Silogismo
Silogismo
Razonamiento que está formado por dos premisas y una conclusión que es el resultado
lógico que se deduce de las dos premisas.
Mantenemos aquí la denominación de juicio por ser lo más acorde con lo tradicional, teniendo
en cuenta que este tipo de lógica, como tal, está en claro desuso, sustituida por la lógica
simbólica en la que esta lógica es interpretada como lógica de clases. Ver cálculo lógico.
La relación entre los términos de un juicio, al ser comparado con un tercero que hace de
"término medio", hace posible la aparición de las posibles conclusiones. Así pues, el silogismo
consta de dos juicios, premisa mayor y premisa menor, en los que se comparan tres términos,
de cuya comparación se obtiene un nuevo juicio como conclusión.
La lógica trata de establecer las leyes que garantizan que, de la verdad de los juicios
comparados (premisas), se pueda obtener con garantía de verdad un nuevo juicio verdadero
(conclusión).
Juicio de términos[editar]
El juicio de términos es la comparación de dos conceptos, bien sea de forma lógica o extraída
de la experiencia, mediante la cual creemos o afirmamos la relación de uno con respecto al
otro como verdad objetiva.
Los juicios por la extensión en la que es tomado el término sujeto, como criterio de cantidad,
pueden ser:
UNIVERSALES: Todo S es P5
AFIRMATIVOS: De unión: S es P.
El silogismo argumenta estableciendo la conclusión como una relación entre dos términos,
establecida como resultado de la comparación de ambos términos con un tercero (tertium
comparationis). Por eso se define:
Entre ambas se realiza la comparación del término sujeto y el término predicado con respecto
al término medio, que se representa como M.
TÉRMINOS:
MP PM MP PM Premisa mayor
SM SM MS MS Premisa menor
SP SP SP SP Conclusión
Los modos son las distintas combinaciones que se pueden hacer con los juicios que entran a
formar parte de las premisas y la conclusión. Como estos juicios tienen cuatro tipos distintos
(A,E,I,O), y en cada caso se toman de tres en tres —dos premisas y una conclusión— hay 64
combinaciones posibles.
Estas 64 combinaciones posibles quedan reducidas a 19 modos válidos, al aplicar las reglas
del silogismo.
Esta ley se limita a cumplir la estructura misma del silogismo: La comparación de dos términos
con un tercero. Aunque la regla es clara, su aplicación no siempre lo es. Es lo que algunos
llaman silogismo de cuatro patas. Ver quaternio terminorum.
Los términos que aparecen como evidentes son las palabras hombre, libre, mujer. Pero, a
modo de un non sequitur en la supuesta premisa mayor se utiliza la palabra hombre en su
acepción de especie (Homo sapiens) mientras que en la supuesta premisa menor del
quaternio terminorum se ha trocado el significado de la palabra hombre utilizando la acepción
de [sexo] (hombre como sinónimo de varón), es decir se ha incluido subrepticiamente un
cuarto término, de allí que la conclusión del quaternio terminorum es errónea, un sofisma. Si
se observa bien, en el ejemplo dado de quaternio terminorum se ha expresado de un modo
entimemático.
Por la misma estructura del silogismo; únicamente podremos obtener conclusiones acerca de
lo que hemos comparado en las premisas.
Por la misma estructura del silogismo la función del término medio es servir de intermediario,
como término de la comparación.
Para que la comparación sea tal, es necesario que el término medio sea comparado en su
totalidad. De otra forma, podría ser comparado un término con una parte y el otro con la otra,
constituyéndose en realidad entonces un silogismo de cuatro términos.
Si se afirma una relación entre dos términos (X, M), pero se niega la de uno de ellos con otro
(Y, M), siendo M el término medio, no puede haber más conclusión que negar la relación que
pueda haber entre el primero (X) y el último (Y) siendo uno sujeto y el otro predicado de la
conclusión.
b) Conclusión particular de una premisa universal y otra particular (teniendo en cuenta que
dos premisas particulares no puede ser, como veremos en la regla siguiente).
Pueden darse dos casos: Que una sea afirmativa y la otra negativa, o que las dos sean
afirmativas.
1º) Dos afirmativas. (Tenemos que recordar que el predicado de una afirmativa está tomado
en su extensión particular, y el predicado de una negativa en su extensión universal).
Al ser las dos afirmativas sus predicados son particulares. El término de la universal tiene
necesariamente que ser el término medio, la conclusión tiene que tener un sujeto particular.
2º) Una afirmativa y otra negativa: Tiene que haber dos términos universales. Uno de ellos
tiene que ser el término medio, el otro tiene que ser el predicado de la conclusión, pues la
conclusión tendrá que ser negativa, (caso a) de esta misma regla). Por tanto el término que
queda será el sujeto de la conclusión con extensión particular.
También tiene dos casos posibles: que una sea afirmativa y la otra negativa o que las dos
sean afirmativas.
Sólo hay un término universal que es el predicado de la negativa, que por tanto tiene que ser
el término medio. La conclusión tendrá que ser negativa (caso a) de la regla anterior), y por
tanto el predicado tendrá que ser universal, y no puede ser el término medio por tanto no
puede haber conclusión.
Los tres términos son particulares, y por tanto no puede haber término medio con extensión
universal, y por tanto no hay conclusión posible.
De       la   primera
                        AAA, EAE, AII, EIO   BARBARA, CELARENT, DARII, FERIO
figura
De    la      segunda
                        EAE, AEE, EIO, AOO CESARE, CAMESTRES, FESTINO, BAROCO
figura
Nota bene: También son válidos para la primera figura los modos subalternos BARBARI,
CELARONT; para la segunda: CESARO, CAMESTROP; y para la cuarta: CAMENOP. 9
cartas silogísticas
Consiste en un juego de dieciséis cartas, ocho mayores y ocho menores. En cada carta mayor
figura en primera línea una posible premisa mayor y debajo posibles conclusiones. La primera
línea de las cartas menores llevan una posible premisa menor, y en sus partes medias unas
aberturas.
Colocando una carta menor sobre una mayor como si fuera una combinación de premisas,
aparece en la abertura correspondiente una conclusión si es modo válido, o ninguna si no lo
es (carta 8 menor).
        Cada término del silogismo está representado por S, P, M, por un círculo incoloro que
    representa a todos los miembros posibles de una clase.
        La conclusión aparece como resultado de la relación de los términos S y P en su
    relación con M.
        La inexistencia se muestra como zona rellena de color.
        La existencia individual se afirma mediante una X: Al menos uno, o algunos.
        La relación de los términos se constituye como pertenencia o no pertenencia a la
    clase.
        La relación de inclusión, Todo S es P, se representa como “No hay ningún S que no
    sea P” según muestra la imagen que se muestra al margen.
Sin embargo, la problemática que trata Aristóteles es bastante más compleja. Aristóteles
define:
Silogismo es un  argumento en el cual, establecidas ciertas cosas, resulta necesariamente de
ellas, por ser lo que son, otra cosa diferente.
Aristóteles An. Pr. I 24 b 18-23
Aristóteles piensa que el juicio manifiesta “lo que es” como verdadero. El problema entonces
es ¿y cómo se predica de un sujeto lo que “no-es”?14 (V.:aporética).
Así no sólo se simplifica la notación sino que de modos que tradicionalmente han sido
considerados inválidos, se puede obtener conclusión válida, que la notación clásica hacía
imposible.23
En la nueva forma de relación sintáctica se pierde toda relación de los términos con la
gramática del lenguaje y posible "significación". El silogismo pierde así su formalidad de
sercategórico, transmisor de la verdad necesaria, "por ser las cosas como son", para adquirir
una formalidad hipotética.
Que expresa una fórmula de relación hipotética y al no haber afirmación de verdad alguna en
las premisas, la conclusión es condicionada y no implicada.
De la misma forma el silogismo puede interpretarse como una función proposicional de un
predicado P que se predica de uno, alguno o todos los individuos x, que a su vez pueden ser o
no ser sujeto de otro predicado S como resultado de la relación que ambos tienen o no tienen
con otro predicado M, siendo S, P y M los términos del silogismo.
Mx simboliza "Ser mortal", siendo M=ser mortal que se puede predicar respecto a una variable
x cuyo compromiso de existencia vendría dado por la cuantificación existencial de la
referencia    de   dicha   función,   bien    sea   un cuantificador   universal,   todo   x:    ;
un cuantificador particular, un o algún x:    ; o una constante individual determinada: a, b, c…
En ambos casos, como relación de clases o como lógica de predicados, el clásico silogismo
categórico:
Todos los hombres son mortales. Todos los griegos son hombres. Por tanto todos los griegos
son mortales.
Si todos los hombres son mortales y todos los griegos son hombres, entonces, todos los
griegos son mortales.
Véase también[editar]
       Entimema                                       Razonamiento
       Sorites                                        Razonamiento abductivo
       Silogismo hipotético                           Razonamiento circular
       Modus ponendo ponens                           Razonamiento deductivo
       Modus tollendo tollens                         Razonamiento inductivo
       Modus ponendo tollens                          Conversión lógica
       Modus tollendo ponens                          Obversión lógica
       Nyāya                                          Contraposición lógica
       Regla de inferencia                            Inversión lógica
       Proposición
       Quaternio terminorum
                                DEFINICIÓN DE
                                    SILOGISMO
Se conoce como silogismo a un argumento compuesto por tres proposiciones; de ellas, la última es
la que se deduce siempre de las anteriores. El vocablo deriva del concepto latino syllogĭsmus que,
a su vez, halla su origen en una palabra griega.
Silogismo
Hay que subrayar que el padre de silogismo es el gran pensador y filósofo griego Aristóteles. Así,
este fue el primero en utilizar dicho término partiendo o estableciendo lo que se conoce con el
nombre de juicios aristotélicos. En concreto, bajo esa denominación se encuentra una serie de
términos que se unen y que dan lugar a la llamada lógica.
Más exactamente, según dicho autor, esos términos no son más que la unión de un sujeto y de un
predicado. Todo ello puede contemplarse y estudiarse a través de algunas de las obras más
importantes de aquel entre las que se encuentran, por ejemplo, Primeros Analíticos o El Organon
que es un compendio de una serie de sus mejores trabajos.
Puede considerarse como una modalidad de razonamiento deductivo, donde dos de las
proposiciones son premisas y la restante funciona como conclusión. El silogismo es una
argumentación en la que, en base a un antecedente que compara dos conceptos con un tercero,
permite inferir o deducir un consecuente.
En otras palabras, se puede decir que el modelo de silogismo está compuesto por tres
proposiciones que incluyen un término medio (el cual es común a la dos premisas y se descarta en
la conclusión) y dos extremos. Uno de los ejemplos más usuales es el siguiente:
“Todos los seres humanos son mortales”
Hay que tener en cuenta que un silogismo no siempre impulsa conclusiones verdaderas, más allá
de que siga una forma válida de razonamiento. Por ejemplo:
“Snoopy es un perro”
Aunque el silogismo es válido desde un punto de vista lógico, la conclusión tiene un carácter falso,
ya que Snoopy es un perro ficticio y nunca fue cachorro.
Cabe destacar que los silogismos suponen que, de dos premisas negativas, nunca puede obtenerse
una conclusión. Por otra parte, de dos premisas afirmativas, no puede obtenerse una conclusión
negativa.
Los tipos de silogismo pueden clasificarse en cuatro figuras distintas con tres términos, que
totalizan 256 tipos de silogismo: de ellos, sólo 19 son legítimos.
Entre los diferentes tipos de silogismos que existen podemos destacar tres fundamentalmente. El
primero de ellos es el llamado silogismo compuesto que se caracteriza por el hecho de que la
premisa mayor es una proposición compuesta y porque la premisa menor afirma o niega una parte
de la anterior.
El segundo tipo es el conocido como silogismo condicional. Como su propio nombre indica,
establece que la premisa mayor es una proposición de clase condicional y la premisa menor es
categórica. De la misma forma hay que subrayar que en aquel existe un antecedente y después un
consecuente.
El tercer tipo de silogismo es el llamado disyuntivo. En este caso concreto la premisa mayor es
disyuntiva y la menor lo que hace es afirmar o negar una de las alternativas planteadas. Un
ejemplo sería el siguiente: O el dos es un número par o es un número impar. El dos es un número
par, por tanto no es impar.
Lee todo en: Definición de silogismo            -   Qué   es,   Significado   y   Concepto
http://definicion.de/silogismo/#ixzz3A7v6IS00
                                     Silogismos
                                   es.wikipedia.org
El silogismo es una forma de razonamiento lógico que consta de dos
proposiciones como premisas y otra como conclusión, siendo la última
una inferencia necesariamente deductiva de las otras dos. El silogismo
fue formulado por primera vez por Aristóteles, en su obra lógica
recopilada como El Organon, de sus libros conocidos como Primeros
Analíticos.
Aristóteles consideraba la lógica como lógica de relación de términos.
Los términos se unen o separan en los juicios. Los juicios aristotélicos
son considerados bajo el punto de vista de unión o separación de dos
términos, un sujeto y un predicado. Hoy hablaríamos de proposiciones.
La diferencia entre juicio y proposición es importante. La proposición
afirma un hecho como un todo, que es o no es, como contenido lógico
del conocimiento. El juicio, en cambio, atribuye un predicado a un sujeto
lógico del conocimiento.
La relación entre los términos de un juicio, al ser comparado con un
tercero que hace de "término medio", hace posible la aparición de las
posibles conclusiones.
Así pues, el silogismo consta de dos juicios, premisas (premisa mayor y
premisa menor), en los que se comparan tres términos, de cuya
comparación se obtiene un nuevo juicio como conclusión.
La Lógica trata de establecer las leyes lógicas que garantizan que, de la
verdad de los juicios comparados (premisas) podamos obtener con
garantía de verdad un nuevo juicio verdadero (conclusión).
Por ejemplo:
Premisa Mayor: Todos hombre es mortal.
Premisa Menor: Todo científico es hombre.
Conclusión: Todo científico es mortal.
                                Errores Silogísticos
La gente a menudo comete errores al hacer ciertos razonamientos. Por
ejemplo, dados los siguientes parámetros: Algunos A son B, Algunos B
son C; la gente tiende a llegar a la conclusión definitiva que por
consiguiente Algunos A son C.
Sin embargo, esto es incorrecto. Por ejemplo, mientras que
Algunos gatos (A) son Negros (B), y
Algunas cosas Negras (B) son Televisores (C),
es falso que Algunos gatos(A) son Televisores (C).
Esto se debe a que, primero, el modo del silogismo invocado es ilícito, y
segundo, la suposición del término medio es variable entre ese del
término medio en la premisa principal y ese del término medio en la
premisa menor (no todos los "Algunos" gatos son por necesidad lógica
las mismas "Algunas" cosas negras).
                          Silogismos con Humor
Silogismos con errores, pero llenos de humor:
Número 2
Yo no soy nadie.
Nadie es perfecto.
Dios es Perfecto.
Entonces, yo soy Dios.
Si Steve Wonder es Dios,
yo soy Steve Wonder.
Oh Dios!...Soy ciego !
Número 1
Dios es amor.
El amor es ciego.
Steve Wonder es ciego.
Conclusión: Steve Wonder es Dios.
Número 4
El diablo es feo.
Mi mujer es fea.
Si ve, mi mujer es el diablo!!.
Número 3
Mi nombre es Carlos.
Carlos es un sustantivo.
Dios es Verbo, no Sustantivo.
Conclusión: Yo no soy Dios.
                           Tipos de Silogismos
                                 pucpr .edu
                         El Silogismo Compuesto
En el silogismo compuesto, la premisa mayor es una proposición
compuesta, mientras que la premisa menor es una proposición
categórica (el tipo más sencillo de proposición).
La premisa menor o afirma (pone) o niega (destruye) una de las partes
de la premisa mayor.
Ejemplo:
Si hoy es miércoles, entonces tenemos clase.
Hoy es miércoles.
Entonces, tenemos clase.
                        El Silogismo Condicional
Tiene una proposición condicional como premisa mayor, y una
proposición categórica como premisa menor. Además, su premisa menor
es una proposición categórica. Tiene, como toda argumentación, un
antecedente y un consecuente.
Ejemplos:
1. Si veinte es divisible por dos, entonces veinte es un número par.
2. Si un hombre camina, entonces se mueve.
Un hombre camina.
Entonces, se mueve.
                         El Silogismo Disyuntivo
En el silogismo disyuntivo, la premisa mayor es una proposición
disyuntiva. La premisa menor o afirma o niega una de las dos alternativas
expuestas en la proposición disyuntiva.
Ejemplo:
O veinte es un número par, o es un número impar.
Veinte es un número par.
Entonces, veinte no es un número impar.
                          Otras Clasificaciones
Según Kathleen Sauder, tanto el silogismo condicional, como el silogismo
disyuntivo, forman parte del silogismo compuesto.
Así mismo define otros tipos de silogismos:
El silogismo categórico: establece un vínculo (o separación) entre el
término menor y el término mayor mediante el término medio.
El silogismo abreviado: este tipo de argumentación es utilizado en la vida
diaria y conviene saber cómo expandirlo para analizar si la premisa que
es omitida es realmente verdadera.
Silogismos expandidos (tres clases):
a. Con una premisa causal: contiene una premisa que propone una razón
para sostener su verdad.
Ejemplo:
Toda prepa es ignorante, porque ninguna prepa ha estudiado Lógica.
Algunas prepas son ponceñas.
Por tanto, algunas ponceñas son ignorantes.
b. El sorites: es una serie de silogismos en cadena. El sorites es válido si
todos los silogismos categóricos son verdaderos.
Ejemplo:
Todo estudiante es inteligente.
Todo el que es inteligente trabaja.
Todo el que trabaja se cansa.
Todo el que se cansa debe dormir.
Por tanto, todo estudiante debe dormir.
c. El dilema: Se emplea como arma en contra de un adversario, a quien
se intenta poner en la obligación de admitir una de dos alternativas,
ambas de las cuales le obligaría a aceptar una conclusión que no quiere
admitir.
Ejemplo:
Un judío debe pagar el tributo al César, o no debe pagarlo.
Si lo paga, admite la justicia del dominio romano, que es injusto.
Si no lo paga, no cumple la ley romana.
Por tanto, si lo paga o no, obra mal.
Selección Múltiple
Cuál de las letras (a, b, c, d) corresponde a la mejor respuesta:
Conocer sobre la vida y obra de pensadores como: Kant, Bacon, Descartes, Comte, Hegel,
Engels y Marx, nos hace saber que mucho antes de la aparición de grandes tecnologías
mecanizadas hombres como estos ya tenían en sus manos grandes metodologías,
pensamientos y sistemas del conocimiento, comportamiento y actividad del ser humano.
Además muchas de las doctrinas propuestas por estos se utilizan a diario en muchos ámbitos.
Para finalizar esta investigación entramos la teoría y práctica del silogismo como argumento
que consta de tres proposiciones, la última de las cuales se deduce necesariamente de las
otras dos, las dos primeras se llaman premisas y la tercera conclusión, para que sobre esta
base se conozca el método deductivo.
LA SILOGÍSTICA Ó SILOGISMO:
Simbólicamente:
M----P
S----M
S----P
En este ejemplo, los dos extremos comparados son: promulgada y ley de fuga (P-S) y el
tercero con el que se comparan es: ley positiva (M).
Al comparar dos términos con un tercero, percibe el entendimiento si esos dos términos
convienen o no entre sí. Si ambos convienen con un tercero, también convendrán entre sí. No
convendrán, en cambio, si los dos no convienen con un tercero.
El término medio es el que hace de enlace entre los dos extremos. El mayor es el que tiene
más extensión, y el menor, el que tiene menos. En el ejemplo que sirve de modelo, ley
positiva es el término medio (M), promulgada es el mayor (P), y la ley de fuga es el menor (S).
Los términos se pueden identificar también visualmente. El medio es el que se halla repetido
en el antecedente (M-M), pero no se encuentra en el consecuente. En la primera premisa
hace de sujeto y en la segunda de predicado. En cambio, los términos extremos se
encuentran uno en cada premisa y los dos juntos con e consecuente. El término mayor es el
predicado de la primera premisa (promulgada -P) y el menor es el sujeto en la segunda (ley de
fuga). Al fin, se encuentran de nuevo con el consecuente los dos: el mayor como predicado y
el menor como sujeto.
Materia Próxima al Silogismo:
La materia próxima del Silogismo son las tres proposiciones que lo componen. Las dos
primeras, las que se hallan en el antecedente, se llaman premisas. Son el ejemplo visto:
Toda ley positiva fue promulgada (M-P), y la ley de fuga es positiva (S-M).
La misión de las premisas consiste en comparar los dos mencionados términos con un medio,
a fin de establecer, en la conclusión, si ambos extremos convienen o no entre sí. Atendiendo
al mismo ejemplo, en las premisas M-P y S-M se comparan los dos extremos M y S para
concluir, en el consecuente, que dichos extremos convienen entre sí (S-M).
Dicho más concisamente: Las premisas unen los extremos con el medio, y la conclusión une
los extremos entre sí.
Pero, en el caso de que una de las premisas sea negativa, su misión ya no consistiría en unir,
sino en separar, expresándose en la conclusión la repugnancia entre los dos extremos.
Modifiquemos , para este caso, el ejemplo anterior y digamos:
La compasión no es ley,
Aquí, las premisas separan los dos extremos, obligatoria y compasión, del medio ley, para
concluir que dichos extremos no convienen entre sí.
La forma constituye el alma del Silogismo. Consiste en una disposición tal de los términos y
proposiciones, que, en virtud de su causalidadlógica, se pueda producir una conclusión
legítima. La conclusión se seguirá legítimamente de las premisas, si éstas han sido colocadas
debidamente, es decir, según requisito formal. Independientemente de la verdad o falsedad de
las proposiciones que sirvan de premisas, lo importante es que se observe la forma
Silogística.
Observada la verdadera forma Silogística, necesariamente se produce la consecuencia, que
algunos autores modernos consideran como la auténtica forma del Silogismo.
 Principio de Igualdad con un Tercero: Dos cosas iguales a una tercera son iguales entre sí; si dos
cosas, de las que una es igual a una tercera y otra no, no son iguales entre sí.
Efectivamente , volviendo al ejemplo que colocamos de modelo, hallamos que los términos P-
S, al ser iguales a M, son iguales entre sí. En cambio, si proponemos un Silogismo con una
premisa negativa, tendremos en la conclusión una manifestación de desigualdad o no
conveniencia con un tercero. Pongamos por ejemplo:
En esta conclusión se niega la conveniencia entre los términos obliga y amistad, porque no
convienen con el tercer término, ley.
 Principio del Dictum de Omni: Todo lo que se afirma de un sujeto en cuanto que perteneciente a
un género o especie, se afirma también de todos los individuos pertenecientes al mismo género o
especie... Y el Dictum de Nullo: Todo lo que se niega de un sujeto en cuanto que perteneciente a un
determinado género o especie, se niega también de todos los individuos pertenecientes al mismo género
o especie.
 Los términos deben ser tres; medio, mayor y menor (Terminus esto triplex: medius, maiore,
minorque). Esta primera ley estatuye que los términos no pueden ser ni más ni menos que tres. Para ello
es necesario que sean unívocos o, de no serlo, que conserven cada uno el mismo sentido en todo el
Silogismo. La razón de esta ley se desprende de la misma naturaleza del Silogismo, en que se comparan
dos extremos con un medio. Lo cual resultaría imposible si se introdujera un cuarto término, y quedaría
inválido el Silogismo. Comprobémoslo con el siguiente ejemplo:
El error de este silogismo radica en que el término medio ley se toma en cada premisa en
sentido diferente, lo que hace que se introduzca un cuarto término, es decir, el de la ley en
sentido físico. Veámoslo con otro ejemplo:
Tu perro es un animal,
Aquí el defecto está en tomar el término animal, con suposición distinta en cada premisa.
 Los términos de la conclusión no pueden ser más extensos que los de las premisas (Lathius hos
quam praemissae conclusio non vult). Aquí se estatuye que, si un término ha sido tomado en las
premisas en sentido particular, no puede serlo en la conclusión en sentido universal. La razón de ello es
porque no es lícito inferir, en una conclusión, una conveniencia o discrepancia que no esté virtualmente
contenida en las premisas, pues las premisas son la causa lógica de la conclusión, y ningún efecto puede
exceder su causa. Peca contra esta regla el siguiente silogismo:
Como puede verse, el término hombres está tomado en sentido particular en la premisa menor
y universal en la conclusión. Por consiguiente, se toma el mismo término en dos sentidos, con
lo que se peca también contra la primera regla.
 El término medio debe entrar en la conclusión (Nequaquam medium capiat conclusio fas est). Así
debe ser, porque la misión del término medio se limita a facilitar la comparación entre los extremos, lo
cual sólo puede cumplirlo en las premisas. En la conclusión sería un término sobrante, y en el Silogismo
no puede sobrar ni faltar nada. Veámoslo en el siguiente ejemplo:
La compraventa es un contrato,
No hay que dejarse desorientar por algunos casos en que un silogismo de premisas
singulares concluya correctamente, como éste:
Aquí se trata del conocimiento de un singular, cuyos datos sólo pueden referirse a este
determinado singular. Además hay que observar dos cosas: que del singular en cuanto que tal
no puede darse ciencia alguna, ni lógica ni de otra clase, y que un silogismo con premisas
singulares o particulares deja eo ipso de ser silogismo, que hemos definido como un
razonamiento deductivo, que va de lo universal a lo particular. Por otra parte, ningún tipo de
razonamiento puede partir de observaciones particulares o singulares para concluir algo
también particular.
Las restantes cuatro reglas son las que se refieren a las proposiciones, o materia próxima.
 De dos premisas afirmativas no se puede inferir una conclusión negativa (Ambae affirmantes
nequeunt generare negantem). De no ser así, no se podría cumplir en el silogismo el dictum de omni,
además de que se quebrantaría el principio de contradicción. Igualmente, se pasaría por alto el principio
de igualdad de dos cosas con una tercera. Esta regla es tan evidente de sí, que apenas es posible hallar
ejemplos aceptables que lo contradigan, a menos que se acuda a expresiones negativas equivalentes a
una afirmativa, como ocurre en este ejemplo:
Pedro es juez,
 De dos premisas negativas no se sigue nada (Ultraque si praemissa neget, nihil inde sequetur).
Efectivamente, ante una doble negación queda bloqueada cualquier salida lógica, tanto para una
afirmación como para una negación. Cualquier silogismo con doble premisa negativa que pongamos a
prueba nos manifestará la verdad de esta regla, a no ser que, como antes, disfracemos de negativa una
proposición afirmativa. Es lo que ocurre en el siguiente silogismo negativo:
Este silogismo realmente concluye bien porque la premisa menor no es negativa en realidad,
sino sólo aparentemente. Y seguirá siendo negativa aunque dijéramos: los fantasmas NO son
nada, pues la negación antepuesta al término nada, o es superflua, o sirve para expresar lo
contrario de la nada, según la ley que dice que dos negaciones afirman.
 La conclusión sigue siempre la peor parte (Peiorem semper sequitur conclusio partem). Esta regla
establece que, si una de las premisas es particular, la conclusión debe ser particular, y que si una es
negativa, la conclusión debe serlo también. En lógica ha sido tradición decir que la premisa particular y
negativa es “la peor parte” del silogismo, porque la particularidad se ve como una debilidad de la
cantidad y la negación como una debilidad de la cualidad. Veamos la razón de estos dos aspectos.
 Si una premisa es particular, debe serlo también la conclusión, porque en el silogismo se quiere
mostrar que los términos de la conclusión forman parte, es decir, son particularidad, del todo universal o
general que se antepone en la premisa mayor. Y por esto mismo, si las dos premisas son universales, la
conclusión seguirá la suerte de la que sea menos universal.
 Si una de las premisas es negativa, deberá serlo también la conclusión, porque en un silogismo de
esta característica hay una premisa afirmativa que afirma la conveniencia de un extremo con un medio, y
otra negativa que la niega; ahora bien, sabemos que de dos cosas, una de las cuales conviene con una
tercera y otra no, no pueden convenir entre sí, y esta repugnancia es precisamente lo que se manifiesta en
la conclusión negativa. Explicado de otra manera, la conclusión debe seguir la suerte de las premisas, la
igualdad que se niega en las premisas no puede resultar afirmada en la conclusión.
Esta regla nos advierte, en fin, que todos los errores de las premisas se recogen en la
conclusión.
Como corolario general, podemos decir que estas ocho reglas se encaminan a preservar los
principios de la conveniencia y de la discrepancia en que se funda el silogismo; y cada una de
ellas nos indica que es lo que hay que hacer o evitar para que tales principios no se
quebranten.
EL SILOGISMO COMPUESTO
Es natural que en este caso, además de observar las reglas generales del silogismo ya
estudiadas, haya que tener en cuenta las concernientes a la verdad de las proposiciones
condicionales y disyuntivas, que también hemos expuestos y razonado en su lugar.
EL SILOGISMO CONDICIONAL
Si bien el silogismo condicional es hipotético, hay que tener en cuenta que, por lo general,
sólo es una de sus premisas, siendo la conclusión necesariamente categórica. De hecho, lo
más usual es que se construyan silogismos hipotéticos con la intención de obtener
conclusiones categóricas.
EL SILOGISMO DISYUNTIVO:
El silogismo disyuntivo es el que consta de una premisa mayor disyuntiva. Por ejemplo:
Valen aquí las observaciones hechas por el parágrafo anterior, en cuanto a relacionar las
reglas del silogismo con la leyes de verdad de las proposiciones hipotéticas. En los silogismos
disyuntivos llamados propios, en que los dos miembros de la disyunción no pueden ser ambos
verdaderos ni ambos falsos, vale esta ley: DE UNA PREMISA MENOR AFIRMATIVA SE
SIGUE UNA CONCLUSIÓN NEGATIVA; DE UNA PREMISA MENOR NEGATIVA SE SIGUE
UNA CONCLUSIÓN AFIRMATIVA. La razón de ello es porque el silogismo disyuntivo se basa
en la ley de la discrepancia.
Pero a veces puede ocurrir que, al formular un silogismo siguiendo el esquema lógico, lo
hagamos, o en forma abreviada omitiendo alguna premisa que se da por sobreentendida, o, al
contrario, aumentándolas en número, con el fin de dar mayor fuerza dialéctica a la
argumentación. Por esto, esta clase de silogismos suele usarse con mayor frecuencia en los
discursos retóricos y , en general, siempre que se desea, además de convencer, impresionar
al auditorio o a los lectores.
Esta formas que hemos llamado especiales de silogismo son cuatro (04): Entimema,
Epiquerema, Sorites y Dilema.
ENTIMEMA:
Esta forma de argumentación suele caracterizar los discursos dirigidos a grandes masas, y es
empleada en los momentos en que es necesario impresionar. Por esto también suelen
utilizarla los oradores políticos y forenses.
El silogismo abreviado es de gran fuerza persuasiva, ya que presenta de un solo trazo todo un
conjunto de proposiciones tácitas y evidentes en sí mismas.
En unas ocasiones se omite la premisa menor, como en el ejemplo dado, y en otras la mayor,
como lo es el caso del clásico entimema de Descartes: cogito, ergo sum (“pienso, luego
existo”).
EPIQUEREMA
Es digno de notar que cada una de las premisas seguidas de prueba causal es, a su vez,
convertible en un silogismo completo. Con la primera premisa del ejemplo dado lo haríamos
así:
SORITES
Sorites (soreítes= puesto en montón), también llamado “argumento del montón”, es una
argumentación que consta de proposiciones concatenadas de tal manera, que siempre el
predicado de la precedente pasa a ser sujeto de la siguiente, hasta formar una conclusión en
que el sujeto es el de la primera premisa y el predicado el de la última. Valga el siguiente
ejemplo:
Es característico de este tipo de argumentación que cada una de las premisas puede
constituirse en un silogismo completo. Por ejemplo, en la primera premisa:
Y en la segunda premisa:
Conviene advertir a propósito del Sorite que, dad su brillantez y artificiosidad, es aconsejable
usarlo con mucha parsimonia. Es una argumentación destinada a producir efectos muy
especiales en el discurso, y prodigarla en demasiada sería caer en la impertinencia y en la
pedantería.
DILEMA
El dilema (dis= dos veces + lemma= ganancia 0 doble ganancia), es un silogismo hipotético en
que la premisa mayor es una proposición disyuntiva, y la menor son dos condicionales, a
través de las cuales, de las dos partes de la disyuntiva se deduce la misma conclusión. En
consecuencia, el adversario dialéctico, atacado con este silogismo, quedará doblemente
vencido por ambas partes algunos casos históricos.
El emperador Trajano publicó un decreto en que se prohibía interrogar a los cristianos, pero se
mandaba a condenarlos tan sólo si aparecían ante el tribunal; a cuyo decreto respondió
Tertuliano con este dilema:
Cuando el califa Omar hubo tomado la ciudad de Alejandría, mandó a quemar su biblioteca
aduciendo el siguiente dilema:
Este silogismo es de gran fuerza dialéctica en la disputa. San Jerónimo lo llamaba syllogismus
cornatus (silogismo cornudo), por tener la virtud de atacar por dos puntas, como los cuernos
de un toro.
Para que el dilema valga como argumentación, es necesario, que se cumplan dos reglas:
1era., que la disyunción sea perfecta, no permitiendo la introducción de un tercer término;
2da., que la conclusión que se sigue no solamente sea legítima, sino también exclusiva, de tal
manera que el argumento no pueda volverse contra el mismo que lo emplea. Así ocurre en
este ejemplo:
El dilema no concluye nada, porque entre la pena máxima y la absolución hay otros grados de
condena.
Erró Sócrates, pues no tuvo en cuenta que cabe pensar otros destinos después de la muerte,
como emigrar a estados más infelices, o simplemente dejar de ser.
Para que el dilema sea estrictamente tal, deben existir sólo dos términos de disyunción. Pero
cabría la posibilidad de construir trilemas, tretalemas, etc.., aunque estos casos, sumamente
raros, no son aconsejables por su artificiosidad.
Esta objeción se remonta a los primeros escéptico. Sexto Empírico criticaba el silogismo
categórico de los Peripatéticos, achacándole petición de principio, porque en él se parte de
una proposición que se toma por verdadera, cuando en realidad es dudosa, como lo son todas
las proposiciones categóricas. En la era moderna, tras las deformaciones silogísticas de los
últimos escolásticos medievales, se reanudaron los ataques por parte de personalidades tan
notorias como Francis Bacon, Descartes, Ramus, Lutero y muchos otros. Por lo que respecta
a Bacon, su posición es decisiva para los filósofos posteriores. Toda la intención del Novum
Organon está centrada en la controversia sobre la deducción silogística, que se concibe como
un juego mental a veces brillante, pero carente de interés para la ciencia, puesto que tras él
no puede descubrirse ninguna verdad nueva, descartes, por su parte, se ensaña contra el
silogismo con estas palabras: “Para que se nos haga más evidente que aquel arte de discurrir
de nada sirve para el conocimiento de la verdad, hay que tener en cuenta que los dialécticos
no pueden construir ningún arte del silogismo que concluya algo verdadero, si primero no han
encontrado la verdad que debe deducirse del silogismo; de ahí resulta evidente que nada
nuevo pueden ellos percibir, y que esa vulgar dialéctica es completamente inútil para
investigar la verdad de las cosas; antes bien hay que entender que sólo sirve para exponer
con mayor facilidad las verdades ya conocidas, por consiguiente hay que transferir la
dialéctica al campo de la Retórica”.
En épocas más cercanas, los ataques contra el silogismo han venido, sobre todo, de las
distintas escuelas positivistas, lo que no es de extrañar si consideramos que el positivismo
siempre ha preferido el método inductivo.
Stuart Mill observa lo siguiente: “ Es incontestable que en cada silogismo hay una petición de
principio: para que establezcamos silogísticamente que Sócrates es mortal, se necesita que
pidamos que se nos conceda que todos los hombres son mortales, y que Sócrates es
hombre”. Por otra parte, Mill estima que el silogismo no es más que un compendio de un
determinado proceso inductivo, pues “la premisa mayor es una proposición universal que
brevemente compendia todos los casos particulares observados”. En menos palabras, el
silogismo es como una inducción abreviada. Y puede tener “gran importancia” en un momento
dado, en vistas a justificar “la inferencia de los particular a lo particular”.
De ahí se sigue el más grave de los inconvenientes prácticos del silogismo. Es a saber, que, a
pesar de que percibimos con toda evidencia la verdad de este instrumento lógico y de todos
sus principios y reglas, sentimos que en la práctica no nos ha de servir para sostener ni para
refutar nada. Sentimos que no nos movemos del área tautológica. Nada encontraremos, por
cierto, en la vida práctica que se pueda probar o refutar con silogismos. La experiencia
histórica y actual nos manifiestan que ni juristas, ni filósofos ni teólogos han podido nunca
demostrar nada a base de silogismos categóricos. Lo más que con ellos han podido ha sido
ratificar el ilustrar sus tesis o proposiciones.
Cuando algún silogismo se presenta problemático, toda la cuestión está en probar la premisa
menor. Una vez probada, está de más proseguir el silogismo.
    Vista estas objeciones ¿En qué queda la utilidad del silogismo?. La respuesta parece clara: no
    se trata de negar su utilidad, en la forma como muchos han pretendido, sino de señalar sus
    límites y dificultades. Por otra parte, las objeciones contra el silogismo no han surgido de la
    estructura silogística en sí, sino del abuso dialéctico que de ella se ha hecho. Tanto la
    deducción como la inducción tienen sus problemas y límites propios; y uno de los problemas
    de la deducción está en que se haga el uso justo y mesurado del silogismo.
    El silogismo se halla implícito en todo discurso coherente, pero no se encuentra, salvo raras
    veces, explícitamente, es decir, tal como nos lo muestra el esquema lógico: premisa mayor,
    premisa menor y conclusión. Esto significa que la forma silogística debe, por así decirse, estar
    diluida en todo el discurso, de tal manera que todo él pueda resolverse con silogismos, sin que
    se note repugnancia o falsedad en ninguna de las proposiciones en que lo resolvamos. El
    silogismo debe ser un instrumento de prueba de la legitimidad del razonamiento. No es
    necesario y hasta puede ser torpe a veces, discurrir silogísticamente, pero todo razonamiento
    que se tenga por legítimo debe poder pasar la prueba silogística.
    Pedagógicamente, el estudio del silogismo y de sus reglas y figuras es de gran utilidad para la
    claridad del razonamiento; tanto para descubrir esa claridad en otros como para realizarla en
    el discurso propio. Es una buena disciplina para todos, pero muy en especial para aquellas
    mentes que, debido a sobrecarga de imaginación, tienden a divagar y a dispersarse en su
    discurrir.
    Por lo que se refiere al ejercicio de la dialéctica y a todo tipo de discurso, hay una forma
    especial del silogismo que puede producir buenos efectos, es el entimema. Es un buen
    recurso para optimizar el silogismo categórico, eliminándole el exceso de formalismo.
    Los oradores de buena calidad supieron siempre apreciar este razonamiento abreviado,
    porque la experiencia les enseñó que la concisión tiene más fuerza persuasiva que la
    extensión. Si se quiere ganar a una masa a favor del liberalismo económico, de poso servirá
    proponerle un largo raciocinio a partir del concepto de libertad e iniciativa propia; en cambio, el
    efecto del razonamiento será mucho más impactante si se dice así: “¿Queréis un sistema
    económico próspero?” Elegidlo vosotros mismos”.
CONCLUSIÓN
            Kant distingue tres grandes grupos de juicios: los juicios analíticos, cuya legitimidad viene del
    principio de identidad; los juicios sintéticos, cuya legitimidad proviene de la experiencia; y los juicios
    sintéticos a priori, que, como los analíticos, son universales y necesarios, pero no provienen de la
    experiencia, y que al tiempo son sintéticos, porque aumentan nuestro conocimiento de las cosas. Estos
    juicios sintéticos a priori constituyen las en las matemáticas, mediante las cuales se intuye o conoce el
    espacio y el tiempo, y las o en la física. Kant sostiene que el hombre es libre e inmortal y que existe un
    ser supremo, Dios, que garantiza que el cumplimiento de esta ley moral recibirá la suprema recompensa.
            Francis Bacon con su obra filosófica trató de construir una nueva lógica que sustituyera a la
    antigua lógica deductiva. Mantiene que la verdad no surge del razonamiento silogístico, sino a través del
    experimento y de la experiencia guiada por el razonamiento inductivo.
            Descartes hizo sus mayores aportes en el campo de la filosofía. Sirviéndose del método de
    análisis de las matemáticas, intentó construir una filosofía en la que no hubiera posibilidad de error, para
    lo cual adoptó como método la duda permanente. Rechazó, así, todo aquello que podía considerarse
    dudoso para al final advertir que la única verdad irrefutable era el propio hecho de dudar («Cogito ergo
    sum», pienso luego existo), construyendo sobre este axioma todo su pensamiento. El método de
    Descartes, o método cartesiano, ha tenido una gran repercusión en el desarrollo del pensamiento
    humano.
           Para A. Comte objetivo de su obra fue promover una reforma de la sociedad mediante la
    creación de una ciencia nueva, la sociología, que estudie los fenómenos sociales hasta llegar a unas
    conclusiones científicas que tengan que ser admitidas por todos los hombres.
           El sistema de Hegel parte de la existencia de una única realidad, el absoluto, y de que todo lo
    demás no son sino momentos del absoluto. Estos momentos son tres: el absoluto en sí, momento de
    ausencia de conciencia; el absoluto fuera de sí, momento de la negatividad, y el absoluto en sí o para sí,
    momento de la síntesis o negación de la negación.
            Engels elaboró, en colaboración con Marx, la doctrina filosófica del materialismo histórico y
    dialéctico.
            Marx manifiesta que la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases, surgidas con
    la aparición de la propiedad privada. Su obra contiene elementos de filosofía, historia, economía,
    derecho y política.