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Directorio Liturgico OCSO

Este documento establece las disposiciones prácticas para la celebración de la obra de Dios en los monasterios de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia. Incluye un calendario litúrgico con las celebraciones que se deben añadir, como las fiestas locales y propias de cada monasterio. También presenta normas generales para la Liturgia de las Horas, incluyendo la obligación de celebrar la memoria de Santa María los sábados.
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Directorio Liturgico OCSO

Este documento establece las disposiciones prácticas para la celebración de la obra de Dios en los monasterios de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia. Incluye un calendario litúrgico con las celebraciones que se deben añadir, como las fiestas locales y propias de cada monasterio. También presenta normas generales para la Liturgia de las Horas, incluyendo la obligación de celebrar la memoria de Santa María los sábados.
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LA OBRA ∂ DIOS

DISPOSICIONES PRÐCTICAS
191
LA OBRA ∂ DIOS

DISPOSICIONES PRÐCTICAS

1
2
I. EL CALENDARIO

A. ADVERTENCIA

1. En esta ordenación de la Obra de Dios para las


celebraciones, se sigue el Calendario general monástico de
nuestra Orden, según los decretos de la Sagrada
Congregación para el Culto Divino de 27 de abril y 31 de
julio de 1972 y lo establecido por el Capítulo General O.N.
respecto a la memoria de la Virgen en sábado.

2. Todos los monasterios de la OCSO deben regirse por esta


ordenación, teniendo en cuenta también las celebraciones
propias de acuerdo con las Normas generales del año
litúrgico y el calendario, como también la instrucción
“Calendarios particulares y Misas y Oficios Propios
reconocidos” de la anteriormente citada Sagrada
Congregación, fechada el 24 de junio de 1970.

B. CELEBRACIONES QUE HAY QUE AÑADIR

A este Calendario general hay que añadir:

1. Las celebraciones locales

a) la solemnidad del Patrono principal del pueblo o


ciudad;
b) la fiesta del Patrono principal de la diócesis, de la
región o provincia, de la nación o de un territorio más
amplio;
c) la fiesta del aniversario de la Dedicación de la
Catedral.
Nota: La memoria del Patrono secundario del
pueblo o ciudad, de la diócesis, región o provincia,
de la nación o territorio más mayor, es obligatoria
sólo para el clero diocesano.

3
2. Las celebraciones propias de cada monasterio

a) la solemnidad del aniversario de la dedicación de la


iglesia,
b) la solemnidad del Titular (si lo hay además del de la
bienaventurada Virgen María) o del Fundador,
Nota: Solamente se incluye en el calendario una
sola solemnidad, las otras se celebran como fiesta;
y si el Fundador es solamente Beato, la celebración
tendrá sólo categoría de fiesta.
c) las otras fiestas propias de esta iglesia,
d) la memoria del Santo o Beato cuyo cuerpo se guarda
allí,
e) otras memorias propias de la Comunidad.

C. TABLA DE LOS DÍAS LITÚRGICOS

Dispuesta según el orden de precedencia.

1. Triduo pascual de la Pasión y Resurrección del Señor.

2. Natividad del Señor, Epifanía, Ascensión y Pentecostés.


Domingos de Adviento, Cuaresma y Pascua.
Miércoles de Ceniza.
Semana Santa desde el lunes al jueves, inclusive.
Días de la octava de Pascua.

3. Solemnidades del Señor, de la Santísima Virgen María y


de los Santos, inscritas en el Calendario general.
Conmemoración de todos los fieles difuntos, que, sin
embargo, cede su lugar al domingo.

4. Solemnidades propias, a saber:

4
a) Solemnidad del Patrono principal del lugar, sea pueblo
o ciudad.
b) Solemnidad de la Dedicación y aniversario de la
Dedicación de la iglesia propia.
c) Solemnidad del Titular de la iglesia propia (si lo hay,
además del de Santa María).
d) Solemnidades del Calendario general de nuestra
Orden, a saber, de nuestro Padre san Benito, abad, y de
los santos abades Fundadores de Císter y de san
Bernardo, abad y doctor de la Iglesia, si se celebra con
esta categoría.
e) Solemnidad del Fundador (canonizado) del
Monasterio.

II

5. Fiestas del Señor.

6. Domingos del tiempo de Navidad y del tiempo ordinario.

7. Fiestas de la Santísima Virgen María y de los Santos,


inscritas en el Calendario general de la Iglesia.

8. Fiestas propias, a saber:


a) Fiesta del Patrono principal de la diócesis.
b) Fiesta del aniversario de la Dedicación de la iglesia
catedral.
c) Fiesta del Patrono principal de la región o provincia, de
la nación, de un territorio más extenso.
d) Fiestas de los Santos Abades Fundadores de Císter y de
san Bernardo, abad y doctor de la Iglesia, si se celebran
con esta categoría.
e) Fiestas propias del Monasterio (como ser, el Fundador
beatificado).
f) Otras fiestas inscritas en el Calendario general de
nuestra Orden.

5
9. Las ferias de Adviento desde el día 17 al 24 de diciembre
inclusive. Días de la octava de Navidad. Las ferias de
Cuaresma.

III

10. Memorias obligatorias inscritas en el Calendario general


de la Iglesia.

11. Memorias obligatorias propias, a saber:


a) Memorias del Patrono secundario del lugar, de la
diócesis, de la región o provincia, de la nación, de un
territorio más extenso (si están inscritas en el calendario
particular).
b) Otras memorias obligatorias de alguna iglesia propia.
c) Otras memorias obligatorias inscritas en el Calendario
general de nuestra Orden.
Nota: Con respecto a la memoria de santa María
“in sabbato” que es obligatoria según lo establecido
por el Capítulo General, salvo el derecho del
Calendario particular, ver más abajo).

12. Memorias libres, que aun en los días señalados en el n. 9


se pueden celebrar, pero según el modo particular descrito
en las Ordenaciones generales del Misal Romano y de la
Liturgia de la Horas.

De la misma manera se pueden celebrar como memorias


libres las memorias obligatorias que accidentalmente caigan
en las ferias de Cuaresma.

13. Ferias de Adviento hasta el día 16 de diciembre,


inclusive.
Ferias del tiempo de Navidad desde el día 2 de enero
al sábado después de Epifanía.

6
Ferias del tiempo pascual desde el lunes después de
la octava de Pascua hasta el sábado antes de
Pentecostés, inclusive.
Ferias del tiempo ordinario.

Debido, con todo, a alguna causa justa, en un determinado


Monasterio puede la celebración adquirir un grado superior
al señalado en el Calendario general de la Iglesia o de
nuestra Orden.

D. COINCIDENCIA DE LAS CELEBRACIONES LITÚRGICAS

1. Si en un mismo día coinciden varias celebraciones, se


celebrará la que ocupe el primer lugar en la Tabla de
precedencia de los días litúrgicos, observándose lo que se
indica en el n. 2.

2. En coincidencia perpetua, a las solemnidades, fiestas y


memorias del Calendario particular, que estén impedidas,
asígneseles el día más próximo que esté libre para las
solemnidades y fiestas, a no ser que por razones pastorales
haya que preferir la propia celebración; y omítanse las
memorias del Calendario general que queden impedidas en
el Calendario particular de alguna determinada Comunidad.

3. Si sucede que en un determinado año queda impedida


una solemnidad, trasládese al día libre más próximo que no
sea de los indicados en los nn 1-8 de la tabla de precedencia.
Sin embargo, si la solemnidad queda impedida por un
domingo de Adviento, de Cuaresma o de Pascua, trasládese
al sábado anterior; si también queda impedido en este
sábado, trasládese al día libre más próximo, según la norma
general. Las restantes celebraciones impedidas en este año
omítanse.

4. Si un mismo día coinciden las Vísperas obligatorias del


día en curso y las I Vísperas del día siguiente también

7
obligatorias, prevalece la celebración de las que tengan
precedencia en la Tabla de los días litúrgicos; y en caso de
paridad, la del día en curso.

E. MEMORIA DE SANTA MARÍA “IN SABBATO”

Según lo establecido por el Capítulo General de nuestra


Orden, los sábados del Tiempo ordinario que no coincidan
con una memoria obligatoria, se ha de celebrar en nuestras
Comunidades la memoria de la Virgen, a no ser que durante
la semana haya habido otra celebración en honor de la
misma santísima Virgen María.

Por tanto en la ordenación del “Opus Dei”, esta memoria se


inscribe como obligatoria y con preferencia a cualquier otro
tipo de memorias que puedan coincidir.

II. EL OFICIO DIVINO O LITURGIA DE LAS HORAS

A. NORMAS GENERALES

(Decreto S. C. para el Culto Divino, n. 1554/74 para la OCSO)

1. Estas Normas Generales o Prenotandos de ningún modo


pretenden ofrecer un conjunto doctrinal sobre Liturgia de
las Horas, ni tan siquiera resaltar su importancia en la vida
cristiana; ese conjunto doctrinal está ampliamente
desarrollado en la Regla de san Benito, en los documentos
del Vaticano II y en la Ordenación General de la Liturgia de
las Horas del Rito romano (OGLH).

Nuestro interés es señalar aquí especialmente aquellos


puntos que requieren una ulterior determinación, para que
la Liturgia de las Horas responda lo mejor posible a las
circunstancias concretas de los monjes y monjas de nuestra
Orden.

8
2. Aunque las comunidades monásticas no son en sentido
propio “Iglesias particulares” ni se componen
exclusivamente de clérigos, representan, sin embargo, de un
modo particular a la Iglesia en oración; en efecto, ofrecen de
un modo más perfecto la imagen de la Iglesia que alaba a
Dios sin interrupción con una voz concorde, y cumplen el
deber de cooperar, en primer lugar con la oración, “a la
edificación y al incremento de todo el Cuerpo Místico y al
bien de las Iglesias particulares”.

3. La Iglesia reconoce su propia voz en la oración


organizada por las comunidades monásticas, y vigila
constantemente, mediante la autoridad jerárquica, para que
esta misma oración, mientras responde a las exigencias
particulares de cada comunidad, conserve siempre la
capacidad de expresar el misterio cristiano.

4. Las disposiciones establecidas en un principio por la


Regla de san Benito y complementadas posteriormente por
las normas eclesiásticas en relación con la Liturgia de las
Horas, conciernen a la recitación coral del oficio, sea
cantado o recitado. Compete, sin embargo, al Abad la
solicitud y el deber de determinar la manera cómo cada uno
de los miembros de la Comunidad participará en él.

5. La Liturgia de las Horas se organiza según las


prescripciones de la Regla de san Benito, que durante siglos
han alimentado y pueden alimentar aún la vida de los
monjes. Sin embargo, se concede la facultad de adaptar
estas prescripciones a las circunstancias de nuestra época,
que se plantean de diversa manera en las distintas regiones.

6. Como la Liturgia de las Horas tiene por finalidad la


santificación del día y de toda la actividad humana, la
Comunidad monástica alcanza esta finalidad mediante la
celebración de aquellas horas que nos ha legado la tradición
de los Padres.

9
La Hora Prima puede suprimirse.

Aunque las Horas menores pueden rechazarse fuera del


coro, celébrense, no obstante, siempre en común. Pero,
donde especiales circunstancias hacen difícil esta
prescripción, el Abad General, con el consentimiento de su
Consejo Permanente, pueden conceder que se supriman
una o dos Horas menores.

Si una Hora del Oficio se une a otra Hora o con la Misa, se


seguirán las normas de OGLH, nn. 93-99.

7. La Liturgia de las Horas se estructurará de forma que


cada Hora conste siempre de himno, salmodia, lectura
breve o prolongada de la Sagrada Escritura y las preces. En
cuanto al modo de salmodiar, obsérvese lo prescrito en la
OGLH nn. 121-125.

El canto gregoriano, como propio de la Liturgia romana,


ocupa el primer lugar en igualdad de circunstancias. Si la
Liturgia de la Horas se celebra en lengua vernácula, pueden
adaptarse los elementos tradicionales y en especial el canto
a la lengua e índole peculiar de cada Comunidad.

8. Los Laudes, como oración matutina, y las Vísperas, como


oración de la tarde, de acuerdo con la venerable tradición de
toda la Iglesia son el doble quicio sobre el que gira el Oficio
de cada día han de tenerse y celebrar como las Horas más
importantes; en cuanto sea posible, ténganse cantadas.

Las vigilias, a su vez, mantienen su carácter propio de


alabanza nocturna, que precede a la aurora.

9. Según la oportunidad y la discreción, se puede dejar un


tiempo de silencio, ya sea después de cada salmo según la
costumbre tradicional, sobre todo, si después del silencio se

10
añade una oración sálmica; ya sea después de las lecturas,
tanto breves como largas.

10. La distribución de los salmos puede ser:

™ siguiendo la ordenación establecida por la Regla de san


Benito,
™ siguiendo alguno de los esquemas propuestos más
adelante, añadiendo según la oportunidad y las
condiciones de los lugares, según las adaptaciones,
™ según otro esquema, a condición de que los salmos se
reciten todos dentro de dos semanas.

11. Si se cree oportuno, guárdese el curso bienal de lecturas


bíblicas establecido para la Liturgia de las Horas según el
Rito romano. (cf. OGLH, nn 145-146).

12. Está en preparación un suplemento para uso de los


monasterios, que contiene lecturas de los Padres y
Escritores eclesiásticos, distintos del Rito romano. Por lo
demás, el Abad, con el consentimiento, puede elegir otros
textos, siguiendo las normas emanadas, a tal efecto, de la
Santa Sede.

B. ORDINARIO A SEGUIR EN LA LITURGIA DE CADA DÍA

Según el citado decreto de la Sagrada Congregación del


Culto Divino.

1. VIGILIAS

a) Introducción a la Hora:
V. Señor, ábreme los labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
Invitatorio: salmo 94 u otro según los diferentes
esquemas, con su antífona que se repite después de cada
estrofa.

11
b) Himno correspondiente
c) Salmodia
d) Versículo de transición y R.
e) Lectura de la Sagrada Escritura con su responsorio,
intercalando un tiempo de silencio, antes o después del
responsorio, si se cree oportuno.
f) Salmodia
g) Versículo de transición y R.
h) Lectura de los Padres y Escritores eclesiásticos, con su
responsorio, como en el punto e).
i) En los domingos, solemnidades y fiestas, se añaden los
elementos siguientes, según alguno de los esquemas
descritos a continuación; sin embargo, esa estructura se
puede hacer más simple en los días de trabajo:

™ Uno o tres Cánticos con su correspondiente antífona.


™ Versículo de transición.
™ Homilía sacada del Leccionario Monástico o tenida
por el Abad.
™ Responsorio.
™ Himno Te Deum (cuya última parte puede omitirse
oportunamente).
™ Evangelio: o de la Resurrección, o del Domingo o
sacado del ciclo del año, o de la solemnidad o de la
fiesta.
™ Te decet laus.

O bien:

™ Uno o tres Cánticos con su correspondiente antífona


™ Himno Te Deum.
™ Evangelio, como se indica más arriba, y R. Amén.
™ Te decet laus
™ Homilía tomada del Leccionario Monástico o
pronunciada por el Abad.
™ Responsorio.

12
O bien:

™ Uno o tres Cánticos con su antífona.


™ Evangelio, como más arriba, y R. Amén.
™ Si se cree oportuno, lectura patrística u homilía por
el Abad.
™ Te Deum. El Te Deum no se dice en los domingos de
Cuaresma.

k) En las memorias y ferias: “Señor, ten piedad...” o una


breve letanía, a saber, por los hermanos ausentes, por los
difuntos y otros.
l) Oremos (silencio), Oración conclusiva.
m) Bendigamos al Señor y R. Demos gracias a Dios.

2. LAUDES Y VÍSPERAS.

a) Introducción a la Hora.
V/ Dios mío, ven en mi auxilio.
R/ Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre...
b) Himno correspondiente.
c) Salmodia.
d) Lectura de la Sagrada Escritura, breve o más larga, con
correspondiente responsorio breve.
e) Cántico evangélico, con su antífona.
f) Conclusión del Oficio:
™ Preces conclusivas, al estilo de las que se hallan en la
Liturgia de las Horas del Rito romano.
™ Padre nuestro, recitado por todos, tras una breve
monición.
™ Oración conclusiva (sin Oremos) ya del día, ya de la
Hora, ya del Santo, según las rúbricas.
™ Bendición.

3. HORAS MENORES

a) Introducción a la Hora, como en Laudes.

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b) Himno, el de la Hora.
c) Salmodia.
d) Lectura breve de la Sagrada Escritura.
e) Versículo y su respuesta.
f) Conclusión del Oficio:
™ “Señor ten piedad...,” o una breve letanía, como ser
por los hermanos ausentes, por los difuntos y por
otros.
™ Oremos (silencio), Oración conclusiva,
™ Bendigamos al Señor y R. Demos gracias a Dios.

4. COMPLETAS

a) Introducción a la Hora, como en Laudes.


b) Si se cree oportuno, se tiene el examen de conciencia: o
con un silencio o con las fórmulas del Misal romano, para el
acto penitencial.
c) El himno correspondiente.
d) Salmodia.
e) Lectura breve de la Sagrada Escritura.
f) Versículo “Guárdanos, Señor, como...” y su respuesta, o el
responsorio breve “A tus manos, Señor,...”
g) Cántico de Simeón con su antífona.
h) Conclusión de la Hora y del día;
™ “Señor, ten piedad...,” o breve letanía, como en las
Horas menores.
™ Oremos (silencio), Oración conclusiva de la Hora
™ Bendición: “Que el Señor nos conceda una noche
tranquila...”
™ Antífona “Salve Regina”.

C. CALENDARIO QUE HAY QUE UTILIZAR Y COMO HAY QUE


ORDENAR EL OFICIO

1. El Oficio en el coro y en común se debe realizar según el


Calendario propio del monasterio en que se celebra.

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En la celebración en privado, se puede utilizar o el
Calendario del lugar o el propio, excepto en las
solemnidades y fiestas propias.

2. Según la variedad de los días litúrgicos y en el espíritu de


la OGLH del Rito romano, en la celebración de los Misterios
del Señor y de los Santos, las partes del Oficio pueden
elegirse de la siguiente manera:

a) En los domingos y ferias:


™ En el salterio y en el propio, todo se realiza como en el
Ordinario y según la diversidad de tiempos.
™ Además, los domingos tienen I y II Vísperas.

b) En las solemnidades:
™ En I Vísperas, Vigilias, Laudes, y II Vísperas, todo se
dice del Propio o del Común.
™ En las Horas menores, la antífona, la lectura breve
(con su versículo) y la oración, del propio o del Común.

c) En las fiestas:
™ Únicamente tienen I Vísperas las fiestas universales
del Señor que caen en domingo.
™ En Vísperas, Vigilias y Laudes, todo se dice del Propio
o del Común.
™ En las Horas menores, únicamente la lectura breve
(con su versículo) y la oración, del Propio o del Común.
Los salmos y las antífonas, si es que no tienen propias,
se toman del correspondiente día de la semana.

d) En las memorias:
™ En Vigilias, Laudes y Vísperas, la oración es de la
memoria; los salmos, en cambio, con sus antífonas son
de la feria correspondiente; la antífona del salmo
invitatorio, los himnos, las lecturas breves (con su
responsorio), las antífonas del “Benedictus” y del

15
“Magnificat” se toman del Propio, si las tiene, y, si no,
de la feria o del Común.
™ En las Horas menores todo se dice de la feria.

e) En cualquier celebración:
™ En Vigilias, Laudes y Vísperas la oración tiene
conclusión larga.
™ En las demás Horas, breve.

3. Las memorias que caigan entre el 17 y el 31 de diciembre


y en las ferias de Cuaresma (salvo el miércoles de ceniza y
Semana Santa) carecen de plena celebración. Con todo:
™ En Vigilias se puede añadir la lectura hagiográfica, con
su responsorio y la oración del Santo.
™ En Laudes y Vísperas, después de la oración, omitida
la conclusión, se puede añadir la antífona y la oración
del Santo.

D. FACULTAD DE ELEGIR ALGÚN OFICIO O ALGUNA DE SUS PARTES

1. En las ferias que admiten la celebración de una memoria


libre, se puede celebrar con justa causa y con el mismo rito,
el Oficio de cualquier Santo inscrito para ese día en el
Martirologio o en su Apéndice debidamente aprobado

2. Fuera de las solemnidades, de los domingos de Adviento,


Cuaresma y Pascua, miércoles de ceniza, Semana Santa,
Octava de Pascua y dos de noviembre, se puede celebrar,
por una causa pública o por devoción, en todo o en parte,
cualquier Oficio votivo: Lo que se puede aplicar a una
peregrinación, a una fiesta local o a la solemnidad exterior
de algún Santo.

3. En cualquier caso particular, se puede elegir en el Oficio


formularios diversos de los que se ofrecen, con tal de que no
se alteres la ordenación general de cada Hora y se observen
las reglas siguientes:

16
™ Aunque se debe tener en cuenta la obligación de recitar
todo el salterio en una semana (o en varias), hay, sin
embargo, ciertas circunstancias en que se permite
escoger salmos que vienen al caso, como también otras
partes, a modo de Oficio votivo.
™ En el Oficio de los domingos, solemnidades, fiestas del
Señor, señaladas en el Calendario general, las ferias de
Cuaresma y Semana Santa, los días infraoctava de
Pascua y Navidad, nunca se permite cambiar aquellos
elementos que son propios o se acomodan a estas
celebraciones, como son las antífonas, los himnos, las
lecturas, los responsorios, las oraciones y, muchas
veces, los salmos.

III. LA MISA

A. EL MISAL Y LA CELEBRACIÓN DE LA MISA

1. Según respuesta dada a nuestra Orden por la S. C. del


Culto Divino, del día 8 de junio de 1971 (Prot. 525/70), la
Misa debe celebrarse según la ordenación del nuevo Misal,
salvas las costumbres propias de nuestra Orden, a saber:

a) La inclinación profunda en vez de la genuflexión


prescrita en el rito romano.
b) La única y gran señal de la cruz, de la frente al pecho
y del hombro izquierdo al derecho, antes del Evangelio.
c) La facultad de realizar ciertos ritos en silencio, v.g. el
beso al texto de los Evangelios y el lavatorio de las
manos.
d) La antigua costumbre de preparar el cáliz con el vino
y el agua, antes de ser llevado al altar.

2. Además de los textos del nuevo Misal:

a) Se pueden utilizar los textos propios de nuestra


Orden, cuantas veces estén señaladas en nuestro

17
Calendario, celebraciones propias, según Decreto de la
S. C. para el Culto Divino, de 16 de septiembre de 1975.
b) Se pueden tomar del antiguo Misal cisterciense textos
que no se encuentran en el nuevo Misal, si es preciso,
debidamente aprobados.
c) Se pueden utilizar también las oraciones propias,
aprobadas por la S. C para el Culto Divino, de 9 de mayo
de 1975, en honor de los Santos y Beatos de nuestra
Orden, incluidos en el Martirologio.

B. MISA QUE DEBE ELEGIRSE

1. En las solemnidades, según el Calendario propio de la


Iglesia en que se celebra. Cuantas veces en el Misal se
señala, además de la misa (matutina) del día, la Misa
vespertina de la Vigilia, ya sea antes o después de las I
Vísperas de una solemnidad, ha de elegirse para la Misa
conventual aquella que mejor corresponda a la hora de la
celebración.

2. En los domingos, en las ferias de Adviento, de Navidad,


Cuaresma y Pascua, en las fiestas y en las memorias
obligatorias:

a) La Misa conventual se celebra según el calendario del


monasterio.
b) Si la Misa se celebra con asistencia de pueblo, el
sacerdote siga el calendario de la iglesia en que celebra.
c) Si se celebra sin asistencia de pueblo, puede seguirse
o el propio calendario o el de la iglesia en se celebra.

3. En las memorias libres:

a) En las ferias del 17 al 24 de diciembre, en la


infraoctava de Navidad y en las ferias de Cuaresma se
dice la Misa del día litúrgico correspondiente; con todo,
se puede tomar de la memoria indicada en el Calendario

18
general la colecta, siempre que no caiga en miércoles de
ceniza ni en Semana Santa.
b) En las ferias de Adviento anteriores al 17 de
diciembre, en las ferias del tiempo de Navidad y de
Pascua, se puede elegir: o la Misa de la feria, o la del
Santo, o la de uno de los Santos de que se hace
memoria, o la de un Santo indicado ese día en el
Martirologio.

4. Las memorias que van del 17 al 31 de diciembre y en la


ferias de Cuaresma (salvedad hecha del Miércoles de ceniza
y de la Semana Santa) quedan privadas de celebración plena
y en la Misa puede decirse la colecta del Santo.

5. En las ferias del Tiempo ordinario se puede escoger:

a) O una de las treinta y cuatro Misas de los domingos


del Tiempo ordinario, aunque las oraciones (o sólo la
colecta) pueden tomarse de otro domingo del Tiempo
ordinario o de oraciones “ad diversa”.
b) O la Misa de algún Santo indicado ese día en el
Martirologio.
c) O una Misa votiva o de diversas circunstancias.
d) O cualquier Misa de difuntos; con todo hay que
aplicar a los difuntos la misa diaria indicada.

6. Tal elección, tanto de la Misa como de las oraciones,


cuando esté permitido como se acaba de ver, depende:

a) Para la Misa conventual, del Abad; y en los


monasterios de monjas, de la Abadesa.
b) Para una Misa fuera de la Comunidad, del celebrante.

Sin embargo, cuando se trata de la Misa conventual o de


Misa con asistencia de pueblo, atiéndase en primer lugar al
bien espiritual de los Hermanos o Hermanas y de los fieles,
evitando que alguien imponga su propio capricho.

19
7. En caso de grave necesidad, se puede celebrar la Misa por
esa necesidad, por orden o con licencia del Ordinario, todos
los días, exceptuados los de solemnidad y Domingos de
Adviento, Cuaresma y Pascua.

8. En los días en que se celebra una memoria obligatoria y


lo exige una verdadera necesidad, se puede decir en
Comunidad o en una celebración con asistencia de pueblo
fuera de las Comunidad, la Misa correspondiente a esa
necesidad, a juicio del Abad o Abadesa o del mismo
celebrante.

C. LAS LECTURAS

1. En los domingos y fiestas se señalan tres lecturas, a saber,


de Profeta, de Apóstol y de Evangelio. Sin embargo, por
razones pastorales, las Conferencias episcopales las pueden
reducir a dos.

2. En el leccionario ferial se proponen lecturas para todos y


cada uno de los días de la semana a lo largo de todo el año;
por lo tanto se tomarán estas lecturas la mayor parte de las
veces para esos días señalados, excepto si en ellos cae
alguna fiesta o solemnidad.

Sin embargo, si la lectura continua se interrumpe durante la


semana debido a alguna fiesta o a celebración alguna
peculiar, le es permitido al sacerdote, habida cuenta del
curso semanal de las lecturas, agrupar con otras las partes
omitidas o establecer qué textos deben ser preferidos.

En las Misas para reuniones especiales le es permitido al


celebrante escoger lecturas adecuadas a esa celebración, con
tal que se tomen de un leccionario aprobado.

No se acuda al leccionario ferial, cuando la memoria tiene


lecturas estrictamente propias (es decir, que hacen

20
referencia al Santo o del Misterio en cuestión) o cuando las
lecturas no son aptas para esa celebración.

En Comunidad, tal elección la realiza el Abad o la Abadesa


aconsejados de los Hermanos o de las Hermanas.

D. LAS PLEGARIAS EUCARÍSTICAS

1. Solamente se pueden utilizar las plegarias eucarísticas


que se encuentran en el nuevo Misal o han sido
legítimamente aprobadas por la Sede Apostólica, según los
modos y términos por ella establecidos, para las diversas
regiones o provincias, naciones o territorios más extensos
donde se encuentran nuestros monasterios.

2. Aunque la elección de las plegarias eucarísticas se regula


por las normas del n. 322 de la Ordenación General del
misal romano, hay que tener en cuenta también las
facultades concedidas a ciertos países para utilizar fórmulas
variables (en el Canon romano “Reunidos en comunión” y
en las plegarias eucarísticas II y III “Santo eres en verdad”)
en los domingos y en los aniversarios del Misterio de la
Salvación.

3. En las Misas que tienen prefacio propio, no es correcto


utilizar una plegaria eucarística dotada de un prefacio
inseparable, esto es, que forma unidad con todo el texto de
la plegaria eucarística: lo que puede ocurrir, no sólo en la
plegaria IV, sino en otras aprobadas para ciertas Iglesias
particulares.

E. LA SAGRADA COMUNIÓN

Los fieles que han recibido la santísima Eucaristía, pueden


de nuevo recibirla en el mismo día, dentro de una
celebración en que participen, pero sólo una vez (cf. C.I.C.

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can 917 y la respectiva interpretación auténtica de 26 de
junio de 1984).

IV. DE LAS VARIAS CELEBRACIONES DURANTE EL AÑO

A. TIEMPO DE ADVIENTO

1. Hasta el 16 de diciembre, inclusive, no se permiten las


Misas “por diversas circunstancias”, votivas o cotidianas de
difuntos, a no ser por razones pastorales; con todo, se
permite la Misa de la memoria que caiga en ese día o la de
un Santo indicado ese día en el Martirologio.

2. Del 17 al 24 de diciembre, se dice todos los días una de las


antífonas mayores, llamadas “O”.

3. Del 17 al 31 de diciembre, si alguien quisiere celebrar una


memoria, ordene el Oficio y la Misa según lo indicado más
arriba.

B. TIEMPO DE NAVIDAD

1. En la Natividad del Señor:

a) En todas la Misas, a las palabras del Credo “y se hizo


hombre”, todos los que pueden se arrodillan.
b) Todos los sacerdotes pueden celebrar o concelebrar
tres Misas, con tal de que se haga a su debido tiempo. El
sacerdote puede hoy recibir tres estipendios. Si sólo
celebra una, escoja la que más se adecua al momento
del día.
c) Los fieles que hayan comulgado en la Misa de
medianoche, pueden comulgar de nuevo en una de las
Misas que se celebren durante el día.

2. En las ferias del Tiempo de Navidad (después del día 1 de


enero) no se permiten las misas “por diversas

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circunstancias”, ni las votivas, ni las cotidianas de difuntos,
a no ser por razones pastorales. Sin embargo, se permite la
Misa de la memoria que ocurra ese día o la de un santo
indicado ese día en el Martirologio.

C. PRESENTACIÓN DEL SEÑOR

1. Antes de la Misa conventual, se puede tener la bendición


de las candelas y la procesión o entrada solemne

2. En la procesión, el Abad (o el sacerdote celebrante) se


reviste de la casulla o capa pluvial.

3. La distribución de los cirios se puede de dos maneras: o al


principio, antes de la bendición, todos tienen en sus manos
las candelas, que se encienden mientras se canta la antífona
correspondiente; o por el sacristán, quien inmediatamente
después de la bendición y antes de la procesión las
distribuye y luego se encienden.

4. A la entrada de la iglesia, se comienza a cantar la antífona


de entrada, a la que sigue inmediatamente el “Gloria”, etc.

5. Mientras se canta la antífona del ofertorio, según


costumbre de la Orden, puede hacerse la ofrenda de las
candelas.

D. TIEMPO DE CUARESMA

1. Desde el miércoles de ceniza hasta la Vigilia pascual,


tanto en el Oficio como en la Misa, no se dice “Aleluya”.

2. Los domingos se suprime el Te Deum en Vigilias.

3. No se permite ninguna memoria obligatoria; y, si se


quiere celebrar una memoria (no el miércoles de ceniza ni

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en Semana santa), ordénese el Oficio y la Misa según el
modo particular descrito más arriba.

4. Están prohibidas las Misas votivas, a no ser por una causa


bastante grave o por razones pastorales con la autorización
o mandato del Ordinario. Igualmente no están permitidas
las Misas cotidianas de difuntos.

E. DOMINGO DE RAMOS O DE LA PASIÓN DEL SEÑOR

1. En todas las Misas de este domingo se hace memoria de la


entrada del Señor en Jerusalén, y, ciertamente, mediante la
procesión o una entrada solemne antes de la Misa
conventual o una entrada sencilla antes de las otras Misas.

2. En la procesión, el Abad (el sacerdote celebrante) se


reviste de la casulla o capa pluvial. Para la bendición de los
ramos se dice la oración propia del Ritual cisterciense o la
del Misal romano. La distribución de los ramos la hace el
sacristán o antes de la colecta de bendición o antes de la
proclamación del Evangelio. La procesión se regula según el
decreto de la S. C. para el Culto Divino de 31 de enero de
1973.

3. Después de la procesión o de la entrada solemne, se


omiten la señal de la cruz, el acto penitencial o aspersión del
agua del comienzo de la misa, y se dice inmediatamente la
colecta. A continuación prosigue la misa como de
costumbre.

4. La lectura de la Pasión se lee sin velas ni incienso, sin el


saludo y sin signar el libro. La lee el diácono, y, si no lo hay,
un concelebrante o el celebrante principal. La pueden leer
también lectores laicos, reservándose al diácono o al
sacerdote, si es posible, la parte de Cristo. Los diáconos, no
los demás, piden la bendición antes de la lectura, como para
el Evangelio.

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Al final, no se besa el libro ni se dice “Palabra del Señor”.

Según tradición de la Orden, al anunciar la muerte del


Señor, todos se postran y oran unos instantes en silencio.

5. Los que participan en la procesión o en la entrada


solemne de este día no rezan Tercia.

F. TRIDUO PASCUAL

1. El Triduo pascual de la Pasión y Resurrección del Señor


comienza con la Misa vespertina “de la Cena del Señor”,
tiene su centro en la Vigilia pascual y se cierra con las
Vísperas del domingo de Resurrección.

2. El Viernes santo “en la Pasión del Señor” y,


oportunamente, también el Sábado santo hasta la Vigilia
pascual, se guarda el santo ayuno pascual.

3. En este santo Triduo quedan prohibidas las misas de


difuntos, también las de exequias.

G. JUEVES SANTO Y MISA “DE LA CENA DEL SEÑOR”

1. Hoy solamente se permite (además de la Misa crismal por


el Obispo) la Misa “en la Cena del Señor”, como se dirá más
adelante.

2. Los que están enfermos pueden recibir la Comunión a


cualquier hora del día. Los demás pueden comulgar en la
Misa del crisma y en la “de la cena del Señor”.

3. La Misa “en la Cena del Señor” se celebra por la tarde, a


la hora más oportuna; los que participan en la Misa
conventual no rezan Vísperas.

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4. El sagrario está vacío; en esta Misa se consagran formas
suficientes para hoy y para mañana.

5. Mientras se canta el “Gloria” se tocan las campanas.


Terminado el cual, ya no se tocan hasta la Vigilia pascual, a
no ser que el Ordinario, por razones de conveniencia,
ordenare otra cosa.

6. El “mandato” tiene lugar: ya dentro de la Misa antes del


Evangelio o después de la homilía, ya inmediatamente antes
de la Misa en el claustro o en capítulo, en este caso es
conveniente que se suprima el acto penitencial al comienza
de la Misa. Cuando el “mandato” ha tenido lugar antes de la
Misa y en él se ha proclamado el evangelio de Juan 13, 1-15,
se puede poner otro texto para el de la Misa, a saber, Lc 22,
24-30 (S. C. para el Culto Divino, decreto de 16 de
septiembre de 1975).

7. Después de la comunión, sentados todos, se puede leer


algún trozo de las palabras del Señor en la última Cena, del
Evangelio de Juan, capítulos 13 y 14.

8. Rezada la oración de postcomunión, se omiten los ritos


de conclusión y se organiza a continuación la procesión
hacia la capilla, en que se reservará el Santísimo.

9. Terminada la celebración de este día, se despojan los


altares y se quitan, si es posible, las cruces de la Iglesia. Es
conveniente que se cubran las cruces que queden.

H. VIERNES SANTO EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

1. La celebración de la Pasión del Señor se regula según el


rito aprobado por la S. C. para el Culto Divino, de 31 de
enero de 1973. Se realiza por la tarde, alrededor de la Hora
de Nona; por razones pastorales se puede empezar más

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tarde; por lo tanto, quienes participan en esta celebración,
omiten las Horas de Nona y de Vísperas.

2. El Abad (sacerdote celebrante) y los ministros se revisten,


ya desde el inicio de la celebración, con ornamentos rojos,
como para la Misa.

3. El altar debe estar totalmente desnudo.

4. La veneración de la Cruz se puede organizar así,


libremente: o se descubre la Cruz mientras se canta una o
tres veces “Mirad el árbol de la Cruz” y a continuación se
cantan los y el himno “Oh Cruz fiel” u otros cantos, durante
la adoración de la Cruz; o la Cruz no está cubierta y primero
se cantan los improperios y luego sigue la invitación “Mirad
el árbol de la Cruz...”

5. Únicamente se distribuye la comunión dentro de la


celebración de la Pasión del Señor; a los enfermos se le
puede llevar a cualquier hora del día.

6. Acabada la comunión, las formas restantes se llevan de


manera sencilla al lugar de la reserva, en el que habrá una
lámpara encendida, como de costumbre.

I. SÁBADO SANTO

1. En este día, antes de la Vigilia pascual, solamente se


puede llevar la comunión por viático.

2. Los que participan en la Vigilia pascual no rezan


Completas.

K. DOMINGO DE PASCUA EN LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR

1. El Tiempo pascual empieza con la celebración de la Vigilia


pascual. Esta se celebra completamente durante la noche;

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por lo tanto, no se inicie antes de empezar la noche, ni se
acabe después de la aurora del domingo. Por lo tanto,
quienes participen en esta celebración no rezan Vigilias.

2. Durante la celebración litúrgica, los ministros están


revestidos de ornamentos blancos.

3. El pregón pascual, en caso de necesidad, lo puede


anunciar también un cantor que no sea diácono; en tal caso,
no recibe la bendición y omite la parte de la invitación “Por
eso, queridos hermanos...” y el saludo “El Señor esté con
vosotros”. Se puede cantar en forma más larga o más
abreviada.

4. En esta Vigilia, madre de todas las Vigilias, se proponen


nueve lecturas. Por razones pastorales se pueden reducir las
del Antiguo testamento; téngase, sin embargo, en cuenta
que la lectura de la Palabra de Dios es la parte fundamental
de esta Vigilia pascual; se leerán, al menos, tres lecturas del
Antiguo testamento, sin nunca la lectura del libro del
Éxodo.

5. Antes de las lecturas del Nuevo testamento se canta el


“Gloria”. Mientras, se tocan las campanas según la
costumbre del lugar. Para el Evangelio se puede llevar
incienso, pero no velas.

6. Después del Evangelio y de la homilía y antes de la


bendición del agua, se pueden cantar las Letanías de los
Santos.

7. En esta noche, la comunión no se puede distribuir fuera


de la celebración. Los fieles que comulguen en la Vigilia
pascual, pueden comulgar de nuevo en la segunda Misa de
Pascua.

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8. Los sacerdotes que celebren la Misa solemne de la Vigilia
pascual, pueden celebrar durante el día la Misa del domingo
de Resurrección.

9. Quienes hayan participado en la Misa de la Vigilia


pascual, cumplen con el precepto de participar en la Misa
del domingo de Resurrección.

L. TIEMPO PASCUAL

1. Los cincuenta días que van desde el domingo de


Resurrección al domingo de Pentecostés, se celebran en
gozo y exultación como si fueran un único día festivo, más
aún “un gran domingo”. Durante estos días se canta —“sin
interrupción”— el “Aleluya”.

2. Durante este tiempo:

a) El Cirio pascual está en el presbiterio o en el ambón


hasta el domingo de Pentecostés; enciéndase según
costumbre.
b) Hasta Pentecostés inclusive, en vez del “Ángelus” se
recita el “Regina cœli”.

3. En las ferias no se permiten las misas “por diversas


circunstancias”, ni las votivas, ni las cotidianas de difuntos,
a no ser por razones pastorales. Se permite, sin embargo, la
Misa de una Memoria que caiga en ese día o la de un Santo
que esté indicado ese día en el Martirologio.

4. Cuando se tenga que decir un Prefacio del tiempo, se


escoge uno pascual, de los que están en el Misal.

M. SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO

1. En esta solemnidad se suele hacer la procesión eucarística


y la exposición prolongada del Santísimo Sacramento.

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Pertenece al Abad el juzgar de la oportunidad de esta
procesión, dadas las circunstancias actuales.

2. Es conveniente que la procesión con el Santísimo se haga


después de la Misa con la Hostia consagrada en la Misa. No
hay inconveniente, sin embargo, en que la procesión se
realice después de la exposición prolongada del Santísimo.

3. El sacerdote que lleva el Santísimo, si la procesión se hace


después de la Misa, puede seguir con los ornamentos de la
Misa o tomar la capa pluvial blanca. Si la procesión no sigue
inmediatamente a la Misa, lleva la capa pluvial.

4. Según las costumbres locales, se pueden utilizar velas,


incienso y palio, bajo el que vaya el sacerdote que lleva el
Santísimo.

5. Los cantos y oraciones tiendan a que todos los fieles


expresen manifiestamente su fe en Cristo y dediquen un
tiempo a la oración a solas con el Señor.

6. Al terminar la procesión, se da la bendición con el


Santísimo, a no ser que se prolongue la exposición; al final
se hace la reserva.

N. CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS

Por la Constitución Apostólica de Benedicto XV,


“Incruentum altaris sacrificium”, de 10 de agosto de 1915,
se les permite a los sacerdotes celebrar en este día tres
Misas, pero con estas condiciones: una de las tres Misas, la
que prefiera, la pueden aplicar y percibir estipendio; pero
están obligados, sin percibir ningún estipendio, a aplicar
una en sufragio de todos los fieles difuntos y la otra por las
intenciones del Sumo Pontífice.

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O. ROGATIVAS Y CUATRO TÉMPORAS DEL AÑO
1. En las Rogativas y Cuatro Témporas, la Iglesia
acostumbra a pedir al Señor por todas las necesidades de
los hombres y a darle gracias, en primer lugar, por los frutos
de la tierra y por el trabajo de los hombres.

2. Teniendo en cuenta que son las Conferencias episcopales


quienes pueden adoptar las Rogativas y cuatro Témporas,
en cuanto al tiempo y al modo de celebrarlas, a las
necesidades de los fieles, es conveniente que los
monasterios no se aparten de lo que la Conferencia
episcopal de la región haya establecido. Referente a la
posibilidad de celebrarlas en uno o más días, o de su
repetición a través del año, aténgase a las normas de la
autoridad competente, según las necesidades locales.

3. La Misa para cada uno de estos días de celebración,


escójase de entre las votivas que mejor responda a la
necesidad por la que se pide.
P. CELEBRACIÓN DEL CAPITULO GENERAL
Al comienzo del Capítulo General de Abades y Abadesas, en
el día establecido y según las normas de elección de la Misa,
en todas las Comunidades de nuestra Orden se celebrará
por su éxito la Misa votiva del Espíritu Santo; en ella se dice
“Gloria”, oraciones propias, si parece oportuno, también
“Credo” y Prefacio propio del Espíritu Santo.
APÉNDICE: SUFRAGIOS POR LOS DIFUNTOS
Estos son los sufragios que, según lo establecido por los
Capítulos Generales de nuestra Orden, debemos a los
difuntos.

1. Una vez al año, en el día establecido y que se llama


“Conmemoración de todos los fieles difuntos”, que
celebrará el aniversario de todos los fieles difuntos.

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2. Una vez al mes, el día establecido por el Abad o la
Abadesa y no impedido por las rúbricas, se celebra la Misa
conventual por los Hermanos o Hermanas de nuestra
Orden, por nuestros parientes y por los demás difuntos que
nos afectan particularmente; los Hermanos sacerdotes que
celebran en particular esta Misa, harán igual que los
Hermanos concelebrantes. También se puede hacer, si le
parece oportuno al Abad o a la Abadesa, una celebración de
la Palabra.

3. Todos los días en el Oficio o Liturgia de la Horas, se hace


un sufragio o súplica en la oración.

4. Después del anuncio de la muerte:

a) De los Hermanos o Hermanas de nuestra Orden, y de


nuestro padre, madre, hermanos, hermanas, esposo e
hijos nuestros, en cada Comunidad, además de la Misa
mensual, cada uno de los Hermanos o Hermanas haga
por este difunto la obra piadosa que mejor le parezca.
b) Del Sumo Pontífice, del obispo diocesano, del Abad
General y del Padre Inmediato, se celebra la Misa
conventual por él.

5. En la muerte de un Hermano o Hermana de la


Comunidad:

a) Vigilias, exequias y Misa, según nuestro Ritual.


b) Una limosna por toda la Comunidad.
c) Tres Misas, que cada sacerdote de la Comunidad debe
aplicar después de la muerte (y se pueden celebrar en
Comunidad los días tercero, séptimo y trigésimo, según
las rúbricas).

Sin embargo, el Abad o Abadesa puede establecer, con el


consejo de sus Hermanos o Hermanas, algún sufragio más.

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