Levantando al caído
Octavo sábado                          24 de agosto
                           Propósito del Programa
Enseñar y poner en práctica lo que dice la Biblia sobre cómo tratar a las personas que
han caído en pecado o han abandonado la fe.
                                    Al director
Este programa se puede realizar en forma de panel o mesa redonda.
                                   Sugerencias
  ✓ Prepare una lista con los miembros inactivos o que estén bajo disciplina eclesiástica.
   Pida a la congregación que ore por ellos durante toda la semana.
  ✓ Organice la iglesia en varios grupos para que visiten a los integrantes de la lista
   sugerida en el punto anterior y compartan con ellos textos bíblicos y canciones que
   los motiven a volver.
  ✓ Puede realizar un programa especial el sábado en la noche para los miembros
   inactivos. Puede ser una cena que les haga sentir especiales. No olvide invitarlos a
   tiempo.
  ✓ Puede programar un bautismo o presentar el testimonio de alguien que haya
   regresado a la iglesia gracias a algún hermano que se haya preocupado por él o ella.
34 PROGRAMAS PARA LA ESCUELA SABÁTICA
Introducción
«En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis» (Mateo 25: 40).
Frecuentemente se utiliza esta cita para motivar el trabajo en favor de los pobres y necesitados, pero este
texto no se limita a ellos. También abarca a las personas que necesitan comprensión, aceptación y perdón,
y a aquellos que se han alejado de la iglesia o que han caído en pecado. Todos nosotros somos seres
humanos imperfectos y somos pro-pensos a caer en pecado; sin embargo, reaccionamos de una forma
cuando pecamos nosotros y de otra muy distinta cuando el que peca es nuestro prójimo, por lo general
somos más propensos a emitir juicios en el segundo de los casos.
«Las Escrituras enseñan claramente que a los que yerran se los ha de tratar con tolerancia y
consideración. Si se sigue la debida conducta, el corazón aparentemente endurecido puede ser ganado
para Cristo. El amor de Jesús cubre una multitud de pecados» (Consejos para los maestros, sec. 7, p. 254).
Esta mañana, es nuestro deseo que puedas, al igual que Jesús, levantar al caído.
Bienvenida Presentador
Feliz sábado para todos. «Todos los que seguimos a Cristo debemos tratarnos unos a otros exac-tamente
como deseamos que el Señor nos trate en nuestros errores y debilidades, porque todos erramos y necesi-
tamos su compasión y perdón» (Testimonios para la iglesia, t. 3, cap. 12, p. 106). Imagínate que Dios
decidiera tratarnos de la misma forma como nosotros tratamos a los demás, ¿cómo sería nuestra vida?
¡Alabado sea su nombre! Porque él no nos trata como merecemos sino como necesitamos que se nos trate.
Con estas palabras te invito a que extiendas tu mano al que está a tu lado y le digas: «Eres bienvenido a la
casa del Señor». (Invite a los panelistas a ocupar sus asientos).
Me duele reconocer que hay algunas personas que utilizan algunos pasajes bíblicos para rechazar y
apartar de sus vidas a las personas que han cometido algún error. Me gustaría saber qué dice Dios en su
Palabra respecto a cómo debemos tratarlos. Para analizar este tema hemos invitado algunas personas que
van a disertar al respecto. Saludos y bienvenidos.
Lectura bíblica y oración        Primer participante
Buenos días para todos, permítanme iniciar mi participación leyendo 1 Corintios 5: 1-5 (lee el texto en voz
alta). Si analizamos el contexto, Pablo habla de un hombre que al parecer convivía abiertamente con la
mujer de su padre. Se sentía cómodo en su vida pecaminosa y no se arrepentía. Un pecado que según el
mismo apóstol, ni los gentiles lo practicaban. La iglesia permaneció «envanecida», es decir, enorgullecida,
en lugar de sentirse triste, ya que ese hombre estaba deshonrado la causa de Dios. Es bien sabido que el
pecado de un miembro puede afectar a toda la congregación, y más cuando se practica abiertamente. El
apóstol dijo que un poco de levadura fermenta toda la masa (1 Corintios 5: 6). Antes de continuar,
vamos a ponernos de rodillas para pedir al Espíritu Santo que ilumine nuestra mente.
Himno Segundo participante
La confusión viene por la expresión: «el tal sea entregado a Satanás» (1 Corintios 5: 5). La iglesia es un
refugio espiritual donde nos congregamos para recibir bendiciones. Una persona que disfruta el pe-cado
no debe hallar cabida en la iglesia, como muestra de que tal actitud es reprochable y contraria a la Palabra
de Dios. Ahora bien. una vez que la persona esté afuera, expuesto al poder del enemigo y destruido por el
pecado, entonces tiene la oportunidad de recapacitar y pedir perdón a Dios y hallar la salvación. Por eso,
«entregar a alguien a Satanás» equivale a salvarlo. «La iglesia puede ser llamada a despedir de su
feligresía a los que no se corrijan. Es un deber doloroso que ha de hacerse. Ciertamente es un paso triste y
no debe tomarse hasta que todos los demás medios de corregir y salvar al que está en el error hayan
fracasado» (El evangelismo, cap. 10, p. 270). Cantemos con gozo el himno 558: Ama a tus prójimos.
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Tercer participante
La expresión: «Destrucción de la carne para salvar el espíritu» nos muestra que el propósito de la
disciplina eclesiástica es salvar a la persona y mantener la pureza espiritual de la congregación. El caso que
Pablo presenta en 1 Corintios 5 es el caso de un pecado público y se necesitaba tomar medidas públicas
que protegiesen a la iglesia y que fuesen de bendición para otros. Cuando el pecador reconociera sus
pecados y se arrepintiera, sucedería lo que dice la Palabra: ya no viviría para satisfacer la carne, ni mostrar
sus frutos, pues esta habría sido destruida y en vez de eso, manifestaría en su vida los frutos del Espíritu.
Abran sus Biblias en 2 Corintios 2: 5-11. Aquí Pablo presenta el caso de alguien que se ha arrepentido y por
lo tanto ha de ser perdonado. Pablo exhorta a que se acepte a tal miembro en la congregación con la
finalidad de que Satanás no se aproveche de la situación. A través de toda la Biblia lo que se manifiesta es el
amor y el perdón hacia los caídos. Nosotros hemos de manifestar ese mismo espíritu.
Intervención musical
(Entra sin anunciar)
Nuevo Hotizonte Cuarto participante
Lo esencial es que hemos de mostrar amor y compasión por aquellos que han caído. «Si con un propósito
serio y amante aprovechamos cada oportunidad para ayudar a levantar a los que han caído, nuestra vida
no habrá sido en vano. Nuestros modales no serán ásperos, imponentes ni dictatoriales, sino que nuestras
vidas tendrán la fragancia de la gracia de Cristo» (Testimonios para la iglesia, t. 5, cap. 47, p. 396).
Escuchemos a continuación el Nuevo Horizonte de esta semana.
Relato misionero Quinto participante
Quinto participante: (Lea en voz alta Gálatas 6: 1). Pablo dice: «Ustedes que son espirituales», es
decir, que en nosotros se manifiestan los frutos del Espíritu, debemos orar con esa persona,
sobrellevar sus cargas, acompañarla en ese proceso tan doloroso. Como dice el texto debemos
restaurarlo a la vida espiritual. El relato misionero de hoy nos llega desde Nueva Caledonia
División de clases Sexto participante
«La dracma perdida representa los pecadores extraviados y errantes. El cuidado con que la mujer buscó la
dracma perdida les enseña a los seguidores de Cristo una lección con respecto a su deber hacia los que
yerran y se extravían de la senda recta. [ ... ] Aquí se define claramente cuál es el deber de los cristianos
hacia aquellos que necesitan ayuda porque se han apartado de Dios. No se debe abandonar en las tinieblas
y el error a aquellos que han errado, sino que han de emplearse todos los medios de que se disponga para
traerlos de nuevo a la luz» (Testimonios para la iglesia, t. 3, cap. 14, p. 113). Quedamos divid dos en clases.
(Nos gustaría que durante la clase puedan planificar visitas y actividades especiales en favor de los miembros
inactivos. Puede distribuir los nombres de los miembros inactivos entre la clase para orar por ellos e incluirlos
en los proyectos).
36 PROGRAMAS PARA LA ESCUELA SABÁTICA
Conclusión Presentador
«En lugar de mantener a distancia a los errantes, los hermanos deben ir a su encuentro. En lugar de
censurarlos porque están en las tinieblas, deben encender sus propias lámparas para obtener más gracia
divina y un conocimiento más claro de las Escrituras. Y cuando tienen éxito, deben recibirlos alegremente,
y no con un espíritu de murmuración o haciendo un esfuerzo para darles a entender la magnitud de su
pecado. Si los puros ángeles de Dios saludan el evento con alegría, cuánto más deben regocijarse los
hermanos. Los que han errado necesitan piedad, ayuda, empatía. Sufren, y con frecuencia están abatidos y
desalentados. Necesitan sobre todo un amplio perdón» (ibíd., p. 114).
Himno final
558: Ama a tus prójimos.
Oración