Confederación Latinoamericana
de Religiosos - CLAR
                                   Hagan todo lo que Él diga ¡Ya es la hora!
                Mensaje de la Presidencia CLAR y del ETAP a la Vida Religiosa
                                de América Latina y el Caribe
                                                                           “Quien tenga oídos que oiga
                                                           lo que el Espíritu dice a las Iglesias de hoy”
                                                                                                Ap. 2, 29
Queridas Hermanas y hermanos,
Dios es ADVIENTO, siempre viene con amor a nuestra historia rota o maltrecha. Nos sale al encuentro
hoy, de nuevo, para invitarnos a que seamos Éxodo continuo, en salida capaz de transformar y renovar
todos los dinamismos de nuestra vida personal, comunitaria e institucional cargada de contradicciones.
Esta conversión espiritual y teológica continua, nos empuja a optar hoy, con más fuerza que nunca, por
El Camino que configura nuestra vocación: ¡SIGUEME! Este caminar, en salida, lo emprendemos
ahora como Iglesia toda, como hermanas y hermanos, como Pueblo de Dios, en igualdad de dignidad
y en diversidad ministerial.
La reunión anual de la Presidencia de la CLAR y del ETAP, tuvo lugar en México, inmediatamente
después de la Asamblea Eclesial. Nuestro encuentro comenzó con un espacio orante y profundo en
donde pudimos compartir y entretejer experiencias de vida, que fuimos bordando con gozos y
esperanzas, anhelos y búsquedas, dolores y luchas internas que decantan su sentido en el silencio
profundo de la soledad acompañada.
Vislumbrar el horizonte de una nueva relacionalidad abierta y en libertad aligeró nuestros pasos y
nuestro discernimiento de estos días. Les compartimos este encuentro, esperando les aliente en
cualquier circunstancia que estén viviendo.
Los dos temas centrales de nuestros diálogos, en clave de escucha recíproca, fueron la Asamblea
Eclesial y el Proceso Sinodal de la Iglesia universal por los que vamos caminando. En estos
acontecimientos descubrimos algo nuevo que la Ruah Divina está suscitando.
Hemos reafirmado la convicción de que los Carismas de la Vida Religiosa son respuestas concretas y
creativas a las urgencias de la historia. Son expresiones dinámicas de cómo el Espíritu, en el tiempo y
en los diversos lugares, impulsa REFORMAS que son constitutivas al carácter mismo de la Iglesia, del
Pueblo de Dios en salida y en continua conversión: “…porque el Reino está cerca”. (Mc 1, 15) Porque
ha sido anunciado un tiempo de gracia del Señor (cfr. Lc 4, 19).
La memoria del Icono Inspirador de los tres últimos años, que van concluyendo, alienta nuestras
convicciones, nuestros sueños y nuestra sed insaciable de vida. Especialmente nos conmueven y nos
desafían los nuevos brotes de vida que van naciendo en medio de esta dolorosa pandemia global.
Escuchamos la invitación a vivir este tiempo de Sinodalidad, desde las notas propias de nuestra
vocación, desde nuestra identidad y autonomía, que se van renovando en los dinamismos emergentes
de la conciencia de una ecología integral, del don de la reciprocidad, de la escucha, de estructuras que
                 Calle 64 Nº 10-45 piso 5 Bogotá, D.C. COLOMBIA – Apartado Aéreo: 56804
                      Tel. 57 (1) 927 2889 – E- mail: clar@clar.org – Web: www.clar.org
                                         Confederación Latinoamericana
                                             de Religiosos - CLAR
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caducan mientras se recrean o nacen nuevas en una Iglesia, Santo Pueblo de Dios, que no le teme al
cambio como Francisco lo ha proclamado insistentemente.
Dentro de estos dinamismos de vida nueva, seguimos, desde nuestra identidad bautismal, optando por
el relato fundante de nuestra fe: Jesús y el Reino que, desde los márgenes, desde las periferias, se
expresa en clave mística, profética y comunional que son los pilares de nuestra identidad relacional y
misionera en salida.
En la memoria que hemos estado haciendo de Aparecida en la Asamblea Eclesial, las/os religiosas/os
que peregrinamos en esta tierra sagrada renovamos nuestra opción por las personas empobrecidas, por
los jóvenes y las mujeres, por el pueblo de Dios al que pertenecemos y al que debemos dar razón de
nuestras maneras de proceder, opciones y decisiones. Sabemos que allí donde la vida gime, Dios nos
llama.
Hemos acogido con alegría la invitación a permanecer en estado de Asamblea Eclesial y sumarnos al
proceso Sinodal. Este será un tiempo propicio para retomar, interiorizar y responder a las 70 mil voces
que se expresaron en la etapa de escucha y a los 12 desafíos pastorales. Nos duelen y avergüenzan
hondamente los abusos sexuales, de poder y de conciencia, que nosotros religiosos y religiosas hemos
cometido contra personas vulnerables e inocentes, y los actos y prácticas para encubrirlos. Pedimos
perdón a estas víctimas y nos comprometemos a ayudarles para que sus reclamos de justicia sean oídos
y se haga reparación integral del inmenso daño que han sufrido.
Anhelamos, en la certeza de la fe y la alegría de la esperanza, nuestra XXI Asamblea General de febrero
del 2022. Hemos dedicado tiempo a la oración y la reflexión bíblica, a la luz de nuestra reunión virtual
de agosto pasado, para imaginar un Nuevo Horizonte Inspirador que seguramente responderá a la clave
de la conversión sinodal.
En nuestro proceso de discernimiento nos asaltó una pregunta fundamental. ¿Quién hará todo esto?
Desde este cuestionamiento queremos invitarles a la disponibilidad radical, a decir sí, a envolverse en
los diálogos y las discusiones sinodales, a tomar la palabra, a abrir la participación al pueblo de Dios
con el que caminamos y desde todos los rincones de nuestra misión y profecía, a reclamar las reformas
de la Iglesia que no pueden esperar porque ya es la hora! Tenemos presente en nuestra memoria
comprometida a la humanidad descartada, marginada, excluida, a quienes se han alejado y a quienes
hemos echado fuera… su sufrimiento nos interpela, su partida nos cuestiona, su ausencia nos duele!
En este peregrinar hacia una Iglesia discípula, misionera en salida, nos acogemos bajo el manto
protector de Nuestra Señora de Guadalupe que nos tiene entre sus brazos. En estos días hemos
experimentado más profundamente su mirada amorosa por nuestros pueblos y sabemos que es ella
quien nos anima y acompaña por estos senderos de conversión sinodal.
Les abrazamos con paz y alegría.
                                       Presidencia, Equipo de Teólogas/os y Secretariado de la CLAR
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