INDICE
LO QUE SE ENTIENDE POR TROTSKYSMO
LENINISMO Y TROTSKYSMO 3
TROTSKY ¥ LA REVOLUCION RUSA 12
II. DOCUMENTOS BASICOS DEL TROTSKYSMO 14
III. LA REVOLUCION PERMANENTE Y LOS MOVIMIENTOS
NACIONALISTAS 54
IV.DE LA OPOSICION DE IZQUIERDA A LA CUARTA INTERNACIONAL 68
V. CAMPAÑA ANTITROTSKYSTA 87
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
I. LO QUE SE ENTIENDE POR TROTSKYSMO
LENINISMO Y TROTSKYSMO
León Trotsky (Lev Davidovich Bronstein, 1879-19401), de igual manera que Lenin, no
pretendió en momento alguno desarrollar una teoría particular extraña al marxismo,
se consideraba a sí mismo un marxista ortodoxo, pero como todo revolucionario que
utiliza el método del materialismo histórico para el conocimiento y transformación de
la sociedad capitalista, en determinado momento de su desarrollo, hizo aportaciones
a dicha doctrina y éstas pueden resumirse en la sistematización de la teoría de la
revolución permanente, en la elaboración del Programa de Transición, para esta etapa
de convulsivo nacimiento de la nueva sociedad, y en el análisis y lucha contra la
degeneración burocrática del Estado obrero largamente aislado. Hay que subrayar que
una de las grandes contribuciones de Trotsky constituye la organización de la Cuarta
Internacional, síntesis de sus ideas y de toda la experiencia revolucionaria mundial. De
igual manera que de Marx y Engels, se puede decir que Trotsky merecerá ingresar a
la historia por haber puesto en pie la IV Internacional, aunque no hubiese escrito una
sola línea sobre problemas políticos y teóricos. Tenemos presente que Trotsky, como
todo gran revolucionario, sintetizaba en su persona la teoría y la práctica, aunque
comprendía perfectamente, como lo expresó varias veces, que el verdadero forjador
del Partido y de la actividad revolucionaria es el teórico.
Merece punto especial la enunciación que hizo Trotsky de la ”ley del desarrollo
combinado” (ver particularmente la ”Historia de la revolución rusa” de Trotsky y puede
leerse con provecho el ensayo de Warde sobre ”El desarrollo desigual y combinado de
la historia”, (hay una edición de ”Masas” y también se incluye en el N°8 de (Temas
sociales. La Paz, junio 1971). El marxismo, incluyendo el de los tiempos de los clásicos
Marx y Engels, conoció la ley del desarrollo desigual (distinto ritmo de desenvolvimiento
de los diferentes países y continentes entre sí) como la más general de la historia de
la humanidad y fue retomada y profundizada por Lenin. El estudio de la actuación de
esta ley en los países atrasados se debe a Trotsky, que le dio el nombre y la enunció
como ley del desarrollo combinado. Se puede decir que se trata de dos aspectos, en
dialéctica interacción, de la misma ley. ”De esta ley universal del desarrollo desigual
se deriva otra que, a falta de nombre más adecuado, calificaremos la ley del desarrollo
combinado, aludiendo a la aproximación de la distintas etapas de camino (recorrido
por la humanidad,Ed.) ya la combinación de distintas fases, a la amalgama de formas
arcaicas y modernas (en Bolivia, el salvajismo de las tribus nómadas, las formas
patriarcales, semifeudales y la última palabra del capitalismo representado por el jet,
la técnica minera, por ejemplo, Ed.). Sin acudir a esta ley, enfocada, naturalmente, en
la integridad de su contenido material, sería imposible comprender la historia de Rusia,
ni la de ningún otro país de avance cultural rezagado, cualquiera que sea su grado”
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
(Trotsky). No se trata simplemente de una yuxtaposición, pasiva y como si se tratase
de círculos cerrados, de las diferentes formas económico sociales, sino de una activa
interacción entre ellas, formando una sola unidad, no sólo nacional sino internacional, de
manera que las formas atrasadas, en determinadas condiciones, impulsan las grandes
transformaciones revolucionarias (el campesinado impulsando al proletariado al poder,
por ejemplo). La teoría de la revolución permanente (el proletariado en los países
atrasados puede llegar al poder antes que los avanzados y no podrá menos que realizar
plenamente las tareas democráticas y transformarlas en socialistas, de manera que el
proceso no se detenga ni en las fronteras nacionales ni en ninguna forma de opresión
de clase) emerge de la ley del desarrollo desigual y combinado.
La teoría de la revolución permanente es invalorable para nosotros porque es la
respuesta al problema de la revolución en los países atrasados en un período en el que
impera la economía capitalista mundial.
La ley del desarrollo combinado resuelve los problemas de los países atrasados antes
de la aparición de las teorías sociológicas del desarrollo bipolar, del subdesarrollo,etc.
Armado de tal instrumento teórico, Trotsky desarrolló su concepción marxista del
atraso en el desarrollo de los países (retraso histórico) que nada tiene que ver con la
concepción mecanicista del desarrollo atrasado con una categoría definitiva y fatalista:
”El desarrollo de Rusia es notable, en primer lugar, por su retraso. Pero el retraso histórico
no significa seguir simplemente la huellas de los países avanzados a una distancia de
cien o doscientos años. Más bien da lugar a una formación social ”combinada” de muy
distinto modo, y en la que los adelantos más recientes de la técnica capitalista y de su
estructura están integrados en las relaciones sociales de la barbarie feudal y prefeudal,
transformándolas y dominándolas, y moldeando una singular reacción de clases. Igual
sucede con las ideas. Precisamente por su retraso histórico, Rusia resultó ser el único
país europeo en que el marxismo como doctrina y la social democracia como partido,
disfrutaron de un poderoso desarrollo aún antes de la revolución burguesa” (Trotsky,
“Stalin”, apéndice).
Si el leninismo no es otra cosa que el marxismo aplicado a la época del capitalismo
imperialista, el trotskysmo (Trotsky levantó en alto la bandera de la continuación del
leninismo traicionado por el revisionismo stalinista) no es más que el marx-leninismo
desarrollado en el período de la revolución mundial {revoluciones en los países atrasados
y en las metrópolis y revoluciones políticas en los Estados obreros degenerados) y de
la lucha contra la burocracia stalinista. El trotskysmo es el marxismo de nuestra época,
es absurdo contraponerlo al marxismo-leninismo o sostener que el trotskysmo es una
teoría particular de una persona.
Trotsky dice en sus Lecciones de Octubre (1924) que “el bolchevismo no es una
doctrina (mejor dicho, no únicamente una doctrina), sino un sistema de educación
revolucionaria para la revolución proletaria”, este mismo concepto puede aplicarse al
trotskysmo, que no es más que el leninismo de nuestra época. El Partido Mundial de la
Revolución Socialista (la Cuarta Internacional) educa, selecciona dirigentes, que sean
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
capaces de cumplir su misión de contribuir a la victoria de la revolución proletaria,
considerada como un fenómeno internacional único. Los enemigos del trotskysmo se
esfuerzan por presentarlo como una postura libresca propia de intelectuales, totalmente
extraño a la práctica revolucionaría y despreocupado de la victoria de la clase obrera;
como un club de teorizadores que forman capillas y se pelean entre sí por cualquier
insignificancia académica; el trotskysmo sería, para estas gentes, la antítesis de la
acción y de la organización revolucionarias. Se citan como antecedentes las largas
y apasionadas polémicas protagonizadas por Trotsky alrededor de su caracterización
de la revolución rusa, de su resistencia a adaptarse a la concepción organizativa de
Lenin, y, luego, de su intransigente defensa del bolchevismo contra las desviaciones de
los viejos bolcheviques (ingresó al partido bolchevique recién en julio de 1917) y del
revisionismo stalinista.
La discusión, necesariamente encendida, acerca del programa de la revolución constituye
el camino obligado que conduce a la efectivización de éste, confórme se desprende
del ejemplo de Marx, Engels y Lenín. El partido, considerado como instrumento que
servirá al proletariado para sepultar al capitalismo y estructurar su dictadura, como
período intermedio y necesario que debe conducir a la sociedad sin clases, sólo puede
formarse en esa lucha y no al margen de ella, como resultado de la aplicación de
recetas técnicas. Lenín recordó que no puede haber acción revolucionaria sin teoría
revolucionaria; las luchas alrededor de ésta preceden a la acción y constituyen parte
inseparable de la construcción del partido. No se trata de dejar de discutir para dar paso
a la unidad por la unidad, sin principios claros, sin perspectivas nítidamente definidas,
dando lugara la utilización de métodos de lucha dudosos; para crear el partido, para
comenzar aglutinando los cuadros fundamentales, se tienen que delimitar con precisión
los objetivos, las diferencias y las afinidades, lo que obligadamente trae agrupamientos
y escisiones. No existen otros canales para la construcción del partido revolucionario,
conforme enseña la experiencia del propio bolchevismo.
Sólo la ignorancia y la mala fe pueden desconocer que la preocupación central de
Trotsky fue efectivlzar la revolución proletaria: en verdad, el arquitecto de la victoria
de octubre dedicó su vida íntegra a este objetivo. Sus análisis teóricos -invalorables
contribuciones al marxismo- le llevaron al convencimiento de que la madurez del
capitalismo en su conjunto, como unidad mundial, planteaba la necesidad histórica
inaplazable de la revolución dirigida por la clase obrera. Desde el momento en que se
convenció de la justeza de la concepción organizativa leninista (partido centralizado) no
cejó en su empeño de forjar la vanguardia revolucionaria capaz de llevar al proletariado al
poder. Se puede decir que su incesante trabajo teórico (estaba dotado de excepcionales
recursos para ello) estuvo al servicio del partido de la revolución. Ahora mismo, a siete
lustros de su muerte, es partiendo de la herencia que nos ha dejado que emprendemos
la inaplazable labor organizativa. Al Trotsky fundamentalmente preocupado por
poner en pie al partido revolucionario, objetivo al que subordina toda su actividad, lo
encontramos no solamente trabajando incansablemente por la estructuración de la IV
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
Internacional, como continuadora del programa y organización del bolchevismo, sino
luchando heroicamente por permanecer en el seno del Partido Comunista ruso y de la
Internacional Comunista, para poder, desde dentro, modificar el curso de su política y de
sus métodos organizativos, de modo que permitiesen el retorno de la vía leninista. Los
trotskystas bolivianos aprovechamos esta experiencia y estas enseñanzas en nuestro
trabajo revolucionario, que fundamentalmente consiste en fortalecer, educar y adiestrar
al Partido para que cumpla adecuadamente su papel en la revolución. A stalínistas,
ultras y nacionalistas, que se preguntan si el trotskysmo es viable (lo que equivale a
cuestionar la viabilidad del marxismo) y dónde ha triunfado, hay que recordarles que
Trotsky, juntamente con Lenin, es uno de los araquitectos de la victoria de Octubre
de 1917, que la teoría de la revolución permanente queda confirmada, por pasiva
o indirectamente, en todas las revoluciones que se han producido después. Trotsky,
antes de 1905 y después, desarrolló posiciones divergentes a las sustentadas por el
bolchevismo alrededor de dos problemas principales: la cuestión organizativa y las
perspectivas de la revolución.
“Yo formaba parte -dice Trotsky- de esa “minoría” (menschinsvo) del primer congreso
(1901) de donde salió posteriormente el menchevismo. Continué relacionado política
y orgánicamente con esta minoría hasta el otoño de 1904, aproximadamente hasta
la llamada “campaña agraria” de la Nueva Iskra, en que se definió mi irreconciliable
divergencia con el mechevismo sobre las cuestiones del liberalismo burgués y las
perspectivas de la revolución. En 1904, es decir, hace vintitrés años, rompí política
y orgánicamente con el mechevismo. Nunca me he llamado ni me he considerado
mechevique”. (Carta de Trotsky a la Comisión de Historia del PCUS, 21 de octubre
de 1927). Esta declaración cobra importancia ante la sistemática campaña que se ha
hecho y se hace aún alrededor del pretendido menchevismo de Trotsky, que se buscó
oponer al bolchevismo, ésto en 1924 y también después.
Después de 1904, Trotsky continuó combatiendo a Lenin, particularmente las
concepciones organizativas de éste, que se le antojaban ultracentralístas, que abrían el
camino de la dictadura del Comité Central, del total estrangulamiento de la democracia
interna y de la dictadura del Secretario General. Las expresiones más conocidas en
esta posición equivocada se refieren al miedo a la escisión, a) fraccionalismo y a los
perjuicios que pueden ocasionar éstos a la revolución. Tercamente se empeñó por
preservar la unidad del Partido Obrero Socialdemócrata ruso, al que formalmente
seguían perteneciendo bolcheviques y mencheviques, esfuerzo que llegó a su punto
culminante en 1912. En el fondo había una falta de cabal comprensión de la necesidad
que tiene el proletariado, por sus particularidades de clase (desposeído de los medios
de producción, y también de la cultura, del poder político y económico), de forjar un
partido altamente centralizado, formado de revolucionarios profesionales, que posea los
requisitos de un verdadero Estado mayor. Como se sabe, la burguesía en su momento,
no precisó de instrumentos de esta naturaleza.
Ha sido ei mismo Trotsky el que ha señalado, de un modo categórico, que en materia
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
organizativa él estaba equivocado y que la razón se encontraba de parte de Lenin. No se
trata, por cierto, de una declaración diplomática o de una maniobra para acomodarse en
las filas bolcheviques, sino de la autocrítica destinada a superar radicalmente un grueso
error; desde este momento el talento y las energías del revolucionario se vuelcan a
construir y defender el partido del proletariado -considerado como la clave de la actual
crisis de la humanidad- de toda deformación, transformándose así en el depositario de
las tradiciones organizativas del bolchevismo. El verdadero Trotsky -entendemos por
tal al militante que enunció la teoría de la revolución permanente y llegó a asimilar
lo vital del bolchevismo- no es sólo el constructor de la Cuarta internacional, como
partido leninista, partiendo de la efectivización del centralismo democrático, sino el que
abnegadamente lucha contra la destrucción del partido bolchevique por el stalinismo,
contra la desnaturalización de sus fundamentos leninistas, ese sentido tuvo el nacimiento
y actividad de la Oposición de Izquierda. El trotskysmo debe entenderse, por tanto, como
leninismo en su concepción de la estrategia revolucionaria y del partido revolucionario,
organizativamente considerado. La titánica lucha que libró contra la desvirtuación
stalinista del marxismo (por momentos nos parece que él solo, marginado del poder,
desterrado, sañudamente perseguido y calumniado allí donde se encuentra, se enfrenta
contra una camarilla deshonesta, manejando discrecionalmente los ingentes recursos
del Estado ruso y el poderío de la Internacional Comunista), no se limitó a poner a salvo
la herencia del bolchevismo como doctrina revolucionaria, sino también, y diremos de
manera inseparable, a la organización partidista levantada por Lenin, a sus principios
organizativos básicos (particularmente las nociones del centralismo democrático y del
trabajo colectivo) frente a la deformación impuesta por la burocracia termidoriana.
No pueden ni deben tomarse ios errores cometidos por Trotsky en materia organizativa
simplemente como un recuerdo histórico o como algo ya olvidado, es preciso estudiarlos
y mostrar su aspecto negativo. Dejamos sentado con toda claridad que las concepciones
organizativas del Trotsky de la primera época nos son totalmente extrañas y que nuestros
principios en la materia arrancan directamente del leninismo. La severa crítica a los
errores que sobre organización cometió Trotsky no obedece a una preocupación propia
de eruditos; se impone como rechazo a las corrientes antibolcheviques y revisionistas
que últimamente han actualizado las críticas ”trotskystas” a los métodos organizativos
del bolchevismo. A los militantes trotskystas nos corresponde rechazar enérgicamente
las absurdas pretensiones de oponer -tanto desde la derecha como de la extrema
izquierda y en ambos casos apartándose del marxismo- trotskysmo a bolchevismo.
Es cierto que las criticas de Trotsky al centralismo sustentado por Lenin tienen
mucha similitud, al menos formalmente, con las proposiciones que sobre el tema hizo
Rosa Luxemburgo, pero de aquí no debe deducirse que aquel compartiese en momento
alguno las ideas espontaneistas de la revolucionaria polaca.
Nos parece que el Trotsky madura en materia organizativa y totalmente identificado
con la esencia del leninismo, es aquel que tan brillante y agudamente rechazó la teoría
que sostiene que el stalinismo (considerado como despotismo del Secretario general
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
imperante sobre el Comité Central y todo el partido, como suplantación de la voluntad
de la militancia, como la sustitución de la disciplina revolucionaria por otra basada en la
represión policial,etc.) es nada menos que el hijo natural, la consecuencia obligada, del
bolchevismo. Para Trotsky los métodos organizativos stalinistas son la negación misma
del leninismo. El centralismo democrático (la democracia interna más amplia como el
marco imprescindible para hacer posible la unidad de la acción en el exterior y ésta
considerada inseparable de aquella) es algo cualitativamente diferente del centralismo
burocrático (supone que la burocracia despótica suplanta la voluntad de la militancia) y,
por esto mismo, constituye un absurdo sostener que natural e inevitablemente genera
la dictadura burocrática.
Las discrepancias de Trotsky con Lenin no se limitaron a los problemas de organización,
sino que se dieron también en lo que se refiere a las perspectivas de la revolución. Tales
divergencias políticas tenían enorme significación en el trabajo de la elaboración del
programa revolucionario.
En lo que se refiere a la caracterización de las fuerzas motrices de la revolución, Trotsky
estaba más cerca de Lenin que de los mencheviques. Los dos primeros, a diferencia de
Martov y Cía., sostenían que en Rusia se trataba de una revolución burguesa que seria
realizada sin la burguesía y contra ella, pues ésta había pasado definitivamente a la
trinchera de la contrarrevolución. La fortaleza de Lenin consistía en que su concepción
organizativa partía de esa caracterización.
Trotsky estaba también de acuerdo con Lenin cuando se señalaron como fuerzas
sociales básicas de la revolución al proletariado y a los campesinos; pero, las divergencias
surgieron cuando se trató de precisar las posibilidades de acción independiente y de
formulación y ejecución de una política propia de estos últimos. La importancia de
la masa campesina, sus limitaciones y la exageración teórica de sus posibilidades
revolucionarias arrancaban del carácter atrasado del país. La relaciones entre proletariado
y campesinado, la necesaria mecánica de clases en este plano, eran afrontadas como
simple pronóstico, desde el momento que la experiencia que se poseía no era suficiente
para probar la validez de las conclusiones políticas.
Para Trotsky el campesinado no podía desarrollar una política independiente de clase.
El camino de su liberación pasaba por el apoyo a la revolución proletaria, de igual
manera que en el pasado apoyó a la revolución burguesa. No hay lugar en la historia –
dice- para una sociedad campesina. Este punto de vista ha sido plenamente confirmado
por la teoría y por la historia. Lenin, en un comienzo, sobrevaloró la posibilidad de que
pudiesen constituir un poderoso partido, capaz de tratar con el proletariado de potencia
a potencia.
Trotsky sostuvo, antes de 1905, que el proletariado en Rusia, pese al atraso del país,
podía llegar al poder, apoyándose en los campesinos, precisamente, antes que en las
grandes metrópolis europeas; que sería la dictadura del proletariado (actuando esta
clase como caudillo nacional) la que efectivice la realización de las tareas democráticas
y que tal dictadura sería el canal mediante el cual las masas conocerían y vivirían la
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
más amplia democracia.
Lenin planteó, como proyección de la alianza obrero-campesina en la atrasada Rusia,
la dictadura revolucionaria democrática de obreros y campesinos. Trotsky dijo que se
trataba de una fórmula algebraica, esto porque dejaba sin respuesta la pregunta de
cual de las clases sociales sería la que dirija políticamente este bloque gubernamental
(como en todo bloque de clases, por otra parte). Cuando se dice que se trata de una
dictadura democrática (burguesa) se relieva el papel gobernante del campesinado y
se da a entender, aunque el problema no hubiese sido explanado con toda claridad,
que sería éste y no el proletariado, el que deje su impronta en las características
y limitaciones gubernamentales: de manera que esta dictadura tendría como límite
la realización de los objetivos burgueses. La dictadura revolucionaria democrática de
obreros y campesinos no se dio en momento alguno del desarrollo histórico posterior.
Lenin dijo, antes de octubre, que en cierta manera se realizó en los soviets, pero en
este caso apenas si puede hablarse de un germen de poder.
Trotsky anota que en la discusión acerca del contenido social de la revolución rusa
(revolución en un país atrasado) se perfilaron cuatro posiciones:
Los populistas (demócratas idealistas) se negaban ”supersticiosamente” a reconocer a la
revolución rusa su carácter democrático, pues sostenían, en polémica con Plejanov, que
no pasaría por el purgatorio del capitalismo, que saltaría por encima de él, apoyándose
en la comunidad agraria, célula del comunismo. Esta teoría populista se reprodujo, más
tarde, en el indigenismo latinoamericano y actualmente es repetida por algunos ultras.
”La idea menchevique de la revolución... equivalía a lo siguiente; la victoria de
la revolución burguesa en Rusia sólo era posible bajo la dirección de la burguesía
liberal y debe dar a esta última el poder. Después, el régimen democrático elevaría al
proletariado ruso, con éxito mucho mayor que hasta entonces, al nivel de sus hermanos
mayores occidentales, por el camino de la lucha hacia el socialismo”. ”La perspectiva de
Lenin, la atrasada burguesía rusa es incapaz de realizar su propia revolución. La victoria
completa de la revolución, por mediación de la dictadura democrática del proletariado
y de los campesinos, desterraría del país el medíevalismo, imprimiría al capitalismo
ruso el ritmo del americano, fortalecería el proletariado en la ciudad y en el campo,
y haría efectiva la lucha por el socialismo. En cambio, el triunfo de la revolución rusa
daría enorme impulso a la revolución socialista en el Oeste, y ésta no sólo protegería
a Rusia contra los riesgos de la restauración sino que permitiría al proletariado ruso ir
a la conquista del poder en un período histórico relativamente breve” (Trotsky), este
enunciado inicial fue superado en 1917 con las Tesis de Abril, en las que se plantea la
dictadura del proletariado para resolver las tareas democráticas y abrir ¡as compuertas
del socialismo.
”La perspectiva del bolchevismo no era completa -anota Trotsky-: apuntaba bien la
dirección general de la lucha, pero caracterizaba mal sus etapas. La insuficiencia de
la perspectiva bolchevique no se apreció en 1905 sólo porque la revolución misma no
fue más adelante. Pero luego, a principios de 1917, Lenin se vio obligado a alterar sus
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
perspectivas, en directo conflicto con los viejos cuadros de su partido.
“La perspectiva de la revolución permanente... la victoria completa de la revolución
democrática en Rusia sólo se concibe en forma de dictadura del proletariado, secundada
por los campesinos. La dictadura del proletariado, que inevitablemente pondría sobre
la mesa no sólo tareas democráticas, sino también socialistas, daría al mismo tiempo
impulso vigoroso a la revolución socialista internacional. Sólo la victoria del proletariado
de Occidente podría proteger a Rusia de la restauración burguesa, dándole la seguridad
de completar la implantación del socialismo”.
La fórmula leninista, además de imprecisa, obedecía a la sobrevaloración del rol del
campesinado, pero entroncaba en la concepción revolucionaria de la caducidad y el
carácter reaccionario de la burguesía en nuestra época y de que la transformación de la
sociedad sólo podía operarse por la acción de proletarios-campesinos. Partiendo de la
experiencia de 1905, Lenin fue desarrollando y ahondando progresivamente los aspectos
positivos de su formula y dejando atrás el lastre de la imprecisión acerca de la mecánica
de clases entre proletariado y campesinos. Es por este camino de autosuperación (los
acontecimientos de febrero de 1917 dieron un inusitado impulso a este proceso que
concluyó sosteniendo la misma perspectiva que la formulada por Trotsky; es absurda la
afirmación en sentido de que el líder bolchevique abandonó sus ideas y sus posiciones
para pasarse al “trotskysmo”. En el caso de Trotsky y refiriéndonos a la cuestión
organizativa, sí hubo abandono radical de posiciones para sumarse a los planteamientos
de Lenin, sin atenuantes de ninguna clase, sin condiciones ni rectificaciones. No se trata
demque ambos se hicieron mutuas concesiones. En Lenin el desarrollo de los aspectos
positivos de su tesis le permite abandonar lo que considera totalmente superado por
los acontecimientos. Trotsky, con una honestidad encomiable y un coraje intelectual
como pocas veces se ve, se autocrítica radicalmente y se prepara para asimilarse a la
concepción organizativa bolchevique, sólo así se puede comprender que en el futuro
actuase como el mejor militante bolchevique cuando se trató de poner a salvo los
principios organizativos enunciados en el “¿Qué hacer?”, en “Un paso delante, dos
pasos atrás” y en tantas otras páginas lúcidas.
Los militantes revolucionarios bolivianos no nos apoderamos indiscriminadamente
de las ideas de Trotsky, en todos los terrenos y de todas las épocas. Contrariamente,
sometemos a crítica sus concepciones organizativas, ponemos de relieve la descomunal
trascendencia que tiene para los países atrasados la perspectiva de la revolución
permanente.
El término trotskysmo (para englobar dentro de él las ideas de Trotsky) fue acuñado
y puesto en circulación por los enemigos del creador del ejército rojo, inmediatamente
después de la muerte de Lenin, y esperaban que esta maniobra les permitiría cerrarle el
camino a la sucesión en el poder. Ya hemos indicado que inicialmente se intentó oponer
trotskysmo a leninismo y los esfuerzos en este sentido se prolongan hasta nuestros días.
Para nosotros, los movimientos y partidos políticos se distinguen por sus programas y
documentos fundamentales. El trotskysmo está íntegro no sólo en los escritos básicos
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
de Trotsky, sino en el Programa de Transición y en ellos se define como la continuación
del leninismo, como su defensa más enérgica contra todo intento revisionista o de
degeneración. En ningún momento apareció más engrandecido el trotskysmo como
cuando se organizó como oposición de izquierda dentro del PCUS y de la IC para poner
a salvo el leninismo de la brutal arremetida stalinista, así, en los hechos y en el plano
programático, se definió como continuador y defensor de la herencia leninista. Tales son
las razones por las cuales el trotskysmo debe ser considerado como sinónimo de marx-
leninismo. Nuestros adversarios todavía pugnan por convencer que estamos agrupados
al rededor de ideas y doctrinas extrañas a las de Lenin, salidas exclusivamente del
cerebro de un político y de un teórico; nuestra propaganda debe responder a esta
campaña demostrando que somos nosotros, en esta época de irrupción de tendencias
revisionistas pequeñoburguesas de toda especie, los únicos leninistas, consecuentes y
que cuando nos identificamos con Trotsky lo hacemos en la medida en que éste levantó
en alto, en medio de la arremetida del stalinismo y déla contrarrevolución, la bandera
de Lenin.
La propaganda stalinista insiste que las posiciones sustentadas por Trotsky no son
más que una repetición de las ideas de Parvus y que en esta medida nada tienen que
ver con la doctrina leninista. Esta afirmación se la hace particularmente con referencia
a la revolución permanente (Trotsky ha puesto de relieve lo que le debe a Parvus en
este terreno), insinuando que nada tiene que ver con Marx y el marxismo. Parvus
concluyó en vuelto en manejos turbios de índole financiera, aspecto de su biografía que
es aprovechado en el intento de desprestigiar al revolucionario que puso todo su talento
en la defensa del leninismo. El menchevismo de Trotsky es otra de las invenciones
stalinistas. En los escritos de éste encontramos referencias concretas acerca de sus
contactos con la llamada fracción minoritaria de la socialdemocracia rusa y de sus
profundas diferencias políticas. Cuando se refiere a las diversas concepciones de la
revolución rusa, había de tas tesis sustentadas por ios bolcheviques, por los populistas,
por los mencheviques y por él mismo, como posiciones claramente diferenciadas,
aunque las suyas y las de Lenin estaban muy próximas.
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
NOTA AL MARGEN
TROTSKY ¥ LA REVOLUCION RUSA
El bolchevismo no estaba contagiado en lo más mínimo por la creencia en el poder y
en la fuerza de una democracia burguesa revolucionaria en Rusia. Desde el principio
reconoció la significación decisiva de la clase obrera en la revolución venidera, pero
su programa se limitaba, en la primera época, a los intereses de las grandes masas
campesinas, sin las cuales -y contra las cuales- la revolución no hubiese podido ser
llevada a cabo por el proletariado. De ahí el reconocimiento (provisorio) del carácter
demócrata burgués de la revolución y de sus perspectivas, el autor no pertenecía,
en aquel período, ni a la una ni a la otra corriente principal del movimiento obrero
ruso. El punto de vísta adoptado entonces por el autor puede ser formulado de una
manera esquemática como sigue: Correspondientemente a sus tareas más próximas, la
revolución comienza siendo burguesa, pero luego hace que se desplieguen rápidamente
potentes antagonismos de clase y sólo llega a la victoria si traspasa el poder a la única
clase capaz de colocarse a la cabeza de las masas oprimidas: el proletariado. Una
vez en el poder, el proletariado no quiere ni puede limitarse al marco de un programa
demócrata burgués. Puede llevar a cabo la revolución sólo si la revolución rusa se
prolonga en una revolución del proletariado europeo.
Entonces se superará el programa democrático burgués de la revolución, junto con
su marco nacional y de dominación política temporal de la clase obrera rusa progresará
hacia una dictadura socialista permanente. Pero si Europa no avanza, entonces la
contrarrevolución burguesa no tolerará el gobierno de las masas trabajadoras en Rusia
y empujará hacia atrás al país -muy por detrás de la república democrática de obreros
y campesinos-. El proletariado, pues, llegado al poder no debe limitarse al marco
de la democracia burguesa sino que tiene que desplegar la táctica de la revolución
permanente, es decir anular los límites entre el programa mínimo y el máximo de la
socíaldemocracia, pasar a reformas sociales cada vez más profundas y buscar un apoyo
directo e inmediato en la revolución del oeste europeo.
El autor ha defendido... el punto de vista de la revolución permanente, pero al
evaluar las fracciones en lucha mutua dentro de la socialdemocracia cometió un error,
como entonces ambas partían de las perspectivas de una revolución burguesa, el autor
creía que las divergencias de opiniones no eran tan profundas como para justificar una
escisión. Al mismo tiempo esperaba que el transcurso posterior de los acontecimientos
demostraría claramente a todos, por un lado, la falta de fuerzas y la impotencia de la
democracia burguesa rusa, y por el otro lado, el hecho de que al proletariado le seria
objetivamente imposible mantenerse en el poder centro del marco de un programa
democrático; y que, en suma, ello haría desaparecer el terreno de las divergencias de
opinión entre las fracciones.
La instancia última de la teoría sigue siendo la experiencia. El hecho de que los
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
acontecimientos... en los que participamos... estuviesen previstos hace una década y
media, prueba la correcta aplicación del marxismo. (De ”Balance y Perspectivas”).
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
II. DOCUMENTOS BASICOS DEL
TROTSKYSMO
Hay una continuidad ideológica desde el ”Manifiesto Comunista” (1848) hasta el
”Programa de Transición” (1938), continuidad que también se puede observar, inclusive
en el plano organizativo, en la historia que va desde la Primera Internacional (1864)
hasta la Cuarta. Trotsky, de la misma manera que Lenin, siguió y puso a salvo lo vital
del marxismo sin atenuantes ni revisiones; no se puede ni se debe olvidar sus luchas
contra los reformistas y los centristas de la Segunda Internacional y que fueron llevadas
a cabo bajo la inspiración de los escritos de los clásicos.
a) El ”Manifiesto Comunista” contiene un invalorable análisis de las leyes que rigen el
desarrollo de la sociedad capitalista a la luz del materialismo histórico. La sociedad sin
clases no es el producto de la mente afiebrada de ningún teórico o caudillo político, sino
de la madurez de las fuerzas productivas en el seno del capitalismo, es una necesidad
histórica. La política revolucionaria interpreta esta realidad objetiva y se acondiciona a
ella.
El “Manifiesto” sostiene que la historia de la sociedad humana es la historia de las
luchas de clases, expresión social de la rebelión de las pujantes fuerzas productivas
contra las relaciones de producción que se empeñan por estrangularlas. Fuera de Marx y
Engels, otros historiadores, particularmente burgueses, hablaron de las clases sociales
en pugna y describieron sus luchas; el mérito incuestionable de los fundadores del
socialismo científico (sostuvieron que el descubrimiento de las leyes del desarrollo de
la sociedad capitalista permitió transformar el socialismo de utopía en ciencia) radica
en haber demostrado que el proletariado, con características e intereses propios y
totalmente diferenciado del resto de las clases sociales, es la clase revolucionaria por
excelencia, es decir, que puede desarrollar conscientemente una política revolucionaria,
que por ser tal no puede menos que ser independiente con referencTa a las otras clases,
incluyendo a las que actúan como sus aliadas temporales, que es la única que puede
cumplir la tarea de sepultar al capitalismo y con él a la sociedad clasista. El proletariado
puede efectivizar las tendencias más poderosas que se agitan en el seno de la realidad
que vivimos porque no tiene nada que defenderán el pasado precapitalista (en ningún
momento de su lucha plantea el retorno al pasado como lo hace parte de la pequeña
burguesía) y no tiene intereses que puedan impulsarle a salvaguardar el régimen
actual, está desprovisto de toda forma de propiedad de los medios de producción. Su
rol revolucionario arranca del lugar que ocupa en el proceso de producción y no, en
último término, de su mayor o menor miseria, o de su grado cultural; el capitalismo al
desarrollarse ha dado nacimiento a su propio sepulturero.
El antagonismo entre burguesía y proletariado es un antagonismo irreconciliable que
tiene como eje intereses materiales contrapuestos, se puede decir que, en fin, gira
alrededor del destino de la plusvalía. Este antagonismo conduce al aplastamiento del
capitalismo, que sólo puede concebirse asentado en la explotación y la opresión de la
14
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
clase obrera, a la dictadura del proletariado (una dictadura destinada a la destrucción de
los resabios burgueses) y a la desaparición de las clases. Tal es el camino que recorre la
historia. Los intentos de conciliar los intereses de las clases antagónicas, de armonizar
los intereses burgueses y proletarios, son una especie de trampas que se idean con la
intención, consciente o no, de detener la macha de la historia, concluyen invariablemente
sometiendo al proletariado a la voracidad y astucia burguesas, se busca cerrar a la
clase obrera el camino del poder. La política que parte de la utopía de la identidad o
armonía de los intereses de las clases sociales en pugna -política que busca atenuar o
eliminar esta lucha- es contrarrevolucionaria y nada tiene que ver con el “Manifiesto
Comunista”. Se podría creer que todos los que se reclaman del marxismo -y son del
pelaje más diverso- permanecen fieles al “Manifiesto” y esto no es evidente, porque las
discrepancias entre las tendencias revolucionarias y las reformistas y revisionistas ya
se perciben nítidamente en los problemas que conciernen al abecé de los principios es
decir al “Manifiesto”. Trotsky, en sus comentarios a este documento básico de la política
revolucionaria, señala que “a los reaccionarios hipócritas, a los liberales doctrinarios y
a los demócratas idealistas (que pretenden justificar una supuesta armonía de clases
con teorías acerca del “bienestar común”, “la unidad nacional” y “las verdades eternas
de la moral”) se les agregaron, esta vez en el mismo seno del movimiento obrero, los
llamados revisionistas, es decir los partidarios de la revisión del marxismo en el espíritu
de la colaboración y de la reconciliación de las clases. Por último, en nuestros días,
los despreciables epígonos de la internacional Comunista (los stalinistas) han tomado
el mismo camino, ya que la política de los llamados “frentes populares” (colaboración
de los partidos obreros con los burgueses, Red) procede enteramente negando las
leyes de la lucha de clases”. Pese a que en la época del imperialismo se exacerban las
contradicciones de clase y confirman, de manera fehaciente, la validez de la tesis central
del “Manifiesto Comunista”, es precisamente ahora que el stalinismo se empantana en
su política de “coexistencia pacífica” y de cooperación con el imperialismo, negando así
la lucha de clases y todo lo que enseñó Lenin. El stalinismo no sólo reniega de la lucha
de clases, sino que reniega de la dictadura del proletariado, allí donde puede preconiza
un entendimiento con la burguesía y si llega al poder se empeña en poner a salvo el
régimen de la propiedad privada. Así lo hizo en Chile con la Unidad Popular, una especie
de frente popular que abrió el camino al golpe gorila fascista; así lo está haciendo en el
Portugal, donde cierra el camino de los explotados hacia el poder, pretende embridarse
movilización y defiende los privilegios capitalistas e imperialistas, a través de un gobierno
de coalición con la burguesía, que se convierte en un semillero de las conspiraciones
contrarrevolucionarias, E lfascismo y el frente popular son los últimos recursos con los
que cuenta la burguesía cuando se enfrenta con el ascenso revolucionario de las masas.
Al respecto, Trotsky escribió lo siguiente, en agosto de 1936, a la sección holandesa de la
IV Internacional: “La cuestión de las cuestiones, en el presente, es la del frente popular.
Los centristas de izquierda buscan presentar esta cuestión como una cuestión táctica o
también como una maniobra técnica que les permita entregarse a sus pequeños asuntos
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
a la sombra del frente popular. En realidad el frente popular es la cuestión central, de la
estrategia de clase del proletariado en nuestra época. El ofrece el mejor de los criterios
para distinguir el bolchevismo del menchevismo”. En escala mundial el estalinismo se
levanta como un serio obstáculo para la consumación de la revolución proletaria y lo hace
para salvar al capitalismo a través de su alianza con los partidos políticos que en alguna
forma expresan los intereses burgueses. En Italia busca entenderse con la Democracia
Cristiana e ingresar a un gobierno de coalición que lo masque puede ofrecerson tibias
reformas, a ésto llama el ”compromiso histórico”. En Francia rechaza toda posibilidad
de establecer un gobierno conformado por el bloque de ios partidos obreros (PS y PCF),
y persiste en sus empeños frente populistas. Es seguramente en los países atrasados
donde con más frecuencia nacen formas apenas encubiertas de los nefastos frentes
populares, bajo la sombra de planteamientos típicamente mencheviques: imposibilidad
material de consumar la revolución proletaria. El pretexto para el abandono de la lucha
de clases es nada menos que la opresión imperialista. Es evidente que el imperialismo
ejercita una opresión nacional y no exclusivamente de clase, pero también lo es que esa
opresión nacional acentúa la lucha de clases en lugar de atenuarla. La lucha contra el
imperialismo sólo podrá tornarse victoriosa como uno de los objetivos de la revolución
acaudillada por el proletariado, lo que supone que las masas sean arrancadas del control
de sus direcciones nacionalistas y reformistas, es decir, a través de la lucha política, que
es la expresión más elevada de la lucha de clases.
La revolución en los países atrasados no es una revolución puramente socialista
(suficiente decir que tiene que cumplir tareas democráticas), sino que será protagonizada
por las masas explotadas no proletarias (campesinado, sectores mayoritarios de la
clase media y a veces sectores de la burguesía nacional esto no quiere decir que
tales sectores sociales sean capaces de cumplir las tareas democráticas y menos las
socialistas, sino que están obligadas a asumir actitudes de repulsa al imperialismo, a
algunas de sus manifestaciones y al Estado indígena que es su instrumento), bajo la
dirección de la clase obrera, que se convierte en una de las condiciones imprescindibles
para la victoria de la revolución. La opresión imperialista es nacional y no puramente
clasista, pero acentúa, lejos de atenuar, la lucha de clases, pues plantea la urgencia de
que se efectivice el liderazgo nacional del proletariado, que sólo puede efectivizarse si a
la derrota política de ios partidos de las otras clases sigue el desplazamiento hacia fas
posiciones proletarias del grueso de las masas.
La política del frente popular (colaboración de clases) es una creación típica del
stalinismo contrarrevolucionario. Fue ideada para cooperar con las llamadas democracias
burguesas contra el fascismo, que estuvo acompañada (esto después del “tercer
periodo”) de la tesis de que inclusive en los grandes países capitalistas la revolución
social no era posible porque faltaba aún fortalecer a la democracia y derrotar al fascismo,
lo que permitía suponer la posibilidad del paso pacífico de la democracia al socialismo.
Durante la revolución española sostuvo la tesis de “primero ganar la guerra y luego
dedicarse a las transformaciones económico-sociales”.
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
En los países atrasados, en los que uno de Jos objetivos de la revolución es la
liberación nacional, se impone la movilización de las masas explotadas (no siempre
obreras) bajo la dirección política del proletariado (de su partido), lo que se logra en el
marco del frente único antiimperialista (ver resoluciones del II y IV congresos de la IC
en “Documentos” N° 20), táctica que permitirá demostrar a las masas la inconsecuencia
y traiciones de las direcciones nacionalistas burguesas y así transformar a la clase
obrera en caudillo nacional. El frente antiimperialista revolucionario (revolucionario por
estar dirigido por el proletariado y que se diferencia de la consigna antiimperialista bajo
comando burgués nacionalista), no tiene nada que ver con el frente popular, porque
no supone una colaboración de clases con la burguesía y menos que el proletariado
abandone su estrategia y sus métodos de lucha; se trata, más bien, del sometimiento
de las masas oprimidas y explotadas por el imperialismo al proletariado. En el Programa
de Transición se lee: “No hay lugar para la IV Internacional en ningún frente popular. Ella
se opone irreductiblemente a todos los agrupamientos políticos ligados a la burguesía.
Su tarea es la destrucción de la dominación del capital su objetivo es el socialismo, su
método es la revolución proletaria”.
Actualmente, los trotskystas de los países capitalistas metropolitanos, Francia, por
ejemplo, oponen el frente único proletario a la política frente populista de los partidos
comunistas y socialistas. Los pablistas (LCR de Francia) se suman al frente-populismo
al apoyara la Unión de Izquierdas, actitud que es repudiada enérgicamente por la OCI
(Organización Comunista Intemacionalista).
Marx y Engeis se refieren al proletariado (el componente de mayor importancia
de las fuerzas productivas) que hará la revolución social (para ello debe convertirse
en caudillo de la mayoría nacional), vale decir a la clase social organizada como tal.
Los clásicos sabían perfectamente que los obreros oponen instintiva resistencia a los
explotadores capitalistas desde el momento mismo en que existen como tales, que
comienzan siendo organizados por un sector de ia burguesía cuando precisa el apoyo de
los explotados para aplastara sus adversarios; sólo después, partiendo de su experiencia
diaria, van desarrollando su conciencia de clase, que supone el conocimiento de sus
tareas históricas y de los medios que dispone para cumplirlas. El “Manifiesto” sienta
una premisa de trascendencia: el proletariado organizado como clase quiere decir
organizado como partido político, de donde se deduce que éste es la máxima expresión
de la conciencia de clase; pero, algo más, no puede esperarse la victoria de la revolución
obrera y su posterior consolidación si no está presente la vanguardia proletaria. Las
posturas sindicalistas, anarquistas y todas las manifestaciones revisionistas aparecidas
últimamente y que propugnan la sustitución del partido político por otras organizaciones
de la más diversa naturaleza, por ser fácil y más cómodo estructurarlas y porque pueden
ofrecer garantías frente al peligro de la degeneración burocrática,etc, son extrañas
al marxismo y, conforme enseña la experiencia, concluyen convirtiéndose en serios
obstáculos en el camino de liberación de la clase.
Trotsky, de la misma manera que Lenin, ha defendido apasionada e intransigentemente
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
la anterior tesis del “Manifiesto” y que es, ni duda cabe, fundamental. El partido
férreamente organizado alrededor de un programa revolucionario, capaz de combinar
exitosamente la firmeza estratégica con la ductilidad en la maniobra táctica (esta
última cuando no está referida a la finalidad estratégica concluyeen en el oportunismo),
se convirtió en la preocupación básica de su actividad. El enunciado del Manifiesto
encuentra su máxima expresión en el Programa de Transición que sostiene que la
actual crisis de la humanidad puede reducirse a la crisis de la vanguardia revolucionaria
del proletariado, esto significa que para los marxistas el trabajo básico y de mayor
trascendencia de nuestra época radica en la construcción del partido político, pese a
todos los obstáculos que puedan encontrarse en este camino.
El ”Manifiesto” sostiene que el proletariado para liberarse deberá convertirse en
clase gobernante. El Estado, según el marxismo, no es otra cosa que un administrador
de los intereses generales de la clase dominante; Engels analiza su nacimiento en
el momento en que la sociedad se escinde en clases contradictorias. Esta teoría del
Estado fue confirmada por la experienciade la Comuna de París (1871), que demostró
que la clase obrera no se limita a apoderarse del aparato estatal sino que lo transforma
profundamente desde el primer día. De la misma manera que el proletariado es la
única clase social en la historia que hará la revolución no para estructurar una sociedad
proletaria, sino para disolverse como clase, también la dictadura del proletariado deberá
desaparecer, importando la extinción del Estado como se conoce bajo el capitalismo.
Esta teoría marxista del Estado ha sido sometida a radical revisión por el stalinismo
que sostiene que la sociedad sin clases es compatible con el fortalecimiento del Estado
como instrumento represivo contra la oposición revolucionaria y proletaria. La burocracia
ha desarrollado un Estado que está muy lejos de identificarse con el Estado-Comuna.
El “trotskysmo”, inventado por la troika Zinoviev, Kamenev, Stalin (1924) fue
colocado como una etiqueta sobre algunas supuestas desviaciones que importarían
un resurgimiento del viejo trotskysmo (o la revolución permanente, que es lo mismo),
era “una de las variedades del menchevismo”, caracterización completada por Zinoviev
(más tarde, juntamente con Kamenev, formará ocasional bloque con Trotsky contra
Stalin) con su conocida afirmación de que el trotskysmo constituye “abierto ensayo de
revisionismo y hasta la liquidación del leninismo, y por Kamenev cuando dice “Trotsky
se ha convertido en el elemento conductor de la pequeña burguesía en nuestro partido”.
Estas acusaciones y la de que el trotskysmo constituye una “desviación socialdemócrata”
tendrán vigencia hasta los años 30.
A medida que la Oposición de Izquierda era destruida y eliminada del PC. el trotskysmo
fue acusado de adoptar una línea contraria a los intereses obreros, al servicio del
imperialismo y se llegó ai extremo de acusarlo de agencia del fascismo y del capitalismo
monopolista. En 1929, en el XVI congreso del PCUS, Stalin declaró: “Hoy el grupo
trotskysta es un grupo antiproletario, antisoviético y contrarrevolucionario que se esmera
en informar a la burguesía sobre los asuntos de nuestro Partido”. Así se respondía
a la incansable campaña trotskysta contra la degeneración burocrática del partido
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
bolchevique. En 1930 el Borgia del Kremlin -así llamó Trotsky a Stalin, por considerar
que no eran del todo infundadas tas sospechas y hasta acusaciones, en sentido de que
este último pudo haber contribuido al envenenamiento de Lenin- va mucho más lejos:
“El trotskysmo es el destacamento de vanguardia de la burguesía contrarrevolucionaria
que lleva la lucha contra el comunismo, contra el poder obrero, contra la construcción
del socialismo en la URSS”.
No se puede olvidar que la Oposición de Izquierda desde sus primeras manifestaciones
se estructuró alrededor de la consigna de la defensa incondicional de la URSS.
Las persecuciones y las purgas descomunales que coincidieron con el asesinato de
Kirov, tuvieron como complemento necesario una temeraria campaña antitrotskysta:
“El trotskysmo -se dijo- ha cesado de ser una corriente política en el seno de la clase
obrera, es una banda sin principios y sin ideología de saboteadores, de agentes de
diversión y de informantes, de espías, de asesinos, una banda de enemigos jurados
de la clase obrera, una banda a sueldo de los servicios de espionaje de los Estados
extranjeros”. En la “Historia del PCUS” se lee: “Los bujarínistas degeneran en políticos
de doble cara. Los trotskystas de doble cara degeneran en una banda de guardias
blancos, asesinos y espías”. En esta misma síntesis de las falsificaciones históricas se
califica a los trotskystas de ”monstruos”, ”desperdicios del género humano”, ”pigmeos
contrarrevolucionarios”, ”plaga de guardias blancos”, ”miserables lacayos de los
fascistas”. Jeam Jacques-Marie, en su opúsculo titulado ”El trotskysmo”, constata que:
”Hoy los historiadores y panfletistas stalinianos definen al trotskysmo aproximadamente
de la misma manera en que lo hacían de 1927 a 1934”.
”Léo Figuéres (director de ”Cahiersdu Comunisme”, la revista política y teórica del CC
del PC” frangés, Red. 1 que ha registrado en dicha publicación correspondiente al mes
de octubre de 1968 un artículo intitulado ”El trotskysmo, oportunismo ... afirma que el
trotskysmo es una ’’ideología de la pequeña burguesía”, ”una forma de antícomunismo”
y precisa: ”no se justifica tratar a los trotskystas de hitlerianos”, fórmula que en ”Le
trotskys mec’estantiléninisme” se presenta así: ”ellos no eran indistintamente agentes
hitleristas, hace 30 años”. Falsificando las tesis esenciales del trotskysmo, L. Figuéres
afirma que ”desarrolla la tesis de que Estados capitalistas y Estados socialistas se
colocan en el mismo plano, y que, en los dos casos, es indispensable una ”revolución”
para derrocar a la ”clase dominante”.
Los anarquistas y los demócratas que casi invariablemente acaban como puntales del
imperialismo ”democrático”, tienen su propia concepción del trotskysmo, para ellos no es
más que estalinismo al revés o el gemelo de este último. El viejo comunista yugoeslavo
Antón Ciliga ha escrito: ”Trotsky y sus partidarios se encuentran íntimamente ligados al
régimen burocrático de la URSS, para poder llevar una lucha hasta sus consecuencias
extremas contra este régimen ... Trotsky es, en el fondo, el teórico de un régimen del
que Stalin es el realizador”.
El ex-oposicionista Víctor Serge (”Memorias de un revolucionario”), al explicar su
ruptura con Trotsky dice: ”El trotskysmo da pruebas de una mentalidad simétrica a la
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
de! stalinismo contra el que se dirige y concluye destrozado”.
El anarquismo es una tendencia ultraizquierdista típicamente pequeñoburguesa (el
liberalismo de extrema izquierda), resucitado temporalmente después de las grandes
explosiones de 1968 en Europa, ha constituido, de la misma manera que el foquismo
y el terrorismo individual, una reacción desde la izquierda, pero negativa, contra el
carácter contrarrevolucionario y conservador de la burocracia stalinista que se apoderó
y degeneró a los partidos comunistas.
Mientras que para el marxismo (ver Manifiesto Comunista) la clase social revolucionaria
por excelencia en nuestra sociedad es el proletariado (las otras clases sociales oprimidas y
explotadas pueden asumiractitudes revolucionarias contra el orden de cosas imperante,
pero en definitiva son conservadoras porque tienen intereses que defender en el
capitalismo o en la herencia recibida del pasado), para el anarquismo, si recordamos
lo escrito por el ruso Miguel Bakunin, las fuerzas revolucionarias fundamentales
están constituidas por las capas más empobrecidas de la población, particularmente
por el lumpenproletariado y los estudiantes (los pablistas han encontrado en la
pequeñaburguesía intelectualizada a la ”nueva vanguardia”, porque dice que Mandel ha
descubierto el nuevo rol que en la producción juegan los intelectuales).
El anarquismo comenzó hablando de ”la abolición de toda explotación y de toda
opresión política o jurídica, gubernamental o administrativa, es decir, la abolición de
todas las clases por medio de la nivelación de todos los bienes y de la destrucción
de su última muralla, el Estado”. Remarquemos eso de la nivelación de los bienes
económicos que fue completada por la consigna de la ”nivelación de las clases”. El
marxismo, contrariamente, habla de una sociedad sin clases (de la desaparición de las
clases socialeslñ que supone un gran desarrollo de las fuerzas productivas que pueda
permitir la satisfacción sin límite de todas las necesidades, lo que está muy lejos de
la nivelación de necesidades y satisfacciones. La fórmula del comunismo es: de cada
uno según sus aptitudes, a cada uno según sus necesidades. Es claro que el objetivo
del comunismo no puede alcanzarse al día siguiente de la revolución (el anarquismo al
proponer esta ilusión se convierte en una utopía). Será necesario impulsar, de manera
insospechada, el desarrollode las fuerzas productivas; la ciencia será puesta al servicio
de la humanidad y no de las fuerzas destructivas. En la sociedad de transición, que
necesariamente exige la presencia de la dictadura del proletariado, todavía regirán
la moneda, los salarios (incentivos económicos y no de otra naturaleza), pero irán
desapareciendo gradualmente, conforme se desarrollen las fuerzas productivas.
Para el marxismo la revolución, el paso de una sociedad a otra, constituye un proceso
histórico determinado por el desarrollo de las fuerzas prod uctivas, es un fenómeno
objetivo, independiente de la voluntad de los protagonistas de la historia. Para el
anarquismo la revolución es, básicamente, un acto voluntarista, y también la nivelación
de bienes y necesidades; todo reside en que las transformaciones sean decretadas.
Hemos conocido teorías ultraizquierdistas igualmente voluntaristas, que todo reducen a
la declaratoria de la revolución, de la guerra prolongada,etc, representadas por el MIR
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
y el ELN.
El estado es para los anarquistas sinónimo de los diabólico y de la esclavitud y
no como dice el marxismo, un producto histórico de la sociedad dividida en clases
sociales: instrumento de la clase dominante para mantener en estado de sujeción, de
opresión y de explotación a las clases dominadas. “Un Estado sin esclavitud, abierta o
encubierta, es impensable, es por ésto que somos enemigos del Estado. ¿Qué significa
“el proletariado convertido en clase dominante”? (Bakunin, “Estatismo y anarquismo”).
Los anarquistas sostienen que la revolución destruye automáticamente todo Estado
y repudian inclusive al Estado obrero, gustan llamarse ”comunistas libertarios”, en
oposición a los marxistas, a los que califican de ”comunistas autoritarios”.
Para el marxismo, la necesaria dictadura del proletariado (necesaria para aplastar a la
burguesía y para orientar todos los recursos materiales y políticos hacia el comunismo) no
quiere decir una perpetuación del asalariado en el poder, sino su gradual debilitamiento
y disolución en la sociedad a medida del desarrollo de las fuerzas productivas y de la
atenuación de la lucha de clases. La revolución española (España fue uno de los grandes
bastiones del anarquismo) asestó un rudo golpe al anarquismo. La CNT-FAI formaron
parte del gobierno burgués ”republicano”.
También el marxismo preconiza la desaparición del Estado (el comunismo será
la sociedad sin clases sociales, es decir, sin Estado), pero el comunismo no podrá
implantarse el mismo día de la insurrección, ésta materializará su victoria en la dictadura
del proletariado. Renunciar al combate por la dictadura del proletariado significa
renunciara la lucha por la revolución socialista.
El trotskysmo y Lenín han analizado e qué condiciones puede degenerar el Estado
obrero y en qué medida este Estado obrero degenerado constituye un obstáculo
para el advenimiento del comunismo. Lenin, analizando el Estado obrero salido de
la insurrección de Octubre, escribe: ”El Estado obrero es una formulación teórica. En
primer lugar, tenemos de hecho un Estado obrero con la particularidad de que en el país
no predomina la población obrera, sino la campesina; y, en segundo lugar, un estado
obrero con una deformación burocrática”.
Si el marxismo considera imprescindible la construcción del partido del proletariado, el
anarquismo es enemigo de todo partido e inclusive de la política, que, como sabemos,
constituye el punto más elevado de la lucha de clases.
Para los anarquistas, stalinistas y trotskystas son la misma cosa: hijos legítimos del
marxismo y del bolchevismo, ambos igualmente autoritarios y estatistas. Para ilustrar
su tesis citan con mucha frecuencia los acontecimientos sangrientos de Cronstadt de
1921. Como se sabe, los marinos, entre los que actuaban algunos anarquistas, se
rebelaron en Cronstadt, habiendo correspondido a Trotsky ordenar al ejército rojo
aplastara los insurgentes contra el Estado obrero. Todavía en nuestra época referirse a
los ingratos acontecimientos sigue siendo un golpe dirigido contra la IV Internacional,
contra el trotskysmo y contra el leninismo.
Trotsky (todos los enemigos del bolchevismo consideran que Cronstadt constituye una
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
seria acusación contra el creador del ejército rojo y que destruye todas sus teorías y
sus críticas al stalinismo), que tuvo oportunidad de explicar los alcances de las acciones
de Cronstadt en el segundo congreso de la IC Juvenil (14 de julio de 1921), escribió un
artículo al respecto en enero de 1921. Comienza observando que sus acusadores han
constituido un verdadero ”frente popular”, que comprende desde los anarquistas hasta
los católicos, los demócratas de todo pelaje y los renegados del trotskysmo. ¿Por qué se
invoca, precisamente Cronstadt?, se pregunta, si durante la revolución los bolcheviques
tuvieron conflictos con los cosacos, con los campesinos, incluso con ciertos grupos de
obreros (los obreros del Ural, organizados en cuerpo de voluntarios en el ejército de
Koltchak). Estos conflictos tenían como fundamento el antagonismo entre los obreros
en tanto que consumidores y los campesinos en tanto que productores y vendedores
del pan. El campo hostigado tuvo su influencia sobre el ejército rojo: “En los años
de la guerra civil, fue necesario más de una vez desarmar a los regimientos de los
descontentos”.
Trotsky caracteriza de la siguiente manera los acontecimientos de Cronstadt: “La
sublevación de Cronstadt no fue más que un episodio en la historia de las relaciones
entre la ciudad proletaria y el pueblo pequeñoburgués; sólo se puede comprender este
episodio si se lo observa en vinculación con la marcha general del desenvolvimiento de
la lucha de clases en el curso de la revolución. En la larga lista de los otros movimientos
y sublevaciones pequeñoburgueses, Cronstadt no se distingue más que por su aspecto
sensacional. Se trata de una fortaleza marítima, debajo del mismo Retrogrado. Durante
la sublevación fueron lanzadas proclamas y la radio puesta en acción. Los socialistas-
revolucionarios y los anarquistas, que tenían prisa de llegar a Retrogrado, enriquecieron
la sublevación de frases y gestos “nobles”. Todo este trabajo dejó sus huellas sobre el
papel. Con ayuda de este material “documental”, es decir, de falsas etiquetas, no es
difícil construir alrededor de Cronstadt una leyenda mucho más exaltada que la aureola
revolucionaría que rodeó su nombre en 1917 ... Anarquistas, mencheviques, liberales
se esfuerzan por presentar el asunto como si, a comienzos de 1921, los bolcheviques
hubiesen volteado öas armas contra los mismos marinos de Cronstadt que habían
asegurado la insurrección de octubre”.
Meterá todos los de Cronstadt bajo la denominación común de “revolucionarios”
constituye una arbitrariedad. Entredichos marinos se podían notar 3 capas políticas:
los revolucionarios proletarios, algunos con un serio pasado de luchas y temple
revolucionario; la mayoría intermedia, sobre todo de origen campesino, y una capa de
reaccionarios, hijos de kulaks, de tenderos y de popes. “La historia de la insurrección
del acorazado Potemkin está basada en las relaciones recíprocas entre estas tres capas,
es decir, la lucha de las capas extremas, proletaria y pequeñoburguesa, por ejercer
influencia dominante sobre la capa campesina intermedia”. La composición política del
soviet de Cronstadt reflejaba la composición social de la guarnición y de las tripulaciones.
Desde el verano de 1917, la dirección del soviet pertenecía al partido bolchevique,
que se apoyaba sobre la mejor parte de los marinos y comprendidos los numerosos
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
revolucionarios que pasaron por la ilegalidad, salidos de los trabajos forzados. “Pero, los
bolcheviques constituían, si recuerdo bien, incluso durante las jornadas de la insurrección
de octubre, menos de la mitad del soviet. Más de la mitad estaba constituida por los
socialistas revolucionarios y los anarquistas. Los mencheviques no existían en Cronstadt
y lo odiaban. Los socialistas-revolucionarios oficiales, desde luego, no tenían una mejor
actitud hacia él... Ellos se apoyaban sobre la parte campesina de la flota y sobre la
guarnición. En cuanto a los anarquistas , ellos representaban el grupo más abigarrado.
Había, en medio de ellos, verdaderos revolucionarios del género de Jukode Jelezniakovi,
mas, eran individuos aislados, estrechamente ligados a los bolcheviques. La mayoría de
los ”anarquistas” de Cronstadt representaban a la masa pequeñoburguesa de la ciudad
y, por su nivel revolucionario, se encontraban más abajo que los social revolucionarios
de izquierda. El presidente del soviet era un sin partido, ”simpatizante anarquista”, en
el fondo un pequeño funcionario, enteramente apacible, anteriomente indiferente ante
las autoridades zaristas y entonces por la revolución”. Teniendo como telón de fondo
esta característica social y política de Cronstadt, la guerra civil cambió su fisonomía
hasta convertirla inconocible. ”Si, Cronstadt escribió una página heroica en la historia
de la revolución; pero la guerra civil comienza por despoblarla sistemáticamente y
también a toda la flota del báltico. Ya en las jornadas de la insurrección de octubre, los
destacamentos de marinos de Cronstadt fueron enviados en ayuda de Moscú... Desde
fines de 1918, y en todo caso no más tarde de 1919, las flotas del Báltico y de Cronstadt
habían caído completamente en la postración. Todo lo que tenía algún valor había sido
sacado y arrojado al Sud, contra Denikin. Si los marinos de Cronstadt de 1917-18 se
encontraban considerablemente por encima del nivel del ejército rojo, y constituyeron
la armadura de sus primeros destacamentos, de la misma manera que la armadura del
régimen soviético en numerosas provincias, los marinos que quedaron en el Cronstadt
”en paz” hasta comienzos de 1921, sin haber sido empleados en ninguno de los frentes
de la guerra civil, estaban, por regla general, considerablemente por debajo del nivel
medio del ejército rojo y había un gran porcentaje de elementos completamente
desmoralizados... Falta todavía añadir que en la flota del Báltico se colocaron entre
los marinos como voluntarios “letones y estonianos que tenían miedo de partir al
frente y se preparaban a retornar a sus nuevas patrias burguesas: Letonia y Estonia.
Estos elementos eran radicalmente hostiles ai poder soviético, que lo manifestaron
perfectamente durante las jornadas de la insurrección de Cronstadt”.
Algunos recuerdan a Trotsky el no haber tenido en cuenta los manifiestos y demás
documentos de los insurrectos de Cronstadt y aquel respondió que sabe que el carácter
de un partido está determinado mucho más por su composición social, su pasado,
sus relaciones con las diferentes clases y capas sociales que por sus declaraciones
verbales y escritas, sobre todo en el momento crítico de la guerra civil Anarquistas
y socialistas-revolucionarios se apoyaron en la resistencia de los campesinos a las
medidas del comunismo de guerra (requisar el pan para las ciudades que no ofrecían
nada a los hombres del agro). ”Si, en el periodo precedente, los obreros habían llevado
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
a los campesinos hacia adelante, los campesinos tiraban ahora a los obreros hacia
atrás. Es sólo después de un tal cambio de estado de espíritu, que los blancos atraen
parcialmente hacia ellos a los campesinos e inclusive a los semiobreros-semicampesinos
del Ural. Es de este mismo estado de espíritu, es decir, de la hostilidad frente a la ciudad
que se nutre el movimiento de Makhno, que detiene y asalta los trenes destinados a
las fábricas, a las usinas y al ejército rojo, destruye la vías férreas, extermina a los
comunistas,etc. Makhno llama a ésto la lucha anarquista contra el ”Estado”. En efecto,
era la lucha del pequeño propietario exasperado contra la dictadura del proletariado.
Un movimiento análogo se produce en cierto número de provincias, sobre todo en la
de Tamboy, bajo la bandera de los ”socialistas-revolucionarios”... Sólo un hombre de
espíritu completamente nuevo puede ver en las bandas de Makhno o en la insurrección
de Cronstadt una lucha ente los principios abstractos del anarquismo y del socialismo
de Estado... Se oponían al proletariado, ellos buscaban, bajo todas estas banderas,
hacer retroceder hacia atrás la rueda de la revolución”.
El hecho más elevado del movimiento anarquista en Rusia fue la epopeya del movimiento
campesino de Makkhno, que se desarrolló en Ucrania a partir del otoño de 1918, el
joven militante organizó sus primeros grupos armados, incluso sus primera operaciones
contra las tropas del fantoche de las potencias centrales, el otomán Shoropadsky. Afines
de 1918, tenía bajo sus órdenes 1.500 hombres, y, a comienzos de 1919, organiza en
el territorio por él controlado un congreso que designa una suerte de gobierno regional,
el soviet militar revolucionario de los obreros, campesinos e insurgentes. A fines de
febrero, Makhno toma contacto con el ejército rojo y se engancha, habiendo sido
equipado. Sus unidades acogen a los comisarios políticos hasta el nivel de regimientos,
pero mantienen su título de ejército insurgente y su bandera negra. En tanto que se
prepara la acción militar común contra el ejército de Denikin, la capital de Makhno,
Guliaie-Polié, se convierte en el centro político del anarquismo ruso con la llegada de
Vollne, antiguo editor de Nabat de Kiev, que había sido prohibido por los bolcheviques,
y de Archinov, teórico de Moscú. Estos dos elementos ocuparon importantes puestos en
el movimiento makhnovista.
Hubieron numerosos contactos, fricciones y lucha entre los insurgentes y los
bolcheviques. A mediados de 1920, cuando la amenaza de las tropas blancas de Wrangel
se cierne sobre Ucrania. Bela Kun, Frunzé y Gussev firmaron, a nombre del ejército
rojo, con Makhno un nuevo acuerdo. Después de la victoria contra Wrangel, se conmina
a los insurgentes a someterse al Estado obrero, aquellos resisten y son aplastados. En
Cronstadt fue lanzada la consigna de ”soviets sin comunistas”, en los que rápidamente se
enseñorearon los socialistas revolucionarios y los anarquistas y que sólo podían servirde
transición para pasarde la dictadura del proletariado a la restauración capitalista. La
sublevación de Cronstadt tenía así un carácter contrarrevolucionario. Cronstadt fue
politicamente aislado, particularmente con referencia a Petrogrado, aislamiento que
precipitó su derrota militar.
Víctor Serge ha señalado que la adopción de la NEP en 1920 y no en 1921 habría
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
evitado la sublevación de Cronstadt, lo que equivale a reconocer que en el trasfondo
de los acontecimientos se encontraba el descontento de la pequeña burguesía contra el
comunismo de guerra. Se sabe que Trotsky preconizó la adopción de nuevas medidas
económicas y diferentes al comunismo de guerra (que más tarde se llamaron NEP)
desde comienzos de 1920. En el curso de 1921, Lenín reconoció más de una vez
que la obstinación del Partido por mantener los métodos del comunismo de guerra
constituían un enorme error. Trotsky responde a Serge indicando que para apaciguar
a los insurgentes no era suficiente hacerles conocer los decretos de la NEP, sobre todo
porque éstos no tenían un programa consciente, se nutrían de un estado de profundo
malestar y descontento. “El régimen de la NEP no podía apaciguar a los campesinos
más que gradualmente, y, luego de los campesinos, a la parte descontenta del ejército
y de la flota”.
Recordemos que el viejo episodio de Cronstadt es utilizado por algunos para combatir
a la IV Internacional. .Estos acontecimientos se desarrollaron simultáneamente con el
X Congreso del PCUS, habiendo tenido influencia en la adopción de sus resoluciones.
La guerra civil comenzó en mayo de 1918 con la revuelta de la Legión checoslovaca
y se extendió rápidamente. Los 50.000 checos bajo mando francés, junto con los
voluntarios rusos marcharon hacia el Oeste, ocupando Tcheliabinsk, Omsk, etc. El éxito
de la empresa decide a los aliados a intervenir de modo concertado: las tropas franco-
inglesas desembarcaron en Murmansk a comienzos de junio, depués de Arkhangelsk,
donde se ubicaron 12.000 soldados con la misión de “proteger” la región contra un
ataque alemán. Mientras los guerrilleros ucranianos, organizados por los bolcheviques
Piatakov, Eugenio Bosch, Kotziubinski, cercan a las tropas alemanas en Ucrania, los
aliados, con el pretexto de apoyar a los checos, desembarcan cien mil hombres en
Vladivostok en el mes de agosto. En el Sud, el general monarquista Denikin pone en pie
un ejército de voluntarios que equipa con armas y municiones del gobierno británico,
que también envía una misión militar. En septiembre, primer éxito soviético: Trotsky, a
la cabeza del 50 ejército rojo, bate a los checos y retoma Kazan. En noviembre de 1918,
el almirante Koltchak se pone a la cabeza del conjunto de las fuerzas antibolcheviques.
Durante 30 meses de lucha sin cuartel, los bolcheviques conocen derrotas numerosas,
pero concluyen venciendo. Los vencedores de Octubre se mostraron generosos: uno
de sus primeros actos fue suprimir la pena de muerte. El general Krasnov que se había
sublevado al día siguiente de la victoria de Octubre, fue puesto en libertad, juntamente
con otros oficiales, bajo palabra de no tomar las armas contra el régimen soviético. “Tal
generosidad se reveló costosa: estos hombres formaron los cuadros de los ejércitos
blancos en los meses siguientes” (“Le partí bolchevique”, P. Broué).
Después de la revuelta de los alumnos-oficiales, Trotsky dijo amenazante: “No
entraremos en el reino del socialismo con guantes blancos y sobre un parquet encerado”.
La Tcheka, organizada por el comité militar revolucionario del soviet de Petrogrado
bajo la dirección de Dzerjinski, deviene en diciembre una comisión extraordinaria para
combatir a la contrarrevolución y al sabotaje”. Ella desarrolla su actividad y comienza
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
a golpear a partir de marzo, en el momento de la ofensiva alemana; la represión se
agrava a partir de julio: los Socialistas Revolucionarios han asesinado a Volodarski, los
aliados desembarcan en el Norte.
El antiguo social revolucionario Savinkov organiza una sublevación en Laroslav. Los
dirigentes del soviet del Ural ordenan ejecutar, en la noche del 17 de julio de 1918, al
zar y su familia. El 30 de agosto el bolchevique Uritsky es asesinado.
Lenin cae gravemente herido a la salida de un mitin en una fábrica por un disparo de
la terrorista social revolucionaria Dora Kaplan. El Comité Ejecutivo central del Soviet
decide responder al ”terror blanco” con el ”terror rojo”, este último es un terror de clase.
”La Tcheka”, declara Latsis, ”no juzga, golpea”. ”No hacemos la guerra a los individuos
aislados, exterminamos a la burguesía en tanto que clase”. Los bolcheviques han sido
obligados a adoptar el terror rojo y la experiencia les ha enseñado que la indulgencia
constituye una traición al proceso revolucionario.
La “Comisión Extraordinaria para Combatir a la Contrarrevolución, la especulación
y la delincuencia entre los funcionarios”, o policía secreta, tenía como título abreviado
“Comisión Extraordinaria”, su nombre de Cheka está formado por las inicíales de esta
comisión en ruso: Chrezvichais Komissüa. Se constituyó el 20 de diciembre de 1917. La
Chelea se convirtió en la fuerza de seguridad del Estado y ha subsistido hasta nuestros
días bajo diversas denominaciones como OGPU, NKVD, MVD, MGB, KGB.
”Ahora que se acusa a los obreros de dar pruebas de crueldad en la guerra civil,
decimos, instruidos por la experiencia: la indulgencia frente a las clases enemigas sería
la sola falta imperdonable que puede cometer en este momento la clase obrera rusa. Nos
batimos a nombre del más gran bien de la humanidad, a nombre de la regeneración de
la humanidad, para sacarla de las tinieblas y de la esclavitud” (Trotsky). Por su parte,
Lenin señaló: ”Nuestras faltas no nos dan miedo. Los hombres no se transforman en
santos por el hecho de que la revolución ha comenzado. Las clases laboriosas oprimidas,
bestializadas, mantenidas a la fuerza en la miseria, en la barbarie, durante siglos, no
pueden cumplir la revolución sin cometer errores ... No se puede encerrar en un círculo
el cadáver de la sociedad burguesa y enterrarlo. El capitalismo derrocado se pudre, se
descompone en medio de nosotros, infestando el aire con sus mismas, emponzoñando
nuestra vida: esto que es viejo, podrido, muerto, se agarra por millares de hilos y de
ligaduras a todo lo que es nuevo, fresco, viviente”.
En marzo de 1918, Trotsky es designado comisario de guerra y está convencido de
que la revolución no vencerá si no logra disponer de un verdadero ejército moderno,
disciplinado, instruido, dirigido por un verdadero Estado mayor de especialistas. El
decreto sobre instrucción militar, redactado por Trotsky, recuerda que uno de ios fines
esenciales del socialismo es el de ”liberar la humanidad del militarismo y de la barbarie
de los conflictos sangrientos entre los pueblos”. Fueron empleados más de 30.000
técnicos militares venidos de las filas zaristas, supervigilados por comisarios políticos
que eran militantes bolcheviques.
El comunismo de guerra nace, pues, de la mismas necesidades de la guerra. Fue
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
necesario movilizar y controlar todos los recursos del país: bajo la presión de la necesidad
fue nacionalizada la industria sin ”que los obreros hubiesen tenido el tiempo de pasar
por la escuela el control obrero. El avituallamiento y el equipamiento, el armamento son
los imperativos absolutos. El comercio privado desaparece totalmente; para alimentar a
los soldados y a los hombres de la ciudad, destacamentos de obreros armados requisan
los granos en el campo. Los campesinos pobres son organizados contra el kulak
(campesino rico) en defensa del régimen. Las recetas presupuestarias no surten efecto
y el gobierno no posee el aparato necesario para el cobro de los impuestos: la impresión
de billetes funciona sin interrupción. Una gigantesca inflación aumenta las dificultades
que sólo la violencia agudizada permite vencerlas. Pronto los salarios, desde luego muy
inferiores al estricto mínimo alimenticio, se pagan en especie” (Broue). Deutscher, el
biógrafo de Trotsky y en cierto momento miembro de la Oposición anota que en esta
situación hay una gesticulante ironía: ”el control gubernamental total, la supresión
del mercado, la desaparición de la moneda, la nivelación de las condiciones de vida
parecen la realización del programa comunista, no ha nacido del desarrollo de las
fuerzas productivas, sino de su hundimiento. No es más que la nivelación en la miseria,
próxima al retorno a la barbarie. La insurrección de los socialistas revolucionarios
de izquierda (julio de 1918) marca el fin del sistema soviético multipartidista. Los
bolcheviques quedan prácticamente solos en los soviets. El poder soviético se afirma
y también la dictadura férrea del PC, como dijo Zinoviev. Los bolcheviques sostuvieron
siempre que la dictadura del proletariado estaba dirigida contra el enemigo de clase y
que los partidos obreros debían gozar de las libertades esenciales. Las dificultades de la
guerra civil y la conspiración antibolchevique y reaccionaria de los partidos socialistas”,
obligará a marginarlos del escenario. El consejo nacional de los social revolucionarios,
mayo de 1918, se declara en favor de la intervención extranjera, “con fines puramente
estratégicos y desarrolla una vasta acción terrorista contra los cuadros de dirección del
partido de gobierno. Algunos líderes mencheviques aparecieron comprometidos con los
guardias blancos.
El 14 de junio de 1918, el comité ejecutivo de ios soviets votó la resolución defendida
por Sosnovsky excluyendo de su seno a los social revolucionarios de derecha y del
centro y a los mencheviques por su alianza con los contrarrevolucionarios. Los social
revolucionarios de izquierda se escisíonaron después de la insurrección de julio:
los militantes que desaprobaron la aventura organizaron los grupos “comunistas-
revolucionarios” y “comunistas-populistas”, habiendo ensayado mantener la alianza de
los socialrevolucionarios de izquierda con los bolcheviques.
La revuelta de Cronstadt coincidió con la adopción por el X congreso del PC (marzo
de 1921) de un viraje radical en materia de política económica que se conoce con el
nombre de Nueva Política Económica (NEP). La NEP se caracteriza por la supresión de
las medidas de requisición, que fueron reemplazadas por el impuesto progresivo en
especie (los campesinos entregaban una parte de su producción y se guardaban el
resto), el restablecimiento de la libertad de comercio (comercio interno, se entiende)
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
y !a reaparición del mercado, el retorno a la economía monetaria, la tolerancia de la
industria privada mediana y pequeña y el llamado, bajo control del Estado obrero, a las
inversiones extranjeras.
El X congreso, actuando siempre bajo las difíciles condiciones de entonces, se vio
obligado a revisar momentáneamente una de las tesis fundamentales del bolchevismo: el
centralismo democrático, que supone el derecho de formar fracciones dentro del Partido.
De la misma manera fueron suprimidas las actividades de los “partidos socialistas”.
El stalinismo perpetuó estas medidas para impulsar e! monolitismo organizativo y el
centralismo burocrático.
Para finalizar diremos que el episodio de Cronstadt es utilizado también por quienes
niegan el carácter de Estado obrero al Estado ruso y sostienen que rápidamente se tornó
capitalista. Según estos elementos, Trotsky hizo mucho mal al movimiento revolucionario
al haberse prestado a proporcionar cobertura izquierdista a la brutalidad del stalinismo
y del bolchevismo. Según esta tesis lo correcto habría sido que Trotsky se sumase a los
revoltosos de Cronstadt. Este planteamiento fue hecho, principalmente, por el grupo
inglés editor de la “Socialist Review” por los años 60 y que acababa de romper con la
Socialist Labour League, en ese entonces integrante del Comité Internacional por la
reconstrucción de la IV Internacional por la reconstrucción de la IV Internacional y que
ahora lleva el nombre de Comité de Organización.
Lenin, después de octubre, señaló que la dictadura del proletariado mostraba
muchos rasgos del Estado burgués y antes de su muerte luchó enérgicamente contra
las deformaciones burocráticas (la lucha contra los abusos de la burocracia (la lucha
contra los abusos de la burocracia justifica la existencia de los sindicatos bajo el Estado
obrero, encargados de seguir luchando en defensa de los trabajadores). El stalinismo ha
hipertrofiado estas deformaciones. Trotsky caracteriza al Estado soviético como Estado
obrero degenerado.
El pablismo al referirse a los otros Estados obreros hace una formal y sutil diferenciación
y dice que se trata de Estados obreros deformados, esto porque no habiendo nacido
de una revolución proletaria mal pueden haberse degenerado y que aparecieron ya
deformados. Trotsky se refiere a la deformación burocrática y no a otra cosa.
b) La sostenida e importante lucha de los bolcheviques contra el reformismo
y socialchovinismo de la Segunda Internacional, lucha en la que también tuvo
participación Trotsky, culmina en la organización de la Tercera Internacional (1919) y
que al constituirse se declara la heredera del verdadero marxismo y de la política ya
desarrollada por la Primera Internacional de Marx y Engels. La Internacional Comunista
está lejos de pretender crear una nueva doctrina, una determinada variante del
socialismo, contrariamente, no hace más que desarrollar los principios teóricos, políticos
y organizativos planteados por los clásicos; la IC no comenzó llamándose leninista, sino
marxista, pues para ella la continuidad del socialismo científico era nada menos que su
punto de partida. La IC fue concebida como instrumento de la revolución mundial.
El trotskysmo reivindica como parte de su programa las tesis, resoluciones, etc., que
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
fueron aprobadas en los cuatro primeros congresos de la IC (1919-1922), no sólo porque
se realizaron en vida de Lenin y bajo su dirección o porque Trotsky tuvo a su cargo
o participó en la redacción de los documentos más importantes, sino porque en esas
reuniones se sentaron las bases de la política y organización revolucionarías leninistas
que ahora los trotskystas levantamos como nuestra bandera. Los documentos de los
cuatro primeros congresos de la IC han sido utilizados por la oposición de izquierda en
su lucha contra el stalinismo y ha correspondido a los trotskystas divulgarlos, rompiendo
así el boycot de la burocracia del Kremlin. Las tesis y resoluciones comprenden los
siguientes aspectos:
-Lucha contra el revisionismo y el socialchovinismo, retorno al auténtico marxismo
revolucionario. Gran parte del material da la impresión de que los dirigentes rusos
buscaban educar y formar a los cuadros de la nueva organización. Fue rechazado
todo brote reformista y, en oposición, se puso de relieve el camino insurreccional. La
preocupación inicial de la IC no fue sólo la de crear secciones en todos los países, sino
convertir a los partidos comunistas en organizaciones de masas, a fin de que pudiesen
conducir a éstas a la conquista del poder político. A la victoria de Octubre siguió una
poderosa avalancha revolucionaria en escala internacional.
En los partidos socialdemócratas aparecieron tendencias comunistas y algunos partidos
en su integridad se declararon en favor de la III Internacional. Esta afluencia masiva
hacía la flamante organización tuvo como contrapartida la aparición de desviaciones
reformistas en política y de un excesivo liberalismo en el plan organizativo. El rápido
crecimiento de los partidos comunistas amenazaba con debilitarlos ideológica y
organizativamente, la cantidad atentaba seriamente contra la calidad. La IO se planteó,
con carácter de urgencia, eliminar de los partidos comunistas todo ripio socíaldemócrata,
es decir, bolchevizarlos de un modo enérgico. A tal finalidad obedeció la aprobación de
las “21 condiciones de admisión a la IC”. De manera natural, emergió como modelo
(hablando de programa y de organización) el Partido Comunista ruso.
La Internacional fue sobretodo una Internacional europea (cierto que podía ostentar
como adorno la presencia en sus congresos de delegados de algunos países de América
Latina y de otras regiones rezagadas) porque permanecía aterrada al esquema de
que el socialismo era un problema de ”los países civilizados” y porque para ella
prácticamente, no existía el problema colonial y nacional. Por otro lado, algunos elementos
ultraizquierdistas, fuertemente influenciados por Rosa Luxemburgo, sostenían que en
la época del capitalismo decadente la autodeterminación de la naciones oprimidas
y todo el problema nacional eran reaccionarios, una capitulación ante la burguesía.
Tomaba como dogma la conclusión esquemática de “El Capital’ en el sentido de que las
metrópolis capitalistas muestran el camino de su desarrollo a los países atrasados.
Corresponde a la III Internacional el mérito indiscutible de haber integrado en la
política revolucionaria internacional los problemas colonial y nacional, a los que prestó
preferente atención, no sólo por haber sentado las bases de la política revolucionaria
en los países atrasados sino porque puso en pie partidos revolucionarios en las regiones
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
rezagadas. Los congresos de la IC estudiaron y discutieron la estrategia y táctica de la
lucha por la liberación nacional. En el II y IV congresos, particularmente, se aprobaron
tesis sobre la cuestión nacional y colonial y sobre el frente antiimperialista que se han
convertido en la base de los planteamientos del trotskysmo sobre la materia.
De la misma manera que se estableció en las metrópolis el frente único obrero (un
frente entre los partidos obreros) para demostrar a los trabajadores, en el terreno de
la práctica diaria, que la socialdemocracia no puede menos que traicíonar el programa
de la lucha anticapitalista y por el socialismo, vale decir, los intereses históricos del
proletariado; de la misma manera, se aprobó para los países atrasados la táctica del
frente único antiimperialista, a fin de demostrar a las masas que la burguesía nacional
no tiene más remedio que traicionar el programa de liberación nacional, lo que abre
la posibilidad de que el proletariado se convierta en caudillo de las mayorías del país.
Los documentos de la lll Internacional excluyentoda posible capitulación del partido
revolucionario ante la burguesía o los frentes populares.
-Antes que la Cuarta, la Internacional Comunista se estructuró como partido mundial
único, como el Partido Mundial de la Revolución socialista. La revolución de nuestra época
fue concebida como una unidad internacional, formando parte de ella tanto la revolución
en las metrópolis como la que tiene lugar en las colonias y semicolonias. De esta manera
la separación y oposición entre países altamente desarrollados y sen¡coloniales, entre
países maduros y no maduros para el socialismo, carece de vigencia, desde el momento
que forman parte del capitalismo en decadencia. La revolución por etapas, uno de los
pilares del stalinismo, tiene necesidad de la oposición entre los países capitalistas y los
que muestran -según él- predominantes rasgos precapitalistas.
-La Internacional Comunista de los primeros años funcionó dentro de las normas del
centralismo democrático y como un partido mundial del que los partidos comunistas,
incluido el de Rusia, no eran más que secciones nacionales. La preeminencia de la
organización de Lenin y de Trotsky era consecuencia de su gran experiencia adquirida
en una revolución victoriosa y de su enorme e indiscutido ascendiente teórico y político.
La Internacional Comunista, en cierta medida, se estructuró a imagen y semejanza del
partido ruso y éste puso todo de su parte para que las demás secciones se elevasen
hasta su misma altura, a fin de que fuesen capaces de acaudillar la revolución en sus
diferentes países. La IV Internacional defiende esta herencia y la incorpora a su propio
arsenal.
El stalinismo, habiendo abandonado el programa revolucionario del bolchevismo, no
pudo menos que prostituir y minar internamente la organización estructurada conforme
a los principios leninistas. La vida interna de los diferentes partidos comunistas se
redujo a acatar dócilmente las instrucciones impartidas desde el Kremlin y las
direcciones fueron purgadas y nominadas de acuerdo a los deseos y necesidades
de la burocracia termidoriana. La IC dejó de ser el Partido Mundial de la Revolución
Socialista para transformarse en un instrumento dócil en manos de los dueños del poder
soviético, instrumento que funcionó a perfección toda vez que la diplomacia moscovita
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
realizaba un viraje o acordaba deshacerse de elementos comunistas opositores. En el
período stalinlsta la “bolchevización” de los partidos comunistas significó acentuar su
burocratización y purgar a los opositores. De esta manera la Internacional dejó de ser
un partido revolucionario para concluir, obedeciendo a la necesidad de los gobernantes
rusos de complacer al imperialismo, siendo disuelta.
El stalinismo olvidó el principio leninista de que un Estado obrero puede concluir
acuerdos con los gobiernos burgueses, acuerdos que no pueden comprometer ni menos
obligara los partidos comunistas de los países capitalistas pactantes a apoyar a la clase
dominante. Durante el período stalinísta los partidos comunistas han apoyado y apoyan
a tal o cual burguesía según los virajes de la diplomacia soviética.
-Como todos los escritos y la prédica de Lenin,Trotsky y del bolchevismo (en este
caso hay que incluir al mismo a Stalin), la IC de los cuatro primeros congresos parte
de la certidumbre de que la conquista del poder por el proletariado en octubre de 1917
no es más que el inicio de la revolución socialista mundial, que ésta es el objetivo
fundamental y que de su efectivizacíón depende la consolidación de la revolución rusa
y la estructuración de la sociedad son clases.
La reacción stalinísta opuso a la estrategia de la revolución mundial la concepción
contrarrevolucionaria del socialismo en un solo país (claro no en un país cualquiera sino
en Rusia, al que se le aplica un curioso mesianismo), construido dentro de las fronteras
nacionales, aprovechando sólo sus recursos propios y al margen de la suerte corrida por
el movimiento revolucionario mundial. Dentro de esta concepción ya no se trata de hacer
la revolución internacional sino de utilizar al movimiento comunista para preservar a la
URSS de toda agresión bélica, pues de esta manera quedaría asegurada, a la larga, la
construcción de la sociedad sin clases. A esta premisa se añadió la superchería de que
en una muda y cronológicamente indeterminada competencia económica sería posible
demostrar la superioridad del socialismo sobre el capitalismo (sólo faltaba añadir, para
que el abandono del marxismo fuese más escandaloso, que la burguesía convencida de
su inferioridad, se apresuraría en abandonar el escenario) y tuvimos ante nosotros la
coexistencia pacífica entre imperialismo y socialismo (se agotaron todos los esfuerzos
para que la coexistencia fuese cooperación, o mejor, sometimiento al imperialismo).
Trotsky precisó utilizar los documentos de los cuatro primeros congresos de la IC en
su lucha –básica- para la continuidad de la línea política de la III internacional, y para
la futura construcción de la IV Internacional y para mantener en alto la bandera del
leninismo y preservarla de toda degeneración.
La idea revisionista del socialismo en un solo país que se acomodó a las masas cansadas
de la lucha, a la presión reaccionaria interna e internacional y, sobre todo, al abandono
de la revolución mundial como actividad central de la IC, fue expuesta por Stalin y
Bujarin a fines de 1924, hasta ese entonces también ellos hablaban de subordinar la
suerte de la revolución rusa a la suerte de la revolución internacional. El 20 de diciembre
de 1924 Stalin publicó en la Pravda su artículo “La revolución de octubre y la táctica de
los comunistas”, donde se lee: “el desarrollo económico y político desigual de los países
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
capitalistas hacía posible la ruptura del sistema capitalista mundialen su “eslabón más
débil”,y, por tanto, la victoria del socialismo”. Ya no habló de la revolución internacional
como factor condicionante de la victoria del socialismo en Rusia y únicamente se refirió
a la alianza obrero-campesina como condición para “el triunfo definitivo del socialismo,
a condición de que la fuerza dirigente de esa alianza sea el proletariado”.
La tesis de Stalin se basaba e la vigencia de la ley del desarrollo desigual en la
estabilización del capitalismo (reconocida por la IC en 1925), en la estabilización del
Estado y de la economía soviéticos (que se expresaba en la superación de la crisis de
las tijeras, en la consolidación interna del Estado y en su reconocimiento de jure por
parte de la mayores potencias del mundo).
En agosto de 1915, Lenin escribió que la ley del desarrollo desigual determinaba el
triunfo inicial de la revolución (que debe entenderse como la toma del poder y la
adopción de las primeras medidas) en algunos países o en uno solo. Pero Lenin no
habló del triunfo definitivo del socialismo en un solo país.
En 1918, es decir, después de la victoria de octubre, Lenin resumió así su pensamiento:
”Si la revolución alemana no estalla estamos perdidos”.
Para Marx, Engels, Lenin y Trotsky era evidente que ”La revolución comunista sólo
puede vencer como revolución mundial”. Los dos primeros estaban seguros que ’Los
franceses comenzarán (la revolución), los alemanes la llevarán a término’. El pronóstico
no es valedero por el orden en que los diferentes países participarán en la revolución,
sino porque puntualiza su necesaria proyección internacional. A Trotsky le parece que el
socialismo en un país es una utopía reaccionaria: “El marxismo afirma que la sociedad
socialista sólo puede cimentarse sobre el nivel económico más alto logrado bajo el
capitalismo; como éste está dado actualmente por el desarrollo mundial de la economía
y la división internacional del trabajo en que este desarrollo se basa, la pretensión de
realizar el socialismo con los “recursos nacionales” equivale a perseguir una utopía
reaccionaria. La realización socialista sólo puede concebirse en escala mundial”. El
socialismo en un solo país ha sido negado por la historia, la URSS ha tenido que actuar
empíricamente en sentido contrario. Esta utopia reaccionaria ha obligado a destruir la
IC y en esa medida ha causado un tremendo daño a la revolución mundial.
El maoísmo, stalinista de cuerpo entero, enarbola la teoría del socialismo en un solo
país, como respuesta no marxista al boycot del imperialismo y de la URSS.
c) En septiembre de 1927 y firmada por 13 miembros que constituían la Oposición
de Izquierda (Trotsky, Rakovsky, Radek, Smilga, I.N. Smirnov, Valentinov, Serebriakov,
Preobrazhensky, Eltzin y ”algunos otros antiguos bolcheviques”), fue presentada la
plataforma de la Oposición al Comité Central del PC ruso para que fuese aceptada
como base de una nueva política del Partido. La difusión del documento fue prohibida
bajo pena de expulsión y apresamiento. El XV Congreso del PC ruso (1927) aprobó la
expulsión de la Oposición, que apeló al VI congreso de la IC (1928) y la medida punitiva
fue ratificada por éste.
El stalinismo estaba ejecutando su viraje a la derecha y la Oposición, en vísperas del
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
XV Congreso y retomando las palabras de Lenin, señalaba que el Estado había dejado
de servir los intereses de obreros y campesinos y que comenzaba a moverse conforme
a los deseos del Kulak, del nepman y del burócrata. La Oposición alertó ante el peligro:
’estas fuerzas son tan poderosas que pueden empujar nuestra máquina gubernamental
y económica en una dirección errónea y hasta intentar finalmente -al principio de modo
velado- apoderarse del velante de la máquina.
La plataforma señala que, ai mismo tiempo, aumenta a diario ”la influencia del
aparato del Estado” y también ”la deformación burocrática del Estado obrero”. Trotsky
caracteriza a la URSS como Estado obrero degenerado, en cuyo seno la excrecencia
burocrática ha ido apoderándose del aparato del Estado hasta desplazar a la vanguardia
proletaria.
Ante el fortalecimiento amenazante, como consecuencia de la NEP, del kulak y del
nepman y la mayor separación de la ’tijera’ que representa la disparidad de los precios
agrícolas e industríales, la Oposición invocó lo dicho por Lenin como estandarte que
señalaba el camino del socialismo.
“Sólo podremos considerar garantizada la victoria del socialismo sobre el capitalismo
y su perdurabilidad cuando el poder del Estado proletario, después de haber suprimido
definitivamente la resistencia de los explotadores y de haberse asegurado de la completa
sumisión de éstos y de su propia solidez, reorganice toda la industria sobre la base
de la producción colectiva en gran escala y la técnica más moderna (basada en la
electrificación de toda la economía). Sólo así se hará posible que las ciudades presten al
campo atrasado e indistinto la ayuda radical, técnica y social que cree la base material
para un incremento enorme de la productividad del trabajo agrícola y rural, impulsando
a los propietarios de pequeñas tierras con el ejemplo y por su propio interés a pasara
una agricultura colectiva en gran escala a base de la maquinaria”.
Partiendo de la nacionalización de los medios de producción como ”paso decisivo hacia
la reconstrucción socialista”, se plantea el desarrollo de las fuerzas productivas y ”el
predominio de los elementos socialistas sobre los capitalistas, unido a un mejoramiento
de todas las condiciones de existencia de la clase obrera”. Se propone una serie de
medidas prácticas en favor de la clase obrera: ”Cortar de raíz toda propensión a
prolongar la jornada de 8 horas ... No tolerar ningún abuso en el empleo de obreros
eventuales...; el problema más inmediato es la elevación de los salarios a un nivel que
corresponda menos al aumento logrado en la productividad del trabajo.etc.”.
Los sindicatos comenzaron a no defender ios intereses de sus afiliados, conforme
denunció el XIV Congreso: ”Los sindicatos no podían frecuentemente realizar su trabajo,
manifestando cierta parcialidad y postergando a veces su tarea más importante y
principal, la de defender los intereses económicos de las masas organizadas por ellos y
elevar por todos los medios posibles su nivel material y espiritual”. La Oposición sostiene
que ”la labor de los sindicatos debe juzgarse en primer término por el grado en que
defienden los intereses económicos y culturales de los obreros, bajo las limitaciones
industriales existentes”. Las medidas prácticas propuestas tendían a efectívizar la
33
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
democracia sindical y respetar la voluntad de las bases: ”Las elecciones efectivas, la
publicidad, la responsabilidad ante los afiliados deben constituir la base del trabajo
sindical”.
Los planteamientos de la Oposición sobre la cuestión agraria adquieren importancia
y virulencia; la línea leninista se oponia a la política que buscaba complacer al kulak.
”La producción en pequeña escala -dice Lenin- crea el capitalismo y la burguesía
constantemente, de día en día, a cada hora elementalmente y en grandes proporciones”.
La Oposición señala la alternativa histórica; ”O bien el Estado proletario, contando
con el alto desarrollo y la electrificación de la industria consigue vencer el atraso
técnico de millones de pequeñas e ínfimas industrias, organizándolas sobre la base del
colectivismo y de vastas unidades, o bien el capitalismo, con la fuerza que reclute en el
campo, minará los cimientos del socialismo en la ciudad”. Reivindica la táctica leninista:
”Lograr concluir una alianza con el campesino medio sin renunciar por un instante a
la lucha contra el kulak y apoyándonos siempre sólidamente en el campesino pobre”.
La Plataforma arremete contra la posición sustentada por Stalin-Bujarin, que puede
resumirse así: ”Cifrar nuestras esperanzas sobre la industria agrícola en el campesino
”fuerte”, es decir, en el fondo, en el kulak. Ignorar o negar abiertamente el carácter
pequeño burgués de la propiedad y la industria campesinas, lo cual significa una
desviación de la posición marxista hacia las teorías de los socialistas revolucionarios...
La creación de teorías disgregantes para demostrar que ”el kulak y las organizaciones
de kulaks no tendrán de todos modos probabilidades de triunfo, porque la estructura
general de la evolución de nuestro país se halla predeterminada por la estructura de la
dictadura del proletariado”.
Al bloque Stalin Bujarin se arremetió con la idea genial de Lenin en sentido de que
”sólo la combinación de ambos planes (cooperativo y electrificación) podría garantizar
la transición al socialismo. El stalinismo opone el plan cooperativo a la electrificación.
La Plataforma de la Oposición planteó la industrialización “lo bastante rápida para que
garantice en un futuro próximo la solución” a los problemas de la industria, de la clase
obrera, de la agricultura y de la defensa. El planteamiento parte de la siguiente cita de
Lenin: “La única base material del socialismo es una vasta industria maquinizada capaz
de reorganizar la agricultura”. Esta política debía marchar paralelamente al aumento
sistemático de los “elementos socialistas, cooperativos y estatales , . . anulando,
subordinando y transformando los elementos económicos presocialistas (capitalistas y
precapítalistas)“.
El plan quinquenal (1927-31), que tenía de positivo “la perspectiva fundamental de
la dirección económica que prevalece actualmente en su aspecto más sistematizado y
más completo”, fue censurado por muy parsimonioso y pesimista (prevé el crecimiento
de la producción anual del 4 al 9%, “que es la proporción de desarrollo en las industrias
capitalistas durante los períodos de gran progreso”) y la Plataforma añade; “en realidad
estáis trabajando contra el socialismo”. No reflejaba “la gigantesca ventaja (sobre la
economía capitalista) que supone la nacionalización de la tierra, de ios medios de
34
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
producción, de los bancos y de los órganos centrales de la administración, es decir, las
ventajas derivadas de la revolución socialista”.
Más tarde, bajo la presión del desarrollo de la economía soviética, el stalinismo se
apropió de las ideas contenidas en la “Plataforma de (a Oposición” sobre la rápida
industrialización y la colectivización del campo y las llevó a la práctica de un modo por
demás brutal y burocrático, descargando todo el peso de una transformación convulsiva
sobre las masas.
Trotsky señaló como conquistas fundamentales e irreversibles la nacionalización de los
medios de producción y la economía planificada, pilares de la futura sociedad.
No se trataba, en verdad, de Itegaral socialismo no importa en qué época y que,
por tanto, no importaba a qué paso se caminase (Bujarin había lanzado su ocurrencia
pequeñoburguesa de la marcha hacia el socialismo a “paso de tortuga”). El ritmo de
crecimiento de la economía resultaba fundamental si se tiene en cuenta que la revolución
no arranca a un país del mercado mundial y que es en éste donde el socialismo tiene
que demostrar su superioridad. “En la larga lucha que nos aguarda entre 2 sistemas
sociales
irreconciliablemente hostiles –elcapitalismoyelsocialismo-, el resultado será decidido
en último término por la productividad relativa del trabajo bajo cada uno de ambos
sistemas. Y ésto se medirá en el mercado por la relación existente entre nuestros precios
domésticos y los precios mundiales” (Plataforma). Los oposicionistas recordaron que
Lenin previno acerca de la inminente ”prueba a que habría de someterse el mercado
ruso y el mercado internacional, al cual nos hallamos subordinados, con el cual nos
encontramos ligados y del cual no podemos desprendernos”.
La revolución de octubre propugnó la desaparición del Estado y de su profunda
transformación desde el momento mismo de la conquista del poder por el proletariado,
conforme a lo que enseñan la experiencia de la Comuna y la doctrina marxista. La
desburocratización es uno de los aspectos fundamentales en este proceso yque sólo
puede darse dentro de (as siguientes características: ’bajo el socialismo los funcionan
os dejarán de ser burócratas... Dejarán de serlo en la medida en que introduzcamos, no
sólo el principio electoral, sino también el principio de pagar según el tipo medio de salario
del obrero así como la sustitución de las instituciones parlamentarias por instituciones
activas, es decir, por instituciones que dicten leyes y las pongan en práctica” (Lenin).
La Oposición constata no sólo que el Estado deja de servir los intereses obreros y
campesinos, sino que la burocratización crece amenazadoramente: “Bajo el continuo
desarrollo relativo de la nueva burocracia y del kulak y su acercamiento a la burocracia,
bajo la falsa orientación de nuestros dirigentes en general, el kulak y el nepman,
aunque privados de derechos electorales, siguen siendo capaces de influir en el personal
administrativo y en la política”. La respuesta comprendía, entre otras, las siguientes
medidas:
“Adoptar una forma política de lucha contra el funcionarismo y entablar esta lucha
como lo haría Lenin para hacer que fuera una verdadera lucha, destinada a refrenar
35
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
la aspiraciones explotadoras de la nueva burguesía y del kulak mediante el sólido
desarrollo de la democracia proletaria en el partido, en los sindicatos y en los soviets.
Como base para la vivificación de los soviets, elevar la actividad de clase de los
obreros, de los peones agrícolas y de ios campesinos pobres y medios.
”Convertir los soviets urbanos en órganos reales del poder proletario y en instrumentos
para la introducción de las grandes masas de obreros a la tarea de la administración de
la obra socialista: realizar, no de palabra, sino de hecho, el control de los soviets de la
ciudad en los comités ejecutivos provinciales y en los órganos sujetos a estos comités”.
La Plataforma anota que ”el desarrollo de un chovismo de gran potencia y de un
espíritu nacionalista en general, todo ello encuentra su expresión más morbosa en el
problema agravado por el acortamiento del ritmo general del desarrollo socialista el
incremento de la nueva burguesía en la ciudad y en el campo, el fortalecimiento de la
inteiligentsia burguesa, el aumento del burocratismo en los órganos del Estado, el mal
régimen dei Partido.
Tal política era la negación misma del leninismo, que proclamó el derecho de las
nacionalidades inclusive a separarse de un determinado Estado. ”La tarea de los
comunistas en la nacionalidades atrasadas o recién despiertas debe ser dirigir el proceso
del despertar nacional por los derroteros del socialismo soviético. Debemos atraer a las
masas laboriosas a la obra constructiva económica y cultural principalmente fomentando
el desarrollo del idioma y las escuelas locales y la nacionalización del aparato soviético”
(Plataforma).
Defiendo al PC ruso como ”el instrumento fundamental de la revolución proletaria” y
como ”el partido dirigente de la IC”, la Oposición le llamó a criticar sin miedo sus propios
errores, a descubrir sus lados más sombríos contemplar claramente el peligro de una
degeneración efectiva, con el fin de adoptar las medidas oportunas para impedirla.
”Siempre se hizo así en vida de Lenin, que constantemente nos advertía contra el
peligro de que degenerásemos en un ”partido de pedantes”. En la revista que pasa a la
situación del Partido se constata que la evolución de su estructura social va en detrimento
de la mayoría de los obreros de las industrias, mucho más sombrío tratándose de ”la
composición social de los órganos directores”; que el excesivo burocratismo amenaza
con destruirlo (el burócrata ya no consideraba al PC de la célula hacia la dirección, sino
a la inversa, de arriba abajo), acabando con el partido de masas y con el centralismo
democrático; que ”estos últimos años han presenciado una abolición sistemática de la
democracia interna del PC... La elección genuina de ios funcionarios esta desapareciendo
en la práctica. Los principios organizativos del bolchevismo son deformados a cada
paso. La constitución del partido se está modificando sistemáticamente para aumentar
los derechos de los de arriba y disminuir los del núcleo situado a la base”; la disciplina
revolucionaria fue sustituida por la ”sumisa obediencia”; la lucha interna fue adulterada
y estrangulada; el poder real de la casta burocrática fue creciendo en detrimento del
resto del partido. La Oposición declaró su decisión de luchar por la unidad. ”Nuestra
misión es conservar la unidad del Partido a toda costa, oponernos a la política de
36
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
las escisiones, las amputaciones, las exclusiones, las expulsiones,etc; pero al mismo
tiempo garantizar al Partido su derecho a disentir y decidir libremente, dentro del
marco de esta unidad, todas las cuestiones que se planteen”.
La Oposición exigió el retorno a la democracia interna, la proleterización del aparato
partidista (mayoría de obreros industriales).
El lamentable estado de cosas del Partido se agudizaba tratándose de la juventud:
”La educación intemacionalista de los jóvenes obreros se va relegando cada vez más
a segundo término. Todo intento de crítica se suprime y se persigue. Para ocupar los
puestos directivos de la organización juvenil comunista, el aparato del Partido exige
ante todo ”obediencia” a él y hostilidad a la Oposición”.
La burocracia antileninista dijo que la Oposición se abandonaba ciegamente a ta carta
de la revolución internacional y que nada hacía para fortalecer a la Rusia Soviética, a
fin de que pudiese defenderse de los enemigos foráneos; lo que no era más que una
falsificación de la “Plataforma”. El peligro de la agresión armada imperialista, desde 1917
a la fecha, ha sido constante, aunque zigzagueante. Ayer como hoy, sólo la revolución
proletaria victoriosa en otros países puede acabar con el peligro. “No sólo es probable,
sino que es inevitable, que los países capitalistas emprendan una guerra contra la
Unión Soviética. Luchar contra este peligro, ganar todo el tiempo posible fortaleciendo
a la Unión Soviética y consolidando al proletariado revolucionario internacional, debe
ser una de nuestras primeras tareas prácticas. Sólo una revolución proletaria victoriosa
en los países más importantes podría acabar definitivamente con este peligro”. Trotsky
planteó la defensa incondicional de la Unión Soviética.
La oposición dijo que en China se aplicó la táctica menchevique de la revolución
democrático burguesa (sometimiento del proletariado a una supuesta burguesía
“revolucionaria”, descubierta por Stalin, Bujarin.etc.) Una de las condiciones para la
victoria de la revolución dirigida por el proletariado se dio con el levantamiento de los
campesinos. La doctrina leninista de que la revolución sólo puede llevarse a cabo por
la unión de obreros y campesinos contra la burguesía, es aplicable a todos los países
atrasados. Esto supone la independencia del PC frente a los nacionalistas. Stalin dejó
de criticar a Chang Kai-Shek y obligó a los comunistas a obedecerle.
Lenin dijo que la guerra imperialista y Octubre “iniciaron una época de revolución
mundial”, lo que no supone que en cualquier momento se pueda tomar el poder; la
tendencia puede sufrir modificaciones. En algunas ramas de la producción, en algunos
países, la producción del capitalismo “agonizante” puede conseguir un restablecimiento
parcial y hasta cierto desarrollo parcial de sus fuerzas productivas, sin que esto signifique
un remozamiento del imperialismo, como dicen Mande! y Cía. La teoría antimarxista
del socialismo en un solo país se deriva de la suposición de que la estabilización del
capitalismo se prolongará indefinidamente.
d) La Conferencia Internacional reunida en 1938, cuando el mundo se movía bajo
el signo del fascismo y de la guerra, aprobó el Programa de Transición redactado por
Trotsky. Un anticipo de este documento se encuentra en el programa de acción de los
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
bolcheviques leninistas redactado en 1934.
El Programa de Transición merca un hito remarcable en la continuación de la política
leninista, a través de él se proyecta la esencia misma de la III Internacional; al mismo
tiempo, realiza un balance crítico de la experiencia revolucionaria mundial, en esta
medida incorpora sus enseñanzas al arsenal del proletariado.
La estructura del Programa de Transición se ajusta a una de las grandes adquisiciones
de la IC en su sistemática lucha contra el reformismo de la socialdemocracia: ”En lugar
del programa mínimo de los reformistas y de los centristas, la IC sitúa la lucha por las
necesidades concretas del proletariado, por un sistema de reivindicaciones que, en su
conjunto, organicen al proletariado y constituyan las etapas de la lucha por la dictadura
del proletariado, cada una de las cuales dé su expresión aunado las necesidades de
amplias masas, incluso si estas masas no ocupan aún inconscientemente el terreno de
la lucha por la dictadura del proletariado”.
(Tesis sobre la táctica, lll Congreso de la IC).
De esta manera se supera la división del programa socialdemócrata en mínimo y
máximo y que concluía reduciendo la lucha al estrecho marco del primero; estructura
que correspondió al período de ascenso del capitalismo. El programa máximo contenía
el programa de la sociedad socialista que debía realizarse en tiempo indeterminado y
se limitaba a ser simplemente una expresión de buenos deseos. El programa mínimo
contenía el plan de las reivindicaciones inmediatas a realizarse dentro la sociedad
capitalista, hecho
que definía su característica de reformas. La socialdemocracia concluyó abandonando
la lucha por el socialismo y redujo toda su actividad a introducir parches al vetusto
edificio capitalista.
Trotsky redactó el mencionado documento para señalar el camino que debía conducir
a la superación del tremendo atraso del factor subjetivo de la revolución, es decir, para
hacerla posible y, esto adquiere gran trascendencia, el método que puede permitir a
los explotados, partiendo de sus necesidades actuales, de sus limitaciones y hasta
prejuicios, encaminarse hacia la conquista del poder político, meta de la estrategia
revolucionaria en el período actual. A todo esto hay que añadir que se trata de las
bases que sirvieron para la constitución de la IV Internacional, vale decir, que fija
la perspectiva dentro de la cual se ha estructurado. Un programa, conforme dice el
mismo Trotsky, es pronóstico que precisa ser confirmado por los acontecimientos. El
Programa de Transición ha soportado exitosamente la prueba de los acontecimientos
y su perspectiva tiene vigencia hasta tanto triunfe la revolución internacional. Las
consideraciones anotadas nos permiten mantener el criterio de que no puede uno
reclamarse de la Cuarta y del trotskysmo si reniega del Programa de Transición, cual es
el caso del pablismo revisionista.
“El Programa de Transición -anota curiosamente Fierre Franck- no es todavía lo
que puede denominarse el programa de la IV Internacional; éste está constituido por
el conjunto de las enseñanzas de la lucha por el socialismo desde los orígenes del
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
movimiento obrero, no está redactado en forma de documento único, sino que se
encuentra en diferentes textos esenciales (los clásicos del marxismo, los cuatro Primero
Congresos de la IC, los documentos fundamentales de la oposición de Izquierda y
de la IV Internacional)”. De esta manera pueril (también puede decirse que junto al
“Manifiesto Comunista” hay otros documentos valiosos y de carácter principista salidos
de la pluma de los clásicos del marxismo y del propio movimiento revolucionario, sin
que ésto nos autorice a sostener la ¡dea peregrina de que aquél no es todavía el
programa del movimiento revolucionario mundial se pretende justificar el abandono del
documento redactado por Trotsky para que sirviese de fundamento principista a la IV
internacional. En otro lugar leemos: “Dada su naturaleza (¿Qué naturaleza? Hay que
decir que se trata de un documento principista y programático, Red.), el Programa de
Transición no ”puede ni debe ser considerado como intangible en su letra”. La experiencia
ha demostrado que los revisionistas (de Shachtman a Pablo-Mandel) lo que han hecho,
bajo el pretexto de complementar el programa, interpretaro rectificar algunos de sus
pasajes considerados por ellos mismos como no esenciales, es desvirtuar su verdadera
naturaleza. Cuando dicen que “el Programa de Transición no es todavía lo que puede
denominarse el programa de la IV Internacional”, los revisionistas están expresando
su decisión de reemplazarlo con otros documentos. La actividad y la organización
al margen del Programa de Transición han conducido invariablemente a posiciones
antitrotskystas. De los pablistas y otras minúsculas sectas nos separa nuestra fidelidad
al Programa deTransición, se trata de una diferencia principista y no de una cuestión
secundaria.
En el plano internacional, el Comité de Organización (por la reconstrucción de la IV
Internacional) enarbola como suyo el Programa de Transición, subrayando así que lucha
por la continuidad del trotskysmo internacional.
El Programa de Transición resume las ¡deas básicas del movimiento y desde su adopción
se ha convertido en el centro de disputas ideológicas y de escisiones; demás está decir
que es el aglutinante más poderoso de los efectivos trotskystas, circunstancias todas
que vienen a confirmar su carácter de efectivo programa de la IV Internacional.
Sería absurdo considerar el Programa de Transición como un simple catálogo de
reivindicaciones, que como tal siempre será incompleta y superado por los acontecimientos.
Su trascendencia radica en ligar de manera indisoluble la lucha cotidiana de los obreros
con la conquista del poder; proporciona un método para no dar las espaldas a las masas
y sus necesidades inmediatas y para evitar caer en el reformismo. Por su método el
Programa de Transición es insustituible como instrumento de la revolución proletaria.
“Es preciso ayudar a las masas -dice el Programa-, en el proceso de la lucha cotidiana,
a encontrare! puente entre sus reivindicaciones actuales y el programa de la revolución
socialista. Este puente debe constituirse en un sistema de reivindicaciones transitorias,
partiendo de las condiciones actuales y de la conciencia de amplias capas de la clase
obrera y conduciendo a una sola y misma conclusión: la conquista del poder por el
proletariado”.
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
Siguiendo las lineas maestras del Programa de Transición los trotskystas bolivianos
hemos elaborado nuestro propio programa que resume la teoría de la revolución
en Bolivia; el conocimiento y asimilación del primer documento nos ha permitido
comprender la realidad del país y superar los esquemas abstractos de la revolución
puramente socialista, proceso en que tiene su importancia ía Tesis de Pulacayo. La
evolución política del proletariado y hasta sus características como movimiento sindical
le deben mucho ai Programa de Transición.
El Programa de Transición comienza señalando que la “premisa económica (objetiva)
de la revolución proletaria ha llegado hace mucho tiempo al punto más alto que le
sea dado alcanzar bajo el capitalismo. Las fuerzas productivas de la humanidad han
cesado de crecer”. Hemos visto que esta idea, parte integrante del marxismo, ya estaba
expuesta en la “Plataforma de la Oposición”. Como enseñó Marx, un régimen social no
abandona el escenario sin antes haber agotado todas sus posibilidades de desarrollar
las fuerzas productivas, si éstas siguen creciendo no puede haber revolución social,
todos los intentos en este sentido desembocarán en el utopismo. El desarrollo de las
fuerzas productivas tiene que entenderse como un fenómeno mundial e integral de la
economía, no reduciendo el problema a las excepciones, a los avances parciales o en
ciertos renglones del proceso de la producción. El mandelismo, eje central del llamado
Secretariado Unificado y que se reclama del trotskysmo, comienza abandonando esta
premisa fundamental, para él, el imperialismo ha descubierto formas que le permiten
acrecentar aún más las fuerzas productivas. Desde este momento el Programa de
Transición carece de justificativo.
Habiendo madurado en excedo las premisas objetivas de la revolución, la burguesía
recurre a sus últimas cartas para evitarla: el fascismo, el reformismo tipo New Deal
norteamericano o los frentes populares, que consisten en someter al proletariado a la
política burguesa (España de 1936, Chile de Allende, por ejemplo).
¿En qué medida esta conclusión del Programa de Transición puede aplicarse a Bolivia?
¿También aquí se puede decir que están maduras las condiciones objetivas para una
revolución acaudillada por la clase obrera? El mismo Trotsky, al referirse al caso ruso,
nos ayuda a dar la respuesta: si consideramos a Bolivia como país aislado (esta forma
de plantear la cuestión es anticientífica y violenta la realidad histórica) ciertamente
que no lo está; pero no puede ignorarse que forma parte de la economía capitalista
mundial, esto sin olvidar sus características nacionales, y las fuerzas productivas
internacionalmente consideradas están maduras en extremo para la revolución.
También bajo la presión de los países avanzados hemos madurado a saltos para la
revolución social. Es de esta consideración que parte la concepción de la revolución
en nuestra época como un todo mundial y de carácter socialista (la revolución en los
países atrasados, que muestra notables particularidades, forma parte de ella). Esta
idea, que permanece fiel al leninismo, choca violentamente con las teorías stalinistas,
maoístas y nacionalistas, que tienen como punto de partida el supuesto de que el
mundo está dividido entre países maduros y no maduros para la revolución socialista.
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
Según aquellos, en los países atrasados, el proletariado cumplirá un importante rol
en el proceso revolucionario (para unos será la carne de cañón y para otros puede
hasta tener influencia política) y puede inclusive llegar a hegemonizarlo, pero no puede
actuar en sentido contrario a la “burguesía revolucionaria o progresista” porque se
trata de una revolución democrática, porque las fuerzas productivas nacionales no
han madurado para otra cosa. Hablan los maoístas, los nacionalistas y sus seguidores
de lucha armada, de guerra prolongada, pero consideran que todos estos medios de
lucha conducen a un gobierno popular, democrático y antiimperialista, pero de ninguna
manera a un gobierno de la clase obrera, porque esto significaría pasar por alto la etapa
burguesa e ignorar el poco desarrollo de las condiciones objetivas.
El Programa de Transición sienta la premisa de que “la situación política mundial del
momento se caracteriza, ante todo, por la crisis histórica de la dirección del proletariado”.
Así se resume toda la experiencia revolucionaria mundial, la quiebra y traición de la
Segunda y Tercera Internacionales, consideradas como direcciones tradicionales del
proletariado, el retorno a la barbarie que significan los regímenes fascistas,etc. ¿Qué
quiere decir esta premisa? Que mientras las fuerzas productivas han comenzado a
desintegrarse por muy maduras, las condiciones subjetivas de la revolución proletaria,
es decir, el partido político, el desarrollo de la conciencia de clase, se caracterizan por su
poco desarrollo, por su extrema inmadurez, lo que imprime un carácter trágico a nuestra
época. El programa revolucionario existe, pero éste no ha logrado aún penetrar en el
seno de las masas de una manera generalizada, pues éstas permanecen prisioneras de
sus direcciones tradicionales. “El principal obstáculo en el camino de la transformación
de la situación pre-revolucionaria (así se caracterizó la situación política mundial a
tiempo de constituirse la IV Internacional, G. L.) en situación revolucionaria consiste
en el carácter oportunista de la dirección proletaria, su cobardía pequeño burguesa y
la traidora conexión que mantiene con ella (con la sociedad burguesa) en su agonía”.
Se pasa revista a las conmociones sociales del momento, a las grandes movilizaciones de
masas alrededor de objetivos inmediatos, pero éstas no desembocan en el fortalecimiento
de la vanguardia revolucionaria, prácticamente inexistente en casi todos los países, la
tarea revolucionaria del momento consiste pues en poner en pie al Partido Mundial de
la Revolución Socialista, en ayudar a las masas a superar políticamente a sus viejas
direcciones, a romper el chaleco de fuerza de la socia (democracia y del stalinismo. La
conclusión: ”la crisis de la dirección del proletariado, que se ha transformado en crisis de
la civilización humana, sólo puede ser resuelta por la IV Internacional”. Crear una nueva
Internacional supone que se tiene el convencimiento de que las direcciones tradicionales
ya no pueden retomar el camino revolucionario, que han renegado definitivamente del
marxismo y del leninismo, que han pasado a la trinchera contrarrevolucionaria de la
burguesía. Tales una de las tesis fundamentales del trotskysmo, puesta en evidencia a
tiempo de constituirse en dirección revolucionaria mundial. Más tarde, el revisionismo
pabtista (cuyos herederos son los epígonos agrupados en el llamado Secretariado
Unificado) echó por la borda ese enunciado y abrió las contrapuertas para que penetrase
41
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
la ilusión acerca de las posibilidades revolucionarias del stalinismo. Tampoco pueden
ser considerados leales al trotskysmo aquellos que descubren en cada movimiento
de masas a direcciones pequeñoburguesas y nacionalistas llamadas a jugar un papel
revolucionario (cuando decimos revolucionario queremos significar que son capaces
de sepultar al capitalismo y señalar la perspectiva de la construcción de la nueva
sociedad), como en el caso de los pablistas con referencia al castrismo y a la numerosas
manifestaciones del nacionalismo en los países atrasados. La lucha intransigente por
la construcción del Partido Mundial de la Revolución Socialista, como la única dirección
revolucionaria, proyecta en nuestra época la batalla que en su momento libró la
Internacional Comunista. El revisionismo oablista, de igual manera que la ultraizquierda
a la que se han sumado los renegados de la IV Internacional, buscan sustitutos a la clase
obrera, a la que, sin explicitar, la consideran anormalmente retrasada en su evolución
política. No otra cosa significa la teoría de la ’nueva vanguardia”, eje central de todas
sus especulaciones. Ellos se plantean construir el partido revolucionario no en el seno
de la clase obrera, sino a través de) control de la ‘nueva izquierda’, que no es otra cosa
que la masa estudiantil, y para ello adoptan los métodos de actuación de los grupos
terroristas y foguistas: su objetivo es impresionar a esta ‘nueva vanguardia’, para desde
ella despertar, con acciones ejemplares y armadas, a la adormecida clase obrera. A la
larga, el partido obrero se construirá como consecuencia de una operación de invasión
de la “nueva vanguardia”, lo que daría como resultado el encajar al proletariado en un
molde clasista que le es extraño.
No se trata simplemente de la momentánea capituíación de los pablistas ante la pequeña
burguesía, ante sus ideas y prejuicios (esto como consecuencia de los acontecimientos
de mayo de 1968 de Francia, etc.), sino del abandono teórico del marxismo y del
Programa de Transición, a través de un replanteo de las tesis fundsmentales del
socialismo científico. Mandel (Germain) no sólo ha descubierto el neocapitalismo, el
trotskysmo instintivo de algunos caudillos populistas y pequeñoburgueses, sino que ha
desarrollado la tesis de una nueva apreciación del lugar que ocupa la fuerza de trabajó
intelectual en el proceso de producción, premisa de la que parten todos los dislates
pablistas, conforme se desprende de un escrito de Weber, ideólogo de la LCR francesa.
Rechazando todas las posturas sectarias, ultraizquierdistas la IV Internacional declara
su voluntad de colocarse a la cabeza de la lucha de los trabajadores por las reivindicaciones
inmediatas que tienen relación con sus condiciones de vida y de trabajo, pero no para
quedarse en el estrecho marco del reformismo, sino para orientar a las masas, para
ayudarles a aproximarse a la conquista del poder político. A esta finalídad obedecen
las reivindicaciones transitorias. La IV Internacional se ha constituido para derribar
al capitalismo y no para reformarlo. “El objetivo estratégico de la IV Internacional
no consiste en reformar el capitalismo, sino en derribarlo. Su finalidad política es la
conquista del poder por el proletariado para realizar la expropiación de la burguesía”.
Sin embargo, esto no significa que los revolucionarios puedan eximirse del “trabajo
prosaico de todos los días”, sino que esta lucha debe librarse en “unión indisoluble con
42
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
los objetivos de la revolución”.
La presión de las direcciones tradicionales de la clase obrera e inclusive de las
capas más vastas y rezagadas de la masas puede concluir separando la batalla por las
modestas reivindicaciones inmediatas de la gran finalidad estratégica de la conquista
del poder, este peligro es permanente inclusive para los militantes que se reclaman del
trotskysmo y que trabajan en el plano sindical. Tiene que entenderse claramente que
los que caen en esta desviación se apartan de los lincamientos tácticos y estratégicos
de la IV Internacional. “La IV Internacional no rechaza las reivindicaciones del viejo
programa “mínimo” en la medida en que ellas han conservado alguna fuerza vital.
Defiende incansablemente los derechos democráticos de los obreros y sus conquistas
sociales, pero realiza ese trabajo en el cuadro de una perspectiva correcta, real, vale
decir revolucionaria. En la medida en que las reivindicaciones parciales -“mínimun”-
de las masas entran en conflicto con las tendencias destructivas y degradantes del
capitalismo decadente -y esto ocurre a cada paso- la IV Internacional auspicia un
sistema de reivindicaciones transitorias, cuyo sentido es el dirigirse cada vez más abierta
y resueltamente contra las bases del régimen burgués. El viejo “programa mínimo” es
constantemente superado por el Programa de Transición cuyo objetivo consiste en la
movilización sistemática de la masas para la revolución proletaria”.
Seguidamente se enumera una serie de reivindicaciones transitorias, que ciertamente
no agotan el repertorio al respecto, y muchas de ellas han sido incorporadas a la
Tesis de Pulacayo, lo que nos ha permitido recoger una rica experiencia acerca de su
aplicación en la lucha diaria de las masas.
La escala móvil de salarios con referencia al costo de vida y no a otros factores, como
los índices de producción, por ejemplo, ha concluido convirtiéndose en una reivindicación
generalizada y en esta medida puede constituir el eje de una movilización revolucionaria
de toda la clase, es decir política, exigiendo al gobierno su dictación para todo el país.
La reivindicación generalizada encuentra la resistencia de la burocracia sindical que le
impide convertirse en realidad. Los congresos y ampliados de los sectores obreros más
importantes la aprueban, pero en el momento de ¡a acción los burócratas se dan modos
para escamotearla.
Lo que tiene que enseñarse a los trabajadores es que una reivindicación transitoria
no es todavía el socialismo, sino que sirve para que los explotados hagan progresos
en su marcha hacia el poder. La escala móvil enseña cómo responder a las constantes
maniobras patrono-gubernamentales que buscan anular los aumentos de salarios
logrados después de innumerables batallas y disminuír constantemente los salarios
reales, como la forma más fácil de acrecentar la parte de la plusvalía que se apropian los
capitalistas. La consigna puede prosperar sólo cuando los trabajadores van descubriendo
el secreto de su explotación bajo el régimen capitalista y convenciéndose de que el
Estado es un simple administrador de los intereses de la clase dominante considerada
en su totalidad, cuando de disipan las ilusiones acerca de su carácter de independencia
de las clases en pugna (los regímenes democráticos poseen muchos recursos para
43
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
dar esta impresión). Algunos argumentan que se trata de un objetivo inconquistable,
por esto se inclinan a creer que es sinónimo del socialismo. Nada más equivocado, la
escala móvil puede ser impuesta poruña poderosa movilización. En Inglaterra se ha
establecido que por cada punto del promedio de los precios se concederá un aumento
de los salarios en la proporción de 0.96 centavos.
Las reivindicaciones transitorias más importantes y actuales, que son aquellas que
tienen directa relación con las condiciones de vida, precisando la constante labor
educativa del Partido para concluir siendo enarboladas por el movimiento de masas.
Tenemos un claro ejemplo con lo que sucede con la escala móvil de horas de trabajo,
que es, ni duda cabe, la respuesta más adecuada y revolucionaria al agudo y creciente
problema de la desocupación. La consigna fue ya lanzada en el texto de la Tesis de
Pulacayo, pero hasta ahora no ha podido apoderarse de los sectores más amplios de la
clase. Hay un obstáculo que vencer: los empresarios y los diferentes gobiernos oponen
el espantapájaros del cierre de las empresas a toda demanda laboral considerada
excesiva. Algo más, en las fábricas textiles se ha logrado que los obreros realicen
trámites propios de los empresarios, como la consecución de préstamos bancarios, la
rebaja de impuestos, liberaciones de toda especie, etc., esto porque se les ha convencido
que las fábricas pueden cerrar sus puertas debido a las difíciles condiciones económicas
imperantes e inclusive a la competencia de mercancías extranjeras más baratas. Se
ha dado el caso de direcciones sindicales que se han opuesto a la recontratación de
los obreros despedidos arbitrariamente con el argumento de que puede empeorar las
dificultades económicas de la empresa. Se comprende fácilmente que en este ambiente
resulta casi imposible que se plantee la disminución de la jornada de trabajo en la
misma proporción del número de desocupados.
El Programa de Transición otorga a los sindicatos la Importancia que merecen,
rechazando así las doctrinas Ultraizquierdistas que hablan de que estas organizaciones
están fuerza de lugar. Sería un error propugnar la estructuración de sindicatos puramente
revolucionarios. El trabajo tiene que realizarse en el seno de las organizaciones de
masas, aunque estén dirigidas por reformistas e imperen en su seno prejuicios de
diverso tipo. Conforme sostiene el marxismo, el partido revolucionario busca dirigir
políticamente a los sindicatos a través de sus células de militantes, por esto combate
sistemáticamente a las burocracias sindicales reformistas o stalinistas. ”Las tentativas
sectarias de crear o mantener pequeños sindicatos “revolucionarios” como una segunda
edición del Partido, significa la renuncia a la lucha por la dirección de la clase obrera.
Hace falta plantear aquí como principio inconmovible: el autoaislamiento cobarde fuera
de los sindicatos de masas, equivale a la traición a la revolución, es incompatible con
la pertenencia a la IV Internacional. De esta manera se supera el error que significó la
creación de la Internacional Sindical Roja: el objetivo es lograr la dirección política de
las organizaciones de masas, que sólo puede efectivizarse a través de la acción diaria
del partido revolucionario en el seno de los explotados.
Los sindicatos, como canales de movilización de las masas, con orientación revolucionaria
44
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
(sindicalmente la clase obrera boliviana se ha estructurado teniendo como eje la Tesis
de Pulacayo) es lo que nosotros llamamos sindicalismo revolucionario, que no tiene
nada que ver con la tendencia que con el mismo nombre hizo su aparición en escala
internacional y que pretende sustituir el partido como instrumento de la revolución
proletaria con tas organizaciones gremiales.
Cobra importancia la advertencia del Programa de Transición contra todo fetichismo
de los sindicatos, esto porque en nuestra propias filas existe el peligro permanente de
una desviación de este tipo:
Los sindicatos no tienen y, por sus objetivos, su composición y el carácter de su
reclutamiento (el sindicato es una forma elemental del frente único de clase, donde,
dentro de una amplia democracia, coexisten las diferentes tendencias obreras y los
sectores apolíticos, etc, G.L.), no pueden tomar un programa revolucionario acabado;
por eso no pueden sustituir al Partido. La creación de partidos revolucionarios nacionales,
secciones de la IV Internacional, es el objetivo central de la época de transición”.
Aun como canales de movilización los sindicatos muestran enormes limitaciones,
no comprenden al grueso de los trabajadores y, en cierto momento, quedan
marginadas de ellos las capas que recién se incorporan a la lucha, muestran mucha
rigidezorganizativaypesadezen sus movimientos. En los momentos más agudos de la
lucha de clases es preciso organizar comités de fábrica y soviets, capaces de contener
y orientar a la mayoría de los explotados. “Los sindicatos, aun los más poderosos,
no abarcan más de 20 a 25% de la clase obrera no es arrastrada a la lucha sino
episódicamente en los períodos de auge excepcional del movimiento obrero. En estos
momentos es necesario crear organizaciones ad-hoc, que abarquen toda la masa en
lucha: los comités de huelga, los comités de fábrica y, en fin, los soviets.
Tampoco se puede desconocer que los sindicatos generan tendencias conciliadoras
que pugnan por un entendimiento con la clase dominante.
Los comités de fábrica, los soviets, que comprenden a las capas obreras que el
sindicato no es capaz de abarcar, se transforman en Estados mayores de las masas.
Estas organizaciones, desde el momento mismo de su aparición, plantean la dualidad
de poder, esencialmente “transitorio porque encierra en si misma dos regímenes
inconciliables; el régimen capitalista y el régimen proletario”.
Los obreros soportan todos los días el boycot patronal y sus demandas son rechazadas
con el argumento, supremo para los dueños del poder y de los medios de producción, de
la constante pérdida de las empresas. Las autoridades y los obreros son engañados con
el sistema de la doble contabilidad, una para el pago de impuestos y otra para el cálculo
de los dividendos. El secreto comercial se considera parte inherente de la sacrosanta
propiedad privada capitalista y ante él se detienen los más osados estadistas. Los
trabajadores tienen derecho a conocer cómo se manejan las empresas, cuáles son sus
utilidades y el destino que se les da. La lucha por la abolición del secreto comercial,
la exhibición de los libros de contabilidad, tienen importancia en la batalla por las
reivindicaciones inmediatas ytambién adquieren una enorme significación educativa.
45
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
El control obrero para el Programa de Transición tiene el significado de revelar el
secreto del funcionamiento de las empresas capitalistas, de sus fraudes, combinaciones,
de su relación con los organismos estatales. No se busca integrarse pasivamente en la
administración empresarial, colaborar con la burguesía, sino utilizar los datos obtenidos
para impulsar la lucha de los trabajadores; algo más, el control obrero puede convertirse
en “la escuela de la economía planificada. Por la experiencia del control, el proletariado
se preparará para dirigir directamente la industria nacionalizada cuando la hora haya
sonado ... Si la abolición del secreto comercial es la condición necesaria del control
obrero, ese control representa el primer paso en el camino de la dirección socialista de
la economía”.
En Bolivia tenemos una rica experiencia del control obrero y que ha ido mucho más
allá de las proyecciones que le da el Programa de Transición. La Tesis de Pulacayo
habló del control obrero en la minas que fuesen ocupadas por los trabajadores y en
este sentido adquiría la perspectiva de transformarse en la administración ejercitada
por la propia clase obrera, que irremediablemente debía plantear y con extraordinaria
agudeza, el problema del poder. La ocupación de las minas y el control obrero dentro
de ellas llevaban directamente a la dictadura del proletariado. La rosca fue la que se
dio perfecta cuenta de lo que significaba esta lucha y por eso hizo todo lo que estaba
a su alcance para frustrarla. En la práctica, el control obrero colectivo y la tendencia
a la administración de las empresas, fueron estrangulados por el MNR, estableciendo
el control obrero individual, burocratizado y políticamente controlado con derecho a
veto. Sin embargo, incluso esta fórmula imperfecta de control obrero se transformó en
reiteradas oportunidades en canalde la dualidad de poder. El propio MNR, cediendo ante
las presiones del imperialismo, no tuvo más camino que destruirlo. Más tarde, en 1971,
el control obrero fue planteado en un nivel político superior y como un mecanismo
perfeccionado, esta vez bajo la fórmula de la administración obrera mayoritaria de
Comibol, que de manera inevitable hubiese planteado la cuestión del destino del poder
político.
La lucha por la estatización de los medios de producción no se plantea como una
totalidad a ser exigida bajo el régimen capitalista; puede ser viable la lucha por la
estatización de los sectores fundamentales, de los bancos, por ejemplo, que tienen
influencia decisiva en todo el mecanismo de la producción.
La estatización por sí misma no es el socialismo y cuando se ejecuta por los gobiernos
burgueses son pasos dados en el camino del capitalismo de Estado. Las estatizaciones
dan resultados favorables y en correspondencia con los intereses de los obreros sólo
cuando “el poder estatal mismo pasa de manos de los explotadores a manos de los
trabajadores”. “La exacerbación de la lucha del proletariado -enseña el Programa de
Transición- significa la exacerbación de los métodos de resistencia por parte del capital”.
Los capitalistas y el Estado cuentan con policías, con el ejército y con bandas mercenarias
para doblegar al fuego a los obreros toda vez que ganan amenazadoramente las calles.
El fascismo, para adueñarse del poder, recorre el camino de la destrucción física de
46
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
las organizaciones obreras, se distingue por organizar grupos de choque fuertemente
armados. En momentos de agudización de la lucha de clases toda huelga, todo conflicto
laboral tiende a convertirse en el preludio de la guerra civil. La IV Internacional señala
la única respuesta revolucionaria: organizar piquetes de huelga y destacamentos
armados de los obreros, para neutralizar a las fuerzas represivas, para cerrarle el paso
al fascismo. Armar a los obreros no quiere decir poner en pie pequeños núcleos que
reemplacen a la clase y hagan la revolución a su nombre o desencadenen la ”guerra
popular” o alguna otra cosa parecida, sino crear puntos de apoyo bélicos para que
faciliten la marcha de las masas hacia el poder.
Inspirados en las lecciones del Programa de Transición hemos enseñado a los sindicatos
a armarse y ia consigna la hemos traducido en realidad en reiteradas oportunidades.
Cuando el Programa de Transición habla de ”la alianza de los obreros y de los
campesinos” se refiere a la necesidad de la unidad de la lucha del obrero de las ciudades y
del obrero (asalariado) del agro, desde el momento que sus intereses son inseparables.
”El Programa de las reivindicaciones transitorias de los obreros industriales es también,
con tales o cuales cambios, el programa del proletariado agrícola”. Esto puede aplicarse
a la zona oriental crucena, donde ya está presente un proletariado agrícola.
Al mismo tiempo, el programa se refiere a la urgencia de que el proletariado acaudilles
ia pequeña burguesía de las ciudades (artesanos y pequeños comerciantes) ya la
pequeña burguesía de las aldeas (campesinos pequeños propietarios). Hay que elaborar
reivindicaciones transitorias especiales para la pequeña burguesía del campo y de las
ciudades. Cuando el programa dice que “las particularidades del desarro lio nacional
de cada país hallan su más vivida expresión en la situación de los campesinos ...” deja
entender que es necesaria la caracterización de la masa campesina y la elaboración
de un programa concreto para ella. En el caso boliviano es esta tarea la que debe
cumplirse.
El Programa de Transición advierte que “la expropiación de los expropiadores no
significa el despojo forzoso de artesanos y de pequeños comerciantes”, se refiere, más
bien, a la necesidad histórica de expropiar los medios de producción concentrados
actualmente en manos de la burguesía.
La IV Internacional se fundó en vísperas de la segunda guerra imperialista y pone en
guardia a la clase obrera frente a la política traidora, chauvinista y de cooperación con
el imperialismo que cumplieron tanto la social democracia como el stalinismo de la
III Internacional. “Desde que el peligro de guerra ha tomado un aspecto concreto, los
stalinistas, superando con mucho a los pacifistas burgueses y pequeño burgueses, se
han convertido en los campeones de la pretendida “defensa nacional”.
Caracteriza la 2a. guerra mundial como imperialista y, por tanto, sostiene que
corresponde aplicar contra ella la política leninista. “La burguesía imperialista domina el
mundo. Es por esto que la próxima guerra, en su carácter fundamental, será una guerra
imperialista. El contenido fundamental de la política del proletariado internacional será,
en consecuencia, la lucha contra el imperialismo y su guerra. El principio fundamental
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
de esta lucha será: ‘El enemigo principal está en nuestro propio país” o “La derrota de
nuestro propio gobierno (imperialista) es ei menor mal”.
La guerra imperialista debe ser transformada en guerra civil, dentro de esta perspectiva
plantea una serie de reivindicaciones:
Hacer todo lo posible porque hombres y mujeres, desde ios 18 años, se pronuncien
sobre la guerra, (en EE.UU. se había planteado el verificativo de un referendum).
”El control obrero sobre la industria de guerra es el primer paso en la lucha contra los
traficantes de la guerra”.
A la consigna reformista de impuestos sobre los beneficios de la industria de la guerra,
oponer ”la consigna: confiscación de las ganancias y expropiación de las empresas que
trabajan para la guerra”.
”¡Ni un hombre, ni un centavo para el gobierno burgués!”. ”¡Completa independencia
de las organizaciones obreras del control militar policiaco!”.
“Abolición de la diplomacia secreta”.
”Instrucción militar y armamento de los obreros y campesinos bajo el control inmediato
de obreros y campesinos. Escuelas para la formación de oficíales salidos de las filas
obreras y seleccionados por las organizaciones obreras”.
”Sustitución del ejército permanente por milicias populares y ligadas a las fábricas,
la minas y el campo”.
“Desenmascararla mentira “democrática” y stalinista acerca del “desarme”, de la
“neutralidad” y de la “defensa de la patria”.
Los países coloniales y semicoloniales ”atrasados” pueden siempre, como ha confirmado
la experiencia, aprovechar la coyuntura de la guerra imperialista para ”sacudir el yugo de
la esclavitud”. En este caso la guerra es emancipadora, progresista y debe ser apoyada
por el proletariado internacional, utilizando sus propios métodos y no los canales de los
gobiernos burgueses o formando un bloque con ellos, como aconsejaron los stalinistas.
Esta posición, como todo el programa sobre la guerra, resume las enseñanzas y
experiencias del movimiento marxista mundial.
”El deberdel proletariado internacional será el de ayudar a los países oprimidos en
guerra con los opresores. Este mismo deber se extiende también a la UñSS y a todo
Estado obrero que puede surgir antes de la guerra o durante la guerra. La derrota de
todo gobierno imperialista en la lucha contra un Estado obrero o un país colonial es el
menor mal”.
”Los obreros de un país imperialista no pueden ayudar a un país antiimperialista por
medio de su gobierno, cualesquiera que sean, en un momento dado, las relaciones
diplomáticas entre los dos países. Si los gobiernos se encuentran en alianza temporaria,
que por la propia naturaleza puede ser incierta, el proletariado del país imperialista
debe permanecer en su posición de clase frente a su gobierno y aportar el apoyo a su
’aliado’ no imperialista por sus métodos, es decir, por los métodos de la lucha de clases
internacional (agitación en favor del Estado obrero y del país colonial, no solamente
contra sus enemigos, sino también contra sus aliados pérfidos;
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
boycot y huelga en ciertos casos, renuncia al boycot y a la huelga en otros.etc.”)
En esta táctica, fundamental y profundamente leninista, encontramos una indicación
de la actitud del proletariado con referencia a los gobiernos nacionalistas burgueses
de los países atrasados. Sabemos que algunos ”trotskystas” siguen al stalinismo en
su táctica de defender a un país atrasado haciendo causa común y apoyando, a veces
hasta incondicionalmente, a los gobiernos nacionalistas burgueses, por ese camino
se concluye asegurando la derrota del movimiento antiimperialista. El objetivo radica
en ayudar al proletariado indígena a convertirse en dirección de las masas del país
atrasado:
“Sin dejar de sostener al país colonial ya la URSS en la guerra, el proletariado no se
solidariza, en ninguna forma, con el gobierno burgués del país colonial ni con la burocracia
termidoriana de la URSS. Al contrario mantiene su completa independencia política
tanto frente al uno como frente a la otra. Ayudando una guerra justa y progresiva, el
proletariado revolucionario conquista las simpatías de los trabajadores de las colonias
y de la URSS, afirma así la autoridad e influencia de la IV Internacional y puede ayudar
por lo tanto mejor a la caída del gobierno burgués en el país colonial y de la burocracia
reaccionaria en la URSS”.
Aquellos que capitulan ante la burguesía nacional, con tal o cual pretexto, no tienen
nada que ver con la IV Internacional. El capítulo dedicado al “gobierno obrero campesino”
merece algunas aclaraciones. Hay, particularmente en nuestro medio, mucha confusión
sobre esta consigna. El POR la ha enarbolado desde sus primeros momentos e
invariablemente entendiéndola en uno de sus aspectos, como la “denominación popular
de la dictadura del proletariado”, que en ese sentido la utilizaron los bolcheviques
después de octubre de 1917, conforme se lee en el Programa de Transición. Durante
el tercer período el stalinismo habló de una dictadura de obreros y campesinos, pero
lo hizo, como en todas partes del mundo, en su empeño de resucitar la vieja fórmula
de Lenin de la “dictadura revolucionaria democrática de obreros-campesinos”. Algunos
ultraizquierdistas en su crítica al POR pretendieron confundir nuestra consigna con las
proposiciones bolcheviques de antes de 1905.
La trascendencia, tratándose sobre todo como explicación para las masas, de la
consigna de gobierno obrero campesino consiste en que pone “en el primer plano la
idea de la alianza del proletariado de la clase campesina colocada en la base de la
actividad revolucionaria y del futuro Estado. En este aspecto, ya no puede haber la
menor duda, se trata del proletariado arrastrando detrás de sí a los campesinos / no de
ninguna otra cosa.
También puede concebirse “el gobierno obrero-campesino” como producto de una
coalición de los representantes pequeño burgueses del proletariado y que no haría
más que “acelerar y facilitar” la dictadura del proletariado. Esta variante es empleada
para fines pedagógicos, para demostrara las masas la incapacidad de los partidos
pequeño burgueses de constituir tal gobierno. “La experiencia de Rusia demuestra y la
experiencia de España y de Francia confirma de nuevo que aun en las condiciones más
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
favorables los partidos de la democracia pequeño burguesa (socialistas revolucionarios,
socialdemócratas, stalinistas, anarquistas son incapaces de crear un gobierno obrero
y campesino, es decir, un gobierno independiente de la burguesía”. En la tarea de
emancipar al proletariado de la vieja dirección puede la consigna de gobierno obrero y
campesino ser muy importante.
El Programa de Transición habla de la posibilidad teórica -lo que está ya desahuciando
que la conclusión se aplique rutinariamente a todos los casos- que en condiciones
excepcionales los partidos pequeñoburgueses vayan más lejos de lo que quisiesen en
el camino de la ruptura con la burguesía: “No es posible negar categóricamente a priori
la posibilidad teórica de que bajo la influencia de una combinación muy excepcional
de circunstancias (guerras, derrotas, crak financieros, ofensiva revolucionaria de las
masas,etc.) los partidos pequeño burgueses, sin exceptuara losstalinistas, pueden
llegar más lejos de lo que ellos quisieran en el camino de una ruptura con la burguesía.
En cualquier caso una cosa es cierta: está fuera de duda aun en el caso de que esta
variante poco probable llegar a realizarse en alguna parte y u n go bíe rno ob re ro ca
mpes ino -en el sentido indicado más arriba- llegara a constituirse no representaría más
que un corto episodio en el camino de la verdadera dictadura del proletariado”.
Ninguna de las reivindicaciones transitorias puede realizarse completamente “con
el mantenimiento del régimen burgués”. La incorporación a la lucha de capas siempre
más vastas y hasta ayer no más atrasadas de las masas, plantea el problema de crear
organizaciones que puedan dirigirlas. Esas organizaciones son los soviets (poco importa
el nombre que adopten en la práctica diaria), caracterizados por convertirse en la única
autoridad para los explotados y por plantear la dualidad de poder. La creación de estos
organismos corresponde a una imperiosa necesidad de organización y lucha de las
capas sociales puestas en movimiento. Es el camino que recorre la revolución.
El corto capítulo dedicado a los países atrasados resume magistralmente la teoría de
la revolución permanente.
No es suficiente decir que los países atrasados son aquellos que no han cumplido
importantes tareas democráticas (al limitarse a esta descripción sociológica se deja
entender que estos países deben considerarse aislados de la economía mundial, como
universos autosuficientes,etc.), hay que añadir que “viven en la mismas condiciones
de dominación mundial del imperíalismo”,un factor decisivo que modifica la estructura
de dichos países y les obliga a moverse conforme a las leyes de la economía capitalista
internacional. El carácter particular de su desarrollo determina también la política
particular del proletariado indígena: “Su desarrollo tiene un carácter combinado: reúnen
al mismo tiempo las formas económicas más primitivas y la última palabra de la técnica
y de (a civilización capitalistas. Esto es lo que determina la política del proletariado de
los países atrasados: está obligado a combinar la lucha por las tareas democráticas
más elementales de la independencia nacional y la democracia burguesa con la lucha
socialista, contra el imperialismo mundial”. No todas las tendencias políticas están
de acuerdo con este planteamiento. Se objeta que ahora sólo se puede formular la
50
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
lucha por la liberación nacional y postergar para un futuro indeterminado los objetivos
socialistas, ésto para no perder aliados y no asustara la burguesía nacional o a su
sucedánea pequeñoburguesa.
Las reivindicaciones democráticas y las socialistas no están separadas ente sí por etapas
históricas, sino que el pleno cumplimiento de las primeras les permite transformarse
en socialistas, debido, sobre todo, a la dictadura del proletariado: Las reivindicaciones
democráticas, las reivindicaciones transitorias y las tareas de la revolución socialista
no están separadas en la lucha por etapas históricas sino que surgen inmediatamente
las unas de las otras”. Consiguientemente, el Programa de Transición es plenamente
aplicable en los países atrasados, ésto por la capacidad del proletariado de darse una
política independiente. El programa señala como tareas centrales en los países atrasados
la revolución agraria (expropiación de los latifundios) y la liberación nacional. Tareas
que deben estar estrechamente ligadas entre sí y no puede rechazarse simplemente
el programa democrático, será necesario enarbolarlo para movilizar a las masas
mayoritarias y permitir que el proletariado se convierta en su dirección política.
Dos deformaciones desvirtúan el planteamiento trotskysta: la desviación nacionalista
que pugna porque el proletariado se subordine a los gobiernos nacionalistas y el
ultraizquierdismo que olvida las particularidades nacionales (necesidad de cumplir Jas
tareas democráticas) y las particularidades de la revolución de los países atrasados,
para asimilarla a la puramente socialista.
La victoria del fascismo en Alemania es presentada como consecuencia de la política
criminal de la socíaldemocracia y dei Comintern: “No ha habido jamás catástrofe parecida
en la historia. El proletariado alemán ha sido barrido por el enemigo sin un combate; ha
sidodestruido por la cobardía, la abyección, la traición de sus propios partidos”.
Trotsky constata que la “preparación molecular de la revolución” en marcha no se
transforma en movimiento porque la vanguardia no ofrece un programa y una bandera
nueva. “Es extremadamente difícil para los obreros de los países fascistas orientarse en
los nuevos programas. La verificación de un programa se hace por la experiencia del
movimiento de masas lo que falta en los países de despotismo totalitario”. Se impone
un sostenido trabajo propagandístico que prepare el porvenir. Aun en este caso se
rechaza la táctica nefasta del frente popular.
Las consignas democráticas juegan un rol de movilización y unificación de los obreros,
no bien comience el movimiento deben ligarse con el programa de transición.
Los bolivianos tenemos alguna experiencia de la actividad revolucionaria bajo gobiernos
despóticos, empeñados en destruir totalmente a las organizaciones obreras. La presencia
de la vanguardia revolucionaria, moviéndose dificultosamente en la clandestinidad,
impulsa la lucha política al entregar a las masas orientación y la experiencia acumulada
en muchos decenios de actividad.
La URSS es caracterizada como Estado obrero degenerado, consecuencia del largo
aislamiento de la revolución victoriosa: “El aparato del Estado obrero sufrió mientras
tanto una completa degeneración, transformándose de instrumento de la clase obrera,
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
en instrumento de violencia burocrática contra la clase obrera y, en forma creciente, en
instrumento de sabotaje de la economía”. La degeneración del Estado obrero refuta la
teoría dei socialismo en un solo país.
Esta caracterización ha sido una de la más combatidas y controvertidas en los
planteamientos trotskystas. Toda desviación y todo revisionismo han tenido como
referencia este problema, ciertamente uno de los más importantes del movimiento
revolucionario contemporáneo.
El año 1929 se produjo un acontecimiento que puso a prueba la defensa incondicional
de la URSS y permitió el afloramiento de posiciones contrarias a dicho planteamiento.
Chiang-Kai- Chek trató de expulsar a los funcionarios soviéticos que atendían el ferrocarril
transiberiano que atravesaba por territorio chino, lo que habría dejado aislado el puerto
de Vladivostok. El Estado soviético encargó al Ejército rojo para hacer respetar sus
derechos, emergentes de un tratado. En esa oportunidad, Trotsky publicó su folleto
“La defensa de la URSS y la Oposición de Izquierda”, donde expone sistemáticamente
una de las tesis fundamentales del trotskysmo y de la IV Internacional. La defensa
incondicional de la URSS (incondicional porque no se subordina al cambio de la política
de la burocracia o a su sustitución en el poder,etc.) no debe interpretarse como un
reconocimiento de las bondades del gobierno stalinista o como una subordinación a su
voluntad, sino como la defensa de las conquistas fundamentales de la revolución (la
estatización de los medios de producción y la economía planificada) que servirán de
cimiento para la construcción de la sociedad comunista. La derrota de la URSS sería una
de las más grandes pérdidas para la revolución internacional y es ésto lo que impone la
necesidad inaplazable de su defensa. El método de la defensa de la URSS es el método
de la lucha revolucionaria del proletariado internacional.
Por esta época algunos opositores al stalinismo desarrollan la teoría del “imperialismo
soviético” y que, por tanto, era correcto trabajar por su derrota, argumento que volverá a
repetirse después. Los maoistas han llevado esta teoría hasta extremos insospechados,
para ellos la URSS es una potencia imperialista; consiguientemente, plantear su defensa
es una actitud contrarrevolucionaria.
Después de la revolución de Octubre, algunos socialdemócratas (Otto Bauer,
Kautsky,etc.) adelantaron proposiciones en sentido de que la Rusia Soviética había
acabado como capitalismo de Estado. Posteriormente, Urbahns desarrolló la teoría del
capitalismo de Estado en la URSS; en la crisis de la IV Internacional se han repetido una
y otra vez estos argumentos.
Durante la crisis de 1939, la fracción norteamericana de Shachtman y Burnhans
expresó su desacuerdo con la caracterización hecha por Trotsky de la URSS y con su
defensa incondicional. Afloraron las teorías acerca de la restauración capitalista, de la
transformación de la burocracia en clase social.etc. (los medios de producción siguen en
poder del Estado obrero degenerado y no han pasado a ser propiedad de la burocracia).
El posadísimo, que lleva a la caricatura demencia! las posiciones revisionistas de!
pablismo, sostiene ahora que Rusia es un Estado obrero a secas, tan igual como salió
52
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
de la victoria de Octubre de 1917.
La burocracia es esencialmente contrarrevolucionaria, se ha pasado a la trinchera
burguesa, por eso los PP.CC.stalinistas no pueden ser internamente rectificados en
su política. Esta premisa es la que determina la necesidad de poner en pie una nueva
Internacional y partidos revolucionarios leninistas en cada país ”la burocracia se
transforma cada vez más en órgano de la burguesía mundial dentro del Estado obrero”.
La desviación pablista ha revisado esta conclusión que es una de las fundamentales
del programa trotskysta, ya hemos dicho que propugna la posibilidad de que los PP.CC.
jueguen un rol todavía revolucionario. Con ese argumento usó el entrismo ”sui géneris”
en los PP.CC., que, en la práctica, significó la pérdida de algunos cuadros trotskystas.
Este entrismo no debe confundirse con el realizado en los partidos socialistas y que,
en su momento, propugnó el mismo Trotsky sigue en vigencia el siguiente pronóstico
sobre el stalinismo que se encuentra en el Programa de Transición: ”(la burocracia)
o derriba las nuevas formas de propiedad y vuelve el país al capitalismo, o la clase
obrera... aplasta a la burocracia y abre el camino hacia el socialismo”. La revolución
internacional salvará a la URSS del peligro de perderse como posibilidad de la sociedad
sin clases.
Por todas las anteriores consideraciones, la tarea central en la URSS (que debe
hacerse extensiva a los otros países del bloque soviético y allí donde se encuentra el PC
stalinista en el poder) consiste ”en el derrocamiento de la burocracia termidoriana”, es
decir en la realización de la revolución política. Se trata de que la clase obrera desplace
del poder a la burocracia que ha nacido como tumor en el seno del partido obrero.
Hemos ingresado ya al período de la revolución política. Los que se colocan a la cola del
stalinismo, los que siembran ilusiones acerca de sus posibilidades revolucionarias no
tienen nada en común con la Cuarta Internacional.
El Programa de Transición puntualiza las consignas que pueden ayudara los obreros a
movilizarse contra la burocracia, a cobrar confianza en su propia fuerza: ”lucha contra
la desigualdad social y la opresión política. ¡Abajo los privilegios de la burocracia!
¡Abajo el stajanovismo!... ¡Más igualdad en el salario de todas las formas de trabajo!”;
libertad de los sindicatos y comités de fábrica, libertad de reunión y de prensa, a fin
de contribuir al renacimiento y desarrollo de la democracia soviética; expulsión de
la ”burocracia y la nueva aristocracia de los soviets”. El programa sostiene que esta
lucha debe desembocar en la legalización de los partidos serían considerados como
partidos soviéticos”. Revisión de la economía planificada en interés de los productores
y consumidores. ”La política internacional conservadora y contrarrevolucionaria de
la burocracia debe ser reemplazada por la política del internacionalismo proletario”.
”¡Abajo la diplomacia secreta!”
El trotskysmo se aparta del oportunismo sin principios y también del sectarismo que
se resiste a realizar un trabajo revolucionario en el seno de las masas.
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
III. LA REVOLUCION PERMANENTE Y LOS
MOVIMIENTOS NACIONALISTAS
La ¡dea central del trotskysmo es la teoría de la revolución permanente y todas sus
demás posiciones están referidas a ella. Se puede decir que la revolución permanente
es el trotskysmo. Elaborada como respuesta a los problemas de los países atrasados,
resume las leyes de la revolución en nuestra época.
La tesis fundamental de la revolución permanente y la que más nos interesa a
nosotros dice;
”Con respecto a los países de desarrollo burgués atrasado, y en particular de los
coloniales y semicoloniales, la teoría de la revolución permanente significa que la
resolución íntegra y efectiva de sus fines democráticos y de su emancipación nacional
tan solo puede concebirse por medio de la dictadura del proletariado, empuñando éste
al poder como caudillo de la nación oprimida y, ante todo, de sus masas campesinas’
(Tesis Fundamentales).
La revolución permanente significa (a transformación de los objetivos democráticos de
la revolución en socialistas, y, además comprende otros dos aspectos; la transformación
interna del proceso revolucionario (una etapa se apoya en la anterior) hasta concluir con
toda forma de opresión de clase; la revolución, que necesariamente comienza dentro
de las fronteras nacionales(es un fenómeno nacional), se ve obligada a proyectarse al
escenario internacional, para poder resolver así los problemas emergentes del mismo
proceso de transformación.
Esta concepción de la revolución de nuestra época es combatida, por un lado por los
maoistas que sostienen que la revolución es un ”proceso ininterrumpido” en el sentido
de que la revolución socialista vendrá inmediatamente después de la democrático-
burguesa. De este planteamiento se desprende la necesidad de aliarse y apoyar a los
sectores progresistas de la burguesía nacional y formar gobiernos populares decoalición
de clases antes de pensaren la dictadura del proletariado. Las tareas democráticas serían
resueltas por este gobierno popular antiimperialista. En la práctica, los maoistas han
mostrado su inclinación a someterse a los dictados de algunos gobiernos nacionalistas.
También rechazan las tesis de la revolución permanente y plantean todos los
matices stalinistas que parten de la revolución por etapas: el proletariado madurará
y se organizará para plantear la revolución socialista cuando pase por la escuela de
la democracia burguesa, llamada a resolver las tareas burguesas y a desarrollar las
fuerzas productivas para hacer posible la dictadura del proletariado.
Las posturas nacionalistas, incluida la izquierda nacional, parten de los planteamientos,
stalinistas para justificar la legitimidad de los gobiernos nacionalistas y para exigir que
la clase obrera se convierta, en el mejor de los casos, en la izquierda crítica de los
mismos. Como se ve, este planteamiento no es otra cosa que la actualización de los
planteamientos mencheviques.
El stalínismo tradicional, los maoistas y los nacionalistas, argumentan que la revolución
54
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
permanente ignora las tareas democráticas y sostiene la revolución puramente
socialista; que subestima a los campesinos que constituyen la mayoría de la población
de los países atrasados; que sostiene la simultaneidad de la revolución en el plano
internacional; que en cualquier momento se puede tomar el poder (permanencia de
la revolución). En todas estas gratuitas imputaciones más que ignorancia hay mala fe.
La revolución permanente en Marx y Trotsky obedeció a la preocupación fundamental
de señalar la forma en que serían realizadas las tareas democráticas en el período de
declinación del capitalismo y estando presente el proletariado como clase. No pasa por
alto las tareas democráticas ni plantea la revolución puramente socialista (constituye
una arbitrariedad tomar portal la revolución dirigida por la clase obrera, pues no supone
que cumplirá única y exclusivamente tareas socialistas, ignorando la estructura y
realidad del país respectivo); contrariamente, señala que únicamente el proletariado
desde el poder puede realizarlas plenamente.
El proletariado de los países atrasados (atrasados pero integrantes de la economía
mundial capitalista, lo que es preciso no olvidar) plantea y cumple no sólo sus propias
tareas, sino también las que quedan pendientes de las otras clases sociales. Pero no
sólo las toma a su cargo, sino que les imprime una particular perspectiva, la socialista,
conforme a su propia naturaleza. El proletariado, clase revolucionaria por excelencia
debido al lugar que ocupa en el proceso de la producción, tiende a imprimir su huella
a todo el proceso social.
El que el proletariado dé respuesta al problema de la falta do solución de las tareas
democráticas, el que tome en sus manos esas tareas, plantea la urgencia de que se
convierta en caudillo nacional. Tenemos un magnífico ejemplo de todo este proceso en
la tarea democrática incumplida de la unidad continental, planteada en su momento por
los sectores avanzados de la burguesía, pero no solucionada debido a las presiones de
las clases reaccionarías y de las metrópolis capitalistas. Esta unidad se ha convertido
en un objetivo que sólo puede ser materializado por el proletariado latinoamericano,
como consecuencia de la victoria de las revoluciones por él acaudilladas. De tarea
democrática no cumplida deviene en una tarea de la revolución políticamente dirigida
por la clase obrera, se transforma en los Estados Unidos Socialistas de América Latina.
La efectiva derrota del imperialismo y la solución de los problemas emergentes de la
transformación revolucionaría sólo puede realizarse en el marco continental.
Las revoluciones de nuestros países, que ciertamente comenzarán en los límites
nacionales, no tienen más destino que vencer efectivamente al proyectarse
continentalmente o serán destrozadas y degeneradas.
Trotsky en con ocasión de la primera conferencia preparatoria de la IV Internacional,
reunida en Génova en 1934, fijó su posición al respecto en los siguientes términos:
”La grandiosa tarea histórica que representa la unificación de los Estados de América
Latina en una potente confederación está destinada a ser resuelta, no por la burguesía
sudamericana retardataria, agencia completamente prostituida del imperialismo
extranjero, sino por el joven proletariado, caudillo señalado de las masas oprimidas”.
55
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
La experiencia histórica no ha hecho otra cosa que confirmar vigorosamente esta
perspectiva. Los intentos burgueses, e inspirados a veces por el propio imperialismo
en su afán de controlar más de cerca determinadas zonas, de integración y unidad de
los países regionales latinoamericanos se han ido ahogando indefectiblemente en el
fracaso. La causa última tiene que buscarse en la caducidad de las burguesías criollas,
en su enfeudamiento a los intereses y favores de las metrópolis colonizadoras. El
capital monopolista asentado en determinados países pretende utilizar esos planes
integradores para penetraren otros mercados y para apoderarse de ciertas ramas de la
industria. Los intentos de unificación de Centro América se han hundido sin remedio.
El intento de dar aliento a la ALALC ha concluido en una ruidosa frustración. El acuerdo
de Cartagena no puede vencer el escollo de la fijación de ios programas de algunas
actividades de industrialización, pues se ha hecho evidente que el capital financiero se
apresta a sacar ventaja del marcado atraso de algunos países. La declaración conjunta
de cancilleres de los países de la vasta Cuenca del Plata, con miras a la unificación física
y coordinación de esfuerzos en pos de desarrollo, no es más que esto: una declaración
de buenas intenciones. Dentro del marco del capitalismo, de la opresión imperialista,
ios países atrasados tienen cerradas las puertas para poder ingresar plenamente a
la civilización; para ellos no existen ya posibilidades de un generoso desarrollo de la
democracia burguesa.
No es que se ignore y subestime al campesino, fo que se hace es señalar el verdadero
papel que cumple en el proceso revolucionario. Fuerza motriz de primerísima importancia,
con su acción impulsa al proletariado hacia el poder. La alianza obrero-campesina, el eje
central de la estrategia revolucionaria en ios paises atrasados.es un pacto de la masa
campesina, que no es socialista, con el proletariado; pero que, por otra parte, sigue la
orientación del proletariado no bien comprende que su liberación y satisfacción de sus
necesidades inmediatas no podrán darse porel canal de lasotrasdirecciones políticas.
Los stalinistas, empeñados en efectivizar gobiernos reformistas de contenido
nacionalista, aptos para negociar con el imperialismo dentro del esquema reaccionario
de la coexistencia pacífica, ya no hablan de gobierno obrero-campesino o de dictadura
democrática de las fuerzas sociales fundamentales de la revolución. Son los maoistas
y foquistas los que desarrollan la teoría, aparentemente muy revolucionaria, pero en
último término reaccionaria, de que el eje de la revolución en los países atrasados
o poco desarrollados desde el punto de vista capitalista se desplaza del proletariado
hacia las masas campesinas. A veces insinúan que son los explotados del agro los que
se convierten en dirección política del proceso revolucionario. Los maoistas aplican
mecánicamente el esquema que sobre la estructura del campo se encuentra en los
escritos de Mao. Los foquistas parten del absurdo de que los campesinos, que con
básicamente dueños en pequeña escala de ios medios de producción, son ya socialistas
o bien que pueden convertirse en tales gracias a la propaganda de “concientización” que
se haga, ya oralmente o por medio del ejemplo de la acción. El Programa de Transición
dice acertadamente que el partido obrero debe faccionar un programa concreto que
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
responda a las necesidades vitales de los campesinos.
Está lejos de las intenciones y proposiciones programáticas de los trotskystas el basar
su actividad en la peregrina tesis de que es posible la simultaneidad de la revolución en
escala internacional. Ya hemos visto que, contrariamente, tiene como punto de partida
desde el momento mismo de la fundación de la IV Internacional el balance del atraso que
se observa en el proceso de la maduración de las condiciones subjetivas de la revolución,
que está lejos de ser puramente mecánico ni uniforme, que presenta particularidades
nacionales notables. La degeneración del Estado obrero se ha debido, básicamente, al
aislamiento prolongado de la revolución cusa en medio de un mundo dominado por el
imperialismo, lo que está ya demostrando que no existe tal simultaneidad. Se puede
decir que el trotskysmo parte, acertadamente, de la constatación de que la formación
de las direcciones revolucionarias, imprescindible para la victoria y consolidación de las
revoluciones (de esta manera se superan las teorías espontaneistas de la revolución,
que actualmente han vuelto a reflotar, no sólo entre los luxemburguistas, sino también
entre los ultraizquierdistas de los diferentes matices), sigue un ritmo por demás desigual.
Sólo la ignorancia o la mala fe pueden sostener que la revolución permanente quiere
decirque el proletariado puede tomar el poder no importa en qué momento o en qué
latitud. Esta postura es propia de la ultraizquierda. El Programa de Transición Habla
de la madurez de las condiciones objetivas y subjetivas. El trotskysmo ha asimilado
la enseñanza de Lenin acerca del momento insurreccional, considerado como el punto
culminante del ascenso revolucionario y caracterizado por circunstancias concretas:
desintegración del poder dominante y de sus órganos de compulsión (entre ellos el
ejército), profunda oscilación de las clases medias hacia las posiciones proletarias,
transformación del partido del proletariado en caudillo nacional.
En el pasado la insurrección campesina llevó a la burguesía al poder, en las actuales
condiciones de desarrollo de las fuerzas productivas, esa insurrección se convierte en
el telón de fondo de la victoria del proletariado. No existe una posibilidad intermedia.
El stalinismo en general y el nacionalismo, asimilan las revoluciones en los países
atrasados bajo el imperialismo a las revoluciones burguesas clásicas, realizadas por
la burguesía y deteniéndose en los límites capitalistas. Marx señaló con claridad que
entre ambas revoluciones existe una profunda diferencia, no como consecuencia de
la presencia mayoritaria de los campesinos atrasados en la semiservidumbre (hecho
que determina algunas de la particularidades de la transformación revolucionaria, la
solución del problema de la tierra, por ejemplo), sino, más bien, del proletariado como
clase. Hay que decir, refutando las observaciones de Bujarin y Zinoviev, que si no podría
darse la revolución permanente, que de ninguna manera puede reducirse al enunciado
de la mecánica sustitución de no importa qué capas sociales por otras en el poder.
A diferencia del campesinado o de otras clases sociales, la irrupción del proletariado
en el escenario político permite que la revolución se oriente hacia la liquidación de toda
forma de opresión de clase; es la única en la historia que toma el poder para disolverse
en el seno de la sociedad y su dictadura será el primer paso hacia la desaparición
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
del Estado. La revolución en la que interviene la clase obrera adquiere proporciones
insospechadas para quien pretende medir el proceso de transformación con el rasero
de las revoluciones burguesas. En el “18 Brumario” de Marx leemos:
Las revoluciones burguesas como las del siglo XVIII, avanzan arrolladoramente de
éxito en éxito, sus efectos democráticos se atropellan, los hombres y las cosas parecen
iluminados por fuegos diamantinos...; pero estas revoluciones son de corta vida, llegan
enseguida a su apogeo y una larga depresión se apodera de la sociedad, antes de
haber aprendido a asimilar serenamente los resultados de su período impetuoso y
turbulento. En cambio, las revoluciones proletarias, como las del siglo XIX, se critican
constantemente a sí mismas, se interrumpen constantemente en su propia marcha,
vuelven sobre loque parecía ya terminado, para comenzarlo de nuevo desde el principio,
se burlan concienzuda y cruelmente de las indecisiones de los lados flojos y de la
mezquindad de sus primeros intentos, parece que sólo derriban a su adversario para
que éste saque de la tierra nuevas fuerzas y vuelva a levantarse más gigantesco frente a
ellas, retroceden constantemente aterradas ante la ilimitada inmensidad de sus propios
fines, hasta que se crea una situación que no permite volverse atrás y las circunstancias
mismas gritan: “aquí está RODAS,salta aquí!”
No bien el proletariado entra en escena ya se apuntan en el horizonte sus grandes
objetivos y estos en todo momento, aun cuando esta clase no tiene conciencia de sus
intereses históricos, se convierten en fantasmas amenazantes para la burguesía: “La
república social apareció como frase, como profecía,en el umbral de la revolución de
febrero. En las jornadasde julio de 1848, fueahogado en sangre el proletariado de París,
pero aparece en los restantes actos del drama como espectro... La burguesía francesa,
que se rebelaba contra la dominación del proletaríadotrabajador... mantenía a Francia
bajo el miedo constante de los futuros horrores de la anarquía roja...”
Para los clásicos, la revolución burguesa en nuestra época, que supone la presencia
de la clase obrera, no puede ser otra cosa que el prólogo de la revolución proletaria. En
el cuarto capítulo del Manifiesto Comunista se lee: “Los comunistas fijan su principal
atención en Alemania, porque Alemania se halla en vísperas de una revolución burguesa
y porque llevará a cabo esta revolución bajo las condiciones más progresivas de la
civilización europea en general, y con un proletariado más desarrollado que el de
Inglaterra en el siglo XVII y el de Francia en el siglo XVIII y, por lo tanto, la revolución
burguesa alemana no podrá ser sino el preludio inmediato de la revolución proletaria.
La clase obrera es la clase revolucionaria por excelencia (esto quiere decir que puede
sepultar al capitalismo) no en consideración de su número con referencia a la población
total de un país (en algunos sólo se aproxima al 10%) o de su miseria (los campesinos,
los artesanos, el lumpen, son más pobres, más explotados y hasta más desamparados;
la legislación social busca evitar que los obreros sean físicamente destruidos por la
angurria de ganancias de ios patrones individuales, a fin de que la burguesía como
clase pueda explotarlos en el futuro; la organización y lucha sindicales se empeñan
porque la mercancía fuerza de trabajo sea vendida por su valónete), sino por el lugar
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
que ocupa en el proceso de la producción. La misión histórica del proletariado (sepultar
a capitalismo) está determinada por el desarrollo de la sociedad capitalista, por el
crecimiento de las fuerzas productivas.
Los foquistas y, en cierta forma, también los maoístas,dan las espaldas al marxismo
y extraen sus principales argumentos del populismo. Ellos se refieren al “pueblo’
oprimido y explotado y esperan que este haga la revolución y estructura el futuro
gobierno progresista y revolucionario, la realidad concreta es que el pueblo está
escindido en clases sociales (determinadas por el lugarque ocupan en el proceso de la
producción, es decir, por su ubicación con referencia a los medios de producción) con
intereses materiales diferentes y hasta opuestos (que tanto vale decir con ambiciones,
motivaciones y esperanzas nada comunes). La persistente utilización de la abstracción
“pueblo” tiene implicaciones políticas de mucho volumen, además de ser un equívoco.
Con esta etiqueta, aparentemente inofensiva, se encubre una alianza de diferentes
clases en cuyo seno debe el proletariado disolverse o bien someterse dócilmente a una
dirección política que le es totalmente extraña. No en vano es sólo una pequeña parte
del pueblo, llamado a imponer su voluntad a sus partes constitutivas. Los populistas,
se niegan a responder a la pregunta de qué intereses de clase se encubren detrás del
rótulo pueblo.
El trotskysmo, que permanece fiel al marxismo y a los aportes con los que lo
ha enriquecido Lenin, considera que no es permitido ignorar ai proletariado en las
revoluciones de nuestra época, no importando qué tareas se plantean realizar de
manera inmediata. Algo más, la presencia de esta clase social modifica profundamente
la perspectiva de la revolución. La importancia del proletariado se constata no sólo en la
metrópoli imperialista, sino que esta importancia crece en mayor medida en los países
atrasados; no debe olvidarse que está llamado a resolver las tareas que corresponden
a otras clases y las suyas propias. Dentro de las corrientes socialistas de su época,
correspondió al marxismo considerar al proletariado como clase diferenciada del ‘tercer
Estado” o de los productores, señalando sus características propias. El populismo es
una postura anticientífica y conservadora.
El proletariado,por su propia naturaleza, imprime autoritariamente su huella en todo
el proceso revolucionario, esto desde el momento mismo en que se incorpora a la lucha.
En la medida en que plantea sus propios objetivos (y al hacerlo entra en fricción con
los sectores burgueses o con los que representan sus intereses) tiende a convertirse en
caudillo nacional, a apropiarse lastareas nacionalesy a extender hacia las otras clases
sus métodos de lucha. Esta tendencia hacia la hegemonía choca, necesariamente, con
la clase social que posee muy desarrollado el instinto de mando, que monopoliza los
recursos económicos y culturales.es decir, con la burguesía nacional o con su sucedánea,
la pequeña burguesía. La revolución de un país atrasado es una revolución nacional en
la medida en que al tornarse mayoritaria arrastra a las clases oprimidas y explotados
en alguna forma; el problema que se plantea, de una manera por demás aguda, es el
de saber qué clase social hegemonizará a las masas, lo que puede lograrse solamente a
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
través de una lucha política entre el proletariado y burguesía. El campesinado, heredado
del período precapitalista, no se propone arrastrar detrás de sí a la mayoría nacional y
mucho menos al proletariado, ésto porque ni siquiera logra cohesión y homogeneización
como clase. Toda vez que en la prensa se leen despropósitos acerca de la dirección
campesina del proceso, se trata únicamente de recursos demagógicos o de imposturas
orquestadas por el poder ejecutivo.
El “Pueblo” no sólo que engloba a clases diferentes sino que en su seno se agitan las
luchas entre éstas y particularmente entre la burguesía (o la pequeña burguesía) y el
proletariado. Se debe aclarar a qué clase social se refieren los que hablan de pueblo.
El proletariado puede comenzar siendo organizado (como generalmente ocurre) por
algún sector de la burguesía, cuando ésta tiene necesidad de apoyo para oponerse a
su adversario; pero, aun en este caso, no bien comienza a dar los primeros pasos de
manera independiente, sacando así toda la ventaja de la organización iniciada porel
enemigo, plantea sus propios objetivos y en esta medida amenaza con pasar por encima
de la clase dominante, de acabar con el régimen de la propiedad privada y, en fin, de
desplazarla del poder político. El que la clase obrera marche pisándole los talones
a la burguesía adquiere trascendental importancia, pues le obliga a tomar todas las
providencias del caso a fin de no perdersus intereses materiales y de rechazar a su más
temible enemigo, ésto en la medida en que la victoria proletaria supone la destrucción
de los fundamentos económicos de la existencia misma de los monopolizadores de los
medios de producción. En este momento la burguesía nacional se da perfecta cuenta de
que le unen mil lazos, visibles o no, con el imperialismo, que con él tiene en común el
propósito de persistir en la posesión de los medios de producción y en la explotación del
asalariado; que el movimiento obrero constituye seria amenaza que puede aca barcón
la opresión imperialista y con la explotación del obrero por el capitalista. Como se ve,
es la presencia militante de la clase obrera la que empuja a la burguesía nacional, pese
a todas sus protestas en favor de la liberación nacional, pese a todas sus protestas
en favor de la liberación nacional y de repudio al imperialismo, hacia las trincheras
contrarrevolucionarias, la empuja a brazos del enemigo foráneo. La alianza burguesía
nacional-metrópoli opresora agotará todos los recursos para rechazar y aplastar al
proletariado ya convertido en caudillo nacional o en camino de llegara ser tal.
Engels escribió que en cierto momento de las relaciones obrero-burguesas, la
dueña de los medios de producción se desplaza hacia la posiciones reaccionarias. Las
tendencias políticas que nos son extrañas se apartan de esta concepción elemental
y actúan dentro de la concepción mecánica de que la burguesía nacional, debidoa la
opresión imperialista y al no cumplimiento de ciertas tareas democráticas, es todavía
revolucionaria y que, en esta medida, no puede aliarse ni ponerse de acuerdo con el
imperialismo y que su destino no es otroque combatirlo sin cuartel (corresponde a la
burguesía dirigir la revolución burguesa, sostiene el menchevismo). Esta posición podía
tener asidero en una situación caracterizada por la ausencia de la clase obrera, vale
decir, por la no estructuración de la economía capitalista mundial.
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
En realidad, el que la burguesía nacional asuma actitudes antiimperialistas, plantee
la realización de ciertas tareas democráticas, o bien actúe en bloque con el enemigo
del exterior, no es resultado mecánico y necesario de la estructura del pais.sino
de la modificaciones producidas en las relaciones mutuas entre las clases y, más
particularmente, detestado de desarrollo del proletariado como clase independiente.
La teoría y (a experiencia histórica enseñan que la burguesía nacional o contra el
imperialismo, pues bien pronto tiene que responder a la amenaza que le viene desde
el flanco proletario en su intento de aplastarlo se desplaza ostensiblemente hacia las
posiciones proimperialistas. El momento de este viraje hacia la derecha y el grado
de su profundidad están determinados porta actuación independiente del proletariado
(por los progresos alcanzados en su emancipación del control ideológico -el aspecto
fundamental- y organizativo de las clases que le son extrañas), por los progresos
que realiza en el camino de ganar a las masas para las posiciones revolucionarias (la
profundidad de esta movilización fortalece al proletariado, lo proyecta hacia el poder y,
consiguientemente, lo convierte en la más seria amenaza para la burguesía nacional)
y por la afirmación de su política de clase. La estructuración del proletariado supone
su diferenciación ideológica y política con referencia a la burguesía nacional, desde el
momento que se trata de superar su estado de disolución en medio del frente nacional.
Consideraraéste sin fisuras o em sus contradicciones ínternas postergadas para un
futuro indeterminado en aras de la unidad, quiere decir un frente alineado detrás de la
burguesía nacional y en cuyo seno el proletariado permanece sometido a una dirección
que le es extraña.
Este frente nacional dirigido por la burguesía y que cumple la función básica de
chaleco de fuerza colocado a la clase obrera, importa que busca estrangular el
proceso revolucionario en los límites capitalistas, loque sólo puede lograrse a través
del sometimiento del proletariado, pues éste instintivamente se encamina a romperlo.
Stalinistasy nacionalistas no solamente propugnan una revolución limitadamente
democrática, sino que en la base de su pensamiento y actuación se encuentra una
subestimación de la capacidad revolucionaria del proletariado de los países atrasados:
se le asigna un lugar de preferencia en la lucha, pero no se le reconoce el papel de
dirigir políticamente el proceso y menos de convertirse en cabeza del futuro gobierno.
El argumento -aparentemente marxista- que stalinistas y nacionalistas esgrimen
sostiene que la unidad nacional,la dirección burguesa del proceso, la indefinida
postergación de los objetivos proletariosy laatenuaciónde las contradicciones de clase,
constituye la respuesta obligada a la opresión imperialista, que ciertamente es opresión
nacional y no limitadamente sobre una clase. El argumento central, tantas veces
escuchado, dice que siendo el imperialismo el enemigo principal, hay que unirse frente
a él y postergar las diferencias.
Todo avivamiento de la lucha de clases sería traicionar el antiimperialismo y servir al
enemigo foráneo. La presencia del imperialismo tiene la virtud, según los portavoces y
lacayos del nacionalismo, de radicalizar en tal forma a la burguesía nacional que ésta
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
fatalmente debe seguir una linea revolucionaria y debe obligar a la clase obrera, si no
quiere trocarse en reaccionaria y traicionar sus propios intereses, a plegarse dócilmente
a las exigencias de aquella.
La burguesía nacional no puede en nuestra época cumplir a plenitud las tareas
democráticas y por su propia esencia no puede ir más allá del capitalismo; tiende a
contener el proceso de transformación en medio camino, en el momento que cree que
han sido satisfechos todos sus intereses o parte de ellos. No se puede, pues, tipificar a
la burguesía nacional como clase revolucionaría, no puede ser colocada al mismo nivel
que el proletariado o por encima de él. Busca acomodarse, modificar en cierto sentido
el actual régimen capitalista de explotación y opresión, tiene intereses comunes con
él y sólo en este marco puede realizarse como clase; la sociedad comunista será su
destrucción, por eso combate contra quienes se dirigen, consciente o inconscientemente,
hacia ella; es, pues, una ciase conservadora.
Sin embargo la burguesía puede rebelarse contra el estado de cosas creado por la
opresión imperialista (atraso general, falta de industrialización, pocas posibilidades para
el desarrollo de los negocios,etc.) y enarbolar la bandera de la realización de las tareas
democráticas. Los movimientos nacionalistas, cuyo contenido burgués no es necesario
recalcar, parten de esta realidad. En cierto momento puede descontarse la dirección
burguesa o pequeñoburguesa de los movimientos de liberación nacional; reconocer
este fenómeno no quiere decir plantear que es capaz o que tiene aún posibilidades
de cumplir tales propósitos indudablemente progresistas. El antiimperialismo burgués
adquiere en su planteamiento proporciones de gran vuelo en la medida en que su
animador monopoliza los recursos culturales y los medios de difusión de las ideas,
por esto mismo su frustración, sus caludicaciones, sus seguras componendas con la
metrópoli opresora y saqueadora del país, su definitivo sometimiento a ésta adquiere
los contornos de escándalo, de traición sin precedentes,etc;en realidad,la burguesía
nacional al proceder en esa forma no hace otra cosa que observar una conducta
consecuente con su propia naturaleza, con las limitaciones que emergen de su misma
entraña. Los únicos defraudados son aquellos que abrigan absurdas ilusiones acerca de
la posibilidades revolucionarias burguesas. La historia nos ilustra sobre el histerismo
hiriente de la campaña antiyanqui de ios intelectuales pequeño-burgueses, de los
universitarios en sus momentos de euforia y también, invariablemente.de su cambio
de frente, de la transformación de los grítos e insultos en poses obsecuentes. No pocos
han creído descubrir en estas mutaciones espectaculares una demostración de las fallas
en la calidad humana de los hombres de ideas; no hay nada de esto, se trata, más bien,
de que el camino burgués escogido por los intelectuales conduce inevitablemente a las
trincheras de la reacción y del entreguismo.
Históricamente la realización de las tareas democráticas correspondió a la burguesía,
ésto que era realidad viviente y pujante en su momento no pasa de ser ahora más
que un esquema frío y superado totalmente. El mechevismo y sus seguidores en la
actualidad toman el esquema y pretenden imponerlo al proceso real. A esta altura del
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
desarrollo de la sociedad capitalista setrata de realizar las tareas democráticas pese
a la burguesía y contra ella. Esto que puede parecer un flagrante contrasentido, algo
que contraría el rezaga miento estructural de los países atrasados, es el resultado de la
particular correlación de clases que proviene, precisamente, de la opresión imperialista.
La burguesía nacional ya no puede cumplir a plenitud sus tareas propias (aunque
puede enunciarlas, iniciarlas e inclusive lanzarse a materializarlas de manera parcial,
lo que nos da una ¡dea de diverso grado de los programas progresistas que pueden
enarbolar los gobiernos nacionalistas con referencia a otros totalmente sometidos al
imperialismo o a los explotadores del atraso pre-capitalista) porque en el período de
desintegración imperialista, cuando se produce el parto doloroso del socialismo, no hay
materialmente tiempo para el lento desarrollo de las tareas democráticas que pueden
desembocar en la sociedad burguesa próspera y en el Estado nacional soberano; con
todo,el hecho decisivo hay que buscarlo en la presencia del proletariado, que con su
actitud amenazante y su lucha por pasar por encima de los límites capitalistas y de la
propiedad privada, le acorta las posibilidades de realización a la burguesía nacional
y la empuja a ios brazos del imperialismo. Si el proletariado se encamina, inclusive
instintivamente, hacía la sociedad sin clases, es claro que la burguesía nacional no
tiene ya posibilidades de emplearse a fondo en la lucha contra el imperialismo, por
este camino no haría más que facilitar la marcha de su mayorenemigo,alque no tiene,
sin embargo, más remedio que ponerlo en pie de combate si desea oponer alguna
resistencia exitosa a la metrópoli opresora.
Sería absurdo sostener que la tendencia general descrita más arriba se cumple de
una manera rectilínea, sin altibajos. La burguesía nacional y la pequeña burguesía
vuelve una y otra veza posturas radicales antiimperialistas y a los vergonzosos
compromisos con la metrópoli. La burguesía nacional después de haberse comprometido
públicamente con los yanquis puede sacar de su seno algunas capas que nuevamente
asumen actitudes antiimperialistas (que, conforme al espíritu que anima al “Manifiesto
Comunista”, pueden ser presentadas como actitudes revolucionarias). La tendencia
concluye materializándose a través de estas oscilaciones.
“La burguesía nacional –escribeTrotsky- no viene al campo de los revolucionarios
alazar ni a la ligera, sino porque sufre la presión de sus intereses de clase. Después,
por temor a las masas, abandona la revolución o le manifiesta abiertamente el odio que
había disimulado. Pero no puede pasar definitivamente al campo de la contrarrevolución,
es decir, liberarse de la necesidad de “sostener” de nuevo a la revolución o, al menos,
de coquetear con ella, más que cuando con métodos revolucionarios o de otra especie
(Bismarckianos, por ejemplo), logra satisfacer sus aspiraciones fundamentales de clase”.
La especie de que la opresión imperialista, por ser nacional, precisamente, anula o
posterga la lucha de clases, es decir, que nivela en alguna forma los intereses materiales
de explotados y explotadores, no pasa de ser una falacia. Como indica Trotsky, lo que
hace la opresión imperialista es exacerbar la lucha de clases, cierto que hace posible el
frente único antiimperialista que es frente de clases.
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
La opresión imperialista además de plantear la tarea de la liberación nacional, coloca
en el tapete de la actualidad la cuestión de qué clase social será capaz de realizarla.
En los países atrasados, el proletariado puede llegara convertirse en caudillo nacional,
gracias a la incapacidad de la burguesía de resolver radicalmente (no se trata sólo de
acaudillar a las masas) los problemas de la tierra y de la opresión imperialista. La clase
obrera para imponer su solución tiene que llegar a encarnar las tareas nacionales, es
decir, que tiene que arrastrar detrás de sí a las masas, lo que supone la derrota política
de las direcciones que le son extrañas. Ya se sabe que la lucha política es la expresión
más elevada de la lucha de clases.
El análisis de las fuerzas motrices de la revolución y del rol conservador de la burguesía
nacional en nuestra época, plantea el problema de la actitud que debe observar el
proletariado, por tanto, su vanguardia revolucionaria, frente a los gobiernos nacionalistas
de los países atrasados. Es esta cuestión la que constituye la piedra de toque de la
teoría de la revolución permanente y es una de la más cruciales de nuestra época. En
los últimos años han aparecido una serie de teorías que, de una u otra manera, asignan
a los sectores pequeño-burgueses un rol dirigente en el proceso revolucionario; una de
esas teorías más importantes es el foquismo.
Por lo que se lleva dicho se puede formular del modo siguiente la conducta revoluciona
náfrente a los gobiernos nacionalistas:
a) Hay quedistinguirclaramente entre burguesía imperialista, que es opresora y
saqueadora de los países atrasados, y burguesía nacional, que sufre las consecuencias
negativas de la opresión ejercitada por la metrópoli, aunque explota a la clase obrera
indígena y generalmente actúa aliada y como socia de los explotadores pre-capitalistas.
Las actitudes y medidas que pueden asumir la burguesía metropolitana y la de los
países atrasados adquieren significación y proyecciones diferentes, que la política
revolucionaria obliga a no confundirlas y meterlas en el mismo saco.
b) De la misma manera que hay que distinguir con claridad a las metrópolis imperialistas
de los países atrasados, tampoco se debe olvidar que son diferentes el contenido social
(las tareas que se plantea de manera inmediata) y el rol de las clases sociales en las
revoluciones que tienen lugar en esos países. Esta necesaria y obligada distinción no
nos permite olvidar que la revolución en los países atrasados es parte integrante de la
revolución socialista mundial, es decir, que sólo en este marco puede consolidarse y
llegarse al socialismo (en nuestro continente las revoluciones de los diferentes países
sólo pueden plantearse correctamente si están referidas a los Estados Unidos Socialistas
de América Latina). Sostener que las revoluciones de los países atrasados constituyen
un fenómeno totalmente extraño a la revolución mundial y que no tienen nada que ver,
por lo menos de manera inmediata, con el socialismo, importaría ignorar que forman
parte de la economía capitalista internacional (la opresión imperialista se materializa
por encima de las fronteras nacionales) y dar las espaldas a la teoría de la revolución
permanente.
c) La revolución en las metrópolis es una revolución de clase nítidamente delimitada (el
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
proletariado hace la revolución para cumplir sus propias tareas); en los países atrasados
se trata de una revolución nacional dirigida políticamente por el proletariado, hecha por
la mayoría nacional, en cuyo seno se encuentran varias clases. Desde el momento en que
el asalariado toma en sus manos las tareas nacionales las transforma profundamente
en sus proyecciones; su hegemonía política en el bloque nacional plantea la perspectiva
de transformar la revolución burguesa en socialista. Los movimientos de liberación
nacional dirigidos por la burguesía, pero en cuyo seno está presente el proletariado
tienen ante sí la misma posibilidad de desarrollo.
La alianza obrero-campesina, reconocida por Lenin y Trotsky como la viga maestra de
la estrategia revolucionaria está demostrando que la revolución en los países atrasados
supone la alianza de clases, que no quiere decir un pacto de igual a igual entre los
diversos sectores, sino una movilización bajo la dirección de la clase obrera. La alianza
obrero campesina (ésta debe hacerse extensiva a los sectores mayoritarios de la clase
media) es el marco en el que seda la hegemonía política del proletariado con referencia a
la masa campesina. Podría argumentarse que esta circunstancia determina la identidad
de las revoluciones metropolitanas y las de los países atrasados, esto porque todas ellas
son dirigidas por la clase obrera. Hacerlo importaría olvidar que las tareas a cumplir en
uno y otro caso son diferentes. Pero aún hay otra diferencia. La burguesía imperialista
combate sañudamente al proletariado. La burguesía nacional puede arrastrar detrás
de sus consigna a los explotados y puede aliarse temporalmente con ellos, todo como
consecuencia de que están dadas las posibilidades para que pueda enarbolar las
banderas de la liberación nacional y del cumplimiento de las tareas democráticas.
d) Sólo el proletariado desde el poder puede cumplir plenamente las tareas democráticas
y transformarlas en socialistas, como consecuencia del propio desarrollo del capitalismo,
vale decir, del hechodequela mayor parte de los países soporta la presión imperialista,
y del desplazamiento de la burguesía nacional hacia las trincheras reaccionarias, como
obligada respuesta ante la amenaza de la clase obrera de barrer toda forma de opresión
de clase. Esto no sería posible si el proletariado no mantuviese, de manera intransigente,
su independencia de clase y si no desplazase a la burguesía nacional o a la pequeña
burguesía como dirección de las masas. El dominio nacionalista de la burguesía o de
su sucedánea pequeño burguesa, actuando bajo la poderosa presión del proletariado y
del imperialismo (se ve colocada entre dos fuegos: desde la izquierda y de la derecha,
lo que no nos permite identificar esas dos presiones), no puede materializar las tareas
democráticas y la liberación nacional y, lo que adquiere mayor significación y define su
carácter proimperialista, agota, en definitiva, todos los recursos para estrangular ios
movimientos de la clase obrera y, en fin, para ahogarla en sangre.
e) No se puede realizar labor revolucionaria en un país atrasado si no se fija con
meridiana claridad la conducta a observarse frente a los gobiernos nacionalistas. Es
para los trotskystas un principio inconmovible la defensa de éstos, por encima de
sus veleidades políticas, ante los ataques de las metrópolis imperialistas (aunque
éstas se autocalifiquen de democráticas). La defensa de la nación oprimida frente al
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
imperialismo opresor o la guerra de liberación son todavía progresistas. El programa
enarbolado por los gobiernos nacionalistas es progresista con referenciaalde los
gobiernos total e incondicionalmente entregados al imperialismo o al de sus sirvientes.
Esta consideración no agota el problema, porque plantearlo así daría a entender que el
nacionalismo aún puede realizar sus medidas progresistas; el proletariado ve abiertas
las puertas del poder por la incapacidad de la burguesía para cumplir sus propias tareas.
La labor política permanente debe consistir en señalar las limitaciones y traiciones
nacionalistas a su propio programa, a los intereses nacionales. Esta labor educativa
tiende a arrancar al nacionalismo el control de las masas. Sembrar ilusiones acerca
de la capacidad “revolucionaria” del nacionalismo importaría trabajar en contra de la
revolución, Lenin dijo la táctica precisa: porque la revolución tiene tareas burguesas
hay que desenmascarar a la burguesía y alertar al proletariado acerca de sus traiciones.
Apoyar a los gobiernos nacionalistas, sumarse a ellos como su izquierda no tener
miedo de cogobernar, importaría decir a las masas que estos regímenes son capaces
de las grandes realizaciones democráticas, por este camino se agigantan las ilusiones
acerca de su potencialidad revolucionaria. La lucha contra los gobiernos nacionalistas es
una obligación elemental, pues sólo así el proletariado puede concluir hegemonizando el
proceso revolucionario; el camino correcto radica en señalar el camino de su claudicación.
La izquierda nacional que actúa en Bolivia y en los otros países latinoamericanos,
se ha perfilado como una de las tendencias más peligrosas para el movímiento
revolucionario; falsifica los hechos e interpreta capciosamente los textos de los clásicos
del marxismo. Le ha correspondido a Juan Ramón Peñaloza sentar las bases teóricas
de la izquierda nacional en su lucha contra el POR boliviano. El político argentino, que
pretende pasar por trotskysta resume sus ideas en el folleto titulado “Trotsky ante (a
revolución latinoamericana” y toma como referencia los gobiernos movimientistas de
1946 y 1952.
Siguiendo a Peñaloza es posible descubrir el meollo de los equívocos de la izquierda
nacional. Confunde a los gobiernos movimientistas con los que se supone se organizarán
como resultado de ¡a actividad revolucionaria de la alianza obrero campesina. El régimen
de Villarroel fue el resultado de un golpe de Estado incruento y el de Paz Estenssoro
llegó al poder como consecuencia de que el proletariado suficientemente capaz de
derrotar a la rosca en las calles, no lo fue para tomar el poder en sus manos, que
prácticamente lo entregó al MNR. Peñaloza saca las consecuencias necesarias de su
confusión: los revolucionarios no debían ni podían resistirse a integrar los gobiernos
movimientistas, al hacerlo han incurrido en una desviación anarquista. La participación
en los gobiernos provisionales revolucionarios, según Lenin, tenía la finalidad no de
someterse a la burguesía liberal, sino de dirigir la lucha democrática.
Ahora ya no podemos hacernos mayores ilusiones acerca de la postura revolucionaría
del MNR. Ha cumplido todo su ciclo y ha concluido como sirviente incondicional del
imperialismo y del gorilismo criollo. Esta tendencia a la claudicación ante el enemigo
foráneo y al aplastamiento del proletariado ya se encontraba en germen en 1946-
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
1952, no descubrirlo en su debido momento fue una de las debilidades de la presunta
izquierda pro-trotskysta. Sumarse a los gobiernos movimientistas habría significado
cerrar toda posibilidad de poder señalar el camino de la revolución a las masas.
Los gobiernos movimientistas -según nuestro autor- serian nada menos que la versión
altiplánica de la dictadura democrática de obreros ycampesinosde los primeros tiempos
de Lenin, lo que obligaba a los trotskystas a participaren ellos. Sin decirlo, repudia los
reparos de Trotsky a la vieja fórmula leninista: “entonces (1905) Lenin formuló una
estrategia y una táctica inconmoviblemente correctas. Cree que el planteamiento de la
dictadura del proletariado en abril de 1917 se debió a una modificación de las condiciones
económicas y políticas. De tan curiosa interpretación saca el planteamiento de que las
consignas de 1917 no pueden aplicarse a los países atrasados como Bolivia: “Aquellos
que pretenden adaptar la táctica leninista de 1917 a países donde el proletariado y el
pueblo en general están recién balbuceando las primeras letras del alfabeto de la lucha
democrática, identificando estas condiciones con las de una Rusia destrozada por la
guerra y a esas masas con los desesperados millones de campesinos y obreros rusos
con uniformes de soldados que en 1917 abandonaban hambrientos y enfermos los
frentes de batalla, son tontos o granujas, o ambas cosas a la vez”.
Sostiene que en abril de 1952 se constituyó en Bolivia “un gobierno revolucionario
democrático”, en cuyo seno la COB tenía la “tarea de concretar los grandes objetivos de
la revolución democrático-antiimperialista”. No sumarse a este gobierno revolucionario
equivalía a serviral imperialismo. Lo que se olvida es que el gobierno movimientista,
desde el primer momento, estuvo empeñado en hacer retroceder al movimiento obrero
y que la COB en momento alguno podía cumplir el papel de partido del proletariado, que
su alta dirección no era más que la versión obrerista del gobierno pequeño-burgués.
El POR a! señalar la inevitabilidad del entendimiento del MNR con el imperialismo y
al descubrir en el seno de las masas los gérmenes de las tendencias que apuntaban
hacia la toma del poder, realizó una labor correcta y no se apartó un sólo milímetro
del leninismo y de las enseñanzas de Trotsky. Esta lección vale para los gobiernos
nacionalistas que aparecen posteriormente.
El gobierno movimientista de 1952 impidió la llegada del proletariado al poder, esta
clase fue sustituida por su remedo: la izquierda movimientista que controlaba la COB.
Violentando esta realidad, Peña loza sostiene: ‘expresa (dicho gobierno) la unidad del
proletariado y de la pequeña burguesía antiimperialista, mancomunados en la lucha
democrática y nacional”. El deber del POR debería haber sido -según este señor- de
apoyo crítico a dicho régimen y de rechazo a toda campaña acerca de la posibilidad y
necesidad de que el proletariado se encamine hacia la toma del poder, por no “existirías
premisas materiales” para ello. De esta manera se desliza hacia las postulaciones
stalinistas de la revolución por etapas y adopta el esquema puramente democrático
para los países atrasados.
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
IV.DE LA OPOSICION DE IZQUIERDA A LA
CUARTA INTERNACIONAL
Seguidamente se señalan las grandes líneas de la historia del trotskysmo. La Oposición
dentro del PC ruso, agrupada alrededor de las ideas básicas de Trotsky, comienza a
delinearseapartirde 1923, retoma las premisas fundamentales de la lucha iniciada por
Lenin contra las primeras manifestaciones de burocratización del Partido y del Estado
soviético y contra la camarilla despótica y arbitraria de Stalin. Por los documentos que
ya se han publicado, llegamos a la conclusión de que la lucha frontal y enérgica contra
el stalinismo fue iniciada por Lenin; su caustico Testamento (en realidad una carta
póstuma y una postdata dirigidas al CC) constituye sólo un hito en esta batalla.
Lenin, incluso cuando se encontraba postrado en su lecho de enfermo, vio con
temor la invasión del virus burocrático en el seno del Partido y del Estado, no se
trataba sólo de un peligro de tipo organizativo, capaz de ser superado con medidas
también democráticas, sino de deformaciones y desviaciones de la política bolchevique
en aspectos tan importantes como el del comercio exterior y el de la nacionalidades.
Los temores y el esfuerzo por poner atajo al peligro se sintetizan dramáticamente en
el llamado testamento de Lenin, que por tanto tiempo ocultó el stalinismo. Copiamos
su texto:
“Al recomendarla estabilidad del Comité Central, quiero decirque se adopten medidas
para impedir una escisión en nuestro Partido y esperaba que esta escisión, en segundo
lugar.se produjera por graves discrepancias internas.
Nuestro Partido se apoya en dos clases, lo cual hace posible su inestabilidad, y si no
existe armonía entre ambas clases su derrumbamiento es inevitable. En tal caso, ninguna
medida serviría para impedir una escisión. Pero confío en que este acontecimiento es
demasiado improbable y demasiado remoto para ponerse a hablar de ello. Considera
la estabilidad como una garantía contra la escisión en un futuro próximo, y voy a hacer
aquí una serie de consideraciones de carácter puramente personal.
Creo que el factor fundamental en la cuestión de la estabilidad -desde este punto de
vista- lo constituyen los miembros del CC Stalin y Trotsky. Las relaciones existentes
entre ambos constituyen, a mi juicio, más de la mitad del peligro de esa escisión, que
puede evitarse, y que podría conseguirse, a mi parecer, elevando a 50 o cien el número
de miembros del CC.
Al pasar a ser Secretario General, el c. Stalin ha concentrado en sus manos un poder
enorme, y no estoy seguro de que sepa emplearlo siempre con suficiente cautela. Por
otra parte, el c. Trotsky, como lo ha demostrado en su lucha contra el CC a propósito
de la cuestión del Comisariado de Vías de Comunicación se distingue, no sólo por sus
excepcionales facultades (personalmente es, a buen seguro, el hombre más capacitado
del actual CC), sino también por su excesiva confianza en sí mismo y su propensión a
dejarse atraer por el aspecto puramente administrativo de las cuestiones.
68
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
Estas distintas cualidades de los dos jefes más capacitados del actual CC podrían
conducir impensadamente a una escisión. Si nuestro Partido no adopta medidas para
evitarlo, esta escisión puede producirse de modo inesperado. No caracterizaré a los
demás miembros del CC. por lo que respecta a sus cualidades personales. Unicamente
he de recordar que el episodio de octubre de Zinovievy Kamenev (se opusieron a la
insurrección y llevaron sus discrepancias fuera del Partido, por lo que se sugirió su
exclusión, Pedi no fue en modo alguno casual; pero, al igual que el no-bolchevismo de
Trotsky, no debe utilizarse como un arma personal.
Respecto a los miembros más jóvenes del CC, diré unas palabras sobre Bujarin y
Piatakov. Ambos son, a mi juicio, las fuerzas más capacitadas entre los jóvenes, y por
lo que a ellos respecta, es necesario tener en cuenta lo siguiente: Bujarin es, no sólo el
teórico más valioso y más grande del Partido, sino que puede considerársele también
legítimamente como el favorito de toda la organización; pero sus opiniones teóricas
no pueden considerarse sino con grandísimas reservas como plenamente marxistas,
pues tiene algo de escolástico (nunca ha asimilado la dialéctica ni creo que la haya
comprendido nunca del todo.
Piatakov es un hombre que se distingue indudablemente por su voluntad y su
competencia; pero se entrega demasiado a la administración y al lado administrativo
de las cosas para poder fiarse de él en una cuestión política seria. Claro está que estas
observaciones sólo tienen validez en el momento actual o en el caso de que estos dos
competentes y leales obreros no encuentren ocasión de perfeccionar sus conocimientos
y rectificar su espíritu unilateral.
25 de diciembre de 1922.
“Posdata: Stalin es demasiado rudo, y este defecto, completamente tolerable en las
relaciones entre comunistas, resulta intolerable en el puesto de Secretario General.
Por lo tanto, propongo a los es. que vean el modo de retirar a Stalin de ese puesto y
nombren a otro hombre que le supere en todos los respectos, es decir, que sea más
paciente, más afable y más atento con los cs., menos caprichoso,etc. Estos detalles
pueden parecer una bagatela insignificante; pero creo que si se piensa en evitar una
escisión y se tienen en cuenta las relaciones existentes entre Stalin y Trotsky, que he
examinado anteriormente, ya no son una bagatela, o son al menos una bagatela que
puede llegar a adquirir una importancia decisiva.
Lenin
4 de enero de 1923”
Lenin fue el que inició el enérgico ataque contra Stalin y sus amigos y en este terreno se
tiene la impresión de que.Trotsky tardó algo en comprender la verdadera dimensión del
peligro que significaba este fenómeno. Las siguientes cartas prueban que el arquitecto
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
de la victoria de octubre y del partido bolchevique llegó al extremo de romper toda
relación personal con quien más tarde notendrá el menor reparo en presentarse y
aparecer como el heredero de Lenin: Carta a Stalin (5 de marzo de 1923): ‘Ale. Stalin.
Rigurosamente secreto. Personal. Copia a los es. Kamenev y Zinoviev.
Estimado c. Stalin:
Ha tenido Ud. la grosería de llamar a mi mujer al teléfono e insolentarse. A pesar de
que ella le haya hecho saberque estaba dispuesta a olvidar todo lo que había dicho,
todo lo sucedido ha llegado a conocimiento de Zinovíev y Kamenev (que lo han sabido
por Ud.). No tengo intención de olvidar tan fácilmente lo que ha sido hecho contra mi
persona, y no tengo necesidad de decirle que lo que ha sido hecho contra mi mujer lo
considero hecho también contra mi persona.
Por tanto, le ruego reflexionar y hacerme saber si está dispuesto a retirar sus palabras
y excusarse o si prefiere romperlas relaciones entre nosotros. Con estima, Lenin”.
Carta de Krupskaia a Kamenev: “Lev Borisovich. Stalin se permitió ayer una salida
de tono de las más groseras contra mí, a propósito de cuatro palabras que me dictó
Lenin con autorización de los médicos. No data de ayer mi entrada en el Partido. En el
curso de estos 30 años no he escuchado nunca una sola palabra grosera de un c. Los
intereses del Partido y de llich no me son menos caros que a Stalin. En estos momentos
tengo necesidad de tomar dominio sobre mi misma. Sé mejor que todos los médicos de
qué se puede hablar y de qué no se puede hablar con llich. Ya que sé lo que leal era y
lo que no, y en cualquier caso lo sé mejor que Stalin.
No me cabe ninguna duda en cuanto a la decisión unánime de la Comisión de Control
con la que Stalin se permite amenazarme, pero no tengo fuerzas ni tiempo para perder
en una comedia tan estúpida. Yo también soy un ser de carne y mis nervios están
tensos en extremo. N. Kruspkaia”.
Trotsky en sus comentarios al testamento de Lenin dice: “La política organizativa no
fue la única arena de lucha de Lenin contra Stalin. El pleno de noviembre del CC (1922),
sesionando sin la presencia de Lenin y sin la mía, introdujo inesperadamente un cambio
radical en el sistema del comercio exterior, minando los fundamentos mismos del
monopolio del Estado”. Lenin, que se encontraba enfermo, escribió a Trotsky para que
interviniese buscando preservar y reforzar el monopolio estatal del comercio exterior:
Carta a Stalin para los miembros del CC del PC ruso: “En este momento acabo de
liquidar mis asuntos y puedo partir tranquilamente. Incluso me he puesto de acuerdo
con Trotsky para la defensa de mis opiniones acerca del monopolio del comercio exterior.
Queda una sola cosa que me preocupa muchísimo, y es la imposibilidad de intervenir en
el congreso de los soviets Soy decididamente contrario ai aplazamiento de la cuestión
del monopolio del comercio exterior. Si por cualquier consideración (comprendida la de
que sería deseable mi participación en el examen de este problema) surgiera la idea
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
de aplazarla ..., yo sería contrario del modo más decidido porque esto? y convencido
de que Trotsky sostendrá mis opiniones no peor que yo... 15 de diciembre de 1922.
Lenin”.
Cartas a Trotsky: “C. Trotsky: Pienso que nos hemos puesto plenamente de acuerdo.
Le ruego declararante el Pleno nuestra solidaridad. Espero que nuestra decisión será
aprobada, pues una parte de aquellos que en octubre habían votado en contra han
pasado totalmente o en parte a nuestro lado.
Sí, contra todo lo previsible, nuestra decisión no es aprobada, nos dirigiremos a la
fracción del congreso de los soviets y declararemos que la cuestión será planteada al
congreso del Partido. Avíseme en tal caso y yo enviaré mi declaración. Vuestro Lenin.
P.S. Si este problema fuese excluido del orden del día del Pleno (cosa que no espero
y contra la cual, naturalmente, Ud. deberá protestarcon todas sus fuerzas en nuestro
nombre), pienso que se deberá igualmente llevara la fracción del congreso de los
soviets y exigir que el problema sea planteado al congreso del partido, pues ya no se
puedetolerarabsolutamente nuevas vacilaciones ... 15 de diciembre de 1922, Lenin”.
“C. Trotsky: Le envío la carta de Frumkin que he recibido hoy. También pienso que es
absolutamente erróneo, pues me altera diez mil veces más un aplazamiento que hace
totalmente inestable nuestra política sobre un problema vital. Reclamo por ellos su
atención sobre la carta adjunta y le ruego vivamente sostener que el problema debe ser
discutido inmediatamente. Estoy convencido de que si se corre el peligro de un fracaso,
es mucho más ventajoso hacerlo antes del congreso del partido y dirigirse enseguida a
la fracción del congreso de los soviets, que sufrir un fracaso después del congreso. Tal
vez sería aceptable el siguiente compromiso: tomemos inmediatamente la decisión de
confirmar la vigencia del monopolio, pero llevemos igualmente la cuestión al congreso
del partido y tomemos inmediatamente los acuerdos correspondientes.
A mi parecer en nuestro interés y en el interés de la causa, no podemos en ningún
caso aceptar otro compromiso. 15 de diciembre de 1922. Lenin”.
El desacuerdo sobre el problema de la política nacional fue mucho más grave. En
1922 se preparaba la transformación del Estado soviético en una unión federada de
repúblicas nacionales, para satisfacer así las aspiraciones de los nacionalistas que habían
conocido una larga opresión y que temían que ésta no acabaría. Stalin, comisario de
la nacionalidades, desarrollaba una política contraria y de centralismo burocrático. El
convaleciente Lenin mantenía con él una encendida polémica epistolar. Según Stalin,
Lenin seguía una línea de “liberalismo” nacional. Stalin yOrjonikidzé habían aplicado
una política de mano dura en Georgia, lo que irritó en extremo a Lenin, que se puso en
comunicación con la oposición georgiana. Llamó aTrotsky para formar bloque contra el
chovinismo de Stalin y según sus secretarias preparaba una verdadera bomba contra
éste. La carta que transcribimos es elocuente en extremo:
“A L.D.Trotsky. Rigurosamente secreto. Personal. Querido c.Trotsky: Mucho le rogaré
que asuma la defensa de la cuestión georgiana en el CC del partido. Lacosa se halla ahora
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
bajóla “inquisición” de Stalin y Dzerzhinski, y no puedo fiarme de su imparcialidad. Todo
lo contrarío. Si Ud. aceptara asumir la defensa, podré estar tranquilo. Si por cualquier
motivo no aceptara, devuélvame todo el legajo. Consideraré esto como su rechazo. Con
los mejores saludos comunistas. Lenin (Dictado por teléfono el 5 de marzo de 1923)”.
Una breve nota dirigida al BP (6 de octubre de 1922) es una declaratoria de guerra
contra la política stalinista en la cuestión nacional; “Declaro una guerra de vida o
muerte al chovinismo de gran nación. No bien me libre de esta maldita muela, me lo
comeré con las que me queden.
Es indispensable insistir en que presidan por turno el Comité Ejecutivo de la Federación:
un ucranio, un ruso, un georgiano, etc. ¡Indispensable! De Uds. Lenin”.
Ya la minoría georgiana (Mdívani, Majaradse y otros) expresó en tono por demás
emocionado: “Rigurosamente secreto. Copia a los cs. Trotsky y Kamenev. Queridos
cs. Sigo con todo corazón vuestro problema. Estoy indignado por la brutalidad de
Ordhonikidze y por la convivencia de Stalin y Dzerzhinski. Prepararé para vosotros unos
apuntes y un discurso. Con estima, Lenin. 6 de marzo de 1923”.
La Oposición, que a sí misma se calificaba bolchevique-leninista, enarboló como
suyas la bandera de Lenin y las tradiciones del PC ruso, para defenderlas de los ataques
que la reacción les dirigía a través del stalinismo. Su objetivo no era otro que lograr,
por medio de la lucha interna, la rectificación de la conducta partidista, el retorno
a la práctica del centralismo democrático da hipertrofia del centralismo se efectuóa
costa de la democracia interna) y al internacionalismo proletario. Era un movimiento
ruso, aunque apoyado por algunas individualidades de otros países. La Oposición puso
especial cuidado en analizar las variantes producidas en la situación política internacional,
sobre todo después de la derrota de la revolución alemana (octubre de 1923), que fue
seguida por la relativa estabilización del capitalismo y el agotamiento de la arremetida
revolucionaria, situación nueva que planteaba tareas específicas ante la IC y el PC ruso.
En octubre de 1923, Trotsky publicó su “Nuevo Curso”, un ataque frontal contra la
creciente burocratización del Partido y que contiene recomendaciones para retornar
a la democracia interna. La mayoría del Buró Político (dominada por la secreta troika
formada por Zinoviev, Kamenev y Stalin) aprobó, ai menos formalmente, un nuevo
curso para el Partido, su retorno a las normas de la democracia, aunque nada hizo para
materializarlas. En enero de 1924 muere Lenin, que poco antes había roto con Stalin
inclusive relaciones de upo personal; la lucha contra la burocracia pasó a manos de
Trotsky y de la Oposición.
Coincidiendo con las exigencias de Trotsky acerca de la necesidad de una rectificación
de la política partidista, es emitida la llamada “Declaración de los 46” (v. Preobrajensky,
Rakovsky, Trotsky, “De la burocratie”). El documento está fechado el 15 de octubre de
1923 y constituye una señal de
alarma ante un grave peligro. Los firmantes no eran nuevos en el Partido y se trataba,
como dice Deutscher, de 46 generales de la revolución”, de lo mejor del Partido entre
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
cuadros revolucionarios y teóricos. Esta comunicación secreta al BP del CC del PC ruso
denuncia una política económica errónea y la ausencia de democracia dentro del partido
y exige la inmediata superación de este lamentable estado de cosas, estaba firmada
por Preóbrajensky, Breslav, Serébriakov, Benédiktov, Smirnov, Piatakov, Obolensky
(Osinsky), Muralov, Sapronov, Golisma n, Maksínovsky, Sosnovsky, Danisehvsky,
Shmidel, Vaganian, Stukov, Lobanov, Rafail, Vasilchenko, Mikh, Zhakov, Nikolaev, Averin,
Bogoslavsky, Mesyatsev, Khorechko, Bubnov,Voronsky,V. Smirnov, Bosch,Kyk,Kosror,
Likatsov, Kaganovitch, Drobnis, Kovalenko, Minkin, Yakovleva, Elstin, Levitin, Palydov
y Cudnik.
Los principales firmantes de la Declaración fueron inmediatamente perseguidos.
Antonov Ovséenko, organizador, juntamente con Trotsky y Podvoisky, de la insurrección
de octubre, fue destituido de su puesto a la cabeza de la sección política del ejército;
otros fueron enviados a provincias y algunos al extranjero.
La troika recurrió a la demagogia e hizo declaraciones de adoptar el “nuevo curso” de
democratización interna, pero todo quedó como letra muerta.
La Declaración comienza indicando: “La extrema gravedad de la situación nos obliga
(en interés del Partido y de la clase obrera) a declarar públicamente que la continuación
de la política de la mayoría del BP amenaza al Partido entero con verdaderos desastres.
La crisis económica y financiera que ha comenzado a fines del mes de julio de este año,
con todas sus consecuencias resultantes (comprendida la vida interior del Partido) ha
revelado, de manera inexorable, la insuficiencia de la dirección del Partido tanto en el
dominio económico como en el de la vida interna del Partido”.
Indica que la improvisación en las decisiones del CC en el dominio de la industria, de la
agricultura y de las finanzas, conduce no sólo 9 de tener los éxitos logrados, sino a una
grave crisis económica. Se enumeran los peligros inminentes y más graves: hundimiento
del rublo; crisis del crédito que tornaría insostenible la situación del Banco del Estado,
comprometiendo a las finanzas, a la industria, al comercio de los productos industriales
e inclusive a la compra de cereales para la exportación; la paralización de la venta de
los productos industríales como resultado de los precios elevados, que se explicado
un lado por la ausencia de una dirección planificada de la industria, y de un otro lado
por la mala política del crédito; la imposibilidad de realizar el programa de exportación
de cereales, resultante de la incapacidad de comprarlos’; los precios extremadamente
bajos de los productos alimenticios, perjudiciales para el campesinado, es una amenaza
de reducción masiva de la producción agrícola; injusticias en el pago de los salarios,
que provocan, naturalmente, descontento en el medio de los trabajadores, el desorden
presupuestario se reflejaba en el desorden en el aparato estatal.
Sobre los problemas internos del Partido: el Partido ha dejado de ser una colectividad
viviente e independiente con la posibilidad de aprehender la realidad viviente porque
está ligado a esta realidad por millares de vínculos. En lugar de esto, observamos
una división que aumenta sin cesar -y que se mantiene apenas disimulada- entre la
jerarquía del secretariado y ‘la masa tranquila’, entre los funcionarios profesionales del
73
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
Partido reclutados en lo alto y la masa general del Partido que no participa en su vida”.
Se señala que los militantes descontentos ‘tienen miedo de hablar en las reuniones del
Partido...; en el interior del Partido las libres discusiones prácticamente han desaparecido,
la opinión pública del Partido está ahogada. Actualmente, no es el partido, ni sus masas
los que escogen y eligen a los miembros de los comités de provincias y del CC del PC
ruso. Contrariamente, es la jerarquía del Secretariado que recluta a los miembros de
las conferencias y de los congresos, que concluyen, cada día más, en la asambleas
ejecutivas de esta jerarquía”.
El intolerable régimen interno del Partido destruyó la independencia de la organización,
“reemplaza al Partido por un aparato burocrático reclutado que actúa sin crítica en
tiempos normales, pero que sucumbirá inevitablemente en un período de crisis y que
amenaza con concluir completamente ineficaz para afrontar los graves acontecimientos
inminentes”. La causa: “el régimen de la dictadura de una fracción en el interior del
Partido, creada después del X congreso, se ha sobrevivido. Muchos, entre nosotros,
conscientemente aceptamos someternos a este régimen. En 1921, el viraje político
y luego la enfermedad del c. Lenin reclamaban -en opinión de muchos de nosotros-
una dictadura en el interior del Partido como medida temporal”. Algunos bolcheviques
tuvieron una actitud crítica y negativa frente a las medidas organizativas adoptadas por
el X congreso. Con todo, los firmantes de la Declaración convienen que en la época del
XII congreso, ese régimen había envejecido y que mostraba sus aspectos negativos.
“ Las ligazones en el interior del Partido comenzaron a debilitarse. El Partido comenzó
a morir. Ante la imposibilidad de una líbre discusión sobre los problemas candentes,
“movimientos de oposición extremista y mórbida comenzaron a desarrollarse en el
interior del Partido naturalmente con un carácter anti-partido”.
La catástrofe asomaba en el horizonte: “Si la situación así creada no es radicalmente
cambiada en el porvenir inmediato, la crisis económica en la Rusia Soviética y la crisis de
la fracción dictatorial en el Partido asestarán serios golpes a la dictadura del proletariado
en Rusia y al PC ruso. Con tales fardos sobre las espaldas, la dictadura del proletariado
en Rusia y su dirección, el PC ruso, no podrán enfrentar la inminente fase de desórdenes
mundiales en una perspectiva de derrotas sobre todo en el frente de la lucha proletaria”.
La imposibilidad inmediata de resolver estas dificultades era consecuencia de que no
existía una real unidad de pensamiento y de acción “frente a una situación interior
y exterior extremadamente complicada. La batalla que se desarrolla en el Partido es
tanto más amarga en cuanto ella es llevada silenciosa y secretamente”.
Los firmantes de la Declaración proponen acabar con el régimen fraccional, cuya
abolición debe ser obra de quienes lo han creado; su reemplazo por un régimen de “unidad
fraternal y de democracia interna.., proponemos al CC como primera decisión urgente
convocar una conferencia de miembros del CC con los obreros más importantes y más
activos del Partido, bien entendido que la lista de miembros convocados comprenderá
un número de es. cuyas opiniones sobre la situación sean diferentes a las de la mayoría
del CC”. La mayor parte de ios firmantes colocaron notas mostrando sus diferencias
74
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
de matiz con algunos puntos de la Declaración. El sistema de aprobación de todos los
documentos por unanimidad ha sido una costumbre introducida por el statinismo; en
el partido bolchevique, se supone la existencia de discrepancias internas, y éstas son
reflejadas en los documentos en forma escrita.
La troika (Zinoviev, Kamenev y Stalin, tal era entonces el orden de importancia de
los personajes) se constituyó para apropiarse del aparato del Partido y para cerrarle
el camino del poder a Trotsky, que conservaba la gran popularidad que ganó con su
actuación en las jornadas de Octubre. En el seno de la mayoría del Buró Político, adversa
a Trotsky, la figura más visible era la de Zinoviev, a la sazón dirigente máximo de la IC
y del soviet de Leningrado, había luchado junto a Lenin contra el socialpatriotismo de
la socialdemocracia y por la estructuración de la III Internacional.
La troika, constituida por viejos bolcheviques, se esmeró en poner de relieve la reciente
adhesión de Trotsky al Partido Bolchevique. Esté último, en sus “Lecciones de Octubre”
(fines de 1924), se detuvo en él análisis del lamentable papel jugado por Zinoviev y
Kamenev en octubre de 1917 (se opusieron a la insurrección y polemizaron con Lenin)
y de la sistemática oposición a la política leninista por parte de los viejos bolcheviques
de la dirección. En respuesta, la troika desencadenó su descomunal andanada contra el
trotskysmo. A Zinovíev se le debe la invención del término trotskysmo y su historia, junto
a la de Kamenev, es una de las más trágicas y contradictorias. Cuando se une a Stalin en
la lucha contra Trotsky y la democratización del Partido, estaba seguro de trabajar en su
propio beneficio y para adueñarse del poder; es dentro de esta perspectiva que aparece
como informante, sin que le correspondiese, ante los XII y XIII congresos del PC (1923
y 1924) y desde la tribuna de este último invitó a Trotsky a confesar su equívoco y
autocriticarse. La troika, hasta 1925, combatio la no a la Oposición de Izquierda como
a la fracción derechista timoneada por Bujarin y Rikov; cuando Stalin pacta con estos
últimos, Zinoviev y Kamenev se desplazan hacia la Oposición de Izquierda y forman
con Trotsky un comité clandestino que luchó por la industrialización y contra el kulak,
el nepman y la burocracia. En 1927, Zinoviev y Kamenev fueron expulsados, junto
con Trotsky, del Buró Político y el primero de la IC y del soviet de Leningrado; cayeron
víctimas de las purgas de Moscú (1936).
Trotsky criticó acremente la táctica stalinista frente al Comité anglo-ruso, organizado
en 1926, época de radicalización de los sindicatos ingleses. Este Comité fue ideado
para lograr la unidad sindical en escala internacional. El error y el peligro radicaban en
abandonarse en brazos de la burocracia sindical, que suspendió la huelga general y dejó
abandonados a su suerte a los mineros que proseguían la lucha. El staíinismo había
encomendado al Comité anglo-ruso la tarea de defender a la URSS de toda posible
intervención exterior, planteada como tarea independiente de la lucha revolucionaria.
Esto explica porqué en lugar de denunciar la traición de la burocracia sindical y ayudar
a los obreros ingleses a superarla políticamente, el staíinismo la hubiese respaldado
con todas sus fuerzas. La traición de los dirigentes sindicales llegó al extremo cuando
denunciaron, como prueba de la ingerencia comunista extranjera en los sindicatos,
75
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
la ayuda económica enviada de Rusia a los mineros en huelga. La Oposición atacó la
conducta absurda y nada revolucionaria del stalinismo y trabajó en favor de la ruptura
con el Comité angloruso en el transcurso de la huelga general.
Una de las campañas más importantes sustentadas por la Oposición y que ha
tenido enorme influencia internacional sobre el movimiento revolucionario se refiere
a la denuncia de la política menchevique (revolución por etapas, actualización de la
superada fórmula de “dictadura democrática de obrerosy campesinos”, bloque de las
cuatro clases ideado por Bujarin, etc.) impuesta autoritariamente al PC chino y que lo
condujo a la derrota.
El aplastamiento y la masacre de los obreros chinos, la traición de Chang Kai-
Shek, promocionado por el stalinismo, asestó un rudo golpe al prestigio de Stalin y
Bujarin. Las previsiones de la Oposición, totalmente privada de informaciones se vieron
confirmadas por los acontecimientos. La discusión de los problemas de la revolución
china, que adquirió significación mundial, devolvieron a la Oposición la coherencia
que había perdido a fines de 1926. Después de que la Krupskaia se doblegó a la
jerarquía stalinista en la XV conferencia del PC ruso (noviembre-diciembre de 1926), las
defecciones se multiplicaron: el viejo bolchevique Badalev abandonó sus posiciones y
luego Zalutski, Sokolnikov, etc. Preobrajenski y Radek, de igual manera que Kamenev y
Zinoviev, permanecieron hostiles a la revolución permanente y para afirmar su fidelidad
al leninismo se aferraron a la dictadura democrática de obreros y campesinos. Ellos no
consintieron en que la Oposición demanda la salida del partido chino del Kuomintang
y sólo al finalizar la discusión se animaron a reivindicar el derecho a una política
independiente. Los acontecimientos pusieron de relieve las cualidades de polemista y
de luchador de Trotsky y la Oposición apareció unida y agigantada alrededor de él.
A nombre de 83 viejos bolcheviques, la Oposición lanza un llamado al Partido (mayo
de 1927), que es una declaración de solidaridad con Trotsky en las cuestiones china,
del comité anglo-ruso, en el repudio a la política de alianza con el campesino rico. Se
propuso la apertura de una verdadera discusión con miras a la preparación del XV
congreso del Partido. Se recolectaron 3.000 firmas y se sabe que por esta época la
Oposición contaba con 20.000 adherentes. Muchos descontentos se desplazaron hacia
ella.
El llamado de los 83 señala que la equivocada política internacional no es más que la
afirmación y prolongación de una también equivocada política interna. Transcribimos un
resumen del documento:
“Pese a que tenemos ya en China una poderosa clase obrera, bien que el proletariado
de Shanghai en una situación muy difícil ha sabido sublevarse y ser el amo de la ciudad,
pese a que el proletariado chino ha tenido, en China, una poderosa ayuda de parte de
los campesinos en revuelta, en síntesis, que ha tenido y tiene todos los factores para
la victoria del “1905” chino” (Lenin), resulta que los obreros chinos sacaron en los
hechos hasta ahora el mismo rol al que estuvieron condenados los obreros durante la
revolución de 1848.
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
“La línea” en China, en los hechos, se ha traducido así: no se debe armar a los
obreros, no se deben organizar huelgas revolucionarias, no había que sublevar
completamente a los campesinos contra los propietarios, no se puede editar un diario
comunista, no se debe criticara los señores burgueses del Kuomintang de “izquierda”,
no se deben crear células comunistas en los ejércitos de Chang Kai-Shek, no se debe
lanzar la consigna de los soviets para no “repeler” a la burguesía, para no “asustar” a la
pequeñaburguesía, para no debilitar al gobierno del” Block de las 4 clases”. A modo de
respuesta, y para agradecernos portal política, la burguesía nacional china -lo que era
de esperar-, escogiendo el momento propicio, fusila a los obreros chinos y llama en su
ayuda,hoy, a los imperialistas japoneses, mañana serán los imperialistas americanos,
pasado mañana a los imperialistas ingleses...
“La táctica del CC en la cuestión del comité anglo-ruso ha sido completamente falsa.
Hemos sostenido la autoridad de los traidores del Consejo General en el periodo más
crítico para ellos durante las semanas y los meses de la huelga general y de la huelga
de los mineros. Les hemos ayudado a sobrevivir. Hemos concluido por capitular ante
ellos en la última conferencia de Berlín reconociendo al Consejo General como al solo
representante del proletariado inglés (y asimismo como el único representante de su
punto de vísta) y hemos aceptado firmar la promesa de no ingerencia en los asuntos
internos del movimiento obrero inglés ...
“Para todo marxista es indiscutible que la política falsa apl¡cada en China y en lo
concerniente a la cuestión del comité anglo-ruso no es fortuita. Ella prolonga y completa
una política interior falsa...
“Una política falsa acelera el crecimiento de las fuerzas hostiles a la dictadura del
proletariado: kulaks, nepman, burócratas. De donde resulta la imposibilidad de utilizar
plenamente los recursos materiales del país para la industria pesada para satisfacer la
demanda de la economía nacional (escasez, altos precios, desocupación) y de todo el
sistema soviético en su conjunto (la defensa del país), conduce al reforzamiento de los
elementos capitalistas en la economía de la Unión Soviética, sobre todo en el campo.
“La diferenciación del campesino se acelera más y más. Partiendo de la consigna
“enriquecéos”, de la invitación dirigida a los kulaks a ‘integrarse al socialismo’, el grupo
dirigente del CC ha concluido por observar en silencio el proceso de diferenciación en
el campo, a subestimar este problema, y su política ha consistido en la práctica en
apoyarse en el campesino económicamente fuerte ...
“La consigna principal para la preparación del XV congreso debe ser la unidad, una
unidad real, leninista dei PC de la URSS”.
Víctor Serge dice: ‘La revolución china nos electrizó a todos” y ha dejado el testimonio
de que “en todas las células donde habían oposicionistas... los debates que habían
tenido lugar en el CC se reproducían con la misma violencia”.
Se anuncian los primeros arrestos de oposicionistas y su dirección es desmantelada.
Rocovsky está de embajador en París y se le reúnen Piatakov y Preobrajenski, “enviados
en misión”. A antonov Ovseenko lo enviaron a Praga, a Safarov a Ankara y a Kamenev
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
como embajador a la Italia fascista. Lo más brillante de la joven generación oposicionista
es desparramada: Eleizer Solntsev, ligado a Trotsky desde 1923, fue enviado a los
EE.UU. y después a Alemania; otros son radicados en Siberia o en Asia central. Estas
“mutaciones” precipitan la exasperación y, a mediados de junio, muchos millares de
oposicionistas se concentran delante de la estación de Laroslav para manifestar su
simpatía con Smilga que va a ser enviado a Khabarovski.
Los oposicionistas no sólo combatieron, desde el interior del Partido, la degeneración
burocrática, sino que la explicaron como un fenómeno histórico. Al respecto es notable
el esfuerzo hecho por Cristina Rakovsky en su carta a Valentinov (v. “Los ’riesgos
profesionales’ del poder”, 1928). Comienza señalando que las dificultades del análisis del
fenómeno radica en que es algo nuevo en el campo revolucionario: “Hasta el presente
hemos sido testigos de un gran número de casos en los que el espíritu de un gran
número de casos en los que el espíritu de iniciativa de la clase obrera se ha debilitado
y declinado al punto de alcanzar el nivel de la reacción política. Pero estos ejemplos
aparecieron, aquí y en el extranjero, durante un período en el que el proletariado
luchaba todavía por la conquista del poder político. No podíamos tener el ejemplo de la
declinación del ardor del proletariado en una época en la que ya tenía el poder”.
Teniendo en cuenta que en el pasado todas las clases sociales y sus diferentes capas se
degeneraron en el poder, sostiene que el proletariado al convertirse en clase gobernante
corre grandes riesgos. No se refiere a las dificultades objetivas debidas al conjunto de las
condiciones históricas, al cerco capitalista exterior y a la presión pequeñoburguesa en
el interior del país. “No se trata de dificultades inherentes a toda nueva clase dirigente,
que son consecuencia de la toma y del ejercicio del poder mismo, de la capacidad o
incapacidad de servirse de él. Estas dificultades, “que seguirán existiendo hasta cierto
punto”, son llamadas “riesgos profesionales” del poder.
Si bien una clase que lucha por el poder adquiere el máximo de unidad y cohesión,
todo interés de oficio, personal, es dejado atrás, subordinado al objetivo de la lucha;
“cuando... toma el poder, unade sus partes deviene en agente de este poder. Así surge
la burocracia. En un Estado socialista, en el que la acumulación capitalista está prohibida
para los miembros del partido dirigente, esta diferenciación comienza por ser funcional
y a continuación deviene en social. Pienso en la posición social de un comunista que
tiene a su disposición un auto, un buen departamento, vacaciones regulares y recibe el
salario máximo autorizado por el Partido; posición que difiere de la del comunista que
trabaja en las minas de carbón y recibe un salario de 50 a 60 rublos por mes”.
La clase en el poder, a través de su Partido, sufre otra consecuencia: ciertas funciones
“anteriormente eran consecuencia natural de la lucha revolucionaria, en el poder sólo
pueden ser conservadas gracias a todo un sistema de medidas que tiene por objeto
“preservar el equilibrio entre los diferentes grupos de esta clase y de este Partido, y de
subordinar estos grupos al objetivo fundamental”.
Rakovsky considera que esto constituye un proceso largo y delicado, un proceso de
educación política de la clase dominante, a fin de que sea capaz de servirse del Estado.
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
El análisis del proceso de degeneración de la burguesía en el poder le inspira la forma de
estudiar la degeneración burocrática del Estado obrero. Le son gratas las advertencias
de Robespierre y Babeuf. El primero puso en guardia a sus parciales de “la intoxicación
del poder”, que desde el poder no debían convertirse en muy presuntuosos, no debían
“hincharse”. Babeuf observó que la caída de los jacobinos fue grandemente facilitada por
las damas de la nobleza: “¿Qué hacen Uds. pusilánimes plebeyos? Hoy les estrechan en
sus brazos, mañana les estrangularán”. Sosnovsky observó que el “automóvil-harem”
jugó un rol importante en la formación de la ideología de la burocracia de los soviets y
del PC. Acertadamente Racovsky observa que no puede hablarse de partido y de masas
como abstracciones, sino analizarse concretamente qué significa en cada caso histórico
concreto. La burocracia prosperó rápidamente contando en su favor con la indiferencia
de las masas, con su cansancio.
El primer deber de la dirección debe consistir en defender al Partido de la degeneración
burocrática: “Según la concepción de Lenin y de todos nosotros, la tarea de la dirección
del Partido y a la clase obrera de la influencia corruptora de los privilegios, de los favores
y de la tolerancia inherentes al poder en razón de su contacto con los restos de la vieja
nobleza y de la pequeña burguesía; se habría debido prevenir contra la influencia de la
NEP, contra la tentación de la ideología y de la moral burguesas”.
Desde este punto de vista, debería crearse un aparato nuevo, verdaderamente obrero
y campesino, nuevos sindicatos, verdaderamente proletarios, una nueva moral de la
vida cotidiana. Nada de esto hizo, según Rakovsky, la dirección del PC ruso.
A partir de la aparición de la teoría reaccionaria y pequeño burguesa del socialismo en
un solo país, la Oposición pasó al ataque contra esta impostura y los escritos de Trotsky
constituyen brillantes ejemplos de la defensa leninista de la revolución internacional
como el marco adecuado para la consolidación definitiva de la revolución comunista y
de la confirmación de la justeza de la teoría de la revolución permanente.
El 23 de octubre de 1927, Trotsky fue expulsado del Comité Central del PC ruso; al
asumir su defensa pronunció un largo discurso de crítica incisiva a la política stalinista
de la dirección.
Al referirse a la campaña antitrotskysta dijo: “Todos los oportunistas tratan de
encubrir sus vergüenzas con esa palabra. La fábrica de falsificaciones trabaja noche y
día en la producción del “trotskysmo”. En su carta a la Comisión de historia del PCUS,
en la que trata de la falsificación de la historia de la insurrección de octubre por parte
de la dirección burocratizada, insiste:” ...la falsificación no se limita a estos diez años
(1917-27), sino que se extiende a toda la historia anterior del Partido, convirtiéndola
en una lucha ininterrumpida del bolchevismo contra el trotskysmo. En este terreno, los
falsificadores se mueven con más libertad, puesto que los acontecimientos pertenecen
a un pasado ya remoto y pueden entregarse a una selección arbitraria de documentos.
Así se falsifica el pensamiento de Lenin por medio de una selección parcial de fragmentos
suyos”.
El 12 de noviembre de 1927 fue excluido del Partido, medida confirmada por el XV
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
congreso (diciembre de 1927). No se trató de una medida de tipo personal, la exclusión
alcanzó a toda la Oposición, preludio de la descomunal represión que envió a millares
de oposicionistas al destierro rumbo a Siberia y al Asia Central. Entre los confinados
se contaban Rakovsky, ex-Presidente del Consejo de comisarios del Pueblo de Ucrania,
Radek, Smirnov (ex-Comisario del Pueblo), Smilga (uno de los organizadores de la
revolución de octubre y del ejército rojo), Bieloboradov (ex-Comisario del Pueblo en el
Interior), Sosnovsky (publicista), Kaspanova (notable por sus trabajos entre las mujeres
en Oriente), etc. El mismo Trotsky y sus familiares más próximos, fueron deportados
a Alma Ata (Turquestán) en enero de 1928, año en que la Oposición iba engrosando
sus filas, sobre todo en las grandes empresas industriales. Cuando era embarcado en
la estación ferroviaria de Moscú tuvo lugar una manifestación de oposicionistas. La
resolución que excluía a los oposicionistas fue apelada ante el VI congreso de la IC,
pero la medida fue inmediatamente confirmada.
A las campañas decalumniasy falsificaciones se acompañaron medidas policiales
de represión, eran encarcelados los que difundían documentos de la Oposición, la
manifestación que organizó con motivo del X aniversario de la revolución (1917) fue
violentamente disuelta.
Trotsky, que permaneció un año en su confinamiento, fue desterrado de la URSS
en enero de 1929. No bien llegó a Turquía, se impuso la tarea de crear la fracción
internacional bolchevique-leninista. Hizo circular una carta, utilizando el seudónimo de
Gourov, entre los grupos y las personalidades que se mostraron opositores al stalinismo,
proponiéndose una acción coordinada internacional alrededor de los siguientes puntos:
problemas de la URSS, política oficial con referencia al Comité anglo-ruso y revolución
china. Durante todo este tiempo, Trotsky distinguía 3 corrientes fundamentales en el
seno de la IC: la Oposición de Izquierda que pugnaba por la prosecución de la política
leninista; la oposición de derecha (Bujarin, Brandler), que desarrolló en cada país una
política independiente; la fracción centrista encabezada por Stalin, que no cesaba de
desplazarse de izquierda a derecha y en cada oscilación purgaba las filas de elementos
de una y otra fracción extrema.
En julio de 1929 aparece el N° 1 del “Boletín de la Oposición’, concebido como el
gran vehículo de difusión de las ideas oposicionistas y el eje alrededor del cual podía
organizarse a la Oposición de Izquierda en el mundo entero; no dejó de aparecer hasta
la muerte de su fundador. La finalidad inmediata era la de poder en pie en cada país
un grupo opositor que luchase por el enderezamiento de la política de la IC desde su
interior, pese a que las exclusiones de los trotskystas en escala mundial no cesaban. La
burocracia moscovita acusó a los oposicionistas de pretender poner en pie una nueva
Internacional, la Cuarta, acusación que fue enérgicamente rechazada por Trotsky. En el
prólogo a “La IC después de Lenin” (15 de abril de 1929) se lee; ‘De diversos lados se
trata de atribuirnos el proyecto de crear una IV Internacional. Esta idea es absolutamente
falsa. El comunismo y el ‘socialismo” democrático forman dos profundas tendencias
históricas cuyas raíces se adentran en las relaciones entre las clases. La existencia y la
80
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
lucha de la II y III Internacionales constituyen un largo proceso intimamente ligado a
la suerte de la sociedad capitalista. Las tendencias intermedias o centristas pueden en
un momento adquirir gran influencia, pero no por mucho tiempo.
En Francia se logró agrupar a los oposicionistas que el 15 de agosto de 1929 lanzó a las
calles el primer número de “La Venté” (actualmente la OCI continúa con su publicación
como revista teórica). La Oposición de Izquierda francesa puso en pie a la Liga comunista,
que inmediatamente adquirió enorme importancia dentro del trotskysmo internacional.
Por la misma época se organizó la Oposición de Izquierda norteamericana (que más
tarde se transformará en el Socialist Workers Party) por la fracción constituida por
James P. Cannon, Shachtman y Abern, expulsada, después del VI congreso de la IC, del
Comité Nacional del PC de los EE.UU. Comenzó publicando “The Militant”.
También en 1929 (estamos citando sólo algunos casos) aparece en la Argentina
el primer grupo de la Oposición de Izquierda constituido por tres obreros europeos,
más tarde se sumarán Héctor Raurich (una de las figuras descollantes de la Reforma
universitaria) venido del PC y a Gallo (Ontiveros) de la izquierda del PS.
Trotsky desarrolla su tesis de la defensa incondicional de la URSS (Estado obrero
degenerado), materia de continuas disputas en el seno mismo de los grupos de la
Oposición y después de los partidos trotskystas, considerada como uno de los pilares
de la IV Internacional.
La Oposición desarrolló también una sistemática campaña en favor del frente único
(socialdemocracia-PC) en Alemania para cerrarle el paso al nazismo. Esta política chocaba
con el viraje ultraizquierdista realizado por el stalinismo en el “tercer período’ (1928-
1934); se consideró superado el segundo período o de estabilización del capitalismo
que había sido iniciado en 1925; en 1934 se abrirá la etapa de los frentes populares, es
decir, de la subordinación a la burguesía.
A comienzos de 1933 se produce en Alemania la subida de Hítler al poder. Por la traición
de la IC y de la socialdemocracia, el movimiento obrero alemán, considerado uno de
los más poderosos y maduros de Europa, es derrotado sin presentar batalla. Es esta
circunstancia la que permitirá decir a Trotsky que la III Internacional, el stalinismo, ha
pasado definitivamente al campo burgués y que todo trabajo en su seno por enderezar
su orientación es inútil. Desde este momento cambia el objetivo de la Oposición y no
será otro que el poner en pie a la Cuarta Internacional.
En noviembre de 1933, se reunió el Pleno de la Oposición Internacional y aprobó (a
nueva orientación dada al movimiento en sentido de trabajar por la formación de la
nueva Internacional.
El ILP inglés (Partido Laborista Independiente) convocó, a mediados de 1933, a una
conferencia abierta a todas las organizaciones que se encontraban fuera de la II y III
Internacionales, con la finalidad de estudiar la nueva situación creada en el movimiento
obrero por la victoria nazi. La Oposición Internacional participó en la conferencia
buscando se proclame la necesidad de la construcción de la IV Internacional, lo hizo bajo
su propia bandera, lo que te obligó a delimitarse con claridad frente a los reformistas
81
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
y centristas. El resultado de este trabajo fue la “Declaración de los cuatro” (Liga de los
Comunistas Internacionales, SAP, RSP y OSP).
El SAP (Sozialistische Arbeiter Partei) alemán provenía de la izquierda socialista que,
en 1932, había roto con la socialdemocracia alemana. El SAP pasó a ser controlado por
los brandlerianos o comunistas de derecha: Walcher y Froelich. El OSP holandés tenía
un origen semejante al del SAP.
El Partido Socialista Revolucionario holandés (RSP) era el más interesante, había sido
organizado por el dirigente obrero Enrique Sneevlet (1883-1942), fundador, en 1914,
del movimiento socialista indonesio y en 1920 del PC; asistió al II congreso de la IC
como representante de este partido; portavoz de la IC en el seno del PC chino; rompió
con el stalinismo y murió fusilado por los nazis partiendo de la fracción que timoneaba
en la central sindical, ÑAS.
La “Declaración de los cuatro” proclamó la necesidad de una nueva Internacional y
de nuevos partidos revolucionarios en cada país. El documento no es estrictamente
trotskysta pero contiene lo esencial del pensamiento de la Oposición. El llamado no tuvo
mayor repercusión en escala mundial. Las 2 organizaciones holandesas se fusiona ron,
siempre como parte de la Oposición Internacional, en el Partido Socialista Revolucionario
Obrero (RSAP). No pudo soportar la prueba de la revolución española, en la que apoyó
al POUM y rompió con la Oposición Internacional.
Los firmantes de la “Declaración de los cuatro” Acabaron como enemigos acérrimos
del trotskysmo, algunos girando alrededor del centrismo del Buró de Londres y otros
adoptaron posiciones peores: Walcher devino funcionario de la Alemania oriental.
En 1934 se conoce un período de radicalizaciónen Francia. Se logró constituir un
frente entre la Liga Comunista y el sector más radicalizado del PS (SFIO), la Federación
del Sena. En el mes de julio se suscribe el acuerdo unitario entre los partidos Socialista
y Comunista, táctica que había sido ardientemente preconizada por los bolchevique-
leninistas.
En esta misma época se constituye la Izquierda Comunista española, que comenzó
siendo timoneada por Andrés Nin y tuvo mucha influencia sobre el movimiento de
izquierda latinoamericano, gracias, sobre todo, a su revista “Comunismo” y la publicación
de los libros y documentos de Trotsky y de la Oposición de Izquierda.
El frente con los socialistas seguidores de Marceau Pivertílos trotskystas le dedicaron
mucha atención a este centrista radicalizado y se esforzaron por convencerlo acerca
de la justezadesu línea política y de su táctica, pero Pivert concluyó combatiendo la
acción de los bolchevique-leninistas en el seno de su partido) se hizo bajo el signo de
la lucha por el frente único contra el fascismo. La Liga Comunista, en colaboración con
Trotsky, redactó con este motivo su programa de acción (1934) y que es un anticipo
del Programa de Transición. Ante la necesidad de entroncar con las masas a los débiles
grupos de la Oposición Internacional, de ganar a los mejores cuadros revolucionarios
y de convertirlos en verdadera dirección de las masas. Trotsky presionó, venciendo la
resistencia aparecida en sus propias filas (en Francia esa resistencia estaba representada
82
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
por Fierre Naville, Frank,etc.), para que se adopte la táctica del entrismo en el seno de
la socialdemocracia. La Liga Comunista hizo entrismo en el PS (SFIO), la Oposición de
los EE.UU. en el PS de Norman Thomas; la experiencia se repitió en Inglaterra y Bélgica.
Los resultados del entrismo fueron por demás magros y únicamente se lograron éxitos
de alguna significación en EE.UU. y bélgica. El objetivo era formar una importante
tendencia trotskysta en el seno de los partidos socialdemócratas que pudiese servir
de base para la estructuración del partido revolucionario. En Francia, los bolchevique-
leninistas concluyeron escisionados. Cuando se determinó abandonar el PS, Frankse
negó y, juntamente con Molinier, precipitaron la división.
Nin y Andrade en España criticaron el entrismo en el PS francés y, sin embargo, no
tardaron en unirse al “Bloque Obrero y Campesino” de Cataluña (Maurin) para formar el
POUM, un partido centrista. Sobre esta conducta surgieron graves discrepancias entre
Trotsky y Nin.
En esta época penetra en la Oposición de Izquierda ios agentes de la GPU Zombrowsky
(Etienne) y Román Well o Sésine en Alemania, el primero organizó el asesinato de León
Sedov y participó en los trabajos preparatorios de la conferencia de fundación de la IV
internacional, fue arrestado en los años 50 por el FBI.
En la conferencia internacional de la Oposición que tuvo lugar en 1936, Trotsky esperaba
que fuese proclamada la IV Internacional, lo que no prosperó y se impuso el criterio de
rotular a la reunión como “Movimiento por la IV I”. Las deficiencias organizativas, el poco
número de adeptos, etc., no resultaban para Trotsky determinantes frente a la necesidad
histórica de lanzar una nueva Internacional alrededor de un programa revolucionario
que continuase la política leninista. En septiembre de 1938 se realizó en París, en la
casa de Alfredo Rosmer, la conferencia de fundación de la Cuarta Internacional y fue
aprobado el Programa de Transición. La reunión, a la que asistieron pocos delegados,
fundó el partido Mundial de la Revolución Socialista. Trotsky tuvo que vencer los reparos
de muchos oposicionistas, que desde 1936 cuestionaban la oportunidad de la creación
de la nueva Internacional. Isaac Deutscher rompió con Trotsky sobre este problema.
Estalla la segunda guerra mundial el 3 de septiembre de 1939 y poco antes el
Secretariado Internacional de la Cuarta fue trasladado a América del Norte. La guerra
constituyó una dura prueba para la naciente organización e importó la pérdida de
muchos y valiosos cuadros. Trotsky redactó el manifiesto aprobado por la conferencia
de mayo de 1940 y poco después, el 20 de agosto, cayó asesinado por un agente de
Stalin.
El Secretariado Internacional sólo pudo mantener relaciones con las secciones
ubicadas en el campo aliado y con las de la Américas, gran parte de Europa resultó
abandonada. En 1943 se constituyó el Secretariado europeo entre las secciones de los
países ocupados por Alemania.
En esta etapa hubieron luchas internas y escisiones. Citamos algunos episodios:
En el seno del SWP, Shachtman y Burnham(“La revolución de los directores”)
encabezaron una tendencia (más tarde escisionó al partido) que revisó la caracterización
83
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
de la URSS hecha por el Programa de Transición y su defensa incondicional. Después de
la ruptura dieron nacimiento al Workers Party que concluyó esfumándose.
En la sección alemana afloró una desviación proburguesa, sostenía que la dominación
fascista planteaba no ya la revolución socialista sino las guerras de liberación nacional
y democráticas, se trataba de un período pos imperialista.
Se tuvo que lamentar la muerte de Marcel Hic en el campo de concentración Dora (fue
uno de los organizadores del Secretariado Europeo) y hace su aparición Michel Pablo
(Raptes), que llegará a adquirir importancia mundial. Las discusiones, escisiones y
fusiones menudearon en Francia. En febrero-marzo de 1944 se unifican el CCI, el POI y
el grupo Octubre y dan nacimiento al Partido Comunista Intemacionalista (PCI), sección
francesa de la IV Internacional; a las reuniones asistió Pablo representando al Comité
Europeo. A fines de 1945 aparecen tendencias pro-stalinistas como la de David Rousset
(Lebianc), que propugnaba una aproximación al PC y conciuye siendo excluido del PCI
y de la IV Internacional. Otra tendencia derechista, encabezada por Laurent Schwartz
habla del rol progresista de los partidos comunistas. Otra fracción ultraizquierdísta
(Chaulieu) habla de la burocracia soviética convertida en clase.
El Secretariado Internacional volvió a instalarse en París y se convirtió en timon el de
la sección francesa, tan convulsionada por el choque de las tendencias internas.
El año 1948 es estremecido por la denuncia del Kremlin contra Yugoeslavia como
estado fascista. Afines de este año, el SI y particularmente los franceses inician una
gran campaña en favor de Yugoeslavia, que la presentan como posible núcleo de la
nueva Internacional y desarrollan la teoría de que un partido stalinista que rompe con
Moscú deja de ser stalinista. La guerra de Corea estalla en julio de 1950, el SI ve en
ella el comienzo de la tercera guerra mundial (Pablo convirtió el tema de la 3a. guerra
en el eje de sus especulaciones) y cree que el stalinismo jugará un rol revolucionario.
Se desarrolla el tema del entrismo sui géneris en los PPCC, canales por los que pasarán
las masas. Teorías revisionistas acremente atacadas por la mayoría francesa del PCI.
El año 1951 está cubierto por la crisis interna que paulatinamente gana a toda la
Internacional, que mientras tanto ha recibido el aporte de gente joven en Latinoamérica.
En 1940, el grupo trotskysta de Córdoba envió a Posadas, un elemento totalmente grisy
desconocido, ante el Grupo Obrero Revolucionario. Liborio Justo (que debuta en las
filas trotskystas en 1933) ya había tenido tiempo para exhibir su carácter demasiado
temperamental en las batallas libradas bajo la batuta del norteamericano T. Phelan
en el empeño de construir un partido único (agrupando a las numerosas capillas), el
Partido Obrero Revolucionario Socialista (PORS). En el plano internacional, las posturas
revisionisas son desarrolladas por Pablo, Frank, Germain (Mandel), que llegan a sostener
que si estalla la guerra mundial (que la consideran en la puertas) no habrá tiempo para
construir el partido revolucionario y que el stalinismo realizará, a su modo, el socialismo.
En julio de 1952 es excluida de la IV internacional la mayoría francesa, cuya comisión
obrera ataca duramente a Pablo y a sus teorías (las críticas se refieren a las tesis
revisionistas y también a la forma de conducir la Internacional). El mismo año se realiza
84
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
el tercer congreso mundial.
El SWP norteamericano, la sección más poderosa de toda la Internacional, se complicó
hasta fines de 1953, con todos los manejos del pablismo. En el mes de noviembre de
este año publica su famosa carta abierta contra el pablismo. La mayoría francesa, la SLL,
un grupo suizo y el SWP organizan el Comité Internacional (que en 1972 se transformó
en el Comité de Organización para la reconstrucción de la Cuarta Internacional) como
continuador de la línea señalada en el Programa de Transición, seriamente revisada por
el pablismo, esto en diciembre de 1953.
En los años sucesivos la lucha gira alrededor de las disputas entre el SI y el Cl, de la
confrontación del revisionismo y la tendencia leal al Programa de Transición.
Aparecen en el escenario los movimientos nacionalistas y la revolución cubana. El SI
pablísta ve en ellos invariablemente ya el trotskysmo o bien anticipos inconscientes y
capitula ante tales movimientos.
En 1963 se produce la reunificación del pablismo con el SWP, lo que permite el
nacimiento del llamado Secretariado internacional Unificado. A esta reunión fue invitado
sin éxito Posadas, que habiendo adquirido notoriedad internacional como instrumento
del pablismo supo encontrar pretextos para rebelarse contra su amo de ayer. El grupo
Posadas no hace otra cosa que llevar hasta el absurdo las posiciones pablistas.
A partir de esta fecha. Michel Pablo inicia una lucha sostenida contra la dirección del
SU; aquel considera la llegada de De Gaulle al poder como una derrota del movimiento
obrero y que la revolución en Argelia desembocaría en el socialismo como en Cuba.
Dos años después rompió públicamente con el SU y últimamente hizo circular un suelto
donde afirma no tener nada que hacer con el trotskysmo.
Las convulsiones estudiantiles de 1968 en Francia llevaron al SU una masa considerable
de pequeños burgueses que modificó las perspectivas políticas y los métodos de lucha y
de organización de esta dirección que venía considerándose como trotskysta. Desde ese
momento las tendencias foguistas, guerrilleristas y aventureras cobraron peso decisivo.
Sólo el SWP y algunos grupos latinoamericanos (Blanco y Moreno) pasaron a una tibia
oposición a proceso degenerativo tan acentuado.
El Comité de Organización está empeñado en poner en pie la Cuarta Internacional
destruida por el pablismo. En 1965 se organizó la OCI (Organización Comunista
Intemacionalista), que tiene influencia política decisiva en el seno del Comité de
Organización.
Las disputas entre trotskysmo y stalinismo llegaron a Bolivia tarde. “Bandera Roja”
(Reyeros, Cerruto, Mendoza,etc), en 1927, calificaba esas luchas como invención de
la burguesía. Aguirre se sumó a la Oposición de Izquierda en Chile y Marof osciló
permanentemente entre stalinismo y trotskysmo.
El POR en el momento de su fundación tenía una situación ambigua; el grupo de
Aguirre lo consideraba dentro de la Oposición de Izquierda Internacional, pero no el de
Marof (en ese momento radicado en la Argentina), Hasta 1946, las vinculaciones de!
Partido con el SI eran más bien formales y esporádicas. Las victorias espectaculares en
85
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
Bolivia de esa época permitieron que la IV Internacional nos descubriese. El POR asistió
a algunos congresos mundiales y rápidamente las luchas fracciónales repercutieron en
nuestra organización. Ramos y su grupo se pusieron en contacto con el POR para luego
atacarlo violentamente.
La crisis de 1951 alejó al POR de la escindida IV Internacional, esto temporalmente,
pues poco después se sumó al Comité Internacional para la reconstrucción de la IV
Internacional. En la discusión internacional habida sobre la Asamblea Popular, la OCI
se identificó plenamente con el POR, aunque discrepa con la política desarrollada en el
FRA.
Los pablistas y posadistas, que han capitulado en toda la línea ante el foquismo y el
nacionalismo, han organizado sus propios grupos y tienden a desaparecer.
86
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
V. CAMPAÑA ANTITROTSKYSTA
Durante decenios el trotskysmo nadó contra la corriente, en un período de reacción
mundial, lo que no le permitió convertirse en una poderosa organización revolucionaria.
Incluso en esta etapa no cesó la campaña stalinista, matizada de falsificaciones y
calumnías contra el trotskysmo. Ahora las condiciones se han modificado, la corriente
política le es favorable al trotskysmo y éste ha dado ya prueba de su capacidad para
pasar del grupo de propaganda a la lucha por convertirse en partido de masas. No tiene,
pues, por qué extrañar que la campaña stalinista se hubiese acentuado. A Latinoamérica
y también a Bolivia llegan ecos de esta campaña, que en lo fundamental se limita a
reproducir, por enésima vez, las viejas acusaciones, casi todas ellas ya respondidas en
su momento por el mismo Trotsky. Ultimamente ha circulado “El trotskysmo al desnudo”
del francés Leo Figuéres, un volumen de 275 pág; desde Moscú se difunde “La lucha
del Partido Bolchevique contra el trotskysmo” .dos volúmenes de aproximadamente
300 pág. cada uno, redactado por un equipo de especialistas rusos; han salido de las
prensas del PC argentino dos tomos de “Contra el trotskysmo”, que no es más que
una minuciosa acumulación de todo lo que Lenin escribió en sus numerosas polémicas
con Trotsky y de todas las referencias que sobre el tema pueden encontrarse en sus
Obras Completas. También debe añadirse a este material antitrotskysta I para nosotros
el trotskysmo es la IV Internacional, Partido Mundial de la Revolución Socialista) la
persistencia que se ha puesto en reeditar el viejo escrito de Trotsky “Nuestras tareas
políticas” (1904), aunque viene de otratrinchera. ¿Dóndequedala radical autocrítica
del defensor intransigente de la concepción organizativa del bolchevismo sobre la
materia? Reflotando ideas caducas y sobrepasadas por su mismo autor no se hace
otra cosa que servir a la reacción, poco importa que esta se disfrace de “democrática”.
Escuchemos al mismo Trotsky: “En 1904 escribí un folleto, ‘Nuestras tareas políticas”,
que desarrolla, sobre la cuestión de organización puntos de vista muy próximos a los
de Rosa Luxemburgo (Suvarin cita con simpatía este folleto en su biografía de Stalin).
Sin embargo toda la experiencia ulterior me ha demostrado que Lenin tenía razón
contra Rosa Luxemburgo y contra mí. Marcean Pivert opone al “trotskysmo” de 1939 el
‘trotskysmo” de 1904. Pero, después se han producido tres revoluciones sólo en Rusia.
¿No hemos aprendido realmente nada durante estos 34 años?”.
Boris Fraenkel (que por breve tiempo estuvo en la OCI francesa que timonea la
reconstrucción de la IV Internacional, después de que ésta fue destruida por los
revisionistas y capituladores ante el stalinismo Michel Pablo, Mandel, Frank, etc.) ha
aprovechado la ocasión que le proporcionó la edición francesa de “Nuestra tareas
políticas” para volver al intento de desconocer dentro del movimiento revolucionario la
continuidad del bolchevismo, considerado por este señor como un equívoco histórico.
Fraenkel, exponente de la pandilla centrista, alentado por el mismo Pablo y por Craipeau
del Partido Socialista Unificado francés, desea reivindicar al joven Trotsky y convertirlo
en bandera antileninista.
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
Sobre todo después del XX Congreso del PCUS, las criticas del stalinismo han quedado
totalmente desacreditadas y lo menos que puede sostenerse es que lo que dice la
burocracia termidoriana debe ser tomado con beneficio de inventario; por esto resulta
mucho más peligrosa la crítica llena de hipocresía, que alaba a la víctima y que presume
de objetividad histórica.
Figuéres está alineado dentro de este nuevo estilo de antitrotskysmo. A esta altura del
desarrollo del movimiento revolucionario, cuando se han publicado tantos documentos
sobre la URSS, ya no es posible seguir negando, el papel jugado por Trotsky en la
revolución, pero se puede (para ello resulta ventajoso adoptar un aíre de relativa
imparcialidad) minimizar esa participación y desvirtuar su verdadero alcance político.
Figuéres sostiene que si bien Trotsky estuvo presente en las filas revolucionarías, jamás
observó la fidelidad de Stalin, etc. “Y de nada sirve –dice a la letra-querer disminuir
tales servicios (como miembro del CC bolchevique a partir del VI congreso de agosto
de 1917, como Presidente del soviet de Petrogrado y “en diferentes cargos dentro
del gobierno soviético”) ni con mayor razón, borrarlos”. No debe olvidarse que las
numerosas y contradictorias versiones que sobre los hechos históricos ha dado en cada
una de sus volteretas la burocracia han concluido por desacreditarla inclusive ante los
ojos de sus incondicionales; reescribir la historia con frecuencia es contraproducente.
“Esto evita muchos inconvenientes, de los Cuales no es el menor tener que reescribir la
historia con motivo de cada uno de sus nuevos virajes” (pág. 99). El dirigente y”teórico”
comunista francés se distingue sobre todo por su cinismo, coraza indispensable para
ser un buen militante stalinista. Trotsky marcó a fuego al Comintern al llamarla escuela
de falsificaciones.
Nuestro autor se ve obligado a dejar sentado que “a partir de un cierto momento,
Trotsky tomó su lugar en la dirección de la revolución. “No es que no haya tenido ninguna
significación en ésta, pero no fue el único ni el “deux ex machina” de la misma, como
él ha querido presentarse. El fue simplemente miembro de un equipo que actuaba bajo
la conducción de Lenin”. Entre líneas está la insinuación de la imparcialidad del autor y
la finalidad central no es otra que la de destruir la “leyenda del trotskysmo” a nombre
de una supuesta verdad histórica.
Hay algo de mucha monta que Figuéres no analiza ni explica en su libro y que tiene
relación directa con la historia de la revolución y con la naturaleza de las fracciones
que aparecieron en el seno del bolchevismo. Trotsky que, según su critico, prestó
tantos servicios a la revolución y al Partido Bolchevique, que formó parte del “equipo
que actuaba bajo la conducción de Lenin”, no podía ser expulsado, por una dirección
que a si misma se calificaba de leninista y revolucionaria, del Comité Central (octubre
1927), del Partido Comunista ruso (noviembre de 1927), confinado a Alma Ata (enero
de 1928), desterrado de Rusia (febrero de 1929), privado de la ciudadanía soviética,
sañudamente perseguido a lo lago ya lo ancho de un “planeta sin visado” y, finalmente,
asesinado (agosto de 1940). El talento y las cualidades sobresalientes e indiscutibles
de Trotsky (su inclinación, como dijo Lenin, a los aspectos puramente administrativos
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
de los problemas o una supuesta vanidad, como sostienen algunos, estaban muy lejos
de descubrir ese talento y esas cualidades) fueron puestos al servicio incondicional de
la revolución a lo largo de su vida, esto independientemente de los errores que pudo
haber cometido (los errores son parte inseparable de la actividad militante), del excesivo
orgullo en su actuación y de la ironía punzante que caracterizan sus rutilantes escritos.
Sería absurdo reducir la pugna Stalin-Trotsky a una pugna personal o al choque de
ambiciones de dos caudillos sedientos de poder, como insinúa el filisteo. El choque entre
esas personalidades traduce la lucha de clases en los planos nacional e internacional y
se desarrolla en su seno; se trata de la personificación de las tendencias revolucionaria
y reaccionaria. La eliminación física de la Oposición trotskysta (no ignoramos que para
justificar los crímenes contra el movimiento revolucionario se invocaron la resolución
antifracción del X congreso del PCUS y normas estatutarias) fue nada menos que
la eliminación de la oposición revolucionaria dentro del Partido Bolchevique atacada
del virus burocrático. El stalinismo actuó inconfundible y objetivamente en contra de
la revolución internacional y de la revolución rusa, habiendo concluido por destruir
al Partido Bolchevique y a Ja III Internacional. Trotsky en su larga carta -del 21 de
octubre de 1927- dirigida a la Comisión de Historia del CC del PC ruso desbarata una
a una las falsificaciones difundidas por la burocracia. Algunos de los datos consignados
a continuación han sido tomados de dicho documento. Se sostuvo que la posición
de Trotsky durante la primera guerra mundia -la prueba de fuego para las diversas
tendencias marxistas de la época y que precipitó el hundimiento y la escisión de la II
Internacional- fue “social-patriótíca”. Se llama social patriotismo o social chovinismo
a la tendencia que sustituye al derrotismo revolucionario (en caso de una guerra
imperialista, no una de liberación nacional, la derrota del propio gobierno favorece al
movimiento revolucionario y hay que transformar la guerra en revolución) con la defensa
de la patria e inclusive preconiza el apoyo al gobierno burgués y el ingreso a su seno.
Trotsky, como evidencian sus escritos de la época, se mantuvo fiel a la línea tradicional
del marxismo frente a la guerra imperialista y combatió, de la misma manera áspera
que lo hizo Lenin, la desviación social-chovinista de la mayoría de la Socialdemocracia
y las oscilaciones y capitulación del centro timoneado por Kautsky.
Los testimonios escritos de Trotsky de ese período y sobre el tema de la guerra fueron
reunidos más tarde en el volumen titulado “La guerra y la revolución”, que mereció
varias ediciones en vida de Lenin y “que fue estudiado en las escuelas del partido y se
tradujo a idiomas extranjeros entre las publicaciones de la Internacional Comunista”.
Por su lucha revolucionaria intemacionalista contra la guerra y por haber publicado
el libro “La guerra y la Internacional” fue detenido en Alemania a principios de 1914
y tuvo que abandonar el país. “Fui expulsado de Francia, en donde trabajé con los
futuros comunistas. Fui deportado de España a los EE.UU. intervine en Nueva York en
la labor revolucionaria intemacionalista, participé con los bolcheviques en la redacción
del periódico “Novy Mir”. Es mucho más sugerente la siguiente nota que aparece en
el Vol. XIV de las OO.CC. de Lenin, editadas en 1921: “Desde el principio de la guerra
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
imperialista (Trotsky) adoptó una resuelta posición intemacionalista”. En vida de Lenin
era corriente que las publicaciones bolcheviques sostuviesen que las diferencias entre
Lenin y Trotsky sobre la guerra eran secundarias y que en lo fundamental éste estuvo
cada vez más próximo ai leninismo que de ninguna otra corriente.
En 1918-19 un marxista que firmaba F. publicó una colección de artículos de Lenin y
Trotsky, que mereció el siguiente comentario del primero: “El c. norteamericano F. ha
hecho muy bien en publicar un grueso volumen formado por una serie de artículos de
Trotsky y míos, ofreciendo así un esquema de la historia de la revolución rusa”.
Desde la llegada de Trotsky y su grupo a Leningrado no se registró la menor discrepancia
con Lenin en lo que se refiere a la perspectiva de la revolución (revolución proletaria y
desenvolvimiento del socialismo). La organización de intemacionalistas (Mezhrayontzi)
que timoneaba Trotsky y que ingresó al Partido Bolchevique en julio de 1917, contaba
entre sus figuras descollantes a Uritsky, A Joffé (se suicidó el 16 de noviembre de
1927, como la más enérgica protesta contra la burocracia), Lunatcharsky, Lurenef,
Karakhan, VladimÍrof, Manuilsny, Pozern, Litvens, etc; sólo en Petrogrado 3.000 obreros
seguían su orientación. En el vol. XIV de las OO.CC. de Lenin (1921) se caracteriza así
a los Mezhrayontzi: “Sobre la cuestión de la guerra, los Mezhrayontzi adoptaron una
posición intemacionalista, y en su táctica se acercaban a los bolcheviques”. Acerca de
la identidad de posiciones entre Trotsky y los bolcheviques,en el lapso comprendido
de mayo a octubre de 1917, tenemos el importante dato de que gran número de
documentos publicados por los seguidores de Lenin fueron escritos por Trotsky o en
colaboración con él. Se hicieron muchos esfuerzos para descubrir discrepancias entre
Lenin y Trotsky acerca de las jornadas de julio de 1917, el levantamiento espontáneo de
obreros y soldados contra el Gobierno provisional, 24 soldados no organizados por los
bolcheviques y a cuya consecuencia fue encarcelado Trotsky. Este último dejó sentado
en sus declaraciones al Gobierno Provisional: “1. Comparto la posición fundamental de
Lenin, Zinoviev y Kamenev, y la he desarrollado en mi periódico Vperiod y en general
en todos mis discursos públicos.
1. El hecho deque no participe en la redacción de “Pravda” ni pertenezca a la organización
bolchevique no se debe a diferencias políticas, sino a condiciones de la historia de
nuestro partido sobre la cuestión de la nueva situación y los problemas del Partido.
No bien Trotsky ingresó al Partido Bolchevique Lenin lo propició para cargos de
mucha importancia, lo que demuestra su identidad política y su total confianza en su
honestidad y conducta. El siguiente es un testimonio sacado de la “Historia del Partido
en Leningrado”.:
“Ni qué decir tiene que ... nadie ha de oponerse a una candidatura como la de L.D.
Trotsky, porque, en primer lugar, Trotsky adoptó desde el momento en que llegó una
posición internacionalista; en segundo lugar, luchó entre los Mezhrayontzi por la unión
con los bolcheviques, y en tercer lugar, en los difíciles días de julio, se mostró a la altura
de la tarea como abnegado defensor del partido del proletariado revolucionario. Es
evidente que no puede decirse otro tanto de la mayoría de los trescientos miembros del
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
partido que aparecen en la lista” (Carta de Lenin sobre la lista de candidatos bolcheviques
para la Asamblea Constituyente).
El stalinismo se ha esforzado siempre por negar toda participación decisiva de Trotsky
en las jornadas de octubre o cuando menos por minimizarla. Al respecto es clásica la
cínica afirmación que hace Stalin en “Sobre el trotskysmo o leninismo”:
“He de manifestar que el c. Trotsky no desempeñó ningún papel particular en la
insurrección de octubre, ni podía hacerlo, puesto que como presidente del Soviet de
Petrogrado no hacía más que ejecutar la voluntad de la autoridad correspondiente del
partido, que guiaba sus pasos.
“El c. Trotsky no desempeñó ningún papel especial ni en el partido ni en la insurrección
de octubre, ni podra haberlo hecho por ser un hombre relativamente nuevo para nuestro
partido en el período de octubre”.
Para demostrar la inexactitud maliciosamente elaborada, sería suficiente recordar la
siguiente nota que aparece en el Vol. XIV de las OO.CC. de Lenin: “Después de que la
mayoría del Soviet de Retrogrado pasó a manos bolcheviques. Trotsky fue elegido su
presidente, y en este puesto organizó y dirigió la insurrección del 25 de octubre”.
Stalin, como tantas veces no tuvo el menor reparo en pasar por alto sus aseveraciones
anteriores. En efecto, el 6 de noviembre de 1918 escribió lo siguiente en la “pravda .
“Toda la labor de la organización práctica de la insurrección fue ejecutada bajo la
dirección inmediata del presidente del Soviet de Petrogrado, c. Trotsky. Puede afirmarse
con certeza que la rápida adhesión de la guarnición al Soviet y la integra ejecución
de la labor del Comité Militar Revolucionario se deben principalmente y ante ÍQdo al c.
Trotsky”.
Según la leyenda stalinista el verdadero arquitecto de la victoria de octubre habría sido
un centro práctico para la dirección orgánica de la insurrección” creada por el Partido
Bolchevique, del que no formaban parte Lenin y Trotsky, lo que ya está demostrando que
se le asig nó tareas organizativas secundarias, sin un papel independiente. Formaban
este centro: “Sverdlov, Stalin, Dzerzhinsky,8ubnov y Uritzky”. Por algún tiempo se
ocultó que el famoso centro fue instruido para formar parte del Comité Soviético
Revolucionario, según estableció la “Pravda” el 2 de noviembre de 1917:
“El CC crea un centro militar revolucionario con los siguientes miembros: Sverdlov,
Stalin, Bubnov, Uritzky y Dzerzhmsky. Este centro formará parte integrante del Comité
Soviético Revolucionario” Este Comité soviético no era otra que el Comité Militar
Revolucionario creado por el Soviet de Petrogrado y dirigido por Trotsky, el “órgano
soviético para la dirección de la insurrección”. Trotsky acota: “estos cinco camaradas
nombrados por el Comité Central habían de entrar a formar parte del cuadro de ese
mismo Comité Militar Revolucionario que presidía Trotsky. ¿No parece superfluo que
Trotsky fuera introducido por segunda vez en la dirección de un organismo del que ya
era presidente?”
Acerca de la gran trascendencia del Comité Militar Revolucionario encontramos el
siguiente testimonio de Lunatcharsky (“Semblanzas de revolucionarios”}: “No todos son
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
conscientes, por cierto, del papel realmente gigantesco desempeñado en Petrogrado por
el Comité Militar Revolucionario, desde el 20 de octubre hasta mediados de noviembre.
La culminación de ese esfuerzo organizativo sobre humano fueron los días y noches que
van del día 24 hasta el fin del mes ...”
En la dirección del Partido Bolchevique, como en toda dirección revolucionaria,
se presentaban con frecuencia discrepancias y discusiones sobre los aspectos más
diversos, pero no eran las indicadas por el stalinísmo y menos tuvieron los alcances que
posteriormente señaló éste. Con no poca frecuencia muchos documentos partidistas
fueron ocultados a la militancia, incluso después de haber sido ya publicados. El propio
Trotsky se ha encargado de hacer saber que de la documentación referente a las
discrepancias que se presentaron después de la revolución de octubre con referencia
a las relaciones con los otros partidos socialistas (“¿Deberíamos formar un Gobierno
Bolchevique homogéneo o una coalición con los mencheviques y los socialistas
revolucionarios?”) Fue ocultada al Partido el acta de la sesión del 14 de noviembre.
“Sobre la cuestión de la coalición, Lenin habló en el CC en los términos siguientes:
“Por lo que se refiere a una coalición, ni siquiera puedo hablar de ello en serio. Trotsky
ha dicho hace tiempo que es imposible una unión. Trotsky lo ha comprendido, y a
partir de ese momento no ha habido un bolchevique mejor”. Lenin y Trotsky batallaron
en favor de un Gobierno Bolchevique homogéneo, mientras otros pugnaban por una
alianza con mencheviques y socialistas revolucionarios.
Trotsky dilucida el problema del funcionamiento del Partido cuando dice: “no pretendo
hacer creer que no hayan existido discrepancia sobre la paz de Brest-Litovsk duró
varias semanas y adquirió un carácter agudo durante varios días”. No puede concebirse
una organización revolucionaria sin discusiones teóricas, sin polémicas acerca de la
táctica a emplearse frente a cada nueva situación. Es por esto mismo que la más
amplia democracia interna constituye el marco imprescindible para el desarrollo y
fortalecimiento (sobre todo programático) partidistas. La historia del bolchevismo es,
en gran medida, la historia de sus discrepancias, de sus grupos y fracciones. Lo que
es ya sospechoso por sí mismo es que se pretenda invocar como una herejía estas
discrepancias. Sólo en un partido monolítico, antidemocrático, es decir, antibolchevique,
puede partirse del principio sorprendente de que las discrepancias debe ser erradicadas
y las discusiones considerarse como actitudes antipartidistas. Por suerte la discusión ha
quedado debidamente documentada.
Trotsky tenía en sus manos las relaciones exteriores del Estado soviético y en su condición
de tal tomó parte activa en dichas negociaciones, que comenzaron en noviembre de
1917 entre las delegaciones alemana y rusa, los aliados se negaron a asistir. Dos son los
extremos principales que el stalinismo sostiene al respecto: que se dio un descomunal
choque entre las posiciones de Lenin y Trotsky, que éste volvió a defender su tradicional
línea antibolchevique, y que todo lo que hizo y dijo eran totalmente extraños al partido,
en resumen, una actitud personal. La verdad es diferente. La gran lucha dentro del
Partido Bolchevique se dio entre los partidarios de la guerra revolucionaria (el país en el
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
que triunfa la revolución puede desencadenar la guerra contra las potencias capitalistas,
ésta era una consigna general), que, entroncando en una tradición partidista, sostenían
la urgencia de llevar la revolución en la punta de las bayonetas y el rechazo de entrar
en tratativas y pactar con los imperialistas. Para comprender las discrepancias sobre
el problema es preciso tener presente los siguientes antecedentes: 1) las tesis de
abril, siguiendo las perspectivas de Lenin y de Trotsky sobre la revolución europea,
sostienen que la guerra imperialista sólo podía terminarcon una paz democrática si
el poder del Estado en los otros países beligerantes pasaba a manos del proletariado.
Lenin y Trotsky habían reiterado la tesis de que la revolución rusa no sobrevivía sin la
victoria de la revolución europea. Esto explica los ofrecimientos de paz hechos a los
beligerantes y que estaban acompañados de un intenso esfuerzo por alcanzar a las
masas con la propaganda revolucionaria y la fraternización; 2) en las semanas que
siguieron a octubre ningún movimiento revolucionario estalló en Europa y la paz era
indispensable para satisfacer las exigencias de los campesinos y de los obreros; 3)
la revolución de octubre desde su nacimiento se encarnó en dos decretos: el que dio
la tierra a los campesinos y el de la paz que “invita a los gobiernos y a los pueblos
a entablar conversaciones para la conclusión de la paz, de una paz sin anexión y sin
indemnización”.
Lenin y Trotsky, colocados en un comienzo en minoría en todas las instancias
partidistas, estaban de acuerdo en la imposibilidad de materializar la consigna de
guerra revolucionaria y de continuar la guerra: “La imposibilidad de continuar la guerra
era evidente. En este punto, no existía ni sombra de disparidad entre Lenin y yo. Los
dos meneábamos la cabeza oyendo a Bujarin, Radek y a otros apóstoles de la ‘guerra
revolucionaria’.” (“Mi vida”).
El 4 de marzo de 1918 aparece el primer número del periódico “Comunista”, redactado
por Bujarin, Radek y Uritsky (del comité de Petrogrado) y que se declara vocero de los
“comunistas de izquierda”, que se oponen en toda la línea a la política leninista. Fueron
adoptadas medidas enérgicas para superar el caos y la caída de la actividad industrial,
medidas calificadas por los oposicionistas como un retroceso de la revolución. Bujarin
sostiene que el Partido se encuentra ante uno de los grandes dilemas de su historia: o
bien la revolución rusa se bate sin compromisos contra el mundo capitalista por la “guerra
revolucionaria”, acabando su obra interior con una nacionalización total y la entrega de
la dirección de la economía a un organismo emanado de los comités de control, o bien
firma la paz con Alemania e ingresa en el camino del compromiso en el exterior y de
la degeneración en el interior. Lenin afirma la necesidad de un período de “capitalismo
de Estado” para la economía; los comunistas de izquierda descubrieron el cebo de la
restauración de las relaciones “pequeñoburguesas” en las empresas, denunciaron la
concepción “centralista burocrática” que decían la inspiraba, el abandono, en la práctica,
del “Estado-comuna” administrado desde abajo y que debería ser el fundamentó del
Estado obrero. Lenin respondió haciendo el análisis de la tremenda situación económica
y de las dificultades internacionales. No se trataba de abandonar el principio de que la
93
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
revolución rusa no era más que el prólogo de la revolución mundial, sino de que ésta,
en la realidad, no vendría en el plazo de seis meses, por ésto, decía Lenin, se imponía
firmar la paz con los alemanes.
Las discusiones se vieron fuertemente influenciadas por la campaña desarrollada
dentro y fuera de Rusia, campaneen la que tuvo parte la socialdemocracia, en sentido
de que, en Brest-Litovsk, los imperialistas alemanes y los izquierdistas dueños del poder
en Rusia se habían limitado a montar una farsa destinada a encubrir el acuerdo que ya
existía entre ellos. Una parte del Partido Bolchevique fue impresionada positivamente
por el avance del movimiento revolucionario internacional bajo la influencia directa de
la victoria de octubre, que se traducía en las posibilidades (posibilidades casi siempre
exageradas por quienes sabían que la victoria en un país precisaba el soporte de la
revolución internacional) de la revolución alemana. Partiendo de estas consideraciones
Trotsky señaló la táctica de no firmar la paz con los alemanes y dirigirse utilizando las
negociaciones de Brest-Litovsk, a las masas europeas, particularmente al proletariado
alemán, para aproximarlas a la revolución. Tal era la diferencia de los planteamientos
de los dos líderes, que con tanto vigor rechazaron a tos partidarios de la guerra
revolucionaria.
En la reunión del Comité Central del 24 de enero de 1918, Stalin, pretendiendo refutar
la tesis de Trotsky, sostuvo: “La posición del c. Trotsky carece de todo fundamento.
En occidente no existe movimiento revolucionario, no hay hechos, sólo existe una
posibilidad’. La respuesta de Lenin no se dejó esperar. “El c. Lenin indica que en ciertos
puntos no está de acuerdo con Stalin y Zinoviev, con cuyo pensamiento coincide en
general. Es evidente queen Occidente existe un movimiento de masas, pero la revolución
no ha empezado todavía” (Lenin OO.CC.T. XXVIII).
Los que han convertido la revolución rusa en una hagiografía risible, pretenden hacer
consentir que en esta oportunidad, como en otras, el infalible Stalin no se apartó un
milímetro del pensamiento del Maestro. Aunque la batalla se libraba entre los grandes,
Lenin mostró, una y otra vez, que Stalin se salía de la línea. En la sesión del CC del 23 de
febrero y cuando se discutía la firma de las condiciones impuestas por Alemania, volvió
a mostrarse discrepancia con Stalin: “Stalin se equivoca cuando dice que puede no
firmarse. Hay que firmar esas condiciones. Si no las firmamos, firmaremos la sentencia
de muerte del poder soviético de ahora en tres semanas’ (Op. cit.).
Trotsky y también Lenin (más el primero que el segundo) eran sensibles ante las
numerosas publicaciones que aparecieron con denuncias acerca de un supuesto
entendimiento secreto entre alemanes y bolcheviques. “Tenemos una circular de los
socialdemócratas alemanes; tenemos informaciones sobre la actitud que adoptan hacia
nosotros las dos tendencias de centro: unos piensan que nos han sobornado y que los
actuales acontecimientos de Brest son una farsa con papeles distribuidos de antemano.
Esos nos atacan por haber firmado el armisticio. La otra parte de los kautskystas declara
que la honestidad personal de los jefes bolcheviques está fuera de duda, pero su conducta
es un enigma sicológico” (Lenin, OO.CC., T. XXVIII). Trotsky llevó al extremo su obsesión
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
de demostrar que no había ningún entendimiento previo con los imperialistas, esto a fin
de no perder la confianza del proletariado internacional, de no desmoralizarlo: “Hasta
la misma oposición socialdemócrata alemana ... llegaba a creer, o por lo menos lo
aparentaba, que los bolcheviques se entendían con el gobierno del Kaiser. Esta versión
tenía que parecer más verosímil, por fuerza, en Inglaterra y en Francia. Era evidente
que si la burguesía y la social democracia de los países aliados conseguían infundir
en las masas obreras la desconfianza hacia nosotros, esto facilitaría notablemente la
intervención militar de la Entente contra la revolución. En estas condiciones, a mí me
parecía absolutamente necesario, antes de proceder a firmar una paz por separado, en
el caso de que no tuviésemos otro recurso, brindar a los obreros de toda Europa una
prueba clara e inequívoca de la mortal enemistad que nos separaba de la Alemania
gobernante (“Mi vida”). Es en esta consideración que se basaba la fórmula de “ni
paz ni guerra”. Igual que Lenin, sostenía que era preciso prolongar el mayor tiempo
posible las negociaciones en espera de que los obreros europeos, particularmente los
alemanes, iniciasen la revolución. En Trotsky el optimismo en sentido de que esto
ocurriría pronto era muchísimo más acentuado que en Lenin, que ciertamente persistía
en que una victoria en Alemania era mucho más importante que la misma salvación
de Rusia: “Si estuviéramos seguros de que en caso de ruptura de las conversaciones
de paz, el movimiento (revolucionario) alemán podría desarrollarse inmediatamente,
tendríamos que sacrificarnos, porque la revolución alemana será mucho más poderosa
que la nuestra” (“Discurso sobre la guerra y la paz”, 24 de enero de 1918, op. cit.).
Esta diferencia en el grado de seguridad acerca de la victoria revolucionaria en Europa
y particularmente en Alemania, explica por qué los dos líderes más importantes vieron
de manera diferente la firma inmediata de la paz o su postergación por mayor tiempo.
“Si los socialdemócratas de izquierda alemana nos propusieran demorar la firma de
la paz por separado por un plazo determinado, garantizándonos la iniciación de la
revolución en Alemania durante ese plazo, el problema podría tener para nosotros
un aspecto distinto. Pero la izquierda alemana no sólo no dice esto, sino que, por
el contrarío, declara formalmente: “Manténgase mientras puedan, pero resuelvan la
cuestión guiándose por el estado de cosas en la revolución alemana’ (Lenin, “Para la
historia de una paz infortunada”, op. citó.
Hay que recalcar que es a esto a que se redujeron las discrepancias entre Lenin y
Trotsky y que no tuvieron relación con la imposibilidad principista de desencadenar la
guerra revolucionaria de firmar la paz por separado con Alemania. Lenin proporciona un
testimonio valioso al respecto: “Ahora tengo que referirme a la posición de Trotsky. En
su actuación debemos distinguir dos aspectos: cuando inició las negociaciones de Brest,
utilizándolas espléndidamente para la agitación, todos estuvimos conmigo, pero debo
agregar que convinimos en mantenernos firmes hasta el ultimátum de los alemanes y
después del ultimátum cederíamos. Los alemanes nos estafaron, de 7 días nos robaron
5. La táctica de Trotsky fue correcta mientras estuvo encaminada a la dilación; se torna
equivocada cuando se declaró el cese de la guerra, pero no se firmó la paz” (“Informe
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
político del CC’,7de marzo de 1918).
Una cita así fragmentaría podría dar lugar a un equívoco: sería fácil –y eso es lo que ha
ocurrido- concluir que Trotsky ciñó su conducta en Brest a la fórmula “ni paz ni guerra”
porque se le ocurrió así, a espaldas del Partido y de sus instrucciones. En realidad, se
limitó a cumplir un mandato partidista, que había sido aprobado a proposición suya. En
“Mi vida” cuenta que no bien se le ocurrió la variante “ni paz ni guerra”, consultó acerca
de ella con Lenin, el que no le manifestó su oposición de principio.
“Cambié impresiones con otros miembros de la delegación, entre ellos con Kamenev,
que se mostró conforme, y escribí a Lenin, proponiéndoselo. “Lenin me contestó: “Si
viene usted a Moscú, hablaremos”. ‘La cosa sería magnífica -expuso Lenin, contestado
a mis argumentos- si el general Hoffmann no estuviese en condiciones de lanzara sus
tropas sobre Rusia, pero no hay que confiar demasiado en esto... Ud. mismo dice que
las trincheras se han quedado vacías. ¿V si los alemanes deciden proseguir la guerra?
“-En ese caso nos veremos obligados a suscribirla paz. Pero todo el mundo comprenderá
que no teníamos otro camino. De este modo habríamos acabado con la leyenda de
nuestro pacto secreto con el Kaiser.
“-Convengo que la cosa no va del todo descaminada. Pero correríamos un riesgo muy
grande”.
Lenin volvida insistir que si “fuera para asegurar el triunfo de la revolución alemana”
no habría ma s que correr el riesgo. A todo esto se añadió el grave peligro de escisión
que se había presentado en el seno del Partido Bolchevique, cuyos protagonistas eran
los partidarios de la guerra revolucionaria y que preocupaba por igual a Lenin y Trotsky.
“En este, sobre todo por parte de los elementos directivos, reinaba un ambiente
irreconciliable contra la aceptación de las condiciones que querían imponernos los
alemanes’ (“Mi vida”). Lenin y Trotsky lucharon en un solo frente contra los partidarios
de la guerra revolucionaria, “pese a todo lo que hoy puedan contar las leyendas oficiales,
esa lucha no se libraba precisamente entre Lenin y yo, sino entre él y una mayoría
abrumadora, en la que se contaban las organizaciones directivas del Partido. En los
puntos más importantes de la campaña, a saber: si estábamos en condiciones de
sostener la guerra revolucionaria y si a un Poder apoyado en la revolución le es lícito,
de algún modo, entrar en pactos con imperialistas, yo estaba totalmente compenetrado
con Lenin, y contestaba con una negativa al primer punto y con una afirmativa al
segundo”. (Op. cit.).
En la asamblea obrera del Partido del 21 de enero de 1918, se impuso, por una
enorme mayoría (32 votos) la fórmula de la guerra revolucionaria, la de Trotsky obtuvo
16 votos y la de Lenin sólo 15. Información que está confirmada por etiopio Lenin en
su “Conclusión para las tesis sobre el problema de la inmediata concertación de una
paz por separado y anexionista”. En las otras instancias partidistas el “a la izquierda”
tenía todavía más fuerza. “En la sesión definitiva del CC, celebrada el día 22 de enero,
prosperó mi proposición (de Trotsky, Red.): diferir las negociaciones todo lo posible;
caso de recibir un ultimátum de Alemania, dar la guerra por terminada, pero negándose
96
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
a firmar ningún tratado de paz...”(“Mi vida”). Trotsky en Brest se ciñó a este acuerdo
partidista, no actuó en forma personal, sino de una mayoría de la dirección. No debe
olvidarse que los más agrios escritos leninistas en esta polémica (“La fraseología
revolucionaria” y “La sarna”, por ej.) estuvieron dirigidos contra Bujarín, Radek y otros
y no contra Trotsky. “Tenía razón Trotsky -escribe Lenin- cuando dijo que la paz puede
ser triplemente desdichada, pero no puede ser ignominiosa, oprobiosa, indecente, la
paz que termine con esta guerra cien veces indecorosa” (“Una paz desdichada”).
Los stalinistas bolivianos no sólo son krumiros, sino que se han especializado en
difundir, oportunamente o nejas falsificaciones de sus amos. Con motivo del análisis
délas consecuencias y desarrollo de la huelga minera de enero de 1975, leemos en
un volante que Lenin había calificado de “sarna” a Trotsky y sobre el tema escribieran
muchas variaciones. Esta afirmación atribuye a Lenin una actitud que nunca tuvo,la
verdad es, como se indica más araba, que un artículo con el título de “La sarna” fue
dedicado acriticar a los fraseólogos “revolucionarios” que planteaban en 1918 la guerra
revolucionaria no importa a qué precio.
Trotsky dice que su fórmula de “ni paz ni guerra” permitió, más tarde, que se
impusiese el planteamiento de Lenin de firma inmediata de las condiciones impuestas
por Alemania. Efectivamente, después de la reanudación de la ofensiva alemana,
cuando los hechos habían probado la validez de estas tesis, Trotsky dio la victoria
a la proposición de Lenin, así volvió a sellarse el completo acuerdo entre los dos
líderes, después de superadas las discrepancias puramente tácticas. La política de la
mayoría de la dirección del Partido bolchevique encontró una persistencia resistente
de parte de sectores minoritarios. El VIII congreso (marzo de 1919) aprobó la política
militar preconizada por Trotsky (organización del ejército permanente, utilización de
especialistas militares venidos del zarismo, implantación de los comisarios políticos,
subordinación de las guerrillas y milicias al ejército regular); la oposición antimilitarista
estaba timoneada por Vladimir Smirnov, que trabajó en coordinación con los “militares
rojos” Frunzé y Vorochilov, inspirados por Staiin. En el IX congreso (marzo-abril de
1920) aparece el grupo “centralismo democrático” con Smirnov, Ossinsky, Sapronov,
que denuncia la centralización excesiva, el abuso de los métodos autoritarios. Estas
protestas dan lugar a la formación de una comisión de control, que invita a puntualizar
tales abusos, “cualesquiera sean la posición o la función de la personas acusadas”.
En el otoño de 1920 se agrupa, detrás de Chliapnilov y de Alejandra Kollontai,
la llamada “oposición obrera”, cuyo programa de control de la producción por los
sindicatos, de depuración del Partido de los elementos no obreros y del retorno al
principio de las elecciones responsables, será ampliamente difundido, su edición en
folleto fue distribuido antes del X congreso.
En 1920 se desarrolló la áspera discusión acerca del rolde los sindicatos en el período
de la dictadura del proletariado, que arrastró y enfrentó a Lenin y Trotsky. Los orígenes
lejanos de la disputa se pueden encontrar en 1919.
Preocupado por el hundimiento de la economía rusa y persuadido de que era urgente
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
emprender su reconstrucción. Trotsky redactó un proyecto de tesis para el CC en el que
propuso la aplicación de los métodos de guerra (se puede decir militares) en el frente
económico y la puesta en manos del comisario de guerra de la dirección económica. La
“militarización del trabajo” se le antoja similar a la formación del ejército rojo: que exige
“los mismos esfuerzos heroicos, el mismo espíritu de devoción”. Esta “militarización”
funcionaría dentro del marco de la democracia obrera: “consiste en que las masas deben
determinar ellas mismas una organización y una actividad productiva, de manera que
la presión de la opinión pública obrera actúe imperiosamente sobre todos aquellos que
pongan obstáculos”.
La idea era seductora y en general pareció tener el apoyo de Lenin, que pidió sea
estudiada más de cerca, porque la tarea era, en definitiva, mucho más compleja
que la construcción de un ejército. Había, sobre todo, el peligro de provocar grandes
protestas ente los trabajadores y los responsables sindicales, que, aunque comunistas,
eran sensibles a la presión de sus bases, hostiles a la militarización. Bujarin, jefe de
redacción de la Pravda, publicó por error el proyecto de Trotsky en el numero del 17 de
diciembre de 1919. Úna gran inquietud se apoderó de los dirigentes de los sindicatos y
esto pesea que su autor advirtió: “Nuestra situación económica es cien veces peor que
nuestra situación militar”. La fracción sindical bolchevique rechazó el proyecto el 12 de
enero de 1920 por una aplastante mayoría.
Es en este período que Trotsky, abandonando su anterior planteamiento, propone en
la reunión del CC de febrero de 1920 el restablecimiento del mercado y la sustitución de
las requisiciones en el agro por un impuesto progresivo en especie, debiendo hacerse
un esfuerzo en proporcionar a los campesinos una cantidad suficiente de productos
industriales. Es la esencia de la NEP que será adoptada más tarde, pero en ese entonces
Lenin no está convencido de las bondades de la proposición yes rechazada por 11 votos
contra 4. Un supremo esfuerzo por poneren marcha la economía exigió la aplicación
de los métodos del comunismo de guerra. Después de la guerra civil, el ejército rojo
se orienta hacia las tareas económicas en Ucrania, el Cáucaso, el Ura. Trotsky acepta
tomar en sus manos la reconstrucción de los transportes, reclama amplios poderes y
trata con despiadada severidad a los “desertores del trabajo”; comienza introduciendo
la “emulación socialista”. Pone en macha los trenes, lo que todos consideran un milagro,
pero provoca la oposición irreductible del sindicato de ferroviarios. El flamante comité
de organización de los transportes (Tsektran) sustituye a la dirección sindical, aquel se
convierte en la bestia negra combatida por los responsables sindicales, incluidos los
bolcheviques, que lo denuncian como un organismo dictatorial y burocrático. Zinoviev,
que domina al Partido en Leníngrado, ataca al comité en discursos y artículos por lo
que él llama “sus métodos policiales”. Durante varios meses, Lenin y la mayoría del CC
sostienen a Trotsky, le confían, con conocimiento de causa, otras tareas urgentes como
la puesta en marcha de la industria del Conetz y del Ural; pero choca de nuevo con los
sindicatos y amenaza con “barrerlos”. Tomsky, presidente de los sindicatos, plantea
el 8 de noviembre, ante el CC si Trotsky tiene el derecho de eliminar a los dirigentes
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
elegidos.
Esta vez Lenin no apoya a Trotsky. Por 8 votos contra 6, el CC adopta un texto que,
asumiendo la defensa de “las formas sanas de la militarización de trabajo”, condenó “la
degeneración de la centralización del trabajo militarizado en burocracia, en morgue, en
funcionarismo mezquino y en ingerencia embrollona en los sindicatos”. Fue designada
una comisión para estudiar la cuestión de las relaciones entre partido y sindicato, y sólo
su responsable, Zinoviev, podía hablar en público al respecto.
Zinoviev propuso al CC la inmediata supresión del Tsektran, pero no se adoptó ninguna
resolución y la discusión se hizo pública. De las 7 plataformas inicialmente presentadas
quedaron tres. Trotsky, al que se le unió Bujarin, propuso integrar los sindicatos al
aparato estatal, encargados de la producción y consecuentemente de la productividad
y de la disciplina del trabajo. Hostil hacia los responsables sindicales, a los que juzgaba
“tradeumonistas”, planteó la promoción de elementos obreros nuevos,! más ligados a
la producción que a la defensa de intereses particulares, capaces de promoverlo que
llamó la “democracia productiva”, porque, subrayó, es sólo por esta estatización que
los trabajadores participarán en la discusión y en la dirección de la economía. Hay que
anotar que el punto débil del planteamiento radicaba en que no decía nada del papel de
defensa de los intereses obreros, propio de los sindicatos no importa bajo qué gobierno.
Aunque la tesis no decía explícitamente,era evidente que Trotsky y Bujarin no concebían
la necesidad de esa defensa de los obreros contra el Estado obrero.
En el otro extremo, la oposición obrera denunció violentamente la militarización y la
burocratización, a las que oponía el “control obrero” sobre la producción, ejercido por
los sindicatos en las empresas y por un congreso de productores en escala nacional.
Como medidas inmediatas reclamó la igualación de los salarios, la distribución gratuita
de alimentos y de productos de primera necesidad a los obreros de las usinas y la
sustitución progresiva de los salariosen dinero por los salarios en especie.
Preobrajensky, uno de los más serios críticos de tal tesis, sostuvo que se pretendía que
los campesinos fuesen los únicos en soportar el fardo de desarrollo de la industria y de
los privilegios obreros. Criticando la concepción anarquista de los amigos de la Kollontai,
que proponían una “economía sin cabeza”, refutó económicamente su “igualitarismo”:
“Somos muy pobres –dijo- para ofrecernos el lujo de la igualdad: cada poud (16,38
kilos) de pan dado a los mineros del período de la construcción de la economía, cuando
todo progreso depende del carbón, dan más resultado que otros 5 pouds dados en las
otras ramas de la industria”.
Las tesis de Lenin, sostenidas por Zinoviev, Stalin y la mayoría det CC, se aproximaban
más a las de Trotsky que a las de la oposición obrera. Los sindicatos deben, según
ellas, “educar” a los obreros, desarrollar sobre todo su sentimiento de responsabilidad
con referencia a la producción, y el partido debe mantener sobre ellos su control. Los
sindicatos, dijo Lenin, tenían que seguir defendiendo los intereses obreros también bajo
la dictadura de su clase, defensa indispensable contra las deformaciones burocráticas
del nuevo Estado. El Estado obrero para Lenin no era una abstracción; el Estado soviético
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
era un “Estado obrero y campesino” con deformaciones burocráticas, esto en un país
con un proletariado cuantitativamente minoritario, por lo que sería sumamente grave
una escisión en su seno.
“El programa de nuestro partido demuestra que el nuestro es un Estado obrero con
deformación burocrática... Ahí tienen Uds. la realidad de la transición. Pues bien, ¿es
justo decir que en un Estado, que ha asumido esa forma en la práctica, ios sindicatos
no tienen nada que defender, o que podemos prescindir de ellos para defender los
intereses materiales y espirituales del proletariado organizado en su totalidad? No, este
razonamiento es completamente erróneo desde el punto de vista teórico. Nos lleva al
terreno de las abstracciones o a un ideal que alcanzaremos centro de 15 o 20 años y
no estos seguro de que lo alcancemos incluso entonces... Tenemos ahora un Estado
en el cual el proletariado organizado en su totalidad debe defenderse, en tanto que
nosotros, por nuestra parte, debemos utilizar esas organizaciones para defender a los
obreros frente a su Estado y para que ellos defiendan nuestro Estado” (Lenin, OO.CC.,
tomo XXXIV).
El X congreso aceptó las tesis de Lenin por 336 votos contra 50 que apoyaron la
proposiciones de Trotsky y Bujarin; la oposición obrera sólo pudo reunir 18 votos.
Lenin no ocultó su descontento por esta discusión y lo dijo en tono por demás
severo: “Este lujo es del todo inadmisible y al permitir tal discusión, hemos cometido
ciertamente una falta. Hemos colocado en primer lugar una cuestión que, por razones
objetivas, no podía ocuparla, y engañados sin darnos cuenta hemos desviado nuestra
atención de cuestiones reales y amenazantes que estaban cerca de nosotros!.
Según Figuéres, Trotsky en su polémica “reflejó su desconfianza hacia las masas,
hacia la clase obrera, y su escepticismo en cuanto a la posibilidad de atraerlas por la vía
del trabajo político a la obra de edificación de la nueva sociedad”.
Los planteamientos de Trotsky demuestran exactamente lo contrario, su confianza
era excesiva en la clase obrera organizada en los sindicatos, que debían convertirse en
el eje de la producción; repudiada a los responsables sindicales por tradeunionistas.
La polémica, para poder ser comprendida, debe ubicarse en su tiempo. Las posiciones
de Trotsky eran, básicamente, una consecuencia de las medidas tomadas durante el
comunismo de guerra. Ya hemos visto que lo que en verdad planteó fue la estatización
de los sindicatos dentro de un Estado obrero. En “Mi vida” se lee:
“Dentro de los cuadros de un sistema de comunismo de guerra que mantenía
nacionalizados, a lo menos en principio, todos ios recursos del país, para distribuirlos
con arreglo a las necesidades del Estado, a mí me parecía que no quedaba margen
para que actuasen autónomamente los sindicatos. Sí la industria descansaba sobre el
suministro a los obreros por el Estado de todo lo que necesitaban, era lógico que los
sindicatos se sometiesen también a aquella red del Estado en que estaban prendidas
la industria y la distribución. Tal era la substancia del problema planteado en punto a
la nacionalización de los sindicatos, que a mí me parecía desprenderse lógicamente,
yen este sentido defendía yo la medida, dentro del régimen de comunismo de guerra
100
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
imperante”.
Trotsky propuso una estrategia sindical para el período del comunismo de guerra,
en un momento en que éste se agotaba y era preciso una nueva etapa, cuyas grandes
líneas habían sido previstas por él mismo un año antes, conforme se ha señalado más
arriba.
“Poco a poco, la masa obrera, que había pasado ya por tres años de guerra civil,
iba resistiéndose, cada vez más abiertamente, a someterse a los métodos del mando
militar.
Lenin, con su instinto político infalible, presintió que se acercaba el momento crítico.
Y mientras que yo, partiendo de consideraciones puramente económicas y operando
sobre la base del comunismo de guerra, me esforzaba por sacar a los sindicatos el mayor
rendimiento posible, Lenin inspirándose en razones políticas, tendía ya a ir atenuando
la presión militar”.
Cuando fue adoptada la NEP, Lenin “fijó nuevas tesis acerca del papel y funciones de los
sindicatos dentro del marco” de la nueva realidad. Trotsky se adhirió a tal proposición.
“La solidaridad entre nosotros estaba establecida”, anadeen “Mi vida”.
Lenin puso especial cuidado en evitar la profundización de las fisuras dentro del Partido
y de prolongar el momentáneo alejamiento de Trotsky. En la parte final de su artículo
“Una vez más acerca de los sindicatos” dice: “El partido está aprendiendo a no exagerar
las divergencias.Citaré al respecto la acertada observación del c. Trotsky a propósito del
c. Tomsky (con quien discutió personalmente, Red.): “He dicho siempre -incluso cuando
la polémica con el c. Tomsky estaba en su apogeo- que para mí era absolutamente
claro que sólo personas con su experiencia y autoridad podían ser nuestros dirigentes
sindicales... La lucha ideológica dentro del partido no significa aislamiento mutuo sino
influencia mutua. Naturalmente el partido aplicará este enfoque correcto al propio c.
Trotsky”.
Es fácil comprender que la desviación sindicalista estaba representada por la “oposición
obrera” y no propiamente por Trotsky. Lenin apreciaba en todo su valor las cualidades
de Trotsky. cuando ambos tomaron a su cargo la liquidación de los grupos que se
habían formado, reanudaron la política de mutua cooperación. “Lenin respiró tranquilo.
Y aprovechando no se qué cínica acusación que en contra mía había lanzado Molotov,
a quien acaban de elegir para un puesto en el CC, le paró los pies por aquel exceso de
necio celo, y agregó que “la lealtad del c. Trotsky en las cuestiones interiores del partido
estaba por encima de toda duda’.” (“Mi vida”).
La leyenda stalinista de que la discusión sobre los sindicatos no era más que el
producto de una enconada y sistemática discrepancia entre Lenin y Trotsky no tiene
fundamento alguno. Ya entonces fue disipada toda duda al respecto. Trotsky expresó
en el congreso minero de 26 de enero de 1921:
“El c. Shliapnikov (de la oposición obrera. Red.) ha dicho -tal vez exprese su
pensamiento con cierta rudeza-:”No creáis en esa discrepancia entre Trotsky y Lenin.
De todos modos acabarán por unirse y la lucha irá dirigida únicamente contra nosotros”.
101
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
Ha dicho ‘no creáis’. Yo no se qué se quiere decir con esto. Claro está que nos uniremos.
Nosotros podremos discutir cuando se trata de decidir alguna cuestión importantísima;
pero la discusión conduce siempre nuestras ideas por el camino de la unión”.
Y Lenin, por su parte, acotó sobre el mismo problema al finalizar el X congreso:
“Shliapnikov dijo que Lenin y Trotsky acabarían por unirse, y Trotsky le contestó:
“Todo aquel que no comprenda que es necesario unirse va contra el partido. Claro es
que nos uniremos, puesto que somos miembros del partido’. Yo apoyé a Trotsky. Cierto
es que Trotsky y yo discrepábamos: pero cuando en el CC se forma una división más o
menos pequeña, el partido decide de tal modo que nos unimos con arreglo a la voluntad
y dirección del partido.
Tal es el criterio con que Trotsky y yo hemos ido al congreso minero y hemos venido
aquí”.
Lo sorprendente fue que Bujarin, olvidando sus propias posiciones adoptadas en la
discusión, hubiese pretendido sacar ventaja contra el trotskysmo de la cuestión sobre
los sindicatos. He aquí la opinión de Lenin sobre Bujarin: “Hasta ahora, el que más se
ha destacado en la lucha ha sido Trotsky. Pero ahora Bujarin le ha dejado atrás y le
ha eclipsado por completo. Bujarin ha creado una situación completamente nueva en
la lucha, porque ha incurrido en un error cien veces mayor que todos los errores de
Trotsky juntos”. ‘¿Cómo ha podido incurrir Bujarin en esta desviación del comunismo?
Todos conocemos la blandura del c. Bujarin, que es una de las características por la
que tanto se le quiere y no se puede por menos de quererle. Sabemos que a veces se
dice en broma que es “blanco como la cerra”. Parece ser que “cualquier persona sin
principios”, cualquier “demagogo” puede imprimir en esa blanda cera todo cuanto se le
antoje. Estas ásperas expresiones fueron empleadas por el c. Kamenev en la discusión
del 17 de enero. Este tenía derecho a emplearlas; pero nunca se le ocurriría a Kamenev,
por supuesto, ni a ningún otro, explicar lo ocurrido como pura demagogia carente de
principios”.
Se dice que el trotskysmo se caracteriza sobre todo por su ignorancia y menosprecio
de los campesinos y que en esto se diferencia del leninismo. Trotsky, en su carta a la
Comisión de Historia del CC, dilucida la cuestión en la siguiente forma: a) No hablaré
aquí de la antiguas discrepancias prerevolucionarias que realmente existieron. Sólo diré
que han sido exageradas, deformadas y adulteradas monstruosamente por los agentes
de Stalin y la pequeña escuela de Bujarin.
b) En 1917 no existía ninguna discrepancia sobreestá cuestión entre Lenín y yo.
c) La ‘paternidad’ del programa agrario socialista revolucionario fue asumida por
Vladimir llich de total acuerdo conmigo.
d) Yo leí el decreto de Lenin sobre la cuestión agraria, escrito a lápiz. No hubo la menor
sombra de discrepancia. Ambos éramos del mismo parecer.
e) En la política de la alimentación la cuestión agraria no ocupaba evidentemente un
lugar insignificante. Las nulidades como Martinov (antiguo menchevique y “liquidador”.
Red.) dicen ahora que esta política era trotskysta. No, era una política bolchevique.
102
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
Yo tomé parte en su ejecución de la mano de Lenin. No hubo la menor sombra de
discrepancia.
f) La orientación fundada en el campesino medio fue adoptada con mi más activa
participación. Los miembros del Poiitburó saben que después de la muerte de Sverdlov
la primera idea de Vladimir llich fue nombrar al c. Kamenev presidente del Comité
Central Ejecutivo Panruso. La proposición de elegir una figura “campesina-obrera” salió
de mí. La candidatura del c. Kamenev fue propuesta por mí...
g) Las nueva décimas partes de toda nuestra política a la cuestión de la relación
de los obreros con los campesinos. Yo llevé a cabo esta política -contra el espíritu
pequeñoburgués y la industria interior- en colaboración con Vladimir llich.
h) Al principio de 1920, y basándome en un análisis de la situación de la economía
campesina, presenté al Politburó la proposición de una serie de medidas análogas a la
NEP. Esta proposición no pudo ser dictada por “falta de atención” por ios campesinos.
El problema de las relaciones de los bolcheviques con los campesinos medios, pobres
y los kulaks adquirió mucha importancia en las discusiones y en la adopción de tácticas
concretas. Trotsky escribió al respecto, en 1919:
“Sobre esta cuestión no ha existido ni existe ninguna discrepancia en los órganos del
poder Soviético. Los contrarrevolucionarios, cuya causa es cada vez más desesperada,
no pueden hacer otra cosa que engañar a las masas obreras sobre supuestos conflictos
que dividen a los comisarios del pueblo”.
Lenin fue no menos categórico:
“En la “Izvestia” del 7 de febrero se publicó una carta del campesino G. Gulov
que pregunta sobre las relaciones que existen entre nuestro Gobierno de obreros y
campesinos y los campesinos medios, y habla de rumores que corren de que Lenin y
Trotsky no están acordes de que existen entre ellos grandes discrepancias, en particular
sobre esta cuestión del campesino medio!.
“El c. Trotsky ha contestado ya a la “Izvestia” del 7 de febrero. El c. Trotsky ha explicado
clara y detalladamente en su carta por qué el PC y el actual Gobierno de obreros y
campesinos elegido por los Soviets y por miembros de ese partido (bolchevique) no
consideran a los campesinos medios como enemigos suyos. Yo suscribo con ambas
manos todo cuanto ha escrito el c. Trotsky”.
El stalinismo también difunde la especie de que en política militar y en la conducción
de la guerra civil hubieron profundas discrepancias entre Lenin y Trotsky, que habían
en el Partido Bolchevique dos líneas irreconciliables. En las Obras completas de Lenin
se encuentran los testimonios que echan por tierra tales falsificaciones.
El 19 de septiembre de 1918, después de la toma de Kazán por las tropas del
ejército rojo, Lenin envió a Trotsky elsiguiente mensaje: “acojo con alegría la brillante
victoria del ejército rojo. Sírvanos como promesa de que la unión de los obreros y los
campesinos revolucionarios destruirá por completo a la burguesía, acabará con toda
resistencia de los explotadores y garantizará la victoria del socialismo mundial. ¡Viva la
revolución obrera!”
103
Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
En el VIII congreso del Partido Bolchevique, Lenin apoyó la política militar desarrollada
por Trotsky. El Comité Central, en vísperas de dicho congreso y en plena discusión sobre
las cuestiones militares, aprobó la siguiente resolución:
“Tema 12. Algunos es. del frente, al conocer la resolución adoptada sobre el inmediato
regreso de los jefes al frente, plantearon la cuestión de si esta decisión sería acertada,
pues podría interpretarse por las organizaciones en el frente como una negativa del
Gobierno Central a escuchar la voz del ejército. Algunos lo interpretan incluso como
una especie de artimaña, pues la macha del c. Trotsky y la no admisión de diputados
del ejército hace que sea inútil plantear siquiera la cuestión de la política militar. El c.
Trotsky protesta contra la interpretación de ta resolución del CC que la considera una
artimaña, y llama la atención sobre la extrema gravedad de la situación creada por la
retirada de Ufa más al Oeste todavía. Insiste sobre la necesidad de su marcha.
“Resolución:
1o El c. Trotsky partirá inmediatamente para el frente.
2o El c. Skolnikov anunciará en una reunión de los delegados del frente que la orden
de su marcha ha sido anulada...”.
Lenin llegó inclusive a solidarizarse plenamente con las medidas severas, en el
aspecto organizativo y disciplinario, tomadas por Trotsky. En la reunión de la fracción
bolchevique del Consejo Central Panruso de los Sindicatos (12 de enero de 1920),
expresó:
“Si hemos derrotado a Denikin y a Kolchak ha sido porque nuestra disciplina ha sido
superior a la de todos los países capitalistas del mundo. El c. Trotsky ha introducido
la pena de muerte y nosotros le apoyamos. La ha introducido por el camino de la
organización y la acción conscientes por parte de los comunistas”.
Cuando cundieron ios rumores contra la severidad adoptada por Trotsky en la dirección
del ejército rojo, Lenin le expresó de la siguiente manera su total solidaridad:
“Camaradas: Conociendo el carácter severo de las órdenes del c. Trotsky, estoy
convencido tan absolutamente convencido del acierto, de la oportunidad y de la
necesidad para el bien de nuestra causa de las órdenes que ha dado, que le otorgo mi
absoluta aprobación. V. Ulianov Lenin”.
Trotsky cuenta en la siguiente forma la finalidad de dicho apoyo ilimitado: “Cuando
me tendió esta hoja de papel con esas líneas escritas bajo una página en blanco, me
quedé perplejo. Lenin me dijo ‘Me han informado de que se ha lanzado contra Ud. el
rumorde que hace fusilar a comunistas. Le doy esta hoja firmada en blanco, y le daré
cuantas quiera, declarando que apruebo sus decisiones. Encima puede Ud. escribir la
decisión que le parezca y mi firma será válida’. Esto ocurrió en julio de 1919”.
Esta tormentosa batalla librada en las cumbres del bolchevismo y que se reflejó
en la Internacional Comunista, permaneció ignorada en sus detalles inclusive para
militantes de notoriedad fuera de Rusia. La documentación respectiva fue celosamente
guardada por mucho tiempo en los archivo de la burocracia, las publicaciones de la
Oposición de izquierda lograron ser momentáneamente sepultadas por el monstruoso
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
aparato publicitario puesto en pie por el stalinismo. Para confirmar lo.dicho tomemos
un ejemplo al azar, el caso de Gramsci, que en ese entonces era funcionario de la
Internacional Comunista: “No conozco todavía los términos exactos de la discusión
llevada a cabo en el partido. Sólo he visto la resolución del CC sobre la democracia dei
partido, pero no he visto ninguna otra resolución. No conozco el artículo de Trotsky ni el
de Stalín. No consigo explicarme el ataque de este último, que me ha parecido bastante
irresponsable y peligroso. Pero quizá mi juicio sea equivocado por el desconocimiento
de los materiales” (carta del 13 de enero de 1924, en “Vida de Antonio Gramsci”
de Giuseppe Fiori). La actitud de Carlos Mariátegui, llena de vacilaciones y en último
término de apoyo a la fracción stalinista, sólo puede explicarse por su desconocimiento
en detalle de la discusión fundamental, por otra parte, para el desarrollo del marxismo
de nuestros días, Mariátegui, importante por sus aportes al movimiento revolucionario y
esto pese a sus limitaciones y errores, concluyó dando la razón al stalinismo cuando éste
desplazó a Trotsky y a la Oposición de Izquierda del poder, sometiéndolos a una sañuda
persecución. El revolucionario latinoamericano dio su espaldarazo a la contrarrevolución
encarnada en el stalinismo. No alcanzó a explicarse como marxista los sucesos rusos
y todo lo redujo a la pugna de conveniencias momentáneas, como si no estuviesen en
juego los intereses primordiales de la revolución de nuestra época. Con todo, tuvo el
valor, como corresponde a su honestidad nunca desmentida, de seguir expresando su
gran admiración a Trotsky, esto cuando era brutalmente denigrado por los corifeos de
la burocracia; pero, la admiración al héroe, al incomparable escritor y al teórico, no
impedía a Mariátegui considerar que el brillante personaje no se acomodaba a la nueva
realidad, como se ve, el socialista peruano apenas si podía dar pasos titubeantes en
medio de una descomunal y generalizada confusión y la acrisolada honradez aceptó
una sucia campaña preñada de felonía, falsificaciones y reacción. Las opiniones de
Mariátegui sobre el tema se encuentran condensadas en dos breves notas que escribió
sobre “Trotsky y la oposición comunista’ (“Variedades”, Lima, 25 de febrero de 1928)y
“El exilio de Trotsky” (“Variedades”, 23 de febrero de 1929);siendo este último artículo
una repetición del primero con pequeñas variaciones. Las notas llegan hasta nosotros
incluidas en los volúmenes 17 y 18 de sus obras completas. Nos resulta increíble
que Mariátegui repitiese muchas de la imposturas difundidas generosamente por el
stalinismo: “Trotsky se destacaba sobre todos sus compañeros por el relieve brillante
de su personalidad. Pero sólo le faltaba la vinculación sólida y antigua con el equipo
leninista... Pero, si entre Lenin y Trotsky y ei partido mismo la identificación no pudo ser
igualmente completa”. Como si se hubiese tratado de una adhesión prosaica y a caso
oportunista y no el resultado de una identidad de principios,, política y estratégica.
Considero inoportuna la publicación del “Nuevo curso” y de las “Lecciones de
Octubre”, hitos fundamentales del análisis del stalinismo y de la defensa del leninismo
militante. ¿Entonces, había que agachar la cabeza ante el avance de la burocracia
contrarrevolucionaria?
Mariátegui aparece mucho más lamentable cuando opone el Trotsky cosmopolita
a los dirigentes que conocen y están cortados a medida para resolver los problemas
nacionales (que al peruano se le antojan que nada tienen que ver con los internacionales).
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Guillermo Lora ¿Que es el trotskismo?
Esto es absurdo, Trotsky era marxista y en esta medida analizó genialmente la realidad
rusa, como parte integrante del capitalismo mundial y basó en este análisis su gran
pronóstico de la estrategia futura. El autor de los “7 ensayos” arría sus banderas de
marxista para plegarse, resignado y fatalista, a la idea del socialismo en un solo país,
aunque puede argumentarse en su deseargo queesa adhesión no es del todo claro.
“Trotsky -nos dice- es un hombre de cosmópolis.. . Tiene un sentido internacional de
la revolución socialista... Pero este mismo sentido internacional de la revolución, que
le otorga tanto prestigio en la escena mundial, le quita fuerza momentáneamente en
la práctica rusa. La revolución rusa está en un período de organización nacional. No
se trata por el momento, de establecer el socialismo en el mundo sino de realizarlo en
una nación... Es lógico que en esta etapa, la revolución rusa está representada por los
hombres que más hondamente sienten su carácter y sus problemas nacionales. Stalin,
eslavo puro, es de estos hombres”. Esto es monstruoso, entre líneas aparece la tesis
de que Stalin es el genio de hoy y Trotsky de un mañana indeterminado. Una etapa,
la actual, sería la revolución nacional, sin mayores ligazones con la futura revolución
internacional. Esta teoría de las etapas violenta otros escritos del mismo Mariátegui.
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