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7 Buenas Razones para Dejar de Mirar Pornografía Ahora

El documento presenta 7 razones para dejar de ver pornografía: 1) Puede poner en riesgo la salvación del alma. 2) Perjudica a los demás involucrados en su producción. 3) Debilota a la iglesia al infantilizar a sus miembros. 4) Destruye familias. 5) Distrae de la misión de evangelizar. 6) Daña el testimonio cristiano. 7) Desprecia el sacrificio de Jesús en la cruz.
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7 Buenas Razones para Dejar de Mirar Pornografía Ahora

El documento presenta 7 razones para dejar de ver pornografía: 1) Puede poner en riesgo la salvación del alma. 2) Perjudica a los demás involucrados en su producción. 3) Debilota a la iglesia al infantilizar a sus miembros. 4) Destruye familias. 5) Distrae de la misión de evangelizar. 6) Daña el testimonio cristiano. 7) Desprecia el sacrificio de Jesús en la cruz.
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7 Buenas Razones Para Dejar de Mirar Pornografía Ahora

Por: Tim Challies

Hay ciertos temas sobre los que vuelvo regularmente, si usted es un lector habitual de este sitio,
usted sabe que uno de esos temas es la pornografía. Vuelvo a ella una y otra vez, porque veo el daño
que está haciendo y veo la desesperación de aquellos que están atrapados en ella. Mi objetivo de
hoy es simple: quiero darte 7 buenas razones por las que necesitas dejar de mirar pornografía en
estos momentos.

1. El Costo de Tu Alma

Quiero empezar por aquí: Con el costo de tu alma. Si estás consumido por la pornografía y no quieres
hacer morir este pecado, tienes toda la razón para estar preocupado con el estado de tu alma. Dios
promete que si él nos ha salvado obtendremos nuevas pasiones y nuevos afectos. Vamos a tener no
sólo la capacidad, sino también el deseo de reemplazar el pecado con santidad, reemplazar la
inmoralidad con la pureza sexual. Si no tienes dolor por el pecado, si no tienes un verdadero deseo
por la victoria, si una y otra vez imprudentemente eliges tu pecado por encima de tu Salvador, es
necesario preguntarse lo siguiente: ¿Amo la pornografía lo suficiente para ir al infierno por ella? Si
este pecado sigue dominando tu vida, puede presentarse como prueba de que no tienes una fe
salvadora y que mortifica el pecado. Por el bien de tu alma, dejar de mirar pornografía.

2. El Costo de Tu Prójimo

Incluso los que saben casi nada sobre la fe cristiana lo saben: a los cristianos se les manda: “Amarás
a tu prójimo como a ti mismo.” Al igual que Jesús, los cristianos han de estimar a otros más que ellos
mismos y colocar la preocupación de otras personas por delante de la suya. De todas las personas,
los cristianos deben saber que la pornografía genera costos elevados de los que crean – el costo
para sus cuerpos, sus almas, su bienestar mental, su dignidad, su futuro. Una gran cantidad de
pornografía que disfrutas es creada por personas en contra de su voluntad. El simple hecho es, por
ver pornografía, estás viendo la violación y obtienes placer de ello. Tú te conviertes en un
participante dispuesto en actos de violencia sexual y permites que el actor en la pantalla sufra por
su placer. Por el bien de tu prójimo, deja de mirar pornografía.

3. El Costo para Tu Iglesia

En momentos en que la iglesia cristiana está pidiendo a gritos más y mejores líderes, toda una
generación de hombres y mujeres jóvenes se han infantilizado por su dedicación a la pornografía.
Están en pornolesencia perpetua, ese período transcurrido entre la convicción de pecado y la
determinación de no hacer algo para detenerlo. En este momento constantemente eligen la
inmoralidad sexual sobre Dios y su crecimiento espiritual se atrofia. Por el bien de tu iglesia, deja de
mirar pornografía.

4. El Costo para Tu Familia

Apenas hay un pastor ministrando hoy que no haya visto una familia desmoronándose y cayendo
bajo el peso de la adicción pornográfica. Los hombres están destrozando sus familias por el bien de
los placeres ilícitos; las mujeres están evitando la atención de sus maridos por leer o ver lo que está
prohibido y lo que parece prometer mayor y más fácil satisfacción. Los niños están siendo expuestos
a la pornografía a través de los senderos que sus padres dejan atrás. Padres invitan a Satanás en el
hogar por su compromiso con lo que Dios prohíbe y lo que le gusta a Satanás. Por el bien de tu
familia, dejar de mirar pornografía.

5. El Costo para Tu Misión

La comisión del Señor es una comisión urgente, ya que es un asunto de vida eterna y muerte. El
tiempo es corto y el infierno es para siempre, lo cual hace urgente la misión del cristiano. Y sin
embargo, muchos cristianos están distraídos por algo tan mal y tan derrochador como la
pornografía. Es arrestada Su atención, su energía agotada, su utilidad socavada. Don Whitney lo dice
muy bien: “Si hay algún remordimiento en el Cielo, sólo será que no usamos nuestro tiempo terrenal
más para la gloria de Dios y para crecer en su gracia. Si esto es así, esto puede ser la única semejanza
del cielo con el infierno, que se llena de lamentos de agonía por el tiempo tan tontamente
desperdiciado.” Por el bien de tu misión, deja de ver pornografía.

6. El Costo de tu Testimonio

Los cristianos están llamados a ser diferentes, a diferenciarse entre el resto del mundo por sus
deseos y por su comportamiento. Los cristianos han de morir al pecado y mostrar el poder de Dios
en la eliminación y la destrucción de todos los competidores. Y sin embargo, muchos cristianos han
hecho añicos de su testimonio cuando la sórdida verdad sale y cuando los demás se enteran de que
ellos profesan la fe en Cristo, por un lado, y se consumen con la lujuria por el otro. Los padres
socavan el evangelio que ellos han estado diciendo a sus hijos, los pastores socavan el evangelio que
ellos han estado predicando a sus congregaciones. Por el bien de tu testimonio, dejar de mirar
pornografía.

7. El Costo para Tu Salvador

Al hacer que la luz de la pornografía estás haciendo la luz de la muerte de Jesucristo. Si tú eres un
cristiano, usted reconoce en su profesión de fe que el costo del perdón era nada menos que la
muerte del amado Hijo de Dios. Jesús sufrió y murió por tu pecado. ¿Cómo puedes, como cristiano,
juguetear con tu pecado y tomarlo a la ligera? ¿Cómo puedes aferrarte a ello? Como dice Spurgeon,
con su elocuencia habitual: “El pecado ha sido perdonado a un precio tal que no podemos tratarlo
livianamente.” Por el amor de Dios, deja de ver pornografía.
Quiero empezar preguntado: Quizás en este momento se sienta frustrado o
encadenado a algún problema, o venga arrastrando una frustración, y desea
liberarse. Le ruego que ponga mucha atención y escuche estas hermosas
palabras de Jesús. Juan 8:32 dice así: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os
hará libres”
Mientras no conozcamos esta verdad (Jesús) a profundidad difícilmente
seremos libres de esas cadenas que nos tienen aprisionados y que nos cortan
las bendiciones nuestras. Dios, sacó a los Hebreos de Egipto, para que ya no
estuvieran en esclavitud. Con Jesús, volvió a suceder lo mismo, lo cual inicio
desde la cruz del Calvario y ha estado dando libertad a los cautivos que lo
buscan.
En Lucas 4:18- Jesucristo afirma lo siguiente: “El Espíritu del Señor está
sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad
a los cautivos...”
Esto es real porque lo hizo con cada uno de nosotros. Somos gente libre, su
verdad nos hizo libres. Su Palabra, reorganizo nuestra vida, nos limpio
nuestro corazón, nos despojo de dudas, elimino los temores, somos gente
feliz y así queremos vivir.
Él quiere que sucedan cambios en nuestra vida, para no seguir
encadenados a los problemas y frustraciones que quieren arrástranos,
desde hace mucho tiempo. La gran pregunta es: ¿Que se necesita para
romper las cadenas en nuestra vida? Respuesta sencilla, se necesita a Jesús
y su Palabra con eso basta. Cristo rompe las cadenas que nos atan.
Pero antes de comprender la verdad que puede liberarnos, usted y yo
debemos hacernos la pregunta siguiente: ¿Qué quiso decir Jesús cuando dijo:
“la verdad os hará libres”? Que no existe otra forma de alcanzar libertad,
solo con su verdad. Él es la verdad. “Jesús dijo: Yo soy él caminó, y la verdad,
y la vida...” (Juan 14:6) ¿Qué esta verdad liberadora que permite cambios y
rompe las cadenas?
Para descubrir de que necesita ser libre, pregúntese así: ¿Cuál es mi gran
necesidad? ¿Cuál es mí obstáculo más grande? ¿Cuál es mi anhelo más
intimó? Si usted y yo nos hacemos las preguntas adecuadas, obtendremos las
respuestas acertadas. ¡Las respuestas acertadas equivalen a conocer la
verdad! ¡Y la verdad os hará libres! Bien entonces tenemos que hacer lo
siguiente:
I. HACER LOS CAMBIOS NECESARIOS EN NUESTRA VIDA
¿Está usted encadenado? Si el deseo de romper las cadenas es
suficientemente fuerte, entonces es posible quebrarlas. Dios produce el
querer, como el hacer. (Filipenses 2:13) Es posible cambiar las cadenas por
la libertad. ¡Lo que usted necesita sobre todo, es creer que eso es posible!
Todo es posible si puedes creer.
El problema más grande es uno mismo. Uno es la única persona que puede
decidir, o hacer cambios o seguir igual en nuestra vida. Será posible, romper
cadenas. Sí, es posible. Su anhelo más íntimo es amarse a sí mismo. Sí
usted se ama a sí mismo será capaz de creer a Dios y de creer que es todo
posible, para el que le cree a Dios todo le es posible, quiere decir que si
podemos romper cadenas.
Nuestro único auxilio para hacer cambios y romper las cadenas en nuestra
vida, solo se hace a través del Señor Jesucristo, pues él es nuestra Salvación.
Jesucristo es el único que puede romper las cadenas de esclavitud, es él
que puede sanar, es él que puede salvar, es él que puede redimirnos. El desea
hacerlo, realmente Cristo desea romper las cadenas en nuestra vida.
Jesucristo esta vivo para romper cadenas, esta vivo ¡Extienda su mano
hacia El! , El quiere tocarlo de la forma en que sólo El puede hacerlo.
Puede salvarlo ahora mismo. ¡Aleluya! ¡Aleluya! Gloria a Dios, si él puede
romper las cadenas.
Digamos: Cristo rompe las cadenas que me hacen apartarme de tu verdad,
Cristo de la gloria, rompe las cadenas que me atan ha este mundo, Cristo
libérame, rompe las cadenas de mi vida. Amén Cristo venció, esta vivo
rompió las cadenas:
Levantémonos en el nombre de Cristo, rompamos las cadenas, hay una
guerra que pelear, tenemos que ganar. “Y conoceréis la verdad, y la verdad
os hará libres” (Juan 8:32)
Libertad, es un don que otorga el Señor, es una liberación total Romanos
8:1-2 nos dice lo siguiente: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los
que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino
conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha
librado de la ley del pecado y de la muerte”
Quiere entonces decir que somos libres de ataduras, del pasado triste, libres
de faltas cometidas, consciente o a propósito, libres de estorbos para que
podamos avanzar en el camino del Señor. Jesucristo, propone el camino de
la libertad total, el máximo conocimiento de El. Y conoceréis la verdad,
quiere decir conozcan la verdad a través de un nuevo estilo de vida. Algunas
personas viven encadenadas por voluntad propia y sufren por ello.
¿Cómo es que algunas personas terminan encadenadas? Al permitir que
lleguen a su mente pensamientos negativos, pensamientos erróneos,
pensamientos prejuiciosos. Solo con la ayuda del Bendito Poder del Señor,
rompemos las cadenas de toda clase. ¡Aleluya! La Escritura dice: “Porque no
nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio” (2 Timoteo 1:7.
Las personas que tienen a Cristo rompen las cadenas. ¡No acepte cadenas!
¡No fabrique cadenas! ¡Rompa las cadenas! Si, hay personas que rompen las
cadenas que los atan. ¿Cómo es que lo hacen? Las rompen por que empiezan
a creer que es posible llegar a ser más que vencedores.
El se para en la ladera y nos dice: ¡Tú mismo te declaras incapaz, la gente
te declara incapaz, pero yo creo en ti! Tú eres un plan que espera ser
puesto en marcha. Adelante rompamos las cadenas este día. Tú eres un
sueño que quiere llegar a materializarse. Eres una idea brillante que
quiere tomar cuerpo. Eres un concepto maravilloso de Dios, a la espera de
nacer de nuevo. Rompamos las cadenas, somos creyentes de victorias.
Conclusión: En la verdad liberadora del bendito evangelio, cada uno de
nosotros ha encontrado: El poder para empezar de nuevo. La Palabra para
renovar la mente. La salvación total. El perdón liberador. La misericordia
infinita. Sanidad de enfermedades. Amar sin límites. Bondad infinita.
Con razón afirma Jesucristo. Conozcan esta verdad y serán libres. Vivan en
esta verdad (levantar la Biblia) y gozarán de todas las bendiciones de Dios y
nunca, nunca, pero nunca se vuelvan a la esclavitud, de ninguna forma.
Aprovechen su libertad y vivan para Dios. “Y conocerán la verdad, y la
verdad os hará libres” (Juan 8:32)

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