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Avance Fe

Este documento describe diferentes advocaciones y manifestaciones de la Virgen María en el cristianismo y el catolicismo. Explica brevemente las advocaciones de Guadalupe, Suyapa, Lourdes, Fátima, la Medalla Milagrosa y la Rosa Mística, destacando sus orígenes históricos y las apariciones o mensajes recibidos en cada caso.

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Avance Fe

Este documento describe diferentes advocaciones y manifestaciones de la Virgen María en el cristianismo y el catolicismo. Explica brevemente las advocaciones de Guadalupe, Suyapa, Lourdes, Fátima, la Medalla Milagrosa y la Rosa Mística, destacando sus orígenes históricos y las apariciones o mensajes recibidos en cada caso.

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Advocaciones de la Virgen María

La advocación es una fiesta o celebración religiosa de una figura, que en algunos casos
ha asumido una organización (por ejemplo, parroquia u hospital) o que desempeña
un papel importante en una religión.
En términos generales las advocaciones tienen como fin servir de identificador de un
lugar, mensaje o característica específica a la hora de rezar o recordar alguien o algo
sagrado. Las advocaciones se asocian casi siempre con el cristianismo, y más
específicamente con el catolicismo
Canción maría mírame
María mírame, María mírame
si tu me miras Él también me mirará
Madre mía mírame, de la mano llévame
Muy cerca del ahí me quiero quedar

María, cúbreme con tu manto


que tengo miedo no se rezar
Que con tus ojos misericordiosos
Tendré la fuerza tendre la paz

María mírame...(coro)

María, consuelame de mis penas


Es que no puedo, onfenderle más
Que con us ojos misericordiosos
Quiero ir al cielo y verlos ya.

María mírame...(coro)

En tus brazos, quiero...

Descansar.

Guadalupe

Un sábado de 1531 a principios de diciembre, un indio llamado Juan Diego, iba


muy de madrugada del pueblo en que residía a la ciudad de México a asistir a sus
clases de catecismo y a oír la Santa Misa. Al llegar junto al cerro llamado Tepeyac
amanecía y escuchó una voz que lo llamaba por su nombre.

Él subió a la cumbre y vio a una Señora de sobrehumana belleza, cuyo vestido era
brillante como el sol, la cual con palabras muy amables y atentas le dijo: "Juanito:
el más pequeño de mis hijos, yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero
Dios, por quien se vive. Deseo vivamente que se me construya aquí un templo,
para en él mostrar y prodigar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos
los moradores de esta tierra y a todos los que me invoquen y en Mí confíen. Ve
donde el Señor Obispo y dile que deseo un templo en este llano. Anda y pon en
ello todo tu esfuerzo".

De regresó a su pueblo Juan Diego se encontró de nuevo con la Virgen María y le


explicó lo ocurrido. La Virgen le pidió que al día siguiente fuera nuevamente a
hablar con el obispo y le repitiera el mensaje. Esta vez el obispo, luego de oir a
Juan Diego le dijo que debía ir y decirle a la Señora que le diese alguna señal que
probara que era la Madre de Dios y que era su voluntad que se le construyera un
templo.

De regreso, Juan Diego halló a María y le narró los hechos. La Virgen le mandó
que volviese al día siguiente al mismo lugar pues allí le daría la señal. Al día
siguiente Juan Diego no pudo volver al cerro pues su tío Juan Bernardino estaba
muy enfermo. La madrugada del 12 de diciembre Juan Diego marchó a toda prisa
para conseguir un sacerdote a su tío pues se estaba muriendo. Al llegar al lugar
por donde debía encontrarse con la Señora prefirió tomar otro camino para
evitarla. De pronto María salió a su encuentro y le preguntó a dónde iba.

El indio avergonzado le explicó lo que ocurría. La Virgen dijo a Juan Diego que no
se preocupara, que su tío no moriría y que ya estaba sano. Entonces el indio le
pidió la señal que debía llevar al obispo. María le dijo que subiera a la cumbre del
cerro donde halló rosas de Castilla frescas y poniéndose la tilma, cortó cuantas
pudo y se las llevó al obispo.

Una vez ante Monseñor Zumarraga Juan Diego desplegó su manta, cayeron al
suelo las rosas y en la tilma estaba pintada con lo que hoy se conoce como la
imagen de la Virgen de Guadalupe. Viendo esto, el obispo llevó la imagen santa a
la Iglesia Mayor y edificó una ermita en el lugar que había señalado el indio.

Pio X la proclamó como "Patrona de toda la América Latina", Pio XI de todas las
"Américas", Pio XII la llamó "Emperatriz de las Américas" y Juan XXIII "La
Misionera Celeste del Nuevo Mundo" y "la Madre de las Américas".

La imagen de la Virgen de Guadalupe se venera en México con grandísima


devoción, y los milagros obtenidos por los que rezan a la Virgen de Guadalupe son
extraordinarios.

Suyapa
La diminuta imagen de Nuestra Señora de la Concepción de Suyapa
fue hallada un sábado del mes de febrero, por Alejandro Colindres,
un joven y humilde labrador y por un niño de ocho años llamado
Jorge Martínez, quienes regresaban a la aldea de Suyapa, cansados
de trabajar todo el día en la cosecha del maíz.

Ya llevaban la mitad de la jornada cuando les anocheció. Habían


llegado a la quebrada del Piligüín un buen lugar para pernoctar. Allí
se acostaron en el duro suelo. Enseguida Alejandro sintió que
un objeto, al parecer una piedra, le impedía acomodar la espalda. A
oscuras lo tomó del suelo y lo arrojó lejos.

Curiosamente al recostarse nuevamente sintió aquella molestia en el


mismo lugar y esta vez no lo tiró sino que, intrigado por lo
acontecido, lo guardó en su mochila. A
la luz del amanecer descubrió sorprendido que el misterioso objeto
era una pequeña imagen de Nuestra Señora tallada
en madera de cedro.

Lourdes
La historia de la Virgen de Lourdes comienza en 1858, cuando una joven llamada
Bernadette Soubirous vio una aparición de la Virgen María en una gruta cerca de la
ciudad de Lourdes.

Desde entonces, la gruta se ha convertido en un lugar sagrado y ha atraído a miles de


peregrinos cada año en busca de curación y consuelo.

Fatima

El año 1917 fue especial. Europa estaba en guerra. El domingo 13 de mayo, en un pueblo

escondido de la Serra do Aire en el centro de Portugal. Tres niños, Lucia dos Santos y sus

hermanos Francisco y Jacinta Marto, estaban jugando mientras cuidaban de un rebaño, en un

terreno del padre de Lucia.

Hacia el mediodía, después de asistir a misa como de costumbre, ven dos fenómenos luminosos,

como dos relámpagos y luego una hermosa Señora más resplandeciente que el sol

– «¿De dónde sois, Señora?»

– «Soy del Cielo».


Así empezó la primera conversación entre la Virgen y Lucia.

Esta, fue la primera aparición de la Virgen de Fátima

Medalla milagros
La Medalla Milagrosa también conocida como Medalla de Nuestra Señora de las Gracias,
es una medalla devocional cuyo diseño se basa en las apariciones de la Virgen María a santa
Catalina Labouré en París, Francia.1
Los cuerpos incorruptos de santa Catalina Labouré y santa Luisa de Marillac, cofundadora de
la Congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, se encuentran expuestos
en el interior de la capilla en la que sor Catalina experimentó las visiones, situada en la casa
madre de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, en la Rue du Bac,
en París, Francia,2 donde reciben visitas diarias de fieles y peregrinos.
De acuerdo con la doctrina de la Iglesia católica, el uso de sacramentales como la Medalla
Milagrosa, creada por el orfebre Adrien Vachette,3 prepara a los devotos para recibir la gracia
divina y los alienta a cooperar con ella.

Rosa mistica
el origen histórico del imponente fenómeno de oración y veneración hacia la
Santa Madre del Señor, invocada en el Santuario como “Rosa Mística – Madre
de la Iglesia”, está ciertamente vinculado de manera no secundaria a la
experiencia humana y espiritual de Pierina Gilli.
Los acontecimientos ocurridos durante la vida de Pierina y los numerosos
mensajes atestiguados en su DIARIO (editado por la Ed.
ARES de Milán en 2016) han sido objeto de una renovada fase de estudio por
parte de las autoridades diocesanas competentes y de la Congregación para la
Doctrina de la Fe, fase que, hasta la fecha, puede distinguirse en dos
momentos.

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