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Hora Santa Fin de Año

El documento es una oración de fin de año que incluye lecturas bíblicas y oraciones de perdón, acción de gracias y petición. Se pide perdón por las faltas cometidas durante el año, se agradece por las bendiciones recibidas y se le pide a Dios protección y serenidad para el próximo año.

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Hora Santa Fin de Año

El documento es una oración de fin de año que incluye lecturas bíblicas y oraciones de perdón, acción de gracias y petición. Se pide perdón por las faltas cometidas durante el año, se agradece por las bendiciones recibidas y se le pide a Dios protección y serenidad para el próximo año.

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Hora Santa Fin de Año

Canto: Cantemos al amor de los amores.


Oración inicial
Señor Jesús, tú que en la humildad del pesebre nos has mostrado el camino de la humanidad y
en tu Cruz nos has indicado la finalidad y el objeto de nuestra vida como donación y entrega.
Tú que en la oscuridad de la noche has brillado como como una luz y permaneces siempre
iluminando a pesar de los embates de quienes no quieren recibirte.
Tú que en familia has empezado a vivir y compartir nuestra historia para que nosotros
supiéramos cómo amar y cuál era nuestro papel en el mundo.
Atiende nuestra oración, Señor, en esta última hora santa del año, venimos a Ti con el corazón
dispuesto pero cansados de tantas luchas, venimos con el ansia de encontrar una respuesta a
nuestra historia y poder dar sentido al sufrimiento y al dolor que hemos experimentado en este
año de pandemia, cuando hemos visto partir a tantos seres queridos y cuando hemos tenido que
dar un giro a nuestras costumbres, a nuestros estudios y trabajos.
Tú sabes cuánto hemos vivido y cómo hemos tratado de salir adelante y acompañarnos unos a
otros en el dolor y en la enfermedad. El mundo nos gritó aislamiento, pero nuestras familias se
encontraron, el mundo nos hizo parar el ritmo normal, pero volvimos a la normalidad de
encontrar al otro más a menudo, de mirar su rostro y valorarlo, de preocuparnos más por
nuestros niños, jóvenes de seguir más de cerca su ritmo en la escuela.
No todo ha sido malo, Señor, porque de tu mano hemos podido valorar más la eucaristía, hemos
soñado con retornar a los templos y encontrar a los hermanos, hemos descubierto nuevamente el
valor de la familia y de estar juntos, hemos aprendido nuevas técnicas y metodologías, hemos
crecido, aunque nos haga falta el ritmo agitado del día a día que veníamos teniendo.
En esta hora santa queremos hablarte: pedirte perdón porque no siempre hemos caminado según
tu promesa, te daremos, gracias, porque sabemos que no nos dejas solos y te pediremos que nos
guardes en el año venidero y traigas serenidad al mundo que sufre.
Canto:

Primer momento. Oración de perdón


Lectura del libro de Ester
¡Señor, Señor, rey omnipotente! El mundo entero está sometido a tu poder. Cuando te propones
salvar a Israel, no hay quien pueda volverse contra ti. Porque tú creaste el cielo y la tierra y las
maravillas que existen bajo el cielo. Eres Señor de todo, y nadie puede oponerse a ti, Señor. Y
ahora, Señor, Dios y Rey, Dios de Abrahám, perdona a tu pueblo, porque nuestros enemigos
traman nuestra ruina. Desean destruir la heredad que es tuya desde siempre. No desprecies al
pueblo que rescataste para ti de la tierra de Egipto. Escucha mi oración y ten misericordia de tu
heredad; convierte nuestro duelo en alegría, para que, conservando la vida, alabemos tu nombre,
Señor. No cierres los labios de los que te alaban». Palabra de Dios
Padre, hoy, en tu presencia, nos entregamos humildemente en tus manos. Queremos rendirnos
incondicionalmente a Ti. Somos tus hijos en Jesucristo, nuestro Señor. Gracias, Padre, que
enviaste a Jesús como nuestro Salvador. Alabado seas porque aceptaste el sacrificio de Jesús en
la cruz y perdonaste nuestros pecados. Gracias, Padre, que podemos tener paz contigo por causa
de Jesús y de su Sangre derramada por nosotros.
Hoy queremos acoger ese perdón. Y por eso, arrepentidos, te rogamos que tu sangre generosa
venga sobre nosotros y sobre cada miembro de nuestras familias para purificarnos. En este
momento nos abrimos a la acción de tu Santo Espíritu. Ven Espíritu Santo, tu que eres luz, amor
divino y vida eterna.
A cada aclamación se responderá: Perdón, Señor, perdón.
 Perdón, Señor, por nuestra falta de compromiso y de amor con nuestros hermanos.
Perdón por no respetar las normas que buscaban proteger la vida de todos,
 Perdón, Señor, por las traiciones y las intrigas, por los chismes y las calumnias, por la
difamación y las palabras dichas a destiempo y que han dividido nuestras familias,
nuestra comunidad y a muchos han dañado.
 Perdón, Señor, por no haberte buscado en todo momento y no serte fiel en la oración ni
en la eucaristía, por haberte remplazado en tantas cosas que no valían la pena y por no
haberte reconocido y amado como deberíamos, por no haberte buscado lo suficiente.
 Perdón, Señor, por no haber valorado nuestras familias y haber destruido los vínculos del
amor y la unidad y por no haber descubierto que tenías bendiciones guardadas para
nosotros en el seno de nuestras familias, en este tiempo de pandemia.
 Perdón, Señor, por pensar que no era necesario amar lo suficiente, por no ser generosos y
por habernos reservado tantos dones que habías puesto en nuestras manos para el bien de
la comunidad.
 Perdón, Señor, por haber perdido tanto tiempo en cosas inútiles y haber olvidado el valor
de lo que era importante, por no mirar a los ojos al hermano, por no ayudar lo suficiente,
por desesperarnos tanto.
 Perdón, Señor, por habernos creído inmunes a todo y no cuidarnos ni cuidar a nuestros
hermanos cuando debimos hacerlo.
 Perdón, Señor, por haber hecho las cosas a nuestro modo y no según tu voluntad, por no
haber trabajado pastoralmente en comunión y por no ser fieles a las directrices de la
Iglesia.
Canto:
Segundo momento. Oración de acción de gracias.
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los corintios
Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús, nuestro Señor, Padre lleno de ternura, Dios del que
viene todo consuelo. Él nos conforta en toda prueba, para que también nosotros seamos capaces
de confortar a los que están en cualquier dificultad, mediante el mismo consuelo que recibimos
de Dios.
Pues en la misma medida en que los sufrimientos de Cristo recaen abundantemente sobre
nosotros, el consuelo de Cristo también nos llega con mayor abundancia. Estas pruebas nuestras
son para consuelo y salvación de ustedes, y de igual modo nuestro consuelo será consuelo para
ustedes cuando tengan que soportar los mismos sufrimientos que ahora padecemos nosotros. Si
ustedes comparten nuestros sufrimientos, también compartirán nuestro consuelo; se lo decimos
y lo esperamos con mucha firmeza.
Hermanos, deseamos que conozcan algo de lo que nos tocó padecer en Asia. Realmente fue tan
grande el peso de esa prueba que ya habíamos perdido toda esperanza de salir con
vida. Sentimos en nosotros una sentencia de muerte, pero eso fue sólo para que no confiáramos
en nosotros mismos, sino en Dios, que resucita a los muertos. Él nos libró de ese peligro de
muerte tan grande, y nos seguirá protegiendo. En él hemos puesto nuestra esperanza y seguirá
amparándonos, siempre que ustedes nos ayuden con sus oraciones. Si son muchos los que piden
por nosotros, serán también muchos los que darán gracias a Dios cuando nos toque recibir.
Palabra de Dios.

Gracias Padre, por todo cuanto nos diste en el año que termina. Gracias por los días de sol y los
nublados tristes; por las tardes tranquilas y las noches oscuras. Gracias por la salud y la
enfermedad por las penas y las alegrías. Gracias por todo cuanto me prestaste y luego me
pediste. Gracias Señor por la sonrisa amable y por la mano amiga, por el amor y por todo lo
hermoso y por todo lo dulce. Por las flores y las estrellas, por la existencia de los niños y de las
almas buenas. Gracias por la soledad, por el trabajo por las inquietudes, las dificultades y las
lágrimas. Por todo lo que me acercó a ti, gracias por haberme conservado la vida y por haberme
dado techo, abrigo y sustento...
A cada aclamación se responderá: Te damos gracias, Señor
 Gracias, Padre Santo por el maravilloso regalo de la vida y permitirnos compartirla con
tantas personas durante el año que termina
 Gracias, Señor, por llamarnos a la Iglesia y regalarnos una comunidad, una parroquia y
una diócesis donde nos podamos sentir amados y acogidos.
 Gracias, Señor por los dones que has derramado en nuestra existencia y por permitirnos
compartirlos con los demás.
 Gracias, Padre, por tu amor y tu misericordia que se han manifestado en cada regalo. No
todos los hemos entendido, pero te agradecemos por no abandonarnos en los momentos
de dolor y de oscuridad.
 Gracias, Padre santo, por nuestra parroquia, por las personas que se preocupan por
acompañarnos en la fe: El Obispo, los sacerdotes y diáconos, los ministros laicos, los
catequistas, los jóvenes y niños.
 Gracias, Señor, por cada uno de los que han aportado su granito de arena para nuestra
parroquia, por quienes nos ayudan con el sostenimiento de nuestras obras, por quienes se
preocupan por los pobres y los enfermos.
Canto:
Tercer momento. Oración de petición.
Lectura de la carta de Santiago.
Hermanos, considérense afortunados cuando les toca soportar toda clase de pruebas. Esta puesta
a prueba de la fe desarrolla la capacidad de soportar, y la capacidad de soportar debe llegar a ser
perfecta, si queremos ser perfectos, completos, sin que nos falte nada.
Si alguno de ustedes ve que le falta sabiduría, que se la pida a Dios, pues da con agrado a todos
sin hacerse rogar. Él se la dará. Pero hay que pedir con fe, sin vacilar, porque el que vacila se
parece a las olas del mar que están a merced del viento. Esa gente no puede esperar nada del
Señor, son personas divididas y toda su existencia será inestable.
El hermano de condición humilde debe alegrase cuando su situación mejora, y el rico, cuando
se ve rebajado, porque pasará como la flor del campo. Se levanta el sol y empieza el calor, seca
la hierba y marchita la flor, y pierde toda su gracia. Así también el rico verá decaer sus
proyectos.
Feliz el hombre que soporta pacientemente la prueba, porque, después de probado, recibirá la
corona de vida que el Señor prometió a los que lo aman.
Que nadie diga en el momento de la prueba: «Dios me manda la prueba.» Porque Dios está a
salvo de todo mal y tampoco manda pruebas a ninguno. Cada uno es tentado por su propio
deseo, que lo arrastra y lo seduce; el deseo concibe y da a luz al pecado; el pecado crece y, al
final, engendra la muerte.
Hermanos muy queridos, no se equivoquen: son las cosas buenas y los dones perfectos los que
proceden de lo alto y descienden del Padre que es luz; allí no retornan las noches ni pasan las
sombras. Muy libremente nos dio vida y nos hizo hijos suyos mediante la palabra de la verdad,
para que fuéramos la flor de su creación. Palabra de Dios.

¿Qué me traerá el año que empieza?


Lo que Tú quieras Señor.
Pero te pido FE para mirarte en todo, ESPERANZA para no desfallecer y CARIDAD para
amarte cada día más y para hacerte amar.
Derrama en mí la salud física y espiritual que requiero para amar como tú me enseñaste.
Dame paciencia y humildad, desprendimiento y generosidad.
Dame, Señor, lo que Tú sabes que me conviene y yo no sé pedir.
Que tenga el corazón alerta, el oído atento, las manos y la mente activas y que me halle siempre
dispuesto
a hacer tu Santa Voluntad.
Provee a mi país de riqueza en amor, solidaridad y pureza de palabra.
Acrecienta en mí el amor por mis hermanos, abre mi corazón a los más necesitados.
Aparta de mi la frivolidad, la falta de compromiso, la indiferencia.
A cada aclamación se responderá: Oh Señor, escucha nuestra oración
 Padre bueno, te pedimos que este año nuevo, que estamos por comenzar, traiga paz y
bienestar para nuestros hogares y nuestra comunidad cristiana, nos haga experimentar
siempre tu bondad y tu misericordia.
 Padre bondadoso, te encomendamos el año 2021 en nuestra Iglesia. Bendice la labor de
todos sus miembros para que, en este año pensemos en la parroquia, comunidad de
comunidades, y seamos obreros fieles en esta porción de la Iglesia peregrina.
 Padre del amor, no venimos a pedirte dinero ni cosas materiales, queremos
encomendarnos para que seas tú quien nos guíe y nos acompañe durante el próximo año y
nos permitas ver la luz al final del túnel de este virus que nos ha afectado.
 Señor de la historia, has que este año nuevo vivamos según tu voluntad y que cada fruto
recogido sea siempre una muestra de nuestro caminar y de nuestro deseo de ser mejores
cristianos.
 Regala, Señor, la paz y la tranquilidad a nuestras comunidades, permite que nuestra
parroquia no se vea sumergida en la división y regálanos el don de la unidad.
 Da fortaleza a todos los que han visto partir a sus seres queridos a causa del Covid 19 o
por cualquier otro motivo, acompaña a los que se sienten solos y abandonados y no
olvides nunca a los enfermos y ancianos de nuestras comunidades, Señor.
Canto:
ORACIÓN PARA DESPEDIR EL AÑO 2021
Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. Al
terminar este año quiero darte gracias por todo aquello que recibo de ti.
Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue
posible y por lo que no pudo ser. Te ofrecemos cuanto hicimos en este año, el trabajo que pudimos
realizar, las cosas que pasaron por nuestras manos y lo que con ellas pudimos construir.
Te presentamos a las personas que a lo largo de estos meses quisimos, las amistades nuevas y los
antiguos que conocimos, los más cercanos a nosotros y los que estén más lejos, los que nos dieron su
mano y aquellos a los que pudimos ayudar, con los que compartimos la vida, el trabajo, el dolor y la
alegría.
Pero también, Señor, hoy queremos pedirte perdón, perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal
gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado. Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal
hecho, y perdón por vivir sin entusiasmo. También por la oración que poco a poco se fue aplazando y
que hasta ahora venimos a presentarte. Por todos los olvidos, descuidos y silencios, nuevamente te
pedimos perdón.
A pocos minutos de iniciar un nuevo año, detenemos nuestra vida ante el nuevo calendario aún sin
estrenar y te presentamos estos días que sólo tú sabes cómo se desarrollarán. Hoy te pedimos para
nosotros y los nuestros la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría, la
humildad y el amor, la riqueza y comprensión. Queremos vivir cada día del año que comienza con
optimismo y bondad llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz.
Cierra nuestros oídos a toda falsedad y nuestros labios a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o
hirientes. Abre en cambio nuestro ser a todo lo que es bueno, que nuestro interior y nuestro espíritu se
llene sólo de bendiciones y las derrame a nuestro paso. Amén.
Canto:

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