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La Fortaleza Europa: Tom Lanoye

Este documento presenta un resumen del poema "La Fortaleza Europa" de Tom Lanoye. Narra en forma de monólogo la historia de varios personajes que representan a Europa en el año 2020. Describe a una bióloga de células madre, un empresaria, y varias personas que extrañarán las catedrales de Europa mientras están en tránsito. Resalta temas como la identidad europea, los cambios científicos, y la añoranza por la historia y cultura del continente.

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La Fortaleza Europa: Tom Lanoye

Este documento presenta un resumen del poema "La Fortaleza Europa" de Tom Lanoye. Narra en forma de monólogo la historia de varios personajes que representan a Europa en el año 2020. Describe a una bióloga de células madre, un empresaria, y varias personas que extrañarán las catedrales de Europa mientras están en tránsito. Resalta temas como la identidad europea, los cambios científicos, y la añoranza por la historia y cultura del continente.

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LA FORTALEZA EUROPA

-cantar de los cantares de la fragmentación-


Tom Lanoye

Traducción
Ronald Brouwer

Die Wahrheit leigt in der Wanderschaft


(La verdad está en la itinerancia.)

Baal Shem Tov

El ​ruedo ​es una estación sin especificar, allá por el interior del desgastado continente, en torno al año 2020.

1
Los ​participantes son un grupo de viajeros cuyo número es indeterminado, sin nombre pero con equipaje,
que se hallan a medio camino entre turistas ante su partida, refugiados ante su despedida y presos ante su
traslado. A primera vista no se les distingue de los transeúntes casuales.

Prólogo. El Hombre Nuevo.


(Coro)

¡Mírala! Una bióloga de células madre. Otea a su alrededor, buscando compañeros de fatigas, pero no
encuentra ninguno. Corregimos. No ve sino compañeros de fatigas.

El Hombre Nuevo está en camino. ¿Me escucháis?


¡El Hombre Nuevo está en camino!
El Hombre Nuevo es un aristócrata sin los males de la aristocracia.
El Hombre Nuevo vive el tiempo suficiente para adquirir conocimientos de verdad.
El Hombre Nuevo no olvidará nada.
2
El Hombre Nuevo no conoce enfermedades que él mismo no sepa crear o corregir.
El Hombre Nuevo es humilde porque sabe de dónde proviene.
El Hombre Nuevo todavía no es para hoy.
El Hombre Nuevo es comprensivo, pues vive más cosas.
El Hombre Nuevo es al mismo tiempo madre, hija, esposa, amante, nieta y abuela.
Al mismo tiempo padre, hijo, esposo, amante, nieto y abuelo.
El Hombre Nuevo tendrá tiempo para explorar todos sus talentos.
El Hombre Nuevo tendrá tiempo para disfrutar de los demás, que a su vez explorarán todos sus talentos.
El Hombre Nuevo mirará con modestia y admiración al Hombre Antiguo y todo lo que éste llegó a realizar en
apenas una fracción de su vida.
El Hombre Nuevo es un europeo perfecto.
El Hombre Nuevo es Europa en estado supremo.
El Hombre Nuevo se libera a sí mismo.
El Hombre Nuevo es el hombre único.
El Hombre Nuevo es inevitable.
El Hombre Nuevo es razonable.
El Hombre Nuevo es aprovechable.
El Hombre Nuevo es imprescindible.
El Hombre Nuevo está en camino.

Brave little Belgium/La petite Belgique. (1)

Éramos neutrales pero nos engañaron. Teníamos tratados, teníamos pactos oficiales en pergaminos sellados
con lacre rojo, la paz estaba asegurada..(​se baja un poco la música) Pero fuimos violados, pisoteados y
engañados por todo un continente que se armaba a nuestro alrededor, hasta los dientes, los alemanes, los
franceses, los italianos, los rusos, los ingleses, ¿quién no?

​(sube música da unos pasos y vuelve a bajar) Era 1914. El año del Engaño. Bastó un sólo disparo en
Sarajevo, una sola cerilla en el almacén de pólvora, para que nos aplastaran, las grandes potencias, como se
hacían llamar, los embusteros pretenciosos, los bravucones ante los que incluso teníamos que arrodillarnos.

Fueron ellos los que nos crearon, en 1830, nos inventaron desde la nada. ¡Un nuevo país! ¡El nuevo europeo,
engendrado por los putos estafadores internacionales a nuestro alrededor!

La petite Belgique, brave little Belgium. Éramos su corazón y se reían de nosotros. Se cagaban en nosotros.

Durante siglos hemos sido su campo de batalla favorito, su bayeta. Y cuando por una vez teníamos tratados y
pactos oficiales, sin embargo vinieron. Vinieron como topillos que se arrojan a un precipicio. Topillos sanos y
bien instruidos con uniforme, dispuestos a morir.

Y el precipicio es lo que somos nosotros.

Nosotros somos el precipicio.

Una vez más vinieron a morir, y nosotros con ellos. Desde hace siglos nuestro pan sabe a la sangre de Europa.
Pero esta vez estábamos a salvo, dijeron.
Esta vez teníamos la paz sobre el papel.
¡Teníamos tratados! ¡Pactos oficiales firmados con agua bendita!

3
El judío errante en deportación o “Así nos hicimos jasídicos todos”. (1)

La verdad está en el destierro. Siempre. La verdad del hombre está en su destierro. Ni siquiera en ser
desterrado por otro. El otro no puede desterrarnos. El otro podrá deportarnos, eso sí. Podrá perseguirnos y
matarnos. Pero sólo nosotros mismos podemos regalarnos el destierro. ​(se pone en pie, avanza y subimos
música y vuelve a bajar)

El exilio es la verdad. El apego a la tierra eso no es la verdad. Un árbol sí que está sujeto a la tierra. Pero el
hombre ha de moverse. Ha de estudiar. La patria del hombre está en su cabeza. La patria del hombre es su
espíritu. Nuestra verdadera patria es nuestra lengua materna y esa nunca está sujeta a la tierra.

La bióloga de células madre en tránsito. (1)

¿Podrá una mujer como yo - una científica, a su regreso de Estados Unidos, en tránsito por la tierra de su
infancia, llena de esperanzas camino a Dubái, podrá una mujer como yo todavía rezar?
¿Podrá rezar una bióloga de células madre?
Sí. ​Si ha renunciado a toda religión. Si se atreve a ser europea, esté donde esté. A ser humana y nada
más.
¿Qué sería el mundo sin ​nuestra​ ciencia? ¿Qué sería el mundo sin nosotros?

La empresaria capitula. (1)

(Cuándo la actriz llega a la topera y se da la vuelta la música baja para que pueda hablar)

Me he convertido en un insulto. Siempre he sido un insulto. Antes era un juego, una pulla: “Vendedora,
embaucadora, estafadora” Pero ya no tiene gracia. Ahora me destruyen. ¡Restricciones! ¡Retribuciones!
Reclaman mi pellejo. Me desbancan. ¡Cuotas! ¡Inspecciones! Olvidan lo que he hecho. Lo que he hecho para
ellos. Me vomitan.
¡A mí!
A ver si son capaces de avanzar sin gente como yo. He sacrificado mi vida. Por ellos. Gané una fortuna, de
acuerdo. ¿Y qué otra cosa debería haber hecho? ¿No ganar esa fortuna? Sería peor que ganarla. Sería derribar
todo el sistema. Uno debe ganar lo que puede ganar.

Palacetes, un yate, cuatro esposos, un amante en el corazón de París... Todo eso me lo he currado. ​Amo las
fábricas. Amo los balances, los bienes activos y la música de una auditoría externa. ¿Por qué me iría a pescar si
puedo asistir a reuniones y tomar decisiones? Si yo no voy hasta el fondo, son ellos las víctimas. Ellos, vosotros,
todo el mundo, todos. Los más débiles primero. Eso no quiero tenerlo en mi conciencia.

Y sin embargo me vomitan. ¡A mí!


La balsa en la que flota la nación.

Lo que echaré de menos (1): las catedrales.


(Coro)

4
¡Sí! ¡Cielos! ¡Claro que sí!
¿Qué? ¡Es lo que más voy a echar de menos! ¡Santo cielo! ¿Eh? ¿Qué pasa? Las catedrales. ¡Las catedrales! ¿Eh?
¿Qué les pasa? ¡Es lo que más voy a echar de menos! ¿Qué? ¿Quién? ¡Las catedrales! ¡Nuestras poderosas,
portentosas catedrales! ¿Qué les pasa?
(se mezclan campanas con música y al final desaparecen campanas y queda música)
¡Es lo que más voy a echar de menos!
¿Qué?
¡Las catedrales!
¡Nuestras poderosas, portentosas catedrales!
¿Qué les pasa?
Cuánto las voy a echar de menos.
¿Eh?
¡Nuestras catedrales! Es lo que más voy a echar de menos…
Ah.
Estás en la cama,
Un domingo por la mañana,
Tan a gusto bajo la lana.
Te quedas esperando, esperando… A ver si vienen.
Y de repente, de forma inesperada, empiezan a repicar,
Te alegras de estar tumbada, por lo abrumadoras que pueden sonar nuestras catedrales,
¿Acaso ha habido en la historia humana algo que pudiera competir con nuestras catedrales, cuando suenan un
domingo por la mañana en primavera?
Cielos ¡Cómo repican entonces nuestras catedrales!
(Llora.) ​(sube música y vuelve a bajar)
Bueno…
¿Qué?
¿Eh?
Si se trata de catedrales…
¡Sí! ¡Las catedrales! ¡Nuestras catedrales!
Yo prefiero los inviernos.
Los inviernos de mi infancia…
Entonces no tenías calefacción central.
No tenías nada.
Y eso estaba bien.
Eso lo hemos olvidado.
Que puede estar bien no tener nada.
Eso lo hemos perdido, esa deliciosa nada que teníamos.
Mira a tu alrededor.
Esto no mejora.
¿Pero en aquel entonces? Cielos.
Todas las mañanas escarcha en las ventanas.
En tu mesita de noche el vaso de agua congelada.
En el vaso del abuelo, también la dentadura congelada.
Vaya, él sí que no tenía nada.
¡Tenía las catedrales!
¡Nuestras catedrales!
Sí, sí, sí,
Ahora llego, a tus catedrales…
Desde la cama estás mirando la escarcha en los cristales,
Y fuera oyes el crujir de la nieve, Bajo las suelas de los meapilas que se empeñan en ir a misa,
Pero tú, tú estás hecho un ovillo, bajo la lana…
¡Lana de unas ovejas que vivieron al otro lado de tu propia aldea!

5
Lana de verdad. No tenías gran cosa entonces, pero tenías lana de verdad.
Y tú estás debajo.
Calentito.
Un día libre.
Un domingo, nada que hacer, ninguna obligación.
¡La deliciosa nada!
¡La impagable nada!
¡Y aún así estás maldiciendo!
¡Porque te estás meando!
¡Tienes que ir a mear ya!
¡Tú vejiga está que revienta!
Pero te niegas a levantarte porque hace un frío que pela, fuera de tu fortificación de lana de verdad,
y el olor de tus propios pedos. Es lo que dicen los esquimales, ¿sabes? “A todo el mundo le gusta el olor de sus
propios pedos”…
(Se ríe.) Ellos sabrán.
(Se ríe.) Dí que sí.
(Se ríe.) ¡Hombre! ¿Esquimales?
(Se ríe.) ¿Con tanto aceite de hígado de bacalao?
(Se ríe.) ¡Si, aceite de hígado de ballena! Ahora que lo dices... ¡El hígado frito con cebolla picada! ¡Hombre!
¡Ahí estás en el perfume de tus propios pedos!
¡En la deliciosa nada de tu infancia!
¡Estás tan a gusto en la cama!
¡Temes que el trasero se te vaya a congelar y quedar pegado al esmalte del orinal!
¡Y en tu piso no hay water!
¡En toda la casa no hay water!
¡Antiguamente la gente no tenía!
¡Antiguamente no tenías nada!
¡Las catedrales!
¡Teníamos las catedrales!
¡Ya, ahora llego!
¡Con mucha suerte tenías un pequeño water por familia!
¡Uno!
¡Fuera!
¡En un terreno baldío que llamaban jardín!
¡Allí estaba tu water!
¡Antiguamente no tenías nada, ni siquiera un water en tu propia casa! ¡No tenías nada!
Teníamos…
¡Ya!
¡Ahora llego!
Tenías un solo water, en el supuesto jardín, que generalmente servía al mismo tiempo para cinco familias más!
Y cuando por fin ibas al water, ¿?, en el ultimísimo instante, ¿?,
¡resultaba que había toda una fila delante de ti esperando!
¡Otra vez los vecinos estaban con diarrea!
¡Yo estaba allí! tenías que ir a mear ya y pensabas:
“me cago en la leche, me quedo aquí!
¡Es mi derecho!
¡Me niego!
¡Prefiero morir!” (En plena excitación se levanta.)
¡Pero entonces venían! ¡Entonces venían!
¿Las catedrales?
¡No! ¡Los olores! ¡Aquellos olores!
¿Más pedos?

6
¡Que no! ¡Esos inolvidables olores del exterior!
¡Nuestros vecino de enfrente, el panadero, sacaba del horno todo lo que esperaba vender enseguida a los
meapilas a la vuelta de la misa solemne!
¡Recién hecho!
Caliente y crujiente!
¡Toda nuestra calle se inundaba de los olores más embriagadores!
Antiguamente no teníamos gran cosa, pero menudo juego de olores embriagadores teníamos.
Vaya, vaya…
¡Canela,
pasas fritas,
croissants,
pan de especias!
¡Olores de verdad!
¡Todo el barrio se inundaba!
¡Se me hacía la boca agua, y pensaba:
“joder”, y apartaba la manta!
¡Ni siquiera sentía el frío, tan embriagadores eran los olores de enfrente!
¡Rápidamente me ponía los calzoncillos y bajaba la escalera y salía, renqueando por el dolor en la vejiga!
¡Pero no iba a mear!
¡No!
¡Qué va!
¡Iba a la panadería! ¡Al panadero de verdad, que sacaba él mismo el pan del horno, hecho de una masa que él
mismo había amasado a mano, bollos a los que él mismo había dado uno tras otro la forma de un ocho,
o de un lazo,
y untado de yema de huevo con una brocha de pintor,
¡un panadero de verdad!
¡A su panadería iba yo corriendo, renqueando por la calle, cuando de repente empezaba a repicar la catedral!
¡Las catedrales!
¡Nuestras celestiales catedrales!
¡Si! ¡¡Si!!
Y el panadero me daba un trozo de pan de especias recién hecho, porque sí,
por espíritu de buen vecino,
y te puedo asegurar:
mientras nuestra catedral seguía repicando,
y mientras engullía ese trozo gratuito de pan​ ​recién hecho,
y mientras, descalzo en medio del frío espantoso, por fin me ponía a mear contra una tapia con un chorro
sonoro, mientras subía el vapor junto a mis pies descalzos, mientras los aromas de la nieve derritiéndose y del
pan recién hecho y de pasas fritas se mezclaban con el olor de mi primera orina de la mañana, mi infancia, mi
vigor, mi esperanza, mi todo, pues te puedo asegurar: ¡eso era placer!
Antiguamente no teníamos gran cosa,
no teníamos nada,
¡pero teníamos placer!
Eso hoy en día no se encuentra tan fácilmente:
placer.

El judío errante en deportación o “Así nos hicimos jasídicos todos”. (2)

La verdad siempre está en el destierro estas son las palabras de nuestro rabino milagroso Baal Shem Tov,
padre de todos los jasídicos​.
Sólo hay un misterio, dijo Baal Shem Tov. El misterio está en lo ordinario.
Nuestra devoción se halla en la música, en la embriaguez de la belleza y en la alegría de vivir. Tenéis que
aceptar la vida, tal y como es. Olvidaos de los pecados. Olvidaos de la redención a través de la penitencia, la

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disciplina, la mortificación. ¡La vida no ​es un castigo! La vida es una flauta, una armónica, una canción.
¡Aprended a tocarla! ​(Sube un punto más) ​Aprended a bailar y olvidad vuestra carrera, vuestras riquezas y el
afán por conseguirlas. ​(sube la música muy alta para bailar) (Cuando da un salto y sube a la topera baja
música)​ Eso es lo que ata al hombre al suelo. ​(Baja).

¡Labrad el oro! Por supuesto. ¡Tallad el diamante! Claro que sí. Pero conoced su valor: su valor es cero. El valor
se halla en la labor de labrar, de tallar y en el placer que en estas dos cosas encontréis. ¡Haceos zapatero
ambulante! Buhonero con carrito, carretilla o carromato. ¡Vended por el placer de vender! Por el juego de
regatear, no por el beneficio. Así os quedará tiempo libre para cantar y bailar y contar fábulas y leer. ​¡Nunca os
olvidéis de leer! Un libro es más digno de confianza que un terreno vallado. Comparado con un libro, qué es la
tierra y su propiedad sino autoengaño y robo.

¿Quién posee tierras? La única tierra que puedes poseer es tu sepultura y ni siquiera esa la posees. Ella te
posee a ti. La tierra mata al propietario y vuelve su suelo estéril. La posesión de un país hunde a un pueblo
entero. Donde coinciden tierra y cultura reina la desgracia. Qué son las naciones sino cárceles para aquellos
que habitan en ellas.

No necesitamos las naciones. Nuestra nación es la alegría, nuestro país es el Talmud, nuestro estado la Torá,
nuestra constitución la literatura, nuestro gobierno la música, nuestro monarca el arte de vivir, nuestra
divinidad la Creación misma y nuestro afán por celebrarla cada día cada hora.

¡Errad jasídicos y celebrad el día! Se trata de hoy, no de después. ¡Vivid, pueblo mío! Vivid en Rusia, Polonia y
Alemania. Vivid en Amberes, en Ámsterdam y en París. Vivid, ​(sube un poco la música) hermanos, hermanas
mías, compañeros de fatigas.​( Sube más) Cantad y bailad y no miréis nunca hacia atrás. ​(Sube) ¡Vivid! ¡Vivid!
(Sube al máximo)

Brave little Belgium/La petite Belgique. (2)

Pero también teníamos fortalezas. Somos belgas pero no somos tontos. Teníamos la paz perpetua sobre el
papel, si, y la neutralidad a plazos, si, pero también teníamos fortalezas.

Las fortalezas mejor fortificadas del mundo.


Engañados, eso sí. Un país que se defiende no perecerá. Eso dijo nuestro rey ​. ​Pero en ese momento ya estaban
aquí, los topillos bien vestidos. Arrollaron nuestras fortalezas como un toro al pasar espachurra una topera.
Hubiera sido igual no haber construido fortalezas.

Teníamos la paz sobre el papel pero el alemán, con toda su cultura, con sus románticos y su Goethe, el alemán
dijo: ``¿Cuál es el valor de un simple papelucho?´´ Él mismo lo había firmado, pero irrumpió por nuestras
fronteras. ``La neutralidad está en contradicción con la propia esencia del estado´´, dijeron. `` Un estado neutral
no es un estado, así que lo mismo da cruzar ese terreno para pasar a Francia.´´ Eso fue lo que dijeron. ``Nunca
ha habido derechos humanos universales, y en Europa jamás habrá.´´ Eso fue lo que dijeron los románticos​. ​``
¿Derechos humanos universales? ¡Jamás!´´ Así fue como irrumpieron por nuestras fronteras neutrales, los
ulanos, los biplanos, los zepelines, las novísimas máquinas bélicas, nunca vistas. Eran los tiempos modernos
los que irrumpieron y nos violaron.
En Lieja, los cañones para el asedio eran tan colosales, que tuvieron que transportarlos en dos partes y
arrastrados por treinta y seis caballos. El impacto de sus granadas hizo saltar por los aires cascotes de nuestras
fortalezas, hasta trescientos metros de altura. Adiós fortalezas en forma de estrella. Eran los nuevos tiempos.
Zepelines bombardeaban Amberes y Bruselas, y después Londres. Era algo que nadie había visto jamás. De
repente flotaba ahí, insonoro, macizo, abrumador. Un zepelín. Inalcanzable para el fusil normal. Llovían
bombas, pero no sobre soldados sino sobre civiles, y sobre niños. Ahí nació la arbitrariedad de la muerte, ahí

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vio la luz la muerte mecánica, la muerte a metralleta, la muerte a base de gas, la muerte moderna. Eran los
nuevos tiempos.

La empresaria capitula. (2)

Vamos a ver, ¿me vomitan? Vamos a ver, ¿soy un insulto? ​(saca billete de 500) ​Les perdono porque no saben
lo que dicen. ​(rompe billetes)

¿Pero acaso un devoto chupatintas del Estado sería capaz de hacer lo que he hecho yo?

He hecho cavar canales, he sujetado compañías aéreas sobre la pila bautismal. ¿Debería darme vergüenza? He
hecho fundir acero, he vendido hormigón desde Oslo hasta Palermo. Uno de mis puentes, en un valle francés,
provoca emoción en los viajeros, todos los días. Pura belleza, y rentable en un plazo de diez años. ¿Quién
podría decir lo mismo? Poseo la imaginación que no pueden tener los poetas y que no se atreven a tener los
políticos.

¡Que lo intenten! Yo me retiro. Me voy a Argentina. Estoy harta. Un nuevo empleo, una nueva vida. ¿Buenos
Aires? Tengo ganas de tango. Si allí lo consiguen los médicos de los campos… Los dictadores refugiados… Yo al
menos puedo aportar algo. Tengo talento. Tengo una fortuna. Sé lo que significa emprender. Eso no se puede
decir de un médico nazi o de un dictador.

¡Tengo ganas de tango! ¡Tengo sed de tango!

Si he de morir,
que sea en un país
gobernada por el tango.

Es el único gobierno
en el que confío algo
De seguro es un gobierno
que no te mete en el fango.

La bióloga de células madre en tránsito. (2)

Llevo meses sin trabajar. El tiempo apremia. Ya no soy tan joven. Me tengo que ir a Dubái.
Allí está mi Europa.
Dubái es una apuesta. El dinero está, y la voluntad de utilizarlo.
América es un experimento fallido. Un día se concibió como una segunda y mejor Europa. Pero es un
experimento fallido.
No es ninguna catástrofe. Significa una pérdida de tiempo, pero no es una catástrofe. A los países y continentes
les pasa lo mismo que a las pruebas con ratas de laboratorio: ensayo y error. Tenemos que seguir probando.
Algún día encontraremos la Nueva Europa. Es decir, el terreno que se corresponde con la Verdadera Europa y
su máxima realización, con el Hombre Nuevo. Si no es en Dubái, será en otro sitio.
Si vivo para verlo.

El judío errante en deportación o “Así nos hicimos jasídicos todos”. (3)

“Los jasídicos estaban enamorados de la belleza”

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“Incluso en los campos de exterminio todavía sabían cantar y bailar y leer los textos sagrados con una sonrisa
en la cara”. Eso escribieron muchos de los que nos vieron en Auschwitz, en Birkenau, Dachau, Sobidor.
Bergen-Belsen, Buchenwald. Mordechai Gebirtig, hombre sensible autor de nuestras más hermosas canciones,
poseía esa sonrisa más que nadie. Siempre llevaba en la cara la sonrisa jasídica en el gueto de Cracovia. En esa
mazmorra anclada en el suelo que es Cracovia unos amigos americanos le ofrecieron un salvoconducto.
Mordechai respondió sonriendo: “Dádselo a alguien más joven que yo. A mí dejadme morir en estos lares
donde erraron mis antepasados. Para qué huir. En breve el mundo traerá como una paloma de nuevo su
mensaje de paz”.

Incluso en su deportación seguía sonriendo hasta que un soldado creyó que se reía de él y le disparó. Ni
siquiera llegó a ver los campos. Pero incluso en la muerte Mordechai Gebirtig sonreía. Hasta que el soldado le
disparó también en la cara.

La bióloga de células madre en tránsito. (3)

¿Tiene el científico un deber? ​ ​El científico tiene el deber de ser racional a la vez de optimista para atreverse a
encontrar al Hombre Nuevo.

El Hombre Nuevo será Europeo o no será. Tendrá la vida eterna de una forma natural, no metafísica. Será
eterno porque nuestra ciencia simplemente mejorará su sangre.
La vejez será una enfermedad que al Hombre Nuevo le sonará como a nosotros la viruela o la peste. Será
como nosotros, pero infinitamente mejor. Europa tendrá por fin hijos e hijas dignas. Aunque sea en Dubái.
Nuestro único límite es nuestro sistema sanguíneo.
O más bien: nuestro metabolismo.

Brave little Belgium/La petite Belgique. (3)

Traspasaron la frontera, desfilando durante cinco horas, con paso regular. El Romanticismo alemán en acción.
Ein, zwei, ein, zwei, drei! Eran los nuevos tiempos los que entraban desfilando en nuestras ciudades y nuestras
aldeas, saqueaban nuestras tiendas, incendiaban las casas de todo aquel de quien sospechaban que les
disparaba, porque temían como a la muerte a los francotiradores, les franc-tireurs. Solamente teníamos que
dejarles pasar a Francia, ¡y resulta que había unos cobardes que les disparaban. ​Así que los hijos del
Romanticismo alemán buscaron la revancha. Y En represalia cogían a aldeanos al azar y los fusilaban contra el
paredón, eso era nuevo, eso el mundo no lo había visto jamás.

Después de a las monjas también fusilaron a niños. Eran los nuevos tiempos.

El judío errante en deportación o “Así nos hicimos jasídicos todos”. (4)

El mundo ya no se merecía nuestras canciones, nuestros versos. Era tanta la libertad que la crueldad
organizada se vengó. Nos obligaron a embarcar en herméticos vagones para ganado y allí encerrados e
inmóviles nos hundimos en la espiral de un tiempo desquiciado de naciones en combate. Habíamos sido su
corazón. Les regalamos ​científicos y filósofos y artistas y compositores y poetas. ¿Desde cuándo el cuerpo y el
corazón se vuelven uno contra el otro?

Sin embargo, arrancaron su corazón como si fuera un parásito, una solitaria enrollada de color rojo, una
palpitante bola roja hecha de pedazos de solitaria. Lo arrancaron, lo quemaron, lo pulverizaron y lo
escupieron. Pero seguía moviéndose. Su corazón quemado emergió de los hornos de las chimeneas de las

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fábricas de exterminio para cubrir dulcemente todos los países a los que antaño había dotado de oxígeno con
una fina capa de imborrable arena de desierto ​con el sabor de la culpa, el olor del crimen y las resonancias de
nuestro amor. Así contagiamos a Europa de nosotros mismos. Así fecundamos a Europa con nosotros mismos​.
Así ellos también se hicieron jasídicos. Así nos hicimos jasídicos todos.

Lo que echaré de menos (2):


(Coro)

¡Sí! ¡Cielos! ¡Claro que sí!


¿Qué?
¡Es a quien más voy a echar de menos! ¡Santo cielo!
¿Eh?
¿Qué pasa?
¡A Schopenhauer! ¡Schopenhauer!
Dios mío, ¿Schopenhauer?
El gran Schopenhauer. ​Nuestro​ Schopenhauer.
¡Siempre, siempre Schopenhauer!
Schopenhauer ​ad infinitum.
Leer a Schopenhauer y morir.
En ese orden. Primero leer y después morir.
Evidentemente. Sobre todo con Schopenhauer.
Schopenhauer, Schopenhauer, Schopenhauer…
Oye… Schopenhauer… Hace ya tiempo que está muerto, ¿no?
Faltaría más.
No Schopenhauer el hombre. Schopenhauer el autor. Su obra. Hace ya tiempo que está más muerta que un
cadáver, ¿no?
La obra de Schopenhauer siempre ha estado muerta. Ahí está su profundidad. Sin muerte no hay
Schopenhauer.
¿Qué nos aporta eso, en cuanto a​ ​esperanza?
Esperanza, esperanza... no vengas a Schopenhauer con eso. Se trata de cultura.
¡De ​la​ cultura! ​¡Nuestra​ cultura!
La cultura es esperanza. Incluso la nuestra. Y la esperanza da vida.
Pero la cultura de verdad no. ¿Nuestra cultura? Gracias a Dios no está enfocada a lo que tú llamas la vida. En
África sí. Ahí te doy la razón. Allí la cultura está obsesionada por la vida.
Ya ves el resultado. El número más elevado de pacientes de sida y más guerras civiles que plagas de
saltamontes.
En cuanto a guerras, hay pocos a los que podamos dar lecciones Ni siquiera a los africanos.
Podemos darles lecciones a los africanos en todo, menos en bailes colectivos y cantos corales.
¿Y eso no es cultura?
En todo caso no es nuestra cultura.
Ahora me vas a dar lecciones a mí.
No doy lecciones. Constato. Los negros parten de la vida. Nosotros no. Irónicamente eso se ve reflejado en la
esperanza de vida. La nuestra es cuarenta años más alta. Para ellos, cuarenta años ya es una vida humana. Así
que en realidad somos el doble que ellos.
¿Y la culpa es suya?
El que se come enseguida su torta, no debe llorar cuando vuelve a tener hambre.
El primer hombre era negro.
¿Ah sí? ¿Desde cuándo?
Está demostrado.
¿Por quién?
Por nosotros.

11
¿A mí qué más me da quién fuera el primer hombre? Lo importante es que yo en este momento no sea un
negro. ¿Eso es racismo?

No. Simplemente no me gustaría ser una negra.
¿A quién le gustaría? Es una cuestión de sentido común. ¿Es odio? No.
Es libertad de expresión.
Si todo se reduce a libertad de expresión, ya no hay nada que importe.
Ah, si quieres cuestionar incluso la libertad de expresión... Adelante.
La libertad extrema protege solamente el derecho del más fuerte. La cultura consiste precisamente en
combatir eso.
¡Eres un relativista cultural!
Ojalá. Entonces podría encogerme de hombros con todo lo que has dicho. Entonces todo lo que has dicho
valdría igual que las tonterías que suelta cualquier otro, incluidos tus negracos.
¿Mis negracos?
Y tanto.
Oye, si aquí se me amordaza, porque por un momento me atrevo a hacer uso de mi derecho constitucional a la
libertad de expresión, entonces tiro la toalla, porque la ocupación ha empezado ya, ¡la ocupación es un hecho!
Hablas como si estuviéramos en la guerra.
¡Estamos en guerra!
¡Estamos en guerra, te lo digo yo! Todo indica que sí! ¡De nuevo estamos en guerra! ¡Y nadie lo ve! ¡Y me cago
en la leche, de nuevo estamos en guerra!
Si hay algo de lo que sabemos hablar, es de la guerra.
Una guerra te enseña más sobre una sociedad que la paz.
Una guerra te enseña más sobre cualquier cosa que la paz.
La paz es siempre igual. La guerra no. La guerra nunca.
A mí los duelos de hombre a hombre, me parecen bastante más civilizados.
Los combates de hombre a hombre no tienen un carajo de civilización. El negro sigue luchando así. Eso dice
suficiente.
Eso dice, como mucho, que todavía no reciben bastante dinero por sus minerales para poder comprar
portaaviones y tanques, como haríamos nosotros.
Yo en la tele he visto mogollón de negros correteando por ahí con un AK-47 automático en las manos. O sea
que tan mal no deben de ir sus minerales, ni tampoco los precios que pagamos por ellos.
Pero la mayoría iba en bolas.
¡Sin uniforme, sí! Pero con un AK-47 colgado del hombro y media erección entre las piernas. He ahí el negro
moderno.
Lo suyo es disparar, con o sin erección.
La mitad de las veces, por cierto, es al aire. Para expresar su alegría o congoja. Que la tienen, los negros.
Y tanto. Es que los negros creen en la vida. ¿Entierros, nacimientos? ¿La boda de su mejor amigo? A disparar al
aire, chicos.
O simplemente cuando se levantan. Unos disparos al aire. ¿Por qué crees que muchas de sus casas se han
quedado sin techo?
Los negros se van a dormir y a la mañana siguiente se les ha olvidado que tienen un techo encima, costeado
por nosotros, gracias a nuestra industria de desarrollo y los complejos de culpa que nos han metido en la
cabeza.
A ellos les da igual. Lo que les importa es poder disparar al aire.
Los negros al menos luchan por el honor. Y el sentido del honor es la cuna de toda civilización.
¿El sentido del honor? ¿Crees?
El honor, o la honra...
El honor es algo para turcos y homosexuales y, por extensión, para cualquier narcisista. ¿Pero de que le sirve a
un político?
Al electorado el honor no le quita el sueño. Si no, votaría a otra gente muy distinta.

12
Tenéis envidia de esos supuestos pueblos primitivos.
El duelo es un cruce entre egoísmo y masturbación.
La guerra, sin embargo es un fenómeno progresista. Una consecuencia directa de nuestras experiencias bélicas
son la telefonía móvil y la sartén de teflón.
¿Dónde estaríamos hoy sin EL WHATSAPP y sin la sartén de teflón?
¿Por qué todo el mundo está tan obsesionado por los negros?
Nuestro Renacimiento, nuestra Ilustración, nuestra industrialización ¿De verdad crees que habríamos
conseguido todo dando brincos en grupo alrededor de un cráneo de elefante pinchado en un poste?

Haciendo la circuncisión a las mujeres, y volviendo a coserlas, en honor a la supuesta "vida plena”​ . ​Hay
mujeres africanas que se secan el chocho quemando hierbas para así aumentar el placer de sus violadores.
¿A eso le llamas cultura? ¿Eso es civilización?
Al menos utilizan el chocho. Para otra cosa distinta que como tema de cartas a la directora en una revista para
mujeres.
El uso del chocho solo es relevante para la propagación de la vida. O, en tiempos de epidemias, la propagación
de la muerte.
¿Eso también lo pone Schopenhauer?
¿Si lees entre líneas? Verás que solamente se trata de eso.
¿Sabes lo que debería hacer tu Schopenhauer? Y disculpa la grosería.
Debería bajarse los pantalones y tumbarse boca abajo en su ascético sofá, culo en pompa, para ofrecerse a la
satisfacción sexual de algún magnate del turismo zambiano
o un hombre de negocios del ​downtown d ​ e Johannesburgo
o un gigante de las minas del Congo Brazzaville,
tiarrones que ni siquiera se quitan su traje de Armani,
sino que con una mano en el móvil siguen aceptando pedidos desde Hong Kong o Shanghái,
mientras con la otra ya abren la bragueta y sacan su cipote de elefante arrimándolo al tubo de evacuación de
Schopenhauer, que este previamente ha dejado seco como el corcho quemando unas hierbas africanas y en el
que incluso ha echado un puñado de sal de cocina y arena de mar para que al restregar la aspereza dé todavía
más gustirrinín.
Entonces sí que habría escrito menos sobre la muerte, Schopenhauer, y algo más sobre la vida.
¡Vaya! Schopenhauer, Schopenhauer, Schopenhauer...
Siempre, siempre Schopenhauer.

La empresaria capitula. (3)

“Il faut décourager le talent”. Es lo que solía decir mi padre, todos los días. El talento hay que desalentarlo. Para
que florezca. Ese era su lema. Me pegaba por amor. Ningún hombre me amó más que mi padre.

Cuando murió, la herencia fue para su amante. No para mí. Mi padre tenía razón. Así aprendí a pelear. Le estoy
agradecida. He tardado pero le estoy agradecida. Una hija que antes de cumplir los treinta está agradecida, ha
tenido un mal padre. Décourager le talent!

Pero no hay que retorcerle el pescuezo, al talento. Que es lo que hacen ellos. ¡Injerencia! ¡Nacionalización!
¡Inspectores! No pido medallas, pero tampoco me merezco la soga al cuello. ¡Preceptos! ¡Leyes! ¡Religión!
¡Razas! ¡Trump! La gente está loca. Yo me voy a Argentina. Allí son temperamentales pero no están locos. Allí
son agradecidos. Civiles. Viriles. Y desmemoriados.

Bueno, esto último aquí también lo son. ¡Hombre! Me vomitan. ¡A mí! ¿Quién se ocupó de reconstruir las cosas,
después del fascismo? Gente como yo. ¿Debería darme vergüenza?
Nosotros en menos de un siglo hicimos tambalear a nuestros libertadores. Ellos nos liberaron pero nosotros
ganamos la guerra.

13
Gracias a gente como yo.
¿Y ahora me vomitan?

El judío errante en deportación o “Así nos hicimos jasídicos todos”. (5)

En Polonia vivían más de tres millones de judíos antes de la guerra. Hoy apenas unos miles. Algunos de los
jasídicos sobrevivieron a la quema del corazón de Europa, a las fábricas de exterminio. Hay algunos que
sobreviven a cualquier cosa. El que sobrevive levanta sospechas. A veces pienso que ojalá no hubiera vuelto de
los campos. Cuando oigo esas historias sobre mí.

Son más fuertes de lo que yo seré jamás. No tiene sentido negar las historias. Son veraces y sin embargo, son
falsas.
Sí, acepté dinero en el gueto de otra gente como yo. Una modesta suma a cambio de un gran sueño: no ser
deportado. Sí, pretendí tener buenos contactos hasta en América. Hice imprimir papel de cartas con el
membrete de un general prusiano que ni siquiera existía. También aceptaba joyas o divisas... y sí, se dice que
pedía favores sexuales. ¡Yo, mírame! Favores sexuales. ¿Cómo puede uno demostrar lo contrario?

De todos modos, ¿qué valen los favores sexuales en un gueto? ¿Cómo sabe la pantomima del placer a la sombra
del exterminio? Eso no es placer, es desesperación y la desesperación se combate con amor. Aunque sea el
amor del cuerpo. Siempre que sea amor de verdad. El amor de verdad da más de lo que recibe. Siempre. Si ese
es mi delito, en las catacumbas del gueto. Aceptar dinero que no me servía de nada y practicar el amor de
forma que daba más yo de lo que pudiera recibir. Entonces me declaro culpable, pero no soy culpable.
Ya me llamaban estafador antes. Tengo mi pasado en mi contra, pero qué judío no tiene su pasado en contra.
Yo ni siquiera era rabino, aunque nunca le llevo la contraria al que quiere verme como un rabino. Para qué
perturbar los sueños que dan alegría y esperanza.

Venían a mí. Mira tú por dónde, a mí. ¿Qué iba a hacer yo? Me pedían consejo. Me pedían incluso que les librara
de la deportación. ¿Qué iba a hacer yo? ¿Rechazarlos?

Un célebre sabio jasídico de Viena recibió un día la visita de un enfermo terminal. Los médicos de Viena le
daban por perdido y el hombre presa del pánico acude al rabino. Este le mira y le dice. “Esos médicos vieneses
con sus pamplinas vieneses, no tienen ni idea. No estás tan grave. Al contrario, aún te espera una larga vida”.

El enfermo se calmó y se marchó alegre. Una semana más tarde murió. Los amigos estaban furiosos. Fueron a
por el rabino, lo querían matar. “¡Cómo pudo afirmar que este hombre estaba mejorando! Tenía tuberculosis
terminal, lo veía hasta un niño de pecho”. Entonces el rabino los sienta y les dice: “Pasó sus últimos días con
alegría en lugar de pánico. ¿Hay regalo más grande que un hombre le pueda dar a otro?”.

El judío errante en deportación o “Así nos hicimos jasídicos todos”. (6)

Párrafo en lengua judía.

Reíd y bailad, verdugos


Que nosotros aguantamos
Hasta el trabajo más duro
¿Barrer? Vale, barremos.
Mas mientras estéis aquí
Barrer no tiene sentido
Pues nunca quedará limpio

Jasídicos, alegraos

14
porque ya no falta mucho.
Con paciencia y esperanza,
tomad las cosas como vienen.

Cantan las tres Gracias: la chica por reconstruir, la artista de la muerte y la


madre fallida.

¿Qué es la mujer? (las tres juntas)

La prueba tenebrosa y maloliente


que el hombre puede odiar eternamente,
paraíso vulnerado e hiriente
que él nunca dejará completamente.

¿Qué es la mujer?
¿Quién es la mujer?

La indefensa generadora de traición


con que el hombre se emborracha ávidamente,
el amparo despiadado y sin corazón
que él jamás comprenderá completamente.
¿Qué es la mujer?

¿Quién es la mujer?
¿Cómo es la mujer?

La mala fe, el sagrado corazón, el dulce dolor


Eso es la mujer
Eso es la mujer
Eso es la mujer

La chica por reconstruir (1)

Devolvedme mi cuerpo, esta vez solamente lo utilizaré para la venganza. Para eso regaladme mi cuerpo tal y
como era. Estaba suficientemente dotada, en la primavera de mi vida, de todo lo que una mujer precisa para la
vida.

Ahora me cuelga y supura, esa dotación. Mira. Miradme a mí y miraos a vosotros mismos. Me desintegro.
Quien, como yo, se cae a cachos y nota que se descompone, solo quiere ser capaz de una cosa, que es: olvidar.

Todas: Olvidar

Solo hay una cosa que no quiero olvidar: mi cuerpo cuando estaba terso. Cuando lucía unos pezones más
sonrosados que la punta del meñique de un crío, rebeldes como la naricita respingona de un bebé. Dos pechos
no mucho más grandes que las manos del aprendiz de Carnicero. Él fue el primero en pesarlos, apenas tenía
catorce años, sus manos olían a carne picada. Aprendió a tartamudear con mis pechos en las manos, “¿p-puede
ser un p-poquito más?”, dijo, sopesándolas con ambas manos como si estuviera en la carnicería cogiendo
pedidos. ¿Y yo? Yo aprendí a jadear, cuando poco después me sopesaba por todas partes, ese conocedor de la
carne de catorce años.

15
Desde entonces siempre me ha parecido bien que fuera un poquito más, siempre más. ¿Por qué dejarse pesar
por dos manos, si en el mundo hay más de seis mil millones de pares de manos disponibles? Y si por eso se
puede cobrar un poquito, ¿qué tiene de vergonzoso?

Hay gente que se gana el pan con la muerte.


Hay gente que se gana el pan con carne picada.

¿Qué es la mujer?
¿Quién es la mujer?
¿Cómo es la mujer?

La artista de la muerte (1)

Quiero morir. Quiero que por fin me dejen morir. Con vistas a dos océanos al mismo tiempo. El hombre debe
atreverse a mirar a los ojos a lo que deja atrás. Pues sino, lo mismo daría no morir.

Y yo quiero poder morir mientras esté sana. Es mi derecho. Conmigo han hecho de todo, todo lo que querían.
Esa es la esencia del oficio, el que puedan hacer contigo todo lo que quieran. Si no aguantas eso, no te metas.
Todas: No te metas
Las mujeres como yo somos la parte de atrás de la cultura. Que desvela más que la delantera. Siempre. Esa es la
esencia del porno y de la política: la parte de atrás desvela más que la delantera. Siempre.
¿Qué es la mujer?
¿Quien es la mujer?
Yo empecé a los trece. Si lo miras en términos económicos, son cinco o seis años ganados. Si lo miras en
términos filosóficos, también. Aprendes muy temprano a conocer el mundo tal y como es.

Pero ya lo he conocido lo suficiente. Empiezo a caer en la repetición. Y en la repetición de la repetición. Ya está


bien. Quiero morir. Dejadme morir ya. Por fin morir.

¡Ay sí! Sí...


Simplemente quiero morir.

La empresaria capitula. (4)

¿Quién venció a los comunistas, al margen de los propios comunistas? Gente como yo. ¿Acaso debería darme
vergüenza? Ya tan solo nuestro sistema de distribución era muy superior. Y si tienes una distribución mejor,
eres mejor, en cualquier ámbito.

Una sociedad que no es capaz de generar una diversidad de productos finales, por no hablar ya de repartirlos.
Está condenada a morir.

¿Y qué productos, para empezar? El aficionado contestará: el acero. El profano dirá: combustible. Yo digo:
tampones, papel higiénico y detergente. La economía marcha gracias al ama de casa. No hay ideólogo que
tenga esto en cuenta; por eso son ideólogos. Cuando el hombre se aburre, se va a pescar o a jugar al fútbol. La
mujer se va de compras. El estado que es consciente de eso, sobrevive. Cuando una mujer dice: “Necesito
apoyo”, no le respondas: “Léete algo más de Fidel Castro”. No. Tienes que poder decir: “Cómprate un nuevo
sujetador deportivo.” Y ese sujetador tiene que estar disponible. En una tienda. A la vuelta de la esquina. A un
precio competitivo. Solo así se gana la guerra. Aunque sea Fría.

16
¡Y aun así me vomitan!

¿Quiénes fueron los únicos en atreverse a luchar contra el cáncer de nuestra época, la eterna sífilis de nuestro
continente, el nacionalismo? Gente como yo. ¿Debería darme vergüenza?
¡El comercio une a la Humanidad! ¡El comercio es la paz! ¡Una paz transfronteriza! ¡El comercio es la felicidad
nacional bruta a escala mundial!

Nosotros forjamos la paz y los ideólogos la matan a tiros. Y de todos los ideólogos, los más peligrosos son los
nacionalistas. Leed nuestra historia. Una lucha milenaria, guerras de siglos, por una bandera y un himno y la
quimera de una frontera, muros.

¡Yo odio las fronteras! ¡Odio los aduaneros y sus impuestos contra natura! ¡Odio todas las fronteras! ¡El capital
será libre o no será! ¡El capital enjaulado es un peligro! ¡Se convierte en cáncer!

No quiero llegar tan lejos. Yo no seré un cáncer. No he nacido para eso. No soy un cáncer. Soy quien soy. La
heroína de la paz orgánica. ¿Que me vomitan? Pues me retiro. Más vale pájaro en mano. Pájaro y tango. El
bálsamo del tango.

¡Adiós! Me voy a Buenos Aires. ¡Buenos Aires!

¡Aires buenos y tierra saludable!

La chica por reconstruir (2)

¡Quiero recuperar mi cuerpo! Tal y como era. Lo necesito para mi venganza. Si todavía estoy viva, es para la
venganza. Y para eso necesito mi cuerpo tal y como era.

Hay una cosa de la que estoy contenta: todavía están sujetas a mí, estas carnes colgadizas. Así, todo el proceso
de colgamiento es reversible. El único privilegio de esta época es que nuestra nueva ciencia es capaz de eso: de
revertir estos procesos.
¡Ya es posible!

Siempre y cuando que una se desplace a un lugar donde esté permitido. Aquí ya no se permite nada.
Todas: nada
Todo está regulado.
Todas: todo
¿Por qué no podría volver a ser la que fui? ¿Qué tiene de inmoral?¿Por qué el hombre tendría que pedir
permiso para algo así? ¿Y a quién?

La bióloga de células madre en tránsito. (4)

Todo lo que existe, consiste en células. Nuestras células se dividen y se multiplican. Así crecemos en el vientre
materno, así nos recuperamos de las heridas y así nos hacemos mayores: tras una serie de multiplicaciones
nuestras células pierden información. ¿Que nuestras células se degeneran? Nosotros también. Pero las células
de la médula ósea no envejecen si las cultivas de una determinada manera. Eso lo descubrimos por azar.
Utilizando un suero distinto al habitual de origen bovino, pues teníamos miedo a la encefalopatía
espongiforme bovina.
Exactamente. La enfermedad de las vacas locas es la cuna del Hombre Nuevo. ​Gracias al nuevo suero
desarrollamos una célula que no envejece. Esa célula se divide cien veces, pero sigue siendo la misma. Revuelo

17
en el laboratorio. Tratamos de estimular la célula para producir sangre. Pero no se convierte en célula
sanguínea. Se convierte en célula cerebral.
¡Una neurona!
Pero antes habrá que hacer miles de pruebas comparativas. Con células de médula ósea aquí, con células
embrionarias allá. Así vamos construyendo al Hombre Nuevo. Con millones de embriones y un suero que nos
regaló la enfermedad de las vacas locas.
Embriones y vacas locas... Suena terrible pero...

¡El Hombre Nuevo está en camino!


El Hombre Nuevo vivirá el tiempo suficiente para adquirir conocimientos de verdad.
El Hombre Nuevo no olvidará nada.
El Hombre Nuevo no conocerá enfermedades que él mismo no sepa crear o corregir.
El Hombre Nuevo es imprescindible
El Hombre Nuevo es inevitable.
El Hombre Nuevo está en camino.
Si vivo para verlo.

La culpa, el rocío de miel, la hendidura


con que el hombre se empacha tristemente,
secreción, bacalao, cubo de basura
que él prefiere olvidar completamente.
¿Qué es la mujer?
¿Quién es la mujer?
¿Cómo es la mujer?

La artista de la muerte (2)

¿Os diré lo que pienso de la vida? Me esperaba algo más. Y mi impresión es que no soy la única.

¿La vida? La observas un rato, sin darte cuenta ya cumples los setenta y te preguntas: ¿eso es todo?

Pues me decepciona un poco.

Si hay alguien que conoce la vida, es precisamente una puta de más de setenta años. Y esa puta, sin
remordimiento ni histeria alguna firma: me esperaba algo más.

Decenas de miles de hombres con erección han hecho conmigo lo que les daba la gana.

Decenas de miles.

Y ahora yo no puedo hacer con mi cuerpo lo que me da la gana

Miradme.

Todo lo que llaman repulsivo, eso soy yo.

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Ya no soy un ser humano, soy menos que un perro, una puta sin utilidad, una carraca como la que llevaban los
apestados en la Edad Media, la carraca de la vejez, una ofensa a la juventud. Me arrastro por ahí, ya tan solo
con eso despierto el odio.

Y ahora, después de tantos años, por fin sólo pertenezco a mí misma, y me encuentro con esto: que no me
dejan morir. (​Se ríe​) ¡Está prohibido!

¿Pero existe la propiedad, y la “democracia”, y la libertad y la fraternidad, si uno ni siquiera es dueño de su


propio radiante cuerpo maltrecho? Es mío. Dejadme de una puñetera vez morir, por favor...

Quiero por fin estar muerta.

La madre fallida (1)

Y yo me pido un hijo. ¿Por qué no? ¿Por qué no un hijo, después de tantos años? Estoy capacitada. Durante toda
mi vida he ensayado. He visto el amor, lo he saboreado y lo he practicado en todas sus manifestaciones.
¿Quedarte preñada antes de los treinta? Eso es para aficionados. Tengo mis años a favor. Tengo sesenta y ocho.
Conozco mi cuerpo como muy pocos conocen su cuerpo.

Mi cuerpo sí que lo conocen. Más que nada hombres, alguna que otra mujer, de vez en cuando algún
matrimonio. Decenas de miles, o más. Yo os puedo decir: ha habido pocas quejas sobre mi cuerpo. Y todavía
hay pocas.

No quiero presumir, pero... ¿mi cuerpo? ¿Cómo decirlo? Un stradivarius mejora con la edad. (​Sus dos hermanas
se ríen con gusto​.) ¡Claro que sí! Por eso yo me pido un hijo. Por fin estoy preparada. La ciencia también lo está.
¿Por qué no parir hijos, a mis años? Es posible. Se puede, y punto. Vale, aquí no.
Todas: aquí no.
Eso es significativo. Así que me traslado.

¿Qué hay de Shanghái? ¿Qué hay de ir a Surabaya? Pues se va a Shanghái, Surabaya, Singapur... ¡Allá voy! Allá
donde las mujeres pueden parir mientras puedan parir, con o sin ayuda.
Yo me pido un hijo. Tengo derecho. Mientras se pueda, tengo derecho a ese hijo y ese hijo tiene derecho a mí.

¿Qué es la mujer?
¿Quién es la mujer?
¿Cómo es la mujer?

Y ahora quiero un hijo.

De preferencia, un niño.

¿Por qué no?

Y juro por el dios en el que no creo: yo he ensanchado los límites de mi cuerpo lo suficiente, en el preciso lugar
por donde suelen venir los niños. ¿qué coño significa un parto?

Si por cada foto que han hecho de mis partes nobles, con la lente tan pegada que mi suave ardor la empañaba...
O más bien: si por cada diez segundos de videos de masturbación y lubricidad... O más bien: si por cada vez que
un puño engrasado se hacía dueño de mi trasero, hubiera tenido que parir un hijo... un solo hijo por cada puño
engrasado... La mitad de la nación me saludaría con el título más hermoso de la tierra. El de “madre”.

“¡Querida mamá!”

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Dios mío, si ese fuera el criterio... Habría andando por ahí tantos hijos míos como maromos que vinieron a
verme como cliente. ¡Llevo más de cincuenta años ejerciendo esta profesión! Me merezco mi hijo.

De preferencia, un niño.
Se puede, ¿no? . Gracias.

Brave little Belgium/La petite Belgique. (4)

Ein, zwei, ein, zwei, drei! (X3) así desfilaban los topillos adentrándose cada vez más, y cada vez más asustados,
agotados, locos de miedo y como uno de ellos creía que alguien le disparaba empezó a disparar él también. A
diestro y siniestro. Así fue que de repente los topillos se estaban disparando entre ellos.

Decían que éramos nosotros. En medio de la calle, disparaban a todo lo que se movía, le partieron la crisma al
alcalde con las culatas de sus rifles. Entonces los hijos de Goethe y Schiller remataron su castigo. ​Se volvieron
contra la biblioteca universitaria más antigua de Europa, con sus incunables, sus miniaturas medievales, su
colección de Biblias y sus rollos de pergamino. Arrojaron bombas incendiarias a la sala de lectura y los sótanos.
Dispararon nada más verlos a ciudadanos que huían, a perros y palomas, dispararon la noche entera.

Quemaron iglesias y capillas. (gutural) En los sótanos se carbonizaban los refugiados, mientras en kilómetros a
la redonda revoloteaban por el cielo las trizas negras de papel centenario y pergamino abrasado, portadas por
el aire estival y el calor del incendio. En un radio de kilómetros, los campos quedaron cubiertos por una capa
de nieve negra. Eran los nuevos tiempos.

La artista de la muerte (3)

¡Aquí mismo! ¡Aquí! ¡Quiero morir aquí! ¿Por qué tendría que mudarme para poder morir? ¿En breve la gente
tendrá que mudarse para nacer?¿La gente tendrá que mudarse para ser engendrada? ¿En qué tiempos
vivimos? ¿Es esto el progreso? ¿Es esto la liberación? ¿Es esto la globalización?

Bueno, si queréis esperar a la benévola suerte de un accidente de avión, o de una amable bala extraviada... Que
os vaya bien. Si preferís la sorpresa ​de chocaros en un autobús urbano contra una pared y romperos el cuello
del golpe, sin haber podido despediros decentemente de los vuestro... Adelante. Nadie os lo impide. Aguardad,
si no, la ruleta rusa de repentinos ataques e infartos. En medio del restaurante o en el patio de butacas.
Vivimos en una civilización de libre voluntad. Por mi que no quede. Que os vaya muy bien.

¡Aguantad todo lo que queráis!

Pero sin mí. Yo he aguardado lo suficiente. Quiero poder elegir mi muerte, como un regalo. Y os digo una cosa,
por experiencia: el que elige su propio regalo, rara vez se topa con una desilusión.

Por eso quiero una muerte personal. Si al ser humano no le queda una muerte personal, ¿qué le queda? ¿Para
qué ha vivido?

El judío errante en deportación o “Así nos hicimos jasídicos todos”. (7)

Dar alegría al prójimo es lo que da sentido a nuestra vida lo que nos eleva sobre lo ordinario. Nadie en el gueto
esperaba que yo fuera a tener poderes especiales contra los horrores de la guerra. Se acercaban a mí por una
cierta tranquilidad que yo emanaba. No siempre les cobraba. Aunque no tuvieran dinero recibían igualmente
una carta de mi inexistente general prusiano y siempre le dije a todo el mundo que no dieran, digamos, una

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importancia de muerte a esas listas especiales mías. Más valía mantenerse oculto, eso fue lo que les dije una y
otra vez.

La chica por reconstruir (3)

¡Venganza! ¡Dulce venganza! ¡Ciega venganza!


Y para llevar a cabo, ¿cuál es el instrumento mejor? Tu propio cuerpo.

Venganza, ¿sin apostar el propio cuerpo joven? Eso no es venganza, sino una cosa de aficionados. Es a las
mujeres como nosotras a las que hacen las únicas preguntas que importan: ¿qué posturas?, ¿a qué precio? Las
mujeres como nosotras conocemos la economía desde dentro.

En nosotras, no en el estado de la filosofía o la cartelera de conciertos, se mide la civilización. En nosotras y en


la libertad que tenemos. Nosotras somos las patronas de libre comercio. Nosotras somos la base de la
economía nacional. Y la economía nacional es la base de todo.
Tengo sed de venganza. De estos tiempos se pueden decir muchas cosas, pero hay una cosa segura: es una
época dorada para la venganza.

Vivimos en el apogeo del desquite.

La madre fallida (2)

¡Os lo juro! Si por cada diez segundos de video porno hubiera tenido que parir un hijo... Sería la madre de la
mitad de la población.

¿Por qué el insulto más popular en el mundo es motherfucker?

¿De qué viene ese odio? ¿De dónde?

“Motherfucker!”

“Follamadres”, vamos a ver, ¿por qué no? ¿Si se hace con amor? Yo no tendría ningún inconveniente, si mi niño
lo deseara. Todo es posible, siempre que se haga con amor. Y el trauma oportuno en el momento oportuno no
viene nada mal, si uno aspira a ser artista, o funcionario, o rey, o qué sé yo.

Brave little Belgium/La petite Belgique. (5)

Y por su obsesión en castigarnos se retrasaban más todavía, un retraso que según sus expertos bélicos no
podía existir.

El retraso era imposible.


Aún así, los topillos llegaron tarde para sorprender a los franceses por el Somme y se quedaron atascados en el
barro de nuestros pólders, en nuestras aguas bajas, las de Flandes, en nuestro fango, nuestro lodo, que resultó
más resistente que el hormigón de varios metros de grosor de nuestras fortalezas.

Nuestro cieno que asfixiaba a los nuevos tiempos y a las botas de hierro, que descarrilaba sus trenes, que
desajustaba los mecanismos de sus metralletas, que hacía que los topillos sanotes fallecieran estrangulados en
sus garras, nuestro fango, nuestro lodo, que obligaba a los topillos a tumbarse, faltos de vigor, escuchando la
succión de los nuevos tiempos.

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y les corroyó el intestino el único superviviente eterno de este Continente: nuestra rata. Nuestra ratita
almizclera, nuestra bestia del barro, que vio llegar los nuevos tiempos y los vio irse, y que es la única que se
queda, la única que aguarda y lame sus patitas, la única que se queda.

La única que siempre se queda.


Siempre, siempre se queda.

La empresaria capitula. (5)

Personas como yo forjan la paz a escala mundial.


La mayor invención en la historia de la Humanidad es la sociedad anónima.
Nosotros hemos inventado la comunidad, la verdadera comunidad. la que favorece a todos, con la que ya
soñaron los romanos, la communio, la verdadera communio. Esa la realizamos nosotros. Nosotros somos los
comunistas. ¡Nosotros! Somos los verdaderos comunistas: comunistas que se atreven a obtener ganancias, que
se atreven a competir, en provecho del bien común. Realcomunistas. Los únicos comunistas. Los demás son
impostores. Por eso desaparecieron.

Necesitáis a gente como nosotros. Todo el mundo necesita a gente como nosotros. ¡Los únicos comunistas!
Consultad los libros de historia. En cuanto sale a escena la sociedad anónima, la prosperidad aumenta de forma
explosiva. Yo personalmente he creado diez y he sido miembro… miembra… miembro… Ah, ideólogos. He sido
miembro de unos treinta consejos de administración. ¿Acaso debería darme vergüenza?

La sociedad anónima es una persona que existe exclusivamente a nivel jurídico, es una persona mejor, más
fuerte, más pura que nosotros: no se deja distraer por envidias ni prejuicios. Es inmortal, a menos que sus
progenitores lo decidan de otra manera. La sociedad anónima es el hijo que nunca he tenido.

Pecunia non olet. El dinero no huele. No conoce dios ni amo, y así debe ser.

La artista de la muerte (4)

¡Pero bueno! ¿Aquí no me dejan morir? ¡No me digas! ¿No me dejan morir aquí? ¿Es cierto? ¡Jesús! ¿Aquí no
puedo palmarla? ¿De verdad? ¿Tengo que irme a otra parte para diñarla? ¿Es así? ¿En serio?

Atención. Soy puta, tengo respeto por la ley, pero atención... ¡A ver si no voy a poder morir! Ya veremos.

¡Atención!

La chica por reconstruir (4)

¡Devolvedme mi cuerpo tal y como era! No esas filigranas quirúrgicas en la superficie.¿Un arreglo de fachada?
Eso está permitido, al que tenga la pasta para hacerse disecar y ser la mofeta que siempre se deja acariciar, con
cuentas en vez de ojos entre las maquilladas pestañas, un muñeco inflable de deseo falso y vacío.

¡Miradme! Miradnos, a mis hermanas y a mí.

¿Cuál es nuestro papel en esta época que se atreve a llamarse moderna e incluso liberada?
Liberada ¿de qué? En esta Nueva Edad Media del buen decoro, la pulcritud y la pureza de las narices, de la
lucha contra el placer y la abstinencia en nombre de religión y salud ¿Liberada de qué? Una debe tener el

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aspecto de una zorra anoréxica de la alta sociedad, pero será excluida de la vida social en cuando se comporte
como tal. En cuanto el ser humano deja de atreverse a vivir por el amor, ya no merece vivir.

¡Venga, devolvédmelo! Mi joven cuerpo... Si hace falta, con todo el kit de bricolaje. ¡Adelante con la reforma!
Recread la Creación y empezad por mí.

Devolvedme mi cuerpo tal y como era, ¡y más! mi sangre seguirá siendo la misma, haciendo espuma y burbujas
por la cantidad de virus que contiene, (​Se ríe​) ¿Cómo es posible que una enfermedad tan rica tuviera una voz
tan pobre y fea, un nombre tan insípido? A la tuberculosis al menos la solían llamar la “plaga blanca”. ¿Qué es el
sida? Parece la sigla de un organismo gubernamental. ¿No se podría emplear un poquito de poesía? ¿Un
poquito de estilo?

¡Dádmela! ¡Bradabúm!

El judío errante en deportación o “Así nos hicimos jasídicos todos”. (8)

¡Pero seguían viniendo! Con su modestas sumas, sus divisas y sus joyas.

¡A algunos de ellos los salvé! Tengo las cartas de agradecimiento para demostrarlo. Aquí están. ¡Leed las
cartas! Con nombres y apellidos ​(lectura de las cartas).

Como estas hay cientos de muestras de agradecimiento de personas que notifican haber sido salvadas por mí.
Ni una sola fue utilizada ni tan siquiera admitida en mi juicio. No se ajustaban a la campaña destinada a
presentarme como un maníaco sádico. Yo, el extorsionador. Que corría detrás del sexo y el dinero. Un juicio y
una comisión de investigación me condenaron. La sociedad y mi comunidad me vomitaron. Fueron judíos los
que dijeron: “quiso dar un golpe al judaísmo y a través del judaísmo a toda la Humanidad”. Así sea, incluso el
judío necesita a un judío. ¿Qué es el hombre sin chivo expiatorio? Pero en esta idea hay tan poca alegría que
mejor será que la dejemos de lado (versos en lengua judía)​. ¡Bailemos! Hermanos míos, hermanas mías.
¡Cantemos! El sentido de la vida es la vida misma.

La empresaria capitula. (6)

Ya no voy a dejar por más tiempo que me insulten y me amenacen. No me da ninguna vergüenza. Saco mis
conclusiones. Buscaos la vida sin mí, puercos ingratos. Me voy al país de la plata, el país del dinero, le pays de
l’argent, donde todavía se pueden pagar los sueldos, que no es poco.

Me llevo lo mejor y lo más puro que nuestro continente ha procreado jamás, y lo llevo a Buenos Aires, como
ofrenda expiatoria. Tengo ganas de tango, tengo sed de tango, suspiro por el baile en ese nuevo El Dorado, el
tango del dinero y la paz orgánica. ¡Dinero y paz!

Dinero y paz son sinónimos, a los que han puesto música.

El dinero es el papel pautado más bonito que el hombre ha inventado jamás.

Tango:
El dinero es la llave de todas las puertas.
Es benefactor y anónimo.
El dinero es justo, clemente, paciente.
El dinero es más sano que los limones. (hablado)

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Es el mejor invento de nuestra historia.

Rap:
Obediente. Servil.
Sumiso. Afable.
El dinero jamás podría fallarte.
Tu mejor amigo, es comprensivo.
El dinero sí da la felicidad,
¿con qué otra cosa la podrías comprar?
El dinero no tiene precio.

¡El dinero es grande! ¡El dinero es bueno!


El dinero es el dinero. Y yo soy el dinero que… tango.
Yo = dinero.

¿Qué es la mujer?
¿Quién es la mujer?
¿Cómo es la mujer?

La chica por reconstruir (5)

Hay gente que muere por culpa del tabaco. Pues yo prefiero padecer directamente del amor.

Por eso devolvedme mi cuerpo tal y como era. Lo necesito para mi venganza. Me vengaré a través de mi sangre.
Ya tengo mi arma: mi sangre con su cantidad de virus. Pero el envoltorio, el estuche, hay que mejorarlo.
¡Devolvedme mi cuerpo! ¡¡Tal y como era!!

Aunque tenga que viajar hasta Shanghái. Allí es posible, allí está permitido, allí en breve se establecerá la
civilización. ¿Dónde está en Occidente la fe en la ciencia? Ahogada en la histeria. Hundida en su arrogancia.
Castrada por el miedo. El nuevo capítulo de la Humanidad se escribe en Oriente.

En vez de honrar por un solo día más el amor verdadero en esta tierra que me ha engañado, que me ha
defraudado, que se ha desenmascarado como es en realidad: el esfínter de un mundo estéril, loco por la
higiene, donde el más mínimo placer ya es un crimen, donde incluso los besos en público se han convertido en
un delito. Allá donde se adora y se defiende a la virgen, la civilización agoniza.

¡Dádmelo! ¡Mi cuerpo!

Demostraré que no hay un solo hombre -estudioso, creyente o electo- que se resista a sopesar mis jóvenes
pechos, a beber de mi chocho y a lamer mi sangre.

Mi preciosa, feroz y lujuriosa sangre.

La madre fallida (4)

Quiero sentirlo hurgar en mi cuerpo como ningún otro hombre ha podido hurgar jamás en mí. Quiero sentirlo
crecer, a mi hijo, dentro de mí. No importa que me dé patadas.

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Un solo hijo no basta. Ni siquiera unos gemelos bastan. Que sean tres, sextillizos, una docena. Entre barbilla y
chocho dejaré crecer doce pezones, en dos filas, si hace falta. ¿Por qué no, si es posible me largo de aquí para
ser madre, porque ya no quiero más fronteras ni límites. La madre de la antigua Roma era una loba salvaje.

Yo soy esa loba.

Quiero sentir a mis hijos comer, primero dentro de mí y después de mis tetas. Quiero una boca infantil, sin
dientes, que se alimente de mi viejo cuerpo, quiero sentir a un hijo que ha salido de mí beberse mi leche.
Quiero ese hijo. Tengo derecho, mientras se pueda.

¡Quiero ser madre! En cualquier parte del mundo, donde sea posible, ¡donde sea!

Una madre no conoce fronteras para su hijo.

La artista de la muerte (5)

Ya no quiero morir aquí. Me iré a Shanghái. Shanghái es el futuro.

Dejad que la palme allí. Quiero morir en el regazo del futuro. No aquí. Vosotros no os merecéis mis huesos.
Adieu, ma vie! Adieu, mes amours!

¡Deberíamos decirlo todos, todas!

(​Las tres juntas)​ Adieu! Adieu, ma vie! Adieu!

Mira, no soy ninguna filósofa. Pero de vez en cuando leo un libro. Una tiene que hacer algo, en su escaparate,
con un frío que pela, bajo esa bombilla roja, cuando en la tele echan fútbol europeo y no hay ni dios por la calle,
o cuando es Nochebuena y todos los tíos están en su casa celebrándola alrededor de la mesa junto a su propia
esposa e hijo. Y ahí estás tú, más sola que la una, mano sobre mano. ¿Pues qué vas a hacer? Te lees un libro. Me
encanta la historia. Me encanta más la historia a mí que yo a ella. Así he aprendido unas cuantas cosas. No
viajando. No soy tonta. Os voy a decir una cosa sobre esta tierra. Es un continente desgastado. Yo puedo
decirlo. Yo también estoy desgastada. Yo también soy puta. Pero al menos yo soy consciente. Esta tierra está
completamente desgastada y raída. Ya tan solo en el siglo pasado: cien millones de muertos. De vez en cuando
leo un libro. Cien millones de víctimas. Solamente en Europa. ¿Con qué vas a compensar eso? Con el mérito de
que nuestra arquitectura no sea del todo fea. Con que hayamos elevado el arte operístico a alturas inauditas.
Cien millones. Como para ir contando por ahí el rollo de la civilización. ¿Cien millones? Será que no nos
merecemos esta tierra. Será que el problema es la tierra misma. Está desgastada. ¿Que África se evacúa aquí?
Que vengan. Tienen más derecho que nosotros. Nosotros hemos tenido nuestra oportunidad. Y la hemos
desperdiciado.

De vez en cuando leo un libro. ¿Cien millones? Los políticos, artista e intelectuales no lo impidieron. Jugaron un
papel activo. ​¿Quién viola los sueños hasta convertirlos en pesadillas? ¿Quién inventa los sueños y a expensas
de quién? Nunca os fieis de artista e intelectuales. Sé de qué hablo. Los he tenido en mi casa. Los he tenido
dentro de mí. Nunca os fiéis de ellos. Desde luego no de artistas que se lanzan a la política. Guardaos de los
idealistas y los soñadores. Puedo enseñaros las cicatrices, en mi cuerpo. Que se vayan. Que se vayan todos.
Hemos fallado. Tenemos que abandonar esta tierra. Ya no tenemos derecho a ella. Tenemos que aprender a
vagar o a morir. No hay otra alternativa. Sé de qué hablo. De vez en cuando leo un libro​. ​Que me dejen viajar a
Shanghái. Haré que me entierren en el regazo del futuro. ​No tengo que viajar para aprender. Ya solo viajo para
morir, para morir con gloria, por fin morir, morir con esplendor, estirar la pata con grandeza, tumbar mi
hermosa cabeza maltrecha, tocar mi exaltada marcha fúnebre. ¡Quiero viajar, quiero morir!

Shanghái: here I come!

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