[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (0 votos)
128 vistas7 páginas

Charla Piedad

Este documento presenta tres herramientas para mejorar la vida espiritual y fortalecer la relación con Dios: piedad, estudio y acción. La piedad se define como la unión interior con Cristo y se compara con las raíces de una planta. Se discuten formas auténticas y falsas de piedad. El estudio y la acción también se exploran como medios para profundizar la fe.

Cargado por

Lu Gaffet
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
128 vistas7 páginas

Charla Piedad

Este documento presenta tres herramientas para mejorar la vida espiritual y fortalecer la relación con Dios: piedad, estudio y acción. La piedad se define como la unión interior con Cristo y se compara con las raíces de una planta. Se discuten formas auténticas y falsas de piedad. El estudio y la acción también se exploran como medios para profundizar la fe.

Cargado por

Lu Gaffet
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 7

Piedad, estudio y acción

Introducción (10 min)

Como vimos en la charla del Ideal y sabiendo que los seres humanos somos los únicos capaces
de querer algo, proponernos objetivos y hacer todo lo necesario para alcanzarlo. Y también
que debemos tener en nuestra vida un ideal, algo por lo que valga la pena vivir, podemos tener
más claro el panorama sobre lo que queremos para nuestra vida ya que puede suceder que
nunca nos hayamos preguntado qué es lo queremos

Pensemos en eso que queremos conseguir en un mediano o largo plazo, en un objetivo


concreto, algo real, “normal”. Por ejemplo mi objetivo en este año es poder rendir un examen
de inglés. Otras, capaz que tienen como meta casarse o recibirse o elegir la carrera que
quieren estudiar, ganar el torneo de hockey, comprarse algo, cursar tantas materias, etc.
Puede haber tantas metas y objetivos distintos como personas en esta sala.

Seguramente también, todas esas cosas no van a aparecer ni a suceder de un día para otro,
como por arte de magia. No tendría sentido ni nos sentiríamos “orgullosas de nosotras
mismas” si el lunes viene nuestra profesora y nos da el título en la mano, o si se nos aparece
Jesús o nuestra mamá y nos dice que es lo que tenemos que hacer o qué tenemos que estudiar
o que nos levantemos y ya esté todo nuestro casamiento organizado y vayamos al altar sin
ninguna preocupación o nervios. No tendría el mismo valor haber recibido todas esas cosas sin
habernos esforzado para obtenerlo.

Esforzarnos para conseguir lo que sea es algo que vamos a tener que hacer siempre y en todos
los ámbitos de nuestra vida. Hay algo que quiero dejarles bien en claro antes de seguir y que
tiene que ver mucho con este tema: la relación que existe entre lo que queremos alcanzar y el
entrenamiento que tenemos que tener y que es necesario para conseguirlo.

El entrenamiento es fundamental. Y no solo tiene que ver con los deportes, con entrenar toda
la semana para jugar el domingo o para estar en forma. Este entrenamiento tiene que ver con
lo que cada una de nosotras va a hacer para alcanzar una meta. Y repito, es fundamental.

Por ejemplo: si quiero cursar cinco materias, mi entrenamiento estará en armar un plan y
estudiar un poco cada día. Si quiero comprarse tal cosa: tendré que ahorrar. Si quiero rendir mi
examen de inglés, tengo que ir a clases todas las semanas, etc.

Tenemos que entrenarnos, prepararnos. De a poco y siendo constantes. Cada una a su ritmo y
pese a que nos tropecemos y haya días que no entrenemos o nos cueste más. De un día para
otro no vamos a recibirnos, ni ser la mejor novia, hija, amiga, alumna.

Todo esto que vimos, también se aplica a la vida espiritual. A nuestra relación con Dios. Al igual
que en todos los ejemplos anteriores que vimos, ninguna nace sabiendo todo. Todo se
aprende y se mejora. Y lo mismo pasa con nuestra vida espiritual, ser una buena cristiana y
tener una fuerte relación con Dios requiere de esfuerzo y de entrenamiento. Forjar una
amistad con Jesús, al igual que cualquier otra amistad, requiere de cierto entrenamiento.
Como sabemos que es difícil entrenarse y muchas veces no sabemos por dónde empezar, en
esta charla vamos a mostrarles y presentarles tres herramientas para mejorar y crecer en
nuestra vida espiritual y fortalecer y acrecentar nuestro ideal, que como vimos ayer, es la vida
de Gracia.

Estas tres herramientas son: Piedad, estudio y acción. Tienen un orden de prioridad por una
razón:

1° piedad porque nada podemos hacer si no estamos unidas a Cristo

2° estudio: nadie ama lo que no conoce, si no nos formamos nos deformamos

3° acción porque una fe sin obras es una fe muerta

Vamos a relacionar estas tres herramientas, por ejemplo, con una plantita.
Piedad (25 min)

La primera herramienta que vamos a ver es la Piedad. Para eso es fundamental saber qué es,
es decir, definirla. La piedad es la unión interior y total a Cristo, es la relación entre Jesús y yo.
Es por eso que la vemos representada en las raíces de nuestra plantita. Si las raíces no están
unidas y pegadas al suelo, la planta no viviría, se moriría. Capaz que sobrevive algunos días
pero nada más. Del mismo modo, si nuestra vida no está unida a Cristo- no es que vamos a
morirnos- pero no serviría de nada que nos llamemos cristianas, carecería de sentido.

Al igual que las raíces de una planta, esta relación que cada una tiene con Jesús no puede verse
a simple vista. Es algo íntimo entre Jesús y yo. Está en el interior de cada una. Es sumamente
personal. Puede manifestarse de muchas formas, a través de los actos de piedad (los vamos a
ver más adelante) pero nada más.

Definido lo que es la piedad, esta relación/unión total a Cristo, veamos lo que no es la piedad,
es decir, la falsa piedad.

Es una piedad sin esencia. Una piedad poco sincera. Su relación y unión con Jesús no es
auténtica, es falsa.

Confunden la santidad y estar unidas a Jesús con la vida de rodillas o únicamente con ir a Misa
los domingos.

Viven pensando en su salvación, y dándole la espalda a la salvación de los demás. Mucho tiene
que ver lo que nos propone el mundo actualmente, un mundo muy individualista y menos
social y solidario.

Por ejemplo, los que hacen todas prácticas, solo por hacerlo. Las incorporadas a su rutina y ya
se convirtieron en una práctica monótona. Cuando vamos a Misa y estamos más pendientes
de quienes están, de lo que hacen los demás, de cómo están vestidos, criticamos, vamos
porque va tal persona o porque simplemente hay que cumplir y después nos ponemos de
rodillas, haciéndonos creer que tenemos una buena relación con Jesús. Repetimos y repetimos
las oraciones sin saber por qué ni siendo consientes.

Por este retiro han pasado muchísimas chicos con ganas de conocer a Dios y otros con
intereses totalmente distintos de conocerlo. Hay gente que viene porque está de moda
hacerlo o porque todos lo hacen.

La piedad no es una moda sino un modo. Es un modo de vivir siempre y no en los momentos
que yo quiero o en los momentos que me están mirando. No hay que hacer una separación
entre mi vida y la religión.

Seguramente conocemos a este tipo de personas. Seguramente somos o fuimos este tipo de
personas. Pero eso no importa en este momento, lo que realmente nos interesa es la piedad
autentica y genuina.

La auténtica piedad es la unión total a Cristo, es la vida en gracia. Y la vida en gracia, a mí me


gusta definirla como el estado de amistad con Dios. Amistad sincera, desinteresada y de amor.
La auténtica piedad, es también, orientar toda nuestra vida a Dios. No soy una cuando estoy
con mi familia, otra con mis amigos, otra con mi novio y otra acá en el retiro. Soy una sola y
debo comportarme en todos los ámbitos de la misma manera, sin tener miedo de ocultar mi fe
o mis creencias.

No todos vivimos esta unión a Cristo de la misma manera. Así como en los deportes hay
distintos estilos, formaciones, estrategias, etc. Seguramente cada una de nosotras va a vivir y
encontrar la mejor forma de fortalecer su piedad, para estar en gracia todo el tiempo.

¿Pero como hacemos para llevar una vida de gracia? Es difícil, no se logra de un día para otro.
Requiere de nuestra voluntad y de las virtudes. Por eso, la Iglesia propone una serie de medios
para ayudarnos (la piedad no se basa en cumplir o no estos elementos, son solo una ayuda) a
acrecentar nuestra piedad:

- Ofrecimiento de obras y oraciones por la mañana: con esto lo que se pretende es darle
gracias a Dios por el nuevo día que estamos por empezar con el objetivo de ofrecerle
todo lo que vayamos a hacer ese día a Él (sea poco, mucho, lindo, feo). De esta manera
Jesús va a transformar en cosas buenas y lindas todo lo que hagamos y se lo
ofrezcamos.
- Oración (se verá más adelante)
- Misa y comunión: cuando nos invitan a una cena, ¿qué pasaría si solo vamos a la casa
de nuestro amigo y no comemos? ¿Qué pensarían, cómo quedaríamos? Lo mismo
sucede cuando vamos a Misa y no comulgamos.
La Eucaristía es la presencia viva de Jesús, es Él el que se hace presente en ese
momento y en la misa en donde el cielo se hace presente en la tierra.
Fragmentos del libro “La misa, el cielo en la tierra” de Scott Hahn

- Rosario: (hacer referencia a la charla anterior)


- Visitas al Santísimo: cuando pasamos por una Iglesia y no visitamos a nuestro amigo
Jesús
- Dirección espiritual: por parte de un sacerdote nos ayuda a incrementar y acrecentar
las bases de nuestra formación y de nuestra vida espiritual. Nos aconseja, aclara
conceptos y nos hace ver nuestra “evolución”.
No confundir un director espiritual con un psicólogo.
¿Solamente un sacerdote puede ser mi director espiritual? ¿Laica consagrada, monjita?
- Examen de conciencia: para conocernos más a nosotros mismos y a Dios. El hacernos
preguntas profundas nos ayuda también a saber qué cosas, que antes pensamos que
estaban bien, no lo están.

Como dijimos, esto no se logra de un día para otro. Hay que ir paso a paso. No podemos
pretender de un día para otro ir a misa semanal, rezar el rosario y hacer una visita al Santísimo.
De acuerdo a cada una tenemos que ir haciendo las cosas.

Sobre la oración. Orar, rezar es hablar con Dios. En una relación de amistad o en cualquier tipo
de relación lo más importante es la comunicación. Es esencial. En mi relación con Dios pasa lo
mismo, la oración es la forma en que cada una se comunica con Jesús, es el medio de
comunicación a través del cual podemos hablar con Él.
Hay distintas formas de comunicarnos, de rezar, de hablar con Jesús. Existen tres formas de
oración:

- Vocal

- Meditativa

- Contemplativa

Con todo lo que acabamos de ver, nadie puede decir que no sabe rezar. Todas sabemos. Lo
que sí nos puede faltar es un poco de práctica e incluirla en la rutina de cada una.

Cada una debe buscar y encontrar cual es la forma que mejor le resulta para poder siempre
estar en gracia, elegir con cuál, de todas estas herramientas, se siente más cómoda para
mejorar su relación con Jesús.

La clave para que cualquier herramienta sea efectiva es estar en gracia. No es lo mismo rezar o
charlar con alguien estando enojado, que hablar con alguien cuando estamos tranquilos y
somos sinceros. Cuando estamos “peleados” con alguien, no tenemos ganas de visitarlo o de
hacer cosas por esa persona, contarle lo que nos pasa o ir a comer a su casa. Estar en gracia es
fundamental para hacer todo esto y tener una buena relación espiritual con Jesús también.

Hay una frase de Carlo Acutis que me encanta y que viene muy bien para este momento que
dice: “La conversión no es otra cosa que desviar la mirada desde lo bajo hacia lo alto; basta un
simple movimiento de los ojos”

En caso de faltar tiempo:

Otro factor importante y que tenemos que tener cuenta cuando rezamos es tratar de darle un
orden y establecer ciertos grados de importancia.

1. Alabanza a Dios
2. Agradecimiento
3. Pedimos perdón
4. Pedimos por nuestras necesidades
Some people consider that TV advertising directed toward young children (aged two to five)
should not be allowed for many reasons. On the contrary, there are others that think that this
statement is false and those TV advertisings should be permitted.

First, we will see different reasons about those people that believe that TV advertisings should
be allowed. For them it is advantageous because sometimes it helps them to discover what the
new toys and things that their children can play with. Many parents do not know what to buy
for their sons and this type of advertising it is a good and quick way to find out. Also, other
reason to agree is for the companies that manufacture things to young children. These
companies have the right to be able to promote their products. And for this, TV is a good
manner to show different toys because the most of the people watch it.

On the other hand, we have people that think that TV advertisings should not be permitted.
They have many reasons too. For example they consider that sometimes this kind of
advertising is false or misleading for booth parents and children. Usually show things that are
not true in reality like colours, features and size. They say that the companies do that only
because they need to sell. The last reason could be that young children between 2 to 5 years of
age do not have sufficient capacity to choose or to understand what they are seeing.

In conclusion, I consider that TV advertising is good in three cases. First, when it shows things
as they are. Second, when help people to know useful things for children´s development. And
third, when allow companies to sell their products. All of this produces benefits to everyone:
children, companies and parents.

También podría gustarte