0Perfil de Medico Integral Comunitario.
Es un médico con competencias diagnósticas y terapéuticas, capaz de brindar Atención Médica
Integral, a través de acciones de promoción, prevención, curación y rehabilitación del
individuo, la familia, la comunidad y el medio ambiente; con el empleo de los métodos clínicos
y epidemiológicos; un profundo enfoque social, portador de valores, éticos, humanisticos,
solidarios y de actitud ciudadana; llamados a transformar la situación de la salud, en
correspondencia con las exigencias de la sociedad actual de la República Bolivariana de
Venezuela
Quienes Somos.
Somos estudiantes del Programa Nacional de Formación Medicina Integral Comunitaria,
Brindando información acerca de nuestra formación y relacionada con la misma.
Estudiantes que hemos creído en el Gobierno Bolivariano, que nos estamos formando para
poner todo nuestro empeño en las comunidades en cuanto a promover la salud y prevenir las
enfermedades.
Fundamentación.
Promoción y Protección de la salud, como estrategia esencial de la calidad de vida.
Formación centrada de la salud colectiva individual.
Humanización del servicio de salud.
Participación directa en y con las comunidades desde la formación.
Nuevos escenarios de aprendizaje: comunidades, consultorios populares, escuelas, espacios
laborales, centros de integración docente-asistencial.
Garantía del derecho a la salud con equidad y construido colectivamente.
Características del Programa de Formación en Medicina Integral Comunitaria.
Sienta las bases para la creación de la nueva universidad como una concepción y no como una
edificación, acercando la formación a los espacios donde se desarrolla y acontece la vida de los
estudiantes en su entorno.
Se extenderá como una gran red, ubicada en cada espacio del territorio venezolano, en la que
están presentes las universidades participantes y el resto de las instituciones representadas en
los Comités Académicos Bolivarianos Estadales de Salud.
Constituye un objetivo estratégico nacional.
Misión.
Garantizar la formación integral de los Médicos Comunitarios con conocimientos sustentados
en lo científico, lo humanístico y lo ético, y con una acción dirigida al individuo, familia y
comunidad.
Visión.
Los médicos egresados del Programa de Formación de Medicina Integral Comunitaria (PFMIC),
serán reconocidos por su condición humanista, creatividad y capacidad de servicio para el
desarrollo de programas de promoción para la vida y protección de la salud, como estrategia
esencial para mejorar la calidad de vida de los colectivos en sus territorios.
Objetivo General.
Formar Médicos (as) integrales con criterios científicos, de calidad, con valores eticos y
morales que correspondan al perfil profesional y a las necesidades de salud de la población en
su territorio, y con una alta sensibilidad social y vocación humanitaria.
Objetivos Especificos.
Dar cobertura adecuada a las necesidades de formación de bachilleres en Medicina Integral
Comunitaria, que satisfaga la demanda de la Misión Barrio Adentro y las políticas del Sistema
Publico Nacional de Salud.
Vincular a los docentes y bachilleres en los territorios sociales, desde el inicio de la carrera de
Medicina Integral Comunitaria.
Integrar los conocimientos científicos con los saberes populares en un solo conocimiento,
respetando la diversidad multicultural y pluriétnica, orientadas por una estrategia de
Promoción de la Salud y Calidad de Vida.
Desarrollar actividades de formación en la acción a partir de las necesidades de recursos
humanos del sector salud.
Los Programas Nacionales de Formación son definidos como aquellos conjuntos de estudios en
áreas estratégicas de desarrollo para la Patria Socialista y actividades académicas conducentes
a títulos o grados de estudios universitarios, creados por iniciativa del Ejecutivo Nacional, a
través del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria (MPPEU), diseñados en
colaboración con una o más instituciones de educación universitaria, para ser dictados y
acreditados en distintos espacios del territorio nacional, en las Aldeas Universitarias de Misión
Sucre o en Instituciones de Educación Universitaria, en función de prioridades nacionales,
regionales y locales.
Los PNF fueron creados por iniciativa del Ejecutivo Nacional a través del MPPEU, según lo
establecido en la Resolución 2.963, publicada en Gaceta Oficial 38.930 de fecha 14 de mayo de
2008. Conforme a esta normativa, la creación y gestión de cada PNF se realiza mediante
Resoluciones, dictadas por el MPPEU.
Los PNF son programas distintos en su concepción y gestión a las carreras tradicionales,
requieren atención exhaustiva y permanente en sus diseños para seguir garantizando la
construcción de un país con un objetivo fundamental: la formación del nuevo ser humano que
requiere la Venezuela del presente y del futuro.
El propósito de los PNF se centra en construir redes de conocimiento y aprendizaje para la
generación, transformación y apropiación social del conocimiento en las respectivas áreas, al
servicio de la Nación y, en particular, promover activamente la articulación y cooperación
solidaria entre las Instituciones de Educación Universitaria (IEU), la vinculación de la educación
universitaria con los organismos del Estado, empresas y organizaciones sociales, en función de
la pertinencia de la formación y la creación intelectual; la movilidad nacional de estudiantes,
profesores y profesoras; la producción, distribución y uso compartido de espacios y demás
recursos educativos, así como la formación avanzada de docentes y otros profesionales.
Medicina Integral Comunitaria (MIC): formación médica alternativa en Venezuela
Publicado por Javier Segura del Pozo el 22 enero, 2012 Comentarios (38)
Por Javier Segura del Pozo
Médico salubrista este es el análisis
Dentro de la serie “La Salud Pública en Venezuela” hoy hablaremos de la nueva carrera de
Medicina: “Medicina Integral Comunitaria” (MIC) que se diseñó al margen de las principales
autoridades académicas y en paralelo a la formación médica tradicional. Esta dirigida por la
misión médica cubana en Venezuela y la formación teórico-práctica principal se desarrolla en
las instalaciones de la Misión Barrio Adentro (MBA). La originalidad consiste en que prioriza la
formación en atención primaria y en salud comunitaria, frente a contenidos más clínicos y
especializados. Pretende solucionar el déficit de médicos en el descapitalizado sistema público
de salud, actualmente apuntalado con 20-30.000 sanitarios cubanos. La intensa vinculación del
MIC al “chavismo” pone en peligro la sostenibilidad futura de esta interesante iniciativa.
Estudiantes del Programa de Formación de Medicina Integral Comunitaria. Barbacoas, estado
Aragua. Abril 2006. Fuente: OPS. “Barrio adentro. El derecho a la salud y la inclusión social en
Venezuela”.
La MIC, en medio del fuego cruzado
Cuando llegué a Caracas a finales de noviembre, la persistente guerra dialéctica entre chavistas
y antichavistas en los medios (ver De Caracas a Popayán: explorando la Salud Pública de
Venezuela y Colombia) se centraba en las dudas sobre la cualificación profesional de los
nuevos Médicos Integrales Comunitarios (MIC), cuya primera promoción de unos 7.000
licenciados iba a salir a principios de diciembre de 2011. En total 24.000 estudiantes estaban
formándose en una nueva carrera de Medicina (MIC), en paralelo con otros 22.000 estudiantes
siguiendo el sistema médico tradicional de formación. ¿Un país, dos sistemas de formación
médica pregraduada?
El MIC se había iniciado en 2005, surgiendo de la iniciativa de los Comandantes Fidel Castro y
Hugo Chávez, conocida como “Compromiso de Sandino”, para la formación masiva de
médicos, y otros profesionales de la salud, para Latinoamérica, el Caribe, África y el mundo. El
gobierno bolivariano de Venezuela los presentaba como la gran aportación al escandaloso
déficit de médicos en su sistema publico de salud (ver El sistema público de salud en Venezuela
y Misión Barrio Adentro (2ª parte: presente y futuro).
La mayoría de los estudiantes MIC provenian de los barrios y zonas humildes del país, se
formaban en los centros de la Misión Barrio Adentro (MBA) y el enfoque de su formación se
dirigía a dar una especial importancia a los determinantes sociales de la salud y a la
participación comunitaria en la acción de salud. Todo ello, sería una garantía frente al
problema, que ya mencionamos en los anteriores artículos, sobre la supuesta falta de interes
y/o de compromiso social de los médicos venezolanos por trabajar en el sistema publico y
,especialmente, en los barrios y zonas rurales económicamente menos rentables.
También daría una solución al hecho de que el descapitalizado sistema publico de salud había
sido apuntalado mediante la “importación” de unos 20-30.000 profesionales de salud
venezolanos, cuya practica levantaba suspicacias y dudas legales sobre su ejercicio. (Ver Misión
Barrio Adentro (1ª parte: origen y desarrollo) y Misión Barrio Adentro (2ª parte: presente y
futuro). La presencia de médicos cubanos suponía un importante coste para el estado
venezolano (cuyo monto estimado no he podido averiguar) y, por lo tanto, su sustitución por
las nuevas promociones de MIC venezolanos, iba a suponer ventajas de todo tipo.
Sin embargo, para la oposición al gobierno de Chávez y para una parte importante de la clase
médica venezolana (incluidos los profesores, catedráticos y decanos de la mayoría de las
Facultades de Medicina), el proyecto de MIC era casi una aberración, sobre la que recaen
múltiples acusaciones, que, según pude comprobar, habían calado en la población, generando
una desconfianza “a priori” sobre la calidad de la atención de estos futuros profesionales. Estas
acusaciones se centraban en que, comparada con la formación clásica que se recibía en las
Facultades de Medicina:
No tienen una buena formación clínica y hospitalaria.
No han hecho prácticas quirúrgicas. Les han formado con muñecos y con programas
informáticos de simulación
No saben farmacología
Les dan formación política (para hacerles “agentes comunistas” pro-Chávez y por-Castro)
La formación solo dura 4 años (según algunas versiones, incluso solo 3 años[1]).
Entre todos los reproches, me sorprendía que fuera objeto de debate y versiones
contrapuestas algo tan objetivo como el número de años de la formación y que diferentes
medios antichavistas no coincidieran en la exacta duración (demasiado breve) de la carrera.
Redefinir el contenido comunitario de la carrera de Medicina
Por otra parte, debo confesar que la acusación de un menor contenido de formación clínico
hospitalaria especializada, no hacía más que despertar mi simpatía e interés por este nuevo
diseño de formación médica pregraduada. Muchos de los que hemos sido formados en las
facultades de Medicina, y luego no hemos dedicado nuestra practica a una especialidad clínica
de ámbito hospitalario, tenemos la sensación de que hay un enfoque equivocado en el diseño
de formación pregraduada.
Está excesivamente centrada en conocimientos propios de especialidades clínicas y muy
enfocada a la práctica hospitalaria, en detrimento de otros contenidos de indudable interés y
apenas presentes en la formación médica pregraduada (por ejemplo: Salud Publica,
Epidemiología, Sociología de la Salud, Psicología social, Pedagogía, Ética médica, Antropología
médica, etc.) o que son más útiles en ámbitos de practica no hospitalaria (ejemplo, atención a
demandas y problemas de salud que se ven en el nivel primario) y que complementan a los
anteriores. Además, la formación en aulas universitarias y en hospitales, debería ser
complementada con la formación en centros de salud y en comunidades. El “terreno” médico
(el ámbito de la práctica médica) no se reduce a los pasillos, habitaciones, consultas y
quirófanos hospitalarios.
Hasta ahora las estrategia para equilibrar esta formación ha sido doble: crear una especialidad
(de formación postgraduada) con contenidos especificos de APS y que de valor a la salud
comunitaria (es el caso de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria-MFC- creada en
España en 1979, que yo hice entre 1980-82, y que tambien existe en paises latinoamericanos,
como Venezuela y Colombia). La otra, que es menos común en nuestro entorno académico, es
introducir más contenidos de APS y Salud Comunitaria en la formación pregraduada de los
estudiantes de medicina (como es el caso de la MIC). Ahora en Venezuela conviven ambos
modelos, y, según supe por una conversación con la presidenta de la Sociedad Venezolana de
Medicina de Familia, ya hay temor de que compitan entre sí por puestos de trabajo en el
sistema público
No es sorprendente que exista el sesgo pro-especialista-clinico, anteriormente mencionado,
por la predominancia del modelo biomédico, mecanicista y asocial en la práctica y en la
formación médica de la mayoría de los paises, que da más valor a ciertos contenidos y ciertos
ámbitos de formación. En España, hasta la década de los 80, solo los hospitales tenían
capacidad de formación, hasta que se crearon los primeros Centros de Salud de Atención
Primaria y las correspondientes Unidades Docentes de Medicina Familiar y Comunitaria (MFC).
Hasta los futuros especialista de MFC eran formados principalmente en un medio (con muy
poca vocación comunitaria) en el que no iban a desarrollar su práctica futura: los hospitales.
Pero se suponía que allí es donde residía la Ciencia y el Saber: en manos de los especialistas. Al
fin y al cabo, para algunos, la MFC no era más que una suma de conocimientos de
especialidades clínicas, con un pequeño toque de contenidos de Salud Pública y una pizca de
Ciencias Sociales[2].
Javier Segura entre dos estudiantes de 5º año de MIC, delante de la Clínica Popular de MBA,
ubicada en el núcleo de desarrollo endógeno Fabricio Ojeda, en el sector Gramoven de Catia,
parroquia Sucre, en el oeste de Caracas. Foto: Javier Segura, Noviembre 2011
¿”Aberración bolivariana” o interesante rediseño de la formación médica?
Ese era el dilema que se planteaba pues con la MIC. ¿Cómo resolverlo en tan poco tiempo de
estancia en Caracas y con el maniqueísmo de las fuentes disponibles? Seguí una doble
estrategia: visitar un centro de la MBA, donde pude entrevistarme con estudiantes de 5º año
de MIC y estudiar a posteriori documentos que definiesen y analizasen este modelo de
formación. Afortunadamente pude acceder a interesantes documentos de los responsables del
programa de formación.
Sin embargo, no pude entrevistarme con las autoridades académicas críticas a MIC y no he
tenido hasta ahora respuesta a mi demanda de documentos de análisis que desarrollen y
fundamenten estas críticas, limitándose mi conocimiento sobre las mismas a meras opiniones
vertidas en los medios de comunicación (queridos lectores venezolanos del blog: todavía
estamos a tiempo). A continuación os contaré hasta donde han llegado mis pesquisas.
Repasemos una a una las dudas que se lanzan sobre MIC, empezando por el final:
1. “La formación de MIC solo dura 3 ó 4 años”
Según el programa docente[3], el período de formación es de seis años académicos, que son
antecedidos por el Curso Premédico, cuya aprobación es requisito básico para ingresar en la
carrera y cuya duración es de 6 meses.
2.”Les dan formación política (para hacerles “agentes comunistas” pro-Chávez y por-Castro)”
El programa esta codirigido por la misión medica cubana (junto con los ministerios de salud y
educación). Los profesores-tutores son médicos especialistas en Medicina General Integral
(MGI) de esta misión cubana, que trabajan en los módulos de MBA[4]. Transmiten pues
contenidos, esquemas y enfoques de la formación médica en Cuba, por lo que la influencia
cubana es evidente. Esto no tiene porqué significar necesariamente un adoctrinamiento
ideológico, y debe considerarse las oportunidades formativas que suponen para los
estudiantes venezolanos (el prestigio de la medicina cubana en el mundo salubrista no es
despreciable).
Sin embargo, sorprende la exclusión de docentes venezolanos, que más que por los
argumentos esgrimidos por el gobierno de supuesto déficit de capacidad docente de los
médicos venezolanos en contenidos de salud comunitaria y APS (otro insulto innecesario al
colectivo médico venezolano), solo se entiende por la coyuntural dependencia del sistema de
formación MIC de la MBA y, por lo tanto, de la misión médica cubana, como fruto de una
opción de estrategia política.
Repasando el diseño curricular de los 6 años, los contenidos más “políticos” se limitan al curso
de 24 horas de “Educando en ciudadanía” (primer año), y al de 36 horas llamado “Pensamiento
político latino-americano” (segundo año)[5]. Lo que es indudable es que, independientemente
de estos contenidos docentes, los estudiantes de MIC son plenamente conscientes de que
deben sus oportunidades de formación a la iniciativa del gobierno bolivariano de Chávez y que,
por eso, se encuentran en medio del “fuego cruzado” entre chavistas y antichavistas, donde es
muy dificil no tomar partido por una opción ideológica.
En la retórica del gobierno deben su formación al empeño de Chávez de enfrentarse a “la
reacción burguesa de la clase médica venezolana por la defensa de sus privilegios”. Este
argumento de batalla (“el enemigo de clase”) se retroalimenta, cuando los MIC notan la
hostilidad del “establishment” médico hacia ellos, durante las práctica en hospitales o en las
declaraciones en los medios.
3. “No saben farmacología”
A lo largo del tercer año (y durante 44 semanas), tienen “Farmacología I y II” (77 horas
teóricas, 225 horas de trabajo independiente y 460 horas prácticas).
4. “No han hecho prácticas quirúrgicas. Les han formado con muñecos y con programas
informáticos de simulación”.
5. “No tienen una buena formación clínica y hospitalaria”.
Según sus responsables, “el proceso formativo se lleva a cabo en Aulas Multipropósito situadas
en los escenarios de su futuro desempeño (su propia comunidad, Consultorios populares de
Barrio Adentro, Centro de Diagnóstico Integral, Salas de Rehabilitación Integral, Centros de
Alta Tecnología y Hospitales del Pueblo, entre otros), haciendo posibles los principios de la
universalización a través de la municipalización de la educación. Ésta, además, se encuentra
centrada en el estudiante, quien relaciona la teoría y la práctica en el aprender haciendo con la
guía de un Profesor-Tutor-Modelo y la utilización de las nuevas tecnologías de la información y
comunicación como recursos complementarios”[6].
Aquí creo que está la clave: no es un problema del diseño curricular, sino que la práctica clínica
y quirúrgica de los estudiantes de MIC esta condicionada (para bien y para mal) por el sistema
MBA y los centros a los que tiene acceso la misión médica cubana. Estos se centran en la
atención a problemas en el nivel primario y en los módulos de apoyo diagnóstico-terapéutico
de MBA II y III (ver Misión Barrio Adentro (1ª parte: origen y desarrollo)[7]. A su vez, las
opiniones de la clase médica y autoridades universitarias venezolanas sobre la preparación de
los MIC están condicionadas por sus opiniones sobre la MBA (y sobre el propio gobierno de
Chávez).
El programa MIC certifica una formación de 7.300 horas prácticas (entre ellas, 308 de Cirugía
General, 107 de Obstetricia y Ginecología, 151 de Traumatología y Rehabilitación, 70 de
Urología, 70 de Oftalmología, etc.). Para hacerlo posible, los MIC tienen prácticas hospitalarias
fuera del sistema MBA. Es aquí donde han entrado en contacto con los médicos venezolanos
(los mismos que fueron excluidos del diseño de su sistema de formación) y donde se
fundamentan las criticas sobre su supuesta preparación deficiente[8].
Las criticas suelen cargarse en lo que no tienen los MIC frente al sistema tradicional, dejando
en segundo plano lo que tienen en comparación con el sistema tradicional. En este sentido hay
que valorar los módulos docentes que refuerzan los conocimientos psico-sociales y
comunitarios de los estudiantes y que están enfocados a la atención integral bio-psico-social y
al enfoque de determinantes sociales de la salud.[9]
Otro aspecto interesante a destacar del MIC es que forma parte de la Misión Sucre que
pretende favorecer el acceso a la formación universitaria de las clases más populares. Una de
las estudiantes de MIC me contó que ella tenía nota suficiente para haber hecho la carrera de
Medicina convencional, pero que le habían pedido 100.000 bolívares por “el cupo”. El MIC
había sido la única oportunidad de superar las barreras económicas de acceso a la formación
médica. Los MIC reciben una beca de quinientos bolívares fuertes (Bs. F. 500), que se completa
con el aporte gratuito de los medios de enseñanza del programa (libros, microscopios, mesas,
sillas, pizarras, video beam, DVD, torsos, esqueletos, cráneos, balanzas, tallímetros,
tensiómetros y estetoscopios), además de dotarles a los estudiantes de 2º año con una
computadora.
El futuro de los MIC
Según declaraciones de la Dra. Isabel Iturria, viceministra de Recursos para la Salud a la
BBC[10]: “El objetivo (de la MIC) es que los médicos venezolanos sustituyan de forma
progresiva a los cubanos, que son los que están en 960 puntos de consulta de la Misión Barrio
Adentro en Caracas”. Es decir, su práctica estaría orientada a la APS, más que al trabajo
hospitalario, y a la sustitución progresiva de los médicos cubanos de la MBA. Sin embargo,
como ya dijimos en el pasado articulo, según algunas fuentes, debido al déficit de médicos en
los hospitales públicos, 5.500 de los 8.000 MIC que acaban de licenciarse el pasado 1 de
diciembre de 2011 van a ir a trabajar a los hospitales públicos y después harán especialidades
clínicas. No van a sustituir, por lo tanto, de momento, a los médicos cubanos.
Si bien es verdad que esta es una posibilidad que ya se consideraba en el diseño inicial del
programa de formación[11] no deja de ser contradictorio con la filosofía de la formación
(orientada a la APS) y refuerza las opiniones de que se utiliza a los MIC como un instrumento
político-estratégico del gobierno bolivariano en su conflicto con la clase médica venezolana y
las autoridades académicas. (En este caso, para resolver el déficit de médicos en los hospitales
públicos al margen de la mayoría del sistema de formación médica). Además, al igual que
ocurre con la MBA, la vinculación de los MIC a la opción ideológica del “socialismo
bolivariano”, como se verá en el video siguiente, también condiciona su aceptación por parte
de todo el espectro político venezolano y de la mayoría de la sociedad venezolana y dificulta su
sostenibilidad futura
l Medico Integral Comunitario es un Revolucionario.
Los Médicos Revolucionarios Pertenecemos al Colectivo, Vivimos por la Vida y Luchamos Por el
Bienestar del pueblo. Nuestro Característico Humanismo y sensibilidad Social Nos hace ser
ajenos a nosotros mismos como individualidades y nos transforman en una medicina Social
para los males que aquejan a las comunidades, El que Es medico debe Saber que la única
Riqueza a la cual va a aspirar es la Satisfacción de ser útil a los demás, que la única Aspiración
que puede obtener es de ser el mejor profesionalmente Salvando vidas, que el Único titulo
valido a los ojos de dios es el de Ser Humano y que la única recompensa a todo ello es el Amor.
La característica y la virtud principal de la medicina en una Revolución es que las personas no
van al médico, sino que el médico va a las personas. Así es el médico revolucionario, no aquel
que se sienta en la consulta a esperar por el paciente, sino aquel que va en busca del paciente,
podríamos parafrasear con entero optimismo aquella famosa frase de Mahoma, y decir: Si el
paciente no viene al médico, el médico irá al paciente.
Un médico revolucionario es aquel para el cual un enfermo no es un cliente, sino un paciente,
un enfermo, no es su modo de vivir, sino su razón de vivir. Un médico revolucionario no gana
dinero, gana vidas.
Un médico revolucionario es también un educador, educador en los mejores hábitos de vida,
educador moral y social, educador en el ejemplo de su propia vida revolucionaria.
El médico es el profesional con más capacidad para transformar la conducta de sus
semejantes. La ética es la virtud de la que cada mañana debe hacerse acompañar todo el que
es médico. No la abandonen un solo minuto. Ser médico exige un corazón sensible para sentir
propio el dolor de otros y fuerte para soportarlo.
El médico ha de preferir la solidaridad al egoísmo, la entrega a la desidia, la justicia al abuso, la
felicidad ajena a la riqueza propia. Mientras más se consagren al trabajo, más disfrutarán el
descanso, mientras más quieran a cualquier ser humano, más querrán a sus padres y a sus
hijos, y más los querrán ellos a ustedes. No pierdan una sola oportunidad de hacer algo por
alguien.
Ser médico revolucionario es arrojar la costra de egoísmo y de valores inútiles que lastran la
vida y no permiten ascender hacia la esperanza de los pueblos.
Qué extraordinario privilegio el de un médico, aliviar el dolor, salvar vidas, conocer a los seres
humanos, inspirar confianza, sembrar valores, alentar el espíritu.
La mejor medicina para un pueblo es la Revolución, porque es el único camino para curar a la
humanidad de todos sus males. Solo una Revolución puede sanar la grave enfermedad de la
ignorancia, identificar con certeza el mal social y crear las condiciones para su solución
definitiva
El médico Ernesto Guevara, en medio de la selva boliviana, escribió que "ser revolucionario es
el escalón más alto de la especie humana", y también podríamos decir en honor a aquel
médico sanador de males sociales, que ser médico en una Revolución es el escalón más alto de
la especie revolucionaria.
Un médico ha de ser un estudiante eterno y más aún, la vida es un proceso permanente de
educación y transformación y todo ser humano va aprendiendo, cambiando y si se lo propone,
mejorando hasta el último latir.
Cuando damos salud a un ser humano a miles de kilómetros de la civilización, estamos
acercando la Revolución al pueblo.
Forma médicos y curarás personas. Forma médicos revolucionarios y salvarás pueblos.