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El Evangelio Del Año 2000

Este documento habla sobre las enseñanzas de Jesús actualizadas para los tiempos modernos. Explica conceptos como que la verdad es infinita y que cada persona tiene una parte de la verdad. También dice que Jesús mostró el camino hacia Dios pero que las personas no lo siguieron realmente.
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El Evangelio Del Año 2000

Este documento habla sobre las enseñanzas de Jesús actualizadas para los tiempos modernos. Explica conceptos como que la verdad es infinita y que cada persona tiene una parte de la verdad. También dice que Jesús mostró el camino hacia Dios pero que las personas no lo siguieron realmente.
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Un Regalo del Dr.

Miguel Antonio Ruiz

1
EL EVANGELIO DEL AÑO 2000

"Es dudoso que la tolerancia para con los demás sea tomada en cuenta en estos
días, y mientras nos resistamos a aceptar la idea de que todos los conceptos son
buenos, si son sinceros, jamás seremos capaces de edificar un mundo nuevo".
Serge Raynaud de la Ferriere

© JUPITER EDITORES, C.A.


Miguelacho a Peligro, Edif. Uno Tres Cero, Piso 1, La Candelaria, Caracas. Telfs.: (02)
575.36.84 - 571.72.12 Fax: 572.22.81 Apartado postal 61790 - Chacao 1060 -
Venezuela

ISBN 980-6405-09-9

Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización por escrito de la editorial.

Prologo

Mi verdadero nombre no interesa por cuanto este libro no es producto de mi elabo -


ración. Todas las enseñanzas contenidas aquí me fueron dictadas por los hermanos
superiores. Yo sólo soy un instrumento que se ha tomado el trabajo de editarlas para
que lleguen a todos los hombres de buena voluntad.

Estos escritos son el pensamiento vivo del Divino Maestro. No es fácil comprender
cómo se realiza esta transmisión de conocimientos. Pero puede decirse que desde su
origen en el seno del Maestro, el pensamiento es transmitido como una onda
electromagnética. A lo largo de su camino por el espacio, esta onda es captada por
otros hermanos que actúan como antena retransmisora. Así, este proceso se repite
varias veces, hasta llegar finalmente a quien lo escribe, quien actúa meramente como
un receptor. Soy por lo tanto un instrumento mecánico y nada más. Nada de esto me
pertenece, simplemente cumplo con el trabajo que me fue asignado y mediante el cual
Dios me ha permitido evolucionar más rápidamente.

Profesional es el seudónimo que me identificará de aquí en adelante. Soy y he sido


médico en otras existencias. De allí el nombre con el que me han bautizado ¡os

2
hermanos del espacio. Otros escritos vendrán después de éste para poner al alcance
de todos ¡a Ciencia de Dios.

Espero cumplir con total fidelidad este compromiso contraído con la Humanidad y
con Dios.
No os preocupéis por saber quién soy, porque yo no existo para el mundo. Lo
importante son estas enseñanzas, las cuales han de guiar al hombre en su camino
hacia la Luz Divina.

Agradezco al Padre Infinito el haberme bendecido con esta misión.

La Cuerda y el Rio

Hace ya un tiempo que dicté esta parábola a un discípulo querido y hoy nuevamente
la dicto a este instrumento designado por las Inteligencias Superiores para hacer
llegar al hombre la doctrina necesaria para los tiempos que se viven en el planeta
Tierra. Los hombres han tergiversado todo y con el correr de los siglos la superstición
ha reemplazado a la religión. Por ello se hace necesario una actualización de las
palabras predicadas hace ya 2000 años terrestres.

Estas enseñanzas llegan a este instrumento a través de la colaboración de muchos


hermanos espirituales. El no podría recibir mi pensamiento en forma directa. Por ello
se establecen puentes espirituales. La idea emanada de mi ser es transmitida en
forma de vibración a otros seres espirituales más cercanos al instrumento, quien

a su vez la recibe a través de su guía personal.


Las enseñanzas contenidas en este libro, son las mismas predicadas hace ya veinte
siglos, actualizadas a las necesidades y al estado actual de la comprensión humana.

En su momento, yo lancé una cuerda para que el hombre pudiera cruzar el río que lo
separaba del Reino de Dios. La cuerda quedó tendida, pero pocos fueron los que se
decidieron a » asirse de ella y seguir el mismo camino. Prefirieron glorificarme, cantar
loas e himnos, establecer ceremonias complicadas para perpetuar mi nombre.
Persiguieron a quienes supusieron que eran sus enemigos porque no reverenciaban
mi nombre como ellos decían que debía hacerse, sin detenerse a pensar que muchos
de aquellos a quienes persiguieron, habían tomado la cuerda y cruzado el río aunque

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pronunciaran otro nombre en sus labios. De modo que quienes se llamaron mis
seguidores, en realidad no me siguieron. Pensaron que era suficiente con glorificarme
para tener el camino recorrido. El camino debe recorrerse con el esfuerzo personal.

YO NO SOY EL CAMINO. YO MUESTRO EL CAMINO. Ésta es la sutil diferencia que el


hombre no ha comprendido. No es pronunciando mi nombre como el humano verá a Dios,
sino recorriendo efectivamente ese mismo camino que yo enseñé. No basta con repetir mis
palabras. Mis palabras deben traducirse en acción efectiva y dinámica. Pero pocos son los
hombres que a lo largo de los siglos han recorrido ese camino. Grande ha sido la confusión
causada a la humanidad por quienes tenían la responsabilidad de conducirla por el camino de
Dios. En lugar de ello, la han sumido cada vez más en la ignorancia, el oscurantismo, el
materialismo y han colocado vallas entre mi rebaño y el Padre Celestial. No debe por ello
extrañar que el hombre se haya apartado del camino, por cuanto no encontró la palabra de
consuelo ni quien lo reconfortara en la adversidad ni la respuesta que necesitaba a sus proble-
mas acuciantes.

Los tiempos son llegados, mi vuelta está próxima y para prepararla se han de enseñar estas
verdades al hombre a fin de que despierte de su largo sueño de siglos y por fin se haga la luz
en su mente y en su corazón. Es la Voluntad del Padre que así se haga y así se hará.

La Verdad es Infinita

La Verdad es infinita en todas sus formas, siendo una en su esencia. La Verdad es


demasiado inmensa para que un hombre solo pueda abarcarla en su totalidad. Antes
bien, los hombres justos y sinceros, con el amor en su espíritu, alcanzan a vislumbrar
una porción de esa verdad. Saben y son conscientes de que sólo poseen la verdad en
forma parcial. Tienen conciencia de que eso que saben forma parte de algo mucho
más vasto de lo que pueden comprender. Pero saben que en esencia han alcanzado

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la verdad. Lo que ellos saben, no excluye lo que otros hombres conocen. Cada
porción de humanidad tiene el conocimiento de una porción de la verdad.
Lamentablemente, ocurre que la mayoría de los humanos toman esa porción de la
Verdad como si fuera la única y las demás no existieran. Nadie es dueño de la
Verdad, porque no pertenece a nadie. Sólo Dios es dueño de sí mismo y de la Verdad.
En nombre de esta Verdad que nadie conoce en su totalidad, el hombre emprende las
llamadas "guerras santas" donde se mata al hermano que sustenta otra porción de la
Verdad. Es lo mismo que dos personas que ven cada una de ellas la cara de una
moneda sin ver el anverso o el reverso. Ambas están viendo la misma moneda, pero
ven aspectos diferentes de una misma cosa. Pero no por ello dejan de tener razón en
lo que ven. Simplemente no ven el otro aspecto y por eso sería absurdo negar su
existencia. Pues con la Verdad Divina se sustenta que eso que ha visto es lo único
que existe. Y así, ha querido imponer su verdad a los otros y los otros a él, y de esta
manera, la humanidad se lo ha pasado discutiendo, peleando y matando, por una
Verdad que luego de tanto tiempo ha olvidado en qué consiste. Desconoce su signi-
ficado y por lo tanto actúa sin saber de qué está hablando. Ese es el drama insoluble
hasta el presente donde está sumida la humanidad terrestre. Despertarla, hacer que
comprenda la Verdad en su acepción más simple, es lo que debe hacerse ahora, para
que este planeta pueda salir de las tinieblas que lo envuelven.

QUIEN COMPRENDE NO NECESITA VER

Nunca enseñé la fe ciega. Siempre enseñé y prediqué con sabiduría. Siempre llevé
el conocimiento a todos. Cuando no fue posible que entendieran porque no estaban
preparados, recurrí a las parábolas, porque resultaba mucho más fácil enseñar y
comprender con un cuento. Pero con el tiempo, también las parábolas fueron ter-
giversadas. Quienes las escucharon de mi boca las comprendieron, pero con el correr
de los siglos, su significado oculto se perdió y sólo se quedaron con la letra muerta.
Se perdió el espíritu de la enseñanza y la letra muerta es una enseñanza muerta, sin
vida, que ningún provecho trae.

Cada uno puede interpretar las enseñanzas de las parábolas según su entendimiento
y eso está bien. Pero no está bien, que un hombre imponga su sentido a los demás y
lo acuñe como si fuera la verdad revelada.

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Siempre atendí al nivel de comprensión de quienes me rodeaban. Para cada nivel había una
explicación distinta con complejidad y profundidad variable. Pero la esencia de la Verdad
estaba aún en la explicación más infantil. ¿De qué sirve la fe ciega, si no se comprende de
qué se está hablando? Por el contrario, aquel que comprende no necesita ver. Aquel que
comprende sabe cómo es aunque no vea. Acaso quien estudia, ¿no comprende lo que lee
y sin embargo no ha visto lo que estudia? Pues ese es el sentido de la enseñanza. Quien
comprende no necesita ver. Por eso dije: "Feliz aquel que cree sin ver", porque ha
alcanzado la comprensión, el entendimiento y entonces no necesita ver. Pero esto es
muy distinto a lo que se ha venido enseñando a los hombres, creer sin saber de qué se trata.
Nunca he enseñado esto. Siempre he predicado la fe con sabiduría. Mis enseñanzas se
basaron siempre en dos elementos. El Amor y la Sabiduría.
El planeta no ha de avanzar hasta que el hombre salga de la ignorancia y del egoísmo.
Estas dos lacras son las que entorpecen la evolución humana. Por eso la Verdad será puesta
al alcance del hombre, para que a través de la comprensión conozca su esencia espiritual,
tome conciencia de que es hijo de Dios y que como tal se debe comportar.
Quien comprende, no necesita ver. Quien comprende ha alcanzado la Luz sin ver. Por eso es
feliz aquel que cree sin ver.

LA INUTILIDAD DE LAS CEREMONIAS

Dije y es verdad: Llegará un momento cuando no se adorará más que en espíritu y en


verdad, porque Dios es Espíritu y Verdad. Ese momento ha llegado. Quien
comprende, quien ha llegado a la Luz, quien ha alcanzado el Estado crístico, no
necesita de oraciones, no necesita de ceremonias, no necesita de iglesias, porque
está en comunión con el Padre.

Para recibir estas líneas, no ha sido necesario concurrir a ningún templo o altar. Han
sido recibidas porque la conciencia del instrumento está con Dios. De modo que así
se adora al Padre en espíritu y en verdad.

Los ritos y ceremonias han sido necesarios en algún momento, como las muletas para
el lisiado. Cuando el lisiado puede caminar por sí mismo, abandona las muletas. Ya no
las necesita. Del mismo modo ocurre con los ritos. Quien ha aprendido a caminar solo,

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quien ha aprendido a hablar con Dios, no necesita de ceremonias, ni de ritos, ni de
iglesias.

Estas ceremonias fueron útiles para aquellos que necesitaban tener algo tangible,
algo concreto, algo a qué aferrarse. Pero lamentablemente, como todas las cosas,
ésto también fue tergiversado. Se terminó haciendo una religión de las ceremonias,
que cada vez se hicieron más complicadas.

Yo nunca enseñé ceremonias más allá de explicar algún rito antiguo, para
conocimiento de mis discípulos.

Las ceremonias y las extravagancias son invento de los hombres, no de Dios.

EL ESTADO CRÍSTICO Y LA CRUZ

El Estado Crístico es la salvación y todos pueden llegar a ella. El Estado Crístico es la


unión con la Conciencia Divina. Esto enseñé a los hombres. El Reino de Dios está
aquí, al alcance de todos en su interior. Sólo hace falta quererlo y buscarlo
sinceramente para encontrarlo.

La Cruz, esa bendita Cruz. Los hombres no han entendido nada. Y sin embargo, yo
no enseñé nada nuevo. Todos los que me precedieron enseñaron lo mismo con otras
palabras, de acuerdo al momento evolutivo. Como las enseñanzas provienen de
muchos lados, con distintos idiomas, ceremonias, leyendas y fantasías, entonces dije:
"Tengo otras ovejas que no son de este rebaño". Esto significa que no importa el
signo de su religión. Todos los hombres forman distintos rebaños, pero tienen un solo
pastor.

La Cruz ya estaba en los antiguos misterios. La Cruz representa el triunfo del principio
superior del hombre sobre los inferiores. El triunfo de la Conciencia Divina sobre lo
material. Es la crucifixión de la naturaleza inferior del hombre. Al crucificarme, fui
liberado y me reuní con el Padre. Por esto te digo: "Abrázate a mi Cruz". No tienes
que adorar ninguna cruz de madera. Simplemente acepta tus padecimientos y
sufrimientos con altura. De la crucifixión de tu cuerpo, saldrás renovado en espíritu.
Hombre: crucifica tus debilidades, crucifica tus tentaciones, tus defectos, tus malos
pensamientos, tu egoísmo, tu ignorancia. Ese es el sentido de la Cruz. Crucificar tu
naturaleza egoísta, para dar paso al Amor.

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Todos han de someterse a la crucifixión para alcanzar el Estado Crístico.

EL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Comerás de mi cuerpo y beberás de mi sangre. Esto se remonta a un antiguo rito


iniciático. Ya lo habían hecho anteriormente Abraham y Melchisedec. Ambos
comulgaron bajo la especie del pan y del vino, signo de comunión entre ambos y con
Dios. Por eso he dicho que no enseñé nada nuevo. Eso ya estaba en los ritos
antiguos. Simplemente rescaté esos ritos del olvido y de la exclusividad de unos pocos
para iluminar a mis discípulos. Pero tampoco ellos pudieron comprenderlo
cabalmente. La prueba está que luego se tergiversó todo.

No es mi cuerpo ni mi sangre, sino la materia de Dios, que es la materia de la que


está formado todo el Universo y por ende este planeta también.

Ésta es una ceremonia de invocación. Una invocación a las fuerzas del Universo. Una
invocación a las fuerzas de la Tierra, como parte integrante de ese Universo. Es el
compromiso del iniciado con la Sustancia Divina. En el momento de ingerir el pan,
entra en su cuerpo la sustancia de Dios, la condensación material de la propia
manifestación Divina. La materia de Dios, la materia de la Tierra, ingresa al organismo
del ser preparado. Lo mismo ocurre con la ceremonia del vino. El vino representa el
espíritu Divino. Quiere decir, que el hombre se alimenta del cuerpo de Dios, porque la
Tierra es manifestación de Dios, de El procede, de su aliento creador. El hombre ha
desafiado las leyes de la Naturaleza, ha agredido a su propia Madre, la Madre Tierra,
que le dio su forma física y le provee para su sustento. Por el contrario, en esta
ceremonia, se santificaba, se asumía el compromiso de respetar la Creación Divina y
por lo tanto a la Madre Tierra. La Madre Tierra provee lo necesario para vuestro sustento.
El pan y el vino, mi cuerpo y mi sangre, cuerpo y sangre de Dios, son el sustento vital del
hombre, sustento material y espiritual.

Al comer el pan en la ceremonia, el iniciado se concientiza de que su alimento proviene de


Dios. Por lo mismo, se compromete a respetar y hacer cumplir la Voluntad Divina, sus leyes y a
respetar su orden y su creación. Adquiere la noción de que es hijo de Dios. Dios provee su

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sustento material y espiritual. El pan y el vino. La materia y el espíritu. El vino es el espíritu
Divino, su esencia espiritual pura. El pan es el símbolo de la condensación o materialización de
la energía Divina.

Por esta ceremonia, el iniciado:

1) Se compromete a respetar la Voluntad Divina.

2) Se alimenta de Dios en cuerpo y espíritu.


3) Toma conciencia de que es hijo de Dios en cuerpo y en espíritu.
4) Eleva su conciencia a Dios, comulga con El.
5) Se compromete a respetar sus leyes y por ende, las leyes de la Tierra y de los planos
superiores.
6) Vitaliza su cuerpo y espíritu con la energía vital magnética procedente de la Tierra y del
espacio.
7) Realiza la comunión con sus hermanos, participando todos de una misma voluntad y
aumentando así su poder energético.

Tales son los misterios ocultos en el Santísimo Sacramento.

Aún hoy esto es de difícil comprensión para la mayoría de los hombres. Podrá comprenderse
entonces la dificultad existente cuando se enseñó hace 2000 años atrás. De modo que no
debe llamar la atención que se perdiera su significado oculto durante tanto tiempo. La
humanidad de entonces no estaba en condiciones de comprenderlo. ¿Lo está acaso,
la humanidad de ahora? Muy pocos son quienes están preparados para comprender
cabalmente esta enseñanza. Mas debe hacerse, porque ya no queda tiempo. El
hombre está a punto de destruir su hogar, su Tierra. El afán de poder y riqueza le ha
hecho perder el sentido de responsabilidad y está a punto de cometer un holocausto
mundial. Por eso es necesario apresurar estas enseñanzas, a fin de que el hombre
despierte antes de que sea tarde.

LA LIBERTAD D E PENSAMIENTO

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Es mejor defender la libertad de pensamiento que morir por causa de la religión.
Porque si hay libertad de pensamiento entonces no habrá muerte por causa
religiosa. Morir por causa de la religión es resultado directo de la intolerancia
humana. Demuestra cabalmente el estado de evolución del hombre.
La libertad de pensamiento trae la comprensión, lleva al hombre a descubrir la verdad.
La comprensión lleva al hombre al conocimiento de que todas las religiones en
esencia tienen el mismo concepto. Sustentan la misma verdad con palabras
diferentes. Morir por causa de la religión lleva el riesgo implícito de morir por las ideas
de un hombre o de varios, pero nunca de Dios. Dios no se regocija con la muerte de
los hombres en su nombre. Aquellos que matan en nombre de Dios, cometen un
crimen abominable, que tardarán milenios en pagar. Han existido mártires sinceros
que han muerto por defender la Verdad Divina. Pero muchos han muerto defendiendo
ideologías que nada tienen que ver con lo que he enseñado a los hombres.

Mi lema es: Vive y Sirve. Quien sirve a los demás, a sus hermanos, a la
Humanidad, esté seguro de que cumple con la voluntad de Dios. No se necesita
nada más para estar en el Camino. Vuelvo a decir: YO NO SOY EL CAMINO, YO
MUESTRO EL CAMINO. El Camino es el Amor. Es la Caridad. Es servir a la
Humanidad y NO servirse de la Humanidad.

EL HOMBRE ES ESENCIA DIVINA

El hombre es Esencia Divina, es hijo de Dios en cuerpo y espíritu. Es en espíritu como


ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, mientras su cuerpo es perecedero y
producto de la materia física que le dio vida, de acuerdo a cada planeta en particular.
En este caso, el hombre por su constitución orgánica es hijo de la Tierra, por cuanto
ha sido la Tierra quien proveyó los elementos que lo componen. Por eso se ha dicho
que al polvo volverá. Pero quien volverá al polvo no es más que su envoltorio carnal,
mientras su esencia espiritual volverá al seno del Padre Celestial.

Por su constitución espiritual el hombre es de Dios. Es la propia manifestación Divina.


Es chispa inteligente emanada del Padre Celestial, Creador increado del Universo,
Principio y Causa de todas las causas. Por ello todos los hombres son hermanos, ya que
todos sin distinción son hijos de un mismo Padre. No importan como lo llamen, no importa el

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nombre que se le dé, todos son sus hijos y por lo tanto vela por ellos sin hacer diferencias. Ha
sido el hombre quien ha creado las diferencias, por su ignorancia, por su egoísmo, por su afán
de poder y riqueza, por su deseo incontrolable de supremacía. Nada de esto existe en la
concepción del Padre. Todos los hombres son sus hijos y por lo tanto ama a todos por igual y
sufre cuando uno de sus hijos, por más insignificante y primitivo que sea, es maltratado por sus
hermanos.

Esto es lo que el hombre debe aprender en la hora actual. Todos son hermanos, aunque
hablen distintas lenguas, aunque tengan distintas costumbres, aunque tengan distintas ense-
ñanzas, porque si prestaran atención a lo que cada una de esas enseñanzas dice, verían que
en su esencia todas dicen lo mismo. Todas enseñan la misma Verdad, sólo que dicha con
distintas palabras, expresada en distintos idiomas, dicha por distintas bocas, pero siempre
manifestando una única Verdad. Que el hombre es hijo de Dios y que Dios es único. Es el
Padre Creador de todo lo que el hombre es, de todo lo que siente, ve, oye, toca y respira.

De modo que ésta es la enseñanza primera que debe aprender la Humanidad. El hombre es
Esencia Divina, es hijo de Dios y por consiguiente, todos los hombres son hermanos.

LA PAZ

La Paz debe sentirse en el corazón. Hay muchos que predican la paz pero no toleran
a quienes disienten con ellos. La tolerancia hacia todas las criaturas debe ser perfecta
pero no debe imponerse. El sentimiento verdadero de paz, no puede ser impuesto.
Nace con la evolución. Nace espontáneamente con el Amor. Cuando el Amor reina en
el corazón del hombre, entonces todo es posible. Pero este sentimiento debe ser
sincero. Se debe sentir y experimentar realmente amor a la Humanidad en forma
espontánea. Cuando se ama a la Humanidad, entonces se desea ayudarla.

Quien tiene amor en su corazón es uno con Dios y entonces se cumplirá aquello de
que el Reino de los Cielos está aquí, ahora, en la Tierra.

Los hombres rezan: "Hágase tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo". Pero
esperan que el Padre haga todo. Se conforman con expresar palabras, pero su
corazón piensa otra cosa.

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No es así como se realizará el Reino de Dios en la tierra. En verdad, muy pocos
desean que esto ocurra. El resto sólo repite una fórmula para quedar bien con su
conciencia y espera que ¿el resto se encargue Dios. Es el hombre quien debe llevar a
cabo el Reino de Dios. Es el hombre con su voluntad quien debe reflejar en sus actos
de cada día la voluntad de Dios.

El hombre dice: "Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a


nuestros deudores". Y en verdad os digo: Que Dios perdonará ni más ni menos que
en la medida que lo hacéis vosotros. Todos repiten esta frase mecánicamente, pero
muy pocos la llevan a rabo. En verdad, si el hombre cumpliera con la mitad de lo que
dice, otra sería la situación del planeta pero lamentablemente no es así. Y sin
embargo sería tan sencillo.

De modo que no habrá paz hasta que el hombre no sienta amor espontáneo por sus
semejantes. Y para llegar al amor, el hombre debe primero comprender. El hombre
debe salir de su ignorancia, debe comprender quién es y qué es y entonces, sentirá
amor por la Humanidad.

LA CARIDAD

La Caridad es dar. Es dar con desprendimiento, sin mirar a quién, sin calcular sobre
futuras especulaciones. Es dar sin pensar, espontáneamente, porque se desea dar
realmente. Es necesario un sentimiento profundo de amor, sincero y natural para
sentir esta necesidad de dar. Eso es caridad. Considerar al pecador como un ser
equivocado, en vez de condenarlo. Desear realmente ayudarlo a pesar de sus
ofensas; olvidar los agravios. Eso es caridad. Eso es amor puro y sincero. Sólo
cuando améis a vuestros enemigos, podréis estar seguros de que el amor reina en
vosotros.

Lamentablemente, el hombre confunde cari-dad con limosna. La limosna rebaja al ser


que la brinda. La limosna es desentendimiento. Es dar algo para tranquilizar la
conciencia y que no vuelva a molestar. La limosna es indigna y compromete tanto a
quien la da como a quien la pide. Sólo la verdadera caridad traerá la luz a este mundo.

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LA MUERTE POR VIOLENCIA

Nadie puede destruir la vida, porque es eterna. Pero en verdad, matar es un gran
crimen, porque interrumpe el proceso evolutivo, al ser asesinado, quien mata ya sea a
un hombre o a un animal, interrumpe entonces su esfuerzo por evolucionar y obliga al
ser a recomenzar nuevamente. En verdad, el castigo está en relación no tanto con el
hecho en sí del asesinato, sino del proyecto interrumpido. Cuanto más vidas
dependan del ser asesinado, mayor será la deuda contraída por el victimario. Ni qué
decir cuando la victima es un dirigente, ya sea político, social o religioso, en cuyo
caso, muchos seres dependen de ella y verán alteradas sus existencias por este
hecho. El victimario deberá responder por el perjuicio causado, no sólo para quien
quitó la vida, sino también a aquellos que dependían de él.

Los animales son también seres en evolución. De modo que su muerte a manos del
hombre, también ocasiona una interrupción en su camino hacia la individualización.
También en estos casos, el victimario deberá responder por el perjuicio causado. La
ley divina, establece la deuda a pagar, no sobre el acto criminal en sí solamente, sino
además en base al perjuicio causado al ser en evolución. Y aquellos que matan por
placer y por deporte, deberán responder por la muerte de todos sus hermanos
animales.

Los CRIMINALES

Deberían existir hospitales psíquicos para el tratamiento de los criminales, en lugar de


las cárceles.

A los ojos de Dios, los pecadores son enfermos mentales y como tales hay que
tratarlos. Es verdad que es muy difícil aceptar esto y más aún llevarlo a la práctica.
Pero llegará el día cuando se procederá de esa forma.

Los castigos, los tormentos, el aislamiento de las cárceles, sólo consiguen endurecer
aún más el corazón de estos seres. Debe recordarse que en definitiva son seres de
menor evolución. Es verdad que la sociedad debe defenderse. No puede permitirse

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que un asesino se movilice libremente, ya que constituye un peligro evidente. Pero la
gran mayoría de los criminales, actúan obsesionados por espíritus malignos o de
otros criminales desencarnados, que de esta manera ejecutan su venganza. Por ello,
un hospital, en donde se pudieran efectuar curaciones psíquicas, sería lo más
adecuado para su tratamiento.

Muchos de esos criminales pueden ser recuperados efectivamente, realizando de esta


manera una gran obra, ya que se contribuye a su evolución.

El amor siempre vence. El amor sincero es una fuerza todopoderosa ante la cual
nadie se resiste. El amor es la fuerza misma de Dios. Por eso siempre triunfa. No hay
nada que no pueda conseguirse con amor.

Esto no significa que se inhiba el principio de defensa. En el momento crítico, si no


hay alternativa, el hombre debe defenderse para evitar su muerte física. Dios, no le
pedirá cuenta de ello, si actuó con honestidad y si las circunstancias eran tales que no
le quedaba otra alternativa.

LAS GUERRAS

No hay más que una Ley Suprema, la Ley de la Unidad. Quien busca la victoria busca
la separación. He aquí el porqué de las guerras. Siempre se busca la supremacía. Se
dicen palabras grandilocuentes para justificar estas actitudes. Se dice que se quiere
asegurar la paz. Pero se busca la paz a través de la sumisión de otros pueblos a la
voluntad del más fuerte. Se lucha para imponer la ley de los hombres y no la ley de
Dios. Quien busca la supremacía no piensa en el amor. Piensa en el egoísmo, en su
propio provecho e interés y no en el beneficio de la Humanidad.

El nacionalismo es uno de los sentimientos más funestos, porque en su nombre se


han cometido los crímenes más atroces. En su nombre todo se justifica y quien no es
nacionalista es perseguido como traidor. Sólo la Unidad puede salvar el mundo. Sólo
pensando con un concepto universalista se podrá llegar a la Paz. Y al decir
universalista, me refiero a toda la Creación, a todo el Universo y no a un solo planeta.

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Este mundo, en el estado actual, no ha de avanzar en la conquista del espacio
exterior, por cuanto constituye un peligro para el equilibrio cósmico. El hombre quiere
ahora trasladar sus rencillas a otros mundos. Ni siquiera se le ocurre pensar que esos
mundos están habitados y que no permitirán el afán de conquista terrestre. El hombre
no podrá repetir fuera del planeta lo que ha hecho en sus aventuras terrestres. No
será permitido. Todos los intentos de conquista espacial se verán frustrados más allá
del punto considerado límite para la seguridad cósmica.

Hasta que el sentimiento de Unidad de acatamiento a la Voluntad Divina no se haya


establecido en la Tierra, este planeta no podrá avanzar en la realización de los viajes
interplanetarios. Los humanos deberán poner su casa en orden antes de salir al
mundo exterior.

Solamente con amor y pensando en el beneficio de toda la Humanidad se evitarán las


guerras.

Los SOLDADOS
Quien mata por deber, con la espada en la mano, pero con el Amor en el corazón está libre de
culpa. Pero quien escudándose en el deber mata con venganza o por envidia, sintiendo placer
al hacerlo, deberá responder por sus actos.

Aquellos que han matado en una guerra sin siquiera conocer a su enemigo no tendrán culpas
por ésto. Pero muy distinto es el castigo de aquellos que maltratan y torturan a prisioneros de
guerra indefensos, por puro placer, o parí obtener información. A los ojos de Dios, estos
individuos son criminales y no guerreros
De modo que hay una gran diferencia entre un soldado y un criminal. Hay criminales
disfrazados de soldados dan rienda a su instinto de venganza. No importa lo que dicte la
justicia de los hombres, porque finalmente la justicia de Dios se cumplirá inexorablemente. No
hay atenuantes para quienes, escudándose en el deber, causan sufrimientos a sus hermanos.

En cuanto a los soldados, se encuentran en una situación difícil, no elegida por ellos. Pero aún
dentro de sus obligaciones con las leyes humanas, Dios evaluará su comportamiento en el
campo de batalla. Su culpa no dependerá tanto de las muertes causadas por su mano, sino
de cómo se llevaron a cabo. Si pudieron ser evitadas, se le pedirá cuenta de ello. Si en cambio

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fueron producto de la contienda bélica su responsabilidad será menor, aunque debe saberse
que aún en estos casos se establecen lazos entre victimario y victima que influirán en sus
existencias venideras.

La Justicia de Dios
Si un hombre te hace daño, no le tengas odio y no busques hacerte justicia. Deja que
la justicia llegue de la mano de Dios, la cual aunque tarde, siempre llega. No hay plazo
que no se cumpla. No mires con tus ojos de hombre. Hazlo con tu Conciencia Divina
porque a los ojos de Dios, los acontecimientos se desenvuelven de una manera
totalmente distinta a la humana. La Justicia de Dios llega en el momento preciso y no
cuando lo desea el hombre. Cuando alcances a abarcar con tu mirada el pasado, el
presente y el porvenir, comprenderás cómo se encadenan los hechos. Nada está
disociado, todo está sujeto a la ley de causa y efecto. De modo que aunque padezcas
injusticias, tú sólo deseas la justicia para tí y tu enemigo. Por eso dije: "Si te dan una
bofetada, pon la otra mejilla". No busques hacerte justicia por ti mismo. Confía en
Dios, quien en su infinita sabiduría ha previsto todo. Recuerda: "Bienaventurados los
que tienen hambre y sed de Justicia, porque ellos serán saciados". No tengas
dudas que tu sed será saciada. Deja que se cumpla la voluntad del Padre, porque El
hará Justicia.

EL EGOÍSMO

Para mantener la Paz debe trabajarse por ella y no contra ella. El separatismo originado en d
egoísmo es el causante de las guerras, los dirigentes mienten a sus súbditos con argumentos
nacionalistas de seguridad y libertad para justificar la guerra.

Se aplica a las naciones lo mismo que al hombre individual. Deben compartir sus riquezas con
las menos favorecidas, porque llegará el día cuando los papeles se invertirán y aquellas que
fueron ricas se secarán y aquellas que fueron pobres, heredarán los dones de la tierra. Pero la
Tierra no pertenece a nadie.
Las flores esparcen su aroma porque si, por amor, sin pedir nada a cambio. Los árboles
brindan sus frutos de la misma forma. Solo el hombre pone precio a cosas que no le

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pertenecen, sino que Dios ha puesto en sus manos en custodia, para que aquél que es más
evolucionado, aquél que tiene mayor conocimiento, las administre y provea a las necesidades
de los otros.
Pero el hombre se ha adueñado de riquezas que no le pertenecen, y por lo mismo, le serán
retiradas, cuando sean reclamadas por su legítimo dueño, quien entonces las entregará a
seres más responsables, para que dispongan de ellas con amor y sano criterio.

El Matrimonio
El amor es lo único que puede mantener unido un matrimonio. Pero hablemos del
verdadero amor. La mayoría de las veces se confunde sexualidad con amor. Quien
ama sinceramente a la Humanidad, tiene un amor que le permite sobrellevar las
dificultades normales de la vida como pareja.

Nunca he proclamado la indisolubilidad del vínculo matrimonial. Es una tortura


innecesaria obligar a vivir juntos a dos seres en quienes el amor se ha retirado. No
puede formarse un hogar por decreto.

Antiguamente, no eran necesarias ceremonias ni sacerdotes para consagrar un


matrimonio. Simplemente era suficiente con la voluntad de las partes y la bendición
paterna. Dios sólo otorga su bendición a aquellos que quieren estar juntos. Jamás
interferirá sobre el libre albedrío de los seres.

Pero también es cierto que muchas parejas desavenidas han formulado un


compromiso de llevar adelante esa experiencia, a fin de saldar cuentas de vidas
pasadas. Otras veces, tan sólo uno de ellos ha tomado este compromiso, para ayudar
al otro en alguna situación particular.

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Cuando existe verdadero amor todo es posible. Dios acoge con beneplácito a estos
seres que procuran afirmar sus lazos a pesar de los inconvenientes de la vida física.
Además está la responsabilidad de las criaturas que tienen en custodia.

Pero sólo el amor puede mantener unidos los vínculos matrimoniales.

La Reencarnación

Si un hombre no nace de nuevo, no podrá ver a Dios.

La frase es clara para quien tiene el conocimiento. Es muy simple. El hombre debe
nacer una y otra vez, esto es, debe encarnar a través de existencias sucesivas, para
alcanzar la Luz. Cuando alcance la Luz, es decir, el entendimiento y la conciencia
Divina, entonces verá a Dios, porque él y Dios serán uno.

A través de cada existencia, el hombre irá aprendiendo una lección más, adquirirá una
experiencia más. Y con cada lección aprendida aumentará su comprensión y con la
comprensión llegará a entender que Dios vive en él, que el Reino de los Cielos está en
su interior.

De modo que si no encarna, no puede aprender y si no aprende, no alcanzará la Luz.


no verá a Dios. Por eso está bien dicho. Deberá volver a nacer, si ha de ver a Dios.
Muchos de estos misterios o conocimientos ocultos, han sido establecidos con la
intención de estimular al hombre a desentrañarlos. De esta manera, en la búsqueda
de la aclaratoria de estos misterios, el hombre ha ido progresando.

Algunos seres evolucionados obtienen el reconocimiento por un acto de iluminación.


Pero como ésto requiere haber comprendido primero y luego haber visto, pocos son
los que han podido lograrlo. La mayoría ha necesitado ver primero, para después
poder comprender. No obstante, todos los caminos son válidos en tanto y en cuanto
se recorran con amor y haciendo el bien. Filósofos, poetas y científicos, con su me-
todología, han puesto al alcance de los hombres una serie de conocimientos que
indefectiblemente los llevarán a Dios. Han elegido un camino largo, pero en definitiva
llegarán. Y la ciencia comprobará por sí misma la existencia de Dios y entonces

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se comprenderá que ciencia y religión deben ir juntas y que una no debe negar a
la otra.

LOS CAMINOS DIFERENTES

La diversidad de caminos existe por la distinta idiosincrasia de los pueblos. Cada


camino atrae a personas diferentes y eso está bien.

Cada uno necesita distintos estímulos y caminos para recorrer. Todo es válido
siempre que el camino se recorra con el sentimiento de amor en el corazón, sin
egoísmo, pensando en hacer el bien a los demás. Si la Verdad Divina es infinita, fácil
es comprender entonces que los caminos para buscarla sean infinitos. De modo que
no debe invalidarse un camino porque sea diferente a los demás y viceversa, no
deben invalidarse los demás porque sean diferentes al que recorre la mayoría. Cada
camino tiene una particularidad, cada uno trae un conocimiento distinto, pero no por
ello menos cierto. Finalmente, todos los caminos llevan a un mismo punto en donde
han de encontrarse. Llegados a ese punto, quienes recorrieron los distintos caminos
intercambiarán sus impresiones incrementando de esta manera el conocimiento de
Dios.

Así es como se llega a la Verdad. Por eso, a lo largo de la historia de la Humanidad,


distintas personalidades, en distintas épocas, en distintos pueblos, en distintas
lenguas, enseñaron siempre una sola Verdad, dicha de distintas formas de acuerdo a
cada circunstancia en particular. Pero en esencia, siempre fue una sola Verdad. Por
todo esto deben respetarse todos los caminos, todas las religiones, todas las ideas,
porque todos ellos llevan a un mismo puerto, independientemente del rumbo elegido.
Todos ellos conducen al Padre, que ve con agrado todos los esfuerzos realizados por
el hombre por encontrarle. Entonces no importa el camino escogido. Lo importante es
cómo se recorre y la forma recta de hacerlo es haciendo el bien y prodigando amor a
vuestros semejantes.

Los CONOCIMIENTOS OCULTOS

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Toda religión tiene un aspecto secreto y es revelado. Esto es así porque en cada
momento de la historia de la Humanidad han existido hombres más adelantados y
otros más rezagados. Aquellos que estaban en condiciones de entendidos y por lo
tanto de saber conducir a los menos evolucionados, fueron instruidos en los aspectos
más profundos y secretos. Estos aspectos o misterios encerraban el conocimiento de
leyes del Universo, de las fuerzas que operan la evolución de la Creación Divina y del
hombre como ente espiritual, como principio inteligente.

Estos conocimientos, no estaban al alcance de todos. Sólo unos pocos estaban


preparados para mantenerlos intactos y sin contaminaciones. La prueba está en que
muchos discípulos no comprendieron las enseñanzas que les fueron impartidas y fue
así como muchas de estas lecciones fueron tergiversadas, alterándose su verdadero
significado. Estos errores engendraron otros errores. Pasada la primera generación, la
enseñanza original se perdió y con cada generación que pasaba se fue trastocando
más y más. Por este motivo, siempre existió un lado oculto, no revelado totalmente, a
fin de mantenerse intacto hasta el día cuando el hombre estuviera en condiciones de
entender.

Cada tanto aparecía algún iniciado, esto es algún ser evolucionado, quien, por obra y
gracia de su esfuerzo personal, llegaba a la luz y comprendía el significado de los
misterios ocultos.

Fue así como nació el ocultismo, llamándose así a todo conocimiento ligado a estos
principios que en su momento fueron ocultados adrede, para asegurar su pureza de
espíritu.

Ninguna de mis enseñanzas fue hecha al azar. Todo estaba previsto, conociendo los

acontecimientos que habrían de desarrollarse luego de mi partida.

En virtud del estado intelectual de la Humanidad en aquellos momentos, se hacía


imperioso hablar por parábolas para que pudieran entender y resguardar las
enseñanzas de toda tergivesación. Estas parábolas tenían una clave para ser
interpretadas, la cual también fue dejada de lado. Así sucedió entonces que las
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parábolas fueron interpretadas de acuerdo al conocimiento de quienes detentaron el
poder eclesiástico en cada momento y por ende, estaban sujetas al error proveniente
de quien no ha vislumbrado LA luz en su propio interior.

Con el transcurrir de un par de generaciones, solo se conservó su sentido literal. La


traducción en distintas lenguas hizo que su espíritu original se perdiera y actualmente
sólo son un pálido reflejo de la verdad.

Pero todos estos conocimientos están intactos en escritos que verán la luz cuando
aparezcan sobre la Tierra los hombres capacitados para interpretarlos y entonces la
Humanidad conocerá a Verdad sin misterios, porque estará preparada para recibirla.

Nada de esto debe sorprender, por cuanto lo mismo ocurrió con las enseñanzas del
Maestro Moisés. Moisés escribió sus libros en caracteres jeroglíficos. Esta simbología
no estaba en el conocimiento de sus seguidores. Pocos eran los que poseían la clave
para interpretarla.

Con el transcurrir de un par de generaciones, solo se conservó su sentido literal. La


traducción en distintas lenguas hizo que su espíritu original se perdiera y actualmente
sólo son un pálido reflejo de la verdad.

Pero todos estos conocimientos están intactos en escritos que verán la luz cuando
aparezcan sobre la Tierra los hombres capacitados para interpretarlos y entonces la
Humanidad conocerá a Verdad sin misterios, porque estará preparada para recibirla.

LA RELIGIÓN ES UNA CIENCIA

La religión es una ciencia y no una creencia. Todas las religiones contienen en


esencia lo mismos conocimientos. Estos conocimientos que fueron revelados o
intuidos a través por iniciados que se levantaron en diferentes pueblos a lo largo de la
evolución de la Humanidad, encierran la ciencia de Dios.
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El Supremo Creador no ha creado el Universo por un acto de capricho ni en forma
improvisada. Toda la Creación obedece al pensamiento Divino y está estructurada en
base a leyes, órdenes y jerarquías. De modo que cada religión encierra en su aspecto
oculto el conocimiento de la forma como fue evolucionando el Universo, con su
miríada de galaxias, soles y planetas. Encierra también el conocimiento sobre la
evolución del hombre en su aspecto espiritual.

Todas las religiones, de una u otra manera, tratan el origen del hombre, su evolución,
la ley de causa y efecto, el objeto de la reencarnación, LA LEY de acción y reacción y
todas las verdades que han permanecido ocultas hasta hoy. Yo enseñé a mis
discípulos todos estos conocimientos y ellos a su vez los enseñaron a otros. Pero
pronto comenzó la tergiversación y la esencia se perdió.

Ahora los tiempos son llegados y el cono-cimiento llegará a toda la Humanidad,


porque no uno, sino cientos y miles serán los iluminados que predicarán la Verdad. La
Verdad Divina estará en boca de muchos y no podrá ser callada. Ha llegado la hora en
que esta Humanidad ha de dar un paso en su evolución y por lo tanto, el hombre
escuchará la Verdad a través de todo el globo. La revelación llegará al unísono, en
todo el planeta, para que no haya confusiones.

Esta vez la Verdad no podrá ser callada, porque será todo un mundo quien tendrá
acceso a ella, sin distinciones.

LA RE-UNIÓN CON DIOS

La religión está hecha para el hombre y el hombre para la religión. El hombre ha sido
esclavizado por la religión del hombre. La religión que se enseña no es la religión del
Padre

Religión significa re-ligar. Es decir, significa recuperar la unión con Dios, la cual fue
perdida al descender el espíritu en la materia. Al estar encarnado, el espíritu pierde
momentáneamente su unión con su origen divino. Por medio de la religión, busca
contactarse nuevamente con su Padre Celestial. Esa debería ser la finalidad de la
religión: Darle al hombre los conocimientos necesarios para producir su Re-Unión con
el Padre.

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Pero la religión de los hombres ha llenado ese camino de obstáculos, le ha puesto
demasiados intermediarios, cuando cada hombre por sí solo puede unirse a Dios. La
religión del hombre lo ha alejado de Dios y por lo tanto no ha cumplido con lo que se
esperaba de ella.

Cualquier religión es buena, si consigue poner al hombre en contacto con Dios.

EL AMOR Y EL CONOCIMIENTO

El Amor es la fuerza más poderosa del Universo, porque es la fuerza misma de Dios.
No hay nada que no pueda ser vencido por medio del Amor. Sin embargo, en su
estado encarnado, el hombre es fácil presa de trampas y no siempre el amor es
suficiente por este motivo. Necesita además el conocimiento.
El conocimiento trae la comprensión de qué y quién es el hombre y de cómo funcionan
sus distintos cuerpos y habilidades. Hay muchas cosas que el hombre no sabe de sí
mismo, pero que sí lo saben las inteligencias dedicadas al mal. La única forma que
tiene el hombre de resguardase de estas acciones es por medio del conocimiento, por
medio de la comprensión. Una vez que el hombre se conozca a si mismo y compruebe
la existencia de sus cuerpos sutiles y cómo funcionan, el peligro desaparecerá.
Por eso os digo nuevamente, que el hombre ha de conocer la Verdad Divina y
entonces, el mal será borrado de la faz de este planeta. Cuando el hombre conozca la
Verdad, tendrá en sus manos los medios necesarios para derrotar al mundo de las
tinieblas. Ya nadie podrá engañarlo. La mentira de los poderosos no encandilará a
ningún hombre, porque todos sabrán que mienten.
Cuando la Luz se haga en el corazón y la mente de esta Humanidad, no habrá lugar
para mistificadores, ni usurpadores, ni opresores.

AMAD A VUESTROS ENEMIGOS

He predicado el amor de los unos hacia los otros. He enseñado dad de comer al
hambriento, dad de beber al sediento, perdonad al equivocado, olvidad los agravios y
las ofensas. He dicho: "Amad a vuestros enemigos". Porque, ¿qué mérito tiene
amar a vuestros amigos? Cualquiera puede hacerlo. Aún los criminales aman y
defienden a sus compañeros. Pero amar a un enemigo... He allí la grandeza Divina.

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Quien ame y respete a su enemigo, esté seguro de que verá a Dios, porque realizará
aquí en la tierra el Reino de los Cielos.
Repiten en sus plegarias: "Hágase tu Voluntad, así en la tierra como en el cielo".
¿Cómo esperáis que se haga la voluntad de Dios? ¿Persiguiendo y torturando a
vuestros enemigos?

En verdad os digo: Que no se hará la Voluntad del Padre en la Tierra hasta que no
aprendáis a amar a vuestros enemigos. El día que estéis dispuestos a amar a
vuestros enemigos, ese será el día que veréis a Dios, pues entonces estaréis
preparados para vivir como Dios manda, amándoos los unos a los otros.
El día que améis a vuestros enemigos, será el día que estaréis seguros de cumplir con
todos los mandamientos de Dios. Será el día que no habrá más guerras. Será el día
que no habrá más miseria. Será el día que no habrá más hambre. Porque será el día
que comprenderéis que sois todos hermanos, que sois todos hijos de un mismo Padre
y que si un hermano tuyo sufre, es tu responsabilidad velar para que no sufra más.

Más no será precisamente incitando a la persecución de quienes no piensan como


vosotros como llegaréis al Reino de Dios. Desde mi partida, muchos crímenes se han
cometido en mi nombre. Hubo quienes sacrificaron sus vidas por mí, pero hubo quienes
sacrificaron las vidas de los otros en mi nombre repitiendo de esta manera los sacrificios que
practicaban los pueblos primitivos. ¿Qué diferencia hay entre estos sacrificios? Unos
sacrificaban a Belcebú, a Baal y a Astarté. Otros sacrificaban en nombre de Cristo, en nombre
de Dios. ¿Acaso fue esto lo que enseñé? En verdad os digo, que el infierno no existe como
han enseñado al pueblo. Pero aquellos que sacrificaron a sus hermanos en mi nombre, os
aseguro que verán y experimentarán el infierno que han predicado.

Así, por medio del miedo y de la superstición, han alejado a los hombres de Dios. El Padre no
necesita de ceremonias, ni de ritos, ni de templos imponentes, ni enseñanzas complicadas
para manifestarse a sus hijos. Sólo es necesario una cosa: el Amor sincero a toda la
Humanidad, a la Tierra, a la Naturaleza y a sus criaturas. Quien respeta y ama a su prójimo,
quien respeta y ama a los animales, que son sus hermanos inferiores, quien respeta y ama a la
Naturaleza, que le provee de lo necesario para su sustento, será quien verá a Dios. Porque
Dios está en su corazón, porque respeta y ama la Creación de Dios. Porque todo lo que existe

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en el Universo Infinito, todo, es Creación de Dios y quien lo agrede, está agrediendo a Dios y
quien lo ama, ama a Dios.
Así de simple es y sin embargo, han pasado miles de años y todavía el hombre no lo ha
comprendido. Y no lo ha comprendido el hombre civilizado. Porque os aseguro, que muchas
tribus primitivas respetan más y aman más a Dios, en su ignorancia, que el hombre civilizado
con todo su conocimiento y su poderío científico.
Ha llegado la hora de enseñar estas verdades, que inexorablemente se han de conocer,
porque así es la Voluntad del Padre. Ya nada podrá acallar esta Verdad, porque será revelada,
no a uno, sino a muchos a la vez, en distintos puntos del globo y el hombre común
abrirá los ojos, abrirá su corazón y comprenderá y sabrá que ya nunca más será
engañado, porque el conocimiento de Dios estará en él, sin necesidad de
intermediarios.

LA LEY DE CAUSA Y EFECTO

Hasta que un hombre no haya recogido lo que ha sembrado, no podrá ser liberado del
peso de su sufrimiento.
Ésta es la razón por la cual muchos enfermos no pueden ser curados espiritualmente.
Pueden ser aliviados, pero su carga karmática constituye una deuda que no será
cancelada hasta haber agotado toda la energía negativa acumulada. Esta energía
acumulada es la que impide que las curaciones sean efectivas en algunas ocasiones.
La única forma de disgregar esta energía negativa, es por medio de acciones positivas
que generen carga de este signo, de la misma magnitud y aún más todavía que la
primera. Pero esto puede llevar varias existencias y mientras tanto, se pueden
cometer otros actos nocivos que continúen generando cargas negativas.
Es exactamente como quien tiene una deuda de dinero y hasta que no la cancele
definitivamente, dicha deuda genera intereses que también deben ser cancelados.
Pero como para pagar esa deuda puede pedir otros préstamos, también deberá hacer
frente a las nuevas obligaciones contraídas.
De modo que hasta que el hombre no comprenda que su accionar no es impune, que
sus actitudes generan inevitablemente fuerzas activas, que lo seguirán por toda su
evolución espiritual, no podrá zafarse de las deudas adquiridas. Tal es la ley de causa
y efecto. Nada es al azar, nada es porque sí. A cada causa corresponde un efecto y
cada efecto tiene una causa que lo genera. Cuando enseñé: "Lo que siembres,

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recogerás", se trataba ni más ni menos que de ésto mismo. Quien siembra espinas,
recogerá espinas. Quien siembre cardos, recogerá cardos. Quien siembre trigo,
recogerá trigo. Y así, quien siembre odio y rencor, odio y rencor obtendrá y quien
siembre amor y compasión, amor y compasión ha de recibir.

En La Creación de Dios, no existe el castigo. Sólo existe el asumir las


responsabilidades que le competen a cada uno. Las Leyes Divinas son perfectas e
inevitables. Todo se desarrolla en forma automática. El hombre genera él mismo las
fuerzas que han de encadenarlo o liberarlo a lo largo de sus existencias. Por eso dije:
"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de Justicia, porque ellos serán
saciados". No importa lo que decidan los hombres con sus leyes, porque el que
cometió una injusticia burlando las leyes del hombre, no podrá eludir la ley de Dios.
Nadie lo condenará, por cuanto él mismo se ha dictado su propia sentencia y los
crímenes cometidos en una existencia lo atarán durante varias encarnaciones
subsiguientes, hasta haber agotado las fuerzas originadas en su acción primitiva.
Los tiempos son llegados y ha llegado la hora de la cosecha. Y cada cual recogerá en
esta existencia, lo que sembró en existencias pasadas. De modo que la vida física
actual de cada uno, es ni más ni menos que el resultado de su accionar en el pasado.
A nadie debe reclamar por los sufrimientos o dificultades de esta vida, sino a sí
mismo, único responsable de sus venturas y desdichas, de sus alegrías y tristezas, de
sus amores y rencores.
Cuando el hombre acepte y comprenda estas enseñanzas, será entonces cuando
cuidará su accionar y al hacerlo el mundo cambiará.

LOS TIEMPOS SON LLEGADOS

Cada 2000 años terrestres aproximadamente, un nuevo signo influye sobre la Tierra.
Durante la época de Moisés, fue el turno de Aries. Cuando descendí entre los
hombres, fue la era de Piscis. Ahora, el planeta está entrando en la era de Acuario.
Con cada cambio de signo, ocurren grandes modificaciones en el planeta y en la
humanidad que lo habita. En sus costumbres, en sus actitudes, en su conocimiento y
en su evolución espiritual. La era de Acuario es el comienzo de un nuevo ciclo para la

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Humanidad. Ha de dar inicio a una época de oro, en la que el hombre abandonará por
fin y en forma definitiva el mundo de las tinieblas.
Por eso se os dice que los Tiempos son Llegados. Porque termina una era y comienza
otra. No se trata del fin del mundo, como muchos han querido ver. Se trata sí, del fin de una
civilización y del comienzo de una nueva, mucho más humana y que se conducirá por los
senderos del Señor.
No habrá lugar para los seres equivocados. No habrá lugar para la oscuridad. La Verdad ha de
brillar en todo su esplendor y para todos los hombres por igual. No habrá intermediarios entre
los hombres y Dios. El conocimiento Divino estará en todos y no existirá la posibilidad de
tergiversación ni de ocultación de la esencia del hombre. Porque todos sabrán esta verdad,
porque han sido preparados para recibirla y esta preparación se ha de intensificar de aquí en
adelante. Esta humanidad ha de progresar porque el momento ha llegado para que así se
cumpla. Es la Voluntad del Padre que así sea y todos los recaudos están tomados para que se
haga efectiva. Estas enseñanzas se multiplicarán y se esparcirán por todo el globo. La Buena
Nueva ha de transmitirse entre los hombres, llevando un rayo de esperanza y alegría a todos
aquellos que sienten a Dios en su corazón.

Ya no podrá engañarse al hombre con el materialismo egoísta. La condición divina del hombre
ha de privar por sobre toda otra cuestión. Se acerca el fin del reinado de los poderosos, donde
un grupo de naciones privilegiadas han hecho y deshecho a su antojo, decidiendo con total
impunidad sobre el destino de millones de seres. La humanidad no estará nunca más a
merced del capricho de unos pocos, quienes concentrando la autoridad, el poder político y
económico en sus manos, han dictado las reglas que sojuzgaron a los hombres. No habrá más
opresores de ninguna especie. Ni políticos, ni sociales, ni religiosos, ni morales. El esfuerzo del
hombre estará dedicado al hombre mismo y no a servir los dictámenes de los dueños del
poder.

El reinado del César llega a su fin y ha de comenzar el Reino de Dios, por Obra y Gracia de la
Voluntad Divina. Aquellos que todavía sigan aferrados a los viejos esquemas, atraídos todavía
por sus ansias materiales, tendrán otros mundos en donde continuar su evolución. Pero la
Tierra ha llegado al punto donde ha de dar un paso adelante y ocupará el lugar que le corres-
ponde entre los mundos de Luz.
Por eso son los grandes cambios que vivís. Por eso hoy los hombres asisten a una violencia
sin igual. Por eso está todo trastocado y tan difícil. Porque el Mal sabe que tiene los días

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contados sobre la Tierra. Porque los seres de las tinieblas ven avanzar sobre ellos la Luz
Divina y saben que irremediablemente serán barridos por el soplo de Dios. Entonces, en su
desesperación, echan mano de todos los recursos a su alcance, a través de instrumentos que
se prestan a ello por su avidez de riquezas y poder. No debe

extrañar entonces el momento crítico que vive este planeta. Porque todas las maldades se
verán acentuadas y diversificadas. Ante ésto, una sola fuerza se le puede oponer. La fuerza del
Amor. Sólo con el Amor, y el conocimiento, saldrá el hombre de esta encrucijada. Este planeta
se encuentra al borde de la destrucción. Porque en un intento desesperado por conservar la
supremacía quienes tienen el destino de la Humanidad en sus manos, son capaces de hacer
saltar la Tierra en mil pedazos aunque ellos mismos perezcan en la empresa.
Por eso es tan importante que estas enseñanzas lleguen a los hombres. La Humanidad debe
despertar de su letargo antes de que sea demasiado tarde. Solamente dejando atrás la
ignorancia, las supersticiones y los temores y con el amor en el corazón, podrá salir el hombre
airoso de esta situación. Un nuevo amanecer espera a esta Humanidad. Un nuevo ciclo pleno
de alegrías y esperanzas esperan al hombre para llevarlo de vuelta al encuentro con
su Padre. De él depende. El destino está en sus manos. Dios vela por sus criaturas,
pero nada puede hacer si ellas no toman la decisión por sí mismas de iniciar el
reencuentro con su origen Divino.
Hombre, despierta entonces. Los tiempos son llegados y la hora de tu Verdad ha
sonado.

MI VUELTA ESTÁ PRÓXIMA

En su momento prometí volver y así he de hacerlo. También dije que habría de


completar las enseñanzas, porque entonces no podían comprenderlas cabalmente.
Por eso les hablé por parábolas, de acuerdo al estado de su entendimiento, propio de
su evolución. Desde entonces, mucha agua ha corrido bajo el puente. La humanidad
ha evolucionado técnica, intelectual y científicamente. Pero moralmente, se encuentra
igual que cuando yo la dejé.
He de volver para enseñar al hombre el camino de su reencuentro con Dios. La hu-
manidad ha de iniciar una nueva etapa en su evolución, donde el amor y la búsqueda
de Dios estarán por encima de todas las cosas. No quiere decir esto que habrá de
abandonar el mundo material. Por el contrario, hará un mejor uso de las comodidades

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materiales y ha de progresar en tal sentido con mayor amplitud de lo que lo ha hecho en el
último siglo. La religión se ha de dar la mano con la ciencia y juntas han de llevar al hombre por
caminos hasta ahora insospechados. La mente humana es insuficiente para poder conocer la
grandeza de la Creación Divina y las posibilidades infinitas que se le ofrecen al conocimiento.

He de volver, pero antes, otros han de ir preparando el camino. Mi vuelta está próxima, pero no
he de revelar el momento, para evitar especulaciones, siempre posibles en el pensamiento
humano. Si descendiera en estos momentos, con seguridad sería sacrificado nuevamente, por
aquellos mismos que dicen adorarme, puesto que no tendrían el valor de reconocerme. De
modo que el camino se irá abonando con la prédica de mis discípulos elegidos. Los mismos
que me acompañaron hace 2000 años, ya están en la tierra, aunque no los reconoceréis, por
cuanto tienen otros nombres y otros cuerpos. Al igual que Elías, que no fue reconocido como
Juan el Bautista, así ocurrirá ahora. Pero la prédica se hará igual y a ellos se sumarán otros
que se han entregado a esta Misión.
En todo el mundo, se levantarán profetas, anunciando mi vuelta. Ellos han sido preparados tras
largos años de aprendizaje. Han sido instruí-dos en la Sabiduría Divina y llevarán mi palabra y
el conocimiento de Dios a todos los hombres. Así, en distintos pueblos, en distintos idiomas,
con distintas palabras, la Verdad ha de llegar nuevamente a los hombres.

La lección debe ser aprendida correctamente. Porque, ¿qué sentido tiene que el Maestro
enseñe una nueva lección, si el alumno aún no ha aprendido la anterior? De modo que el
hombre debe aprender nuevamente aquello que tergiversó debido a la ignorancia. Cuando la
humanidad haya aprendido estas enseñanzas y cuando las haya puesto efectivamente en
práctica, será entonces el momento adecuado para mi nuevo descenso. Sólo
entonces será el momento preciso de completar lo predicado hace ya tanto tiempo.
Sólo entonces, hombre preparado para iniciar el camino de su Re-Unión con el Padre.

Estas enseñanzas son sólo el principio. Muchas otras vendrán después dictadas por otros
de mis hermanos y discípulos. Poco a poco, el conocimiento de la Ciencia Divina,
llegará a los hombres. Aún no puede entenderse, el porqué de tantos recaudos para
mi descenso. Suficiente será con decir, que debido a la densidad del magnetismo de
la tierra, este descenso insume el equivalente de mil años terrestres.

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El esfuerzo realizado para descender, no puede ser dilapidado, si la Humanidad no
está preparada. Por eso son los recaudos que se toman, Todos estos conocimientos
han de llegar al hombre, para que comprenda fehacientemente cómo se realiza la
evolución de la Creación Divina.

Hermanos: tened fe, tened paciencia, tened constancia y Amaos los unos a los otros.

El Cristo ha de volver. No dudéis de ello. No importa lo que digan mis enemigos. Grandes
acontecimientos han de vivir los humanos antes de mi regreso, aparecerán las
señales en los cielos tal como fueron anunciadas. La Voluntad del Padre se cumplirá y
el hombre ha de iniciar su camino definitivo hacia el Reencuentro con Dios.

Digitalizado por el Ing. Miguel Ruiz

Este es mi libro de cabecera; lo digitalicé para personas muy especiales, espero que
lo leas y le des la importancia que tiene el mensaje del maestro de maestros para
estos tiempos finales, el gran instructor del mundo está muy cerca, debemos estar
vibrando a 13.500 rpm, la frecuencia del rayo dorado, la frecuencia del amor.

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