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Sistema Hematopoyético/fisiopatología

El documento describe el sistema hematopoyético, que produce la sangre en la médula ósea. Incluye las células que componen la sangre (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas) y sus funciones. También explica el proceso de hematopoyesis, donde las células madre en la médula ósea se dividen y diferencian para formar las diferentes células sanguíneas a través de la maduración celular. Finalmente, cubre algunas condiciones fisiopatológicas como el tromboembolis
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Sistema Hematopoyético/fisiopatología

El documento describe el sistema hematopoyético, que produce la sangre en la médula ósea. Incluye las células que componen la sangre (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas) y sus funciones. También explica el proceso de hematopoyesis, donde las células madre en la médula ósea se dividen y diferencian para formar las diferentes células sanguíneas a través de la maduración celular. Finalmente, cubre algunas condiciones fisiopatológicas como el tromboembolis
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[Sistema]

HEMATOPOYÉTICO

 Anatomía y Fisiología del sistema Hematopoyetico.


¿Qué
-Es un conjunto de células de la médula ósea, sangre y sistema linfoide. Las células
sanguíneas producidas en la médula ósea se forman como células madre. Una célula
madre (o célula hematopoyética) constituye la fase inicial de todas las células sanguíneas.
A medida que las células madre maduran, se desarrollan varias células distintas, como
glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
-El sistema hematopoyético (Hema= Sangre. Poyesis= producción o fabricación) Es el
sistema encargado de la producción de la sangre y de retirar las células viejas o
defectuosas para reemplazarlas por nuevas.

Hematopoyesis
La hematopoyesis o hemopoyesis es el proceso de formación, desarrollo y maduración de
los elementos de la sangre a partir de un precursor celular común e indiferenciado
conocido como célula madre hematopoyética multipotente, unidad formadora de clones,
hemocitoblasto o stem cell.
Componentes de la sangre.
La sangre es un tejido líquido, compuesto por
agua y sustancias orgánicas e inorgánicas (sales
minerales) que forman el plasma sanguíneo y tres
tipos de elementos formes o células sanguíneas.
 Glóbulos rojos o eritrocito.
 Glóbulos blancos o leucocitos.
 Plaquetas o trombocitos.
Plasma sanguíneo: Es el componente liquido de la sangre en el que están suspendidos
los glóbulos rojos, los leucocitos y las plaquetas. Está formado en 90% por agua y en
10% por otras sustancias como azucares, proteínas, grasas y sales minerales necesarias
para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
Gló bulos rojos. Conocidos también como hematíes. Son el componente más
abundante de la sangre, Tienen forma de esfera hueca y aplanada en ambos extremos, y
contienen una sustancia rica en hierro denominada hemoglobina encargada de transportar
el oxígeno. Los eritrocitos deben ser de 4,5 millones por milímetro cúbico en los hombres
y de 4 a 5,5 millones en la mujer.
Gló bulos blancos. Conocidos también como leucocitos. Estos tienen un tamaño
mayor que los glóbulos rojos y, normalmente, inferiores en cantidad. Cumplen la función
de defender al cuerpo de los microorganismos infecciosos mediante mecanismos de
limpieza (fagocitos) y de defensa (linfocitos). Un número normal de glóbulos blancos es
de 4,500 a 11,000 células por milímetro cúbico.
Existen tres tipos de glóbulos blancos: granulocitos, monocitos y linfocitos. Cada
tipo tiene una función importante.
Existen 3 subtipos de granulocitos:
 Los neutrófilos. Ayudan a combatir las infecciones bacterianas y micóticas.
 Los basófilos. Contienen sustancias que facilitan la puesta en marcha del proceso
inflamatorio.
 Los eosinófilos. Ayudan a combatir las infecciones causadas por parásitos.
Los monocitos descomponen los organismos extraños y las células moribundas y los
eliminan del cuerpo.
Los linfocitos conforman el sistema inmunitario. Los dos tipos principales de linfocitos
son:
 Los linfocitos B (células B). protegen al cuerpo contra gérmenes invasores al
desarrollarse (madurar) para formar células plasmáticas, que producen proteínas
llamadas anticuerpos. Estos anticuerpos se adhieren a los gérmenes (bacteria, virus
y hongos), lo que ayuda a los otros glóbulos blancos llamados granulocitos a
reconocerlos y destruirlos.
 Los linfocitos T (células T). pueden reconocer las células infectadas por virus y
destruirlas directamente. También ayudan a regular el sistema inmunitario.
Plaquetas: Conocidos también como trombocitos.
Son los cuerpos más pequeños de los componentes
de la sangre (2 a 5 μm), de forma discoide,
anucleados, con una vida media de 10 días. Su
función es permitir la coagulación (hemostasis).

¿Dó nde se Produce la sangre?


La mayoría de las células sanguíneas se fabrican en
la médula ósea. Se están haciendo y reemplazando
constantemente. La duración de una célula sanguínea
antes de ser reemplazada se denomina “período de
vida”. En el interior de la médula ósea, las células
madre sanguíneas se dividen y maduran para formar
nuevas células sanguíneas. Durante este proceso, las células se desarrollan en linfocitos o
en otras células productoras de sangre.
La médula ósea es la porción suave interior de algunos huesos (en la vida adulta la
hematopoyesis se da principalmente en: cráneo, esternón, costillas, hueso iliaco y las
terminaciones de los huesos de los miembros superiores e inferiores). La médula ósea se
compone de:
 Un pequeño número de células madre de la sangre
 Células productoras de sangre más maduras
 Células adiposas
 Tejidos de soporte que ayudan a las células a crecer
No obstante, esta localización sufre variaciones con la edad. En el recién nacido, casi la
totalidad de los huesos contienen médula ósea, que se va localizando con el transcurso de
los años en las áreas antes señaladas. Otros órganos, como el hígado y el bazo, pueden
alojar la hematopoyesis en determinadas enfermedades o situaciones de “emergencia”.

Células madre y producció n de células sanguíneas


Por muy distinta forma y función que puedan tener las células que forman la sangre,
todas ellas derivan de una célula común que se aloja en la médula ósea. Es la llamada

célula madre, célula stem o célula hematopoyética. Esta célula madre, mediante un
proceso de proliferación, maduración y diferenciación simultánea, va a dar origen a
multitud de células finales. En un proceso posterior, esas células maduras abandonan la
médula ósea para incorporarse a la sangre. Otra capacidad de la célula madre es la
autoperpetuación. De esta forma, siempre quedan en la médula ósea células madre
capaces de regenerar la sangre y la propia médula ósea.
Una característica de las células madre es que se dividen de manera asimétrica. Esto

significa que una célula hija sigue siendo una célula madre del mismo tipo, mientras que
la otra célula hija adquiere una nueva identidad. En el caso de las células madre
hematopoyéticas, que se encuentran en la médula ósea, una célula hija sigue siendo una
célula madre hematopoyética, mientras que la otra se convertirá en un tipo diferente de
célula madre: una célula madre mieloide o una célula madre linfoide.
Las células madre mieloides y linfoides también se dividen de manera asimétrica: las
células hijas no madres generan los tipos de células maduras de la sangre. Las células
madre mieloides dan lugar a los glóbulos rojos, las plaquetas y algunos tipos de glóbulos
blancos, mientras que las células madre linfoides dan lugar a los tipos de glóbulos
blancos clasificados como linfocitos.
Las células madre hematopoyéticas, mieloides y linfoides se dividen durante toda la vida
de una persona, y así generan nuevas células para sustituir a las más antiguas y
desgastadas.

 Fisiopatología del sistema Hematopoyetico.


Tromboembolismo venoso
El tromboembolismo venoso (TEV) es una afección que ocurre cuando se forma un
coágulo de sangre en una vena. A veces, una TEV ocurre sin que haya ningún signo
evidente, lo cual puede dificultar el diagnóstico. Las causas del tromboembolismo venoso
(TEV) ocurre en las venas que llevan sangre al corazón. Los coágulos de sangre pueden
aparecer en venas dañadas por cirugía o traumatismo, o pueden aparecer como resultado
de una inflamación causada por una infección o una lesión
La TVP (Trombosis venosa profunda) es el tipo más frecuente de tromboembolismo
venoso (TEV). Se produce cuando se forma un coágulo de sangre en una vena profunda,
generalmente en la parte inferior de la pierna, el muslo o la pelvis. Las TVP también
pueden ocurrir en los brazos, en especial si hay una vía central intravenosa de gran
tamaño colocada en la vena.
Síntomas de la TVP
Tal vez observe estos síntomas de TVP alrededor de la zona de un coágulo de sangre en
la pierna:
 Hinchazón
 Dolor o sensibilidad
 Calambres, molestia o aumento del calor
 Piel enrojecida o con cambio de color
Puede producirse una TVP si el flujo de sangre disminuye en las venas profundas del
cuerpo, si algo daña el recubrimiento de los vasos sanguíneos o si la composición de la
sangre cambia de forma tal que facilita la formación de coágulos. Son muchos los
factores que pueden aumentar la probabilidad de formación de coágulos de sangre en las
venas profundas de las piernas.
- Edad: La TVP puede ocurrir a cualquier edad, pero su riesgo aumenta a medida que
envejecemos.
- Antecedentes familiares: Algunos genes que heredados pueden aumentar la
probabilidad de desarrollar coágulos de sangre.
- No moverse por períodos prolongados: La TVP puede aparecer durante un vuelo
largo o cuando una persona debe permanecer en reposo en la cama en una
institución u hospital o después de una cirugía.
- Afecciones médicas: Un trastorno de coagulación de la sangre, enfermedades
inmunitarias, como el lupus, problemas cardíacos, entre otros.
- Sexo: Las mujeres en edad fértil tienen más probabilidades que los hombres de
desarrollar coágulos de sangre. La probabilidad es mayor en mujeres embarazadas
y en las que tomar pastillas anticonceptivas o reciben terapia hormonal

Trastornos hemorrá gicos


Los trastornos hemorrágicos son afecciones infrecuentes que afectan la forma en que el
cuerpo controla la coagulación. Si la sangre no coagula normalmente, posiblemente
experimente problemas por sangrado excesivo después de una lesión o cirugía.
Las causas de los trastornos hemorrágicos van desde Los genes u otras causas, como
afecciones médicas o medicamentos, pueden causar trastornos hemorrágicos. En
ocasiones, es posible que no se conozca la causa. Cualquier problema que afecte la
función o la cantidad de los factores de coagulación o de las plaquetas puede producir un
trastorno hemorrágico. Los Trastornos hemorrágicos pueden ser adquiridos o
hereditarios.
Los signos y síntomas de los trastornos hemorrágicos pueden incluir:
 Sangre en la orina o las heces
 Sangrado excesivo que no se detiene al aplicar presión y que puede comenzar
espontáneamente.
 Moretones frecuentes y grandes
 Sangrado abundante después del parto
 Sangrado menstrual abundante, que incluye el sangrado menstrual que con
frecuencia dura más de siete días o que requiere cambiar las toallitas sanitarias o los
tampones más de una vez por hora
 Petequias, o sangrado debajo de la piel que causan puntos diminutos de color
violeta, rojo o marrón
 Enrojecimiento, tumefacción, rigidez o dolor por el sangrado en los músculos o las
articulaciones, que es particularmente frecuente en la hemofilia hereditaria
 Sangrado por el muñón umbilical que dura más que lo habitual en los recién
nacidos (alrededor de 1 o 2 semanas después de que se cortó el cordón umbilical) o
que no se detiene

Anemias
Se entiende por anemia la disminución de la concentración sanguínea de hemoglobina,
independientemente de la cifra de eritrocitos. La hemoglobina es una proteína que se
encuentra principalmente dentro de los glóbulos rojos (es la que les confiere ese color) y
tiene como función principal la de unir el oxígeno y transportarlo a los diferentes tejidos
del organismo. Por ende Si tiene anemia, el cuerpo no obtiene suficiente cantidad de
sangre rica en oxígeno. Y la falta de oxígeno puede hacer que se sienta cansado o débil.
Los niveles de hemoglobina varían con la edad, si bien se considera anemia cuando la
concentración de hemoglobina es inferior a 13 g/dl en el caso de varones adultos, e
inferior a 12 g/dl en mujeres adultas.
Clasificación.
Se suelen utilizar dos parámetros para la clasificación de las anemias:
1. El tamaño de los hematíes (según el volumen corpuscular medio): pueden ser de
tamaño pequeño (anemia microcítica), de tamaño normal (anemia normocítica), o
de tamaño grande (anemia macrocítica).
2. La capacidad de regeneración de la médula ósea (aumento de reticulocitos –
glóbulos rojos inmaduros– en sangre): si la médula ósea incrementa la producción
de precursores de la serie roja (anemia regenerativa), o no (anemia arregenerativa).

- Anemia ferropénica
El hierro forma parte de la estructura de la hemoglobina, por lo que su déficit condiciona
una disminución en la producción de la misma, esto es, una anemia ferropénica. La
ferropenia es la causa más frecuente de anemia. Sin el hierro necesario, el organismo no
puede producir una cantidad suficiente de hemoglobina, sustancia presente en los
glóbulos rojos que les permite transportar oxígeno.
El desarrollo de una anemia ferropénica es progresivo, siendo precedida por una fase de
ferropenia (que se manifiesta por un descenso de los niveles de ferritina) sin anemia. El
origen de la anemia ferropénica puede deberse básicamente a:
• Aporte inadecuado: dieta insuficiente, malabsorción.
• Aumento de los requerimientos: período de crecimiento (infancia y adolescencia),
embarazo, lactancia.
• Aumento de las pérdidas: principalmente pérdidas hemorrágicas a cualquier nivel (lo
más frecuente, el sangrado crónico gastrointestinal en varones, y las pérdidas
ginecológicas en mujeres).
La sintomatología de la anemia ferropénica incluye los síntomas generales del síndrome
anémico:

Fatiga Manos y pies fríos


Debilidad Dolores de cabeza
Piel pálida o amarillenta Latidos del corazón irregulares
Dolor en el pecho Dificultad para respirar
si Mareos o aturdimiento bien
su
instauración es generalmente lenta, y por otro lado una sintomatología más específica,
como:
 Fragilidad capilar o ungueal
 Coiloniquia (uñas en cuchara)
 Estomatitis angular o la pagofagia (necesidad de ingerir hielo compulsivamente).
 Antojos inusuales de sustancias no nutritivas, como hielo, tierra o almidón.

- Anemia megaloblástica
La anemia megaloblástica se debe a la existencia de un déficit de vitamina B12 o de
ácido fólico, y toma su nombre de la presencia de células precursoras sanguíneas de gran
tamaño en la médula ósea y en la sangre periférica (aumento del VCM), ya que la
vitamina B12 y los folatos son imprescindibles para una adecuada división celular.
La anemia por deficiencia de vitaminas puede ocurrir si no se ingiere suficientes
alimentos que contengan folato y vitamina B-12, o si el cuerpo tiene problemas para
absorber o procesar estas vitaminas. Las causas de los niveles bajos de vitamina B-12
pueden ser las siguientes:
 Alimentación. La vitamina B-12 se encuentra principalmente en la carne, los huevos y
la leche, por lo que las personas que no comen estos tipos de alimentos podrían
necesitar tomar suplementos de vitamina B-12.
 Anemia perniciosa. Esta afección se da cuando el sistema inmunitario del organismo
ataca las células del estómago que producen una sustancia que se llama factor
intrínseco. Sin esta sustancia, la vitamina B-12 no puede absorberse en los intestinos.
 Cirugías gástricas. Si se extirparon quirúrgicamente partes del estómago o de los
intestinos, esto puede reducir la cantidad de factor intrínseco producido y la cantidad
de espacio disponible para que se absorba la vitamina B-12.
 Problemas intestinales. La enfermedad de Crohn y la enfermedad celíaca pueden
interferir con la absorción de la vitamina B-12
Los síntomas por lo general se desarrollan lentamente durante varios meses o años. Los
signos y síntomas pueden ser sutiles en un principio, pero suelen aumentar a medida que
la deficiencia empeora. Estos incluyen los síntomas generales de la anemia pero también
pueden incluir:
 Pérdida de peso
 Entumecimiento u hormigueo en las manos y los pies
 Debilidad muscular
 Cambios en la personalidad
 Movimientos inestables
 Confusión mental u olvido

- Anemia aplásica
La anemia aplásica tiene su origen en la disminución del tejido hematopoyético de la
médula ósea, con la consiguiente disminución de los elementos formes en la sangre
circulante. Existen formas congénitas (por ejemplo: anemia de Fanconi, eritroblastopenia
selectiva de Blackfan-Diamond) y adquiridas. La anemia aplásica es una afección rara y
grave, que puede desarrollarse a cualquier edad. Puede ocurrir repentinamente, o puede
aparecer lentamente y empeorar con el tiempo. Puede ser leve o grave. Las causas que
pueden provocar la existencia de una aplasia medular incluyen:
 Radiaciones
 Tóxicos (benzol, insecticidas, etc.)
 Medicamentos (citostáticos, cloranfenicol, anti convulsionantes, antiinflamatorios
no esteroideos, etc.)
 Infecciones víricas (virus Epstein-Barr, citomegalovirus, parvovirus B-19,
hepatitis)
 Enfermedades autoinmunes.
Sin embargo, en la mayoría de los casos no es posible identificar una causa,
etiquetándose la aplasia medular como idiopática.
La sintomatología en ocasiones no presenta síntomas. Cuando se presentan, los signos y
síntomas pueden comprender los síntomas generales de la anemia y también los
siguientes:
 Piel pálida
 Infecciones frecuentes o prolongadas
 Hematomas sin causa aparente o que aparecen con facilidad
 Sangrados nasales o de encías
 Sangrado prolongado por cortes
 Erupción cutánea
La anemia aplásica puede durar poco o volverse crónica. Puede ser grave e incluso
mortal.

- Anemias hemolíticas
Se denomina hemólisis a la destrucción de los hematíes, ya sea en el interior del torrente
circulatorio (hemólisis intravascular) o fuera, principalmente en el bazo (hemólisis
extravascular). Cuando la destrucción ocurre a un ritmo superior a la capacidad medular
de regeneración, se desarrolla una anemia.
Ciertas afecciones pueden causar que la hemólisis ocurra demasiado rápido o con
demasiada frecuencia, incluidas las siguientes:
 Afecciones autoinmunes
 Falla de médula ósea
 Complicaciones de transfusiones de sangre
 Infecciones
 Afecciones sanguíneas heredados como anemia drepanocítica o talasemia
 Algunos medicamentos
La sintomatología dependerá en gran medida del grado de anemia y de la forma de
instauración, aguda o crónica. Aparte de la sintomatología general del síndrome anémico,
suele asociarse con frecuencia:
 Ictericia, por aumento de la bilirrubina
 Emisión de orinas oscuras (en el caso de las intravasculares)
 Aumento del tamaño del bazo
 Dolor abdominal.

- Talasemia
Es un trastorno sanguíneo hereditario que hace que el cuerpo tenga menos hemoglobina
de lo normal. La talasemia puede causar anemia, lo que hace sentir con fatiga. Se produce
a consecuencia de un defecto en los genes que controlan la producción de los dos
componentes de la hemoglobina, las globinas alfa y beta.
En la talasemia leve, es posible que no se necesite tratamiento. Pero las formas más
graves podrían requerir transfusiones de sangre regulares. Puedes tomar medidas para
lidiar con la fatiga, como elegir una dieta saludable y hacer ejercicio regularmente.
La sintomatología dependerá del tipo de talasemia y la severidad de la afección. Se
pueden incluir los siguientes:
 Deformidades óseas faciales
 Crecimiento lento
 Hinchazón abdominal
 Orina oscura
Alfa-talasemia
Cuatro genes están implicados en la formación de la cadena de hemoglobina alfa. Se dos
de cada uno de los padres. Si se hereda:
 Un gen mutado, no se tendrá signos o síntomas de talasemia. Pero es portador de la
enfermedad y puede transmitirla a sus hijos.
 Dos genes mutados, los signos y síntomas de talasemia serán leves. Esta afección
podría llamarse característica de alfa-talasemia.
 Tres genes mutados, los signos y síntomas serán de moderados a severos.
 Cuatro genes mutados, es poco frecuente y suele dar lugar a la muerte fetal o
intrauterina. Los bebés que nacen con esta afección a menudo mueren poco después
del nacimiento o requieren terapia transfusional de por vida. En casos poco comunes,
un niño nacido con esta afección puede ser tratado con transfusiones y un trasplante de
células progenitora.
Betatalasemia
Dos genes están implicados en la formación de la cadena de hemoglobina beta. Se recibe
uno de cada uno de los padres. Si se hereda:
 Un gen mutado, se tendrá signos y síntomas leves. Esta afección se denomina
talasemia menor o beta talasemia.
 Dos genes mutados, los signos y síntomas serán de moderados a graves. Esta
afección se denomina talasemia mayor o anemia de Cooley. Los bebés que nacen
con dos genes defectuosos de betahemoglobina generalmente son saludables al
nacer, pero desarrollan signos y síntomas dentro de los primeros dos años de vida.
Una forma más leve, llamada talasemia intermedia, también puede resultar de dos
genes mutados.

Leucemias
Las leucemias son un grupo de enfermedades tumorales de las células encargadas de la
producción de la sangre, que se caracterizan por un reemplazo difuso de la sangre, la
médula ósea y en otros tejidos hematopoyéticos. Las manifestaciones de la enfermedad
aparecen progresivamente debido a la disminución de las células sanguíneas normales y a
la ocupación de órganos por las células atípicas de la leucemia. Los síntomas más
frecuentes consisten en anemia, tendencia hemorrágica (debida sobre todo a la
disminución de las plaquetas) e infecciones.
La causa de las leucemias es desconocida, aunque algunos casos se han asociado a
radiaciones, a la exposición a ciertos agentes químicos como el benzol o determinados
medicamentos antineoplásicos, y a algunas infecciones virales. Asimismo, entre los
factores endógenos, los factores genéticos tienen importancia, como lo demuestra la
mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad el hermano gemelo de un paciente
leucémico.
Clasificación
Las leucemias se clasifican en varios grupos atendiendo a la velocidad a la que progresa
la enfermedad (agudas y crónicas), y al grado de madurez de las células afectadas. Dentro
de las leucemias agudas existen dos grandes grupos, dependiendo del tipo de célula que
prolifera (leucemia linfoblástica si la célula neoplásica tiene un origen en los precursores
de linfocitos, o leucemia mieloblástica si la célula neoplásica tiene el origen en los
precursores granulocíticos). En cada uno de estos dos grandes grupos se diferencian
varios subtipos de leucemias, con diferentes pronósticos entre ellos. La leucemia aguda
linfoblástica es más frecuente en los niños que en los adultos. Sin embargo, las leucemias
agudas mieloblásticas son más frecuentes conforme aumenta la edad. Las leucemias
crónicas tienen una progresión más lenta y se caracterizan por una producción
desmesurada de leucocitos maduros e inmaduros (blastos).

- Leucemia mieloide crónica.


Este grupo de enfermedades se caracteriza por presentar una proliferación clonal de la
célula madre hematopoyética que afecta a las tres series (leucocitos, eritrocitos y
plaquetas). En concreto la LMC se caracteriza por un aumento predominante de la serie
granulocítica, encargada de la producción de los leucocitos. La edad de presentación se
sitúa entre la tercera y la sexta décadas de la vida, siendo una enfermedad rara en niños y
ancianos.
La LMC no tiene una causa definida, aunque algunos casos se han relacionado con la
exposición a radiaciones o determinados productos químicos.
Manifestaciones clínicas.
Se distinguen tres fases diferentes en la evolución de la LMC: crónica, acelerada y crisis
blástica. La fase inicial, de varios años de duración, cursa inicialmente con escasas

manifestaciones clínicas. Conforme evoluciona en el tiempo, se produce una paulatina


aparición de:
 Astenia
 Anorexia
 Pérdida de peso
 Molestias en la zona izquierda del abdomen, con sensación de digestiones pesadas,
producidas por el gran aumento de tamaño del bazo, que puede comprimir el
estómago y otros órganos abdominales.
La fase de aceleración, de pocos meses de duración, cursa con síntomas sistémicos más
pronunciados, al tiempo que aumenta la proporción de elementos inmaduros en la sangre
y en la médula ósea.
Se denomina crisis blástica al período final en el que se observa una transformación hacia
una leucemia aguda.
- Leucemia linfática crónica
La leucemia linfática crónica (LLC) es una enfermedad caracterizada por presentar un
acúmulo de linfocitos en la sangre, médula ósea, ganglios linfáticos, hígado y bazo. En su
forma típica, está constituida por linfocitos de pequeño tamaño de aspecto maduro.
Parece que el acúmulo de estas células no es secundario a un aumento de su producción,
como ocurre en muchas enfermedades tumorales, sino a que estos linfocitos atípicos
tienen una vida media más larga. Afecta sobre todo a personas de sexo masculino por
encima de 60 años, y su incidencia aumenta conforme aumenta la edad. La causa de la
leucemia linfática crónica todavía no está esclarecida. Así como en otras leucemias existe
una relación clara con radiaciones o sustancias químicas capaces de inducir su desarrollo,
en la leucemia linfática crónica no se ha podido demostrar esta relación.
Manifestaciones clínicas
Muchas veces la enfermedad no produce síntomas y es detectada de forma casual
mediante unos análisis de rutina. Al realizar el contaje diferencial leucocitario en el
hemograma se observa un aumento importante en el número de linfocitos. Cuando la
enfermedad produce síntomas, con frecuencia el paciente presenta:
 Fiebre
 Ganglios aumentados de tamaño (adenopatías)
 Astenia
 Sudoración profusa de predominio nocturno
 Pérdida de apetito

- Leucemia aguda linfoblástica


Al igual que ocurría con la LAM, las leucemias agudas linfoblásticas (LAL) consisten en
la proliferación incontrolada de células hematopoyéticas inmaduras en la médula ósea. Su
progresiva acumulación produce una disminución de los leucocitos, hematíes y plaquetas.
Estas células inmaduras se denominan linfoblastos, ya que son las células precursoras de
los linfocitos.
La LAL es una entidad que afecta con frecuencia a los niños, aunque no son exclusivas
de esta edad. Nuevamente, el origen de la enfermedad se desconoce, pero existen algunos
factores asociados a su desarrollo: radiaciones, productos químicos, medicamentos,
factores genéticos, virus, etc. Las manifestaciones clínicas de la LAL son bastante
semejantes a las comentadas para la LAM, si bien en el caso de las leucemias
linfoblásticas es más frecuente encontrar afectación del sistema nervioso central

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