Sex">
[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (0 votos)
77 vistas7 páginas

Fundamentos para La Poda de Frutales 2022

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1/ 7

FUNDAMENTOS PARA LA PODA DE FRUTALES

Gabino Reginato
Universidad de Chile

La poda es una de las labores fundamentales durante toda la vida del huerto; cuando el árbol
es joven el objetivo de esta labor es establecer el sistema de conducción o formación
(training) que impone el diseño del huerto, de acuerdo a como fue proyectado.
Posteriormente, cuando el árbol es adulto, la orientación de la poda es básicamente a
mantener la producción de fruta de alta calidad (pruning).

Para lograr estos objetivos, la poda, en términos generales, estimula el crecimiento (growth)
selectivamente; elimina aquellas partes indeseadas y privilegia las mejores partes del árbol,
removiendo madera débil o muy vigorosa, y seleccionando madera frutal con buena relación
hoja-fruto. De esta manera, se renueva la madera frutal, eliminando madera envejecida, lo
que aumenta la vida útil del árbol.

Tipos de poda

La poda, durante la vida del huerto, toma diferentes nombres, de acuerdo a lo que requiere el
árbol en las diferentes etapas de su vida. Sin embargo, en cualquiera de ellas encontramos
elementos compartidos, es decir, una poda de producción debe tener en cuenta elementos de
la poda de formación, así como de la de renovación.

Con la poda de formación se busca lograr el tamaño y la forma deseada para los árboles, de
acuerdo a lo que fue proyectado en el diseño del huerto, acorde a la densidad (density),
distancia de plantación, especie, variedad, suelo y clima, etc. En general, en sistemas de copa
discontinua, como los huertos que tienen “calles” libres, se pretende lograr una alta
interceptación de radiación (70-80% de la radiación PAR incidente como promedio del día),
con árboles con copas bien iluminadas. A diferencia de los anteriores, en sistemas de copa
continua, como los parrones, se alcanzan porcentajes de interceptación de hasta el 100% de
la PAR, aunque del punto de vista de la calidad de fruta se mantienen con menos del 100%.

La poda de producción busca regularizar la producción anual, regulando la cantidad de los


frutos y con ello su calidad (tamaño, color). A mayor producción, menor tamaño de frutos.
En este sentido, la poda es la primera, y a veces la única, acción de raleo de frutos (fruit
thinning). A pesar que la orientación principal es la producción, nunca se abandonan los
aspectos de formación, pues también se mantiene la estructura del árbol como fue diseñada.

La poda de renovación o rejuvenecimiento se realiza cuando la planta ha disminuido su


productividad debido al paso del tiempo, encontrándose con gran parte de su copa con madera
envejecida. También, a veces, es necesario recuperar partes perdidas del árbol, lo que ocurre
por diferentes causas, durante la vida del huerto. Este tipo de poda es comúnmente practicada
en frutales de hoja persistente, y no tanto en frutales de hoja caduca.

Época de poda

Aunque no existe una época concreta para podar, pudiendo variar con el objetivo de la poda,
la especie y la variedad, en los árboles de hoja caduca se realiza, generalmente, en invierno,
cuando las plantas cesan su actividad y se encuentran sin hojas, lo que facilita la labor. Las
podas invernales generan una mayor rebrotación, por lo que se consideran vigorizantes; las
podas de primavera y verano, cuando ya parte del desarrollo se ha efectuado, se consideran
desvigorizantes.

La poda de árboles de hoja caduca se termina generalmente antes de la brotación, cuando ya


se empiezan a movilizar las reservas; una excepción es cuando se quiere controlar el
crecimiento vegetativo, prefiriéndose, en estos casos, realizarla una vez ocurrido parte del
crecimiento de primavera y, si bien se produce rebrotación, ésta será cada vez más reducida
al atrasar la fecha de poda. Por la misma razón, si se poda en verano, con las hojas aún
presentes, se acumularán menos reservas en el tronco, ramas y raíces, con lo que el
crecimiento de la temporada próxima se podría reducir. Es por ello que las podas de verano
se consideran desvigorizantes, a diferencia de la poda invernal que se considera vigorizante,
pues concentra las reservas en un menor número de puntos de crecimiento. Ya entrado el
otoño, con menos hojas presentes y con gran parte de las reservas acumuladas, la poda tendrá
mucho menor efecto sobre el crecimiento, similar al caso de la poda en invierno.

Tipos de corte y cuidados generales

Los cortes deben hacerse con la mayor limpieza posible, sin astillar las ramas, usando
herramientas adecuadas, limpias y bien afiladas; las herramientas más utilizadas son tijeras,
para los cortes delgados, y tijerones y serruchos para cortes gruesos. En general, en los
diferentes sistemas, se eliminan crecimientos que van hacia el interior de la planta, para
favorecer el ingreso de la luz, y crecimientos bajos que producirán fruta en contacto con el
suelo.

Al remover ramas grandes se deben cortar “pegadas” al tronco o a la rama de la cual nace,
pero nunca a ras, debiendo respetarse el anillo engrosado que se aprecia en la unión de la
rama y el tronco, pues a partir de él se desarrollará la corteza que sellará la herida. Una
excepción es podar dejando un tocón, o cortes “sucios”; en cerezos se usa para evitar el
ingreso del cáncer bacterial al tronco (Pseudomonas syringae), pues la bacteria sólo alcanza
a afectar al tocón; en manzanos, cuando se usa el sistema Tall spindle, el tocón se deja para
renovar la rama en el mismo lugar, a partir del rebrote que ocurre producto del corte.

Los cortes de ramas gruesas estarán más expuestos a la entrada de patógenos; en Chile,
durante el invierno, el clima es favorable para el desarrollo de hongos de la madera,
principalmente del plateado (Chondrostereum purpureum), por lo que se recurre a pintar los
cortes de poda con pintura que contienen fungicidas, convirtiéndose en una barrera
principalmente química, la cual impide el desarrollo del hongo; normalmente poseen un color
distintivo, para permitir el control de la labor, de manera de evitar que queden cortes sin
cubrir.

Al podar, hay que tener presente cómo reaccionará el árbol a este estímulo. Al podar muy
“fuerte”, o sea poda severa o intensa, las reservas se concentrarán en pocos puntos de
crecimiento y el árbol tenderá a aumentar el crecimiento vegetativo en esos puntos, formando
chupones (si nacen bajo la tierra se denominan sierpes); por lo mismo tendrá muy poco
crecimiento reproductivo. Por el contrario, si se poda muy poco, o poda “suave”, las reservas
se distribuyen en muchos puntos y el crecimiento será poco vigoroso, aumentando la
tendencia a producir flores. Así, el despunte, si bien se hace para regular el crecimiento y
favorecer el número de brotes laterales, estimula el crecimiento vegetativo y reduce o atrasa
el desarrollo reproductivo. No obstante lo anterior, y aunque la poda fuerte sea vigorizante,
siempre la poda será “enanizante”, en el sentido que la biomasa total acumulada en los
árboles podados “fuerte” será menor a la biomasa de los árboles podados “suave”, siempre y
cuando a ambos árboles se les deje el mismo número de frutos; sólo así esta última
aseveración es válida, lo que se observa fácilmente en árboles ornamentales. Lo anterior se
explica porque debe tenerse en cuenta que en los árboles frutales el árbol podado suave
aumentará la formación de flores, y la fruta generada también es biomasa, pero colocada en
la fruta, con lo cual se traducirá en menor biomasa colocada en la estructura del árbol, pues
gran parte habrá sido removida como fruta, mostrando un enanizamiento mayor aquel árbol
al cual no se le dejó cargar fruta por efecto de la poda severa.

Un complemento a la poda, que también ayuda a manejar el vigor de la planta, especialmente


en aquellas especies o variedades muy vigorosas, es la inclinación de las ramas; con esto
aumenta la brotación de yemas laterales, con lo que se genera mayor número de crecimientos
moderados, equilibrados en términos vegetativo-reproductivo. Esta labor se realiza para que
la planta entre tempranamente en producción y produzca una mayor y mejor calidad de fruta.

Desde el punto de vista del tipo de corte, se pueden distinguir “despuntes” y “rebajes”; el
primero se refiere a cortar un brote, eliminando la punta en diferente proporción; el segundo
se refiere a cortar una parte distal de una rama, la que se “desvía” a una rama inferior.
También podemos distinguir las diferentes formas en que puede ser intervenida una
determinada rama, por ejemplo, para aumentar la entrada de luz, la rama podría ser
“recortada”, con cortes de despunte o rebaje, o definitivamente eliminada, es decir, recurrir
a un “raleo” o “entresaque” de ramas completas.

Poda de formación

Los objetivos fundamentales de la poda de formación son:


• Alcanzar tempranamente una alta interceptación de radiación solar por parte del huerto;
70 a 80% de la radiación incidente, lo que significa que una alta proporción del día el
suelo se encuentra cubierto con sombra;
• Controlar la forma y el tamaño del árbol, manteniendo el sistema de formación que se
planificó al momento de diseñar el huerto, y
• Regular la capacidad productiva, para evitar el envejecimiento temprano de los árboles,
lo que podría comprometer el desarrollo y no alcanzar la interceptación objetivo.

Hábito de crecimiento

A los árboles frutales se les forma aprovechando su forma natural de crecer, o hábito de
crecimiento. El hábito de los árboles depende de la especie y la variedad, y posee varias
características. La primera de ellas se refiere a la forma natural, o estructura, que presenta el
árbol, siendo ésta, en sus extremos: erecto, donde el árbol tiende a crecer verticalmente, como
un álamo; lo opuesto es abierto, donde la estructura natural del árbol será un tronco con varios
brazos, con una forma natural de vaso abierto, como un damasco.

Segundo, muy asociado a lo anterior, es cuáles ramas tienden a dominar el crecimiento; si las
ramas basales tienden a ser las más fuertes del árbol, se habla de basitonía, en cambio, si el
mayor crecimiento lo logran las ramas superiores del árbol, el crecimiento posee una marcada
acrotonía. Dependiendo del sistema de formación, especie o variedad, la poda favorece, o
reduce o controla, estas características.

Otra característica del hábito de crecimiento que tienen las diferentes especies o variedades
se refiere al tipo de crecimiento natural de las ramificaciones, en sus extremos son: dardífero
o tipo spur, que muestra pocas ramillas laterales, quedando las yemas reproductivas sobre
brotes muy cortos, de unos pocos centímetros (dardos = spur). Lo contrario es que los brotes
laterales sean ramillas (twigs) de largo variado, y muy pocos dardos, como en duraznero.

Sistemas de formación (training system)

Existen numerosos sistemas de formación o conducción, dado que responden a necesidades


específicas de los lugares donde han sido creados, sin embargo, todos ellos comparten los
objetivos de la poda mencionados más arriba. A continuación se describen someramente
algunos de ellos.
• Vaso o copa: busca un centro abierto; del tronco salen tres o cuatro brazos principales
y en cada uno de ellos se insertan las ramas laterales; es muy antiguo y todavía usado
en Chile. Dependiendo del tipo de copa, esta puede ser de diferente grado de abertura o
altura de la planta.
• Vaso retardado: pretende lograr, en general, una copa más baja que la anterior,
aprovechando el crecimiento natural del árbol. Para ello, se deja un eje central con tres
o cuatro ramas madres en el primer piso, con la idea de que se abran por la presencia
dominante del eje, que se mantiene por 3 ó 4 años; finalmente, el eje central se elimina,
cuando éste se debilita.
• Ípsilon: Y paralela o Y perpendicular. Estructura libre, sin estructura, de dos brazos en
forma de Y, los que, con ayuda de soportes, son mantenidos en su lugar durante la
formación. Se eliminan los brotes que salen hacia el interior de la Y; las ramillas de la
parte alta deben ser más cortas que las de la parte basal. La Y paralela se forma paralela
a la hilera, en cambio la Y perpendicular se forma perpendicular a la hilera, con lo que
se obtiene una mayor densidad de plantación.
• Eje modificado: corresponde a un eje central por algunos años (3-5), que después se
rebaja a una rama formando una copa.
• Eje central: presenta un eje central con tres o cuatro pisos de alrededor de cinco ramas
cada uno. El diámetro de cada piso es decreciente desde la base hasta el ápice. Tanto el
tronco como las ramas laterales son permanentes, conservan invariable su número y
longitud toda la vida del árbol. La formación del esqueleto exige despuntes drásticos
del eje y ramas.
• Spindlebush (husito arbustivo): sistema piramidal enano, usado por mucho tiempo en
plantaciones de alta densidad de manzano y peral. El eje central es rebajado cada año a
una lateral semierecta de poco vigor y las ramas laterales se mantienen cercanas a la
horizontal, distribuidas en espiral a lo largo del tronco que suele estar sujeto a un poste
o alambre.
• Fusetto (husito): formación piramidal libre, parecida al eje central, pero delgada, con
árboles plantados a alta densidad; es un eje central del cual salen ramas en forma
helicoidal, espaciadas a unos 30 cm entre ellas, con lo cual se logra una buena entrada
de luz. Permite mecanizar manejos como la poda y la cosecha. Las ramas se reemplazan
completamente.
• Tall Spindle: similar al anterior, usado en manzanas. Formación piramidal libre,
parecida al eje central, pero delgada, con árboles en alta densidad; es un eje central del
cual salen ramas libremente, temporales, que se eliminan en la medida que exceden el
vigor o superan el espacio asignado a la rama.
• Bandera: utilizado en huertos de mediana-alta densidad. El árbol se planta en 45º con
respecto al suelo; se requieren alambres para el soporte de las ramas y tronco.
• Tatura trellis: utilizado para plantaciones de alta densidad, se parece a la Y
perpendicular, pero se establece en una estructura de postes y alambres.
• Palmeta regular: Esqueleto formado por el tronco y por dos brazos opuestos en la
dirección de la hilera. Los brazos forman un ángulo de 45º con el eje. Cada rama tiene
pisos regulares.
• Palmeta irregular o libre: Los pisos no son simétricos en la dirección de la hilera, ni
separados a distancias determinadas. Se mantienen todas las ramas insertas en la
dirección de las filas, salvo las que impiden la iluminación de las partes bajas.
• Solaxe: eje con ramas que son obligadas a colgar; el árbol alcanza una altura de 2,8 a 3
metros; las ramas se mantienen sin crecimientos dorsales.

Ejercicio: Buscar imágenes que den cuenta de diferentes sistemas de conducción en


especies frutales

Poda de producción

Los árboles, en su estado natural, a medida que crecen van acumulando madera improductiva
y la producción se aleja del tronco; por lo mismo, las ramas se inclinan por el peso de la fruta,
y nacen nuevas ramas que ocupan el espacio de las ya inclinadas; esto lleva a que las primeras
mueran debido a la falta de luz, al embosquecerse la copa, o por efecto de enfermedades.
Desde el punto de vista de manejo, la poda de producción es la eliminación mecánica de
ramas, y se realiza con los objetivos de: mantener el equilibrio entre el crecimiento vegetativo
y la producción de fruta, de manera de producir fruta uniforme y de calidad; promover la
renovación anual de madera frutal, y mantener la forma y estructura del árbol. Para lograr
estos objetivos, los objetivos específicos de la poda de producción pueden definirse como:
• Reducir la capacidad productiva, pues es la primera acción de regulación de carga frutal.
• Mejorar la entrada de luz a todos los sectores del árbol, para lograr una buena calidad y
uniformidad de la madera frutal, y de la fruta, minimizando zonas improductivas.
• Eliminar ramas quebradas o enfermas, para que no proliferen plagas o enfermedades ya
existentes, ni que puedan ingresar otras nuevas.
• Facilitar el manejo de las labores manuales, como poda, raleo y cosecha
• Facilitar el manejo de otras labores, como favorecer la eficiencia de agroquímicos y así
disminuir costos y contaminación.

Hábito de fructificación

Dado que el objetivo central es la producción de fruta, previo a ejercer cualquier acción de
poda resulta fundamental conocer la posición y calidad de la madera frutal dentro del árbol;
esta característica depende de la especie y variedad de que se trate, por lo que se requiere de
la observación previa en el caso de enfrentar una nueva situación.

Entonces, el hábito de fructificación se refiere al tipo de yemas que portan las flores y dónde
se encuentra la mejor madera frutal, criterios que se aprovechan para la selección de la
madera que se dejará en la poda.

Respecto a esto, todas las yemas florales se forman en la temporada anterior, pero estas flores
se pueden encontrar en madera de diferente edad, naciendo el concepto de edad de la madera,
que corresponde al periodo que una rama permanece produciendo flores de buena calidad,
con yemas que se forman todos los años en ese trozo de rama. Así, la madera “del año”
corresponde a yemas que dan origen a un brote que induce flores, mientras crece en la misma
temporada, como los higos, rosas o la tercera cohorte de floración en granados. La madera
de un año corresponde a una ramilla del año anterior, de la cual emergen flores preformadas
(durazneros) o brotes que portan flores preformadas o inducidas (kiwis, vides, nogales);
madera productiva de hasta 8 años significa que la madera que nació hace 8 años continuó
formando flores hasta esa edad.

Otro aspecto en relación al hábito de fructificación dice relación con la posición de las yemas
en formación (inducción floral) para la temporada siguiente, respecto de la posición de la
fruta en crecimiento. En los dardos de manzanas y peras, los frutos se localizan en forma
distal respecto de las yemas en formación, lo que genera mayor inhibición sobre esa yema,
presentando mayor tendencia al añerismo o vecería (biennial bearing). Por el contrario, en
los dardos de los frutales de carozo, las yemas en formación están en una posición distal
respecto de la fruta, no generándose inhibición sobre las yemas en formación; en este caso el
añerismo sólo se presenta por falta de productos de fotosíntesis para mantener los dos
procesos operando simultáneamente en forma normal.
Tipos de yemas

Desde el punto de vista de la condición de las yemas, vegetativa o reproductiva, estas pueden
ser vegetativas, cuando dan origen sólo a brotes; florales, cuando sólo generan flores (frutos
de carozo, arándanos), o mixtas o compuestas, cuando dan origen a hojas y flores (vid, kiwi,
pomáceas, nogal).

También pueden clasificarse según su sexo, encontrándose flores masculinas, femeninas y


hermafroditas. Las flores hermafroditas poseen los dos sexos en la misma flor, en cambio,
las masculinas y femeninas sólo poseen un sexo; en especies como el nogal o el avellano los
dos sexos se encuentran separados (diclino) en la misma planta (monoico), en cambio, en el
kiwi o el pistacho los sexos están en plantas separadas, o sea, hay plantas macho y plantas
hembra (dioico).

Al aludir si la flor es solitaria o una inflorescencia con varias flores, las yemas florales pueden
ser solitarias o múltiples. Yemas florales solitarias posee el durazno, damasco, membrillero
o el almendro, en cambio, múltiples poseen el arándano, los ciruelos, el cerezo, el manzano,
la vid, etc.

Ejercicio: Buscar imágenes que den cuenta del hábito de fructificación de las diferentes
especies frutales

Competencia entre órganos y efectos de la poda

El árbol posee numerosos puntos de crecimiento, tanto florales como vegetativos, y en


muchos casos éstos presentan una “competencia” entre ellos, que se manifiesta como menor
o mayor crecimiento vegetativo o formación de frutos y flores. Por ejemplo, si una ramilla
presenta exceso de carga frutal se generará un suministro de carbohidratos insuficiente para
la demanda existente, y los frutos “más débiles”, que crecen a una tasa menor, caerán y, si
muchos frutos aún persisten, los remanentes lograrán un tamaño menor a su potencial, pues
no contarán con todos los carbohidratos necesarios para expresar su máximo tamaño. Por el
contrario, cuando el árbol tiene un crecimiento vegetativo muy vigoroso (“fuerte”), y hay una
carga frutal baja, se puede producir un aborto de frutos en crecimiento, favoreciendo aún más
el crecimiento de los brotes vegetativos.

También podría gustarte