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Principios Internacionales Del Derecho Ambiental

1. El documento describe seis principios rectores de la protección ambiental derivados del derecho internacional ambiental, incluyendo el principio de prevención y reducción de daños transfronterizos, el principio de cooperación internacional, y el principio de responsabilidad común pero diferenciada. 2. Explica que los Estados tienen la obligación de no permitir actividades que dañen el medio ambiente de otros países y de cooperar en la notificación y consulta sobre actividades potencialmente dañinas. 3. Señala que el principio de responsabilidad com
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Principios Internacionales Del Derecho Ambiental

1. El documento describe seis principios rectores de la protección ambiental derivados del derecho internacional ambiental, incluyendo el principio de prevención y reducción de daños transfronterizos, el principio de cooperación internacional, y el principio de responsabilidad común pero diferenciada. 2. Explica que los Estados tienen la obligación de no permitir actividades que dañen el medio ambiente de otros países y de cooperar en la notificación y consulta sobre actividades potencialmente dañinas. 3. Señala que el principio de responsabilidad com
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Principios rectores de la protección del medio ambiente derivados del derecho

intencional ambiental
Las relaciones internacionales han partido, desde hace mucho tiempo, del principio de la
soberanía territorial de los Estados; sin embargo, en la materia ambiental dicho principio
no puede mantenerse tan firme como históricamente se ha hecho, puesto que la
contaminación que se produce en un Estado puede afectar a la comunidad internacional
en su totalidad o a un país en específico, esto es, los fenómenos contaminantes no respetan
fronteras. Por esta razón, de los tratados y acuerdos internacionales ambientales,
económicos y comerciales han surgido determinados principios generales que fijan las
bases para su futuro desarrollo en la legislación internacional y nacional de cada país.
Veamos los que tienen mayor importancia.
1. Principio de prevención, reducción y control de daños al ambiente

Este principio consagra la obligación a cargo de los Estados de no permitir el uso


de su territorio para la realización de actividades que perjudiquen el medio
ambiente de otros países. Este principio encuentra sus fuentes en el principio 21
de la Declaración de Estocolmo sobre el medio ambiente humano, en el art SO de
la Carta de Derechos y Deberes Económicos de [os Estados y en el principio 2 de
la Declaración de Río sobre el medio ambiente y el desarrollo.

Inclusive, el Tribunal Internacional de Justicia ha generado jurisprudencia


internacional sobre este deber de protección a cargo de los Estados. Como ejemplo
tenemos el dictamen de este tribunal sobre la legalidad de la amenaza o el empleo
de armas nucleares, en el cual determinó que "... la existencia de la obligación
general de que los Estados velen porque las actividades realizadas dentro de su
jurisdicción o bajo su control no dañen el medio ambiente de otros Estados o zonas
que están fuera de su jurisdicción nacional forma parte ya del corpus de normas
internacionales en materia de medio ambiente".

La obligación de prevención conlleva dos tipos de conductas:


a. La primera, que consiste en la prohibición a los Estados de causar daños de
manera directa al medio ambiente más allá de sus fronteras nacionales;
b. La segunda, consistente en la obligación de los países de vigilar que las
actividades que se lleven a cabo en sus territorios o bajo su control no den
lugar a esa clase de daños transírontenzos. La violación a estos deberes genera
responsabilidad internacional, cuyo contenido será la obligación de reparar el
daño causado y la prevención de daños similares en el futuro, actuando con la
diligencia debida.

2. Principio de cooperación intencional


Éste proviene del principio 24 de la Declaración de Estocolmo y del principio de
la Declaración de Río sobre medio ambiente y desarrollo, y consiste en la
obligación de los Estados de dar aviso previo y anticipado a los países que estén
en riesgo de sufrir daños ambientales por la realización de actividades en el
territorio de los primeros. Esta obligación se ha desarrollado en las normas
internacionales de conservación del medio ambiente e incluye el deber de
informar y consultar sobre las actividades perjudiciales para el medio ambiente de
terceros Estados, cuya fuente se encuentra en el principio 19 de la Declaración de
RIO.

3. Principio de comunicación y consulta


Derivado del principio 19 de la Declaración de RIO, este fundamento establece la
obligación de todos los Estados de advertirse recíprocamente acerca de cualquier
hecho o actividad que pueda causar daño al medio ambiente fuera del límite de
los territorios sobre los que tienen soberanía y jurisdicción. Al respecto, López-
Bassols aclara las implicaciones de este principio, al señalar que... se impone la
obligación de cooperar para el Estado que puede ser afectado [por la actividad
contaminante], para que una obra que vaya a traer consecuencias benéficas para
el Estado que realizará la actividad, no se vea impedido por la postura
intransigente del Estado afectado. Lo que se busca es que lleguen a una solución,
en donde, si no se evitan las consecuencias de la actividad, por lo menos sí se
minimicen sus efectos. También puede llegar un acuerdo para repartirse los
beneficios de manera que se compense el daño causado.

4. Principio "quien contamina pagan


Este principio fue concebido por primera vez en el seno de la OCDE en noviembre
de 1974, para asignar los costos económicos que genera cualquier actividad que
produzca impactos ambientales. Se planteó "... como una forma de imputar al
contaminador la carga de la lucha contra la contaminación, quien deberá asumir
el costo de las medidas necesarias para evitarla o reducirla hasta los estándares
marcados por las autoridades públicas de los países miembros “Este principio está
claramente reflejado en el Acta Única Europea de 1986, que establece en su art
25 que todas las acciones tomadas por la Unión Europea relacionadas con el medio
ambiente deberán basarse en el fundamento de que el daño ambiental debe ser
corregido desde su fuente, haciéndolo un acto prioritario del Estado y que el
contaminador debe pagar”.

Mediante la observancia de este principio se persigue que los bienes y servicios


cuya producción y/o consumo sean causantes de contaminación, reflejen en sus
precios el costo de las medidas de prevención y control de dicha contaminación,
debido a que las valoraciones económicas pueden ayudar a que los agentes
económicos consideren los efectos o impactos adversos al ambiente antes de
realizar las actividades productivas o de consumo causantes de esos resultados.

El principio que nos ocupa se estableció en la Declaración de Rio sobre medio


ambiente y desarrollo, que en su principio 16 lo consagra en el ámbito general
aplicable a todos los Estados que produzcan daños ambientales a otros y no sólo
a los países industrializados integrantes de la OCDE como originalmente se
pensaba en la comunidad internacional.

5. Principio de responsabilidad común pero diferenciada


Este fundamento fue establecido en el principio 7 de la Declaración de Rio Y en
los convenios sobre cambio climático y la diversidad biológica, derivados de la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Su
contenido lo podemos dividir en dos partes:
a. la primera, en la responsabilidad común de todos los Estados en la
degradación del medio ambiente, en virtud de que cada uno ha contribuido a
ella, y en el deber de no dañar el ambiente en el futuro, cooperando para
solucionar las consecuencias presentes de la degradación ambiental;
b. la segunda parte consiste en la distinta medida en que los Estados han
contribuido a la degradación del medio ambiente, lo que hace la diferenciación
de responsabilidades con especial énfasis a la correspondiente a los países
desarrollados, quienes han reconocido internacionalmente la responsabilidad
que les atañe "... en la búsqueda internacional del desarrollo sostenible, en
vista de las presiones que sus sociedades ejercen en el medio ambiente
mundial y de las tecnologías y los recursos financieros de que disponen.

El contenido de este principio fue planteado particularmente por la mayoría de los


países en vías de desarrollo, que tomaron como antecedente las manifestaciones
emanadas de la Declaración de Estocolmo -antecedente de la Cumbre de Río de
Janeiro- y las consideraron con escepticismo, "... ya que juzgaron que la
responsabilidad del deterioro ambiental debía fincarse no en el resultado de su
propia actividad económica, sino en el de las naciones que habían alcanzado ya
grados avanzados de industrialización y, de paso, de explotación de los recursos
naturales del planeta.:",28 especialmente por el desarrollo de sistemas productivos
basados en el empleo intenso de energía proveniente de materiales fósiles.

De esta manera, se estableció que la responsabilidad común no corresponde en


partes iguales, sino que se tiene que tomar en consideración el daño ambiental que
cada Estado realiza, siendo responsables en parte proporcional al daño ambiental
causado."

6. Principio de precaución o de cautela


El fundamento de precaución -o dicho en rigor, el criterio de precaución- fue
establecido en el principio 15 de la Declaración en de Río, aunque su afirmación
con carácter general se produjo en la Declaración Ministerial sobre el Desarrollo
Sostenible, adoptada en Bergen en mayo de 1990 por los países integrantes de la
Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas.

Este principio se ha erigido -por iniciativa de los países industrializados- como


uno de los instrumentos fundamentales de la protección internacional del medio
ambiente, y algunos países -como México- lo han incluido en sus respectivas
legislaciones. En dicho principio se establece:

Con el fin de proteger el medio ambiente, los Estados deberán aplicar


ampliamente el criterio de precaución conforme a sus capacidades. Cuando haya
peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no
deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en
función de los costos para impedir la degradación del medio ambiente. No
obstante, contrario a lo que pudiera parecer, de su contenido se desprenden
determinados límites para su observancia y aplicación:

a. Que los Estados apliquen ampliamente el enfoque de precaución conforme a


sus capacidades, significa que su interpretación será menos estricta respecto
de los países en vías de desarrollo, considerando el principio de
responsabilidad común pero diferenciada.
b. La aplicación del principio tendrá lugar en casos de falta de evidencia
científica absoluta, por lo que debe tratarse de cuestiones respecto de las cuales
se han alcanzado conocimientos precisos aunque persistan algunas
incertidumbres; en sentido contrario, este principio no debe aplicarse en
relación con problemas eventuales.
c. Las medidas eficaces para impedir la degradación del ambiente sólo pueden
postergarse en función de los costos, dejando abierta la posibilidad de retardar
tales medidas que, aunque seguramente serán eficaces, presentan un costo
excesivo o desproporcionado.
d. Dicho principio sólo opera cuando hay peligro de daño grave o irreversible,
mientras que en caso de riesgo cuyo alcance es reducido no es necesario
aplicar un enfoque o criterio precautorio.>? El criterio de precaución debe
incluirse en las acciones de gobierno cuyo objetivo sea la protección del
ambiente, mas no como un instrumento de aplicación a todo caso particular
que propicie injustificadamente -sin bases sólidas- estancamiento en
inversiones y sistemas de producción cuyo impacto ambiental puede ser
controlado, mitigado, minimizado o reducido, pues esos no son sus alcances
originales.

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