Ernesto Cardenal: Poeta Revolucionario
Ernesto Cardenal: Poeta Revolucionario
Number 18 Article 9
Catorce poetas hispanoamericanos de hoy
1983
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Citas recomendadas
O'Hara, Edgar (Otoño-Primavera 1983) "Ernesto Cardenal, poeta de la resurrección," Inti: Revista
de literatura hispánica: No. 18, Article 9.
Available at: https://digitalcommons.providence.edu/inti/vol1/iss18/9
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ERNESTO CARDENAL Nicaragua, 1925
Edgar O'Hara
Lima, Perú
I.
Nacido en 1925 en la ciudad de Granada, pertenece Cardenal a una
generación de poetas que siguen o continúan los pasos del llamado «Grupo de
vanguardia», capitaneado por el legendario José Coronel Urtecho, introductor
de la poesía estadounidense en Nicaragua. Junto a Carlos Martínez Rivas y
Ernesto Mejía Sánchez conforma Cardenal la trilogía de la «generación del
40», década que supone un amplio encuentro de voces importantísimas,
maduras y jóvenes. A los ya mencionados cabría sumarles otros: Alfonso
Cortés, Joaquín Pasos y Pablo Antonio Cuadra, poetas dignos de ser tomados
en cuenta en cualquier evaluación de la poesía hispanoamericana
contemporánea.
Ernesto Cardenal, en palabras de P. A. Cuadra, «se crió entre poetas.
Primo de José Coronel Urtecho - por su madre - y primo mío - por su padre -,
no necesitó mucho esfuerzo para dirigir sus primeras inquietudes literarias
hacia buenos libros y compañías»1. Sin embargo el aprendizaje también se
dará fuera de su tierra, en México y Estados Unidos. Entre 1947 y 1949 se
encuentra en la Universidad de Columbia, en Nueva York, leyendo poesía
anglosajona. «Los maestros estudiados - Ezra Pound y William Carlos
Williams - influyen definitivamente en su estilo, y Cardenal aprende de ellos
una serie de técnicas que emplea hasta hoy»2 Ciertamente el panorama que
posee en aquella época - heredero de Rubén y de la Vanguardia nicaragüense,
conocedor del «exteriorista» Whitman y de las innovaciones de la lírica
norteamericana - se ensancha con un viaje a Europa en 1950. A estos
desplazamientos físicos corresponden también algunos poéticos. «Por la vía
de Pound hizo otros descubrimientos: los poetas japoneses y chinos; la poesía
grecolatina, especialmente su versión satírica, que le mostró la eficacia actual
del epigrama y estimuló sus traducciones de Catulo y Marcial»3, dice José
Miguel Oviedo, quien establece - en ese artículo de 1969 - tres secuencias
para la poesía de Cardenal: «Como es fácil de prever, el orden de publicación
no corresponde siempre al orden de creación; por ejemplo, Gethsemani, Ky
(1960) fue escrito después de Epigramas (1961). Si atendemos a este segundo
orden, apreciamos que la obra de Cardenal se desarrolla en tres distintas
estapas: la poesía de denuncia social y política: la poesía mística; la poesía
ético-narrativa que indaga por la perdida razón de la historia humana. A la
primera etapa pertenecen Epigramas y Hora O ( 1960) (...) A la segunda etapa
pertenecen Gethsemani, Ky, Salmos (1964) y, en cierta forma, Oración por
Marilyn Monroe y otros poemas (1965)»4. A la tercera etapa le
corresponderán los libros que continúan el trabajo iniciado con El estrecho
dudoso ( \1966), es decir, Homenaje a los indios americanos (1969), Canto
nacional ( 1 9 7 2 ) y Oráculo sobre Managua (1973).
Lo más interesante es que esta división se vincula - una constancia que
es una marca - a la biografía del poeta. Nadie como Cardenal ostenta tan
profundos cambios personales, todos motivados por esa sed de conocimiento
y de continuo ejercicio de transformación del entorno propio y del mundo. El
adolescente enamoradizo y juerguero, mitad rebelde sin causa y mitad
ardoroso antisomocista, se transformará posteriormente - entre 1957 y 1959 -
en un monje trapense bajo la sabia tutela de Thomas Merton. Ahora bien, al
margen de la genuina vocación del poeta (será ordenado sacerdote en 1965),
¿cómo podía un centroamericano como él acatar no diré la dura faena del
monasterio trapense, sino el estricto silencio como forma de vida? Basta leer
Las aguas de Siloé, de Merton, para darse una idea. Y basta leer la obra
posterior a
Gethsemani, Ky para comprender cómo de esas concisas imágenes y
fragmentos Cardenal devendrá poeta de una oralidad expansiva, reintegrando
a su palabra el canto de los pájaros más chillones y el latido sonoro de un
pueblo en pie de lucha. Esta simple especulación confirmaría también la
hipótesis de una línea permanente en su poesía, perceptible en el reflejo verbal
de sus posteriores cambios individuales, desde la fundación de la Comunidad
de Solentiname hasta el exilio en Costa Rica en 1977 y su militancia en el
Frente Sandinista de Liberación Nacional. Y un nuevo rostro asomará: a partir
de julio de 1979 ocupa el cargo de Ministro de Cultura del Gobierno
Sandinista de Nicaragua.
Estos meros datos cobran una mayor significación cuando a la luz de su
poesía observamos que no hay contradicción tajante entre el contemplativo y
el dialéctico, cuando el mismo Cardenal apela a San Juan de la Cruz para
exponer su pensamiento marxista. A nivel de la palabra poética ya lo señalaba
P. A. Cuadra: «Todo avance de perfección en la poesía de Cardenal ha tenido
como trasfondo esta lucha de su hombre solar por dominar al viejo sacerdote
de la luna que ofició en 'La Ciudad Deshabitada' (su primer poema importante,
de 1946) y que siempre regresa, solapadamente y no sin encantos, a su
poesía»5. Asi lo señala también otro poeta católico y comprometido
políticamente, el cubano Cintio Vitier: «en el caso de Cardenal se trata de un
realismo militante, de un realismo a la vez revolucionario y místico, es decir,
que busca combativamente, agónicamente, la transformación y la unión por el
amor, en el amor»6. Son, pues, las dos - o más - caras de una medalla,
religiosa por revolucionaria, y viceversa.
II.
Si practicáramos un corte transversal en la obra de Ernesto Cardenal,
veríamos que asoman varios rasgos que no me atrevo a calificar de estilísticos
ni temáticos. Son, simplemente, manifestaciones de una concepción del
mundo y del ser humano que recorre sus poemas porque, en definitiva,
provienen de su trajinada existencia. Para los creyentes, el llamado del Señor
ocurre precisamente porque algo latía ya en el fondo del ser. En el caso de
Cardenal, la palabra da vida porque despierta en nosotros - lectores u oyentes
- una conciencia (aletargada o, mejor dicho, alienada) respecto de los valores
humanos y la solidaridad. Aquí tenemos un primer parentesco con San Juan
Evangelista o los gnósticos, pero de signo distinto: el reino que nos descubre
Cardenal ha de pertenecer a este mundo. Su plegaria poética - invoque,
celebre o sea cántico de feno conoce la desesperanza: «Pero el héroe nace
cuando muere/y la hierba verde renace de los carbones» (HORA O). El
sentido de la vida se encuentra ni más allá ni más acá de nosotros, pues la
revelación del proyecto humano se basa en el amor que recorre y trasciende
los cuerpos. Así, en las etapas de concisión lírica, la palabra se aferra a los dos
polos porque ambos se tocan: «Al fin del mes el canto se hace triste,/y uno a
uno van callando los cantores,/y después sólo se oyen unos cuantos,/y después
ni uno. Cantaron la resurrección» (EN PASCUA RESUCITAN LAS
CIGARRAS. De: Gethsemani, Ky); «... cajetillas de cigarrillo vacías,
aserrín/y zinc, plástico envejecido, llantas rotas,/ esperando como nosotros la
resurreción . . . » (DETRAS DEL MONASTERIO, JUNTO AL
CAMINO. De: Gethsemani, Ky). Vida y muerte no sólo ofician un ritual
religioso: transforman la percepción íntima que cada individuo posee de la
vida en sociedad. Por eso sus poemas exclusivamente políticos trasmiten
también esta doctrina y, como veremos más adelante, la trasmiten en el buen y
mal sentido. Sin embargo, esto forma parte de la evolución poética de
Cardenal. Junto a la noción del «tiempo que no volverá», presente en muchas
partes de Epigramas y Oración por Marilyn Monroe, emerge con más fuerza -
la seguridad que brinda la fe, probablemente - un concepto de resurrección
como sinónimo de recreación - reordenación económica y política - del
mundo. El atractivo del mensaje de Cardenal en este aspecto específico reside
en la postulación de un Cuerpo Místico - Cuerpo de Amor - hecho no de barro
celestial sino de carne terrena; en síntesis, una casi bioquímica trascendente
cuyos linderos son el universo y el hombre. Uno y otro reproducen un circuito
que tiende, proféticamente, a la perfección de una sociedad sin clases. La
muerte no está al margen: «Sólo amamos o somos al morir./El gran acto final
de dar todo el ser./O.K.» (COPLAS A LA MUERTE DE MERTON).
La participación de la muerte como tránsito pasajero a un tipo de vida
que habrá de darse «en nuestros semejantes» y para ellos, es decir, los
herederos de una lucha que tiene como eje nuestra futura felicidad
material/espiritual, transfiere al mensaje poético una carga religiosa y política
que muchas veces seduce por la intensidad más que por la perfección
expresiva. Si vida y muerte son medios, también el poema lo es: «Ahora
vosotros sois fósforo, nitrógeno y potasa./Y con la lluvia de anoche, que
desentierra raíces/y abre los retoños, alimentáis las plantas/ como comíais las
plantas que antes fueron hombres/y antes plantas y antes fósforo, nitrógeno y
potasa (...) no resucitaréis solos potasa como fuisteis enterrados,/sino que en
vuestro cuerpo resucitará toda la tierra» (HA LLEGADO AL CEMENTERIO
TRAPENSE LA PRIMA-
VERA. De: Gethsemani Ky). Cardenal no plantea un consuelo metafísico,
pues su prédica está incrustada en la realidad del siglo XX: «Ondas de radio
misteriosas emiten las galaxias/el hidrógeno frío de los espacios inter-
estelares/está lleno de ondas visuales y de ondas de música/en los vacíos
intergaláxicos hay campos magnéticos . . . » (SALMO 18). Los vacíos del
universo aluden simbólicamente a nuestro vacío interior, sea el alienado
políticamente o el apto para despertar a la conciencia de la acción. La homilía
poética va dirigida a todos: «En medio de la tendencia a la desintegración/hay
una tendencia inversa/a la unión. Al amor./ Claman por unirse/nuestros pobres
sistemas acuosos - solución/basada en aguas y sales, energía en forma de
nitratos de carbono (...) Imposible detener con dinero ni con armas/la
expansión del universo./Somos seres que alcanzarán la dignidad humana»
(ORÁCULO SOBRE MANAGUA). Y todos se reconocen en ella gracias a su
carácter científico - esa religiosidad contemporánea: «La Ley de la
Gravedad/che move il sole e l'altre stelle/es una atracción entre los cuerpos, y
la atracción/se acelera cuando se acercan los cuerpos./La fuerza de atracción
de la materia caótica./Cada molécula/atrae a toda otra molécula del universo»
(CONDENSACIONES - Y VISION DE SAN JOSE DE COSTA RICA).
Una vez postulada esta ley cabe enunciar un nuevo medio para alcanzar
los fines: «El Reino de los Cielos irradiando años-luz./(«Que os fue preparado
desde el principio del mundo»)/Desde que el gas primordial/ salió de los
negros y fríos espacios inter-estelares/y concentrándose fue haciéndose más
caliente y más brillante,/más caliente y más brillante/ ¿Acaso volveremos a los
espacios inter-estelares?/Y la vida/¿no será tan característica del
universo/como la luz?» (EN EL LAGO). Este reino había adquirido un
nombre - Revolución - al andar del camino de Ernesto Cardenal. Como en las
parábolas brechtianas, el poeta de Solentiname amasaba la harina con la
sencillez necesaria para lograr una buena comunicación con el público, fuese
un auditorio o un lector: «Y también podíamos preguntarnos: ¿Qué relación
hay/entre resurrección y relaciones de producción?/Toda célula viene de otra
célula./La vida se produce por participación de la vida./La reproducción es por
comunión./ Sería injusto, la injusticia final si no hubiera./Hay resurrección, si
no/¿no se librarán los que murieron antes de la revolución?» (EPISTOLA A
JOSE CORONEL URTECHO).
De esta manera un nuevo sacrificio - ya no eucarístico: social-aparece en
el horizonte. Las señales requeridas se hallan al alcance de los ojos y las
manos: la injusta distribución de la riqueza, las empresas transnacionales, el
Capitalismo de Estado, la Historia de la lucha de clases vuelta a contar-
poéticamente - en libros como El estrecho dudoso y Homenaje a los indios
americanos. No hace falta añadir que de la espera no obtendremos frutos. Es
imprescindible tomar conciencia y actuar: «Entramos a la Pascua de la
Revolución (...) (este es el misterio pascual de la revolución)/renaceremos
juntos como hombres y como mujeres./Se vuelve crisálida y a la/crisálida le
salen alas» (ORÁCULO SOBRE MANAGUA).
Y aunque los obstáculos sean más que arduos: «El primer pez/murió
asfixiado. El primer pez que saltó a tierra/fue como el Che./Pero otros
siguieron después ( . . . ) Comunal y personal, sin clases y sin estado./Un
hombre nuevo con nuevos cromosomas./Fácil producir y distribuir lo que
necesitamos/en este cuerpo celeste» (CONDENSACIONES - Y VISION DE
SAN JOSE DE COSTA RICA), el porvenir será inexorable. De la conjunción
de sociedad e individuo - que no se mezclan pero son impulsados por una
misma verdad - consigue Cardenal una forma de pensamiento que siempre
amplía sus límites. La sociedad podría llegar a esos vacíos espaciales: «La
revolución no acaba en este mundo/me dijo usted una vez en esta isla, frente
al lago/y el comunismo se prolongará en el cielo» (EPÍSTOLA A JOSE
CORONEL URTECHO). Y el individuo a una renovada vestidura de su ser:
«Pensamos que sólo sirven para jodernos/pero esos animalitos minúsculos de
carne de aire/son como una alegoría de algo, allí en el aire:/De una existencia
distinta que puede tener el hombre/en otro elemento y con otras funciones/un
poco como chayules transparentes, en cierta forma/ - sólo vuelo y amor»
(LOS CHAYULES).
Vale la pena indicar quue todos estos libros y poemas de Cardenal
pertenecen a una etapa distinta de su vida: la prerrevolucionaria en el sentido
de haber sido compuestos antes del triunfo del Frente Sandinista en
Nicaragua. De los poemas posteriores a 1979 que he podido leer -pocos y en
revistas - observo una tendencia a dar realce a las condiciones de vida y al
costo social en un sistema que, según José Carlos Mariátegui, debe ser
«creación heroica». Y más aún cuando los vecinos y los enemigos de siempre
- internos y externos conspiran contra el régimen sandinista. Es un juicio
prematuro y apresurado, pero creo que los actuales poemas de Cardenal
hablan más de la subsistencia que del aliento épico, y deben más al milagro
cotidiano que a la confianza a mediano plazo. Recuerdo uno breve, muy bello,
que retoma las características del epigrama y la parábola7. Habla de unas loras
que, salvadas de ser enviadas a Miami, retornan a su medio natural. Michel, el
personaje del poema, las libera: «Y cuando les abrieron las jaulas/todas
volaron como flechas en la misma dirección a sus montañas./Eso mismo hizo
la Revolución con nosotros, pienso yo:/nos sacó de las jaulas en las que nos
llevaban a hablar inglés./Nos devolvió la patria de la que nos habían
arrancado.//Los compas verdes como loras dieron a las loras sus montañas
verdes./Pero hubo 47 que murieron» (LAS LORAS).
Emitir un juicio sobre la poesía exteriorista de Ernesto Cardenal implica
hablar más que del alcance del proyecto poético, de la perdurabilidad de su
expresión. Y digamos que uno y otra se relacionan directa y
proporcionalmente. Hay una definición del propio Cardenal que vale la pena
recordar porque abraza a gran parte de la poesía nicaragüense de mediados de
siglo para acá. Estamos, pues, ante una retórica y sus productos, como bien se
puede apreciar en Poesía nicaragüense.8. Allí dice Cardenal: «El exteriorismo
es la poesía creada con las imágenes del mundo exterior, el mundo que vemos
y palpamos, y que es, por lo general, el mundo específico de la poesía. El
exteriorismo es la poesía objetiva: narrativa y anecdótica, hecha con nombres
propios y detalles precisos y datos exactos y cifras y hechos y dichos. En fin,
es la poesía impura ( . . . ) Considero que la única poesía que puede expresar
la realidad latinoamericana, y llegar al pueblo, y ser revolucionaria, es la
exteriorista. Por eso he creído importante presentar la poesía exteriorista
nicaragüense en esta antología». Son palabras de 1972, muy respetables por
cierto pero también bastante subjetivas. Si Cardenal le opone al
«exteriorismo» la poesía interiorista, «una poesía subjetivista, hecha sólo con
palabras abstractas o simbólicas como: rosa, piel, ceniza, labios, ausencia. . ? ,
está negando libros como Trilce y Residencia en la tierra, para no ir más lejos.
Pero lo que importa es el poema, nunca la cátedra. Ya en una entrevista de
1976 afirmaba refiriéndose a los poetas que escriben sobre sus angustias:
«Creo que debe escribir de todo lo que quiera sin olvidar, naturalmente, los
problemas políticos y sociales. Y si él es revolucionario tendrá que interesarse
principalmente más por esos problemas que por cualquier otro. Y creo que el
poeta y el artista deben ser revolucionarios. Si no lo son, no les vamos a decir
que escriban poesía revolucionaria. Pueden cantar a las flores y eso no está
mal. Las flores no son contra-revolucionarias»10. Como se ve, cualquier
opinión pisa aceite frente a los hechos, es decir, los poemas. Y es en ellos
donde es posible hallar la razón de la poética exteriorista de Cardenal, y
también sus límites.
El fundamento de esta poesía, como vimos, radica en las fusiones de
elementos contradictorios pero complementarios: contemplación-acción,
concisión lírica-expansión épica, afirmación de la vida-negación de la muerte,
pero en el plano histórico el Capitalismo no genera al Socialismo, sino es
desplazado por éste a la fuerza; tampoco el amor nace del odio, sino socava
sus entrañas. En consecuencia, la vertiente en que se apoya este fundamento
tiene un marcado carácter referencial, esto es, representa lo que comúnmente
se entiende como exteriorista y que forma el espectro poético de la obra de
Cardenal. De esta vertiente recibimos las mejores opiniones del poeta-juglar,
testigo, profeta- sobre su oficio: «De esta tierra es mi canto. Mi poesía, de este
clima/corno el zanate clarinero, como el coyol ( . . . ) Y un afiche que diga/que
los que murieron por el pueblo/están resucitados, hermosos, en el pueblo»
(CANTO NACIONAL). Hay un ojo y una voz: ambos se funden en una
escritura: «Nadie puede alterar este Códice, de la tinta negra y roja/las
pinturas que cantan en honor de Aquel por quien todos viven/el Dueño del
cerca y del junto» (CANTARES MEXICANOS, I. De: Homenaje a los indios
americanos). Llámese Dios o Futuro, el Dueño de esos destinos jamás deja de
reconocer que la pretérita felicidad se anuncia, aunque sea en sueños. Y el
poeta se vuelve un mensajero: «Hace poco me preguntaba un periodista por
qué escribía poesía:/por la misma razón que Amos, Nahúm, Ageo, Jeremías
( . . . ) Hay resurrección de la carne. Si no/¿cómo puede haber revolución
permanente?» (EPÍSTOLA A MONSEÑOR CASALDALIGA).
Sin embargo resulta exagerado admitir, en la poesía exteriorista de
Cardenal, la misma coherencia en el plano de la expresión que en el del
fundamento poético. Y la causa es razonable: la intensidad de un mensaje
común a todos los poemas no puede ser sostenida de igual manera siempre.
En algunos casos cede terreno a la efusión verbal, a un explayarse que
disminuye el voltaje de la comunicación. Los mismos resbalones de la poesía
de Pound, de Charles Oison. En otros casos pareciera darle atributos poéticos
a una simple anécdota, cuando Cardenal sabe que la anécdota en sí misma es
neutral: sólo el dominio del verbo hace de ella un objeto poético. Esto es
clarísimo - en el principio de la regla está su final, parafraseando a Eliot -
desde la siguiente perspectiva: «(La poesía como poster/o como film
documental/o como reportaje)» (EPISTOLA A JOSE CORONEL
URTECHO). Como frase de un poema es magnífica, pero como arenga
poética no tiene por qué ser la panacea.
Todos los libros de Cardenal, como muchos de sus poemas, pecan de
exceso. Quizás el más riguroso sea Oración por Marilyn Monroe. Pero este es
un dato, no un argumento en contra. Y es observable incluso en las antologías
de su obra. ¿Disminuye acaso la calidad de su poesía? Más bien la confirma,
porque de acuerdo al proyecto de Cardenal el balance se
inclina a su favor. Gana, por lógica poética, el talento en el manejo del
lenguaje. Pero no es que pierdan con ello las reglas exterioristas: sólo esperan,
como el arpa del poema de Bécquer, que un artista les arranque sus secretos. Y
Ernesto Cardenal siempre está dispuesto.
NOTAS
****
EPIGRAMAS
Imitación de Propercio
2 AM
SALMO I
SALMO 5
Castígalos oh Dios
malogra su política
confunde sus memorandums
impide sus programas
Señor
recibe a esta muchacha conocida en toda la tierra con el nombre de
Marilyn Monroe
aunque ese no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a
los 9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)
y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche espacial.
Señor
en este mundo contaminado de pecados y radioactividad
Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda.
Que como toda empleadita de tienda soñó ser estrella de cine.
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).
Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos
- El de nuestras propias vidas - Y era un script absurdo.
Perdónala Señor y perdónanos a nosotros
por nuestra 20th Century
por esta Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado.
Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.
Para la tristeza de no ser santos
se le recomendó el Pscioanálisis.
Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara
y el odio al maquillaje - insistiendo en maquillarse en cada escena
- y cómo se fue haciendo mayor el horror
y mayor la impuntualidad a los estudios.
Señor
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar y no
llamó ( y tal vez no era nadie
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de Los Angeles)
contesta Tú el teléfono!
APOCALIPSIS
Y HE AQUÍ
que vi un ángel
(todas sus células eran ojos electrónicos)
y oí una voz supersónica
que me dijo: Abre tu máquina de escribir y escribe
y vi como un proyectil plateado que volaba
y de Europa a América llegó en 20 minutos
y el nombre del proyectil era Bomba H
( y el infierno lo acompañaba)
y vi como un platillo volador que caía del cielo
Y los sismógrafos registraron como un gran terremoto
y cayeron sobre la tierra todos los planetas artificiales
y el Presidente del Consejo Nacional de Radiación
el Director de la Comisión de Energía Atómica
el Secretario de Defensa
todo estaban metidos en sus cuevas
y el primer ángel tocó la sirena de alarma
y llovió del cielo Estroncio 90
Cesio 137
Carbono 14
y el segundo ángel tocó la sirena
y se rompieron todos los tímpanos de los oídos en un área de 300 millas
por el ruido de la explosión
y se quemaron todas las retinas que vieron la luz de la explosión
en un área de 300 millas
y el calor del centro era semejante al del sol
y el acero el hierro el vidrio el concreto se evaporaron
y cayeron convertidos en lluvia radioactiva
y se desató un viento huracanado con la fuerza del Huracán Flora
y 3 millones de automóviles y camiones volaron por los aires
y se estrellaron contra los edificios explotando
como cócteles Molotov
y el tercer ángel tocó la sirena de alarma
y vi sobre Nueva York un hongo
y sobre Moscú un hongo
y sobre Londres un hongo
y sobre Peking un hongo
( y la suerte de Hiroshima fue envidiada)
Y todas las tiendas y todos los museos y las bibliotecas y
todas las bellezas de la tierra
se evaporaron
y pasaron a tomar parte de la nube de partículas radioactivas
que flotaba sobre el planeta envenenándolo
y la lluvia radioactiva a unos daba leucemia
y a otros cáncer en el pulmón
y cáncer en los huesos
y cáncer en los ovarios
y los niños nacían con cataratas en los ojos
y quedaron dañados los genes por 22 generaciones
- Y esa fue llamada la Guerra de 45 Minutos -
7 ángeles
llevaban unas copas de humo en las manos
( y era un humo como en forma de hongo)
y vi primero levantada sobre Hiroshima la gran copa
(como una copa de cream o ice-cream envenenado)
y sobrevino una úlcera maligna
y el segundo derramó su copa sobre el mar
y todo el mar quedó radioactivo
y todos los peces murieron y el tercero derramó
una copa de Neutrón y fuéle dado abrasar a los hombres con un fuego como el
del sol y el cuarto derramó su copa que era de Cobalto y fuéle dado a
Babilonia beber el cáliz del vino de la cólera y gritó la voz: Dadle el doble de
megatones que ella dio!
Y el ángel que tenía el botón de esa bomba
apretó el botón
Y me dijeron: Eso que aún no has visto la Bomba de Tifu
y la de Fiebre Q Seguía
yo mirando en la visión nocturna y vi en mi
visión como en una televisión que salía de las
masas
una Máquina terrible y espantable sobremanera y era semejante a
un oso o un águila o un león con alas de avión y muchas hélices y estaba toda
llena de antenas y sus ojos eran radares y su cerebro era un computador que
calculaba el número de la Bestia y rugía por medio de muchos micrófonos
y daba órdenes a los hombres y
todos los hombres temían a la Máquina Asimismo vi en la visión los aviones
eran aviones más veloces que el sonido con bombas de 50 megatones y ningún
piloto los dirigía y sólo la Máquina los controlaba y volaron en dirección a
todas las ciudades de la tierra y todos ellos hicieron blanco
Y dijo el ángel: ¿Reconoces donde estuvo Columbus Circle?
¿Y donde estuvo el edificio de las Naciones Unidas?
yo sólo vi un hoyo en que cabía un edificio de 50 pisos y
donde estuvo el edificio de las Naciones Unidas yo sólo vi un acantilado gris
cubierto de musgo y cagadas de patos y más allá las rocas rodeadas de espuma
y las gaviotas gritando
Y en el cielo vi una gran luz
como la explosión de un millón de megatones y oí una voz
que me dijo: Prende ese radio y prendí el radio y oí: CAYÓ BABILONIA
CAYÓ LA GRAN BABILONIA y
todos los radios del mundo daban la misma noticia
Y el ángel me dio un cheque del National City Bank y me
dijo: Cambia este cheque
y en ningún banco lo pude cambiar porque todos los blancos habían quebrado
Los rascacielos eran como si nunca hubieran existido Se iniciaron a la vez un
millón de incendios y no había un bombero y no había un teléfono para llamar
un ambulancia y no había ambulancias y para los heridos de una sola ciudad
no había en todo el mundo
suficiente plasma
Y oí otra voz del cielo que decía:
Sal de ella pueblo mío
para que no te contamine la Radioactividad
y para que no te alcancen los Microbios la
Bomba de Ántrax
la Bomba de Cólera la
Bomba de Difteria
la Bomba de Tularemia
Mirarán en la televisión el gran desastre
porque a Babilonia ya le cayó la Bomba y dirán:
Ay Ay Ay Ay la Ciudad Amada los pilotos desde sus aviones la
mirarán y temerán acercarse los trasatlánticos quedarán anclados a
distancia
temerosos de que caiga sobre ellos la lepra atómica
Y en todas las ondas sonoras se oía una voz que decía:
ALELUYA
Y el ángel me llevó al desierto
y el desierto estaba florecido de laboratorios y allí el
Demonio hacía sus pruebas atómicas y vi a la Gran Prostituta sentada sobre la
Bestia (la Bestia era una Bestia tecnológica toda cubierta de Slogans) y la
Prostituta empuñaba toda clase de cheques y de bonos y de acciones y de
documentos comerciales
y estaba borracha y cantaba con su voz de puta como en un night-club
y en la mano izquierda tenía una copa de sangre
y se emborrachaba con la sangre de todos los que ella había purgado
y de todos los torturados y los condenados en Consejos de Guerra
y todos los enviados al paredón
y rodos los opositores de la tierra
y todos los mártires de Jesús
y reía con sus dientes de oro
y el lipstick de sus labios era sangre y el ángel
me dijo: Esas cabezas que le ves a la Bestia son dictadores y sus cuernos son
líderes revolucionarios que aún no son dictadores pero lo serán después y
lucharán contra el Cordero
y el Cordero los vencerá Me dijo:
Las naciones del mundo están divididas en 2 bloques
- Gog y Magog -
pero los 2 bloques son en realidad un solo bloque (que
está contra el Cordero)
y caerá fuego del cielo y los devorará
Y vi en la biología de la Tierra una nueva Evolución
Era como si hubiera surgido en el espacio un Planeta Nuevo
La muerte y el infierno fueron arrojados en el mar de fuego nuclear
las masas ya no existían más
y vi una especie nueva que había producido la Evolución la especie no estaba
compuesta de individuos sino que era un solo organismo
compuesto de hombres en vez de células y
todos los biólogos estaban asombrados
Pero los hombres eran libres y esa unión de hombres era una Persona
- y no una Máquina -
y los sociólogos estaban pasmados
Y los hombres que no formaron parte de esta especie
quedaron hechos fósiles y el
Organismo recubría toda la redondez del planeta y era redondo como una
célula (pero sus dimensiones eran planetarias) y la Célula estaba engalanada
como una Esposa esperando al Esposo y la Tierra estaba de fiesta
(como cuando celebró la primera célula su Fiesta de Bodas) y
había un Cántico Nuevo
y todos los demás planetas habitados oyeron cantar a la Tierra y era un canto
de amor