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Zoe Desatada Esposa, Esclava - Daniel Santos

El documento narra la historia de Zoe, una princesa que fue rescatada de Zeron, un malvado emperador espacial. Zoe ahora gobierna su planeta natal mientras espera la próxima ofensiva de Zeron, quien desea vengarse. Mientras tanto, el hijo de Zeron, Ailen, sigue encarcelado después de enamorarse de Zoe.
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Zoe Desatada Esposa, Esclava - Daniel Santos

El documento narra la historia de Zoe, una princesa que fue rescatada de Zeron, un malvado emperador espacial. Zoe ahora gobierna su planeta natal mientras espera la próxima ofensiva de Zeron, quien desea vengarse. Mientras tanto, el hijo de Zeron, Ailen, sigue encarcelado después de enamorarse de Zoe.
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ZOE DESATADA

Esposa, Esclava y Rebelde del


Emperador Espacial

Por Daniel Santos

© Daniel Santos 2019.


Todos los derechos reservados.
Publicado en España por Daniel Santos.
Primera Edición.
Dedicado a Bridget y Caterina,
por darme esperanzas en el futuro.
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I
FUGA

El amor, la atracción por una mujer y los intereses por el


poder se habían encontrado en medio de un padre y un hijo,
los cuales habían tenido que afrontar a algunos de sus peores
miedos al verse afectados directamente por una de las mujeres
más hermosas que habían visto en la galaxia.
Cada uno tenía una manera distinta de canalizar el amor
que experimentaban por esta chica, la cual, se había convertido
en la esclava de Zeron y en el amor de Ailen. El sentimiento
que había aflorado en el corazón del joven príncipe había sido
tan intenso que había sido capaz de retar a uno de los hombres
más nefastos y mortíferos que habían tocado el universo.
Su creación parecía haber sido hecha por la propia mano
de los demonios más hostiles y aguerridos, ya que,
absolutamente nadie había sido capaz de neutralizar la
amenaza que representaba este malévolo rey en todo el
universo. Sus tropas, eran capaces de invadir planetas,
galaxias, devastar, destruir e ir de un punto al otro sólo en
busca de venganza, muerte y derramamiento de sangre.
Cualquiera que fuese capaz de retar la voluntad de un
hombre como Zeron, posiblemente enfrentaría la muerte o los
castigos más feroces. No había ningún tipo de limitación en
cuanto a castigo se refería, este coloso de mente era capaz de
torturar hasta a su propio hijo, esto había quedado
completamente claro desde la partida de la chica, quien había
sido rescatada recientemente de las garras de este sujeto.
Haberla tenido con él durante un largo período, había
convertido a Zoe en una chica temerosa e insegura, pero que
recuperaría todas las fuerzas suficientes para alcanzar su
verdadera esencia. La maldad de Zeron había sido capaz de
arrebatarle parte de su personalidad, ya que, la aguerrida chica
había perdido a dos de las personas más importantes que
habían conformado su entorno.
Habían pasado tres años desde que Savanah y Ailen habían
salido por completo de la vida de la princesa del planeta
Draris, ya que, tras haber sido rescatada por la acción de estos
dos, había tenido que huir del planeta Lounar sin ellos.
Imploró en muchas ocasiones que regresaran a buscarlos,
pero su destino era restablecer el orden en su planeta natal, y la
situación estaba realmente complicada en este planeta Lounar
como para arriesgarse a perderla a ella. La búsqueda más
exhaustiva que se había desarrollado en toda la galaxia había
sido para garantizar la seguridad de Zoe, una joven princesa
que se había convertido en el símbolo de la fe y la esperanza
para todo un reino y un planeta.
Cuando la joven princesa había regresado a su hogar, había
sido recibida con una celebración increíble, ya que, todos
habían perdido la esperanza de que la sangre real permanecería
en el control del trono.
Había fuertes rumores de que surgiría una nueva alianza, y
ante la incertidumbre de que todo cayera en manos de un
completo demente similar a Zeron, todos sentían un miedo
tremendo. El regreso de Zoe sólo podía significar el
establecimiento de un nuevo periodo de orden y recuperación
de la esperanza, ya que, la cordura de su padre había quedado
completamente deshecha.
Postrado en una cama sin reconocer absolutamente a nadie,
el rey Valnir había quedado desconectado absolutamente de
toda realidad, sólo había recuperado gradualmente la
conciencia tras encontrarse nuevamente con los ojos de su
pequeña Zoe.
— ¿Realmente eres tú? ¿Estás aquí? — Preguntaba cada
día tras encontrarla al lado de su cama.
Ni la ayuda de los hechiceros, ni la tecnología más
evolucionada que habían utilizado en aquel lugar podía hacer
que su padre sanara, una situación que ha llenado a Zoe de una
impotencia tremenda.
Todo se había convertido en un proceso vengativo para
todos los involucrados, ya que, mientras Ailen se mantenía
encerrado en la gran torre de la montaña, lo único en que podía
pensar Zeron era en recuperar a la chica y hacerle pagar la
traición que había inducido en su único hijo y heredero. La
incertidumbre está por adueñarse de este malévolo rey, ya que,
al no saber si puede contar con alguien en el universo, se
siente absolutamente solo.
Durante mucho tiempo había confiado en su hijo, este sería
quien tomaría el trono y reclamaría absolutamente todos los
reinos y planetas que habían sido conquistados por el gran
coloso, pero ahora, tras haberlo encerrado y torturado durante
tres años continuos en aquella gran torre mística de la
montaña, no sabe si podrá manejar la situación tras salir de
allí.
De alguna otra forma, Zeron consideraba que se había
comportado de una manera benevolente, ya que, para un acto
como el que había ejecutado su propio hijo, el único castigo en
que podía pensar para poder equilibrar el universo era la
muerte.
Cualquiera que hubiese traicionado a alguien como este
hombre, sabía perfectamente que debía enfrentar
consecuencias muy graves. Cicatrices en su piel, un respirar
agotado, poco dormir y un agotamiento constante son las
características que agobian a un nuevo Zeron, un sujeto
completamente diferente al vigoroso guerrero que hace tan
sólo unos pocos años atrás era capaz de devastar mundos sin ni
siquiera sudar.
El deterioro que había sufrido este magnífico guerrero y
destructor de planetas, había sido interno, sus emociones
habían llegado a un punto de quiebre y lo habían guiado hacia
la autodestrucción.
Las pocas horas de sueño que lograba alcanzar,
generalmente estaban vinculadas con Zoe, ya que, en sus
sueños hacía aparición esta chica, la cual era una verdadera
princesa, hermosa, sutil, tierna, inocente, y que de pronto, se
había convertido en la peor piedra del zapato de este hombre.
Había acabado con los guerreros más mortíferos y feroces de
toda la galaxia, pero tan sólo una chica frágil y audaz se había
convertido en su peor enemigo.
Pero no se trataba del poder que podía acumular Zoe, se
trataba de la influencia que podía ejercer sobre este hombre
que había hecho que perdiera por completo la cabeza. Este se
había enamorado de ella, pero la manera de canalizar sus
sentimientos, había terminado por generar el efecto
completamente contrario, separando lo absolutamente de esta
y generando un repudio que era imposible de revertir.
La relación que había surgido entre Ailen y Zoe durante
sus años de esclavitud, le habían dado la oportunidad a la
chica de ilusionarse nuevamente. En ocasiones, soñaba con
caminar hacia el altar, casarse con un verdadero amor, alguien
que la llenara de ilusiones, sueños y una proyección de futuro
completamente distinta.
A pesar del dolor o sufrimiento que había tenido que
afrontar Ailen durante sus años de encierro, había valido la
pena cada minuto, cada golpe, cada tortura, cada lágrima que
había brotado de sus ojos, ya que, el hecho de haber conocido
a una mujer tan espectacular como Zoe, le garantizaba el
hecho de haber encontrado el verdadero amor.
Este tipo de situaciones se generaban muy pocas veces en
la vida, era oportunidades limitadas quedaba el destino, y si no
eran aprovechadas, posiblemente aquellos involucrados debían
vivir con el arrepentimiento durante la eternidad. Los últimos
tres años habían sido de absoluto sufrimiento para Ailen, una
incertidumbre tremenda para Zeron, y una etapa de
aprendizaje y transformación para Zoe.
A pesar de que estaba muy lejos del planeta Lounar, sabía
perfectamente que estaba vinculada directamente a Zeron y a
Ailen sin ni siquiera poderlos ver, ya que, cada uno había
dejado una marca característica en su existencia, y era una
condición difícil de olvidar y eliminar.
Convertida en Princesa, y con aspiraciones de ascender al
trono, Zoe llevaba el control del planeta Draris, tratando de
que las cosas se estabilizasen nuevamente. Uno de sus
primeros actos tras llegar a casa, había sido generar alianzas
con algunos de los planetas vecinos, ya que, de bien generar
un anillo blindado para poder enfrentar las futuras amenazas
que posiblemente llegarían.
Tras haber compartido un tiempo importante con Zeron,
sabía que tarde o temprano volverían, este, no aceptaba una
derrota, y lo que había hecho la chica había sido
completamente humillante.
Había eliminado gran parte de sus tropas, la operación que
había sido desarrollada por Savanah, había sido un absoluto
éxito, así que, tras haber dado un fuerte golpe a él gran coloso,
simplemente era momento de esperar la ofensiva. Imaginó que
esto llegaría mucho más temprano, pero después del primer
año, asumió que este había sido debilitado significativamente
y que tarde o temprano recuperaría su fortaleza, así que, todos
los bandos involucrados, ve bien volver a reestructurarse para
una nueva batalla que surgiría en el futuro.
Aunque Zoe consultaba a los ancianos, estos no podían ver
con claridad lo que se veía en el futuro. Una gran nebulosa
tapaba los acontecimientos que podían venir muy pronto, y
estos, experimentando una confusión tremenda, no podían
entender que era realmente lo que estaba ocurriendo que
generaba esta nebulosa de incertidumbre, ya que, era como si
los dioses no quisieran que estos accedieran a esta
información.
Lo único que podía hacer Zoe y su equipo, era esperar, ya
que, sabía que, si se aceleraba y se adelantaba a lo planificado,
posiblemente cometería un grave error en su necesidad de
rescatar a una fallecida Savanah y al verdadero amor de su
vida, Ailen, posiblemente terminaría sacrificando al ejército de
búsqueda.
Habían sido tiempos de transformación, y la princesa
inocente e ingenua que una vez había sido secuestrada, ahora
había retomado el poder, pero no había un día en que no
pensara en reencontrarse nuevamente con los ojos enamorados
y brillantes de Ailen, quien le había demostrado que podía
generarse una explosión en el interior de las personas cuando
se enamoraban de una manera tan intensa.
La chica había sentido como si sus pieles estuviesen
configuradas absolutamente para estar juntas, eran
compatibles, necesitaban la cercanía, por lo que, esta ausencia
sólo había generado un ardor en su interior que los llevaba a
buscar cualquier alternativa para generar ese reencuentro.
La torre mística de la montaña había sido diseñada
especialmente por Zeron para encerrar a los peores criminales
del universo. Todos habían sido asesinados tras cierto tiempo
de encierro, por lo que, el lugar estaba completamente
desolado, sólo había un prisionero que habitaba en este lugar,
con cadenas en sus manos y pies, completamente descalzo y
con ropas harapientas y malolientes, las cuales había llevado
encima durante estos tres años.
Para Zeron era completamente natural que su padre se
comportara de esta forma, sabía que era un devastador de
universos, y la sangre que corría por las venas del príncipe, era
completamente insignificante para él cuando se trataba de una
traición.
Lo había castigado el mismo con sus propias manos, y a
pesar de que este le había salvado la vida en el último
momento antes de que lo asesinaran las tropas lideradas por la
mejor amiga de Zoe, esto no había significado que la mancha
en su reputación habría sido borrada.
Zeron entendía perfectamente que su hijo había inclinado
la balanza de forma inteligente al quedarse y tratar de
protegerlo, aquella guerra había sido completamente
devastadora para sus tropas, y aunque tuvo la posibilidad de
escapar junto a Zoe, supo perfectamente que no habría
oportunidad de ser felices en ningún rincón del universo.
Posiblemente habría despertado a un monstruo aún peor en el
interior de su padre, quien no descansaba ni un solo segundo
hasta conseguir sus objetivos.
Draris se había convertido en la obsesión de este demente
criminal, un asesino despiadado que posiblemente encontraría
la paz interior sólo al ver arder por completo a estas tierras.
Había tenido la oportunidad en sus manos, pero en el momento
en que lo había intentado, la belleza de Zoe había neutralizado
su maldad.
Los sentimientos retorcidos que crecen en su interior
acerca de la chica, son completamente incomprensibles hasta
para él mismo, ya que, a pesar de que la ama profundamente,
la única manera en que puede tratar de mantenerla a su lado es
castigándola y torturándola.
Esto había llevado a que todo el universo se convulsionara
para tratar de liberar a la princesa, por lo que, en el momento
en que la alejaron de él, habían arrancado una gran parte de su
existencia.
Durante las noches, podía recordar mientras la enorme
luna naranja iluminaba el planeta, como la hermosa chica se
encontraba atada a las cadenas de su habitación,
completamente desnuda, mientras este besaba su espalda, se
masturbaba, se complacía tan sólo con verla, ya que, nunca
había podido acceder a su cuerpo.
Aunque pudo haberla violado, ultrajado y acceder a su
cuerpo de manera arbitraria, este siempre había sentido el
dolor de no haber sido correspondido por la princesa, quien se
negaba y preferiría la muerte antes de entregarle su cuerpo de
manera voluntaria.
Por su parte, Ailen había podido degustar el cuerpo de la
princesa, había accedido a su piel virginal, a sus besos
genuinos y absolutamente deliciosos, los cuales eran tan
dulces que aún parecían quedar impregnados en los labios del
guerrero. Cada noche de sufrimiento, cada latigazo que había
sido proporcionado por su padre, había valido la pena, ya que,
la libertad de Zoe había estado de por medio.
Tenía una fe absoluta en los dioses de que tarde o
temprano volverían a encontrarse, que las reglas del destino
podrían evadirse y nuevamente estarían juntos, preparándose
para un reinado absolutamente sin precedentes, donde dos
corazones completamente bondadosos y llenos de amor,
podrían darle al universo una nueva esperanza.
Pero cuando Ailen pensaba en esta posibilidad, no podía
terminar la idea sin pensar en el hecho de que para lograr algo
como esto posiblemente tendría que eliminar a su padre. Algo
así tenía que ocurrir, pero no podía ni siquiera imaginar que
fuesen sus manos las que se mancharan de la propia sangre de
Zeron.
Había un vínculo realmente importante con su progenitor,
y aunque sabía que la maldad debía cesar, tenía miedo de
afrontar que posiblemente era él quien tenía que acabar con
esta amenaza. Había un presentimiento en su corazón de que
los ancianos de diferentes tierras, sabían perfectamente quién
debía ser el asesino del gran coloso, si esta responsabilidad
reposaba sobre los hombros del joven guerrero, posiblemente
no lo lograría.
Tendría que acumular demasiado valor o enfrentar una
situación de tensión muy intensa como para tener que optar
por esta alternativa, ya que, aunque sabía que era un asesino y
un despiadado destructor, lo amaba profundamente.
El encierro ha valido la pena en cada segundo, ha olvidado
lo que es la libertad, y durante tres años encadenado, siente
que su espíritu cada vez es más fuerte, ya que, la emoción que
siente al pensar en Zoe, lo lleva hacia la posibilidad de soñar
que finalmente aquellas cadenas se romperán.
El planeta Lounar era inestable, su naturaleza era
absolutamente impredecible, y a pesar de que se preparaban
para algunos de los periodos y temporadas más hostiles,
generalmente eran embestidos de una manera inesperada.
Aquella noche, una gran tormenta helada había llegado al
lugar, fuertes ráfagas de viento y lluvia eran acompañadas de
granos de nieve que caían de manera brutal sobre el reino.
Todos habían corrido a protegerse, pero la fuerza de la brisa
era tan brutal que podía llevarse hasta los soldados más
pesados con armadura.
Fue algo completamente inesperado, nadie tenía la menor
idea de que la naturaleza podía llegar a alcanzar tal nivel de
fortaleza. Era como si algún Dios hubiese aterrizado
directamente sobre Lounar y hubiese comenzado a soplar con
toda la fortaleza de sus pulmones.
Algunas de las casas comenzaron a derrumbarse, pero
mientras el castillo estuviese en pie, todo estaba en orden. La
gran prisión de la montaña, estaba estructurada sobre bases
realmente fuertes, pero su altura, la hacía mucho más
vulnerable ante la velocidad de estos vientos.
El silbido de este viento, era muy aterrorizante, era un
ronroneo extraño, que pasaba desde lo más agudo hasta
frecuencias graves que parecían ser los ronquidos de un gran
gigante. Zeron, observaba desde su castillo en dirección a la
torre, sabiendo perfectamente que esta posiblemente no
resistiría.
Las cadenas que atan las manos y pies de Ailen, no le
permitían ubicarse en un lugar seguro, sentía como si la torre
vibrara constantemente, y esto, no podía significar nada bueno.
La piedad de su padre era una fantasía absoluta, y
posiblemente nadie llegaría para a tratar de ayudarlo, estaba
completamente solo y debía valerse por sí mismo, o de lo
contrario, moriría de la manera más absurda. Aquella tormenta
helada estaba diseñada para devastar reinos enteros, así que,
parecía que el planeta Lounar había sido víctima de este
fenómeno.
La gran torre comenzó a tambalearse de un lugar a otro,
parecía que iba a caerse en cualquier momento, y esto, genera
una preocupación tremenda en Zeron, quien sintió un impulso
tremendo en ir en ayuda de su hijo. Cuando se había
arrepentido de lo que había hecho y vio el verdadero riesgo de
perderlo, ya era demasiado tarde. La torre crujió, y la parte
superior de la misma se desplomó hacia un lado, dejando
completamente expuesto los pisos principales y superiores de
este edificio.
Ailen, haciendo uso de toda su fuerza, tiraba de las
cadenas tratando de aprovechar la vibración, y como se había
debilitado la torre, posiblemente tendría suerte y lograría
escapar. Zeron se vio consumido por la desesperación, ya que,
desde la distancia podía ver como la torre había comenzado a
caerse a pedazos. En el interior, se encontraba su primogénito,
y allí, posiblemente moriría, convirtiéndose todo en una gran
tumba de escombros y rocas.
Zeron vio con ojos llenos de lágrimas la completa
destrucción de aquella prisión que había construido
especialmente para su hijo, no había nada que hacer, y era
imposible que alguien pudiese sobrevivir a una fuerte
embestida de la naturaleza como esta.
Hay creer que muerto, cae de rodillas sobre el suelo, se
lleva las manos a la cabeza, y grita aguerridamente mientras
recuerda los mejores momentos que había compartido junto a
su hijo.
Este había sido la luz de sus ojos, su guía, su fuente de
inspiración, pero ahora, lo había perdido, y aunque no había
tenido el valor de asesinarlo como castigo, parecía que la
naturaleza había terminado el trabajo de una vez por todas. Lo
que el gran asesino no había podido hacer con sus propias
manos, la gran tormenta de hielo parecía haber sido la
encargada para culminar aquella etapa.
Esto, de alguna forma retorcida, fue vinculado
directamente por Zeron hacia Zoe, ya que, si esta no hubiese
manipulado a su hijo, este no estaría encerrado en aquella
torre. Una vez más había surgido en su cabeza la idea de que la
culpable de todas sus desgracias era aquella princesa que
nunca debió conocer. La amaba, pero también la detestaba de
una manera bastante equivalente.
El amor y el odio que urgían en el corazón de Zeron, iban
direccionados hacia una princesa que no tenía la menor idea de
lo que estaba ocurriendo a millones de kilómetros de distancia.
Posiblemente, su verdadero amor, el hombre de su vida, el
fabricante de sus ilusiones, había quedado sepultado bajo
aquellos escombros que se habían desplomado ante la
brutalidad de la naturaleza. No había forma de comprobarlo,
pero para Zeron fue el peor día de su vida.
La propia Zoe, había experimentado una sensación muy
desagradable, como si alguien estuviese necesitando su ayuda,
mientras encuentra sentada en su trono, los escalofríos
viajaron por todo su cuerpo, algo grave estaba ocurriendo,
pero no había nada que ella pudiese hacer.
II
DEBILIDAD

Toda su existencia parecía estar enfocada en la búsqueda


de una excusa para ir por Zoe en cualquier momento. A pesar
de que tenía el poder, las tropas y los recursos para hacerlo,
sabía que era un riesgo tremendo tener que ingresar
nuevamente a Draris e ir por la chica, ya que, estarían
preparados y posiblemente habrían generado alianzas nuevas.
Zeron era un hombre preparado para la adversidad, siempre se
adelantaba a los acontecimientos y esto se había convertido su
principal herramienta, ya que, era inteligente, audaz y muy
cuidadoso en cada uno de los pasos quedaba.
Casi nadie podría tomarlo por sorpresa, siempre jugaba de
forma adelantada, así que, en esta oportunidad no tendría por
qué ser diferente. Los temores más grandes de este gran rey se
habían materializado en el momento en que había perdido a su
hijo. Zeron había cometido un error al dejarlo encadenado al
suelo, ya que, esto no le había dado la posibilidad a el príncipe
Ailen de poder huir o escapar durante aquella tormenta. Este
fenómeno natural había dejado devastado por completo el
planeta, pero nada que no pudiese reconstruirse en unos pocos
meses.
La ira, la furia y el rencor que aún permanecía vivo en el
corazón de Zeron hacia Zoe, luchaba contra la excusa de que
simplemente quería volverla a tener a su lado. Había una gran
posibilidad de que Zeron llegase a cambiar en algún momento
de su existencia, esto, transformaría a un hombre con un poder
incalculable en alguien bondadoso, pero era un proceso que no
dependía de él, sino de la forma en que se desarrollan los
acontecimientos en su entorno.
Consideraba a una única culpable como la constructora de
una de las peores devastaciones que estaban por llevarse a
cabo en Draris, ya que, aunque Zeron no había viajado con una
flota demasiado extensa, había logrado desarrollar una
tecnología que convertiría a un planeta en víctima de sí
mismo.
El armamento no tenía que ser ruidoso o descomunalmente
grande para ser poderoso, los últimos dos años habían servido
para que Zeron lograr a desarrollar una tecnología en
compañía de sus científicos, los cuales habrían logrado
desarrollar una serie de sensores y dispositivos que permitían
controlar la vida interna del planeta.
Sismos, volcanes, tormentas, gran parte de estos
elementos, podrían ser detonados directamente por sus
dispositivos, lo que quizá había generado aquella tormenta
inesperada que había llegado a Lounar.
Las diferentes pruebas que habían estado realizando,
habían jugado en su contra, pero al descubrir que había una
forma bastante efectiva de poder controlar los fenómenos de la
naturaleza, Zeron simplemente decidió poner a prueba estos
recursos en su planeta enemigo.
Este lugar no le había hecho absolutamente nada, y su
nivel de resistencia posiblemente era muy bajo, pero lo veía
como el lugar de nacimiento de la persona que más daño le
había hecho sus planes, pero también era la persona que más
sentimientos había generado en su interior.
La guerra personal que debe llevar a cabo Zeron, lo está
enloqueciendo, pero los resultados podrían ser completamente
devastadores para aquellos inocentes que hacen vida en el
planeta Draris. Durante la noche, mientras todos dormían, la
nave pilotada por los hombres de Zeron, se desplazaba a una
velocidad estrepitosa por toda la galaxia, directamente hacia el
planeta Draris.
Había ingresado a su atmósfera casi de manera
imperceptible debido a la gran velocidad que había
desarrollado. Al ingresar, se había adentrado directamente en
lo más profundo de los mares, no había aterrizado,
simplemente había sumergido la totalidad de la nave en el mar.
Estas grandes formaciones acuáticas, lograban tener
profundidades de cientos de kilómetros, por lo que, Zeron
aprovecharía este desconocimiento para poder instalar los
sensores en lo más profundo de este planeta. Desde allí, podría
permanecer en constante revisión del comportamiento de
Draris, podría infundir todo el daño posible de forma gradual,
ya que, absolutamente nadie podría predecir lo que estaba por
embestirlos.
Cuando llegaron allí, el plan había comenzado a dar curso.
Estaban en el fondo del océano, en una nave absolutamente
acondicionada para estar allí durante meses, tiempo suficiente
para poder convertir a Draris en un despojo de este planeta.
Lo único que quería conseguir Zeron era la rendición de
Zoe, que estuviese completamente vulnerable una vez más y
que esta pidiese ayuda o piedad una vez que Zeron hiciera
aparición nuevamente.
Los primeros golpes que habían sido recibidos en Draris
habían sido algunos sismos, fuertes movimientos naturales que
habían derrumbado algunas casas. Todos creían que esto
simplemente había sido una reacción de la naturaleza, pero no,
los sensores eran activados a voluntad por un hombre
completamente demente que no tenía ningún tipo de empatía
por la vida de sus víctimas.
Los sismos eran controlados y generados uno tras otro, así
que, la inseguridad, el miedo, el terror fue creciendo en los
habitantes, quienes no sabían que esperar a partir de ese
momento debido al raro comportamiento que había
comenzado a desarrollar la naturaleza.
Todas las tropas de aquel reino, estaban enfocadas en
ayudar a las víctimas. Muchos habían sido tomados por
sorpresa, mientras dormían, sus casas se habían desplomado
sobre ellos, y las muertes habían comenzado a ascender en un
índice de decenas.
Para Zoe, la gobernante, era completamente ilógico lo que
estaba ocurriendo, no era posible que fuese la misma
naturaleza la que estaba castigando a sus habitantes. Fue por
esto, que la chica simplemente vio como única opción
consultar a los ancianos, los cuales habían visto algo bastante
turbio y retorcido en las profundidades de Draris.
— Lo que ocurre no es enviado por los dioses. El vientre
de Draris se encuentra contaminado por la maldad más pura de
todo el universo. Hay que neutralizar al enemigo, está dentro
de nosotros. — Dijo uno de los ancianos consultados por Zoe.
El mensaje era dual, ambiguo, y la chica no podía entender
realmente de qué se trataba. Debía ser interpretado, analizado,
y estos, no podían determinar ubicación, lugar o razón de lo
que estaba pasando, simplemente eran iluminados por seres
superiores, los cuales simplemente enviaban un leve mensaje.
Su estadía en aquel lugar no sería demasiado prolongada,
Zeron tenía planes muy específicos de devastar el lugar en un
tiempo récord, y luego de convertirlo en una tierra de
escombros, tomaría a Zoe y finalmente convertirla en su
esposa real.
Aún permanecían casados, después de aquella boda
forzada donde la chica había tenido que convertirse en su
reina, este, seguía con la misma fantasía de que tarde o
temprano la chica correspondería su amor. Esto era algo
prácticamente imposible, ya que, Zoe prefería estar muerta, a
ver quedado completamente tapada por las rocas y escombros
de alguno de estos terremotos, antes de corresponder los
sentimientos de un hombre completamente retorcido y asesino.
Aunque este había tratado de cambiar en múltiples
ocasiones para convertirse en una alternativa adecuada para la
princesa de Draris, simplemente tenía una debilidad ante la sed
de venganza y destrucción, era lo que había en su interior y,
aunque no se sentía orgulloso, encontraba solo la paz y la
tranquilidad al llevar devastación y desolación a los mundos.
Había escogido el lugar adecuado para ocultarse, Zeron
simplemente estaba allí, latente, observador, analizando
absolutamente todo lo que ocurría en su entorno, evaluando el
comportamiento de un planeta desesperado, el cual no podía
controlar los designios de la naturaleza.
Pero Zoe, había puesto a todo su equipo de trabajo a
analizar los radares, ya que, pensaba en que algo posiblemente
había entrado al planeta y no había sido notado. Un
comportamiento extraño en las gráficas de los sensores había
sido el único indicio de algo irregular, por lo que, había dado
la orden de que se analizara absolutamente todo lo vinculado
con este hecho.
Erupciones de volcanes, grandes terremotos, incendios
inesperados, ventiscas brutales, todo esto era parte del plan
que estaba siendo ejecutado por Zeron desde el interior de la
tierra. Al estar en el fondo del océano, los radares no podrían
identificarlo, por lo que, podría actuar de forma tranquila sin
ser interrumpido o identificado.
Pero este, sentía una debilidad tremenda por Zoe, y aunque
sabía que estaban en la misma tierra, no debía permitirse
acceder a ella, ya que, si era visto, posiblemente surgiría una
nueva confrontación, Y no estaba preparado para un evento
como este. Durante una noche, Zeron no había podido lidiar
con la tentación de encontrarse con la chica una vez más.
Así que, aunque no podría revelarse físicamente ante ella,
al menos podría espiarla y refrescar la imagen que tenía de la
chica. Habían pasado ya algunos años desde la última vez en
que lo había visto, así que, verla nuevamente, posiblemente
generaría un fuerte impacto en el asesino de mundos.
Había utilizado una pequeña cápsula para dirigirse hacia la
superficie, había viajado completamente solo, no necesitaba el
apoyo de absolutamente ninguno de esos hombres, ya que, lo
único que quería era visualizar a la chica, observar a través de
la ventana, espiarla, vigilarla y poder contemplarla.
Siempre estaba acostumbrado a tomar lo que quería, no
necesitaba consultar a absolutamente nadie, se creía el dueño
del universo entero y que este le había proporcionado el poder
y los recursos para poder dominar y someter a absolutamente
cualquiera que intentara limitarlo.
Pero con Zoe era completamente distinto, esta chica tenía
un poder que ni siquiera ella misma conocía, en el cual, podría
neutralizar gran parte de las actitudes más nocivas de este
sujeto. Tras llegar a la superficie, Zeron había salido de su
cápsula, había caminado directamente hacia uno de los
alrededores del castillo, se había entrado en el lugar y había
escalado por el borde de el mismo.
Una luz encendida en una de las habitaciones, le había
dado una señal de que alguien estaba despierto. Eran
adentradas horas de la noche, y si corría con suerte,
posiblemente sería la habitación de Zoe.
Cuando observó otra vez el gran ventanal, pudo ver a la
chica completamente desnuda peinando su cabello frente al
espejo. Aquella espalda tatuada, aún con marcas y cicatrices
de los latigazos que habían sido proporcionados por él mismo,
le hicieron recordar los mejores momentos que había
compartido con la chica.
Era una tentación tremenda, necesitaba ingresar al lugar,
tomarla entre sus manos, llevarla de nuevo al planeta Lounar y
hacer la suya a la fuerza. Pero Zeron me voy a controlarse,
había un plan a seguir y así debía mantenerse los eventos.
Cada segundo que pasaba frente a ella observándola, se
convertía en un estímulo mucho más intenso. Su cuerpo
delicado, delgado, estilizado, era algo completamente
demencial para él, se le hacía agua la boca con tan sólo pensar
en el hecho de acercarse a ella y lamer su cuello. Extrañaba el
sabor de su piel, la textura de sus muslos, el aroma de sus
cabellos, Zeron era un completo adicto a esta princesa, pero
necesitaba hacerla sufrir al máximo, y no había forma de
generar mayor sufrimiento que a través de la destrucción de su
propio pueblo.
Zoe tenía un sentido de pertenencia muy desarrollado,
sentía que absolutamente todo lo que había en aquel lugar, era
su responsabilidad, así que, siempre trataba de hacer lo mejor
posible para brindarle prosperidad y bonanza a sus habitantes.
Esta, después de haber tomado un baño, se encuentra
sentada en una silla, con su cuerpo como los dioses la habían
enviado al mundo. La ventana se encuentra abierta, pero no
tiene ningún tipo de inconveniente con ello, porque lo último
que imagina es que alguien la estaba observando a través de la
gran toma de aire.
Allí está Zeron, observándola con ojos brillosos,
completamente entregado a los sentimientos que despierta esta
chica por él, está absolutamente claro de que está enamorado
de la princesa Zoe, pero hay cosas más importantes, como la
venganza que hay que ejecutar para castigar a los traidores.
Después de visualizarla durante algunos minutos, había
quedado una imagen grabada en su mente los recuerdos
frescos del cuerpo desnudo de Zoe.
Esta caminaba de un lugar al otro, Zeron había logrado
visualizar sus senos voluptuosos, sus pezones rosados, su
abdomen plano, sus tatuajes en sus brazos, todo era
absolutamente atractivo para él, pero era momento de volver a
su nave, ya que, el plan debía continuar ejecutando sé.
Los habitantes de Draris no tenían ni la menor idea de que
uno de los grandes montes que se encontraban en el centro del
mayor poblado del lugar, era un volcán inactivo, el cual
contaba con grandes ductos de magma en su interior, pero que
no eran dirigidos a las a la superficie.
Zeron, tras haber estudiado la conformación de este
planeta, había elegido este como un medio para hacer uno de
las peores catástrofes en aquel lugar. En el centro de aquel
planeta, habitaba una criatura llamada Ghull, la cual podría
obedecer a cualquiera que fuese capaz de liberarla.
Absolutamente nadie había logrado visualizar a esta
criatura en el pasado, se decía que los mismos dioses habían
sido los que le habían encerrado en este lugar, esta, parecía ser
la mascota del propio demonio, ya que, con un tamaño de 3 m
de altura y una contextura hecha de lava y roca, era algo
completamente alucinante, una especie completamente
demoníaca que era capaz de devastar planetas enteros.
En realidad, era parte de una especie extinta, la cual había
sido erradicada debido a la potencia y brutalidad de sus
ataques. Todos los planetas del universo se habían unido para
realizar la destrucción por completo de esta especie, la cual
sólo era parte de historias escalofriantes de planetas y galaxias
invadidas.
Según los estudios que había desarrollado Zeron, el último
espécimen de esta especie, se encontraba en el interior de las
entrañas de Draris, ya que, allí había sido encerrada por
grandes guerreros en el pasado, quienes no habían podido
asesinarla debido a su poder.
Había sido muchísimo más sencillo en cerrarlo, y ante la
larga vida que podrían desarrollar de miles de años, estas
criaturas eran prácticamente inmortales desde el punto de vista
natural. Cuando volvió a la nave, Zeron activó finalmente uno
de las erupciones del volcán central de Draris, esto, activó las
alarmas, mientras la pandemia y el terror se adueñaban de
absolutamente todos los habitantes de aquel lugar.
Al no tener la menor idea de que esto era un volcán, no
sabían cómo reaccionar o cómo actuar, así que, todos corrían
despavoridos tratando de huir del fluido caliente que emanaba
desde lo más profundo del planeta.
Toda esa energía liberada, había generado sismos bastante
agresivos, mientras en el interior de la nave oculta en el
océano, todo se desarrollaba de manera precisa y correcta.
Zeron Sabía que habría éxito, y este era el primer paso hacia la
liberación de la criatura, la cual, una vez que se encontrara por
primera vez con Zeron, podría conocer quién había sido el
liberador, dedicándole su absoluta lealtad y confianza.
La primera erupción había sido tenue en comparación a las
que venían en el futuro, y los planes de Zeron eran de
devastación total, no tendría piedad en esta oportunidad, pero
no utilizaría sus propias manos para destruir, utilizaría la
naturaleza y el peor miedo que podía desarrollar un ser vivo.
Conociendo la contundencia de este tipo de reacciones
naturales, no había absolutamente nada contra qué luchar,
simplemente resignarse y esperar a que la naturaleza se Sara,
pero en esta por tu unidad no lo hará.
Había sido una de las noches más terroríficas, pero en
medio del caos y la destrucción, parecía que nada podía ser
peor. Vaya equivocación que habían cometido los habitantes
de ese lugar al pensar en que estarían a salvo, ya que, mientras
las fuertes descargas de lava volcánica erupcionan en todas
direcciones, Zeron se había dirigido hacia las profundidades de
la tierra hacia la liberación de la criatura Ghull. Nunca se
habría imaginado la imponencia mi brutalidad de esta criatura,
la cual había sido internada en una gran formación de rocas y
metal, la cual era completamente inquebrantable.
Utilizando toda su tecnología, Zeron había conseguido
liberar a Ghull, una criatura que, a pesar de ser devastadora y
destructiva, mostraba un agradecimiento tremendo para con
aquel que podía brindarle acceso a la libertad. Una vez que se
encontró fuera de este lugar, estaba completamente habilitada
para hacer cualquier cosa que quisiera. No contaba con
ninguna limitante, no sería controlada en lo absoluto por la
voluntad de su liberador, su único objetivo era arrasar por
completo con todo este planeta.
Zeron, simplemente contemplaba como Ghull avanzaba
por las calles de la ciudad de Draris, devastando
absolutamente todo, asesinando matando mujeres y niños,
desmembrando guerreros, era completamente imparable. Esto
era exactamente lo que había soñado el gran coloso, quien
finalmente está viendo como su venganza era ejecutada. Pero,
aunque creía que todo era completamente indestructible, Zeron
se encontraría con una sorpresa bastante significativa al ver
cómo en medio de una batalla de 30 hombres en contra de la
bestia, surgiría un hombre de armadura negra.
Este, había salido de la nada, y mientras Zeron observaba
desde la distancia, podía identificar parte de los movimientos
de este gran guerrero, el cual había neutralizado parcialmente
a la criatura. Aunque era prácticamente imposible de destruir,
al menos había logrado contrarrestar sus ataques, y lentamente
había comenzado a derrotarla.
El misterioso Guerrero de armadura negra, se movía con
destrezas, con agilidad, y sabía perfectamente que cada
criatura tenía un punto débil. Cuando Ghull intentó atacar de
frente al guerrero, este incrustó su espada directamente en el
corazón magmático de la criatura, la cual, se desplomó de
rodillas, mientras Zeron maldecía con todas fuerzas lo que
había ocurrido.
El hecho de haber acabado con la criatura no sólo había
dado un poco de esperanza a los habitantes de este lugar,
quienes aplaudieron y ovacionaron el guerrero, este, había
desaparecido por completo en tan sólo unos cuantos segundos,
mientras Zeron desarrollaba una ira mucho mayor, algo que
parecía imposible. Cada vez que trataba de avanzar en sus
planes, algo surgía, y ya iba siendo hora de que terminara con
este proceso, antes de que surgiera algo completamente
inesperado.
— ¿Quién es ese sujeto? ¡Lo quiero en mi nave!
Captúrenlo. — Ordenó a sus hombres más feroces, los cuales
se habían dirigido hacia los bosques, donde se había ocultado
el enigmático Guerrero de armadura negra.
III
LEJANA

El orgullo de Zeron no le permitía aceptar el hecho de que


surgiera una amenaza inesperada de manera tan absurda. Este
sujeto tenía una manera de pelear que resultaba bastante
familiar, y aunque esta armadura no le parecía reconocible, sus
movimientos llevaban a Zeron directamente hacia una teoría
muy clara. La única razón por la cual podía reconocer esos
movimientos es porque él mismo los había empleado en
muchas ocasiones, y si alguien podía desarrollarlos, es porque
este posiblemente se los había enseñado.
Aunque había muchos súbditos en sus tierras, sabía
perfectamente que nadie era tan demente como para
convertirse en un guerrero que fuese en contra de sus ideales,
y aunque algunas emociones chocaron en el momento en que
comenzó a desarrollar una nueva teoría, supo que era
momento de actuar.
No había encontrado el cuerpo de Ailen tras el derrumbe, y
si esto era así, entonces existía aún una posibilidad de que este
estuviese con vida. El espíritu de su hijo, era tan indomable
que posiblemente este había logrado huir en un último
segundo, antes de que la torre comenzara a derrumbarse, así
que, si era él, era momento de darle una lección definitiva para
que no enfrentar el poder inevitable de su padre.
Zeron aún no había aparecido y no había dado señales de
haber sobrevivido, pero dos personas no podían tener el
mismo talento en combate, y esto lo sabía perfectamente
Zeron, quien era un maestro absoluto del arte de la guerra.
Para Zoe también había surgido una gran cantidad de
curiosidad en su interior, ya que, los rumores de un defensor,
un vengador, habían comenzado viajar por todo el pueblo,
elevando el espíritu y las esperanzas de que tarde o temprano
las cosas finalmente tomaran de nuevo su curso y su
equilibrio.
Muchos habían narrado la aparición de este guerrero, pero
la chica no tenía ni la menor idea de cuáles podrían ser los
intereses de alguien que luchara por ellos, pero la potencia, la
fiereza y la brutalidad con la que peleaba, tanta como para
poder derrotar a esta criatura, había hecho que Zoe depositara
su interés en la búsqueda de este sujeto también. Muchas de
las tropas del Planeta Draris habían sido enviadas directamente
hacia el bosque, ya que, muchos habían asegurado que este se
había refugiado en lo más interno de ese lugar.
Aunque nadie lo había visto aparecer, sí habían visto
alguna ruta que había descrito hacia estos lugares. Esto
generaría un encuentro inevitable entre las tropas de Zoe y los
hombres de Zeron, quienes, durante las noches, mientras
acampaban, escuchaban algunos sonidos extraños como si
alguien se encontrara afilando sus espadas.
Era una combinación entre escalofríos y curiosidad, ya
que, no sabía si se trataba de un demente, algún habitante de
otra galaxia que había llegado a estas tierras y no sólo
intentaba demostrar su poder y su técnica. Quizá su verdadera
intención no era solamente defender a los habitantes de estas
tierras, posiblemente, una vez que lograra el poder absoluto,
devastaría absolutamente todo en aquel lugar.
Cuando se escuchaba el sonido de la el metal afilándose,
los guerreros se ponían atentos, ya que, sabían perfectamente
que se encontraban cercanos a la aparición de este guerrero
misterioso que con mucha facilidad podría asesinar a cualquier
contrincante, ya que, esto había quedado demostrado tras la
batalla entre el guerrero de armadura negra y la criatura. Pero
todos los que habían ido a buscar al peleador, habían tenido un
fracaso absoluto, este parecía esconderse en las copas de los
árboles más altos, y nunca era encontrado. No dejaba rastros y
parecía ser un completo fantasma.
— No es posible que no lo hayan encontrado. No puede
desvanecerse como si nada. — Dijo Zeron mientras reclamaba
fuertemente a sus hombres.
— Lo hemos buscado con mucha minuciosidad. Hemos
encontrado a hombres de Draris también en esa búsqueda,
hemos aprovechado su volumen de guerreros para tratar de
ganar algo de ventaja, pero fue completamente inútil, señor. El
sujeto parece haberse desvanecido.
Para alguien con un ego como el de Zeron, es imposible
aceptar que surja una amenaza de manera imprevista, siente
que tiene todo absolutamente calculado y establecido antes de
que ocurra, como para permitir que un evento que surgía de
manera improvisada, amenazara con romper absolutamente
todos sus planes. Es momento de hacer el trabajo con sus
propias manos, y aunque confía plenamente en los hombres a
quién asignado la tarea, el mismo será quien busque al
guerrero.
Los rumores de la presencia de Zeron en Draris
comenzaron a correr rápidamente, muchos comentaban la
existencia de una amenaza y un peligro inminente en estas
tierras, y Zoe sentía un escalofrío incontrolable con tan sólo
pensar en que este hombre habría regresado a sus tierras.
El coloso asesino había perdido toda la importancia en que
lo hubiera o lo identificaron, este simplemente estaba enfocado
en la búsqueda de este guerrero de armadura negra que
simplemente había llegado para acabar con sus planes. Estaba
harto de imprevistos, así que, el gran asesino se adentró en el
bosque para tratar de neutralizar la amenaza.
Durante 10 días los terremotos y los hechos imprevistos
naturales habían cesado, esto se debía a la ausencia de Zeron
en el control de los sensores, así que, había sido una
oportunidad para los habitantes de aquel lugar de poder
recuperar un poco la tranquilidad. La noche era la principal
compañera de este guerrero, no sólo por la oscuridad de su
armadura, sino que aprovechaba el silencio para poder
meditar. Pero la presencia de Zeron en este lugar era
completamente predecible, sabía que no descansaría hasta
poder dar con él, así que, ansioso lo había esperado.
— Siempre supe que vendrías… Eres un hombre testarudo
y no aceptas el destino. — Dijo el guerrero oscuro.
— Alguien tan insignificante como tú no impedirá que mis
planes se lleven a cabo. Te partiré en dos y continuaré con mi
objetivo. — Dijo Zeron.
— Para que eso ocurra, primero tendrás que superarme.
Creo que no será tan fácil para ti, padre. — Dijo el guerrero
mientras se deshacía de su máscara.
Cuando expuso su rostro, Zeron verificó que sus teorías
eran completamente ciertas. Encontrarse con el rostro de su
propio hijo, había sido un impacto muy intenso, a pesar de que
así lo había previsto.
— No estás muerto… Sabía que había sobrevivido. Eres
inquebrantable. — Dijo Zeron
— Las cosas han cambiado, padre. Me dejaste encerrado
en esa torre y pude haber muerto de no haberme valido por mí
mismo. Ni siquiera moviste un dedo para salvarme la vida,
creo que estamos a mano, ya sólo es cuestión de demostrar
quién es el mejor entre tú y yo. — Dijo el joven príncipe
mientras asumía la posición de combate.
— Eres afortunado, Ailen. No abuses de tu suerte, no creo
que el destino te permita sobrevivir dos veces seguidas,
márchate y deja que continúe con el destino que está escrito
para esta tierra.
— Sé perfectamente cuáles son tus razones para estar aquí.
Tu intención no es crear equilibrio en el universo y obtener
venganza. Tú verdadera intención es doblegar a Zoe y que
finalmente se convierta en alguien completamente entregada a
toda tu voluntad.
— Todo esto ha surgido gracias a que esa chica se ha
entrometido entre nosotros dos. No dejemos que nos
quebrante, sabes perfectamente que me pertenece.
Aquellas palabras enardecieron a Ailen, quien saltó sobre
su padre golpeando con toda su furia el hacha del guerrero. La
espada del hijo primogénito había generado una gran cantidad
de chispas al impactar contra el metal de la gran hacha del
coloso.
Estos, comenzaron una contienda brutal, donde la
violencia, la velocidad y las destrezas se habían hecho
presentes para determinar cuál de los dos era el merecedor de
la victoria. El desgaste que había sufrido Zeron en los últimos
años era evidente, había quedado completamente claro el
hecho de que su hijo era mucho más superior y contaba con
una absoluta convicción durante las batallas.
No había dudas, si Zeron bajaba la guardia de una manera
inesperada, el guerrero de la armadura negra no dudaría en
asesinarlo para poder darle la oportunidad a aquel pueblo de
seguir viviendo. Era una dura prueba de resistencia que había
tenido que afrontar Ailen, ya que, a pesar de que su padre
estaba viejo y un poco desgastado debido a las tres pruebas de
los últimos años, igual seguía siendo mucho más superior a él
en fortaleza. Debía desgastarnos, escuchar de forma precisa y
con una estrategia, ya que, de lo contrario moriría a manos de
un guerrero que lo que buscaba era la destrucción absoluta del
universo.
El choque de las espadas escuchaba en todo lugar, y los
guerreros de ambos bandos, se acercaron al bosque, viendo
como estos dos guerreros formidables mataban de una manera
absolutamente impresionante. Nadie podía medirse contra
ellos, y cualquiera que quisiera intervenir, posiblemente
encontraría un destino fatal. Una medición de habilidades
entre padre e hijo, quien es necesitaban drenar toda esa furia
que se había acumulado durante los últimos años, y era
momento de ajustar las cuentas.
Parecía una guerra que nunca acabarías, pero Zeron tenía
la absoluta convicción de que triunfaría, a pesar de que sus
objetivos eran absolutamente retorcidos y equivocados. La
princesa había ordenado ser trasladada directamente hacia
aquel lugar, así que, mientras Zeron y su hijo combaten a
muerte, la chica había sido preparada con su armadura para
presenciar la contienda.
Cuando llegó al lugar y observó el rostro de Ailen, la
princesa experimentó una emoción tremenda, la cual se vio
parcialmente anulada por miedo terrible al encontrarse
nuevamente con la presencia de Zeron en aquel lugar.
Esto era simplemente un sinónimo de devastación y
destrucción, la cercanía de un hombre tan nefasto como este
guerrero, podría convertirse en la peor pesadilla para el planeta
Draris. La desconcentración que sufrió Ailen al momento de
ver llegar a la princesa, le había costado muy caro, ya que, el
hacha había alcanzado su brazo y casi lo había desprendido de
un solo golpe.
La armadura negra había sido obsequiada por fabricantes
herreros de otra galaxia, quienes habían previsto un combate
entre estos dos colosos. Por suerte, todo el impacto lo había
absorbido el metal, pero ya ha sufrido un fuerte golpe que lo
ha imposibilitado para seguir luchando.
Zoe, quien se había entrenado fuertemente durante los
últimos años, había decidido intervenir, y ella misma
enfrentaría directamente a Zeron una vez más, completamente
dispuesta a acabar con aquella amenaza que no sólo la
paralizaba a ella, sino a un planeta, a una galaxia entera. La
chica, tomó su espada, y aunque Zeron trató de advertirle que
no lo hiciera, esta comenzó a combatir.
Era bastante impresionante para el gran guerrero, ver la
destreza con la que luchaba esta chica, y aunque no era
equivalente ni se trataba de una amenaza significativa para él,
resultaba una evolución bastante significativa. Este en ningún
momento habría querido asesinarla, su intención no era
eliminarla, así que, simplemente se defendía mientras la chica
pelea ferozmente tratando de ganar un poco más de tiempo
para que Ailen se recuperara.
— Es un placer volver a verte de nuevo, Zoe. He pensado
mucho en ti. — Dijo Zeron mientras detenía cada uno de los
ataques de la espada de la princesa.
— Pues observa muy bien mi rostro, asesino. Seré yo
quien te ejecute y terminarás siendo devorado por los gusanos.
— Dijo la princesa.
Sigues tan intensa y aguerrida como siempre. Me parece
que en cada oportunidad que nos volvemos a encontrar, estás
mucho más atractiva. Lamento mucho que esta pelea tenga
que terminar de manera repentina.
Ailen escuchó las palabras pronunciadas por su padre, pero
no tenía la menor idea de si esto tenía algún sentido. Todo
comenzaría a rebelarse, al menos los planes principales del
viejo coloso, cuando de pronto, este extrajo un dispositivo de
la parte trasera de su cinturón, abriendo un portal que enviaría
a Zoe directamente hacia otra dimensión.
Un gran agujero se había generado en el aire, como si
hubiese salido de la nada, y utilizando su pierna, Zeron había
pateado el pecho de Zoe, lanzándola directamente hacia el
orificio, el cual la dirigiría hacia un lugar completamente
distinto y desconocido para Ailen.
— ¡No! ¿Qué has hecho? ¿A dónde la has enviado? —
Dijo el guerrero de la armadura oscuras.
— Esta pelea es entre tú y yo, o es que necesitas a una
princesa para que te salve la vida. — Dijo el irónico padre.
Había sido un evento completamente devastador para Ailen,
quien había sentido como si se lo hubiese arrebatado la mitad
de su alma nuevamente.
Había luchado con todas sus fuerzas para poder recuperar
la posibilidad de estar junto a Zoe una vez más, y cuando
aquel portal se abrió frente a sus ojos, supo perfectamente que
estaba de nuevo en el comienzo. Su padre estaba
completamente decidido asesinarlo, estaba cansado de luchas
y peleas sin ningún tipo de sentido, una demostración
constante de poder que no llevaría absolutamente nada sino a
un desgaste absoluto.
Zeron, quería terminar con aquella pelea, pero no quería
manchar su espada con la sangre de su propio hijo, en cambio,
el príncipe quería asesinarlo, así que, en el momento en que su
padre había descuidado y bajado la guardia, este logró
impactar con su espada directamente en el abdomen del
coloso.
Este, se encorvó lo suficiente como para poder reducir el
daño que se generó sobre la carne, así que, golpeó con sus
moños fuertemente el rostro de su hijo. Ailen sentía unas
ganas increíbles de desplomarse en el suelo, pero lo último que
necesitaba Zoe era un hombre devastado que se había rendido
en lo absoluto ante la voluntad de un ser sin sentido común.
Sólo Zeron sabía hacia donde había sido enviada a la
chica, las coordenadas del dispositivo aún permanecían
activas, y con tan sólo presionar el botón, el portal se abriría
inevitablemente y podría acceder al lugar adonde había sido
lanzada la chica. Esta, había aterrizado abruptamente sobre un
campo verde, con grandes muros de arbustos, los cuales la
rodeaban por todas partes.
Pasto verde, un olor fresco y una cálida temperatura,
hacían que la chica estuviese completamente confundida. Se
puso de pie, y comenzó a caminar por estos caminos que
parecía no tener ningún rumbo. Algunos de ellos estaban
cerrados, tenía que regresar para tratar de trazar otra ruta, y
así, continúa durante algunos minutos, mientras comenzaba a
agotarse y a desesperarse al no tener la menor idea de hacia
dónde estaba yendo. Zeron había decidido enviar a la chica
hacia otra dimensión en la cual había sido atrapada en un gran
laberinto. Los grandes arbustos formaban paredes que no
permitían ser atravesadas, por lo que, la chica tenía que
encontrar la salida por sus propios medios.
Este parecía ser un planeta únicamente diseñado para
atrapar a las personas, y aquí, sería el lugar preciso de donde
nunca podría escapar así utilizara a su voluntad. Sólo había
una salida, pero cientos de opciones para caminar, las personas
solían morir antes de encontrar la solución a este laberinto, por
lo que, Zoe estaba en el peor infierno imaginable. La peor
golpiza que jamás había recibido Ailen, se le había
proporcionado su propio padre. Este, lo había casi asesinado
después de golpear su rostro en repetidas veces.
Lamentaba mucho que todo hubiese terminado de esta
manera, pero todos estos resultados parecían haber sido
buscados por su propio hijo según la perspectiva del gran
asesino. Después de haber hecho trizas la gran armadura de
color negro, el gran coloso simplemente se entregó a la
brutalidad y la violencia, golpeando en repetidas veces a
Carlo, quien mantenía su orgullo, y no era fácil de implorar
por ayudar.
Pero no fue sino hasta el último momento, donde pudo
recuperar un poco de su energía, cuando creía que ya no tenía
más oportunidades, Ailen se inclinó rápidamente sobre el
cinturón de su padre, extrajo el dispositivo y activó el portal
una vez más.
— No, no lo hagas. — Gritó Zeron, mientras trataba de
sujetar a Ailen, quien saltó directamente hacia el portal que se
había abierto frente a él.
Era esta opción o morir a manos de su propio padre, y
aunque no sabía si estaba dirigiéndose hacia el lugar adonde
había sido enviada Zoe, al menos había ganado un poco más
de tiempo. Cayó en un lugar aleatorio de aquel gran laberinto,
utilizó todas sus fuerzas para gritar el nombre de Zoe, quien
debía estar en aquel lugar y era su objetivo encontrarla.
Parecía que todo volviera a comenzar desde cero, pero
Ailen había aprendido en todo este tiempo, que no podía
desfallecer ante la adversidad. Sabía perfectamente que estaba
encontrándose nuevamente contra una de las pruebas más
difíciles, y aunque no tenía energía, estaba seriamente
golpeado, utilizó toda la fuerza de su espíritu para ponerse de
pie y comenzar a caminar. Fue un gran alivio para el príncipe
poder escuchar la voz de Zoe lo que le había regresado gran
parte de su energía y su vitalidad.
Estaba en el mismo lugar, sólo había un dispositivo
disponible para acceder a ese portal. Zeron sentía como si todo
bien sensual sentido, su hijo, había saltado a una dimensión
distinta, y posiblemente no llegaría allí a tiempo. Zoe, la razón
de su estadía en el planeta Draris, también estaba en el mismo
lugar, por lo que, el gran coloso comenzó a perder la cabeza de
manera definitiva.
Golpeó el suelo en repetidas oportunidades abriendo un
cráter de al menos 2 metros de diámetro. Todos estaban
absolutamente aterrorizados ya que, si dejaba caer toda su
violencia en contra del pueblo, lo devastaría y Zoe no tendría
ningún lugar a donde regresar.
El príncipe buscó en la princesa durante días, ni siquiera se
detenía a descansar, no dormía, no reposaba, sólo tenía una
única obsesión y una fijación, encontrarse nuevamente con los
ojos puros de la princesa de Draris. Gritaba su nombre y
mientras más cerca lo escuchaba, mayores eran las esperanzas
de poder reunirse con ella, y finalmente, la constante entrega y
la voluntad absoluta que había demostrado, había generado los
resultados que este esperaba.
Cuando vio a la chica tendida en el suelo completamente
desfallecida, Ailen corrió directamente hacia ella, temía lo
peor, pero por fortuna, chica simplemente estaba dormida.
Cuando abrió los ojos, encontrarse frente a frente con el rostro
del príncipe, había sido el momento más hermoso que le había
ocurrido en mucho tiempo.
— ¿Cómo es posible que me hayas encontrado en este
lugar? — Preguntó Zoe mientras trataba de salir de la
confusión.
Zeron trató de responderle, pero sin poder pronunciar una
sola palabra, se desplomó. El nivel de deshidratación era
realmente grave, y si quería salvarle la vida a su compañero,
debía encontrar con urgencia algún camino de salida. La
desesperación había invadido a Zoe, quien, sin saberlo, llevaba
con ella la salida de aquel lugar. El amuleto que llevaba en su
pecho era un pequeño reloj de arena que le había regalado su
padre, el cual podría darle acceso al gran oráculo del tiempo,
un ser místico que podría revelarle la forma de salir de allí,
aunque a un precio muy elevado.
Encontrarla solo había sido el reinicio de una historia de
amor que había quedado congelada en el tiempo en el
momento en que fueron separados hacía tres años atrás.
IV
EN SUS VENAS

Todo lo que había ocurrido durante todo este tiempo había


sido perfecto, aunque doloroso. Había sido la configuración
perfecta del universo para poder unirlos en medio de esta
circunstancia, la cual los había probado ambos y había
sometido este amor al fuego más intenso. A pesar de que
habían transcurrido 3 largos años, el amor había quedado
completamente vigente entre ellos, no había nada que hubiese
mermado ese sentimiento tan profundo que habían construido
en medio de lo prohibido y el peligro.
Ailen no sólo había arriesgado subida al enamorarse de la
amada de su padre, Había puesto las manos en el fuego por
ella en varias oportunidades, arriesgando su existencia tan sólo
por garantizar la seguridad de Zoe. Esta, no podía creer que
existiera un amor tan profundo, aunque estaba completamente
segura de que, si tenía la posibilidad de hacer algo similar para
salvar la vida de Ailen, sin duda lo llevaría a cabo.
El amor existente entre ellos rompía las leyes de la física,
traspasaba galaxias, era mucho más puro que cualquier
elemento virginal de todo el universo, y estos, finalmente
habían conseguido la tranquilidad de estar en un lugar tan
alejado cómo era posible de Zeron. Las garras de este asesino
podrían alcanzarlos en cualquier punto del universo, sólo era
cuestión de tiempo y esperar. El Portal que se había abierto
llevaba a una dirección específica conocida por el coloso, pero
sin acceso a esta tecnología, sería completamente imposible
llegar hasta allí en tiempo récord.
Necesitaba atraparlos, encerrarlos, inclusive, ya estaba
pensando en finalmente asesinarlos a ambos, ya que, se habían
convertido en seres realmente molestos y era la primera vez
que un fracaso tras otro se llevaba a cabo en los planes de
Zeron. Acostumbrado constantemente a victorias y júbilo,
ahora simplemente estaba sumido en la debilidad y la
depresión, ya que, en el medio de sus objetivos y sus planes, se
encuentran su propio hijo y la mujer que ama.
Pero si algo ha quedado demostrado en toda esta serie de
eventos es que en el corazón de Zeron no puede haber un amor
puro y verdadero, no hay forma de canalizar estos
sentimientos de la manera adecuada, su naturaleza lo ha
llevado hacer un monstruo, un devastador, un destructor, así
que, es momento de aceptar su verdadera naturaleza y que no
hay forma de escapar de lo que realmente era.
El gran asesino, tras drenar parte de su violencia con
algunos de sus propios guerreros si algunos aldeanos de
Draris, había caminado directamente hacia el océano, elevó su
mano y activo en su brazalete el control y distancia de la gran
nave.
Esta, emergió desde las profundidades como un gran
intimidante artefacto que dejó completamente impresionados a
todos los presentes. Muchos intentaron derribarlo, pero este,
haciendo uso de sus manos, los golpeaba y los lanzaba metros
de distancia, mientras en su mirada, había desaparecido
cualquier vestigio de amor o bondad.
Era la primera vez en mucho tiempo que Zeron se sentía
realmente genuino, había dejado a un lado lo que había tratado
de incrustar en su corazón y en su alma, durante mucho tiempo
había vivido engañado tratando de hacer se cree le a él mismo
que era un hombre diferente desde que había conocido a Zoe.
Pero lo cierto es que simplemente había sido una máscara
que se había colocado sobre su existencia, él simplemente era
un asesino despiadado que sólo podía encontrar sosiego y
tranquilidad en la destrucción y el sufrimiento de los pueblos.
Desde el momento en que el portal se había cerrado dejando ir
lejos a Zoe y a Ailen, el gran asesino simplemente había
llegado a una única conclusión, no tenía esposa y no tenía hijo,
ahora, podría dejar salir toda la brutalidad y la violencia que lo
caracterizaba. Es la única manera en que pudiese tener éxito.
Es un hombre complicado, quien solamente busca la sensación
agradable que le provee la victoria.
Tomó secuestradas a cinco chicas de la aldea, habitantes de
Draris, fueron reclutadas por el gran goloso, quien planeaba
divertirse nuevamente como lo hacía en los viejos tiempos, ya
estaba cansado de tener que implorar por el amor y el
reconocimiento de una chica que solamente estaba generando
problemas. Zeron ingresó a la gran nave, acompañado de sus
guardias, mientras muchos de los presentes trataban de evitar
que se llevaran a las chicas. Disparaban en su contra, pero su
armadura evitaba el daño.
Las hermosas mujeres fueron llevadas directamente hacia
el gran artefacto, el cual se perdió en los cielos,
desapareciendo ante los ojos de aquellos que habían quedado
completamente desamparados. La demencia del rey Valnir era
absoluta, no podía tomar el control del mando de aquel lugar,
y para Zeron era absolutamente insignificante destruir aquel
lugar en ese momento, por ahora, simplemente debía organizar
sus ideas y trazar un nuevo plan, ya que, si cometía un nuevo
error, posiblemente ya no se recuperaría.
Su cordura está desapareciendo, su estabilidad, serenidad,
y la seguridad tan intensa que suele proyectar trazo llegada de
todos los lugares, ha comenzado a desaparecer. Parece
completamente absurdo que una simple chica joven y su
propio hijo lo haya desestabilizado de una manera tan intensa.
Durante años ha sido el terror de la galaxia, pero su cambio
posiblemente lo que ha hecho es hacerle perder el tiempo, así
que, es momento de recuperar su esquema de vida, El mismo
que parece haber perdido tan sólo hace algunos años atrás.
Cuando ingresó a la gran nave, todas las chicas fueron
llevadas a un gran salón, donde fueron proporcionadas de
vestimentas hechas de cuero, las cuales tenían escotes y
mostraban bastante piel y exponían a las chicas. Estas se
encontraban llorosas y completamente desesperadas tras ser
alejadas de su familia, pero contaban con un aspecto muy
atractivo. Zeron, se había dirigido hacia su cápsula personal,
allí, tomaría un baño y esperaría la llegada de estas hermosas
chicas, las cuales estaban destinadas a proporcionarle
diversión y complacerlo durante el resto del viaje.
No había revelado absolutamente nadie la dirección que
había tomado la nave, el mismo se había encargado de fijar las
coordenadas, y sabía que debían emprender una larga ruta para
llegar a su destino. El planeta Liberanto era el destino el que
debían alcanzar, allí había sido enviada la chica, y sólo unos
minutos más tarde, había llegado Zeron.
Debían viajar durante días, y esto posiblemente les daría la
posibilidad al príncipe y la princesa de poder consumar el
amor nuevamente, tal y como lo habían hecho en el pasado.
Estar absolutamente apartados del mundo conocido, estaba
cierta libertad y alguna tranquilidad, aunque la incertidumbre
de no saber cómo regresar los consumía gradualmente.
En algún punto, Zoe había comenzado desesperarse debido
al estado de habilidad de Zeron, pero el uso del amuleto que
tenía en su pecho, le daba la posibilidad de acceder a una
pregunta y una respuesta única. Liberanto era un planeta
diseñado para confundir a quienes llegaban a este lugar.
Allí, se encontraba en una serie de laberintos elaborados
con roca, arbustos, montañas, las cuales eran capaces de
volver locos hasta los más pacientes. Era una especie de
prisión gigantesca, la cual tenía en su centro un poblado
habitado por seres superiores, los cuales tenían acceso a
portales que dirigían hacia todas las galaxias.
El objetivo principal era llegar al centro de este mundo, ya
que, una vez allí, lograrían volver nuevamente a Draris. Esto
era de desconocimiento de la chica hasta el momento en que
había utilizado el amuleto del tiempo, para consultar al gran
oráculo. Cuando utilizó el pequeño reloj de arena dejando caer
su contenido en el suelo, una gran llamarada se había generado
frente a ella. Zeron, completamente inconsciente, estaba en
desconocimiento de lo que estaba haciendo Zoe, ya que, esta
se había quedado completamente responsabilizada sobre el
bienestar del príncipe.
Este había sacrificado su vida, su integridad, tratando de ir
por ella, así que, era el momento de retribuirle toda la
negación y la entrega que le había proporcionado. Tras hacerle
la consulta al oráculo, Zoe había quedado completamente
estupefacta ante las palabras que había proporcionado este ser
místico. Había aparecido entre las llamas, era como una
especie de holograma que se presentaba frente a ella, algo que
ni siquiera en su imaginación había pensado que sería de esta
forma.
Su padre le había revelado en varias ocasiones que sólo
debía usar esto en una condición realmente crítica, no era un
juego, y si accedía la información que podría proporcionar
leerlo oráculo, Éste lo haría un precio bastante elevado. Quizá
no se trataba de dinero, un ser místico como este, no requería
de bienes materiales, cosas superficiales, había elementos que
eran más interesantes para un ser como éste, el cual transmitía
un temor y una oscuridad bastante intensa.
Zoe, había conversado con él mientras sus piernas
temblaban, sus manos estaban frías, y lo único que quería era
una respuesta para poder llegar al punto céntrico de aquel
lugar, ya que, había escuchado en algunas historias la
existencia de un planeta como este.
Sólo necesitaba saber si realmente estaba allí y cuál era la
ruta a seguir, y después de acceder a la información, el oráculo
se había marchado, dejando a la chica en la ruta correcta, la
cual la llevaría hacia el lugar donde atenderían rápidamente a
Zeron para proporcionarle los cuidados necesarios. Durante
horas, la chica se movilizó llevando a Zeron apuestas, por
momentos, lo arrastra sobre algunas ramas que había utilizado,
las cuales habían sido arrancadas de los arbustos. Había tenido
que improvisar, ya que, su fortaleza cada vez era menor.
Estaba realmente agotada, lo único en que podía pensar era
en salvar la vida de Zeron. Cuando al final del camino pudo
observar un pequeño poblado, la chica simplemente estalló en
lágrimas, estaba muy emocionada, ya que, finalmente había
encontrado la solución a sus problemas. Había avanzado
lentamente, pero a un paso constante, no estaba dispuesta a
dejar a su amado en aquel lugar, ya que, sentía que entre ellos
había una conexión universal mucho más intensa de lo que la
lógica podía permitir pensar, así que, él era el compañero que
necesitaba a su lado durante el resto de su vida.
Cuando llegó a este gran edificio principal, Zoe pidió
ayuda de manera desgarradora, fue asistida por aquellos
habitantes, los cuales cubrían sus rostros con máscaras
blancas. Uniformes eran bastante estilizados, tomar una Zeron
y lo llevaron hacia una habitación, mientras ella observaba
desesperada y casi desvaneciéndose la forma en que eran
atendidos. Simplemente vio como todo comenzó a tornarse de
un color negro, ya que, Zoe no había bebido una sola gota de
agua durante días.
Estaba completamente agotada, y al haber cumplido
finalmente sumisión, ya no quería seguir luchando más. Se
desplomó en el suelo y no supo nada más de ella sino hasta
despertar en una gran sala blanca. Mientras todo esto ocurría,
el destino de las cinco chicas que habían sido capturadas por la
nave de Zeron, estaba completamente destrozado, ellas, se
habían convertido en la diversión de un gran asesino que había
perdido finalmente su conexión con la empatía o la piedad. Ya
no respetaba el valor de absolutamente ningún ser en el
universo, el único que importaba era él mismo, y llevaría a
cabo los actos y los eventos que quisiera con tal de conseguir
su victoria.
Ya no se trataba de adueñarse del planeta Draris, esto no
era importante ya para él, había acumulado todo el poder
necesario y lo último que quería era sumar un planeta más a su
colección.
Esto se había convertido en una persecución personal, Zoe
era una princesa que no podía gozar de su libertad absoluta,
estaba casada con Zeron, y seguía escapando de una manera
continua, con la ayuda de nuevos personajes que iban
surgiendo, y los cuales habían sido incluidos en una lista negra
para el enorme asesino. Encadenadas a grilletes, Las cinco
chicas lloran de manera descontrolada mientras este sujeto se
alterna para saborear las y disfrutar de sus cuerpos.
La más joven de ellas, una chica de 19 años, había rogado
de rodillas que no hiciera nada con ella, este ruego parecía
excitar mucho más a Zeron, y este, sin pensarlo, la había
tomado del cabello y le había llegado directamente hasta su
miembro.
Su pene de 25 cm, completamente erecto y grueso, estaba
hambriento de recibir placer, ya que, había pasado mucho
tiempo desde la última vez en que había estado con una mujer.
La pequeña joven, la cual estaba absolutamente aterrorizada,
tuvo que abrir su boca mientras este pene gigantesco se
acercaba a ella. Zeron lo introdujo y comenzó a moverse
lentamente, mientras la chica, debía obedecer o sería
asesinada.
La lengua húmeda de la joven inexperta, frotaba el glande
de este coloso, quien encerraba sus ojos y acaricia el cabello
de la chica, mientras esta trataba de hacer el mejor trabajo
posible, ya que, de lo contrario tendría que afrontar las graves
consecuencias que pasaran por la mente de este sujeto.
Después de complacerse durante algunos minutos con la
chica, la dejo libre, escogió a una segunda y la obligó a
colocarse de espaldas justo frente a él. Esta era la más
experimentada, y aunque también se encontraba realmente
asustada y perturbada debido a lo que estaba por ocurrir,
trataba de mantenerse serena ya que, si se resistía las
consecuencias serían peores y posiblemente pagarían todas las
chicas.
Se colocó sobre sus rodillas y manos, sus glúteos estaban
mostrándose frente al caballero, quien se inclinó para
observarlo de cerca. Su lengua se asomó para darle una lamida
a la superficie de sus labios vaginales. Zeron pareció probar el
éxtasis del universo. Sus ojos se cerraron, mostró una sonrisa
de placer, mientras mantenía el sabor en su boca. Había
perdido parte de la memoria que había acumulado durante el
tiempo, y había olvidado ese sabor. Llevó su dinero
directamente hacia el orificio vaginal de la chica y parecía
hacer un poco despacio antes de la primera penetración.
El dedo, salió absolutamente mojado, y esto, le dio
entender que algo de lo que había hecho excitaba a la chica.
Está podría proporcionar le algo de placer, y aunque era viejo,
despiadado y un completo de mente, no dejaba de ser un
hombre atractivo.
Su personalidad resultaba muy ardiente para muchas
chicas, así que, era natural que a pesar del miedo que
experimentaba la mujer, hubiese un grado de atracción
retorcida en su interior. Zeron lamió su dedo, los fluidos eran
tan deliciosos como comerlos directamente de la fuente, ahora,
estaba listo para degustarse con el cuerpo de esta chica, la cual
se aferraba a las cadenas que ataban sus manos, ya que, sabía
que las embestidas que vendrían serían bastante intensas.
Zeron no tenía por qué comportarse de una manera gentil,
no tenía absolutamente ningún vínculo con estas chicas y no
existía ninguna razón por la cual tratarlas con delicadeza. Fue
entonces, cuando entró en ella, lo hizo de una manera déspota
y despiadada, no tenía ningún tipo de empatía por ella, así que,
le tomó el cabello, y mientras observaba su estilizada espalda,
rebotaba contra ella entrando una y otra vez con más fuerza.
Había introducido la totalidad de su pene en el interior de
la chica, algo que parecía completamente imposible, esta, casi
ni siquiera podía respirar ante la combinación de dolor y
placer, cierra sus ojos y sabía que tarde o temprano terminaría,
las consecuencias quizá serían completamente inesperadas
para ella, posiblemente moriría en medio del acto, pero no
había forma de saberlo. Su resignación era absoluta, no había
forma de detener al gran animal que se comportaba como un
salvaje, tratando de buscar un único elemento: el placer más
delicioso de todo el universo.
La penetró durante algunos minutos, y cuando sintió que
se había aburrido de ella, simplemente la dejó caer al suelo
completamente destrozada por dentro. Escogió a una nueva
opción, parecía que quería probar todos los sabores posibles,
así que, tomó una pelirroja que se encontraba arrodillada
frente a él. Esta, por alguna razón le recordó la fiereza y el
espíritu de Zoe, y quizá esta, sería quien sufriría el peor
destino. Hubo cierta confusión en los primeros momentos, ya
que, esta fue liberada de sus grilletes.
Lo que necesitaba era tenerla absolutamente libre, y tras
tomarla de la mano, la ayudó a ponerse de pie. Ya llevó
directamente se su cama, y al acostarse en ella, Zeron hizo
seña con sus manos para que la chica comenzara a cabalgarlo.
La pelirroja, observando lo con cierto temor, se subió sobre él,
tomó el erecto pene y lo llevó directo hacia su vagina.
Comenzó a cabalgarlo sin ningún pudor, no tenía
limitaciones, quería complacerlo, y esto era una señal
absolutamente gratificante para el rey. Este, necesitaba
entretenimiento al máximo, y cualquiera de estas que pudiese
proporcionárselo, se ganaría una bonificación y un premio al
final de la sesión de sexo grupal.
No sabía hacia dónde iban y cuál sería el verdadero destino
de todos estos personajes, pero lo único importante para Zeron
en este momento es entender que ya no es un ser débil y
temeroso como el que había abandonado Lounar antes de ir
nuevamente a Draris.
Su rumbo a Liberanto había sido lleno de acción y
adrenalina. La chica de cabello rojizo había sido una excelente
adquisición, ya que esta solamente estaba haciendo lo que éste
le pedía. Pero en el momento en que la joven comenzó a ser
espontánea, las sensaciones en el interior de este demente
comenzaron a dispararse de una manera mucho más intensa.
Le agradaba la idea de que esta pusiera su propio criterio y
medio de un acto sexual que tenía comunicó objetivo extraer
hasta la última gota de semen del despiadado asesino, quien
pensaba en que las mujeres A partir de ese momento
simplemente eran objetos sexuales destinados a complacerlo y
proveerle entretenimiento. Había algo que había cambiado en
estas interacciones, y ya no había tanta violencia y torturas
como las que se llevaban a cabo en el pasado.
Algo se ha transformado en el interior de este sujeto, y
simplemente estaba haciendo las cosas por placer. El sexo
proporcionado por la pelirroja, había sido formidable, esta
había permitido que Zeron explotara en su interior, y si esta
era afortunada, posiblemente quedaría embarazada de él.
Su mentalidad inteligente, la hacía pensar en que, si podía
darle un nuevo hijo a este coloso, tendría la posibilidad de
gobernar junto a él. Era una estrategia para al menos ganar un
poco de seguridad y reconocimiento en aquel lugar, ya que,
sabía todo acerca de Zeron y las historias conocidas sobre el
no apuntaban hacia nada positivo luego de este tipo de
encuentros.
— Has estado absolutamente exquisita. Dime tu nombre.
— Dijo Zeron mientras acariciaba el rostro de la chica de
cabello rojo.
— Soy Paris, y estoy a tus órdenes, mi rey. — Dijo la
chica mientras se arrodillaba frente a él.
Zeron disfruto enormemente de la complacencia de aquella
chica, y esto, le había generado un premio adicional.
— Hoy dormirás en una habitación. Los grilletes no te
molestaran durante algunas horas. Es lo que te has ganado por
ser tan complaciente. — Dijo Zeron.
El resto de las chicas miraron con cierta curiosidad a la
joven, Paris se estaba comportando como una traidora, parecía
que había perdido la cabeza, así que, era natural que el resto de
las chicas que habían llegado a este lugar junto a ella la
observaran con cierta perspicacia, ya que, no sabían cuál era
su verdadero plan. Habían sido duros días de encierro absoluto
en aquel lugar, no había sido sencillo para ellas tener que lidiar
con los grilletes del metal ajustado en sus muñecas y tobillos.
Trazar una estrategia para tratar de minimizar el dolor no
era traición, era la movida más inteligente que cualquiera de
ellas podría ejecutar, tratando de garantizar su supervivencia,
ya que, la inestabilidad mental de Zeron se estaba haciendo
cada vez más peligrosa.
Permanecer en la misma habitación junto a él expuestas a
cometer un error en cualquier momento, era realmente duro
para las chicas, así que, Paris había sido la primera en dar un
paso hacia su libertad, ya que, si encontraba una oportunidad
mínima de poder neutralizar al demente coloso, no dudaría en
hacerlo.
Draris era un lugar donde nacían mujeres aguerridas,
dispuestas a luchar hasta el último recurso, sin importar lo que
costara. Paris era uno de esos tesoros aguerridos que había
nacido en aquel lugar, y posiblemente, Zeron había cometido
un grave error al subirla a la nave.
V
UN TRONO EN EL HORIZONTE

Cuando Zoe abrió sus ojos por primera vez en los


siguientes días, había quedado completamente desconcertada y
confundida por todo lo que le rodeaba. Lo único que pudo
tranquilizarle fue el hecho de que azulado se encontraba Ailen,
quien estaba absolutamente dormido, aunque por fortuna, no
había ningún tipo de aparatos conectados a su cuerpo. Esto
sólo podía significar que estaba dormido, pero había un hecho
curioso, su rostro estaba completamente cubierto por una
sábana.
Pude reconocer lo debido que sus brazos estaban
absolutamente expuestos y los tatuajes que llevaba, eran
característicos de este chico. Cuando trató de descubrir su
rostro, encontrarse directamente con el rostro de Zeron, fue
absolutamente espeluznante para la chica, quien gritó de una
manera ensordecedora, lo que alentó rápidamente a los
encargados de sus cuidados. Una terrible pesadilla se había
llevado a cabo en la mente de Zoe, quien despertó
absolutamente exaltada, con sudor en su frente y muy difícil
de controlar.
Había un equipo de lo que parecían ser enfermeros, los
cuales trataron de administrarle medicamento, pero esta se
resistía enormemente.
— Necesito saber en dónde estoy y qué está pasando. Por
favor, no me vuelvan a dormir, me tranquilizaré. — Dijo la
chica.
Esto generó la reacción automática de sus visitantes, los
cuales evitaron suministrarle el tranquilizante. La chica se
relajó, y trató de respirar profundamente. Efectivamente, se
encontraba en una habitación completamente sola, cuando
volteó a su lado para tratar de ubicar a Ailen, este no estaba
allí. Sintió algo de miedo, pero fue escoltada por aquellos
hombres directamente hacia una nueva habitación.
Allí, se encontraría con un hombre rubio, de cabello largo
hasta sus rodillas, quien se encontraba de pie estoy frente a
una gran ventana. En sus manos, sostenía una copa de vino, la
cual agitaba levemente, tratando de conseguir el espesor
adecuado antes de llevarlo hacia su boca.
— Finalmente has despertado, Zoe. Eres la hija de Valnir,
te conozco. — Dijo el sujeto mientras se acercaba sonriente a
ella.
En este punto, Zoe difícilmente podía confiar en alguien, y
la aparición de un sujeto completamente extraño y con una
actitud de sospechosa como estás, resultaba bastante
intimidante. Ella no dijo una sola palabra, se quedó de pie en
el centro de aquella habitación mientras el sujeto se acercaba a
ella.
— Bienvenida a mi torre, soy Hals, hijo de Teresa, y aquí
estarás a salvo. Me imagino que estarás preguntando te en
dónde está tu compañero. — Dijo el caballero.
Al saber que Zeron se encontraba bien, cual menos
sospecharlo, Zoe rompió silencio, ya que, sentía cierta intriga
al no tener la menor idea de en donde se encontraba el hombre
que la había salvado durante tantas oportunidades.
— ¿Él se encuentra bien? Quisiera verlo. — Dijo Zoe.
— Parece que hay un interés realmente fuerte hacia él. La
mayoría de las personas que suelen conversar conmigo comer
siempre preguntan cómo harían para salir de aquí. Él se
encuentra bien, está despierto se encuentra en una sala de
rehabilitación, en donde estamos proporcionándole todo lo
necesario para que vuelva recuperar su fortaleza.
— ¿Podría verlo? — Preguntó Zoe.
— Claro que podrás verlo, tendrás tiempo de compartir
con él y hacer lo que desees, sé perfectamente lo que hay entre
ustedes, lo sé todo. — Dijo el rubio.
Zoe sintió algo de intimidación debido a la especto de este
hombre. Su cuerpo era fuerte, su cabello era completamente
lacio y amarillo como el sol, sus ojos eran de un color
grisáceo, sus labios carnosos, una nariz perfilada, era alguien
realmente enigmático cuyo origen desconocía por completo la
princesa de Draris.
— Cuando me refiero aquí se todo, es porque tengo la
habilidad de leer el destino y el futuro. También puedo
entender que has violado las reglas de este planeta para llegar
hasta aquí. Has utilizado el poder del oráculo del tiempo, y eso
aquí no está permitido.
— Si no hubiese hecho eso, posiblemente Ailen habría
muerto. Fue una medida desesperada a la que tuve que
acceder, lo lamento.
— Sé perfectamente que eres capaz de hacer cualquier
cosa por ese hombre. Tu amor hacia él es más puro de lo que
alguien haya experimentado. Eso me hace feliz por ti, ya que,
te mereces eso y más, pero es lamentable lo que has hecho.
El rostro de este sujeto cambió repentinamente, Hals
caminó directamente hacia la mesa y colocó la copa de vino
sobre la superficie. Masajea sus manos y caminó directamente
hacia la chica, parecía tener algo muy importante que decirle,
ante lo que, la expectativa de Zoe comenzó a aumentar
progresivamente.
— El destino está escrito, y en ocasiones, las personas
cometen errores y violan los designios. Ahora, estamos en un
dilema, no quisiera interrumpir en tus planes, pero las reglas
deben respetarse. — Dijo Hals.
— Debes dejar ya de una vez tanto misterio, necesito saber
qué es lo que ocurrirá y cual es eran las consecuencias de
haber violado las reglas de este lugar. — Dijo Zoe.
— Deberás permanecer aquí por toda la eternidad. Es todo
lo que diré al respecto.
Zoe sintió como si su sangre es hubiese congelado de
manera repentina, parecía que cada vez más la adversidad se
oponía a que Zoe y Ailen estuviesen juntos, pero esto, no
representaba algo está peligroso como ella había imaginado.
— Quisiera saber si Ailen podría volver…
— Por supuesto, él podrá regresar cuando lo desee. Pero
conociéndolo, sé que no descansará hasta sacarte de aquí, y
eso podría desatar acontecimientos peores de los que hasta el
momento han tenido que afrontar.
Era un tono amenazante, y Zoe sabía perfectamente que
este sujeto contaba con un poder descomunal, el cual podría
hacer temblar a todo el universo. Por suerte, era un hombre
pacífico, que había en un lugar que era apartado, y teniendo la
posibilidad de acceder a información del futuro y el destino,
resultaba bastante curioso que no le hubiese revelado el
desenlace de los acontecimientos que estaban en desarrollo.
— Si puedes verlo todo, sabes qué es lo que ocurrirá. Lo
único que me interesa es que Zeron pueda volver al mundo
que conocemos. Él vino aquí por mi culpa, lo menos que
puedo hacer es darle la posibilidad de ser libre.
— Si quieres mantener equilibrio en el universo, te
recomiendo que haga silencio y no digas una palabra de esto a
Zeron. Lo enviaré a casa cuando sea el momento indicado para
ti. Por ahora, disfruta de tu estadía en este lugar, puedes
acceder a lo que quieras, es el trato que se merece una
princesa. — Dijo Hals mientras se daba la vuelta ignoraba por
completo la chica.
Zoe abandonó la sala, salió de allí completamente
devastada sabiendo que nunca más volvería a ver a su padre,
nunca más recorrería sus tierras, sería prisionera de Liberanto
el resto de su vida, y ahora, sólo tenían sus manos una
posibilidad de tener la compañía de Zeron durante un tiempo
limitado. Mientras caminaba por algunos de los pasillos de
este gran edificio, la chica trataba de recordar todo lo que
había pasado hasta el momento, habían sido momentos
críticos, pero le habían servido para madurar.
No era momento de desplomarse, sabía que los problemas
surgían de manera repentina, pero no había nada que no
tuviese solución. Había sobrevivido a la furia de un coloso
como Zeron, y esto era algo de lo que no podían hacer alarde
muchos. Cuando la furia de un asesino como este se posaba
sobre un individuo, generalmente el único desenlace era la
muerte. Ahora, la chica después de haber sorteado los peores
momentos y a ver logrado sobrevivir todo este tiempo, lo
único que puede pensar es que su amor junto a Ailen
posiblemente haya llegado a su final.
Debe separarse de él, no puede comportarse como un
egoísta que lo único que pretende es mantenerlo junto a ella de
manera indefinida. El príncipe de Lounar no puede enterarse
de lo que está ocurriendo, ya que, de lo contrario, este no
permitiría que Zoe se quedara en este lugar. El aguerrido
caballero lucharía a muerte con el propio Hals si fuese
necesario para tratar de conseguir la libertad de la princesa. No
habían luchado durante todo este tiempo y habían arriesgado
tanto como para rendirse en medio de esta etapa final.
Sentían que era el momento más cercano que habían
acariciado del éxito, experimentaban una necesidad tremenda
de poder derrotar a Zeron de una vez por todas, aunque las
posibilidades eran bastante limitadas. Nadie había vencido en
el pasado a Zeron, casi lo habían asesinado en el momento tras
de la llegada de Savanah a Lounar, pero había sido el propio
Zeron quien había revertido es resultado. Por momentos, se
arrepentía de lo que había hecho, pero ya era demasiado tarde
para seguir lamentándose por lo que había generado.
Ahora, con una convicción tremenda por el amor que
siente por Zoe, es lo único que pasa por su mente, la derrota de
su padre y finalmente acceder a un trono que les permitiría
recuperar el control absoluto de todo el universo.
Cuando Zoe entró a un gran salón entrenamiento, pudo ver
a Ailen luchar con su espada contra un gran guerrero
simulador. Esta tecnología era realmente devolución nada, era
algo jamás visto, no era real, pero podría ser configurado para
desarrollar habilidades y técnicas en los peleadores. Ailen se
movía con destreza, parecía que había recuperado por
completo su vitalidad, y estoy lleno de una moción tremenda a
Zoe, que no pudo evitar correr directamente hacia él y saltar
entre sus brazos.
Zeron la abrazó, la besó intensamente, su espada cayó al
suelo y el simulador se apagó instantáneamente. La chica
había perdido por completo la voluntad de controlarse, rodeo
con sus piernas la cintura de este caballero y éste la cargó entre
sus brazos. No tenía la menor idea si se encontraban solos en
este sitio, pero habían perdido la noción por completo de que
el mundo los rodeaba. Zoe estaba desesperada por volver estar
entre los brazos este hombre, él era su amor, su única fantasía,
el hombre que podía acceder a ella y lo necesitaba nuevamente
en su cuerpo.
Quería sus roces, sus caricias, tus besos, la forma en que le
había hecho el amor aquella primera vez, lo requería
nuevamente. Las palabras no eran necesarias en medio de una
interacción como esta, para Ailen era absolutamente claro lo
que buscaba la chica, la forma en que lo besaba, acariciaba su
rostro, dejaba que sus lenguas jugaran, era absolutamente
excitante, y rápidamente se reflejó en el erecto miembro de
Ailen, el cual comenzó a reaccionar ante los estímulos tan
agradables generados por la chica.
Zoe no era una joven natural, era alguien bastante
particular y curiosa, quien despertaba en los hombres los
pensamientos más retorcidos. Su cuerpo delgado se encuentra
en los brazos de Ailen, quien la besa y corresponde cada uno
de los estímulos que este lleva a cabo. Sus manos sujetan los
glúteos de la chica, las tienen, mientras piernas están
completamente entrelazadas alrededor del cuerpo de este
hombre.
Necesitaba llevarla hacia un punto de apoyo, así que,
caminó directamente hacia la pared y allí, comenzó a besar la,
arrebatando le sus vestiduras, las cuál es la habían sido
proporcionadas en aquel lugar. Tras dejarla completamente
desnuda, Zeron se inclinó y succionó sus pezones, hizo que
estos se endurecieran, generaba círculos con la punta de su
lengua y hacía que la chica se excitara de una manera
descomunal.
Mientras hacía esto, sujetaba a Zoe por sus manos, la
colocada sobre la cabeza mientras la otra mano estimulaba
suavemente su clítoris. No había tardado demasiado en ir
directamente a la zona genital, ya que, había podido leer
claramente cuáles eran las intenciones y las demandas del
cuerpo de Zoe.
Era absolutamente natural que luego de haber conocido
una experiencia tan excitante cómo hacer el amor por primera
vez, surgiera el apetito de volver hacerlo una vez más. Al
tocarla de una manera tan precisa y deliciosa, Zoe
simplemente recibía espasmos involuntarios en todo su
cuerpo. Era electricidad pura viajando por todos organismos,
mientras ésta, gemía suavemente al sentir como los dedos de
este hombre frotaban su punto más sensible. Ailen introdujo su
dedo en su vagina, necesitaba prepararla, había pasado ya un
tiempo desde que habían tenido sexo y la chica no había
estado con nadie más.
Después de estimularla durante algunos minutos, parecía
estar lista para recibir las penetraciones y los estímulos que
tenía preparado este caballero para ella. La colocó de espaldas,
o masajes respalda durante algunos minutos mientras su
lengua recorría parte de su piel. La necesitaba, la deseaba, su
sabor se ha impregnado en su boca, la quería, la amaba, así
que, no había razones por las cuales limitarse, ya que, había
quedado completamente perdido en ella. Desde la primera vez
en que hayan estado juntos, esto había quedado absolutamente
claro, ya que, aunque él sentía que era el que tenía el control
de los acontecimientos, había sido la propia Zoe quien había
marcado su cuerpo con la mayor precisión.
Ella había dejado huellas muy claras y no sólo físicas,
debido a las mordidas y los rasguños, había dejado huellas
emocionales muy profundas que serían imposibles demorar.
La forma en que estos dos personajes se habían enamorado era
mucho más intensa de lo que imaginaban, y esta atracción tan
fuerte era la que había generado que finalmente volvieran a
encontrarse una vez más.
Era como si ese magnetismo que el ejercían sobre el
universo finalmente hubiese hecho que estos dos polos que
parecían ser absolutamente opuestos se tocarán nuevamente, y
allí estaban, apunto de hacer el amor de una manera tan
deliciosa, que ni siquiera esa imaginación hayan podido llegar
a tal nivel de intensidad.
Cuando Zoe sintió como este hombre entró en ella, respiró
profundamente, y casi dejo salir algunas lágrimas de sus ojos.
Esa satisfacción, el placer, el gusto que le había proporcionado
este hombre era muchísimo más delicioso de lo que ella podía
soportar. Tenerlo dentro de ella nuevamente, era esa conexión
que tanto había anhelado, lo había pedido a los dioses, y
finalmente sus sueños estaba haciendo realidad.
Era un hombre sumamente cuidadoso, preciso, pero no
tenía miedo de llevar a cabo los actos más prohibidos. La
sujetaba del cabello, mordía su cuello, rebotaba contra sus
glúteos, y con sus manos masajeaba sus senos, los cuales
habían comenzado a empaparse en sudor.
La temperatura en la habitación aumentaba gradualmente,
mientras la pareja jadeaba, disfrutaban de la acción, y aunque
sentían que tenían el tiempo limitado, hacían las cosas con
calma. Cada penetración parecía ser medida, Ailen se tomaba
el tiempo de hacerlo con mucha delicadeza, ya que, esto
permitiría que la chica disfrutara de la sensación que generaba
su bien dotado pene frotándose contra las paredes vaginales.
Cuando introdujo la totalidad del trozo de carne en su
interior, Zoe simplemente grito, y esto, éxito mucho más al
guerrero, quien cambió rápidamente la posición de sus manos
y se sujetó de su cadera. Allí, tendría el control de las
embestidas, y así, comenzaría a penetrar la una y otra vez cada
vez con más fuerza. A Zoe le agradaba lo que hace este
hombre, y no pudo evitar correrse durante los siguientes
minutos. Este primer orgasmo había sido sólo un abreboca
para el registro del encuentro, ya que, Zoe parecía tener una
sensibilidad muy desarrollada para este tipo de actos.
La personalidad de Ailen estaba enfocada en complacer, en
proporcionar disfrute a su compañera, así que, no piensa
demasiado en correrse al desarrollar una sesión de sexo tan
intensa, lo único que quiere es que la chica acceda a tanto
placer que no pueda olvidarlo. Han perdido mucho tiempo, los
años han pasado, y se han deseado se han anhelado, se han
extrañado en cada minuto, así que, es una forma bastante
agradable y efectiva de recuperar el tiempo perdido que ha
transcurrido durante la ausencia.
Zoe no tiene la menor idea de cuánto tiempo estará cerca
de este hombre, las cosas están realmente complicadas, y sabe
perfectamente que en el momento en que cometa una
equivocación, deberá hacer que su amor regrese a casa. Hals
había sido muy claro en las condiciones establecidas, y no
existían negociaciones, no había solución, no había un plan B
me en esta oportunidad, se acabarían las improvisaciones y
simplemente había llegado el momento de enfrentar las
consecuencias de sus actos.
Si Zoe no hubiese utilizado al oráculo del tiempo, Ailen
habría muerto, así que, ese era el precio que había tenido que
pagar por su acción. No se sentía culpable, no sentía miedo, en
lo único en que podía pensar era en el hecho de que este
hombre le está proporcionando acceso finalmente a una serie
de orgasmos que la convertían en un ser completamente
primitivo y salvaje. Lo único que quería era acceder al gusto y
la satisfacción proporcionada por este hombre, y así lo había
recibido.
Habían tratado de explorar todas las posiciones posibles,
cambiaban rápidamente de lugar, se alternaban, compartían
experiencias y trataban de dejar muy en claro lo que buscaban
y lo que no. Zoe había entrado en un estado mental en el cual
sabía perfectamente que no tendría demasiadas oportunidades
en el futuro para poder estar nuevamente junto a Ailen, así
que, era momento de disfrutar cada momento como si fuese el
último. La forma en que se había subido sobre él, cabalgando
lo de una manera formidable, le había dado a entender a el
príncipe que el apetito de la chica era completamente
insaciable.
Su miembro había recibido una gran cantidad de fricción
durante todo este primer reencuentro, pero, aun así, aunque la
sensibilidad lo estaba matando, sentía que no podía detenerse.
Tenía que complacerla, y aunque era una combinación extraña
entre ternura y ardiente lujuria, habían compenetrado de una
manera absolutamente esperada. Cuando terminaron su primer
encuentro después de tanto tiempo, ambos habían quedado
completamente exhaustos, habían invertido una gran cantidad
de energía, y tres orgasmos habían dejado a Zoe absolutamente
extasiada.
Se encuentran ambos tendidos en el suelo de aquel lugar,
están desnudos, poco les importa si llega alguien que pueda
encontrarlos en esa condición, lo único en que pueden pensar
es que la experiencia ha sido formidable, y aunque algunos
pensamientos perturbadores transcurren por la mente de Zoe,
esta no puede esperar hasta que nuevamente pueda volver a
repetir la experiencia con el príncipe.
Respiran agitados, están absolutamente sonrientes, el
placer ha sido completamente genuino, y así debe permanecer
en cada ocasión. La princesa fue la primera en ponerse de pie
y ayudar al príncipe a levantarse, era momento de comer algo,
ambos estaban hambrientos, y los festines y manjares que eran
proporcionados por aquel lugar era bastante característicos.
— No importa cuantas veces pasara por mi mente esta
imagen. Tenerte sobre mí ha sido lo mejor que ha podido
pasarme en mucho tiempo. Me encanta la forma en que nos
conectamos.
— Tengo que preguntarte algo, Ailen. Por favor,
contéstame con toda sinceridad.
— Noto un poco de temor en tu mirada. ¿Qué te ocurre?
Saldremos de aquí, no tienes que preocuparte por eso…
— ¿Serías capaz de continuar tu vida sin mí? Es decir, si te
lo pido, ¿lo aceptarías? — Preguntó la princesa.
— ¿Por qué me preguntas eso justo ahora? ¿Acaso no has
disfrutado de lo que ha ocurrido entre nosotros?
— Ha sido magnífico, ni siquiera te atrevas a dudarlo. Es
sólo que creo que tendremos que afrontar duras pruebas en un
futuro, y si existe la posibilidad de que tengamos que
separarnos, me gustaría saber cuál sería tu posición.
— Ni siquiera podría pensarlo. Estos años que he pasado
alejado de ti han sido terribles, pero lo único que me ha
alimentado en todo este tiempo es la idea de volver a
encontrarte. El amor que construimos fue, y será una fuente de
vida para mí. tener que acostumbrarme a la idea de estar sin ti
para siempre es algo con lo que no sé si podría lidiar.
VI
LEVANTAMIENTO

La incertidumbre y la curiosidad que había generado la


actitud de Zoe en Ailen, había comenzado disminuir
gradualmente durante los días siguientes. Ella había tratado de
comportarse de una manera natural tratando de no levantar
sospechas, ya que, lo que venía en el futuro era realmente
trágico. Una separación de estos dos personajes sólo podría
significar una cosa, la posiblemente muerte por desamor para
ambos.
Había luchado desde el momento en que se habían
conocido para estar juntos, y si ahora, las normas del planeta
Liberanto estaban designadas para que la chica se quedara para
siempre, posiblemente ya no habría marcha atrás. El poder de
Hals era completamente incalculable, era un sujeto con una
fortaleza y un poder mental que podría destruir un universo
entero sin ni siquiera hacer un esfuerzo.
La brutalidad de Zeron no era comparable con la fuerza
que podía alcanzar este hombre, el cual podría catalogarse
como un ser supremo. Este había hecho algunas alianzas en el
pasado con el coloso, pero ya no estaba interesado en seguir
apoyando los movimientos de un asesino que había perdido
por completo la cabeza y que únicamente desarrollaba sus
acciones por egoísmo. Zoe sabía perfectamente cuál era el
destino que debía seguir, no podía resistirse a la idea de que
eventualmente debía ejecutar la acción que llevaría a Ailen a
casa.
Cada vez que pensaba en esto, terminaba bañada en
lágrimas, necesitaba alejarse por completo de su amado, para
que éste no sospechara todo el sufrimiento y la agonía que está
llevando en su interior. Disfruta de cada lugar que visitan
juntos, cada beso trata de atesorarlo como si se tratara de una
joya. Zoe está enfrentando la realidad de tener que alejarse
finalmente y de forma definitiva de un hombre al que ama
profundamente y que posiblemente no olvidará jamás.
Es muy probable que mueran ambos de la tristeza, no están
diseñados para estar separados, pero aún hay una amenaza
latente en el universo que debe ser erradicada, y Zoe al no
poder salir de allí, sólo confía en Ailen para que finalmente se
encargue de suprimir la amenaza que representa su padre. Ella
misma había sido quien había evitado que Ailen manchara su
espada con la sangre de su padre en el pasado, pero después de
tanto temor, terror y zozobra infundada por este despiadado
asesino, en lo único que puede pensar la chica es en la idea de
eliminarlo finalmente.
No podía informar a Ailen acerca de cuáles eran sus planes
y qué debía hacer para olvidarla, esto debía correr por cuenta
del príncipe, quien posiblemente no volvería hacer el mismo
tras separarse de la princesa. Una reunión completamente
inesperada entre Zoe y Hals, había dejado completamente
desconcertado al príncipe de Lounar, quien, de alguna otra
forma, no podía evitar experimentar celos debido a la forma en
que Hals observaba a la chica. Posee una belleza tremenda,
una hermosa mujer que fácilmente podría convertirse en su
compañera si esta lo deseaba.
Pero Zoe tenía muy claro sus sentimientos acerca de Ailen,
y no había nada atractivo para ella en Hals. Su reunión había
tenido un objetivo claro, fijar el día y el momento en que Ailen
debía regresar a casa. Mientras ambos caminaban cierta tarde
por uno de los jardines de aquel hermoso planeta, la chica va a
tomada de la mano de su príncipe. Aún en sus corazones
existía la esperanza de que en algún momento se casarían y
podrían formar la familia que tanto deseaban.
Zoe moría por embarazarse y darle un primogénito a
Ailen, pero estos eran simplemente ilusiones que formaban
parte de su imaginación. Ahora, debía enfrentar la realidad de
que debería habitar el planeta Liberanto durante un periodo de
eternidad, así que, mientras caminan tomados de la mano,
observa el ocaso al atardecer y sabe perfectamente que esta es
la última vez que estará junto a él.
— Gracias por todo lo que has hecho por mí. Eres parte de
mi alma y jamás dejaré de amarte. — Dijo Zoe mientras sus
ojos estaban completamente enrojecidos por las lágrimas.
— ¿Por qué hablas como si se tratara de una despedida? —
Dijo Ailen mientras se acercaba al rostro de la chica para
besarla.
— Lamento no haberte dicho absolutamente nada, Ailen.
Sabía perfectamente que no lo ibas a poder manejar con calma.
— Dijo la chica mientras proporcionaba un beso muy tierno y
apasionado a su compañero.
— No sé de qué hablas… Me estás confundiendo, Zoe.
Acto seguido, escuchó unos pasos justo detrás de él, por lo
que, desenvainó su espada y tomó una posición de guerra. Se
encontraba justo frente a Hals, quien había hecho acto de
aparición justo en ese preciso instante, ya que, la precisión
había sido algo que había demandado Zoe. Este, no necesitaba
decir una sola palabra al príncipe de Lounar, simplemente
activó el portal que lo llevaría a casa y utilizó sus poderes
psíquicos para moverlo directamente hacia el hoyo.
El portal se cerró, y solamente se escuchó un grito
aguerrido de Zeron tratando de aferrarse a aquel lugar. De
nuevo, el ocaso estaba frente a ella, mientras las lágrimas
corrían por sus mejillas al saber que nunca más volvería a ver
al amor de su vida.
Esto, la devastó por completo y aunque sólo habían
transcurrido algunos segundos desde el momento en que se
había despedido de él, sentía que habían transcurrido años. El
dolor que experimentaba en su pecho era absolutamente
devastador, lo necesitaba, quería estar junto a él, pero las
reglas eran las reglas, y aunque muriera de sufrimiento, debía
aceptar que el hombre que podía acabar con Zeron y su
amenaza, finalmente estaba libre.
Cuando Ailen aterrizó en su destino, había llegado
directamente al planeta Draris, allí había sido enviado por
designios de Zoe, quien asumía que su planeta debía estar
atravesando por uno de los momentos más difíciles. Había
caos y había desorden, miedo, incertidumbre, pero por suerte,
Zeron no había fijado su atención en la devastación de este
planeta, así que, la llegada del príncipe simplemente había sido
una representación de una nueva esperanza.
— ¡Llévame con el rey! Necesito ver al padre de Zoe. —
Ordenó Zeron a algunos soldados que se acercaron ayudarlo.
Éste, corrió directamente hacia el gran castillo, estaba
totalmente confundido y aturdido, no sabía si sentarse a
deprimirse por el hecho de haber perdido al amor de su vida o
comenzar a trazar una estrategia para la solución. No sabía las
condiciones que había negociado Zoe para su libertad, así que,
lo único que podía hacer era ubicar una alternativa para poder
acerque la chica fuese libre una vez más. Aunque en su
imaginación, era casi imposible no representar la posibilidad
de que Zoe lo hubiese traicionado.
Esos celos que continuamente había repasado en su mente
debido a la presencia de Hals, dejaban algo bastante profundo
y una duda muy venenosa en el interior del príncipe de
Lounar. Quizá había manipulado a la chica, había logrado
convencerla de que se quedara en aquel lugar, y ofreciéndole
poder y riquezas, posiblemente esta habría preferido esto que
seguir luchando por el amor tan complicado y casi imposible
que voy a desarrollar junto a Ailen. Pero todas estas hipótesis,
suposiciones y dudas, lo único era donde lo pueden llevar es al
hecho de poder comprobar todo lo que ha ocurrido.
El príncipe simplemente necesita encontrar respuestas,
indagar, buscar rápidamente lo que puede darle tranquilidad a
su alma, sabe que la única persona que puede darle todas estas
respuestas es Zoe.
— ¿Qué es lo que ha pasado con mi padre? — Preguntó
Ailen del rey.
— Nos ha perdonado. Debemos rendirle respeto y
pleitesía. Él ha tenido piedad con nosotros. — Dijo el demente
rey.
Esta conducta no parecía ser lógica para el hijo de el gran
devastador, quien sabía perfectamente que si este se había
marchado de allí es porque tenía una clara intención de ir al
planeta a donde se había enviado a la princesa. Lleno de una
impotencia tremenda, Zeron salió de aquel lugar
completamente desesperado, había devastado lugar, golpeaba
las paredes, rompió objetos, gritaba descontroladamente ya
que, no tenía ni la menor idea de cómo rescatar a Zoe. Este
sabor amargo que experimentaba en su boca era lo más
cercano al fracaso.
Cuando llegó, pensó que su misión era acabar con su
padre, que posiblemente debía luchar para demostrar su
supremacía, así que, cuando lo que encontró fue un pueblo
desordenado y desesperado, pudo entender que Zeron no se
encontraba allí. No había nada que hacer, esto no estaba en
manos del príncipe, y presa de la desesperación y la
impotencia, simplemente cayó en un estado de ansiedad hasta
poder tener noticias de la chica, algo que podría extenderse por
meses, años, o quizá nunca volverla a ver jamás.
El viaje que había emprendido Zeron tenía un único
objetivo, hacerle pagar a Zoe lo que había hecho, y esto, sólo
lo podría hacer personalmente. Aunque la chica, desconocía
por completo que este malévolo rey se acercaba al planeta
Liberanto, pensaba en que posiblemente que haría atrapada allí
para siempre. Había condiciones muy claras acerca de la
estadía de Zoe en aquel lugar, Hals no estaba dispuesto a
negociar, y parecía que tenía intereses mucho más profundos
en esta situación que vinculaban a la chica y al ser supremo.
Este había simplemente manipulado las normas para hacer
que esta chica se quedara, la reglas que había planteado a la
princesa de Draris no existían, eran simplemente una
invención para poder hacer que esta se quedara junto a él
mientras se alejaba finalmente del verdadero amor de su vida.
Al desconocer por completo las intenciones del supremo,
Zoe respeta profundamente los designios de este hombre, se
había quedado junto a él y había servido como su compañera
durante los siguientes días, pero la nave de Zeron continuaba
acercándose amenazante al planeta Liberanto.
Esta no tenía ni la menor idea de lo que estaba por ocurrir,
pero simplemente seguía teniendo fe en los dioses de que esto
se apiadarían de ella y terminarían proporcionándole acceso a
su verdadero amor. Parecía completamente absurdo e injusto
que después de haber luchado durante tanto tiempo de una
manera tan exhaustiva, ni siquiera pudiesen estar juntos como
amigos, habían sido separados, pero ahora los intereses de un
ser supremo estaban completamente afectando los eventos.
Este estaba completamente nublado por la belleza de Zoe,
se había enamorado de ella, y su compañía era lo mejor que le
había pasado mucho tiempo. Había perdido el enfoque, y su
capacidad de visualización había quedado nublada ante la
necesidad de ganar la atención de una hermosa joven, la cual
parecía estar absolutamente perdida y enamorada por un
príncipe ausente. Su principal objetivo y trabajo era poder
ganarse la aprobación de la chica, trabajaría fuertemente en
poder enamorarla, pero quizás, no tendría el tiempo suficiente.
Durante los siguientes meses, Zoe estrechó su relación con
Hals, y aunque no tenía ningún interés de desarrollar un
vínculo sentimental, este hombre la protegía y la hacía sentir
sumamente cómoda en todo momento.
La distracción que había generado Zoe en este sujeto,
había servido para que Zeron finalmente entrara al planeta
Liberanto sin ningún tipo de inconvenientes o problemas. Su
nave había aterrizado, y mientras el ser supremo compartía
una cena con Zoe, el gran coloso había desatado sus tropas por
todo lugar.
— Quiero que la traigan viva hasta mí. No le generen un
solo rasguño, yo me encargaré de ella en su totalidad.
Para Zeron ya era la etapa final, no quería perder más
tiempo, y si debía asesinarla, no dudaría ni un segundo en
hacerlo. Poco interés tenía en cruzar palabras con Zoe, lo
había separado de su hijo, había acabado con sus planes, no lo
había correspondido, todo el rencor y el renacimiento de la
maldad en el interior de Zeron, se desataría sobre la princesa
de Draris.
— Lamento interrumpir su cena, he venido a reclamar lo
que me pertenece. — Dijo Zeron mientras entraba
abruptamente al gran edificio central.
— Zeron, ¿qué haces aquí? No tienes permitido venir aquí
sin previo aviso. Debes marcharte inmediatamente. — Ordenó
Hals.
— Lamento decepcionarte, estimado amigo. Pero no me
iré de aquí sin ella. ¿En dónde está mi hijo?
Zoe observada con ojos de terror lo que estaba ocurriendo
aquí, así que, pudo sacar sus cuentas rápidamente sabiendo
que Ailen había sido enviado al planeta Draris
innecesariamente.
— No debes estar aquí, los ancianos dijeron que…
— Los ancianos suelen equivocarse, Zoe. Ven conmigo,
hay algunos asuntos que tenemos que arreglar.
La chica se ocultó justo detrás de Hals, quien era su
principal protector. El terror que, emanaba de los ojos de Zoe,
era algo que evidenciaba totalmente el miedo tan profundo que
sentía hacia Zeron. Ella no era capaz de neutralizarlo, pero en
medio de aquella situación tan tensa, una nueva carta se había
jugado por parte del destino, ya que, parecía que todo estaba
perdido. Hals no sentía temor, sabía que podía superar a Zeron
con mucha facilidad, pero no sabía qué trampas podía haber
tenido.
— Cuando Hals levantó su mano para enviar a Zeron hacia
otra dimensión, este automáticamente disparó en su contra con
una potente arma que extrajo desde su espalda.
Completamente herido, el sujeto había perdido por completo la
conciencia durante algunos segundos, quedando
completamente aturdido y viendo como Zeron caminaba hacia
Zoe para tomarla entre sus brazos. Pero en el momento en que
Zeron decidió caminar hacia las afueras del edificio, alguien
completamente inesperado apareció frente a él.
— Paris, ¿qué demonios haces? — Dijo Zeron mientras
veía como la chica apuntaba directamente hacia su cabeza.
— Las mujeres de Draris somos muy impredecibles, ¿no te
parece? Espero que te reúnas con los demonios, malnacido. —
Dijo Paris mientras disparaba directamente contra la cabeza de
Zeron.
Este, cayó al suelo de manera instantánea, liberando a Zoe,
quien corrió directamente hacia la nave.
— No sé quién eres, pero te agradezco enormemente lo
que has hecho. Tenemos que salir de aquí pronto. — Dijo Zoe.
— No, debo terminar el trabajo, ve a casa. Es allí donde
mereces estar. Zeron no ha muerto, estoy segura de ello. —
Dijo la chica mientras caminaba directamente hacia el enorme
coloso.
Zoe no tenía tiempo para dudar, simplemente corrió hacia
la nave, y dejó atrás cualquier posibilidad de enfrentar
nuevamente al asesino. Este había recibido un disparo láser en
su rostro, pero por la forma en que había caído, Paris había
entendido que este a un permanecía con vida. La chica se
acercó directamente a él, pero en el momento en que quiso
jalar el gatillo nuevamente de su arma, fue atravesada
directamente por una lanza en su estómago.
Zeron la había asesinado justo antes de que terminar el
trabajo, pero de manera instantánea, el despertar de Hals había
generado el peor infierno para el gran asesino. Había
atravesado a la chica, sí, había ejecutado a su posible asesina,
pero utilizando todos poder mental, el gran Hals había
levantado a este hombre, y lo había hecho levitar, y había
comprimido por completo su cuerpo reduciendo sus huesos y
su carne a una masa a diminuta de polvo en medio de un grito
terrible de dolor por parte del gran devastador de mundos.
No había sido un esfuerzo demasiado intenso para él
acabar con su principal enemigo, y el principal enemigo de
todo el universo. Zeron había muerto finalmente, y aunque
Hals había perdido la mujer de la que se había enamorado,
había visto en Paris una opción para una nueva acompañante.
La hermosa pelirroja, fue salvada por el ser supremo, quien
extrajo la lanza de su abdomen y la había enviado
directamente a la cápsula de sanación, así que, le había dado
una nueva oportunidad a Zoe le poder recuperar el amor que
había perdido una vez.
La muerte de Zeron había dejado a todos completamente
estupefactos en el lugar, no solo por la forma en que había
muerto, sino por lo que había representado para todo el
universo. La desaparición de un hombre con tal alcance de
poder no era natural aceptarlo con facilidad, Inclusive para la
propia Zoe, quien sentía que todo era una mentira.
Pensaba que en cualquier momento surgiría de nuevo la
aparición del gran asesino y la perseguiría nuevamente por la
eternidad. En su corazón hay una gran emoción por estar cerca
de ver nuevamente a su gran amor, pero siente algo de temor
ante una reacción desfavorable al enterarse de la muerte de su
padre.
El universo ha comenzado a cambiar y la mano de Zoe y
Ailen están por unirse nuevamente y si el destino es
benevolente, no permitirá que se separen de nuevo. Un hombre
que le había causado durante tanto tiempo, finalmente había
salido de la faz universal. No sólo se trataba de la muerte de
quién era su esposo, se trataba de la desaparición física de un
hombre que había amenazado a muchos mundos con hacerlos
desaparecer.
Lo que representaba realmente Zeron era el miedo a la
muerte, el miedo a la tortura, a la devastación, una amenaza
continúa de devastación y desolación, pero ahora, era sólo
cuestión de acostumbrarse a esa sensación que comenzaría a
nacer tras el renacimiento del universo, ya que, Zeron había
decidido traicionar al hombre equivocado en el último
momento.
Mientras maneja la nave, siente una gran cantidad de
sensaciones en su interior, ya que, debe debatir con la idea de
que finalmente es libre para ser feliz junto a Ailen, un hombre
que le ha demostrado absoluta de negación y entrega en todo
momento.
Este posiblemente ya había comenzado a hacerse la idea de
que no lo volvería a ver nunca más, por lo que, esa emoción
que experimenta en su interior la princesa de Draris, la deja
completamente sin aliento. Cuando los radares del planeta
Draris comenzaron a capturar la señal acerca de la cercanía de
una nave, las alertas se dispararon.
Posiblemente Zeron se había arrepentido en el último
momento y había decidido llegar a Draris para terminar de
destruir el planeta. Las armas se habían apuntado directamente
hacia el gran artefacto, trataban de hacer advertencias, pero ya
no había forma de negociar.
Conocían la manera de operar de este gran asesino, así
que, sólo era cuestión de esperar a que llegara al punto clave
para poder dispararle. Zoe, tenía muy poca experiencia en el
manejo de este tipo de naves, así que, lo único que podía hacer
era desplazarse a una velocidad tremenda para alcanzar la
superficie antes de que la destruyeran.
Trataba de evadir los rayos que eran disparadas en contra
de ella, misiles, grandes bombas, pero esta, hacia un trabajo se
opcional, a pesar de la experiencia casi nula. El propio Ailen
había dado la orden para que finalmente se disparara el arma
más potente, el cual había alcanzado el ala de la gran nave. Sin
saber que la que pilotaba esta nave ir a la propia princesa de
Draris, su única intención era derribar al gran artefacto, el cual
era el principal vehículo de transporte del gran Zeron.
La chica finalmente había logrado aterrizar la gran nave,
casi había muerto mi alimento y estaba gravemente herida,
pero lo único que podía hacer para evitar que los ataques
cesaran para exponerse. Seguían disparando en contra de la
nave, ya que, si lograban volar la, posiblemente matarían a
Zeron en su interior. Pero la compuerta se abrió, y lo último
que esperaba encontrarse Ailen frente a él era la imagen de la
princesa casi desfallecida debido a las heridas que había
recibido.
— ¡Detengan el fuego! ¡Es Zoe! — Dijo el joven caballero
mientras corría directamente hacia ella.
La atajó en sus brazos antes de que la joven cayera al
suelo, estaba muy débil, sangraba por diferentes áreas de su
cuerpo. Las turbulencias, las sacudidas, habían hecho que se
golpeara en repetidas ocasiones, así que, era momento de
atenderla, ya que, no pueden perder tiempo o la princesa
moriría. Había muchas explicaciones que recibir, pero para
Ailen no era importante lo que había ocurrido para que Zoe
finalmente llegar a casa, lo único que valía la pena era que
estaba bien y que finalmente podría estar juntos una vez más.
El desconocimiento sobre la muerte de su padre mantiene
al príncipe absolutamente estable, sospecha que algo muy
extraño ha de haber ocurrido, pero no toma demasiado en serio
lo ocurrido, así que, se mantiene sereno y enfocado en
proporcionarle Zoe los cuidados necesarios. Pasarían sólo
algunos días para que Zoe finalmente volviera a despertar. Sus
heridas habían sido profundas, y había un fuerte riesgo de que
muriera en el proceso de sanación.
Parecía que estaba realmente agotada, había tenido que
afrontar duras pruebas en todo este tiempo y al saber que
nuevamente estaba en casa y que la amenaza había terminado,
pareció rendirse en el último momento. Pero los constantes
ruegos de Ailen para que esta chica mantuviese la fuerza,
parecían haber sido escuchados por la princesa, ya que, esta
finalmente había abierto sus ojos después de una larga agonía.
Cuando se encontró con Ailen, simplemente pudo sonreír,
no tenía fuerzas para más. Este se abrazó fuertemente a ella,
no quería volver a perderla, el amor que existía entre ellos
había logrado traspasar las barreras de lo posible, los había
hecho lograr cosas inimaginables, y nuevamente estaban
juntos unidos por un gran abrazo.
— No quiero saber lo que pasó. Me deje consumir por el
miedo, la duda y el temor. Pensé que te había perdido para
siempre. — Dijo Ailen antes de besar a la chica en la frente.
— La amenaza ha terminado. La justicia se ha encargado
de tu padre. Creo que finalmente podremos ser felices juntos.
— Dijo la bella princesa.
Las palabras de la chica significaban una sola cosa, su
padre había muerto, pero al ver la tranquilidad y la paz que
había en el rostro de la hermosa joven, Ailen pudo suprimir el
dolor en su interior de haber perdido su padre y sustituido por
una felicidad tremenda, ya que, todos los planes, proyectos y
todo lo que habían imaginado que podría pasar entre ellos,
finalmente había entrado en el área de lo posible. Fácilmente
podría aprender a vivir con la ausencia de su padre, pero nunca
se hubiese acostumbrado a estar lejos del amor de su vida.
Zoe había comprobado que este era capaz de hacer lo
imposible por tenerla a su lado, y así debían permanecer a
pesar de que surgieran nuevas pruebas en el futuro. Un reino
esperaba por su unión, y tras recuperarse, no tardarían en
contraer nupcias. La princesa se convirtió en reina, y tenía a su
rey a su lado para convertir a Draris nuevamente en el lugar
soñado para habitar.
NOTA DEL AUTOR

Espero que hayas disfrutado del libro. MUCHAS


GRACIAS por leerlo. De verdad. Para nosotros es un placer y
un orgullo que lo hayas terminado. Para terminar… con
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Capítulo 1

Cuando era adolescente no me imaginé que mi vida sería


así, eso por descontado.
Mi madre, que es una crack, me metió en la cabeza desde
niña que tenía que ser independiente y hacer lo que yo
quisiera. “Estudia lo que quieras, aprende a valerte por ti
misma y nunca mires atrás, Belén”, me decía.
Mis abuelos, a los que no llegué a conocer hasta que eran
muy viejitos, fueron siempre muy estrictos con ella. En estos
casos, lo más normal es que la chavala salga por donde menos
te lo esperas, así que siguiendo esa lógica mi madre apareció a
los dieciocho con un bombo de padre desconocido y la
echaron de casa.
Del bombo, por si no te lo imaginabas, salí yo. Y así,
durante la mayor parte de mi vida seguí el consejo de mi
madre para vivir igual que ella había vivido: libre,
independiente… y pobre como una rata.
Aceleramos la película, nos saltamos unas cuantas escenas
y aparezco en una tumbona blanca junto a una piscina más
grande que la casa en la que me crie. Llevo puestas gafas de
sol de Dolce & Gabana, un bikini exclusivo de Carolina
Herrera y, a pesar de que no han sonado todavía las doce del
mediodía, me estoy tomando el medio gin-tonic que me ha
preparado el servicio.
Pese al ligero regusto amargo que me deja en la boca, cada
sorbo me sabe a triunfo. Un triunfo que no he alcanzado
gracias a mi trabajo (a ver cómo se hace una rica siendo
psicóloga cuando el empleo mejor pagado que he tenido ha
sido en el Mercadona), pero que no por ello es menos
meritorio.
Sí, he pegado un braguetazo.
Sí, soy una esposa trofeo.
Y no, no me arrepiento de ello. Ni lo más mínimo.
Mi madre no está demasiado orgullosa de mí. Supongo que
habría preferido que siguiera escaldándome las manos de
lavaplatos en un restaurante, o las rodillas como fregona en
una empresa de limpieza que hacía malabarismos con mi
contrato para pagarme lo menos posible y tener la capacidad
de echarme sin que pudiese decir esta boca es mía.
Si habéis escuchado lo primero que he dicho, sabréis por
qué. Mi madre cree que una mujer no debería buscar un
esposo (o esposa, que es muy moderna) que la mantenga. A
pesar de todo, mi infancia y adolescencia fueron estupendas, y
ella se dejó los cuernos para que yo fuese a la universidad.
“¿Por qué has tenido que optar por el camino fácil, Belén?”,
me dijo desolada cuando le expliqué el arreglo.
Pues porque estaba hasta el moño, por eso. Hasta el moño
de esforzarme y que no diera frutos, de pelearme con el mundo
para encontrar el pequeño espacio en el que se me permitiera
ser feliz. Hasta el moño de seguir convenciones sociales,
buscar el amor, creer en el mérito del trabajo, ser una mujer
diez y actuar siempre como si la siguiente generación de
chicas jóvenes fuese a tenerme a mí como ejemplo.
Porque la vida está para vivirla, y si encuentras un atajo…
Bueno, pues habrá que ver a dónde conduce, ¿no? Con todo,
mi madre debería estar orgullosa de una cosa. Aunque el
arreglo haya sido más bien decimonónico, he llegado hasta
aquí de la manera más racional, práctica y moderna posible.
Estoy bebiendo un trago del gin-tonic cuando veo aparecer
a Vanessa Schumacher al otro lado de la piscina. Los hielos
tintinean cuando los dejo a la sombra de la tumbona. Viene
con un vestido de noche largo y con los zapatos de tacón en la
mano. Al menos se ha dado una ducha y el pelo largo y rubio
le gotea sobre los hombros. Parece como si no se esperase
encontrarme aquí.
Tímida, levanta la mirada y sonríe. Hace un gesto de
saludo con la mano libre y yo la imito. No hemos hablado
mucho, pero me cae bien, así que le indico que se acerque. Si
se acaba de despertar, seguro que tiene hambre.
Vanessa cruza el espacio que nos separa franqueando la
piscina. Deja los zapatos en el suelo antes de sentarse en la
tumbona que le señalo. Está algo inquieta, pero siempre he
sido cordial con ella, así que no tarda en obedecer y relajarse.
—¿Quieres desayunar algo? –pregunto mientras se sienta
en la tumbona con un crujido.
—Vale –dice con un leve acento alemán. Tiene unos ojos
grises muy bonitos que hacen que su rostro resplandezca. Es
joven; debe de rondar los veintipocos y le ha sabido sacar todo
el jugo a su tipazo germánico. La he visto posando en portadas
de revistas de moda y corazón desde antes de que yo misma
apareciera. De cerca, sorprende su aparente candidez.
Cualquiera diría que es una mujer casada y curtida en este
mundo de apariencias.
Le pido a una de las mujeres del servicio que le traiga el
desayuno a Vanessa. Aparece con una bandeja de platos
variados mientras Vanessa y yo hablamos del tiempo, de la
playa y de la fiesta en la que estuvo anoche. Cuando le da el
primer mordisco a una tostada con mantequilla light y
mermelada de naranja amarga, aparece mi marido por la
misma puerta de la que ha salido ella.
¿Veis? Os había dicho que, pese a lo anticuado del
planteamiento, lo habíamos llevado a cabo con estilo y
practicidad.
Javier ronda los treinta y cinco y lleva un año retirado,
pero conserva la buena forma de un futbolista. Alto y fibroso,
con la piel bronceada por las horas de entrenamiento al aire
libre, tiene unos pectorales bien formados y una tableta de
chocolate con sus ocho onzas y todo.
Aunque tiene el pecho y el abdomen cubiertos por una
ligera mata de vello, parece suave al tacto y no se extiende,
como en otros hombres, por los hombros y la espalda. En este
caso, mi maridito se ha encargado de decorárselos con tatuajes
tribales y nombres de gente que le importa. Ninguno es el mío.
Y digo que su vello debe de ser suave porque nunca se lo he
tocado. A decir verdad, nuestro contacto se ha limitado a
ponernos las alianzas, a darnos algún que otro casto beso y a
tomarnos de la mano frente a las cámaras.
El resto se lo dejo a Vanessa y a las decenas de chicas que
se debe de tirar aquí y allá. Nuestro acuerdo no precisaba
ningún contacto más íntimo que ese, después de todo.
Así descrito suena de lo más atractivo, ¿verdad? Un macho
alfa en todo su esplendor, de los que te ponen mirando a
Cuenca antes de que se te pase por la cabeza que no te ha dado
ni los buenos días. Eso es porque todavía no os he dicho cómo
habla.
Pero esperad, que se nos acerca. Trae una sonrisa de
suficiencia en los labios bajo la barba de varios días. Ni se ha
puesto pantalones, el tío, pero supongo que ni Vanessa, ni el
servicio, ni yo nos vamos a escandalizar por verle en
calzoncillos.
Se aproxima a Vanessa, gruñe un saludo, le roba una
tostada y le pega un mordisco. Y después de mirarnos a las
dos, que hasta hace un segundo estábamos charlando tan
ricamente, dice con la boca llena:
—Qué bien que seáis amigas, qué bien. El próximo día te
llamo y nos hacemos un trío, ¿eh, Belén?
Le falta una sobada de paquete para ganar el premio a
machote bocazas del año, pero parece que está demasiado
ocupado echando mano del desayuno de Vanessa como para
regalarnos un gesto tan español.
Vanessa sonríe con nerviosismo, como si no supiera qué
decir. Yo le doy un trago al gin-tonic para ahorrarme una
lindeza. No es que el comentario me escandalice (después de
todo, he tenido mi ración de desenfreno sexual y los tríos no
me disgustan precisamente), pero siempre me ha parecido
curioso que haya hombres que crean que esa es la mejor
manera de proponer uno.
Como conozco a Javier, sé que está bastante seguro de que
el universo gira en torno a su pene y que tanto Vanessa como
yo tenemos que usar toda nuestra voluntad para evitar
arrojarnos sobre su cuerpo semidesnudo y adorar su miembro
como el motivo y fin de nuestra existencia.
A veces no puedo evitar dejarle caer que no es así, pero no
quiero ridiculizarle delante de su amante. Ya lo hace él solito.
—Qué cosas dices, Javier –responde ella, y le da un
manotazo cuando trata de cogerle el vaso de zumo—. ¡Vale ya,
que es mi desayuno!
—¿Por qué no pides tú algo de comer? –pregunto
mirándole por encima de las gafas de sol.
—Porque en la cocina no hay de lo que yo quiero –dice
Javier.
Me guiña el ojo y se quita los calzoncillos sin ningún
pudor. No tiene marca de bronceado; en el sótano tenemos una
cama de rayos UVA a la que suele darle uso semanal. Nos
deleita con una muestra rápida de su culo esculpido en piedra
antes de saltar de cabeza a la piscina. Unas gotas me salpican
en el tobillo y me obligan a encoger los pies.
Suspiro y me vuelvo hacia Vanessa. Ella aún le mira con
cierta lujuria, pero niega con la cabeza con una sonrisa secreta.
A veces me pregunto por qué, de entre todos los tíos a los que
podría tirarse, ha elegido al idiota de Javier.
—Debería irme ya –dice dejando a un lado la bandeja—.
Gracias por el desayuno, Belén.
—No hay de qué, mujer. Ya que eres una invitada y este
zopenco no se porta como un verdadero anfitrión, algo tengo
que hacer yo.
Vanessa se levanta y recoge sus zapatos.
—No seas mala. Tienes suerte de tenerle, ¿sabes?
Bufo una carcajada.
—Sí, no lo dudo.
—Lo digo en serio. Al menos le gustas. A veces me
gustaría que Michel se sintiera atraído por mí.
No hay verdadera tristeza en su voz, sino quizá cierta
curiosidad. Michel St. Dennis, jugador del Deportivo
Chamartín y antiguo compañero de Javier, es su marido. Al
igual que Javier y yo, Vanessa y Michel tienen un arreglo
matrimonial muy moderno.
Vanessa, que es modelo profesional, cuenta con el apoyo
económico y publicitario que necesita para continuar con su
carrera. Michel, que está dentro del armario, necesitaba una
fachada heterosexual que le permita seguir jugando en un
equipo de Primera sin que los rumores le fastidien los
contratos publicitarios ni los directivos del club se le echen
encima.
Como dicen los ingleses: una situación win-win.
—Michel es un cielo –le respondo. Alguna vez hemos
quedado los cuatro a cenar en algún restaurante para que nos
saquen fotos juntos, y me cae bien—. Javier sólo me pretende
porque sabe que no me interesa. Es así de narcisista. No se
puede creer que no haya caído rendida a sus encantos.
Vanessa sonríe y se encoge de hombros.
—No es tan malo como crees. Además, es sincero.
—Mira, en eso te doy la razón. Es raro encontrar hombres
así. –Doy un sorbo a mi cubata—. ¿Quieres que le diga a
Pedro que te lleve a casa?
—No, gracias. Prefiero pedirme un taxi.
—Vale, pues hasta la próxima.
—Adiós, guapa.
Vanessa se va y me deja sola con mis gafas, mi bikini y mi
gin-tonic. Y mi maridito, que está haciendo largos en la
piscina en modo Michael Phelps mientras bufa y ruge como un
dragón. No tengo muy claro de si se está pavoneando o sólo
ejercitando, pero corta el agua con sus brazadas de nadador
como si quisiera desbordarla.
A veces me pregunto si sería tan entusiasta en la cama, y
me imagino debajo de él en medio de una follada vikinga.
¿Vanessa grita tan alto por darle emoción, o porque Javier es
así de bueno?
Y en todo caso, ¿qué más me da? Esto es un arreglo
moderno y práctico, y yo tengo una varita Hitachi que vale por
cien machos ibéricos de medio pelo.
Una mujer con la cabeza bien amueblada no necesita
mucho más que eso.

Javier
Disfruto de la atención de Belén durante unos largos.
Después se levanta como si nada, recoge el gin-tonic y la
revista insulsa que debe de haber estado leyendo y se larga.
Se larga.
Me detengo en mitad de la piscina y me paso la mano por
la cara para enjuagarme el agua. Apenas puedo creer lo que
veo. Estoy a cien, con el pulso como un tambor y los músculos
hinchados por el ejercicio, y ella se va. ¡Se va!
A veces me pregunto si no me he casado con una lesbiana.
O con una frígida. Pues anda que sería buena puntería. Yo, que
he ganado todos los títulos que se puedan ganar en un club
europeo (la Liga, la Copa, la Súper Copa, la Champions… Ya
me entiendes) y que marqué el gol que nos dio la victoria en
aquella final en Milán (bueno, en realidad fue de penalti y
Jáuregui ya había marcado uno antes, pero ese fue el que nos
aseguró que ganábamos).

La Mujer Trofeo
Romance Amor Libre y Sexo con el Futbolista Millonario
— Comedia Erótica y Humor —

Ah, y…
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libro?
Gracias.

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