GUÍA DEL LÍDER
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STUDY GUIDE
Nihil Obstat: XXX
Imprimatur: Excelencia Reverendísima Samuel J. Aquila, S.T.L., Arzobispo de Denver
Derechos de autor © 2016 Augustine Institute. Todos los derechos reservados.
Con la excepción de breves fragmentos utilizados en artículos y reseñas críticas,
ninguna parte de este documento puede ser reproducida, transmitida o almacenada
en cualquier forma, impresa o electrónica, sin la previa autorización del editor.
Algunos versículos bíblicos contenidos en este documento son de la Edición
Católica de La Biblia de Latinoamérica, Edición Pastoral, derechos de autor © 1972,
Sociedad Bíblica Católica Internacional-Roma. Utilizado con permiso. Todos los
derechos reservados.
Traducción en Español del Catecismo de la Iglesia Católica: Modificaciones basadas
en la Editio Typica, derechos de autor ©1997, United States Catholic Conference, Inc.—
Libreria Editrice Vaticana.
Escritores: Ashley Crane, Lucas Pollice, Sean Dalton, Becca Arend
Producción impresa/Diseño gráfico: Jeff Cole, Brenda Kraft, Christina Gray,
Jane Myers, Devin Schadt, Kathleen McCarty, Ann Diaz
Medios de comunicación: Steve Flanigan, Aurora Cerulli, Jon Ervin, Matthew Krekeler,
Justin Leddick, Kevin Mallory, Ted Mast, Edward Sri, Molly Sweeney
6160 South Syracuse Way, Suite 310
Greenwood Village, CO 80111
Información: (866) 767-3155
formed.org
Impreso en los Estados Unidos de Norteamérica
ISBN XXX
TABLA DE
CONTENIDO
DESCRIPCIÓN GENERAL
& PROGRAMA 2-10
SESIÓN 1:
¿Dónde Estás? 13-21
SESIÓN 2:
Un Encuentro de Misericordia 23-33
SESIÓN 3:
Acogido en Misericordia:
Explicación del Rito 35-47
SESIÓN 4:
Fundamentos Bíblicos:
El Pecado, la Misericordia y
el Sacramento de Reconciliación
49-59
SESIÓN 5:
PERDONADO:
Respuesta a tus Preguntas 61-71
PERDONADO: DESCRIPCIÓN GENERAL
Bienvenido al programa PERDONADO™. Estas sesiones están
cuidadosamente diseñadas para ayudar a que los Católicos se den
cuenta, de una manera más profunda, del don maravilloso de la
misericordia de Dios en el Sacramento de la Penitencia y Reconciliación
y para ayudarles a que este sacramento llegue a ser una parte regular
de su camino espiritual. PERDONADO también ha sido diseñado
de forma particular para ayudarles a los padres a prepararse para
la primera confesión de su hijo. Esta serie explorará los efectos
insondables y la gracia sanadora del Sacramento de Reconciliación.
En esta serie, los participantes descubrirán que Dios nos busca con
misericordia después de haber pecado y nos llama a que regresemos
a Él. Los participantes también analizarán el sacramento desde el punto
de vista del sacerdote y del penitente, así como los fundamentos de
los pasajes bíblicos propios del sacramento. Este estudio les ayudará
a darse cuenta de la belleza del Rito de la Penitencia y el poder
transformador que la gracia de Dios nos ofrece en este sacramento.
La serie PERDONADO utiliza tres componentes para comunicar el
mensaje: esta Guía del Líder, la Guía de Estudio para Participantes y los
videos de la sesión. Los tres están diseñados para complementarse uno
al otro y así enseñar a los participantes y animar a los padres de familia.
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Una mujer con sus manos en oración © TongRo Images Inc. / shutterstock.com
Cómo funciona el Programa PERDONADO
El programa PERDONADO está compuesto de las siguientes cinco sesiones
(más un video adicional para niños):
· ¿Dónde Estás? examina nuestra experiencia de culpabilidad y cómo Dios nos
busca y nos llama a regresar a Él después de que hemos pecado.
· Un Encuentro de Misericordia se enfoca en la increíble misericordia que Dios
nos ofrece en el Sacramento de Reconciliación.
· Acogido en Misericordia: Explicación del Rito explora el sacramento desde
la perspectiva del sacerdote y recorre el rito paso a paso, así como la forma en que
podemos hacer un examen de conciencia para prepararnos para la confesión.
· Fundamentos Bíblicos: El Pecado, la Misericordia y el Sacramento
de Reconciliación explora la revelación del amor misericordioso de Dios en las
Escrituras y cómo este modelo de nuestro Padre amoroso que perdona los pecados
de Sus hijos es la base del sacramento.
· PERDONADO: Respuesta a tus Preguntas responde algunas de las preguntas
más usuales acerca del sacramento, incluyendo el por qué necesitamos confesar
nuestros pecados a un sacerdote, qué es lo que realmente sucede durante la
confesión y cómo es que sanamos al decir nuestros pecados y recibir
la reconciliación.
· Para Niños: Cómo hacer una Excelente Confesión es un video atractivo y
alentador que muestra paso a paso el sacramento. Este video adicional les enseña
a los niños lo que verán, escucharán y harán cuando tengan su primera confesión.
Este video cubre el examen de conciencia, cómo es el confesionario, cada paso del
Rito de la Penitencia y lo que significa penitencia.
La serie PERDONADO se puede completar en cinco sesiones por separado o durante un
seminario de un día completo. PERDONADO puede ser un recurso ideal para el tiempo
de Adviento y Cuaresma, usándolo como un estudio parroquial o incluso para una
misión parroquial.
Sesiones para Padres de la Preparación Sacramental
Para formar a los padres de los niños que van a tener su primera confesión, les
recomendamos las primeras tres sesiones, que se pueden usar por separado o en una
sesión más larga. La Edición Parroquial también incluye una sesión adicional para padres,
que se puede utilizar en estas sesiones para padres. Al final de esta introducción puedes
encontrar ideas de cómo programar sesiones para los padres.
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Cómo guiar una sesión de PERDONADO
Guía del Líder
Esta guía instruye al líder paso a paso en el proceso para cada sesión. Las distintas
secciones están cuidadosamente implementadas para equipar al líder a que dirija
a los participantes a abrir sus corazones y mentes a la Palabra de Dios y a las
enseñanzas de la Iglesia Católica con respecto a la confesión.
Lo que Encontrarás en Cada Sesión de PERDONADO:
RESUMEN DE LA SESIÓN: El resumen de la sesión le proporciona al líder
una guía básica del contenido que se presentará y proporciona el contexto para
el tema.
OBJETIVOS DE LA SESIÓN: Los objetivos describen de manera clara lo
que los participantes deben aprender en cada sesión.
PASO 1: ORACIÓN INICIAL e INTRODUCCIÓN: La oración y la
introducción están incluidas en la Guía del Líder y en la Guía de Estudio. Invita a
los participantes a que oren en silencio o en voz alta. Luego lee la introducción.
PASO 2: CONEXIÓN: Cada sesión comienza con preguntas que se
relacionan con puntos importantes en el video para ayudar a los participantes a
meditar y hablar sobre el tema a tratar.
PASO 3: VIDEO: El segmento de video enseña el tema usando las Sagradas
Escrituras y la Sagrada Tradición de la Iglesia Católica y compartiendo historias
y testimonios. La Guía del Líder y la Guía de Estudio incluyen un esquema que
muestra los puntos importantes en el tema.
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PASO 4: DISCUSIÓN: Estas preguntas ayudan a los participantes a
reflexionar en los temas de la sesión juntos. Si el grupo es grande, se
recomienda formar grupos más pequeños para la discusión, con miembros
del equipo que ayuden a dirigir y mantener al grupo pequeño enfocado en
el tema.
Hemos incluido respuestas tentativas para las Preguntas de Discusión de
Grupos Pequeños en esta Guía del Líder. Puedes usarlas para ayudarte a
comenzar la discusión, proporcionar mejor claridad para el tema de estudio
o contestar alguna pregunta difícil.
PASO 5: COMPROMISO—Un Encuentro con la Misericordia
de Dios: Este paso no sólo llama a los participantes a comprender más
plenamente el Sacramento de Reconciliación, sino que también los invita
a una conversión más profunda hacia Cristo y Su Iglesia. Repasa esto
brevemente con los participantes.
PASO 6: CONCLUSIÓN Y ORACIÓN FINAL: Este paso resume
los puntos más importantes de la sesión. La oración está incluida en la
Guía del Líder y la Guía de Estudio. Invita a los participantes a que lean en
silencio o en voz alta.
MÁS A FONDO: Tanto la Guía del Líder como la Guía de Estudio
incluyen frases de santos, fragmentos del Catecismo de la Iglesia Católica
y de otros libros católicos como ayuda adicional para que los participantes
comprendan mejor algún tema en particular.
PARA MÁS ESTUDIO: Cada sesión concluye con algunas sugerencias
de recursos para continuar con el estudio y la reflexión,
que pueden ser de interés para los participantes, padres y líderes.
La Guía de Estudio
La Guía de Estudio contiene toda la información que una persona necesita para
participar de manera más productiva. Cada sesión incluye una breve Introducción,
la Oración Inicial, un esquema del Video, Preguntas de Discusión de Grupos
Pequeños, frases para la reflexión "Más a Fondo", Reflexión del Compromiso y la
Oración Final. Cada persona debe tener su propia Guía de Estudio.
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Cómo Guiar Grupos Pequeños
El éxito de cualquier grupo pequeño comienza con un líder comprometido. El dirigir
un grupo pequeño no significa que vas a dar una clase o enseñar; un líder exitoso
de un grupo pequeño ayuda a dirigir, a hacer que los demás integrantes interactúen
entre sí mientras van haciendo nuevos descubrimientos. Estos son algunos
consejos para ayudarte a empezar y facilitar tu grupo pequeño:
· Establece el Tono: Deja que los miembros del grupo sepan desde el
principio que su tiempo juntos está destinado para compartir y descubrir,
no para corregir. También recuerda a los participantes que cada pregunta y
respuesta es bienvenida y digna de discusión.
· Anima a la Participación: Anima a que todos los participantes
participen en la discusión. No tengas miedo de los periodos de silencio,
especialmente durante sus primeras reuniones. Si una persona comienza
a dominar el tiempo de discusión o se sale del tema, gentilmente dirígete
a la persona e invítala a que continúe con el tema después del tiempo en
grupo. Haz preguntas como "¿Qué es lo que el resto de ustedes piensan?"
o "¿Alguien más?". Anima a varias personas a que respondan.
· Preguntas Abiertas: Haz preguntas que invitan a la reflexión, más que
respuestas "sí" o "no", "verdadero" o "falso", o respuestas de una palabra.
Como líder, tu trabajo es hacer que los participantes piensen sobre el tema
y cómo las Escrituras y las reflexiones pueden ser pertinentes y aplicables a
su vida diaria.
· Afirma Respuestas: Las personas a veces son renuentes para hablar
por temor a decir algo equivocado o dar una respuesta incorrecta. Apoya a
cada participante diciéndoles frases como "Buena idea", "No había pensado
en eso", o "Es una buena observación". Este tipo de frases comunica que
valoras los comentarios y las opiniones de todos.
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Un grupo de personas © pixelheadphoto digitalskillet / shutterstock.com
· Evita Consejos: Recuerda que estás actuando como facilitador, no
como profesor universitario o consejero. En lugar de dar consejos o
un sermón, cuando sea apropiado, comparte cómo un pasaje de las
Escrituras o algo en el video te habló personalmente, o da un ejemplo de
cómo has podido aplicar un concepto específico en tu propia vida.
· Sé Flexible y Real: A veces, su tiempo de grupo puede salirse del
tema debido a algo que está pasando en nuestra cultura o comunidad
(por ejemplo, un desastre natural que ocurre en el área o un miembro del
grupo está experimentando una tragedia familiar). Usa temas relevantes
como un momento para mostrar a los participantes cómo Dios está
siempre con nosotros y que podemos encontrar en cada situación una
guía en las Escrituras, en las enseñanzas de la Iglesia, y en el Espíritu
Santo. Si manifiestas discusiones relevantes y transparencia, los
participantes del grupo serán más propensos a hacer lo mismo.
· Quédate Tiempo Extra Después de la Reunión: Como líder,
ofrece tu disponibilidad después de la hora de reunión para preguntas,
inquietudes o mayor discusión que un participante no haya mencionado
durante el tiempo programado. Si surge una pregunta que no sabes cómo
responder, menciona que no sabes la respuesta pero que vas a contactar
a alguien que sepa, como el párroco, el diácono de la iglesia o la diócesis.
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OPCIÓN DE CINCO REUNIONES POR SEPARADO
A continuación se muestra el esquema sugerido para una sesión individual cuando se
usa la serie PERDONADO en cinco sesiones de 90 minutos cada una.
Utiliza las asignaciones de tiempo como guía; la cantidad de tiempo dedicado a cada
sección varía de un grupo otro.
TIEMPO PASOS RESUMEN
ORACIÓN INICIAL/ Da la bienvenida a todos, haz la oración inicial y luego
5 Minutos
INTRODUCCIÓN comienza con la introducción de la sesión.
Haz las preguntas de Conexión para que los participantes
10 Minutos CONEXIÓN
se familiaricen con el tema.
30 Minutos VIDEO Vean juntos el segmento de video.
20 Minutos DISCUSIÓN Inicia la discusión de las preguntas en grupos pequeños.
10 Minutos DESCANSO
Guía a los participantes con un breve resumen de la tarea
10 Minutos COMPROMISO
(para hacer en casa) referente al compromiso.
CONCLUSIÓN Y Revisa los puntos principales y termina con
5 Minutos
ORACIÓN FINAL la oración final.
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OPCIÓN PARA UN DÍA COMPLETO
La serie PERDONADO también se puede ofrecer en un día completo con sesiones cortas. A
continuación se muestra un ejemplo de cómo podrías estructurar el día:
8:30 a.m. Registrarse/Convocación/Introducción
9:00–10:00 a.m. Sesión 1
DESCANSO
10:15–11:15 a.m. Sesión 2
DESCANSO
11:30 a.m.–12:30 p.m. Sesión 3
DESCANSO
1:30–2:30 p.m. Sesión 4
DESCANSO
2:45–3:45 p.m. Sesión 5
Para cada sesión de 60 minutos, utiliza el formato sugerido que se muestra a continuación:
TIEMPO PASOS RESUMEN
ORACIÓN INICIAL/ Da la bienvenida a todos, haz la oración inicial y luego
5 Minutos
INTRODUCCIÓN comienza con la introducción de la sesión.
Haz las preguntas de Conexión para que
10 Minutos CONEXIÓN
los participantes se familiaricen con el tema.
25 Minutos VIDEO Vean juntos el segmento de video.
Inicia la discusión de las preguntas en
10 Minutos DISCUSIÓN
grupos pequeños.
Guía a los participantes con un breve resumen de la
5 Minutos COMPROMISO
tarea (para hacer en casa) referente al compromiso.
CONCLUSIÓN Y Revisa los puntos principales y termina con la
5 Minutos
ORACIÓN FINAL oración final.
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FORMATO DE REUNIÓN PARA PREPARACIÓN
DE PADRES PARA EL SACRAMENTO
La serie PERDONADO se puede compartir con padres en distintas formas. A
continuación se muestran algunas ideas:
Una Sesión:
Las parroquias pueden dirigir una reunión para padres de 2½ horas, usando
las primeras tres sesiones de PERDONADO y teniendo 10 minutos de discusión
en grupos pequeños después de cada episodio, incluyendo dos pequeños
descansos.
Dos Sesiones:
Las parroquias pueden ofrecer dos sesiones de 2 horas, siguiendo el formato
de 60 minutos que se mostró anteriormente, presentando las sesiones de la
siguiente manera:
Sesión 1: PERDONADO Sesión 1 Y 2
Sesión 2: PERDONADO Sesión 3 y Sesión Adicional para Padres*
Tres Sesiones:
Las parroquias pueden también ofrecer tres sesiones de 2 horas cada
una, siguiendo el formato de 60 minutos que se mostró anteriormente y
presentando cada una de las sesiones de la siguiente manera:
Sesión 1: PERDONADO Sesión 1 Y 2
Sesión 2: PERDONADO Sesión 3 Y 4
Sesión 3: PERDONADO Sesión 5 y Sesión Adicional para Padres*
*La Sesión Adicional para Padres no incluye una Guía del Líder o
una Guía de Estudio. Dura 16 minutos y puede usarse teniendo
una discusión en grupos pequeños al final, pidiéndoles a los
padres que platiquen de las formas en
que pueden preparar mejor a sus
hijos para su primera confesión.
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Padre e hijo © Hogan Imaging
shutterstock.com
NOTAS
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NOTAS
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SESIÓN 1
¿Dónde Estás?
RESUMEN DE LA SESIÓN
Lee este resumen con anticipación para que te familiarices con la sesión.
San Pablo, en su Carta a los Romanos, dice que "todos pecaron y están faltos de la
gloria de Dios" (Romanos 3:23). El pecado—y la culpabilidad que resulta del mismo—
es una experiencia universal. Tal vez tratamos de justificar nuestros pecados e ignorar
la culpabilidad. Tal vez la culpa llega a consumirnos y no podemos ver una salida. Pero
esa culpabilidad no debe ser ignorada, tampoco debe consumirnos. La culpabilidad
es una llamada de atención que Dios desea usar para acercarnos de nuevo a Él de
manera misericordiosa.
Nuestro encuentro con Dios en el Sacramento de Reconciliación siempre inicia con
Dios mismo que nos busca. La culpabilidad que experimentamos cuando pecamos es
la llamada misericordiosa de Dios que nos llama, así como llamó a Adán y Eva en el
Jardín del Edén: "¿Dónde estás?" (Génesis 3:9). Dios nos busca cuando hemos pecado,
no para regañarnos o castigarnos, sino para ofrecernos Su sanación y Su perdón. Es
ciertamente verdad que Dios es omnipotente y justo, pero antes que todo Él es nuestro
Padre amoroso y misericordioso. Si entendemos esto, entonces la culpabilidad no será
algo malo que haya que evitar o ignorar, ni será otra herida en nuestros corazones que
ya están rotos; más bien, se convierte en un paso hacia la reconciliación.
Cuando los sentimientos de culpabilidad nos confrontan, tenemos una oportunidad:
¿encontraremos maneras de distraernos y justificar nuestro comportamiento o
reconoceremos la llamada de atención de Dios y haremos los cambios necesarios
en nuestras vidas? Dios está caminando en el jardín de nuestras vidas, diciéndonos a
cada uno de nosotros: "¿Dónde estás?". ¿Le permitirás que te encuentre y te sane?
MÁS A FONDO
La contrición, es decir, sentir arrepentimiento por el pecado, es buena porque
significa que deseamos arrepentirnos y reconciliarnos con Dios. Hay dos tipos de
contrición: (1) perfecta, que significa que estamos tristes porque amamos a Dios
sobre todas las cosas y nos duele haberlo ofendido (ver CIC 1452); (2) imperfecta,
que significa que estamos arrepentidos porque tememos el castigo por nuestros
pecados (ver CIC 1453).
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OBJETIVOS DE LA SESIÓN
• Comprender que Dios usa nuestros sentimientos de culpabilidad para
atraer nuestra atención y mostrarnos que algo necesita cambiar.
• Reconocer las distintas maneras en que tendemos a reaccionar ante una
experiencia de culpabilidad.
• Entender que Dios es un Padre amoroso que nos busca cuando pecamos.
PASO 1: ORACIÓN INICIAL
Comienza esta sesión haciendo la ORACIÓN INICIAL, que
también se encuentra en la Guía de Estudio en la página 6.
Luego lee o da un resumen de la INTRODUCCIÓN para tu grupo.
Desde el abismo clamo a ti, Señor,
¡Señor, escucha mi voz!
que tus oídos pongan atención
al clamor de mis súplicas!
Señor, si no te olvidas de las faltas,
Adonai, ¿quién podrá subsistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así se te venera.
Espero, Señor, mi alma espera,
confío en tu palabra;
mi alma cuenta con el
Señor más que con la aurora, el centinela.
Como confía en la aurora el centinela,
así Israel confíe en el Señor; porque junto al Señor
está su bondad y la abundancia de sus liberaciones,
y él liberará a Israel de todas sus culpas.
Amén.
—Salmo 130
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INTRODUCCIÓN
¿Alguna vez has recibido una "llamada de atención" que
te inspiró a hacer un cambio en tu vida? Tal vez fue algo
importante, como una situación de salud que te forzó a tomar
mejores decisiones. O tal vez fue algún comentario de un
amigo que te convenció a llevar a cabo una acción diferente
en cierto asunto. Cuando nos desviamos del curso de nuestra
vida, Dios a menudo nos envía una llamada de atención
para acercarnos a Él. Pero algunas veces es difícil, e incluso
doloroso, parar, escuchar y dar la vuelta. Gracias a Dios, Él
no nos pide que lo hagamos por nuestra propia cuenta. Él no
sólo nos llama a regresar a casa, sino que también camina
con nosotros en cada paso del camino.
PASO 2: CONEXIÓN
¿Puedes compartir una experiencia que haya sido una "llamada de atención"
en tu vida?
¿Qué crees que es lo más importante de ser un Cristiano?
“En la vida del cuerpo, algunas veces el hombre está enfer-
mo, y a menos que tome medicina, morirá. Más aún en la vida
espiritual, un hombre está enfermo debido al pecado. Por esta
razón necesita medicina para que pueda restablecer su salud;
y esta gracia es derramada en el Sacramento de Penitencia".
—Santo Tomás de Aquino
16 Un reloj de alarma antiguo © doomu / shutterstock.com
Un Sacerdote en el confesionario © Anneka / shutterstock.com
PASO 3: VIDEO
Da una introducción y muestra el episodio del video para esta sesión, que durará
aproximadamente 23 minutos. Los participantes pueden seguir el esquema en sus Guías
de Estudio y tomar notas mientras se muestran los puntos más importantes durante la
explicación. Luego continúen con la discusión de las preguntas en el Paso 4.
I. Llamada de atención
A. La culpabilidad puede ser el camino que Dios utiliza para llamar nuestra atención
B. Nos señala que algo necesita cambiar
C. ¿Cómo manejamos la culpabilidad?
1. Encontrando distracciones
2. Racionalizando nuestro comportamiento
3. Culpando a otros
4. Admitiendo que estamos equivocados
II. Pecado
A. Se refiere a romper una relación, no sólo desobedecer una regla
B. Nos conduce a escondernos de Dios, como lo hicieron Adán y Eva
III. La perspectiva de Dios
A. Sobre todas las cosas, Dios es amor
B. “Padre” es quien Dios es; “Legislador” , “Juez,” etc. es lo que Él hace
C. “¿Dónde estás?”
1. Cuando pecamos Dios nos busca
2. El único pecado que Dios no puede olvidar
es aquel por el que no pedimos perdón
“La confesión es un acto de honestidad y
valentía—un acto de encomendarnos, más
allá del pecado, a la misericordia de un Dios
amoroso y que perdona. Es un acto del hijo
pródigo que regresa a su Padre y es recibido
por Él con el beso de la paz".
—Papa San Juan Pablo II
(tomado de una homilía dada en 17
San Antonio el 13 de septiembre de 1987)
PASO 4: DISCUSIÓN
Lee las siguientes preguntas, dándoles a los grupos pequeños tiempo para
responder a cada una de ellas. Haz referencia a las respuestas sugeridas (en
letra itálica) según sea necesario para ayudar a facilitar la conversación. Las
respuestas pueden variar.
1. ¿Cuál es tu interpretación de esta frase: "Cuando pecamos, Dios no nos
ama menos, sino que nosotros nos amamos menos".
(En Génesis 3:8 leemos: "Oyeron después la voz de Yavé Dios que se
paseaba por el jardín, a la hora de la brisa de la tarde. El hombre y su mujer
se escondieron entre los árboles del jardín para que Yavé Dios no los viera".
Adán y Eva sabían del amor incondicional de Dios por ellos y aún así tuvieron
miedo y se escondieron de Él. ¿Qué fue lo que cambió? "El hombre, tentado
por el diablo, dejó morir en su corazón la confianza en su Creador" [CIC
397]. Como resultado de su pecado y de su vergüenza, Adán y Eva tuvieron
dificultad de confiar en el amor de Dios hacia ellos).
2. “Llega un momento en que uno debe tomar una posición que no es ni
segura, ni política, ni popular, mas sin embargo, debe tomarla porque su
conciencia le dice que es lo correcto".
—Martin Luther King Jr., Un Testamento de Esperanza: Los Escritos y los Discursos Esenciales
A la luz de esta frase, ¿por qué es esencial que tengamos una conciencia
bien formada para ser felices?
Una cadena rompiéndose © Sashkin / shutterstock.com
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(El pecado nos hiere y la virtud nos recompensa. La virtud es el hábito de hacer
lo que sabemos que es correcto y como resultado somos recompensados
con la libertad... la libertad de amar desinteresadamente. Una conciencia bien
formada nos ayuda a conocer lo que es verdadero, bueno y bello, para que
podamos tomar las decisiones correctas con nuestras acciones).
3. “¡Dios no sólo desea más de nosotros, Él desea más para nosotros!”
¿Qué crees que significa esta frase?
(Es fácil hacer cosas buenas porque pensamos que Dios quiere que pongamos
una palomita en una lista de cosas por hacer: asistir a Misa, orar cada día,
dejar de quejarnos tanto, ir a confesarnos... y la lista podría continuar. Pero en
realidad, ¡Dios sólo nos pide que hagamos cosas que incrementarán nuestra
capacidad para ser partícipes de Su vida y amor! El Catecismo enseña que
"de todas las criaturas visibles sólo el hombre es 'capaz de conocer y amar a
su Creador', y es la 'única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí
misma'; sólo él está llamado a participar, por el conocimiento y el amor, en la
vida de Dios. Para este fin ha sido creado..." [CIC 356]. Al cooperar con la gracia
de Dios, crecemos en nuestra capacidad de resistir la tentación y crecer en
la capacidad de amar como Dios nos ama. Ésta es la razón por la que fuimos
creados en el "más" que Dios desea para nosotros).
“La conciencia moral es un juicio de la
razón por el que la persona humana
reconoce la cualidad moral de un acto
concreto que piensa hacer, está haciendo
o ha hecho".
—CIC 1778
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Un hombre orando en la iglesia © Dzmitry Malyeuski / shutterstock.com
PASO 5: COMPROMISO—Un Encuentro con la Misericordia de Dios
Dirige a los participantes a la sección de COMPROMISO en la página 10 de sus
Guías de Estudio y anímalos a que tomen tiempo para hacer esta tarea en casa y a
que se preparen para compartir en grupo la siguiente vez que se reúnan.
Considera el llamado de Dios a Adán y a Eva después de haber pecado: "Oyeron
después la voz de Yavé Dios que se paseaba por el jardín, a la hora de la brisa de
la tarde. El hombre y su mujer se escondieron entre los árboles del jardín para que
Yavé Dios no los viera. Yavé Dios llamó al hombre y le dijo: '¿Dónde estás?'"
(Génesis 3:8–9).
El primer impulso de Adán y Eva después de su pecado es esconderse de Dios. Ellos
sienten la misma culpabilidad que nosotros experimentamos cuando sabemos que
hemos hecho algo mal, y esto causa alejarnos de Él. ¿Alguna vez sientes un deseo de
esconderte de Dios? ¿Por qué o por qué no?
Pide a los participantes que escriban sus reflexiones en el espacio asignado en la
Guía de Estudio.
Cuando Dios viene al Jardín, Él ya sabe del pecado de Adán y Eva. Él los busca,
no para llamarles la atención por sus acciones y pagar el precio por su error; Él no
los busca para regañarlos o castigarlos. Dios los está llamando de nuevo a que
regresen—a que salgan de la vergüenza y dejen de esconderse, para que regresen a
Él. Dios desea reparar el daño que el pecado ha hecho.
Dios nos ama tanto que Él no permitirá que nada se interponga entre nosotros y Su
amor. Antes de que Adán y Eva hayan aún expresado dolor por su pecado, Dios los
busca. ¡Ésta es la belleza increíble de la misericordia de Dios! Como San Pablo lo dice
en su Carta a los Romanos: " Pero Dios dejó constancia del amor que nos tiene: Cristo
murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores" (Romanos 5:8).
Dios no espera a que nosotros regresemos a Él después de que hemos
pecado—Él viene en busca de nosotros, así como buscó a Adán y a Eva.
En Su amor misericordioso, Él nos busca para llevarnos de nuevo a casa.
Él nos está preguntando a cada uno de nosotros: "¿Dónde estás?"
¿Cuál es tu respuesta? ¿Cuáles son algunas áreas en tu vida que
necesitas entregar al amor misericordioso de Dios?
Pide a los participantes que escriban sus reflexiones en el espacio
asignado en la Guía de Estudio.
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Una manzana © Mega Pixel / shutterstock.com
PASO 6: CONCLUSIÓN Y ORACIÓN FINAL
A continuación se muestran los puntos importantes que los participantes
deben entender de esta sesión:
1. La culpabilidad no es algo malo—algo que debemos ignorar o justificar—
sino más bien es una llamada de atención y un paso hacia la reconciliación con Dios.
2. Las distintas maneras en que enfrentamos la culpabilidad, incluyendo la distracción
y cambiando el proceso de nuestro pensamiento para justificarlo, pueden evitar que
reconozcamos nuestros pecados y nuestra necesidad del perdón de Dios.
3. Y sobre todas las cosas, Dios es un Padre amoroso y misericordioso que nos busca
cuando hemos pecado para llamarnos de nuevo a nuestra relación con Él.
ORACIÓN FINAL
Ten piedad de mí, oh Dios, en tu bondad, por tu gran corazón, borra mi falta.
Que mi alma quede limpia de malicia, purifícame tú de mi pecado.
Pues mi falta yo bien la conozco y mi pecado está siempre ante mí;
contra ti, contra ti sólo pequé, lo que es malo a tus ojos yo lo hice. Por eso en tu sentencia
tú eres justo, no hay reproche en el juicio de tus labios.
Rocíame con agua, y quedaré limpio; lávame y quedaré más blanco que la nieve.
Haz que sienta otra vez júbilo y gozo y que bailen los huesos que moliste.
Aparta tu semblante de mis faltas, borra en mí todo rastro de malicia.
Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un firme espíritu.
No me rechaces lejos de tu rostro ni me retires tu espíritu santo.
Dame tu salvación que regocija, y que un espíritu noble me dé fuerza.
Señor, abre mis labios y cantará mi boca tu alabanza.
Amén.
—Psalm 51:1–4, 7–12, 15
PARA MÁS ESTUDIO
Catecismo de la Iglesia Católica, 1422–1429
Papa San Juan Pablo II, Reconciliatio et Paenitentia (Reconciliación y Penitencia),
Exhortación Apostólica Post-sinodal (1984)
Parábola del Hijo Pródigo, Lucas 15:11–32 21
NOTAS
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TM
SESIÓN 2
Un Encuentro de Misericordia
RESUMEN DE LA SESIÓN
Lee este resumen con anticipación para que te familiarices con la sesión.
En la última sesión vimos cómo Dios usa nuestros sentimientos de culpabilidad
como una "llamada de atención" para conducirnos de nuevo a Él en el Sacramento
de Reconciliación. Cuando el pecado nos lleva a escondernos de Dios, Él viene a
buscarnos. En esta sesión veremos más de cerca el amor misericordioso de Dios y
cómo desea sanarnos en este sacramento.
La carga pesada de culpabilidad a veces nos conduce a sentir que nuestros pecados
definen quiénes somos—que no somos simplemente pecadores, sino que somos
nuestros pecados. Sin embargo, así no es como Dios nos mira. El Papa San Juan Pablo
II dijo: “No somos la suma de nuestras debilidades y errores; somos la suma del amor
del Padre por nosotros y nuestra verdadera capacidad de llegar a ser la imagen de Su
Hijo” (Homilía en la Jornada Mundial de la Juventud en Toronto, 28 de julio del 2002).
Dios conoce nuestros pecados y nos ama a pesar de ellos. Y debido a Su gran amor
por nosotros, Él continuamente nos invita a arrepentirnos y a que regresemos una vez
más a Él.
El pecado siempre daña nuestras relaciones con Dios y con los demás, y,
dependiendo de la gravedad del pecado, puede romper esas relaciones. Por eso
necesitamos la gracia sanadora de Dios: porque sana esas relaciones rotas o dañadas.
Él nos llama al Sacramento de Reconciliación no sólo para perdonarnos y limpiar
nuestros pecados, sino también para sanar nuestras heridas y las causas primordiales
de nuestros pecados. Dios hace esto por Su propio poder y autoridad, pero Él desea
que nosotros lo hagamos a través de la mediación de otro ser humano, el sacerdote—
para que podamos tener un encuentro con el amor y la misericordia de Dios en una
forma muy real y tangible.
Es importante recordar que la confesión no es solamente un lugar para borrar nuestro
pizarrón. Es un encuentro poderoso con Jesucristo por el cual Él vierte Su amor
sanador en nuestros corazones. Es un encuentro con la Misericordia misma.
24
MÁS A FONDO
El Catecismo, en el párrafo 1428, habla de la confesión como una "segunda conversión"
para el bautizado, la cual tiene como objetivo una conversión interior del corazón. Esta
conversión interior reorienta nuestros corazones hacia Dios. La conversión es un deseo
de cambiar, mientras ponemos nuestra esperanza en la misericordia de Dios y sobre
todo es el trabajo de la gracia. Debido a que todavía tenemos que luchar contra la
concupiscencia (nuestra tendencia a pecar), incluso después del Bautismo, el Sacramento
de Reconciliación nos ayuda a volver al camino correcto. Aunque no es estrictamente
necesario confesar los pecados veniales, es decir, aquellos que debilitan mas no
destruyen la vida de gracia en el alma, la Iglesia recomienda considerablemente que
confesemos estas faltas, debido a que la recepción frecuente del sacramento nos ayuda a
formar nuestra conciencia, a luchar en contra del pecado y a crecer espiritualmente.
Además, la confesión también es una anticipación del juicio final. Elegimos ya sea la vida
o la muerte en esta vida, y Dios en Su misericordia desea que seamos libres para elegir la
vida (ver CIC 1470).
OBJETIVOS DE LA SESIÓN
• Reconocer que Dios es amor y que Su misericordia fluye
de Su gran amor por nosotros.
• Entender que tenemos un encuentro con Cristo
mismo en el Sacramento de Reconciliación.
• Confiar que Dios desea sanar la causa
primordial de nuestro pecado en la confesión.
• Recibir fortaleza al saber que el sacramento
nos da una gracia poderosa para combatir
la tentación y el pecado.
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Moisés y los Mandamientos por Gustave Dore © ruskpp /
shutterstock.com
PASO 1: ORACIÓN INICIAL
Comienza esta sesión haciendo la ORACIÓN INICIAL,
que también se encuentra en la Guía de Estudio
en la página 14. Luego lee o da un resumen de la
INTRODUCCIÓN para tu grupo.
Señor Jesucristo,
Tú nos muestras la gloria del Padre,
el Dios de misericordia y perdón,
el Dios que es amor.
Ayúdanos a confiar más plenamente
en Tu divina misericordia
y confiar completamente en Tu amor sin fin.
Enséñanos a ser misericordiosos como el Padre,
para que todo el mundo pueda
conocer y confiar en Tu amor misericordioso.
Te lo pedimos por la intercesión de María,
Madre de Misericordia.
Amén.
INTRODUCCIÓN
Dios nos ama en el lugar donde nos encontramos
espiritualmente, pero Él nos ama demasiado para
dejarnos ahí. En la última sesión vimos que la
culpabilidad es una llamada de atención—
una forma de llamar nuestra atención para regresar
a Dios cuando hemos pecado. En esta sesión
estudiaremos más de cerca la invitación de Dios para
que encontremos Su misericordia y Su sanación en una
forma muy real y tangible en el Sacramento
de Reconciliación.
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Manos orantes © TairA / shutterstock.com
“Toda persona que está en Cristo es una creación nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo
ha llegado. Todo eso es obra de Dios, que nos reconcilió con Él en Cristo y que a nosotros
nos encomienda el mensaje de la reconciliación. Pues en Cristo Dios estaba reconciliando el
mundo con Él; ya no tomaba en cuenta los pecados de los hombres, sino que a nosotros nos
entregaba el mensaje de la reconciliación. Nos presentamos, pues, como embajadores de
Cristo, como si Dios mismo les exhortara por nuestra boca. En nombre de Cristo les rogamos:
¡déjense reconciliar con Dios! Dios hizo cargar con nuestro pecado al que no cometió pecado,
para que así nosotros participáramos en Él de la justicia y perfección de Dios”.
—2 Corintios 5:17–21
PASO 2: CONEXIÓN
¿Puedes describir algún momento en que estuviste muy consciente de la
presencia de Dios en ti?
¿Quién ha sido alguien que más te haya ayudado en la vida?
“En su solicitud materna, la Iglesia nos concede
la misericordia de Dios que va más allá del simple
perdón de nuestros pecados y actúa especialmente
en el Sacramento de Reconciliación”.
—CIC 2040
Iglesia de San Francisco de Asís © Curioso / shutterstock.com
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PASO 3: VIDEO
Da una introducción y muestra el episodio del video para esta sesión, que durará
aproximadamente 20 minutos. Los participantes pueden seguir el esquema en sus
Guías de Estudio y tomar notas mientras se muestran los puntos más importantes
durante la explicación. Luego continúen con la discusión de las preguntas en el Paso 4.
I. La Mujer encontrada en adulterio (Juan 8)
A. ¿Cómo se estaba sintiendo?
B. Encuentro inesperado con el amor y la misericordia de Dios
1. Jesús no la condenó
2. Él tampoco condonó sus pecados
C. Dios nos mira como somos y nos ama
D. La confesión nos ofrece un nuevo comienzo
1. No somos nuestros pecados
2. La misericordia nos invita a una vida mucho mejor
II. La misericordia de Dios
A. Dios es misericordioso
B. Constantemente Dios nos busca
C. Tenemos un encuentro con Jesús mismo en el Sacramento de Reconciliación
D. Jesús les dio a Sus apóstoles Su propia autoridad y poder para perdonar pecados
1. Dios siempre ha utilizado mediadores
2. El sacerdote actúa in persona Christi capitis, “en la Persona de Cristo,
como Cabeza”
28 El regreso del hijo pródigo por Rembrandt / Restored Traditions.
Todos los derechos reservados.
III. El aspecto humano del sacramento
A. Dios sabe que necesitamos una experiencia tangible de misericordia y de perdón
B. La confesión nos da un encuentro físico con la realidad sobrenatural de la gracia
C. Tenemos una necesidad humana de decir "lo siento"
D. Tenemos una necesidad humana de realmente escuchar a alguien decir que
hemos sido perdonados
IV. Sanación
A. En la confesión Jesús perdona nuestros pecados
B. Él también desea enfocarse en la causa principal de nuestro pecado y sanar las
heridas del pecado en nuestra alma
C. El sacramento nos da la gracia de "ir y no pecar más"
D. Dios nos ofrece Su misericordia para que podamos extender Su misericordia
en el mundo
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PASO 4: DISCUSIÓN
Lee las siguientes preguntas, dándoles a los grupos pequeños tiempo para responder a
cada una de ellas. Haz referencia a las respuestas sugeridas (en letra itálica) según sea
necesario para ayudar a facilitar la conversación. Las respuestas pueden variar.
1. Según los psicólogos, una crisis de identidad ocurre cuando alguien no está seguro
de su papel en la vida y se siente como si no se conociera a sí mismo. En otras palabras,
alguien que está experimentando una "crisis de identidad" no es capaz de proporcionar
una respuesta a la pregunta "¿Quién eres?". ¿Qué diferencia crees que Jesús hace en la
formación de una identidad fuerte?
(Jesús nos manifiesta que nuestras faltas y errores no definen quiénes somos; más bien,
somos definidos por el amor que Dios nos tiene. Y de igual manera, nuestros éxitos y logros
tampoco nos definen– por muy buenos que sean no pueden hacer que Dios nos ame
más de lo que ya nos ama. Nuestro Bautismo define nuestra identidad – en Jesús somos
reconciliados con Dios y con los hijos e hijas de nuestro Padre celestial).
2. La santidad y el pecado tienen una relación inversa. Mientras el pecado crece, la
santidad disminuye, y viceversa. Dicho esto, era común para muchos de los santos el
ir a la confesión frecuentemente. Por ejemplo, se sabe que el Papa San Juan Pablo II y
Santa Teresa de Calcuta (Madre Teresa) iban a confesarse una vez a la semana. ¿Cómo
explicamos esta aparente contradicción?
(La mayoría de los Católicos entienden que recibimos el perdón de nuestros pecados
en la confesión. Sin embargo, el sacramento ofrece mucho más que eso. El pecado no
es simplemente una mancha en nuestra alma, es una herida. Vamos a la tintorería para
limpiar manchas, pero vamos al doctor para sanar heridas. Jesús es el Divino Doctor. En
el sacramento, Jesús nos sana de las heridas causadas por el pecado y de la raíz que los
causa. Jesús no sólo está borrando nuestros errores – Él está dándonos la gracia para
transformar nuestras vidas. Los santos, en su experiencia de esta transformación, llegaron
a darse cuenta más perfectamente de sus heridas y desearon la sanación).
3. En la confesión, ¿por qué el sacerdote dice "Yo te absuelvo de tus pecados" y no "Dios
te absuelve de tus pecados"?
(Jesús prometió que Él permanecería con nosotros: "Yo estoy con vosotros todos los
días hasta el fin del mundo" [Mateo 28:20]. Él ha cumplido esta promesa por medio de la
mediación de Sus sacerdotes. Jesús habla a través del sacerdote en el Sacramento de
Penitencia. San Juan Vianney dijo: "¿Quién es un sacerdote? Un hombre quien toma el
lugar de Dios—un hombre a quien se le otorgan todas las facultades de Dios". Algunos
pueden rebatir esta mediación y decir "Dios no necesita un sacerdote para perdonarme
mis pecados". ¡Es cierto! Pero, ¿qué es lo que necesitamos? Como seres humanos, tenemos
necesidad de experimentar la realidad a través de nuestros sentidos. Por medio de la
mediación del sacerdote en el sacramento, nosotros experimentamos, por medio de
nuestros sentidos, la realidad de que Dios existe y que nos perdona nuestros pecados
cuando nos arrepentimos, para que podamos conocer, muy dentro de nuestro ser, que
hemos sido reconciliados con Dios y con Su Iglesia).
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Imagen de la Divina Misericordia © GoneWithTheWind / shutterstock.com
PASO 5: COMPROMISO—Un Encuentro con la Misericordia de Dios
Dirige a los participantes a la sección de COMPROMISO en la página 19 de sus Guías
de Estudio y anímalos a que tomen tiempo para hacer esta tarea en casa y a que se
preparen para compartir en grupo la siguiente vez que se reúnan.
La historia de la mujer encontrada en adulterio en el Evangelio de San Juan 8:2–11
nos muestra una bella imagen de la misericordia y la gracia que se nos ofrecen en el
Sacramento de Reconciliación. Lee lentamente y en forma de oración este pasaje:
“Al amanecer [Jesús] estaba ya nuevamente en el Templo; toda la gente acudía a Él,
y Él se sentaba para enseñarles. Los maestros de la Ley y los fariseos le trajeron una
mujer que había sido sorprendida en adulterio. La colocaron en medio y le dijeron:
'Maestro, esta mujer es una adúltera y ha sido sorprendida en el acto. En un caso como
éste la Ley de Moisés ordena matar a pedradas a la mujer. Tú ¿qué dices?' Le hacían
esta pregunta para ponerlo en dificultades y tener algo de qué acusarlo. Pero Jesús se
inclinó y se puso a escribir en el suelo con el dedo. Como ellos insistían
en preguntarle, se enderezó y les dijo: 'Aquel de ustedes que no tenga
pecado, que le arroje la primera piedra.' Se inclinó de nuevo y siguió
escribiendo en el suelo. Al oír estas palabras, se fueron retirando uno tras
otro, comenzando por los más viejos, hasta que se quedó Jesús solo con
la mujer, que seguía de pie ante Él. Entonces se enderezó y le dijo: 'Mujer,
¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado?' Ella contestó: 'Ninguno,
señor.' Y Jesús le dijo: 'Tampoco Yo te condeno. Vete y en adelante no
vuelvas a pecar'”
—(Juan 8:2–11)
Imagínate a ti mismo en este pasaje. ¿Alguna vez te has sentido
como esta mujer: sorprendido en tus pecados, acusado por otros,
condenándote a ti mismo por errores que has cometido? ¿Qué estaría
pensando y sintiendo ella cuando los Escribas y Fariseos la llevaron
ante Jesús para acusarla? ¿Cómo crees que se sintió cuando todos la
dejaron y se quedó sola con Jesús? ¿Qué habrá pasado por su mente
cuando escuchó Sus palabras: "Tampoco Yo te condeno. Vete y en
adelante no vuelvas a pecar"?
Pide a los participantes que escriban sus reflexiones en el espacio
asignado en la Guía de Estudio.
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COMPROMISO - Continuación
Jesús rescata a esta mujer en dos formas. Él la perdona en lugar de condenarla, pero también
silencia a sus acusadores. El perdón que recibimos en la confesión nos reconcilia con
Dios, pero también significa que ya no hay nada que tenga en contra de nosotros, nuestro
acusador, Satanás. Y también significa que ya no tenemos necesidad de acusarnos a nosotros
mismos por nuestros pecados. Éstos son lavados y ahora somos libres. En lugar de nuestra
culpabilidad, Dios nos da Su gracia sanadora. La misericordia nos hace libres para amar.
Dios nos ofrece Su misericordia para que nosotros, a cambio, podamos ofrecer Su
misericordia a un mundo necesitado desesperadamente. Toma unos momentos para que
reflexiones en oración acerca de las maneras en que Dios te ha mostrado Su misericordia.
Pídele al Espíritu Santo que te muestre a una persona a la que puedas extenderle la
misericordia de Dios. Puede ser alguien que te haya hecho un mal, alguien que necesita
escuchar el mensaje de la misericordia de Dios, alguien necesitado de una palabra dulce,
una palabra que lo anime, etc. ¿Qué cosa concreta puedes hacer para compartir la
misericordia de Dios con esa persona?
Pide a los participantes que escriban sus reflexiones en el espacio asignado en la Guía
de Estudio.
“Mi Corazón está colmado de gran misericordia para las almas y especialmente para los
pobres pecadores. Oh, si pudieran comprender que Yo soy para ellas el mejor Padre, que
para ellas de Mi Corazón ha brotado Sangre y Agua como de una fuente desbordante de
misericordia; para ellas vivo en el tabernáculo como Rey de Misericordia”.
—Diario de Santa Faustina, 367
PASO 6: CONCLUSIÓN Y ORACIÓN FINAL
Repasen los puntos importantes de esta sesión y luego concluye con la oración.
A continuación se muestran los puntos importantes que los participantes
debenentender de esta sesión:
1. La confesión es mucho más que un lugar en donde obtenemos absolución por
nuestros pecados—es un encuentro con la misericordia de Dios.
2. En este sacramento Dios no sólo nos perdona, sino que también sana nuestras
heridas y la causa principal de nuestros pecados.
3. Es Cristo mismo a quien encontramos en el Sacramento de Reconciliación—el
sacerdote está actuando en la Persona de Cristo, como Cabeza, y el perdón
viene del poder y de la autoridad de Jesús.
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ORACIÓN FINAL
Bendice al Señor, alma mía,
alabe todo mi ser su santo Nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides ninguno de sus beneficios.
Él perdona todas tus ofensas y te cura de todas tus dolencias.
Él rescata tu vida de la tumba, te corona de amor y de ternura.
Él colma de dicha tu existencia y como el águila se renueva tu juventud.
El Señor es ternura y compasión, lento a la cólera y lleno de amor.
Cuanto se alzan los cielos sobre la tierra tan alto es su amor con los que le temen.
Como el oriente está lejos del occidente así aleja de nosotros nuestras culpas.
¡Bendice al Señor, alma mía!
Amén.
—Salmo 103:1–5, 8, 11–12, 22
PARA MÁS ESTUDIO
Catecismo de la Iglesia Católica, 1440-1445
Juan 8:1–11
Michael E. Gaitley MIC, The Second Greatest Story Ever Told:
Now Is the Time of Mercy (Stockbridge, MA: Marian Press, 2015)
Papa Francisco, El Nombre de Dios es Misericordia (Random House, 2016)
Papa San Juan Pablo II, encíclica Dives in Misericordia (1980)
Santa María Faustina Kowalska, El Diario de Santa Faustina: La Divina
Misericordia en Mi Alma (Stockbridge, MA: Marian Press, 2005)
Pláticas en inglés de Lighthouse Catholic Media:
Scott Hahn, The Healing Power of Confession
Padre Larry Richards, Confession
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NOTAS
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TM
SESIÓN 3
Acogido en Misericordia:
Explicación del Rito
RESUMEN DE LA SESIÓN
Lee este resumen con anticipación para que te familiarices con la sesión.
Dios, quien nos creó, sabe exactamente qué necesitamos—y Él nos lo ofrece en
el Sacramento de Reconciliación. En la última sesión hablamos de la profundidad
y belleza de la misericordia de Dios. Vimos que no somos definidos por nuestros
errores; somos definidos por el amor del Padre por nosotros. Y en Su gran amor,
Dios desea en verdad sanarnos, así como limpiarnos de nuestros pecados en la
confesión. En esta sesión veremos más de cerca el Rito de Penitencia y
cómo podemos prepararnos para recibirlo.
Dios, en Su sabiduría y misericordia, nos ha dado un don
maravilloso en el Sacramento de Reconciliación. En el Rito
de Penitencia, encontramos tanto una experiencia humana
de dolor y de perdón, como un verdadero encuentro divino
y la realidad espiritual de gracia y de sanación. Aunque a
menudo el aspecto humano del sacramento nos hace sentir
incómodos– pues a ninguno le gusta contar a alguien más
una lista de todas sus fallas y errores – los sacerdotes, quienes
comparten su perspectiva en el sacramento, nos aseguran
que es un gozo y un privilegio el experimentar este encuentro
íntimo de perdón y de sanación.
En el Rito de Penitencia, el misterio pascual de Cristo se hace
místicamente presente ante nosotros por medio de una acción
litúrgica. La acción de bendición que Dios nos da, nos trae
verdaderas gracias, que nos sanan y nos permiten crecer en
la vida cristiana. Esto no es solamente una experiencia
humana del perdón; la realidad sacramental va mucho más
allá de esto, debido a que aplica los frutos de la pasión y de
la resurrección de Cristo directamente en nuestras propias
vidas. Cada paso del rito habla de la realidad de la presencia
de Dios en el sacramento y del poder de Su misericordia.
Por eso es tan importante la preparación para el sacramento.
Pues para estar completamente abiertos a la gracia que
Dios nos ofrece, debemos examinar cuidadosamente nuestras
vidas y dirigirnos a Él, con humildad y confianza.
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MÁS A FONDO
Algunas heridas son más profundas que otras. Debido a que el pecado mortal destruye
la vida de gracia en el alma y fragmenta nuestra relación con Dios y con Su Iglesia,
necesitamos a un ministro de Dios (el sacerdote) para absolvernos formalmente cuando
comentemos pecado mortal. La confesión es el medio ordinario de perdón en la Iglesia,
y uno de los preceptos de la Iglesia requiere que confesemos los pecados mortales por
lo menos una vez al año.
Cualquier persona que sepa que ha cometido un pecado mortal no
debe recibir la Eucaristía, incluso si piensa que tiene una contrición
perfecta, sin primero haber recibido la absolución en el Sacramento de
Reconciliación (ver CIC 1856–1859, 1452–1453, 1457).
OBJETIVOS DE LA SESIÓN
• Entender por qué no deberíamos tener miedo o sentir vergüenza
de ir a la confesión.
• Reconocer que los pecados pueden ser mortales o veniales,
cometidos en pensamiento, palabra, obra y omisión.
• Aprender cómo prepararnos para el Sacramento de Reconciliación
haciendo un examen de conciencia.
• Entender el orden y los distintos pasos del Rito de Penitencia y lo
que significan y llevan a cabo.
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Un confesionario © Ivan U / shutterstock.com
PASO 1: ORACIÓN INICIAL
Comienza esta sesión haciendo la ORACIÓN INICIAL,
que también se encuentra en la Guía de Estudio
en la página 24. Luego lee o da un resumen
de la INTRODUCCIÓN para tu grupo.
Dichoso el que es absuelto de pecado
y cuya culpa le ha sido borrada.
Dichoso el hombre aquel a quien Dios no le nota culpa
alguna y en cuyo espíritu no se halla engaño.
Hasta que no lo confesaba, se consumían mis huesos,
gimiendo todo el día.
Tu mano día y noche pesaba sobre mí, mi corazón
se transformó en rastrojo en pleno calor del verano.
Te confesé mi pecado, no te escondí mi culpa.
Yo dije: "Ante el Señor confesaré mi falta".
Y Tú, Tú perdonaste mi pecado, condonaste mi deuda.
Por eso el varón santo te suplica en la hora de la angustia.
Aunque las grandes aguas se desbordasen,
no lo podrán alcanzar.
Tú eres un refugio para mí,
me guardas en la prueba,
y me envuelves con tu salvación.
Amén.
—Salmo 32:1–7
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INTRODUCCIÓN
No es fácil admitir cuando hemos hecho algo mal o hemos
fallado en hacer algo bueno. Pero cuando aprendemos a
confiar en la misericordia de Dios, no debemos tener miedo
de enfrentar nuestros pecados. Esa misericordia está presente
ante nosotros en una forma muy real en el confesionario por
medio del ministerio del sacerdote. El amor misericordioso de
Dios le da forma a cada palabra y a cada acción del sacramento,
y cuando nos preparamos para recibirlo honestamente y en
oración, estaremos abiertos a recibir la plenitud de Su gracia.
PASO 2: CONEXIÓN
¿Puedes describir un tiempo en que hayas tenido que asumir un riesgo y confiar
en que todo estaría bien?
¿Qué te gustaría que hiciera la valentía?
“Ocultar sus faltas no conduce a nada, el que las reconoce y renuncia
a ellas se hace perdonar”.
—Proverbios 28:13
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Un confesionario © Viktor1 / shutterstock.com
PASO 3: VIDEO
Da una introducción y muestra el episodio del video para esta sesión, que durará
aproximadamente 33 minutos. Los participantes pueden seguir el esquema en sus Guías
de Estudio y tomar notas mientras se muestran los puntos más importantes durante la
explicación. Luego continúen con la discusión de las preguntas en el Paso 4.
I. La perspectiva de los sacerdotes sobre la confesión
A. Es un gozo y un privilegio dar la bienvenida a personas que regresan a Dios en
el sacramento
B. No hay nada nuevo bajo el sol—no vas a sorprender al sacerdote con tu pecado
C. Es absolutamente confidencial (sello de confesión)
D. Admiración por la valentía del penitente
E. Muchos sacerdotes olvidan todo lo que escucharon en el confesionario
F. El pecado es perdonado para hacernos libres para amar
II. El sacramento
A. Examen de conciencia
1. Nos preparamos para el sacramento porque tomamos el encuentro con Cristo
muy seriamente
2. Considerar los pecados que hemos cometido
3. Tener en mente que nos estamos dirigiendo a nuestro Padre amoroso
4. "En mis pensamientos"—nuestras palabras y acciones tienen su raíz en nuestros
pensamientos
5. “En mis palabras”—podemos pecar por medio de lo que decimos
6. “En mis obras”—los pecados cometidos; lo que más comúnmente consideramos
pecado
7. “En mi omisión”—los pecados de omisión (lo que debí haber hecho y no lo hice)
B. Señal de la cruz
C. (El Sacerdote dice) Ave María Purísima... (El Penitente responde) sin pecado conce-
bida. ¿Hace cuándo que no te confiesas?
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D. Menciona tus pecados
1. Simple, en forma directa y honestamente
2. Humildemente pero sin humillarse
3. Menciona primero los pecados más serios, y si olvidas algún pecado menor,
no te preocupes
E. Penitencia
1. Acción de amor y de gratitud como respuesta al perdón de Dios
2. Se enfoca en algunas de las consecuencias prácticas del pecado
F. Acto de contrición
1. Como una disculpa formal
2. Se puede usar una oración ya memorizada o decir tu propia oración
G. Absolución
1. El sacerdote eleva su mano sobre el penitente—invoca la presencia de Dios
2. El sacerdote recita la oración de absolución—éste es el momento del perdón
a. Padre de las misericordias
b. Perdón y paz
c. Ministerio de la Iglesia
Cada vez que hacemos un examen de conciencia, también podemos contemplar otros
aspectos del pecado para ver lo que deberíamos decir en confesión. El Catecismo nos
dice que podemos distinguir entre los pecados: (1) según su objeto, las virtudes a las
que se oponen o los mandamientos que violan; (2) si son con respecto a Dios, al prójimo
o a nosotros mismos; (3) si son pecados espirituales o de la carne; y (4) si se refieren al
pensamiento, palabra, obra u omisión (ver CIC 1853).
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PASO 4: DISCUSIÓN
Lee las siguientes preguntas, dándoles a los grupos pequeños tiempo para
responder a cada una de ellas. Haz referencia a las respuestas sugeridas (en letra
itálica) según sea necesario para ayudar a facilitar la conversación. Las respuestas
pueden variar.
1. En el video escuchamos que Dios perdona nuestros pecados para darle
paso al amor. La gracia se incrementa en nuestras almas de una forma similar
a la forma en que el fuego incrementa en su brillo y calor cuando se le agrega
más combustible. Ya que la gracia santificante es la propia vida de Dios, ¿cómo
entendemos el incremento de la vida de Dios en nosotros cuando ya está
presente en todo lugar y es infinito?
(Es imposible obtener más de Dios. Más bien, nuestra capacidad en el alma de
absorber Su vida y amor incrementa. Aquí es donde ejercitamos nuestra libertad.
Podemos elegir crecer en la gracia o no crecer. En Santiago 4:6 leemos: " Más aún,
[Dios] da una gracia mayor; por eso dice: Dios resiste a los soberbios y da su gracia
a los humildes".
El humilde reconoce su pecado y su necesidad del perdón de Dios y de Su gracia.
Los que son humildes pueden decir las palabras más difíciles de expresar en
nuestra relación con Dios y con los demás: "¡Lo siento! ¿Me perdonas?" La confesión
frecuente nos ayuda a crecer en humildad y caridad).
2. La voluntad de Dios para nuestras vidas es crecer en conocimiento de uno
mismo, tener auto control y darnos a los demás. En otras palabras, es difícil
darnos a nosotros mismos en amor si no somos libres para amar. Y, es difícil
crecer en la libertad necesaria para amar si no somos capaces de
contenernos. ¿Cómo el comprender el propósito de nuestras vidas pone
énfasis en la importancia de un buen examen de conciencia?
("El mundo te promete comodidad, pero no fuiste creado para la comodidad.
Fuiste creado para la grandeza" [Papa Benedicto XVI]. Tenemos un llamado
sublime como Cristianos. Cuando formamos nuestra conciencia podemos
comprender el llamado que tenemos. Un buen examen de conciencia se
refiere a tomar el tiempo para reflexionar en las formas en que hemos fallado
para vivir ese llamado a través de nuestros pensamientos, palabras, acciones
y omisiones. Mientras más nos demos cuenta de nuestras faltas y de la raíz
de las mismas, más fortalecidos estaremos para vencerlas. Y esto nos
hace ser más agradecidos por el Sacramento de Reconciliación donde
experimentamos lo que San Pablo escribió a los Filipenses: "me preciaré
de mis debilidades, para que me cubra la fuerza de Cristo"
[2 Corintios 12:9]).
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La Confesión por Roehn © Restored Traditions. Todos los
derechos reservados.
3. Se le preguntó a un candidato presidencial lo siguiente: "¿Cómo defines el
pecado?". Su respuesta fue: "No estar en línea con mis valores". ¿Qué problema
hay con esta respuesta?
(Esta respuesta es un ejemplo del relativismo. El relativismo es una forma de pensar
mundana que niega la existencia de una verdad objetiva. En otras palabras, no hay
un "bien o mal" universal que podamos conocer, vivir y promover. Por lo tanto, la
verdad es lo que la persona decide que sea verdad. En este sistema de pensamiento
somos libres de hacer lo que nos plazca siempre y cuando no "dañe a otros". El
Catecismo, mencionando una frase de San Agustín, nos enseña que el pecado es
"una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna" [1849]. Dios nos ha dado
Su ley eterna debido a Su gran amor por nosotros. Cuando amas a las
personas, les dices la verdad. La prevalencia del relativismo ha creado un
gran obstáculo para la gracia: la pérdida del sentido del pecado. El Papa Pío XII dijo
al inicio de los horrores de la Segunda Guerra Mundial que "el gran pecado de hoy es
que el hombre ha perdido el sentido del pecado").
“La confesión sana, la confesión justifica, la confesión otorga
el perdón de los pecados, toda la esperanza consiste en la
confesión; en la confesión existe una oportunidad para la
misericordia”. —San Isidoro de Sevilla
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PASO 5: COMPROMISO—Un Encuentro con la Misericordia de Dios
Dirige a los participantes a la sección de COMPROMISO en la página 29
de sus Guías de Estudio y anímalos a que tomen tiempo para hacer esta tarea en
casa y a que se preparen para compartir en grupo la siguiente vez que se reúnan.
Un examen de conciencia es una reflexión en oración de nuestra propia vida,
pensando en los pecados que hayamos cometido con nuestros pensamientos,
palabras, obras y omisión. Existen muchos tipos de examen de conciencia – algunos
se basan en los 10 mandamientos, otros se basan en los pecados capitales (o
mortales). Una manera simple de darnos cuenta de los pecados cometidos es
meditando sobre nuestros pensamientos, palabras, acciones y omisiones a través los
dos grandes mandamientos: "El primer mandamiento es: Escucha, Israel: El Señor,
nuestro Dios, es un único Señor. Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,
con toda tu alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas. Y después
viene este otro: Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Marcos 12:29-31). Toma un
tiempo para hacer oración en silencio, para reflexionar en estos versículos. Comienza
pidiéndole al Espíritu Santo que te ayude a hacer este examen de conciencia:
Espíritu de verdad, guíame mientras examino mi vida. Dame la sabiduría para
ver todos mis pensamientos, palabras, obras y omisiones como Tú las miras.
Dame el valor para reconocer mis pecados. Dame la humildad y la fortaleza para
confesarlos. Y dame la gracia para confiar con todo mi corazón en Tu misericordia y
perdón. Amén.
En oración, medita en estas preguntas: “¿En qué formas no he amado a Dios con
todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente y con todas mis fuerzas?
¿En qué formas he fallado para amar a mi prójimo como a mí mismo?
Pide a los participantes que escriban sus reflexiones en el espacio asignado en la
Guía de Estudio.
¿Qué crees que significa ver nuestros pecados como Dios los ve?
Pide a los participantes que escriban sus reflexiones en el espacio asignado en la
Guía de Estudio.
44
“Dirígete a tu confesor; abre tu corazón hacia él; muéstrale todo lo que está en lo más hondo
de tu alma; acepta el consejo que te dará con la mayor humildad y simplicidad. Pues Dios,
Quien tiene un amor infinito por la obediencia, a menudo hace provechosos los consejos
que tomamos de otras personas, pero especialmente de aquéllos que provienen de los que
guían nuestras almas".
—San Francisco de Sales
PASO 6: CONCLUSIÓN Y ORACIÓN FINAL
Repasen los puntos importantes de esta sesión y luego concluye con la oración.
A continuación se muestran los puntos importantes que los participantes deben
entender de esta sesión:
1. Los sacerdotes, por lo general, sienten gran gozo al escuchar las
confesiones, debido a que pueden ser testigos de la misericordia
poderosa de Dios que realmente transforma nuestras vidas.
2. No sorprenderás o escandalizarás a un sacerdote con tu confesión, y él
no pensará menos de ti por el pecado que has confesado.
3. La confesión es completamente confidencial, debido a que el sacerdote
ha hecho un voto de sello de confesión.
4. El sacramento requiere de una preparación hecha a conciencia, lo que
llamamos un examen de conciencia.
5. El pecado mortal es un pecado serio y grave que rompe por completo
nuestra relación con Dios y requiere que vayamos a confesarnos
antes de recibir la Eucaristía. Hay tres cosas necesarias para que un
pecado sea mortal: (1) materia grave, (2) pleno conocimiento y (3) pleno
consentimiento.
6. El Rito de Penitencia incluye la Señal de la Cruz, mencionar la última
vez que asististe a la confesión, decir tus pecados, recibir la penitencia,
hacer un Acto de Contrición y recibir la absolución.
7. La penitencia es un acto de amor en respuesta al perdón de Dios—no es
una forma de merecer el perdón.
45
ORACIÓN FINAL
Yo confieso
Yo confieso ante Dios Todopoderoso,
y ante ustedes hermanos que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.
Amén.
—Misal Romano, 4
Confesionarios exteriores en Cracovia, Polonia,
preparados para el Día Mundial de la Juventud 2016 © Nahlik / shutterstock.com
PARA MÁS ESTUDIO
Catecismo de la Iglesia Católica, 1480–1484, 1846–1869
Christopher Walsh, The Untapped Power of the Sacrament of Penance: A Priest’s View
(Cincinnati, OH: Servant Books, 2005)
En esta página de internet encontrarás varios exámenes de conciencia:
http://www.corazones.org/sacramentos/penitencia/examen.htm
Juan A. Kane, How to Make a Good Confession: A Pocket Guide to Reconciliation with
God (Manchester, NH: Sophia Institute Press, 2001)
Augustine Institute: Folleto en inglés How to Make a Good Confession
Plática en inglés de Lighthouse Catholic Media: 7 Secrets of Confession de Vinny Flynn
46
Examen de Conciencia Basado en los Diez Mandamientos
1. Yo soy el Señor Tu Dios. No tendrás otros 6. No cometerás adulterio. ¿He visto o
dioses fuera de Mí. ¿Pongo a Dios antes que participado en pornografía? ¿He visto películas
a mi cónyuge?, ¿antes que a mis hijos?, ¿antes que son violentas o que tienen inmoralidad
que a mi trabajo? ¿Creo que Dios me ama? sexual? ¿He consentido pensamientos de
¿Tengo algún “dios falso” en mi vida, como lujuria?¿Me he masturbado? ¿He tenido
el dinero, la fama, el poder o posesiones?
relaciones antes del matrimonio? ¿He tratado
¿He estado involucrado en la adivinación del
a alguien como un objeto más que como
futuro, la astrología, lectura de la mano o en
hechicería? ¿Hago oración todos los días? una persona? ¿Como o bebo en exceso? ¿He
perdido la sobriedad por medio del alcohol o
2. No tomarás el nombre de Dios en vano. el uso de drogas?
¿Uso malas palabras o maldigo a Dios? 7. No robarás. ¿He robado algo? ¿Doy siempre
¿He hecho juramentos o promesas a Dios que un día completo de trabajo por mi pago
no he cumplido? ¿He permitido que otros juren de salario diario? ¿Copio en la escuela o
en mi presencia? en mi negocio? ¿Soy justo pagándoles a
3. Santificarás el día del Señor y las fiestas mis empleados? ¿Soy honesto al pagar mis
de guardar. ¿Asisto a Misa los domingos impuestos? ¿He perdido el tiempo? ¿He sido
y las fiestas de guardar? ¿Evito trabajo generoso al servir a los pobres?
innecesario los domingos? ¿Evito las compras
8. No darás falso testimonio ni mentirás. ¿He
innecesarias los domingos?
dicho alguna mentira, incluso una mentira
4. Honrarás a tu padre y a tu madre. ¿Muestro “piadosa”? ¿He dicho mentiras para evitar
amor hacia mis padres, sin importar su edad? meterme en problemas? ¿He revelado los
¿Les ayudo cuando puedo? ¿Respeto a mi jefe secretos de otras personas? ¿Me he metido en
y a otros que tienen autoridad sobre mí? Si soy lo que no me incumbe? ¿He acusado a alguien
un padre de familia, ¿les he dado mal ejemplo falsamente? ¿He juzgado a otros severamente?
de palabra o de acción a mis hijos? ¿Estoy ¿He perjudicado o discriminado a alguien?
formando a mis hijos en la fe católica? 9. No desearás la mujer de tu prójimo. ¿Le he
5. No matarás. ¿He matado o lastimado sido infiel a mi cónyuge en mis acciones o en
seriamente a alguien? ¿He participado en mis pensamientos? ¿He usado a mi esposa o
chismes? ¿He tenido algún aborto o ayudado esposo únicamente para satisfacer mis deseos
a alguien a tener un aborto? ¿He perdido sexuales? ¿He actuado inapropiadamente con
la paciencia, he caído en la ira o tenido personas del sexo opuesto?
algún resentimiento contra mi prójimo? 10. No codiciarás las cosas ajenas. ¿He
¿He guardado algún rencor y rehusado a envidiado a alguien por sus posesiones,
perdonar? ¿He lastimado alguna vez a alguien dinero, fama o éxito? ¿He usado más de mis
física, mental o emocionalmente? ¿Cuido del recursos?
medio ambiente?
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NOTAS
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TM
SESIÓN 4
Fundamentos Bíblicos:
El Pecado, la Misericordia y
el Sacramento de Reconciliación
RESUMEN DE LA SESIÓN
Lee este resumen con anticipación para que te familiarices con la sesión.
En la última sesión nos enfocamos en comprender lo que decimos y hacemos
en el Sacramento de Reconciliación. Hemos examinado este sacramento desde
el punto de vista, tanto del sacerdote como del penitente, pero todavía quedan
dos preguntas fundamentales: ¿Cuál es el pasaje bíblico de antecedente para el
Sacramento de Reconciliación? Y, ¿por qué Cristo eligió ofrecer Su perdón por medio
del ministerio del sacerdocio?
Para muchas personas, el Antiguo y el Nuevo Testamento parecen mostrar dos
figuras muy distintas de Dios. Con tantas guerras, castigos y maldiciones en el
Antiguo Testamento, puede ser fácil el asumir que Dios es vengativo y rápido en
juzgar cuando Su pueblo no vive de acuerdo a Sus mandamientos. Por otro lado, las
historias que conocemos del Nuevo Testamento muestran el amor y la misericordia
de Dios muy claramente. Sin embargo, si contemplamos más de cerca las Sagradas
Escrituras, pronto rechazaremos el error de pensar que Dios es duro y que está
molesto en el Antiguo Testamento, y veremos cómo Dios es consistentemente
paciente y misericordioso con Su pueblo. La realidad y el poder del perdón de Dios
se demuestran en una forma particular en la vida del rey David, quien modela para
nosotros una verdadera contrición y una confianza total en la misericordia de Dios.
Esta lectura minuciosa de las Escrituras también nos aclara que, tanto en el Antiguo
como en el Nuevo Testamento, Dios delega Su autoridad, primero a los ángeles
y luego a los hombres. Cuando vemos el patrón en las Escrituras de los ángeles
y de los hombres recibiendo la autoridad de Dios para hablar y para actuar en Su
nombre, nos queda claro que el sacerdote que habla y actúa en nombre de Cristo
en el Sacramento de Reconciliación no es una invención humana sino más bien un
ministerio divino.
Las Escrituras muestran que podemos tener una plena confianza en el amor
misericordioso de Dios y en la realidad de Su perdón. Dios no sólo disminuye o
ignora nuestros pecados—Él los elimina por completo; no hay límite en Su perdón. Y
nuestra confianza no viene solamente de nuestra propia fe, sino del don de escuchar
a Dios mismo hablar por medio del ministerio del sacerdocio cuando escuchamos
las palabras de absolución.
50
OBJETIVOS DE LA SESIÓN
• Familiarizarse con los atributos que Dios revela en Éxodo 34:6–7.
• Entender que el Antiguo Testamento revela y hace énfasis en la misericordia amorosa
de Dios y en Su perdón.
• Reconocer el modelo de verdadera contrición y confianza en la misericordia de Dios
en la vida del rey David.
• Entender el patrón de Dios de delegar Su autoridad a los ángeles y a los hombres en
las Escrituras y cómo esto pone las bases para la autoridad del sacerdote de hablar y
actuar en el lugar de Dios en la confesión.
PASO 1: ORACIÓN INICIAL
Comienza esta sesión haciendo la ORACIÓN INICIAL, que
también se encuentra en la Guía de Estudio en la página
34. Luego lee o da un resumen de la INTRODUCCIÓN para
tu grupo.
Señor, escucha mi oración, atiende a mis plegarias,
respóndeme Tú que eres fiel y justo.
No llames a juicio a tu siervo pues
no hay quien sea justo en tu presencia.
El enemigo corre tras mi vida, me aplasta contra el suelo,
y me manda de vuelta a las tinieblas junto
a los muertos sin edad ni tiempo.
Mi espíritu en mí desfallece, mi corazón se asusta en mi interior.
Me acuerdo de los días de otro tiempo, medito en todas tus acciones,
en la obra de tus manos reflexiono.
Alargo a Ti mis manos, mi alma es una tierra sedienta de Ti.
Apresúrate, Señor, en responderme,
porque me estoy quedando sin resuello, no me escondas tu cara,
que no sea de los que bajan a la fosa.
Hazme sentir tu amor desde la mañana, pues en Ti yo confío;
haz que sepa el camino que he de seguir,
pues levanto a Ti mi alma.
Amén.
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—Salmo 143:1–8
INTRODUCCIÓN
Te has preguntado, "¿Dónde está eso en la Biblia?". Cuando se trata del
Sacramento de Reconciliación, tanto algunos Católicos como los no
Católicos, a menudo desean saber cómo el confesar nuestros pecados a
un sacerdote va de acuerdo a pasajes de la Escritura, como por ejemplo:
"¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?" (Marcos 2:7). La
confesión tiene su raíz en la revelación de Dios de Su misericordia y
su autoridad viene de las Escrituras— pues una mirada rápida en las
Escrituras nos demuestra que realmente este sacramento es bíblico.
PASO 2: CONEXIÓN
¿Cómo ha cambiado tu percepción de Dios desde tu niñez hasta el día de hoy?
¿Cómo ha cambiado la percepción de ti mismo desde tu niñez hasta el día de hoy?
"Ora con gran confianza, con confianza basada en la bondad e infinita generosidad de Dios y
en las promesas de Jesucristo. Dios es una fuente de agua viva que fluye sin cesar en los cora-
zones de aquéllos que oran".
—San Luis Grignón de Montfort
La Biblia © Billion Photos / shutterstock.com
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PASO 3: VIDEO
Da una introducción y muestra el episodio del video para esta sesión, que durará
aproximadamente 30 minutos. Los participantes pueden seguir el esquema en sus
Guías de Estudio y tomar notas mientras se muestran los puntos más importantes
durante la explicación. Luego continúen con la discusión de las preguntas en el Paso 4.
PARTE I
I. El pecado y la misericordia en las Escrituras
A. Adán y Eva pecaron, y Dios les mostró misericordia
B. Este patrón se repite a lo largo de las Escrituras: Israel peca y Dios responde
con misericordia
C. El ejemplo más grande es en el Monte Sinaí
II. Éxodo 34:6–7
A. Se convierte en uno de los pasajes más importantes en el Antiguo Testamento
B. Ocho atributos clave de Dios
1. Misericordioso
2. Clemente
3. Tardo a la cólera
4. Rico en amor
5. Fiel
6. Mantiene Su benevolencia por mil generaciones
7. Soporta la falta, la rebeldía y el pecado
8. Pero nunca los deja sin castigo
(a los que no piden perdón)
C. Todos los libros proféticos mencionan este pasaje
para recordarle a Israel la misericordia de Dios.
III. Shuv
A. "Arrepentimiento" en hebreo
B. Literalmente "volverse"
C. El arrepentimiento se refiere a cambiar de nuestros
caminos a los caminos de Dios
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Un gerente delegando trabajo a un equipo © Jirsak / shutterstock.com
VIDEO Continuación
IV. David
A. Fue muy bendecido y favorecido por Dios
B. Pero luego cometió adulterio y mató para cubrir su pecado
C. David admitió su pecado y se arrepintió (2 Samuel 12)—
a diferencia de Saúl quien negó su pecado
D. David tiene valor para confesar su pecado porque tiene esperanza en la
misericordia de Dios
1. Salmo 51:1—“Ten piedad de mí, oh Dios"
2. Temas de misericordia y perdón en el Salmo 51 hacen recuerdo de los
atributos de Dios revelados en Éxodo 34:6–7
E. David nos muestra qué significa confiar en el perdón de Dios
1. Últimas palabras de David, 2 Samuel 22 (también Salmo 18)
2. 2 Samuel 22:21–27—David dice que él no tiene culpa y es puro
3. Él puede decir esto porque confía en que el perdón de Dios realmente lo
limpia de su pecado
4. Salmo 103:12—"Como el oriente está lejos del occidente así aleja de nosotros
nuestras culpas"
V. Exilio
A. Nehemías 9—Esdras les recuerda al pueblo las palabras de Éxodo 34:6–7 y el
patrón del pecado de Israel y del perdón de Dios
B. El exilio es la manifestación física de la realidad del pecado—estar lejos de Dios
C. El regreso del exilio es el shuv—el pueblo vuelve de regreso a Jerusalén como
signo del arrepentimiento y de su regreso a Dios
D. El escándalo real de las Escrituras es la misericordia de Dios
Pueden tomar un receso después de ver la primera parte y luego mostrar el video
para la segunda parte, que durará aproximadamente 35 minutos.
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PARTE II
I. ¿Por qué confesamos nuestros pecados a un sacerdote?
A. Mateo 9:1–8—el paralítico bajado del techo en la casa de Pedro
1. La sanación física es un signo de que Jesús también tiene el poder y la
autoridad de perdonar pecados
2. Hijo del Hombre—referencia a Daniel 7:13–14
3. “alabaron a Dios por haber dado tal poder a los hombres” (Mateo 9:8)
B. Autoridad en el Evangelio de Mateo
1. Mateo 8–9 muestra la autoridad de Jesús por medio de diez milagros
2. El número 10 significa autoridad
3. Jesús tiene autoridad del Padre, y Él tiene la autoridad de delegarla
4. Mateo 10—Jesús otorga Su autoridad a los doce apóstoles y los envía
C. Autoridad en el Evangelio de Lucas
1. Lucas 10—Jesús envía a setenta discípulos con Su autoridad
2. Jesús envía a Sus discípulos como Sus embajadores—
ellos hablan Sus palabras
3. 2 Corintios 5:18–20—Pablo habla de su ministerio como un embajador
de la reconciliación con Cristo
D. Autoridad en el Evangelio de Juan
1. Juan 17:18—Jesús envía a los apóstoles como el Padre lo envío a Él
(apostello, en griego significa "enviar")
2. En el Antiguo Testamento, los ángeles llevan la presencia y la palabra de
Dios, hablando en Su nombre.
3. En el Nuevo Testamento, los apóstoles ahora llevan la presencia y la palabra
de Dios, hablando en Su nombre
4. Jesús comparte Su autoridad divina con los hombres
5. Juan 20:22–23—Jesús les da a Sus apóstoles autoridad de
perdonar pecados
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PASO 4: DISCUSIÓN
Lee las siguientes preguntas, dándoles a los grupos pequeños tiempo para
responder a cada una de ellas. Haz referencia a las respuestas sugeridas (en letra
itálica) según sea necesario para ayudar a facilitar la conversación. Las respuestas
pueden variar.
1. El Autor Richard Dawkins escribe en El Espejismo de Dios: “El Dios del
Antiguo Testamento podría decirse que es el personaje más desagradable de
todas las obras de ficción”. Siendo ateo, Dawkins escribe esto para minimizar
la Cristiandad y la Biblia. ¿Cómo podemos reconciliar el Dios del Antiguo
Testamento y el amor misericordioso de nuestro Padre celestial revelado a
nosotros por medio de Jesucristo?
(El Papa Benedicto XVI escribe: "El plan de Dios se manifiesta progresivamente en
ella y se realiza lentamente por etapas sucesivas, no obstante la resistencia de los
hombres. Dios elige un pueblo y lo va educando pacientemente" [Verbum domini
42]. En otras palabras, de manera progresiva, Dios reveló Su carácter a un pueblo
que vivió en tiempos de guerra. Aún así, Su revelación de Sí mismo en el Monte
Sinaí declara que Él es "un Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico
en amor y en fidelidad" [Éxodo 34:6]. El Catecismo enseña: "Los cristianos, por tanto,
leen el Antiguo Testamento a la luz de Cristo muerto y resucitado" [129]. Por lo tanto,
interpretamos el Antiguo Testamento a través del enfoque de la vida y enseñanzas
de Jesucristo).
2. Hablando de David, el gran rey de Israel, Dios dice lo siguiente: "Encontré
a David, hijo de Jesé, un hombre a Mi gusto, que llevará a cabo Mis planes"
(Hechos 13:22). Y aún así, David falló miserablemente en hacer la voluntad de
Dios cuando cometió adulterio con Betsabé y cuando mandó matar a su esposo
en la guerra para poder quedarse con ella y hacerla su esposa. Dadas estas
circunstancias, ¿cómo es David un modelo ejemplar para nosotros?
(La Carta a los Hebreos compara la vida cristiana a una carrera: "[corramos] hasta
el final la prueba que nos espera. Levantemos la mirada hacia Jesús, que dirige
esta competición de la fe y la lleva a su término…" [12:1-2]. David es un ejemplo para
nosotros para entender que nuestro pecado, no importa cuán grave sea, no nos
descalifica de la carrera. El pecado nos tumba, pero Dios nos llama a levantarnos y
correr aún con más fortaleza. El salmo 51 revela lo profundo del dolor de David y su
total confianza en la misericordia y perdón de Dios. El salmo también nos muestra cómo
David vence su orgullo, esa dificultad que tenemos de aceptar nuestras fragilidades y
de perdonarnos a nosotros mismos, y ofrecerle al Señor un corazón contrito).
56
3. Al gran rabino Maimonides se le atribuye esta frase tan profunda: “Dale a un
hombre un pescado y lo alimentarás por un día; mas enséñale a ese hombre a
pescar y lo alimentarás por toda la vida". ¿Cómo esta frase te da una visión de las
razones por las cuales Jesús delegó Su sacerdocio?
(El objetivo de la vida cristiana es llegar a ser más y más como Cristo. Para este fin,
Jesús comparte Su sacerdocio con cada Cristiano bautizado. A esto se le llama el
sacerdocio común de los fieles. San Pedro escribe: "ustedes, como piedras vivas,
edifíquense y pasen a ser un Templo espiritual, una comunidad santa de sacerdotes
que ofrecen sacrificios espirituales agradables a Dios, por medio de Cristo Jesús"
[1 Pedro 2:5]. Jesús nos da Su misericordia y reconciliación pero también nos llama
a ser agentes de Su misericordia y reconciliación en el mundo. Metafóricamente
hablando, Él nos da peces y nos enseña a pescar. Dicho esto, Dios llama a algunos
de los fieles bautizados a un servicio especial dentro de la Iglesia. A este llamado se
le conoce como el sacerdocio ministerial o de ordenación. El sacerdocio ministerial
es conferido en el Sacramento de Orden Sacerdotal. El propósito del sacerdocio
ministerial es estar al servicio del sacerdocio común en la Iglesia).
“La paciencia de Dios debe encontrar en nosotros la valentía de volver a Él, sea cual sea el error,
sea cual sea el pecado que haya en nuestra vida... Es precisamente en las heridas de Jesús que
nosotros estamos seguros, ahí se manifiesta el amor inmenso de su corazón. Tomás lo había
entendido. San Bernardo se pregunta: ¿En qué puedo poner mi confianza? ¿En mis méritos? Pero
'mi único mérito es la misericordia de Dios. No seré pobre en méritos, mientras él no lo sea en
misericordia. Y, porque la misericordia del Señor es mucha, muchos son también mis méritos'. Esto
es importante: la valentía de confiarme a la misericordia de Jesús, de confiar en su paciencia, de
refugiarme siempre en las heridas de su amor”.
—Papa Francisco, Homilía en el domingo de la Divina Misericordia, 7 de abril del 2013
57
PASO 5: COMPROMISO—Un Encuentro con la Misericordia de Dios
Dirige a los participantes a la sección de COMPROMISO en la página 40 de sus
Guías de Estudio y anímalos a que tomen tiempo para hacer esta tarea en casa y a
que se preparen para compartir en grupo la siguiente vez que se reúnan.
En el video, el Dr. Gray dijo que Éxodo 34:6–7 se convierte en uno de los pasajes
más importantes en el Antiguo Testamento para entender quién es Dios. Lee este
pasaje dos o tres veces, de manera calmada y en oración.
“Yavé, Yavé es un Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en
amor y en fidelidad. Él mantiene su benevolencia por mil generaciones y soporta
la falta, la rebeldía y el pecado, pero nunca los deja sin castigo; pues por la
falta de los padres pide cuentas a sus hijos y nietos hasta la tercera y la cuarta
generación” (Éxodo 34:6–7)
¿Cuál de las ocho características clave de Dios que se revelan en este pasaje te
llama más la atención? ¿Por qué?
Pide a los participantes que escriban sus reflexiones en el espacio asignado en la
Guía de Estudio.
El salmo 18 es una oración que David le dirige a Dios en acción de gracias
por haberlo liberado de su enemigo Saúl. Cuando la oró de nuevo al final
de su vida, David de seguro comprendió la necesidad de darle gracias a
Dios no sólo por rescatarlo físicamente a lo largo de su vida, sino también,
y aún más importante, por haberlo liberado de sus pecados. Lee todo el
salmo 18 y luego compón tu propio salmo (un salmo corto) de acción de
gracias a Dios por Su misericordia salvífica hacia ti.
PASO 6: CONCLUSIÓN Y ORACIÓN FINAL
Repasen los puntos importantes de esta sesión y luego concluye con la oración.
A continuación se muestran los puntos importantes que los
participantes deben entender de esta sesión:
1. La revelación de la misericordia de Dios y Su amor abundante
en Éxodo 34:6–7 y la repetición de este tema por todo el Antiguo
Testamento;
2. El modelo que David nos provee para confesar nuestros pecados y
confiar en el perdón de Dios; y
3. El patrón de Dios que delega Su autoridad a los ángeles en el Antiguo
Testamento y a los hombres en el Nuevo Testamento, y específicamente
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la autoridad de perdonar pecados delegada a los apóstoles en Juan 20.
ORACIÓN FINAL
Vamos terminando nuestro tiempo juntos en oración:
Yo te amo, Señor, mi fuerza,
El Señor es mi roca y mi fortaleza; es mi libertador y es mi Dios,
es la roca que me da seguridad; es mi escudo y me da la victoria.
Invoco al Señor que es digno de alabanzas, y me veo libre de mis enemigos.
Me sacó a un espacio abierto, me salvó porque me amaba.
El Señor según mis méritos me trata, limpias son mis manos, y Él me lo paga.
Porque guardé los caminos del Señor y no hice el mal lejos de mi Dios.
Me acuerdo siempre de sus decisiones, y nunca descarto sus mandamientos.
Ante él soy irreprochable y me cuido de cometer pecado alguno.
Por eso me retribuye según mis méritos, según mi pureza que sus ojos ven.
Con el que es fiel, Tú te muestras fiel, si alguien no falla, tampoco Tú le fallas.
Con el que es sin doblez, Tú eres leal, pero con los tramposos eres mañoso.
Tú salvarás a un pueblo humilde y humillarás los ojos altaneros.
Tú haces, Señor, que brille mi lámpara, ¡mi Dios ilumina mis tinieblas!
Contigo acometo las huestes, con mi Dios escalo la muralla.
Mi Dios, su proceder es perfecto, y su palabra es a toda prueba.
Él es un escudo para cualquiera que se acoja a Él.
Amén.
—Salmo 18:1–4, 20–31
PARA MÁS ESTUDIO
Tim Gray, “Sacrament of Penance and Reconciliation” en Sacraments in Scripture:
Salvation History Made Present (Steubenville, OH: Emmaus Road Publishing, 2001)
Scott Hahn, Señor Ten Piedad (La Fuerza Sonante de la Confesión), 2006.
Catecismo de la Iglesia Católica sobre el Sacramento de Penitencia y Reconciliación,
1440–1445
59
El Rey David de rodillas ante Dios © Restored Traditions.
Todos los derechos reservados.
NOTAS
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