El Templo de Dios PDF
El Templo de Dios PDF
© EL TEMPLO DE DIOS
Autor: GINO IAFRANCESCO V. - 1998
Sistemas y composición: Arcadio Sierra Díaz.
Impresión: Arcadio Sierra Díaz.
Esta es la primera edición.
Publicado por :Cris=ianía ediciones.
E-mail: cristianiaediciones@yahoo.com.mx
Impreso en Colombia.
EL TEMPLO
DE DIOS
GINO IAFRANCESCO V.
1998
INDICE
Prefacio .....................................................................................................................................6
1. El momento de la edificación de la casa de Dios ..................................................................7
2. La longitud de la casa de Dios ............................................................................................21
3. La anchura de la casa de Dios ............................................................................................33
4. La altura de la casa de Dios ................................................................................................53
5. El pórtico del templo ............................................................................................................69
6. Las ventanas de la casa de Dios ........................................................................................85
7. Los aposentos laterales del templo ...................................................................................105
8. El modelo ilustrado del templo ..........................................................................................121
9. No se oyeron instrumentos de hierro en la construcción ..................................................137
10. La escalera de caracol a la derecha del templo..............................................................153
11. El revestimiento interior del templo (concepto general) ..................................................169
12. El artesonado interior del templo: Las calabazas ...........................................................185
13. El artesonado interior: Los querubines ...........................................................................201
14. El artesonado interior: Las palmeras ..............................................................................217
15. El piso de la casa de Dios ...............................................................................................233
16. El umbral de la puerta de la casa de Dios ......................................................................245
17. Las puertas del templo ....................................................................................................261
18. El atrio interior del templo ...............................................................................................277
19. Las columnas del atrio en el tabernáculo
como base para la tipología del templo............................................................................289
20. El período de edificación del templo ...............................................................................301
21. El estado adjunto ............................................................................................................317
22. El mar de fundición .........................................................................................................337
23. Las diez fuentes de bronce .............................................................................................353
PREFACIO
Este libro, El Templo e Dios, está conformado por una serie de conferencias dadas por el
autor en la localidad de Teisaquillo, Bogotá D.C., Colombia, durante el año de 1998, las
cuales fueron transcritas por varios hermanos en Cristo.
I
EL MOMENTO
DE LA EDIFICACIÓN
DE LA CASA DE DIOS1
1
Enseñanza a la iglesia de la localidad de Teusaquillo, Bogotá D.C., Colombia, en enero 30 de 1998. Transcripción: Antonio Cárdenas
8 El templo de Dios
Entonces los hermanos que deseen acompañarme con sus Biblias, les ruego que vamos al
libro que nos habla precisamente de esa época, que es 1 Reyes, considerado aquí en esta
versión como primer libro de Reyes, pues en otras es considerado como tercer libro de Reyes,
pues originalmente los libros de Samuel fueron llamados primero y segundo de Reyes. Abrimos
1 Reyes 6. Con la ayuda del Señor vamos a hacer un seguimiento, ojalá minucioso, para que
podamos aprovechar los detalles; ciertamente que la interpretación tipológica es obligada en
estos casos, ya que en el Nuevo Testamento el autor de la epístola a los Hebreos, posiblemente
Lucas, había dicho que en las cosas que estaban en la ley o en la Torá, o sea en el Antiguo
Testamento, principalmente en el Pentateuco, pero también en la Torá, abarca el Antiguo
Testamento en general, que todas esas cosas eran sombra de los bienes venideros, eran figura.
Aun las historias de los patriarcas, la historia de Israel, fueron alegorías y ejemplos. Eso enseña
el Nuevo Testamento; de manera que cuando estamos leyendo estos libros históricos, en primer
lugar ciertamente estamos leyendo historia, pero el Nuevo Testamento nos ha dado la clave
para interpretar esa historia con un sentido alegórico, puesto que era una historia donde Dios
estaba alegorizando, con la cual Dios estaba ejemplificando y tipificando a Su Hijo. Entonces
vemos en el Nuevo Testamento, en muchos pasajes que sobraría repetir, porque ya se han
tratado en otras ocasiones, que no sólo nos autoriza sino que creo que hasta nos obliga a leer
con clave de tipología los pasajes del Antiguo Testamento, especialmente estos donde Dios es
tan minucioso en muchos detalles, que si no tuvieran un sentido espiritual, no habría necesidad
de esa minuciosidad; pero si ha habido minuciosidad de parte del Espíritu, es porque Dios tiene
algo que decir; y como está escrito en Romanos 16:25-28, que el misterio que estaba oculto en
Dios debe ser dado a conocer con la utilización de las Escrituras del Antiguo Testamento, según
el mandamiento del Dios eterno, como lo dice allí.
Entonces vamos a leer con clave del Nuevo Testamento, del nuevo pacto, estos capítulos
históricos. Vamos a leer historia pero detrás de la historia vamos a leer el sentido espiritual que
el Nuevo Testamento enseña que tiene la historia del Antiguo Testamento. Entonces vamos a
comenzar inicialmente haciendo una lectura de los primeros catorce versos; hacemos esta
lectura inicial para tener una visión panorámica de los principales trazos de la casa de Dios.
Después de hacer la lectura panorámica entonces volveremos verso por verso para entrar ya en
el sentido. Inicialmente sólo leemos 1 Reyes 6:1-14:
“1En el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel salieron de Egipto, el cuarto
año del principio del reino de Salomón sobre Israel, en el mes de Zif, que es el mes segundo,
comenzó él a edificar la casa de Jehová. 2La casa que el rey Salomón edificó a Jehová tenía
sesenta codos de largo y veinte de ancho, y treinta codos de alto. 3Y el pórtico delante del templo
de la casa tenía veinte codos de largo a lo ancho de la casa, y el ancho delante de la casa era de
diez codos. 4E hizo a la casa ventanas anchas por dentro y estrechas por fuera. 5Edificó también
junto al muro de la casa aposentos alrededor, contra las paredes de la casa alrededor del templo
y del lugar santísimo; e hizo cámaras laterales alrededor. 6El aposento de abajo era de cinco
codos de ancho, el de en medio de seis codos de ancho, y el tercero de siete codos de ancho;
porque por fuera había hecho disminuciones a la casa alrededor, para no empotrar las vigas en
las paredes de la casa”. Ya nos vamos dando cuenta que la tipología del tabernáculo ya se
quedó corta. “7Y cuando se edificó la casa, la fabricaron de piedras que traían ya acabadas, de
tal manera que cuando la edificaban, ni martillos ni hachas se oyeron en la casa, ni ningún otro
instrumento de hierro. 8La puerta del aposento de en medio estaba al lado derecho de la casa; y
se subía por una escalera de caracol al de en medio, y del aposento de en medio al tercero.
9
Labró, pues, la casa, y la terminó; y la cubrió con artesonados de cedro. 10Edificó asimismo el
aposento alrededor de toda la casa, de altura de cinco codos, el cual se apoyaba en la casa con
maderas de cedro. 11Y vino palabra de Jehová a Salomón, diciendo: 12Con relación a esta casa
12 El templo de Dios
que tú edificas, si anduvieres en mis estatutos e hicieres mis decretos, y guardares todos mis
mandamientos andando en ellos, yo cumpliré contigo mi palabra que hablé a David tu padre; 13y
habitaré en ella en medio de los hijos de Israel, y no dejaré a mi pueblo Israel. 14Así, pues,
Salomón labró la casa y la terminó”.
principio espiritual que revela ese significado con el cual el espíritu del Señor quiere gobernar la
edificación de su casa.
encontraba una solución, pero al hermano Warchman Nee, de la China, también le sucedió la
misma cosa. Él lo narra en un libro que se llama “Escudriñad las Escrituras”; solamente que el
Espíritu del Señor le dio a él la solución del enigma. Esto yo no lo recibí directamente, entonces
yo reconozco que lo aprendí del hermano Watchman Nee. Resulta que él se puso a contabilizar
el tiempo y le daban las mismas fechas que me daban a mí, pero después se puso a contabilizar
solamente el tiempo cuando realmente Dios reinaba sobre Israel y no cuando reinaban los
filisteos, los madianitas o algunos de los de afuera; y resulta que cuando se contabilizaba el
tiempo en el que Dios realmente reinaba por algunos de los jueces, ahí sí, al sumarse esos
períodos descontando los otros períodos, ahí sí sumaban 480. Pero si tú le sumas cuando los
opresores de Israel, ya fueran los filisteos o madianitas o Edom, todos esos que aparecen en
Jueces y otros lugares, ya no da la cuenta; entonces me di cuenta de que esa cifra tenía un
sentido espiritual, y no solamente un sentido cronológico histórico. ¿Por qué? Porque para Dios
no contaba el tiempo en el cual Él no reinaba; para Él era tiempo perdido; era como si no hubiera
pasado ese tiempo. Lo que para Dios contaba era el tiempo en el cual realmente Él era el Rey
sobre Israel, e Israel le obedecía.
el número del hombre, y el número 10 es el número de las naciones, que conforman el número
60, pero si fuera 6 x 10, que son 60, juntando las naciones de la humanidad, todavía no sería
casa de Dios. Si no estuviera mezclado con el número 8, que es el número de la resurrección,
que es el número de Cristo. Así como el número del anticristo es 666, el número de Jesucristo es
888, y el número 8 es el número de la resurrección. Y repetidas veces el 8, y los números
combinados con el 8, hacen referencia a la resurrección.2 El 6 se refiere a la humanidad, el 10 a
las naciones y 480 es una combinación del número del hombre con el de la naciones y el número
de Cristo, de la resurrección de Cristo.
No hay casa de Dios entre los hombres sin la resurrección de Cristo; o sea que la casa de Dios
puede ser edificada solamente a partir de la resurrección de Cristo con todos los hombres;
mientras no se completara ese proceso, esos 480 años, es como quien dice, mientras Cristo no
resucite y restaure, y recapitule en Sí a la humanidad en un nuevo hombre, no hay casa de Dios.
Entonces ese número no es solamente un número cronológico; es un número también con
sentido espiritual; porque si tú vas a seguir la historia cronológica no te va a dar 480 años, pero
sí te va a dar solamente cuando tienes en cuenta estos detalles espirituales; ahí sí te da.
2
Por ejemplo, el sábado es el séptimo y último día de la semana, pero el Señor resucitó al día siguiente, el domingo, es decir al octavo día.
16 El templo de Dios
resurrección. El Señor resucitó al tercer día, o sea, la casa de Dios no comenzó a ser edificada
en el primer año ni en el segundo ni en el tercero; tenían que pasar los tres primeros, así como
Israel tenía que esperar tres días antes de cruzar, como el Señor tenía que esperar tres días
para la resurrección. Así tenían que pasar estos tres días para la resurrección de Cristo, y
entonces después fueron 4, el número de la creación; la creación fue involucrada en la
resurrección de Cristo. Entonces allí empieza diciendo: “el cuarto año del principio del reino de
Salomón sobre Israel”. Pero aun dice más: “en el mes de Zif, que es el mes de segundo,
comenzó él a edificar la casa de Jehová”. Porque no comienza la edificación en el mes primero
sino en el mes segundo. Esto es muy interesante porque no se puede edificar sin base, porque
no se puede edificar sin fundamento.
El mes primero es el mes de Abib. El Señor dijo a Su pueblo: “Este mes os será principio de los
meses; para vosotros será éste el primero de los meses del año” (Éx. 12:2). “Vosotros salís hoy
en el mes de Abib” (Éx. 13:4); lo que llaman aquí la semana santa; o sea, realmente la llamada
semana santa es el año nuevo a los ojos de Dios en la Biblia. ¿Qué dice Dios a Su pueblo? Para
vosotros este será el primer mes del año; y era el mes en que se celebraba la pascua con los
panes ázimos y las primicias; ese era el mes de Abib, el primer mes. En el segundo mes, que es
el mes de Zif, era el mes del comienzo de la edificación de la casa.
Pero cuando aparece la casa comenzando a ser edificada en el segundo mes, quiere decir
que no se puede edificar la casa sin que haya primeramente el fundamento que es Cristo y la
obra de Cristo, y esto es un principio muy importante que nosotros debemos tener en cuenta.
Nosotros no podemos cooperar con la edificación de la casa de Dios sin primeramente estar en
una medida con Cristo. A veces nosotros queremos edificar una casa ecuménica, descuidando
las delicadezas de Cristo; entonces no va a resultar la casa de Dios sino la guarida babilónica
del mundo.
El momento de la edificación de la casa de Dios 17
el incienso tiene que estar en su lugar el candelero, la mesa y el arca. Vemos, pues, que Dios
estableció un orden de prioridades en las cosas espirituales, y la preeminencia le corresponde al
arca. El arca represente a Cristo; entonces todo lo relativo a Cristo viene a ser tratado en primer
lugar, antes que otra cosa.
a veces movido por las emociones, a veces movido por la buena voluntad y los buenos deseos;
pero la Palabra, la Palabra de Dios decía diferente; y eso era lo que no se había tenido en
cuenta. Se había sustituido la dirección de Dios por el voto de la mayoría y por el bienestar; el
sentimiento agradable y religioso de la mayoría.
Por esa razón la casa no se pueda edificar en el primer mes, en el mes de Abib, porque esa
prioridad le corresponde a Cristo y a su obra. Recién en el segundo mes, en el mes de Zif, ahí
comienza a edificarse la casa; significa que no se puede edificar con lo de la iglesia primero
antes que con lo de Cristo. Primero es el arca, lo relativo a la persona del Hijo de Dios en cuanto
Hijo de Dios con el Padre, en cuanto divino, en cuanto humano; y luego entonces viene lo
relativo a Su obra y a la participación nuestra con Su obra, la expiación; y después de lo relativo
a la expiación entonces ahora sí la persona está en Cristo y está en el evangelio; entonces sí
está en la Iglesia. Ahora sí podemos pasar del primer mes al segundo y comenzar a edificar
casa; pero no se puede edificar casa sin primero constatar que el fundamento ha sido colocado
evidentemente, el cual es Jesucristo.
La prioridad es el arca
A los hermanos que acostumbran a visitar a otros hermanos y tener comunión con otros
hermanos les sugiero que antes de hablar de la Iglesia hablemos de Cristo; compartamos
primeramente a Cristo, constatemos que estamos compartiendo al mismo Cristo; entonces sí, la
consecuencia natural es pertenecer a la misma iglesia; pero si no, vamos a agarrar los tesoros
de la casa de Dios, los vasos propios del ministerio, y se los vamos a entregar a Babilonia, y
Babilonia se va a enriquecer y va a enriquecer su sistema fuera de Cristo, con cosas de la casa
de Dios, cosas que sólo deberían ser usadas privadamente en lo de Dios, y van a salir de en
medio y van a colgarse, endilgarse a cosas de Babilonia; como le pasó a Ezequías, que abrió
sus tesoros a los emisarios de Babilonia y vinieron los de Babilonia y vieron todo y dijeron:
queremos esto, pero no aquí, sino allá en Babilonia, para enriquecer nuestras orgías; no
queremos los vasos aquí, queremos los vasos allá; y por eso Dios amonestó por Isaías a
Ezequías y le dijo: ¿Le mostraste todos los tesoros a los emisarios de Babilonia? Y él dice: Sí,
les mostré todo; no dejé nada sin mostrarles. Pues ahora éstos van a venir y se van a llevar
El momento de la edificación de la casa de Dios 21
estos tesoros a Babilonia.3 Por eso dice la Escritura así: “El que abre demasiado la puerta,
busca su ruina” (Pr. 17:19b). Por eso más adelante vamos a ver que la casa de Dios tiene ciertos
pórticos y muros y ventanas, y no se puede entrar a la casa de Dios por cualquier parte sino por
la puerta; y la puerta tiene unas medidas especiales, y solamente entrando por esa puerta se
puede estar dentro de la casa. No se puede tratar el asunto de la iglesia, la inclusividad de la
iglesia, quién está adentro, quién está afuera, quién está entrando, quién está medio adentro,
medio afuera, sin primeramente entender lo relativo a Cristo y a la salvación.
El arca y la mesa de los panes primero, después recién es el asunto del candelero. No se
puede entrar a tratar lo de la Iglesia y a mezclar, porque ahora todo el mundo va a salir diciendo:
Sí, la Iglesia, nosotros somos la Iglesia, pero ¿cuál es su contenido? Son el tabernáculo; pero
¿qué tiene en el Santísimo? el arca. No, no, allá tenemos, como decían de los cristianos, una
cabeza de burro. Hay que tener el arca primero. Yo pienso que esa delicadeza es necesario que
nosotros la tengamos y no seamos ingenuos, porque existen puertas, pórticos, en la casa de
Dios y guardas de las puertas. Nosotros debemos guardar las puertas, y no a raíz de que
entendemos que el cuerpo de Cristo es uno, entonces confundir la unidad del cuerpo de Cristo
con el ecumenismo de Babilonia, que no es lo mismo.
El espíritu de verdad
3
Cfr. 2 Reyes 20:12-20
El templo de Dios
II
LA LONGITUD
5
Cfr. Juan 3:3,5
El templo de Dios
DE LA CASA DE DIOS6
6
Enseñanza a la iglesia de la localidad de Teusaquillo, Bogotá D.C., Colombia, en febrero 6 de 1998.
22 El templo de Dios
Pero es interesante que ellos no le llamaran libros históricos a estos libros desde Josué hasta
Reyes; porque realmente la intención de Dios no es solamente contar historias. Esta colección
de libros se llamaba Profetas Primeros, porque fue escrita por profetas desde el tiempo de
Samuel. Samuel escribió las historias de Israel y de lo que pasó con aquellas tierras, y luego
continuó otra serie de profetas, como Natán, después Gad, completando desde Josué hasta
Samuel; y después otra serie de profetas como Ido, Semaías, Jehú, Ahías y otros profetas que
son mencionados en los libros de Rut a Crónicas, y que aquí mismo en estos libros ya aparecen
varias profecías de profetas, tanto de Elías, de Eliseo y de otros profetas que no son muy
conocidos como Eliécer ben Dodava de Maresa, que está en la Biblia, como Urías hijo de
Semaías; y en fin, ellos escribieron la historia desde el punto de vista de la intuición profética.
De manera que nosotros no estamos leyendo un libro de historia, estamos leyendo un libro
profético. Ciertamente que sí es histórico, las cosas se dieron en la historia, pero Dios inspiró
estos libros proféticamente; estos libros fueron escritos por profetas. Reyes fue terminado por
Jeremías; y de hecho ustedes ven que algunos capítulos de Reyes, especialmente los finales,
dicen exactamente lo mismo que dice Jeremías, mostrando que Jeremías a través de Baruc
escribió estos libros, la parte final. Se fue, pues, añadiendo a ese caudal profético hasta
terminarse ese aspecto profético de los Nebiim primeros, que es lo que ahora se llama: Libros
Históricos. Y realmente Jesús los llamó los Profetas: “Lo que está escrito de Mí, en la Torá, en
los Nebiim y en los Quetubim, en los Salmos, en los Hagiógrafos”.
Cuando leemos pasajes como este que vamos a considerar, el Espíritu de Dios no está
solamente interesado en contarnos cuáles eran las medidas del templo que hizo Salomón.
Claro, Él sí está interesado en contarnos eso, pero en un sentido profético; no era suficiente un
sentido histórico, y ser tan minucioso el Señor en ponernos a decir detalles del templo y de la
edificación. Él sabe que la edificación de Él, la edificación de Su pueblo, de Su Iglesia, llegaría a
darse y a concluirse en la edificación de la Nueva Jerusalén, y llegaría a concluirse como un
La longitud de la casa de Dios 23
trabajo que Dios comenzó en el principio. Dios no está improvisando nada, sino que Él está
desarrollando un plan, y todo lo que Él hace y todo lo que Él inspira, está relacionado con la
totalidad y está relacionado con la finalización y la conclusión. Podríamos decir que lo que se
viene adelantando en el tiempo son etapas para la conclusión; y es desde la conclusión que se
tienen que interpretar la etapas históricas que el Espíritu del Señor inspiró; entonces, como la
vez pasada también decíamos, no vamos a leer solamente este pasaje como leyendo un libro
histórico; vamos a leer este pasaje como inspirado por el Espíritu de profecía, para señalarnos el
camino a la conclusión del programa de Dios, la conclusión del propósito eterno de Dios.
interior, con el propósito de que se pueda dar lo del versículo siguiente, que es el que habite
Cristo por la fe en los corazones; pero esa habitación de Cristo por la fe en los corazones es
todavía individual; hasta ahí el hombre interior, y hasta ahí Cristo en los corazones, pero todavía
las cosas son muy individuales; pero ese trabajo del Señor, primero en el hombre interior para
poder trabajar después también en los corazones, y claro, en las emociones y en los
sentimientos, en los pensamientos y en la voluntad, es trabajo primero de dar vida al hombre
interior, para que en virtud de esa vida interior pueda ser trasformada nuestra alma, nuestro
corazón; todavía es un trabajo a nivel muy personal. Pero ese trabajo que Dios hace a nivel
personal, vamos descubriendo inexorablemente que no es suficiente para Dios que tengamos
una vida espiritual individual, personal; eso no es suficiente; sí es necesario, pero no es
suficiente. Dice Efesios 3:17: “ ... para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de
que, arraigados...”, es decir, con las raíces en Cristo, para poder extraer de Cristo la fuerza
necesaria para encajar con todos nuestros demás hermanos; necesitamos, desde estas raíces,
extraer de Cristo lo que se necesita. Gracias a Dios que Dios sí lo ha provisto en Cristo, y que la
unidad del cuerpo de Cristo es una hechura y provisión de Dios en la cual podemos confiar, y
eso es confiar en Él. Y dice: “y cimentados en amor, 18seáis plenamente capaces de
comprender...”. Hasta aquí pareciera que yo fuera fortalecido en mi hombre interior, en mi
espíritu, y que Cristo habite en mi corazón; pero todo eso tiene el objetivo de capacitarnos hasta
“comprender con...”. ¿Qué es lo que hay que comprender con todos los demás hermanos? Las
medidas de Cristo, las medidas de la Casa de Dios; eso es lo serio.
Dios opera en nuestros corazones para capacitarnos para comprender “con todos los santos”
las medidas de Cristo, que son las medidas de la casa de Dios; eso es lo que Dios está haciendo
en nuestras vidas, en la de cada uno de sus hijos. Dios está trabajando con cada uno de sus
hijos, para capacitarlo a comprender con los demás hijos, las exactas medidas de la casa de
Dios; por eso dice: “18seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos, cuál sea
La longitud de la casa de Dios 25
Señor nos habla de la longitud de Cristo siendo comprendida en Su casa; la palabra nos habla
de la longitud de Cristo, hasta dónde llega Cristo. Hasta donde llega Cristo hasta allí debe llegar
Su casa; Su casa no debe ir más allá de Cristo, pero tampoco Su casa debe quedarse más acá
de Cristo. Todas las medidas, tanto el largo, como el ancho, como el alto y la profundidad, son
distintos aspectos de Cristo. A veces nosotros tenemos en cuenta algunos aspectos de Cristo y
no tenemos en cuenta otros aspectos también de Cristo; entonces el Señor comienza primero
en esta señal, a señalarnos la longitud de la casa. Observe que el ancho es apenas la tercera
parte, pero la longitud es tres veces más que el ancho. Con la ayuda del Señor vamos a
entender un poco mejor esta longitud de Cristo en Su casa, la que Él quiere, en la cual juntos
seamos llenados. Dice: “sesenta codos”. Mis hermanos ya comprenden estos números; hay la
numerología bíblica que no proviene de la numerología cabalística; al contrario, la numerología
cabalística se ha robado algo de la bíblica, claro con la caldea, con la cananea y otras
pervertidas por Satanás y la corriente de Gematría y Notarikón. Pero la numerología del
Espíritu está completa en la Biblia, y no necesitamos acudir a fuentes exteriores a la Biblia para
interpretar la numerología bíblica, sino interpretarla desde la Biblia misma, y el sesenta (60) es
un número bastante conocido en la Biblia, porque es el número que está compuesto por el
número seis (6) y por el diez (10). Esos números ya deberían ser suficientes para hacernos
entender lo que Dios quiere acerca de la longitud.
el número 10 en las Escrituras se refiere a las naciones; el número 10 lo vemos referido a las
naciones. Tenemos, por ejemplo, la tabla de las naciones, de donde se ve todas la ramificación
de los pueblos de la humanidad a partir de Noé y sus tres hijos, cuando se fue multiplicando, y
eso aparece justamente en el capitulo 10 de Génesis. Cuando nosotros vemos aquella estatua
de Nabucodonosor en Daniel 2, en el punto final cuando la piedra no cortada con manos le da en
los pies, entonces aquella estatua tenia diez dedos, refiriéndose, pues, al estado de las
naciones, al final, cuando venga el Señor Jesús por segunda vez; aparecen diez cuernos en la
bestia (Daniel 7). También aparecen diez vírgenes esperando la venida del Señor. El número 10
es usado en la Biblia para referirse a las naciones. Si Dios quiere una casa que tenga sesenta
codos, quiere decir que Él quiere una casa con gente de toda tribu, pueblo, lengua y nación; y
esto es una cosa muy práctica y muy revolucionaria, porque el interés de Dios no es que
digamos: “Bueno, esto significa esto”, sino que al entender lo que significa, entonces estemos
dispuestos a ser edificados con personas de todas las razas, con personas de todas las
nacionalidades, con personas de todo tipo de idioma, con personas de toda clase social. Si
nosotros no estamos disponiéndonos al Señor para estar edificados como un solo cuerpo, con
personas de todas las razas, entonces no le estamos construyendo la casa como Él la quiere
construir. Él quiere construir Su casa con gente de Europa, de Asia, de África, de América, de
Oceanía, y si hay algunos en la Antártica, pues que no falte la iglesia en la Antártica tampoco, ni
en el Ártico.
Gente de toda clase: gente blanca, gente negra, gente amarilla, gente indígena, pigmea,
vikingos, chinos; a veces, pues, nosotros cuando vamos a hablar de las diferencia de razas, nos
es más fácil distinguir esas grandes diferencias de razas; pero es muy curioso que en
continentes cuando la mayoría de las gentes es de una raza, ellos no se ven como de la misma
raza, sino que enfatizan sobremanera el clan. Y hay guerras entre clanes. Se observa que hay
guerras entre los Tupsis y los Uptus, o entre los Zulúes y los Bantúes, a veces de una misma
28 El templo de Dios
raza. Para nosotros todos ellos son de raza negra; pero ellos dicen: No, no, nosotros somos
Tupsis; no, no, nosotros somos Uptus, y enfatizamos esas diferencias; y asimismo pasa aquí en
Colombia. Unos decimos: somos colombianos; otros: no, no, nosotros somos paisas, o
costeños, esos son cachacos y aquellos son corronchos; y nosotros estamos siempre
enfatizando las diferencias e identificándonos con la diferencia.
7
Cfr. 1 Corintios 12:13; Efesios 2:18; Gálatas 3:28; Colosenses 3:11.
La longitud de la casa de Dios 29
El Señor ha rasgado el velo de separación por causa de raza; no puede haber separación en
la casa de Dios por causa de clase, no puede haber separación en la casa de Dios por causa de
nacionalidad, por causa de idioma; solamente puede haber separación por causa del pecado;
mientras el pecado esté. Una vez limpiado el pecado, no tiene que haber ninguna separación. El
Señor justamente llevó el castigo de todos nuestros pecados y todo lo propio heredado de Adán
y lo rasgó de arriba a bajo; y aquel velo que había en el tabernáculo, que después se puso en el
templo, y que después apareció en una cantidad de muros allá en el templo de Herodes: el atrio
de las mujeres, el atrio de los gentiles, el atrio donde solamente entraban los judíos, el lugar
donde sólo podían entrar los sacerdotes, pero no los levitas, y los sacerdotes podían llegar hasta
el lugar santo, pero solamente el sumo sacerdote y una vez al año, el 15 de Octubre, podía
entrar en el Lugar Santísimo, toda esa serie de separaciones del velo, de adentro para fuera, en
la cual algunos podían llegar hasta un punto y no más, todo eso fue rasgado; el Señor terminó
con todo eso y abrió la puerta para gente de toda raza.
Así que cuando nosotros sentimos cualquier tipo de racismo en nuestro ser, tengamos la
certeza que no proviene del Espíritu Santo. Eso proviene de Satanás y de Adán; primero de
Satanás y luego de Adán; de ahí es que proviene el racismo. Nosotros tenemos que ser
personas que en Cristo estemos dispuestos a comprender la longitud de Cristo, incluyendo
gente de toda tribu, de toda lengua, de toda raza, de toda nación. Y cuando dice la palabra
nación, esa palabra es mucho más extensa en la Biblia que la palabra que nosotros entende-
mos por nación; nosotros le llamamos nación a un país constituido, pero la palabra en el idioma
de la Biblia es etnia. Cuando dice: “Id y predicad el evangelio”, o “id y haced discípulos a todas
las etnias”, no se refiere a Colombia como un país, sino a todas las distintas etnias de Colombia.
Hay algo que el Señor quiere; Dios fue el autor de todas las etnias; todas las etnias provienen de
Dios, excepto la de los Nefilim, la de los gigantes, aunque Dios la permitió, no era de parte de
Dios, y por eso no permitió que continuase sobre de la tierra.
30 El templo de Dios
Pero hablando en el sentido normal de la gente que nació de Adán y de Noé, la que llenó toda
la tierra, Dios quiere gentes de todas las etnias. Etnia es algo más específico que una nación.
Colombia es una sola nación, pero en Colombia hay muchas etnias, y el interés de Dios es tener
en Su casa gente de todas las etnias, comenzando por los Judíos. Primeramente en Jerusalén,
segundo en Judea; primero a las ovejas perdidas de la casa de Israel. El antisemitismo no es del
Espíritu Santo; el antisemitismo es de Satanás. Ahora, un tipo de preferencia racial no es del
Espíritu Santo. La Palabra del Señor nos dice que en la cruz de Cristo se acabó con eso. No
dice: “No debería haber más ni judíos, ni gentiles, ni griegos”, no, no; dice contundentemente:
“ya no hay”. En Cristo ya no hay ni judío, ni gentil, ni bárbaro, ni escita. 8 Los romanos
consideraban a los bárbaros como no civilizados. Claro, como ellos no podían hablar latín,
entonces no les entendían, pues les escuchan como si en su lengua dijeran: Bra, bra, bra (de ahí
es de donde viene la palabra bárbaros); ellos menospreciaban a los que estaban fuera de las
fronteras del Imperio Romano, y los llamaban bárbaros.
8
Cfr. Colosenses 3:11
La longitud de la casa de Dios 31
esté dando lugar a Adán en la iglesia; no porque sea varón entonces él va a tener la
preeminencia, no; Cristo tiene la preeminencia, y la autoridad delegada de Cristo tiene otra
preeminencia; y si Cristo delegó alguna autoridad en los varones, es por causa de Cristo;
solamente que nosotros atendemos el orden de Dios; nunca el orden se basa en algo aparte de
Cristo. Cristo es el que Dios estableció para tener la preeminencia, y ciertamente Él reparte
como Él quiere. Él reparte funciones a los hombres, Él reparte funciones a las hermanas, pero
que sea Cristo.
Cuando la iglesia se reúne, la iglesia debe estar centrada en Cristo, y por favor olvídense de lo
de hombre y mujer en este aspecto. Claro que si usted en lo exterior es dama, está bien que se
cubra, está bien que esté sujeta a la autoridad de Cristo, pero siempre es a la autoridad de
Cristo. Cuando la esposa está sujeta al marido, está sujeta al marido es por causa de Cristo, no
por causa del marido. Entendámoslo bien, hermanos, es todo por causa de Cristo, es porque
Cristo lo delegó así; si usted no lo entiende así, si usted no ve que es algo de Cristo, entonces
todavía usted no está viendo bien; cuando vemos que Dios ha distribuido labores, y ha
distribuido funciones, y ha distribuido, digamos, medidas de gobierno, ellas no tienen base en sí
mismas, solamente tienen base en Cristo. Entonces entre las hermanas en una iglesia local, a
veces puede haber cinco hermanas y estar un hermano, no, por favor, no por ser hermano
ustedes tienen que poner al hermano en cuanto “macho” sobre ustedes, no, no; ustedes deben
dar lugar a Cristo, ustedes deben estar concentradas en Cristo, ustedes deben esperar que
Cristo sea moviéndose como Él quiera y cómo Él reparte en la Iglesia. Claro que Él va a repartir
como está escrito en la Palabra, pero eso es algo que nosotros no debemos fingirlo o fabricarlo
de manera artificial. Todo lo que es la expresión de Cristo en la iglesia es algo espontáneo, es
algo que proviene de la vida; no es algo que proviene de una cláusula, no es algo que proviene
de un articulo o de un método o de una especie de cosa que no sea Cristo mismo.
En la iglesia le estamos abriendo lugar a las medidas de Cristo; cupieron mujeres en el cuerpo
32 El templo de Dios
de Cristo, y en Cristo no hay diferencia entre varón y mujer; el Cristo que está en los varones es
el mismo Cristo que está en las mujeres; no hay diferencia; las diferencias se enfatizan en otras
cosas, pero no en Cristo. Ahora, aun siendo todos varones o siendo todas mujeres, también
Cristo reparte distintas funciones entre unos y otros; pero esas cosas no se basan nunca en la
persona, no se basan nunca en lo natural; nunca alguien tiene una prerrogativa especial aparte
de Cristo; el único que tiene prerrogativas en la iglesia es Cristo. Que sea Cristo formándose
como Él quiera, que sea Cristo expresándose a través de los miembros como Él quiera, nosotros
no debemos ni exaltar a nadie, ni rebajar a nadie; lo que tenemos que hacer es dejar a Cristo en
libertad; no tenemos que preocuparnos por levantar a los que están abajo o por bajar a los que
están en alto; debemos de preocuparnos por estar en Cristo; que sea Cristo el que baje al que
quiera, suba al que quiera, cuando quiera, como quiera; lo que nos interesa es sólo Cristo, lo que
nos interesa es que sea solo Cristo; que Él tenga toda la preeminencia en la Iglesia, que Él se
mueva en los hermanos, en las hermanas, sin ningún tipo de acepción de personas. Cristo no
hace acepción de personas, pero Él reparte como Él quiere. Nosotros no tenemos que dar nada
por sentado; tenemos solamente que estar en Cristo. Eso en cuanto a varones y mujeres; en
cuanto a razas ya lo hemos visto.
¿Y qué de las clases sociales?
En cuanto a clases, a veces tenemos tendencia a ser clasistas sin darnos cuenta; nos
sentimos cómodos con las personas que son más o menos de nuestra clase, de nuestro barrio,
de nuestro nivel social, de nuestro nivel cultural y nos sentimos incómodos con personas que
son o de una clase más elevada secularmente o de una clase más pobre secularmente. El Señor
ha reunido en un único cuerpo personas de todas las clases, y debemos siempre estar velando
para que no busquemos compincherías con los que son de nuestra misma clase social; porque
es muy fácil para nosotros sentirnos entre los que somos más o menos lo mismo, con los que
más o menos tenemos un mismo nivel social, una misma clase. Nos reunimos acá sin hacer
La longitud de la casa de Dios 33
distinciones. Eso de estar con personas de otra clase o más alta o más baja, nos hace sentir a
veces incómodos, y a veces Dios mismo nos coloca ahí precisamente para tratar con nosotros
en esa área; a veces nos coloca con personas de una clase social más alta, y uno no sabe cómo
hay que sentarse, cómo es que hay que ponerse la corbata, cuál es la cuchara que corresponde
o el tenedor. Bueno, se siente uno completamente fuera de lugar.
El Señor Jesús podía moverse en las clases altas; Él podía estar en los banquetes de los
grandes publicanos, que eran los grandes banqueros de la época. Mateo no era un pobrecito,
Zaqueo tampoco, pero también Él podía entrar en la casa de la viuda, en la casa de los
pescadores y al lado del siervo mendigo. Si nosotros entendemos esto por el Espíritu Santo,
hemos de estar vigilando a que no sea el racismo, el clasismo, o el machismo, o el feminismo, o
cualquier otro ismo que proceda de Adán el que determine nuestra conducta en el cuerpo de
Cristo. Si tú te das cuenta que estás siendo muy racista, dile al Señor: Señor, guárdame.
Observemos que cada clase tiene un criterio, cada clase se ha formado con un trasfondo y sus
costumbres, está acostumbrada, habituada a pensar de otra manera. Yo les contaba, no se si
aquí o en otro lugar, sobre unas revistas bautistas que circulaban en barrios pobres de
Suramérica, pero como venían de Estados Unidos, les aconsejaban a los hermanos: Hermanos,
no es necesario tener tres automóviles, es suficiente con dos. Claro, allá era muy fácil tener dos,
uno para el señor, otro para la señora; pero leída esa revista en un barrio pobre, en donde ni
siquiera había para los patines. El Espíritu Santo es muy cuidadoso en eso. El Espíritu Santo va
a procurar que nos pongamos en los pies de las personas que están en otras clases.
Hubo un hermano en Cristo que iba a visitar a los hermanos por allá en los cerros del sur de
Bogotá, bien arriba, donde en el cerro del barrio habían hecho una especie de planito, y habían
hecho una especie de cuadradito, así como el hermano de Melgar, que le rebanó un pedazo al
cerro y allí hizo su ranchito con plásticos y con unas tejas. Bueno, y para subir allá es muy difícil,
pues eso es en medio del barro, y que cuando llueve es muy difícil llegar arriba; se baja muy
34 El templo de Dios
rápido, resbalando; y allá no es tan barata el agua, allá es más cara el agua que en los barrios
ricos; y dicen que los barrios más ricos pagan incluso un subsidio para los pobres, y les llega el
agua través de acueducto. No, allá hay que comprar la caneca y cargar con ella para subirla y es
muy difícil; y un hermano que quería sentirse entre sus hermanos, comenzó a visitar a estos
hermanos y un día se pegó una resbalada y llegó todo embarrado, pero el hermano se puso muy
feliz de que ahora estaba entendiendo mejor a los hermanos, porque él se resbaló en el barro,
para llegar después a la casa donde tienen que vivir. Llegó, pues, a aquella casa todo
embarrado, sintiéndose que estaba un poquito más cerca de los hermanos, pero los hermanos
le dijeron: Tranquilo, hermano, porque usted puede volver a su casa, darse un baño de agua
caliente y cambiarse de ropa. Él podía pero ellos no podían; ellos no podían darse un baño de
agua caliente y cambiarse de ropa. Vemos que mientras más creía uno estar más cerca del otro,
descubre que no está tan cerca; sin embargo sí hay uno que sí esta cerca; es Cristo. Nosotros
no podemos hacer eso sin Cristo, pero Cristo lo hizo ya. Una vez que Cristo se forme en
nosotros, entonces Cristo va estar siempre pendiente, para mantener fuera de nosotros toda
clase de clasismo, toda clase de criterio meramente de clase; siempre Cristo nos va tratar de
ayudar a ponernos en el lugar del otro, y va a ser muy difícil ponerse en el lugar del otro.
Una vez una hermana que es de aquí de Bogotá, no pudo pagar su piecita de alquiler y se la
cerraron y quedó en la calle, y tenía que dormir debajo de un puente; y claro, no podía ni
bañarse. Claro, era muy difícil para ella estar limpia en medio de la reunión, y llegaba bastante
sudada, pero fue reprendida públicamente por llegar sudada; claro, el que la reprendió tiene dos
y tres baños en su casa, pero ella no tiene. ¿Por qué mejor no la dejó bañarse en su casa?
La longitud de la casa de Dios 35
III
LA ANCHURA
DE LA CASA DE DIOS9
9
Enseñanza a la iglesia de la localidad de Teusaquillo, Bogotá D.C., Colombia, en febrero 13 de 1998 y octubre 24 de 2003. En dos fechas porque se borró la primera parte de la primera. Transcripción: Alejandro
Pacheco / Marlene Alzamora.
36 El templo de Dios
que leyera Efesios, pero el Espíritu Santo le hizo leer Efesios donde se habla de las medidas, de
la longitud, de la altura, de la anchura de Cristo; creo que el Espíritu Santo estaba confirmando lo
que había de tratarse en esta noche.
10
Cfr. 1 Crónicas 17:3-15; 1 Crónicas 22:6-10
36 El templo de Dios
Lógico que después nació Salomón, y Salomón edificó el templo conforme a los planos que
David recibió de Dios, pero aquello que hizo Salomón era apenas la maqueta, era apenas el
plano. Salomón, como su nombre lo indica, Shalom, quiere decir: paz, pacífico, rey de paz, era
una figura del verdadero Hijo de David, que ya no es Salomón sino el Señor Jesús, y la
verdadera casa que el Señor Jesús edifica para Dios es la Iglesia. Se nos leyó ahora en Efesios
que somos edificados para ser llenos de la plenitud de Dios. La casa de Dios somos nosotros, no
son las catedrales ni los templos hechos por mano de hombre; esas construcciones las
hacemos nosotros para reunirnos, pero la que el Señor está edificando es la Iglesia. Jesús dijo:
“Yo edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18). La
Iglesia del Señor Jesús es la suma de todos los hijos de Dios; todas las personas que han creído
en Dios, todas las personas que han creído en el Señor Jesús, que lo han recibido, que sus
pecados fueron limpiados por Su sangre, que fueron perdonados por Dios a través de Cristo,
que fueron regenerados por el Espíritu Santo; no importa dónde se reúnan, no importa quién les
haya predicado; lo que importa es quién es su Padre celestial, quién los perdonó, quién los
regeneró; todos los que creemos en el Señor Jesús, no importa dónde; lo importante es en
quien, en el Señor Jesús, que nuestros pecados fueron perdonados por Su sangre, que nuestro
espíritu fue regenerado por el Espíritu de Dios; somos los hijos de Dios y somos la iglesia de
Dios y somos el templo de Dios.
11
Cfr. Hechos 7:48; 17:24; 1 Reyes 8:27; 2 Crónicas 2:6
La anchura de la casa de Dios 37
pasa la sombra del perrito, y usted sabe que viene un perrito porque la luz lo está proyectando
desde atrás; mientras llega la luz, llega primero la sombra, después llega la luz. Así primero vino
la sombra, la figura, la maqueta, el Antiguo Testamento, el tabernáculo, el templo, el sacerdocio,
el mobiliario del templo, los ritos; era una figura de las cosas espirituales. El templo de Dios es la
casa del Dios vivo, la Iglesia; y no le pongo apellido a la iglesia, porque si le pongo apellido ya no
van a caber todos los que hacen parte de la casa. Todos los hijos de Dios somos esta casa,
todos los creyentes de todas las épocas, en todo el mundo, somos la casa del Señor; no la que
fundó equis o ye persona en el siglo pasado, sino el Señor Jesús que abarca todos los cristianos
de la tierra y de todas las épocas. Esa es la verdadera casa; de manera que Salomón edificando
la casa es una figura de Cristo edificando la Iglesia.
Yo edificaré mi Iglesia, dice el Señor. Esa es la edificación del Señor. Él no le llamó iglesia a un
salón; Él llamó iglesia a las personas; nosotros somos las piedras vivas de la casa de Dios;12
nosotros somos la Iglesia las 24 horas; nosotros no vamos a la iglesia; la iglesia va a muchas
partes para reunirse; la Iglesia somos nosotros, las 24 horas; cuando estamos en casa somos la
Iglesia, cuando vamos al mercado, cuando estamos en la cocina, somos la Iglesia.
número de la humanidad, de las naciones en general. Por ejemplo, en Génesis 10 se nos habla
de la tabla de las naciones en general; eran 10 vírgenes las que esperaban al Señor, son 10
dedos los de la estatua de la civilización que vio Nabucodonosor y que la interpretó Daniel; son
10 los cuernos que le van a salir a la bestia final para el gobierno mundial; el 10 es un número
que nos habla de la generalidad de la humanidad; por lo tanto, una casa de 6 x 10, o sea de 60
de codos, significa, como ya lo hemos visto, que Dios quiere edificar Su Iglesia con personas de
toda tribu, lengua, pueblo, nación, de toda raza, de toda clase social; en la casa de Dios no
puede haber clasismo, en la casa de Dios no puede haber racismo; la voluntad de Dios es que
en Su casa quepa toda clase de seres humanos, si son ricos o si son pobres, si son blancos, o
negros, o amarillos, si son chinos, o si son vikingos o son pigmeos, toda clase de seres
humanos; si son cultos o si son incultos, Dios no hace acepción de personas; entonces los 60
codos, recordándolo, nos hablan de la inclusividad de la casa de Dios.
Jesús dijo: ninguno que a mí viene, yo lo echo fuera;13 no importa la raza de la persona, no
importa si tiene dinero o no, si es culto o inculto, no importa, Dios salva a toda clase de personas.
Dios determinó que la longitud de su casa sea de 60 codos, y eso está representando la
inclusividad de la Iglesia; la Iglesia acoge a todo ser humano; cualquier persona que recibe al
Señor es parte del pueblo único de Dios, no importa cuántos nombres aparezcan por fuera; a los
ojos de Dios Su Iglesia es una sola, y nosotros no somos ninguna otra iglesia sino con todos los
hijos de Dios esa única iglesia del Señor Jesús; todos los que han recibido al Señor son nuestros
hermanos; todos los que engendró el Espíritu Santo son nuestros hermanos, todos los que
limpió su sangre son nuestros hermanos; que algunos se ponen un nombre y otros otro nombre
eso es lo de menos, lo que importa es quién vive en la persona; la persona fue perdonada,
recibió al Señor, nació de nuevo, es parte del cuerpo único de Cristo, de esto nos habla la
longitud.
13
Cfr. Juan 6:37
La anchura de la casa de Dios 39
14
Cfr. Juan 13:1
15
Cfr. 1 Juan 2:2; Juan 3:16,17
40 El templo de Dios
que todos sean salvos, y el sacrificio de Cristo podría salvar a todos, pero si alguno no se salva
no es porque Dios no quiera, ni porque Cristo no lo haya cubierto, sino porque ellos no quieren,
ellos no han recibido al Señor, ellos no han recibido la gracia de Dios; no porque Dios no se las
dé. La Biblia dice que la gracia de Dios ha sido manifestada a todo hombre, así lo dice
claramente la Biblia, pero no todo hombre la ha recibido; por eso la anchura de la casa es
apenas un tercio de la longitud, porque aunque el Señor murió por todos, no todos lo reciben.
Solamente un tercio
Vamos a un pasaje que está en el profeta Zacarías, en el capítulo 13 y vamos a ver allí este
asunto del tercio. Zacarías 13:7-9: “7Levántate, oh espada, contra el pastor”. El buen pastor de
las ovejas es Cristo, y antes de venir Cristo, ya estaban profetizados los sufrimientos de Cristo.
“7Levántate, oh espada, contra el pastor, y contra el hombre compañero mío, dice Jehová de los
ejércitos. Hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas, y haré volver mi mano contra los
pequeñitos”. El pastor es Cristo; Cristo fue herido, fue golpeado, fue crucificado y muerto, y
luego vino la retribución sobre Jerusalén, en la que aun hasta los niños sufrieron, hasta se los
comieron sus propios padres como lo dice Flavio Josefo en su obra “Las Guerras de los Judíos”.
Antes de hablar lo del tercio en el verso 8, nos habla de que el pastor fue rechazado, que murió
por nosotros, pero fue rechazado; entonces ahora nos dice el verso 8: “8Y acontecerá en toda la
tierra, dice Jehová (o Yahveh, son dos pronunciaciones del nombre de Dios) que las dos
terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas la tercera parte quedará en ella. 9Y
meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se
prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi
Dios”. Aquí nos damos cuenta de que a pesar de que el Señor murió por todos, no todos reciben
al Señor; y entonces dice aquí la profecía que sólo un tercio llegará a ser pueblo del Señor, sólo
un tercio le dirá a Dios: Jehová es mi Dios, y Dios le podrá decir: Tú eres mi pueblo; dos tercios
La anchura de la casa de Dios 41
se perderán, un tercio será salvo; así que pase por fuego, será refinado como la plata; la plata es
figura de la redención en la Biblia, pero solamente quedará un tercio salvo; dos tercios se
perderán.
Vemos que aunque la muerte de Cristo es por todos, y esa inclusividad de su muerte está
representada en los 60 codos de la longitud, sin embargo, la anchura, que es donde está la
puerta, porque no se puede entrar por las ventanas, la anchura es de solamente 20 codos; que
significa que es solamente un tercio, es decir, que sólo un tercio de la humanidad recibiría al
Señor Jesús. Si hacemos el cálculo hoy de las personas que creen en Cristo, comparadas con
las que rechazan a Cristo, las que siguen más bien a Mahoma, o a Buda, o a Lao Tse, o a Marx,
o a Fuerbach, o a Nietzsche, o a Freud, pero no a Cristo, nos estamos acercando a ese tercio
realmente apenas de cristianos; y eso en lo nominal hay más o menos un tercio; esperamos que
de lo nominal se pase a lo real. Cuando Dios habla aquí: Pueblo mío, es porque es real, pero
aquí aparece un tercio.
Satanás se rebeló contra Dios, siendo un gran querubín, y en su rebelión engañó o convenció
a un tercio de los ángeles; y después Satanás se tomó la humanidad; pero así como la
humanidad aceptó a Satanás y hoy prefieren seguir a Satanás que seguir al Señor, así como
Satanás le quitó un tercio de los ángeles al Señor, el Señor se reservó un tercio de la humanidad
para Sí mismo. Dios le pagó a Satanás con la misma moneda. El hombre se había vendido a
Satanás, y todos los hombres, si no hubiera venido Cristo, estaríamos perdidos; pero Él vino, se
hizo hombre, vivió sin pecado y luego hasta los mismos que lo acusaron, lo declararon inocente,
porque el mismo Judas dijo: He pecado, he vendido sangre inocente; luego devolvió el dinero y
fue y se ahorcó;16 y el mismo Pilato que lo mandó crucificar se lavó las manos y dijo: No tengo
nada que ver con la muerte de este justo;17 es decir que el mismo que lo traicionó y el mismo
que lo mandó crucificar, lo declararon inocente, y ya estaba simbolizado que el Cordero tenía
que ser sin defecto, y Él fue examinado, fue hallado sin defecto; aun el que lo traicionó lo halló
sin defecto, aun el que lo mandó crucificar lo halló sin defecto, aun el mismo centurión dijo: Éste
era justo, verdaderamente éste era el Hijo de Dios.18
la responsabilidad de la persona; cada persona puede escoger a Dios y la gracia la ayuda, pero
la gracia no va a escoger por la persona, la gracia no va a decidir por la persona; la gracia va a
capacitar la decisión de la persona, pero no va a decidir por la persona. La persona debe decidir,
y en su decisión la gracia lo sostiene, pero no lo substituye porque si no, no seríamos personas,
seríamos cosas, seríamos títeres y esa clase de comunión Dios no la quiere.
La primera cosa que Dios pide es que Su pueblo tenga voluntad y espontánea relación con Él;
Él no va a forzar. Pongo delante de vosotros, dice el Señor, el camino de la vida y el camino de
la muerte; escoged, pues, el de la vida, dice Dios, escoged; pero Dios no va a escoger por el ser
humano. Ahora, nosotros no sabemos quiénes van a escoger a Dios o no, pero Dios sí sabe,
Dios es Dios; Él no necesita esperar para saber; Él es omnisciente, Él sabe el fin desde el
principio; entonces Él puede profetizar lo que sucedería, cada uno de los que se van al infierno.
No es porque Dios lo manda ni porque Dios no quiera que vaya a la gloria; se va al infierno por
su propia culpa, porque no quiere saber nada de Dios, porque le da la espalda, porque no recibe
el amor de Dios expresado en la encarnación de Su Verbo, de Su Hijo, en la muerte expiatoria
de Cristo, en la resurrección, en la ascensión, en el envío de Su Espíritu; todo lo hizo Dios para
que fuéramos salvos, para que todo hombre fuera salvo, y Él quiere que se le anuncie a toda
criatura. Id y anunciad el evangelio a toda criatura, el que creyere y fuere bautizado, será salvo;20
nos lo puso fácil, no tenemos que hacer cosas, es creer. El que le creyere a Dios, será salvo. El
que creyere que Dios le ama, de tal manera que envió a Su Hijo a morir por él y el que lo recibe,
se salva, el que cree; el que lo recibe, es nacido de nuevo;21 Su sangre (la de Cristo) le limpia de
todo pecado,22 Su Espíritu le regenera, es una piedra viva del templo único de Dios, de la familia
única de Dios; la casa que el Hijo le edificaría al Padre; para eso vino Jesús.
20
Cfr. Marcos 16:15,16
21
Cfr. Juan 3:35,16
22
Cfr. 1 Juan 1:7
44 El templo de Dios
recuerdan ese pasaje; está en la epístola de Pablo a Tito. Tito 2:11: “Porque la gracia de Dios se
ha manifestado para salvación a todos los hombres”. Dios quiere que todos sean salvos.¿Por
qué la casa de Dios sólo tiene un tercio de ancho? Porque en el tiempo de la Iglesia sólo un
tercio recibiría al Señor; y sólo ese tercio diría: Jehová es mi Dios, y El le diría: tú eres mi pueblo;
sería probado, pasaría por pruebas, no importa, saldría al otro lado en redención, a disfrutar lo
que Dios tenía planeado.
Ahora, Dios antes de la fundación del mundo tiene su carácter eterno; Él es misericordioso y
también es justo, entonces Él hace a las criaturas responsables, con aquellos que lo reciben a
Él, que se esfuerzan en Su gracia, Él manifiesta su misericordia; y con aquellos que se rebelan,
que prefieren el pecado, que prefieren la traición, que prefieren el mal, entonces Él manifiesta
otra cosa buena de su carácter, que se llama la justicia; porque la justicia de Dios se manifiesta
para aquellos que hacen el mal, y viene el juicio de Dios. Ahora, los que recibimos a Cristo
también merecíamos el juicio, pero el juicio de Cristo se interpuso entre el juicio de Dios y
nosotros; el Señor Jesús recibió el juicio que había contra nosotros, de manera que ya el juicio
cayó sobre Él. Dios no va a cobrar dos veces; si alguien debe algo y otro paga por él, si la
persona deudora acepta que su amigo pague por él, queda libre; pero si no acepta, queda
debiendo; aunque el amigo tenga clara decisión de pagar por su compañero que no tiene con
qué pagar; si el que no tiene con qué pagar, no recibe la ayuda de su amigo, se queda debiendo.
Lo mismo pasa con Dios; todos somos deudores ante Dios, pero el Señor vino a pagar el precio
de nuestros pecados, El murió por nosotros, pero si no lo recibimos, si no lo creemos, si no
contamos con eso, entonces es como si no lo aprovechamos; el Señor murió por todos, pero no
todo el mundo va a ser salvo; no porque Dios no quiera, sino porque ellos no quieren. Cuántas
veces yo quise, dice el Señor, pero tú no quisiste; el que quiera, venga y beba. ¡Ah! pero ninguno
puede venir si Tú no le ayudas; Yo le ayudo a todos, mi gracia es para todos, pero esa gracia no
te substituye. ¡Ah Señor! pero Tú tienes que producir el querer; claro, pero en ti, sin anularte a ti,
46 El templo de Dios
sin anular tu decisión. El Señor lo sabe, pero se debe remar con dos remos.
25
Cfr. Romanos 8:29
26
Cfr. 1 Pedro 1:2
27
Cfr. Romanos 8:28
La anchura de la casa de Dios 47
28
Cfr. Juan 6:29
48 El templo de Dios
Nadie está en el infierno por cuenta de Dios; si alguien va al infierno es por su propia culpa,
pero aun en el infierno se manifiesta la justicia de Dios. Nadie tendrá lo que no merezca, cada
persona tendrá eternamente lo que merece. Ahora, nosotros todos merecíamos el infierno, pero
el Señor murió por todos para que los que creen, no se pierdan, sino que tengan vida eterna. De
tal manera amó Dios al mundo, no sólo a la Iglesia, al mundo, ¿para qué? para que todo aquel
que en Él creyere, no se pierda, sino que tenga vida eterna. Ahora, claro, que la fe es por el oír y
es un don que se recibe por oír la Palabra; así que la Palabra es la que produce el oír y el oír es
el que produce la fe.29 La palabra es enviada para todos; la gracia ha sido manifestada para
salvación a todo el mundo. Dios quiere que todos se salven; envió Su Palabra para todos, pero
no todos la recibieron, no todos quisieron, no todos; las personas cerraron su corazón.
29
Cfr. Romanos 10:17
30
Cfr. Juan 10:7-9
31
Cfr. Juan 10:25-27; 8:38, 44
La anchura de la casa de Dios 49
Dios y a todos los que siguen al diablo; Dios no lo hizo diablo, Dios lo hizo querubín, sello de
perfección, pero lo hizo libre; el Señor sabía que iba a ser el diablo, pero no lo hizo diablo, lo hizo
libre. El Señor sabía que Judas lo iba a traicionar, pero no lo hizo traidor, lo hizo apóstol; pero
aquel a quien hizo querubín con libertad, se hizo diablo; aquel a quien hizo apóstol con libertad,
se hizo traidor.
Entonces, hermanos, el ancho de la casa es apenas un tercio. Se requiere recibir al Señor
Jesús para hacer parte de la casa de Dios; para formar parte de la casa de Dios se requiere
estar en Cristo Jesús, aunque Cristo Jesús quiere que el evangelio sea para todos, Dios quiere
que todos sean salvos. Dios hace responsable al hombre, claro que el hombre es incapaz de
cumplir su responsabilidad, pero la gracia es manifestada a todos. ¿Cómo lo hace Dios? Es un
misterio; sólo Dios sabe cómo lo hace, pero Él lo hace porque está escrito; Él nos hace
responsables, y Él nos ayuda por Su gracia. Nadie es salvo sino por la gracia de Dios, pero
nadie es condenado sino por su propia responsabilidad. Nadie es condenado porque le falte la
gracia, sino por no haberla recibido, por no haberla creído; por eso se condenan las personas.
por eso Él podía profetizar acerca de la traición de Judas; no que el Señor obligó a Judas a
traicionarlo porque estaba profetizado; estaba profetizado porque Dios lo sabía, pero fue Judas
el que tomó su decisión de antemano; él fue responsable por su propia culpa; hizo lo que quiso;
el Señor lo escogió como apóstol; hasta cuando lo estaba traicionando le llamó amigo. Amigo,
¿a qué has venido? El Señor llamó amigo al traidor; pero si Judas lo traicionó, Dios no tenía que
esperar para saberlo; Judas es responsable porque Dios hizo a las personas responsables; pero
Dios conoce lo que el hombre haría con su responsabilidad desde antes de la fundación del
mundo. Por lo tanto Dios escogió a aquellos que recibieran a Cristo, para predestinarlos para
gloria y salvación; y aquellos que rechazaran a Cristo, conocieran el juicio que se merecen, y así
el atributo de su misericordia y el de su justicia serían revelados, tanto en la gloria como en la
condenación. Los que van a condenación van a permitir que se conozca el poder y la justicia de
Dios, y los que van a salvación muestran la misericordia y la gracia de Dios.
Se necesita a Cristo para ser salvo; no es cualquier religión, no es cualquier camino que lleva
a Roma, no; no vamos para Roma, vamos a Cristo, vamos a Dios. No nos importa llegar a
Roma; hay muchos peligros allá en Roma; vamos a Cristo, pero sólo en Cristo hay salvación.
Eso es lo que el diablo no quiere; el diablo quiere decir que la salvación está en la plenitud de
todo, que simplemente basta con ser humano y seréis como dioses, dijo el diablo. ¿No fue eso lo
que le dijo al hombre? Pero el Señor dijo: moriréis; a menos que recibamos al Señor; Él vino a
darnos vida. Si no se tiene a Cristo, la persona está perdida; si la persona rechaza al Señor
Jesús, no le quedan más oportunidades de salvación; la salvación es en el Señor Jesús. Nadie
merece en sí mismo ser salvo; nadie lo merece; lo único es recibir al Señor por la fe. Cuando tú
lo recibes es cuando tú le crees, porque la Palabra te da la fe, y tú al creerle no resistes al
Espíritu Santo, sino que recibes la gracia; entonces puedes, entonces quieres, entonces puedes
beber gratuitamente del agua de la vida; pero no puedes beber si no lo recibes; sólo se puede
beber si se recibe. Beber es recibir.
La anchura de la casa de Dios 51
para una pretendida supersantidad fanática, sistemática; pero no es ni una ni otra) vuestros
sentidos (sentidos para percibir las cosas) sean de alguna manera (porque Satanás tiene varias
maneras de trabajar) extraviados (sacados de la Biblia) de la sincera fidelidad a Cristo”. Y luego
empieza a explicar por qué decía esto; y dice: “4Porque si viene alguno...”; los hermanos, en el
período primitivo, al principio, entendían muy bien lo de la unidad de la Iglesia.
Dios nos oye;32 el Espíritu de Dios se caracteriza porque te lleva a reconocer al Jesús que
predicaron y enseñaron los apóstoles; pero si tú hablas de Jesús, pero es otro Jesús, que no es
el Jesús de los apóstoles, entonces ese proviene de un espíritu de error, de un espíritu de
anticristo. Fíjense en lo que dice San Juan “Amados, no creáis a todo espíritu”; aquí San Juan
está predicando una santa incredulidad, un santo escepticismo. No creáis, no crean todo, no, no,
no creáis. El que predica la fe a la vez predica el escepticismo. La fe en el Cristo de la palabra de
Dios, pero escepticismo a esos otros jesuses pintados por ahí.
“No creías a todo espíritu, sino probad los espíritus sin son de Dios” (1 Juan 4:1). Antes de que
nosotros estemos mezclándonos con un grupo de personas que dicen ser cristianas, ellos
pueden hablar que son la misma Iglesia en el Distrito o en la localidad. Eso no es lo primero, mis
hermanos. Antes de tratar el asunto del candelero, hay que tratar primero el asunto de la mesa,
y antes de tratar el asunto de la mesa de los panes de la proposición, aun antes, hay que tratar el
asunto del Arca. Dios había establecido un orden de prioridades: primero el Arca, después la
mesa, después el candelero; si estamos en el mismo Cristo y en el mismo evangelio, entonces
estamos en la misma Iglesia. Dicen: estamos en la misma iglesia, no importa qué evangelio y
qué Cristo tengas tú; si tienes algún Cristo y algún evangelio, bienvenido. No, no y no; no le
digas bienvenido, porque el que le dice bienvenido, participa de sus malas obras. El ancho de la
casa no puede ser de 60 codos, solamente de 20. ¿Está claro, hermanos?
32
Cfr. 1 Juan 4:2,6
La anchura de la casa de Dios 55
Volvamos 2 Corintios 11: “4Porque si viene alguno predicando otro Jesús que el que os hemos
predicado, o si recibís otro espíritu...”; ahí está ese asunto, otro espíritu; porque el espíritu de
Jesús se caracteriza, y otros espíritus también se distinguen; son distintos al Espíritu Santo. Son
otros espíritus que quieren rondar y que se meten en lo religioso, y a veces cuando tú visitas
grupos cristianos, tú percibes la diferencia de espíritus; a veces es un espíritu mundano que
convierte en libertinaje la gracia de Dios; a veces es un espíritu legalista muy diferente al que
predicó Pablo en Gálatas, en Romanos. A veces se va por el legalismo, a veces se va por el
antinomianismo o el libertinaje. A veces es un Jesús medio misterioso, medio esotérico; a veces
es un Jesús tipo Camilo Torres, Gustavo Gutiérrez: Teología de la Liberación, ametralladoras
para liberar al pueblo, no de los pecados sino de los imperialistas; muchas clases de jesuses.
Sí, la Iglesia es una pero no es ingenua; la Iglesia es una pero no es tonta; la Iglesia debe
distinguir y discernir estas cosas que son espirituales. Claro que hay que hacer diferencia entre
la persona y los espíritus, porque nuestra lucha no es con las personas humanas, sino contra
principados y potestades en las regiones celestes, espíritus que quieren confundir aun a los
mismos hermanos.
Revelación en el espíritu
Tenemos el caso de San Pedro, al que llaman el primer papa, uno de los más cercanos a
Jesús; pues él se descuidó y cuando menos se imaginó lo usó Satanás, y le vino diciendo a
Jesús: ¿Pero no te da cuidado? ¿Cómo vas a ir a Jerusalén? Te van a matar en Jerusalén.
Jesús sabía quién era el que hablaba, y dijo: Apártate, Satanás.33 Ya Dios le había revelado a
Pedro hacía un poquito; pero que le haya revelado algo, no quiere decir que sí está en el espíritu
la carne se beneficiaria de la revelación. La revelación es en el espíritu, y cualquiera de nosotros
33
Cfr. Mateo 16:21-23
56 El templo de Dios
podemos pasar del espíritu a la carne; gracias a Dios que también se puede pasar otra vez de la
carne al espíritu por la Sangre de Cristo, por el arrepentimiento. Dios tenga misericordia de
nosotros; y por eso la iglesia tiene que estar siempre vigilando que sea realmente Cristo, y
cuidándonos unos a otros para conducirnos por medio del ejemplo, del amor, de la
amonestación debida en Cristo.
Si viene alguno predicando otro Jesús, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, otro
evangelio que el que habéis aceptado, ¿lo toleraréis? Pablo les dijo a los Gálatas: “7No que haya
otro (evangelio), sino que hay algunos que perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
8
Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo os anunciare otro evangelio diferente del que os
hemos anunciado, sea anatema” (Gá. 1:7-8), dice Pablo; ni siquiera yo Pablo, ni Pedro, ni
Bartolomé, ni Juan; nosotros no podemos cambiar el evangelio, porque eso fue revelado de
Dios, por el Hijo de Dios, por el Espíritu Santo, conforme a la Escritura, previsto y tipificado en el
Antiguo Testamento. Nosotros no podemos cambiar el evangelio. Dice que ni siquiera un ángel
del cielo puede venir a traer una revelación nueva, como el ángel Moroni, que supuestamente se
apareció a José Smith, el de los mormones; y otros por ahí, que hay muchos por acá. Dicen que
se le apareció Gabriel a Masa Márquez, y por ahí hay un grupo misterioso que ahora tiene un
nuevo Gurú en Bogotá, y otras cosas raras.
maneras no decir bienvenido se puede decir con cortesía, muy cortésmente; y no podemos
guardar las deficiencias. El que le dice bienvenido participa de sus malas obras.
La Iglesia es una pero también es santa, y la unidad y la santidad de la Iglesia radican en
Cristo mismo. Sólo Cristo mismo tiene lugar en la Iglesia; no que en aras de una unidad y en un
supuesto ecumenismo ingenuo, vamos a permitir cualquier cosa en medio de los santos; pero
tampoco en una pretendida santidad vamos a desconocer la unidad del Cuerpo de Cristo. Por
eso es necesario comprender cuáles son las distintas clases de unidades que hay por ahí, y cuál
es la unidad bíblica del cuerpo de Cristo. No se trata simplemente de la unidad, sino de la
unidad en Cristo, y en el Cristo de las Escrituras, alrededor de Cristo, conforme a la Palabra. No
se trata de una supuesta unidad meramente espiritual donde no es una unidad práctica; ni
tampoco una unidad meramente organizacional, no; ni tampoco una unidad ecuménica, aunque
sea dentro de la cristiandad, ni mucho menos con todas las religiones, no. La unidad de la Iglesia
es Cristo y la santidad de la Iglesia es Cristo. Ese es el ancho de la Casa de Dios; tenemos que
tener en cuenta por un lado el largo 60 codos, por otro lado el ancho, solamente 20 codos.
58 El templo de Dios
IV
LA ALTURA DE
LA CASA DE DIOS34
El número de la inclusividad
Estamos en 1 Reyes 6:2. Con la ayuda del Señor vamos a entrar a considerar la tercera parte
de este verso. “La casa que el rey Salomón edificó a Jehová tenía sesenta codos de largo y
veinte de ancho, y treinta codos de alto”. Son distintos aspectos de Cristo, de quien son las
34
Enseñanza a la iglesia de la localidad de Teusaquillo, Bogotá D.C., Colombia, en febrero 20 de 1998. Transcripción: Irma Isabel Castañeda Z.
La anchura de la casa de Dios 59
El cuidado de la Iglesia
A veces pecamos contra la santidad por una unidad mal entendida, y a veces pecamos contra
la unidad por una santidad mal entendida. Entonces la Palabra del Señor nos muestra que hay
diferencia de grados; cuando se trata de cosas de fondo relativas a la persona del Señor Jesús,
a la esencia del evangelio, la Palabra del Señor es más estricta. La Palabra del Señor nos dice a
través de la mano del apóstol San Judas Tadeo, hermano del Señor Jesús y de Santiago:
Contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos;35 y en esas cosas la
Iglesia tiene que ser bien definida, y no puede ser ambigua en cuanto a la existencia de Dios, en
cuanto a la revelación de Dios, en cuanto al Hijo de Dios, en cuanto a la muerte expiatoria, en
cuanto a la resurrección de Cristo, en cuanto al Espíritu Santo, a las Sagradas Escrituras.
Estas son cosas sumamente esenciales que tienen que ver con Dios, Cristo y la salvación, y
en ese caso la Iglesia tiene que ser estricta. La Iglesia no puede ser ambigua, y no puede admitir
que se mencione solamente el nombre de Jesús, que se predique otro Jesús usando el mismo
nombre, pero que es otro distinto del que los apóstoles predicaron y enseñaron. Entonces la
Iglesia, en cuanto a herejía, en cuanto al tratamiento del pecado, en cuanto a los sistemas que
son cierta modalidad de protocolización del pecado, la Iglesia tiene que tener mucho cuidado.
35
Cfr. Judas 3.
La altura de la casa de Dios 57
La Iglesia es inclusiva en cuanto a todos los hermanos; la Iglesia es abierta con todos los
hermanos, la Iglesia tiene comunión y amor con todos los hermanos, pero no puede participar de
sus pecados, ni de sus errores, ni de los sistemas que los hijos de Dios a veces crean en
rivalidad con el plan perfecto de la Palabra de Dios. Entonces la Iglesia, aunque es una, es
inclusiva y es misericordiosa, es también santa y representa el testimonio de Dios frente a algún
tipo de ambigüedad, y esa santidad y esa firmeza son también misericordia; porque la
misericordia no es alcahuetería; la misericordia es ser honesto y claro, y tratar con la persona
directa y claramente hasta que la persona misma reconozca su pecado, lo confiese como debe,
y se aparte de él; entonces ahí la misericordia se tornará de nuevo en camaradería.
se refiere únicamente a la salvación del infierno. Sí, la salvación del juicio eterno ya se dio el día
que creímos en el Señor, pero el Señor no solamente nos salva de la ira, sino que también nos
salva por su vida. No sólo nos salva de la condenación eterna, sino que también nos salva de
nosotros mismos, y esa salvación de nosotros mismos ya viene por la aplicación de la fe. La
aplicación de Cristo por la fe a nuestra vida cotidiana. Ese es el crecimiento, la salvación; ese es
el ocuparse de la salvación.
Hay un aspecto eterno de la salvación, que es jurídico en cuanto al juicio eterno; pero hay otro
aspecto de la salvación que es la aplicación de Cristo para que seamos librados de nosotros
mismos y del presente siglo malo, y de otras muchas otras cosas que el Señor se ha propuesto
librarnos. En Cristo se ha provisto la salvación en todos esos sentidos. De modo que cuando
estudiamos la salvación, en la Biblia encontramos que se habla en muchos ángulos de la
salvación; y aquí aparece un ángulo de la salvación que no hay que ponerlo en contra del otro.
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no
por obras”; pero también dice: “Y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna
salvación para todos los que le obedecen”. Claro que en esto, le obedecen, está indicando la fe
salvadora, pero la salvación por la fe. La fe y la salvación se perfeccionan por el amor.
Entonces en este sentido está hablando de salvación para todos los que le obedecen, ¿no?
Porque cuando nos salvamos del infierno, cuando así se aseguró nuestra salvación, ¿por qué
no nos lleva el Señor para el cielo? Ciertamente que tenemos que hacer un trabajo aquí; pero no
se trata solamente de hacer un trabajo aquí, sino que Él también tiene que seguir haciendo un
trabajo con nosotros, y ese trabajo que Él hace con nosotros y en nosotros, y que nosotros
hacemos con Él, en ese trabajo consiste la edificación de la casa de Dios, consiste en el
perfeccionamiento de los santos y el proseguir hasta la medida de la estatura de un varón
perfecto; es decir, hasta la altura correcta de la casa, la altura que Dios le tiene. Nosotros
decimos: Bueno, yo dejo la casa por la mitad. A veces ocurre como en tiempos de Esdras, al
La altura de la casa de Dios 61
regreso de Babilonia. El pueblo decía: No, ya hay mucho escombro, hay muchas dificultades. Se
cansaron; dejemos así. Y dejaban el muro hasta la mitad.
Ese es el hombre, pero el Señor no. Tan pronto le han parado la obra, cuando cesan los
trabajos de la obra, el Señor actúa. En tiempos de Zorobabel el Espíritu del Señor levantó a
Hageo y levantó a Zacarías, y siguió insistiendo. Y ¿ustedes para qué quieren el tiempo?
¿Acaso el tiempo es de ustedes? ¿lo quieren para ocuparlo en las propias cosas de ustedes,
mientras mi casa está desierta? ¿No se dan cuenta de por qué es que hay sequía? ¿No se dan
cuenta de por qué es que hay problemas en la naturaleza, y hay escasez entre ustedes?38 Yo
les voy a decir por qué, dice Dios por Hageo; porque cada uno está corriendo a su propia casa,
a sus propios asuntos, pero la casa mía está vacía; no está edificada. Dios tiene un trabajo que
tiene que seguir haciendo.
“Y habiendo sido perfeccionado (este es el Hijo en cuanto hombre), vino a ser autor de eterna
salvación para todos los que le obedecen”. Él vino a posibilitar también nuestra obediencia, la
completa salvación de Dios implica la provisión de Dios para nuestra obediencia completa, y eso
es la edificación de la casa de Dios.
El perfeccionamiento y la edificación
38
Cfr. Hageo 1:4-6
62 El templo de Dios
Leemos ahora Efesios 4:11 en adelante. “11Y él mismo constituyó a unos...” ¿Quién es él
mismo? El Señor que descendió hasta lo más bajo y ascendió hasta lo más alto. Él mismo. Me
halaga tanto que sea Él mismo. Porque si se tratara de nosotros, nosotros podríamos y
estaríamos a nuestra manera, y nos equivocaríamos muchísimo. “11Y él mismo constituyó a
unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12a fin de
perfeccionar a los santos”. Todos estos obreros que trabajan en la obra de la casa de Dios,
fueron constituidos por el Señor a fin de perfeccionar a los santos. Ciertamente Cristo nos quiere
perfeccionar a través de nuestros hermanos y a través del ministerio. Solitos no podemos ser
perfeccionados; solamente entre hermanos podemos ser edificados, pero necesitamos
apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros constituidos por Dios para perfeccionar a
los santos.
bien, pero eso no es todavía la medida de la casa; porque tú no eres sino una piedra de la casa.
No es suficiente que yo sea muy espiritual; no es suficiente. Se necesita que seamos un solo
cuerpo; lo que hay que edificar no es sólo a Cristo en los individuos, sino a Cristo en el Cuerpo.
Lo que hay que edificar es el cuerpo. A eso se refiere la altura de la casa, a la plenitud de Cristo.
La persona y el cuerpo madurando; eso es el número treinta, la madurez, la persona y el cuerpo
madurando en Cristo.
Cristo fue perfeccionado; llegó a la mayoría de edad; llegó a ser el heredero que puede hacer
uso de la herencia. Mientras el heredero es niño, es heredero, pero todavía no se le puede
confiar la cuenta corriente al niño, porque se va a comprar chicles con todos sus amiguitos;
entonces solamente de a poco se le va dando a disfrutar de la cuenta. Eso quiere decir madurez,
cuando ya no tiene doce añitos, ni quince, ni veintiuno, sino treinta. ¿Qué pasaba con los levitas
que tenían 25 años? Sí, ellos sí podían comer el pan de la proposición, de las ofrendas, pero no
podían ministrar sino a partir de los treinta. Y así el Señor Jesús, aunque ya era el Hijo de Dios,
la Palabra dice que Él estaba en un proceso de aprender, de aprendizaje. Él fue sometido por el
Padre a un intenso aprendizaje, y cada piedra de la casa de Dios, cada persona que va a estar
en aquella casa eterna, para la eternidad con Dios, también debe ser sometido al mismo
aprendizaje; porque el discípulo será como su maestro. Por eso Dios estableció una medida de
altura para su casa, que es 30 codos de alto.
La medida de la estatura
El Señor no quiere que simplemente seamos salvos; por eso es que Pablo le decía a Timoteo:
Dios quiere que todos los hombres sean salvos y vengan a la epignosis, 39 o al pleno
39
Gr. Epignosis, del griego epi, sobre, por encima, y gnosis, conocimiento.
64 El templo de Dios
conocimiento de la verdad.40 No sólo salvos, sino que también ya siendo salvos vengan a
conocer plenamente a Cristo, que es la verdad. Ese conocimiento de Cristo es algo en lo cual se
tiene que crecer, se tiene que crecer en Cristo. La Palabra de Dios nos habla de unas escalas en
Dios; cuando lleguemos a las escalas entraremos viendo sus escalones con la ayuda del Señor.
Mientras tanto estamos viendo que hay una meta. Estamos viendo una meta. Hay un proceso
para llegar a esa meta; pues claro, hay un proceso en donde estamos todavía mirándolo,
detallándolo, solamente edificándolo.
40
Cfr. 1 Timoteo 2:4
La altura de la casa de Dios 65
Hay una altura que Dios estableció para su casa, y su altura es de 30 codos; es decir, la
madurez de Cristo. La medida de la estatura del varón perfecto. Por eso dice: “12A fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
13
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe”. Ahí está la medida. Significa que tenemos que
seguir trabajando, no solamente con uno, mientras encontramos un salmo para nuestro
hermano; es nuestro hermano, es un miembro, hay que hacer algo. Nótese que la amada
madura en el Cantar de los Cantares, no pensaba sólo en la madurez de ella. En Efesios dice:
“hasta que todos lleguemos”. Ese es nuestro compromiso con todos nuestros hermanos. No, no
es suficiente la soledad espiritual, ser uno un ermitaño, no, no. En el plan de Dios no se
contempla el tener ermitaños. Eso fue cosa de Simón el Estilita y algunos otros, pero no es de
Dios. En el libro del Cantar de los Cantares 8:8, dice algo importante la amada, la hermana
madura, la que después de muchas vicisitudes en estos 8 capítulos, fue perfeccionada, y halló
descanso y se recostaba en el pecho de su amado. Al principio era como una yegua de los
carros del faraón, pero después fue como una columna de humo, fue más dócil al Espíritu.41
“7Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía”. Ella
quería estar con Dios, pero solita; entonces le dice eso el amado; y ella dice: “Pues ¿por qué
había de estar yo como errante junto a los rebaños de tus compañeros?” Ella se sentía como
fuera de lugar junto a los rebaños de los compañeros que el Señor llama sus compañeros;
porque el Señor tiene compañeros, el Señor tiene socios. Por eso dice que el Señor fue elegido
más que sus compañeros. Por ejemplo, Pablo es un compañero, Watchman Nee es un
compañero; seguramente que David era otro, y san Pedro y san Juan. ¡Cuántos compañeros!
Pero la amada era todavía nuevita. Quería tener comunión con Dios, pero solita. Una persona
muy nueva a veces quiere andar bien con Dios, pero solita. Le dice el Señor: Si tú no lo sabes.
¡Ah! De manera que hay cosas que esa persona no sabe, ¿verdad? No sabe dónde apacentar.
¿Dónde apaciento yo? ¿Dónde duermo yo la siesta, dónde reposo? Ella no lo sabía. ¿Cuál es el
lugar de mi reposo? ¿Tú no sabes todavía esto? “8Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las
mujeres, vé, sigue las huellas del rebaño”. No pienses que la Iglesia va a empezar contigo, no; la
Iglesia hace años está en la tierra. No sólo años, no sólo décadas, sino que hace siglos, hace
dos mil años; ahora podemos hablar en plural, milenios. La Iglesia está en la tierra hace dos
milenios. “Sigue las huellas del rebaño, y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los
pastores”. Lleva las cabritas, a los amiguitos; ya no son inconversos, invítalos, convídalos a la
reunión con los hermanos; lleva tus cabritas a las cabañas de los pastores.
Ella al principio era un poco díscola; pero note que en el capítulo 8 es ya diferente. Dice en el
capítulo 8:11: “11Salomón tuvo una viña en Baal-hamón, la cual entregó a guardas (la delegación
de autoridad de parte del Señor), cada uno de los cuales debía traer mil monedas de plata por su
fruto”. Significa que los guardas tenían que trabajar, sembrando y limpiando, y, como se dice en
Paraguay, corpiendo, sacando todos los problemas hasta que la viña florezca y fructifique; y dice
ella: “12Mi viña, que es mía, está delante de mí”. Antes, cuando era joven, me pusieron a guardar
las viñas, pero mi viña, que era mía, no guardé. No, no se preocupó en lo que a ella le fue
68 El templo de Dios
encomendado al principio, pero ella amaba al Señor. El Señor la amaba; la llamaba hermosa
entre todas las mujeres; a pesar de que le dicen yegua; sí, a la verdad la amaba el Señor.
¿Amén? Luego ella dice: “Mi viña, que es mía, está delante de mí; las mil serán tuyas, Salomón
(me preocupo por la mía, pero también estoy pendiente de las mil), y doscientas para los que
guardan su fruto”. ¡Qué maravilla! Eso es el proceso de madurez. Vemos en el Cantar de los
Cantares la maduración de la esposa.
Tres metas
“13Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un
La altura de la casa de Dios 69
varón perfecto, (y eso es) a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”. Aquí hay tres
metas que son una. ¿Hasta que todos lleguemos a qué? A tres cosas que son mutuamente
relacionables.
Primera meta: Unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios. Mientras la Iglesia no
madura, mientras esté siguiendo las muchas opiniones humanas, muchas divergencias,
muchas vertientes doctrinales polarizadas, no se ha llegado a la unidad de la fe y del
conocimiento; sino que unos creen de una manera, otros creen de otra, pues hay muchas
maneras de enfocar las cosas. Cuando se va madurando en Cristo, se va logrando, y de a poco
se va llegando; porque es un proceso, un perfeccionamiento para llegar a la unidad de la fe, y no
sólo de la fe sino también del conocimiento del Hijo de Dios. Esa es la primera meta, hasta que
todos lleguemos allí, a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios.
Segunda meta: A un varón perfecto. Esa es la madurez de Cristo; la madurez de Cristo en
cada uno de nosotros, y de todos juntos en uno. De lo individual se pasa a lo corporativo.
Tercera meta: A la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Esa es la casa. Tiene 30
codos de alto. ¿Dónde está la casa? En la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios.
Los 30 codos se relacionan con el varón perfecto. La medida de la estatura de la plenitud. No
son unas personas, sino una casa. Quiere decir, hermanos, que todos los sufrimientos que
tenemos es para dar ocasión a que algo nuevo de Cristo aparezca y se forme en nosotros.
Nosotros ya tenemos a Cristo, pero la Biblia habla de que Cristo se forme dentro de nosotros;
pero nosotros conocemos ciertas cosas de Cristo, nosotros conocemos de Cristo hasta cierta
medida; pero hay otras cosas que Cristo es, que todavía no hemos tocado, no hemos percibido;
son novedades para nosotros. Hay muchas cosas nuevas de aquí para adelante, pero todas de
Cristo,
Entonces, bueno, ya estamos en Cristo hasta aquí, pero hay cosas que no hemos tocado de
70 El templo de Dios
Cristo, y que no se han formado de Cristo en nosotros. Entonces “es necesario que a través de
muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hch. 14:22). Es necesario que haya en
nosotros disensiones, para que manifiesten los que son aprobados.42 La aprobación no es sino
un poco más de Cristo. Nadie es aprobado en sí mismo; sólo somos aceptos en Cristo. Todo lo
que nos acontece, en toda la situación en que el Señor permite que nosotros necesariamente
caminemos, es con el objetivo de que algo más de Cristo se forme, un poco más de la madurez
de Cristo.
estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error”.
Cuánta astucia hay en el mundo religioso, cuánta política.
“15Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto
es, Cristo”. ¿En quién hay que crecer? En Cristo. Crezcamos, pero así en plural, todos juntos,
para así, lo que tengamos que pasar sea todos juntos, por medio de lo que sea necesario que
pasemos; sólo Él sabe lo que sea necesario, porque Él es el que sabe. Uno no sabe lo que hay
que pasar para aprender la obediencia. Crezcamos en todo en Aquel que es la cabeza, la
estatura del varón perfecto; y dice que es Jesucristo. No es sólo la cabeza; es cabeza y cuerpo.
“16De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se
ayudan mutuamente”. En el original griego dice: coyunturas del suministro, pues el traductor
aquí era un poco congregacional, cuando tradujo que se ayudan mutuamente. A nosotros nos
gusta mucho la mutualidad; sin embargo el griego dice coyunturas del suministro.
16
De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas del
suministro, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir
edificándose en amor”. ¿Quién recibe el crecimiento? El cuerpo. Aquí no sólo se trata de un
miembro; sino que si estamos contentos con sólo el crecimiento de un miembro, es porque
todavía no estamos en el sentir de Cristo. Cierto que Cristo murió por mí, cierto que Cristo murió
por ti, pero también Cristo se entregó asimismo por la Iglesia para presentarse a sí mismo una
Iglesia gloriosa, santa y sin mancha. Vemos, pues, que el alcance y el objetivo de la obra de
Cristo es el casamiento con Su Iglesia. No sólo es salvar pecadores individuales. El asunto es
con la Iglesia. Se trata de todo el cuerpo bien concertado. ¡Ayayay, qué difícil es esto!
Sí, en Cristo, sí, es bien, pero en Adán ¿qué? Mal concierto. Qué difícil es estar bien
concertado; qué desconcierto; Dios tenga misericordia. Ahora, esa palabra, concierto, es muy
interesante porque no solamente es concertar piezas. Imagínense, aquí tenemos dos músicos;
La altura de la casa de Dios 73
V
74 El templo de Dios
EL PÓRTICO
DEL TEMPLO44
44
Enseñanza a la iglesia de la localidad de Teusaquillo, Bogotá D.C., Colombia, en febrero 27 de 1998. Transcripción: Betty Durán.
70 El templo de Dios
Entonces dice: “3Y el pórtico delante del templo de la casa...”. Notemos que la casa es más
grande; una parte de la casa es el templo; la casa incluye todo el atrio con todos sus patios
interiores, en cambio el templo incluye el edificio central incluido el lugar santo y el Lugar
Santísimo, y el pórtico es solamente la entrada del santuario, es decir, de lo que aquí se llama el
templo. “Y el pórtico delante del templo de la casa tenía veinte codos de largo a lo ancho de la
casa, y el ancho delante de la casa era de diez codos”.
Conversábamos esta mañana con los hermanos que nos reunimos los viernes aquí por la
mañana y por la tarde, cuántas cosas sería necesario haber profundizado y tenerlas claras para
que sirvieran de base para aprovechar todo lo que dice este versículo. Este versículo realmente
es muy rico;, en este versículo están implicadas muchas áreas de la revelación divina. Mis
hermanos saben que todo el asunto de la casa de Dios, el templo de Dios, se refiere de manera
muy específica, y creo que no encontraremos en la Biblia otro sentido al templo de Dios, a la
casa de Dios, que el del misterio de Cristo. En el capítulo 3 de la epístola a los Efesios, se nos
expresa que el misterio de Cristo es el cuerpo de Cristo; allí nos dice Pablo que por
revelación le fue declarado este misterio; y dice ahí en el versículo 6 del capítulo 3 de la epístola
a los Efesios, que ese misterio (el de Cristo) se refiere a que los gentiles son coherederos y
miembros del mismo cuerpo y copartícipes de la herencia por o mediante el evangelio. Eso
significa que la esencia del misterio de Cristo es el Cuerpo de Cristo.
45
Cfr. Juan 10:7-9
72 El templo de Dios
No sé si mis hermanos al leer las medidas del pórtico, se dieron cuenta que también el
pórtico, al igual que la casa, tiene una medida de largo y una medida de ancho. La casa tiene 60
codos de largo y 20 codos de ancho, en cambio el pórtico tiene 20 de largo y 10 de ancho;
vemos, pues, que el pórtico, al igual que la casa, es un rectángulo, y ese rectángulo nos habla
también de dos aspectos. Así como la casa, por una parte, tiene una longitud que se refiere, con
los 60 codos, a la inclusividad, a la receptividad de la Iglesia, a todo lo que la Iglesia debe
contener, todo lo que típicamente debe estar en la Iglesia; pero tiene a la vez una anchura, un
poco más estrecha, que se refiere a aquello que es específico y santo, y que separa a la Iglesia
del mundo; lo mismo sucede con el pórtico. La longitud del pórtico es exactamente la anchura de
la casa; porque habíamos visto el ancho de la casa, que se refiere a lo que es específicamente
de Cristo. Sí, hay de toda clase de razas, hay de toda clase de sexo, varón y mujer, hay
personas de toda cultura de toda nacionalidad, ricos y pobres, etc., cultos e incultos; sin
embargo no todos son incluidos, sino solamente los que están en Cristo; por eso es que el ancho
de la Casa es exactamente igual al largo del pórtico; coinciden el ancho de la casa y el largo del
pórtico, sin embargo el ancho del pórtico nos muestra que así como en cuanto a la casa existe
una selectividad, no todas las personas del mundo son incluidas sino las que reciben a Cristo,
así también existen dos aspectos en el pórtico: el aspecto del largo del pórtico y el aspecto del
ancho del pórtico; porque una cosa es ser salvo en Cristo y otra cosa es ser vencedor en Cristo.
Por eso también el pórtico manifiesta una selectividad en el ancho; no es igual el largo del
pórtico al ancho del pórtico.
46
Cfr. Romanos 5:9; 1 Tesalonicenses 1:10
74 El templo de Dios
encendidas, sino que se apagaban porque tenían poco aceite; no dice que no tenían aceite; las
otras, las prudentes, no solamente tenían aceite en sus lámparas sino que tenían un aceite de
reserva para que cuando se estuvieran apagando sus lámparas realimentaran sus lámparas con
aceite.
Ahora, nosotros sabemos por la Palabra del Señor que la lámpara de Yahveh, como dice
Proverbios, es el espíritu del hombre,47 y entonces se necesita no solamente tener la vida del
Señor y ser salvos, sino también ejercer el poder del Señor; es el aspecto de la salvación por la
vida. Cuando la Biblia dice: “mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida”
(Ro. 5:10). Quiero llamarles la atención a ese versículo, para que mis hermanos vean esos dos
aspectos de entrar por Cristo, por la fe, pero también para vencer. Vamos a Romanos donde
podemos ver esos aspectos, en Ro. 5:6-11. Sabemos que Cristo es la puerta, Cristo es el
pórtico; pero hay que tener en cuenta que el pórtico tiene ciertos detalles. Así como cuando se
habla de la salvación por la fe en Cristo, la Biblia muestra muchos detalles también en la
salvación. No es una puerta simple, no; es una puerta compleja. La salvación tampoco es algo
simple. Cuando vamos a recoger todos los versículos que nos hablan de la salvación en la
Biblia, encontramos que a veces dice: somos salvos por gracia, y a veces dice: ocupaos de
vuestra salvación con temor y temblor; y a veces dice: será salvo (futuro). A veces dice: somos y
tenemos vida eterna, y a veces dice: ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, y a
veces dice: será salvo, y dice: para vida eterna.
que es la obra jurídica de Cristo, la salvación jurídica, y la otra es el angosto, el ancho del pórtico,
que es la experiencia de la salvación por la vida. Entonces vamos a distinguir estos dos
aspectos diferentes, porque cuando la Biblia nos habla de la salvación, nos habla de una
manera muy amplia, y a veces sólo consideramos un aspecto de la salvación, o consideramos
que ya somos salvos o que todavía no, o que vamos a serlo. Pero la Biblia dice que somos, que
estamos siendo y que seremos salvos; eso significa que hay que entrar por todo el pórtico. “El
que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos” (Jn. 10:9); es pasar a través
de Cristo.
Lo vemos en Romanos 5:6-11: “6Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió
por los impíos. (Ahí está el aspecto objetivo, la base jurídica de nuestra salvación del juicio
eterno, de la ira) 7Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que
alguno osara morir por el bueno. 8Mas Dios muestra su amor para con nosotros...”; aquí están
las palabras del mismo Jesús: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Listo. El
Señor no dijo más cosas; dio a su Hijo, y que el que crea en el Hijo, tenga vida eterna y no
perezca, sino que tenga vida eterna; esa persona que recibió al Señor Jesús se salvó
eternamente y no perecerá jamás. Eso significa que se salvó del juicio eterno. Ahora, ¿se habrá
salvado de sí mismo? ¿Se habrá salvado de su carácter? Ese es ya otro aspecto. De eso
también nos tenemos que salvar. Dice Romanos 5: “8Mas Dios muestra su amor para con
nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. ¿Qué pensaría uno? ¿Ya no
falta nada? ¿Es ese todo el aspecto de la salvación? El siguiente versículo muestra una
salvación de la ira. “9Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos
salvos de la ira”. La obra de Cristo, su sangre derramada y recibida por fe es lo que justifica, pero
¿será que eso nos garantiza la entrada al reino? Por la obra de Cristo obtenemos justificación; o
¿será que Cristo no solamente nos justifica sino que nos da de esta manera que narró Pedro,
El pórtico del templo 77
semejantes a Él y glorificados como Él es. En ese día, la salvación orgánica habrá alcanzado en
nosotros la plenitud de efectividad; es decir, habrá sido efectuada y aplicada. Ya fue efectuada
en la cruz, pero es aplicada en la medida en que vamos creciendo en Cristo; en otras palabras,
en la medida en que vayamos entrando por este pórtico, no solamente al Reino de los salvos
sino también a la congregación de los primogénitos, al grupo de los vencedores.
Cristo, del nuevo hombre. Significa que las personas simplemente están en el ambiente
cristiano, pero no son cristianas, no han nacido de nuevo, no han creído; entonces esas
personas están excluidas de la salvación y mucho más del Reino; porque incluso personas
salvas serán excluidas del Reino; porque no es lo mismo el Reino que la salvación; porque se
sufrirá pérdida del galardón aunque no de la salvación.
Dice claramente 1 Corintios 3:13-15 que “13la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el
día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la
probará. 14Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15Si la
obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida (pero no de la salvación), si bien él mismo será
salvo, aunque así como por fuego”. Significa que esa persona, ese creyente, será salvo con
pérdida y por fuego; no se perderá la salvación pero sí perderá algo, pero eso que perderá no es
la salvación; porque dice que “sufrirá pérdida, si bien el mismo será salvo”; significa que
perderá todo su galardón o parte de su galardón. Por eso el apóstol Juan hablaba de recibir el
galardón completo,49 es decir, que no se pierda parte del galardón de la persona o todo su
galardón, o a lo mejor tenga que ser azotado; porque de eso habla también; habla de azotes a
siervos;50 y dice el Señor que Él llamará a sus siervos; no está hablando de los incrédulos, no.
49
Cfr. 2 Juan 8
50
Cfr. Lucas 12:46-48
80 El templo de Dios
El juicio de los incrédulos es uno, pero el tribunal de Cristo es para juzgar a los siervos, a los
salvos, a los santos, a los hijos; y dice que si hiciere cosas dignas de azotes, será azotado
mucho o poco; claro que al decir mucho y decir poco no es decir eternamente; pero eso significa
mucho. No podemos alargar el mucho y hacerlo eterno; ese aspecto no figura en el tribunal de
Cristo. No estoy hablando del juicio eterno, el juicio de los que no han conocido al Señor, sino del
juicio de los creyentes. Lo leemos en 2 Corintios 5:10: “Porque es necesario que todos nosotros
comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho
mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”. Vemos que recibirá también según lo
malo que hiciere.
51
Cfr. 1 Corintios 9:24-27
82 El templo de Dios
aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según (¿su fe o
según sus obras?) sus obras” (Ap. 22:12). Lo que pasó fue que el catolicismo, tomó los
versículos que se refieren al galardón por obras en el Reino de los ya salvos por gracia, y lo
aplicó a la salvación, y ahora otros aplican la salvación al Reino, la salvación al galardón, y
piensan que por haber creído entonces se merecen estar con Pablo a la diestra o a la izquierda
del Señor Jesús; no, no. Son dos cosas diferentes. La salvación es por gracia sin obras, pero el
galardón es por obras para los salvos por gracia.
El reino es para los salvos en vida, la salvación sólo es para los salvos de la ira por la fe; todo
es por fe; la fe es la base incluso para el Reino porque sobre esa base, el primer escalón de la fe,
es que a la fe se le añade virtud; desde la fe se recibe la virtud, y esa virtud se vuelve
experiencia, que es el verdadero conocimiento de Dios, y ese conocimiento es el que realmente
te restringe porque conoces a Dios, conoces su salvación y te conoces a ti mismo; entonces ese
conocimiento se vuelve templanza. Y esa templanza se vuelve paciencia. etc., y de esa manera
os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino; y vuelve a hablar de la entrada. ¿Y qué
son todas esas etapas? ¿todos esos escalones? son la formación de Cristo, es el crecimiento en
Cristo, es entrar por el pórtico pero ya no para la salvación, sino también para el galardón.
Tengamos en cuenta y distingamos que el ancho del pórtico no es igual al ancho de la casa; el
largo sí. Quien esté en Cristo, quien haya creído en Cristo, está salvo. Por eso el ancho de la
casa es igual al largo del pórtico, porque la persona que cree en Cristo es ya salva y es de la
Iglesia, pero no es todavía vencedor. Así como la casa es un rectángulo selectivo, así también el
pórtico es asimismo un rectángulo selectivo. Así como no de todos los seres humanos, aunque
de toda clase de seres humanos se pueden salvar, no todos serán salvos sino los que crean en
Cristo, así por eso es un rectángulo, por eso el pórtico también es un rectángulo.
el reino será inferior porque de las estrellas, unas tienen más gloria que las otras, se
diferencian una de la otra en gloria.
La Biblia le llama gloria a lo que los astrónomos le llaman magnitudes; estrellas de primera
magnitud, de segunda magnitud, de tercera magnitud, sin embargo, en el Cuerpo de Cristo
habrá vencedores de primera magnitud, de segunda magnitud, de tercera magnitud. Sí, todos
serán salvos pero no todos brillarán igual en el Reino. Tenemos lo de las minas; le fue dada una
mina a cada uno; no hablo de la parábola de los talentos, porque los talentos fueron repartidos
en diferentes cantidades; a uno se le dio cinco talentos, a otro dos, a otro uno; al que menos se
le dio, fue un talento; pero la parábola de las minas es otra.
Ese aspecto de ese pórtico misterioso es un poco más angosto. Bueno, por eso dice: “y el
ancho delante de la casa era de diez codos”. Este es un pórtico que en cuanto a los vencedores
es más selectivo que en cuanto a los creyentes. Los creyentes se salvan, pero de los salvos
algunos serán vencedores y se les otorgará amplia y generosa entrada en el Reino eterno. Ese
es otro aspecto. ¿Se han dado cuenta cuántas cosas están implicadas en este versículo del
pórtico? El Señor es la puerta, pero Él es una puerta un poco compleja. Después más adelante,
veremos otros detalles de la puerta. Vamos a ver que la puerta tiene dos alas, y cada ala tiene
otras dos; tiene muchos detalles esta puerta.
Hermanos, por lo menos hasta ahora hemos visto este aspecto del pórtico, del ulam como se
dice en el idioma hebreo. Hay selectividad en cuanto al reino del cual participarán sólo los
vencedores; así como la salvación es para toda clase de seres humanos, pero no todos serán
salvos, sino los que crean, así también para todos los que crean hay salvación pero no galardón
igual. El galardón es para los que venzan. El precio alcanza para salvar a todos, pero será
efectivamente sólo para aquellos que crean. Ahí está por qué es rectangular la casa, por qué
tiene 60 de largo y apenas 20 de ancho. Pero también el pórtico es rectangular. También en el
pórtico hay selectividad, no todos los salvos serán vencedores. Los vencedores serán
solamente aquellos que sean salvos por vida, no sólo por fe; claro, por fe son salvos del juicio
eterno, pero ahora viven en Cristo y creen en Cristo, y de esa manera se les otorga entrada por
la puerta, la entrada de la puerta; pero ya no habla aquí de la puerta de la salvación, sino de la
puerta del Reino. Eso es lo que tiene que ver con el milenio, no sólo con la salvación.
Yo sé que esto tuve que decirlo así dando por sentado muchas cosas que había que explicar.
Yo sé que detrás de esto hay muchas controversias de siglos en la historia de la Iglesia, pero
esas controversias le han hecho masticar mucho, mucho a la Iglesia. Se masticó a ver cómo era
lo de la salvación, si por obras, si por gracia, y después si se pierde o no se pierde. Si no se
pierde, si es lo mismo que galardón. ¡No!, eso no es lo mismo, y ese galardón es sólo positivo o
88 El templo de Dios
también tiene azotes. Bueno, vamos a ver qué dice Dios en su Palabra. Fue necesario decir esto
muy resumido. Debajo de esto hay mucha digestión de 20 siglos de la Iglesia. Nosotros vamos
siendo herederos de toda esa digestión. Poco a poco. Bueno, vamos a parar aquí, lo relativo al
pórtico del templo de la casa.
VI
LAS VENTANAS
El pórtico del templo 89
DE LA CASA DE DIOS53
53
Enseñanza a la iglesia de la localidad de Teusaquillo, Bogotá D.C., Colombia, en marzo 6 de 1998. Transcripción: Johanna Alvarado.
54
Cfr. 1 Crónicas 22:6-10
86 El templo de Dios
En este capítulo 6 hemos estado siguiendo una serie sobre el templo de Dios; esto lo digo por
causa de los que hoy están por primera vez. En esa serie estamos viendo la manera cómo se
edifica el Templo de Dios; cómo el Señor dio unas especificaciones acerca de Su casa. De
manera que en el capítulo 6, en el primer verso, que fue el primer mensaje que consideramos,
vimos el momento de la edificación del Templo. Dios escoge un momento equis para edificar,
porque si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican;55 y es el Señor el que
sabe el momento oportuno, las coyunturas, las sazones de la labranza de Dios. Luego vimos el
segundo verso en tres reuniones; la primera referida a la longitud del templo, la segunda referida
a la anchura del templo y la tercera referida a la altura del templo. El viernes pasado estuvimos
viendo el siguiente verso relativo al pórtico del templo. Hoy nos corresponde pasar al siguiente
versículo, detenernos un poco en él, que es el versículo número 4, que trata de las ventanas del
templo. Hoy, pues, vamos a ver las ventanas del templo.
55
Cfr. Salmo 127:1
Las ventanas de la casa de Dios 87
Es interesante que el Señor le puso ventanas al templo. Claro que si usted se fija bien cómo
son hechas estas ventanas, se da cuenta que no se puede entrar al templo por las ventanas,
porque como usted va a leer, las ventanas son estrechas por fuera. Aunque son anchas por
dentro, son estrechas por fuera, y nadie puede entrar a la casa de Dios por las ventanas;
solamente se puede entrar por la puerta. Solamente en Cristo la persona está en la Iglesia. No
se puede estar en la Iglesia sin primeramente estar realmente en Cristo. El Señor Jesús enseñó
a los apóstoles, y lo dice el apóstol Pablo en Romanos capítulo 8, dice que el que no tiene el
Espíritu de Cristo no es de Él.56 Significa que una persona que todavía no ha creído en el Señor
Jesús y que no ha recibido efectivamente por la fe el perdón de sus pecados, y que por la fe en
Cristo no ha sido regenerado, recibiendo el Espíritu de Dios, porque el Espíritu de Dios se recibe
por la fe, si esta persona no ha creído, si esta persona no se ha confiado en Cristo y no ha sido
regenerada, esta persona no ha entrado por la puerta. Entonces esta persona no está todavía
dentro de la casa de Dios. Puede ser que esté afiliada a alguna denominación, eso sí.
56
Cfr. Romanos 8:9
88 El templo de Dios
que sí se esclarecieron bien y que era necesario que se esclarecieran primero, para que
después se esclareciera la Iglesia. Fue el asunto de la justificación por la fe. La justificación por
la fe fue verdaderamente lo que el Espíritu trajo en aquella época de la Reforma, en el Siglo XVI,
para que llegara a ser posesión definitiva de la Iglesia como Él lo había querido desde el
principio. Pero lógicamente, después de ver quién realmente está justificado es que se puede
decir quién realmente está en la Iglesia. Mientras eso no estuviera claro, el asunto de la Iglesia
no estaba claro; y algunos, aplicando la parábola del trigo y la cizaña a la Iglesia, decían: Bueno,
en la Iglesia hay trigo y hay cizaña. Pero cuando tú lees con cuidado aquella parábola del Señor
Jesús sobre el trigo y la cizaña, te das cuenta que Él no dice que la Iglesia es el campo; el campo
es el mundo. En el mundo se siembra la cizaña; el mundo es el campo. En el campo el Señor
sembró la semilla, el trigo, que son los hijos del reino; ellos son los que realmente conforman la
Iglesia, y entre los hijos del reino, en el campo que es el mundo y no la Iglesia, Satanás sembró
la cizaña, que son los hijos del malo, que están conviviendo con los hijos del reino, pero no en la
Iglesia, sino en el mundo.
Hoy vamos a ver un poquito más de este aspecto espiritual de la Iglesia. Llegó la época de la
Reforma; con la época de la Reforma, bueno, muchos se salieron del cesaropapismo, de aquel
gobierno absolutista en donde el papa y el emperador definían incluso la religión de las
conciencias particulares. Eso de conciencias particulares parece que no se tenía en cuenta
durante las edades medias. Incluso yo he leído documentos por ahí del siglo VIII, del siglo IX
que cuando algún señor feudal vendía su feudo o lo cedía a otro, lo cedía con todo y
parroquianos, como si los parroquianos fueran gallinas. Sí, con todo y parroquianos. Y hacía el
inventario de los parroquianos. Y eso fue aceptado así. A partir ya de la Reforma, las cosas
comenzaron a cambiar.
Pero entonces, de la iglesia imperial, que comenzó a desarrollarse con Constantino, se pasó a
las llamadas iglesias nacionales europeas, en donde las personas al nacer en una nación tenían
por obligación la religión del príncipe, del gobernante. Si el príncipe era de la línea luterana,
entonces sus súbditos nacían luteranos; pero si alguien nacía en Holanda, podía ser reformado;
si nacía en España, entonces era católico; y como España fue la que colonizó a Latinoamérica,
entonces la gente en estas tierras nacía católica; y hoy en día todavía lo sacerdotes católicos
consideran católicos a la mayoría de los colombianos. De hecho, cuando llegaron hace poco al
colegio de mis hijos, que es del Estado, fueron directamente poniéndole a todos en la frente la
cruz de ceniza de la cuaresma, dando por sentado que todos eran católicos. Claro, cuando
fueron llegando hasta los cristianos, y éstos comenzaban a decir: “a mí no, a mí no”, se dieron
cuenta que había muchos que pensaban diferente; y a partir de ahí comenzaron a preguntar:
“¿Usted acepta o no?” Pero ellos antes ya venían directo a poner su señal a todos. Eso quiere
decir que todavía en la época de la Reforma no se había clarificado el asunto de la Iglesia. ¿Qué
sucedió entonces? Como empezó a haber personas que se decían ser de la Iglesia pero que su
fruto era cizaña y no era trigo, surgió una nueva explicación; la de la iglesia espiritual invisible y la
de la iglesia visible; que esa fue una etapa un poquito posterior; y todavía hay muchos que están
en esa posición de la iglesia invisible y la visible. Claro que cuando tú lees la Biblia, tú no
encuentras que la Iglesia sea invisible, o que la iglesia visible sea distinta de la invisible. En la
Biblia, la Iglesia que es Iglesia en lo invisible aparece muy visible como candelero en las
localidades; pero eso es algo que se ha ido clarificando por el Espíritu Santo durante varios
siglos.
En este asunto que vamos a ver hoy sí vamos a ver un aspecto importante de la espiritualidad
de la Iglesia, que es lo que aparece aquí implícito en este versículo de las ventanas; porque las
ventanas no son para entrar a la Iglesia. Las ventanas sí son para que desde adentro se pueda
ver un poco hacia fuera; pero fíjate que no es al revés. Fíjate en lo que dice allí de las ventanas
90 El templo de Dios
del templo.
“Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”, la “Iglesia Cristiana Gnóstica”, y se
aplican el nombre de iglesia muchas personas, y la gente de afuera realmente, cuando lee el
directorio telefónico, y aunque no lo lea, cuando va por las avenidas, por los barrios, por las
calles, encuentra cantidad de letreros, cantidad de personerías, cantidad de cosas y no entiende
a la Iglesia. Realmente desde afuera no se puede ver muy bien a la Iglesia.
apariencia del reino; hay trigo y también hay cizaña. En la apariencia de la cristiandad hay trigo y
hay cizaña mezclados, pero la realidad del reino no es lo que parece, es el trigo. Luego el reino
se manifestará por fin de una manera definitiva en el Milenio. Por eso habla de que nosotros
estamos trabajando para el reino. Por una parte estamos en el reino y por otra parte se nos dará
entrar al reino.
Hay un reino eterno; de eternidad a eternidad, un aspecto del reino con Israel, otro aspecto del
reino con la Iglesia, otro aspecto del reino con el Milenio, y un aspecto final del reino, al final, ya
en la Nueva Jerusalén; pero todos esos son capítulos diferentes que se refieren a distintos
aspectos del reino y que no hay que confundir. Por una parte habla de entrar en el reino y de que
el reino no ha venido, y sin embargo se habla de que el reino será quitado de Israel. ¿Cuál es el
que no ha venido y cuál es el que es quitado? Son distintos capítulos y distintos aspectos del
reino. Ahora no estamos estudiando del reino, pero mencionamos esto para tenerlo presente,
pero estamos hablando de la Iglesia, que sí es un aspecto del reino.
Fíjense que Pablo, cuando hablaba de su servicio en la Iglesia, dice: “Fulanos y fulanos, que
son los únicos de la circuncisión que me ayudan en el reino de Dios”.57 Y cuando Pablo dice que
“el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Ro.
14:17), allí no habla en futuro, sino en presente. Entonces hay un aspecto, no todos, un aspecto
del reino de los cielos que corresponde al período de la Iglesia; eso nos dice que en el período
de la Iglesia se está gestando el reino que será manifiesto en el Milenio, y luego consumado en
la Nueva Jerusalén, pero son etapas del reino. Ahora, había una etapa con Israel, hay una etapa
con la Iglesia, habrá una etapa en el Milenio, y habrá una etapa final con el cielo nuevo, la tierra
nueva y la Nueva Jerusalén. Ahora no estamos todavía en la Nueva Jerusalén en el sentido final,
aunque en otro sentido sí, en el de Hebreos, pero no en el sentido final. Ahora no estamos en el
57
Cfr. Colosenses 4:10-11
Las ventanas de la casa de Dios 93
Milenio, pero estamos en la Iglesia y estamos en ese aspecto del reino. Y cuando el Señor dice
“no puede entrar en el reino”, quiere decir que el que nace de nuevo entra en el reino; en el
aspecto del reino que corresponde a la Iglesia.
nuevo se le concede que se refiere a nacer de agua y del Espíritu. Entonces dice: “3...el que no
naciere de nuevo, no puede (note este verbo “poder”, es decir, capacidad) ver el reino de Dios”.
pero ciertamente no es invisible para los de adentro. Los de afuera no pueden ver el reino, pero
los de adentro sí. Los de adentro tienen la ventana más ancha; los de adentro sí pueden ver lo
que está adentro y lo que está afuera. Los que están afuera pueden ver lo que está afuera, pero
no lo que está adentro. El que está adentro ve adentro y ve afuera; el que está afuera sólo ve lo
que está afuera y no ve lo de adentro.
ver aquí a continuación, no entiende, no discierne las cosas espirituales que se deben discernir
espiritualmente. Por eso estamos hablando de la espiritualidad de la Iglesia; conocer la Iglesia
por revelación desde adentro.
Sigue diciendo 1 Corintios 2: “8La (sabiduría) que ninguno de los príncipes de este siglo
conoció”; la sabiduría oculta, ¿no? que Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria,
no para la del mundo; para adentro sí, para afuera no; “7...para nuestra gloria, 8la que ninguno de
los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al
Señor de gloria”. Eso significa que realmente Judas no conoció al Señor Jesús; no nació de
nuevo. “9Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio (ahí está lo de afuera), ni oído oyó
(ahí está estrecho por fuera), ni han subido en corazón de hombre (estrecho por fuera), son las
que Dios ha preparado para los que le aman”. Los que le aman; amplia por dentro. “10Pero Dios
nos las reveló (eso es lo que quiere decir una ventana ancha por dentro; reveló) a nosotros por el
Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña (ahí está la ventana ancha por dentro), aun lo
profundo de Dios”. ¡Aleluya! “11Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre (no de
afuera, pero quién), sino el espíritu del hombre que está en él? Así (y ahí está la ventana
estrecha por fuera) tampoco nadie conoció las cosas de Dios (tan, tan estrecha por fuera) sino el
Espíritu de Dios (la ventana ancha por dentro). 12Y nosotros no hemos recibido el espíritu del
mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos (se necesita el Espíritu de Dios
para saber) lo que Dios ha concedido”. Sin el Espíritu de Dios no se puede saber, no se puede
ver.
la Iglesia; quien no conoce a Cristo por dentro, tampoco va a conocer la Iglesia. Sí, puede ser
que conozca muchos jerarcas; puede que se mueva en grandes reuniones con el nuncio
apostólico, allí en las cenas diplomáticas, en los grandes banquetes. Sí, puede ser incluso
embajador en Roma; hay algunos de los embajadores en Roma son amigos de los nuncios, pero
no han nacido de nuevo. Parece que están en relación con la Iglesia, pero están muy afuera, si
no nacen de nuevo.
Seguimos en 1 Corintios 2: “13Lo cual también hablamos (lo que Dios nos ha concedido), no
con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu,
acomodando lo espiritual a lo espiritual”. Esto que llama “lo espiritual” es el contenido, lo que
Dios nos ha concedido, ¿acomodado a qué? a lo otro espiritual, que son las palabras enseñadas
por el Espíritu. Las palabras que enseña el Espíritu son espirituales, y se acomodan a lo que
refieren esas palabras: la realidad de lo que Dios nos ha concedido. La realidad de lo que Dios
nos ha concedido es la sustancia espiritual que se acomoda a las palabras enseñadas por el
Espíritu, que es lo espiritual. Aquí hay dos cosas espirituales que se acomodan una a la otra:
“acomodando lo espiritual a lo espiritual”. Lo que Dios nos ha concedido, la sustancia, es
acomodado a las palabras ensañadas por el Espíritu, o viceversa. Las palabras ensañadas por
el Espíritu se refieren a lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos.
cuando la persona está en la luz, apenas empezaste a hablar, te entiende de qué le vas a hablar.
¿Verdad? Ya sale hacia delante; el Espíritu le revela; después solamente, cuando oye las
palabras dice: Amén, porque conoce desde adentro; y si no, para él eso es una cosa rara; y va a
decir: “¿De qué estás hablando?” El hombre natural no percibe, pues la ventana es estrecha por
fuera. “14El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son
locura, y no las puede (otra vez vemos que es la capacidad del hombre natural; no las puede, no
tiene la capacidad) entender, porque se han de discernir espiritualmente (es decir, haciendo uso
del Espíritu)”.
Discernir espiritualmente se logra haciendo uso del espíritu; si el espíritu ha sido despertado,
ha sido regenerado, entonces puede ejercer la función del discernimiento. Por eso es que el
cuerpo de Cristo debe ser discernido. Al cuerpo de Cristo la gente no lo puede ver así por fuera.
La gente por fuera va a ver muchas organizaciones; y si tú estás en la carne, vas a ver la Iglesia
toda confundida en un montón de organizaciones; pero si tú estás en el Espíritu, vas a reconocer
quiénes son tus hermanos y para ti no va a ser invisible la Iglesia, y vas a actuar de una manera
muy visible, una comunión muy práctica y muy visible con todos tus legítimos hermanos ahí en tu
localidad, ahí en tu lugar, en tu ciudad donde tú vives. ¿Por qué? Porque tú vas a discernir
quiénes son tus hermanos; ¿por qué? Porque participas del mismo Espíritu, entonces
disciernes.
juzgado de nadie”.
¿Sabe que el asunto de estar en la casa de Dios es un asunto de ver? El Señor dice: “mirad”;
se lo dice al salvo. Cuando la persona ve lo que ve el Señor, lo que hizo el Señor y cree en Él,
nace de nuevo y entra; y cuando está adentro ve a sus hermanos. Claro que necesita madurar,
necesita andar en el Espíritu. Si es un hombre natural, aunque sea un hijo de Dios, si está en la
carne y si está en el alma, no va a discernir y no va a poder percibir, y se va a pegar unas cuantas
confundidas. A la vez que la persona va madurando en Cristo y siendo espiritual, juzga todas las
cosas (ventana ancha por dentro); y a la vez dice: “15pero él no es juzgado de nadie (ventana
estrecha por fuera)”. Ustedes saben que la gente lo mira y dice: “¿qué será lo que tiene entre
manos este tipo, o esta señora?” Pues, no entiende nada; aunque trata de captar, no entiende.
Pero el que está en el Espíritu, se encuentra con un hermano, y a veces sin necesidad de que
hable, dice: “este es un hermano”; lo discierne. Esto es muy importante comprenderlo bien; nos
muestra el aspecto interior y el aspecto exterior.
contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad (toda esa jactancia es la
mentira, esa no es la verdad. La verdad es sabia mansedumbre); 15porque esta sabiduría (esa
de contención) no es la que desciende de lo alto, sino (sí es sabiduría, pero terrenal) terrenal,
animal (y todavía más), diabólica... 17Pero (la de adentro) la sabiduría que es de lo alto (ahí está
el contraste) es primeramente (¿cómo se caracteriza?) pura (no tiene intereses mezclados, no
tiene dobles intereses, no usa la piedad como fuente de ganancias con astucia, querer
enriquecerse con la religión), después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de
buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. 18Y el fruto de justicia se siembra en paz para
aquellos que hacen la paz (es decir, adentro, los que están dentro)”.
veremos tal como él es”. Entonces, en la medida que le vemos, en esa misma medida nos
transformamos. Por eso dice: “mirando a cara descubierta, somos transformados”.59 Lo que nos
transforma es ver. Cuando uno ve, entonces se transforma.
59
Cfr. 2 Corintios 3:18
104 El templo de Dios
60
Cfr. 1 Reyes 5:1-18
Las ventanas de la casa de Dios 107
dijo: Pedro, mata y come, y él dijo: No, Señor, no.61 Pedro no entendía que el Señor quería
hacerle entrar la madera gentil por Jope. Fue en Jope que Pedro se dio cuenta de que Dios
quería también gentiles en su casa; tenía que ser en Jope, porque era por Jope por donde
entraba la madera de afuera; la madera gentil entraba por Jope. Hoy el aeropuerto internacional
de Israel está en lo que era Jope, que es Tel Aviv justamente; Tel Aviv es Jope. Por ahí es por
donde llegan los gentiles a Israel hasta hoy.
Entonces dice: “6que los gentiles son coherederos (y también con los que de los judíos
creyeron) y miembros del mismo cuerpo”. Entonces, ¿de qué trata el misterio de Cristo? Del
cuerpo de Cristo, hecho por madera gentil y por madera judía; judíos y gentiles. Los gentiles
entraron por Jope, cuyo arquetipo veterotestamentario fue esa madera que trajo Hiram, así
como en Jope Pedro recibió la revelación para aceptar a los gentiles en la casa de Dios. Y le
discutían a Pedro, pero Pedro dijo: ¡Yo qué culpa tengo!”; y empezó a contar que fue Dios el que
iba delante de él, y que le dijo: “Vé y no dudes”.
61
Cfr. Hechos 10:9-16
108 El templo de Dios
Repetimos: “6que los gentiles son coherederos (ahí está la herencia) y miembros del mismo
cuerpo (ese es el misterio de Cristo)”. El misterio de Cristo es el cuerpo de Cristo. Ese es el
misterio de Cristo; y abarca el aspecto de la relación con los hermanos judíos. Hoy es muy
importante tener en claro estos asuntos, porque por ahí aparecen congregaciones mesiánicas,
de judíos mesiánicos; pero a veces un poco cerrados, es decir, que han entendido que Jesús es
el Mesías, pero se han desentendido del cuerpo de Cristo, donde no hay judío ni griego, y que
madera de una y de la otra formaron parte de la misma casa. Hay que tener mucho cuidado con
esas cosas.
se anda en la carne; aunque sean hermanos, si andan en la carne, no pueden discernir. Si hay
intereses en la carne, se va a confundir acerca de la Iglesia. Se necesita estar en Cristo, estar en
el Espíritu, para poder entender, ver y entrar a la Iglesia, al templo de Dios, para poder ver las
cosas espirituales. El espiritual, juzga todas las cosas, pero él no es juzgado por nadie.
VII
LOS APOSENTOS
LATERALES
DEL TEMPLO62
62
Enseñanza a la Iglesia de la localidad de Teusaquillo, Bogotá D.C., Colombia, en marzo 13 de 1998. Transcripción: Piedad Rusinque de Fajardo, de la Iglesia en Sogamoso.
110 El templo de Dios
Él, al Señor, en esa medida van siendo edificados; en la medida en que se acercan a Dios en
Cristo, en esa misma medida somos edificados. Y dice ¿edificados cómo? como dos cosas
somos edificados: La primera es como casa espiritual, y la segunda como sacerdocio santo.
63
Cfr. Éxodo 12
108 El templo de Dios
Ese es el orden tipológico en que aparece Cristo en Éxodo: primero la pascua con el sacrificio
del cordero, luego la liberación del mundo, de Egipto. Somos llamados a la presencia de Cristo
acercandoos a Él; nos llama allá a Su presencia como la figura del monte Sinaí, y luego empieza
a decir: Bueno, ahora, Moisés, dile al pueblo que me hagan un santuario; y luego que dice que le
hagan un santuario, dice: Bueno, ahora tomarás a los hijos de Aarón y los vestirás y los
consagrarás para que sean mis sacerdotes; y luego dice: y los sacrificios que este sacerdocio en
esta casa va a ofrecer son los siguientes; y continúa con el resto del Pentateuco, especialmente
Levítico; y después alrededor de la casa se organiza el ejército de Israel; y después se le da la
instrucción al ejército de tomarse ciudad por ciudad. Ahí tenemos, pues, el orden espiritual de
Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio y Josué, hasta aquí.
que estamos leyendo en Reyes es lo relativo al plano revelado por Dios acerca de Su casa.
Nosotros en Cristo vamos siendo edificados conforme a este plano, porque dice: sed edificados
como casa espiritual. ¿Cómo nos está diciendo? ¿De qué manera? Y ¿qué resulta de la
edificación? Sí lo que resulta de la edificación es gigantes espirituales individuales, hipercríticos,
parece que no está bien encaminado. Lo que debe resultar de la edificación es una casa
espiritual para Dios y un sacerdocio colegiado.
Estamos analizando 1 Pedro 2:4-5: “4Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente
por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, 5vosotros también, como piedras vivas,
sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales
aceptables a Dios por medio de Jesucristo”. Detengámonos en esa frase: “Acercándoos a él,
sed edificados como casa espiritual”.
El modelo veterotestamentario
¿Qué está diciendo aquí Pedro? Pedro está diciendo que no se acuerdan de Éxodo, que se
acuerdan de Reyes, que se acuerdan de Esdras, que se acuerdan de Nehemías, que se
acuerdan de Ezequiel, que se acuerdan de todo lo que aconteció en ese tiempo, que no se
edificó una verdadera casa para Dios. De eso es que se trata el asunto. Dice Pedro: Sed
edificados como casa. Claro, ahora dice Pedro en el Nuevo Testamento que esa casa es
espiritual; pero cuando dice que seamos edificados como casa, nos está diciendo: Miren, sean
edificados así como fue edificado Be-thel, así como fue edificado el Tabernáculo, así como fue
edificado el templo de Jerusalén, así como fue restaurada la casa de Dios por Zorobabel, así
como Dios le mostró a Ezequiel que quería Su casa, así edificaos como casa; solamente que
ahora, en el Nuevo Testamento, es espiritual.
Así que cuando leemos Éxodo 26, 1 Reyes 6, o Ezequiel 40 al 48, o en Esdras, etc., estamos
110 El templo de Dios
viendo cómo es que se edifica la casa, cómo es que se edifica el templo. Solamente que en ese
tiempo ellos la edificaron con piedras, y con madera, y con plata y con oro, con telas, y unos
materiales que sí tenían un sentido espiritual, pero que en aquel tiempo sólo se hizo la maqueta,
y que hoy en día la casa es espiritual, hoy las piedras son vivas, las tablas son hermanos, etc. De
manera que cuando dice, sed edificados como, quiere decir que cuando leemos estos pasajes
que nos hablan de la edificación de la casa de Dios, nos está diciendo el Espíritu Santo qué
lecciones espirituales tenemos que extraer del plano veterotestamentario; porque lo que
estamos haciendo ahora es leyendo un plano; eso es cuando leemos la restauración del templo,
cuando leemos la historia de Betel, en todo ello, pues, vemos los principales trazos del plano.
Cuando leemos lo del Tabernáculo, ya vemos más detalles del plano; cuando leemos lo del
Templo, vemos más detalles; cuando leemos la visión de Ezequiel, hay muchisimos más
detalles; cuando leemos la Nueva Jerusalén, bueno, ahí vemos la consumación de los detalles;
pero lógicamente que no se puede llegar a los detalles empezando por lo complejo, sino por lo
simple. Todas estas visiones o revelaciones tanto en Betel como en el Tabernáculo, como en el
Templo, como en la visión de Ezequiel, la restauración de la casa y la Nueva Jerusalén, y lo que
dice acerca de la Iglesia en el Nuevo Testamento, todo esto tiene una continuidad. El Señor nos
va llevando de lo simple a lo complejo. Y cada detalle complejo que encontramos está
engarzado en un detalle simple de la tipología anterior. Es una cadena progresiva.
hierro mezclado con barro.64 Ahí tenemos la visión de la historia universal de manera simple. No
entra en muchos detalles; pero cuando tú vas a Daniel capítulo 7, donde es la visión de aquellas
4 bestias y del reino de los santos que la sustituyen, vemos que habla de lo mismo, pero con un
poco más de detalles.
Digamos que tú tienes que colocar la primera bestia en consonancia con la cabeza del sueño,
la segunda bestia en consonancia con los brazos y pechos de plata, la tercera bestia en
consonancia con el vientre y muslos de bronce, la cuarta bestia en consonancia con las piernas
de hierro, los diez cuernos con los diez dedos. Eso significa que el Señor no es que dé una
revelación aquí y la próxima que da es totalmente nueva, sino que es en continuidad con la
anterior. En las visiones avanzadas Dios no se desentiende de las anteriores, sino que las
posteriores se entienden gracias al trabajo de las anteriores; esto que vamos a ver ahora se
enlaza con las revelaciones anteriores. Los detalles posteriores y complejos, se captan gracias a
los detalles anteriores más simples; quiere decir que se está hablando de lo mismo que ya se
había hablado antes, pero con un poco más de detalle. ¿Me comprendieron el principio?
64
Cfr. Daniel 2
112 El templo de Dios
El progreso de la revelación
Primero es Be-thel, casa de Dios, y después el Tabernáculo; eso quiere decir que el concepto
de Betel está subsumido en el Tabernáculo, sólo que con más detalles; y en el Templo esta
subsumido el tabernáculo. Vemos, pues, que el Templo subsume el Tabernáculo y a Betel; la
Nueva Jerusalén subsume el Templo, el Tabernáculo y subsume también Betel. La Nueva
Jerusalén subsume todo esto desde Betel hasta la Iglesia. Subsumir quiere decir que una cosa
está desarrollada en la otra; es algo que se va desarrollando, y perfeccionando. Como vas a
interpretar un detalle complejo, tienes que regresar al símbolo más simple anterior; y cuando vas
al título más simple anterior, ahí vas a encontrar inmediatamente que se está hablando de lo
mismo.
Analicemos un poco en Betel. ¿Qué hubo en Betel? Una piedra, aceite y libación.65 La piedra
representa la casa de Dios; el óleo de la unción representado en el sacerdocio, y la libación
representando los sacrificios espirituales; sólo que era muy simple. Era una piedra ungida, y
luego derramada libación sobre ella; eso es Betel. Sólo que más tarde esa piedra se volvió
Tabernáculo, esa unción se volvió sacerdocio y esa libación se volvió sacrificio. Pero ¿se dieron
cuenta de la continuidad? La continuidad sigue. Acercándoos a Él, sed edificados como casa
espiritual; ahí está la piedra. Sacerdocio santo; ahí está la unción. Sacrificios espirituales; ahí
está la libación. Ahí está el Tabernáculo, ahí esta el sacerdocio, y ahí están los sacrificios. Ahora
estamos en Reyes, pero tenemos que entender estos dos versículos que leímos a la luz de los
pasajes anteriores.
65
Cfr. Génesis 28:10-22
Los aposentos laterales del templo 113
Ahora sí volvamos a 1 Reyes 6:5. Aquí nos había hablado de la casa, nos había hablado de la
longitud del templo, es decir, la parte del edificio grande. El edificio grande es todo el
Tabernáculo viniendo del atrio, viniendo del lugar santo y del Lugar Santísimo; se llama el ulam,
es decir, el lugar del atrio o el vestíbulo del pórtico. Luego el jecal, que es el lugar santo, y el
debir, que es el Lugar Santísimo. Por eso se habla del pórtico del templo de la casa. Ustedes
recuerdan que así hablaba. Fíjense en cómo lo decía en el versículo 3: y el pórtico del templo de
la casa tenía tales medidas. Fíjense en cómo habla; habla del pórtico, el pórtico del templo de la
casa. El pórtico se refería solamente al vestíbulo, que es cuando se pasa del atrio al lugar santo,
y luego decía el templo. El Templo se refiere ya al Lugar Santísimo, y al lugar santo con el
pórtico, y la casa se refiere a todo el edificio incluyendo el muro de afuera, el atrio y todas las
puertas. Significa que la casa grande tiene unos atrios con unos muros, y en el medio tiene aquel
rectángulo que es el templo, y ese templo tiene a la entrada un pórtico. De manera que nos
dimos cuenta cómo es el pórtico del templo de la casa.
tres pisos, y la de más abajo era más angosta, y la de en medio era mediana, y la de más arriba,
unas cámaras más amplias. Después más adelante vamos a ver cómo se subía de la una a la
otra. Pero vamos entrando en la tipología de las cámaras alrededor de la casa. Si en la Biblia
hablamos del Cuerpo y de la Cabeza, pero el Señor se vale también de la Iglesia para reforzar el
misterio, el Señor le dio a la Iglesia el diaconado en el primer piso, el episcopado u obispado en
el segundo piso, y el apostolado en el tercer piso, para que sirvan de contrafuerte a la casa.
Vamos a la tipología, vamos al Tabernáculo. En el Tabernáculo el Señor puso las tablas una al
lado de la otra; cada uno de los hermanos en Cristo es una tabla del tabernáculo. Pero el Señor
no solamente quiso que las tablas tengan relación entre sí solitas. Sí, debe tener una relación de
tabla con tabla; recuérdese que cada tabla solamente tenía un codo y medio de ancho; no tenía
una medida completa, porque la medida divina es tres codos; pero si sólo tenía un codo y medio,
quiere decir yo solo. Como dice, una sola golondrina no hace verano. Por eso el Señor dice que
debemos ir de dos en dos; por eso es que una tabla de uno y medio no es completa; solamente
cuando está esta tabla con la otra tabla, ahora sí hay Iglesia. Cuando tú estás solo, no hay
Iglesia todavía. Para que haya Iglesia se tiene que empezar por dos o tres. “Porque donde están
dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt. 18:20). Por ahí
comienza la Iglesia. Ese dos o tres significa la relación de una tabla junto a la otra tabla.
espigas representan a Cristo. Cristo dijo que Él era el grano de trigo que había de morir para dar
fruto. Y él fructificó y el fruto de Cristo es el que mantiene a los santos unidos. Amor, gozo, paz,
benignidad, paciencia, bondad, fe, mansedumbre, esas son las espigas entrelazadas entre los
santos. Las espigas entrelazadas entre las tablas representan la comunión de los santos.
Pero al Señor no le fue suficiente; el Señor quería reforzar un poco más las paredes del
Tabernáculo y le puso cinco barras a las tablas; les puso argollas y por esas argollas pasaban
las barras; y aquellas cinco barras ayudaban a mantener también las tablas en su lugar. No era
suficiente que las tablas estuvieran una al lado de la otra solamente sostenidas por las espigas;
no era suficiente las espigas; se necesitaba un contrafuerte, y ese contrafuerte eran las barras, y
esas cinco barras representan los cinco ministerios que son apóstoles, profetas, evangelistas,
pastores y maestros,66 por los cuales el Tabernáculo es mantenido en orden y en su lugar.
Entonces el Señor dice que él dio a la Iglesia primeramente apóstoles; lo segundo, profetas; lo
tercero, evangelistas; lo cuarto, pastores, y lo quinto, maestros; y dice para qué, para
perfeccionar a los santos. Significa que los santos solos sin el ministerio, sí forman la casa, pero
necesitan un perfeccionamiento; y esa palabra, perfeccionamiento, es una palabra traducida del
término griego katartisis \κατάρτισις], cuyo significado es ajustamiento, ajustar. Ajustar a los
santos se relaciona mucho más con las barras, tener las cosas en su lugar; y no solamente había
barras para mantener las tablas en su lugar.
Dios estableció tres cosas para mantener las tablas unidas. 1) Primera cosa, las espigas; esa
es la comunión de los santos, el fruto del Espíritu. 2) Segunda cosa, las barras; ese es el
ministerio para ayudar a ajustar a los santos, para perfeccionar a los santos para la edificación
del cuerpo de Cristo, la casa de Dios. 3) Pero también había unos goznes de bronce en la
cerviz de las tablas que no la dejaban irse ni para un lado ni para el otro. A veces si no es a las
66
Cfr. Efesios 4:11
116 El templo de Dios
buenas, entonces por medio de la disciplina somos mantenidos en nuestro lugar. ¡Aleluya! A
veces por medio de la disciplina somos mantenidos en nuestro lugar. Pasemos ahora del
Tabernáculo, al Templo; ya en el Templo y en el lugar de las cinco barras encontramos las
galerías. Lo que en el tabernáculo hacían las barras, en el templo lo hacen esas tres galerías.
Debemos ser edificados como casa espiritual, pero esa casa tiene el ministerio dispuesto así de
parte de Dios. No es suficiente que los santos estén vinculados entre sí solos. Se necesita que
los santos estén en comunión con el ministerio de los apóstoles, con los presbíteros, y con los
diáconos para que la casa sea una verdadera edificación espiritual. Si todavía no lo es, debemos
ser edificados; primero tiene que surgir un diaconado, luego tiene que surgir un presbiterio; y de
entre los presbíteros, de entre los que integran los presbiterios locales, debe surgir el
apostolado; porque los apóstoles son los que realizan la obra del Señor; y ¿eso tiene que surgir
de dónde? De entre los santos; surgen los diáconos y luego los ancianos, y de entre los
ancianos surgen los apóstoles.68
68
Cfr. Hechos 13:1-3
118 El templo de Dios
Esto hay que entenderlo bien; porque miren una frase que dice el apóstol Pablo a Timoteo:
“Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo” (2 Ti. 2:7). Con ese el Señor, ahí
esta la cabeza; te dé entendimiento en todo, ahí esta la Iglesia. La iglesia es un organismo
complejo; tiene la cabeza, tiene el cuerpo, y ese cuerpo tiene sus coyunturas y ligamentos, con
sus respectivos oficios y servicios. El oficio de los diáconos es el diaconado, el oficio de los
presbíteros es el obispado y el oficio de los apóstoles es el apostolado.
El apostolado
Vamos a ver esa palabra apostolado; vamos primeramente a Romanos 1:5: “Y por quien (por
el Hijo de Dios) recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las
naciones por amor de su nombre”. La gracia y el apostolado. También en Hechos de los
Apóstoles 1:24-25: “24Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos,
muestra cuál de estos dos has escogido, 25para que tome la parte de este ministerio y
apostolado, de que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar”. Fue el Señor el
que sacó a Judas, para irse a su propio lugar; note que dice: la parte de este ministerio y
apostolado; y es importante notar que cuando dice la parte de este ministerio, es porque el
ministerio es colegido, no es individual. Se llama el ministerio del nuevo pacto, el ministerio
del Espíritu, el ministerio de la reconciliación, el ministerio de la justificación. Especialmente en la
segunda a los Corintios, capítulos 3, 4 y 5 habla del ministerio como un ministerio del Nuevo
Testamento, del cual forman parte los ministros. No es que cada ministro tiene un ministerio
totalmente desvinculado del ministerio del Nuevo Pacto. No, cada uno tiene su parte. Pedro
tenía parte en el ministerio, Bartolomé tenía una parte del ministerio, Andrés también tenía una
parte del ministerio; y el ministerio del Nuevo Pacto es la torta completa. Así se llama, el
ministerio de la reconciliación o ministerio del apostolado.
Ese ministerio, el Señor lo dio a varios, lo comparten varios. Ninguna persona ostenta ella sola
Los aposentos laterales del templo 119
el ministerio, ni ella sola el apostolado; lo ostentan varias personas. Por eso dice en Hechos, la
parte de este ministerio y apostolado; por eso se habla de la comunión de los apóstoles. Cuando
el apóstol Juan dice: “Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros
tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su
Hijo Jesucristo” (1 Jn. 1:3), ahí vemos que la comunión de los apóstoles es con el Padre y su Hijo
Jesucristo. Esa es la comunión de los apóstoles o la comunión apostólica.
Hermanos, el apostolado es también colectivo. Así como el diaconado es colectivo, y el
obispado es colectivo, el apostolado también es colectivo. Claro que hay detalles ahí en el
apostado, hay distintas clases de apóstoles pero de todas maneras es colectivo. Por eso vemos
a Pedro diciendo: Judas era contado con nosotros. Vemos, pues, que ellos contaron el uno con
el otro, y juntos decían lo mismo.
de arriba. Hay mucho trabajo que hacer, hasta que todos lleguemos a la altura de la casa. ¡Ay
Señor Jesús! Hasta que todos lleguemos a esa altura de Dios. Bueno, aquí en Romanos y en
Hechos aparece otra vez el apostolado.
Compañías de obreros
Ahora pasemos a la epístola del apóstol Pablo a los Gálatas; allí vamos a encontrar también
este orden, esta palabra, en Gálatas 2:8 en adelante; ese es justamente el pasaje donde estaba
comentado: “8(pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también
en mí para con los gentiles”. Eso nos dice que había una compañía de obreros que el Señor
envió a los judíos bajo el liderazgo de Pedro.
Cada equipo de obreros, es decir, cada compañía de obreros tiene una misión especifica en el
Cuerpo y una jurisdicción específica. Cada compañía de obreros que lidera un grupo de santos
en una región tiene una jurisdicción especifica. Eso aparece muy claro; y dice aquí: “el que
actuó”; porque si no actúa el Señor, ¿qué apostolado va a haber? Porque si no actúa el Señor,
no hay apostolado; porque lo que constituye el ministerio es la operación del poder de Dios por la
gracia; es eso, la operación del poder por la gracia. Jamás actúa el título. Eso lo dice Efesios.
Enseguida lo leemos, y terminamos allí.
cuando a Salomón se le ocurrió hacer la viña, la hizo como el Señor tiene su casa en este
mundo), la cual (la viña del cuerpo de Cristo) entregó a guardas”. ¿Quiénes son estos guardas?
La viña es la Iglesia, pero el Señor quiere que Su Iglesia tenga contrafuertes, que tenga guardas;
esos guardas representan el ministerio.
Sin embargo, dice que “cada uno de los cuales (cada uno de los guardas) debía traer mil
monedas de plata por su fruto”; es decir, el fruto de la redención. Cada guarda. A todos les fue
encomendada una sola viña, pero cada uno tenía una parte que presentar.
violado la autoridad. ¿Me entienden eso, hermanos? Hay una limitación; de ahí que Pablo diga:
“No nos hemos extralimitado, como si no llegásemos hasta vosotros”. Si ustedes son los
primeros, no se están extralimitando. Ustedes están fundado las iglesias locales, nos están
enseñando, están estableciendo, porque a ustedes el Señor los encargó, y ustedes son los
primeros que van a responder. Si otro viene a cooperar, debe cooperar debajo de su autoridad, y
hasta donde esa autoridad le permite llegar, y no ir más allá de donde le es permitido; porque si
cruza esa línea más allá, hay peligro.
Esto nos muestra que la Casa de Dios es reforzada por aquellas galerías que tienen cámaras,
aquellos aposentos en tres niveles. El diaconado; sobre éste está el obispado; porque el
gobierno no está con los diáconos sino con los presbíteros, y sobre los presbiterios, ¿sobre
quiénes está la audiencia de los problemas del presbiterio? sobre los apóstoles que los
nombraron. Los que ventilan los problemas en el presbiterio son los apóstoles que los
nombraron; son éstos los que deben oír, admitir o no admitir con dos o tres testigos, las quejas.
Y si se trata en privado, y si no se corrigen cuando se trató el asunto, se reprende, se recuerda lo
que hizo delante de todos. Eso es lo que hay que hacer; y quienes tienen que hacer esto son los
obreros, los apóstoles. Gloria a Dios.
Los aposentos laterales del templo 125
VIII
EL MODELO
ILUSTRADO
DEL TEMPLO70
70
Enseñanza a la iglesia de la localidad de Teusaquillo, Bogotá D.C., Colombia, en marzo 27 de 1998. Transcripción: Andrés Salamanca
126 El templo de Dios
de algo que es necesario hacer. Hemos estado estudiando lo del Templo de Dios a pedacitos.
pero de tanto en tanto es necesario remontarnos un poco, mirar la panorámica e integrar los
pedacitos en un todo para que no nos quedemos con pedacitos sueltos, sino que ahora vamos a
recapitular lo que ya vimos en los versos que hasta aquí hemos estudiado. Vamos a
recapitularlos con una ilustración neotestamentaria del modelo del templo. Ese es el tema de
esta noche: la ilustración neotestamentaria del modelo del templo.
Entonces, para tener fresco justamente ese modelo del templo, vamos a hacer una lectura de
corrido desde donde comenzamos hasta donde quedamos la vez pasada, y luego iremos al
Nuevo Testamento, con la ayuda del Señor, para ilustrar el modelo del Templo que estamos
leyendo aquí en 1 Reyes 6:1-6:
“1En el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel salieron de Egipto, el
cuarto año del principio del reino de Salomón sobre Israel, en el mes de Zif, que es el mes
segundo, comenzó él a edificar la casa de Jehová. 2La casa que el rey Salomón edificó a
Jehová tenía sesenta codos de largo y veinte de ancho, y treinta codos de alto. 3Y el pórtico
delante del templo de la casa tenía veinte codos de largo a lo ancho de la casa, y el ancho
delante de la casa era de diez codos. 4E hizo a la casa ventanas anchas por dentro y
estrechas por fuera. 5Edificó también junto al muro de la casa aposentos alrededor, contra
las paredes de la casa alrededor del templo y del lugar santísimo; e hizo cámaras laterales
alrededor. 6El aposento de abajo era de cinco codos de ancho, el de en medio de seis codos
de ancho, y el tercero de siete codos de ancho; porque por fuera había hecho
disminuciones a la casa alrededor, para no empotrar las vigas en las paredes de la casa.”
Esto lo leímos, aunque lo hemos estado estudiando en forma lenta, para que tengamos
presente todos los aspectos en la ilustración que veremos en el Nuevo Testamento de lo que
hemos leído. Hemos estado leyendo tipología, pero en el Nuevo Testamento no es tipología, es
la realidad. Entonces, ahora debemos ir al Nuevo Testamento y mirar cómo realmente el templo
123
71
Cfr. Filipenses 4:15
124 El templo de Dios
que es una iglesia a la que Pablo llama: gozo y corona mía;72 muy diferente de lo que decía a
las iglesias de Galacia: estoy perplejo ante vosotros, no sé qué pensar de vosotros, todavía sigo
teniendo dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros.73 El sentimiento de Pablo
para con las iglesias de Galacia era diferente del sentimiento para con la iglesia de los filipenses.
Lo mismo, a la iglesia en Tesalónica dice: estoy rogando a Dios día y noche para poder volver a
ver vuestro rostro y completar lo que falta a vuestra fe.74 Eso nos dice que si Pablo decía
completar, era un tiempo en el que faltaban todavía muchas cosas en la iglesia en Tesalónica.
Podemos, pues, ver la diferencia; a los tesalonicenses les dice: completar lo que falta, pero a los
filipenses les dice corona mía.
72
Cfr. Filipenses 4:1
73
Cfr. Gálatas 4:19-20
74
Cfr. 1 Tesalonicenses 3:10
El modelo ilustrado del templo 125
Vamos a comenzar a ver las medidas. Decía que la longitud era de sesenta codos. Mis
hermanos recuerdan que los sesenta (60) vienen de seis (6), número de hombre, por diez (10),
número de las naciones; gente de toda tribu, lengua y nación, lo cual nos habla de la inclusividad
o receptividad de la iglesia. La iglesia incluye a toda clase de hijos de Dios sin ninguna
discriminación. Sí, así es el cuerpo de Cristo; en el cuerpo de Cristo caben todos los hijos de
Dios; y por eso aparece en la Palabra aquí en Filipenses 1:1: “... a todos los santos en Cristo
Jesús”. De esta frase, vamos a resaltar la palabra todos. A veces nosotros hablamos de los
santos en Cristo, pero no de todos los santos. La palabra todos los santos está resaltando la
inclusividad de la iglesia en Filipos. La ciudad de Filipos es la jurisdicción en la cual el Señor
levanta Su casa. En Filipenses 4:15, Pablo llama iglesia a los santos en Filipos:
“15Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del
evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y
recibir, sino vosotros solos”.
¿Quién es este vosotros solos cuando dice sino? Ninguna iglesia sino, es decir vosotros solos,
la iglesia de los filipenses, la iglesia en la localidad, municipio, ciudad, población o aldea de
Filipos. Pero cuando el apóstol está diciendo: “todos los santos en Cristo Jesús que están en
Filipos”, en la palabra todos aparecen los sesenta codos de largo, allí aparece la inclusividad de
la iglesia. La iglesia de un pueblo, de una ciudad, de un municipio, de una aldea, está
conformada por todos los santos en Cristo Jesús. Por favor, hermanos, subrayen en sus Biblias
la palabra todos.
a Dios, entonces no es la casa de Dios sino una casa que tú estas construyendo según tus
propias medidas. Claro, tú piensas hacerla para el Señor, pero el Señor te dice: te quedaste
corto en unos cuantos codos. Por eso Pablo les decía a los corintios: “ensanchaos también
vosotros, no seáis estrechos”.75
La Iglesia universal
Hermanos, es necesario que nosotros sepamos esto: a los ojos del Señor Jesús, en lo
universal, no existe sino una Iglesia. El Señor habla de Mí Iglesia, en lo universal. Él habló
también en lo local, pero en lo universal el Señor dice Mi Iglesia; y en Efesios dice: “A él sea
gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén” (Ef.
3:21). Sólo dice la iglesia, no le pone apellidos, no le pone adjetivo, no le dice católica,
protestante, cruzada, ortodoxa, luterana, calvinista, metodista, bautista, no. Simplemente la
iglesia, “la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo” (Ef. 1:23). El Señor
le llama iglesia no a ningún templo hecho con manos humanas, ni tampoco a un grupo de hijos
suyos separados de los demás. Cuando el Señor dice: Mí Iglesia, no se está refiriendo a ninguna
denominación particular; no había denominaciones todavía cuando el Señor habló de Su Iglesia
y cuando Pablo escribió esta carta, Cuando el Señor dice: Mí Iglesia, o cuando los apóstoles
dicen la Iglesia, la cual es Su cuerpo, se está incluyendo a la suma de todos los hijos de Dios,
limpiados y comprados con Su sangre, y regenerados efectivamente por el Señor. Esta es la
Iglesia en lo universal.
La iglesia local
Si tú entiendes cual es la Iglesia en lo universal, tú vas a entender cual es la iglesia en
75
Cfr. 2 Corintios 6:11-13
El modelo ilustrado del templo 127
La inclusividad de la Iglesia
128 El templo de Dios
Ahora, como las otras iglesias todavía no tenían el mismo problema, Pablo les dice: la iglesia
de los Tesalonicenses, o los santos que están en Colosas, o los santos que están en Filipos, o
a los santos que están en Roma; pero los de Corinto sí tenían un problema; ellos decían ser de,
o de, o de, entonces a ellos les tiene que decir la Iglesia de Dios, no de Pablo, de Dios; no de
Apolos, de Dios; no de Cefas, de Dios. Pero no como una denominación que se llame La Iglesia
de Dios y excluye a los hijos de Dios; porque la auténtica Iglesia de Dios no excluye a ningún hijo
de Dios. ¿Cómo va a haber una Iglesia de Dios que excluye a hijos de Dios? Yo no puedo ni
nadie puede escoger a sus hermanos; nosotros debemos aceptar los hermanos que nuestro
Padre nos engendró; nos gusten o no nos gusten, esos son mis hermanos que nuestro Padre
nos está dando; si Él los engendró, si Él los recibió, yo tengo que recibirlos. Esa es, pues, la
inclusividad de la Iglesia, esa es la receptividad de la Iglesia, la que dice recibíos unos a otros
como Cristo os recibió. ¿Cómo te recibió Cristo? ¿En base a que mérito? ¿Tu teología era la
mejor? O ¿solamente cuando te hayas graduado de teología vas a empezar a ser hijo de Dios?
No, el día en que estabas muerto en delitos y pecados, Él te llamó de la muerte, como a Lázaro:
“¡Lázaro, ven fuera!” (Jn. 11:43). Así tú oíste la voz del Hijo de Dios, y creíste en Él, y ahora eres
hijo. Cuando creíste que Dios envió a su Hijo, que Jesús es el Hijo de Dios, y que las palabras
que Él nos habló las recibió del Padre, a nosotros que hemos creído, a los que le recibieron, a los
que creen en su Nombre les dio potestad de ser llamados hijos suyos; ya no son nacidos de
voluntad de carne ni de varón,76 los que en efecto, por la fe sincera, no fingida, no nominal,
nacieron de nuevo por creer en Jesús como el Hijo de Dios que limpió sus pecados, que resucitó,
que ascendió, y que confían que Su muerte es expiatoria, y no tienen otra cosa en la cual
descansar y en la cual gloriarse sino en la cruz del Señor Jesús, éstos fueron comprados con Su
sangre y regenerados por su Espíritu. El que cree, dice el apóstol san Juan, que Jesús es el Hijo
de Dios, es decir, el que se confía en Él, es nacido de Dios.
76
Cfr. Juan 1:12,13
El modelo ilustrado del templo 129
De manera que la persona que creyó en Jesús de corazón sincero ya nació de nuevo y
pertenece a la Iglesia, es del cuerpo de Cristo; si no tiene el Espíritu de Cristo no es de Él, pero
si lo tiene es de Él. A veces el Señor les da el Espíritu de Cristo a algunos que uno no esperaría;
los judíos no esperaban que los gentiles recibiesen también el Espíritu de Cristo. El Señor sabía
cómo era Pedro, sabía cómo era su corazón, y tuvo que adelantársele diciéndole: “Pedro, mata
y come”; pero Pedro no quería; tres veces le dijo que no al Señor. Lo que Yo he limpiado no lo
llames tú común, le dijo el Señor;77 pero a veces, uno sigue llamando común a lo que el Señor
ha limpiado con Su sangre. Común porque no tiene toda la teología en todos los puntos y
señales iguales a la de uno. No estamos aquí hablando de las herejías que no están sobre la
base de Jesucristo, estamos hablando de los que están en Cristo, los hijos verdaderos de Dios,
que es lo esencial.
77
Cfr. Hechos 10:9-16
130 El templo de Dios
Dice la Palabra de Dios: “Recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para
gloria de Dios” (Ro. 15:7). Cuando la Palabra de Dios dice: “todos los santos en Cristo Jesús que
están en Filipos...”, está enfatizando la anchura del templo, esos sesenta codos de ancho. Así
que, ¿quiénes son nuestros hermanos aquí en esta localidad? No son sólo los que entienden la
iglesia; son todos los santos en Cristo Jesús que están en esta localidad. Los miembros son de
la familia porque nacieron en la familia; no es cuando entiendan la familia; yo soy de la familia
García, y mi tío es éste, y mi primo es éste; que cuando tenga toda esa doctrina familiar entonces
sí llega a ser de la familia, no. Cuando el papá lo engendró en la mamá, ya nació, ya es de la
familia, ya es de la familia García, él no sabe ni quién es su papá, ni qué diferencia hay entre su
papá y su tío; él no sabe, pero él es hijo del papá aunque él no sepa bien, pero él ya nació. Lo
que hay que tener en cuenta es si nació del papá.
78
Cfr. 1 Corintios 10:17; 11:27-29
El modelo ilustrado del templo 131
Si uno no se examina a uno mismo, el Señor tiene que examinarnos y corregirnos para que no
seamos condenados con el mundo, como dice en 1 de Corintios 11:32; es decir que es un hijo,
es un niño que nació en la familia, pertenece a la familia, pero no entiende la familia, no la
discierne. Cuando la Biblia dice: “todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos...”, se
refiere a toda la familia de Dios, todos los nacidos de nuevo en Cristo Jesús; no importa si
entienden o no; no importa si dicen: yo soy de Pablo, yo soy de Apolos. A mí no me importa si un
hermano me dice: yo soy bautista, yo soy metodista; a mí lo que me importa es si es de Cristo; no
me importa lo que él dice, me importa lo que él realmente sea. Un hijo de Dios puede pensar que
él es bautista o presbiteriano, pero él es un hijo de Dios, él es un miembro del cuerpo de Cristo.
Yo no le puedo decir: “Ah, es que usted es metodista, usted es de otra iglesia, en cambio yo soy
presbiteriano”. Si él ya nació de nuevo, es nacido de mi Padre y pertenece a la Iglesia universal
del Señor, la de Dios; y si está en la misma localidad donde yo estoy, es de la iglesia en esa
localidad.
vemos el ancho de la casa, que es más estrecho, estamos viendo lo que es fundamental, lo que
es esencial, aquello sin lo cual no se está en la Iglesia, aquello que tiene que ver con el
fundamento; porque puede haber personas que hablen de Jesús, pero no es el Jesús del que
habla el Espíritu Santo por boca de los apóstoles, entonces hablan de otro Jesús, hablan de un
Jesús moralista, humanista, incluso espiritista, o de la era de acuario. Hay muchos supuestos
Jesús, pero son otro Jesús, otro espíritu y otro evangelio. Aunque la Iglesia es inclusiva de todos
los hijos de Dios, no es inclusiva de toda clase de otros supuestos Jesús, espíritus y evangelios,
no. Jesús es solamente el de la Biblia, el de los apóstoles; el Espíritu es solamente el Santo, y el
evangelio es solamente el evangelio de Dios que está en la Biblia. No hay otro evangelio, y no
hay otro Jesús. Claro, hay algunos llamados evangelios que pretenden pervertir el verdadero
evangelio, como dice Pablo a los Gálatas, y presentar otro Jesús y otro espíritu. Aunque la
Iglesia es inclusiva de los hijos, no es una Iglesia ingenua, a la que le ponen en la boca sapos,
culebras, serpientes, toda clase de bichos, no. La Iglesia en esto es santa; es una, pero santa.
ventanas.
sobresalientes en el área del servicio de las cosas materiales, de la administración, del cuidado
de las iglesias y de todas estas cosas, entonces el Señor dice: Bueno, pongan en prueba a
algunos de entre todos los santos; porque todos deben servir, algunos prestan un servicio
especial, y entonces cuando están a prueba es una especie de subdiaconado; y cuando pasan
la prueba, forman el diaconado, que es un don de gracia que se perfecciona; y de ahí el número
cinco del ancho de la cámara de abajo. Pues el 5 es el número de gracia; y por eso el altar de
bronce, que representa la cruz de Cristo, era de cinco codos por cinco codos, representando la
gracia; porque el número tres es Dios, Padre, Hijo y Espíritu; el número cuatro, la creación; y
después, el número cinco, la gracia. En el capitulo cuatro de Apocalipsis vemos a Dios siendo
adorado por la creación, y en el cinco por la gracia. Entonces, el número de la gracia es el cinco,
y son cinco codos de ancho los de la cámara de abajo.
lo tienen los ancianos. Es decir, es el presbiterio o los obispos de la ciudad; porque la jurisdicción
de los ancianos es la ciudad, así como en Filipos estaban los obispos de la iglesia en Filipos.
Pablo le dice a Tito: “Por esta causa te dejé en Creta, (que es una isla que tiene muchas
localidades, muchos pueblos, muchas polis y municipios) para que corrigieses lo deficiente, y
establecieses ancianos (presbíteros, obispos) en cada ciudad” (Tito 1:5). La jurisdicción de la
junta de ancianos, o presbíteros, u obispos o también llamados pastores en el sentido amplio, es
la ciudad, o localidad, o municipio.
Varones principales
La palabra pastores que aparece en la versión Reina Valera en Hebreos 13:7, aparece como
traducción de la palabra griega poimen, que quiere decir guías, que es la palabra pastores en el
sentido amplio; es decir, todos los líderes ya sean apóstoles, profetas, evangelistas, pastores,
en el sentido estricto o poimén en griego, son pastores en general; esos son los que se llaman
los pastores o guías. Ahora, en Efesios 4, dice apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y
maestros; ahí está dividiendo el ministerio, separando estos pastores en el sentido de aquellos
hermanos que apacientan y cuidan las ovejas, que las llevan sobre los hombros, que las
atienden y las aconsejan; esos serían poimén en el sentido estricto. Hay, pues, hermanos que
son pastores o apacentadores en el sentido estricto y hermanos que son guías. En el concilio o
sínodo de Jerusalén, cuando escribieron la carta y mandaron a Bernabé y Pablo y escogieron a
dos más, a Silas y a Barsabás, dice en esta traducción que eran varones principales entre los
hermanos, 81 esta palabra que se traduce varones principales es la misma palabra que se
traduce guías y que aparece como pastores en Hebreos 13;7; es decir que esos varones
principales se refiere a hermanos lideres, ya sea que sean apóstoles, profetas, evangelistas o
81
Cfr. Hechos 15:22
El modelo ilustrado del templo 137
de Jesucristo”, allí aparecen las distintas clases de apóstoles. El apóstol del Espíritu Santo,
edificador del cuerpo, que es Pablo, y Timoteo, que fue hecho apóstol por la inclusión por Pablo
en su ministerio. Timoteo hace la obra del Señor así como Pablo, pero Pablo incluyó a Timoteo
en su apostolado. En Tesalonicenses se dice de Timoteo con Silvano y Pablo, que son
apóstoles, incluidos Timoteo y Silvano; es decir que Pablo introdujo a Timoteo al apostolado.
Pero notemos donde aparece que las vigas no se pueden empotrar en la casa, sino en las
disminuciones que se hacen a la casa, para que el peso del ministerio no caiga excesivamente
sobre la iglesia, y no se abuse del ministerio.82
El apóstol Pablo dice: “Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo”. Ellos eran apóstoles y decían:
nosotros tenemos derecho, pero no hicimos uso de ese derecho para no seros gravosos a
vosotros.83 Siendo apóstoles y teniendo el derecho propio del apostolado, ellos voluntariamente
renunciaron a ese derecho y se declararon siervos, y no actuaron enseñoreándose sino
sirviendo. Ahí vemos por qué las columnas no se empotraban en el muro de la casa, mostrando
cómo los apóstoles no se enseñorean de los santos. Pedro dice: “2Apacentad la grey de Dios
que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente, no por ganancia
deshonesta, sino con ánimo pronto; 3no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro
cuidado, sino siendo ejemplos de la grey” (1 Pe. 5:2-3); como aparece en el templo, las
columnas no se empotren en el muro de la casa, sino que haya una disminución.
codos de ancho; “siervos de Jesucristo…”; aquí está el ministerio no haciéndole peso al muro; “a
todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos…”; ahí está el largo, el ancho, el alto de la
casa, la puerta, el pórtico y las ventanas. Ahora nótese que no dice: esta carta se la dirijo al
reverendísimo cardenal fulano, no; la carta va dirigida a los santos y obispos. Por eso no están
en el medio sino en un aposento lateral.
Lo que es importante para el Señor es la iglesia, el candelero, no es el apóstol Juan ni el ángel
de la iglesia. El candelero es la iglesia; la iglesia es la que es el candelero. Claro que el Señor
envía al ángel de la iglesia y a los apóstoles; y el Hijo del Hombre se mueve en medio de los
candeleros; pero el candelero no es el ángel, el candelero no es el apóstol, es la iglesia. Lo que
el Señor quiere tener es su candelero, Su iglesia con todos, todos los santos en Cristo Jesús
funcionando, sirviendo para el gobierno de Dios, en la comunión del cuerpo de Cristo a través
del apostolado.
Una iglesia normal, es una iglesia como la que aquí describe Pablo, es una iglesia bíblica,
donde el modelo del templo se ve perfectamente. Así debemos ser también nosotros en cada
una de nuestras localidades, tener un corazón inclusivo de todos los hijos de Dios y estar
fundados en Cristo Jesús, sin otro Jesús sino el de los apóstoles, el de la Biblia; sin otro Espíritu
sino el Santo, sin otro evangelio que el de la Biblia, pero inclusivos de todos los hermanos como
la única iglesia en nuestra localidad, que reconoce a todos los santos de nuestra localidad,
pueblo o municipio. En comunión, no aislados, con las demás iglesias a través de los apóstoles;
así como ellos escribían: “Para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra
comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo” (1 Juan 1:3). Ahí están
todos los santos teniendo comunión como una sola iglesia en su respectiva localidad y todas las
iglesias del universo teniendo comunión en Cristo según la Palabra, sin necesidad de crear
ninguna gran ramera con misión internacional; porque no estamos predicando ecumenismo sino
el cuerpo de Cristo, la casa de Dios conforme a su modelo. El Señor nos ayude a caer en cuenta
140 El templo de Dios
que este versículo nos dice muchas cosas. Es un solo versículo, pero aquí está todo el modelo.
IX
NO SE OYERON
INSTRUMENTOS
DE HIERRO MIENTRAS
SE EDIFICABA EL TEMPLO84
84
Enseñanza a la iglesia de la localidad de Teusaquillo, Bogotá D.C., Colombia, en abril 24 de 1998. Transcripción: Lisbeth Ordoñez C.
El modelo ilustrado del templo 141
personal, digamos de cada piedra en su cantera; pero cuando llegamos al versículo 18,
llegamos al momento del ensamblaje de estas piedras; es interesante que existe un proceso
dentro del pueblo de Dios, en el cual todavía los componentes del cuerpo de Cristo, digamos las
piedras del templo de Dios, no están todavía en su lugar ni están listas, y sin embargo está
previsto ese tiempo en que hay muchas piedras y muchas tablas, pero no están en su lugar, no
están ensambladas debidamente una con la otra; y sin embrago Dios estaba trabajando. No se
puede decir que Dios no ha hecho nada. Mientras la Iglesia no tomaba conciencia de su unidad
y de la unanimidad, sin embargo Dios estaba trabajando, pero estaba trabajando en las
canteras; podemos decir que a veces nosotros estuvimos durante algún tiempo en canteras y
Dios trabajaba con nosotros en la cantera para luego ser traídos a ser ensamblados juntos en la
casa.
Despertamiento espiritual
Analizamos, pues, en Efesios 3:14 en adelante: “14Por esta causa doblo mis rodillas ante el
Padre de nuestro Señor Jesucristo, 15de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la
tierra, 16para que (esta intercesión de Pablo es para que) os dé, conforme a las riquezas de su
gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu“. Esto podríamos decir
que es todavía un trabajo de cantera, porque es un trabajo que tiene que ver con la persona
espiritual. Dios quiere que las personas sean espirituales, y Dios despierta el espíritu de las
personas. En el libro de Hageo, se nos dice que el espíritu de ellos fue despertado antes de ellos
venir a Jerusalén; el espíritu de los hebreos fue despertado mientras todavía estaban en
Babilonia. Si ustedes quieren fijarse en el momento del despertamiento del espíritu, en el libro
del profeta Hageo, lo podemos leer en Hageo 1:12:
“12Y oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto
140 El templo de Dios
del pueblo, la voz de Yahveh su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había enviado
Yahveh su Dios; y temió el pueblo delante de Yahveh. 13Entonces Hageo, enviado de Yahveh
habló por mandato de Yahveh al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Yahveh. 14Y
despertó Yahveh el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de
Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; (primero es una
operación en el espíritu) y vinieron y trabajaron en la casa de Yahveh de los ejércitos, su Dios”.
Vemos que primero el espíritu debe ser despertado; debe haber un trabajo genuino del Espíritu
de Dios dentro de la persona, y ese trabajo no necesariamente comienza en medio de la casa
de Dios. Observemos dónde estaba el hijo pródigo cuando el espíritu comenzó a trabajar en su
interior; él estaba allá con los marranos, él estaba allá en una provincia lejana. Pero dice que
volvió en sí mismo, y dijo: ¿qué hago yo aquí en esta pocilga? Me gustaría comer lo que comen
los marranos, pero en la casa de mi padre, sus siervos tienen abundancia; voy, pues, a volver a
mi padre y a su casa. De modo que el trabajo de Dios no comienza en la casa, sino cuando la
gente está lejos. El Espíritu Santo comienza a trabajar en el interior.
dicho en el Salmo anterior para poder decir que está en el Santuario y en Sión? Miremos lo que
decía el Salmo anterior, el 133: “1¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos
juntos en armonía! (Ahora sí está en Jerusalén) 2Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual
desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras”. Por eso
se llaman cánticos graduales, porque van de grado en grado en una posición espiritual de
regreso a la casa de Dios. Ellos estaban lejos, y el espíritu comienza a trabajar allá lejos, en
Moscú, que era como decir, en el extremo norte de Jerusalén; porque en el mismo meridiano de
Jerusalén está Moscú, en el extremo norte; y desde allí comienzan a caminar hacia Jerusalén, y
otros desde Cedar, que es otro lugar al sur, como por Arabia; viniendo hacia Jerusalén unos
desde un extremo y otros del otro extremo.
tratados hasta que estuvieran listos a llegar a ensamblar con los demás. Ellos “vinieron y
trabajaron en la casa de Yahveh de los ejércitos, su Dios, 15en el día veinticuatro del mes sexto,
en el segundo año del rey Darío”.
En Efesios 3 vemos también el mismo proceso del paso del trabajo espiritual, personal,
individual y con las personas, hasta que las personas empiezan a ver lo que es la casa de Dios,
a discernir lo que es el Cuerpo de Cristo. Los hijos de Dios ya son hijos de Dios desde el día en
que nacen de nuevo, pero todavía no vienen a servir en el Cuerpo de Cristo con discernimiento
de su posición en el Cuerpo. El Señor comparaba a Su pueblo, como dice allí en Ezequiel 37,
con “un valle de huesos secos”.85 Ezequiel se queda mirando esos huesos secos, y dudaría
mucho que vivieran; él no le dijo al Señor que vivirían, cuando el Señor le preguntó: y ¿tú qué
dices, Ezequiel? ¿vivirán estos huesos? Ezequiel vio que estaban secos en gran manera.
Ezequiel no dijo: ¡Sí!. Sólo dijo: Señor, tú lo sabes; yo no me atrevo a decir que vivirán. Pero Dios
sí se atreve, y dice Ezequiel 37: “9Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al
espíritu: Así ha dicho Yahveh el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos
muertos, y vivirán”.
hueso y hubo aquella coordinación, que aparecieron los músculos, los nervios, la piel, y se formó
un ejército fuerte en gran manera que es el pueblo de Dios. Pero el pueblo de Dios no llegó a ser
fuerte, sin primero haber estado totalmente desvinculado uno del otro y seco. El Espíritu tenía
que soplar primero; sólo después que el Espíritu sopla empieza a haber vida espiritual. ¿Hacia
dónde sopla el Espíritu? A poner en coyuntura uno con otro. El Espíritu siempre te dirige hacia
donde tú tienes que encajar; el Espíritu Santo te va a llevar en tu hora, en tu momento a tu lugar;
pero eso es un proceso que se demora; si nosotros no somos bien renovados, no queremos
encajar.
En Cantar de los Cantares, cuando la novia es nueva, anda vagando; entonces se le dice:
8
“ Sigue las huellas del rebaño, y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores”.
Pero ella andaba vagando por la ciudad para arriba y para abajo, y andaba con mucha sed de
Dios. Ella le pregunta: “7¿Dónde apacientas, dónde sesteas al medio día?” Y después el Señor
le dice: “8Sí tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres”. ¡Qué bueno es el Señor! La llama
hermosa desde el principio, cuando todavía es bien díscola; está dislocada; dislocada viene de
díscola; no está con las tuercas bien puestas todavía. Y el Señor trabaja, y le dice: “Si tú no lo
sabes, oh hermosa entre las mujeres, vé, sigue las huellas del rebaño, y apacienta tus cabritas
junto a las cabañas de los pastores”.
venir y visitar un ratito, y chao, chao; porque yo sigo haciendo mi voluntad, a mi manera,
escondidito en lo mío, en mi casita, un buen tiempo; y el Señor cada vez nos va atrayendo a la
sartén, y vamos saliendo de nuestras cuevas, de nuestros escondrijos y vamos saliendo de lo
personal, de lo individual, de lo egoísta, a lo corporativo.
Dice el Salmo 43:3: “Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; me conducirán (¿a dónde?) a
tu santo monte, y a tus moradas”. El Espíritu nos dirige primero al santo monte, a la posición
exaltada en unión con Cristo, y una vez que estamos en Cristo victoriosos, estamos también con
el Cuerpo de Cristo. Pero mientras ese proceso se da, estamos por allá alejados. Por eso dice
Efesios 3:16: “16Que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en
el hombre interior por Su Espíritu; (eso es el trabajo personal de Dios con cada uno en su
hombre interior) 17para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones”. Ahora del espíritu del
hombre interior pasa al alma, pasa al corazón, pasa a la mente, pasa a las emociones, pasa a la
voluntad. Dios comenzando a trabajar con el área de nuestra alma; ahí es cuando sí se oyen
martillazos, ahí sí se oyen serruchazos, ahí sí, en la cantera. En la casa no. Dios no quiere que
en Su casa se oigan martillazos ni serruchazos, ni hachazos, ni pulidora. En Su casa no, en la
cantera sí.
Dios comienza a trabajar en algo, en el alma, para que Cristo habite por la fe en los corazones.
Ahora, ¿para qué es ese trabajo en los corazones? ¿Para qué es ese tratamiento en nuestra
vida personal, así como a Jacob? Jacob vio la revelación de Bet-el, pero no fue martillado en
Betel, sino en casa del tío Labán; él se fue a hacer sus negocios por allá, y Dios se fue detrás de
él. Y empezaron a sucederle cosas a Jacob, hasta que fue pulido, y dejó de ser Jacob, y se
volvió Israel; y ya cuando era Israel, Dios le dijo: Ahora sí, vuelve a Bet-el. Jacob, después de
haber sido tratado por largos años en su vagancia, digamos, en la cantera de su vida diaria, de
las circunstancias, como las personas que a veces nos demoramos muchos años haciendo
nuestra voluntad, tratando de aprender la voluntad de Dios y a consentir con ella; cuánto nos
146 El templo de Dios
demoramos en comprender y consentir la voluntad de Dios; así Jacob, cuando ya el tío Labán
tiene cara larga y sus hijos también, y etc., etc., le dice Dios: “Levántate y sube a Bet-el, y
quédate allí” (Gé. 35:1). Y ahí es cuando Jacob en su camino a Bet-el, llega a ser Israel. Y ya
cuando llegó a Bet-el, él ya no era Jacob, era Israel. Y llegó a Bet-el siendo muy Israel. Y ahora
sí, se consagró a lo que al principio entendía pero todavía no lo hacía. Porque uno primero
entiende y después lo aplica; primero, entiendo, primero predico, después lo aplico. ¡Terrible!
así también la Iglesia debe estar dispuesta a llegar, en su receptividad, hasta donde llegue
Jesús. Pero a su vez la Iglesia debe ser celosa con Cristo, en exigir el mínimo que exige Dios;
ese mínimo es la anchura, y el máximo es la longitud.
peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos” (Mt. 18:15); eso no tiene todavía que oírse
aquí en la iglesia; aquí en la casa de Dios no tienen que escucharse los martillazos; aquí en la
casa de Dios no tienen que escucharse los serruchazos, no. Tú y él solos; allá solos, gana a tu
hermano, trata tus problemas personales con tu hermano. El problema es que no le entendemos
eso al Señor, y al que menos le hablamos es al interesado; a todos los demás le hablamos, y no
al interesado, no. Si tu hermano peca contra ti, vé tú y él solos, que no se oiga. A veces nosotros
creemos que Dios quiere que el otro quede avergonzado, no. Dios no es así.
Miren la misericordia de Dios. ¿Ustedes creen que Dios se alegra cuando ve nuestros pecados
o cuando uno no ve los propios? Dios lo que quiere es cubrirnos. Cuando Él nos ve en nuestra
miseria, Él tiene misericordia y quiere que acudamos a Él: Señor, ten misericordia. Vísteme del
nuevo hombre. Que no se descubra la vergüenza de tu desnudez. Note esa frase del Señor: Que
no se descubra; yo no quiero que eso que tú eres sea conocido, yo quiero más bienes cubrirte y
perdonarte de tu miseria. Pero vamos a tener que descubrirle nuestras faltas; si no nos
examinamos a nosotros mismos vamos a tener que ser examinados por Él; pero si te examinas
a ti mismo, si pagas el precio, si compras vestiduras blancas para vestirte, si te vistes del nuevo
hombre despojándote del viejo, entonces ya no se descubrirá la vergüenza de tu desnudez. Eso
lo dice más adelante en otros detalles de la casa de Dios; así es Dios.
Ahí está el caso de Apolos. Apolos llegó con muy buena intención a visitar la iglesia en Éfeso,
pero él tenía un error doctrinal acerca del bautismo; él todavía bautizaba con el bautismo de
Juan, todavía no con el del Nuevo Testamento; pero ahí estaban Priscila y Aquila. ¿Qué hicieron
Priscila y Aquila? ¿Acaso se levantaron en público a contradecir a Apolo? no; eso hubiera sido
martillar y serruchar en la casa de Dios innecesariamente. No, esperaron que Apolos hiciera
todo lo que tenía que hacer, y luego en privado fueron allá y le expusieron de una mejor manera
el camino del Señor; es decir, le dieron la oportunidad de corregir de ahí en adelante por él
mismo, no tener que ser corregido por otros, sino que lo corrigieron a él en privado, para que él
mismo de ahí en adelante corrigiera las cosas; porque, o si no ¿qué va a ser de la casa de Dios?
un montón de martillazos y serruchazos. Todos martillándonos y serruchándonos mutuamente
sería una cuestión muy terrible. Dios quiere que en la casa de Dios haya la alegría por construir
la casa de Dios de tal manera que sea lo debidamente agradable para todas las personas que El
Señor trae; para el Señor primero, y para los que están en la casa; y Él quiere tratar con nosotros
por un lado, en la cantera, a cada uno en privado; Él trata a cada uno en su vida particular; las
cosas no se tienen que tratar todavía en la casa sino al final, cuando no se haya podido dirimir en
privado. De los ancianos dice: “A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos” (1 Ti.
6:20). ¿Qué quiere decir que persiste? Que primero se trató la cosa en privado, se trató que las
cosas se arreglaran sin necesidad de involucrar a la iglesia en el problema; si hubo un pecado de
uno para con otro, deberían arreglarlo ellos solos, mas los demás no tienen que meter las
narices en lo que no les corresponde; no hay que ser impertinentes. Impertinente es meterte en
lo que no te importa. ¿Y qué a ti? Le dijo el Señor a Pedro, porque Pedro estaba demasiado
metido en la vida de Juan. ¿Qué va a pasar con Juan, Señor? ¿Qué es lo que vas a hacer con
Juan? ¿Qué te importa a ti, Pedro? Sígueme tú;86 como quien dice: no seas metido en la vida de
otros, sígueme tú; lo que yo tenga con Juan es cosa de Juan y mía. Pero nosotros a veces no
86
Cfr. Juan 21:20-23
152 El templo de Dios
tenemos esos cuidados; a veces no tenemos esos cuidados que el Señor sí tiene. “De tal
manera que cuando la edificaban ni martillos ni hachas se oyeron en la casa, ni ningún otro
instrumento de hierro”. Eso nos revela cómo Dios quiere que se hagan las cosas. Que se
respeten las personas, que se respete la vida privada de las personas, que se respete el trato de
Dios con cada cual, que se respete a la iglesia, que se traten las cosas con cada uno si es
necesario, tú y él solos.
Miremos en Números capítulo 4, ya para terminar este aspecto de la delicadeza de hacer las
cosas con reverencia y misericordia. ¿Cuántas veces una frase hiere a una persona? ¿Cuántas
personas son destruidas con dos, tres frases, dichas mal en público? Hay que hacer las cosas
con cuidado. Notemos cómo el Señor en el libro de Números, capítulo 4:15 en adelante, refleja
esos cuidados. “15Y cuando acaben Aarón.... Esto de guardar el arca, envolverla, envolver el
candelero, envolver todo, lo tenían que hacer primero; esto lo tenían que hacer los hijos de
Aarón solos; ellos solos tenían que envolver el arca, aquellas cortinas, envolver la mesa,
envolver los panes, luego envolver el candelero, el altar de oro, y después “cuando acaben
Aarón y sus hijos de cubrir el santuario y todos los utensilios del santuario, cuando haya de
mudarse el campamento, vendrán después de ello...”; no antes; los coatitas no tienen que
aparecerse por ahí; no antes; todavía no se metan en eso, no se apresuren; a veces somos tan
metidos que queremos adelantarnos a las cosas; no, no. “Cuando acaben Aarón y sus hijos de
cubrir el santuario y todos los utensilios del santuario, cuando haya de mudarse el campamento,
vendrán después de ello los hijos de Coat para llevarlos; pero no tocarán cosa santa, no sea
que mueran”. Porque a veces las personas que entran en cosas que no debían entrar de la vida
privada de otros, o en conflictos doctrinales de los cuales no están preparados o en cosas
semejantes que sobrepasan a su madurez, ¿qué sucede? se perjudican. “No sea que mueran:
Estas serán las cargas de los hijos de Coat en el tabernáculo de reunión” Podemos saltarnos al
verso 18 “18No haréis que perezca la tribu de Coat de entre los levitas. 19Para que cuando se
acerquen al lugar santísimo vivan, y no mueran, haréis con ellos esto...”. Para que no mueran.
Mira el cuidado que deben tener los líderes, los que el Señor ha puesto como líderes, que somos
iguales que todos, en cuanto que delante de Dios no hay nadie mayor que nadie; somos iguales
que todos; pero si Dios encarga a unas personas, esas personas deben tener cuidado con el
cuerpo; y a veces hay cosas que, si está fulano o zutano, no se pueden tratar, porque se le
hace daño a esa persona. Lo que trataban Jacobo, Cefas y Juan con Pablo, Bernabé y Tito, no lo
154 El templo de Dios
podían tratar sino en privado, ellos seis; otra persona podría confundirse al ver a los apóstoles
discutiendo, tratando de verificar y confirmar el evangelio que predicaban; eso lo podían soportar
ellos, no lo soportarían los nuevos. “19Para que cuando se acerquen al lugar santísimo vivan, y
no mueran, haréis con ellos esto: Aarón y sus hijos vendrán y los pondrán a cada uno en su oficio
y en su cargo. 20No entrarán para ver cuando cubran las cosas santas, porque morirán”. No
entrarán para ver cuando cubran las cosas santas.
ciertos problemas complejos antes de tiempo, y es como poner una caja de hierro sobre un
fosforito; las personas piensan que van a soportar, y a veces no soportan; las personas no saben
lo que significa llevar una carga superior a las fuerzas.
tratar en privado; las correcciones que tengamos que hacer las hagamos en privado. Libremos a
la iglesia de cosa sórdidas. Los hachazos, serruchazos y martillazos están bien en otro lado, en
la cantera; no en la casa de Dios.
X
No se oyeron instrumentos de hierro 157
LA ESCALERA
DE CARACOL
A LA DERECHA
DEL TEMPLO87
87
Enseñanza a la iglesia de la localidad de Teusaquillo, Bogotá D.C., Colombia, en mayo 1 de 1998.
154 El templo de Dios
Muy interesante esta porción de la Palabra del Señor. Los hermanos recuerdan que el templo,
el santuario que estamos estudiando, como figura del templo de Dios, de la casa de Dios,
además de tener el edificio mismo del santuario que contenía el lugar santo y el Lugar
Santísimo, a los alrededores, como un contrafuerte, tenía aposentos en tres pisos. El primer
piso, de cinco codos, el segundo piso de seis codos de anchura, y el tercer piso, de siete codos
de ancho; y estuvimos viendo que en esos aposentos era en donde se guardaban las cosas
preparadas, las vestiduras, se mudaban las vestiduras, se preparaba el servicio dentro del
santuario; es decir que el santuario mismo representa la casa de Dios, en general; pero el Señor
estableció otras cosas más. Así como en el Tabernáculo en el desierto había en los alrededores
el refuerzo de las barras teniendo en orden las tablas, lo que representaba el ministerio (las
cinco barras representaban a los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, que el
Señor envía para ajustar, para perfeccionar y cooperar con el Señor en el refuerzo de Su casa),
así también en el templo en Jerusalén, esa misma tipología pasa de las barras a los aposentos.
Lo que se corresponde con los aposentos, son las barras, y con las barras, los aposentos.
Vemos que en el templo aparecen tres niveles de aposentos, y vemos tres órdenes o grados en
el servicio ministerial en la casa del Señor; aunque todos los santos tienen en común el
ministerio. Estos son: el primer piso, representando el primer grado, el diaconado; el segundo
piso, representando el grado del obispado; y el tercer piso, representando el grado del
apostolado.
escalera de caracol, pasando del segundo piso al tercer piso. En primer lugar quiero llamarles la
atención al hecho de que esta puerta para entrar y la escalera de caracol, estaban a la derecha.
Es interesante que El Señor coloque estas cosas a su derecha, porque la derecha tiene un
significado espiritual en la Biblia; la derecha significa la diestra de Dios; la derecha significa la
mano de Dios. Por ejemplo, el Señor Jesucristo está a la diestra del Padre y Él es el Rey
delegado a su diestra; Él es la mano de Dios por la cual Dios ha realizado todas las cosas,
incluso la creación; es del Hijo; la redención es del Hijo; el cumplimiento de sus planes completos
es por medio del Hijo; y entonces para representar esa posición delegada de Dios,
representativa, aparece al lado derecho.
En la Escritura se dice que los justos tienen el corazón a la derecha; claro que no está
hablando de las derechas y las izquierdas políticas, sino de la derecha en el sentido espiritual,
que significa la autoridad delegada de Dios. Fijémosnos en un detalle: Las 7 estrellas de
Apocalipsis, el misterio de las siete estrellas de Apocalipsis, que son los ángeles de las 7 iglesias
(Ap. 1:20). ¿Dónde estaban esas siete estrellas? Estaban en la diestra del Hijo del Hombre. Eso
quiere decir que El Señor los retenía en Su mano. Nadie puede tener autoridad por sí solo; la
autoridad solamente puede venir por una misericordia del Señor. Por una gracia que se llama
gracia del apostolado, una gracia del servicio. Nadie puede servir si no es por gracia, y nadie
puede servir por su propia cuenta; tiene que ser porque el Señor lo sostiene por Su diestra. Una
puerta y una escalera a la diestra significa que el proceso de avance en el servicio del ministerio,
depende de la mano de Dios. Dios es el que tiene que conducir.
hay personas que comienzan en el primer piso y luego suben al segundo piso, y luego suben al
tercer piso; pero note que Dios no hizo la escalera en forma lineal, sino en forma de caracol; y
eso es muy interesante; porque una escalera en forma lineal significa que tú no vuelves a pasar
por la misma cosa, sino que tú pasas una vez por un escalón y después no vuelves a eso sino
que sigues en línea general; en cambio una escalera en forma de caracol, representa que tú
vuelves a pasar por lo mismo pero un poquito más avanzado que la vez pasada, y das otra
vuelta, y el Señor te permite experimentar por segunda vez, y luego por tercera vez, y luego por
cuarta vez y así vas subiendo en caracol. Eso es muy interesante y muestra la misericordia de
Dios. Porque Dios habría podido hacer la escalera directa, pero Él no la hace recta, Él la hace en
caracol; volviendo sobre uno mismo, y así es como se avanza. Se avanza volviendo sobre
nosotros mismos.
Dios nos da la oportunidad, y viene una prueba, y a veces no pasamos la prueba; entonces
Dios nos da una segunda oportunidad para ver si ahora sí la pasamos. Y esta vez sí la pasamos,
y avanzamos un poquito. Vemos, pues, que se sube en caracol y sólo se avanza en caracol;
constantemente estamos volviendo sobre las mismas cosas a ver si pasamos la prueba; y esa
manera de volver sobre lo mismo es para ver si realmente avanzamos; y así es como se avanza.
Se avanza volviendo sobre lo mismo; pero cada vez que se vuelve sobre lo mismo, se avanza un
poquito. Después que vuelves sobre lo mismo, ya se avanzó un poquito.
Los escalones del crecimiento
A lo mejor hace siete años leíste un libro, y hoy, siete años después, vuelves a leer el mismo
libro, y sin embargo, aunque es el mismo libro, parece que fuera otro; leíste el mismo libro pero
como un poquito más arriba. Después de tres años, vas a leer el mismo libro y te vas a dar
cuenta que sí era el mismo libro pero ahora estás más arriba. Es como cuando lees la Biblia; tú
lees la Biblia, y cuando estás al principio, lees y entiendes un poco, y pensaste que ya habías
entendido todo y habías visto todo lo que estaba ahí, pero luego vuelves y das una vuelta sobre
La escalera de caracol a la derecha del templo 157
lo mismo, vuelves a pasar por ahí y sí, es la misma Biblia, y estás todavía, digamos, en el mismo
meridiano pero un poquito más alto, unos escalones más arriba. Y por eso es que la escalera
es en caracol; el avance en el Señor es siempre, siempre, probado con las mismas cosas.
Algunas veces hay un pecado que no podemos vencer, o una debilidad. Somos probados y
fallamos, pedimos perdón, nos arrepentimos y nos dura una semana la victoria, y a los diez días
ya otra vez volvemos a caer. Después nos volvemos a arrepentir, volvemos a luchar, y la
siguiente vez, la victoria nos dura quince días y así, después nos dura tres semanas, y así
vamos. “Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse" (Pr. 24:16). Eso muestra la
longanimidad del Señor; una escalera en caracol es muy significativa. Una escalera en caracol
es espiritual y revela cómo Dios trata con nosotros. Esa escalera, pasando del primer nivel del
atrio, del servicio común, ya sea de los diáconos o no, no está necesariamente adentro sino
afuera; porque la puerta no está abajo sino en el segundo piso; eso quiere decir que no
necesariamente de entre los diáconos tienen que salir los obispos, sino que de entre los santos
pueden salir los obispos, sin ser diáconos; porque es en el segundo piso donde está la puerta,
en el nivel del aposento de en medio, que representa el obispado. Pero la puerta está en el
segundo piso, es decir que los que están en el primer piso, en los atrios, pueden subir
directamente al obispado sin necesidad de pasar por el diaconado.
Claro, lógicamente que si de entre los santos, algunos pueden ser obispos, cuánto más los
diáconos; pero como no sólo los diáconos llegarán a ser obispos, por eso es que la escalera no
está adentro en el primer piso sino que está afuera del primer aposento, y la puerta está en el
segundo aposento, allí en el nivel de los obispos.
De profetas y maestros a apóstoles
Pero fíjense cómo en Antioquía había estos profetas y maestros que eran los hermanos
ancianos de la iglesia en Antioquía; sin embargo el Espíritu Santo dijo: "Apartádme a Bernabé y
Saulo para la obra a que los he llamado" (Hech. 13:2), y los envió al tercer nivel. Antes estaban
158 El templo de Dios
en el segundo piso, el del obispado, pero los mandó al tercer piso, el del apostolado; de allí en
adelante no son más llamados profetas y maestros, sino que son llamados, los apóstoles
Bernabé y Pablo. Se les amplió el trabajo, se les amplió el servicio; entonces se sube volviendo
sobre lo mismo pero avanzando poco a poco. Y se puede pasar de un ministerio a otro.
El ejemplo de Esteban
Tenemos otra ilustración; por ejemplo, el Señor pidió a la iglesia en Jerusalén (por mano de los
apóstoles, porque el Espíritu Santo dio esa dirección), que escogieran siete varones llenos del
Espíritu Santo para ponerlos en el diaconado. ¿Y a quiénes pusieron? Eligieron a siete
hermanos, pero a los dos que primero menciona son a Esteban y a Felipe. Son siete, sin
embargo, luego nosotros vemos a Esteban haciendo una obra que va más allá que el diaconado.
Vemos a Esteban predicando en las sinagogas, y al Señor haciendo grandes milagros con
Esteban. 88 ¿Qué significa esto? Que aunque Esteban fue llamado al diaconado, no fue
restringido a ese servicio, sino que su servicio y su ministerio fueron ampliados; y por eso es que
Dios proveyó una escalera en caracol a la derecha, para mostrar que el ministerio no tiene que
quedarse restringido a un grado, sino que va avanzando de grado en grado. De santo puede
llegar a ser subdiácono o subdiaconisa, y de allí puede llegar a ser diácono o diaconisa. Y los
diáconos y los santos también pueden llegar a ser ancianos o ancianas; ancianas para tratar con
las mujeres jóvenes.
88
Cfr. Hechos 6 y 7
La escalera de caracol a la derecha del templo 159
La epístola a Tito dice: "3Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte... 4que enseñen
a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos" (Tit. 2:3,4), y les dio un pensum
bastante grande a las hermanas ancianas, y cada una de las frasecitas y palabritas que
aparecen ahí en Tito, es solamente el nombre de la materia; pero esa materia tiene mucho
contenido. Y lo mismo sucede tanto entre los hombres y las mujeres y entre los hermanos
ancianos y las ancianas. El Señor puede enviar colaboradores y colaboradoras a la obra y al
equipo apostólico, al nivel apostólico; Dios puede hacerlo, y eso está representado en aquella
escalera para pasar de un grado al otro.
allá en Cesarea.89
89
Cfr. Hechos 6:5; 8:5-40; 21:8-11
La escalera de caracol a la derecha del templo 161
"34Así que no había entre ellos ningún necesitado; (nótese el ambiente de la iglesia en
Jerusalén) porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo
vendido, 35y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad”.
Ese era el ambiente de amor que había en la iglesia de Jerusalén. Seguramente fueron muchos
los casos; pero de entre todos esos casos, el Espíritu Santo llamó la atención al caso de
Bernabé. Dios estaba haciendo una obra con Bernabé.
Hijo de consolación
"36Entonces José, a quienes los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido
es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre, 37como tenía una heredad, la vendió y trajo el
precio y lo puso a los pies de los apóstoles". Aquí se presenta el caso de José, o Bernabé, en
contraste con el caso de Ananías y Safira. Hubo varios casos, pero el Espíritu Santo está
resaltando los dos: a Bernabé como el que lo hizo bien, y a Ananías y Safira como los que lo
hicieron mal, que viene a continuación. Vemos, pues, a Bernabé como un hermano llamado
José. Aquí no aparece Bernabé con ninguna función especial, sino que aparece como José, a
quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé, que traducido es Hijo de consolación.
Observemos lo interesante de esa expresión: él se llamaba José; pero los apóstoles se sentían
tan consolados con José cuando lo veían, cuando llegaba, cuando actuaba entre ellos, que
empezaron a ponerle un apodo, y ese apodo fue: Hijo de consolación (Bernabé). A veces de
nosotros algunos dirán: llegó Tribulito, la gran tribulación; pero cuando llegaba Bernabé, los
apóstoles le llamaron: Hijo de consolación. Era un hermano que se ganó su nombre. Los
apóstoles comenzaron a llamarlo Hijo de consolación, o sea, Bar-naba. La palabra bar en
arameo es hijo; lo que quiere decir ben en el idioma hebreo, en arameo es bar. Bar-nabás;
Bernabé en español, Hijo de consolación.
162 El templo de Dios
Bernabé en Antioquía
Allí vemos cómo comenzó Bernabé a ascender aquella escalera en caracol. Aquí José se
ganó un nombre nuevo: Bernabé. Podemos seguir un poquito más adelante. Llegamos al libro
de los Hechos de los Apóstoles 11:19 en adelante: "19Ahora bien, los que habían sido esparcidos
a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y
Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos. 20Pero había entre ellos unos
varones de Chipre, (justo de donde era Bernabé) y de Cirene (de donde era Lucio), los cuales,
cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del
Señor Jesús". Esto es muy interesante. Ustedes recuerdan el ambiente que había en Jerusalén,
cuando a Pedro el Espíritu Santo mismo, con mucha insistencia lo llevó donde los gentiles.
Pedro casi no entra. "Ustedes saben cuán abominable es para un judío entrar en casa de un
gentil" (paráfrasis de Hechos 10:28); ese fue el saludo de Pedro. ¡Que alguien lo salude a uno de
esa manera en la puerta! Bueno, entonces quédese allá. Y antes de que terminara de predicar
se le adelantó el Espíritu Santo y bautizó a los gentiles con el Espíritu Santo antes de que se
bautizaran en agua. Y luego entonces el Espíritu Santo era el que iba adelante y Pedro detrás, y
luego los hermanos estaban espantados de ese escándalo de que el Espíritu Santo también a
los gentiles les concediese arrepentimiento para vida.
Entonces, ¿qué pasó? Llegaron a Jerusalén y se rebelaron en Jerusalén contra Pedro.
"¿Cómo te atreviste a entrar en casa de gentiles?";90 como si el Señor no hubiera dicho: "Id por
todos mis hijos." Ni siquiera se daban cuenta de que en la tipología del templo, para su
construcción habían comprado madera de los gentiles e introducida por Jope, para formar la
casa; y justo en Jope se le mostró la visión a Pedro para que recibiera a la mujer gentil en casa
de Cornelio; ni siquiera eso lo captaron: "¿Cómo te atreviste a entrar allá?" Observemos, pues,
90
Cfr. Hechos 11:3
La escalera de caracol a la derecha del templo 163
Enviaron a Bernabé, aquel Hijo de consolación, como lo dice el sólo nombre; que no se lo
pusieron sus padres; si se lo hubiera puesto su papá o su mamá cuando nació, ¿qué gracia?;
pero se lo pusieron los apóstoles; eso sí es gracia, así sí vale la pena. Escogieron a Bernabé
para ir a ver el asunto allá, donde los hermanos en Antioquía. Porque si los otros hubieran ido,
quién sabe si se habrían escandalizado. Pero ustedes no hacen la santa cena con el mismo vino
que nosotros. El pan de ustedes es más alargado. Tiene que ser más chiquito. Ustedes bautizan
para adelante y tiene que ser para atrás. Y bueno, quién sabe cuántas cosas, cuántos pelitos
habrían encontrado, buscándole la quinta pata al gato, para encontrarle los problemas a todos
los hermanos. Y no es que no se haya que encontrar los problemas; hay que encontrárselos al
diablo, pero no a los hermanos. Claro, a los hermanos hay que amarlos, hay que saber moverse
con los hermanos.
A veces llega un hermano que está acostumbrado a un determinado medio, y cuando va a otro
medio, tan pronto hay una cosa un poquitito diferente a la acostumbrada, mira con los ojos muy
abiertos: Mira, mira, hermano; vas a decir esto; o no vayas a decir esto. ¿Se da cuenta? Sí,
hermanos. Por eso era necesario que fuera Bernabé. Ahí vemos a Bernabé subiendo, ganando
grados y confianza; como dice aquí cuando habla de los diáconos: "Porque los que ejerzan bien
el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo
Jesús" (1 Ti. 3:13).
porque primero es una prueba; por eso dice en el versículo 10: "éstos también sean sometidos a
prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles". Luego el verso 13 dice:
"Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso (ahí va subiendo la
escalera) y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús". No todos los secretos se le pueden
decir a todas las personas, como usted no le puede pedir consejo a cualquiera. El Espíritu
Santo te va a decir a dónde puedes ir a pedir consejo. No es a todas partes. Así que la confianza
debe ser ganada, eslabón por eslabón, escalón por escalón. "Ganan para sí un grado honroso".
Ahí está la escalera. Ahí está el avance.
Volviendo al capítulo 11 de Hechos, vemos que Bernabé se ganó la confianza. Pablo decía:
19
" Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen
ánimo al saber de vuestro estado; 20pues a ninguno tengo del mismo ánimo (refiriéndose a
Timoteo), y que tan sinceramente se interese por vosotros. 21Porque todos buscan lo suyo
propio, no lo que es de Cristo Jesús. 22Pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a
padre ha servido conmigo en el evangelio. 23Así que a éste espero enviaros, luego que yo vea
cómo van mis asuntos” (Fil. 2:19-23). Si mando a fulano, él va a hacer un problema grave,
porque no es puro, tiene sus cositas; y si mando a Zutano, tampoco tengo confianza; y si mando
a éste tampoco, y Demas me desamparó amando este mundo. Pero Timoteo, a éste espero
enviaros. Timoteo se había ganado la confianza, y nosotros necesitamos ganarnos la confianza
del Señor, y de los santos. Del Señor, la confianza está representada por aquel clavito. Ustedes
recuerdan que el Señor hablando de un sacerdote, por allá en el Antiguo Testamento, dice que
ese sacerdote era como un clavo flojo que no se le podía colgar nada porque se caía. Entonces
el Señor iba a tener que sacar ese clavo y poner otro clavo en el que sí se pudieran colgar las
cosas.91
91
Cfr. Isaías 22:15-25
166 El templo de Dios
desperdicio. Y empezaron a criticar y criticar a María Magdalena; ella había hecho algo para el
Señor, y ellos, en vez de dejarla en su libertad por lo menos, si no lo valoraban, por lo menos la
hubieran dejado tranquila, pero no; empezaron a criticarla: ¿Por qué hizo esto? Nosotros
habríamos hecho mejor; si yo hubiera sido María Magdalena, yo habría vendido ese vaso de
alabastro en 300 denarios y habríamos dado de comer a los pobres. Ahí los pobres era la
barriguita de Judas. Pero vemos algo interesante: Mientras los otros criticaban a María, Jesús no
la criticó, sino que la honró, la defendió. Mientras los otros criticaban su servicio, Jesús lo
aprobó, la defendió y la honró, y dijo: ¿Por qué la criticáis? No la molestéis, dejadla; ella ha
hecho lo que puede. Fíjense en cómo Jesús dice: ha hecho lo que podía.
varón bueno. Cuántas cosas se destruyen de la obra, por no tenerse corazón bueno, por tenerse
un corazón mezquino. ¡Ay Señor, cuánto destruye a veces el hombre! “Porque era varón bueno,
y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor”. En vez de ir a
dispersar, una gran multitud fue agregada al Señor. Entonces ahí estamos notando cómo
asciende Bernabé.
Pero ahora llegamos a otro pasaje, y aparece aquí más adelantito, donde dice que justamente
Bernabé se quedó en Antioquía. Ahora, en el capítulo 9 de Hechos, ¿quién fue el que introdujo a
Saulo con los apóstoles? Bernabé. Todos no veían sino lo malo de Saulo, pero Bernabé veía lo
bueno e introdujo a Saulo con los apóstoles.94 Los demás no creían, no tenían esperanza en
Saulo. Imagínense que ni siquiera Pablo parece que tenía esperanza en Marcos, y no quiso
llevarse a Marcos, pero Bernabé se lo llevó, y pasados unos cuántos años, dice Pablo a
Timoteo: “Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio” (1 Ti. 4:11).
Muchas gracias, hermano Bernabé. En ese momento no era útil, pero después de haber andado
con Bernabé, llegó a ser útil. Cómo necesitamos estas personas en el cuerpo de Cristo, que
tienen misericordia. Claro que se necesitan profetas también, como Pablo, pero también se
necesitan personas como Bernabé.
94
Cfr. Hechos 9:27
95
Cfr. Hechos 11:25
170 El templo de Dios
se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo”. Al primero que menciona la Palabra es a
Bernabé. Ya encontramos a Bernabé. ¿Qué había sido de él? Se quedó en Antioquía; y ahora
el Espíritu Santo comienza una nueva etapa en la economía de Dios. Lo que partió desde
Antioquía, donde por primera vez fueron llamados cristianos los discípulos, y donde se hizo
completamente la transición del judaísmo al cristianismo puro y no judaizante. Y ¿con quién hizo
Dios esto? Con la iglesia en Antioquía, que lideraba primero Bernabé. Hay cinco líderes
mencionados, pero primero es mencionado Bernabé. Allí habla el Espíritu Santo.
96
Cfr. Hechos 15:2
172 El templo de Dios
Ahí vemos, pues, el trabajo de Bernabé haciendo discípulos, personas a las que luego usó el
Señor, y hoy tenemos, gracias a Dios, el evangelio de Marcos. Dios había escogido a Marcos, y
por un tiempo le fue inútil a Pablo, pero no fue siempre. Gracias a Dios por el trabajo de Bernabé.
Ahí vemos, pues, una ilustración; yo pienso que la mejor de todas, de lo que es el desarrollo de
un siervo de Dios. Ahí vemos la escalera, a la derecha, en forma de caracol, subiendo; y eso
quiere decir que todos los santos están para progresar y ser llevados de gloria en gloria, de
triunfo en triunfo, en el servicio del Señor. Muchas gracias, hermanos; vamos a parar aquí.
La escalera de caracol a la derecha del templo 173
XI
EL REVESTIMIENTO
INTERIOR
DEL TEMPLO97
apariencias; y el hombre natural no puede discernir las cosas que son del Espíritu, y se deben
discernir espiritualmente.98 Todos estos detalles aparecen sólo adentro, sólo aparecen en la
parte que Dios ve. Muchas veces nos hemos preocupado mucho por construir “iglesias” que los
hombres vean, a las cuales cuando Dios mira, no ve nada, o ve ruinas.
98
Cfr. 1 Corintios 2:14
170 El templo de Dios
La Casa espiritual de Dios a la cual Él mira, debe tener ciertos artesonados interiores que
comenzaremos a considerar a partir de hoy. Son cosas netamente espirituales. A partir del
versículo que nos corresponde en el día de hoy, desde el versículo 9, comenzamos a ver lo
interior, lo relativo a lo interior de la casa; es decir que podríamos considerar este verso, como
para hacer una inflexión con la serie, digámosle una segunda parte, y a esa segunda parte en
general la podíamos llamar así: El revestimiento Interior de la Casa de Dios. La casa es
espiritual, y lo que Dios mira es espiritual; y donde Dios mira es en el interior, donde los hombres
no miran, a menos que Dios mismo se lo quiera mostrar; y eso es lo que corresponde a partir de
este verso.
tipología del arca. Dios no quiere vernos por dentro en nuestra miseria, en nuestra crudeza; sino
que Él quiere cubrirnos. Dios quiere cubrirnos; y la única manera de cubrirnos es con el
elemento del Señor Jesús.
Cuando en las epístolas de Pablo a los Galatas y a los Efesios, se habla del hombre nuevo,
dice: “22despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 24y
vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Ef.
4:22,24); ese nuevo hombre, que es el revestimiento y que se refiere al Señor Jesús resucitado
como nuestra vida, ese es el revestimiento de madera y de oro, que es Cristo resucitado; ese
revestimiento es el hombre interior. Ese revestimiento no es solamente para revestirse por
fuera, no. El oro no se veía por fuera; el oro se veía por dentro; por dentro es donde aparece la
madera y donde aparece el oro por encima de la madera, y grabado en la madera, y en el oro
ciertas figuras de arte. Eso significa la formación de Cristo en nosotros, esas artes que se hacen
en la madera de adentro, y en el oro de adentro con que se recubre la casa de Dios en lo interior.
Esas talladuras que vamos a ver acá, se refieren a la formación de Cristo en nuestro interior.
Primero Cristo debe cubrirnos, y luego Cristo debe ser tallado o formado; por eso se pone
primero madera, y entonces se talla la madera y luego se cubre con oro. Y el oro también toma la
forma.
encarnarse, vivir, ser inocente, morir pagando el precio de nuestros pecados, resucitar; y
entonces ahora sí constituir el hombre nuevo, el hombre interior, para revestir por dentro el
Templo de Dios. Como Él tenía que encarnarse primero, el Señor Jesús dijo: Miren, si Yo no me
fuere, el Espíritu no vendrá.99
Primero era necesario que Él se fuera. ¿Qué significa eso? que Él se hubiera encarnado,
vivido sin pecado, muerto por nuestros pecados, resucitado y ascendido, para que entonces
ahora sí, habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu, derramar el Espíritu para
revestirnos por dentro, revestirnos del Espíritu de Jesucristo; y aquí voy a emplear la expresión
Espíritu de Jesucristo.
99
Cfr. Juan 16:7
El revestimiento interior del templo 173
En la Biblia no se habla solamente del Espíritu de Dios; se habla también del Espíritu de
Jesucristo. Cuando se habla del Espíritu de Dios solamente, es como cuando se habla del aceite
de la santa unción; pero ustedes recuerdan que el aceite tenía unos ingredientes además del
aceite mismo, y esos ingredientes, que eran la mirra, la canela, el cálamo y la casia, en tres
medidas, y la medida del medio partida en dos, representan los distintos aspectos de Cristo y de
su obra, que toma el Espíritu y que vienen con el aceite y aplican en nosotros. Por eso en la
Biblia no se habla solamente del Espíritu de Dios. Cuando tú oyes que se dice el Espíritu de
Dios, ahí tenemos el aceite, pero no tenemos la casia, no tenemos la mirra, la canela y el
cálamo; pero cuando tú dices: el Espíritu de Jesucristo, ahí tienes el aceite con la canela, la
mirra, el cálamo y la casia, ahí tienes todas las especies que complementan el óleo de la santa
unción. Por eso la expresión el Espíritu de Jesucristo se refiere no solamente al Espíritu Santo,
sino que se refiere a todo lo que el Espíritu Santo toma de Cristo para nosotros. Por eso dice:
Cuando el Espíritu Santo venga, el Espíritu Santo (ahí está el aceite), Él tomará de lo mío;100
que es lo del Hijo, la divinidad, en cuanto a Verbo divino, y la humanidad que se realizó en Su
persona.
100
Cfr. Juan 16:13,14
101
Cfr. Juan 17:19
174 El templo de Dios
ahora el Espíritu Santo nos tiene que transmitir también lo relativo al Hijo. Por eso se habla
también no sólo del Espíritu Santo y el Espíritu de Dios, sino que en la Biblia se habla también
del Espíritu de Cristo, del Espíritu de Jesús, como en Hechos de los Apóstoles 16:4, y como en
Filipenses 1:19 se habla del Espíritu de Jesucristo. Ese es el hombre nuevo; revestidos del
nuevo hombre, que es Cristo en nosotros.
El Espíritu de Cristo es la cobertura interior con que Dios nos quiere cubrir. Cuando tú estás
desnudo delante de Dios, en tus pecados, el Señor no quiere verte así. Él proveyó algo para
cubrirnos; esas piedras que somos nosotros, no deben ser vistas; las piedras no deben verse,
sino que las piedras deben ser cubiertas desde abajo hasta arriba y desde arriba hasta abajo,
sin dejar ninguna rendija; todas deben ser cubiertas, primero con madera, y luego con oro. ¿Por
qué primero con la madera? Para que nos llegara la gracia de Dios y para que pudiéramos ser
participantes de la naturaleza divina, Él tuvo que encarnarse primero, vivir la vida de hombre,
vencer como hombre, morir como hombre, resucitar como hombre, y ascender como hombre y
entrar como hombre en el seno del Padre; y entonces ahora sí el Espíritu puede tomar lo que es
del Padre y del Hijo en su divinidad y en su humanidad, y traernos todo eso en el aceite, con
mirra, con la canela, con el cálamo; y digo primero el cálamo y después la casia; traernos todo lo
que Cristo es y vestirnos por dentro.
tallar figuras. Vamos a ver qué figuras son, qué representan esas figuras. El Señor comienza a
tallar, a tallar. La parte de las talladuras interiores sobre la madera y el oro se refiere a la
formación de Cristo en nosotros; como dice Pablo a los gálatas: “Hijitos míos, por quienes vuelvo
a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros” (Gá. 4:19); esas talladuras,
ese trabajo de hacer calabazas, hacer palmeras, hacer querubines adentro, se refieren a la
formación de Cristo; esas distintas entalladuras se refieren a distintos aspectos que Dios quiere
ver en nuestro interior. Quizá no lo pueden ver los hombres, porque esas cosas no se tallaban
afuera; se tallaban en el Lugar Santísimo, donde una sola vez al año entraba el sumo sacerdote;
quien veía esas cosas no eran los hombres, nadie de las tribus, ni de los gentiles, ni de los
israelitas, ni de los levitas, ni de los coatitas, ni persona alguna. Solamente el Sumo Sacerdote,
una vez al año podía ver eso.
¿Por qué es eso así? Porque las cosas que Dios hace en nosotros, son principalmente para
que las vea Dios. A veces nadie las va a ver; a veces nadie se va a dar cuenta; lo importante es
que Dios, cuando te mire, no te vea, sino que te haya recubierto de Cristo y te haya formado a
Cristo adentro. Realmente los hombres no pueden ver. Ahí en la Palabra aparece aquella mujer
que tocó el borde del manto de Jesús, y los demás no veían nada. También tenemos los
soldados; tocaron al mismo Dios, podíamos decir el Tabernáculo en pleno y en perfección, y los
hombres no lo veían, no lo conocían. “Si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais”
(Jn. 8:19); y como dijo San Juan: “el mundo no le conoció” (Jn. 1:10). Para conocer a Dios y a Su
Cristo sólo se puede hacer por revelación de Dios. Es sobrenatural.
ojos para ver y no ven. No disciernen la Palabra de Dios. No pueden. No tienen capacidad
espiritual.
Dice que recién al final se conocerá la diferencia entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.
Antes de regresar a Reyes, miremos esta frase allí en Malaquías. Malaquías 3:15-18:
“15decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los que hacen impiedad no sólo
son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon”. Eso es lo que se veía; se veía la
prosperidad de los malos; lo que se ve por fuera es que los malos se salen con la suya
aparentemente. Pero ¿qué sucedía por allá en privado? “16Entonces los que temían a Yahveh
hablaron cada uno a su compañero; y Yahveh escuchó y oyó, y fue escrito el libro de memoria
delante de él para los que temen a Yahveh, y para los que piensan en su nombre. 17Y serán para
mí especial tesoro, ha dicho Yahveh de los ejércitos, en el día en que yo actúe; los perdonaré,
como el hombre que perdona a su hijo que sirve”. Entonces, fíjese en ese entonces, en el día
que yo actúe, no antes; mientras tanto siempre nos engañaremos, en el día que el Señor actúe,
en el día en que Él confiese los nombres de los Suyos, ese día sí se conocerá la verdad de cada
cual. Entonces en el día en que yo actúe. “18Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia
entre el justo y el malo, (todavía no; dice: mire la diferencia entre el justo y el malo) entre el que
sirve a Dios y el que no le sirve”. Sí, las obras de los justos son visibles, pero ¿la disciernen?
¿las valoran? ¿Realmente las comprenden en su verdadera dimensión? ¡No! Sólo Dios conoce.
El hombre juzga por lo que está delante de sus ojos. El hombre es engañado; pero fíjese que
estas cosas se hacen adentro para que Dios, quien no es engañado, las vea. Nosotros,
hermanos, debemos hacer las cosas primeramente para que Dios las vea, y luego sí, Dios se las
muestra al mundo; porque eso es una cosa que Dios hará. Una de las cosas que Dios hará será
mostrar al mundo la justicia de Su pueblo; pero en el día en que Él las muestra, mientras tanto
Su pueblo, también como Él, será mal entendido; y será menospreciado así como Él. Si en el
árbol verde hicieron esas cosas, ¿cuánto más en un árbol seco, no será discernido, no será
El revestimiento interior del templo 177
visto?102
102
Cfr. Lucas 23:31
178 El templo de Dios
103
Cfr. Mateo 15:19
El revestimiento interior del templo 179
reserve algo, puede ser que Él se reserve algo que no quiera ver más y que no quiera mostrarlo.
Hay cosas que Él se reserva para Su conocimiento, y hay cosas que Él se reserva de Su
relación personal contigo. Por ejemplo, respecto de Su nuevo nombre que aparece allá en
Apocalipsis 19:12, dice que ninguno lo conocía, sino Él mismo. Ahora el nombre habla del
significado; ahora solamente Él sabe lo que significa ser ese que lleva Su nombre; nosotros
conocemos al Señor de a poco. Le conocemos en parte; conocemos la medida de Su
resplandor. Pero la profundidad de Su ser, sólo la conoce Él mismo. Por eso Él llevaba un
nombre que ninguno conocía, sino Él mismo. El nombre en la Biblia representa la esencia de la
cosa y de la persona. Cuando allí en Apocalipsis 2:17 dice que “al que venciere, daré a comer
del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo,
el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”, quiere decir que sólo dos personas conocerán
lo profundo de tu identidad. Para Él la identidad profunda de los vencederos sólo será conocida
por el Señor mismo y por el vencedor; nadie conocerá tu nombre.
¿Qué es tu nombre nuevo? es lo que tú significas para Él. Es lo que tú eres para Él. Tú eres
para mí tal cosa. Tienes un nombre especifico que nadie más te puede llamar así. Puede ser que
para otros seas esto, seas aquello, pero para el Señor tú eres esto. Nadie lo sabe sino Él y tú.
Otras cosas se sabrán, pero hay cosas de ti que sólo Él las conoce; y digamos que en el mundo
las cosas secretas son vergonzosas; pero en el reino, las cosas secretas son preciosas.
Nosotros, cuando estábamos en el mundo, lo primero que queríamos era dar a conocer las
cosas preciosas.
velaba este conocimiento con un velo. Un poco más adelante dice que los ojos de ella son como
de paloma pero entre las guedejas.104 ¿Qué quiere decir entre las guedejas? Las guedejas se
refería a su cabello, pero ella se velaba con su cabello. Al principio no se velaba. Vemos algo, lo
contamos y siempre estamos opinando y diciendo lo que hemos descubierto; no nos
demoraremos nada. Cuando la novia es nueva no se demora en contar el cuento, pero a medida
que ella va madurando, va adquiriendo secretos para con el Señor, los va guardando mejor.
Como dice el Señor Jesús: “Y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mt.
6:4).
104
Cfr. Cantar de los Cantares 1:5; 4:1
El revestimiento interior del templo 181
los que ven por fuera; en cambio dice que al justo afligía, lo trataban como culpable y no
conocían lo que realmente había en su interior; y como es justo, se va a quedar entregado, y va
a sufrir en silencio hasta que Dios algún día lo muestre; entonces ese día va a ser conocido por
dentro.
El verdadero trabajo de Dios es un trabajo que Él está haciendo dentro de nosotros; Dios
quiere que lo que haya en nuestro interior no sea vergüenza, sino que nuestro interior sea
recubierto por su Hijo, y que su Hijo sea formado en nosotros, y que comiencen a aparecer
calabazas a los ojos de Dios. Vamos a ver por qué calabazas; porque calabazas y palmeras se
esculpían adentro, así como los querubines, pero de afuera no se veían las calabazas, ni las
palmeras, ni los querubines. Se veían de adentro para fuera. No de afuera para dentro.105
105
Cfr. 1 Reyes 6:18
El revestimiento interior del templo 183
Continuamos en la descripción del Templo. Dice el verso 9: “y la cubrió (no solamente con
cedro, porque ahí podríamos referirnos a Cristo y a su obra en la cruz, pero añade la palabra)
con artesonados de cedro”. Esos artesonados es el trabajo de arte del Señor, la formación de
Cristo en nosotros; esos son los artesonados. Más adelante explica cuáles son esos
artesonados. Al principio sólo nos dice que hay artesonados.
Seguimos con el siguiente versículo “10Edificó asimismo el aposento alrededor de toda la
casa, de altura de cinco codos, el cual se apoyaba en la casa con madera de cedro”. Cuando
dice aquí que edificó asimismo el aposento, ya está hablando en determinado sentido ya dicho.
Edificó un aposento entonces, pensando en algo nuevo. Cuando edificó el aposento así, ya
sabemos a cuál se está refiriendo, aquel que diseñó a tres niveles, a aquel que ya estudiamos,
entonces simplemente está diciendo lo que hizo.
esto; pero el Señor no quiere ver la Iglesia directamente, no. El Señor lo que quiere ver es a
Cristo en la Iglesia; Dios no trabaja apenas para que aparezca la Iglesia, sino para que aparezca
Cristo en la Iglesia. Entonces es por eso que se justifican las quejas de Dios. Sí, ya fundamos la
Iglesia, sí, ya estamos muchos hermanos en la Iglesia, nosotros tenemos la Iglesia, al fin ya
estamos en las manos de la Iglesia, ya existe la Iglesia; pero ¿está Dios viendo a Cristo en ella?
¿Está viendo Dios algo de Su Hijo? ¿Está encontrando Dios alguna cosa afín a Él dentro de
nosotros? Eso es lo importante.
¿De qué sirve tener nombre de estar vivos, si estamos muertos? Como lo dice el Señor a
Sardis: “tienes nombre de que vives, y estás muerto” (Ap. 3:1). Lo que al Señor le interesa es
que realmente tengamos la vida del Señor. El Señor no quiere ver nada mentiroso; a Él no le
convence toda esa parafernalia de nuestros floreros al estilo Caín; nada de eso le interesa al
Señor; realmente hay una sola cosa que le satisface a Dios: “Este es mi Hijo”. A Dios le satisface
Su Hijo, el Señor Jesucristo.
tiene que limpiarnos, perdonarnos, recubrirnos, para que Su presencia pueda recibirnos.
Lo que ha caracterizado a todos los avivamientos es el profundo sentido de la presencia de
Dios. A veces no había necesidad de predicar; se narra que en el avivamiento de Gales hasta
los borrachos caían al suelo por la convicción del Espíritu; nadie les tenía que predicar; ellos
eran convencidos con la sola presencia del Señor. Miren, Él quiere una casa para llenarla de Su
presencia, porque Dios determina todo el proceso; cuando se termina el tabernáculo viene la luz
y lo llena, cuando se construye el templo viene la nube y lo llena, pues todo este trabajo de
decoración interior es para que cada día la presencia de Dios sea más solemne y más notoria
entre nosotros, y cada vez la gente reciba a través de nosotros más y mayores impresiones de
Dios. Miren las cosas verdaderamente espirituales, sólo el toque de Dios. Nosotros podemos
decir, hacer, pero si la persona misma no es tocada, no ha habido ningún avance en esa
persona; pero cuando la presencia de Dios, el dedo de Dios tocó, esa persona vio algo espiritual,
uno puede explicarle, y explicarle y explicarle, y todavía no pasa nada; pero solamente el Señor
sopló, sólo Él sopló, y la persona entendió. La diferencia entre lo natural y lo sobrenatural no la
hace el hombre; el toque de Dios es una cosa espiritual.
presencia de Dios; usted se da cuenta. Dios quiere impresionarnos con Su luz, pero desde
nosotros mismos. Él quiere hacer un trabajo desde nosotros mismos. La gente no sabe por qué
le resultaste amado, y te saludan en las calles. ¿No te ha pasado eso? Que de pronto como que
te saludan, como si fueras alguien importante, alguien conocido; pero tú no tienes nada de
importante. Es como si captaran algo que ellos mismos no pueden discernir. Sí, es la gracia. Por
eso dice: “13Habitaré en ella en medio de los hijos de Israel, y no dejaré a mi pueblo Israel”.
¡Aleluya! Ese habitaré está bien; pero habla de habitar para siempre, no tener que irse. ¡Qué
alegría!
Y no dejaré a mi pueblo Israel, no lo dejaré. El Señor quiere estar ahí siempre con nosotros.
Lo que Él quiere es encontrar un lugar para Él en la tierra. Miren, hermanos, esta tierra se la robó
el diablo; el diablo hizo una barbaridad ahí en la tierra. Y a consecuencia de eso sobrevino sobre
la humanidad la muerte y la desgracia. Bueno, pero es aquí en la tierra donde Dios quiere Su
Casa, la Casa de Dios. Él quiere la Casa de Dios en la tierra. Él quiere la Casa sobre la tierra.
Bet-el es en la tierra. La escalera baja a la tierra;106 es la tierra el lugar de Sus pies.
Dios quiere un lugar en la tierra, un lugar en Su casa, y ese lugar somos nosotros. Él quiere
que Su presencia nos llene, nos rodee; y ahí estamos donde estamos. La gente dice: Pero esta
persona como que tiene paz; esta persona no es tan acelerada, como que tiene un tono un poco
más dulce, más cariñoso. La gente ve esas cosas, y ellos piensan que es paz. Es el Señor; es un
poquito del Señor, como se decía de Bernabé, un varón bueno; como que se notaba, pues
siendo que nadie es bueno, ¿cómo podía ser eso? Siendo que nadie es bueno, ¿cómo era que
se podía decir por El Espíritu Santo que Bernabé era un varón bueno? ¿siendo que no hay nadie
bueno? porque había algo de Dios en Bernabé que se reflejaba. Ellos se lo atribuían a Bernabé,
pero lógico que Bernabé sabía que era Dios que lo estaba cubriendo, que le estaba cubriendo,
106
Cfr. Génesis 28:12
El revestimiento interior del templo 187
revistiendo. ¡Aleluya!
Ese edificio de veinte codos, era el Lugar Santísimo; porque eran 60 codos en total, pero la
parte correspondiente al Lugar Santísimo de los 20 codos, eran los 20 del Lugar Santísimo. El
lugar santo tenía 40 codos y el Lugar Santísimo tenía 20 codos. Se refiere al Lugar Santísimo.
Hay una cosa curiosa del Lugar Santísimo. El Lugar Santísimo es un cubo, pues tiene 20 codos
de alto, 20 codos de largo y 20 codos de ancho; es decir, es perfectamente la Trinidad. Es un
cubo, es la Trinidad, es el Lugar Santísimo. También, ¿cuál es el Lugar Santísimo en todo el
Reino? Es la Nueva Jerusalén, y en la Nueva Jerusalén también están las tres medidas iguales:
el largo, el ancho y el alto son una misma cosa; ya sea ilustrado en forma de pirámide o en forma
de cubo. El largo, el ancho y el alto son de la misma medida, representando el lugar de la
Trinidad en el Lugar Santísimo. En la casa de Dios el Lugar Santísimo es un cubo. Esto explica,
pues, lo del Lugar Santísimo; entonces el resto de la casa es el lugar santo.
Hay versículos que se refieren al siervo de Yahveh, como referido de Israel; pero si Israel no
le servía, por lo menos el remanente le servia; y a veces el siervo de Yahveh se refiere al
remanente; pero a veces ni el remanente daba la talla, ninguno era digno, ni en el cielo, ni en la
tierra, ni abajo de la tierra, sino sólo el Cordero, el Mesías. El Mesías dio la talla del Siervo de
Yahveh. Y lo mismo ahora, el Señor viene a la Iglesia; si toda la Iglesia no da la talla, por lo
menos los vencedores den la talla. Den la talla los consagrados. Por eso es que es más
restringido y menor la medida del Lugar Santísimo que la del Lugar Santo, porque los
vencedores son más pocos que todos.
“18Y la casa estaba cubierta de cedro por dentro, y tenía entalladuras de calabazas silvestres
(aquí está lo que les decía de calabazas silvestres) y de botones de flores. Todo era cedro;
ninguna piedra se veía”. ¡Uy, qué terrible es! ¿Verdad? Aparece Gino, ¡oh! Se tiró la casa; y
cuando aparezco yo, mi jactancia, lo mío, mi pretensión, me estoy tirando la casa. Dios no quiere
ver a Gino. Dios quiere ver a Cristo en cada uno de nosotros. Ninguna piedra se veía. ¿Qué se
veía? Madera, oro, y calabazas y flores. ¡Aleluya!
Bueno, después seguimos tratando este texto, hermanos. Por la hora nos demoramos, para
hacerlo así a toda prisa, no es conveniente. Hay que seguir lo del revestimiento interior de la
casa de Dios. Esto sería un concepto general del revestimiento de la Casa de Dios.
XII
EL ARTESONADO
INTERIOR
190 El templo de Dios
DEL TEMPLO:
LAS CALABAZAS107
107
Enseñanza a la iglesia en localidad de Teusaquillo, Bogotá D. C., en mayo 15 de 1998. Trascripción : Maximino Ramírez B.
108
Cfr. Juan 17:19
186 El templo de Dios
Y la otra parte son las entalladuras. Las entalladuras ya no se refieren al material, sino que se
refieren al trabajo de artesanía. Hay una artesanía que se realiza en el interior de la casa de
Dios, que es el Lugar Santísimo; también en el lugar santo, una artesanía que se refiere a la
formación de Cristo en nosotros. Se refiere a ser transformados en Su semejanza. Tallar algo es
darle una forma; es lo interesante que aquí aparece inicialmente. Hay otras formas que
aparecen después, pero las primeras de las entalladuras que aparecen son estas aquí
traducidas calabazas silvestres, y luego botones de flores. Más adelante veremos que también
hay otras entalladuras que se mencionan después; pero estas dos entalladuras llamadas aquí
en esta traducción calabazas silvestres y botones de flores, son las dos primeras entalladuras; y
hay una razón por la cual son mencionadas éstas primero.
Antes de entrar en más detalles quisiera mencionar que esta traducción, calabazas silvestres,
es una traducción válida, pero, digamos, un poco más particular a la verdadera palabra en el
hebreo que implica no solamente a las calabazas silvestres sino a todas estas clases de plantas
que son como las calabazas, que en español se llaman colocíntidas; y éstas son, como decir,
una especie; porque siempre las plantas se clasifican; los pastos son unos, los árboles son
otros, los arbustos son otros; y estas colocíntidas son aquellas como las calabazas silvestres;
por ejemplo, las ahuyamas, los zapallos y muchas otras.
La calabacera de Jonás
Las calabazas, ¿qué significan para Dios? ¿Ha hablado Dios con el símbolo de las
calabazas? ¡Claro que sí! ¿Dios no quiso enseñarle a Jonás una lección a través de la
calabacera? Y, por cierto, la señal de Jonás ¿no es la única que el Señor daría? Notemos que
Dios le había dicho a Jonás que le dijera a Nínive que si no se arrepentía, dentro de cuarenta
días la ciudad sería destruida; y aunque Jonás más tarde fue, sin embargo, estuvo renuente,
pensando que Dios perdonaría a la ciudad, y a lo mejor después que la perdonara quizá Jonás
El artesonado interior del templo: las calabazas 187
quedaría como un falso profeta. Pensando esto, prefirió no ponerse en ese trabajo de profeta,
que a veces es tan mal comprendido, y se escapó para Tarsis, para el occidente, digamos, para
España, que en aquella época era la península Ibérica de hoy. Pero el Señor le tenía su
“submarino” preparado para regresarlo de nuevo a que cumpliera la misión. Dios le dio la
oportunidad después, digamos, de muerto; cuando Jonás murió a sí mismo, allí clamó a Dios,
Dios entonces lo devolvió a Nínive; y en Nínive entonces Jonás comenzó a recorrer la ciudad
durante tres días proclamando que se arrepintieran; y la ciudad se arrepintió, y los hombres
hicieron arrepentirse incluso a los burros; y se pusieron en ceniza y se humillaron delante del
Señor; y Jonás, en vez de alegrarse, se enfureció, se enojó, y se fue por allá demasiado bravo,
preocupado. Yo voy a quedar como un falso profeta, habrá pensado.
dádiva de quien socorre a los humildes. Estas calabazas silvestres representan precisamente lo
que Dios vio en Nínive. Era lo que Dios quería que Jonás entendiera; esa calabacera
representaba para Jonás lo que el arrepentimiento de Ninive representaba para Dios; y eso
¿qué significa? Lo que Dios quiere ver dentro de su casa entallada en aquella madera de cedro.
Calabazas silvestres significa que en el interior de la comunión de la Iglesia debe haber
constante unidad. “Un espíritu humilde, un corazón contrito y humillado, no despreciaras tú, oh
Dios”. Yo habito, dice el Señor, con el contrito de espíritu. La contrición, el arrepentimiento y la
verdadera humillación delante de Dios, el ver las cosas como Dios las ve y no pretender verlas
como nosotros queremos verlas.
Eso es lo primero. Cuando el Señor comenzó a edificar su casa, ¿qué fue lo primero que Él
predicó? El arrepentimiento. Id por todo el mundo y decid: arrepentíos; y después sí viene la fe,
y viene todo lo demás, pero primero es el arrepentimiento. El fruto del arrepentimiento, el espíritu
contrito y humillado, es lo que representa estas calabazas silvestres, estas colocíntidas talladas
en el interior del templo de Dios. El Señor no habita con el soberbio; el Señor soporta nuestra
soberbia. El Señor resiste nuestra soberbia.
Si nosotros queremos realmente edificarle casa al Señor, y que Él realmente en Su nube, la
nube de Su presencia more en nosotros, tenemos que estar cubiertos por la sangre de Cristo,
por sus dos naturalezas, la divina y la humana, y por el fruto del arrepentimiento. Un corazón
contrito y humillado para que Dios habite; Él tiene que estar viendo eso por dentro; Él está por
dentro, y Él ve eso en todas partes del Lugar Santísimo; tenía que haber eso, y así en nuestro
interior constantemente; y ninguna piedra se veía; eso nos indica que la persona se humillaba
totalmente a sí misma y quedaba totalmente desaparecida. Y ahora solamente se veía a Cristo,
y el producto de Cristo, un espíritu recto, un espíritu humilde, un espíritu de humillación.
Hermanos, no se puede edificar la casa de Dios sin humillación. Cuando en nosotros hay
soberbia, cuando en nosotros hay jactancia, cuando en nosotros hay altivez, esa es la
serpiente levantándose; ese es Satanás. Dios no quiere ver eso; Él mira al altivo y lo abate. Eso
hizo el Señor con el primer altivo, que fue el diablo, que era Lucero, un querubín; pero se exaltó;
entonces el Señor tuvo que pararlo. Pero el que se humilla será enaltecido, y el que se ensalza
será humillado. El Señor constantemente nos está guiando a humillarnos, a desaparecer. Así
como la carne constantemente nos está guiando a exaltarnos, a mostrarnos, a creernos, a ser
creídos, jactanciosos, altivos, soberbios; esa es la piedra viéndose; pero cuando la piedra no se
ve, quiere decir que desapareces tú, cualquier cosa; y si has pensado en ti mismo, dice: pon
dedo a tu boca. Cuántas veces somos llevados a exaltarnos. Cuántas cosas que decimos o
hacemos, las hacemos solamente motivados por mostrarnos a nosotros mismos; y una vez
que levanta esa serpiente en nuestro ser, ¿crees tú que lo que hay es flores? Lo que hay es
vergüenza; después te dará vergüenza, si es que logras darte cuenta a tiempo de esa
vergüenza. Viene vergüenza; nuestra vanagloria se convierte en vergüenza.
Es como dice allí en Apocalipsis: “Ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de
la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte” (Ap. 12:11). Ahí
usted ve las tres cosas; ahí usted ve el cedro cubriendo la piedra, o sea, Cristo crucificado; le han
vencido por la sangre del Cordero. ¿Y qué cosas ve talladas ahí? Flores, botones de flores y
calabazas silvestres; la palabra del testimonio, eso es representado en esos botones de flores;
porque las flores son la vida; la flor es la manifestación de la vida; cuando comienza la primavera
comienza a florecer. Dice la Palabra: “Veamos si brotan las vides, si están en ciernes, si han
florecido los granados” (Cnt. 7:12). Cuando hay flores, hay promesa de que habrá fruto; cuando
hay vida habrá fruto de esa vida; y esa palabra del testimonio se refiere a esas flores, se refiere
a que tú por la fe has recibido la vida, y estás por la fe en la vida. La sangre te limpia, Dios te da
la naturaleza divina; el Señor limpia el pasado y lo cubre; ahí está el cedro; y te planta en una
El artesonado interior del templo: las calabazas 191
nueva vida; ahí esta el florecimiento. Y también dice: “Y menospreciaron sus vidas hasta la
muerte”. Esa es la humillación, ese es el arrepentimiento, ese es un espíritu contrito y
humillado, que se niega a sí mismo, que como dice en otro versículo, se pone como un tapete; y
eso es lo que el Señor quiere que suceda en nuestro interior.
nosotros mismos y sólo nos importa Su gloria, entonces Él verá colocíntidas en el interior del
Templo de Dios. La otra parte, el de las flores, pues ustedes ya saben a qué se refiere, a la vida,
botones de flores.
Ella todavía lleva a Faraón encima, al esclavizador, al opresor. Todavía carga con el opresor.
Entonces Él le dice en el versículo 10: “Hermosas son tus mejillas entre los pendientes, tu
cuello entre los collares”. En este contexto, como Él había hablado de ella en lo natural, ahora
Él comienza a resaltar la hermosura de ella en lo sobrenatural. Nosotros somos muy naturales.
Cuando el Señor nos concede experiencia y discernimiento espiritual, podemos notar un
poquito mejor todo lo que es natural en nosotros. Al principio nosotros no hacemos diferencia
entre lo natural y lo espiritual; al principio no discernimos y diferenciamos las cosas entre lo
bueno y lo malo; esto está bueno, esto está malo, esto está permitido, esto no está permitido; y
esas son nuestras preocuaciones del principio. Y surgen muchas preguntas: Hermano, ¿se
puede comer esto o no se puede? y, hermano, y de esto, ¿usted qué opina?
110
Cfr. 2 Corintios 5:21
194 El templo de Dios
Pero Dios no solamente trata con los pecados y el pecado; va a llegar un momento en tu vida
espiritual en que te vas a dar cuenta de que Dios trata también con lo natural. Cuando estás
haciendo una cosa buena, y Él te reprueba, y tú no entiendes, porque ¿acaso no era bueno
visitar, predicar, hacer campañas, evangelizar? Ya no estás pecando, no; estás haciendo
actividades religiosas, pero de pronto a partir de cierto momento en tu vida espiritual, el Espíritu
Santo empieza a corregirte, no sólo de los pecados, sino también de las buenas obras, y a
pasarte de lo que es natural a lo que es espiritual.
A veces se da el caso que lo de afuera, las cosas carnales, imitan a las espirituales, y nosotros
pensamos que si decimos las palabras de la misma manera, si hacemos el gesto de la misma
manera, si nos vestimos de la misma manera, entonces las cosas ya son verdaderas, y no son
sino pura apariencia, puro artificio; todavía no es algo hecho por Dios; es algo todavía hecho por
nosotros; es todavía algo natural; a lo mejor ayer cantamos aquel canto en el Espíritu, ¿entonces
hoy por qué no cantamos ese cántico, para ver si nos sentimos como ayer? No estás pecando,
no estás robando, no estás blasfemando, no estás fornicando, no estás dando falso testimonio,
no. Estás adorando, estás cantando, estás rezando. Sin embargo, Dios todavía nos trata, y dice:
Todavía es muy natural, es muy natural; y las personas se encuentran contigo, y aunque lo que
tú dices es verdadero, con lo que tú eres todavía haces sufrir al Señor; y empieza el Señor a
tratar no ya con lo que nosotros predicamos, sino con lo que somos.
El Señor le dice a la novia en Cantares: “Hermosas son tus mejillas entre los pendientes, tu
cuello entre los collares”. Como diciéndole: Lo que embellece tus mejillas y tu cuello son los
pendientes y los collares; esto es, lo que el rey hizo y me regaló; no lo que ella es en sí misma,
sino lo que él le puso; eso es lo que verdaderamente embellece a la esposa. Lo que nos
embellece no es lo que nosotros somos en lo natural, sino lo que Él nos pone; eso es lo que nos
embellece realmente; es lo que Él nos pone. Hay muchas cosas que pueden ser correctas;
somos Sus amigos o amigas, pero todavía cargamos a Faraón; necesitamos que Él ponga algo
distinto a lo que hay en nosotros,
Por eso cuando Adan fue creado, Dios lo puso en el huerto; y ¿qué tenía que hacer Adán?
comer del árbol de vida; y ¿qué más puso Dios en el huerto? un río; y nos dice el Espiritu Santo
por mano de Moisés que ese río lo llevaba a uno a determinadas tierras, y que en esas tierras
había determinados materiales preciosos; que allí había oro, que había bedelio, que había
ónice. ¡Qué interesante! La intencion de Dios es que el río de Dios nos lleve a donde están los
materiales preciosos; ¿y cuál es el instinto del ser humano cuando encuentrta un material
precioso en lo natural, que es figura de lo espiritual? Lo primero que queremos hacer es
ponérnoslo. ¿En dónde me voy a poner esta piedra? Aquí en la oreja, en la nariz, en los dedos,
en el pecho; a ver si es posible en los tobillos. Ahora hasta en el ombligo se lo están poniendo.
encontramos la ciudad.
En el Apocalipsis encontramos el Paraíso de Dios, encontramos el árbol, encontramos el río y
encontramos los materiales preciosos, pero edificados en la ciudad. Entonces, ¿qué era lo que
quería Dios entre Génesis y Apocalipsis? Dios quería edificarnos con esos materiales preciosos;
la vida divina con el fluir divino; llevarnos al material precioso de Dios y vestirnos con lo que es de
Dios. Eso nos dice que el hombre en lo natural todavía no está vestido; está desnudo, es neutral,
pero Dios quiere que el hombre coma del árbol de vida, que beba agua de vida, que se vista con
materiales preciosos y constituya así para Dios la edificación de Dios.
Hermanos, vemos que el hombre en lo natural todavía no es como Dios lo quiere. El hombre
en lo natural tiene que estar delante de un árbol de vida, ser llevado por un río de vida y
encontrar materiales preciosos y vestirse con ellos, y ahora sí constituye una casa para Dios;
ahora sí está cubierto por dentro y adornado por dentro y por fuera. Por eso le dice el amado a la
amada que ella era natural. Bueno, “zarcillos de oro te haremos, tachonados de plata”. El oro
representa la naturaleza divina. Ahora el Señor quiere poder adornarnos con lo que es propio de
Su naturaleza; no que nos quedemos en lo natural, sino adornarnos con lo que es sobrenatural.
cultos, seminarios. No pareciera que eso fuera de la carne, pero hay obras de la carne que no
son pecado, pero que son carne.
llega la primavera, entonces sube la savia y empiezan a brotar las flores; esa es la vida de
resurrección, la primavera, las flores; los botones de las flores representan la vida de
resurrección; un espíritu humilde, y que está en novedad de vida; y entonces ahora sí vienen los
adornos, esto es, lo que el Espíritu hace en ti, lo que el Espíritu te insufla. Lo que el Espíritu se
mueve delante del Señor. Eso es lo que Dios quiere ver por dentro de la casa. Después, más
adelante vamos a ver otras cosas que Él talló, pero esas son posteriores. Lo primero es el
arrepentimiento y la fe para vivir la vida de resurrección.
El ejemplo de Pedro
Hay un activismo producido por el Señor que Él nos da, pero Él nos quiere quitar nuestro
activismo natural. Lo que Él quiere quitarnos es solamente lo que es nuestro. Tenemos como
ejemplo lo que el Señor hizo con el apóstol San Pedro. Pedro no sabía que él era debil en su
naturaleza, pero el Señor sí sabía. Bueno, pero ahora ¿cómo se lo enseño a Pedro? Él me está
insistiendo que va a poner su vida por mí; él no sabe quién es, pero yo sí sé; yo sí sé. Eso es
pura paja, pero él piensa que él es verdadero; insiste que me ama más que los otros. Por eso:
Pedro, ¿me amas más que éstos? Se le dijo porque era lo que Pedro había dicho.111
111
Cfr. Mateo 26:30-35; Juan 21:15
El artesonado interior del templo: las calabazas 201
Aunque otros te negaren, yo no te negaré. San Pedro no estaba pecando, pero él no sabía
quién era; entonces el Señor le tiene que decir: Pedro, no cantará el gallo dos veces, cuando ya
tú me habrás negado tres; pero le dijo; Yo he rogado por ti, para que tu fe no falte. Y ahora ¿qué
era lo que no tenía que faltar en Pedro? La fe que surgía en Pedro por la intercesión del Sumo
Sacerdote; eso era lo que sostenía a Pedro. Pero hasta antes lo que había sostenido a Pedro
había sido sus sentimientos religiosos, sus afectos naturales; y él no sabía lo peligrosos que
eran sus afectos. En una ocasión por causa de sus afectos estuvo dispuesto a echar por la borda
el plan de salvación. Pedro le dijo al Señor: ¿No te da cuidado, Señor, ir a Jerusalén a que te
maten?112 Eran afectos naturales de Pedro.
¿Quién se iba a imaginar que nuestros afectos son tan perversos? ¿Cuántas veces
traicionamos al Señor por afectos a ciertas personas? Cuánta alcahuetería que deshonra a Dios
porque no discernimos las cosas en el espíritu, sino solamente en el afecto natural. El afecto del
hombre no es confiable. Y eso, pues, lo podemos aquí hasta predicar. Yo lo estoy predicando;
pero ¿será que tengo miedo de mí mismo? Lo que Dios quiere no es que yo lo predique; lo que
Dios quiere es que yo me tenga pavor; eso es lo que Dios quiere, que yo me tenga pavor, que
diga: Señor, si tú no me mueves, yo no quiero moverme; que cada vez que me muevo, no
ocasiono sino problemas.
No estamos fornicando, no estamos robando, hermanos, es que somos tan naturales que no
nos damos cuenta. Ahora, el Señor se da perfectamente cuenta, y los ángeles también, y
algunos hermanos también; sólo nosotros parecemos los últimos en darnos cuenta.
el arca del pacto de Yahveh”. Poner allí; eso es lo más precioso de todo ese trabajo; todo ese
adorno es para poner allí el Arca del Pacto de Yahveh.
Allí está todo; meter ahí a Cristo, que Cristo sea en nosotros. Timoteo, que el Señor Jesucristo
esté con tu espíritu;113 que no seas tú solo, Timoteo; que sea el Señor Jesucristo contigo, que la
gracia del Señor sea con tu espíritu; si eres tú solo, Timoteo, ¿qué vamos a hacer? ¿Qué
tenemos que darle a nadie? Nada; pero si el Señor es contigo, esa es la vida espiritual que Él
quiere edificar en nosotros. Él no está interesado en tantas otras cosas que pensamos. Él está
interesado en poner allí el Arca, para que Su presencia y Su gobierno se manifiesten desde allí.
Sabe que el Señor lo que quiere es darnos a ver a Cristo; y ninguna otra cosa Él está haciendo
sino trabajando para que eso sea así. Hay que entender a Dios por lo que nos pasa. Entender a
Dios es que Él insiste, insiste, insiste en que todo sea Cristo.
113
Cfr. 2 Timoteo 4:22
El artesonado interior del templo: las calabazas 203
A veces nosotros pensábamos que era Cristo, y de pronto Dios permite que algo nos desinfle.
¡Ah! Y yo que pensaba que ya era espiritual, y no era todavía. Pero no te desanimes, hermano,
porque Él dijo: te haremos, no te harás, y te pondremos, y el Señor pondrá en nosotros lo que
nosotros no podemos. Él nos llamó, pues, para poner en nosotros; de manera que todo eso que
tenemos que dejar, fue ya crucificado en Cristo. Cuando es Cristo en nosotros fue eso ya dejado,
Siempre en Cristo; Cristo en nosotros. Sólo Dios sabe, pero el asunto de Pedro es así.
Pedro, cuando vuelvas, confirma a tus hermanos; pero tienes que pasar por esa zarandeada.
¿Cuál zarandeada? la de despojarnos de todo aquello en que nos confiamos. Como Pablo, yo
confiaba en esto que para mí era ganancia; yo era fariseo, irreprensible en cuanto a la ley; mejor
dicho, así el era el hermano más perfecto; pero el Señor le dijo: Eso es todavía carne. Ahora, yo
te digo una cosa, mi hermano, mi hermana, por favor no se preocupen por tratar de ser muy
espirituales; porque esa clase de preocupación es carne. Pónganse en las manos de Dios; amen
a Dios, y déjenle a Dios hacer; sean de Dios, conságrense a Él y díganle: Señor, Tú tomaste la
iniciativa, fuiste Tú el que me llamaste; aquí estoy, sigue haciendo Tu obra conmigo. En ti confío.
Amén.
204 El templo de Dios
XIII
EL ARTESONADO
INTERIOR
DEL TEMPLO:
LOS QUERUBINES114
114
Enseñanza a la iglesia en localidad de Teusaquillo, Bogotá D. C., en mayo 22 de 1998. Trascripción : Claudia Iafrancesco.
El artesonado interior del templo: las calabazas 205
con nuestro estudio del Templo de Dios. Estamos siguiendo el capítulo 6 del primer libro de los
Reyes, donde se nos describe el Templo de Dios que construyó Salomón en la antigüedad, y
esa lectura de estos versículos la estamos haciendo como quien lee tipología, figuras de las
cosas espirituales; no estamos leyendo solamente acerca de arquitectura, sino que estamos
leyendo acerca de la edificación de la casa de Dios, que es espiritual. En 1 Pedro 2:4, se nos
dice que la casa de Dios es espiritual; solamente que en el Antiguo Testamento la casa espiritual
estaba simbolizada por el templo material, de manera que cuando estamos leyendo los detalles
del templo material, estamos identificando esos detalles con su respectivo sentido espiritual.
En las dos últimas ocasiones estuvimos concentrados en lo relativo al revestimiento interior de
la casa de Dios; todavía tenemos algunos versículos más al respecto de este revestimiento
interior, y esos versículos están precisamente aquí desde el versículo 20, que es donde vamos a
comenzar la lectura, hasta el versículo 30. Nos sigue hablando la Palabra del Señor del
revestimiento interior de la casa de Dios; lo cual significa lo que Dios quiere encontrar dentro de
nosotros. Vamos entonces a leer 1 Reyes 6:20-30; vamos a leer estos diez versículos de
seguido, puesto que ya con lo que se ha estudiado en las ocasiones pasadas respecto a las
medidas y respecto al revestimiento interior, ya es mucho lo que se puede adelantar aquí.
Entonces vamos a efectuar esta lectura inicialmente, y luego vamos a detenernos en los puntos
que requieran nuestra atención.
“20El lugar santísimo estaba en la parte de adentro, el cual tenía veinte codos de largo,
veinte de ancho, y veinte de altura; y lo cubrió de oro purísimo; asimismo cubrió de oro el
altar de cedro. 21De manera que Salomón cubrió de oro puro la casa por dentro, y cerró la
entrada del santuario con cadenas de oro, y lo cubrió de oro. 22Cubrió, pues, de oro toda la
casa de arriba abajo, y asimismo cubrió de oro todo el altar que estaba frente al lugar
santísimo. 23Hizo también en el lugar santísimo dos querubines de madera de olivo, cada
uno de diez codos de altura. 24Una ala del querubín tenía cinco codos, y la otra ala del
203
querubín otros cinco codos; así que había diez codos desde la punta de una ala hasta la
punta de la otra. 25Asimismo el otro querubín tenía diez codos; porque ambos querubines
eran de un mismo tamaño y de una misma hechura. 26La altura del uno era de diez codos, y
asimismo la del otro. 27Puso estos querubines dentro de la casa en el lugar santísimo, los
cuales extendían sus alas, de modo que el ala de uno tocaba una pared, y el ala del otro
tocaba la otra pared, y las otras dos alas se tocaban la una a la otra en medio de la casa. 28Y
cubrió de oro los querubines. 29Y esculpió todas las paredes de la casa alrededor de
diversas figuras, de querubines, de palmeras y de botones de flores, por dentro y por fuera.
30
Y cubrió de oro el piso de la casa, por dentro y por fuera”.
1) El atrio. Con el cuerpo tenemos conciencia del mundo exterior, del mundo material real;
eso lo hacemos a través de los sentidos; y nos relacionamos con ellos a través de nuestros
aparatos: el óseo, el muscular, el nervioso, el circulatorio, el digestivo, etc. Ese es el atrio.
2) El lugar santo. Con el alma tenemos conciencia de nosotros mismos, de nuestra
personalidad, de nuestro propio yo, de nuestros propios pensamientos, sentimientos y voluntad.
3) El Lugar Santísimo. Pero con el espíritu, que es la parte más íntima del ser del hombre,
que corresponde al Lugar Santísimo del templo de Dios, con él nosotros tenemos conciencia de
Dios y las cosas espirituales, del mover del Espíritu de Dios.
Con el cuerpo tenemos conciencia del mundo exterior, con el alma, de nosotros mismos, y con
el espíritu, tenemos conciencia de Dios, del mover de Su Espíritu, de la aprobación de Dios, de la
reprobación de Dios. Es en el espíritu donde se ejerce la función de nuestra conciencia moral y
la intuición espiritual; y la comunión íntima que tenemos con Dios, la tenemos en nuestro
espíritu; de manera que la parte más íntima de nuestro ser es el espíritu, y la parte más íntima
del Templo de Dios, que representa nuestro ser, puesto que nosotros somos el templo de Dios,
es el Lugar Santísimo.
En estos versos que hemos leído acá, hemos leído acerca del Lugar Santísimo, es decir,
hemos leído de lo que Dios quiere encontrar para Sí mismo en lo más interior de nuestro ser. Y
decía allí que “El lugar santísimo estaba en la parte de adentro”. Esto es muy importante; lo más
interior del hombre es lo que tiene mayor jerarquía delante de los ojos de Dios.
Hay personas que se ocupan mucho del aspecto material y son materialistas; entonces se
vive como animalitos, como si solamente fuéramos animalitos; comer, dormir, reproducirse,
tener placer, descansar, jugar y ver cómo se puede sobrellevar la vida con pocas dificultades.
Quizás hay personas que dicen: Bueno, nosotros no somos animalitos, nosotros somos un poco
más intelectuales; entonces se dedican a estudiar sus pensamientos; algunos se dedican al
El artesonado interior del templo: Los querubines 205
romanticismo y al amor natural. Hay personas en las que prevalece el intelecto, personas en las
que prevalece la emoción, personas en las que prevalece el temperamento, en las que
prevalece la voluntad; hay personas que son muy voluntariosas, y se ocupan de las cosas
humanas, pero solamente humanas. Pero hay otras cosas superiores a las meramente
humanas, las divinas, de las cuales también el hombre debe ocuparse. El hombre fue creado no
solamente para ser humano, sino para tener relación directa con Dios y recibir la vida de Dios en
su vida, y para vivir con Dios la vida divina, vivir en unión con Dios como el Señor Jesús, nuestro
primogénito. Dios fue contenido y expresado en Él, y también la humanidad en Él fue glorificada
con la gloria de Dios.
El tabernáculo de reunión
El tabernáculo, que representa el templo, era llamado el tabernáculo de reunión, donde Dios
y el hombre llegan a estar reunidos. Mientras el hombre no esté en relación con Dios, está
incompleto, no está completo, hay algo que le falta; puede tener todos los bienes materiales, sí;
ya alimentó su cuerpo, puede tener bastante cultura, ya alimentó su intelecto; a veces tiene
mucho intelecto, pero sus afectos están muy reprimidos, como se suele decir, están raquíticos,
están atrofiados; hay personas en cambio que han desarrollado mucho sus afectos naturales,
pero su intelecto es un poco atrofiado, en fin.
Lo relativo al ámbito intermedio del alma, de la psiquis, la mente, la voluntad, las emociones,
no es todavía el todo del hombre. El hombre puede poseer cosas y puede tenerse a sí mismo por
un rato, pero si no tiene a Dios no tiene vida eterna, y no tiene lo principal que Dios quiere que el
hombre tenga.
Entonces cuando Dios comienza a preparar toda esta tipología del tabernáculo, del templo de
Dios, es para enseñarnos quiénes somos nosotros. Toda esta simbología es una psicología de
206 El templo de Dios
Dios para enseñar la identidad del hombre; sólo que primero, en vez de dar explicaciones,
siempre dio tipos, símbolos y ejemplos que sirvieran para enseñarnos acerca de nosotros; y esta
frase que dice aquí: el lugar santísimo, lo digo comparándolo con apenas el lugar santo o el atrio,
que es como los bordes de afuera. El Lugar Santísimo, es decir, lo más santo, es la parte de
adentro, es la jerarquía del hombre interior, de la espiritualidad; eso es lo principal en el ser
humano. Lo demás tiene también un lugar que Dios le dio, pero lo principal es el Lugar
Santísimo, lo de más adentro, allí donde está tu conciencia, donde intuyes las cosas de Dios y
donde tienes comunión con Dios, o donde sabes que no estás bien con Dios, si no lo estás.
altar del incienso. Estos dos altares, el de afuera, el del atrio, y el de adentro, el del incienso,
reflejan dos aspectos de la obra de Cristo en nosotros: la muerte de Cristo para limpiar nuestros
pecados esta reflejado en el altar de afuera, el altar de bronce, en el altar del atrio, porque Cristo
fue sacrificado por nuestros pecados, por tanto aquel altar donde eran sacrificados los corderos
en representación del sacrificio de Cristo, nos habla de la expiación, de la pascua, de la muerte
de Cristo para borrar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad; pero además de Cristo
haber muerto por nuestros pecados, Él entró para interceder por nosotros, y esa intercesión la
hace como abogado; no sólo murió en la cruz, allá afuera en el atrio, sino que también entró al
Lugar Santísimo para interceder por nosotros.
Cristo intercesor
Este aspecto de Cristo abogado, Cristo intercesor, está representado por aquel altar del
incienso; aquel altar estaba frente al Lugar Santísimo, delante del cual venía el sumo sacerdote
y tomaba el incensario, y luego entraba una vez al año y ofrecía el incienso a Dios.
Esa presentación del sumo sacerdote presentando a Dios el incienso, representaba la
intercesión de Cristo. Nosotros necesitamos esos dos aspectos de Dios para tener comunión
con Dios en nuestro interior; necesitamos el altar del atrio, que era cubierto de bronce, del cual
aquí todavía no hemos leído, pero para distinguir este altar que aquí mencionó y el altar de oro;
este de madera era cubierto de oro, era el altar del incienso, que representa la función de
intercesión del Señor Jesús.
Nosotros para tener comunión con Dios debemos estar bajo la sangre de Cristo y en unión con
Cristo, el Cristo vivo, resucitado y sacerdote, por medio de la fe, en lugares celestiales con Cristo
Jesús.115 Eso es lo que representa este altar de madera que se cubría de oro delante del Lugar
115
Cfr. Efesios 1:3
208 El templo de Dios
Santísimo; no se refería al altar del atrio, sino al altar de la intercesión, al altar del incienso. Eso
quiere decir que nosotros para estar en íntima comunión con Dios, necesitamos de la sangre de
Cristo y de la unión con Cristo, nuestro sumo sacerdote en lugares celestiales. El templo está
realmente cubierto de oro por dentro; porque ustedes saben, mis hermanos, que estos distintos
detalles representan en la Escritura diferentes aspectos de la obra del Señor. En la Biblia, el oro
representa la naturaleza divina, la plata representa la redención y el bronce o cobre, que es una
misma palabra en el hebreo, representa el juicio de Dios; el hierro representa la autoridad de
Dios, y la madera representa la humanidad.
Obsérvese que todo es cubierto de oro; no era de oro, era hecho de piedra y de madera, de
algo muy humano, pero recubierto de oro. Eso significa el revestimiento de la naturaleza divina.
La Biblia nos dice que somos participantes de la naturaleza divina por medio de Cristo.
querubines. Con los hermanos en el año 1996, seguimos la serie sobre El Arca del Pacto, donde
ya se trató algo sobre los querubines; pero aquí están varios que no estuvieron; entonces por lo
menos vamos a repasar un poquito el asunto de los querubines.
Leamos 1 Reyes 6: “22Cubrió, pues, de oro toda la casa de arriba abajo, y asimismo cubrió de
oro todo el altar que estaba frente al lugar santísimo. 23Hizo también en el lugar santísimo dos
querubines de madera de olivo, cada uno de diez codos de altura”. Cuando estudiamos el arca
en el tabernáculo, pues, estaba solamente el arca con los querubines propios del propiciatorio
del arca; es con base en estos querubines, desarrollando esa tipología, que ahora el hijo de
David, Salomón, en figura de Cristo, colocó llenando todo el Lugar Santísimo de querubines,
aquel cubo dorado que estaba habitado por dos querubines, uno a la derecha y el otro a la
izquierda, porque en el medio iba el arca, y esos querubines, según nos da aquí las medidas,
iban de un extremo al otro. Recuerden que la anchura del cubo del Lugar Santísimo era de
veinte codos; el codo es la medida que va desde la punta del dedo hasta el codo; ese es un
codo; es la medida bíblica del codo; veinte codos.
Entonces, adentro había un querubín a la derecha y otro querubín a la izquierda; tenían las
alas extendidas, las dos alas de cada querubín llevaban diez codos, y los otros diez codos del
otro, son los veinte codos. De manera que vemos los querubines cubriendo todo el interior del
LugarSantísimo, y luego aparecen querubines en otras partes. Es muy importante entender qué
significan los querubines en los extremos del arca. La primera vez que aparecen querubines en
las Sagradas Escrituras se les añade un adjetivo: querubines guardianes. La función de los
querubines es la función de guardar. ¿Guardar qué? Guardar la santidad de Dios; para que el
hombre, por su pecado todavía sin que se haya pagado la expiación y sin que se haya
arrepentido y creído, trate de acercarse a Dios sin santidad.
Querubines protectores
El artesonado interior del templo: Los querubines 211
El pecado del hombre destituye al hombre de la gloria de Dios, y dice la Palabra que la primera
vez que aparecen querubines en la Escritura es en el jardín del Edén, cuando le fue cerrado el
camino al hombre para el árbol de la vida; entonces fueron puestos querubines guardianes. A
ellos se les llama querubines protectores; uno de esos querubines en la antigüedad fue el mismo
Lucifer, el mismo Satanás; en una época antes de su rebelión fue un querubín, y se le llamaba
querubín grande y protector.118 Los querubines son aquellos que representan el guardar de
Dios. Dios puede guardarse solo, Dios no necesita que lo cuiden los querubines; es más bien
Dios el que cuida a los querubines. Sin embargo es muy interesante que no sea Dios mismo el
que ejecuta su juicio contra el pecado, sino que delega ese juicio a estas criaturas que son
querubines. Dios delega el juicio para representar Su santidad en estos querubines.
Es notable que en el propiciatorio había un querubín guardando un extremo, y en el otro
extremo había otro querubín guardando el otro extremo; pero Dios le dijo a Moisés que Él se
declararía a nosotros no en los extremos, sino allí debajo de las alas de los querubines, allí sobre
el propiciatorio, en el medio. 119 Es muy interesante que ahora Salomón tome esa misma
tipología y la engrandezca, y coloque esos tremendos guardianes a la derecha y a la izquierda
que van desde un extremo al otro del Lugar Santísimo.
118
Cfr. Ezequiel 28:14
119
Éxodo 25:22
212 El templo de Dios
Cuando usted está en el Espíritu, usted es guardado en la línea central del Señor; no lo deja
irse a los extremos. Cuando usted realmente está en Espíritu y es gobernado por el Señor en su
corazón, usted no se va a los extremos; usted discierne cuándo una cosa está desequilibrada,
cuándo se está yendo para un lado, cuándo se está yendo para el otro. Dios no quiere que el
hombre se vaya a los extremos, y coloca en los extremos querubines guardianes, pero los
coloca en el interior del templo; eso significa que Dios nos comunica a nosotros el sentido
espiritual de las cosas que son extremistas, que no están centradas; y usted lo experimenta en
su interior; son guardianes.
Espíritus ministradores
Daniel 10:18: “18Y aquél que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció”.
Notemos esa frase: “me tocó otra vez, y me fortaleció”. Es el toque de aquél ser espiritual; si
usted después lee todo el capítulo 10, verá que es un ángel. El toque de ese ángel no es un acto
independiente; es en nombre de Dios. La Biblia llama a los ángeles ministradores al servicio de
los herederos de la salvación.120
120
Cfr. Hebreos 1:14
214 El templo de Dios
La casa de Dios, Betel, tiene una escalera, como la que veíamos en el sueño de Jacob, por la
que suben y descienden ángeles. Nuestras oraciones, dice la Biblia, son llevadas por los
ángeles a la presencia de Dios, y también las respuestas de ellas son traídas por los ángeles. Es
muy interesante cuando dice: “me tocó otra vez, y me fortaleció”. Eso significa que cuando el
Señor te toca utilizando a sus espíritus ministradores, eres fortalecido, experimentas un sentido
de fortaleza interior, espiritual; a veces estás decaído, pero de pronto eres fortalecido.
“19Y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo”. Fíjense en esta palabra, la paz; la paz
de Dios gobierne; cuando empiezas a perder la paz, para poner atención a la paz, cuando
empiezas a perder la paz en tu interior, no hagas lo que quieres, lo que te hace perder la paz
espiritual; ¡no lo hagas! Dios te está advirtiendo como un semáforo en rojo, o a veces es amarillo;
solamente cuando tiene luz verde es cuando tienes libertad en el espíritu.
Espíritus animadores y fortalecedores
Dice Pablo a los Romanos, 8:6, que el ocuparse del Espíritu produce vida y paz. Cuando tú
estás en el Espíritu, tú tienes un sentido interior de vida y de paz, y si no, hay sequedad, hay
advertencia, hay algo que falta, algo que se te revuelve en el interior. Es como esa espada del
querubín que te dice: por aquí no se anda.
“19Y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él
me hablaba, recobré las fuerzas, (es ese sentido interior de espiritualidad del profeta Daniel) y
dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido. 20Él me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti?
Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el
príncipe de Grecia vendrá”. Se refería a ese principado demoníaco que gobierna sobre las
naciones; lo que San Pablo llama los gobernadores de las tinieblas de este siglo.”21Pero yo te
declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino
Miguel (este es el arcángel Miguel) vuestro príncipe”.
El artesonado interior del templo: Los querubines 215
Continuamos ahora con el capítulo 11: “1Y yo mismo (sigue diciendo este mismo ángel) en el
año primero de Darío el medo, estuve para animarlo y fortalecerlo”. Observemos el trabajo de
este ángel. “Me tocó y me fortaleció” (a Daniel). “Y yo mismo (que te fortalecí a ti), estuve (con
Darío) para animarlo y para fortalecerlo”.
Satanás, como su nombre lo indica, adversario, y como la palabra diablo se traduce, quiere
decir enlodador, tirador de lodo, Satanás quiere siempre está enlodando a la gente; él siempre
quiere aplastarte, arrinconarte, mejor dicho, destruirte; en cambio el Señor quiere fortalecerte,
animarte, llenarte de gozo y de paz; por eso envía a sus ángeles, para que seas guardado. Esos
querubines representan el sentir espiritual de separación para Dios, para distinguir aquello en lo
cual Dios no está de acuerdo. ¿Cómo nos podemos separar para Dios? Cuando tenemos el
sentido de nuestro interior de lo que es inmundo, de lo que es peligroso, tú no necesitas que te
lo expliquen afuera. Si tú no hubieras nacido de nuevo, si no fueras hijo de Dios, necesitarías
que te estén explicando qué está bien, qué está mal; pero una persona que nació de nuevo sabe
muy bien dentro de sí mismo si está bien o está mal, si dijo todo o dijo una parte, si su intención
era pura o era impura; todo eso lo conoce adentro; allí es guardado, allí es protegido, allí es
gobernado, allí es separado en el sentido espiritual.
Espíritus que hacen respetar a Dios
Entonces ¿qué quiere encontrar el Señor dentro de Su casa? ¿de Su templo? Por una parte, la
naturaleza divina, Cristo en nosotros, espíritu de contrición, de arrepentimiento, de sinceridad; y
también quiere encontrar separación para Dios, sin irnos a lo que Dios reprueba, centrados. A lo
mejor usted se sienta a ver un programa de televisión, pero de pronto sale un chiste verde, o a lo
mejor sale el nombre de Dios para el chiste, cuando Dios dice: no tomarás mi santo nombre en
vano; inmediatamente, si usted es realmente un hijo de Dios, en su interior usted siente que algo
lo manchó; usted inmediatamente reacciona, como si aquel querubín estuviera haciendo
respetar a Dios; usted lo percibe en su espíritu.
216 El templo de Dios
dos querubines sean iguales, representa equilibrio. A veces en la Palabra de Dios hay cosas que
tienen dos caras, y se necesita tener en cuenta las dos caras; a veces solamente atendemos un
asunto pero no atendemos el otro; pero si tú andas en el Espíritu, tienes el sentido de que hay
algo en que se te fue la mano, o hay algo que está faltando. Pero donde tú recibes esto, está
dentro de ti, no necesitas que sea afuera; y cuando es completado y aparece aquel querubín que
te equilibra, tú recibes paz. Antes no lo sabías porque no tenías paz completa; tenías cierta paz,
pero te faltaba algo; ¿por qué? porque faltaba un equilibrio, faltaba una tuerquita; y cuando llegó
esa tuerquita que faltaba, tú percibes que ahora sí ya se dijo la cosa. Quizás no seas tú quien
tengas que decir ciertas cosas; quizá Dios escoja que las diga otra persona; pero cuando la otra
persona las está diciendo, si las dice como es, tú lo sabes adentro; pero si faltó algo, tú también
lo sabes. ¿Y dónde lo sabes? Dentro de ti; ahí en el lugar santísimo en tu espíritu, tú sabes que
algo estuvo fuera de lugar.
perfectamente bien lo que significa “me tocó y me fortaleció”, o me cerró el camino, me cerró la
boca, me avergonzó, me reprendió; a veces me impulsó. Todo eso se experimenta
espiritualmente en el interior.
Había una persona que solía contar un cuento, que cada vez que el perrito le ladraba le daba
una patada; entonces el perrito no le volvió a ladrar más; así le pasa a muchas personas que no
ponen atención al desacuerdo de su espíritu, a la falta de paz, a la sequedad, y se acostumbran
a vivir en desacuerdo con Dios; sin embargo el Espíritu de Dios está siempre luchando; como
dice allí en Génesis 6:3: “No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre”, dice Dios. El
Espíritu de Dios siempre está contendiendo con nuestras perversidades en lo intimo de nuestro
ser, en nuestra conciencia; y si no ponemos atención llegará un momento en que el perrito no va
a ladrar más de tanta patada, donde el Señor nos entregará a nuestras concupiscencias y nos
volveremos unos perversos, y perderemos la sensibilidad. Hermanos, lo más precioso es la
sensibilidad. Quiera Dios despertar nuestra sensibilidad interior. La persona se endurece
cuando pierde sensibilidad espiritual; es muy delicado perder la sensibilidad interior.
Hermanos, por causa de la hora voy tener que parar antes de entrar en lo de las palmeras,
porque es tan rico eso, y el tiempo es tan corto, que vamos a parar allí en el versículo 28. Vamos
a parar aquí en lo relativo a esto de los querubines, es decir, en el verso 28: “Y cubrió de oro los
querubines”. Esos querubines que son criaturas, y sin embargo representan por delegación de
Dios, la santidad del Señor, y nos hacen dar cuenta que estamos en terreno santo. Vamos a
orar.
220 El templo de Dios
XIV
EL ARTESONADO
El artesonado interior del templo: Los querubines 221
INTERIOR
DEL TEMPLO:
LAS PALMERAS121
121
Enseñanza a la iglesia en localidad de Teusaquillo, Bogotá D.C., en mayo 29 de 1998. Trascripción: Pablo David Santoyo e Ingrid Carolina Gómez.
218 El templo de Dios
Leemos, pues, 1 Reyes 6:29: “29Y esculpió todas las paredes de la casa alrededor de diversas
figuras, de querubines, de palmeras y de botones de flores, por dentro y por fuera”. Esta parte es
continuación del título “El artesonado interior del templo de Dios”. Habíamos comenzado a
ver los artesonados interiores, y el primero que se mencionaba era el de aquellas colocíntidas o
coloquíntidas, aquellas especies como de calabazas silvestres que aparecían labradas en
aquellas paredes interiores del Templo, y que, como lo estuvimos estudiando en su respectiva
ocasión, se referían a los frutos dignos de arrepentimiento y a un espíritu contrito y humillado
delante del Señor. Para que el Señor realmente pueda morar en Su casa, Él debe ver un espíritu
humilde que se doblega con sinceridad, que pena delante del Señor, un espíritu reverente.
Pero después vimos que aparecían querubines; y aparece un largo pasaje de varios
versículos describiéndonos los querubines; y aquí de nuevo en el versículo 29 volvemos a
encontrar estos querubines, tanto por dentro como por fuera de la casa; y estábamos
recordando la vez pasada cómo los querubines en la Palabra del Señor aparecen como
guardianes, como representantes del celo por la casa de Dios. La primera vez que aparecen
querubines en las Escrituras es cuando el hombre pecó y Dios colocó querubines a la puerta del
Edén para que el hombre no estirase su mano y tocase las cosas sagradas con inmundicia;
entonces los querubines representan esa separación para Dios; ese celo de las cosas sagradas
es algo que también el Señor debe ver en nosotros, en nuestro interior. Nosotros no podemos
ser personas livianas, ni personas que convertimos con facilidad la gracia en libertinaje;
debemos ser personas que, además que se humillan, tienen delante de Dios un espíritu contrito
y humillado, tienen también un espíritu de celo santo, bueno, por las cosas sagradas, por las
cosas de Dios; es ese guardar, es ese no irnos fuera del camino, ese mantenernos dentro de la
presencia del Señor, en lo correcto, sin irnos a un extremo y sin irnos a otro extremo, sin salirnos
de la cobertura del Señor. El Señor debe encontrar también en nuestro interior no solamente
humildad, sino que debe encontrar también santidad, separación, y lo que habla la Palabra del
219
ese estar separado, a través de estos querubines; eso es lo que representa este aspecto
impreso en nuestro interior. Son cosas espirituales que están representadas en estas
esculturas, en estas cosas que se esculpen en el interior del Templo que somos nosotros.
Muertos al pecado
También aparecen esos botones de flores que representan la vida de resurrección. Para
presentarse en novedad de vida para estar delante del Señor hay que estar humildes, santos y
en novedad de vida, como dice el canto, “presentaos a Dios como vivos de entre los muertos”,
como dice Romanos capítulo 6. Quisiera, por causa de algunos hermanos, leer ese verso para
enfatizar lo relativo a los botones de flores, y luego nos detendremos en lo de las palmeras.
Romanos capítulo 6 es donde se nos habla de esta experiencia espiritual que puede
representarse con estos botones de flores, que digamos, florecen en el interior de la casa de
Dios y aparecen también por fuera; son botones de flores que aparecen allá en el Lugar
Santísimo, digamos, en el espíritu de los santos.
Leemos Romanos 6 a partir del versículo 10: “10"Porque en cuanto murió, (se refiere a Cristo)
al pecado murió una vez por todas; (eso se refiere a Cristo y también se refería a la humillación,
al negarse, y por causa de la santidad de Dios; ahí vemos las colocíntidas y ahí vemos los
querubines) mas en cuanto vive, para Dios vive”. Ahí está la resurrección. “11Así también
vosotros consideraos muertos al pecado, (ahí está un espíritu contrito y humillado y en
reverencia y santidad delante de Dios) pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro”.
Muertos pero al pecado y no para Dios. A veces nosotros estamos muertos para Dios; cuando
hemos pecado nos es muy difícil estar activos delante de Dios, o cuando tenemos el peso del
mundo o el peso de la sequedad de la naturalidad, estamos como secos, estamos un poco
apagados.
El artesonado interior del templo: las palmeras 221
jactancia, sino en la fe de haber sido perdonado, limpiado y vivificado por el Espíritu de Dios,
limpiado por el Padre en el nombre de Jesús, por Su sangre, y vivificado por el Espíritu.
quieto sin ejercer la fe; pero tú debes ejercer la fe; tú debes presentarte pero creyendo en el
Señor y contando con el Señor; entonces tú ejerces tu fe en por lo menos un ¡Señor Jesús!. A
veces eso es lo primero que se oye: ¡Señor Jesús! Es como para aprendérnoslo. Pero cuando tú
permaneces en el Señor Jesús y Él permanece en ti, entonces “el que permanece en mí, y yo en
él, éste lleva mucho fruto” (Juan 15:5); la savia comienza a fluir y comienzan a brotar las flores;
esas flores después llegan a ser frutos, pero primero son flores. “Presentaos vosotros mismos a
Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de
justicia”.
lecciones. En unas estaciones aprende unas lecciones; otras tienen nombres hermosos, y
representan experiencias agradables. Por ejemplo, hay una estación que se llama
Kibrot-hataava;123 dice que el pueblo del Señor pasó por Kibrot-hataava. ¿Saben qué quiere
decir Kibrot-hataava? Tumbas de los codiciosos; allí fueron sepultados los codiciosos del pueblo
de Dios, los que codiciaron lo que no debían codiciar. Queremos carne, queremos esto,
queremos aquello; y empezaron a protestar ante Dios; no estuvieron contentos y quedaron
postrados en el desierto, como nos lo dice Pablo en el capítulo 10 de la primera carta a los
Corintios; ahí se nos enseña el problema de estas codicias que tiene el pueblo de Dios en su
caminata por el desierto.
quiero llamar la atención sobre una estación donde aparecen las palmeras; es Elim, la única
donde aparecen palmeras. Números 33:8-9: “8Salieron de Pi-hahirot y pasaron por en medio del
mar al desierto, y anduvieron tres días de camino por el desierto de Etam, y acamparon en
Mara”. Se llega a la amargura, a las aguas amargas; esto es lo que significa Mara, amargura;
otra estación terrible; y gracias a Dios que no terminan ahí las jornadas. “9Salieron de Mara
(¡aleluya! gracias a Dios que se puede salir de la amargura) y vinieron a Elim, donde habían
doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí”. ¡Aleluya! ahí es donde aparecen
las palmeras.
El agua amarga de Mara es endulzada
Ahora vamos a leer en Éxodo, capítulo 15, desde el versículo 22, lo que aquí está resumido en
Números. Vamos a entender la experiencia de Mara para poder entender la experiencia de Elim.
Dice Éxodo 15:22: “22E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de
Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua”. A veces en el camino del pueblo del
Señor se experimentan sequías; y miren los peligros que hay cuando hay sequía en el desierto:
“23Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas”. Significa
que a veces hay estaciones donde toca pasar ciertas amarguras; y ¿qué suele suceder cuando
hay que pasar por ciertas amarguras? Se suele murmurar; y ese es un gran problema. “23Y no
pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de
Mara”. Esto es, amargura. “24Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de
beber? 25Y Moisés clamó a Yahveh, y Yahveh le mostró un árbol; (representando la cruz,
representando a Cristo) y lo echó en las aguas, (¡Aleluya!) y las aguas se endulzaron”. ¡Aleluya!
Solamente la cruz de Cristo hace que se endulcen las aguas amargas; sólo se puede pasar de la
amargura a la dulzura por medio de la cruz de Cristo. Mientras no encontremos ese árbol,
seguimos estacionados en la amargura; hasta encontrar ese bendito árbol que convierte la
amargura en dulzura.
226 El templo de Dios
Hay estaciones donde Dios nos hace pasar por amarguras para entrenarnos en la dulzura; y
solamente cuando hemos encontrado el árbol en medio de la amargura, el árbol de la cruz, el no
mirarnos a nosotros mismos, es como podemos cambiar la amargura en dulzura. Y ¡qué distinta
es una persona dulce a una amargada! Pero lo único que puede cambiar a una persona
amargada en dulce, es que encuentre el árbol, que encuentre la cruz; y ahí sí, ahora sí.
Sigue diciendo Éxodo 15: “Allí les dio los estatutos y ordenanzas, y allí los probó”. Eso es el
lugar de prueba, cuando pasamos por amarguras, a ver si nos quedamos ahí postrados o si por
medio del árbol, llegamos a la dulzura. ¡El Señor Jesús nos ayude a llegar a la dulzura! “26Y dijo:
Si oyeres atentamente la voz de Yahveh tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, (porque
cuando estamos en la amargura no hacemos lo recto), y dieres oído (porque tampoco sabemos
oír cuando estamos amargados) a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna
enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Yahveh tu sanador”
(Yahveh rafah). Ahora Dios se revela como el sanador de la amargura.
124
Cfr. Proverbios 31:1-31
228 El templo de Dios
quiere encontrar una cosa toda seca, toda fingida, toda indiferente, no; sino esa intimidad, ese
amor, esa confianza.
corazón se conmovió dentro de mí. (Pero ya era tarde) 5Yo me levanté para abrir a mi amado, y
mis manos gotearon mirra, (ahora sí se negó a sí misma, pero era tarde, un poquito tarde) y mis
dedos mirra, que corría sobre la manecilla del cerrojo. 6Abrí yo a mi amado; (pero él se dio
cuenta de un pequeño gesto de indisposición, de desprecio y se enfrió, se fue) pero mi amado se
había ido, había ya pasado; y tras su hablar salió mi alma. Lo busqué y no lo hallé; lo llamé, y no
me respondió”. Y así nos entrena el Señor; porque aquí principalmente estamos hablando de
Cristo y la Iglesia.
ancianos de la Iglesia; ¿qué te pasa, que te veo como con sed? ¿qué pasa contigo, hermano o
hermana?) me golpearon, me hirieron; me quitaron mi manto de encima los guardas de los
muros”. Ahora dice ella: “8Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, si halláis a mi amado, que le
hagáis saber que estoy enferma de amor”. Hermanos, oren por mí, es que no sé que me pasa. A
veces las personas no saben por qué el Señor como que queda en silencio con ellas; y es
porque no le respondieron cuando era la hora de la visitación. Gracias a Dios que Él la ama a
ella, pero Él tenía que enseñarle a ella esta lección.
Entonces comienzan las otras a decirle: “9¿Qué es tu amado más que otro amado, oh la más
hermosa de todas las mujeres? ¿Qué es tu amado más que otro amado, que así nos conjuras?”
Entonces ella comenzó a hablar de su amado, a describirlo: “10Mi amado es blanco y rubio,
señalado entre diez mil. 11Su cabeza como oro finísimo; sus cabellos crespos, negros como el
cuervo”. Aquí, en el amado, están todas las razas mezcladas en una sola cosa: sus ojos, sus
mejillas, sus manos, sus piernas, su paladar; y empieza ella a concentrarse en él.
Uno diría, ¿pero será que Dios es machista? ¿por qué no dice la Biblia: y creó Dios a Adán
para Eva? Dice Dios: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él” (Gn.
2:18). Qué difícil es a ella descubrir que existe para él; pero ella aprendió esa lección después de
mucho silencio, mucha distancia, mucha soledad; y entonces ella empezó a entenderle a él, y
decía: “3Yo soy de mi amado, y mi amado es mío; él apacienta entre los lirios”. Ahora dice los
lirios; antes dijo entre lirios; no sabía cuáles, no lo entendía a él; ahora lo entiende un poco más.
Por favor, me soportan mis hermanas que hable de forma tan machista, pero estamos
hablando de Cristo y la Iglesia, y de los esposos y las esposas como figura. Entonces, ahora sí,
ahora que ella aprendió la lección, entonces le dice: “4Hermosa eres tú, oh amiga mía, como
Tirsa; de desear como Jerusalén; imponente como ejércitos en orden. 5Aparta tus ojos de
delante de mí, porque ellos me vencieron. Tu cabello es como una manada de cabras que se
recuestan en las laderas de Galaad”.
quiere encontrar en Su Iglesia fe, amor, confianza, intimidad, descanso y familiaridad, ¿Amén,
hermanos? Amén. Quiera la Palabra del Señor enseñarnos en el nombre de Jesús Amén.
XV
EL PISO
DE LA CASA
DE DIOS125
125
Enseñanza a la iglesia en localidad de Teusaquillo, Bogotá D.C., en junio 5 de 1998. Trascripción: María Beatriz Durán.
El artesonado interior del templo: las palmeras 235
de Dios, dice: No te acerques. La santidad de Dios dice: camina con prudencia, camina con
cuidado, no te apresures, no te metas en esto tan apresuradamente, en la inercia del hombre
natural. Detente, cierra la boca, aprende prudencia. Camina despacio porque no estás en medio
de tierra común, sino en medio de tierra santa.
En el libro de Josué hay otro ejemplo similar a este. Dice en Josué 5:13: “13Estando Josué
cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él (este es el Príncipe de los
ejércitos. Es una teofanía del Verbo de Dios, antes de la encarnación), el cual tenía una espada
desenvainada en su mano”. Porque si el negocio de Josué hubiese sido cosa solamente de
Josué, así como hoy lo estudia la teología liberal cuando se pone a estudiar la arqueología, y
encuentra las tablillas de Amarna, y las tablillas arqueológicas en donde se habla de los Habi-
rú/Apirú, pues todas estas luchas de Josué quedaron registradas en la arqueología, en cartas de
la época entre príncipes cananeos, egipcios, donde contaban la invasión que estos Apirú, o sea,
los hebreos, estaban haciendo de la tierra en la época de Josué; y hoy en día los arqueólogos
desentierran estas cosas y tratan de reconstruir la historia basados en lo desenterrado de la
arqueología. Si fuera solamente una historia como cualquier otra que se pudiera estudiar, como
las batallas de Napoleón o las de Simón Bolívar, ciertamente no habría aparecido de la misma
manera el Príncipe de los ejércitos de Yahveh; bastaba sólo Napoleón o solamente Simón
Bolívar o Julio César, o alguno como Ciro el persa o Nabucodonosor, o Catón o Vespasiano, o
Cornelio; pero resulta que en estas batallas de Josué, él estaba jugando en la tierra un pleito
espiritual, porque Satanás había usurpado la tierra. Se ganó al hombre, lo puso en esclavitud
bajo el poder del pecado, y empezó a hacer de las suyas en la tierra.
Dios le había dicho al hombre que en unión con Dios sojuzgara la tierra para Dios; pero el
hombre en vez de sojuzgar la tierra para Dios, se vendió al usurpador de la tierra, y por lo tanto
por causa del hombre la tierra fue maldecida. Pero Dios no creó la tierra en vano; Dios creó la
238 El templo de Dios
tierra para Dios, para que en ella se desarrolle la economía de Dios, el Reino de Dios. Entonces
todo lo que sucede en la tierra, a ver a quién se le da la honra en la tierra, es muy
minuciosamente monitoreado desde el cielo. Los ojos de Yahveh recorren toda la tierra, a ver
quiénes de la tierra están con el usurpador, y quiénes en la tierra están con Aquel cuyo es el
derecho, el Hijo de Dios, Jesús el Cristo. Sobre las cosas que acontecen en la tierra, hay unos
ojos, de Dios, siete ojos, que están mirando detrás de las apariencias y están mirando los
corazones y las motivaciones de todo lo que acontece en la tierra; y en Jericó estaban
aconteciendo unas batallas, pero como en esas batallas estaba el interés de Dios, por eso fue
que no solamente estaba el general Josué, sino también el Príncipe de los ejércitos. Cuando el
Príncipe de los ejércitos está, es porque el asunto es del interés de Dios. Si sólo están los
hombres, y no está Dios, entonces la guerra es sólo nuestra, y seguramente desde el principio
está perdida; pero si la cosa tiene que ver con los intereses de Dios, entonces dice el Señor: No
es vuestra la guerra sino mía. No importa que ustedes sean trescientos, pero como la guerra es
mía, con trescientos será suficiente, porque la guerra es mía.126 Ahora, si lo que se está jugando
en la tierra es el interés de Dios, si la guerra es de Dios, entonces el Príncipe de los ejércitos está
presente. Como la guerra que se peleaba allí en Jericó era por los intereses de Dios, ahí estaba
Él. Como se decía de David, que David peleaba las batallas de Yahveh; así se llamaba el libro
de la épica de Israel, el libro de las batallas de Yahveh, las batallas de Yahveh, donde Dios está
recuperando lo perdido, los corazones de los hombres para Su propósito en la tierra.
126
Cfr. Jueces 7:1-8
El piso de la casa de Dios 239
“13Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, (esto
no se lo inventó Josué. Sin necesidad de que Josué hubiera pedido esta presencia, esta
presencia estaba allí; la prueba es que ni siquiera Josué entendía bien de parte de quién estaba)
el cual tenía una espada desenvainada en su mano”. Así como la que tenía el querubín a la
entrada del huerto, para representar la santidad de Dios y que no se acerque el hombre
pecaminoso a tocar lo que es divino, lo que es santo, el árbol de la vida, hasta que sea redimido
y venza; entonces sí, “al que venciere le daré a comer del árbol de la vida” (Ap. 2:7), pero no
antes. “Y Josué, yendo hacia él, (así como Moisés, como Adán) le dijo: ¿Eres de los nuestros, o
de nuestros enemigos?” Josué todavía estaba pensando que la cosa era entre él y los de Jericó;
pero no, la cosa es entre Dios y el diablo; de ahí la respuesta del Príncipe: “14Él respondió: No;
(esto no es cosa tuya) mas como Príncipe del ejército de Yahveh he venido ahora”. Estoy aquí
por los intereses de Dios. Vamos a ver, Josué, con qué intereses juegas tú. Pero yo no estoy
contigo; eres tú el que tiene que estar conmigo, porque yo estoy con Dios. Si tú no estás con
Dios, tampoco voy a estar contigo; también voy a estar contra ti, porque yo sólo estoy por Dios.
Así Cristo está por Dios. Aun las cosas más naturales donde sentimos el afecto natural para
estar, por ejemplo, con los parientes. Jesús no estaba con los parientes; Jesús estaba con Dios.
Le decían a Jesús: Señor, tu madre y tus hermanos te llaman; como diciendo, tú eres de ellos, y
tienes que moverte según las costumbres de ellos, y los paradigmas y patrones de ellos. No,
Jesús no estaba aquí para su mamá y para sus hermanos solamente. Jesús estaba aquí para
Su Padre.
holocausto, lo primero que se menciona en Levítico, era sólo para Dios; se quemaba totalmente
para que se lo comiera sólo Dios; son los intereses de Dios. Nosotros a veces pensamos que lo
importante es nuestra salvación. La salvación, y ojalá no se escandalicen por esta frase, es un
interés secundario. La salvación es para Dios. Dios es el interés primario. Por eso algunos se
salvarán y algunos se perderán, para la gloria de Dios. No sólo se salvarán algunos, también se
perderán algunos, para la gloria de Dios. Como está escrito: “Todas las cosas ha hecho Yahveh
para sí mismo, y aun al impío para el día malo” (Pr. 16:4). El interés es el de Dios; no el de
nuestra salvación. Después viene el interés de nuestra salvación, como interés subsidiario al
interés de la gloria de Dios. Aquí el interés primero es el de la gloria de Dios. El interés de la
salvación es subsidiario; depende y es para el interés de la gloria de Dios. También los que se
pierden, se pierden para la gloria de Dios, para manifestar el juicio de Dios contra el pecado de
los pecadores. Así que lo principal no es si yo soy Josué, si yo soy de Jericó o yo soy de Israel.
No, yo soy de Yahveh.
Dice el Príncipe: “No; mas como Príncipe del ejército de Yahveh he venido ahora. Entonces
Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?
(Ya estaba adorando, y ya estaba postrado, y ya estaba dispuesto. ¿Y qué es lo que dice?) 15Y
el Príncipe del ejército de Yahveh respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el
lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo”. ¿Qué es lo que dice el Príncipe de Yahveh?
Esto es lo que dice: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Nosotros
nos hemos movido en la tierra con mucha libertad, haciendo lo que nos da la gana. Pero Dios
hizo la tierra para Su gloria, para que en la tierra se camine con cuidado, y no como nos da la
gana; para que caminemos con prudencia, y con reverencia y con temor de Dios, y no como nos
da la gana.
El piso de la casa de Dios 241
uno del tétano? Entonces no había zapatos en las vestiduras sacerdotales. Y había que quitarse
los zapatos en la presencia de Dios, porque se estaba en tierra santa. Por eso es que allí dice
que cubrió de oro el piso de la casa. ¿Qué quiere decir eso? Quiere decir que el piso en toda la
casa de Dios es tierra santa, no sólo en el Santísimo sino también en el santo y también en el
atrio, pues todo el recinto es santísimo.
en el Santísimo, o en el santo o en el atrio, mientras esté en la casa de Dios, tiene que andar
descalzo, porque está pisando tierra santa. Por eso todo el piso está cubierto de oro, porque es
tierra santa. Tierra santa quiere decir que no es cosa común, que uno no puede tomar las cosas
de Dios como toma las cosas del mundo. No puede hacer negocio entre lo santo como del
mundo; los judíos estaban haciendo negocios en el Templo como si no fuera santo. Y entonces
¿qué hizo el Señor Jesús? ¿No tomó un fuete? Así como el querubín tomó una espada revuelta,
así también el Señor ¿no tomó un fuete y también les volteó las mesas y les dañó el negocio?
Porque no tenían cuidado con la casa de Dios. Él dijo: “Mi casa, casa de oración será llamada;
mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones” (Mt. 21:13). Entonces el Señor tomó y
representó el juicio de Dios y purificó la casa con el fuete; volteó las mesas, desparramó el
dinero, abrió las jaulas, dejó volar las palomas, y dejó libres a los corderos y los echó, enfurecido
con la ira de Dios. El Señor representó el celo de la casa de Dios.
Todas las cosas de Dios, todo lo relativo a la casa de Dios, todo lo relativo al servicio de Dios
en la Iglesia, se debe hacer con prudencia, se debe hacer con reverencia, se debe hacer con
temor de Dios. No podemos meternos en las cosas imprudentemente, en forma natural, así
como Moisés pensó que podía mirar. Yo iré y veré; pero el Señor le dijo: No te acerques; y aun
Josué, que ya sabía delante de quién estaba, se postró a adorar y preguntó: ¿qué es lo que
tengo que hacer? dijo: Todavía tienes que sacarte el calzado de tus pies. Es decir, no solamente
los del mundo tienen que tener cuidado, sino los que ya estamos adorando, y los que ya
estamos luchando, tenemos que purificarnos todavía. El que esté limpio, límpiese más. El que
sea puro, purifíquese más.127 En la casa de Dios nada es común; la casa de Dios es terreno
santo. Nada se puede hacer en el hombre natural en la casa de Dios. Tan pronto nos damos
cuenta de que estamos tomando las cosas de Dios de manera muy natural, debemos temer,
127
Cfr. Apocalipsis 22:11
244 El templo de Dios
debemos volvernos y decir: Señor, ten misericordia de mí y no me dejes hacer las cosas en mis
propias fuerzas. Debemos andar en el Espíritu. Es el Espíritu el que nos indica si las cosas están
demasiado naturales. Cuando están demasiado naturales después nos sentimos demasiado
secos, nos sentimos que sí estuvimos sirviendo a Dios pero no en el Espíritu. Sí, estuvimos
cantando, adorando a Dios, pero no en el Espíritu. Lo estuvimos haciendo todavía con zapatos,
todavía con sandalias, como si estuviéramos en terreno común. Por eso ningún servicio a Dios
debe ser sino en el espíritu. Servir en el espíritu, adorar en el espíritu y andar en el espíritu. Eso
es lo que significa la falta de sandalias en las vestiduras sacerdotales. Nosotros somos
sacerdotes del Nuevo Pacto, del Nuevo Testamento, y no tenemos sandalias, andamos
descalzos porque andamos sobre terreno santo, y las cosas que son de Dios se deben tomar en
serio. Cuántas personas toman en serio su trabajo, su negocio, pero las cosas de Dios, no. Ah,
como las cosas de Dios no son las de su interés, entonces sí, yo no puedo faltar delante del
patrón. ¿Qué va a decir el patrón? Mejor quedo mal con Dios pero no con el patrón. O mejor,
quedo mal con Dios pero no con el negocio; y ponemos al Señor siempre después de lo nuestro.
Como en el libro de Hageo.
128
Cfr. Hageo 1:1-9
El piso de la casa de Dios 245
segundo, tercer o cuarto plano. Ustedes todavía no andan como deben andar. Dios nos tiene
que llamar la atención, por el profeta; y decimos: ¿pero por qué voy a recoger cincuenta y no hay
sino treinta, y por qué me cubro y todavía me da frío, y por qué no me alcanza lo que gano? Y
dice Dios: ¿saben por qué? Porque cada uno de ustedes corre a su propia casa. Ustedes están
ocupados en los intereses de los hombres, como cualquier gentil, y no tienen la vista en los
intereses de Dios. Esa fue la reprensión a Pedro, cuando Pedro no entendía el celo de Dios y
quería solamente escapar, y le dijo al Señor: ¿Cómo vas a ir a Jerusalén para que te maten?
Apártate Satanás, le dijo el Señor, porque tú no tienes la vista en las cosas de Dios, sino en las
de los hombres.129 Sólo porque te interesan las cosas humanas estás diciendo lo que estás
diciendo. Cuántas cosas hacemos y decimos sólo en aras de intereses meramente humanos,
sin importarnos para nada los intereses de Dios; así como Josué: ¿Eres de los de Jericó?
Porque si eres de los de Jericó, vamos a pelear contra ti. ¿O eres de los nuestros? Pero el
Príncipe de los ejércitos de Yahveh le dijo: No, nada de eso; nada de que soy tuyo ni de los
otros. Ni de Serpa ni de Pastrana. De Yahveh. Lo que importa son los intereses de Yahveh, los
intereses de Dios en la tierra.
129
Cfr. Mateo 16:22-23
246 El templo de Dios
Es importante entender qué quiere decir espiritualmente todo el piso de la casa cubierto de
oro. ¿Por qué Dios nos describe esto? Para que nosotros experimentemos espiritualmente el
cuidado con las cosas de Dios. Cuántas cosas de Dios se toman sin reverencia, se toman
livianamente, y cuántas se usan para nuestros intereses. Pero el Señor siempre de todos sus
mobiliarios y de sus sacrificios y del tabernáculo y de los detalles, decía: Es cosa santísima. No
es cosa común, es cosa santa. Con una cosa santa no se puede jugar. A veces nosotros
opinamos rápidamente, decimos rápidamente, actuamos rápidamente, así como el hombre
natural de Moisés: Yo iré a ver; como si pudiéramos ver todas las cosas. A veces, si vemos
donde no había que ver, podemos morir. ¿Sabe qué le dijo el Señor a Aarón y sus hijos? Les
dijo: Aarón, tú y tus hijos haréis que no perezca la familia de los coatitas. ¿Sabéis cómo vais a
hacer para que no perezca? Cuando estéis manipulando, maniobrando, trabajando con las
cosas santas, cubriendo el arca, cubriendo la mesa de los panes de la proposición, cubriendo el
candelero, cubriendo el altar, el incensario y sus utensilios, lo cubriréis, no sea que vengan los
hijos de Coat y mueran. Cuando ya todo haya sido cubierto entonces se lo entregaréis; de esta
manera haréis que ellos no mueran. Ellos no deben actuar de manera irreverente, meterse en
las cosas más allá de su autoridad. Porque ¿qué pasa? Van a morir.
encender propio de ellos. Ellos prepararon el fuego. Somos sacerdotes. Fueron y empezaron a
incensar, y entonces el fuego de Dios bajó y los consumió, y dijo: En los que a mí se acercan, me
santificaré. ¿Qué quiere decir? Que cuando uno anda cerca de Dios, en la casa de Dios, no
puede andar imprudentemente, no puede andar en la carne, no puede andar haciendo, diciendo,
echando, opinando, discutiendo, aconsejando, predicando. No. No puede hacerlo de cualquier
manera. Tiene Dios que encender el fuego, para que no sea extraño; tiene que venir de Dios,
eso es santo. Si no, en los que a mí se acercan, dice el Señor; es decir, en los que caminan con
zapatos como si fuera en terreno común, donde deberían entrar descalzos, en éstos Yo me
santificaré. ¿Cómo se santificó el Señor con Nadab y Abiú? Con la muerte de Nadab y Abiú.
Ellos habían ofrecido fuego extraño que el Señor no les mandó. Ellos actuaron con presunción.
El piso de la casa cubierto de oro quiere decir que debemos guardarnos de la presunción. Las
cosas de Dios son santas y no podemos manejarlas de manera liviana, no podemos manejarlas
con presunción. Dice un dicho por ahí que la ignorancia es atrevida. Caminamos terreno santo
como si fuera Pedro por su casa. Pero en la casa de Dios no podemos andar como Pedro por su
casa. En la casa de Dios debemos andar en el Espíritu, sin presunción, sin manejar las cosas de
Dios descuidadamente. Esto quiere ver Dios en Su casa. Dios quiere ver nuestra manera de
caminar. Dios quiere ver cómo caminamos. Él quiere ver calabazas, humillación, espíritu de
arrepentimiento, de sincera contrición, de separación, de celo, de amor, de fe, de confianza, de
prudencia y de reverencia. Eso debe ser en la casa de Dios.
Esto no lo describe Dios para que nosotros lo sepamos, para que quede grabado en un
casete, o en nuestra memoria o en nuestras notas; todo eso está bien, pero no es suficiente. Él
quiere que nosotros conozcamos esta realidad. No estamos en terreno común cuando estamos
en la casa de Dios. Estamos en tierra santa. Por eso Jacob, que había caminado tan
tranquilamente sin saber qué clase de lugar era aquel, cuando se acostó a dormir y Dios le
248 El templo de Dios
reveló qué lugar era aquel, se despertó asustado. Es muy bueno asustarse de vez en cuando
para no tener que morir. ¡Cuán terrible es este lugar; es casa de Dios y puerta del cielo! En las
cosas de Dios hay que caminar despacio, sin opinar demasiado, sin aconsejar demasiado; a
veces estamos dispuestos a decirle nuestras opiniones a todos, a predicar lo que queremos, a
decir lo que queremos, a hacer como queremos, a ofrecer fuego extraño a nuestro gusto y gana,
como si estuviéramos en terreno común; pero no estamos en terreno común; estamos en
terreno santo. Todo lo que hagamos al Señor, hagámoslo con santidad. Si usted tiene temor de
los hombres, la Biblia dice que el temor del hombre pondrá lazo, ¿por qué no tiene temor de Dios
que es el principio de la sabiduría? Cuántos se mueven en la tierra con temor de los hombres
pero sin temor de Dios; interesados más en las cosas del mundo, que esas sí las toman en serio;
pero las del Señor son cosas que se dejan para el último momento. El Señor tenga misericordia
de mí y de todos ustedes, y de todos nosotros, porque yo pienso que ahora que salimos se nos
tiene más en cuenta nuestro caminar. Demos gracias a Dios.
El piso de la casa de Dios 249
XVI
EL UMBRAL
DE LA PUERTA
DE LA CASA
DE DIOS130
hay en la segunda parte del 31 una expresión que es la que vamos a considerar hoy, con la
ayuda del Señor. Es la relativa al Umbral de la puerta. El verso 31 comienza diciéndonos que
hay una puerta, y en el 32 se nos describe la puerta. Pero en el 31, antes de empezar a describir
la puerta, el Espíritu Santo quiso primero señalar que hay un umbral. Lógico que no habría
razón de ser de un umbral sin una puerta. Él mencionó la puerta, pero mencionó el umbral
también, y recién después de haber mencionado el umbral, describió la puerta. Eso quiere decir
que es necesario detenernos primero en el umbral. Lógico, cualquier persona que va a pasar por
una puerta, llega primero al umbral y después pasa por la puerta.
La vez pasada nos detuvimos en el piso de la casa de Dios, y hoy nos vamos a detener en el
umbral de la puerta. Dice el verso 31: “A la entrada del santuario hizo puertas de madera de
olivo; y el umbral y los postes eran de cinco esquinas”.
Analicemos. “A la entrada del santuario hizo puertas (aquí habla en plural, aunque es una
puerta que tiene partes) de madera de olivo; y el (entre la y y este el lógicamente que está
implícito hizo. Como vamos a detenernos en esta segunda parte podemos decir así: hizo el)
umbral y los postes eran de cinco esquinas”. El umbral y los postes que hizo, eran de cinco
esquinas. Es interesante que el Señor quiera que en Su casa además de la puerta, claro no para
sustituir la puerta, pero para señalar la puerta, el Señor quiso que hubiera frente a la puerta un
umbral, y que ese umbral tuviera cinco esquinas; y que hubiera cinco postes y que también
esos postes tuvieran cinco esquinas; porque dice: el umbral y los postes eran de cinco esquinas.
El Señor quiere que en Su casa, que representa Su pueblo, Su Iglesia, frente a la puerta, que es
por donde se entra, la puerta no estuviera como sola, sino que a la entrada de la puerta y sin ser
la puerta, sino que a la entrada de la puerta, sin embargo hubiera un umbral. Los hermanos
saben que a veces cuando está lloviendo, la gente llega a la puerta y mientras saca la llave, se
coloca bajo el umbral y ese umbral es como una especie de vestíbulo que hay allí, a la entrada
de la puerta, y se le llama umbral; y no es un umbral pequeño, porque cinco columnas quiere
247
decir que es más o menos suficiente; no demasiado, pero tampoco muy pequeño.
allí es “porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas”.
131
Cfr. Éxodo 27:1
El umbral de la puerta de la casa de Dios 249
gloria y la alabanza. 13Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la
tierra, y en el mar, (cuatro (4) lugares) y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está
sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de
los siglos”. Alabanza, honra, gloria y poder, de la creación por la redención. “14Los cuatro seres
vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al
que vive por los siglos de los siglos”.
Vemos, pues, que el número en relación con la redención, es el número cinco (5); está en el
capítulo cinco, y el altar es de cinco codos por cinco codos representando la cruz; así que el
número cinco (5) representa la gracia, representa la justificación, representa la reconciliación.
do; claro que esa protección todavía no es tan segura; porque puede salirse de ahí. Es para que
venga y se proteja, pero la intención del umbral y de las columnas es proteger a las personas
en la puerta para que lleguen a la puerta y para que entren por la puerta. Por eso es el ministerio
de la reconciliación.
El ministerio de la justificación
Así se llama en 2 Corintios 3 y 5. En el capítulo 3 se le llama el ministerio de la justificación,
que es el número cinco, el número de la gracia; y en el capítulo 5 se le llama el ministerio de la
reconciliación. Mirémoslo, primero en el capítulo 3. Dice 2 Corintios 3: “1¿Comenzamos otra vez
a recomendarnos a nosotros mismos?” es decir, ¿estamos queriendo traer la gente a nosotros?
Esta columna o esta otra, o cualquiera de estas cinco columnas, ya sea apóstol, profeta,
evangelista, pastor o maestro, estos cinco ministerios del ministerio de la reconciliación, estos
cinco postes todos del ministerio de la reconciliación, son cinco esquinas, cada poste: el
apostolado, los profetas, los evangelistas, los pastores y maestros, son cinco columnas,
mostrando las cinco clases de ministerios; pero éstos, todos juntos, conforman un sólo umbral,
que es el ministerio de la reconciliación, ministerio corporativo que está a la entrada de la puerta.
La gente a veces no conoce a Cristo, pero recibe testimonio del evangelista, y la enseñanza
del maestro, y el apacentamiento del pastor, y la profecía del profeta y la edificación del apóstol;
pero ellos no son la meta ni traen la gente a sí mismos. Ellos no son la puerta, son solamente un
umbral; ellos están mostrando dónde es que queda la puerta para que la gente que no ha
entrado por la puerta, mientras tanto, se guarezca allí, sea protegida por el ministerio; pero la
intención no es que la gente viva en la puerta, a las afueras, durmiendo como un mendigo, allá
en el umbral, sino que entre. Claro que la puerta tiene sus bemoles, que después vamos a ver,
pero mientras tanto estamos en el umbral.
El umbral de la puerta de la casa de Dios 251
puerta y se está un rato por ahí, pero es un ratito, mientras el Señor le enseña; cuando ya el
Señor le enseña, ya no necesita que lo retengan; eso se debe hacer pero mientras tanto,
mientras pasa por la puerta.
Sigue diciendo: “3Siendo manifiesto que sois carta de Cristo (la relación es con Cristo, pero)
expedida por nosotros”. Dios quiso que exista el ministerio de la reconciliación. A veces nosotros
nos vamos a un polo o al otro polo. A veces los ministros quieren retener demasiado en sus
manos las personas, como si fueran para sí mismos, y enseñorearse y a veces hasta esquilmar
para medro propio. Entonces como consecuencia de los abusos por un lado, las ovejas se van al
otro lado, y dicen: No queremos pastores, no queremos ancianos, no queremos nada. Cristo y
yo, y yo y Cristo. Pero Cristo ha establecido que en Su casa haya un umbral que nos conduzca a
la puerta y donde seamos guarecidos mientras pasamos la puerta.
Cristo es la puerta
Dios sí quiere que seamos conducidos, evangelizados, enseñados, apacentados, etc., por
personas que Él ha establecido. El ministerio de la reconciliación lo establece Dios. Es Dios el
que quiere que haya un umbral delante de la puerta. “El que a vosotros recibe, a mí me recibe;
y el que me recibe a mí, recibe al que me envió” (Mt. 10:40). Ahora, el que recibe a Cristo, por
medio de Cristo puede entrar al Padre, entrará y hallará pastos: “el que por mí entra”, “yo soy la
puerta de las ovejas”;132 el Señor es la puerta, pero el ministerio de la reconciliación es el
umbral. Los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, son las cinco columnas de
cinco esquinas del umbral, que también tiene cinco esquinas, porque ese es el ministerio de la
reconciliación.
132
Cfr. Juan 10:9
El umbral de la puerta de la casa de Dios 253
No debemos irnos a ninguno de los extremos: Pensar que no necesitamos ser evangelizados
o que alguien nos enseñe o nos apaciente, etc., porque sí lo necesitamos, pero no demasiado.
Es que a veces, si no nos visitan todas las semanas, entonces ya no vamos a la reunión; y a
veces las ovejas se cargan hacia un lado y a veces hacia el otro. A veces nunca maduramos, y
siempre estamos necesitando que se nos conduzca, que se nos enseñe; y dice la epístola a los
Hebreos: “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que
se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios” (He. 5:12),
de la doctrina de Cristo; se refiere a las ovejas que no maduran, que ya deberían haber pasado
por la puerta y por el atrio y por el santo y estar en el Santísimo, pero todavía están durmiendo
en el umbral. Y hay otros que no les gusta que Dios haya puesto umbral. Sí, se van a los
extremos. No quieren saber nada de ancianos.
¿Gobierno? Esa palabra, gobierno, les cae pesada a muchos. Claro, cuando la Palabra dice
“los ancianos que gobiernan bien”, quiere decir que algunos ancianos gobiernan mal. “Los
ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que
trabajan en predicar y enseñar”; pero los que gobiernan mal, bueno, soportarlos; soportaos unos
a otros. Como David tenía que soportar a Saúl hasta que Dios se lo sacara de encima; pero no
se lo sacó él mismo. Amados, no debemos irnos a ningún extremo. En esto debemos ser muy
equilibrados. Dios quiere que tengamos una relación muy directa con El, muy íntima, muy
verdadera, y al mismo tiempo quiere que seamos evangelizados y enseñados y apacentados y
edificados y que se nos profetice; eso lo quiere también Dios. Así que no podemos ni despachar
el umbral, ni tampoco agrandar el umbral y convertirlo en edificio sempiterno. Ninguna de las
dos cosas.
de 2 Corintios. Seguimos leyendo en el capítulo 3: “4Y tal confianza tenemos mediante Cristo
para con Dios”; en el verso 3 decía: “carta de Cristo expedida por nosotros”. Ahí aparecen la
puerta y el umbral. Cartas de Cristo; entonces Cristo es el que hace la obra en cada persona, y la
convierte en una carta, que cuando se ve a la persona, se ve lo que Cristo ha hecho en la
persona; sólo que Cristo hace cosas en la persona a través de otros. Por eso dice: “3Siendo
manifiesto que sois carta de Cristo (ahí está la puerta) expedida por nosotros, (ahí está el
umbral) escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en
tablas de carne del corazón. 4Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 5no que
seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino
que nuestra competencia proviene de Dios, (significa que Dios hace competentes a personas
para hacer estas tareas, por gracia) 6el cual (Dios) asimismo nos hizo ministros competentes
de un nuevo pacto, (ese es el umbral. Hay ministros competentes de un nuevo pacto. Por eso
son cinco esquinas, cinco postes y cinco esquinas en cada poste y cinco esquinas en el umbral)
no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica”.
Esta letra que mata no se refiere a estudiar; se refiere a la ley de Dios; porque Dios escribió la
ley en tablas de piedra, que el que desobedece merece la muerte. Esa es la letra que mata, la
letra que escribió Dios mismo en tablas de piedra; esa es la que condena a muerte; y por eso es
que si vamos a tratar de salvarnos por la ley, estamos condenados a muerte por el dedo de Dios
que escribió la letra. Por eso la letra escrita de Dios es el instrumento con el cual morimos.
Porque el ministerio de la letra, el ministerio de la ley, el de la palabra de Dios en cuanto
exigencia, ese ministerio nos mata. Cuando Dios nos exige, nos mata. Cuando nos da, nos
vivifica. Dios nos mata o nos vivifica. Con el antiguo pacto, Dios nos condenó justamente a
muerte; y con el nuevo nos resucitó de la muerte. Y por eso ahora delante en el umbral está el
ministerio de justificación; ese es el umbral, no el ministerio de la letra. Entonces por eso es de
cinco (5) esquinas. El número de la gracia, el ministerio de reconciliación; así se llama.
El umbral de la puerta de la casa de Dios 255
vienen por allá necesitan de éstas, y los que vienen por acá de éstas; y los que vienen por acá a
veces entran por este lado, o por cualquier lado con tal que llegue al umbral, y mientras cruza la
puerta se guarnece un rato, pero no vive en el umbral. Entra por la puerta.
Después vamos a ver que en el umbral había unas personas que se llamaban los guardas de
las puertas; eso nos dice que Dios tiene personas guardando las puertas en el umbral. Los
guardas de las puertas están en el umbral. ¿Por qué hay que guardar las puertas? Porque es
que las puertas son un poco complejas; tienen cierto manejo, de manera que para manejar esas
puertas y para que no entre cualquiera ni salga cualquiera, tiene que haber personas en el
umbral guardando las puertas; su trabajo es guardar las puertas para que no entre lo que no
debe entrar, ni salga lo que no debe salir. Y salga lo que tiene que estar afuera, o no entre lo
que no tiene que entrar. Pero hoy no vamos a hablar de los guardas de las puertas ni de las
puertas; estamos sólo en el umbral por ahora.
ministerio; no dice que cayó de su ministerio, sino de este ministerio; que era contado con
nosotros. El tenía parte en este ministerio; él no tenía todo el ministerio; él tenía una parte del
ministerio.133 La torta completa es el ministerio, el umbral completo es el ministerio del nuevo
pacto, con todos los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, formando juntos el
ministerio del nuevo pacto, el ministerio de la edificación del cuerpo de Cristo, el ministerio de la
reconciliación; ese es el umbral completo.
133
Cfr. Hechos 1:16-17
258 El templo de Dios
Entonces se necesita que uno haga una cosa, pero para la misma casa; que el otro haga otra
cosa, pero para la misma casa, la otra, otra cosa para la misma casa; y todos hacen una misma
cobertura conjunta, que sea el umbral para que las personas se guarezcan mientras cruzan por
la puerta. Ya cuando cruzan por la puerta y están adentro, listo. Pero siempre para entrar en
Cristo hay que pasar por el umbral.
os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se
glorían en las apariencias y no en el corazón. 13Porque si estamos locos, es para Dios; y si
somos cuerdos, es para vosotros. 14Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: (ahí
está: es el amor el que motiva el ministerio. ¿Me amas? Sí, Señor, te amo. Apacienta mis ovejas.
Lo que constriñe al ministerio debe ser el amor. Por amor de Jesús) que si uno murió por todos,
luego todos murieron; 15y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para
aquel que murió y resucitó por ellos”. Todo esto es posible ahora que Cristo murió y resucitó.
Esa es la esencia de la salvación.
puso. Así que aceptémoslo, respetémoslo y démosle su lugar. “Nos dio el ministerio de la
reconciliación; 19que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en
cuenta a los hombres sus pecados, (esa es la puerta) y nos encargó (a nosotros: ese es el
umbral) la palabra de la reconciliación. 20Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, (ese
es el umbral) como si Dios rogase por medio de nosotros; (ese es el umbral) os rogamos en
nombre de Cristo: (esa es la puerta) Reconciliaos con Dios” (esa es la puerta).
No debemos llevar la gente solamente al umbral. A veces decimos: Hermano, te voy a llevar
allí donde un pastor que habla muy bonito. Eso es dejarlo dormir al aire libre, casi, no del todo,
pero casi. Lo que debemos hacer es ayudarlo a pasar un poco más allá. Entonces, hermanos, yo
pienso que con estos versos que hemos visto, es más que suficiente para entender a qué se
refiere el umbral de la puerta.
Sí hay en la casa de Dios ancianos; sí los hay, que deben ser obispos, o sea, supervisores. Sí
hay en la casa de Dios supervisión. Sí hay gobierno delegado en la casa de Dios; sí hay. Eso es
lo que quiere decir obispo, supervisor. ¿Para qué habría supervisores sin una supervisión? Por
eso también hay gobierno delegado; no para traer a la gente a sí mismo; no nos predicamos a
nosotros mismos, ni predicamos el gobierno y la supervisión para espolear a los hermanos y
ponerles en la cerviz algún yugo pesado. No. La intención es que los hermanos entren por la
puerta, nada más. Lo único es que los hermanos sepan cómo guarecerse mientras cruzan por la
puerta. Para eso es. Nadie está para traer la gente a sí mismo. Como dijo el Señor de Juan, que
él era antorcha que ardía por un poco de tiempo.134
Una ilustración
134
Cfr. Juan 5:35
El umbral de la puerta de la casa de Dios 261
Miren, hermanos, el Señor me permitió tener una experiencia cuando iba la vez pasada en el
viaje Bogotá–Paris, el año pasado. Nos fuimos de noche, toda la noche viajamos por el Océano
Atlántico Yo iba en la ventana del lado derecho, o sea, la que mira hacia el oriente; y cuando
estábamos ya acercándonos hacia Europa, el Señor me permitió en un momento ver un
espectáculo tan hermoso, tan hermoso, y era el Señor enseñándome. El Señor me habló
profundamente con ese espectáculo. Resulta que, claro, uno yendo sobre el Océano Atlántico
no ve sino mar y cielo; y como era de noche, prácticamente no se veía nada sino una tenue raya
negra allá, que uno más o menos la adivinaba mirando bien. Pues a mí me gusta mirar por la
ventana en el avión, y viendo esa raya hubo una cosa que sucedió en un segundo. O sea que si
no hubiese estado mirando en ese segundo, no la hubiera visto; un espectáculo hermoso. De
pronto en esa oscuridad, en esa raya del horizonte apareció una luz; estaba totalmente oscuro, y
apareció una luz, como si hubieran prendido un faro que hubiera estado apagado y prendieron la
luz instantáneamente; apareció una luz. Fue el momento en que Mercurio apareció en la línea
del horizonte; y Mercurio, como es el planeta que está más cerca del Sol, entonces siempre
cuando el Sol sale, Mercurio sube con el Sol; cuando sube el Sol, Mercurio sube con el sol. Y le
pusieron Mercurio a ese planeta justamente porque Mercurio (en latín) es el mismo Hermes (en
griego). Hermes es el mismo Mercurio; y Hermes era el heraldo de los dioses, es decir, el que
anunciaba a Dios. Por eso es que se llama hermenéutica, o sea, hacer lo que hacía Hermes, que
era interpretar, era señalar, era mostrar.
Prácticamente Hermes o Mercurio son uno. Por eso es que a San Pablo, que era el que
hablaba, le decían Mercurio.135 Entonces a ese planeta se le llama Mercurio porque donde
aparece Mercurio allí es donde va a salir el Sol. Está toda la oscuridad; usted no sabe dónde es
el norte, el sur, el este, o el oeste, cuando de pronto aparece en un segundo una hermosa luz
135
Cfr. Hechos 14:12
262 El templo de Dios
como si se hubiera prendido un faro, así con un interruptor, ese es Mercurio. Luego empezó a
subir, a subir, y de todo lo que se veía en el cielo desde el avión, lo más lindo era ver al planeta
Mercurio.
Eso fue tan bonito porque en la naturaleza era como si estuviera leyendo el Nuevo
Testamento. Ahí veía a Juan el Bautista y veía a Cristo a la luz del nuevo pacto. Cuando el Señor
nos alumbra directamente, ya antes que el predicador hable, ya entendemos a qué se refiere;
cuando da la primera señal, ya sabemos. Y el Señor estableció así en la Iglesia, y se refiere al
umbral. Es solamente un umbral y queda hacia el lado de afuera.
XVII
LAS PUERTAS
DEL TEMPLO137
ayuda del Señor, consideramos lo relativo al umbral, que es la segunda parte del verso 31;
ahora leeremos desde el verso 31 de nuevo, pero vamos a detenernos en lo relativo a las
puertas; vamos a pasar del verso 31 al 32, pero nos saltaremos lo relativo al umbral, que ya fue
tratado la vez pasada, y nos detendremos juntos a considerar lo relativo a lo que el Espíritu de
Dios nos dice a la Iglesia acerca de las puertas. Hay aquí unos detalles en estas puertas, en los
cuales seguramente Dios quiere hablarnos muchas cosas, lo interesante; demos lugar al
Espíritu Santo para que nos hable lo relativo a estas puertas, porque las puertas del Templo no
son simples, porque son complejas, porque la puerta tiene una variedad de detalles, y es porque
entrar y salir no es tan fácil. No es que podamos entrar con todo o salir del todo; y por eso la
puerta, que es para comunicación, tiene sus detalles.
“31A la entrada del santuario hizo puertas de madera de olivo”. Llamo la atención al plural; la
entrada es singular; lógicamente que es la entrada, es el marco digamos de la puerta, y es un
lugar; pero lo curioso es que la puerta no es una sola puerta; aunque es una sola puerta, tiene,
como decir, dos partes; no es como esta puerta que vemos aquí que es grande, es sencilla, sino
más bien como la puerta de aquí del garaje, que tiene un ala para un lado y otra ala para el otro
lado. La puerta del Templo tiene dos alas y cada ala tiene 2 hojas; en realidad la una se vuelve
dos, y cada una se vuelve otras 2, y al fin resultan 4 alas. Veámoslo descrito allí: “31A la entrada
del santuario (aquí se nos muestra que es una sola entrada, que obviamente es Cristo) hizo
puertas (una hacia la izquierda, otra hacia la derecha) de madera de olivo”. Obviamente que el
olivo es el árbol que produce las aceitunas, produce la oliva, que es para el aceite de oliva; este
es el mejor ejemplo; era de oliva, refiriéndose a Cristo.
prácticamente era cuando estaban siendo machacadas las olivas; definitivamente Él fue
machacado; y por eso la puerta está cortada por el medio a lo vertical y lo horizontal, mostrado
en la cruz, mostrando cómo Cristo es muerto por nuestros pecados. La puerta es Cristo, y forma
una cruz, porque al abrirse por el medio tenemos el palo vertical, y cuando cada una se abre, la
de arriba y la de abajo, tenemos el madero horizontal; queda el vertical y el horizontal; ahí vemos
una cruz, ahí vemos a Cristo realmente crucificado en la puerta; la puerta nos muestra la cruz, se
ve la cruz claramente en la puerta. Primero dice que son dos hojas de madera.
Luego dice: “32Las dos puertas eran de madera de olivo; y talló en ellas figuras de querubines,
de palmeras y de botones de flores, (lo cual ya lo habíamos considerado en ocasiones
anteriores) y las cubrió de oro; cubrió también de oro los querubines y las palmeras.
33
Igualmente hizo a la puerta del templo postes cuadrados de madera de olivo”. Eso significa
que le hizo una forma de marco; postes a un lado y al otro lado; aquí vemos que es cuadrada;
otra vez sigue con las medidas en cuatro, sigue otra vez la cruz. “34Pero (observemos ahora
cómo describe cada una de las puertas) las dos puertas eran de madera de ciprés; y las dos
hojas de una puerta giraban, y las otras dos hojas de la otra puerta también giraban”.
Observemos por qué aparece la palabra hojas después de alas, porque la puerta eran dos, y
luego cada puerta tenía dos hojas; lo que dice que al abrirse las puertas cada una tenía dos, que
eran cuatro. Lo que forma las cuatro hojas es la cruz.
“Y las dos hojas de una puerta giraban”. Habla aquí de las dos hojas de una puerta; es decir
que cada puerta tenía dos hojas, y se podían abrir las dos al tiempo, abrir solamente la de arriba
o abrir solamente la de abajo. ¡Qué interesante cómo el Señor describe estas puertas! No es que
se abre una sola puerta y entra todo, no. A veces sólo se abre la mitad, a veces sólo se abre un
tercio o un cuarto; a veces sólo se abre un cuarto de abajo, el de la izquierda, o sólo un cuarto de
abajo, el de la derecha; es decir, que se puede entrar arrodillado; a veces no se abre lo de abajo
sino sólo lo de arriba, para que pueda tenerse una comunicación desde afuera, pero no se
264 El templo de Dios
pueda entrar.
138
Cfr. 2 Pedro 1:11
Las puertas del templo 265
Pero imagínense que tres partes de la entrada estén cerradas; que solamente un cuarto de lo
de abajo esté abierto; ahí sí no se le puede llamar amplia y generosa entrada; solamente
después de pasar por una humillación; es decir, solamente después de pasar por un
tratamiento, solamente después de pasar por una red, se puede entrar. A veces nosotros
quisiéramos que la entrada fuera fácil, pero el Señor no puede hacerla fácil; el Señor tiene
guardas en la entrada, y a través de la entrada Él tiene que tratar con nosotros; las cosas
inmundas no pueden entrar. Note lo que se dice de la Nueva Jerusalén: “No entrará en ella cosa
inmunda, o que hace abominación y mentira” (Ap. 21:27). ¿Y dónde es que se ve que la cosa es
inmunda o no? En la puerta es donde se ve cuando algo no puede entrar o algo no puede salir.
A veces el Señor nos recibe a nosotros como personas o como hijos pero no recibe nuestros
pecados; entonces nosotros podemos entrar pero no nuestros pecados; es decir, que si
nosotros queremos pasar por la entrada y tener amplia y generosa entrada, pues que todo esté
abierto, tenemos que despojarnos de nuestros pecados y tratar con nuestros pecados.
manera, pero si esa manera no se sigue como está ahí establecida, quiere decir que hay algo
que está estorbando nuestra entrada; y nuestra entrada es angosta. El Señor habló de que la
puerta es angosta.139 Se nos da entrada amplia y generosa si lo que entra es aprobado por
Dios; pero hay cosas de nuestra vida que el Señor no aprueba; aunque el Señor nos aceptó
como hijos no quiere decir que acepta todo nuestro temperamento, todo nuestro carácter, todas
nuestras obras, toda nuestra enseñanza.
139
Cfr, Mateo 7:13
Las puertas del templo 267
Él nos puede tener como hijos, pero si vamos a avanzar con el Señor, si vamos a tener una
comunión más profunda con Dios, nos vamos a dar cuenta que aunque ya somos hijos y ya
somos salvos, sin embargo hay cosas que Él no dejará que pasen adelante; y llegaremos y nos
encontraremos con algo que impide; y yo estoy ahí parado y usted esta ahí parado y no
podemos seguir adelante hasta que eso se solucione; cuando eso se solucione, entonces se
abre ese pedazo de puerta, cuando se solucione esa parte se abre el otro pedazo. A veces se
nos abre la puerta, nos deja ver adelante, nos deja ver revelación y nos muestra lo bueno que
hay ahí adentro, pero no nos deja pasar porque todavía las puertas de abajo no están abiertas;
estamos en el umbral y en la puerta y estamos viendo y estamos entendiendo, pero todavía no
entramos porque hay algo aquí más abajo que no nos deja entrar. Debido a eso, es necesario
humillarse, despojarse de ese pecado, tratar ese asunto para poder pasar. A veces uno quisiera
pasar fácilmente como si fuera fácil; así como Caín quería llegar con todos sus floreros, pero no
era recibido porque había algo que no había sido tratado; entonces le dijo Yahveh: Si bien
hiciereis, tendrías acceso, pero si no hiciereis bien, el pecado ¿dónde está? está a la puerta.140
que Dios es el que los protege a ellos? Sí, pero Dios les delegó a ellos el permiso de representar
Su santidad. Eso nos dice que si vamos a ser livianos en las cosas del Señor, encontramos una
pared, y en esa pared hay un querubín, y en ese aspecto hay un querubín ahí recordándonos
que no debemos seguir adelante hasta que ese asunto sea verdaderamente tratado; hay un
querubín, y ese querubín nos recuerda aquellos querubines en el jardín del Edén. ¿Para que?
para que Adán no alargue su mano; porque es que a veces uno peca y a veces uno quiere
alargar su mano sin arreglar el pecado; entonces el Señor nos pone en la puerta un querubín y
nos dice entonces: Antes de alargar la mano usted tiene que arreglar su pecado.
En Apocalipsis dice: “Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida” (Ap. 2:7); eso
significa que al que venciere se le abrirán las cuatro puertas; no encontrará ningún querubín ahí
oponiéndose, porque es en las hojas de la puerta donde están los querubines; a la entrada del
jardín del Edén estaban los querubines con una espada encendida para impedir el paso.
realmente Dios es el que quiere cambiarnos a nosotros. Dios nos quiere cambiar a nosotros.
¿Qué le dice Dios a Balaam? Dios le dice: Vé, pues; tú insististe en ir, pero dirás lo que yo te
diga. Y cuando iba se le opuso un ángel en el camino; pero Balaam estaba tan ciego que no veía
el ángel que se le oponía. Él siempre había andado por ahí, la mula siempre lo había llevado,
pero ésta sí veía al ángel; y le apretó el pie con una piedra y lo dejó cojo. A veces Dios nos tiene
que dejar cojos; no nos damos cuenta de que estamos caminando demasiado rápido, no nos
damos cuenta de que estamos actuando sin temor de Dios, y le toca al Señor hacer que la mula
se nos ranche, y nosotros no sabemos por qué se nos rancha la mula y seguimos insistiendo, y
no nos sale esto y no nos sale el negocio; no nos va bien en aquello, y de pronto resultamos con
el pie enyesado, y no sabemos por qué, y nos enojamos con la mula. Y ¿saben qué le dijo Dios
a Balaam? prácticamente que si no hubiera sido por la mula, y él hubiera seguido adelante, el
ángel lo hubiera matado; para no castigarlo con la muerte, solamente le apretó el pie. A veces
nosotros somos tan obstinados de hacer las cosas a nuestra manera, que no vemos a Dios que
se nos opone, y queremos pasar donde Dios no quiere que pasemos; entonces, para que no
muramos, le toca a Dios hacer que la mula nos apriete el pie; como le dijo el ángel a Balaam: Si
hubieras pasado, de cierto te hubiera matado. De manera que para no morir fue necesario que la
mula le apretara el pie a Balaam; y él todavía no entendía, y sacó el fuete y empezó a pegarle a
la mula, hasta que la mula le habló, y él le contestó a la mula sin darse cuenta que la mula le
estaba hablando, hasta que Dios le abrió los ojos y se dio cuenta cómo la mula le estaba
hablando. Dios le habló por la mula.
porque la mula vio y no quería pasar, pero él quería insistir a pasar incluso más allá que la mula;
pues eso dice que él era peor que una mula; y yo pienso que no sólo él; yo pienso que también
nosotros somos como una mula. El Señor dijo en el Salmo 32:9: “No seáis como el caballo, o
como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno”. A veces el
Señor quiere tratar con nosotros, y trata una vez y dos veces y tres veces, y nosotros siempre
encontramos una explicación donde todos son culpables menos nosotros, donde nosotros no
somos como animalitos, donde nosotros no somos como la mula; y pensamos que nosotros
tenemos derecho a castigar a una mula, hasta que Dios hace que la mula nos hable, y podamos
ver que Dios se nos está oponiendo. Así como se le opuso a Adán con un querubín en la puerta,
así muchas veces en nuestro caminar, a veces a Dios le ha tocado oponerse a nosotros; y
muchas veces nosotros no sabemos por qué no nos salen las cosas como queremos; y vamos
por aquí, y por aquí a ver si metemos el gol, como ahora en el mundial muchos tratarán de
meter; unos tratan por la derecha y por la izquierda, y no llegan, y maldicen y dicen groserías;
luego vuelven e intentan.
Ese es el hombre; siempre intentando cruzar más allá sin entender por qué; aunque, claro que
en el mundo meter gol está bien, pero aquí lo que no está bien es meter gol; en lo espiritual en
este caso es mejor ver al querubín en la puerta. La puerta está cerrada, y hay un querubín ahí;
quiere decir que hay una sola manera de hacer que ese querubín desaparezca de ahí, y la
puerta se pueda abrir, y esa manera es vencer. “Al que venciere, le daré a comer del árbol de la
vida”; es decir, el fluir de vida de resurrección viene al creer, y vencemos cuando logramos morir
a nosotros mismos, y cuando logramos negarnos a nosotros mismos. En ese momento
podemos pasar por la puerta; porque la cruz es lo que abre la puerta.
La puerta está toda cerrada, pero se abre a través de la cruz; porque la puerta se abre de
arriba para abajo; es la abertura vertical; y también se abre de derecha a izquierda; es la
apertura horizontal; es la cruz. La que abre la puerta es la cruz; y a veces hemos entrado hasta
cierto punto, pero todavía hay cosas en las que aún no hemos entrado; y Dios nos sigue
resistiendo, y seguimos encontrando esa parte de la puerta cerrada; y ese querubín ahí
grabado, diciendo: No pases sin primero dejar tus pecados afuera, tus errores afuera, tu ego
afuera, todo lo que el Señor determinó que se quede afuera. Todo lo que entra tiene que pasar
por la cruz; y la cruz es la que abre la puerta; sólo pasa lo que se trató delante de Él.
Yo creo que todos nosotros hemos tratado algunas cosas con Dios, pero quizá en otras cosas
no nos damos cuenta de que hay un ángel ahí que se está oponiendo, y nos está estorbando; y
a veces no comprendemos por qué nos está estorbando, por qué no podemos avanzar, por qué
hay ese pero; y es que Dios está tratando a través de ese pero, que es un ángel, y vemos esa
puerta como un querubín tallado que no nos deja pasar un poco más, por causa de que hay algo
a lo que nosotros no queremos renunciar; hay algo que nosotros no queremos soltar, hay algo
que nosotros no queremos entender, hay algo que nosotros todavía no vemos; así como Balaam
no veía el ángel, y ese ángel no era sólo el ángel, era de parte de Dios. Es Dios quien envía ese
ángel. ¿Usted cree que ese ángel iba a ponerse a estorbarle a Balaam sin Dios? no; ese ángel
estaba representando el desacuerdo de Dios con su persona, con su manera de ser, con su
manera de pensar; y algo sí tengamos seguro: no le meteremos gol al Señor. Eso tengámoslo
por seguro.
Al Señor no le colaremos nada inmundo en Su santuario; no se lo colaremos; el Señor tratará
con todo, con lo que menos uno se imaginaba. Tal vez uno se imaginaba que Dios no trataría
ciertas cosas porque no las había tratado antes, porque estaba tratando otras peores; pero llega
un momento en que Dios tiene que tratar ciertas cosas, y cuando tiene que tratar ciertas cosas,
ahí nos encontramos esa puerta cerrada.
272 El templo de Dios
Dice que a veces no es toda la puerta; a veces en algo estás correcto; para eso la puerta está
abierta, para lo que está correcto; pero hay cosas, como las que estábamos diciendo, a veces el
orgullo nos cierra la puerta por arriba y nos la abre por debajo; si nos humillamos, si uno
reconoce y se humilla, puede pasar, la puerta de abajo se abre; pero la de arriba está cerrada,
entonces sin humillarse no pasa; y también a los dos lados. ¿Por qué a un lado, por qué al otro
lado? porque hay desequilibrio; todos tenemos desequilibrio. A veces nos desequilibramos en
unas cosas y en otras cosas estamos bien, digamos estamos de acuerdo con el nuevo pacto, la
vida en el Espíritu, pero no en la cuestión del ministerio; a veces es al contrario, estamos de
acuerdo con eso pero no con lo otro. Ese es el desequilibrio; a veces estamos por un lado y a
veces por otro no, y dígame si no se lo ha preguntado, cuando hay un desequilibrio en usted,
usted no está tranquilo; hay algo que lo está molestando; es esa velita ahí y hay que ponerle
atención.
hace Dios dos y tres veces con el hombre, 30para guardar su alma del sepulcro, y para iluminarlo
con la luz de los vivientes. 31Escucha, Job, y óyeme; calla, y yo hablaré. 32Si tienes razones,
respóndeme; habla, porque yo te quiero justificar. 33Y si no, óyeme tú a mí; calla (él ahí estaba
resistiendo, protestando mucho), y te enseñaré sabiduría”.
Pienso que este pasaje nos ilustra muy bien lo que quiere decir en cuanto a querubines
grabados en las puertas del Templo. Dios trata con nosotros porque nos ama; pero porque nos
ama, nos purifica; porque nos ama trata con nosotros. Quizá hay cosas que no ha tratado
porque apenas está tratando otras, y ya estamos temblando y protestando, chillando como
chanchos; parece que no fuéramos ovejas sino chanchos. Las ovejas van tranquilas, pero los
chanchos chillamos y chillamos. Entonces, yo pienso que esto nos hace entender.
repelencia al mismo tiempo; las dos cosas. Por ejemplo, dice Pablo: “14Si alguno no obedece a lo
que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se
avergüence (eso es repelencia). 15Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a
hermano” (2 Tes. 3:14-15); eso último es atracción; ambas cosas al tiempo. No lo tengáis como
enemigo, pues no es un enemigo, es uno de los amigos y es uno de los hermanos; pero al
mismo tiempo, no os juntéis con él, sino amonestadle como a un hermano. Dice Pablo:
“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales,
restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también
seas tentado” (Gl. 6:1). Restaurarle; no justificar sus faltas, sino ayudarle a superar las faltas, a
corregir las faltas, y ahora sí volver a la normalidad.
Ahora, el que lo hace, póngase los guantes; porque si lo hace chambonamente, entonces le
toca el turno. Si lo hacemos mal nos toca el turno; ”considerándote también a ti mismo, no sea
que tu también seas tentado”. Eso porque el Señor nos mantiene en nuestro lugar aprobando lo
que es de Él y al mismo tiempo rechazando lo que no es de Él. A veces no entendemos qué es
lo que nos pasa en nuestra vida; parece que sí nos quiere y todo, pero también como que nos
resiste; a veces como que vemos la bendición, pero al mismo tiempo el estorbo. “Vé, pues”, pero
no podemos pasar, y vamos pero hasta un punto, y es por eso. Es como cuando usted se va a
quitar la grasa de un dedo; si el dedo esta engrasado entonces usted agarra y le hace duro,
duro; pero no es para quitarse el dedo; pero si usted no le hace duro, ahí le queda la grasa, y
tiene que hacerle duro para sacar la grasa sin romper el hueso.
mismo tiempo nos resiste, y al mismo tiempo parece que estamos siendo como estorbados, y no
entendemos por qué no nos salen las cosas como quisiéramos. Luchamos y luchamos pero
llegamos a un punto y no sabemos qué es lo que nos está pasando. ¿No será tal vez que hay
por ahí un ángel que la mula está viendo y nosotros, peores que la mula, no estamos viendo?
¿No será que en la puerta hay una hoja cerrada con un querubín tallado recordándonos que no
podemos estirar impunemente la mano si primeramente no hemos vencido? “Al que venciere le
daré a comer del árbol de la vida”, pero que no estire la mano sin haber vencido, sin haber sido
redimido y haber vencido. Se necesita haber sido redimido y vencer para tener una entrada
amplia y generosa; pero si no, se va entrar con mucho tratamiento; y ahí vamos a pelear mucho
con esa puerta y vamos a pelear, y vamos a pelear hasta que la cruz nos abra la puerta; es la
cruz la que nos abre la puerta; es la cruz la que hace que las hojas se abran, las de un lado y las
del otro lado, y las de arriba y las de abajo. Es la cruz la que abre las puertas amplia y
generosamente. Pero todo lo que el Señor tenga que resistir lo resistirá.
Por eso el Señor dice ahí: “34Pero las dos puertas eran de madera de ciprés; y las dos hojas de
una puerta giraban, y las dos hojas de la otra puerta también giraban. 35Y talló en ellas
querubines y palmeras y botones de flores, y las cubrió de oro ajustado a las talladuras”. Eso es
Cristo realmente forjado; nada le sobra, nada le falta.
también en el Reino; y entrar en el Reino es entrar más allá que entrar en la salvación. Algunos
son salvos pero no entrarán al Reino, ni entrarán al Milenio, no participarán del Milenio, no
participarán del gobierno del Milenio. ¿Sabe como dijo el Señor? Así: “25Ponte de acuerdo con tu
adversario pronto (se lo dijo a los discípulos), entre tanto que estás con él en el camino, no sea
que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel” (Mt. 5:25);
y no nos queremos arreglar con la persona, y seguimos insistiendo e insistiendo, no; el Señor
dijo: Tienes que arreglarte con tu hermano, porque si no, entonces el juez te entregará al
alguacil, y el alguacil te echará en la cárcel. “26De cierto te digo que no saldrás de allí hasta (no
es eternamente en la cárcel) que pagues el último cuadrante”. Ahora, ¿cuándo es que el juez
echará a la cárcel con el alguacil? cuando el hermano se haya peleado con el hermano y no se
hayan arreglado esos problemas entre los dos mientras no se haya acabado el camino; “entre
tanto que estás con él en el camino”.
Significa que si tú te mueres, o el Señor viene, ya se acabó el camino para ti; entonces ¿a
dónde llegamos al otro lado? al tribunal de Cristo, el Juez; y ¿qué dirá el Juez al alguacil, los
ángeles? Éste, durante el camino que seguía en la tierra, mientras vivía antes de morir, o
mientras vivía antes de la venida del Señor, no se arregló con su hermano; pero es un hijo de
Dios, es una persona salva, pero no de gloria; y entonces tiene que pagar todo lo que debe;
nada más, pero tampoco menos. Echadlo, pues, en la cárcel hasta que haya pagado el ultimo
cuadrante. Hasta ahí. No es eternamente, porque es una persona salva, pero es una persona
que será echada en la cárcel hasta pagar el último cuadrante. Eso quiere decir que antes del
cielo nuevo y la tierra nueva hay un Milenio, un Reino que ahora se llama Reino, donde se
gobierna con vara de hierro y serán quebrantadas las naciones de parte del Señor y los
vencedores. Es un Reino con vara de hierro, donde el Señor tratará las cosas. Dios quiere que
tratemos las cosas mientras estemos aquí en la tierra, en el camino antes de morir o antes de
que venga el Señor; porque si no, las tendrá que tratar en el Milenio; ya es en el Milenio, a partir
278 El templo de Dios
del tribunal de Cristo en adelante; porque el tribunal de Cristo es cuando somos presentados al
juez, y el juez dice la sentencia.
dejará que sean sabios al otro lado por su impureza. Aquí podemos ser sabios impuros; allá hay
que ser sabios y que ser puros. “Para ser depurados y limpiados y emblanquecidos, hasta el
tiempo determinado; porque aun para esto hay plazo”. ¡Qué maravilla! ¿Hay plazo para que?
Para depurar y para limpiar, para purificar y emblanquecer; entonces aquí nos explica el
concepto de plazo que Dios establece; ahora, aquí en este versículo parece que el plazo fuera
solamente en la tribulación.
como si no estuviera pasando nada, es por el tiempo para arrepentirse. Cuando parece que todo
está bien, cuando parece que no pasa nada, es el tiempo para arrepentirse.
Y dice: “Pero no quiere arrepentirse de su fornicación. 22He aquí, yo la arrojo en cama, y en
gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella”. No ella
sola, no; ustedes los que la toleran, ustedes, la iglesia, si no se arrepienten, ustedes que la han
tolerado, también se tienen que arrepentir; ustedes que han tolerado la cosa se deben arrepentir
también de las obras. Dios está buscando realmente formar a Cristo en nosotros a través de Él,
y al mismo tiempo de que Él nos ama y nos recibe y nos acoge, nos da disciplina, nos purifica,
nos corrige; y esa corrección es la misericordia. La misericordia no es la alcahuetería, la
misericordia es que Dios detuvo su alma del sepulcro cuando le dolían allí los huesos en su
cama, en la tribulación, en el sufrimiento; como leímos en Job. Esa fue la misericordia, cuando
estaba en una situación difícil. Dios estaba llamándolo a no seguir haciéndose el autosuficiente.
Ese querubín ahí en la puerta es para purificarnos, es para llamarnos al arrepentimiento, a la
depuración, a la limpieza. Aprovechemos, hermanos, como dijo Salomón: “mejor es perro vivo
que león muerto” (Ecl. 9:4); mientras estamos aquí, Dios nos concede humillarnos, pedirle
perdón y abrazar la cruz; porque a veces Dios nos da tiempo, y la aplicamos un poquito, pero,
como Dios le dijo a Jeremías: “Maldito el que detuviere de la sangre su espada” (Jer. 48:10);
como Saúl, que debía aplicar juicio y no lo aplicó, detuvo la sangre de su espada y no debía de
haberla detenido; debía haberla clavado y haberlo hecho hasta el fondo y juzgar en nombre de
Dios el pecado; pero Saúl no lo hizo, y Dios le dice a Jeremías: “Maldito el que detuviere de la
sangre su espada”. Hay que juzgar, hay que tratar el mal que hay en nosotros; a veces nosotros
llegamos hasta cierto, pero hay cosas que no tratamos, que le damos larga. Sí, Señor, voy a
hacer esto; pero no lo hacemos; voy a pagar esto, pero no lo pagamos; voy a cubrir mi deuda, y
no la cubrimos; voy a pedir perdón, y no lo pedimos; voy a humillarme, y no nos humillamos; voy
a cortar con esto, y no lo cortamos; y se nos está acabando el tiempo y seguimos; y como no
Las puertas del templo 281
pasa nada y no estamos viendo que se nos está acabando la mecha, no vemos que la explosión
está a la puerta.
Hermanos, el Señor tenga misericordia de nosotros; que podamos entender qué es todo lo de
estas puertas tan complejas, que no se entra como tan fácil; que sí se entra pero no con pecado,
no con errores, no con el ego; se entra a través de la cruz.
XVIII
EL ATRIO INTERIOR
282 El templo de Dios
DEL TEMPLO143
143
Enseñanza a la iglesia de la localidad de Teusaquillo, Bogotá D.C., Colombia, julio 3 de 1998. Transcripción: Antonio Cárdenas
278 El templo de Dios
Cuando el escritor del libro de los Reyes, probablemente Jeremías o Baruc, comienza por el
Espíritu Santo a hablar aquí del atrio interior, constituye un avance en la tipología. La Palabra
primero menciona el atrio, pero ahora dice el atrio interior; obviamente que cuando comparamos
la tipología del tabernáculo con la tipología del templo que estamos mirando ahora, vemos que
en el tabernáculo era simplemente el atrio; no había atrio exterior ni atrio interior; había
solamente atrio. Ahora, en el templo, vemos que había atrio interior. Nos damos cuenta de que
aquí el Espíritu Santo quiso añadir algunos detalles a la tipología que no aparecían la primera
vez cuando se habló del atrio simplemente, el del tabernáculo; quiere decir que en aquella
ocasión el Espíritu Santo dio unas primeras indicaciones que debemos tener en cuenta cuando
estudiamos el atrio; y ahora un poco más adelante en el tiempo de David y Salomón (porque
David fue el que recibió el plano y Salomón fue el ejecutor), el Espíritu Santo añade algunos
detalles que no aparecían en el primer diseño del tabernáculo. Pero de todas maneras, para
poder entender bien la tipología del atrio interior en el templo, debemos obviamente tener en
cuenta la tipología anterior sobre la que ésta descansa; porque la tipología del templo descansa
sobre la tipología del tabernáculo. Es la tipología del tabernáculo la que nos da los indicios
generales, y luego en la tipología del templo, Dios nos da detalles adicionales; pero son
adicionales en relación a los conceptos primeros y principales que aparecen allá en el
tabernáculo.
Lo primero que tiene que llamarnos la atención aquí, antes de entrar en las hileras de piedra y
de cedro, es el hecho mismo de que exista un atrio, y luego que Dios, detrás del atrio de más
afuera, establezca o reconozca un atrio interior que al principio como que no se veía, pero
después se ve. Cuando por primera vez se ve el tabernáculo, la casa de Dios, si se ve desde
afuera, lo primero que se ve es el atrio. El atrio es la parte más exterior de la casa; podríamos
decir que el atrio es lo que se ve desde afuera; lo que ve la gente que no está dentro de la casa;
eso es lo único que puede ver de la casa. La gente que está afuera no puede ver lo que hay en
279
el Lugar Santísimo, ni puede ver tampoco qué es lo que hay en el lugar santo, y ni siquiera logra
entender bien lo que hay en el atrio interior. La gente del mundo, la gente que está afuera,
solamente ve las paredes exteriores, lo que está por fuera. Entonces, sería bueno que nosotros
nos detuviéramos a tratar de entenderle al Señor, qué es lo que Él quiere que miren en nosotros,
Su casa, la gente que está fuera, la gente del mundo. Después entramos un poquito y miramos
qué hay detrás de ese atrio, y vamos a poder mirar que hay un atrio interior allá adentro, pero
hay que empezar por lo que hay afuera, por lo que se vería desde el punto de vista del mundo.
El Señor sí puede ver lo que hay dentro de la casa de Dios; pero la gente que está en el mundo
solamente puede ver lo que está afuera. Y yo sugeriría que para que podamos sacarle más
provecho a este versículo 36 de 1 Reyes 6, regresemos un poquito al libro del Éxodo, y, aunque
el pasaje es largo, si no alcanzamos a verlo todo, por lo menos captemos unos primeros
conceptos en relación al atrio. Vamos a Éxodo 27: 9-19, donde se nos describe primero el atrio
del tabernáculo, que es el que nos da las primeras ideas. Vamos a hacer una lectura un poco
rápida, puesto que aquí no estamos estudiando necesariamente el atrio del tabernáculo; pero
estamos tomando algo para enriquecer la comprensión del atrio del templo; porque la
comprensión del atrio del templo se ayuda de la comprensión del atrio del tabernáculo.
que, como lo veíamos cuando hablábamos de las ventanas del templo, el mundo por fuera ve
una cosa, pero no ve lo que pasa adentro; el mundo solamente ve lo que pasa afuera. Entonces,
bueno, y ¿qué es lo que Dios puso afuera de Su casa para que el mundo vea? el atrio.
“Al lado meridional, al sur, tendrá el atrio cortinas de lino torcido, de cien codos de longitud
para un lado. 10Sus veinte columnas y sus veinte basas serán de bronce; los capiteles de las
columnas y sus molduras, de plata”. Así que, en la parte más afuera, lo que la gente ve, son
columnas de bronce con basas y capiteles de plata, y aquellas cortinas de lino fino. Eso es lo
que ve la gente que está afuera; cuando la gente mira a la casa de Dios lo que ve es unas
columnas de bronce con capiteles y basas de plata, que están sosteniendo las cortinas de lino
torcido para formar un atrio.
Luego dice así: “11De la misma manera al lado del norte habrá a lo largo cortinas de cien codos
de longitud, y sus veinte columnas con sus veinte basas de bronce; los capiteles de sus
columnas y sus molduras, de plata. 12El ancho del atrio, del lado occidental, tendrá cortinas de
cincuenta codos; sus columnas diez, con sus diez basas”. Ahí nos damos cuenta de que aquí
también, como en el templo, se mantiene el concepto de ancho y de largo, mostrando el largo de
100; el ancho aquí es de 50.
Luego dice: “13Y en el ancho del atrio por el lado del oriente, al este, habrá cincuenta codos.
14
Las cortinas a un lado de la entrada serán de quince codos; sus columnas tres, con sus tres
basas. 15Y al otro lado, quince codos de cortinas; sus columnas tres, con sus tres basas. 16Y
para la puerta del atrio habrá una cortina de veinte codos, (ahora sí ya la puerta no es sólo de
lino), de azul, púrpura y carmesí, y lino torcido, de obra de recamador; sus columnas cuatro, con
sus cuatro basas. 17Todas las columnas alrededor del atrio estarán ceñidas de plata”; ellas son
de bronce, pero están ceñidas de plata. En el atrio, el principal material es el bronce; en el Lugar
Santísimo, el oro; luego las tablas están sobre basas de plata, y aquí las columnas del atrio son
de bronce aunque con plata. Así como en el lugar santo, plata con oro, y adentro, puro oro.
El atrio interior del templo 281
“17Todas las columnas alrededor del atrio estarán ceñidas de plata; sus capiteles de plata, y sus
basas de bronce. 18La longitud del atrio será de cien codos, y la anchura cincuenta por un lado y
cincuenta por el otro, y la altura de cinco codos; sus cortinas de lino torcido, y sus basas de
bronce. 19Todos los utensilios del tabernáculo en todo su servicio, y todas sus estacas, y todas
las estacas del atrio, serán de bronce”.
5
mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia”
(Rm. 4: 1-5).
Entonces, lo que cuenta para Dios es la fe; lo que Dios ve es la fe de la persona. Dios mira la
fe de la persona; Dios sabe que Su pueblo es nada en sí mismo; que la única manera como Su
pueblo puede ser recibido delante de Él es a través de la preciosa sangre, y es a través de lo que
el Señor mismo le da a Su pueblo. Eso lo sabe muy bien Dios. Y por eso ninguno de nosotros va
delante de Dios basado en sus propias obras, sino en la obra del Señor Jesús; y Dios ve que tú
no tienes ninguna otra esperanza, pero que esa es tu única esperanza, y tu fe; y entonces Dios
cuenta tu fe por justicia. Pero Santiago tiene otra cosa qué decir; no es que se esté
contradiciendo con Pablo, sino que está mirando otro aspecto; el aspecto como lo ve, no Dios,
sino como lo ve la gente que está afuera. Dice así el apóstol Santiago: “14Hermanos míos, ¿de
qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 15Y si un
hermano o una hermana están desnudos, (ahí está hablando de acciones) y tienen necesidad
del mantenimiento de cada día, 16y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos,
pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?” Santiago
está viendo el provecho práctico aquí en la tierra, para con los santos pobres y necesitados, el
provecho que se debe obtener de la fe; no sólo el provecho de salvación eterna, sino de la
aplicación de la salvación a la realidad presente. “17Así también la fe, si no tiene obras es muerta
en sí misma. 18Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y
yo te mostraré mi fe por mis obras”. Aquí se está hablando de lo que se muestra, es decir, de lo
que el mundo ve afuera. Yo te mostraré. “19Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los
demonios creen, y tiemblan. 20¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es
muerta? 21¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo
sobre el altar? 22¿No ves que la fe actuó...?” Dios no necesita sino ver primero la fe y ya te
justifica; pero Dios está interesado en que tu fe actúe para que la vea el mundo. A eso se le llama
El atrio interior del templo 283
la obediencia de la fe; es la fe actuando. “22¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y
que la fe se perfeccionó por las obras? 23Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a
Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios” (Stg. 2:14-23).
Aquí Santiago está viendo otro aspecto; Santiago está viendo lo que el mundo debe ver.
Santiago está colocándonos afuera del templo para mirar las cortinas, y Pablo nos está
colocando allá adentro, para mirar la gracia. ¿Qué es lo que Dios quiere que el mundo vea de Su
pueblo? Cortinas de lino. ¿Qué son estas cortinas de lino? Son las acciones justas de los
santos.
que aquí se traduce hechura, la que aparece en el idioma griego es poema: somos poema suyo.
Significa que las acciones justas del pueblo celoso de buenas obras para Dios, son para Dios un
poema; un poema que Dios quiere que el mundo lo oiga, lo crea, es un poema de Dios; esto que
se llama hechura; es como una obra maestra de Dios, y eso es para que el mundo lo vea; son
poemas suyos creados en Cristo Jesús; todo eso hasta aquí creados en Cristo es totalmente de
Dios, es por gracia, pero para; creados en Cristo para buenas obras, las cuales Dios preparó de
antemano; ¡ah, de antemano! De manera que toda la lavada de loza de Jorgito allá y la servida
de Germancito, untados de sopa, y cada uno de los otros hermanos, todos trabajando, eso no es
que sucedió porque sí. Estaba preparado de antemano. A veces Dios nos sorprende con
algunas buenas obras que estaban preparadas, y a veces nos agarra por sorpresa, y a veces
fallamos y dejamos las cosas sin hacer. Sí, Dios está queriendo llevar a la gente perdida a la
salvación, evangelizando, que la gente crea, pero también Dios está preparando las
circunstancias constantemente una tras otra para que sirvamos, obremos, para que actuemos; y
eso que hacen sus redimidos es lo que se llama en la Biblia un adorno. No porque te salva. San
Pablo cuando le dice a Tito: Enseña que las ancianas..., que los jóvenes..., lo dice para que en
todo adornen la doctrina (cfr. Tito 2:1-10). La doctrina es el evangelio de Dios y es la salvación
por la fe, pero eso produce un adorno, porque una vestidura de novia parece que va a ser muy
simple, pero no, trae adornos. Pero ¿cuáles son esos adornos? La Biblia dice: le haremos
adornos; los adornos son las buenas obras preparadas de antemano. Dios quiere que nosotros
sepamos que Él nos tiene preparadas obras buenas de antemano. A la novia se le ha preparado
y se le ha concedido que se vista de lino fino; y ¿cuál es ese? las acciones justas. Las acciones
justas estaban ya preparadas de antemano por Dios. Y de pronto tú apareces colocado,
colocada por Dios en una circunstancia para que hagas una obra buena equis, la que Dios había
preparado. Así que Dios nos ayude cada vez, a estar atentos a la buena obra. A veces puede ser
tan sencilla como un vaso de agua fría, pero eso estaba preparado de antemano. Dice: “poema
El atrio interior del templo 285
suyo, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para
que anduviésemos en ellas”. Esas son las acciones justas de los santos; ese es el trabajo del
pueblo de Dios.
Las columnas
Ahora, ¿quiénes deben sostener esas cortinas de lino? las columnas. Ahora, en la casa de
Dios hay varias clases de columnas; muchas columnas. Por ejemplo, en Gálatas se nos
menciona unas columnas. Dice: “Y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo,
Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en
señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión” (Gl.
2:9). Ahí están las columnas por dentro; pero ¿qué dicen las columnas? “10Solamente nos
pidieron que nos acordásemos de los pobres, (ahí está el lino fino, las acciones justas de los
santos) lo cual también procuré con diligencia hacer”. Ahora, aquí aparecen personas como
columnas, aparecen tres apóstoles; por eso aquí, Jacobo, Cefas y Juan son columnas que
ayudan a mantener la casa de Dios; pero no solamente los apóstoles son columnas. En la Biblia
Dios le llama columnas a los cristianos vencedores, a los hijos de Dios que vencen. Dice el
Señor Jesús en Apocalipsis 3:12: “12Al que venciere, (porque si no es vencedor, entonces se
mueve la columna, no está sosteniendo nada) yo le haré columna en el templo de mi Dios, y
nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de
mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. 13El que
tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. ¿Quiénes son estas columnas del templo
de Dios? son los creyentes vencedores; ellos son las columnas.
Hasta aquí hemos mirado la parte primaria y esencial del atrio, lo que se ve; lo que Dios quiere
que el mundo vea es lino fino, las acciones justas de los santos llevadas a cabo por los cristianos
vencedores. Y eso es lo primero que el Señor dice del atrio en cuanto al tabernáculo. Pero, Dios
286 El templo de Dios
no se quedó contento; todavía tengo que decir algo más respecto del atrio. Ahí detrasito de esas
columnas que sostienen esas cortinas de lino, ahí hay un atrio interior; si el pueblo quiere hacer
esto, y Dios quiere que el pueblo vea esto, pero el pueblo no va a ser visto haciendo esto, sino
que hay algunos otros adentro en el atrio haciendo un trabajo. Un trabajo que se tiene que hacer
en el atrio interior. Las cosas se tienen que preparar desde adentro para que aparezcan afuera.
Porque es que primero tienen que prepararse las cosas interiores. Dios no solamente pone
columnas en el atrio llevando aquellos cortinas, sino, como leímos, coloca hileras de piedras
labradas en el atrio interior. Ahora ya no se ve a primera vista; el otro trabajo es por causa de
esto que está aquí detrás. Lo que está detrás de esto, lo que produce aquella, lo que está
detrás de esto es aquello; eso es lo que pasa en el atrio. Hay un atrio interior en el cual hay
también piedras; incluso ¿no somos nosotros las piedras labradas, y no en desorden sino en
hileras? En orden, bien ordenado eso; eso es lo que hay todavía detrás en el atrio, pero detrás
del otro.
Hermanos, para que la iglesia pueda aparecer, tiene que haber algunos ahí que estén
trabajando las cosas, preparando todo. Quizás ellos no se vean a primera vista, sino que están
detrás en su puesto, en coordinación, en unanimidad. Eso es lo que dice ahí en el primer libro de
los Ryes: piedras labradas, hileras de piedras labradas. Claro, eso quiere decir que hay que
organizar las buenas obras de los santos; tienen que organizarse; eso no se da así porque sí, de
manera desordenada; no. Allí detrás del atrio visible hay un atrio interior donde se refleja el
orden.
oír la voz que hablaba, dice que vio siete candeleros de oro, y de pronto, en medio de los siete
candeleros de oro estaba el Hijo del Hombre (cfr. Ap. 1:12-13). Uno semejante al Hijo del
Hombre. Pero note que cuando él se volteó, lo primero que vio fueron los candeleros; la gente
del mundo no ve a Cristo, la gente del mundo ve a los cristianos; nos ve a nosotros, lo que
hacemos, lo bueno y lo malo. Y luego detrasito de lo que la iglesia hace, tiene que haber algunos
ahí. Dios determinó que haya algunos ocupando su lugar, ahí en el atrio; es decir, Dios dijo: no
es suficiente presentar el atrio así; tengo que presentar algo más en el atrio. Porque vamos a ver
que la Palabra menciona eso. “Y edificó el atrio interior de tres hileras”; así como la casa de Dios
estaba reforzada por aquellas tres galerías que eran los diáconos (el diaconado), el presbiterio
(el obispado) y el apostolado, así detrás del atrio exterior hay un atrio interior, que tiene también
tres hileras; ¿de qué? De piedras labradas (todos en coro). Ahora, ¿no dice san Pedro:
Vosotros, como piedras vivas, sois edificados? Bueno, pero labradas; han sido precedidas de
algún martillazo; personas que han sido tratadas por Dios para que sirvan, como decir, detrás de
bambalinas, en los trabajos del atrio. ¿Ustedes quieren ver ese trabajo de estas personas que
están detrás de bambalinas? Vamos a leerlo en el Nuevo Testamento.
Vamos a 2 Corintios 8: “1Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que ha
sido concedida a las iglesias de Macedonia; 2que en grande prueba de tribulación, la
abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en las riquezas de su generosidad.
(Eran personas pobres, pero eran ricas en generosidad) 3Pues doy testimonio de que con
agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, 4pidiéndonos con
muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los
santos. 5Y no como lo que esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor
(entonces el Señor les guió a ponerse en contacto con Pablo, Lucas, Bernabé, con Timoteo,
para organizar el servicio a los santos de manera efectiva) y luego a nosotros, por la voluntad de
Dios; 6de manera que (ahí están detrás del atrio visible este atrio interior) exhortamos a Tito para
288 El templo de Dios
que tal como comenzó antes (ya había comenzado), asimismo acabe también entre vosotros
esta obra de gracia. 7Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda
solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia. 8No hablo como
quien manda, sino para poner a prueba, por medio de la diligencia de otros, también la
sinceridad del amor vuestro”.
Diligencia colectiva
La diligencia de otros pone a prueba nuestra sinceridad. Cuando nadie hace nada, pues todos
estamos cómodos; pero cuando algunos hacen, qué vergüenza si yo me quedo quieto,
¿verdad? “9Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros
se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos. 10Y en esto
doy mi consejo; (ahí están esas piedras en el atrio interior; doy mi consejo a vosotros que
comenzasteis no sólo a hacerlo sino también a quererlo, porque hacer algo sin quererlo es como
Ananías y Zafira, cfr. Hechos 5:1-11) porque esto os conviene a vosotros, que comenzasteis
antes, no sólo a hacerlo, sino también a quererlo, desde el año pasado. 11Ahora, pues, llevad
también el hacerlo, para que como estuvisteis prontos a querer, así lo estés en cumplir conforme
a lo que tengáis. 12Porque si primero hay voluntad dispuesta, será acepta según lo que uno
tiene, no según lo que no tiene. 13Porque no digo esto para que haya para otros holgura, y para
vosotros estrechez; 14sino para que en este tiempo, con igualdad, (en este tiempo; no en el
Milenio, no en el cielo nuevo ni en la tierra nueva; en este tiempo, con igualdad, en la Iglesia) la
abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la
necesidad vuestra, para que haya igualdad, 15como está escrito: El que recogió mucho, no tuvo
más, y el que recogió poco, no tuvo menos. (Ahí está el atrio interior) 16Pero gracias a Dios que
puso en el corazón de Tito la misma solicitud por vosotros. 17Pues a la verdad (mire lo que pasa
en el atrio interior) recibió la exhortación; pero estando también muy solícito, por su propia
El atrio interior del templo 289
voluntad partió para ir a vosotros. 18Y enviamos juntamente con él al hermano cuya alabanza en
el evangelio se oye por todas las iglesias; (ese es Lucas) 19y no sólo esto, sino que también fue
designado por las iglesias como compañero de nuestra peregrinación para llevar este donativo,
que es administrado por nosotros para gloria del Señor mismo, y para demostrar vuestra
buena voluntad; 20evitando que nadie nos censure en cuanto a esta ofrenda abundante que
administramos, 21procurando hacer las cosas honradamente, no sólo delante del Señor, sino
también delante de los hombres. 22Enviamos con ellos a nuestro hermano, (ese es Tito;
después vienen Lucas y Aristarco) cuya diligencia hemos comprobado repetidas veces (eran
personas que estaban detrás preparando, ayudando y organizando el funcionamiento del
pueblo del Señor. Sí, el Señor quiere que haya de Su pueblo obras visibles al mundo, pero Él
sabe que tienen que preparar la generosidad como lo dice aquí más adelante) en muchas cosas,
y ahora mucho más diligente por la mucha confianza que tiene en vosotros. 23En cuanto a Tito,
es mi compañero y colaborador para con vosotros; y en cuanto a nuestros hermanos (Lucas y
Aristarco), son mensajeros de las iglesias, y gloria de Cristo. 24Mostrad, pues, para con ellos
ante las iglesias (Mostradle, eso es para que se vea) la prueba de vuestro amor, y de nuestro
motivo de orgullo respecto de vosotros.
Preparación anticipada
(Cap. 9) 1Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba. (nos
saltamos al 3) 3Pero he enviado a los hermanos, para que nuestro gloriarnos de vosotros no sea
vano en esta parte; para que como lo he dicho, estéis preparados; 4no sea que si vinieren
conmigo algunos macedonios, y os hallaren desprevenidos, nos avergoncemos nosotros, por no
decir vosotros, de esta nuestra confianza. (ahí está el manejo detrás de bambalinas, que es las
acciones justas que se ven por fuera) 5Por tanto, tuve por necesario exhortar a los hermanos que
fuesen primero a vosotros y preparasen primero vuestra generosidad antes prometida, para que
290 El templo de Dios
hasta la muerte.
Por eso también no pueden faltar los mártires en el atrio. Porque los mártires son el testimonio
al mundo hasta la muerte. Dios quiso que junto con las hileras de piedras labradas haya también
una hilera de vigas de cedro, representando aquellas personas que dan testimonio hasta la
muerte. El Señor quiere que le hagamos atrio a Su casa; y eso quiere decir que no es solamente
algo de nuestra fe aquí interior, que nadie la ve, sino algo que Dios quiere que el mundo vea.
Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Llevar mucho fruto; Dios quiere
que el mundo nos vea. Que el mundo vea nuestra vida de comunión, como decir, panes de la
proposición. La propuesta al mundo. Eso es lo que el mundo ve.
XIX
LAS COLUMNAS
DEL ATRIO
EN EL TABERNÁCULO
292 El templo de Dios
COMO BASE
PARA LA TIPOLOGÍA
DEL TEMPLO144
144
Enseñanza a la iglesia de la localidad de Teusaquillo, Bogotá D.C., Colombia, julio 10 de 1998.
290 El templo de Dios
En nuestro estudio del Templo de Dios, hemos estado analizando el capítulo 6 del primer libro
de los Reyes. La vez pasada estuvimos viendo lo relacionado con el atrio interior; pero tuve la
sensación de que en la parte que tratamos la vez pasada, hubo cosas que hubiera sido mejor
completarlas un poquito; entonces vamos a tratar de completar un poquito lo que estuvimos
viendo la vez pasada respecto del atrio. La vez pasada vimos en el libro 1 Reyes capítulo 6 lo
relativo al atrio interior del templo de Dios; y para entenderlo mejor en la tipología del templo de
Salomón, vemos que la tipología del templo se desarrolla de otra tipología anterior más simple e
introductoria; por eso, para la comprensión espiritual, regresamos al tabernáculo e hicimos una
lectura un poco larga de aquel pasaje de Éxodo donde se nos hablaba del atrio; pero
precisamente por haberla hecho así rápidamente en función del pasaje del libro 1 Reyes,
entonces yo tuve la sensación de que algunas cosas quedaron como un poco crudas y no quise
seguir adelante sin que por lo menos consideráramos, si no todo, por lo menos algunos otros
aspectos del atrio en la tipología del tabernáculo, que es base para la tipología del templo, y
entonces podamos dar un poquito más de atención a algunos detalles.
Estamos ahora en Éxodo 27:9. Vamos a fijarnos un poco allí en lo relativo a las columnas, que
es la parte que quisiera que consideráramos hoy un poquito más detenidamente, porque la vez
pasada sí lo tocamos, pero me quedó esa sensación en el espíritu de que se necesitaba
masticar un poquito más el asunto de las columnas; además de que más adelante volveremos a
ver columnas.
codos de longitud para un lado. 10Sus veinte columnas y sus veinte basas serán de bronce”. No
sé si mis hermanos se dieron cuenta de cuántas son las columnas del atrio; fueron veinte en el
sur, veinte en el norte, y diez en un lado, al occidente, y diez al oriente; son en total 60 columnas;
interesante. Sesenta (60) es el resultado de multiplicar el número de hombre (6) por el número
de las naciones (10), creyendo que Dios quiere hacer Su casa con gente de todo el mundo y
de todas las naciones.
Pero detengámonos un poquito más en las columnas mismas; porque el énfasis de la vez
pasada, más que en las columnas, fue en las cortinas de lino, mostrando cómo el lino
representaba, como lo dice en la misma Escritura en el Apocalipsis, las acciones justas de los
santos,145 y cómo el Señor quiere un pueblo diferente, un pueblo propio de Él, celoso de buenas
obras.146 Pero ahora fijémonos en el detalle que esas cortinas de lino, esas acciones justas de
los santos, esa vida de la Iglesia, ese lino fino, esas cortinas, son sostenidas por columnas; o
sea que el Señor nos quiere dar a entender que la vida de la Iglesia, la vida del pueblo de Dios
que Él quiere tener, es sostenido por personas; esto es evidente, pero a veces quizá no sea tan
evidente como debiera ser. ¿Qué quiero decir con esto? que algunas veces nosotros podemos
hacer descansar las cosas sobre estructuras, en tradiciones, en hábitos; pero al Señor no le
convence eso; el Señor sabe que lo que va a sostener el testimonio son personas y no
estructuras.
145
Cfr. Apocalipsis 19:8.
146
Cfr. Tito 2:14.
147
Charles-Louis de Secondat, barón de La Brède y de MONTESQUIEU (1689-1755). Filósofo y escritor francés.
292 El templo de Dios
saben que antes de venir el llamado pensamiento republicano, existía la monarquía, donde el
poder, la autoridad, estaba sobre los reyes y sobre sus herederos; pero luego Montesquieu
pensó que eran más seguras las instituciones que las personas; porque si las personas fallaban,
se quitaba la persona y se ponía otra persona a ocupar la función institucional; o sea que en el
punto de vista de Montesquieu, digamos, para organizar la sociedad y dividir los tres poderes: el
poder legislativo, el poder ejecutivo y el poder judicial, sin interferirse esos poderes sino más
bien equilibrarlos, se estableció una institución.
Por allá me leí un libro; perdonen que haga estas ilustraciones, pero es para explicar por qué
son columnas las que sostienen las cortinas de lino fino. Por allá me leí de un autor francés que
se llama, por lo menos así aparecía en el libro, podrá ser un seudónimo, Mauricio Jolly, y él
escribió un libro que se llama “Diálogo en el Infierno entre Maquiavelo y Montesquieu”.
Maquiavelo 148 escribió el tratado de El Príncipe, donde le enseñaba a los reyes, no a los
legisladores, senadores o a los presidentes, o sea, a los funcionarios institucionales, sino a los
reyes, cómo hacer política con mucha astucia.
148
Nicolás Maquiavelo (1469-1527), escritor y político italiano, descendiente de una familia patricia de Florencia.
Las columnas del atrio en el tabernáculo 293
fueron llamados columnas; por ejemplo, Jacobo, Cefas y Juan eran tenidos por columnas;149
también dice: “Al que venciere, yo le haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá
de allí” (Ap. 3:12). Vemos que al Señor no le interesa tanto las instituciones como las personas;
las instituciones son engañosas, sirven para disfrazar; son sólo nombre, como dice la Escritura.
El Señor le dice a Sardis: “Tienes nombre de que vives (pero no), y estás muerto” (Ap. 3:1).
Sardis tipifica la iglesia institucional, nominal. Al Señor lo que le interesa son personas. El Señor
no dijo: id y haced personerías jurídicas con estatutos, presidente, juntas, tesorero, secretario,
que se cambien lo más rápido posible, si es posible en un año, porque no se puede confiar dos
años en una misma persona, no; el Señor no estableció instituciones.
El Señor dijo: “Id, y haced discípulos” (Mt. 28:19); al Señor lo que le importa son las personas.
Hoy en día somos tan astutos; creamos universidades, pero ¿que son las universidades?
Ladrillos y papeles, títulos, números, personerías, aprobaciones, cartones; pero las personas se
identifican y apoyan en las instituciones; incluso hay ateos en universidades fundadas por
creyentes. Eso significa que Maquiavelo puede infiltrar a Montesquieu.
Qué fácil y qué buen negocio es usar nombres; ponemos nombres raros, grandes, hacemos
propaganda, sacamos afiches, vendemos libros, hacemos negocios de discos con canciones
cristianas; podemos hacer mucho negocio, pero eso no hace que el Reino verdadero de Dios
avance un poquito y que Dios tenga casa; porque Dios no mora en edificios hechos por
hombres, ni en personerías ni estatutos; Dios mora en personas. Dios no está interesado en
crear instituciones, y que se creen más instituciones y más papeles. Hoy en día hay mucha
gente dedicada a los papeles. No, Dios sólo quiere personas, Dios trabaja en las personas, Dios
escoge personas y trata con personas, no con instituciones. En eso Dios no está con Montes-
quieu; tampoco con Maquiavelo, claro, porque Maquiavelo preconizaba la astucia del príncipe, y
en cambio el Señor preconiza la transparencia de las columnas.
serpiente.150 Quiere decir que esa serpiente de bronce en el asta significaba Cristo hecho
pecado; es decir, habiendo Cristo juzgado el pecado, y llamándole pecado al pecado y tratando
al pecado por su nombre sobre una base de la justicia divina. Por eso esa serpiente ardiente
era de bronce. Por eso el altar del atrio era de bronce; por eso las columnas eran de bronce, que
significa juicio.
150
Cfr. Números 21:4-9.
Las columnas del atrio en el tabernáculo 297
nosotros, pero Él pasó para tomarnos sobre Sí y conducirnos en unión con Él hasta la muerte a
nosotros mismos. Él murió para que nosotros muriéramos a nosotros mismos, para que
nosotros muriéramos a nuestro ego, para que nosotros muriéramos al mundo. Es necesario que
nosotros pasemos por ese juicio.
columnas, pero ahora estamos viendo las del atrio, o sea, estamos viendo las columnas del atrio
del tabernáculo como base para la tipología del templo, exactamente. El lino torcido es tratado,
no es crudo; no es el lino en bruto; con el Señor nada es en bruto; es algo bien tratado, bien
trabajado. Las basas es sobre las que descansan las columnas. Fíjese en que adentro las tablas
estaban sobre basas de plata. La plata representa la redención, pero en el atrio las columnas
son de bronce, porque es que vamos por partes.
que mantiene el testimonio es que tratemos con el pecado; si tratamos con el pecado se
mantiene el testimonio; si dejamos colar el pecado se pierde el testimonio. Entonces el tratar con
el pecado nos va convirtiendo en columnas de bronce.
Ahora, notemos que al bronce se le añade o se complementa con plata en el capitel, Eso es lo
que venía un poco más adelante en Éxodo 27. Dice la segunda parte del verso 10: “Los capiteles
de las columnas y sus molduras, de plata”. Ahora, los capiteles eran, como decir, la cabeza de la
columna. La columna tenía arriba como un capitel; luego, cuando veamos más adelante sobre
las columnas, y entremos de nuevo en el tema, vamos a ver por qué aquí solamente menciona el
capitel de plata; pero más adelante vamos a ver que tenía granadas y tenía muchas cosas
interesantes; pero mientras tanto lo mencionamos. Por eso quería detenerme primero en esta
parte para luego poder aprovechar mejor la próxima.
Entonces nótese que la columna no está completa sin el capitel; y es interesante que el
capitel sea de plata; la plata siempre se refiere a Cristo, porque la Biblia declara que el precio del
rescate era un siclo de plata. Significa que la plata aparece representando la redención en
Cristo. Podemos decir que la naturaleza divina, la naturaleza de Dios el Padre está representada
por el oro; la redención dada por el Hijo está representada por la plata, y la obra de aplicación y
de transformación de nuestras vidas que es hecha por el Espíritu, está representada en bronce.
De manera que tenemos oro, plata y bronce: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; pero ahora
fíjese en que estas columnas no tienen una cabeza propia sino que tienen a otro por cabeza, que
es los capiteles de plata. Eso quieres decir que cada una de estas personas tiene como cabeza
a Cristo; son personas que han sido tratadas y que aceptaron el gobierno de Cristo, el señorío de
Cristo; Él es la cabeza. Eso es lo que quiere decir el capitel; es la parte visible y a la vez es la
parte que adorna; este capitel adorna la columna.
Una columna sin capitel es como un decapitado, es alguien sin cabeza; entonces Dios le dio
una cabeza a estas columnas, y esa cabeza es el capitel de plata; en cualquier parte que tú veas
la columna, ahí tú ves el capitel de plata; porque lo que se ve no es la columna, es el capitel,
porque la columna está detrás del lino fino, está toda las cortinas; entonces lo que se ve no es la
columna. Lla columna de bronce se ha negado a sí misma, y lo que se ve es a Cristo, en sus
buenas obras; ella no se ve, lo que se ve es el capitel y las buenas obras. Vemos con esto que lo
que el Señor quiere que se vea en nosotros es a Cristo, y que se vean nuestras buenas obras.
Dice la Palabra: “Para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen (¿a quién?) a vuestro
Padre que está en los cielos” (Mt. 5:16); glorificar al Padre; las columnas están detrás de las
buenas obras; la gente ve las buenas obras y ve el capitel. Ese es el pensamiento de Dios
acerca de Su casa, que Su Hijo pueda ser visto y que las buenas obras que Su Hijo produce en
Su pueblo sean vistas.
Pero en cuanto a nosotros, sostengamos estas buenas obras y reconozcamos el señorío de
Las columnas del atrio en el tabernáculo 303
Cristo, pero que no nos veamos nosotros. Si nos vemos demasiado, hay que seguir viniendo a
Sus manos para ser hechos de bronce, para ser tratados por el bronce. Lo importante que Dios
quiere que se vea es Cristo, y que vean nuestras buenas obras para que glorifiquen al Padre,
hermanos.
Estos eran los detallitos interesantes que era necesario ver. Esa es la única manera de ser
realmente un muro; si no somos tratados, se nos cuela el diablo. Amén.
XX
PERÍODOS DE
EDIFICACIÓN
304 El templo de Dios
DEL TEMPLO153
Un rápido recordatorio
En el estudio que estamos teniendo en el primer libro de los Reyes, Dios mediante hoy, con la
ayuda del Señor, terminamos el capítulo 6; nos faltan los dos últimos versículos del capítulo 6;
no de la serie, sino del capítulo 6. Aquí, en el versículo 37, nos volvemos a encontrar con parte
de lo que nos habíamos encontrado en el verso 1; de modo, pues, que en este caso solamente
haremos un recordatorio rápido para detenernos un poco más en el verso 38.
153
Enseñanza a la iglesia de la localidad de Teusaquillo, Bogotá D.C., Colombia, julio 17 de 1998. Transcripción: Lisbeth Ordoñez C. / Adriana del Pilar Luna Ordoñez.
302 El templo de Dios
Entonces, para los que no han seguido toda la serie del capítulo 6, recordamos que en este
capítulo, el Espíritu Santo en forma tipológica ha declarado cómo el hijo de David edificó la casa
de Dios, cómo Salomón edificó el Templo, y los detalles que el Espíritu inspiró que hubiera allí en
tipología para con la edificación del verdadero Templo, que es el Cuerpo de Cristo, la Iglesia, la
Casa de Dios. Hemos estado viendo, pues, lo relativo al momento de la edificación, a la longitud
del Templo, a la anchura del Templo, a la altura del Templo, al pórtico, a las ventanas, a los
aposentos, a la escalera, y también lo relativo a los artesonados interiores, los diferentes
artesonados, al umbral, a la puerta, al atrio; y lo último que vimos fue el atrio. Ahora vamos a
abordar los versículos 37 y 38, donde termina esta sección de la descripción de la casa de Dios;
no todo lo relativo al templo, porque hasta aquí no se han visto los muebles ni los edificios
acompañantes, sino solamente el Templo.
Señor Jesucristo, recién puede edificarse la casa; y por eso aparece también en el mes de Zif. El
mes de Zif es el mes segundo, porque la casa no es primero; primero es la cabeza, primero es el
Señor. Todo comienza con la cabeza y sigue con el cuerpo. No comienza con el cuerpo.
Si nosotros vamos a comenzar con la Iglesia no vamos a llegar a ninguna parte. Hay que
comenzar con Cristo. Quién es Cristo, qué ha hecho Cristo, el Espíritu de Cristo, para entonces
poder pasar, ahora sí, a la Iglesia, poder pasar al Cuerpo. Fíjense en que cuando se describe la
casa de Dios, el Tabernáculo, en Éxodo, empieza en el capítulo 25 con el arca, y recién en el 26
con el Tabernáculo. Un Tabernáculo sin arca no cumple su función de tabernáculo. El
Tabernáculo es para el Arca. Por eso este orden de prioridades, primero el Arca y entonces
recién después un Tabernáculo para el Arca; así también primero Cristo, y entonces con Cristo,
en Cristo y para Cristo, la Iglesia.
Por eso el comienzo de la edificación es en el año cuarto, después del tres, y en el mes
segundo, después del primero. El mes primero era el de la pascua, porque el Señor dijo: Este
será el comienzo de año para vosotros; porque para nosotros todo comienza con la pascua. Si
Cristo no muere por nosotros, y Cristo es nuestra pascua,154 no somos salvos, y si no somos
salvos no se puede edificar la Iglesia; por eso sólo en el mes segundo, en el mes de Zif, se puede
edificar. Ahora, pues, estamos recordando eso en forma muy resumida como un repaso del
comienzo de este capítulo del libro primero de los Reyes.
segundo; entonces también da exactamente un número bíblico que tiene sentido. El mes octavo,
el ocho (8), es el número de la resurrección, y que también, como no se empezó en el primero
sino en el segundo mes, viene a ser siete (7) meses también. Tenemos, pues, siete años y siete
meses. Exactamente Dios utilizando el número siete.
Ahora, Dios utiliza el número siete para representar el período de edificación; estos siete años
representan la edificación de la Iglesia, porque este Templo, que es la casa de Dios, representa
al cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, que es la verdadera casa de Dios, de la cual esta primera
casa era la maqueta. Salomón, como hijo de David, era la maqueta del verdadero hijo de David,
que es el Señor Jesús; y este templo que edificó Salomón es la maqueta de la Iglesia, que es el
verdadero Templo. Entonces este período de siete años de edificación del templo representa el
período de edificación del cuerpo de Cristo por el hijo de David.155
155
Cfr. Apocalipsis 2 y 3. Los siete períodos históricos de la Iglesia, según las siete cartas (profecías) de Apocalipsis.
Período de edificación el templo 305
Por eso dice allí: “fue acabada la casa con todas sus dependencias, y con todo lo necesario.
La edificó, pues, en siete años”. Qué linda esa palabra. Nosotros los seres humanos
empezamos, pero ahí nos quedamos, pero Dios no; Dios lo que empieza lo termina; si no, no
empezaría; Dios no empezaría lo que no tuviera intenciones de terminar; pero Dios lo que
empieza lo termina. Él dice: Mi palabra no volverá a mi vacía, sino que hará todo aquello para lo
cual la envié.156 Pues bien, el Señor hizo que ahora Su palabra, que es espíritu, anuncie y
administre lo que El hizo.
156
Cfr. Isaías 55:11.
157
Cfr. Mateo 16:18
306 El templo de Dios
en Aquel.
Vemos que la edificación, es una edificación en Aquel; digamos que esa es la edificación de
Aquel en el lugar; es Aquel en el lugar el proceso que representa estos siete años. Eso
representa a su vez la historia de la Iglesia; es la formación de Cristo en la Iglesia a través de las
generaciones. El Señor dijo: Yo edificaré mi Iglesia; eso nos dice que hay en la historia de la
Iglesia un crecimiento de Cristo; cada generación tiene que recibir algo de Cristo.
Cada conflicto que pasa en la Iglesia es para sacar un provecho; el Señor no hace cosas sin
provecho. Todo lo que Él permite, lo permite para sacar un provecho, y ese provecho consiste en
un poco más de Cristo conocido, un poco mas de Cristo disfrutado, un poco más de Cristo
formado en la Iglesia. Todo crecimiento es en Cristo; fuera de Cristo no hay crecimiento. Por eso
no podemos predicar la sola Iglesia sin Cristo, como tampoco podemos pretender predicar a
solo Cristo y deshacernos de la Iglesia. El misterio de Cristo es la cabeza con el cuerpo.
conocen a la hermana, no está aquí; esta hermana cuando comenzaba a leer estos capítulos
donde Dios daba instrucciones para el tabernáculo, con una serie de detalles muy curiosos, y el
templo con esos detalles, decía: Pero, mi Dios, tú sí que no tienes nada que hacer, ¿no? Te
pones a dar instrucciones sobre hacer todas esas cosas”. Le parecía como que tantos
recovecos, que tenía que tener la columna tantas cosas y tantos codos, y unos adornos allá de
granadas y unas redes sosteniendo las granadas y unas basas, y bueno, un montón de detalles.
Y las paredes con palmeras, con querubines, con montones de flores, con calabazas. Entonces
¿qué quiere decir todo este material? Y le decía la hermana al Señor en su sinceridad: “Señor, tú
si no tienes nada que hacer, ¿no? Nosotros tenemos mucho trabajo como para ponernos a
hacer un seguimiento a todos estos caprichos”.
Lógicamente que si uno se queda solamente en la arquitectura tipológica, puede decir lo que
la hermana decía, y Dios siempre es el que lo tolera, porque sabe que somos niños. Pero todos
estos detalles son tipológicos. Y son tipológicos de realidades espirituales. Y todas esas cosas
son dignas de consideración, y son un modelo espiritual, y tienen una lección espiritual. Por eso
la palabra aquí que dice: “y con todo lo necesario”, lo necesario; es decir, ninguna de estas
cosas que nos demoramos bastante tiempo considerando durante estos meses, cada uno de
esos detalles, ninguna de esas cosas se pueden pasar por alto.
medio de este contexto, y es que el Señor representa esa edificación en siete etapas; porque
dice siete años ¿no? Dice: “La edificó, pues, en siete años”; es decir, ¿se dieron cuenta de lo que
fue dicho hasta aquí? Pues, o puesto que ya se dijo, pues, se deduce que fue en siete años.
Interesante que el Señor no haya dicho solamente “la edificó. pues”, sino que el Señor haya
querido decir cuándo empezó, cuándo terminó y cuánto duró.
Cuando nosotros miramos los datos acerca de la Iglesia en la parte profética, que es la que
tiene que ver con el rumbo futuro de la Iglesia, también vemos en la historia su cumplimiento;
porque si la Iglesia es una edificación, que lo es, como dijo Jesús: “Yo edificaré mi Iglesia”, y dice
Pablo: “Vosotros sois también labranza, edificio de Dios” (1 Co. 3:9); si nosotros somos el edificio
de Dios, que estaba tipificado por este templo, vemos que la profecía acerca de la Iglesia, está
también distribuida en siete períodos, que son los que precisamente aparecen en Apocalipsis
capítulos 2 y 3. No es solamente opcional, sino que es obligatorio que nosotros interpretemos los
capítulos 2 y 3 de Apocalipsis, no solamente en el sentido histórico, sino también en el sentido
profético. Sí es válido un sentido histórico porque estas siete iglesias fueron siete iglesias
históricas. El Señor nos muestra ese primer aspecto de estas siete iglesias, porque dijo: “Envíalo
a las siete iglesias que están en Asia” (Ap. 1:11); en ese momento había muchas iglesias,
muchísimas, en Asia, y muchísimas no sólo en Asia, sino en otras provincias del imperio
romano, y aun fuera del imperio romano. Acuérdense de que esto fue por ahí alrededor del año
86 d.C.; de manera que había muchas iglesias; pero el Señor escogió siete. Eran siete iglesias
históricas.
pretende ser preterista, es decir, que todas las cosas ya se cumplieron en el pasado y que no
tienen ningún sentido para el futuro, y que todo tipo de literatura apocalíptica era solamente una
expresión sentimental de las dificultades del pueblo en una determinada época, y que no tienen
ningún significado para otra época ni para estos tiempos. Eso es lo que interpretan los teólogos
llamados liberales, que son escépticos y son más bien historiadores que teólogos.
Pero, como decía, la interpretación profética no es para nosotros solamente una opción o una
escuela de interpretación, sino que es una obligación. Y les voy a decir porqué es una
obligación. Porque al comenzar el libro de Apocalipsis dice: “1La revelación de Jesucristo, que
Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; (aquí está
hablando de algo futuro) y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, 2que ha
dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que
ha visto. 3Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan
las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca”. (Ap. 1:1-3). Significa que todo el
Apocalipsis desde el principio hasta el fin es una profecía. Al final del Apocalipsis dice
igualmente: “Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte
del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro” (Ap.
22:19).
Vemos que el libro del Apocalipsis todo íntegro, desde su comienzo hasta su final es, no
solamente una historia, no es solamente un libro histórico, aunque sí es histórico, pero no
solamente histórico; es un libro profético, es una profecía; por lo tanto se tiene que leer en clave
profética, no se tiene que leer solamente como que había estas siete iglesias que tenían estas
circunstancias en el pasado, pero que no tienen nada que ver con la Iglesia. Toda la palabra de
Dios tiene profecía. Hay profecía acerca de Dios mismo, profecía acerca de su Hijo, profecía
acerca de su Espíritu, profecía acerca de Sus planes, profecía acerca de Israel, profecía acerca
de las naciones, profecía acerca de la Tierra y el Cielo, profecía acerca del Cielo y del infierno. Y
310 El templo de Dios
¿cómo lo que ocupa un lugar central con Cristo en el plano de Dios no va a tener profecía? Tiene
que haber profecía acerca de la Iglesia. Por lo tanto, esto que aparece aquí es profecía acerca
de la Iglesia.
iglesias”.
para decir lo que hoy se tenía que decir. Dice que Moisés fue fiel en la casa de Dios para
testimonio de lo que se había de decir.
Dios estaba previendo algo de Su palabra que se había de decir en el futuro, pero lo estaba
preparando por medio de una tipología, y velando por la fidelidad de Moisés; pues así como Dios
veló en la fidelidad de Moisés para proyectar el mensaje del nuevo Testamento que sería futuro,
teniendo como referencia a Moisés y ya no a nosotros, y así como utilizó la historia de Abraham,
de Sara y de Agar, una alegoría, y hoy en día cuánto nos ayuda esa alegoría; cómo Abraham
con su carne engendró a Ismael, pero Ismael no era el verdadero heredero sino Isaac, el que
nacería del Espíritu, de la promesa, dice: “Así también ahora”; dice: “Así (miren la tipología)
también ahora”; es el arquetipo. “Así”, es la tipología, “también ahora” es el arquetipo. Es de la
misma manera, porque Dios no cambia, y esa es su manera de enseñar.
Ahí en el Apocalipsis están los mismos principios; son siete iglesias; hay muchas iglesias pero
Dios escogió esas siete y las puso en un orden que Él escogió. Y ese orden, si usted lo mira en
un mapa, si usted mira en un mapa la ubicación de las iglesias, verá que siguen la aguja del reloj
exactamente. Es como Dios mostrando el tiempo de edificación del cuerpo de Cristo. Es una
profecía acerca de la Iglesia en estos mensajes a las siete iglesias. Por eso dice:”El que tiene
oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Ya no solamente se agota el mensaje de Dios en
la coyuntura histórica, no; el mensaje de Dios en una intervención histórica coyuntural no se
agota en esa coyuntura, porque Dios al actuar históricamente se está revelando como el eterno.
Por eso dice la Escritura: ”Aquello que fue, ya es”; y Dios restaura lo que pasó. Todo lo que hace
Dios es perfecto. Lo eterno de Dios se revela en sus intervenciones históricas.
trato de Dios. De manera que cuando leamos Apocalipsis tenemos que leerlo en el sentido
histórico, y en el profético y en el arquetípico; debemos descubrir los principios que revelan el
trato de Dios. En cualquier lugar donde se presente lo que se presenta aquí, Dios lo va a tratar de
la misma manera, porque Él es así, Él no cambia, Él es eterno, y ha revelado que Él aborrece el
nicolaísmo siempre, y aborrece el baalanismo siempre, y aborrece el jezabelismo siempre. Y
aprueba que se prueben los apóstoles, aprueba el primer amor, aprueba el andar con vestiduras
limpias, aprueba el ser fiel a la Palabra, al Nombre y el estar dispuesto a sufrir por Cristo, y
aprueba la paciencia; esto es lo que aprueba; lo que Dios aprueba lo aprueba siempre.
edificación de Su casa en siete años, justamente aquí aparecen siete iglesias, y parece que ya
hubiera terminado todo lo que tenía que decirle a la Iglesia. El Señor no necesita decir muchas
palabras. Él todo lo que tiene que decir acerca de la profecía de la Iglesia, lo dice con pocas
palabras.
159
Cfr. Apocalipsis 2:12.
160
Cfr. Apocalipsis 2:8.
316 El templo de Dios
Esmirna. Pero una iglesia en mezcolanza necesita el mensaje como el que le fue dado a
Pérgamo, que tiene la espada de dos filos, que separa, que discierne.
4. Cuarto período: Tiatira. Pero después llega la Edad Media propia, ya la edad de la llamada
pornocracia papal, y allí aparece aquella Jezabel que se dice profetiza, enseñando a fornicar a
los siervos del Señor, y a practicar idolatría, y aparece representado precisamente ese período
medieval, papal, de los años medios.
5. Quinto período: Sardis. Después surge el período de la Reforma, y justamente eso es lo que
quiere decir Sardis, escapados. Sin embargo, los que escaparon empezaron a denominarse, a
ponerse nombre, y no tomaron todo completo. Entonces, sí, se escaparon pero tienen nombre
de que viven pero están muertos. Aparece el estructuralismo sin la vida, y “no he hallado tus
obras perfectas delante de Dios”;161 empezó a perder. La Iglesia en Sardis recuperó unas cosas
pero no es el mensaje completo.
6. Sexto período: Filadelfia. Entonces se necesitaba el período en el que después del
protestantismo comenzó el mover del Espíritu. Esa reacción del Señor comenzó desde
comienzos del siglo diecinueve, a ir más allá del divisionismo, a ir más allá del denomina-
cionalismo, y empezar a reconocer el cuerpo de Cristo, y que tiene el nombre de Filadelfia, que
quiere decir afecto fraternal, precisamente, el amor de los hermanos; fiel al Nombre, fiel a la
Palabra, fiel a la paciencia, y comenzó ese período.
161
Cfr. Apocalipsis 3:1,2
Período de edificación el templo 317
7. Séptimo período: Laodicea. Pero hay un último período con el que se cierra la historia, en
Laodicea, que quiere decir, los derechos humanos, los derechos del pueblo, que es justamente
el énfasis final, con anarquía, con tibieza: no es ni chicha ni limonada, no paga el precio. Por eso
le dice el Señor: Yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego. Las riquezas que hoy
estás proclamando, que eres rico, que te has enriquecido; toda la teología de la prosperidad que
está de moda, esa no es la verdadera riqueza. Tú dices que eres rico, pero realmente eres
pobre. Y eres pobre porque no pagas el precio para tener la verdadera riqueza que Yo te daré si
la compras.162 Aquí ya no habla de regalarla, sino de que hay que comprársela; es decir que hay
que pagar el precio para dejar de ser tibio. El que comienza diciendo: “Hermano, es que está
retrasada la historia de la Iglesia en estos siete mensajes; son especulaciones y falsas alarmas;
el Señor no regresa todavía; es mucho lo que falta, etc., esa persona no tiene visión del
momento profético.
Así que nosotros, hermanos, somos los herederos del trabajo de Dios en el pasado. Hoy
estamos aquí gracias a lo que el Señor hizo con otros en el pasado. Pero mejor es el fin del
negocio que su principio.164 La responsabilidad nuestra es muy grande, porque nos toca a
nosotros dar lugar a que algo más de Cristo se perfeccione en nosotros, porque el grano fue
sembrado. El reino de los cielos era semejante a un hombre que siembra una simiente en su
campo; sembró el grano, luego salió hierba. La hierba proviene de la vida, pero no es igual al
grano; proviene del grano pero todavía no es lo que Dios espera. Sí, es muy bonito, es muy
promisorio pero todavía no ha terminado. De la hierba tiene que salir espiga, pero la espiga al
principio no se puede comer. Una espiga verde está con unos granitos muy pequeños.
Imagínense un maíz que si usted lo saca antes de tiempo, pues no come sino tusa; hasta que
esté entonces el grano lleno en la espiga.
El grano lleno es cuando el grano es tal como el Señor. Cuando el grano que fue sembrado
aparece por todas partes, entonces ha llegado la siega. Mientras no se reproduzca el grano
original, no ha llegado la siega. La siega llega cuando por todas partes empiece a verse el grano
que fue sembrado originalmente. Eso es lo que el Señor espera. Claro que esa mazorca viene
de toda la planta. Toda la historia de la Iglesia es necesaria, sólo que algunos llegan a un punto
y se van por las ramas; hay muchos que están por las ramas; pero hay un pimpollo que
representa la vanguardia de Cristo; a eso se le llama el renuevo, el pimpollo que va llevando la
plantita a la vanguardia para que la plenitud de Cristo sea contenida y expresada en la Iglesia.
Ese es el sentido de acabar la edificación de la casa en siete años, contadas sus
dependencias, con todo lo necesario. Dios ha estado trabajando en la historia, y debemos
aprender a interpretar a la historia desde la Palabra de Dios, para que entendamos qué está
haciendo Dios y cuál es el lugar nuestro hoy en la historia.
164
Cfr. Eclesiastés 7:8.
320 El templo de Dios
XXI
EL ESTADO
ADJUNTO165
buen tiempo hemos estado estudiando con cierta minucia las implicaciones espirituales de este
capitulo 6 del primer libro de los Reyes, que trata de la edificación del templo de Dios.
En las Biblias así aparecen unos subtítulos; aunque los hermanos saben que el título mismo
no es parte del texto sagrado; sin embargo los editores lo pusieron para resumir en el título el
contenido del capítulo; por eso en varias de las versiones bíblicas aparece allí: Salomón edifica
el templo.
Hemos visto que Salomón, rey de paz, como hijo de David es una figura del verdadero hijo de
David y del verdadero Rey de Paz, que es el Señor Jesús. Dios le habló a David y le dijo: “David,
tú has derramado mucha sangre, y tú no me edificarás casa; pero tu hijo, que nacerá de ti, él me
edificara casa. Y yo le seré a él por Padre, y él me será a mí por hijo, y yo le daré el trono
eterno”. 166 Ciertamente que antes que esas palabras tuvieran el pleno cumplimiento en la
persona del Señor Jesús, Hijo de David, tuvieron un primer cumplimiento tipológico en Salomón.
Salomón como hijo de David es figura de Cristo; y Salomón edificando el templo es figura de
Cristo edificando a la Iglesia, la Iglesia en el sentido del pueblo de Dios, en el sentido del cuerpo
de Cristo, la familia de Dios, que es el verdadero templo de Dios. La Escritura dice: “¿No sabéis
que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (1 Co. 3:16).
para ello, hemos hecho un seguimiento verso por verso de todo el capítulo 6 de este libro
primero de los Reyes, siguiendo las minucias, los detalles de la edificación del templo; y la ultima
vez terminamos el capítulo 6.
Claro está que no se ha terminado todavía el trabajo. Esto de ponerle capítulo 6 o 7, no fue
algo precisamente de los escritores de la Biblia. Mis hermanos saben que recién en el siglo XII,
Esteban Langdon, un arzobispo de Canterburry, en Inglaterra, fue el que dividió la Biblia en
capítulos; y a veces sus divisiones son buenas; a veces uno puede pensar que podrían haber
sido mejores en algunos pasajes; pero, bueno, son útiles estas divisiones, tanto las de capítulos
como las de versículos; y así uno encuentra mas fácil el pasaje que uno está buscando; sin
embargo, cuando vamos a hacer un seguimiento espiritual, no debemos atenernos
necesariamente a esos números; tenemos que ver el texto mismo, para que sea el texto el que
nos permita ver las secciones en su aspecto completo. A veces el aspecto completo coincide
con los capítulos; pero a veces no.
Hoy vamos a estar viendo algo que antes de poder verlo en forma minuciosa, verso por verso,
vamos a necesitar verlo primeramente en forma panorámica. La panorámica nos muestra las
líneas maestras, las líneas principales, y después que tengamos claro esas líneas principales
entonces sí se puede descender a los detalles en cada una de las secciones. Lo que aquí
hicimos hasta terminar el capitulo 6, fue seguir minuciosamente los versos; hoy es necesario ir a
varios pasajes de la Escritura y descubrir un principio.
El Señor nos ha ido llevando poco a poco a tratar de entender con Su ayuda lo que es la
edificación de la Iglesia; que para Dios es lo más importante. Pero pongamos nuestra atención a
algo: La revelación divina no termina con la Iglesia; ésta es un vehículo en el plan de Dios; pero
obviamente que el plan de Dios va mucho mas allá de la era de la Iglesia; y todo eso está en la
Palabra del Señor. Los que puedan seguirme con sus Biblias, por favor seguir atentamente en
sus propias versiones, para estar atentos a esto que nos vamos a acercar aquí, que es algo
320 El templo de Dios
delicado. No se sabe por qué nos tocó hoy, pero nos tocó.
No solamente es edificado el templo, no obstante que éste ocupa un lugar capital, un lugar
central, porque es la casa de Dios. No puede haber otro centro que Dios mismo revelado en
Cristo por el Espíritu, siendo contenido en Su casa, que es Su familia, el cuerpo de Cristo. Pero
la familia de Dios, el cuerpo de Cristo, es el vehículo de Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu para
realizar Sus planes con el resto de la creación. También hay otros aspectos de la creación en los
cuales Dios también gobierna.
No solamente la Iglesia es una institución divina; la Palabra del Señor nos enseña que también
el Estado es una institución divina. Ciertamente que no tiene la misma función; y la relación de la
Iglesia con el Estado tiene que ser una cosa muy clara; porque a veces en la historia de la Iglesia
no ha sido clara. A veces la Iglesia se convirtió en Estado e hizo lo que no debía; se le fue la
mano. Y a veces el Estado quiso utilizar a la Iglesia para sus fines temporales y coyunturales, lo
cual tampoco se debía haber hecho. A veces el capitalismo quiere usar a la Iglesia para su
filosofía capitalista; o el comunismo también ha tratado de utilizar a la Iglesia, como por ejemplo,
con la teología de la liberación; para utilizar a la Iglesia como peones de brega para la causa
socialista. El nazismo también hizo pactos con los jerarcas de la religión, y siempre el Estado ha
tenido que vérselas con la religión; y este asunto espinoso de la relación de la Iglesia con el
Estado, del derecho divino o del derecho positivo, ha causado tensiones.
Y la Palabra del Señor no se ha quedado callada al respecto, sino que la Palabra del Señor ha
mostrado los principios de Dios, las líneas maestras de este asunto. Ciertamente cuando
leemos en clave profética, como estuvimos la vez pasada viendo, que debe leerse así el
Apocalipsis también, aparece allí el mensaje a Pérgamo mostrando como proféticamente que
Pérgamo representa a aquel período en la historia del cristianismo cuando empezaron a
mostrarse, a iniciar ciertas relaciones de la Iglesia con el Estado.
Efeso es aquel primer mensaje de la Iglesia que nos habla de la Iglesia apostólica e
inmediatamente subapostólica. Luego aquel período de Esmirna, de amargura, de tristeza, nos
322 El templo de Dios
167
Cfr. Mateo 22:21
El Estado adjunto 323
A través de la historia entre la Iglesia y el Estado ha habido conflicto; y allí en ese mensaje a
Pérgamo, cuando vino el tiempo del emperador Constantino el Grande y se terminó la
persecución atroz, comenzó otro proceso en el Cristianismo. El proceso cuando el Imperio
comenzó a cristianizarse nominalmente, y los que antes eran perseguidos comenzaron a ocupar
puestos en el Estado, y a recibir a su cargo los templos paganos que antes habían estado en
manos de las religiones paganas, mas ahora con la religión cristiana de Constantino, y que era
la moda desde éste en adelante, entonces comenzaron a cristianizarse de forma superficial las
estructuras imperiales, pero sin una verdadera conversión interior; como sí la había cuando los
cristianos eran perseguidos, y el delito era ser solamente cristianos; no importa que no hubiera
ni robado, ni matado ni hecho ningún mal; si era cristiano, era perseguido y hasta muerto.
Señor se le presenta como “el que estuvo muerto y vivió” es el que te dice estas cosas. Sé fiel
hasta la muerte, y yo, que pasé por la muerte, es decir, yo que vivo, yo te daré la corona de la
vida. Ahí el Señor le presenta otra cara de Su rico ser a la Iglesia en una situación diferente.
Pero la iglesia en Pérgamo, que es a lo que estamos llegando acá, era la iglesia en otra
situación; ya no era la iglesia en persecución, sino que era la iglesia empezando a ser
perseguidora, era la iglesia en los altos niveles del poder, comenzando a ser feudalista,
propietaria de grandes extensiones de tierra. ¿Cómo se le presenta el Señor a la Iglesia en esa
situación? Leámoslo en Apocalipsis 2:12: “Escribe al ángel de la Iglesia en Pérgamo. El que
tiene la espada aguda de dos filos, dice esto”. Claro, eso era lo que necesitaba Pérgamo, pues
estaba demasiado casado, demasiado mezclada una cosa con la otra: lo celestial con lo
terrenal, lo de arriba con lo de abajo, lo santo con lo profano. De manera que, ¿qué necesitaba la
Iglesia? Necesitaba a aquel Señor que tiene una espada aguda de doble filo, espada que separa
el día de la noche, lo celestial de lo terrenal, lo santo de lo profano, lo vil de lo precioso.
La teocracia eclesiástica
Cada cosa tiene su lugar; mientras las cosas están en su lugar no hay conflicto, porque es
Dios el que estableció el lugar de cada cosa. El problema está en que si no tenemos en cuenta lo
que la Palabra de Dios dice acerca del lugar de cada cosa, entonces nosotros ponemos las
cosas en otro lugar que no le corresponden. Y resultan híbridos, como en Inglaterra, por
ejemplo, donde la reina es la cabeza del anglicanismo. He aquí un híbrido. Personas que nacen
una sola vez, y todavía no han nacido de nuevo, y ya son considerados súbditos, no sólo del rey,
El Estado adjunto 327
del país, sino de la iglesia del país. Pero a la iglesia del Señor sólo se entra por un solo segundo
nacimiento, por un nuevo nacimiento. No es suficiente ser ciudadano de Inglaterra, o de
Alemania o de cualquier país, para pertenecer a la Iglesia; se necesita nacer de nuevo, nacer del
agua y del Espíritu, para entrar en el reino y entrar en la esfera propia de la Iglesia. Y en la esfera
de la Iglesia, la cabeza es absolutamente Jesucristo; desde la planta de los pies hasta el último
de los pelitos se hace en la Iglesia la voluntad de Dios, explícita en la Palabra de Cristo.
Ahora, ¿qué nos dice la Palabra de Dios que demarca la espada de dos filos que sale de la
boca de Dios, de Cristo, del Hijo de Dios respecto del lugar del Estado? ¿Hay un lugar para el
Estado? ¿o solamente seremos una teocracia eclesiástica, así como la república monástica del
monte Atos? Que es una república monástica, masculina, donde no entra ni siquiera una mujer.
Existe una república en este mundo, que se llama la República Eclesiástica del Monte Atos,
donde todos son varones; lleva siglos. Allí no ha nacido nadie, pero hay muchos hombres que
han entrado a ser monjes; es una república monástica; sólo de monjes, y es una república. Así
como el Vaticano es un Estado, así el monte Atos es una república, pero ya no en el rito latino,
sino en el rito oriental ortodoxo griego. Eso queda por allá cerca de Grecia. El famoso Monte
Atos es una república monástica de sólo varones.
Pero, ¿será eso lo que el Señor tenía pensado para la Iglesia? ¿que convirtiéramos al mundo
entero en un monasterio, y expulsáramos a las mujeres quién sabe para dónde? ¿Sería ese el
plan de Dios? ¿Dónde encontramos el plan de Dios? ¡Ah! Porque muchas teorías del derecho
existen entre los hombres. Entre los hombres existen muchos sistemas de derecho, de política,
de economía; pero ¿será que Dios no ha hablado nada de esto? ¿Será que Su Palabra
solamente nos habla de cómo irnos al cielo? pero ¿de cómo vivir en esta tierra y cómo cumplir
nuestra misión integral de seres humanos y de ciudadanos, será que la Palabra del Señor no
dice nada? ¿o será que también dice algo?
328 El templo de Dios
168
Cfr. Efesios 1:22
El Estado adjunto 329
En el mundo no se hace lo que Dios quiere, pero el Rey, el Hijo de Dios vino a hacer lo que el
Padre quiere, y a recoger Su Iglesia para que Su Iglesia haga lo que el Padre quiere, para la
obediencia a la fe en las naciones. Dios le dice a Su Hijo: Hijo, “pídeme, y te daré por herencia
las naciones” (Salmo 2:8).
termina con la Iglesia. Luego el fin, cuando entregue el Reino; ese es el tercer asunto: el Reino.
No solamente sobre la Iglesia, también el Reino.
“24Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido (qué palabra
revolucionaria esta) todo dominio (distinto al de Dios en Cristo ) toda autoridad y potencia.
25
Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus
pies”. ¡Ah! entonces después de la Iglesia viene el Reino. Por eso después de Éxodo, que es la
casa, y Levítico, que es el sacerdocio, viene Números, que es el Reino. Después de Esdras, que
es la casa, viene Nehemías, que es el Reino. Por eso después de tratar lo relativo a la casa,
viene la ciudad: pero no se puede poner en orden la ciudad sin poner primero en orden la casa.
No se puede traer el Reino de Dios al mundo sin que primero venga el Reino de Dios a la Iglesia.
Primero tiene que venir el Reino de Dios a mí y a ti, y a través de nosotros, a otros, y así hasta
tomarnos Jerusalén y después Judea y después Samaria, y hasta lo ultimo de la tierra.169 De
modo, pues, que hay una palabra que se llama el Reino.
una dictadura universal anticristiana basada en la nueva era luciferiana con persecución para la
Iglesia. No se puede tener ambigüedad ni tinieblas en estos asuntos; la Iglesia debe tener sus
medidas también.
Terminemos de leer 1 Corintios; dice: “25Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto
a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26Y el postrer enemigo que será destruido es la
muerte. 27Porque toda las cosas las sujetó (aquí habla en pasado, como un decreto de Dios
irrevocable; el Padre le sujetó al Hijo todas las cosas) debajo de sus pies. Y cuando dice que
todas las cosas le han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas
las cosas. 28Pero luego que todas las cosas le han sido sujetas, entonces también el Hijo mismo
se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos”.
¿Para qué ascendió el Señor Jesús y se sentó a la diestra del Padre y derramó el Espíritu
Santo en Jerusalén sobre los apóstoles? ¿Qué fue lo que el Padre dijo al Hijo? Hijo, “siéntate a
mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies” (Salmo 110:1). ¿Para qué
ascendió el Señor Jesús? para que el Padre le ponga todas las cosas bajo Sus pies por medio
del Espíritu Santo y de la Iglesia. Cuando todas las cosas le estén sujetas, entonces también el
Hijo mismo se sujetará a quien le sujeto a Él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
Hoy hay muchas cosas donde miramos y no vemos a Dios sino al diablo; pero la Biblia dice que
no se hallará lugar para él sino en las tinieblas de afuera. Entonces hay un proceso de Dios con
el Mesías, con el Espíritu y con la Iglesia; y es la Palabra de Dios, la espada aguda de doble filo,
la que nos muestra el lugar de cada cosa asignado por Dios. Dios es el único que puede asignar,
y nos vamos a dar cuenta de los principios del gobierno de Dios no solamente en la Iglesia, sino
los principios que Dios establece para el Estado. Si el Estado le pone atención a Dios, le va a ir
bien. Lastimosamente el Estado es solamente humanista, positivista y liberal; no es teocrático, y
por eso está condenado a la ruina, y no la Iglesia.
332 El templo de Dios
El cristiano y el Estado
¿De qué viene hablando la Palabra de Dios? De la Cabeza y del cuerpo, del Mesías y de la
casa y del sacerdocio. Entonces, siguiendo el mismo capítulo de la primera de Pedro, llegamos
al versículo 11, dice Pedro: “11Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os
El Estado adjunto 333
abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, 12manteniendo buena vuestra
manera de vivir entre los gentiles; (comienza a mostrar que la vida de la Iglesia se realiza en
medio de los gentiles, en el mundo) para que en lo que murmuran de vosotros como de
malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.
13
Por causa del Señor someteos a toda institución humana”. Ahí empieza a tocar ese otro
asunto, el otro edificio. Ah sí, aquí está el Mesías, está el templo; ya vimos el templo, pero ahí
hay otros edificios también.
“13Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior,
14
ya a los gobernadores, como por él enviados (así que aquí no se está proponiendo la elección
popular de gobernadores, sino la delegación de gobernadores para mantener la unidad) para
castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. 15Porque esta es la voluntad de
Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos”. Ah, así que
también hay voluntad de Dios en cuanto al Estado y a la relación con el Estado. Vemos acá
cómo Pedro sigue esa secuencia: el Mesías, la casa y el sacerdocio, y el Estado. Cristo las
primicias, los que son de Cristo y el reino.
También el apóstol Pablo sigue la misma secuencia. Sigamos en la epístola a los Romanos
capítulos 12 y 13; allí se sigue la misma secuencia. Pablo en Romanos, en los capítulos del 1 al
11 está hablando del evangelio de Dios, y cómo ser salvo y perdonados de los pecados; y
librados del pecado, y cómo ser regenerados por el Espíritu; es decir, habla del Mesías, del
evangelio de Dios, acerca del Hijo, y luego habla de la obra del Hijo para con la Iglesia por medio
de la gracia, y habla del apostolado para la obediencia de las naciones, y empieza a hablarnos
de la obra de Cristo; y luego, cuando ya habló de la obra de Cristo y estableció a Cristo y la obra
de Cristo como lo central y como la vanguardia de la obra de Dios en la tierra, la civilización
humana, entonces empieza a decir cómo es que se vive primero en la Iglesia.
334 El templo de Dios
hagamos almas discípulas, sino también naciones discípulas; claro que ahí hay que bautizar a
las personas de las naciones, pero el Señor sabe que cuando empiezan a multiplicarse y a
multiplicarse los creyentes, la Palabra del Señor les tiene que decir qué hacer, cómo actuar,
cómo enfrentar los desafíos normales que enfrentan inclusive los que no son de Cristo. Porque
no sólo somos individuos; por eso la política del abstencionismo no es suficiente.
En Ezequiel, del capítulo 40 hasta el 43, la Palabra del Señor habla de la casa de Dios. Sed
edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, como decía en Éxodo 25 y 26 sobre el
tabernáculo; y en los capítulos 27 y 28 sobre el sacerdocio; en Levítico sobre el sacerdocio, y en
Números encontramos la nación puesta en orden alrededor de la casa y el sacerdocio; y ahora
aparece aquí la misma secuencia. En Ezequiel capítulos 40 al 43 está describiendo la casa, el
templo; en el capítulo 44 se ocupa del sacerdocio; es allí en el capítulo 44 que habla del
sacerdocio. Por ejemplo, veamos lo que dice desde el verso 10: “10Y los levitas que se apartaron
de mí cuando Israel se alejó de mí, yéndose tras sus ídolos, llevarán su iniquidad. 11Y servirán
en mi santuario como porteros a las puertas de la casa y sirvientes en la casa; ellos matarán el
holocausto y la víctima para el pueblo, y estarán ante él para servirle. 15Mas los sacerdotes
levitas hijos de Sadoc, que guardaron el ordenamiento del santuario cuando los hijos de Israel
se apartaron de mí, ellos se acercarán para ministrar ante mí, y delante de mí estarán para
ofrecerme la grosura y la sangre, dice Yahveh el Señor”.
santuario, pero al lado está la ciudad, está el príncipe. En los capítulos 40 al 43 está la casa; en
el capítulo 44 aparece el sacerdocio; y en el capítulo 45, el Estado; y Dios comienza a describir
las medidas del Estado, hasta dónde puede llegar, y qué se le concede y qué no, incluso la
medida de los impuestos, el sistema de medida, el sistema monetario, las responsabilidades del
príncipe y las del pueblo para con el príncipe; todo eso está descrito allí, dice así.
Vamos a leerlos desde el versículo 4: “4Lo consagrado de esta tierra será para los sacerdotes,
ministros del santuario”. Es la tierra que Dios dice: separaré tierra para mí, es decir, al decir esta
tierra es del Señor, están reconociendo que Dios tiene los derechos, que Dios es el que
establece el derecho. ¿Qué establece Dios? La casa y la ciudad. ¿De qué se ocupa Esdras? de
la restauración de la casa; y ¿de qué se ocupa Nehemías? de la restauración de la ciudad
después de restaurar la casa. No se puede restaurar la ciudad sin restaurar primero la casa de
Dios.
El santuario y la ciudad
Por eso dice: “4Lo consagrado de esta tierra será para los sacerdotes, ministros del santuario,
que se acercan para ministrar a Yahveh; y servirá de lugar para sus casas, y como recinto
sagrado para el santuario. 5Asimismo (es decir, así como el espacio anterior) veinticinco mil
cañas de longitud y diez mil de ancho, lo cual será para los levitas ministros de la casa, como
posesión para sí, con veinte cámaras. 6Para propiedad de la ciudad señalaréis cinco mil de
anchura y veinticinco mil de longitud, delante de lo que se apartó para el santuario; será para
toda la casa de Israel”. Vemos que aquí pasa del santuario y el sacerdocio a la ciudad, al Estado.
¿Cómo construir un Estado que atienda la palabra de Dios? Aquí están los principios. Porque
primero hay cómo salvarse y después cómo edificar la casa de Dios, pero cuando se empieza a
multiplicar la casa de Dios y el mundo está en un desorden, y la Iglesia es vehículo del Espíritu,
338 El templo de Dios
y con el instrumento de la Palabra, la Iglesia tiene que poner en orden muchas cosas que están
desordenadas en el mundo. “6Para propiedad de la ciudad señalaréis cinco mil de anchura y
veinticinco mil de longitud, delante de lo que se apartó para el santuario; será para toda la casa
de Israel” ¿Se dan cuenta que es el mismo principio que estuvimos estudiando en capítulo 6 del
primer libro de los Reyes sobre el templo? Pero de pronto nos encontramos otros edificios con el
capítulo 7; y aquí está describiendo la misma cosa: el santuario y el sacerdocio, y de pronto
continúa con la ciudad, y dice así: ”7Y la parte del príncipe estará junto a lo que se apartó para el
santuario (de modo que hay un lugar para la ciudad y el príncipe), de uno y otro lado, y junto a la
posesión de la ciudad, desde el extremo occidental hasta el extremo oriental, y la longitud será
desde el límite occidental hasta el límite oriental. 8Esta tierra (ésta, la que Dios determinó) tendrá
por posesión en Israel, y nunca más mis príncipes oprimirán a mi pueblo; y darán la tierra a la
casa de Israel conforme a sus tribus”. Eso significa que cuando no se le dicen los límites al
Estado, pues, a éste se le va la mano; y para que no se le vaya la mano al Estado, Dios le dice
cuáles son sus límites. El Estado no es el dueño de la casa; por eso no es como lo determina el
sistema socialista y comunista, tampoco como el capitalista ni el nazi; es según la Palabra de
Dios.
”Todo el pueblo de la tierra estará obligado a dar esta ofrenda para el príncipe de Israel”. Ahí
establece, pues, las medidas de los impuestos y de las obligaciones legales de los tributos.
Dios establece el siclo del santuario, que es una moneda según la revelación de Dios. ¿Cómo
les parece este sistema? No es que sólo sube, no. Dios dice: La moneda es esta; Yo revelo su
valor: tantos gramos de plata equivale a tanto; esto equivale a tanto por tanto, y Dios establece
las equivalencias, el precio justo, que no solamente sube; no es que ahora trabaja mucho el
campesino y hay mucho tomate, entonces es barato el tomate, y pierde el campesino de tanto
que trabajó; mejor que no trabaje el campesino y no hay tomate, y si hay un solo tomatito, se le
compra caro. Es el sistema de la oferta y la demanda. Pero Dios no está de acuerdo con eso;
Dios dice: Todo lo que valorares lo valorarás conforme al siclo del santuario; y ahí establece los
principios maestros de la economía.
¿Qué les parece? La Biblia no nos habla solamente de cómo irnos al cielo, sino cómo vivir
prósperamente; nos dice cómo hay que repartir la tierra, y hasta dónde puede llegar el príncipe,
qué porcentaje puede tomar, y qué relación tiene el príncipe con el santuario, y qué obligación
tiene para con el pueblo, y qué relación tiene el pueblo para con el príncipe; hasta tal medida. No
hace falta que el congreso esté subiendo y subiendo el IVA, haciendo reformas tributarias;
constantemente se la pasan subiendo y subiendo, subiendo, y apriete y apriete.
este montón. El Señor establece principios de economía básicos, pero la gente no presta
atención a lo que dice Dios; entonces ¿así cómo?
Claramente el Señor establece muchos principios en la Biblia para organizar la nación; no
solamente irnos al cielo; claro que nos vamos a ir al cielo cuando llegue la hora, pero mientras
tanto es hora de tener los pies en la tierra; pero ¿qué vamos a hacer en la tierra? ¿conformarnos
con lo que hay en la tierra o buscar al Señor y someternos al Señor en todo? buscar qué es lo
que la Palabra dice para cada cosa; buscar primero 1, luego 2, después 3, luego 10, 12, 120,
500, hasta llenar la ciudad y luego el departamento y luego la nación y los continentes.
Hermanos, la Palabra del Señor nos muestra un lugar; no solamente la Iglesia es una
institución de Dios, también lo es el Estado, pero Dios quiere que le ayudemos; dice que
corrijamos las naciones hasta muy lejos, que convertirían sus lanzas en azadones y sus
espadas en hoces. Dios quiere más bien que nos ocupemos de la agricultura y no de la guerra.
Hay una razón de ser por lo cual aparece ese aparente paréntesis ahí en Reyes: otros edificios;
después continúa, claro, porque continúa con el mobiliario del templo, pero Dios no podía dejar
sin señalar que también hay lugar para el Estado. El Estado es una institución divina perfectible,
que debe ser perfeccionada por los hombres, y entre los hombres hay unos que son de Dios,
que debemos aprender a ver la voluntad de Dios respecto de esos asuntos, y proponérselos al
Estado para beneficio de las personas.
Bueno, hermanos, por favor, no seamos abstencionistas si consideramos estas cosas.
XXII
EL MAR DE
FUNDICIÓN170
El mar de bronce
Abordamos el capítulo 7 del primer libro de los Reyes, y por esta ocasión vamos a saltar la
consideración minuciosa de los versos 1 al 22, que la vez pasada vimos de manera panorámica,
y que tienen que ver sobre el lugar del Estado, junto al Templo de Dios. Como estamos más
centrados en lo relativo al Templo mismo, a la casa de Dios misma, por eso nos saltamos al
verso 23. Quizás, Dios mediante, dedicaremos más tiempo a estos 22 versos anteriores, pero,
por lo pronto, vamos a ir allí al pasaje donde se nos describe el mobiliario del Templo, en la parte
exterior del atrio, en este resto del capítulo 7 del libro 1 Reyes, desde el verso 23. Prácticamente
170
Enseñanza a la iglesia de la localidad de Teusaquillo, Bogotá D.C., Colombia, julio 31 de 1998. Transcripción: Ingrid Carolina Gómez y Pablo David Santoyo
El templo de Dios
hacia el final no habla de los muebles del Templo, pero en los primeros versos del pasaje se nos
habla de algunos muebles especiales que hay en el atrio.
Todos lo hermanos que estamos en el seguimiento de la Palabra del Señor, en estos
aspectos, creo que sabemos que la Palabra del Señor nos dice que el Templo de Dios somos
nosotros y que lo que está escrito en el Antiguo Pacto es una figura de las cosas espirituales del
Nuevo Pacto; de manera que cuando leemos estos pasajes, no los leemos tan sólo en una clave
histórica, como leyendo algo que atañía solamente al pasado, sino también como algo que
atañe al presente en lo espiritual. Yo pienso que la intención de Dios no era ser tan minucioso en
la parte estética, en la parte de la escultura, en la parte de la arquitectura, sino en la parte
espiritual. Toda la Biblia es espiritual, así que vamos a leer esto en clave espiritual. Leemos,
pues, 1 Reyes 7:23-26; los versículos 27-39 comprenden una extensión de esta primera parte;
pero por hoy no vamos a considerar esa parte. Leamos primero el pasaje de corrido y luego lo
ubicamos dentro de la tipología: “23Hizo fundir (ya sólo el verbo fundir es bastante serio; para
fundir hay que pasar por el fuego) asimismo un mar de diez codos de un lado al otro,
perfectamente redondo; su altura era de cinco codos, y lo ceñía alrededor un cordón de treinta
codos. 24Y rodeaban aquel mar por debajo de su borde alrededor unas bolas como calabazas,
diez en cada codo, que ceñían el mar alrededor de dos filas, las cuales habían sido fundidas
cuando el mar fue fundido. 25Y descansaba sobre doce bueyes; tres miraban al norte, tres
miraban al occidente, tres miraban al sur y tres miraban al oriente; sobre estos se apoyaba el
mar, y las ancas de ellos estaban hacia la parte de adentro. 26El grueso del mar era de un palmo
menor, y el borde era labrado como el borde del cáliz o de flor de lis; y cabían en él dos mil
batos.” Acordémonos de que este pasaje tiene correspondencia en la tipología del Templo con
otro anterior, en la tipología del tabernáculo. Vamos, pues, también a leer en Éxodo; porque para
captar la esencia del pasaje de Reyes, inclusive los versos siguientes donde habla de esas diez
fuentes sobre las basas, que es una extensión de este mueble que está en el tabernáculo,
339
debemos ver las líneas maestras en Éxodo, porque en Éxodo se introduce la tipología más
simple que luego se desarrolla en Reyes. La tipología aparece más simplificada en sus trazos
principales en Éxodo, y luego se desarrolla con más detalles en Reyes; por lo tanto, para captar
mejor Reyes, entonces vamos a Éxodo 30:17-21: “17Habló más (el Señor tiene cosas que
hablar) a Moisés, diciendo: 18Harás también una fuente de bronce, con su base de bronce, para
lavar; (todo esto es para lavar, esa expresión es clave) y la colocarás entre el tabernáculo de
reunión y el altar, y pondrás en ella agua. 19Y de ella se lavarán Aarón y sus hijos las manos y los
pies. 20Cuando entren en el tabernáculo de reunión, se lavarán con agua, para que no mueran;
(esa es la otra clave espiritual, esas dos frases: se lavarán con agua para que no mueran) y
cuando se acerquen al altar para ministrar, para quemar la ofrenda encendida para Yahveh, 21se
lavarán las manos y los pies, para que no mueran. Y lo tendrán por estatuto perpetuo él y su
descendencia por sus generaciones”.
cielo, lo de abajo es la tierra: esa palabra tierra, en este contexto, es una palabra muy
importante) y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. 13Y he aquí, Yahveh
estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Yahveh el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de
Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. 14Será tu descendencia
como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; (la misma
dirección que tenían los bueyes) y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu
simiente. 15He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a
traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho. 16Y despertó
Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Yahveh está en este lugar, y yo no lo sabía”. Algo
comenzó a suceder con Jacob allí en ese lugar, en esa tierra, allí donde durmió, donde Dios le
dio luz. “Ciertamente Yahveh está en este lugar, y yo no lo sabía”. Es muy parecido lo que había
dicho Job: “Yo hablaba lo que no entendía”; mas ahora hubo un cambio de esa afirmación, en la
manera de ver las cosas; a partir de cierto momento en la tierra se empezó a ver las cosas como
con otros ojos. Creo que la mayoría de los cantos y las oraciones que estábamos cantando al
comienzo de la reunión, tenían mucho que ver con esto: envía tu luz; porque una cosa es ver las
cosas en nuestra propia luz y aun reírnos de nuestros propios pecados, y otra cosa es ver las
cosas a la luz de Dios y decir como Jacob: ¡Cuán terrible es este lugar!
Aquel mar de bronce, aquella fuente de bronce que estaba en el atrio del tabernáculo, se hizo
precisamente con los espejos; con los espejos uno se descubre, y cuando se descubre
comienza a cambiar las actitudes delante de Dios. Dios no puso esta fuente allá en el Lugar
Santísimo, sino afuera en el atrio; y cualquier persona que quisiera entrar a tener comunión con
Dios en el Lugar Santísimo, no podía tener una comunión íntima y profunda con Dios así
derechito, como si no hubiera entre Dios y nosotros ningún pecado, ni problema de nuestra
parte; así como pensaba Caín que podía cruzar las líneas; sin darse cuenta, él pensaba que
podía venir delante de Dios a ofrecerle sus tomates y sus fruteros; pero Dios no aprobaba esa
El mar de fundición 341
171
Cfr. Lucas 18:10-14
342 El templo de Dios
por tanto, sean pocas tus palabras”. Estos dos versículos nos muestran cómo no debemos ser
superficiales al llegar delante de Dios; debemos venir como vino Abel. Abel sabía que sus
pecados debían ser reconocidos y juzgados antes de poder ser oídos por Dios; pero si uno se
hace el tonto, Dios tiene que juzgar nuestros pecados, para que entendamos que no podemos
actuar tan olímpicamente.
Esta experiencia espiritual que está representada aquí en la fuente de bronce, que es aquel
lugar de la tierra donde Jacob dijo: “¡Cuán terrible es este lugar!”, ese es el atrio, eso es
reconocimiento, porque va a ser terrible si la casa de Dios es un tabernáculo de reunión donde
Dios se reúne con el hombre. ¿Por qué es tan terrible? Porque no se pueden pasar los límites
así de manera descuidada, porque Dios aunque es bueno, es Santo, y en Su bondad nos quiere
purificar, lavar de nuestros pecados en el atrio; por eso Él preparó que se haga una fuente para
lavar, para no morir. Claro, cuando uno no está en la luz sino en las tinieblas, uno no se da
cuenta del pecado; es como si aquí tuviéramos muchas cucarachas, pero nadie se da cuenta,
porque la luz está apagada; sólo cuando se prende la luz, las cucarachas salen disparadas; pero
mientras está oscuro, nadie se da cuenta de las cucarachas. Lo mismo sucede con nosotros; por
ejemplo, como aquí no estamos hablando de tus pecados personales privados y ni de los míos,
ninguno se pone colorado; pero ¿qué tal que el Espíritu Santo comenzara a sacar a luz los
pecados personales privados? ahí sí nos pondríamos colorados, no nos reiríamos, nos daría
vergüenza, y cuando uno tiene vergüenza no va para el cielo, sino que quiere que se lo trague la
tierra; ahí es cuando uno descubre que el lugar es terrible, y Dios sabe que para que podamos
estar en Su presencia en paz necesitamos reconocer nuestros pecados, ser limpiados y lavados
de nuestras obras y nuestro caminar. Por eso, los sacerdotes se lavaban las manos y los pies,
para poder venir a la presencia del Señor.
En Hebreos se nos dice que todas estas disposiciones del tabernáculo, eran unas
disposiciones que tenían un significado espiritual. Hebreos 9:1-5: “1Ahora bien, aun el primer
pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal”. Ordenanzas de culto, cómo vamos a
glorificar a Dios. Hay una manera ordenada por Dios. Había un santuario terrenal; ahora el
santuario es espiritual, somos nosotros, la Iglesia. Las experiencias espirituales de la Iglesia, del
pueblo de Dios, están tipificadas en estos ritos, en estos mobiliarios del Templo. “2Porque el
tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaba el
candelabro, la mesa y los panes de la proposición. 3Tras el segundo velo (tras, que se va de velo
en velo, cada vez más cerca) estaba la parte del tabernáculo llamada Lugar Santísimo, 4el cual
tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba
una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto; 5y
sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede
ahora hablar (en el momento de escribir la Carta) en detalle”. Solamente dio las pistas maestras.
“6Y así dispuestas estas cosas, (no eran casualidades, era Dios el que para enseñar algo
estableció ciertas disposiciones) en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes
continuamente para cumplir los oficios del culto; 7pero en la segunda parte, sólo el sumo
sacerdote una vez al año, no sin sangre”; no se podía entrar sin sangre; la sangre era la del
cordero que había muerto por los pecados de los que se acercaban; para que los que se
acercaban no murieran; para que no muera alguien tenía que hacerse cargo de sus pecados, y
todo eso se hacía en el atrio. Era en el atrio donde uno se veía, se lavaba sus pecados y ponía
las manos sobre el cordero, y el cordero era sacrificado por mis pecados, y mis pecados siendo
recordados y juzgados, ahora sí permitían que yo tuviera acceso delante de Dios. Mientras no se
abriera el velo, las personas podían hablar, oír de Dios, pero no podían tener una experiencia
íntima con Dios por causa de sus pecados. Cuando nos reunimos para adorar a Dios, si
tenemos pecados, estamos como muertos; a veces estamos callados por reverencia, pero no
344 El templo de Dios
vamos a esconder con reverencia todo en silencio, no. La vestidura sacerdotal estaba llena de
campanitas; cuando el sacerdote entraba, había sonido; cuando una persona ha sido limpiada,
ha sido purificada, viene a la presencia del Señor, hay música en la presencia de Dios, y brota la
música y brota la alabanza; pero si tenemos nuestra conciencia cargada, dice que antes de
entrar al Templo, al altar, tienes que lavarte para que no mueras.
Si uno pretende tener comunión así como si nada, y piensa: “los hermanos qué van a saber”,
pero Dios sí sabe. A veces nosotros mismos aplastamos la reunión porque no hemos terminado
de arreglar nuestras cosas con Dios; entonces el fluir de la vida no está presente sino el silencio
de la muerte; es la condenación por nuestra conciencia, por nuestros pecados; tenemos un
sentido de condenación; podemos cantar pero no te vas a sentir igual a cantar perdonado; es
cantar haciéndote el loco; como no se sentía Caín, y Abel sí. Caín creía que podía venir sin
juzgar sus pecados y traerle a Dios sus florecitas, y Dios no recibió a Caín, pero le dijo cómo lo
recibiría, que hiciera lo mismo que hacía Abel. Abel sabía que no podía venir ante Dios sin que
sus pecados fueran juzgados, y por eso él en vez de traer flores, sacrificaba un cordero, porque
ese “delantalito” con que sus padres se habían querido dizque cubrir, no los había cubierto para
nada, de modo que Él lo cubre. Dios tuvo que sacrificar un animalito para ponerles túnicas, para
que estén verdaderamente cubiertos.
mirando a sí mismos; se sentían desnudos porque la presencia de Dios ilumina. Así se sintió
Isaías, así se sintió Juan, así se sintió Job, así se sentirá cualquiera de nosotros que pretenda
venir delante de Dios sin reconocer sus pecados. Uno puede hacerse el tonto, pero es peor. Nos
damos cuenta, pues, de que estas cosas que están aquí eran una tipología. Dice Hebreos 9:
“8Dando el Espíritu Santo a entender con esto que...”; el Espíritu Santo quería dar a entender
cosas. “9Lo cual es símbolo para el tiempo presente”. Todas estas disposiciones del tabernáculo
son símbolos de cosas espirituales del tiempo presente, para las experiencias espirituales del
verdadero tabernáculo y el Templo, que es el pueblo de Dios, que es la Iglesia.
También en Hebreos 9, podemos leer: “23Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas
celestiales fueren purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que
estos”. Por eso es que a Moisés se le advirtió que hiciera las cosas conforme al modelo de lo que
le fue mostrado en el monte. Primero Moisés tuvo una experiencia directa con Dios, y Dios se le
reveló a Moisés en el monte Sinaí, en Horeb, y en esa experiencia que tuvo Moisés, recibió una
orden: Moisés, vas a hacer estos detalles del tabernáculo que viste en el monte; significa que lo
que Moisés hizo en la tierra fue un modelo de lo celestial, y eso es la palabra clave que aparece
en la famosa oración del “Padre Nuestro”; dice el Señor Jesús: “Hágase tu voluntad aquí en la
tierra como en el cielo”; entonces Moisés hizo un modelo en la tierra como en el cielo.
revelación lo primero es el trono, lo primero que se ve es el trono de Dios. Sigue: “2Y al instante
yo estaba en el Espíritu”; porque para poder entender las cosas celestiales, tiene que ser en el
Espíritu, porque dice la Biblia que el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de
Dios. Por eso, una persona que está en la carne a veces no entiende por qué alguien está
llorando, hasta que a él le llega su hora de llorar, ahí va a entender. “2Y al instante yo estaba en
el Espíritu; y he aquí, (lo primero que ve) un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno
sentado. 3Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe (la primera
piedra representando al primero) y de cornalina; (representando al último: el primero y el último)
y había alrededor del trono un arco iris, (que representa el pacto) semejante en aspecto a la
esmeralda”. Este es el trono de Dios, representado en el modelo por el arca del pacto; el lugar de
asiento de Dios en el Lugar Santísimo era el arca del pacto. Dice: “Desde allí yo me declararé”;
ahí estaba rodeado de querubines como vemos aquí, esos serafines alrededor del trono; pero el
trono está representado y se corresponde con el arca del pacto, y el pacto está representado por
el arco iris. La primera mención del arco iris en la Biblia es para representar el pacto; en el
lenguaje de Dios, el arco iris representa el pacto, y ese es el arca del pacto, correspondiéndose
en la tierra con el trono en el cielo. Pero, ¿después del arca, qué venía? Pues, la mesa de los
panes de la proposición, donde se sentaban a tener comunión con el Señor; y por eso aparece,
“4Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro
ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas”. Ahí vemos la mesa
de los panes de la proposición, luego ¿qué había frente a la mesa de los panes de la
proposición? El candelero, siete lámparas. “5Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y
delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios”. Ahí
estamos viendo lo que hay en el Lugar Santísimo, el arca representando el trono, y en el Lugar
Santo estaban los veinticuatro ancianos asistiendo con el Señor, representando la mesa de los
panes, y el candelero representando los siete espíritus de Dios; pero vemos en el siguiente
El mar de fundición 347
versículo que estaba representado aquella fuente de bronce en el atrio: “6Y delante del trono
había como un mar de vidrio (por eso se le llamó mar a aquel cáliz gigantesco allá en el templo)
semejante al cristal; (transparente) y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes
llenos de ojos delante y detrás”; representados por aquellos querubines al lado del arca en el
propiciatorio; entonces nos damos cuenta de que aquel mar de vidrio de la experiencia de Juan
en el cielo, se corresponde con el modelo de Moisés en el tabernáculo con la fuente de bronce y
que se corresponde con el mar de bronce, con todos aquellos detalles, con las calabazas y los
bueyes, etc., que vamos a ver del templo, Dios mediante.
Ahora pasemos a otra experiencia en el mar de bronce en Apocalipsis 15, para que nos demos
cuenta de la relación del juicio del pecado en el atrio; el pecado debe ser juzgado antes de entrar
a la comunión plena con Dios; así es en cada experiencia de cada persona, y así será en la
experiencia de la historia, y la historia humana si quiere ver días buenos con Dios, tiene que
pasar primero por este acto que vamos a ver aquí en Apocalipsis 15: 1: “1Vi en el cielo otra señal,
grande y admirable: (es de notar que esta señal tiene dos partes; no dice que una señal son dos
ángeles y otra señal es el mar, no; la señal está con todo eso) siete ángeles que tenían las siete
plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios”. Existe algo que se llama la ira
de Dios. Sí, Dios es amor y también es bueno, el Señor sí es perdón, pero también juzga; no es
un abuelito gordo con quien uno puede pecar y pecar y es como si nada. Dios es Santo, Dios
juzga el pecado, si tú no lo entiendes a las buenas, entonces Él aprieta un poquito, y si todavía
no entiendes, aprieta otro poquito, y si aún no lo entiendes, sigue apretando; y ¿saben? la ira de
Dios, el juicio de Dios tiene que ser consumado. ¿Qué quiere decir consumado? Que Dios no va
a dejar las cosas negativas y malas sin juzgarlas hasta el último momento, el último poquito;
Dios juzgará todo lo que está mal, todo; Dios no dejará pasar nada; Su ira se consuma en siete
plagas. Sigue diciendo: “2Vi también como un mar de vidrio (pero fíjense en este detalle, y por
eso les llamé la atención desde el principio sobre el verbo fundir) mezclado con fuego; y a los
348 El templo de Dios
El cántico de Moisés
“3Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, (se trata del que aparece en Deuteronomio) y
el cántico del Cordero, (claro, el cántico de Moisés hay que cantarlo con el cántico del Cordero
porque somos vencedores por la sangre del Cordero; ese cántico: “echó a la mar caballo y
jinete”) Diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y
verdaderos son tus caminos, Rey de los santos”. Aquí podría decir “Padre de las luces”, “Yahveh
nuestro Pastor”, pero no, está hablando de plagas, aquí se trata es de santidad, entonces no se
le va a decir “Pastor de los santos”, se le dice Rey de los santos. “4¿Quién no te temerá (claro
que Dios es amor, pero qué terrible es este lugar, dice Jacob), oh Señor, y glorificará tu nombre?
pues sólo tú eres santo; (ahí es donde uno se da cuenta de que uno es un pecador; ¡ah! mientras
uno no está cerca de Dios, uno piensa que no es pecador; es cuando viene cerca de Dios que
uno se da cuenta que sólo Él es Santo) por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán,
porque tus juicios se han manifestado”. ¿Saben por qué adorarán? Porque “tus juicios”; dice otro
pasaje en la Biblia que una vez que hay juicio de Dios en la tierra, las naciones aprenden; pero si
Dios no pone Su mano y juzga, parece como si no hubiera Dios; así que de vez en cuando Dios
debe hacer algo para que digamos: en verdad hay un Dios justo, que juzga y hace justicia en la
El mar de fundición 349
tierra.
todo. Por ejemplo, “5Y oí al ángel de las aguas, (¡ah! así que hay un ángel a cargo de las aguas,
que controla las aguas, el diluvio, las inundaciones, las sequías y lo que pasa) que decía: Justo
eres tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo...”; en el 6 está por qué van a beber sangre:
“6Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a
beber sangre; pues lo merecen. Olvídense que lo que va a venir sobre la tierra es porque no se
merece; todo lo que hay ahora sobre la tierra se lo merece la humanidad, y lo que viene también.
“7También oí a otro, que desde el altar (desde adentro proclamó uno esto y desde afuera el
otro dijo amén) decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y
justos. 8El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, (¿no será que ya empezó esta copa a
presentarse como están llegando los termómetros?) al cual le fue dado quemar a los hombres
con fuego. 9y los hombres se quemaron con el gran calor, (pero, ¿qué pasó?) y blasfemaron el
nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria”.
¿Qué esperaba Dios con este calor? Que se arrepintieran, pero ni aun así se arrepintieron. En
otros lugares dice: “y ni aun así se arrepintieron de sus hechicerías y de adorar a los
demonios”;173 lo que Dios estaba buscando al apretar la clavija era arrepentimiento.
173
Cfr. Apocalipsis 9:21.
El mar de fundición 351
Podemos ver ese principio del arrepentimiento y de la corrección de Dios para guiar al
arrepentimiento en 1 Corintios 11:28 en adelante: “28Por tanto, (note cómo dice primero)
pruébese cada uno a sí mismo, (esa es la experiencia espiritual de la fuente de bronce; por
eso se hacía con unos espejos; ahora sí, después de haberse lavado las manos y los pies, ahora
sí puede pasar al altar y también al santuario) y coma así del pan (habiéndose ya examinado,
probado a sí mismo), y beba de la copa (que representa el sacrificio de Cristo por nosotros, es
decir, el altar de bronce). 29Porque el que come y bebe indignamente (aquel que pretende
acercarse a las cosas santas como si fueran cualquier tontería), sin discernir el cuerpo del
Señor, juicio come y bebe para sí”. Por eso decía que se lave para que no muera, que no tome
indignamente las cosas de Dios; que se lave para que no muera. Entonces ¿qué dice? “El que
come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. 30Por lo
cual (ahora Pablo está explicando la razón de algunas enfermedades, de algunos
debilitamientos y de algunas muertes prematuras dentro de la Iglesia) hay muchos enfermos y
debilitados entre vosotros, y muchos duermen”. Significa que fueron juzgados por Dios, por no
juzgarse a sí mismos.
usted conoce eso. Dice el apóstol Pedro en 1 Pedro 4:17-19: “17Porque es tiempo que el juicio
comience por la casa de Dios (Dios primero corrige a Sus hijos más cercanos); y si primero
comienza por nosotros (dice San Pedro), ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al
evangelio de Dios? 18Y: si el justo con dificultad se salva, ¿en dónde aparecerá el impío y el
pecador? 29De modo que los que padecen (note esta frase, padecen) según la voluntad de Dios
(y algunos dicen no es la voluntad de Dios que padezcamos; pero eso no es lo que enseñan los
apóstoles, esa es doctrina moderna pero no apostólica; pero la doctrina apostólica es que se
puede padecer por la voluntad de Dios), encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el
bien”. ¿Qué sentido tiene ese padecimiento? la purificación, el llevarnos a reconocer nuestros
pecados.
Volvemos a 1 Corintios 11: “31Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos
juzgados”; pero nos hacemos los tontos, y Dios espera a ver si Jezabel se corrige, y dice: “21Y le
he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. 22He aquí,
yo (dice el Señor en primera persona) la arrojo en cama, y en gran tribulación” (Ap. 2:21-22). El
Señor nos ha dado una sanidad, pero el Señor también arroja en cama. Algunos predican sólo la
mitad, predican que el Señor sana, pero no predican que el Señor también arroja en cama. El
Señor dice: “Yo hiero, y yo sano” (Dt. 32:39); no sólo Yo sano, sino que el Señor también hiere.
Gracias a Dios que dice primero Yo hiero, y después, sano; Él hiere para sanar, es decir, que
juzga el pecado. Por eso la primera experiencia del pueblo de Dios es en el atrio, donde es
juzgado el pecado; no podemos avanzar con Dios sin tratar con nuestros pecados. Dice Pablo
en 2 Corintios 7:10: “10Porque la tristeza (note que esto complementa) que es según Dios
produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse (significa que no hay
que arrepentirse de la salvación); pero la tristeza del mundo produce muerte”. Así que es mejor
ser contristados por Dios por un poco de tiempo para ser purificados. Por eso dice que el que
esté limpio, límpiese más, el que sea puro, purifíquese más, y el que sea inmundo sea inmundo
El mar de fundición 353
más.174
174
Cfr. Apocalipsis 22:11.
354 El templo de Dios
Volvamos a 1 Reyes 7:23, habiendo ubicado el contexto de ese pasaje de Reyes. “23Hizo
fundir (fundir es algo que se hace con bronce en el fuego; el material es bronce. Ya sabemos lo
que significa el bronce; representa el juicio de Dios. El oro representa la naturaleza divina, la
plata representa la redención en Cristo y el bronce representa el juicio del pecado. En el Lugar
Santísimo hay oro, pero un poquito más afuera hay plata, y más afuera es bronce. Vemos que
no se puede empezar por el oro; hay que pasar primero por la experiencia del bronce y de la
plata para llegar a la experiencia de oro; por eso es que las medallas de bronce sólo las llevan
los que van en el tercer lugar, no en el primero; la de plata es la que lleva el segundo puesto, y la
de oro es la del primer puesto. En el Lugar Santísimo las cosas son de oro, en el atrio las cosas
son de bronce, y por eso habla de fundir, habla de una experiencia de pasar por el fuego
purificador de Dios) asimismo un mar de diez codos de un lado a otro (para la purificación de
todas las naciones; porque eso es lo que representa el 10, el número de las naciones, el número
de la humanidad en la Biblia), perfectamente redondo (está en forma perfecta, sin vueltas, sin
recovecos; porque con Dios las cosas son claras); su altura era de cinco codos (tiene la misma
altura del altar, la altura de la gracia, porque el arrepentimiento es concedido por gracia, porque
Dios concede el arrepentimiento por gracia a judíos y a gentiles), y lo ceñía alrededor un cordón
de treinta codos. 24Y rodeaban aquel mar por debajo de su borde alrededor unas bolas como
calabazas, diez en cada codo, que ceñían el mar alrededor en dos filas, las cuales habían sido
fundidas cuando el mar fue fundido”. ¿Cuántas calabazas son? Eran diez en cada codo, y el
círculo era de 300, había 300, y como era el doble, eran 600, el número de la humanidad; esto es
ceñido con las calabazas, o sea, el arrepentimiento del hombre. Ya habíamos estudiado las
calabazas en el templo, ya nos habíamos detenido en lo que significa las calabazas, que es el
fruto del arrepentimiento. ¿Recuerdan que Dios mandó que se hiciesen calabazas dentro del
templo? ¿Qué representan esas calabazas dentro del Lugar Santísimo? Un espíritu contrito y
humillado, así como cuando se arrepintió Nínive a la predicación de Jonás; y Jonás no entendió
El mar de fundición 355
por qué Dios había perdonado a Nínive. Para el Señor, Nínive era como una calabaza, porque
se había arrepentido; por eso Dios perdonó a Nínive en aquella ocasión; después ya no, porque
después no se arrepintió, pero cuando se arrepintió a la predicación de Jonás, Nínive fue para el
Señor una calabaza florecida; es decir, el fruto digno del arrepentimiento. Por eso es que aquel
mar de fundición de bronce está rodeado de calabazas, y son 600 calabazas, el fruto del
arrepentimiento del hombre.
tiene que ser purificada primero; porque no vamos a corregir a los hijos ajenos sin corregir los
nuestros; primero empezamos por los nuestros, para poder después ayudar a los ajenos.
El Señor nos ayude y tenga misericordia de nosotros, y nos dé una percepción espiritual de
estas cosas. Amén.
XXIII
175
Enseñanza en reunión de la obra en la iglesia de la localidad de Teusaquillo, Bogotá, D.C., en septiembre 11 de 1998.. Transcripción: Manolito Durán.
358 El templo de Dios
cada basa; y las repisas eran parte de la misma basa. 35Y en lo alto de la basa había una
pieza redonda de medio codo de altura, y encima de la basa sus molduras y tableros, los
cuales salían de ella misma. 36He hizo en las tablas de las molduras, y en los tableros,
entalladuras de querubines de leones y de palmeras, con proporción en el espacio de cada
una, y alrededor otros adornos. 37De esta forma hizo diez basas, fundidas de una misma
manera, de una misma medida y de una misma entalladura. 38Hizo también diez fuentes de
bronce; cada una contenía cuarenta batos, y cada una era de cuatro codos; y colocó una
fuente sobre cada una de las diez basas. 39Y puso cinco basas a la mano derecha de la
casa, y las otras cinco a la mano izquierda; y colocó el mar al lado derecho de la casa, al
oriente, hacia el sur”.
Claro que esas diez fuentes tienen ruedas, esas fuentes están en basas, y esas basas
representan lo que el Señor hizo para poder purificarnos; es decir, nosotros no somos
perdonados por Dios sin una base, sin un sacrificio válido.
176
Cfr. Éxodo 33:19; Romanos 9:15.
Las diez fuentes de bronce 357
En cambio cuando la base de nuestra purificación es algo más sólido que la misma
misericordia, entonces hay una certeza mayor de la redención, de la purificación, del perdón.
Cuando no somos purificados no podemos tener comunión con Dios; y Dios realmente nos
quiere purificar, limpiar y salvar, y realmente quiere que nos reconciliemos con Él y realmente
quiere tener con nosotros comunión; por eso estableció una base segura y suficiente para esa
redención; por eso la Palabra de Dios habla de la justicia de Dios con relación a la obra de Cristo
en la cruz del Calvario como la base de nuestra purificación, de nuestra redención; no dice que
solamente la misericordia. Aquí Juan, en su primera epístola, las palabras que utiliza son: “9Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestro pecados”. Aquí la frase
no es misericordia solamente. Claro que hay misericordia, pero es una misericordia que llega
hasta tal punto, que Dios realizó algo tan profundo en lo cual Él mismo tuvo que quedar
comprometido; su propio Ser. El propio ser, la propia naturaleza, la propia personalidad de Dios
se comprometió. Ante nosotros se comprometió de tal manera, que la purificación, la fuente
tiene esta base, la fidelidad y la justicia.
humanas, y venció como hombre y fue victorioso, fue sometido a la muerte expiatoria. Eso nos
dice que ya Dios cobró, en la muerte de Su Hijo, el perdón de nuestros pecados, de los que
creemos en Él, de los que no tenemos otro agarradero ni otra confianza sin ese sacrificio. Ahora
Dios no puede ser injusto con Su propio Hijo, y cobrarle a Su Hijo y cobrarte también a ti, que te
refugias y no tienes otra salvación que en el Hijo de Dios.
No es que Dios te perdona simplemente sin sangre, no. Por eso dice la Escritura que “sin
derramamiento de sangre no se hace remisión” (He. 9:22). ¿Por qué hubo de haber
derramamiento de sangre? Para que nuestra redención estuviera basada en una base firme, la
base del sacrificio de Su Hijo. No dice que si alguno hubiere pecado, bueno, le pide a Dios y Dios
le perdona. ¡No! “Abogado tenemos”, y ese abogado fue la propiciación, fue un sacrificio
expiatorio que llevó el castigo de nuestros pecados, y Dios aceptó ese precio de Su Hijo; fue un
arreglo entre el Padre y el Hijo, en el Espíritu Santo.
criatura, y tenía que morir en lugar de las criaturas. Entonces Él ahora puede sobre esa base,
porque Él es la propiciación. Perdonar no sólo en la misericordia, sino sobre la base de la justicia
y de la fidelidad. Dios es justo y Dios es fiel
Sobre la base de la fidelidad y de la justicia está la redención, entonces la persona puede
acercarse confiadamente a Dios. Cuando sinceramente se ha arrepentido, es purificado.
Entonces mire lo que sigue diciendo en Lucas: “fue necesario que el Cristo padeciese, y (fue
necesario que) resucitase de los muertos al tercer día (ahí está la base); 47y que se predicase en
su nombre (por eso era que aquellas basas tenían ruedas, porque la purificación tenía que ir a
todas las naciones) el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones (diez
fuentes), comenzando desde Jerusalén”; en Su nombre. Sobre esa base que se predicase, que
estos carros corran, que vayan por todas partes a todas las naciones; así como los bueyes
llevaban el arrepentimiento, las bases llevan el perdón del pecado; las dos cosas: el
arrepentimiento, ahí está el mar de fundición, y el perdón de pecados, ahí esta la fuente
purificadora. Dos cosas, el arrepentimiento y el perdón de pecados. El arrepentimiento está
representado en el mar de fundiciones, hecho con los espejos de las mujeres, que estudiamos
aquella vez, donde el sacerdote viene y se mira y se reconoce, pero entonces pone las manos
sobre el sacrificio y reconoce que él es pecador, y que él merece la muerte y que merece la
destitución de Dios. Que no merece estar delante de Dios, pero que en la base del sacrificio de
Cristo, que al ser resucitado Cristo, Dios dijo: acepté Su sacrificio. Si se hubiera quedado
muerto, no sabríamos si fue otro más de los que se ilusionaron diciendo ser alguien, pensando
ser alguien. Hay muchos locos pretendiendo ser alguien; pero Dios lo resucitó ante testigos para
demostrar que Él aceptó ese sacrificio. Era necesario que fuera crucificado, que el Cristo
padeciese y que resucitase.
Ya está la base, ¿no? Ya está esa base; entonces, ahora que se predique en Su nombre el
arrepentimiento y el perdón de pecados, comenzando desde Jerusalén. Justamente por eso era
colocado a la derecha y hacia el sur, exactamente al lugar donde está Jerusalén, en la parte
central de la tierra, que es Israel. Y allí justamente donde se colocó, de ahí de Jerusalén,
alumbrará la Palabra, y un manantial para purificar las naciones; de ahí que el número diez (10)
representa las naciones, por eso son diez las basas; por eso están a la derecha y a la izquierda
como los brazos de la cruz. Pero cuando dice arrepentimiento, se refiere al mar de fundiciones;
cuando dice perdón de pecados, donde están las fuentes, se refiere al perdón de los pecados;
es decir, la obra de la redención, si hay arrepentimiento, que es una expresión de la fe, que es
ver las cosas como Dios las ve. Eso es lo que quiere decir arrepentimiento. En el griego,
metanoia, es cambio de mentalidad, es ver las cosas ya no justificando al hombre, sino como las
ve Dios.
Cuando Pablo comienza a predicar el evangelio, él escribió la epístola a los Romanos
especialmente para explicar el Evangelio; el propósito de la epístola es anunciar el Evangelio de
Dios, y nótese que lo primero que Pablo empieza a hablar desde Romanos 1:18 es para mostrar
la culpabilidad del hombre, ¿ve? Y en el capítulo 2 comienza diciendo que somos inexcusables.
Y muestra que somos inexcusables por tres cosas:
Primero: Porque Dios ha dado un testimonio de Sí mismo, parcial pero verdadero, a través de
la creación. “Por lo cual eres inexcusable..., porque las cosas invisibles de Dios, su eterno poder
y deidad, se hacen claramente visibles por medio de la creación”.
Segundo: En el siguiente capítulo, Pablo muestra que además de ser inexcusable, el hombre
a la luz de la creación, lo es también a la luz de su propia conciencia, a la luz de los propios
juicios del hombre sobre otros; porque “1en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque
tú que juzgas haces lo mismo”. Cuando tú dices: aquello es robar, entonces tú sabes lo que es
robar.
362 El templo de Dios
Él no viene y pone las manos sobre el Cordero sin primero verse. Por eso la Palabra dice que lo
primero que el Espíritu hace es convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio.177 Por ahí
comienza; entonces lógicamente esa fuente, ese mar de fundición ahora necesita estar
acompañado o estar ligado por esas basas.
La reconciliación de la creación
Por ese motivo dice que es predicar en Su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados
en todas las naciones. Por eso hay que ir a todas partes, por todos lados, comenzando desde
Jerusalén; por eso comenzamos; es decir que se sale desde Jerusalén y se va hacia el norte,
hacia el sur, hacia el este, hacia el oeste. Por eso las ruedas eran parte de las mismas basas,
todo era parte de la misma base. La basa era la base sobre la cual se puede sostener la fuente.
Cuando Cristo murió por nuestros pecados, venció, el Cordero venció. Y allí aparecerán los
leones, pero también aparecerán bueyes. ¿Por qué también aparecerán bueyes? ¿por qué no
solamente leones? ¿y por qué más arribita vuelven a aparecer los leones y querubines? pero
ahora en vez de aparecer los leones, aparecen palmeras; ¿recuerdan lo que leímos? Las basas
eran de 4 codos y la altura de 3 codos. La altura era la altura de Dios, pero las basas son de 4
codos, el número de la creación, es decir, para reconciliar a la creación; es el juicio de la vieja
creación, y la base de la nueva creación. Por eso también era de 4 codos esa parte que estaba
encima de la basa. El número 4 aparece en el largo y en el ancho en aquellas tablas de bronce.
No sé si pusieron atención cuando leíamos: “Eran como unos paneles”; dice el hebreo, como
unos tableros de bronce. Uno era cuadrado, cuatro codos de ancho, por cuatro codos de
longitud; lo que representa el número de la creación. La altura era de tres codos. El número tres,
el número de Dios, o sea la altura de Dios para satisfacer la justicia de Dios. Era como una caja
177
Cfr. Juan 16:8.
364 El templo de Dios
de bronce fuerte que servía como de base para la fuente, ¿no? Había también unas molduras
para encajar esos tableros. Aquí dice que tenía entalladuras, y en otra parte dice adornos. En
esta traducción al español no dice con exactitud lo que dice el original hebreo que está acá,
donde en una parte dice que tenía entalladuras pero las deja indefinidas.
Volvamos allí al primer libro de Reyes para hacerle el seguimiento. Una vez que tengamos ya
la esencia del sentido, los detalles van encajando más fácil, pero entonces habíamos quedado
en el libro segundo de Crónicas. Leamos algo del libro segundo de Crónicas 4 y primer libro de
los Reyes 7; vamos a tener esos dos pasajes abiertos.
Paralipómenos
El segundo libro de Crónicas ha vuelto a contar el mismo asunto, pero ¿ustedes saben cómo
se llama Crónicas en el griego? Paralipómenos, y paralipómenos quiere decir omisión. Se llama
omisiones a las cosas omitidas, ¿por causa de qué? De que vuelve a contar la historia, pero a
veces, cuando se contó la primera vez, algo fue omitido. Entonces aquí es suplido, o también a
veces como ya fue contado allá en grande, aquí suele resumirse. Es decir, se vuelve a contar la
misma historia pero omitiendo lo que no era necesario que se repitiera, repitiendo lo que debe
confirmarse, y añadiendo lo que había sido omitido; por eso se llama omisión; o sea
paralipómenos, lo que se llama aquí como el libro de Crónicas.
Les estaba diciendo que Dios cuenta varias veces la historia para que haya varios ángulos.
Cuando fue escrita la historia en la época de Salomón, las fuentes para la vida de Salomón
fueron el profeta Natán, el profeta Ahías silonita y el profeta Semaías. Estos tres profetas eran
contemporáneos a Salomón y contamos las cosas en base a eso. Luego Jeremías con Baruc
tomando la base de los profetas y de otros, escribieron los libros de los Reyes. Entonces ahí
aparece la parte relativa a Salomón escrita por los profetas basados en testigos oculares y los
Las diez fuentes de bronce 365
escribanos, soferim. Los escribanos cronistas de la época de Salomón eran Elihoref y Ahías,
hijos de Sisa. Estos son los testigos oculares de lo que vivió Salomón; luego esto también fue
resumido por los escritores de Reyes. Dice: “Los demás hechos de Salomón, y todo lo que hizo,
y su sabiduría, ¿no está escrito en el libro de los hechos de Salomón?” (1 Re. 11:41). Es decir
que el escritor Jeremías con Baruc se basó en escritos de profetas, siendo también él profeta;
pero no tomó todo, sino que tomó lo esencial.
Y después, en el tiempo de Nehemías, el tiempo de restauración de la casa y de la ciudad de
Dios, Nehemías vuelve a contar la misma historia y añade lo que faltaba, y algunas cosas que no
era necesario decir, las omite.
Las diez fuentes en Crónicas
Cuando volvemos a leer el capítulo 4 del segundo libro de Crónicas, ya escrito por el tiempo de
Nehemías y Esdras, desde el versículo 2 empieza a hablar también de aquel mar. Dice:
“También hizo un mar de fundición, el cual tenía diez codos de un borde al otro, enteramente
redondo”; pero cuando llega a las fuentes en el verso 6, lo resume, no le da todos los detalles
que le da Reyes. Reyes entra en muchos detalles, pero no da el sentido. En cambio, Crónicas
resume pero da el sentido. Fíjense en lo que dice 2 Crónicas 4:6: “Hizo también diez fuentes, y
puso cinco a la derecha y cinco a la izquierda, (y aquí explica) para lavar y limpiar en ellas lo que
se ofrecía en holocausto; pero el mar era para que los sacerdotes se lavaran en él”.
Esto no lo decía Reyes; el Espíritu Santo lo complementa en Crónicas. Ese verso 6 es clave
para entender el sentido global de estas fuentes. Aquí ya no entra en detalles, que tenía tableros
y a describirlas, sino simplemente que el mar era para que los sacerdotes se lavaran en él;
porque el que quiera los detalles puede ir a Reyes. Y también Él ahora está contando otra vez,
pero da el sentido, añade el sentido, de que estas fuentes eran para lavar y para limpiar; y el mar
de fundición era para lavarse los sacerdotes. Significa que los sacerdotes reconocían sus
pecados y se lavaban. Pero las fuentes eran para lavar el sacrificio, para lavar los holocaustos.
366 El templo de Dios
Había que lavar los holocaustos, y empieza a ser lavado en aquellas diez fuentes. Todos esos
sacrificios y holocaustos representan distintos aspectos de la obra de Cristo.
nosotros llevamos el yugo con Él, y morimos también en unión con Él a nosotros mismos. No
sólo que Él nos perdona lo que hicimos, sino que también nos libra de lo que somos para que
seamos como Él. No es solamente un perdón, es una transformación; y la transformación está
hecha ahí. Aquí es bueyes con palmeras; en el fondo es lo mismo. ¿Se dan cuenta?
Los querubines sí aparecen arriba y abajo. Ustedes ya entienden porqué tiene que haber
querubines ahí, porque los querubines están ahí para juzgar que no entre Adán todavía al Edén;
para que Adán no estire su mano y tome del árbol de la vida hasta que no haya sangre; pero
cuando hubo derramamiento, el Señor puso a los querubines a mirar al propiciatorio; y si los
querubines están mirando al propiciatorio, ven sangre; es decir, ellos veían la justicia de Dios.
Por eso no puede faltar también querubines, porque la reconciliación no sólo es a nivel terrenal,
es también en los cielos y en la tierra. Las cosas que están en los cielos y también los que están
en la tierra. Reconciliar consigo mismo todas las cosas en los cielos y en la tierra; por eso no
puede faltar querubines ahí en las entalladuras, porque el Señor no quería solamente en la
tierra. Colosenses dice: “Reconciliar consigo mismo todas las cosas; así las que están en la
tierra, como las que están en los cielos” (Col. 1:20). Luego más arriba, claro, los bueyes, los
cónyuges, se convirtieron en palmeras. Al principio, al comienzo, sí, es difícil aprender a llevar el
yugo; porque Él dice: Llevad mi yugo sobre vosotros. Yo llevo el yugo, pero uno que no está
entrenado, uno es como un buey indómito que no ha aprendido a caminar, entonces
necesitamos aprender a llevar el yugo con Él.
La purificación de la esposa
Debemos también ser librados de nosotros mismos; no sólo perdonados, sino también
librados, también reconciliados, justificados, santificados, transformados, renovados,
regenerados. La obra del Señor es muy amplia. Ahora, esa obra que el Señor hace por nosotros,
para todo el mundo, que se predique en Su nombre el arrepentimiento, ahí está el sacerdote
368 El templo de Dios
lavando, y el perdón de pecados, ahí está el sacrificio lavando. Hay pasajes que hablan de esa
purificación. “Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, (¿qué dice) se purifica a sí mismo, así
como él es puro” (1 Juan 3:3). Pero ¿cómo se purifica? ¿Acaso no es Dios mismo el que lo
hace? Sí, también es el Señor que nos purifica, pero ¿por qué dice: examínese a sí mismo,
purifíquese a sí mismo? Porque la persona debe aceptar el juicio de Dios sobre sus pecados,
debe aceptarlo, reconocerlo. La persona tiene que ser una persona que sabe que merece el
castigo de Dios por sus pecados, y que sobre la base de lo que el Señor hizo, Su muerte, el
derramamiento de su sangre, la obra en la cruz, somos perdonados.
Pero Él no quiere sólo perdonarnos; Él quiere también librarnos. Él quiere no sólo vencer por
nosotros, Él quiere también que nosotros venzamos en unión con Él, y que llevemos el yugo con
Él, que seamos como una esposa para Él. Por eso se habla de la purificación de la esposa. Dice
en Efesios 5:25-27 que “25Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26para
santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27a fin de
presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa
semejante, sino que fuese santa y sin mancha”. Ahí está la palmera, ahí está el Rey, ahí está el
León, los leones, ahí están los querubines. Este texto nos dice que Cristo quiere hacernos
vencedores en Él.
Entonces al volver ahora sí a releer en el capitulo 7 del primer libro de los Reyes, ya vamos a
ver cómo tiene más sentido la lectura. Dice: “27Hizo también diez basas de bronce”. Además del
mar de fundición, están las diez basas; además del arrepentimiento está también el perdón de
pecados y toda la obra de redención. Son diez basas; diez (10) es el número de las naciones,
para purificar a las naciones. Por eso dice diez, las naciones, y de bronce, juicio, porque es el
juicio de Dios sobre el pecado. Él no nos perdona sin base; por eso se llama basa, basa de
bronce. Sobre la base de que el pecado fue juzgado en Cristo y por medio de Cristo es juzgado
el pecado en nosotros, somos perdonados, somos purificados y transformados para tener
Las diez fuentes de bronce 369
Entonces dice: “29Y sobre aquellos tableros que estaban entre las molduras, había figuras de
leones, de bueyes y de querubines; y sobre las molduras de la basa, así encima como debajo de
los leones y de los bueyes, había unas añadiduras de bajo relieve”. Las molduras usted sabe
que son para que las cosas encajen. Un tablero estaba así y el otro aquí, el otro aquí y el otro
allá, pero encajaba uno con otro, por medio de unas molduras. Esas molduras eran las que
hacían que encajaran. El que iba horizontal con el que iba vertical. Entonces esos tableros
estaban agarrados allí por esas molduras y en esas molduras, muestran verdaderamente cómo
todo eso está coordinado. Lo que los mantiene firmes, lo que los mantiene fuertes, los mantiene
en su lugar.
Representa el triunfo de Cristo sobre la muerte, sobre el pecado, sobre el diablo, sobre el
mundo, sobre la carne, a nuestro favor. Representa también nuestro triunfo gracias a Cristo.
“30Cada basa tenía cuatro ruedas de bronce (como los levitas, que eran cuatro) con ejes de
bronce, y en sus cuatro esquinas había repisas de fundición que sobresalían de los festones,
para venir a quedar debajo de la fuente”. O sea, cuando estaba en este tablero de acá aquél
otro, aquella parte de arriba, que estaba sobre la basa, la parte de debajo de la basa tenía como
una especie de salientes, que aquí le llama repisas, que eran las que sostenían; así que eran
también cuatro, y que estábamos viendo cómo el testimonio del Señor Jesús es visto también
desde cuatro partes, desde cuatro ángulos.
“31Y la boca de la fuente entraba un codo en el remate que salía para arriba de la basa”; la
boca de la fuente no era la fuente misma, sino que cuando tú lo lees en hebreo se entiende más
claro; entonces tú entiendes que aparte de la base, sobre esa había una parte redonda de la
cual surgían otra vez tableros; entiéndase que había una parte más ancha y una parte más
angosta. Sobre la parte más ancha estaba un círculo grueso. Y luego sobre ese círculo, otra, las
planchas, y llegaban arriba. Arriba formaban como un cuadrado pero adentro del cuadrado
estaba uno redondo, o sea que el borde por fuera era cuadrado pero por dentro era redondo, y
bajaba una medida que aquí aparece que es la misma medida de la fuente, que luego describe
que encajaba ahí dentro de aquel redondo, que llama la boca de la fuente arriba; por eso dice: “Y
la boca de la fuente entraba un codo en el remate que salía para arriba de la basa”. El remate
que salía para arriba de la basa, estaba la basa, pues la basa tenía un remate como una mesa
pequeña sobre una más grande. Luego termina el verso 31: “y la boca era redonda, de la misma
hechura del remate, y éste de codo y medio. Había también sobre la boca entalladuras con sus
tableros, los cuales eran cuadrados, no redondos”.
“32Las cuatro ruedas estaban debajo de los tableros, y los ejes de las ruedas nacían en la
misma basa”. Esta frase es muy importante, los ejes; quiere decir aquello que mantenía las
ruedas y hacían funcionar el carro. El carro, digamos, el tren de la transmisión; dice que esos
ejes salían de la misma basa; significa que es muy importante; cuando hay arrepentimiento y
hay purificación eran movilizados por Él. Cuando no se arrepienten, no se purifican, no se
moviliza, ¿qué puede suceder? Cuando realmente te arrepientes y te reconcilias con Él, y te
purificas, Dios se moviliza; pero si no te mueves, posiblemente hay cosas que se estancan,
porque no te mueves. Cuando la Palabra de Dios dice en 1 Juan 3:20: “20Si nuestro corazón nos
reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas. 21Amados, si nuestro
corazón no nos reprende confianza tenemos en Dios”, y testificamos, salimos y tenemos para
testificar, para obrar; pero si no tenemos esa confianza, quedamos quietos. Dios nos tiene que
movilizar, pero Dios nos moviliza con arrepentimiento.
creyere, será condenado” (Mr. 16:15-16). Es un mandato; entonces hay que ir, hay que movili-
zarse ahora. De modo que cuando tú estás en paz con Dios, tú tienes libertad para testificar, tú
tienes sensibilidad para comprender la guianza del Espíritu, que Él te dice: Háblale a éste,
testifícale a él; no vaya allá, sigue acá. Tú te movilizas. Pero ¿qué pasa cuando tú estás con la
conciencia fijada, cuando estás sin vida, cuando estás aplastado? Estás quieto; no te movilizas,
entonces eres íntimamente relacionado con la basa. Las basas se relacionan con la justicia de
Dios, la justificación, la redención, con el testimonio “Me seréis testigos”.178 Como dice Pablo
que: “Dios mostró en mí toda misericordia, toda piedad”; entonces así nos constituyó. Como ese
ejemplo, Dios lo hace contigo, y al hacerlo contigo y a través de ti, debe continuar.
Por eso Dios quiere que haya ruedas, pero esas ruedas resultan de la basa.
178
Cfr. Hechos 1:8.
374 El templo de Dios
El principio de corporatividad
Por eso dice: “32Las cuatro ruedas estaban debajo de los tableros, y los ejes de las ruedas
nacían en la misma basa (los ejes nacían en la misma basa). La altura de cada rueda era de
codo y medio”. Por eso usted llega a ser la mitad de tres, la medida de Dios. Dos veces codo y
medio hacen tres. Necesitamos estar siempre en comunión; por eso el ancho de las tablas del
tabernáculo también era de uno y medio; uno y medio era el ancho de la tabla. ¿Para qué? Para
que estuviera entrelazada con la tabla de al lado y así pudiéramos estar unidos; uno y medio y
uno y medio, tenemos tres. ¿Pero uno solo? Todavía no da la talla de Dios. El Señor dice:
“Donde están dos o tres congregados en mi nombre; allí estoy yo en medio de ellos” (Mt. 18:20).
Es el principio de corporatividad o colectividad; el trabajo colectivo comunitario del Cuerpo de
Cristo.
“33Y la forma de las ruedas era como la de las ruedas de un carro; sus ejes, sus rayos, sus
cubos y sus cinchos, todo era de fundición”. Ahora ustedes recuerdan que el Señor era llevado
por querubines, y el Señor es llevado también en el arca por levitas; y ahora tiene que ser
llevado por nosotros. No solitos, sino en equipos. ¡Aleluya! Él tiene que ser llevado por la Iglesia,
como Iglesia. Sí, hermanos.
“34Asimismo las cuatro repisas de las cuatro esquinas de cada basa, y las repisas eran parte
de la misma basa. 35Y en lo alto de la basa había una pieza redonda de medio codo de altura, y
encima de la basa sus molduras y tableros, los cuales salían de ella misma”. ¿Comprendieron?
Estaba la primera parte, ¿no? estaban los tableros, los tableros de los lados; estaban las ruedas;
pero sobre esa, digamos, mesa, sobre cuatro ruedas había una pieza redonda; así que es un
círculo pero con un grosor, como un cinto, una especie de cinto que es como una base redonda;
en esa base redonda, entonces se unían aquí las otras cuatro. Abajo era más grueso. Sobre esa
mesa había como una especie de cinto que servía a su vez de base para la parte siguiente, la
segunda parte, digamos, el segundo piso, pero aunque era circular, de ese círculo se formaban
Las diez fuentes de bronce 375
otra vez tableros abajo y arriba; salían de ese círculo tableros y llegaban arriba cuadrados, pero
adentro de la parte de arriba era redondo, pero con una entrada que ahí nos dice la medida, que
corresponde exactamente al fondo de la fuente que encajaba en ella. Por eso esa es la base, por
eso se llamaba una basa, la base de la fuente; la fuente descansaba en esta basa con todos
estos detalles. Significa que lo que el Señor hizo, lo hizo para que podamos ser purificados por
Él; eso es bastante amplio y profundo.
una misma entalladura”. Esto es, mostrando cómo el Señor no hace diferencias. Para todas las
naciones hay un mismo evangelio. No es que hay un evangelio para el norte, otro para el sur,
otro para el este, otro para el oeste; otro para judíos, otro para gentiles. No, no los hay, no; ni
bárbaro ni escita, ni varón, ni mujer. No hay diferencia, dice: no hay diferencia entre judíos,
griegos varón o mujer.179 No hay diferencia de nación. Significa que el evangelio es lo mismo
para todos, ricos, pobres, blancos, negros, amarillos; sin diferencia a todos se nos da a beber de
un mismo Espíritu.
179
Cfr. Gálatas 3:11.
Las diez fuentes de bronce 377
“37De esta forma hizo diez basas, fundidas de una misma manera, de una misma medida y de
una misma entalladura. 38Hizo también fuentes de bronce; cada fuente contenía cuarenta batos,
y cada una era de cuatro codos; y colocó una fuente sobre cada una de las diez basas”. Dice que
hizo también diez fuentes de bronce; estas fuentes eran las que estaban sobre la basa; claro
que formaban como parte de ella, pero lo que purificaba era el agua de la fuente. Pero para que
hubiera fuente tenía que haber base, que es lo que estamos especificando al inicio. Por eso dice
aquí también que cada fuente contenía cuarenta batos. El cuarenta (40) es el número del juicio.
Precisamente Dios termina su juicio en cuarenta años. ¿Cuántos años tuvo que esperar Israel
para poder entrar a la tierra prometida? Cuarenta; entonces cuarenta batos cabían en esta
fuente; es decir, el número exacto del juicio, y para purificar el pecado. Cuarenta batos, y cada
uno era de cuatro codos; el número de la creación. “Y colocó una fuente sobre cada una de las
diez basas. 39Y puso cinco basas a la mano derecha de la casa, y las otras cinco a la mano
izquierda; y colocó el mar al lado derecho de la casa, al oriente, hacia el sur”. Ya entendemos,
pues, lo que quiere decir comenzando desde Jerusalén, luego Judea, luego Samaria, y hasta lo
último de la tierra; que se predicara en Su nombre la resurrección.
Bueno, damos gracias al Señor, ante la realidad espiritual de hoy. Entonces esto es la figura,
era la maqueta; hoy es la realidad. Amén.
378 El templo de Dios
Las diez fuentes de bronce 379