P O LÍTICA D E LA I N STA LACIÓ N
Actualmente es habitual homologar el campo del arte
con el mercado del arte, y pensar la obra fundamen
talmente como una mercancía. El hecho de que el arte
funcione en el contexto del mercado artístico y de que
cada obra de arte sea una mercancía es indiscutible;
el tema es que el arte se produce y se exhibe para
aquellos que. no son coleccionistas y que son,. de he
cho, los que constituyen la mayor parte del público
del arte. El típico visitante de una muestra raramente
ve la obra colgada como si fuera una mercancía. Al
mismo tiempo, la cantidad de exhibiciones a gran esca
la -bienales, trienales, Documentas, Manifestas- crece
constantemente. A pesar de la gran cantidad de dine
ro y de energía puesta en estas exhibiciones, ellas no
están hechas fundamentalmente para los compradores
de arte sino para el público, para el visitante anónimo
que probablemente nunca compre una obra. De igual
modo, las ferias de arte, que están hechas explícita
mente para los compradores de arte, se transforman
B                                                                                                               P O L Í T I C A OE L A I N S TA L A C I Ó N
o
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I    cada vez más en acontecimientos públicos, atrayendo                     público y neutral, como una suerte de callecita
s
     así a un espectador con muy poco interés en adquirir          lateral en la que el transeúnte puede ingresar pagando
G    obra o sin posibilidades económicas de hacerlo . Así, el      un a entrada. El movimiento del visitante en el espacio
R    sistema del arte va en camino a transformarse en p arte       de la exhibición es similar al de alguien que camina por
o
y
     de aquella cultura de masas que durante mucho tiempo             calle y observa la arquitectura de las casas que están
s    contempló y analizó a la distancia. El arte se vuelve                lado y al otro . No es casual que Walter Benj amín
     parte de la cultura .de masas, no como fuente de obras               organizado su "Proyecto de los pasajes" alrededor
     que serán comercfa.lizadas en el mercado del arte sino           esta analogía entre el paseante urbano y el visitante
     como práctica de la exhibición, combinada con arqui             una muestra. En este lugar, el cuerpo del observador
     tectura, diseño y moda -tal como lo anticipaban los               '"ª'"'"-� ajeno al arte : el arte tiene lugar frente a sus
     pioneros de la vanguardia, los artistas de la Bauhaus,               a través de un obj eto de arte, una performance o
     los Vkhtemas y otros, ya en los años veinte. Así, el                película. Así, el espacio de la exhibición se concibe
     arte contemporáneo puede entenderse principalmente           como un lugar vacío , neutral y público , una propiedad
     en tanto práctica de la exhibición . Esto significa, entre   simbólica del público . La única función de tal espacio
     otras cosas, que hoy es cada vez más difícil diferenciar     es hacer que los objetos que están ubicados en él sean
"'
     entre dos figuras centrales del mundo del arte contem       fácilmente accesibles a la mirada del visitante .
     poráneo: el artista y el curador.                                  El curador administra este espacio. de exhibición en
o
          La división tradicional del trabajo dentro del siste   nombre del público, como su representante. Por lo tan
     ma del arte estaba clara. Las obras eran producidas por      to, el rol del curador es salvaguardar el carácter público
     los artistas y seleccionadas y exhibidas por los cura       de este espacio y, a la vez, traer las obras a este lugar
     dores. Pero al menos desde Duchamp, esta división del        para hacerlas públicas, accesibles al público . Es obvio
     trabaj o ha colapsado . Hoy ya no hay ninguna diferen       que una obra individual no puede reafirmar su presen
     cia "ontológica" entre producir arte y mostrarlo . En el     cia por sí misma, forzando al espectador a que la mire.
     contexto del arte contemporáneo, hacer arte es mostrar       Carece de la vitalidad, energía y salud para hacerlo. En
     un objeto como arte . Por lo tanto surge esta pregunta:      su origen, parece que la obra de arte está enferma y
     ¿es posible diferenciar el rol del artista y el del cura    desamparada; para verla, los espectadores deben ser
     dor cuando no hay diferencia entre la producción y la        guiados hasta ella como esos visitantes que son llevados
     exhibición estética? Y si lo es, ¿cómo es posible iden      por el personal del hospital a ver a un paciente que está
     tificar esa diferencia? Yo diría que esta distinción es      postrado. No es casualidad que la palabra "curador" esté
     todavía posible . Y me gustaría argumentar a partir del      ligada etimológicamente a "cura": la curaduría es una
     análisis de la diferencia entre la exhibición estándar y     cura. La curaduría cura la incapacidad de la imagen, su
     la instalación artística. Se entiende que una exhibición     incapacidad para exhibirse a sí misma. Por lo tanto, la
     típica es una acumulación de objetos de arte ubicados        práctica de la exhibición es la cura que sana la imagen
     uno junto a otro en un espacio de exhibición, para ser       originalmente enferma, que le da presencia, visibilidad.
     vistos de manera sucesiva. En este caso, el espacio de       Trae la imagen ante los oj os del público y la convierte
     exhibición funciona como una extensión del espacio           en objeto del juicio de ese público. Sin. embargo, uno
8                                                                                                                         P O L Í TICA D E LA I NS T A LACIÓ N
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I    puede decir que la función curatorial es un suplemento,                En el curso de la época moderna, sin embargo, los
5
     en el sentido del pharmakon derridiano: cura la imagen                           comenzaron a afirmar la autonomía del arte,
                                                1
G    y a la vez contribuye a su enferrnedad. El potencial                     , .....� · · ·� v ,.... corno autonomía respecto de la opinión
R    iconoclasta de la cura se dirigió inicialmente sobre los          pública y del gusto del público. Los artistas exigían el
o    antiguos objetos sagrados, presentándolos corno simples            derecho a tornar decisiones soberanas respecto del con
y
5
     objetos artísticos en los espacios de exhibición neutra          tenido y la forma de su trabajo, más allá de cualquier
                                                          2
     les y vacíos, del museo moderno o de la Kunsthalle. De               u,.-....�.,v .. o justificación vis-a-vis del público. Ese de
     hecho son los curadores -incluyendo los curadores de                        les fue concedido pero hasta cierto punto. La li
     los museos- los que originalmente produjeron arte, en                          de crear arte de acuerdo a la propia voluntad
     el sentido moderno de la palabra. Los primeros museos                               no garantiza que el trabajo del artista tarn
     de arte -fundados a fines del xvm y comienzos del xrx y                  sea exhibido en un espacio público. La inclusión
     desarrollados durante el xrx debido a las conquistas co                                    obra en una exhibición pública debe ser, al
     loniales y los saqueos a las culturas no europeas- colec                     potencialmente, públicamente explicada y jus
     cionaban toda suerte de objetos "bellos" y funcionales,                           Aunque el artista, el curador y el crítico son
     usados previamente para rituales religiosos, decoración           libres de argumentar a favor o en contra de la inclu
     de interiores o corno signos de riqueza personal, y los           sión de ciertas obras, cada una de esas explicaciones
     exhibían corno obras de arte, es decir, corno objetos             y justificaciones atenta contra el carácter autónomo y
N
LO   desfuncionalizados y autónomos, montados meramen                 soberano de la libertad artística que el arte modernista
     te para de ser vistos. Todo el arte surge corno diseño,           aspiraba a ganar. Cada discurso que legitima una obra
     ya sea diseño religioso o diseño del poder. En la época           y su inclusión en una exhibición pública corno una más
     moderna, también el diseño precede al arte. Cuando hoy            en el mismo espacio puede ser visto corno un insulto a
     uno mira arte moderno en los museos, se da cuenta de              esa obra. Es por eso que se considera al curador corno
     que lo que está ahí para ser visto corno arte moderno             el que sigue apareciendo entre la obra y el espectador,
     es, antes que nada, una serie de fragmentos de diseño             restándole poder al artista y también al espectador. Por
     desfuncionalizados, diseño de la cultura de masas -des           esta razón, el mercado del arte parece ser más favorable
     de el . mingitorio de Ducharnp hasta las Brillo Boxes de          que el museo o la Kunsthalle al arte moderno y autóno
      Warhol- o diseño utópico que, desde Jugendstill hasta            mo. En el mercado del arte, las obras circulan de mane
      Bauhaus, desde la vanguardia rusa hasta Donald Judd,             ra singular, descontextualizadas, sin curaduría, lo cual
      busca dar forma a la "nueva vida" del porvenir. El arte          aparentemente les da la oportunidad de demostrar, sin
      es diseño que se ha vuelto disfuncional porque la socie         mediación, su origen soberano. El mercado del arte fun
      dad que lo sustentaba ha sufrido un colapso histórico,           ciona de acuerdo con las reglas del potlatch , tal corno
      corno el Imperio Inca o la Rusia soviética.                      las describieron Marcel Mauss y Georges Bataille. La de
                                                                       cisión soberana del artista de hacer una obra más allá
                                                                       de su justificación queda superada por la decisión sobe
     1. Jacques Derrida, La diseminación, Madrid, Fundamentos, 1975.   rana del comprador privado de pagar por esa obra cierta
     2. En alemán: sala de arte o galería. [N. de la T.]               cantidad de dinero, más allá de cualquier comprensión.
B                                                                                                          P O L Í T I C A D E LA I N S TA L A C I Ó N
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I       Ahora bien, la instalación artística no circula sino      es una obra de arte" . Sin embargo, como totalidad, esta
s   que fija todo lo que usualmente circula en nuestra ci        instalación ha sido considerada, con razón, una obra
G   vilización: objetos, textos, películas, etc. Al mismo         de arte. Demuestra una cierta selección, una cadena
R   tiempo, cambia, de manera radical, el rol y la función        de opciones, una lógica de inclusiones y exclusiones y
o   del espacio de exhibición. La instalación opera como          uno puede ver entonces una analogía con una exhibi
y
s   un modo de privatización simbólica del espacio público        ción curada. Pero ese es justamente el punto: aquí, la
    de una exhibición. Puede ser una exhibición estándar         selección y el modo de representación es una prerroga
    y curada pero su espacio está diseñado de acuerdo a          tiva soberana únicamente del artista, está basada ex
    la voluntad soberana de un artista individual que, su       clusivamente en decisiones personales y soberanas que
    puestamente, no tiene que justificar públicamente la         :no necesitan más explicación o justificación. La insta
    selección de los objetos que incluyó o la organización       lación artística es una manera de expandir el dominio
    de la totalidad del espacio de la instalación. Con fre      de los derechos soberanos del artista, desde el objeto
    cuencia se le niega a la instalación el estatuto de una      individual hacia el espacio mismo de la exhibición.
    forma estética específica porque no es obvio a qué me            Esto significa que la instalación artística es un es
    dio pertenece. Los medios artísticos tradicionales se de    pacio en el que la diferencia entre la libertad soberana
    finen por un soporte material específico: tela, mármol       del artista y la libertad institucional del curador se
    o película. El soporte material del medio instalación es     vuelven: inmediatamente visibles. El régimen bajo el
    el espacio mismo. Esto no significa, sin embargo, que        cual opera el arte en nuestra cultura occidental con                             LO
                                                                                                                                                   LO
    la instalación sea de algún modo, "inmaterial" . Por el      temporánea es generalmente concebido como un ré
    contrario, la instalación es lo material par excellence ya   gimen que le otorga libertad al arte. Pero la libertad
    que es espacial y su ser en el espacio es la definición      artística significa algo diferente para el curador y para
    más general del ser material. La instalación transfor       el artista. Como mencioné, el curador -incluyendo el
    ma el espacio público, vacío y neutral, en una obra de       así llamado curador independiente- elige, a fin de
    arte individual e invita al visitan�e a experimentar ese     cuentas, en nombre del público democrático. En rea
    espacio como el espacio holístico y totalizante de la        lidad, para ser responsable con el público, un curador
    obra de arte. Todo lo que se incluya en tal espacio se       no necesita ser parte de una institución fija: él o ella
    vuelve parte de la obra sencillamente porque está ubi       ya es, por definición, una institución . Por lo tanto, el
    cado dentro de él. Aquí la distinción entre el objeto de     curador tiene la obligación de justificar públicamente
    arte y el objeto ordinario se vuelve insignificante. Lo      sus elecciones (y puede ser que no logre hacerlo) . Por
     que, en cambio, se vuelve crucial es la distinción entre    supuesto, se supone que el curador tiene la libertad
    un espacio de instalación mercantilizado y un espacio        de presentar sus razones al público, pero esta liber
    público no mercantilizado. Cuando Marcel Broodthaers         tad para la discusión pública no tiene nada que ver
    presentó su instalación Musée d'Art Modeme, Dépar           con la libertad artística, entendida como la libertad
     tement des Aigles [Museo Moderno, Departamento de           de tomar decisiones artísticas privadas, individuales,
     Águilas] en el Düsseldorf Kunsthalle en 1970, puso un       subjetivas y soberanas más allá de cualquier argumen
    letrero junto a cada cosa exhibida que decía: "Esta no       tación, explicación o justificación. Bajo el régimen de
B                                                                                                          POLÍTICA D E LA I N S TA LACI Ó N
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I
    libertad artística, cada artista tiene el derecho sobe      libertad de producción estética, soberana, incondicio
s   rano de producir arte exclusivamente de acuerdo con          nal y sin responsabilidad pública; y la libertad de la
G   su imaginación. La decisión soberana de hacer arte           curaduría, institucional, condicionada y públicamente
R   de tal o cual manera es generalmente aceptada por la         responsable. Es más, esto implica que la instalación ar
o
y
    sociedad liberal occidental como una razón suficiente        tística -en la que el acto de producción artística coinci
s   para asumir que la práctica del artista es legítima. Por     de con el acto de presentación- se vuelve un excelente
    supuesto, una obra puede ser criticada y rechazada           ámbito de experimentación para revelar y explorar las
    pero solo puede rechazarse como totalidad. No tiene
                                                                 ambigüedades que yacen en el corazón mismo del con
    sentido criticar elecciones particulares, inclusiones o     cépto occidental de libertad. Por eso, en las últimas
    exclusiones hechas por el artista. En este sentido, el      décadas asistimos a la emergencia de proyectos cura
    espacio total de una instalación artística puede recha     foriales innovadores que parecen darle mayor poder al
    zarse por completo. Para volver al ejemplo de Brood        curador para actuar de una manera soberana y autoral.
    thaers : nadie podría criticar al artista por pasar por     y hemos visto la emergencia de prácticas estéticas que
    alto en su instalación tal o cual imagen específica de                plantearse como en colaboración, descentraliza
    tal o cual águila particular.                               da  s, sin autoría, democráticas .
        Puede decirse que en la sociedad occidental la no            Incluso hoy e n día s e considera que la instalación
    ción de libertad es profundamente ambigua, no solo en       artística es una forma que permite al artista democra
    el terreno estético sino también en el político. En occi   tizar su arte, asumir responsabilidad pública, empezar
    dente, se considera que la libertad es la posibilidad de    a actuar en nombre de una cierta comunidad o inclu
    tomar decisiones privadas y soberanas en muchos do         so de la sociedad como totalidad. En este s entido, la
    minios de la práctica social como el consumo personal,      emergencia de la instalación artística parece marcar el
    la inversión del propio dinero, o la libertad para elegir   fin de la afirmación modernista sobre la autonomía y la
    una religión. Pero en otras zonas, especialmente del        soberanía. La decisión del artista de autorizar a la mul
    campo político, se considera a la libertad fundamental     titud de visitantes a entrar en el espacio de la obra se
    mente como libertad de expresión pública garantizada        interpreta como una apertura democrática del espacio
    por la ley -como libertad no soberana, condicional e        cerrado de la obra. Este espacio contenido parece trans
    institucional. Obviamente, las decisiones privadas y so    formarse en una plataforma para la discusión pública,
    beranas de nuestra sociedad están controladas en cierta     la práctica democrática, la comunicación, el trabajo en
    medida por la opinión pública y las instituciones polí     red, la educación y demás. Pero este análisis de la prác
    ticas (todos conocemos el famoso slogan "lo privado es      tica estética de la instalación tiende a pasar por alto el
    político"). Y sin embargo, por otra parte, la discusión     acto simbólico de privatización del espacio público de
    política abierta resulta interrumpida, una y otra vez,      la exhibición que antecede al acto de abrir el espacio
                                                                he mencionado, el espacio de la exhibición estándar es
    por las decisiones privadas y soberanas de los actores      de la instalación a una comunidad de visitantes. Corno
    políticos y manipulada por intereses privados, que así
    privatizan lo político. El artista y el curador encaman,    simbólicamente una propiedad pública y el curador que
    muy conspicuamente, estos dos tipos de libertad: la         lo administra actúa en nombre de la opinión pública.
B                                                                                                                           P O L Í TICA O E LA I N S TA LA CI Ó N
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I    El visitante de la exhibición permanece en su propio           arte para mantener este orden, para patrullar l a fluida
s
                                                                    uno de sus libros (La force des lois / Fuerza de ley) que,
     territorio en tanto dueño simbólico del espacio en el          politeia de los visitantes de la instalación. Con respecto
G    que las obras se ponen a disposición de su mirada y de         al rol de la policía del Estado, Jacques Derrida sugiere en
R    su j uicio. Por el contrario, el espacio de la instalación
o    artística es, simbólicamente, propiedad privada del ar        aunque se espera que la policía solo supervise el funcio
y
s    tista. Al entrar en este espacio, el visitante deja el te     namiento de las leyes, está de hecho involucrada en la
     rritorio público legitimado democráticamente, y entra          creación de las leyes que debería meramente supervisar.
     en un espacio de control autoritario y soberano. El vi        Mantener una ley implica también reinventar perma
     sitante está aquí, en cierto modo, en territorio extran       nentemente esa ley. Derrida trata de mostrar que el acto
     jero, en el exilio. El visitante se vuelve un expatriado       soberano, violento y revolucionario de instalar la ley y
     que debe entregarse a una ley extranj era, a una ley que       cierto orden nunca puede ser completamente borrado
     es sancionada por el artista. Aquí, el artista actúa como      después; ese acto de violencia fundacional puede ser -y
     legislador, como soberano del espacio de la instalación,       será- activado nuevamente. Esto es especialmente obvio
     incluso -y quizás especialmente- si la ley que el artista              en nuestra época de exportación violenta, ins
     le da a la comunidad es una ley democrática.                   tauración y mantenimiento de la democracia. Uno no
"'                                                                                                                                                             "'"'
          Podría decirse que la práctica de la instalación revela   debe olvidar que el espacio de la instalación es movible.
     el acto de violencia soberana e incondicional que inicial     La instalación artística es un no-lugar específico, y pue
00
     mente instaura a cualquier orden democrático. Sabemos          de ser instalado en cualquier parte durante cualquier
     que el orden democrático nunca surge de un modo de            período de tiempo. Y no deberíamos ilusionarnos con
     mocrático; el orden democrático siempre emerge como            que puede haber algo así como un espacio de instala
     resultado de una violenta revolución. Instalar una ley         ción caótico, dadaísta, estilo Fluxus, libre de cualquier
     es romper otra. El primer legislador nunca puede actuar        control. En su famoso tratado Franr;ais, encore un efjort
     de un modo legítimo, instala el orden político pero no         si vous voulez etre républicains [Franceses, un esfuerzo
     pertenece a él. Permanece externo a ese orden incluso si       rnás si queréis ser republicanos],3 el Marqués de Sade
     decide luego entregarse a él. El autor de una instalación      presenta una visión de una sociedad perfectamente libre
     artística es también ese legislador que le da a la comuni     que ha abolido todas las leyes existentes e instalado
     dad de visitantes el espacio para constituirse a sí misma      solamente una: todo el mundo debe hacer lo que quiera,
     y que define las reglas a las que esa comunidad deberá         incluso cometer crímenes de cualquier tipo. Lo que es
     someterse, pero lo hace sin pertenecer a esa comunidad,        especialmente interesante es cómo, al mismo tiempo,
     permaneciendo exterior a ella. Y esto sigue siendo cierto      Sade marca la necesidad de hacer aplicar la leyr para
     incluso si el artista decide integrarse a la comunidad que     prevenir los intentos reaccionarios de algunos ciudada
     ha creado. Este segundo paso no debería conducirnos a          nos tradicionalistas que quieren volver al viejo estado
     pasar por alto el primero, el de la soberanía. No debe        represivo en el que se protege la familia y se prohíbe el
     ría olvidarse que después de iniciar cierto orden, cierta
     politeia, cierta comunidad de visitantes, el artista que
     produjo la instalación debe apoyarse en la institución         3. Marqués de Sade, L_a filosofía en el tocador, Barcelona, Tusquets, 1988.
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      crimen. Por lo tanto, también necesitamos que la policía              previa que les dé recuerdos comunes y sin em-
s
      defienda los delitos contra la reaccionaria nostalgia por           constituyen una comunidad. Estas comunidades
G    el viejo orden moral.                                                      a las de los viajeros de un tren o de un
R         Y aun así, el acto violento de constituir una comu             Para decirlo de otro modo : estas comunidades
o    nidad organizada democráticamente no debería ser in         son radicalmente contemporáneas -más que las comu
y
s    terpretado en contradicción con su naturaleza democrá                 religiosas, políticas o laborales. Todas las co
     tica. La libertad soberana es evidentemente no-demo                      tradicionales se basan en la premisa de que
     crática, y por eso también parece ser antidemocrática.            miembros están vinculados, desde el comienzo, a
     Sin embargo -incluso si pareciera paradójico a primera             que surge del pasado : una lengua común, una fe
     vista-, la .libertad soberana es una precondición necesa        común, una historia p olítica o una crianza compar
     ria. para la emergencia de cualquier orden democrático.             Tales comunidades tienden a establecer barreras
     Nuevamente, la práctica de la instalación es un buen                sí mismas y los extraños con los que no compar
     ejemplo . de esta regla. La típica muestra de arte deja           un pasado común.
     solo al visitante individual, permitiéndole confrontar            La cultura de. masas, por el contrario , crea comu
     y contemplar personalmente los objetos de arte exhi         nidades más allá de cualquier pasado en común (son
     bidos. Al moverse de un objeto a otro , ese visitante        un nuevo tipo de comunidades no-condicionadas) y
     individual necesariamente pasa por alto la totalidad         esto revela su inmenso potencial para la moderniza
o
\O   del espacio de la exhibición, incluyendo su propia po       ción -algo que frecuentemente es pasado por alto. Sin
     sición en él. Una instalación estética, por el contrario,    embargo , la cultura de masas en sí no puede concebir
     construye una comunidad de espectadores justamente           ni desplegar completamente este potencial p orque las
     debido al carácter holístico, unificador del espacio de      comunidades que crea no tienen suficiente conciencia
     la instalación. El verdadero visitante de una instalación    de sí mismas como tales. Puede decirse lo mismo so
     de arte no es un individuo aislado sino una colectividad     bre las masas que circulan en los típicos espacios de
     de visitantes. El espacio de arte como tal, solo puede       las galerías de arte y los museos contemporáneos. Fre
     ser percibido por una masa -una multitud, si se quiere      cuentemente se dice que el museo es elitista. Siempre
     que. se vuelve parte . de la muestra para cada visitante     me asombró esta opinión, tan en contra de mi propia
     individual y viceversa.                                      experiencia como parte de la masa de visitantes que
          Hay una dimensión de la cultura masiva, habitual       circula constantemente por las exhibiciones y las salas
     mente pasada por alto, que se vuelve especialmente           de los museos. Cualquiera que alguna vez haya pres
     evidente en el contexto del arte . Un concierto de músi     tado atención al estacionamiento de un museo o haya
     ca pop o la proyección de una película crea comunidad        tratado de. dejar un abrigo en el guardarropas de un
     entre su público. Los miembros de estas comunidades          museo, o haya ido al baño en un museo tiene. sufi
     transitorias no se conocen entre sí; la estructura de la     cientes razones para dudar del carácter elitista de esta
     comunidad es accidental; no es claro de dónde vienen         institución ( en especial en el caso de museos
     y a dónde van sus miembros, que tienen poco para             consideran particularmente elitistas como . el
     decirse, carecen de una identidad compartida o de una        litan Museum o. el MoMA en Nueva York) .
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I   del turismo global convierte esa afirmación sobre el          ción retira una copia de un espacio no marcado, abierto
s
    carácter elitista que alguna vez pudiera haber tenido         y de circulación anónima y la coloca -aunque sea tem
G   el museo en una presunción ridícula. Y si este flujo          poraria mente- en un contexto cerrado, fijo y estable,
R   evita una muestra en particular, su curador no estará        en el contexto de un topológicamente bien definido
o   del todo contento, no se sentirá elitista sino decep         "a quí y ahora". Nuestra condición contemporánea no
y
s   cionado por no haber logrado llegar a las masas. Pero        puede reducirse a "la pérdida del aura" de la circulación
    esas masas no se piensan a sí mismas como tales, no           de la copia alejada de su "aquí y ahora", tal como lo
    constituyen ningún tipo de politeia . La perspectiva del      describe el famoso ensayo de Benjamin "La obra de arte
                                                                                                                4
    que va a un concierto de pop o del que va al cine está       en la época de su reproductibilidad técnica". Más bien,
    demasiado bien dirigida -hacia el escenario o hacia la       la época contemporánea organiza un complejo juego
    pantalla- como para permitirle percibir y reflexionar        de dislocaciones y recolocaciones, de deterritorializa
    adecuadamente sobre el espacio en el que se encuentra        ciones y reterritorializaciones, de de-auratizaciones y
    o acerca de la comunidad a la que se integra. Este es el     re-auratizaciones.
    tipo de reflexión que provoca el arte contemporáneo de            Benjamin compartía la creencia del arte modernis
    avanzada, ya sea una instalación o un proyecto curato       ta elevado, en un contexto único y normativo para el
    rial experimental. La separación espacial relativa que       arte. Bajo este presupuesto, perder su contexto único
    provee el espacio de la instalación no supone un giro        y original implica para una obra perder su aura para
    fuera del mundo sino más bien una deslocalización y          siempre, volverse ella misma una copia de sí. Re-aura
    una desterritorialización de las comunidades transito       tizar una obra particular requeriría la sacralización del
    rias de la cultura de masas, de un modo tal que las ayu     espacio completo -topológicamente indeterminado- de
    da a reflexionar sobre sus propias condiciones y les da      la circulación masiva de la copia, proyecto totalitario y
    la oportunidad de • exhibirse ellas mismas para sí mis      fascista. Este es el principal problema que puede encon
    mas. El espacio de arte contemporáneo es un espacio          trarse en el pensamiento benjaminiano: percibe el espa
    en el que las multitudes se pueden ver y autocelebrar,       cio de la circulación masiva de la copia -y la circulación
    como Dios o los reyes lo hicieron en tiempos previos         masiva en general- como un espacio universal, neutral
    en las iglesias y en los palacios (Museum Photog raphs       y homogéneo. Insiste en la recognoscibilidad visual de
    de Thomas Struth captura muy bien esta dimensión del         la identidad de la copia ·como tal según el modo en que
    museo, esta emergencia y disolución de las comunida         circula en nuestra cultura contemporánea. Pero ambos
    des transicionales) .                                        presupuestos del texto de Benjamín son cuestionables.
         Lo que la instalación le ofrece a la multitud, fluida   En el marco de la cultura contemporánea, una imagen
    y móvil, es un aura de aquí y ahora. La instalación es,      circula permanentemente de un medio a otro y de un
    sobre todo, una versión en clave de cultura de masas de      contexto cerrado a otro contexto cerrado. Por ejemplo,
    la jléinerie individual tal como la describió Benjamin, y
    por lo tanto, un lugar para la emergencia del aura, para
    la "iluminación profana". En general, la instalación         4. Walter Benjarnin, "La obra de arte en la época de su reproductibilidad
    opera como el reverso de la reproducción. La instala-        técnica", fluminacion�s. Discursos interrumpidos I, Madrid, Taurus, 1989;
                                                                                                          P O L Í T I C A D E LA I N S TA L A C I Ó N
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I   un fragmento de película puede pasarse en un cine y           por la reproducción. Al circular en varios contextos,
s   después convertirse a formato digital y aparecer en la        una copia se vuelve una serie de originales diferentes.
G   página web de alguien, o mostrarse durante una con           Cada cambio de contexto, cada cambio de medio pue
R   ferencia, o ser mirado por un particular en el televisor     de interpretarse como una negación del estatuto de la
o   del living, o ubicarse en el contexto de una instalación     copia como copia, en tanto ruptura esencial, nuevo co
y   en el museo. Así, a través de diferentes contextos y         mienzo que abre un nuevo futuro. En este sentido, una
s                                                                 co pia nunca es realmente una copia; sino más bien un
    medios, este fragmento de película es transformado por
    diferentes lenguajes, distintos tipos de software, dife     nuevo original en un nuevo contexto. Cada copia es en
    rentes cortes de pantalla, diferentes ubicaciones en el      sí misma un jla.neur experimentando, una y otra vez,
    espacio de una instalación, etc. En todos esos momen        su propia "iluminación profana" que lo convierte en
    tos, ¿estamos frente al mismo fragmento fílmico? ¿Es         original. Pierde las antiguas auras y gana auras nuevas.
    la misma copia de la misma copia del mismo original?         Es, quizás, la misma copia pero se transforma en dife
    La topología de las redes de comunicación, generación,       rentes originales. Esto muestra que el proyecto posmo
    traducción y distribución de las imágenes es extremada      derno -inspirado por Benjamin- que reflexiona sobre
    mente heterogénea. Las imágenes son constantemente           el carácter repetitivo, iterativo y reproductivo de una
     transformadas, reescritas, reeditadas y reprogramadas       imagen es tan paradójico como el proyecto moderno
     en tanto circulan por esas redes, y alteradas visualmen    de reconocer lo original y lo nuevo. Esta es también la
     te en cada instancia. El estatuto de copia se vuelve una    razón por la cual el arte moderno tiende a parecer muy
     convención cultural cotidiana así como ocurría antes        nuevo incluso si -o mejor, porque- se dirige contra
     con el estatuto del original. Benjamin sugiere que la       la noción de lo nuevo. Nuestra decisión de reconocer
     nueva tecnología es capaz de producir copias con ma        cierta imagen o bien como original o bien como copia
     yor fidelidad al original cuando, de hecho, ocurre lo       depende del contexto, de la escena en la que se toma
     contrario. La tecnología contemporánea piensa en ge        esta decisión. Esta decisión es siempre una decisión
     neraciones y en transmitir grandes volúmenes de infor      contemporánea; no pertenece al pasado ni al futuro
     mación desde una generación de hardware y software a        sino al presente. Y esta decisión es también siempre
     la siguiente. La noción metafórica de "generación" tal      soberana. De hecho, la instalación es un espacio para
     como se usa hoy en el contexto de la tecnología es espe    tal decisión donde emerge el "aquí y ahora" y tiene
     cialmente reveladora. Donde hay generaciones, también       lugar la iluminación profana de las masas.
     hay conflictos edípicos generacionales. Todos nosotros           Por lo tanto, uno puede decir que la práctica de
     sabemos lo que significa trasmitir cierta herencia cultu   la. instalación demuestra la dependencia de cualquier
      ral desde una generación de estudiantes a otra.            espacio democrático -en el que las masas o las mul
          Somos incapaces de estabilizar la copia como co       titudes se revelan a sí mismas para sí mismas- de las
      pia, así como somos incapaces de estabilizar el original   decisiones privadas y soberanas del artista en tanto
      como original. No hay copias eternas tal como no hay       legislador de ese espacio. Esto era algo bien conocido
      originales eternos. La reproducción está tan infectada     por los pensadores de la antigua Grecia, tal como lo
      por la originalidad como la originalidad está infectada    era para los que iniciaron las primeras revoluciones
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I      democráticas . Pero recientemente este saber quedó, de            el verdadero espacio social que la gente loca tiene
s      algún modo, suprimido por el discurso político domi               en día. Es bien sabido también que la élite política
G      nante . Especialmente a partir de Foucault, tendemos a                   v uu . .... u es p arte de la cultura de la farándula
R      identificar el p o der con entidades, estructuras, reglas
o
                                                                              es decir que es exterior a la sociedad que rige.
y
       y protocolos impersonales . Sin embargo, esta fijación              élite es global, extra-democrática, trans-estatal,
s      en los mecanismos impersonales del p o der nos condu                    a cualquier comunidad organizada democrá
       ce a pasar por alto la importancia de decisiones indi                      p aradigmáticamente privada y, de hecho,
       viduales y soberanas y acciones que tienen lugar en                                      loca, insana.
       espacios privados y heterotópicos (para usar otro tér            Ahora, estas reflexiones no deberían ser malinter
       mino introducido por Foucault) . Así, el poder moderno                    como una crítica que hago a la instalación
       y democrático tiene oríg enes meta-sociales, meta-pú                forma estética, a p artir de demostrar su carácter
       blicos, heterotópicos . Como se mencionó, el artista que                   El obj etivo del arte, después de todo, no es
       diseña cierto espacio de instalación es un extranjero                   las cosas ( de todas maneras las cosas van cam
       respecto de ese espacio; es heterotópico respecto de                   por sí mismas todo el tiempo ) . La función del
       ese espacio . Pero el que está afuera no es necesaria              es, en cambio, mostrar, hacer visibles realidades
"'"'
       mente alguien que tiene que ser incluido para tener               generalmente se pasan por alto . Al asumir una res-
       algún poder. Hay p o der en la exclusión, y especial                          estética de una manera muy explícita, por
                                                                       . u � � · ·· � y· �
       mente en la autoexclusión. El que está excluido pue                  del diseño del espacio de la instalación, el artis
       de ser poderoso justamente porque no es controlado              revela la dimensión soberana y oculta del orden con
       por la sociedad; tampoco queda limitado en sus ac                           democrático que la política, en la mayoría
       ciones soberanas por alguna discusión pública o por              los casos, trata de esconder. El espacio de la insta
       alguna necesidad de autojustificación pública. Y sería                es donde estamos inmediatamente confrontados
       un error pensar que este tipo de poderosa exterioridad             el carácter ambiguo de la noción contemporánea
       puede ser completamente eliminada a través del pro             liberad que funciona en nuestras democracias como
       greso moderno y de las revoluciones democráticas . El             tensión entre libertad soberana e institucional. La
       progreso es racional. Pero no por casualidad, nuestra                       artística es así un espacio de develación
       cultura supone que el artista está loco, o al menos         ( en el sentido heideggeriano) del poder heterotópico y
       está obsesionado. Foucault pensó que los curanderos,        soberano que se esconde detrás de la oscura transpa
       brujos y profetas ya no tenían un lugar prominente                    del orden democrático.
       en nuestra sociedad y se volvieron figuras excluidas,
       confinadas a las clínicas psiquiátricas . Pero nuestra
       cultura es, fundamentalmente, una cultura de la fama,
       y uno no puede volverse famoso sin estar loco ( o al
       menos pretender estarlo) . Obviamente, Foucault leyó
       demasiados libros científicos y solo unas pocas revistas
       de chimentos, porque en ese caso hubiera sabido cuál