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Hay leña

Jimena Arnolfi

caleta olivia

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 Arnolfi, Jimena
Hay leña / Jimena Arnolfi- 1a edición.
Buenos Aires / Caleta Olivia 2017
68 p. ; 19 x 13 cm.
ISBN XXX
1. Poesía Argentina. I. Título.
CDD XXXX

Sara Paoletti
Imagen de tapa prólogo
Pexels.com / https://goo.gl/XVVgCB
Diseño y maquetación
Lucas Oliveira | abejorro.libros@gmail.com
Edición y corrección
Pablo Gabo Moreno

caletaoliviaediciones@gmail.com
(+549) 11-5720-7962
Buenos Aires – Argentina
Queda hecho el depósito que establece la ley 11.723
Impreso en Argentina

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 Me estaba preparando para un viaje cuando llegó un mail
de Jimena invitándome a escribir el prólogo de su poema-
rio. Decía que había leído un poema mío –uno que habla
de hacer un fuego– y se había quedado helada por la sin-
tonía. Entonces el archivo que me adjuntaba se fue con-
migo a la playa, prolijamente impreso en hojas tamaño A4
y encuadernado con dos ganchitos. Leí cada uno de sus
poemas con el océano de fondo, yendo y viniendo.
Hay leña puede ser un diario de viaje hacia la natu-
raleza. Así lo leí yo, en esa clave. Quizás porque sé que
Jimena alquilaba un PH con terraza en Olivos y trabajaba
en el microcentro y desde hace poco más de tres años ella
y su compañero viven en medio del campo, en una casa
vieja y preciosa, acompañados por una amorosa banda de
perros, en la zona rural de Gualeguaychú. Podría parecer
un viaje idílico. Los poemas tejen, sin embargo, una ur-
dimbre más compleja:

A veces el paisaje
se resiste a ser habitado

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 Donde hay oscuridad también hay asombro, fascinación y interior sin idealizaciones del pasado ni del presente, sin
peligro, brillo y espesura. La naturaleza no es dócil. Es una pliegues donde esconderse. Nos ofrece un poemario, –un
criatura de muchas caras, con respiración propia –como diario poético de viaje, insisto– que expone con honesti-
el mar que escuchaba mientras leía–, repleta de principios dad las preguntas, los placeres, los miedos y la violencia
que Jimena anota en forma de poema para desentrañar de un universo en el que conviven la dulzura de la higuera
alguna incógnita. repleta de frutos al final del verano y la invasión agria de
cascarudos, que salen de sus escondites para alimentarse
Necesito confiar, la naturaleza de animales muertos en estado de putrefacción.
sabe cosas que la experiencia no conoce Mientras leía los poemas de Hay leña bajo la sombra
que ofrecían los chiringuitos de la playa, recordé, a causa
dice. La criatura puede ser embriagadora, como cuando de las palabras de Jimena, éstas otras de Juan L. Ortiz:
se vuelve de la huerta con el aroma del tomillo y la alba-
haca en las manos por ejemplo. Y también extrema, puro Sí, estamos todos cansados, y nos olvidamos
instinto: demasiado del oro del otoño. Acaso la revolución
consista en lo que el hombre por siglos ha
Mis perros son felices pero si van al monte estado postergando: la necesidad del verdadero
encuentran animales muertos y los devoran descanso, el que permite ver cómo crecen, día a
día, las florcitas salvajes.
Afincarse en la naturaleza requiere una labor de mucha
paciencia y fe. Se necesitan aprender muchas cosas. A ha- Este libro de poemas parece la mejor prueba de que a Ji-
cer fuego para contener el monte que siempre avanza, a mena la alcanzó la necesidad del descanso y emprendió el
esperar la lluvia y a descifrar el cielo. Saber cuál es luna camino de llevar adelante su existencia en sintonía con la
indicada para la siembra, la cosecha, la poda. Conocer el tierra, la luna, la poesía y todas las criaturas –interiores y
poder de cada yuyo y entender que ningún estado es ab- exteriores– que habitan el pedazo de mundo donde deci-
soluto. dió contemplar cómo crecen las flores salvajes. La verda-
dera revolución.
Una majestuosa montaña puede ser reducida,
erosión mediante, a un triste puñado de tierra.

Hay que detener la marcha, acompasarse en un nuevo rit-

mo natural y entrenar la mirada:

El monte reclama un ojo activo.

La escritura sugiere que Jimena aprendió todo esto y tam-

bién a volverse hacia sí, y desplegar un frondoso mundo

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 Hay leña

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 Maleza

Nos avanza el monte,

trae la espesura,
llega hasta la casa,
entrecruza las ramas,
enrosca lo bueno con lo malo.
Si ahora tirás el corazón
por la ventana,
caería sin ser visto,
se perdería rápido
entre árboles y arbustos.
No digas más nada.
Es difícil comulgar
con la naturaleza.
Volver hacia adentro,
arraigarse como el tala.
A veces el paisaje
se resiste a ser habitado.
Hoy trabajamos la tierra
y prendimos fuego la maleza.
Toda la noche miramos la brasa.

13

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 Menguante Hoy

Ahora que las noches son más cortas Ordené la casa, encontré cosas
espero que algo suceda bajo tierra. que no sabía que existían
Desde el primer día de febrero y las tiré sin culpa.
y durante los días siguientes Limpié durante horas,
es el tiempo de la cicatrización. fregué la superficie de todo,
Debo desgajar, podar las ramas. dejé las sillas arriba de la mesa
Es conveniente cortar los frutos para que luzca el piso.
cuando avecina el cambio lunar. Fue el pequeño triunfo del día
La pulsión de la vida busca y cuando menos lo pensaba,
entre las piedras como esos yuyos miré el trapo rejilla contaminado.
que crecen a través del asfalto. Es evidente que debe haber algo más.
También miré los potus y helechos,
Entendí todo por un segundo y fue triste. plantas inmunizadas, que parecen
No todo está naciendo todo el tiempo. no necesitar nada ni nadie.
Creo que hay una confianza excesiva
en esa temporada llamada duelo.

14 15

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 Luciérnagas Araña

A los costados entre los espinillos, Muchas veces sucede.

los bichos de luz parecen luces de navidad. Camino entre los árboles,
Todos tienen razones para brillar. choco una telaraña,
cubre toda mi cara.
Yo no sé dar luz, enciendo fósforos No es fácil sacar el tejido
que el viento apaga. La noche es de todos pegado a los poros.
y me tira los ojos para adentro. La red no se rompe,
así me atrapa el recuerdo.
Más al fondo la violencia del pantano. La memoria se basta a sí misma,
Intento recordar lo que vendrá, trabaja con convicción
pienso en los peligros. como una araña, obrera,
suave y fuerte a la vez.
Quiero darme entera al monte.

16 17

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 Ritual Hay leña

Arranco unas hojas de alcanfor, Fui al monte con la carretilla,

las trituro con los dedos busqué madera para encender,
y respiro del cuenco piñas, leña gruesa, fina y seca.
que hago con mi mano.
Adentro, el corazón mordisquea Acomodo los palos como quien quiere
el bálsamo sin ninguna urgencia. hacer una mesa que no tambalee.
Ahora el silencio habla mejor. Cada leño en el lugar correcto,
Abandono toda víspera paz en las piezas desarmadas.
para estar de paso.
Miro el color de las primeras brasas.
El cuerpo peligroso se acerca a la llama.
Soplo suave, se apaga si no se aviva.

De las cenizas nace un brote de mí,

frágil, pero dispuesto.
El fuego es sagrado, crea y destruye.
Me fundo de tanto estar encendida.

18 19

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 Tormento Palo santo

El agua de todas partes La construcción está en ruinas.

va hacia el centro, Mis movimientos han de ser lentos
penetra la tierra, como si agarrara un tallo espinoso.
van a reventar las venas.
Tendemos la calma En un parpadeo, lo claro se hace oscuro.
para esperar el desastre. No hay razón para quedarme.
La siesta es posible
si podemos sacar emoción Otra vez la lluvia entra por el techo,
a este tormento. ubico los baldes de memoria.
Sabemos que el miedo Sé muy bien adónde cae el agua,
a perder todo nos fortalece. escucho las gotas sobre el plástico.

Mi nuevo ritmo interior aprendió

a poner cada cosa en su lugar.

20 21

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 Mensaje Astronomía

Los cinco planetas más poderosos

Después del vendaval, del sistema solar se pondrán en fila
veo los pájaros caídos, por primera vez en una década.
pequeños cuerpos estrellados
sobre la tierra mojada. En busca de un cielo muy oscuro,
Repito como un mantra sacamos las reposeras al patio,
las palabras de mi padre: advertimos el descontrol de estrellas
Hay que lucharla, pichón. entre el horizonte y la luna.

Estamos preparados para el espectáculo:

alineación de planetas allá arriba,
alineación de cuerpos acá abajo.

Permanecemos despiertos
aunque no se acabe el mundo.
Hay que tener paciencia
para que algo mágico ocurra.

22 23

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 Oración Fortuna

Para llegar al altar del Gauchito Gil, En esta tierra, el verano acaba
pedaleo kilómetros de ripio cuando la higuera rebosa y el nogal
y se corta la cadena a mitad de camino. muestra las primeras nueces.
A veces todo se vuelve muy literal.
Finalmente encuentro a la señora El rojo de los geranios que plantamos
que vende yuyos al costado de la ruta, brilla bajo el sol como una inyección
los trapos rojos flamean a su espalda. de sangre nueva, fija para siempre
Ella recomienda la manzanilla fresca: el minuto que buscamos a tientas.
da superpoderes en tiempos de tristeza.
Hay que tomarla con moderación, Las estaciones van quedándose.
no hay mal ni bien absoluto. Todo lo demás pasa en la mente.
La señora es firme y contundente,
no hay que bajar la guardia
ni angustiarse en el momento equivocado.

24 25

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 Carnada Mis perros

Sólo los peces muertos nadan Mis perros son felices pero si van al monte
a favor de la corriente, así dicen. encuentran animales muertos y los devoran.
La crecida no sabe los motivos. Al volver pasan el día echados con resaca,
orientan desolados las orejas hacia atrás.
El río nace y deshace con paciencia, No sienten culpa ni angustia,
excede los límites de la orilla. no tienen miedo de sí mismos.
El animal no puede ver
su reflejo en el agua hervida. Alguna vez, casi siempre, no importa
qué tan breve sea el momento de placer.
El corazón clavado en el anzuelo Mis perros se purgan en público.
para que pique y caiga. Creerán que a veces hacer todo mal
La carnada es engañosa, es lo que hay que hacer.
oculta la muerte inminente.
Aplico mi oreja en sus estómagos,
escucho el sonido de las tripas rancias
que después vomitarán.
Cuando por fin sucede hay mucho para limpiar.

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 Estado Cuidados

Un meteorito puede estar en dos lugares a la vez, Le voy a contar a mi madre

algo muy antiguo, y muy, muy por venir. que dejé de llorar
A veces estoy nerviosa, mi táctica es siempre aunque sea mentira.
tener una herida, cascarita a mano,
para seguir arrancando constantemente.
El meteorito sabe cuándo será el impacto.
Ese instante geológico mutará, imperceptible.
Yo dirijo mi marcha y desconozco el próximo cráter.
Una majestuosa montaña puede ser reducida,
erosión mediante, a un triste puñado de tierra.

28 29

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 Fuente Mientras tanto

Esa noche que nadie tomó en cuenta, Me di cuenta que a veces intento
no pudimos frenar lo inevitable. calcular la edad de los árboles
Nadie sabe qué hacíamos, nadie, porque ellos dan la bienvenida a todo,
qué hacemos. Hablamos de cosas se levantan y extienden sus brazos
que duelen, el gobierno, la familia, hacia lo inexplicable.
la falta de dinero, la falta de justicia.
Entonces escuchamos los disparos,
quedamos detenidos en un sólo gesto.
Hay que ser más fuerte que una misma
para sospechar qué haríamos.
El estallido es sutil, estoy desarmada.
Tenemos miedo de saber demasiado.
La distancia me hace sentir fuerte, no feliz.
Escribimos lo que no sabemos tocar.
Estamos arruinados pero avanzamos,
hermosos y derrotados.

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 Tesoro Jugar

Ahora dejé la ciudad y vuelvo de la huerta Deja su cuerpo cansado

con olor a tomillo, albahaca, romero, sobre el mostrador de la lotería,
vos enlazás mis manos, las respirás, acerca su cara,
pedís hacer tu casa en ellas. dicta los números en voz baja,
Un hogar es algo difícil de lograr. apenas empaña el vidrio
Un hogar es como un árbol. que lo separa de lo sobrenatural.
Si te quitan los árboles, perdés
tranquilidad, belleza y protección. Casi siempre sale todo mal
A veces caigo como una hoja en otoño, pero la ínfima posibilidad
no sé si estoy quieta o en movimiento de acertar una sola vez
pero algo está crujiendo. lo mantiene en movimiento.
Habrá que estudiar lo que dice el maestro.
Cuando más de un árbol se seca
en un mismo lugar, la naturaleza
está avisando: hay un tesoro escondido
bajo las raíces muertas.

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 Metafísica Adentro

La suerte es el queso rallado Parezco un perro buscando un hueso.

que se espolvorea en el plato gigante Las palabras están enterradas cerca de la casa:
donde estamos listos para ser comidos: todo eso que perdimos todavía está vivo.
mientras esperamos la muerte,
alguien piensa, ay, qué rico. Cuánta cosa se descompone lentamente
para que exista el presente que es nada,
un relámpago que se agiganta.

Qué no daría por aceptar el cuerpo

que no cuestiona el despertar sin día,
la herida abierta a la altura del corazón.

Apenas acierta la calma del sentido.

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 Invasión Sobremesa

Salieron de sus madrigueras para reproducirse El tiempo no fluye, más bien se amotina
sin control, levantan olor rancio, toritos, cuando estallan las discusiones políticas
cascarudos, sepultureros, están por todos lados. de la sobremesa entre platos sucios,
El pasto es una alfombra negra que brilla movediza, cubiertos y ninguna dignidad en especial.
todo sucede por lucha y necesidad.
La radio dice que es producto de las lluvias, Las voces rebotan como en un mal sueño.
inventan herencia y atmósfera. No es correcto pero me levanto y me voy
Su oficio es enterrar animales muertos, con un asunto muy serio en mitad del pecho.
pájaros, roedores, bichos más grandes.
Arrasan con todo, los sepultan y se alimentan Porque una cosa es pensar distinto
de la putrefacción que alguna vez fue vida. y otra cosa es pensar lo contrario.
Lo curioso es que siempre están limpios
como si nunca hubiera pasado nada.
Pero esperá, la nave negra se incendia al final.

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 Derrotar Vigilancia

Hay que abrir las ventanas, La aduana detiene a una mujer.

dejar que las sábanas queden expuestas, No encuentran nada sospechoso
que se contorsionen con arrogancia bajo la luz, en su equipaje.
el aire libera la humedad de las telas. Ella señala su cabeza
Compartimos almohada con un millón de ácaros. y dice a los vigilantes:
Todo está envuelto en las grietas calientes “Acá tengo un millón de ideas”.
y oscuras del colchón. No duermo tranquila.
Dueñas de un insólito poder, una legión de arañas,
diminutas, impalpables, se reproducen
a disposición de su propia noche.

El terror está adonde antes estuvo el cuerpo.

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 Animal Humedad

El refugio de las hormigas Miramos el monte como se mira el río.

está sobre un roble, a la intemperie A esta hora, los colores empiezan a mutar,
y al mismo tiempo a salvo. los animales varían el paisaje
Las obreras son fecundadas con sus desplazamientos.
para cuidar y defender la fortaleza.
Cuando llueve, algunas se sacrifican Los pájaros se juntan para volver
y mantienen en su interior el agua a sus hogares cuando cae la noche.
que la comunidad necesita El miedo es una emoción necesaria,
cada vez que hay hambre y sequía. en la medida correcta.
Necesito confiar, la naturaleza
sabe cosas que la experiencia no conoce. En una tierra así todo puede suceder.
El monte reclama un ojo activo.

Nos asombra cada tallo, cada flor.

Algunos árboles se balancean con suavidad,
otros se agitan con la ira del argumento.

Como las plantas, me lleno de hojas nuevas

que mañana caerán. El riesgo es justo.

Para mantener la fe en medio de la tormenta

se nos ocurre andar a puro sueño
y el corazón aprende, ojalá.

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 Resuena Nativa

Cuando llega la noche No todas las trepadoras

los árboles toman la voz pueden agarrarse a la pared
para contar la distancia. y enamorarse perdidamente.
Qué dirá el tala
ahora que perfora el cielo Sus tramas son complejas,
con su espinazo. pliegue, repliegue, despliegue.
Qué dirá el lapacho
ahora que incendia todo Crece tanto al sol como a la sombra,
con la rabia del ámbar. si pierde hojas, la luz calienta las paredes
Las copas se bambolean, y aleja a los bichos de sus ramas.
el temporal lastima el aire.
Alguien aúlla. Yo también Si no se cuida como corresponde,
fui arrojada al viento. levanta techos, despega la pintura,
puede desprenderse por completo.

Hace desastres al cargar consigo misma:

la mente es una enamorada del muro.

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 Hibernación Lácteos

En tiempos de autopromoción constante, De esta fábrica salen los productos

lo mejor es esconderse, lácteos más confiables del país,
hibernar como un animal dice el cartel al costado de la ruta.
de sangre caliente,
entrar en un sueño profundo, Desconfío de tu leche,
que el latido sea más lento, por decirlo de algún modo.
que la temperatura descienda,
ahorrar energías, Cuando era chica casi muero
usar las reservas almacenadas por tomar un helado vencido,
de los meses más cálidos, ahí surge el trastorno de mi madre.
mutar en una refugiada,
invencible. Cada vez que abre un lácteo,
escribe el envase con marcador indeleble,
fecha y hora de la primera consumición.

Como todo tetra o cajita de tomates,

la leche dura tres días en la heladera.
Yo no soy tan hacendosa,
siempre estoy en mal estado.

Nunca sé cuándo tirar el cartón

pero lo conservo en un lugar fresco.

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 Macerar Botánica

Siempre almaceno datos inútiles. El jardinero dice que es mentira

El corazón del camarón está en su cabeza, que hay que hablar con las plantas,
el de la ballena tiene el tamaño de un auto mejor hay que escucharlas, es decir,
y unas venas por las que podríamos nadar. observar el estado de las hojas,
En la tierra caen diez toneladas de polvo espacial. si están desanimadas de tanto frío
Las estrellas mueren y a veces continúan vivas. si hay alguna plaga que lastima,
Todo es, en su actitud, tan extraño y supuesto. o si acaso se queman de tanto sol.
La sombra que buscamos, por ejemplo, Creo que el maestro tiene razón.
todavía desconoce el momento de la huida. Cuando algo cerca gime, nadie pregunta.
Muchas son las voces en un solo cuerpo. Nadie se detiene a mirar qué pasó.
Dame coraje para entender quién habla.

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 Pestaña Canto

En otro momento de mi vida Nunca el momento

hubiera hecho promesas puede conocer el presente.
para que deje de llover Lamento por anticipado
pero así no funcionan las cosas. todo lo que cuido y muere
sin importar el esfuerzo.
Sólo una vez la pestaña Cuando la naturaleza calma,
me concedió un deseo: voy a buscar mi árbol,
fue cuando le pedí el que sufre las heladas.
que se quede en mi dedo. Entonces veo el brote tímido
y feliz, te llamo a gritos.
Ahora soy la que mira llover El árbol que creí muerto
y tiene todas sus lágrimas está floreciendo.
apretadas en la mano.
No me tomo muy en serio.

Cuando salga el sol voy a lavar,

observaré cómo se marea lo sucio.
Colgaré al sol todo lo que duele
a ver si sana algo alguna vez.

Sería más fácil para el olvido

que pase el temporal, hoy
quiero ser más fuerte.

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 María Folatelli
epílogo

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 La primera sensación, crac, es un crujido, crich. El sonido
crepitante de la mutación.
Algo cae por su propio peso, se suelta o se arroja.
Se corta la maleza, se limpia la zona. Hay leña. Y porque
hay leña, crac, habrá un fuego, crich, donde lo sagrado se
torna materia palpable. Donde las preguntas arden sin ser
nombradas: ¿qué hay tan adentro? ¿qué hay por debajo?
¿cómo se produce la magia? ¿qué tesoros se esconden en-
tre las raíces?
Así, Jimena inaugura una nueva cadencia en el alien-
to de su escritura. Un orden que busca alcanzar una intui-
ción viviente de los estados y las cosas.

Quiero darme entera al monte

dice y arremete. Sus poemas son como criaturas que se

desplazan en una atmósfera donde la naturaleza avanza
en desmesura, pero lo hace bajo un ritmo fluvial que

nace y deshace con paciencia

purgando lentamente cada uno de sus mecanismos habi-

tuales.

En una tierra así todo puede suceder

52 53

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 Advierte y agrega:

El monte reclama un ojo activo

Y ese es el modo en el que Jimena se afirma en el mundo:

con miedo pero con fe. Ante todo, con presencia. Sabe
Agradecimientos
que la distancia no la vuelve feliz, sino fuerte. Sabe que la
memoria es un tejido que se pega al rostro con frecuen -
cia. Sabe que todo es por lucha y necesidad. Pero también
sabe, que aún en su estrategia de mantener la herida siem -
pre abierta, la vida pulsa hacia la tranquilidad, la belleza y
la protección.
Y si la mente insiste con ser siempre un campo de
batalla; y si lo único que puede traducir el cuerpo es que
no se sabe qué sentir; y si el corazón igual resiste; es ahí
donde su poesía sugiere la perspicacia de no tomarse tan
en serio. Como quien

señala su cabeza
y dice a los vigilantes:
“Acá tengo un millón de ideas” Gracias a Silvia Villarraza y a Horacio Fiebelkorn por leer las
primeras versiones de algunos de estos poemas con tanta
así, de esa forma, es que la ironía sale a dar hachazos a un dedicación.
sentimentalismo que por momentos se torna brutal.
Gracias a Sara Paoletti y a María Folatelli por acompañarme
Escribimos lo que no sabemos tocar con sus generosas palabras.

dice. Jimena escribe con esas mismas manos que al - Gracias a Pablo Gabo Moreno por invitarme a participar del
guien recoge para sentir en ellas el aroma fresco de las catálogo de Caleta Olivia.
cosas buenas.
Crac, crich , el sonido de la mutación y allá en el fon - Gracias a mi familia y a la jauría del amor.
do, un árbol que se creía muerto, empezando a florecer.

54

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 Hay leña

13 Maleza 32 Tesoro
14 Menguante 33 Jugar
15 Hoy 34 Metafísica
16 Luciérnagas 35 Adentro
17 Araña 36 Invasión
18 Ritual 37 Sobremesa
19  Hay leña 38 Derrotar
20 Tormento 39 Vigilancia
21  Palo santo 40 Animal
22 Mensaje 41 Humedad
23 Astronomía 42 Resuena
24 Oración 43 Nativa
25 Fortuna 44 Hibernación
26 Carnada 45 Lácteos
27  Mis perros 46 Macerar
28 Estado 47 Botánica
29 Cuidados 48 Pestaña
30 Fuente 49 Canto
31  Mientras tanto

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 Este libro de Caleta Olivia se terminó
de diseñar el día 1° de mayo de
2017 en el barrio de Floresta (sí,
trabajando para honrar el día
del trabajador) y se editó en
el barrio de Morón.
Los ejemplares han
sido impresos en la
imprenta ubicada
en el histórico
barrio de Villa
Lugano.

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