Pud. 21,1 (pero no: ahí ni se cita ni se alude),
21,9 (sí: cita no completa) y 21,14 (alusión). Mt 16,18 aparece en el anónimo apócri-
fo Odas de Salomón, 22,12, en CLEMENTE ALEJANDRINO (que vivió en los años 150-215
aproximadamente) Quis dives salvetur? 21,14, y en Tertuliano, Mon., 8,4 (alusión).Y
Mt 16,19 aparece en el anónimo hagiográfico Epístola a la Iglesia de Lugdunum y de
Vienne, p. 430, línea 6, y en Tertuliano Scorp. 10,8 (alusión). [Nota: sólo he compro-
bado las citas de Tertuliano.] BERARDINO, Dizionario Patristico e di Antichità Cristiana
(Roma, 1983) sitúa los Acta Petri entre los apócrifos del siglo II, y las Odas de Salo-
món, compuestas en griego, a mediados del mismo siglo. La CLAVIS PATRUM (publica-
da por H. KRAFT en Darmstadt 1964) fecha la Epístola a la Iglesia de Lugdunum y
Vienne en torno al año 177.
127
Dt 19,15. 2 Cor 13,1.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 271
a.1. Pero Pablo reprendió a Pedro porque sabía más que él. Refutatio
128
Lc 24,27.
129
Jn 16,12.
130
Jn 16,13.
131
Para Marción y otros herejes, el libro de Hch era una falsificación judía. Lo
confirman EUSEBIO, JERÓNIMO y EPIFANIO (ver REFOULÉ, 117, nota 3).
132
Rom 8,9.
133
Así traducen HOLMES y MORESCHINI.
134
Marc. V,2,7: quando nec promissio spiritus sancti aliunde probetur exhibita
quam de instrumento Actorum [puesto que tampoco la promesa del Espíritu Santo
puede probarse como realizada en otro lugar que en el instrumento del (libro de) los
Hechos]. (Cit. por REFOULÉ, 117, nota 4.)
135
Por «contra-pruebas deshonrosas» traduzco traductiones; el Diccionario de
R. DE MIGUEL da entre sus acepciones «deshonor», «infamia», «la carrera de un cri-
minal que la justicia lleva al suplicio». Hay también una alusión irónica a la conoci-
da fábula de Esopo del mono que, al pasar por un cementerio, se lamentaba ante las
tumbas de sus ilustres antepasados; y la zorra le dijo: «miente cuanto quieras, que
ninguno de éstos te va a desmentir». (Colección Augustana, núm. 14, Ed. de Gredos,
Madrid, 1978.)
136
Gal 2,11 y ss. Marción se apoyaba en el «conflicto de Antioquía» para de-
mostrar que el Dios que se había revelado a Pablo no era el mismo que el de Pedro;
el de Pedro, a quien Pablo acusa de «judaizar», es el Dios judío; el de Pablo es el Dios
cristiano.
272 ESPERANZA ALCOVER
2. «Por tanto, dicen, algo les faltó», para, a partir de esto, construir tam-
bién aquello: que pudo llegarles después un saber más pleno aún, como
el que tenía Pablo cuando reprendía a sus predecesores (en el apostola-
do). 3. También aquí puedo yo decir a esos que rechazan los Hechos
de los Apóstoles 137: «primero tendréis que mostrar quién era ese Pablo,
y qué era antes de ser apóstol y cómo se hizo apóstol», ya que también
en otros asuntos usan mucho de él. 4. Pues aunque él mismo confiesa
que de perseguidor (que era), se hizo apóstol 138 (esto), no basta a cual-
quiera que se haga creyente sólo después de maduro examen, ya que
tampoco el Señor mismo dio testimonio sobre sí mismo 139. 5. Pero
(dejémosles) que crean sin las Escrituras para que crean (luego) contra
las Escrituras. En todo caso, a partir de esto que alegan, de Pablo re-
prendiendo a Pedro, que muestren otra forma de Evangelio introducida
por Pablo, distinta de la que Pedro y los otros habían predicado prime-
ro. 6. Pero lo cierto es que, una vez cambiado de perseguidor en pre-
dicador, Pablo es presentado por unos hermanos a otros hermanos 140
como uno de los hermanos, por aquellos y a aquellos que se habían re-
vestido de la fe 141, recibiéndola de los apóstoles. 7. Luego, como él
mismo cuenta, subió a Jerusalén a conocer a Pedro, por el deber y el de-
recho, sin duda, de la misma fe y predicación. 8. Y tampoco ellos se
hubieran maravillado por el perseguidor convertido en predicador si su
predicación fuera contraria a la de ellos, ni hubieran alabado la gran-
deza del Señor porque Pablo, su (antiguo) enemigo había llegado (a Él.).
9. Y así le dieron la mano derecha, signo de concordia y conformidad,
y regularon entre ellos la distribución del ministerio 142, no la división del
Evangelio; no para que uno predicara una cosa, y el otro, otra, sino pa-
137
El argumento de Tertuliano es: «si rechazáis el libro de los Hechos, poco sa-
béis de Pablo…» Pero precisamente Marción rechaza los Hechos, entre otros moti-
vos, porque opina que suaviza el conflicto de Antioquía.
138
Se sobreentiende factum esse (HOPPE, p. 260). La cita es de Gal 1, 13.23. To-
do este capítulo es un comentario del capítulo 1 y el comienzo del 2 de la Epístola a
los gálatas, completada con Hch 15. Lo mismo en Marc. IV,2,5, y el cap. 3.
139
Jn 5,31. No entiendo bien a quién se refiere el «a cualquiera que» (unicui-
que): si es a Pablo, el argumento quiere decir que antes de hacerse cristiano, estu-
diaría la doctrina de los cristianos; si es a los fieles en general, quiere decir: «no os
conformaréis con ese sólo dato…» Parece que es lo segundo, por lo que dice en Marc.
V,1,1 y ss.: como Pablo no aparece en los evangelios, a cualquier novus discipulus se
le ocurre preguntar de dónde sale ese «apóstol»
140
Hch 9,27.
141
Mediante el bautismo: Gal 3,27.
142
Officii.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 273
143
Convixisset. Entre los judíos es sabido que compartir la mesa significa com-
partir muchas cosas más; por eso los otros traductores consultados traducen el ver-
bo convivo por «convivir».
144
Ut apostolos committam. Es un giro propio de los combates de gladiadores;
algo así como «poner a reñir a…» (Tomado de REFOULÉ, 119, nota a.)
145
1 Cor 9,20.22. Esta argumentación se desarrolla en Marc. IV, 2,5 - 3,4. (Véa-
se REFOULÉ, 119, nota 4.)
146
Pro temporibus et personis et causis; son elementos habituales de la narratio
en los tratados de retórica. [Véase LAUSBERG, Manual de Retórica literaria (Madrid,
1966) I, 261 y 287, con citas de QUINTILIANO, Ins., IV, 2,55, MARCIANO CAPELLA y VICTO-
RINO.] Lo mismo en Fug. 6,1.
147
Hch 16,3.
148
2 Cor. 12,2-4. Algunos herejes pretendían poseer una doctrina mejor y más
completa que la de la «gran Iglesia».
274 ESPERANZA ALCOVER
149
1 Tim 6,20; 2 Tim 1,14.
150
1 Tim 1,18. La argumentación de Tertuliano es: como lo de «guarda el depó-
sito» está al final de la carta (en el cap. 6), tendrá que referirse a algo que le haya di-
cho antes.
151
1 Tim 6,13
152
O sea, en el contexto. CICERÓN recomienda atender al contexto para interpre-
tar la intención del legislador. (Inv. II,40,117: deinde ex superiore et ex inferiore scrip-
tura docendum id quod quaeratur fieri perspicuum. Traduzco: «además por lo que es-
tá escrito antes y después (de nuestro pasaje) hay que mostrar (cómo es) aquello que
se deba poner en claro». Tertuliano aplica a la Escritura las normas de interpreta-
ción de las «cuestiones legales». (Véase SIDER, pp. 17; 85; 86 —la cita de Cicerón—
y 97,)
153
2 Tim 2,2.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 275
creto nada que se diga ante muchos testigos. 8. Y cuando quiso que él
(Timoteo) confiara «estas cosas a hombres fieles, que sean idóneos y en-
señen a otros» 154, tampoco esto hay que interpretarlo como prueba de
ningún Evangelio secreto 155. 9. Pues cuando dice «estas cosas» habla
de estas sobre las que estaba escribiendo entonces; de las ocultas, como
cosas ausentes (que están sólo), en el pensamiento, no hubiera dicho
«éstas», sino «aquéllas» 156.
154
2 Tim 2,2.
155
REFOULÉ, 121, nota 2, observa que podría ser una alusión al apócrifo Evange-
lio de la Verdad, atestiguado por IRENEO (Adv. haer. III,11,9) y descubierto en Nag
Hammadi. Fue escrito hacia el año 150 por Valentín o alguien de su escuela.
156
Cuando en una carta queremos hablar de algo sin citarlo expresamente, de-
cimos: «sobre aquello que me dijiste.» Se trata de algo que está presente al pensa-
miento, ausente del papel.
157
Mt 7,6.
158
Mt 10,27.
159
Alude a la parábola de las minas, Lc 19,12 y ss.
160
Mt 5,15.
161
Si a la gente en general se lo explicas todo, ¿cómo vas a ocultarles nada a los
que ya has captado? No podrías.
276 ESPERANZA ALCOVER
por mucho que algunas cosas las discutían entre los de casa, por decir-
lo así, no es creíble que fueran tales como para dar lugar a una nueva
regla de fe, distinta y contraria a la que todas las iglesias declaraban pú-
blicamente 162, 10. de modo que un Dios profesaran en la iglesia, otro
en casa; una substancia atribuyeran a Cristo en público, otra en secre-
to; una esperanza en la resurrección anunciaran delante de todos, otra
ante unos pocos; 11. (y esto) mientras ellos mismos suplicaban en sus
cartas que todos hablaran una misma y sola cosa, y que no hubiera cis-
mas ni disensiones en la Iglesia 163, puesto que tanto Pablo como los
otros enseñaban la misma doctrina 164. 12. Y además recordaban lo de
«sea vuestra palabra, sí, sí, no, no»; pues «lo que pasa de aquí, viene del
Malo» 165, para que no explicaran el Evangelio de diversos modos 166.
162
Texto difícil y estropeado: diversam et contrariam illi quam catholicae in me-
dium proferebant. LABRIOLLE y MORESCHINI siguen el texto del C Ch, que es el del Có-
dice Agobardino y uno de los cluniacenses, el N, seguidos por la edición de Rigault,
y por KROYMANN; sobreentienden ecclesiae y traducen «iglesias católicas» (Véase la
nota de REFOULÉ, p. 123 latina, nota 4, que no acaba de decidir si catholicae debe en-
tenderse en sentido geográfico («universal») o en sentido doctrinal («ortodoxa» por
oposición a «herética»); LABRIOLLE traduce les Églises catholiques. HOLMES sigue la lec-
ción catholice, que es la de los códices Paterniacense y de Luxemburgo, seguidos por
el editor Renano en sus tres ediciones, Mesnart, Gelenio y Pamelio, y traduce
through the Catholic churches (o in a catholic way en nota). Yo me inclino al Ago-
bardino, pero prefiero la acepción geográfica: «las iglesias universales», «todas las
iglesias», porque me parece que casa mejor con lo que Tertuliano va a decir sobre la
unanimidad de la doctrina más antigua. BLAISE y CLAESSON, Index Tertullianeus (Pa-
rís, 1974) citan este pasaje como ejemplo de catholice («con Kroymann», dice CLAES-
SON); BLAISE lo traduce «en general», «de una manera general», «universalmente». La
palabra es poco frecuente en Tertuliano: en el Praes. sólo dos veces: aquí (26,9), y en
30,2, sólo en el aparato crítico. En el resto de su obra CLAESSON cita cinco ejemplos
del Marc. (II,17,1; III,21,3; III,22,6; IV,4,3; IV,9,9) y uno de Mon. (2,1). Y de catholi-
ce, Fug. 3. BLAISE da dos acepciones de catholicus: 1. universal, general (p. ej. TER-
TULIANO, Praes. 30,2). 2. universal, católica (por primera vez en IGNACIO, Ep. ad Smyrn.
8); católica, ortodoxa. Cita ejemplos de JERÓNIMO, PRUDENCIO, HILARIO, AGUSTÍN; ningu-
no de Tertuliano. Parece, pues, que Tertuliano usa poco la palabra,y, cuando la em-
plea, es con sentido geográfico.
163
1 Cor. 1,10.
164
1 Cor 15,11.
165
Mt 15,37.
166
Así la obligada sencillez de lenguaje, según el mandato de Jesús, dificultaba
que se diversificara la doctrina.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 277
167
Gál 3,1; 5,7; 1,6.
168
1 Cor 3,1-2; 8,2.
169
Unius institutionis.
170
Interim: mientras (Cristo volvía). Ni LABRIOLLE ni MORESCHINI traducen así
(parfois, talvolta); HOLMES sí (for a time). Yo creo que hay una alusión a la parábola
de Mt 24,45 y ss. Tertuliano hace una reducción al absurdo, aceptando la postura del
contrario y desarrollándola hasta las últimas consecuencias, para que se vea a qué
dislates conduce. Es un procedimiento muy de su gusto.
278 ESPERANZA ALCOVER
apóstoles. Pero ¿es verosímil que tantas y tan importantes iglesias hayan
errado el camino (para confluir) en una misma fe? 2. Ningún aconteci-
miento aleatorio 171 (repartido) entre muchos da un solo resultado: el error
en la doctrina de las iglesias debería haber introducido variaciones (entre
ellas). 3. Lo que, sostenido en muchos lugares diferentes, resulta ser uno,
no ha sido discurrido 172, sino entregado por tradición. 4. ¡Atrévase algu-
no a decir que erraron los que iniciaron la tradición!
171
Eventus. Sigo a HOLMES; también MORESCHINI. Es una imagen del juego de los
dados, al que tan aficionados eran los romanos: varios jugadores, tirando al azar, es
difícil que saquen todos el mismo número.
172
Erratum. Aquí me aparto de los demás traductores (aunque el sentido ape-
nas varía). A mi juicio, Tertuliano juega con los dos sentidos de errare: «caminar
errante» y «cometer un error».
173
El texto es incierto entre mysteria del Agobardino, y ministeria del Paternia-
cense, al que siguen las ediciones antiguas (la Renana y las de Mesnart, Gelenio, Pa-
melio y Rigault). El misteria del Códice de Luxemburgo, debe ser un error a partir de
ministeria, ya que el códice es de la familia cluniacense; ministeria va mejor con el
paralelismo binario del pasaje. (Véase, además, REFOULÉ, p. 125 latina, nota a.)
174
Marc. I,20,1 ironiza sobre el mismo tema: O Christe, patientissime domine,
qui tot annis interversionem praedicationis tui sustinuisti, donec tibi scilicet Marcion
subveniret: Oh Cristo, pacientísimo Señor, que durante tantos años soportaste que
tus palabras se predicaran al revés, hasta que vino Marción a ayudarte. (Citado por
REFOULÉ, 125, nota 1.)
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 279
sea considerada como herejía 175, incluso porque es ella misma la que
nos advertía que nos guardáramos de las herejías futuras 176. 7. A la
Iglesia de esta doctrina se ha escrito, mejor dicho, la doctrina misma es-
cribe a su iglesia 177: «y si un ángel bajado del cielo os evangelizara otra
cosa, fuera de lo que nosotros os hemos predicado, sea anatema» 178.
181
Parece ser que cuando entró en la Iglesia de Roma llevó esa cantidad co-
mo ofrenda; la comunidad cristiana se la devolvió al expulsarle. Según REFOULÉ,
p. 127, nota 3, no hay acuerdo sobre la autenticidad del dato; en todo caso, Mar-
ción dejó fama de ser un hombre rico. (Marc. IV,4,3 menciona su pecuniam, sin
decir cuánto).
182
Cum condicioni datae sibi occurrit; los otros traductores están de acuerdo en
que Marción aceptó las condiciones. Yo no estoy tan segura: todo depende del valor
que se le dé a occurrit; el cum podría ser concesivo (HOPPE, p. 153- 155) o equivaler
a dum (Ibíd., p. 152-153); la preposición ob, de suyo, expresa oposición, con lo que
el verbo occurro más significa «oponerse a» que «aceptar». Marción había acabado
creando una numerosa iglesia; según este texto murió mientras se negociaba lo que
se iba a hacer con toda aquella gente. Para HARNACK (cit. por MORESCHINI, 151, nota
3) la noticia del arrepentimiento de Marción es legendaria. Marción murió hacia el
año 160.
183
1 Cor 11,19.
184
Marción exigía continencia a sus discípulos. La noticia de la falta cometida
por Apeles, seguramente no pasa de ser un rumor malintencionado; lo mismo se ha-
bía dicho de Marción en su juventud. (Véase Adv. omnes haer. 6,2.) También podría
ser una personalización de la habitual metáfora de la herejía como adulterio. (Véa-
se REFOULÉ, p. 128, nota 9.)
185
Parece que era el término técnico con el que Apeles designaba el espíritu so-
brenatural que animaba a Filumene (MORESCHINI, 152, nota 4). En el N.T. el verbo
ejnergevw y sus derivados suele referirse a una energía o actividad sobrenatural.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 281
escribió las fanerwvsei~ 186, que aprendió de ella 187. 7. Todavía quedan
en el mundo gentes que se acuerdan de ellos, y también sus propios dis-
cípulos y los sucesores inmediatos de éstos, para que no puedan negar
que son tardíos. 8. Aunque de todos modos se acreditan por sus obras,
como dijo el Señor 188. 9. Pues si Marción separó el Nuevo Testamento
del Antiguo, es más reciente que aquello que separó, puesto que no ha-
bría podido separarlo de no haber estado unido. 10. Por tanto lo que
estaba unido antes de ser separado (y), luego fue separado, demuestra
que el separador es posterior. 11. A su vez Valentín, exponiendo las
Escrituras de otro modo y enmendándolas sin vacilar, desde el momen-
to en que dice que él enmienda algo, que antes era mendaz, demuestra
que ese algo es anterior 189. 12. Hemos nombrado a éstos como los más
insignes y conocidos adúlteros de la verdad. 13. Pero también un tal
Nigidio, y Hermógenes 190 y muchos otros andan aún por ahí pervirtien-
do los caminos del Señor. Les ruego que me muestren de qué autoridad
proceden. 14. Pues si ellos predican a otro dios, ¿cómo se valen de los
hechos, palabras y Escrituras de este Dios (nuestro) contra el cual pre-
dican? Y si es el mismo Dios ¿por qué lo predican de otro modo?
15. Que prueben ser ellos los nuevos apóstoles, que digan que Cristo ha
bajado al mundo otra vez, que ha enseñado en persona otra vez, que
otra vez ha sido crucificado, otra vez muerto, otra vez resucitado.
16. Pues así suele él hacer a sus apóstoles 191 (y suele) darles además el
poder de realizar los mismos signos que él también realizó. 17. Quie-
ro, pues, que muestren sus poderes, aparte del gran poder que reconoz-
186
En griego en el original: «Manifestaciones».
187
Tertuliano daba más datos en el Adversus Apelleiacos, hoy perdido.
188
Los comentadores señalan aquí una alusión a Mt 7,16: «por sus frutos los co-
noceréis». Yo veo más a Mt 11,19: «la Sabiduría se acredita por sus obras», con re-
miniscencias de Jn 10,38. Tertuliano lo emplea con ironía.
189
Escojo la lectura anterius fuisse demonstrat, aceptando la conjetura de Ursi-
no y Rigault, los cuales avisan que «no se puede distinguir lo que pone el Agobardi-
no». Los otros traductores, y el C Ch prefieren alterius (HOLMES avisa la variante en
nota) y traducen «demuestra que (lo enmendado) era de otro (y no suyo)». El senti-
do altera poco. Anterius es palabra de menos uso, pero el pasaje paralelo de Marc.
IV,4,5 (cit. por REFOULÉ, p. 128, nota 12) jugando con anterius / posterius, yo creo que
lo hace preferible.
190
El tal Nigidio se ve que era poco conocido de Tertuliano (Nigidius nescio qui)
y menos aún de nosotros; nada sabemos de él. Hermógenes era un pintor de Carta-
go, contra el cual Tertuliano escribió dos tratados: el Adversus Hermogenem y el De
censu animae, hoy perdido.
191
Apostolos. Sigo la conjetura de KROYMANN, aceptada por todos los traductores
y por el C Ch, contra el Agobardino (apostolus).
282 ESPERANZA ALCOVER
192
Superducit: super(pro)duce; hay luego una superproducción indebida: la ci-
zaña.
193
Mt 13,24. También en Prax. 1,6.
194
Mc 4,14.
195
C Ch: quibus nulla constantia de conscientia competit ad defendendam sibi ve-
ritatem. El texto es incierto, como avisa REFOULÉ, p. 130, nota c: lo mismo puede ser
ex conscientia que de conscientia. El Códice Agobardino omite la palabra conscientia.
Yo creo que hay que omitirla. Tertuliano acaba de enunciar en el párrafo 3 la praes-
criptio novitatis; ahora la remacha solemnemente, acudiendo a una metáfora judi-
cial: la Iglesia y la Herejía están en pleito; ambas pretenden poseer la verdad; la Igle-
sia presenta sus doctrinas de siempre, sus Escrituras. La otra ¿qué presenta? Nada:
no hay «constancia». Propiamente no hay «constancia de sus instancias (anterio-
res)», porque son unos recién llegados, unos advenedizos. A mi juicio, algún copista
o estudioso trató de aclarar el texto introduciendo la palabra conscientia: no hay
constancia del conocimiento de semejantes doctrinas. Pero los copistas posteriores
y los editores antiguos no lo han entendido, y eso explica la vacilación entre et (que
es la lectura de los códices Paterniacense y Luxemburguense, aceptada por las edi-
ciones Renana y de Mesnart), de (que es la lectura de los demás editores antiguos) y
ex (que es la corrección de KROYMANN).
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 283
196
La precisión es oportuna, puesto que no todos perseveraron. La misma idea
de sucesión apostólica aparece en Marc. I,21, 4-5 y IV,5,1-2. REFOULÉ, p. 130, nota 1,
observa que este desafío presupone que las iglesias tenían algún archivo donde figu-
raba la lista de sus obispos. Según BERARDINO (artículos «sucesión» (apostólica) y «lis-
tas episcopales») en efecto lo tenían: «ya en el siglo II es común la convicción de que
la tradición se transmite gracias a una sucesión en el ministerio»; en este contexto
doctrinal nacen las listas cronológicas de los obispos de una determinada iglesia co-
mo prueba histórica de la sucesión, que es a su vez garantía de la ortodoxia de la doc-
trina de esa comunidad.
197
Census. BLAISE aduce este pasaje y traduce «fastos». En el contexto de los pá-
rrafos 1 y 2 census y origines vienen a ser sinónimos, con lo que podrían aproximar-
se al discutido origines firmas de 37,4.
198
Entre Pedro y Clemente, IRENEO (Adv. haer. III,3,3) coloca a Lino y Anacleto.
Eusebio (Hist. Eccl. III,4,8) sólo a Lino. (Ampliación y comentario en REFOULÉ, 131
latina, nota 2).
199
Nisi si. Según REFOULÉ, 131 latina, nota b, Tertuliano lo emplea a menudo
equivaliendo a nisi forte, con valor irónico.
284 ESPERANZA ALCOVER
200
A saber: sucesión apostólica de sus obispos e identidad de doctrina. En el
procedimiento de las legis actiones, por la contextura de la legis actio sacramento, am-
bas partes debían proporcionar las pruebas del derecho discutido. [Según J. ARIAS
RAMOS, Derecho Romano (Edersa, Alcobendas, 1997) I, 276.]
201
Ob diversitatem sacramenti.
202
Traducentur. Según REFOULÉ, 132 latina, nota c y 117 latina, nota 1, traduco
es frecuente en Tertuliano en el sentido de «sacar a la luz», «revelar algo oculto», «re-
futar» (p. ej. An. 1,5). Los otros traductores traducen por «censurar» (flétrir), refutar
(be reprobated, saranno confutate).
203
1 Cor 15,12.
204
Tertuliano lo repite en varios pasajes del Marc. (I,28,2 y ss. V,10,3, etc.). En
Res. 2,2 dice con sentido del humor: Dimidiam agnoscunt resurrectionem, solius sci-
licet animae: reconocen media resurrección, a saber: la del alma sola. (Citado por RE-
FOULÉ, 132, nota 2, según el cual Marción no negaba formalmente la resurrección, pe-
ro la entendía en forma incorporal.)
205
Gal 5,2.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 285
su carta llama anticristos sobre todo a los que niegan que Cristo haya
venido en la carne 216 y a los que no creen que Jesús es Hijo de Dios 217:
Marción defiende aquello 218, Ebión esto. 12. En cuanto a la doctrina
simoniana de la magia, que da culto a los ángeles, ciertamente era teni-
da por idolatría, y el apóstol Pedro la condenaba en el propio Simón 219.
216
1 Jn 4,3.
217
1 Jn 2,22.
218
Lo mismo en Marc. III,8,1: Marcionitas, quos apostolus Ioannes antichristos
pronuntiavit, negantes Christum in carne venisse: los marcionitas, a los que el após-
tol Juan llamó «anticristos», niegan que Cristo haya venido en la carne. (Cit. por RE-
FOULÉ, 134, nota 9.)
219
Alusión a Hch 8,9-24; pero ahí no se habla de culto a los ángeles. Simón Ma-
go quedó en la tradición como el prototipo de hereje. Tertuliano amplía el tema en
An. 34,2-5.
220
Tanto Marción como Apeles, su discípulo, creyeron que había un Dios supe-
rior al del A.T.; así el Dios del A.T. sería un ángel de fuego, sometido al Dios supe-
rior. Este pasaje de Tertuliano aparece en SAN ISIDORO (Etym. VIII,5,12. Cit. por RE-
FOULÉ, 135, nota 3).
221
Mt 10,24. La misma argumentación en 40,1. También en Marc. I,14,3;
IV,17,11.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 287
apóstoles. 9. Por donde consta con mayor seguridad que éstas son las
herejías que entonces se anunciaban como futuras 226.
226
La argumentación es concluyente: A) supongamos que estas herejías de ahora
son las mismas de tiempos de los apóstoles: ya fueron condenadas entonces. B) Su-
pongamos que son otras: si dicen lo mismo, ya fueron condenadas; si dicen otra cosa,
están también condenadas, por ser tardías. Porque si dijeran lo mismo que dicen las
iglesias todas (las «católicas») estarían en paz y comunión con ellas: quod non datur.
Ya avisaron los apóstoles que, además de los errores que ellos mismos corrigieron, ha-
bría en el futuro errores nuevos y desconocidos. Nótese que todo este pasaje está re-
dactado casi como una sentencia judicial, con abundancia de términos jurídicos.
227
Praescriptiones.
228
Posterior nostra res non est. La llama res como praeparatio a lo que va a decir
en 37,4.
229
Hoc erit testimonium veritatis ubique occupantis principatum. (Los dos pun-
tos después de ubique los pongo yo.)
230
Hoc erit indicium proprietatis. Tertuliano acude a una metáfora judicial de la
propiedad de tierras. (Los otros traductores la aplican menos que yo; aunque REFOU-
LÉ, p. 137 latina, nota 2, observa que emplea términos del vocabulario técnico de la
longi temporis possessio). La Iglesia ha sido la primera que se ha hecho cargo del cam-
po de la verdad: le asiste, pues, el derecho del primer ocupante. Pero tiene además un
título de propiedad, extendido por los apóstoles. Aquí los otros traductores explicitan,
como hace MORESCHINI, que la nostra dottrina è propria degli apostoli. Yo prefiero tra-
ducir más literalmente. También podríamos leer hoc erit iudicium proprietatis, con el
códice X: «éste será el juicio de propiedad» y aproximar el texto a 6,4 (véase nota 19)
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 289
los que condenaron toda doctrina extraña, la muestran como suya y, por
ello, también la defienden.
por un lado y a 37,4 por otro: los apóstoles, que son los que poseen la verdadera auc-
toritas, nos han asignado la propiedad a nosotros, y han dejado el caso praeiudicatum
para siempre. (Véase MICHAELIDES, p. 95). El C Ch y todos los editores prefieren indi-
cium, dado que iudicium, que da mejor sentido, sólo aparece en un códice; pero el
error iudicium / indicium es de los más fáciles de cometer en la transmisión textual.
231
Ipsae authenticae litterae ¿Eso quiere decir que los originales existían aún en
tiempos de Tertuliano? REFOULÉ, p. 137, notas 1 y 2, opina que, en todo caso, Tertu-
liano creía que sí, aunque no sabemos si estaba en lo cierto. Para HOLMES, p. 260, no-
ta 12, authenticae sólo significa «no mutiladas por los herejes».
232
Auctoritas. Se discute mucho el alcance de esta autoridad. Si la iglesia de Car-
tago hubiera sido fundada por misioneros enviados por la de Roma, Roma poseería
una autoridad especial para Cartago, además de la que le correspondiera por su apos-
tolicidad; pero no es seguro que la comunidad de Cartago fuera una fundación ro-
mana. REFOULÉ, pp. 137-138, nota 3, y MORESCHINI, p. 160, nota 1 y nota 3, están a fa-
vor; otros creen que fue obra de cristianos venidos de la parte oriental del Imperio. R.
BRAUN, Approches de Tertullien (París, 1992), pp. 1-2, cree que a una ciudad tan cono-
cida debieron llegar misioneros de distintas procedencias, también de Roma. En cual-
quier caso, resulta significativo que Tertuliano destaque la autoridad de la regula fidei
romana, pudiendo destacar otras. A este texto se aproxima el de IRENEO (Adv. haer.
III,3,1): maxima et antiquissima et omnibus cognita, a gloriosissimis duobus apostolis
Petro et Paulo fundata et constituta ecclessia; (…) ad hanc enim ecclessiam propter po-
tentiorem (potiorem, en MIGNE) principalitatem necesse est omnem convenire eccles-
siam, hoc est, eos qui sunt undique fideles, in qua semper ab his, qui sunt undique, con-
servata est ea quae est ab Apostolis traditio: la mayor y más antigua y conocida por
todos, fundada y establecida como iglesia por los dos gloriosísimos apóstoles Pedro y
Pablo; (…) a esta iglesia por su poderosa principalidad es necesario que acuda toda la
iglesia, es decir, los fieles que hay en todas partes; en ella se ha conservado siempre,
por estos (fieles) que están en todas partes, la tradición que viene de los apóstoles. Cit.
por MORESCHINI. La edición de HARVEY y la de MIGNE (III,3,2) ponen ecclesiae, en geni-
290 ESPERANZA ALCOVER
bién a nuestro favor. 3. ¡Cuán feliz es esta iglesia sobre la cual los
apóstoles derramaron profusamente toda la doctrina, junto con su pro-
pia sangre! Donde Pedro se iguala a la pasión del Señor, donde Pablo es
coronado con la muerte de Juan (Bautista), donde el apóstol Juan, des-
pués que, sumergido en aceite hirviendo, nada padeció, es desterrado a
una isla 233; 4. veamos qué ha aprendido (esta iglesia), qué ha enseña-
do: junto también con las iglesias africanas, unidas en comunión 234 con
ella, 5. conoce a un solo Señor, Dios, creador del universo, y a Cristo
Jesús, nacido de la virgen María, Hijo del Dios Creador, y la resurrec-
ción de la carne; asocia la Ley y los Profetas con los escritos evangélicos
y apostólicos 235, y ahí bebe su fe; la sella con el agua, la reviste con el Es-
píritu Santo, la alimenta con la eucaristía, la recomienda con el marti-
rio 236, y así a nadie acepta contra esta institución 237. 6. Ésta es la insti-
tivo: Sed quoniam valde longum est in hoc tali volumine omnium ecclesiarum enume-
rare successiones, maximae, et antiquissimae, et omnibus cognitae, a gloriosissimis
duobus apostolis Petro et Paulo Romae fundatae et constitutae ecclesiae. El final tam-
bién varía algo: eam quam habet ab Apostolis traditionem. El resto del texto es igual.
233
Tertuliano es el primer testimonio de la tradición de la crucifixión de Pedro;
en Scor. 15,3 fecha la muerte de Pedro y Pablo en la persecución de Nerón. También
es el único que cuenta el confinamiento de Juan y lo del aceite hirviendo. (Tomado
de REFOULÉ, 138, notas 4 y 5). Véase también Marc. IV,5,1.
234
Contesseratis, según la conjetura de KROYMANN.
235
O sea: une y acepta el A.T. y el N. T., contra Marción.
236
Martyrio, siguiendo a HOLMES y a OEHLER, que a su vez sigue las ediciones de
Gelenio y de Pamelio. LABRIOLLE, REFOULÉ y MORESCHINI prefieren martyrium, que es
la lectura general de los códices: «exhorta al martirio»; hay un pasaje paralelo en
Fug. 9,4: namque omnes paene ad martyrium exhorta(n)tur; pero en nuestro texto fal-
ta el ad (REFOULÉ, 138 latina, nota b aporta otro ejemplo en Marc. IV,25). Yo he pre-
ferido la otra lectura porque, sobre ser la lectio difficilior, probablemente corregida
después, va mejor con el paralelismo del pasaje y es una idea muy querida de Tertu-
liano: el martirio es instrumento de salvación para nosotros y de gloria para Dios
(Marc. IV,21,12; Fug. 9,4, a continuación de las palabras que acabamos de citar, y ca-
si lo mismo en An. 55,5; Fug. 12,8); por él los santos devienen piedras vivas del tem-
plo de Dios (Marc., IV,39,5-7) y los paganos son atraídos a la fe (Apol. 50,14-16). Po-
dríamos añadir Or. 5,2-4; An. 8,5; 9,8; Scap. 1,11.13; 2,1; 5,4; Fug. 1,4; 12,5-6; e
incluso Praes. 4,5: las herejías son peores que las persecuciones porque éstas al me-
nos producen mártires, y las herejías no.
237
Para KELLY, o.c., pp. 52-53; 63-64; 171, este texto está mucho más cerca que
el de 13,2-5 de un posible «credo romano»: una sencilla fórmula trinitaria articula-
da en tres preguntas, de acuerdo con Mt 28,19, semejante a la que nos refiere la Tra-
ditio de HIPÓLITO, confirmado por Prax. 26,7. La expresión «Cristo Jesús», que apare-
ce en el textus receptus, en la Traditio de HIPÓLITO y en los credos de RUFINO (iglesia
de Aquileia) y de PEDRO CRISÓLOGO (iglesia de Rávena, años 433-450) frente al habi-
tual «Jesucristo», es una prueba de la antigüedad del primitivo núcleo romano, que
empalma con Hch 2,36; 5,42; 18,28 y con muchos pasajes de Pablo.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 291
238
Necessarie: sigo la lectura del Agobardino, recogida por Kroymann. La edi-
ción de REFOULÉ y los otros traductores prefieren necessariae, adoptada por Mesnart
y los editores antiguos. A mi entender, da peor sentido. Aquí, llegando ya al final del
tratado, Tertuliano recoge lo que dijo en 4,6; 5,2; 30,4: es necesario que haya here-
jías.
239
BRAUN, Deus p. 448, ve aquí un eco de Gál 6,16.
240
Non a Cristo habendo quod de sua electione sectati haereticorum nomine ad-
mittunt. El Códice Agobardino escribe nomina; la corrección del C Chr es general-
mente admitida. Aquí Tertuliano alude a 6,2-3. Lo mismo opinan otros Padres, p. ej.
CIPRIANO (De Cath. Eccl. unitate, 14). Ya JUSTINO (Dial. 35,6) dijo que a los herejes les
convenía más el nombre de sus fundadores, que el de cristianos. (Véase REFOULÉ,
139, nota 2).
241
STIRNIMANN, Die Praescriptio Tertullians im Lichte des römischen Rechts und
der Theologie (Friburgo de Suiza 1949), p. 106, nota: non mei es la fórmula que em-
plea el pater familias para decir que una persona no está en su patria potestas (no lo
reconoce como suyo o no es suyo ya).
292 ESPERANZA ALCOVER
¿Con qué autoridad, Apeles, mueves las lindes de mi campo? 242. 4. [La
posesión es mía.] ¿Por qué sembráis y metéis vuestro ganado aquí a
vuestras anchas, vosotros (que sois) ajenos? Mía es la posesión, la ocu-
po desde antiguo, la ocupo antes que vosotros; son firmes (los docu-
mentos de) mis orígenes 243 (extendidos), por los propios autores, a los
cuales perteneció el bien (en litigio) 244. 5. Yo soy el heredero de los
apóstoles. Tal como ellos dispusieron en su testamento, tal como lo con-
fiaron a mi fidelidad 245, tal como lo sellaron con juramento, así lo man-
tengo yo. 6. A vosotros, ciertamente, os desheredaron siempre, y os
echaron fuera como extraños 246, como enemigos. 7. Pero ¿de dónde
242
REFOULÉ, p. 140 latina, nota 3, observa que los tres verbos empleados por Ter-
tuliano, caedis, transvertis, commoves, describen perfectamente el error de cada he-
resiarca: Marción elimina de la Escritura los textos que no le gustan; Valentín adap-
ta a la filosofía las fuentes cristianas; Apeles añade las revelaciones privadas de
Filumene.
243
Origines firmas. Son los origines de 32,1 y los census de 32,2. Ahora se añade
el matiz de que son firmas, constantes, o sea, sin interrupción alguna a partir de los
propios fundadores. Para STIRNIMANN, p. 111, serían la traditio objectiva.
244
Casi todos los estudiosos ven aquí una metáfora, por lo menos, tomada del de-
recho de propiedad. Durante el imperio se había ido extendiendo a los fundos pro-
vinciales, con el nombre de longi temporis praescriptio (ya aludida en el cap. 35, 3-4;
véanse las notas a la traducción) o longae possessionis praescriptio, el tradicional de-
recho romano de adquisición por usucapio. La Ley exigía que la ocupación hubiera
sido ininterrumpida durante un período largo de tiempo (un mínimo de diez o vein-
te años según los casos, como consta en el rescripto de Septimio Severo y Caracalla
del año 199), que hubiera habido un iustus titulus (motivo justificado) para ella, y au-
sencia de dolo o violencia en el origen. [Véase ARIAS RAMOS, Derecho Romano (Madrid,
1997) I, 264-269.] En la argumentación de Tertuliano queda claro que las Escrituras
(y la verdad cristiana, cuyo instrumentum son las Escrituras, como va a decir en el ca-
pítulo siguiente, párrafo 2) no son una res nullius (35,3): pertenecen a Dios, Cristo, los
apóstoles; por este orden, como acaba de decir en 37,1 y antes en 21,4. Pero los após-
toles ya murieron. Por eso Tertuliano habla a continuación de la herencia: los após-
toles son los auctores primitivos, a los cuales pertenecía la res, motivo del litigio, y la
Iglesia es su legítima heredera. Los autores discuten hasta dónde hay que entender ca-
da metáfora. Puede verse la discusión en REFOULÉ, pp. 32-36, que subraya el gran uso
de términos jurídicos en el pasaje, y MORESCHINI, pp. 161-162, notas).
245
Sicut fidei commiserunt: tal como instituyeron ellos el fideicomiso. Todo el
párrafo emplea un lenguaje solemnemente jurídico, muy próximo al que se emplea-
ba para redactar los testamentos: sicut caverunt…, sicut fidei…, sicut adiuraverunt…,
ita… (Véase ARIAS RAMOS, II,1109.) La Ley de las Doce Tablas (6,1) dice que uti lin-
gua nuncupassit, ita ius esto: tal como la lengua haya proclamado, que así sea el de-
recho (ibíd. I, 257).
246
Et abdicaverunt ut extraneos, ut inimicos. Hay heredes sui (et necessarii) y he-
redes extranei, que no son de la domus. Se llama abdicatio a la renuncia a la patria
potestas. (Véase ARIAS RAMOS, II, pp. 748, nota 635; 814; 893.)
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 293
(os viene a vosotros), herejes (el ser), extraños y enemigos de los após-
toles 247, sino de la oposición de vuestra doctrina, la cual cada uno de vo-
sotros, según su capricho y yendo contra los apóstoles, ha inventado, o
ha recibido de otros?»
247
Unde autem extranei et inimici apostolis haeretici. Los otros traductores so-
breentienden sunt, en tercera persona, y traducen el unde según HOPPE, p. 209: «¿por
qué los herejes son extraños y…?» Yo prefiero sobreentender el verbo en segunda
persona, conservando así el apóstrofe directo que se abrió en el párrafo 3.
248
Competisset. Los otros traductores vierten libremente, a mi entender: no hu-
biéramos logrado mantener; (n’aurions pu arriver à maintenir; non sarebbe stata pos-
sibile).
249
Literalmente: mediante sustracción, adición o transformación: detractione,
adiectione vel transmutatione. Estos son, según Tertuliano, los procedimientos escri-
turísticos de los herejes, aplicados unas veces a la materialidad de los textos, otras a
la exégesis.
250
Como dice REFOULÉ, 141 latina, nota 4, el pasaje es passablement obscur: Ex illis
sumus, antequam nihil aliter fuit quam sumus. El mismo Refoulé explica el sentido:
hay una correlación estricta entre Escrituras e iglesias, pues cada Escritura edifica su
iglesia. (Diríamos que a Escrituras A, corresponde iglesia A; a Escrituras B, iglesia B,
etc.). Pues bien: las iglesias (católicas), dice Tertuliano, son hoy (cuando Tertuliano es-
294 ESPERANZA ALCOVER
cribe) el correlato perfecto de las Escrituras; nada hay en su regula (cap. 37,1: regla de
fe, de culto y de vida entera) que contradiga a las Escrituras; y estas iglesias siempre
han sido como son hoy. En cambio vosotros, herejes, que necesitáis continuamente en-
mendar las Escrituras, ¿qué había antes que vosotros? Nada: sólo iglesias católicas.
Pues si sois iglesia B, buscaos unas Escrituras B, en vez de estropear las nuestras. Es
el mismo argumento de la praescriptio novitatis, expresado de otro modo.
251
Tertuliano sugiere, una vez más, que la herejía es obra del diablo, el envi-
dioso por excelencia, como acaba de decir en 34,5 y repetirá en 40,2 y 7. La misma
idea en Prax. 1,1 y en Iei. 16,7: diabolus divinorum aemulator: el diablo, emulador de
las cosas divinas.
252
Sensus expositione. Para REFOULÉ, 141, nota 6, expositio es aquí casi equiva-
lente a «exégesis». Lo mismo dice IRENEO (Adv. haer. III,12,12), referido a los herejes
en general: Scripturas quidem confitentur, interpretationes vero convertunt: cierta-
mente aceptan las Escrituras, pero cambian las interpretaciones.
253
Integro instrumento uti videtur.
254
Stilus, instrumento en forma de punzón que se usaba para escribir sobre ta-
blillas enceradas.
255
Haec sunt ingenia de spiritalibus nequitiae cum quibus luctatio est nobis, fra-
tres, merito contemplanda. Mi traducción se separa aquí de la francesa e italiana. RE-
FOULÉ traduce Ces hommmes-là procèdent des esprits de perversité, avec qui il nous faut
lutter, mes frères, et qu’il nous faut donc regarder en face, y avisa en nota que corrige
aquí la traducción de LABRIOLLE (avec qui il nous faut lutter, frères, et qu’il nous faut
donc étudier), por ser contradictoria con el pensamiento general de Tertuliano, según
el cual los cristianos no deben estudiar las herejías. MORESCHINI traduce: Questi sono
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 295
la hora de tratar cualquier tema. 7. Hasta me atrevo a decir que las Es-
crituras mismas también por voluntad de Dios han sido dispuestas así, de
modo que suministren materia a los herejes, puesto que leo que conviene
que haya herejías 259, las cuales no pueden darse sin las Escrituras.
es, sin seriedad, sin autoridad, sin disciplina; en una palabra: con-
gruente con su fe. 2. En primer lugar, no hay forma de saber quiénes
son los catecúmenos, quiénes los fieles: todos van juntos a todas partes,
escuchan las mismas prédicas, rezan las mismas oraciones; hasta los
paganos, si se les ocurriera ir; que éstos echarán lo santo a los perros y
a los puercos sus perlas. (Menos mal que son falsas) 270. 3. Quieren que
la sencillez consista en rebajar la disciplina, mientras llaman afectación
al cuidado que nosotros tenemos de ella. También dan la paz indistin-
tamente a todos. 4. Pues nada les importa (eso), a ellos que desarro-
llan (todos a la vez) sus doctrinas por muy opuestas que sean, con tal de
que haya acuerdo en destruir la única verdad. Todos se hinchan (como
pavos), todos prometen ciencia. La formación de los catecúmenos está
terminada antes de haber empezado. 5. Las mismas mujeres heréti-
cas, ¡qué descaradas! Se atreven a enseñar, a discutir, a hacer exorcis-
mos, a prometer curaciones, quizá hasta a bautizar 271. 6. Sus ordena-
ciones (sacerdotales) son temerarias, hechas a la ligera, inconstantes.
Ahora ponen neófitos, ahora personas atadas a la vida mundana, ahora
apóstatas nuestros, para sujetarlos con la vanagloria, ya que no pueden
con la verdad. 7. En ninguna parte se hace carrera con más facilidad
que en los campamentos de los rebeldes, donde el mismo estar allí ya es
hacer méritos. 8. Y así hoy es obispo uno, mañana otro; hoy es diáco-
no el que mañana es lector; hoy presbítero el que mañana laico. Pues
también a los laicos les imponen funciones sacerdotales.
cado, puesto que trata de la capacidad jurídica de los herejes para litigar sobre la po-
sesión de las Escrituras, aunque el litigio sea figurado. Gravitas, constantia, fides, son
los rasgos de carácter más apreciados por los romanos. Tertuliano va a mostrar que
los herejes no los poseen: ni gravitas (41,1: sine gravitate; traduzco «sin seriedad»), ni
constantia (41,6), ni fides (42,10). De las tres censuras, la peor es la primera; en el
mundo romano, decir que algo está desprovisto de gravitas, es hacerle un severo re-
proche.
270
Este reproche se dirige a los marcionitas. Mientras la Iglesia Católica había
establecido hacia el año 175 la institución del catecumenado, del que Tertuliano ha-
bla por extenso en Bapt. 35, las iglesias marcionitas habían preferido, parece, per-
manecer en la práctica antigua, lo cual contribuía a su difusión. Tenían los sacra-
mentos del bautismo, la confirmación y la eucaristía; fieles y catecúmenos rezaban
siempre juntos, como lo confirma JERÓNIMO (In Gal. III,6,6). Son datos de REFOULÉ,
p. 147 latina, nota 1, y de MORESCHINI, p. 167, nota 2.
271
Véase Bapt. 17,4-5. Según EPIFANIO (Haer. 42,3,4) los marcionitas autorizaban
a las mujeres a bautizar. Cuando se adhiera al montanismo, Tertuliano reconocerá
a las mujeres el derecho a profetizar, y a una mayor autonomía espiritual. (Véase RE-
FOULÉ, 147, nota 4; MORESCHINI, 167, nota 3.)
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 299
272
Accusationem et loqui non habent. Gelenio, Pamelio y Rigault sustituyen et
loqui por eloqui. Las traducciones consultadas varían, aunque el sentido altera poco.
Yo sigo a MORESCHINI.
273
Este párrafo es casi una repetición del párrafo 2; podría tratarse de un error
de los copistas o un descuido de Tertuliano. Aparece citado por el PSEUDO CIPRIANO
(Ad Novat. 13. Migne P. L. vol. III, columna 1214): qui in ruina facilius aedificatorum
stantium operantur, quam in structione iacentium ruinarum. (Citado por REFOULÉ,
148, nota 2).
274
Es difícil verter exactamente todo lo que dice el autor: sine matre, sine sede,
orbi fide, extorres quasi sibilati vagantur; orbi fide es literalmente «huérfanas de fe»,
puesto que no tienen «madre», es decir otra iglesia de la cual puedan descender, co-
mo ha dicho en 32,1 y ss.; pero fides es la fe que tiene uno, y la que los otros tienen
en él, o sea, «crédito» y, de ahí «protección»; extorres quasi sibilati vagantur está co-
rrompido en los códices; quasi sibilati es la conjetura de RAUSCHEN y DÖLGER, acepta-
da por el C Ch y por REFOULÉ (sifflés dans la rue) y MORESCHINI (come esposti ai fischi
di tutti); quasi sibilati sería literalmente «como silbados», «como arrojados a silbi-
dos». HOLMES lee sua in vilitate, con OEHLER (in their own essential worthlessness).
300 ESPERANZA ALCOVER
275
Muchos gnósticos cultivaban la astrología.
276
El alinear a los filósofos entre esta grey, nos parece que dice más en contra
de los pretendidos filósofos que Tertuliano veía pulular en Cartago, que de la verda-
dera filosofía.
277
Mon. 2,3: el espíritu enemigo aparece en la diversidad de la predicación, pri-
mo regulam adulterans fidei et ita ordinem adulterans disciplinae: adulterando prime-
ro la regla de fe, y adulterando luego el orden de la disciplina. (Cit. por REFOULÉ, 150,
nota 2).
278
Prov 1,7.
279
2 Cor 5,10.
280
Todo el pasaje, hasta el párrafo 12, es fuertemente irónico.
DE PRAESCRIPTIONE HAERETICORUM DE TERTULIANO 301
3. EPÍLOGO
13. Pero ahora hemos tratado en general de todas las herejías, que
deben ser apartadas de toda discusión sobre las Escrituras mediante
prescripciones 282 seguras, justas y necesarias. 14. Más adelante, si la
gracia de Dios me favorece, responderemos también a algunas en parti-
cular.
281
No sólo del espíritu, como creían Marción, Apeles y Valentín, según ha dicho
en 33,4.
282
Praescriptionibus.