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Pueblo Mapuche
Pueblo Mapuche
Pueblo Mapuche
Historia
La llegada hispana en el siglo XVI fue aparentemente el elemento gatillante para que
poblaciones distintas se agruparan y estrecharan sus lazos sociales y culturales, formándose la
identidad mapuche conocida históricamente. Los mapuche se rebelaron contra el
sometimiento español e incendiaron las ciudades que habían fundado desde el río Bío Bío al
sur. Esta rebelión fue el inicio de la Guerra de Arauco que obligó a España a mantener un
ejército profesional que resguardara las fronteras, así como a reconocer la autonomía
mapuche en sus tierras.
El definitivo sometimiento mapuche sólo terminó ante el Ejército de la República de Chile con
la así llamada Pacificación de la Araucanía, en 1882. Esta acción militar se fundamentó en la
urgencia por conquistar territorios explotables, impulsada bajo una ideología que propugnaba
la eliminación de lo indígena en nombre de la “civilización”. A partir del triunfo militar chileno
y para dar inicio a una colonización con elementos criollos y europeos, se controló al indígena
por medio de su asentamiento en reducciones de propiedad comunal.
Las consecuencias directas de este proceso para la sociedad mapuche fueron la drástica
disminución de sus tierras por reiteradas y masivas usurpaciones, la dependencia en un agente
externo, el Estado, y una desorganización social, causada por la pérdida de autoridad de los
lonkos. Producto de todo esto, desde inicios del siglo XX, la acción mapuche pasa del campo
militar al político, de guerreros a líderes organizacionales, del campo a la ciudad, con una
progresiva migración y el surgimiento de una elite intelectual y profesional en el seno de la
sociedad mapuche.
En 1910, la primera organización indígena del país, la Sociedad Caupolicán, eleva una serie de
peticiones de carácter étnico y campesinas. Desde los años 60 hasta 1973, los mapuche
participan sin resultados en la Reforma Agraria para tratar así de recuperar las tierras
usurpadas. Había comenzado la progresiva migración del mapuche a la ciudad. A fines de la
década setenta, casi un 70% del pueblo mapuche se halla en la ciudad y en la extrema pobreza.
A escala nacional se consolida un desarrollo capitalista que concibe el llamado ‘problema
indígena’ solo como campesino. En 1976 el gobierno militar, a través de la Ley de División de
Comunidades, intenta hacer que la propiedad comunitaria mapuche se privatice, o sea, que
pase a manos de los individuos.
En los años 80 se incrementa el nivel de pobreza del mapuche, lo que conlleva más migración a
la ciudad y mestizaje. Hasta comienzos de la década de los 90, las leyes indígenas apuntaban a
la incorporación y/o asimilación de éstos a la sociedad chilena, situación que en parte se
intenta revertir ya en democracia con la promulgación de la Ley Indígena de 1991, que
reconoce, protege y fomenta el desarrollo de los grupos étnicos en el país. Se estima que la
población mapuche prehispánica era aproximadamente de un millón. Hoy en día, los mapuche
ascienden a más de 600.000 personas, que corresponden al 87,3% de la población indígena del
país.
Ambiente y Localización
El mapuche es el grupo indígena más numeroso del país. A la llegada de los españoles,
habitaban gran parte del sur de Chile, dividiéndose en subgrupos según la zona geográfica. Los
primeros investigadores reconocieron a los picunche, que poblaban desde el río Maule hasta
los ríos Itata y Biobío, los araucanos, desde estos últimos hasta el Toltén, los pehuenche en la
zona cordillerana, desde Chillán hasta Antuco y los huilliche entre el río Toltén y el Golfo de
Corcovado, incluida la isla de Chiloé. Es decir, los mapuche ocupaban ambientes y paisajes
diversos, que iban desde la región subandina hasta la costa y desde climas templados cálidos a
climas fríos lluviosos, lo que implicaba diversas adaptaciones y consiguientes diferencias
culturales. Los cambios ocurridos durante la conquista y colonia española produjeron una
notable unidad cultural y, sobre todo, política y social de este grupo y, luego del sometimiento
a la República de Chile, una parte considerable de este pueblo migró a la ciudad. De hecho,
actualmente, la mayoría vive en asentamientos urbanos y no en el campo, concentrándose en
las ciudades de las regiones de la Araucanía y la Metropolitana, seguidas por la región de Los
Lagos y la de Bío Bío.
Organización Social
Hasta el siglo XVI, los mapuche poseían una organización social familiar patrilineal, poligámica.
En el siglo XVII y la primera mitad del siglo XVIII, se fortalece el cacicazgo, produciéndose una
fuerte jerarquización social para tiempos de guerra, donde nace la figura del toki, muy
funcional para el sistema de guerra. Las autoridades coloniales tratan de fortalecer la figura del
lonko o jefe de comunidad, con muy poco éxito. A partir de la derrota de 1881, se implementa
un sistema de protectorado y se procede a conceder tierras a las comunidades familiares,
identificando a cada una con el nombre del cacique o lonko.
La familia mapuche estaba formada por un hombre, una o más esposas, sus hijos y los
familiares más directos.
Las familias mapuche siempre estaban peleando entre ellas. Estaban convencidas de que las
muertes que le ocurrían a una familia se debían a que otra les había deseado mal.
Para vengarse, entonces, peleaban. Las machis eran las responsables de averiguar y decirles a
todos quién era el responsable de la tragedia. Entonces, la familia del muerto peleaba con la
familia del que creían culpable. Así se producían grandes peleas, ya que cada bando tenía sus
aliados que le ayudaban.
Alimentación:
Los mapuches vivían fundamentalmente del cultivo del maíz y de la papa, de los frutos
silvestres, de la carne de guanaco y de la pesca. Cazaban animales mediante las boleadoras y la
flecha y los pájaros por medio de trampas.
Pescaban con anzuelos de madera y de hueso y para ello se internaban en los ríos o en los
lagos en pequeñas canoas. Con el maíz y las frutas preparaban bebidas alcohólicas. Los
alimentos eran medios sancochados en ollas o fuentes de greda llenas de agua. El fuego lo
producían por la frotación de dos palos, lo que originaba chispas que encendían un manojo de
hierbas secas.
También recolectaban frutos y cazaban animales. Por esto, su alimentación fue variada, incluía
piñones, aves pequeñas, pescados y diferentes frutas silvestres. Con flechas y trampas cazaban
guanacos y huemules, aunque no eran grandes consumidores de carne. Obtenían maíz, papas,
ají, calabazas y algunos cereales como la teca y el magu.
Habitación:
En el centro de los bosques y a la orilla de los arroyos, los mapuches construían sus sencillas
habitaciones. Estas eran las rucas, verdaderos ranchos de techo de paja o de totora sostenidos
por unos cuantos horcones enterrados en el suelo y unidos en su parte superior por otros
palos colocados horizontalmente. Podía ser redonda o rectangular, contaba con varias
entradas y, en su interior, estaba separada en diferentes piezas. No tenía ventanas. En su
centro se encontraba el fogón, donde se hacía el fuego para cocinar y calentarse en los días de
invierno.
Vestuario:
El guanaco proporcionaba a los mapuches la lana con la que confeccionaban sus ropas,
aunque sus tejidos parecen haber sido de un solo color y sin adornos de figuras.
Hombres y mujeres vestían el chamal, especie de camisa larga que se ataba a la cintura.
También se cubrían con pieles de zorros, de guanacos y de pumas, y se ornamentaban con
collares de plumas y caracoles o de piedrecitas de colores. El uso del poncho es posterior, ya
que fue introducido entre los mapuches por los indios peruanos que acompañaban a los
españoles.
Las mujeres llevaban trenzas y los hombres, el pelo corto o amarrado en una cola. Usaban
collares y otros adornos de plumas y de una piedra llamada malaquita.
Después de la llegada de los españoles, los mapuche comenzaron a elaborar adornos de plata,
como el trapelacucha, un gran collar o pechera usado por las mujeres.
Culto y Funebria
La religiosidad mapuche actual está teñida por el sincretismo de los conceptos introducidos
por la evangelización cristiana, los que se integran a la cosmología mapuche tradicional,
generando como consecuencia nuevas dimensiones de lo sagrado, símbolos y ritos. El Admapu
es el conjunto de símbolos, prácticas y creencias tradicionales que propugnan que el pueblo
mapuche y la tierra (mapu), fueron creados por Nguenechén (“dueño de los hombres”). En
tiempos antiguos la figura mítica fundamental fue el Pillán, espíritu del antepasado fundador
del linaje. Existiría un principio ordenador dentro de la cosmovisión mapuche, el de
izquierda/derecha, donde la primera se asocia a lo inferior y la derecha a lo superior. Por ende,
el dualismo como conjunción de dos principios opuestos, conforma parejas de oposiciones,
resultando un sistema cuadripartito que es representado en los diseños que porta el tambor
ceremonial o kultrun.
Los o las chamanes (machi) invocan en los ritos a las cuatro grandes deidades: el Anciano, la
Anciana, el Joven y la Joven; el Wenumapu se divide en cuatro cielos que ordenan el número
de bailes o de oraciones que componen el Nguillatún o rogativa, una de las ceremonias
mapuche más importantes.
Las formas de entierro en los cementerios de los antecesores mapuches fueron diversas: en
canoas o en troncos ahuecados, en cistas de piedra, inhumaciones directas en la tierra y en
urnas funerarias de cerámica; ésta última fue la modalidad de inhumación más común de la
cultura El Vergel, entre el Bío Bío y el Toltén. A veces, coexisten enterratorios en urnas y en
canoas en un mismo cementerio. En las tumbas de la más antigua cultura Pitrén, se disponen
como ofrendas vasijas cerámicas, predominando los jarros simétricos y asimétricos con engobe
negro o con decoración negativa de motivos geométricos o fitomorfos. En los entierros de El
Vergel, se acompañan las urnas funerarias con jarros de cerámica pintados con motivos rojos
sobre una superficie blanca, un tipo de decoración que después se populariza en el llamado
Estilo Valdivia que se desarrolla en la época colonial-hispana, junto con adornos de plata y
cobre, herramientas de labores cotidianas y elementos de uso ecuestre.