Eugenio Cambaceres y el Naturalismo Argentino
Eugenio Cambaceres y el Naturalismo Argentino
Cambaceres                                                                              LE 10 - 09
                                                                                                             20 COPIAS
 Andrés Avellaneda
 El ciclo de la Bolsa
 Noé Jitrik
 En la llamada generación del 80, la       sido llamada "el ciclo de la Bolsa".
 novela asume en la literatura argen-      J ulián Martel (José Miró) es su re-
  tina, por primera vez, un carácter       urescntante más divulgado. con su
 que le confiere ya las características    única novela La Bolsa (1891). Debe-
 de un género casi autónomo, es de-        rán entonces estudiarse separadamen-
 cir, provisto de las condiciones histó-   te ambos ciclos, y de modo particu-
 ricas necesarias para lanzarse hacia      lar la figura de Eugenio Cambaceres
 el futuro desde una especie de inicial    que. entre tocios los novelistas de la
 madurez. No quiere decir esto que         época, es el más representativo. Eche-
 las obras en sí mismas, y desde el        mos ahora una ojeada al proceso por
 punto de vista c!p su excelencia esté-    el que se llega en la literatura argen-
 tica. sean maduras. Pero sí que son       tina a la nueva novela naturalista.
 cultivadas no de modo accidental por
 autores especializados en otros gé-       La novela naturalista argentina.
 neros -('omo había ocurrido hasta          La novela romántica había dado su
 entonces - sino por novelistas, esto       expresión más representativa      entre
 es, por escritores que, en todo caso.      nosotros con Amalia (1851), de José
se especializan precisamente en el          Mármol. A partir de ese momento,
género novelesco.                           la narrativa nacional recorre el ca-
                                            mino que va de la pintura costum-
Dentro de esta estructuración gene-
                                            brista o sentimental a la reconstruc-
 ral del género que se opera en el
                                            ción histórica, del episodio farragoso
último cuarto de siglo, el naturalis-
                                            de la época rosista a la leyenda, co-
mo, tendencia entonces triunfante en
                                            mo la de Lucía Miranda, glosada
Francia bajo el liderazgo de Emilio                                                   Eugenio Cambaceres (1843-1888).
                                           según el gusto romántico. Hacia el
Zola, desempeiia un importante pa-                                                    Dibujo de Ross, en el Almanaque
                                           80, el romanticismo no ha desapare-
pel. Es bajo el signo del naturalismo                                                 Sudamericano,   1887
                                           cido del todo. Treinta años después
- si se exceptúan las primeras ex-
                                           de Amalía aún sigue alentando, co-
presiones de literatura fantástica, y
                                            mo lo prueba Gristián (1880), un
no de modo absoluto, como se ha vis-       débil intento novelístico del poeta
to -, por cierto en conexión con el         Ricardo Gutiérrez. También perdu-
realismo tradicional, que se opera          ra en críticos y lectores: en 1879, al
esta aparición del género novelesco
                                           reeditarse María, la romántica nove-
argentino dotado ya de caracteres or-      la del colombiano Jorge Isaacs, el
gánicos de conjunto.
                                           Anuario bibliográfico subraya que
En la década que va del 80 al 90,          "algunos de sus pasajes oprimen el
se produce una serie de obras que          corazón hasta que las lágrimas que
configuran el repertorio de esta no-       desbordan vienen a calmar la ansie-
velística argentina, y su represen-        dad irremediable del alma". En 1883,
tante máximo es, sin duda, Eugenio         bastante tardíamente, el poeta Ra-
Carnbaceros, que puede ser conside-        fael Obligado y el crítico Calixto
rado en cierto modo como el inicia-        Oyuela discuten las bondades del ro-
dor de este proceso con su primera         manticismo )' del clasicismo en la
obra, Pot-pourri, publicada en 1881.       polémica conocida con el nombre
Hacia el 90, como una consecuencia         de "Justa Literaria", ampliamente
de la crisis que vive el país y uno de     difundida en las páginas de la re-
cuyos síntomas más agudos es proba-        vista La Ilustración Argentina. Luis
blemente el "crack" financiero que .se     B. Tarnini, profesor del Colegio Na-
produce en la Bolsa par~ esa fecha,        cional, advertía en un artículo apa-
este naturalismo se hace social, recoge    recido en el diario La Naci6n hacia
la temática de esa crisis, y documen-      1880: "Trémulos y extáticos ante la
ta el fenómeno en una serie de nove-       gloria de París, vivimos con los ojos
las que, por ese mismo motivo, ha          puestos en la rada, esperando el pró-
                                                                                                                        145
                                      ximo paquete". Esos navíos cuyo             1881 un ensayo furiosamente antí-
                                      arribo se aguardaba tan ansiosamen-         naturalista del crítico francés Char-
                                      te traían por entonces las noticias de      les Bígot, donde se sostiene que "si
                                      la nueva escuela literaria francesa:        los dramas humanos tienen su esce-
                                      el naturalismo. Y así como en París,        nario sobre todo en la conciencia,
                                      también aquí produjo polémicas y es-        si en ella se encuentra el verdadero
                                      cándalo. Buenos Aires, todavía una          interés literario, esos dramas son tan-
                                      "gran aldea", tuvo su "batalla natu-        to más bellos cuanto más compleja
                                      ralista". El 3 de agosto de 1879 La         y desarrollada es esa conciencia".
                                      Nación comienza a publicar en folle-        También aquí, como en Francia, la
                                      tín el capítulo inicial de La Taber-         finalidad social del naturalismo zo-
                                      na (1877) de Emilio Zola, pero al            liana es un elemento urticante en la
                                      día siguiente, sin justificación con-        piel de la clase dirigente. En su sec-
                                      vincente, suspende su publicación.          ción bibliográfica de la Nueoa Re-
                                      A partir de ese momento se suceden           vista de Buenos Aires, Ernesto Que-
                                      las diatribas y las apasionadas y es-        sada comenta en 1881 La novela ex-
                                       casas defensas del naturalismo en           perimental, el libro teórico de Zola
                                      diarios y revistas de la capital argen-      aparecido meses antes en París. Com-
                                       tina. Por una parte se aboga por la         parando el realismo naturalista con
                                       prohibición municipal de ese "realis-       el tradicional, advierte alarmado que
                                       mo corruptor"; se habla del "chocan-        u... En    las literaturas antiguas el
                                       te y afectado realismo", del "lujo ho-      realismo se contenta con observar la
                                       rrible de detalles repugnantes que          naturaleza tal cual es, con pintarla
                                       caracteriza el estilo de Zola". Por         ingenuamente. La nueva escuela
                                       otra parte, se exalta la intención na-      quiere más: analiza, no toma las co-
Jorge lsaacs. Dibujo de Ross, en el    turalista de pintar la realidad tal         sas tal cual son, indaga, desmenuza,
Almanaque Sudamericano, 1893           cual es, sin distorsiones; se llega in-     separa, trata de investigar el por qué
                                       cluso a defender tímidamente su fin         de cada cosa". Al año siguiente 'Que-
                                       social y su sentido moral: según Be-        sada tiene ante sus ojos la primera
                                       nigno B. Lugones, "el naturalismo           novela argentina más o menos filia-
                                        responde a la necesidad universal de       da al naturalismo: Pot-pourri, de
                                        una reforma en la constitución de la        Eugenio Cambaceres. A pesar de que
                                        sociedad". Lo que es más importan-          el autor es un miembro de su propia
                                        te, se advierte que, en el terreno for-     clase, Quesada se indigna ante la
                                        mal, ese nuevo estilo está destinado        infiltración de un esbozo crítico en
                                        a liquidar una literatura envejecida:       el seno de la sociedad argentina:
                                        "Al museo con las brisas perfumadas,        n••• hay páginas    dedicadas a pintar
                                        las cabelleras blondas, el lago de          la vida política: ¡éstas son cuadros
                                        cristal, las fuentes murmuradoras y         del infierno del Dante! ¿Acaso el
                                        [os pintados pajarillos". Significati-      autor ha calculado que el escándalo
                                        vamente, el bando opositor defiende         producido por sus cuadros y retra-
                                        una estética idealizadora que encu-         tos haría que se leyese la pintura de
                                        bra la realidad, que no proclame            la democracia argentina, tal cual él
                                        "verdades que el arte pudoroso cu-          la entiende?". Y agrega estas pala-
                                        bre siempre con un velo". A la in-          bras definitivas: "Cuando la letra de
                                         clusión de los estratos populares en        molde ha puesto en evidencia con ese
                                         la novela naturalista, se ansía oponer      realismo que no encubre nada, que
                                         una suerte de jerarquización selecti-      pinta tal cual es la vida con sus de-
                                         va de "personalidades interesantes":        formidades y sus errores, ciertamen-
                                         la Revista Argentina, dirigida por los      te que debe temerse por la paz de
                                         católicos José Manuel Estrada y Pe-         todos". Hacia 1890, a pesar de ad-
                                         dro Coyena, traduce y publica en            moniciones y protestas, el naturalis-
  146
mo ha arraigado definitivamente en
la literatura argentina. Las novelas
de Zola aparecen paralelamente en
París y Buenos Aires; Jos periódicos
'! revistas proporcionan abundante
 información sobre el autor de Germi-
 nal y su escuela. Ya en 1886 J. Cas-
  tellanos aconsejaba a los novelistas
 locales que fueran "naturalistas crio-
 llos" para responder "por una parte
 al espíritu del siglo y por otra a esa
 condición indispensable en el arte
 ele imprimir a sus creaciones carác-
 ter propio y local" (Ojeadas litera-
 rias). Hacia esa misma fecha se ha
 cerrado el circuito del rechazo; al-
 gunos de los antiguos detractores
 suavizan su actitud o llegan incluso
 a adoptar total o parcialmente las
 características del aotes vilipendiado
 naturalismo. Tal el caso del mismo
 Ernesto Quesada, de Lucio V. Ló-
 pez, o de Martín Carcía Mérou, quien
 en su Libros u autores (1886) elogia
 la obra de Cambaceres, explica el
 rechazo de 1880 por la "gazmoñería"
de la sociedad porteña de entonces
y denuncia la hipocresía: "Aparece
 Naná y los lectores pudibundos des-
pachan en tres días algunos miles de
ejemplares". Este circuito rechazo-
aceptación, cerrado en tan breve
lapso, plantea el interrogante acerca
de las verdaderas razones de la im-
plantación del naturalismo en nues-
tra literatura. En Francia, hemos
visto, surgió como una respuesta na-
tural a las condiciones sociales y eco-
nómicas del momento. Pero no exis-
tían aquí las mismas condiciones, no
había surgido aún una burguesía in-
dustrial poderosa con su obligado
correlato de explotación y clases pau-
perizadas y marginadas, cuya impug-
nación y análisis es uno de los conte-
nidos del naturalismo europeo. Si
bien esta corriente fue adoptada en
nuestra literatura como reacción ante
formas expresivas ya gastadas, el
punto decisivo reside en un nivel su-
perestructural, de orden cultural. Ya
sabemos que el grupo dirigente del        Emilio Zola. Oleo de Eduardo M aneto Museo del Louvre
                                                                                                  147
                                                                                     80 está embarcado en un intenso pro-.
                                                                                     ceso de europeización. En el orden
                                                                                     económico la dependencia engendra
                                                                                     una élite; en el campo cultural la de-
                                                                                    pendencia asume formas más com-
                                                                                    plejas pero no por ello radicalmente
                                                                                    diferentes. Así como el imperativo
                                                                                    económico consistía en llegar a ser
                                                                                    tan desarrollados como en Europa, el
                                                                                    mandato cultural imponía una pues-
                                                                                    ta al día con los últimos adelantos de
                                                                                   la inteligencia europea, la francesa
                                                                                    especialmente. Así se adoptó el na-
                                                                                    turalismo francés, sin advertir que
                                                                                   correspondía a otra realidad históri-
                                                                                   ca. Así se explica que, como se verá
                                                                                   en el análisis de la obra de Camba-
                                                                                   ceres, el naturalismo argentino adop-
                                                                                   te más los mecanismos y las técnicas
                                                                                   zolianas que sus objetivos funda-
                                                                                   mentales. Zola ataca frontalmente a
                                                                                   la clase dirigente de la burguesía
                                                                                  francesa; los naturalistas argentinos
                                                                                   terminan por defender cerradamente
                                                                                  la clase dominante a la cual pertene-
                                                                                  cen. Sin embargo, si bien la adop-
                                                                                  ción del naturalismo implicó un fal-
                                                                                  seamiento en este nivel, por otra par-
                                                                                  te abrió a la novela argentina el cam-
                                                                                  po de su conexión con la realidad,
                                                                                  posibilitando la incorporación defini-
                                                                                  tiva de la temática urbana.
                                                                                  Novelistas del naturalismo ar-
                                                                                  gentino. - A partir de Pot-pourri
                                                                                   (1881), Cambaceres abre el camino
                                                                                  a los narradores naturalistas argen-
                                                                                  tinos. Los procedimientos de la nue-
                                                                                  va escuela fueron aplicados de modo
                                                                                  general, con frecuentes irrupciones
                                                                                  de rasgos románticos que aún sub-
                                                                                  sistían en el gusto y el oficio de los
                                                                                  nuevos novelistas. En algunos casos
                                                                                  se trató de cumplir estrictamente
                                                                                  con los preceptos naturalistas; así por
                                                                                  ejemplo, En la sangre (1887), de
                                                                                  Cambaceres; Inocentes o culpables
                                                                                  (1884) de Antonio Argerích, Irres-
                                                                                  ponsable (1889), de Manuel T. Po-
                                                                                  destá. Otras veces la técnica natu-
                                                                                  ralista fue menos ortodoxa. A pesar
                                                                                  de ser un encarnizado detractor de
Escena de la revolución de 1890 (esquina de Talcahuano y Piedad -hoy B. Mitre-)   Zola, Lucio V. López publica en 1884
148
La gran aldea, con algunas huellas        dre un qurrmco francés establecido
de la nueva escuela. El médico Fran-      en la Argentina poco antes de 1833;
cisco A. Sicardi produce entre 1895       heredero de una regular fortuna, la
y 1901 los cinco gruesos volúmenes        invirtió aquí en la compra de cam-
del Libro extraño, con abundantes         pos, convirtiéndose en un poderoso
elementos naturalistas mechados ele       estanciero. Su madre, Rufina Alais,
lirismo romántico. Dos grandes gru-       Iuc una porteña presumiblemente hi-
pos de novelas filiadas en mayor o        ja elel grabador inglés del mismo
menos grado al naturalismo, se refie-     apellido. Su hermano Antonino, na-
ren a los temas decisivos en el mo-       cido en 1833, fue ingeniero, director
mento ochentista: el inmigrante y la      de las obras del Iliachuclo y senador
fiebre financiera. El inmigrante es       nacional. Eugenio cursó estudios en
protagonista de un amplio sector de       el viejo Colegio Nacional )' se graduó
novelas: además de En la sangre           de abogado en la Facultad de Dere-
(1887) de Carnbaceres, y de la ya         cho, dedicándose torta tiempo a la
mencionada 1Ilocen!es U     culpables,    profesión. En 1870 lue elegido secre-
están en este grupo lJianchelto (1896),   tario del Club del Progreso, donde se
de Adolfo Saldías; Teodoro Foronda        reunía lo más granado de la genera-
(1896), de Francisco Crandmontag-         ción ochentista. Ese mismo año es
no, amén de algunas de las Novelas        diputado por la Legislatura de la
Argentinas de Carlos María Ocantos.       provincia de Buenos Aires, y en 1871       Francisco Sicardi   (1856-1927 J.
y cuando se produce el desastre fi-       figura en la Convención de la misma.
nanciero de 1890 surge el otro ciclo      Allí presenta un proyecto de sepa-
novelesco emparentado con la téc-         ración de Iglesia y Estado, que pro-
nica naturalista, el ciclo de la Bolsa.   duce escándalo y It! vale fama de
El mismo año de la crisis se publica      ateo y masón. El discurso que en tal
Abismos, de Manuel Bahamonde; al          ocasión pronuncia fue publicado en
año siguiente aparecen La Bolsa, de       la Revista del Río de la Plata y, pos-
"[ulián Marte)" (José María Miró);        teriormente, en la Oratoria Argentina
Quilíto, de Carlos M. Ocantos; y Ho-      de Carranza. En 1873 es designado
ras de fiebre, de Segundo 1. Villafañe.   vicepresidente del Club del Progreso.
El tema sigue interesando a los no-       Al año siguiente, electo diputado na-
velistas después de 1891: Grandezas       cional, produce otro escándalo y debe
(J896), de Pedro G. Morante; Qui-         arrostrar las iras de sus correligiona-
mera (1899), de José Luis Cantilo,        rios al levantarse contra su propio
prolongan una línea temática que lIe-     partido para denunciar los fraudes de
ga hasta Roberto J. PaYIó, con Di-        la elección presidencial. En 1876 es
vertidas aventuras del nieto de Juan      reelecto diputado nacional pero re-
M Q7'eiTa (1910). De este modo, el         nuncia a su banca. A partir de enton-
nacimiento, apogeo y derivación de        ces deja definitivamente la vida p6-
la novela naturalista argentina, que      blica; sin ningún apuro económico
se muestra a la vez como el factor         (es estanciero), tampoco vuelve a ejer-
fundamental de la vertebración del        cer la abogacía. Se dedica a escribir,
género novelesco en nuestro país,         publicando sus cuatro novelas: Pot-
puede ser delimitado en el lapso de       pourri (1881); Música sentimental
los últimos veinte años del siglo XIX.    (1884); Sin rumbo (1885) y En la
Ya se ha dicho que su punto de arran-     sangre (1887). Pocos meses más tar-
que y su autor más representativo         de, en 1888, fallece en París. La pri-
es Eugenio Cambaceres.                    mera edición de Pot-pOll'/'l'Í lleva el
                                          subtítulo de SUbidos de un vago, lo
Las novelas de Eugenio Camba-             mismo que la segunda novela, Mú-
ceres - Eugenio Cambaceres nació          sica sentimental. Apareció sin nom-
en Buenos Aires en 1843. Fue su pa-       bre de autor y con un breve prólogo
                                                                                                                         149
                                    de corte autobiográfico que permitió      de avaricia y de miseria. Muere su
                                    a sus contemporáneos establecer la        padre y con la pequeña fortuna he-
                                    paternidad de la obra. La tercera         redada llega a cursar estudios en el
                                    edición, de 1883, agrega otro prólogo,    Colegio Nacional. Sin condiciones pa-
                                    titulado "Dos palabras del autor",        ra seguir estudiando y mermado su
                                    importante documento en que se de-        haber por un fastuoso tren de vida,
                                    fiende de los ataques que el libro        seduce a la hija de un estanciero con
                                    había despertado. En un comienzo, la      el objeto de casar con ella y solucio-
                                    crítica se le mostró enemiga; a pesar     nar así sus angustias económicas. Otra
                                    de ello, sus dos primeras novelas ob-     vez con riquezas, se dedica a la
                                    tuvieron tres reedicciones consecuti-     especulación de tierras y vuelve a
                                    vas, y Sin rumbo cuatro, en pocos         perder poco a poco su dinero. Má-
                                    años. En 1887 ya se 10 ha aceptado:       xima, su mujer, reclama y le niega
                                    En la sangre aparece en las columnas      su bolsa. Cenaro la azota y, en un
                                    del Sud América, periódico que apo-       final novelístico abierto, amenaza con
                                    yaba la política de [uárez Celman.        matarla.
                                    Los temas novelescos: Pot-pourri po-      Análisis: Puede advertirse una seña-
                                    see un leve hilo anecdótico, constitui-   lada evolución desde la primera a la'
                                    do por una historia conyugal con do-      última novela de Cambaceres. Así, en
                                    ble adulterio, resuelta por la fuga del   lo formal y técnico, existe una pro-
                                    seductor provocada por la intervención    gresiva novelización en la materia
                                    del amigo del marido. El todo se com-     narrada que, desde el débil hilo anec-
                                    pleta con rasgos autobiográficos, ele-    dótico de Pot-pourri y el esquematis-
                                    mentos de sátira, retratos burlescos,     mo de Música sentimental, llega a la
                                    alusiones y apuntes costumbristas.        mayor riqueza y armado de Sin rttm-
                                    Música sentimental es la historia de      bo y a la voluntad de construcción
                                    Pablo, un joven argentino acaudalado      de En la sangre, viciada sin embargo
I I
                                    que viaja a París. Allí se relaciona      por una tesis central que violenta sus
                                    con Loulou, ramera de alto vuelo que      contenidos. Asimismo, el período de
                                    se enamora de él. Pablo seduce a una      tiempo narrado en cada novela señala
                                    condesa y Loulou, despechada, ad-         la intención de abarcar ciclos de de-
                                    vierte al marido engañado. Se produce     sarrollo cada vez más extensos: en las
                                    un duelo, Pablo mata a su adversa-        dos primeras novelas la anécdota re-
                                    rio, pero queda herido. Una sífilis       corta aproximadamente un año y me-
                                    latente hace crisis y lo destruye. Lou-   dio de la vida de los protagonistas;
      Adolfo Saldías (1850-1914).   lou vuelve a la prostitución, "como       en la tercera ya son tres los años
      Caricatura de Cao             horizontal de marca". Sin rumbo pre-      narrados de la vida del personaje cen-
                                    senta a Andrés, abúlico que arrastra      tral, mientras que en la última nos
                                     una existencia en medio del pesimis-     presenta a Cenaro desde su naci-
                                    mo y del hastío. Como acto gratui-        miento hasta su madurez, dejando
                                    to, seduce a una chinita de su es-        abierta la posible continuación de su
                                     tancia, hija de un fiel servidor. Des-   destino. En este sentido, la presen-
                                     pués de agotar un invierno en Buenos     tación de los personajes también evo-
                                    Aires, vuelve precipitadamente a su       luciona: en Pot-pourri y MúS'ica sen-
                                    estancia pensando en el hijo que le       timental tenemos grandes sectores de
                                    va a nacer. Donata, la madre, muere       autobiografía y un narrador que se
                                    en el parto. Andrea, su hija, muere       recorta como personaje "interesante"
                                    dos años más tarde víctima de un          y jerarquizado; los demás personajes
                                     ataque de crup. Andrés se suicida en     aparecen desdibujados, trazados a
                                     tanto estalla un incendio en sus po-     grandes rasgos y usados como pre-
                                    sesiones. En la sangre desarrolla la      texto para que actúen los protagonis-
                                     vida de Cenaro, hijo de inmigrantes      tas o para brindar la posibilidad de
                                    italianos, que crece en un ambiente        un tono mundano e irónico que acu-
      '150
 mula censuras y críticas por parte          realidad a causa del mensaje que
 del autor-narrador. En Sin rumbo,           pugna por demostrar. Ae ti tu d ésta
  empero, los personajes están más de-       que culmina en En la sangre, donde
  limitados y poseen cierta vida propia;     la estricta aplicaci6n de las técnicas
  en lugar de las consabidas censuras       naturalistas está al servicio de obje-
  aparece un mensaje más homogéneo           tivos muy diferentes a los de la es-
  y orgánico, que en En la sangre to-       cuela zoliana. Estos mecanismos na-
  mará los rieles unilaterales de la         turalistas van apareciendo progresi-
  tesis. Pero donde quizás mejor se ad-     vamente en la obra de Carnbaceres; a
 vierte es t e progresivo perfecciona-      medida que se perfecciona como es-
 miento del oficio, es en el aspecto        critor, adopta cada vez más decidida-
 del punto de vista elegido para la         mente tales técnicas y procedimientos
 exposici6n de la trama novelística. En     al mismo tiempo que sus obras, como
 el primer libro existe un caltseur, un     las de otros naturalistas argentinos,
 narrador en primera persona (narra-        pasan del rechazo a la aceptaci6n por
 dor que cuenta los hechos corno si         parte de lectores y crítica. El pro-
 los hubiera vivido); además, el abun-      gresivo empleo del estilo indirecto
 dante empleo del estilo directo en         libre ya señala la progresión apunta-
 forma de diálogo proporciona viveza        da. Las referencias al naturalismo van
 y realidad a lo narrado. Música sen-       desde las menciones fugaces o indi-
 timental también está íntegramente         rectas:u•••  Ie contesté encajándole la
narrada en primera persona, pero en         lanceta a guisa de estudio psicológico"
 esta novela Carnbaceres comienza a         (Música sentimental, c. XIV); ". ,.el
 hacer un decidido empleo del estilo        médico se hizo naturalista y le puso
"indirecto libre" (véase especialmente      los puntos sobre las ícs" (id., C. XXX);
el capítulo XXVIII), con el cual es        hasta las explícitas, como en el caso
 menos visible el narrador y el foco        de las preferencias literarias de An-
de la perspectiva casi pasa al interior    drés: "Exclusivista intratable, n a el a
del propio personaje, como si el lec-       admitía que no fuera ele su escuela ...
 tor se asomase a su intimidad. Este       Quería que se cortara por lo sano,
recurso existió desde antiguo, pero        en carne cruda, verdad, vida ... Ape-
el impulso decisivo en su utilización      nas, de tarde en tarde, le era dado
se debió al naturalismo, empeñado en       saborear algún primor, la última no-
la tarea de evitar en la medida de         vedad, el último rasgo de alguno de
lo posible toda interferencia del na-      los maestros" (Sin rumbo, C. XXV).
rrador en la intimidad de los perso-       Los trozos de "bravura", las secuen-        Francisco Grandmontagne (1866-1936).
najes. Desde esta estructura de relato,    cias de filiación naturalista, van au-      Caricatura en Caras y Caretas, 29-7-1899
con narrador en primera persona, se        mentando poco a poco en sus novelas.
pasa en las dos últimas novelas a una      Así, si en Pot-pourri escasean, en M tÍ-
estructura ya novelística, con un na-      sica sentimental comienzan a aparecer
rrador en tercera persona, que queda       definitivamente, como en la descrip-
fuera del plano de los acontecimien-       ción de las heridas y la enfermedad
tos, y con un más abundante empleo         de Pablo (c. XXVI y XXIX) y en la
del estilo indirecto libre. A pesar de     escena en que el mismo personaje in-
esto último, Cambaceres no consigue        tenta poseer a Loulou (c. XXXI). En
la objetividad en la caracterización       Sin rumbo abundan: la violación ele
de los personajes perseguida por los       Donata (c. IV); los amores con la
maestros del naturalismo; constante-       cantante italiana (c. XVIII); el crup
mente les aplica la perspectiva "om-       de Andrea (c. XLI y XLIV); el sui-
níscente" que todo lo Vf> e interpreta     cidio de Andrés (c. XLV). Por último,
en la motivaci6n o en el pensamiento       En la sangre presenta múltiples de
de sus criaturas de ficción, posible-      estas secuencias, entre las cuales se
mente llevado a entrometerse en la         destacan las correspondientes a la
                                                                                                                          151
                                                               primera parte (infancia y adolescen-         jes y, en general, en el tratamiento
                                                               cia de Cenaro) y la del azotamiento          a que los somete, La toma de partido
             UTlLIDAD, VALOR y PRICIO                          de Máxima (c, XLII), El concepto de          por unos en detrimento de otros se
            --~===============-                                la herencia de instintos y tenden-           produce, por ejemplo, a través del
                                                               cias, clave naturalista, va siendo len-      lenguaje: los tipos censurados se ex-
                                                               tamente redondeado, Tímidamente              presan en un lenguaje crudamente
       DISERT ACION                                            señalado al principio: "" .instintiva-       realista, de expresiones po pul ar es
                                                               mente inclinada al mal" (Pot-potlrri,         (dI'. En la sangre, c. IX); el voseo
                                                               c. 111) ;, " , .cues tíéIOn d e sangre", "   aparece con sentido desjerarquízador,
  PRrmT.lD,\     EN L\ UNIVER~ID,lDD~BUENO~AIR[~
                                                               (Música sentimental, c. 1); adquiere         contrapuesto al tuteo, puesto en boca
                               POR
                                                               importancia paulatinamente: "", obe-         de la clase alta, El distanciamiento
                                                               deciendo a la voz misteriosa del             se efectúa asimismo por medio de la
                                                               instinto" (Sin rumbo, c. IV); "" .ins-       cultura, contexto que jerarquiza y del
            EUGENIO CAMBACÉRÉS
                                                               tintivamente una secreta repugnancia"        cual los demás no participan, Algu-
      PARA08TUER EL CUOO DE DOCTORIN lUB!SPBUtlNCIJ.
                                                               (id" c. XXXII); "", movida por el            nos personajes, aquellos que no en-
                                                               genio egoísta y avaro de la especie"         tran en la escala del autor, están
                                                               (id" c. XXXIV); hasta cobrar impor-          sometidos a un tratamiento desindi-
                                                               tancia estructural en En la sangre,           vídualízador, se los rebaja no dándo-
                                                               donde aparece como tema conductor:            les nombre: el padre de Cenare es
                                                               "Y víctimas de las sugestiones impe-          "el tachero", "el italiano", "el gringo",
                                                               riosas de la sangre, de la irresistible       "el Nápoli", En general, los integran-
                                                               influencia hereditaria, del patrimonio        tes de las clases bajas son tratados
                                                               de la raza que fatalmente con la vida,        a la distancia y francamente desdeña-
                         IlUEI'\OS AIRES                       al ver la luz, le fuera transmitido, las      dos: en Pot-pourri, Taniete el gallego
                               !8G9                            malas, las bajas pasiones hicieron de         que sirve al narrador, es "una bestia",
           Imp, .llutnos AirtSt calle de 1I01t110 Ndlll, 13,   pronto explosión en su alma" (e, X);          que viene "de Galicia, la tierra de
                                                               ", , .acentuando en él cada vez más           bendición donde esos frutos se cose-
                                                               sus ingénitas tendencias" (c. XI);            chan por millones", y tiene una mano
POltada de la tesis presentada por                             ". , .estaba en su sangre eso, consti-        "que, por su tamaño, parecía descol-
Cambaceres para obtener el título                              tucional, inveterado, le venía de casta       gada de la muestra de un guantero",
de doctor en jurisprudencia                                    como el color de la piel, le había            y un pie "ancho como cimiento de
                                                               sido transmitido por herencia, de pa-         tres ladrillos", Los hijos de un pues-
                                                               dre a hijo, ." (c. XVI), Y así a lo           tero poseen una expresi6n "que tiene
                                                               largo de toda la novela, vertebrando          tanto de la bestia como del ser hu-
                                                               el proceder de Genaro, las situacio-          mano", En Música sentimental se ha-
                                                               nes y el tema convertido en tesis             bla del "público de franco y medio"
                                                               admonitoria, A través de sus novelas,         de los espectáculos teatrales; de los
                                                               va acentuando el uso de procedimien-          pequeños jugadores, "morralla infa-
                                                                tos narrativos naturalistas, ¿Significa      me" que juega con "una indecente
                                                                esto que esté afiliado por entero a la       pieza de cent sous'. En Sin wmbo,
                                                                escuela zoliana? En el caso del na-          los paisanos que asisten a un acto
                                                                turalista francés se puede advertir el       público son "las últimas cartas: el
                                                                empleo de un conjunto de medios ex-           chiripá y la camiseta"; en el teatro,
                                                                presivos que apuntan a la objetividad,       arriba, está la raya sucia del paraíso",
                                                                En Cambaceres 'se nota más bien la           A esta humanidad despreciada, como
                                                                técnica, pero no la adhesión a los            también a otros personajes ubicados
                                                                fines que otorgan sentido a esa téc-         más arriba en la escala social, se con-
                                                                nica; sus recursos lo muestran en una        trapone la distinción de un personaje
                                                                actitud superior de juez, intocado por        "interesante" y jerarquizado, como el
                                                                la baja realidad que manipula, Esto           Andrés de Sin wmbo o el narrador
                                                                se comprueba en las constantes inter-         de Pot-pourri y Música sentimental,
                                                                 ferencias al caracterizar sus persona        escépticos, pesimisistas, gastados "por
152
                                                       el tormento de su obsesión morar' y
                                                       que gozan con el "encanto secreto,
         POTPOURRI                                     infinito, horrible" de cebarse en el
                                                       dolor. Personaje claramente apartado
                                                       por su posición social, por su cultura
                                                       o por la exquisitez interior; que per-
               SI LI3IDOS                              tcnece a la clase de los que "aman
                                                       pasar su invierno largo a largo sobre
                             I,~
                                                       un sillón frente a la chimenea"; que
                                                       se eriza ante "algún guaso de Jos que
   UN\TAGO                                             abundan por estas alturas", y ante
                                                       quienes "uniformemente y sin excep-
                                                       ción, lisan los codos sobre la mesa,
                                                       comen con el cuchillo... se lo meten
                                                       en la boca... no necesitan serville-
                                                       ta... y aderezan su comida con una
                                                       ensalada de ajos que a cada paso
                                                       intercalan en su conversación con los
                                                       otros comensales"; que se manifiesta
                                                       "insensible a las fiestas populares, an-
                                                       tipático al vulgo por instinto, enemigo
                                                       nato de las muchedumbres", y que
               BUENOS AlH.ES                           "en achaques sociales" es "más rea-
    IUlI"'enln do M. IJ 1110"., Uel¡;rano 133 .1 139
                                                       lista que el rey: libertad, hasta por
                                                       ahí; igualdad, ninguna, y fraternidad
                        l882                           con mis hermanos" (Pot-pourri, Mú-
                                                       sica sentimental). A veces, Camba ce-
Portada de la primera edición de
                                                       res apela a la técnica de los con-         Eugenio Cambaceres
Pot-pourri de Comhaceies
                                                       trastes para establecer diferencias
                                                       entre personajes que rescata y per-
                                                       sonajes que denigra, iluminando de         Cambaceres
                                                       paso otras significaciones más com-
                                                       plejas; así, por ejemplo, en el caso       y la perspectiva
                                                       de un marido "joven, buen mozo, in-
                                                       teligente, honrado, bueno y rico", cu-     literaria
    SIN RUMBO                                          ya mujer es seducida por "un men-
                                                       tecato que no tiene dónde caerse           desde el ochenta
                                                       muerto", y que, para colmo, hace
                       ( ... 11 hh.·
                                                                                                                                         153
 literaria de una nueva situaci6n: a           naturalismo. El apartamiento y la je-       en el barrio del alto') se ha trasla-
 consecuencia de los planes del grupo          rarquízación parecen estar muy l~j~s        dado "a la espléndila mansión que
 dirigente ha surgido un elem~nto              del principio naturalista que exigta        su esposo le había destinado en una
 social que provoca el desc~ncIerto            evitar todo extremo en el modelado          de las calles aristocráticas del centro".
 de ese grupo que, convencido                  de lospersonajes y recomendaba aparo        "[Hasta cuándo -prorrumpe una in-
 de ser legítimo depositario del poder,        tarse de todo énfasis. Es muy .difícil      terlocutora- soportarán Uds. impa-
 termina por negar ~ ese nuevo .               cumplir con ese cometido de rigurosa        sibles que esta canalla explote inicua-
 componente, insufland~le a~ ~llsmO            objetividad, con un narrador simple-        mente el acceso franco y generoso, la
 tiempo condiciones de mfer~o.ndad             mente intermediario para que el lec-        hospitalidad patriarcal que se les ofre-
 física y espiritual. La CrISISdel 90          tor comprenda por sí solo la denuncia       ce!" También en el segundo caso, la
  mostrará el juego de esos nuevos             o la revelación de una verdad, y de         crítica se dirige fundamentalmente al
  factores, la resistencia y de~ilidad de la   hecho muchos maestros del natura-           advenedizo que deteriora las buenas
  alta clase liberal y el empuje               lismo no lograron obviar tal dificul-       costumbres. Por su parte, la alta bur-
  de las nuevas clases medias.                 tad. De acuerdo a esto es posible           guesía está revestida de cualidades
  La cultura europeizante asiste a la          1nterpretar la desviación señalada en       culturales que la enaltecen y distin-
  aparición de otra, híbrida y embrionaria,    Cambaceres como un defecto de or-           guen (el narrador y su amigo Juan).
  que se manifiesta en lo urbano               den técnico. Pero la evolución de           En Música sentimental la burguesía
  (el sainete, el lunfardo, el tango).         ciertos temas en su obra total demues-
                                                                                            en ascenso está menos ridiculizada:
  En el terreno estrictamente literario,       tra que su naturalismo se basa en
                                                                                            Pablo, que "trasudaba, es cierto, UD
  el modernismo es adoptado como               lo exterior de los procedimientos más        quién sabe qué a flamante, un falso
  respuesta estética por la alta               que en lo medular de los objetivos.
                                                                                            aire de tienda de tapicero o de casa
  burguesía, en tanto que el realismo          Como ha quedado dicho, si Zola en-           recién puesta", se redime en todo caso
  naturalista es instrumentado por las         cara su obra como un ataque contra           por el valor demostrado en el duelo
. nuevas clases - simultáneamente               la burguesía francesa, a la que con-        (c. XVIII). La alta burguesía (el
  con impulso usurpador y con                   sidera culpable de la injusticia social,    narrador) continúa siendo enaltecida,
  asimilación acatadora. La obra de             Cambaceres termina por defender los         también en lo moral (rechazo de la
  Payró, Gálvez, Sánchez, señala esta           ideales y formas de vida de la alta         sensualidad, y fidelidad al amigo, c.
  evolución, como también el pasaje             burguesía, que a su vez concluye por        XIV-XV). El sacrificio de Andrés en
  del escritor "gentleman" (según               aceptarlo como escritor y vocero re-        Sin rumbo y la idealización de Má-
  la denominación de David Viñas), en           presentativo. A este respecto es sigo       xima en En la sangre, mancillada por
  quien "la literatura no era oficio            níficativa la evolución en el trata-        el hijo de inmigrantes Genaro, clau-
  sino privilegio de la renta",                 miento de la alta burguesía, su propio      suran este ciclo de redención y enno-
  al escritor profesional proveniente           círculo. En Pot-pourri insinúa una          blecimiento. En Potpourri, se hace
   de la clase media, militante,                crítica de la burguesía en ascenso,         burla del racismo que el estanciero
   contradictorio, pero signo ya de la          principalmente en el capítulo IlI, en       advenedizo sustenta contra los mu-
   nueva tensión histórica.                     el que pasa revista a los asistentes        latos. Seis años después, en En la
                                                a un baile de sociedad, y en los ca-        sangre, Cambaceres desemboca en
                                                pítulos V-VI-VII, en que hace la his-       una furiosa xenofobia, en un odio
                                                toria de un estanciero "hijo de un          declarado contra la "baja inmigra-
                                                 antiguo mayordomo, capataz o inte-         ción" (Genaro) que corrompe y de-
                                                 resado cualquiera en una punta de          genera los valores, acercándose así a
                                                 vacas de Anchorena, Dorrego o al-          la actitud de un Antonio Argerích
                                                 gún otro". En el primer caso se nos        que, en el prólogo a su novela Ino-
                                                 presenta un cuadro de inmoralidad          centes o culpables (1884), manifiesta
                                                 individual y social, de inelegancia y,     oponerse "franca y decididamente a
                                                 sobre todo, de arribismo enérgica-         la inmigración inferior europea", que
                                                 mente condenado: tal el "aventurero",      reputa "desastrosa para los destinos
                                                 "plebeyo como [ohn Bull", que ha           a que legítimamente puede y debe
                                                 ascendido por el otro obtenido             aspirar la República Argentina". La
                                                 gracias a "su audacia y la insensata       evolución en los contenidos puede
                                                 candidez de la familia en cuyo seno         también observarse en la pintura que
                                                 se ha metido"; o la adúltera que "del      Cambaceres hace de las mujeres: si
                                                 casucho que habitaba con su familia        en Pot-pourri critica a la criolla in:
  154
substancial, huera, voluble (María),      sentimental, él pesar de tratarse de
en En la sangre traza el contorno         París la ciudad comienza a cobrar
espiritualizado en Máxima, residencia     tonaÚdades negativas ("París, el ogro
iluminada de los valores, sobre el        enorme, seguía impasible en su afán
fondo sombrío de la abyección de          de devorar vidas y haciendas. Sobre
Cenaro. Hombre y mujer deben per-         una naturaleza muerta, un foco vivo;
manecer en los límites de la propia       en el hielo un brasero: París", c. VIII).
clase; en Pot-poutt! esto se da abso-     Sin rumbo la presenta ya como re-
lutamente por supuesto: el advene-        ducto letal, y tal característica co-
dizo que corteja a la mujer de su         mienza a ser explicitada: el infierno
patrón y protector es expulsado vio-      son los otros; por contraste, el campo
lentamente por el propio relator. En      aparece ahora pleno de virtud roge-
Música sentimental la unión social-       nerativa ("Una brusca nostalgia de
mente inconveniente de Pablo con la       la Pampa lo invadía, su estancia, su
ramera Loulou se efectúa lejos, en        libertad, su vida soberana, fuera del
París, sin consumarse formalmente y       ambiente corrompido de la ciudad,
sin modificar la realidad: el hijo de     del contacto infectivo de los otros,
ambos muere prematuramente; al fa-        lejos del putrílago socia!"). Esos
llecer Pablo, Loulou vuelve a la pros-    otros, responsables del peligro que
titución. En Sin rumbo, este prin-        ronda en la nueva ciudad, son para
cipio acerca de las relaciones hombre-    Cambaceres los inmigrantes y sus hi-
mujer parece a punto de desvirtuar-       jos, cuyas exigencias pugnan por mo-
se: Andrés seduce a la chinita Donara     dificar una realidad celosamente con-
y ésta queda embarazada; nace An-         gelada. Y En la sangre será la novela
drea, pero Donata muere de sobre-         que los estigmatice. A la inversa, y
parto y desaparece de la escena opor-     con toda lógica, el paulatino despre-
tunamente. En la sangre, por último,      cio por la ciudad tiene su correlato
cierra este núcleo de significación con   en una progresiva idealización del
un indignado mensaje de protesta:         campo y su propiedad. De cierta iro-
Máxima, hija de una familia de peso
social, cae en manos de Cenaro, tipo
                                                               r ...
                                          nía en Pot-pOU'T1'Í la ganadería,           Vendedor ambulante.
                                          verdadero retugium pecatorum de             Dtbuio de Lenz, 1890
de advenedizo en el cual Cambaceres       brutos e inservibles", c. I1I) se pasa
carga todas las tintas de su paleta. A    en Música sent'imental a una crítica
modo de lección para desprevenidos        acerca de la dilapidación que hace
o de advertencia profética, los parien-   Pablo de su riqueza, para llegar en
 tes y amigos de la familia de Máxima     Sin rumbo a una completa idealiza-
encuentran "extraña, inexplicable, la     ción (c. XXV) de la estancia, refugio
 facilidad con que había sido acogido     del espíritu herido por la promiscui-
 [Cenaro], y los avisos, las adverten-    dad urbana. En En la sangre, la po-
cias, las reflexiones y consejos natu-    sesión de la tierra otorga posición
ralmente no escaseaban". La xenofo-       social y moral, sobre todo la heredad
 bia de esta novela está estrechamente    de antigua data: el padre de Máxima
relacionada con la idea acerca de la      es "dueño de muchas leguas de cam-
 ciudad, progresivamente considerada      po y de muchos miles de vacas, po-
como elemento de corrupción. En           seedor de una de esas fortunas de
Pot-pout«, a pesar de cuestionarla en     viejo cuño, donación de algún virrey
 ciertos aspectos, se la acepta en todo   o algún abuelo, confiscada por Rosas,
 caso como residencia de cultura; por     y decuplada de valor después de la
 contraste, el campo no posee ninguna     caída del tirano" (c. XIX). Los habi-
 excelencia (" ... la pampa me hace el     tantes de ese campo también reciben
 efecto de ser el pedazo de tierra más    su cuota de espiritualización: los ti-
 bestialmente monotóno que haya in-       pos rústicos, muy brutos e incluso in-
 ventado Dios ... ", c. VII). En Música   morales al comienzo (por ejemplo en
                                                                                                             155
                                                   primeros realizadores, y en Emilio Zola
     La teoría                                     su jefe teórico y máximo representante.
                                                   El triunfo de la
     naturalista                                   concepción del mundo propia de las
                                                   ciencias naturales y del pensamiento
     Hacia 1830, una generación comienza
                                                   racionalista y tecnológico sobre el
     en Francia su carrera literaria
     con el convencimiento de que la               espíritu tradicionalista, acompaña a la
     estructura de la sociedad ha cambiado         eclosión de la nueva tendencia
     completamente: la burguesía se ha             novelística de aquellos años. El
     emancipado y tiene conciencia de ello;        pensamiento de que todo fenómeno
     la aristocracia desaparece de la              acaece en un marco de condiciones y
     escena y, al mismo tiempo, comienza           motivos,fundamenta el interés que
     la lucha de la clase obrera por la            la novela naturalista pone en la
     influencia política. Paralelamente, se        descripción de ambientes. El milagro
     inscriben en este cuadro el racionalismo      y la casualidad son desterrados
     económicoaunado a la progresiva               del correcto desarrollo de la acción
     industrialización y a la victoria total del   novelesca; el principio de causalidad rige
     capitalismo, el adelanto de la ciencia        el criterio de la verdad psicológica
     histórica y de las ciencias exactas           de los temperamentos. El método de
     y un cientificismo general del                observación de las ciencias naturales,
     pensamiento ligado a este progreso.           que no descuida circunstancia
     Stendhal (Henry Beyle) y Honorato de          alguna, lleva a los naturalistas a la
     Balzac se imponen como tarea la               abundante utilización de pormenores
     descripción de esa nueva y modificada         y detalles. Pero la fuente principal
     sociedad; tal designio los conduce            reside en la experiencia política de 1848:
     a un realismo buscado en la vida social,      el fracaso de la revolución, la represión
     que se ha vuelto especialmente                y el ascenso al poder de Luis
     interesante para su generación. Esa           Napoleón, significan la quiebra de
     conciencia social, la sensibilidad            todos los ideales y utopías. De ahí en
     para los cambios y revalorizaciones           más, la tendencia general es atenerse
     sociales, hacen de estos escritores los       puramente a los hechos. y esto
     creadores de la moderna novela                explica otros rasgos de la novela
     realista. ~n lo sucesivo,parece imposible     naturalista: la renuncia a la fuga de
     representar un personaje aislado de           la realidad; la exigencia de exactitud
     su contexto social. Sobre todo Balzac,        en la descripción de los hechos;
     a pesar de sus rezagos románticos,            el atenerse al presente como único
     es quien libera el género narrativo           objeto importante; la tendencia popular
     de lo autobiográfico o meramente              en temas y en público lector, el
     psicológico, quebrando el marco de los        activismo y el contenido político. No
     destinos individuales y superando             sólo conocer sino también modificar
     el estilo confesional. Hacia 1870 este        la realidad. La inclusión de los
     proceso deriva en la creación                 estratos populares, que en los Goncourt
     de una nueva escuela narrativa: la            y en Flaubert respondía a un impulso
     novela naturalista, que, reconociendo         estético más que social, a una
     como precursores a Stendhal y                 necesidad de representación de lo feo y
     Balzac, tuvo en los hermanos Concourt,        exótico como protesta contra el estilo
     en Flaubert, en AHonsoDaudet, sus             elevado e idealizador ("... el pueblo, la    Escena de la revo l uciun
                                                                                                                        'd e ¡U. /'0I
1!
               canalla, si queréis, para mí tiene el
               encanto de las poblaciones desconocidas
               y DO descubiertas, algo de ese
               exotismo que los viajeros buscan ... ",
               Edmond de Concourt, Diario,
               3-XII-1871), demuestra en la obra de
               Zola la intención de desentrañar
               la problemática social de la época.
               Ubicado en la segunda revolución
               industrial, ante una burguesía ya
               capitalista y un sector sujeto a la
               explotación, Zola considera que una
               literatura es inocua en tanto no
               denuncie los males sociales y no ataque
               a sus causantes. Para colaborar
               eficientemente en la tarea de
               destrucción de las injustas estructuras,
               la novela deberá poseer un método
               científico. Tal método, en la teoría de
               Zola, será el experimental, copiado
               de las ciencias naturales e inspirado
               en las ideas que Claude Bemard
               expusiera en la Introducción al estudio
               dé la medicina experimental (1865).
               El cuadro se completará con
               el concepto de las leyes de la herencia
               de instintos y tendencias (según
               las obras fisiológicas de dos médicos
               de la época: Letomeau y Prosper
               Lucas), y con la idea de la influencia
               del medio, de acuerdo a Hipólito Taine.
               Considerando estos rasgos y objetivos,
               no es de extrañar que la novela
               naturalista, fundamentalmente la
               zoliana, haya despertado una violenta
               resistencia en el momento de
               su aparición. En la repulsa del
               naturalismo se expresó el instinto de
               conservación de las clases dominantes,
               su percepción de que un arte que
               expresaba la vida crudamente constituía
               en sí mismo un hecho revolucionario.
               Desde Francia, en torno a 1880,
               el naturalismo se difunde por toda
               Europa. También por esa fecha hace
dJo en París   irrupción en el Río de la Plata.
                                                          157
.........----~--------
EN LA
SANGRE
BUENOS AIRES
                                                                                                                          159
                                               desesperada, tal corno lo recuerda
                     I
                                               Joaquín de Vedía en Cómo los vi yo:
             JULlAN MARTEL
                                               "Su conversación dejaba una especie           •• , ..... ,   \""l'.U"   1[1 ,. ...1111 ~'"   1,"lIlt   .... " ••   ''''IJI   ,."~,
     LA BOLSA
                                               melancolía. Al parecer, cuando tenía
                                               20 años' se acercó a la Bolsa para
                                               iniciarse en las operaciones con la
                                                                                            L'ARGENT
                                               esperanza, muy común en esa época,                                                   1'\1:
                                                                                                                                    161
                                                                                  autobiográficos que reaparecen en
                                                                                 otros personajes y situaciones: Lillo,
                              LOS INMIGRRNTES                                    que sostiene a su madre, Glow que
                                                                                 opina sobre la situación. Es posible,
                                                                                 entonces, que las opiniones de Glow
                                                                                 sean las del narrador y, por conse-
                                                                                 cuencia, del autor. Pero el narrador
                                                                                 valoriza por sus propios cabales me-
                                                                                 diante procedimientos que tienden a
                                                                                 poner distancia entre el que mira y
                                                                                 las cosas; de este modo, todo es gro-
                                                                                 sero, chabacano, vulgar, charro, re-
                                                                                 pugnante, estridente, colorido en cier-
                                                                                 ta dirección y amable, hermoso, dig-
                                                                                 no, simpático en otra; uno y otro
                                                                                 sentido persiguen definir, desbrozar,
                                                                                 calificar. En virtud de esta persecu-
                                                                                 ción de sentidos, los hombres apare-
                                                                                 cen como insectos agresivos, movién-
                                                                                dose como enajenados, iguales pero
                                                                                agresivos. Todos, menos uno, el que
                                                                                sabe poner distancia, el na rr ad or
                                                                                que califica, el poeta que mira desde
                                                                                un banco. Ese apartamiento habilita
                                                                                para asir lo fugaz y discernir lo apa-
                                                                                rentemente indiscernible, ver 10 real,
                                                                                distinguir entre Jo engañoso y lo esen-
                                                                                cial, entre lo espontáneo y el afeite.
                                                                                Se liga a este aspecto el tono profé-
                                                                                tico constante, el anuncio de la per-
                                                                                dición de Buenos Aires o la descrip-
                                                                                ción de lo que ya está perdido. Pero
                                                                                la profecía no se agota en sí, se trata
                                                                                de determinar quiénes la han provo-
                                                                                cado; justamente quien puede de-
                                                                                cirlo es el que posee la mirada pro-
                                                                                funda. Hay dos razones aparentes de
                                                                                culpabilidad; una es política, el ré-
                                                                                gimen juarista, la otra es moral, la
                                                                               de los que medran con el sistema,
                                                                                Granulillo, Armel y los otros; pero
                                                                               los verdaderos culpables son otros, los
                                                                               agentes corruptores, los que fríamen-
                                                                               te traman apoderarse del país y des-
                                                                               truir a sus hombres y, especialmente,
                                                                               su sentido moral: son los judíos y en
                                                                               ellos se detiene la mirada profunda,
-Adelante,   !'l'il()rcs rusos. Pasen ustedes y se hallarán como en su casa.   sagaz; hay una esencia en ellos a
                                                                               que debe remitirse toda compren-
                                                                               sión del fenómeno. Varias veces los
                                                                               judíos son atacados ya sea por per-
Caricatura de los illmigrantes, aparecida en Caras y Caretas el 2-12-1905      sonajes ya por el narrador; quien los
162
                                           que procede de una arraigada fami-
defiende es el personaje más corrom-
pido, Granulillo. Glow los ataca con       lia tucumana y que 'nació en 1859.         Técnica narrativa
argumentos de Edouard Drumont, cu-
yo libro, La France juive (1886), cita.
                                           Al igual que Martel y muchos otros
                                           de su generación, fue periodista. Es
                                                                                      de Ocantos
Sorprende sin embargo que en la no-        muy probable que su destino) como          La forma de contar que adopta Ocantos
vela no se haga actuar concretamente       posteriormente el de Lugones, haya         en Quilito podría ser denominada
a un personaje judío sino que todas        estallo signado por el hecho de ser        "genética" en el sentido de que
las acusaciones sean de carácter ge-       un hombre del interior. Escribió en        cada situación o conflicto actual. es
neral. Los "culpables" están estable-      Tribuna y El Tiempo, así como en La        historiado sin permitir que la
cidos; se los ha encontrado ya sea         Nación. Participó de la fundación de       historia se siga desarrollando
porque estaban en el ambiente, ya          Caras y Caretas y de La Quincena,          hasta tanto el pasado que condujo a
porque el argumento sirve para esca-       donde publicó cuentos fantásticos          la actualidad no haya sido
motear un análisis más concreto de         que revelan influencia de Poe. Su          perfectamente establecido. El
responsabilidades actuales. Según al-      primera aparición literaria se registra    método resulta, naturalmente,
gunos críticos, Bagú entre ellos, no       en 1882) en unos Juegos Florales rea-      anticuado, sobre todo porque la acción
existía problema judío en el país; to-     lizados en el viejo teatro Colón. Er-      se demora constantemente y si llega
das las referencias literarias anterio-    nesto Quesada (Críticas y ieseiias,        a término en parte es por la
res son incidentales; las manifestacio-     Lajouane, 1893) relata que el primer      convencionalidad del final y de los
nes del propio Sarmiento (Condición        premio lo obtuvo Calixto Oyuela, la        conflictos, en parte por el gran
del extranjero en América) tienen un       participación de VilIafañe se tituló       motor que posee Ocantos, el mismo
carácter teórico; en 1888 entraron al      Juan Sebastián Elcano. En 1892 apa-        que le hizo escribir tantas obras,
país 8 familias judías) al año siguiente    rece en Jos contingentes de volunta-       más que ningún otro de su tiempo.
 136 y casi todos se fueron al interior.    rios capitaneados por Roque Sáenz         El esquema es el siguiente: dada una
 El judío viene a ser lo extranjero por     Peña, en los cuales coincidió con         situación que compromete a un
antonomasia y) en una concepción            Martel. Como se ha visto, no es esta      personaje se vuelve atrás para describir
naturalista) un o b jet o privilegiado      la única coincidencia. Pero el perio-      el proceso que llevó a ella; una vez
 pues no ha mezclado su sangre. Lo          dismo no fue todo en Villafañe; tam-       hecho esto la situación progresa hasta qUE
 más probable es que el ataque sea          bién fue burócrata: desempeñó car-         se necesita volver a explicar algo
contra los extranjeros en general) lo       gos en la Municipalidad de Buenos           relativo a otro personaje; al concluir la
 cual le restituye el alcance de alegato    Aires y en la Policía; llegó a ser         segunda explicación se retorna al
 antirroquista que se va constituyendo      secretario del ministro de hacienda         punto en que se dejó la narración para
 a partir de la aplicación del plan         Wenceslao Escalante y luego) hacia          hacerla proseguir; y así siguiendo
 roquista, especialmente inmigratorio.      el 1900) ingresó al Correo. Sin duda        hasta terminar la novela. Nada más
 En consecuencia) su profecía de ruina      de ahí procede su personaje don Juan        elemental como actitud novelística,
 cubre la moral de la nación entera,         Martínez y el importante tema de la        pero también nada más sometido
 fiscaliza todo un sistema político y        vida de la oficina, que constituye una     a la metodología realista que también
 canaliza el resentimiento de los que       de las dos vertientes principales de        por este modo de contar se afirma.
 están fuera de él; el prototipo de este    su novela Horas de fiebre. En este
 alejamiento es el general Mitre, cuyo       trabajo tuvo como colaborador al jo-
 diario publica este folletín.               ven Leopoldo Lugones, recién llegado
 Segundo l. Villafañe r Horas de fie-       a Buenos Aires. Pasó los últimos años
 bre: Si la biografía de Martel es parca    de su vida en Villa Dolores, donde
 la de Villafañe es más sucinta toda-        murió en 1937. Escribió novelas sis-
 vía. No se ha procedido) sin duda, a        temáticamente) en cierto sentido casi
  una revaloración de su personalidad        -omo un profesional. Eso lo diferen-
 porque no se ha revalorizado todavía        cia de Martel y lo acerca a Ocantos.
 su obra, oscurecida por el éxito de        Estas novelas [Don Lino Velázquez
  La Bolsa. Antonio Pagés Larraya, en        (1886) Emilio Lave (1888) Horas
  la edición hecha en 1960 por la Fa-      de fiebre (1891) Y Tapias r M ora-
  cultad de Filosofía y Letras de Bue-     les (1901)] intentan captar la evo-
  nos Aires, presenta algunos datos bio-   lución argentina desde mediados del
 gráficos muy sumarios. Nos informa        siglo XIX. Pareciera que hay elemen-
                                                                                                                           163
                -~----
                                                  tos que ligan a todas las novelas; por   cos estudios sobre su obra, Su pro-
        Las                                       empezar, la temática: mundo de los       ducción total alcanza a los 32 títulos
        " Novelas A rgen t"mas "
    I                                             negocios, de IR inescrupulosidad; tam-   entre novelas y libros de cuentos, pro-
                                                  bién paga tributo al naturalismo en      ducidos entre 1876 y 1943, y prácti-
                                                                                           camente no cuenta en la historia de
        de Ocantos                                la medida cn que da lugar a elemen-
                                                  tos biológicos y atávicos especíalmcn-   la literatura nacional. La razón prin-
      La obra novelística de Carlos María         te en Emilio Lave, cuyo protagonista     cipal de este silencio, consiste sin
      Ocantos alcanza su expresión más            es un borracho perdido que recorre       duda en el abigarramiento de su
      representativa en la serie Novelas          el país y hace observaciones so-         obra, correlativo ele su elementalidad
      Argentinas, Está integrada por los          bre los cambios que se están produ-      como novelista, Pero no menos im-
      siguientes títulos: León Zaldívar (1888),   ciendo, Joaquín v. González, según       portante es el hecho de que vivió
      Quilito (1891), Entre dos luces (1892),     recuerda Pagés Larraya, hizo el elo-     la mayor parte de su vida fuera del
    • El candidato (1893), La Cinesa              gio de esta novela, considerándola la    país, y que fue escribiendo con un
    ¡ (1894), Tobi (1896), Promisión (1897),      única de interés aparecida en 1888,      lenguaje cada vez más alejado de la
      Pequeñas miserias (1900), Don Perfecto      Su actitud reflexiva y filosa, su vo-    realidad argentina hasta hacerle de-
      (1902), Nebulosa (1904), El peligro         luntad de análisis obligan a situarla     cir a Rubén Daría que "Carlos Ma-
      (1911), Ríquez (1914), Victoria             junto a obras como las de Camba ce-      ría de Ocantos escribe novelas abso-
      (1922), La cola de paja (1923),             res para establecer comparaciones; en    lutamente españolas cuyo argumento
      La ola (1925), El secreto del Doctor        todo caso lo que aquí interesa es         se desarrolla en Buenos Aires", Tal
      Barbado (1926), Tulia (1927),                                                         vez esto no es absolutamente cierto
                                                  que el personaje elegido es un de-
      El emboscado (1928) y Fray Judas (1929).                                              respecto de Quilito; pero 10 es en una
                                                  rrotado de la vida y por lo tanto su
      Esta colección no agota su bibliografía:                                             apreciable medida, Sea como fuere,
                                                  perspectiva es recortada y crítica,
      en 1883 escribió La cruz de la falta y      mientras que en Cambaceres el pro-        Quilito promovió en su momento el
      además Mis cuentos (1904), Sartal de        tagonista de En la sangre (1887) es       interés de Ernesto Quesada (Dos no-
      cuentos (,1907), Fru Jenny (1915), El       ferozmente impugnado, En la última        »eias sociol6gicas) pero hasta que
      camión (1922), El locutor (1928),           de sus novelas, Tapias y M orales,        salieron los artículos de Hemilce Cá-
    • Carrnucha (1931), En el más allá (1933),    examina la politiquería local, con 10     rrega, si se exceptúa el trabajo escrito
    , La princesa está alegre (?), Floreteo       cual se anticipa al Payró de Pago         en inglés de Theodore Anderson sobre
I   : (1942), Entre naranjas (1942), y                                                      Ocantos (1933), muy poco conocido,
                                                  Chico y Divel'ud.{llS aventu1'aS del
      Avionema del diablo (1943). Su novela                                                los datos relativos a una vida y una
                                                  nieto de Juan Moreira, Es evidente
      La cola de paja obtuvo el premio                                                      obra tan vasta fueron muy poco di-
                                                  su propósito realista de examinar la
      Hispanoamericano de novela otorgado                                                   fundidos. Vamos a seguir en conse-
    I por la Real Academia Española.
                                                  vida argentina y crear un ciclo no-       cuencia, a Hemilce Cárrega, para di-
                                                  velístico; no lo ha realizado total-      bujar una sumaria biografía,
                                                  mente sino que ha dado tan solo
                                                                                            Ocantos nació en 1860 y su familia
                                                  algunos elementos que en Horas de
                                                                                            tenía importantes vinculaciones polí-
                                                  fiebre alcanzan su culminación; de        ticas, Al parecer, su vocación litera-
                                                  todos modos, ha pagado el tributo         ria nació precozmente, A los 14 años
                                                  a una época en la que estaba confi-
                                                                                            escribió su novela El Esclavo; en el
                                                  gurándose In expresi6n formal nove-
                                                                                           mismo año viajó a Francia, de donde
                                                  lística y no se alcanzaba a discernir
                                                                                            regresó en 1881. Asistió, en conse-
                                                  entre qué correspondía a la histo-       cuencia, con ojos modelados por Eu-
                                                  ria y qué a la novela, En 1931 apa-
                                                                                           ropa, al nacimiento de la Argentina
                                                  reció su último libro, titulado Los       moderna, Posteriormente ingresó en
                                                  paisaies del camino, colección de poe-   la carrera diplomática, en la que per-
                                                  sías y breves cuadros evocativos y
                                                                                           maneció durante largo tiempo a par-
                                                  ambientales.
                                                                                           tir de 1884. En ese mismo año fue
                                                  Carlos María Ocamos. Quilito: Carlos     designado en Río de Janeiro, cuyo
                                                  María Ocantos es uno de los más          ambiente y figuras reaparecerían en
                                                  profusos escritores argentinos, Sin      la colección de novelas cortas titu-
                                                  embargo poco se sabe acerca de él,       lada Carmucha, de 1931, En 1886
                                                  sin contar con que existen muy po-       fue designado en España, donde
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