FACULTAD DE DERECHO
ESCUELA DE DERECHO
ASIGNATURA
TÉCNICAS DE LITIGACIÓN ORAL
« La Importancia de la Oralidad en los Procesos Judiciales»
AUTORES
Barca Ciccia, Isabella
Ciclo Académico 2021 – I
Sección: “B”
DOCENTE
Prof. Ramos Soto Cáceres, Gladys Yolanda
Patricia
Chiclayo, Abril de 2021.
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La importancia de la Oralidad en los Procesos Judiciales
Para adentrarnos en el significado o importancia que tiene la oralidad en los procesos, es
necesario primero conocer de dónde viene la palabra “oralidad”. Para ello, se menciona que “la
palabra hablada u oralidad es el mecanismo de comunicación más espontáneo y auténtico del
ser humano. Por su parte, la escritura se desarrolló posteriormente como una respuesta a la
necesidad de superar el carácter efímero de la palabra oral, lo cual se logra mediante la
representación de ideas y sonidos en soportes físicos”. (Cervera, p. 1 1999, citado por Reyna
Vargas, 2017)
La palabra oralidad viene de “oral”, y una palabra oralizada se transmite a través de la voz con
la finalidad de valga la redundancia, transmitir un mensaje a los oyentes; en los procesos
judiciales, la intencionalidad del emisor, en este caso de los abogados es llevar ese mensaje de
manera fidedigna, con el propósito de persuadir y convencer a los receptores para que adopten
su postura, convenciéndolos de lo que uno sostiene en un proceso. En relación con eso, la
oralidad en sentido pleno implicaría la realización de actividad procesal en audiencia, con todas
las partes reunidas con el Juez, siendo lo verdaderamente importante aquello actuado en ella y
no el acta que lo documenta, lográndose a través de ello la realización de los otros principios en
un proceso, como lo es el de inmediación, concentración, economía, celeridad y publicidad, con
miras a un proceso más justo (Reyna, 2017). Lo antes mencionado conlleva a que en las
audiencias no solo importe lo que al final será transcrito a las actas, sino que la actuación y
presencia del Juez y demás partes procesales cumplan con el propósito de agilizar y dar vida o
sentido a las fases oralizadas en la misma, buscando su rapidez y eficacia.
Una de las causas o motivos principales por las que se implementó la oralidad con mucho más
fuerza en los procesos, en especial en países de América Latina, llegándola a privilegiar por
encima de la escritura, radica en como señala el autor Colmenares Uribe, existe pobreza y falta
de educación, ya que gran parte de los habitantes no saben leer y escribir, como consecuencia de
ello, existe dificultad y una denegación al acceder a la justicia, basada en que no pueden ser
escuchados más que a través de escritos, muchas veces mal interpretados, pues las personas se
dan a entender mucho mejor cuando conversan que cuando escriben. Por ende, la oralidad debe
ser entendida como un intercambio verbal de ideas, argumentaciones, que tienen como fin, el
facilitar el respeto de los derechos y garantías de los ciudadanos en un Estado Democrático de
Derecho, como el acceso a la justicia. (Colmenares, citado por Núñez Jiménez, 2017)
Sin embargo, cabe aclarar que no se está desplazando de manera tajante a la escritura, debido a
que en los procesos, ya sean civiles, penales o de cualquier otra materia, siempre se necesitaran
de herramientas escritas, como las denuncias o demandas, actos que permitirán dar inicio a una
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controversia, que posteriormente será llevada tribunales para ser discutida con todas las partes
intervinientes presentes (Juez, abogados, testigos, peritos, etc.).
En base a ello, y en palabras de Bustamante y Angulo,
“La audiencia aparece como un elemento central del proceso, que reúne al Juez y a las partes,
cuya forma natural de realizarse es oral, esto es, hablar y oír, que son los modos naturales y
concurrentes del desenvolvimiento humano. Dicho de otra forma, la oralidad no como punto de
partida, sino como consecuencia de la necesaria presencia de los sujetos procesales en la
audiencia, para que sean efectivos los principios de publicidad, inmediación y concentración,
resulta el sistema más eficaz” (pp.22-23).
Por consiguiente, la audiencia en un proceso oral adquiere gran trascendencia como recolector
de información valiosa y de calidad obtenida en ella y que hace posible la vigencia de los
principios, que antes se mencionaron, y son primordiales para llevar a cabo un proceso, como:
La concentración de los actos, pues las decisiones son tomadas directamente por los
jueces en audiencia, donde se produce el debate entre las partes, la aportación de la
prueba necesaria, la declaración de testigos y/o la participación de peritos. En
consecuencia, la recursabilidad disminuye considerablemente porque los abogados no
tienen posibilidad de presentar recursos innecesarios, debiéndose ser solucionado en
plena audiencia.
La inmediación, donde el Juez es el único y auténtico director de proceso, teniendo
contacto directo con las partes y conociendo sus pretensiones e intereses, lo que le
permite tener un mejor conocimiento de la litis para fijar los hechos controvertidos y no
controvertidos, admitir la prueba pertinente, así como poder proponer fórmulas
conciliatorias. En pocas palabras, conocer de qué se trata la controversia, y así poder
sentenciar, pues durante las audiencias va formándose convicción sobre la verdad de los
hechos por los medios probatorios que son presentados por las partes.
La valoración probatoria, para conocer si es el propio Juez el que ha actuado
directamente todos los medios probatorios, interactuando y vinculándolos para formar
la valoración conjunta, y así poder decidir al momento de sentenciar.
La publicidad, los procesos orales, que se desarrollan mediante audiencias, son actos
totalmente públicos, a los que puede acudir cualquier persona y constatar directamente
cómo se brinda el servicio de justicia por el Poder Judicial. Ello permite fortalecer la
transparencia, crear confianza en el ciudadano que acude a la justicia y mejorar la
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imagen del Poder Judicial, pues es el propio Juez quien mirando a las partes resuelve de
forma inmediata todas las incidencias para expedir finalmente su veredicto.
(Bustamante y Angulo, 2020)
Estos principios junto con algunos otros como el de economía procesal y celeridad, forman un
conjunto que gracias a la oralidad se expresa y lleva a cabo en la audiencia. Por ello como se
mencionó líneas precedentes, la oralidad no es un punto de partida sino que su implementación
en los procesos judiciales constituye un mecanismo razonablemente encaminado al logro de la
pretendida celeridad en la administración de justicia, favoreciendo la inmediación, acercando el
juez a las partes y generando condiciones que propicien la simplificación de los procedimientos.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
1. Colmenares, C. (2009). EL PROCESO POR AUDIENCIA Y ORALIDAD. III
Encuentro Latinoamericano de Postgrados en Derecho Procesal Universidad Central
de Venezuela. Caracas, Venezuela. Recuperado de
http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/derechoprocesal/article/view/2126
2. Núñez, F. (2017). “La Oralidad en los Sistemas Jurídicos en América Latina y el
Caribe”. Santa Cruz, Bolivia: Imprenta El Deber S.A.
3. Bustamante, R. y Angulo, D. (2020). La oralidad en el proceso civil: una realidad
gestada por los propios jueces civiles del Perú. Revista Oficial del Poder Judicial
11(13): 19-40.
4. Reyna, D. (2017). La oralidad en el proceso civil peruano (Tesis de licenciatura en
Derecho). Universidad de Piura. Facultad de Derecho. Programa Académico de
Derecho. Lima, Perú.
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