Monografia Jorge
Monografia Jorge
ALUMNO: JORGE.
PERU, LIMA
2019 - II
UNIVERSIDAD JOSE CARLOS MARIATEGUI
ALUMNO: JORGE.
LIMA, 2019 - II
A MI QUERIDA FAMILIA PUESTO
DE MEJORA Y APRENDIZAJE.
INDICE GENERAL
CARATULA
DEDICATORIA
INDICE
MARCO TEORICO:
CONTRATO DE FIANZA
MARCO PRACTICO
BIBLIOGRAFIA
I. MARCO TEORICO
A. Introducción
El presente artículo tiene como finalidad dar a conocer las diversas formas de atropello de los
derechos laborales, vulneración que es realizada por diversos empleadores aplicación de
contratos que van en contra de todo ordenamiento legal Laboral como los Servicios No
Personales que son utilizadas como fachadas para cubrir la verdadera relación que es
únicamente una relación laboral entre el empleador y los contratados bajo estas modalidades
especiales y que ante dicha vulneración es de aplicación un instrumento laboral de gran utilidad
para poder desvanecer la relación de naturaleza civil y/o especial (anteriormente llamado
servicios no personales) y mostrar la verdadera relación laboral que es ocultada por el
empleador; dicho instrumento es el Principio de Primacía de la Realidad, cuyo fundamento “en
caso de discordancia entre lo que ocurre en la práctica y lo que fluye de los documentos, debe
darse preferencia a lo primero, es decir, a lo que sucede en el terreno de los hechos” llegando a
la conclusión que a través de este principio se puede comprobar que lo que existe entre el
Estado y las personas contratados bajo los Servicios No Personales es una relación únicamente
laboral dejando de lado la falsa contratación que deviene en absurda e ilegal.
C. DEFINICIÓN. -
La Locación de Servicios es el contrato mediante el cual una parte se obliga a realizar uno o
más actos lícitos no jurídicos en beneficio de la otra, cuyo resultado cuando está pactado, no
importa la producción o modificación de un ente material o intelectual, obligándose la otra, a su
vez, a pagar por ello un precio en dinero.
Por otro lado, según el artículo 1764 del Código Civil peruano por la locación de servicios el
locador se obliga, sin estar subordinado al comitente, a prestar sus servicios materiales o
intelectuales por cierto tiempo para un trabajo determinado a cambio de una retribución, que
por lo general es en dinero.
Si bien el contrato de locación de servicios se encuentra claramente definido en nuestro código
civil, es necesario señalar algunas de las diferencias conceptuales con la legislación extranjera;
así:
Para la legislación española este contrato es conocido como “arrendamiento de servicios”
denominado “arrendatario” al locador y “arrendador de servicios” al comitente.
CONCLUSIONES
1. La contratación de trabajadores mediante la modalidad de servicios no personales ha
sido una modalidad usada por muchas empresas incluso el Estado para establecer
relaciones de naturaleza civil con personas que prestan servicios de manera permanente
y continúa en las empresas; no obstante ello, la realidad se encargó de demostrar que
bajo dicha realidad se instauraban verdaderas relaciones laborales siendo de aplicación
el principio de primacía de realidad.
2. La Ley 24041 es un instrumento legal que dispuso que los servidores públicos
contratados para labores de naturaleza permanente que tengan más de un año
ininterrumpido de servicios, no pueden ser cesados ni destituidos sino por las causas
previstas en el Capítulo V del Decreto Legislativo Nº 276 y con sujeción al
procedimiento establecido en él, fijándose en esos casos que las personas bajo contrato
no estarían comprendidas en los beneficios de dicha Ley.
3. El Tribunal Constitucional en copiosa jurisprudencia ha seguido el criterio de otorgar
una estabilidad laboral a los trabajadores que brindaron o desarrollaron labores en la
Administración Pública, al aplicar los efectos de la Ley Nº 24041 sin requerir como
requisito para su configuración el ingreso a la Administración Pública a través del
concurso público; para ello se ha valido de la invocación de principios laborales como el
de primacía de la realidad para el caso del personal contratado por locación de servicios
que superen el año, por simulación formal de un contrato civil cuando en realidad
encubre una relación laboral.
4. Resultaría absurdo pensar que una entidad por ser del Estado pueda ser excluida del
ámbito de aplicación del principio de primacía de la realidad. Absurdo, porque ello
supondría transgredir abiertamente dos artículos de la Constitución: artículo 23, que
señala que ninguna relación laboral puede limitar el ejercicio de los derechos
constitucionales no desconocer o rebajar la dignidad del trabajador, y el 26, inciso 2, que
se refiere al carácter irrenunciable de los derechos reconocidos por la Constitución y la
Ley. Por lo expuesto es importante precisar que el Estado, a través de sus empresas y
entidades, no cuenta con ninguna prerrogativa especial o privilegio que le permita
desconocer sus obligaciones y los derechos de los trabajadores que contrata, pues si ello
fuese así, la eficacia protectora del principio de igualdad contenido en nuestra
Constitución no cumplirá su real finalidad.
CONTRATO DE FIANZA
1. CONCEPTO.
Cuando como consecuencia de la celebración de un contrato, una de las partes resulta acreedora de
la otra, el cumplimiento de las obligaciones de esta dependerá en última instancia de su solvencia.
Ni siquiera es suficiente garantía la solvencia actual, porque muy bien puede ocurrir que un deudor
originariamente solvente deje de serlo más tarde –precisamente cuando tiene que cumplir sus
obligaciones- como consecuencia de negocios desafortunados.
El acreedor puede precaverse contra esta eventualidad, mediante las siguientes garantías
reales: que consisten en gravar un bien del deudor con un derecho real de hipoteca, prenda,
anticresis, warrants, etc.
personales: consisten en extender la responsabilidad derivada del contrato a otras personas, de tal
manera que para que el acreedor quede en la imposibilidad de cobrar su crédito, será menester que
tanto el deudor originario, como el garante, caigan en insolvencia. Esto aumenta notoriamente las
probabilidades de que el crédito será satisfecho, sobre todo porque el acreedor se encargará de
exigir un garante de conocida fortuna. La forma típica de garantía personal es la fianza.
Según el articulo 1886, habrá fianza cuando una de las partes se hubiere obligado accesoriamente
por un tercero y el acreedor de ese tercero aceptase su obligación accesoria. De donde resulta que la
fianza es un contrato, pues exige un acuerdo de voluntades entre el fiador y el acreedor, cuyo
crédito es garantido.
O sea que su finalidad es garantizarle al acreedor su crédito. Ya que por el contrato de fianza una
parte se obliga a pagar o cumplir por un tercero, en el caso de que éste no lo haga.
Promesa de fianza: por el artículo 1986, hemos dicho que la fianza es un contrato que exige
consentimiento entre el fiador y el acreedor. Pero el artículo 1987, agrega que también puede
constituirse la fianza como acto unilateral antes de que sea aceptada por el acreedor. Esta aparente
contradicción ha sido explicada por Acuña Anzorena, recurriendo a la fuente, que es Freitas. Él
agrega que habrá fianza como acto unilateral, antes de su aceptación por el acreedor, cuando fuera
legal o judicial. La fianza queda así en claro. La fianza exige siempre consentimiento del acreedor,
a menos que ella sea legal o judicial, en cuyo caso este consentimiento es innecesario.
En nuestras costumbres es uno de los deberes típicos de amistad y sólo por señalada excepción se
cobra algo por prestarla, sea del acreedor o del deudor.
Es un contrato accesorio, pues supone la existencia de una obligación principal, a la cual está
subordinada la del fiador.
Genera una obligación subsidiaria, de que sólo puede hacerse efectiva cuando se ha hecho
infructuosamente excusión de los bienes del deudor principal, salvo que el fiador haya renunciado a
este beneficio. No debe confundirse este carácter con el anterior, pues la accesoriedad existe
siempre, aun cuando el fiador se haya obligado solidariamente con el deudor principal, en cuyo caso
no tiene el beneficio de excusión, por lo que su obligación deja de ser subsidiaria.
A.- SUJETOS
Capacidad para ser fiador. - Dispone el artículo 2011, que tienen capacidad para obligarse como
fiadores todos los que tienen capacidad para contratar empréstitos. Esta norma se presta a una doble
objeción: en primer lugar, que el Código no contiene ninguna disposición especial sobre capacidad
en materia de mutuo, de modo que la remisión carece de sentido; en segundo lugar, que no es
exacto que todos los que pueden contratar empréstitos pueden ser fiadores, ya que los menores, sean
o no emancipados, y los administradores de las corporaciones, pueden contratar empréstitos pero no
ser fiadores (ver art.2011)
Como principio general hay que aceptar que, para otorgar fianzas, basta la capacidad para contratar.
Pero esta regla general está sujeta a las excepciones establecidas en el art 2011, según el cual no
pueden ser fiadores:
Los menores emancipados, aunque tengan licencia judicial y aunque la fianza no exceda de
quinientos pesos (inc. 1). La prohibición es rigurosa.
Los administradores de bienes de corporaciones en nombre de las personas jurídicas que
representaren. Al hablar de corporaciones el Código alude a las personas jurídicas de derecho
público y a los establecimientos de utilidad pública, es decir, a las que no persiguen fines de lucro,
sino sólo de bien común. En cambio, las personas jurídicas y sociedades lucrativas pueden prestar
fianzas.
Los tutores, curadores y todo representante necesario en nombre de sus representados, aunque sean
autorizados por el juez.
Los administradores de sociedades, si no tuvieren poderes especiales. Esto significa que las
sociedades pueden ser fiadoras; pero sus administradores no pueden prestar fianzas a su nombre si
no tienen poderes especiales.
Los que tengan órdenes sagradas, cualquiera sea su jerarquía, a no ser por sus iglesias, por otros
clérigos, o por personas desvalidas.
Uno de los dos cónyuges puede ser fiador de las obligaciones contraídas por el otro, porque el
contrato de fianza se concierta entre el cónyuge y el tercer acreedor. Pero no puede afianzar al
tercero que contrata con su propio cónyuge, porque sería un contrato gratuito.
B. OBJETO
Todas la obligaciones pueden ser afianzadas, sean civiles o naturales, accesorias o principales,
deriven de un contrasto de la ley o de un hecho ilícito: cualquiera sea el acreedor o deudor y aunque
el acreedor sea persona incierta; tampoco importa si el valor de la deuda es determinado o
indeterminado, líquido o ilíquido, inmediatamente exigible o a plazo condicional, tampoco importa
la forma del acto principal (art.1993). Pero se exigen algunas precisiones:
Obligaciones futuras: la fianza puede ser otorgada en garantía de una obligación futura(art.1998),
y en tal caso el fiador se compromete a una cierta cantidad de dinero, o ilimitada, por el total de la
obligación.
Al hablar de obligaciones futuras, la ley no sólo se refiere a las que que eventualmente puedan
surgir del contrato actual, sino también a las que el afianzado pueda contraer en el futuro. Si bien el
crédito futuro puede ser incierto, y de cantidad indeterminada, la fianza debe tener siempre un
objeto determinado (art.1989) es decir, debe constar claramente cuál es la obligación que se
garantiza.
Por otra parte, el fiador de obligaciones futuras puede retractar la fianza, mientras no haya nacido de
la obligación principal (art.1990)
Obligaciones nacidas de un hecho ilícito: según en art.1993, pueden afianzarse inclusive las
obligaciones cuya causa sea un hecho ilícito. Así como consecuencia de un delito o cuasidelito, el
culpable es condenado a pagar una suma de dinero a la víctima, esta obligación puede ser afianzada.
Distinta es la hipótesis de que se pretenda afianzar hechos ilícitos futuros. Así el contrato de fianza
sería nulo.
Pueden afianzarse no sólo las obligaciones de dar sumas de dinero, sino también las de entregar
cosas ciertas o inciertas y las de hacer o no hacer.
La fianza no puede tener por objeto una prestación diferente de la que forma la materia de la
obligación principal (art.1991).
Ejemplo: si la obligación principal consiste en dar sumas de dinero, no habría fianza si el que
garante de la operación se compromete a entregar una cosa cierta en caso de incumplimiento del
deudor.
Cuando la obligación principal consistiere en entregar cosas ciertas o en hechos del deudor, la
obligación del fiador se limita a satisfacer los daños y perjuicios que derivan de la inejecución de la
obligación (art. 1992)
La fianza exige que la obligación principal sea válida, sino no tiene esta tampoco validez (art.1994).
Se reputará nula si la obligación principal es inexistente o está extinguida o el contrato del que
deriva es nulo o ha sido anulado.
Pero en el art.1994, también se establece, que, si la causa de nulidad fuese alguna incapacidad
relativa al deudor, el fiador será responsable como único deudor, aunque ignorase la incapacidad.
La nulidad de la fianza participa del carácter de la nulidad de la obligación principal; será nula o
anulable, absoluta o relativamente nula, según lo sea aquella.
Límites de la obligación del deudor; principio y consecuencias
La obligación principal señala el límite máximo de la fianza, el fiador puede obligarse a menos,
pero no a más que el deudor principal (art.1995)
Duda sobre la extensión de la fianza: cuando hubiese la duda si el fiador se obligó a menos o por
otro tanto igual que la obligación principal, entiéndase que se obligó en la medida de ésta (art.1995)
Fianza limitada por deuda de cantidad ilíquida: si el fiador se ha obligado sólo hasta determinada
cantidad fijada en el contrato y la deuda principal es líquida, el fiador solo está obligado por aquella
cantidad(art.1996)
Intereses: la fianza de una suma de dinero comprende también los intereses que aquella devengare,
aunque no se los hubiera previsto(art.197)
Forma Y Prueba
Principio: según el artículo 2006, la fianza puede contratarse en cualquier forma, verbalmente, por
escritura pública o privada; pero si fuese negada en juicio, sólo podrá ser probada por escrito.
4. CLASES DE FIANZAS
Régimen legal: la fianza es, por lo común, el resultado de la libre contratación de las partes, pero a
veces ella es impuesta por la ley. La primera se llama fianza convencional; la segunda legal o
judicial y la aceptación del fiador no corresponde al acreedor sino al juez.
Fianza Convencional
Fianza simple y solidaria: el fiador goza de los beneficios de excusión, y si existiese varios
fiadores, de división de la deuda entre ellos (art.2004); el acreedor puede dirigirse directamente
contra el fiador sin necesidad de ejecutar los bienes del deudor principal y puede demandar por el
total a cualquiera de los fiadores. Pero la solidaridad no quita a la fianza el carácter de obligación
accesoria y no hace al fiador deudor directo de la obligación principal.
Fiador principal pagador: si el fiador se ha obligado como principal pagador, se lo reputa deudor
solidario y se le aplican las disposiciones relativas a los codeudores solidarios (art.2005)
La única diferencia que podría extraerse es que a veces la ley delega en el juez la apreciación de la
solvencia del fiador, y otras se conforma con que el fiador llene los requisitos prefijados (por
ejemplo poseer título de escribano, abogado, etc).
No hay entre ellas una gran diferencia de la naturaleza, sino sólo una distinta manera de apreciar la
seguridad que ofrece el fiador exigido por la ley.
Condiciones que debe llenar el fiador: si la fianza fuese legal o judicial, el fiador debe reunir las
siguientes condiciones:
En las obligaciones a plazo o trato sucesivo, el acreedor que no exigió fianza al celebrarse el
contrato podrá exigirla, si después de celebrado, el deudor se hiciera insolvente o transladase su
domicilio a otra provincia art.2002)
Importancia de la distinción: la fianza será civil o comercial según lo sea la obligación principal, sin
importan que el fiador sea o no comerciante art. 478, Cód. de Comercio).
La fianza comercial tiene siempre carácter solidario, de tal modo que el fiador no cuenta con los
beneficios de excusión y división.
5. EFECTOS DE LA FIANZA
En principio, el fiador está obligado en la misma forma que el deudor principal decir, en especie;
pero podrá limitarse al pago de los daños y perjuicios cuando la obligación principal consista en la
entrega de un cuerpo cierto o un hecho personal del deudor.
6. BENEFICIO DE EXCUSIÓN
Concepto y efectos. - Se llama beneficio de excusión al derecho que tiene el fiador de oponerse a
hacer efectiva la fianza en tanto el acreedor no haya ejecutado todos los bienes del
deudor(art.2012). Este derecho encuentra su justificación en la razón de ser de la fianza, que
consiste en proporcionar al acreedor más firmes perspectivas de satisfacción de su crédito contra el
deudor principal, pero sin desplazar definitivamente a este último de su obligación.
La excusión (o ejecución) de todos los bienes del deudor no tiene el carácter de una condición
previa ineludible para el acreedor. Él puede iniciar su acción directamente contra el fiador sin
necesidad de demostrar que previamente se dirigió contra el deudor principal; pero se expone a que
el fiador paralice su acción invocando este beneficio que funciona como excepción dilatoria, y que
debe oponerse en la oportunidad que las leyes procesales señalen para éstas o cuanto más, al
contestar la demanda.
A diferencia de lo que exigen casi todas las legislaciones extranjeras, el fiador puede oponer el
beneficio de excusión sin necesidad de indicar los bienes del deudor que pueden ser embargados.
Opuesta esta excepción
El acreedor debe demostrar no sólo que ha demandado al deudor principal, sino también que ha
seguido todos los debidos procedimientos judiciales para ejecutar y vender sus bienes, y que tales
procedimientos han resultado infructuosos sea total o parcialmente. Pero si no existen en los
registros públicos bienes a nombre del deudor principal, al acreedor le bastará con acreditar dicha
circunstancia y con probar que ha interpelado infructuosamente al deudor.
Opuesto al beneficio de excusión, el acreedor deberá proceder contra los bienes del deudor
principal. Si la venta de los bienes del deudor principal no alcanzare a cubrir todo el crédito, el
acreedor no podrá negarse a aceptar dicha suma o pretexto de que se trata de un pago parcial y sólo
podrá reclamar del fiador el saldo que todavía quedare por cubrir(art.2017).
Pero la ley confiere al fiador otro recurso más para defenderlo de la inacción del acreedor.. Desde
que la deuda principal se ha hecho exigible, puede intimar el acreedor para que proceda contra el
deudor y cesará su responsabilidad por la insolvencia sobrevenida durante el retardo (art.2015).
Aquí ni siquiera será necesario demostrar la negligencia del acreedor; basta con que no haya
iniciado la ejecución inmediatamente después del requerimiento del fiador y que durante esa
demora sobrevenga la insolvencia del deudor principal.
Cuando varios deudores principales se han obligado solidariamente y uno solo de ellos ha dado
fianzas, el fiador no solo tendrá derecho a que se excutan previamente los bienes del afianzado, sino
también todos los de los otros codeudores(art.2016). Es otra consecuencia del carácter subsidia-rio
de la fianza. Solo cuando los deudores principales, no han pagado, puede el acreedor dirigir su
acción contra el segundo.
Fiador del fiador.- Si el fiador hubiera dado a su vez otro fiador en garantía de sus obligaciones de
afianzamiento, éste último goza del beneficio de excusión respecto del deudor principal y del
primer fiador(art.2019). Es decir, el acreedor deberá ejecutar en primer término al deudor principal,
luego al primer fiador y recién entonces está en condiciones de dirigir su acción contra el segundo.
Cuando los bienes del deudor se hallen fuera de la Provincia o capital donde el juez ejerza
jurisdicción.
Si los bienes del deudor hubieran sido embargados por otro acreedor.
7. BENEFICIO DE DIVISIÓN
Concepto y efectos: si hubiera dos o más fiadores de una misma deuda, ésta tendrá que ser dividida
entre ellos por partes iguales, aplicándose el régimen de las obligaciones simplemente
mancomunadas. (art.2024)
El beneficio de división no funciona de pleno derecho, le fiador interesado debe oponerlo cuando se
le reclame más de lo que le corresponde.
Principio: el fiador puede oponer todas las excepciones propias o personales, y todas las que podría
oponer el deudor principal, con la sola salvedad de la que se funden en la incapacidad de hecho de
éste. (art.2020)
La renuncia que el deudor principal hiciere, de las excepciones de que puede valerse, tales como la
prescripción de la deuda, la nulidad o rescisión de la obligación o toda otra causa de liberación, no
impide al fiador oponerla. (art. 2022)
El deudor no puede agravar por un hecho suyo las obligaciones del fiador. Si, se beneficia con las
ventajas que haya obtenido el deudor, tales como un nuevo plazo, una remisión parcial de la deuda
Para asegurar el derecho de oponer las excepciones que corresponden al deudor, como también
como para permitirle el control de la forma en que el deudor se defiende en el pleito, la ley le
reconoce el derecho de intervenir en este; pero no tiene obligación de hacerlo.
Remisión: el fiador solidario no goza de los beneficios de división y excusión, pero sí de los
restantes derechos del fiador simple. El fiador principal pagador se encuentra en la situación del
obligado solidariamente.
Las obligaciones del deudor para con el fiador comienzan recién cuando este ha pagado su deuda y
él debe pagarle lo reintegrado. El fiador, aún antes del pago tiene derecho a ser exonerado de la
fianza y si el deudor quiebra, puede pedir que se lo admita en el pasivo de la masa.
Transcurridos cinco años desde que la fianza se otorgó, el fiador puede pedir al deudor lo exonere
de ella, siempre que la obligación principal fuere de tiempo indeterminado. (art. 2025 y art 482, inc.
4, Cod. de Comercio) Si tuviere plazo determinado el fiador no puede pedir la exoneración.
Tampoco la puede pedir si la fianza fuere onerosa.
La acción por exoneración de la fianza debe ser dirigida al deudor. Corre a cargo de este conseguir
otro fiador que lo sustituya y que sea aceptado por el acreedor. En caso que el deudor no propusiere
otro fiador o si el acreedor no acepta los que él propone, la fianza sigue vigente, pero el fiador
puede exigir garantías para el caso de que tenga que hacer frente a las obligaciones derivadas de la
fianza; si no logra esto puede embargar al deudor por una suma suficiente para cubrir la fianza (art.
2026). Exoneración por embargo u otros motivos.
El fiador puede pedir el embargo de los bienes del deudor o exoneración de la fianza en estos casos:
Si fuere judicialmente demandado para el pago.
Si disipase sus bienes o emprendiese negocios peligrosos o los diese en seguridad de otras
obligaciones.
Este derecho a pedir la exoneración de la fianza se confiere con relación al deudor afianzado.
El fiador pude optar entre embargar al deudor o pedirle que lo exonere de la fianza.
Si el deudor quebrase antes de pagar la obligación afianzada, el fiador tiene derecho para ser
admitido preventivamente en el pasivo de la masa concursada (art.2028). El fiador tiene derecho a
que se le verifique previamente su crédito, es decir, aún antes de haber pagado la deuda al acreedor.
Derechos al pago
El fiador que pagase la deuda afianzada queda subrogado en todos los derechos, acciones,
privilegios y garantías anteriores y posteriores a la fianza del acreedor contra el deudor, sin
necesidad de sesión alguna (art. 2029).
El fiador subrogado en los derechos del acreedor, puede exigir del deudor: 1) Todo lo que hubiese
pagado por capital, intereses y costas; 2) Los intereses legales sobre la suma que él haya debido
pagar, desde el momento del pago; sin necesidad de interpelación, porque la mora se produce ipso
jure; 3) Podrá reclamarle la indemnización de todo perjuicio que le haya sobrevenido con motivo de
la fianza (art. 2030)
Si el fiador paga antes del vencimiento de la deuda, sólo podrá cobrarla el deudor después de dicho
vencimiento ( art.2031)
El que ha afianzado a varios deudores solidarios puede repetir de cada uno de ellos la totalidad de lo
que hubiere pagado (art.2032). El fiador tiene acción por el total contra el codeudor que ha
afianzado, pero sólo pude reclamar de los restantes la parte que a cada uno le corresponda en la
deuda (art.2032)
El fiador debe poner en conocimiento del deudor el pago de la deuda que se propone realizar; ello
evita el riesgo de que también el deudor la pague o de que el pago sea improcedente porque el
deudor tenía excepciones que oponer. El Código establece que (art.2033 y siguientes):
1.- Si el fiador hiciere el pago sin conocimiento del deudor y debido a esta ignorancia, este también
pagase la deuda, el fiador no tendrá acción contra el deudor, aunque naturalmente la tiene contra el
acreedor que ha recibido dos veces el pago.
2.- Si el fiador paga sin conocimiento del deudor, este podrá hacer valer contra él todas las
excepciones que hubiera podido oponer al acreedor.
Es negligencia del fiador no haber opuesto las excepciones que sabía tenía el deudor contra el
acreedor, o el de no producir las pruebas o no interponer los recursos que podrían destruir la acción
del acreedor: en ninguno de estos casos podrá exigir el deudor el reembolso de lo que hubiere
pagado (art. 2034).
El cofiador que paga la deuda afianzada queda subrogado en todos los derechos, acciones,
privilegios y garantías del acreedor contra los cofiadores para cobrar a cada uno de éstos la parte
que le corresponde la parte que le corresponde(art.2037).
La obligación de cada uno de los fiadores es distinta y se limita a la parte respectiva; el que pagó
más de lo que debía, solo tiene recurso contra los cofiadores por la parte de cada uno y tendrá que
cargar con la del insolvente.
El fiador del fiador, si se produce la insolvencia de éste queda obligado ante los otros cofiadores en
los mismos términos en que lo estaba el insolvente (art.2041)
El fiador no tiene acción contra sus cofiadores sino en la medida en que haya realizado un pago útil
que libere a los restantes de una obligación válida y exigible. Estos podrán oponer al fiador que
pagó, todas las excepciones que el deudor principal podría oponer al acreedor (art.2039)
La fianza no produce efectos entre deudor y acreedor, puesto que se trata de un contrato celebrado
entre este y el fiador. Pero el deudor no es ajeno a la fianza; es ordinariamente el principal
interesado, porque ella suele ser la condición para que la otra parte consienta en la celebración del
contrato principal.
El artículo 2001 explica que si el fiador luego de prestada la fianza llegase al estado de insolvencia,
puede el acreedor pedir otro que sea idóneo.
EXTINCIÓN DE LA FIANZA
Distintos supuestos. -
La fianza se extingue: a) Por extinción de la obligación principal, b)Por haber ocurrido respecto de
la fianza misma cualquiera de las causas por las que se extinguen las obligaciones (Art.2042).
Principio. -
Extinguida la obligación principal por cualquiera de los medios legales (pago, compensación,
novación, transacción, confusión, renuncia o remisión de la deuda, imposibilidad de pago,
resolución o rescisión del contrato, etc.) Queda también extinguida la fianza, puesto que siendo una
obligación accesoria sigue la suerte de la principal.
Algunos medios de extinción requieren explicaciones:
a.- Pago: El pago de la obligación extingue la fianza siempre que sea hecho por el deudor; si es
hecho por un tercero que se ha subrogado en los derechos del acreedor la fiaza subsiste.
b.- Novación: La extinción de la fianza por la novación hecha entre el deudor y el acreedor tiene
lugar aunque el acreedor la hiciere con reserva de conservar sus derechos contra el fiador. (art.2047)
c.- Remisión de deuda: La remisión de la deuda hecha por el acreedor al deudor extingue la fianza.
d.- Prescripción: La prescripción no extingue la deuda sino la acción; la obligación permanece con
carácter natural. El fiador podrá oponer la prescripción, puesto que tiene a su disposición todas las
excepciones y defensas de que puede valerse el deudor principal. (art.2020)
Extinción Directa
Principio. -
La fianza queda extinguida, como cualquier obligación, por alguno de los modos de liberación
establecidos en los art. 724 y siguientes (art. 2042)
Confusión. -
La confusión que se produce entre el acreedor y fiador extingue la fianza, pero subsiste la
obligación principal. La ocurrida entre acreedor deudor extingue la obligación principal y por
consiguiente la fianza. La producida entre deudor y fiador extingue la fianza pero deja subsistentes
las hipotecas, fianzas u otras garantías especiales que hubiere dado el fiador (art. 2048).
La fianza se extingue cuando la subrogación en los derechos del acreedor se ha hecho imposible por
culpa de éste.(art. 2043)
A veces los principales beneficios que el fiador podría obtener de la Subrogación (privilegios,
derechos de retención, garantís reales) se pierden por la conducta culpable del acreedor, entonces le
ley libera al fiador de sus obligaciones. La extinción sólo puede hacerse valer si las seguridades y
privilegios perdidos por el acreedor, estaban constituidos antes de la fianza o se constituyeron en el
momento de otorgarla, pero no si se dieron después. (art.2044).
Prórroga del plazo de la obligación. -
La prórroga del plazo de la obligación, sin consentimiento del fiador, extingue la fianza.(art. 2046).
Si el acreedor es negligente en excutir los bienes del deudor y durante ese lapso éste cae en
insolvencia, el fiador que liberado.
La acción contra el fiador no tiene plazo de prescripción especial y corre por tanto el de 10 (Art.
4023).
INTRODUCCIÓN
El comercio internacional ha tomado auge en los últimos tiempos motivado entre otros
factores por la globalización económica, lo cual trae como consecuencia directa, un aumento de
contratos entre inversionistas de varios países o de éstos y los Estados.
De allí que la inclusión de las llamadas cláusulas compromisorias en los contratos vendrían a
ser una buena solución para las partes, la cuales estipulan desde un principio de su relación, la
anuencia de que un tercero, en este caso un árbitro, sea el que solucione de la manera más objetiva,
un eventual problema que surja a raíz del contrato y que no pueda ser solucionado amigablemente
por las partes.
Concepto de arbitraje
Por lo general se le han atribuido ciertos elementos, entre ellos el carácter voluntario con que
las partes se obligan a someter sus diferencias al arbitraje, ya sea en el momento de otorgar el
compromiso, de manera libre y espontánea sin que anteriormente existiera convención por la que
cualquiera de ellos pudiera exigirlo, o bien al momento de celebrar dicha convención previa, que
para nuestros efectos toma la forma de cláusula compromisoria, la cual se estudiará en el capítulo
siguiente.
Como se verá más adelante existe una serie de clasificaciones de arbitrajes, entre ellas la de
arbitraje interno e internacional, sin embargo, la naturaleza del mismo no varía porque sea interno o
internacional; por lo tanto, las diferentes concepciones que del arbitraje interno se tiene hayan sido
proyectadas también al arbitraje comercial internacional.
No existe consenso entre la doctrina, acerca de la naturaleza jurídica aplicable al arbitraje, por
el contrario, la misma resulta uno de los problemas de mayor interés dentro de los estudiosos de la
materia. De la discusión de los autores, han surgido cuatro teorías que tratan de explicar la
naturaleza jurídica del arbitraje, las cuales se explican a continuación:
A) La teoría contractual
Para esta teoría lo más importante es el acuerdo de voluntades de las partes, entendido tanto
para excluir sus controversias del conocimiento de los tribunales comunes, como para designar a
los sujetos encargados para resolverlos, en el caso de que llegaren a existir. Es denominada también
como “privatista” o “material”, pues el arbitraje consiste básicamente en un contrato basado en la
voluntad de las partes, que delegan el arreglo de sus diferencias a un árbitro.
Este punto es compartido por José Almagro, para quien, “el arbitraje no es más que un doble
convenio: de un lado es un contrato de compromiso, por cuanto las partes deciden someterse al
futuro laudo y, de otro, contiene también un contrato de mandato, en base al cual el tercero se
obliga a resolver con arreglo a Derecho o a la equidad.”
Así, el árbitro es una especie de mandatario de las partes, y por lo tanto no es independiente
de éstas.
Niega que el árbitro tenga facultades jurisdiccionales, ya que, si las partes se niegan a ejecutar
el laudo, es necesario que sean los tribunales quienes lo ejecuten. Entonces, los efectos vinculantes
del laudo quedarían justificados por el acuerdo de las partes.
B) La teoría jurisdiccional
Según esta teoría el arbitraje, aunque tiene origen contractual, presenta características
equiparables a las de un juicio, ya que el laudo, tendrá carácter de sentencia, aunque los árbitros
carezcan de imperio necesario para ejecutarlo. Es por ello que se enmarca, dentro de esta teoría al
árbitro, como un juez.
Esta teoría es también llamada publicista, y “sostiene que el arbitraje es, ante todo, un proceso
cuasi judicial, ciertamente engendrado por un acuerdo de voluntades, pero en el que lo
característico es el laudo arbitral o sentencia, que es un acto jurídico de particulares que han sido
investidos de la función jurisdiccional, con efectos similares a las sentencias de los tribunales
ordinarios.”
Se le critica a esta teoría el hecho de que los árbitros no pueden ejecutar directamente sus
laudos, sino que requieren la intervención del juez ordinario que le concede el exequátur. Tampoco
tienen la autoridad para la adopción de las medias provisionales pertinentes en cada caso.
C) La teoría ecléctica
La continua disputa entre la teoría jurisdiccional y la contractual ha dado cabida al
surgimiento de un tercer grupo de teorías, las cuales recogen argumentos de cada una de las dos
anteriores. Según la teoría ecléctica, el arbitraje es una institución sui generis, de naturaleza híbrida
o mixta, en la que se encuentran, el origen contractual del mismo y la teleología jurisdiccional que
en última instancia explica su aparición, pues la función del árbitro es básicamente la de un juez,
con ciertas limitaciones, pero niega el carácter de sentencia del laudo, ya que carece de eficacia
ejecutiva. Entonces, la naturaleza del arbitraje, sería, por una parte, contractual y por la otra
procesal, para poder incluir, de esta forma, en todas sus etapas, el acuerdo de someter la decisión de
sus diferencias a un tercero que llegará a dictar un laudo.
D) Jurisdicción extraordinaria
Esta última teoría conceptualiza el arbitraje como una institución jurídica independiente que
debe su existencia a la misma ley.
La función de administrar justicia “se la ha reservado el Estado para sí, de forma que los
particulares, no pueden por sí solos otorgar a nadie el poder de juzgar el litigio. Es la ley la que
otorga a los árbitros la autoridad necesaria para ejercer la función de sentenciar, que es un acto de
soberanía. La ley instituye a los árbitros como una categoría de tribunales, que, aunque no tienen el
carácter de permanentes, eso no les quita ni altera la naturaleza de sus funciones.
Es cierto que los árbitros carecen del poder de imperio para disponer la ejecución de sus
resoluciones por la fuerza pública, pero esto responde a la sencilla razón de que el Estado no puede
admitir el manejo de la fuerza pública de los particulares, por ser ésta una institución estatal, cuyo
manejo lo ha encomendado a autoridades que el mismo ha designado por medio de sus órganos.”
El arbitraje, constituye pues, una jurisdicción extraordinaria, en donde el Estado permite a los
individuos, a la par de la jurisdicción ordinaria para la resolución de cierto tipo de controversias.
Según Carlos Gómez Rodas, “el arbitraje como instituto, consta de cuatro partes o cuerpos
que son: el convenio, el procedimiento, la sentencia o laudo y la ejecución del mismo.”
Aunque el proceso arbitral puede establecerse por ley, esta posibilidad, es excepcional, lo
normal es que el punto de partida de un proceso arbitral sea el convenio, es decir, las partes por
acuerdo de voluntades, acuerdan la posibilidad de establecerlo. Este acuerdo arbitral puede
dividirse en dos elementos, por un lado, la cláusula compromisoria, (la cual es tema fundamental
del presente trabajo, y que explicaremos más adelante) y el compromiso.
El laudo es una sentencia, solamente que se le llama laudo para diferenciarlo de la resolución
que proviene del orden jurisdiccional ordinario. En éste, el árbitro o tribunal arbitral, según sea el
caso, deciden el fondo del asunto sometido a su conocimiento, tiene autoridad de cosa juzgada.
TIPOS DE ARBITRAJE
Al igual de lo que sucede con la naturaleza jurídica del arbitraje, existe en la doctrina varios
tipos de arbitrajes, atendiendo a diferentes criterios, así nos encontramos con los siguientes:
Por otra parte, para Víctor Garita González, “el arbitraje institucional presupone la existencia
de una entidad que jurídicamente se constituya en el soporte indispensable de la conducción del
proceso arbitral y de la existencia de un mecanismo alterno para la resolución de disputas de
carácter permanente, estable e institucional.”
Es criterio de algunos doctrinarios, entre ellos Víctor Pérez, de que el arbitraje administrativo
representa mayores ventajas que el “ad hoc”, debido a que facilita a las partes la redacción del
compromiso, bastando sólo que indiquen el organismo o institución especializada que deba
encargarse del nombramiento de los árbitros y de la tramitación del procedimiento, con lo que se
asegura la neutralidad y buen desarrollo de éste frente a acontecimientos futuros no previstos por
las partes en el momento de efectuarse la contratación.
Es importante señalar, que debido al alto grado de libertad del que disponen los árbitros en el
arbitraje de equidad, éste no pude presumirse, sino que las partes deben señalar expresamente su
voluntad de someterse a este tipo de arbitraje.
Por el contrario, el arbitraje es internacional cuando existe “un elemento extraño, ajeno al
carácter local de la controversia; es decir, cuando una de las partes contratantes es extranjera o
cuando los efectos del convenio se producen en el exterior; en fin, cuando surge cualquier conexión
con otra legislación distinta a la interna (…) Se habla de arbitraje comercial internacional cuando se
aplica la institución a litigios de derecho mercantil.”
La distinción entre los dos arbitrajes es relevante cuando, en los Convenios internacionales o en los
ordenamientos estatales internos, se establecen disposiciones específicas para el primero de ellos, o
cuando el laudo extranjero requiere el exequátur para su reconocimiento en el foro, mientras que el
nacional no lo necesita.
LA CLÁUSULA COMPROMISORIA
Para Matthies, “es un acuerdo de voluntades que se celebra casi siempre conjuntamente con
uno a varios negocios jurídicos y en donde las partes declaran de antemano su decisión de someter
cualesquiera controversias que pudieran resultar de la interpretación o ejecución de dichos
negocios, a la exclusiva jurisdicción de los árbitros. Se le da el nombre de cláusula porque
generalmente va inserta como una de mu chas cláusulas de que consta el o los negocios que liga a
dos o más partes.”
Normalmente la cláusula compromisoria es accesoria a los con ratost y procura excluir éstos
del conocimiento de los jueces permanentes, a favor de los árbitros. También se establece la
autonomía de dicha cláusula para evitar de esta forma la posibilidad que se produzca un laudo sin
fundamento.
Esto sucedería si mediante el laudo se anula un contrato que contiene una cláusula
compromisoria, porque al anularse la cláusula que obliga a acudir a un proceso arbitral, se dejaría
sin fundamento el mismo proceso arbitral y por ende el laudo a que se llegue.
De las definiciones das podemos determinar que el contrato de compromiso debe incluir al
menos lo siguiente:
b) El objeto de la disputa, abarcando de ser posible, los puntos sobre los cuales las partes están en
acuerdo o en desacuerdo; y c) El método para constituir el tribunal arbitral o para designar el
árbitro.
A diferencia de la cláusula compromisoria que es vista como un precontrato, el compromiso
arbitral es un contrato por el cual varias personas someten una controversia ya determinada a uno o
varios terceros (árbitros, por ejemplo), obligándose a la decisión que éste o estos tomen, por ello es
que ambos deben tener un régimen diferente.
Para José Mariano Bermúdez Jiménez, “el objeto de la cláusula compromisoria es el conflicto
mismo, el cual puede ser indeterminado, mientras que en el compromiso debe estar identificado con
claridad, ya que es el tema sobre el que se substanciará la discusión.”
En cuanto a los árbitros, su capacidad, además de requisito de validez, puede requerirse para
su eficacia, y a su vez puede influir en el nacimiento, permanencia o eliminación de la cláusula
compromisoria. El nombramiento de los árbitros en la cláusula compromisoria es un grave riesgo.
Así, si los árbitros nombrados en la cláusula no aceptan el cargo, la cláusula queda sin efecto, y no
podrá nombrarse a otra persona salvo común acuerdo de las partes. Lo mimo sucedería si el
cargo o puesto utilizado para la individualización de una persona física, desaparece antes de que le
sea presentada a esta la oferta para su aceptación.
Por su parte, la legitimación como presupuesto subjetivo, designa una determinada posición
del sujeto con referencia a particulares situaciones y, más precisamente, con relación al objeto o al
otro sujeto de la relación. Así aplicando analógicamente los artículos 1392 y 1393 del Código Civil
a la cláusula compromisoria, tenemos que sólo están legitimados para celebrarla los que tiene la
libre facultad para enajenar sus bienes y derechos.
Por otro lado, el objeto en la cláusula compromisoria se determina de manera genérica, eso
quiere decir simplemente, que el objeto será la materia bajo disputa que se tendrá que someter a
arbitraje.
En términos sencillos la licitud del objeto determina que la materia a arbitrar no está prohibida
por ley, la moral o las buenas costumbres. Según los artículos 43 de nuestra Constitución Política en
concordancia con el 507 del Código Procesal Civil, en Costa Rica, solo pueden someterse a
arbitrajes asuntos de carácter patrimonial. En el ámbito internacional con fundamento en las
convenciones internacionales ratificadas por Costa Rica, el pacto arbitral debe referirse a un asunto
susceptible de ser resuelto por medio de arbitraje.
La patrimoniabilidad del objeto en las obligaciones se desprende del artículo 630 del Código
Civil, el cual exige que el objeto pueda reducirse a un valor exigible, siendo la ausencia de ésta
causa de ineficacia definitiva.
A) Derecho aplicable
Como ya se comentó en su momento, la cláusula compromisoria forma parte de un contrato
más amplio, por lo que normalmente la ley aplicable a ésta es la misma del resto del contrato, sin
embargo, tratándose de arbitrajes internacionales, se requiere que los contratantes determinen el
derecho aplicable.
Sin embargo, “si las partes contratantes no eligen el derecho aplicable, la validez de la
cláusula compromisoria puede tener que decidirse según su propia ley y la ley del lugar del
arbitraje. (…) Este problema que ciertamente es más teórico que práctico; puede evitarse mediante
la inclusión de una cláusula de elección de la ley.”
El segundo, o contrato colateral, contiene la obligación de resolver cualquier disputa que surja
de las obligaciones comerciales por medio de arbitraje. Este contrato secundario puede no
ejecutarse nunca. Si se ejecuta, constituye la base para el nombramiento del contrato arbitral, el cual
entonces determinará los derechos y obligaciones de las partes de acuerdo con el contrato principal.
Así pues, de nacer el conflicto motivado al contrato a que se refiere la cláusula, se crea la
posibilidad de exigir la ejecución forzosa de lo pactado y también la de oponer la excepción de
incompetencia ante el juez ordinario.
El arbitraje constituye hoy día una herramienta de gran ayuda, pues es utilizado como medio
alternativo de solución de controversias entre las partes contratantes que recurren a él, esperando
dar por satisfecho su controversia.
Debido al auge que está teniendo el arbitraje en los últimos tiempos es que las partes
contratantes incluyen cada vez con mayor frecuencia, dentro de sus contratos, cláusulas
compromisorias para acudir a esta instancia en caso de que llegara a presentarse un conflicto
concreto.
A pesar de ello, existen varias instituciones a nivel internacional que tratan de ofrecer un
servicio eficiente de arbitraje comercial internacional, tal y como lo representa el CIADI, el cual es
uno de los centros de conciliación y arbitraje más utilizados entre los inversionistas y los Estados,
puesto que sus decisiones tienen la misma eficacia que si se tratara de sentencias de los tribunales
nacionales, y se puede obligar a las partes a cumplir lo dispuesto por los árbitros; ello a través de
mecanismos coercitivos que sugieren a las partes a acatar lo dispuesto por el laudo, ya que de lo
contrario, se establecería el derecho del Estado contratante cuyo nacional es parte en la diferencia
de iniciar una reclamación internacional contra el Estado que incumple o la pérdida de éste de
credibilidad en la comunidad comercial internacional.
EL CONTRATO DEL JUEGO Y APUESTA
INTRODUCCION
modo marginal y picaresco de vida, y para otros en una afición obsesiva, renovada constantemente
(y otras tantas veces abolida) por los fantaseos de la fortuna fácil. No en vano en España, en el
código Alfonsino de las Siete Partidas (1265) y en el Ordenamiento de las Tafurerias, o casas de
juego, suscripto en 1276, se legislaba minuciosamente sobre el particular; y es fácil advertir que las
peninsulares, como lo prueba la dilatada lista de leyes que infructuosamente se dictaron, con el
propósito de erradicarlo, desde la época de Juan I (1387) hasta los días de "ilustrado “Carlos III
(segunda mitad del siglo XVIII).En América parece haber adquirido desde los primeros días de la
Conquista una virulencia inusitada, a favor de la fácil prosperidad que engendraban la riqueza
El tan mentado episodio de Mancio Serrae Leguizano, aquel famoso soldado español que jugó y
perdió en una noche la figura del Sol que le había tocado en el reparto de los tesoros del Cuzco,
dado el gran valor concedido al azar desde la antigüedad, y al enorme interés por su interpretación,
historia de las culturas: Desde las apuestas con conchas mezcladas en un casco que se nos menciona
en la Eneida, de Virgilio, hasta las múltiples referencias que aparecen en la Biblia, la apuesta se
parte, las apuestas también pueden llevarse sobre un objeto que no sea dinero
EL JUEGO Y APUESTA - GENERALIDADES.
Concepto:
El vocablo “juego”, deriva del latín “iocus” (broma, distracción), que expresa la idea de satisfacción
o deleite, si bien es la palabra “ludus” (diversión, pasatiempo), que acentúa el sentido de actividad
fácil o que no requiere esfuerzo, la que mejor traduce el término castellano “juego”. En cambio, la
palabra “apuesta” proviene del verbo latino “apponere” (o adponere), que significa colocar, poner
con inmediatividad a algo. En términos generales los juegos son aquellas actividades sujetas a
reglas cuyo objeto esencial es constituir un pasatiempo para quien lo practica. Considerando su
1. Por el número de personas, en juegos individuales o plurales;
4. Por la manera de determinar el resultado, en juegos de azar o de habilidad. De todos estos, los
relevantes son aquellos cuyo desarrollo y resultado originan consecuencias jurídicas, es decir,
producen efectos que deben ser tutelados por el Derecho. Jurídicamente el juego y la apuesta es un
contrato con características que lo distinguen radicalmente de otras relaciones obligacionales. A ello
II. CARACTERISTICAS:
incógnita que plantea el hecho incierto sólo queda la que corresponde al perdedor.
3) 3) Es a título oneroso, pues se vincula con un interés económico o causa lucrando (artículo
1942). Porque ambos contratantes quedan sujetos entre sí a prestaciones recíprocas (no
cuanto al alea puede existir para una sola de las partes (como sucede en la lotería) o para
ambas (juego y apuestas no autorizados). En este último caso estamos frente a lo que se
conoce como la dualidad del alea. Se ha discutido si lo expuesto significa que el juego y
apuesta depende de una condición impuesta por la ley (conditio jure). La mayoría de los
autores se inclina por descartarlo, pues como dice con razón SALVAT, mientras en los
contratos aleatorios "…la incertidumbre recae sobre las ventajas que las partes esperan
existencia misma del vínculo contractual y de las obligaciones y derechos derivados de él, lo
6) En el caso del juego y apuesta permitidos el apostador está usualmente sujeto a normas a las
incertidumbre.
8) El contrato es condicional, desde cierto punto de vista. El resultado final por el cual una
parte gane y la otra pierda, resulta dependiente del evento aleatorio, es decir, incierto para
las partes cuando menos; lo que es propio de la condición. Frente al resultado cuando viene
a significar una ganancia sólo para una parte y, por ende, sólo una pérdida para la otra parte,
el contrato que en su origen es bilateral, por lo dicho antes, en cuanto a las posibles
III. SUJETOS Y CAPACIDAD
Los sujetos del juego y apuesta (permitidos y no autorizados) son, en términos genéricos, los
jugadores. Una vez producido el resultado de una situación hasta entonces incierta quedan
presenta con esta claridad en los juegos permitidos, pues quien hace empresa nunca resulta perdedor
y siempre existe para él un margen calculado de ganancia, cualquiera que sea ese resultado(ramo de
loterías, etc.).En lo que se refiere a la capacidad de goce, en principio pueden celebrar el contrato
tanto las personas naturales como jurídicas. Empero existen situaciones especiales en las cuales en
los juegos permitidos sólo pueden actuar como organizador una persona jurídica, y así acontece en
la lotería, en los casinos y en el bingo. Por último y respecto a la capacidad de ejercicio existen
distingos.
impide a los menores acercarse a las ventanillas y jugar, no sucede lo mismo en casinos y
establecimientos de bingo, pues tanto los menores como los sujetos a interdicción civil no pueden
ingresar.
Y en relación con el juego y apuesta no autorizados, cabe señalar que no existe la solutio retentio
del vencedor cuando el perdedor sea incapaz, en resguardo de su inmadurez, inexperiencia o falta
IV. OBJETO DE LA PRESTACIÓN
En los juegos permitidos el objeto de la prestación da dar a que se obliga quien los organiza está
representado por bienes (dinero y especies, como sucede en el juego de la lotería).
El apostador, por su parte, está sujeto a las prestaciones de dar una suma de dinero como condición
obligatoria y ello acontece en el momento en que adquiere los billetes, cartillas, fichas y análogos,
sin que pueda sostenerse que con ello realiza una compra, pues este hecho esta inescindiblemente
En teoría nada impide que en el juego y apuesta permitidos el objeto sea una prestación de hacer.
Tampoco cabe descartar que el objeto resulte una prestación de no hacer, esto es, un deber de
objeto de la obligación cubre un amplio espacio (dar bienes, o sea cosa y derechos; hacer o cumplir
servicios; y no hacer o abstenerse de algo), sin que las obligaciones tengan que ser necesariamente
un juego o apuesta no autorizado uno de los apostadores se comprometa a unaprestación de dar y el
otro a una de no hacer, todo ello condicionado al resultado del hecho incierto.
En este sentido, la doctrina se ha preocupado de determinar si el juego y la apuesta son una misma
cosa, y, en caso de no serlo, ha procurado establecer sus principales diferencias. Examinemos ahora
V. DIFERENCIA ENTRE JUEGO Y APUESTA
Los Hermanos Mazeaud señalan que el juego es aquel contrato por el cual las partes prometen entre
inteligencia o del puro azar, Por su parte Josserand define el juego como una convención por la cual
unas personas se comprometen, entregándose a una combinación cualquiera, a pagar una suma de
Josserand señala que la apuesta es una convención en virtud de la cual unas personas que no están
de acuerdo sobre una cuestión, que considera diferente, convienen en que, quien tenga la razón
Mientras que los Hermanos Mazeaud, la define como el contrato por el cual cada una de las partes
promete a la otra una prestación según qué tal acontecimiento, se haya producido o no. Según los
Mazeaud el contrato de juego y apuesta difieren por el papel que desempeñan las partes, si
provocan el acontecimiento que designará al ganador, se trata de juego; si permanecen ajenos a ese
con un pagaré, la excepción del juego es oponible al portador de buena fe del pagaré.
Puede haber juego sin apuesta, así como puede haber apuesta sin juego. El juego puede consistir en
una diversión sin resultados económicos. En ese caso hablamos de juego por antomasia pero la
mayor parte de veces el juego va acompañado de una apuesta. La apuesta existe sin el juego. Es un
elemento accidental podríamos decir que la apuesta es un accesorio del juego. Cualquier clase de
juego, desde el más atrevido hasta el más inocente pueden existir sin la apuesta no puede existir sin
el juego los actos o sucesos que son objeto de ella, la apuesta tiene que ir siempre unida sea al
juego, sea a los actos o hechos que se apuestan. Si yo apuesto que A no pasa de 18 años, frente a
otro que afirma que A, excede de los 18 años que muy bien puede llegar los 24años, ambas posturas
sometidas al dicho de A que despejará la duda y llega A, y dice que tiene 20 años. He perdido la
barajas en la mano digo que pagaré siete y medio y otro jugador exhibe cartas que valen siete y
medio, habré perdido en un juego en que ha habido apuesta. La apuesta no solo es dinero, pueden
existir apuestas en objeto y apuestas carentes de valor, en fichas o palillos de fósforos o granos de
maíz, que no tienen valor. Cabanellas, citando al artículo2053 del Código Civil Argentino dice aún
existe apuesta “cuando dos personas que son de una opinión contraria, sobre cualquier materia,
convienen que aun que cuya opinión resulte fundada recibirá de la otra una suma de dinero o
Además el mismo autor menciona, el juego: "como contrato es principal, bilateral, consensual y
aleatorio; por él convienen dos o más personas en que la que perdiere, según se realice, o no, la
suerte de una de las partes, pagará a la otra cierta cantidad u otra cosa fijada de antemano.
El artículo2052 del Código Civil Argentino define el contrato de juego como aquel que tiene lugar
cuando dos o más personas, entregándose al juego, se obliguen a pagar a la que ganare una suma de
Según un primer criterio, para establecer la diferencia entre juego y apuesta a de atenderse al
distinto motivo o finalidad de dichos contratos. Así, ENNECCERUS estima que el juego tiene por
objeto una distracción o una ganancia, o ambas cosas a la vez, mientras que la apuesta tiende a
se tiene las siguientes definiciones: “Contrato de juego es aquél por el cual, con el fin de distracción
o de ganancias, las dos partes se prometen una prestación bajo condiciones opuestas”, y “Contrato
de apuesta es aquél por el cual, con el fin de robustecer una afirmación, las partes se prometen
Conforme a esto, sostiene que las apuestas sobre la victoria de un determinado caballo en una
carrera pública, son juego, porque sólo se realizan con vistas a una ganancia. A ello añade que en
las afirmaciones sobre futuro no suele haber apuesta, sino juego, y señala como ejemplo las
apuestas deportivas, si bien no considera acertado en este caso generalizar este criterio. A este
planteamiento se le han formulado dos importantes objeciones. En primer lugar, reduce la categoría
los juegos prácticamente todas las apuestasrelativas a un acontecimiento futuro, así como las que se
En segundo lugar, esta teoría basa la distinción en los motivos individuales de los jugadores y
apostantes, olvidando no sólo que esos motivos varían de persona a persona (hasta el punto que una
parte podría, por ejemplo, estar convencida de la seriedad de su propia afirmación, y la otra apostar
sólo por diversión o ganancia), sino también que los motivos individuales no se exteriorizan, no
forman parte del negocio jurídico y son irrelevantes para el Derecho. En realidad se afirma, en todos
esos casos la única razón decisiva y común a las partes reside en la creación artificial de un riesgo
Según un segundo criterio (romano), que es el más generalizado, hay juego cuando las partes
final, y hay apuesta cuando las partes quedan al margen de la actividad que producirá dicho
acontecimiento.
En este sentido, se ha definido el juego como “contrato por el cual cada una de las partes promete a
la otra una prestación si una de ellas obtiene un resultado dependiente de la fuerza, de la destreza,
VIII. CLASES DE JUEGO Y APUESTA:
De la disquisición anterior deducimos que el código no legisla ni el juego ni la apuesta. Todas las
formas, lícitas y no lícitas resultan englobadas en la frase "el juego y la apuesta" que son tratadas
como si fueran un solo hecho o un solo concepto. Consideramos más apropiado calificar la apuesta
como el contrato en el cual ambas partes se someten a los resultados de determinado hecho. El
Código sin embargo engloba en una frase el juego y la apuesta, reconoce tres clases de estas:
3) El juego y la apuesta prohibidos.
las leyes, los no autorizados están en una zona neutral, pues no son prohibidos ni permitidos.
Estos últimos constituyen, por lo demás, los que se presentan con mayor frecuencia, pues cubre un
Como ejemplo de los juegos no autorizados podemos citar los eventos deportivos en general, o
beneficio del vencedor como son su destres física, su conocimiento, su memoria y otros similares a
los que se agrega un margen no cuantificado y colateral de suerte o azar. De lo dicho se desprende
que en nuestro código civil el juego y apuesta no autorizados tienen una categoría propia. En efecto,
si bien el vencedor carece de acción para reclamar su pago, una vez efectuado voluntariamente tiene
a su favor la “solutio retentio” y no está obligado a la devolución. “El juez puede reducir
establecida. En la lotería, por ejemplo, el organismo competente hace que se emitan y pongan en
circulación billetes en los que figuran el monto de los premios y la fecha del sorteo, entre otros
aspectos. Al referirnos a los conceptos generales se explicó que en el juego y apuesta permitidos
especies). Nada impide, empero, que en el futuro se introduzcan dentro de esta misma categoría
Por ejemplo, podría darse que en el juego de bingo se permita ofrecer como prestación la pintura de
la casa del ganador de una determinada cartilla. Como por otra parte hemos sostenido que el juego y
apuesta no autorizados es un contrato peculiar resulta evidente que dentro de su gama podrán
ofrecerse no sólo prestaciones de dar, sino también de hacer y no hacer. Nada impide, en efecto, que
de que una u otra prestación haya sido previamente convenida. Como sabemos, en ambos ejemplos
el vencedor carecerá de acción para exigir el cumplimiento de la prestación por parte del perdedor.
2) La prestación debe tener carácter interesado (causa lucrandi) ya que si el resultado de una
competencia (deportiva, científica, etc.) sólo conduce a una satisfacción inmaterial, no habrá habido
concertación previa ni existirá juego y apuesta desde una perspectiva contractual. León Barandiarán
cita con acierto a Funaioli manifestando que "si no hay resultado económico en cuanto a
transmisión patrimonial por parte de un jugador, que viene a ser el perjudicado, en favor de otro
jugador, que viene a ser el favorecido, el mundo del juego y aquel del derecho constituyen no
solamente dos categorías anteriores y diversas, sino un cierto sentido, contra puestas, incompatibles.
3) La prestación comprometida resultará exigible una vez que se produzca un hecho hasta entonces
futuro o que tratándose de un acontecimiento ya realizado e ignorado en su origen por las partes,
quede luego debidamente esclarecido. Debemos aclarar que en la legislación sobre el juego y
pero desconocido por las partes. Empero, se le consideró en el texto para la eventualidad de que
pueda darse en el futuro. Además, y desde luego, este matiz se presenta frecuentemente en el juego
y apuesta no autorizados (ejemplo: si dos estudiantes de Derecho apuestan una comida respecto a
quién era Presidente del Perú cuando se promulgó el Código Civil de1952: Ramón Castilla o José
Rufino Echenique).
el empleo de totalizadores en los hipódromos, pues en realidad quien juega es la masa apostadora
(asistente o no al espectáculo hípico) de modo que la institución que hace empresa (entre nosotros,
el Jockey Club del Perú) se limita a recolectar las apuestas y cumplir con el pago de los resultados,
reteniendo un porcentaje que no sólo asegura sus costos y el pago de tributos, sino también una
significativa ganancia. El segundo párrafo del artículo bajo comentario carece de razón de ser, y su
inclusión se debe a que el autor no estuvo presente en la ponencia sustitutoria que estaba cambiando
prohibidos. En efecto, la regla de equidad contenida por este segundo párrafo (evitar la ruina del
perdedor) se explicaba en el Código Civil de 1936, ya que conforme al artículo 1772 el que perdía
en juego y apuesta de los no prohibidos quedaba obligado al pago. Pero como esto no es así en el
Código actual (artículo 1943) no vemos cómo pueda aplicarse esa regla de equidad si el juego y
apuesta permitidos están circunscritos a los que se organizan de un modo empresarial y con un
riesgo calculado.
Con relación a los efectos que el Código Civil ha atribuido a los juegos permitidos podemos
permitido, sin embargo, también se admite la reducción judicial de la deuda cuando resulta excesiva
en relación con la situación económica del perdedor. Es decir, aun así, el juego sea lícito, el
ARTÍCULOS 1772 lo siguiente: "El que pierde en juego o apuesta de los no prohibidos queda
obligado al pago.
de familia". En nuestra opinión, la reducción judicial de la deuda en un juego lícito solo debería ser
posible por un acontecimiento extraordinario oimprevisible, por causas extrañas al riesgo propio del
contrato, tal como lo dispone el ARTÍCULOS 1441, numeral 2, del actual Código Civil; pero si la
constituir la situación económica del perdedor un criterio válido para que este pueda reducir su
deuda, pues tal circunstancia no necesariamente era un hecho cierto y conocido por el ganador.
En este aspecto, el Código Civil funge de paterna lista y el efecto de la norma podría seguir una
dirección opuesta a la deseada pues podría estimular que quienes tienen una complicada situación
económica se agencien de grandes cantidades de dinero para jugarlas, sabiendo que dentro del
rango de probabilidades será mayor la oportunidad de obtener pingües ganancias, pues podrían
La situación económica del perdedor solo puede ser invocada como excepción y no como acción.
devolución parcial.
El último párrafo del ARTÍCULOS 1942 señala que el juez puede reducir la prestación, en
título para repetir al que pagó la deuda de juego permitido, aunque pretendiera invocar su situación
económica.
un juego permitido, el perdedor no podrá eximirse de pagar; sin embargo, como loindicamos
de la reducción judicial también está contemplada para las obligaciones con cláusula penal.
Conforme al ARTÍCULOS 1346, el juez, a solicitud del deudor, puede reducir equitativamente la
pena cuando sea manifiestamente excesiva o cuando la obligación principal hubiese sido en parte o
irregularmente cumplida.
El deudor que pagó una deuda proveniente de un juego permitido no puede luego de mandar su
devolución total ni parcial. Al haberse extinguido la obligación, es irrelevante que pueda probar
que el monto de la prestación resultó excesiva con relación a su situación económica, pues la
reducción judicial solo puede ser invocada como excepción, cuando el deudor actúa como
demandado.
Juego y apuesta no autorizados: falta de acción y de repetición (Art.1943)
El que paga voluntariamente una deuda emanada del juego y la apuesta no autorizados, no puede
solicitar su repetición, salvo que haya mediado dolo en la obtención de la ganancia o que el
repitente sea incapaz. Según lo explicado en los conceptos generales el Código Civil en vigencia
tiene una estructura peculiar en lo que se refiere al juego y apuesta, pues se aparta de la legislación
tradicional oclásica y hace una categórica distinción entre los permitidos, no autorizados y
prohibidos. Ya hemos señalado que el sistema utilizado tiene indudable contenido ético, pero
también reconocemos que podría objetarse y en todo caso discutirse en lo que se refiere al trato
dado al juego y apuesta no autorizado, pues son los que se presentan con mayor frecuencia en la
vida diaria.
Pedro se enfrenta a Juan en un partido de tenis y convienen en que el perdedor le pagará una
de hacer algo. Carlos tiene una discusión con Santiago sobre el resultado del encuentro final
del Campeonato Mundial de Fútbol realizado en Argentina en 1978 y hacen una apuesta
relacionada con cualquiera de las prestaciones antes mencionadas, o sea de dar, hacer o no
hacer.
Julia afirma que Juana de Arco falleció el 30 de mayo de 1431, en tanto que Cecilia sostiene
que fue el 30 de mayo de 1430, y surge otra apuesta vinculada con un hecho del pasado y
sujeta también aun efecto o consecuencia lucrativa. En todos estos casos, como en tantos
otros similares no existe prohibición legal, puesto que no se trata de juegos de envite y azar,
que, si de una parte el vencedor carece de acción para exigir el pago, por otro lado, el
perdedor que satisfizo la prestación no puede reclamar su devolución (de ser ello posible),
pues el primero goza de la solutio retentio. Estos efectos, tan distintos, responden a la
filosofía impuesta en el Código, que desalienta al juego y apuesta, pero concede una
solución decorosa para el perdedor, satisfactoria para el vencedor y lo que es tanto o más
importante, coherente con el acontecer diario, con los usos y costumbres y el valor moral de
la palabra empeñada. Para que funcione la solutio retentio es indispensable que el pago haya
sido hecho por el perdedor en forma voluntaria. De otro modo el acto sería anulable por
faltaría el alea y la ley no puede proteger a quien ha empleado artificio o argucia para
obtener un resultado que le favorezca. Como apunta León Barandiarán, "debe haber
ausencia de fraude de parte del ganancioso, o sea, que el resultado del juego no se deba a
acciones dolosas de aquél, y así el primer tahúr puede verse constreñido a restituir lo que se
le haya pagado "Finalmente, habrá también lugar a repetición si quien ha pagado es incapaz.
Esta es una deficiencia que deberá ser corregida en el futuro, por cuanto el acto jurídico practicado
por incapacidad relativa del agente sólo es anulable, a tenor de lo dispuesto en el artículo 221,
inciso 1, del Código Civil, Opina León Barandiarán que "... la falta de capacidad para realizar un
acto jurídico, como es un pago, importa la impugnabilidad de éste. Si esta es una regla general, con
tanto mayor razón tendrá aplicación en el caso contemplado, de una obligación imperfecta, como es
la derivada de una deuda de juego del tipo considerado en el artículo 1768 (del Código Civil
de 1936), en que no se permite la exigibilidad de la obligación, sino sólo la no repetición delo
pagado.
MARCO PRACTICO:
1. EXP: 00195-2013-PA/TC
TIPO DE PROCESO
Agravio Constitucional.
SUJETOS PROCESALES:
Demandado: La Superintendencia Nacional de los Registros Publicos, Juez del Trigésimo Segundo
Juzgado Civil de Lima, Los Jueces Integrantes de la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia de Lima.
SENTIDO DE LA RESOLUCION:
2. EXP: 00142-2011-PA/TC
TIPO DE PROCESO
Agravio Constitucional.
SUJETOS PROCESALES:
3. EXP: 4661-2006-PA/TC
Es un Contrato Aleatorio.
Elementos del contrato: Inversiones Jumapa S .R. Ltda, el Ministerio de Comercio Exterior
y Turismo (MINCETUR)
El origen del presente contrato se refiere a la exploración de los juegos de casino y maquina
tragamonedas.
Que, Inversiones Jumapa S .R. Ltda. interpone demanda de amparo contra el Ministerio de
Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR), a fin de que se declare la nulidad de: a) la
Resolución Vice Ministerial N.º 079-2005- MINCETUR/VMT; y b) las Resoluciones
Directorales N.05 358-2004-MINCETUR/VMT/DNT/DJCMT y 083-2005-
MINCETUR/VMT/DNT/DJCMT.
TIPO DE PROCESO
Agravio Constitucional.
SUJETOS PROCESALES:
BIBLIOGRAFIA
https://www.monografias.com/trabajos13/confi/confi.shtml
https://dialnet-MonografiaSobreLaPrestacionDeServiciosPersonalesAT-5617401.pdf
https://www.pqs.pe/economia/contratos-laborales-peru-tipos
https://www.monografias.com/trabajos102/los-contratos-mineros/los-contratos-mineros.shtml
https://www.google.com/search?
q=QUE+TIPO+DE+CONTRATO+ES+UN+CONTRATO+DE+LOCACION+DE+SERVICIO+EN+EL+PERU&