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Decidiendo Ser Los Íntimos de Dios Ar1

Este documento discute diferentes niveles de intimidad con Dios que las personas tenían durante el ministerio de Jesús. Algunas personas solo se acercaban a Jesús por beneficios materiales, mientras que los religiosos a menudo lo criticaban. Los discípulos tenían un nivel más alto de intimidad e incluso poder, aunque no todos alcanzaron la profunda comunión que Juan tenía con Jesús. El documento insta a los lectores a decidir acercarse a Dios con confianza para alcanzar la máxima intimidad, como Juan lo hizo.

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Andrea Bermúdez
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Decidiendo Ser Los Íntimos de Dios Ar1

Este documento discute diferentes niveles de intimidad con Dios que las personas tenían durante el ministerio de Jesús. Algunas personas solo se acercaban a Jesús por beneficios materiales, mientras que los religiosos a menudo lo criticaban. Los discípulos tenían un nivel más alto de intimidad e incluso poder, aunque no todos alcanzaron la profunda comunión que Juan tenía con Jesús. El documento insta a los lectores a decidir acercarse a Dios con confianza para alcanzar la máxima intimidad, como Juan lo hizo.

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DECIDIENDO SER LOS ÍNTIMOS DE DIOS

Las escrituras nos enseñan que el tiempo en que Jesús duró en la tierra, se relacionaba con distintos
tipos de personas, entre los cuales estaban los religiosos, los seguidores, y por otro lado una gran
multitud de personas cada uno con un nivel de intimidad diferente, Jesús se movía de un lado a
otro, pero no todos los que se le acercaron eran íntimos de él.
Por un lado, tenemos a la multitud, cabe resaltar que Jesús al predicar en publico siempre estaba
rodeado por cierta cantidad de personas, normalmente dicha multitud de personas solo se acercaban
a Él en busca de lo que él les podría dar, es decir, iban detrás de un beneficio y no por el interés de
entrar en una íntima relación con él. En otras palabras, esta multitud solo quería los panes y los
peces y luego de que su necesidad se saciara ellos volverían a su vida cotidiana.
Tenemos tambien a los religiosos quienes normalmente solían acercarse a Jesús en el momento en
que él enseñaba, predicaba u obraba milagros, estas personas eran los judíos conocidos como los
fariseos, estos normalmente parecían tener conocimiento y usaban el mismo para señalar y criticar a
Jesús, los religiosos suelen defenderse o usar como pretexto una “sabiduría espiritual”
Sin revelación, es decir, estas personas no conectan con la intimidad de Dios.
Ahora bien, hablemos de los seguidores, se dice que a Jesús le seguía una cantidad de personas, de
las cuales algunas fueron escogidas por Él para ser sus discípulos, los discípulos se diferenciaban
entre todos los que le seguías, pues ellos tenían una autoridad que se les había sido delegada por el
mismo Mesías, las cual les daba poder. (Es decir, tenían un poder que les permitía sanar enfermos,
libertar al cautivo, evangelizar, afirmar, e incluso hasta llegar a profetizar), pero entre todos los que
fueron escogidos como sus discípulos había quienes no intentaban entrar a las profundidades de una
íntima comunión con Jesús.
Entre los escogidos por Jesús como sus discípulos o seguidores, existía uno que era considerado
íntimo y amado por el señor, y si, este intimo discípulo a quien Jesús amaba era el Apóstol Juan
quien solía recostarse el pecho de su señor, y consultar sus planes.
JUAN 21:20 (RVC): AL VOLVERSE PEDRO, VIO QUE LOS SEGUÍA EL DISCÍPULO A
QUIEN JESÚS AMABA, EL MISMO QUE EN LA CENA SE HABÍA RECOSTADO AL LADO
DE ÉL, Y QUE LE HABÍA DICHO: -SEÑOR, ¿QUIÉN ES EL QUE TE ENTREGARÁ?
Todos estos discípulos podían llegar al mismo nivel de intimidad que tenía Juan con Jesús, pero
fueron ellos quienes decidieron establecer una relación con Dios muy diferente a la que ellos tenían.
Viendo todo esto, somos nosotros quienes decidimos a que nivel de intimidad queremos llegar con
nuestro padre, así mismo determinar cuál es la posición que mantenemos ante Cristo Jesús.
Dios anhela que seamos sus íntimos, él nos llama a que nos recostemos sobre su pecho, estamos
siendo llamados a ser los íntimos de Dios en una íntima relación y comunión con él. Para ello es
necesario conectar con lo sobrenatural, conducir nuestra alma a buscarle más en la profundidad de
sus misterios, alinearnos a su voluntad y hacer lo que a él le agrada, pues recordemos que quienes
se hacen llamar íntimos de Dios son quienes hacen lo que a su señor le agrada.
Para lograr una genuina intimidad con Dios es imprescindible acércanos a él confiadamente, pues
ahora todos podemos acércanos íntima y confiadamente a Jesús, tenemos libre acceso al trono de su
gracia y a la presencia de Dios, solo es necesario confesar con nuestros labios su nombre, y que
seamos permanentemente un altar de adoración, siendo así un sacrificio vivo.
HEBREOS 4:16 (BLPH): ACERQUÉMONOS, PUES, LLENOS DE CONFIANZA A ESE
TRONO DE GRACIA, SEGUROS DE ENCONTRAR LA MISERICORDIA Y EL FAVOR
DIVINO EN EL MOMENTO PRECISO.
Haciéndolo llegaríamos al nivel de intimidad que deseamos, permaneceríamos en una eterna
comunión con él, iríamos o vendríamos en Pos de su gracia y ejerceríamos la autoridad que él como
hijos nos ha delegado.
-Andrea Bermudez Estrada.

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