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Estrategias para Comprender Textos Argumentativos

Este documento presenta estrategias para comprender textos argumentativos. Explica que los textos argumentativos contienen tres elementos fundamentales: la tesis, los argumentos y los contraargumentos. Describe cada uno de estos elementos y cómo identificarlos. También incluye dos ejemplos que muestran cómo se aplican estas estrategias para analizar textos de divulgación y académicos.

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Estrategias para Comprender Textos Argumentativos

Este documento presenta estrategias para comprender textos argumentativos. Explica que los textos argumentativos contienen tres elementos fundamentales: la tesis, los argumentos y los contraargumentos. Describe cada uno de estos elementos y cómo identificarlos. También incluye dos ejemplos que muestran cómo se aplican estas estrategias para analizar textos de divulgación y académicos.

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Materiales de apoyo para la lectura

Estrategias para comprender textos argumentativos

Una habilidad fundamental para tener un buen desempeño en la universidad es la de reconocer diferentes

posturas respecto a un tema, a pesar de que estas puedan tener una base teórica o metodológica. En efecto, en

muchas disciplinas no existe una “verdad” que aprender, sino que el conocimiento se construye precisamente a

partir de ese diálogo y contraste entre diferentes opiniones. Por ello, es importante que puedas reconocer los

elementos fundamentales que hacen a un texto argumentativo y que lo distinguen de textos de tipo expositivo.

Estos elementos fundamentales son tres: la tesis, los argumentos, y los contraargumentos.

A continuación te presentamos algunos consejos para determinarlos y analizarlos. Podrás revisar dos ejemplos

de lectura de elementos de argumentación: uno en un texto de divulgación y otro en un texto académico.

La tesis

La tesis es la idea fundamental sobre la cual versa el texto. Esta siempre es una opinión y se diferencia de los

hechos porque no es inmediatamente verificable, es decir, no es posible decir si la afirmación es cierta o falsa. Lo

anterior supone que las tesis aparecen en textos que desarrollan temas controversiales. No obstante eso, aunque

la tesis es una opinión, se suele entregar como una afirmación (“la educación en Chile debe ser gratuita”) y se

obvian los verbos que marcan la subjetividad (“yo creo que la educación en Chile debe ser gratuita”). Técnicamente,

esta es una estrategia de modalización, es decir, de establecer la actitud (el modo) que adopta un hablante frente

a la información que está expresando.

En general, los textos argumentativos explicitarán la tesis en la introducción (cuando tienen estructura deductiva)

o en la conclusión (cuando es inductiva). El lenguaje te entrega algunas pistas para detectar la tesis, como los

verbos de opinión (creer, opinar, sostener, argumentar, defender…). Sin embargo, en muchos textos la tesis

principal está implícita y deberás inferirla a partir de los argumentos planteados, determinando de qué lado de la

discusión se sitúa el autor. Para ello, identifica aquellas afirmaciones que justifiquen otras ideas: esos

argumentos responderán a un ¿por qué?, y la afirmación que da origen a esta pregunta es la tesis.
Los argumentos

Los argumentos funcionan como base racional para sostener la tesis. En la argumentación cotidiana es posible

usar razones de tipo afectivo o subjetivo, pero en el contexto académico se argumenta siempre desde la lógica.

Por eso, los argumentos suelen utilizar estrategias como:

 Las relaciones de causa y consecuencia, que permiten explicar fenómenos y, en algunos casos, predecir

hechos futuros.

 Las generalizaciones a partir de situaciones frecuentes y recurrentes.

 Las citas de autoridad cuando son expresadas por especialistas o están respaldadas por un cuerpo teórico

o empírico importante.

 Las analogías a partir de situaciones similares.

 El uso de ejemplos para ilustrar las situaciones u opiniones planteadas.

Desde luego que estas estrategias no garantizan que la argumentación sea sólida, porque pueden ser abusadas

o utilizadas de forma tendenciosa (por ejemplo, un autor puede tomar algunos casos aislados y hacer una

generalización apresurada). Sin embargo, puedes identificarlas para determinar la presencia de un argumento en

la medida que estas apoyen una opinión de tipo más general. Si identificas que los argumentos constituyen

falacias (es decir, argumentos que no son válidos aunque lo parezcan), toma nota de ello, para que puedas

desmentirlos.

La contraargumentación

Los textos argumentativos en general tratarán de defenderse de tesis contrarias o alternativas haciendo

referencia a ellas y refutando estas visiones diferentes. En general, puedes identificar la contraargumentación

porque se hace referencia explícita a quienes sostienen las contratesis: busca expresiones como “otras personas”,

“algunos autores”, “hay quienes sostienen que…” o incluso expresiones que se refieran al sentido o la creencia

común, como “es normal pensar que…”. Algunos textos individualizan a las personas que tienen una opinión

diferente, pero si no, existirán marcas de este tipo.

Toda contratesis es seguida de la refutación, que en la práctica funciona como un nuevo argumento que echa por

tierra la tesis contraria (identificando sus debilidades o errores lógicos) y reafirma la tesis propia. Normalmente

se reconoce porque existen conectores de tipo adversativo que marcan el contraste de opinión: “no obstante”,

“sin embargo”, “aunque” (cuando antecede al contraargumento) y similares. La refutación también puede estar

antecedida por expresiones afirmativas, como “la verdad es que” o “se ha establecido que”. Recuerda que las

página 2
opiniones del texto argumentativo, aunque son opiniones, se suelen expresar como hechos, por lo que es raro

que se explicite que estos argumentos son falsos o infundados.

A continuación te mostramos un texto de divulgación en el que puedes reconocer tesis y argumentos.

El título de este texto Iniciativas de forestación urbana ¿son suficientes?1


anuncia la controversia que
se trabajará.
Señor director:

Son ampliamente reconocidos los beneficios ambientales y culturales que


proporcionan los árboles en las ciudades, por ese motivo desde hace años diversas
La tesis se configura como
respuesta directa al título. iniciativas estatales y particulares promueven la forestación en ambientes urbanos.
La oración que sigue es el Sin embargo, por sí sola, dichas iniciativas son insuficientes. De hecho, un alto
argumento principal que porcentaje de árboles no llega a estado adulto generando los beneficios esperados.
justifica esta tesis.

¿Por qué ocurre esto? Las causas son variadas, entre ellas está la desadaptación
climática de los árboles que terminan secándose y no prosperan. También la falta de
Este párrafo contiene una
un buen manejo, al no recibir adecuadamente el riego, ni los nutrientes necesarios, y
serie de hechos que se
establecen en una lógica de
se agrega a la lista, los que son maltratados por acciones de vandalismo, mal uso de
causa-consecuencia para dar las orilladoras y cortadoras de césped, y las podas deformantes ejecutadas por
peso al argumento personal, que no cuenta con las competencias requeridas. Por último, están aquellos
mencionado anteriormente.
árboles que fueron incorrectamente seleccionados y que deben ser removidos, pues
se plantaron en espacios reducidos, con cables aéreos o conductos subterráneos que
interfieren con su desarrollo radicular.

En este caso, la intención del


Mejorar esta situación depende no sólo de seguir incentivando programas y acciones
texto es llamar a la acción y
no tanto convencer de que de forestación en las ciudades del país, sino también que se desarrollen planes de
esta opinión es la correcta. manejo y seguimiento de los árboles, que sean más rigurosos que los actuales. Por
Por eso, en vez de otra parte, es necesario promover programas de educación ambiental y
contraargumentar, se
sensibilización en las comunidades, junto con capacitaciones técnicas para el
procede directamente a las
propuestas concretas. personal que selecciona y maneja este tipo de vegetación.

Gabriela Saldrías, 15 de abril de 2016


Diario UChile

En este ejemplo no se incluyen contraargumentos. En efecto, es bastante frecuente que los textos de divulgación

no los incluyan, ya que la contraargumentación es característica de textos más complejos o con objetivos más

amplios. Además, en textos de tipo académico, la argumentación está muy imbricada con la exposición, ya que

1 http://radio.uchile.cl/2016/04/15/iniciativas-de-forestacion-urbana-son-suficientes

página 3
hacemos discusiones desde lo que han comentado muchos otros expertos (argumentaciones) a partir de hechos,

experiencias y lecciones varias (exposiciones). Y no solo eso: los textos académicos tienden a estar construidos

sobre un constante ir y venir de posturas y evidencias a favor y en contra. No siempre existe una tesis única,

porque las tesis se van sumando unas sobre otras para profundizar en un tópico. Leer textos argumentativos, en

resumen, requiere una alta atención para reconocer este tipo de argumentación “recursiva”.

A continuación te presentamos un fragmento de texto académico en el que podrás ir viendo cómo se articula este

tipo más complejo de argumentación. Hemos marcado algunos fragmentos útiles de comentar para que vayas

viendo cómo se pasa de una tesis a otra. También hemos marcado en negrita algunos conectores que te indican

cuándo se contrapone una postura con otra.

Enseñar a leer a quienes “ya saben leer”: un desafío estratégico 2


(Fragmento de la introducción)

No parece un problema elaborar una definición de sentido común acerca de lo que


es la lectura ya que ella constituye una práctica extendida en nuestra cultura. Es más,
las diversas investigaciones sobre dicho fenómeno (Gagné, 1991; Peronard, 1993a;
Solé, 1994) parecen tener puntos de acuerdo en cuanto a cómo caracterizarla
Acá se entrega una cognitivamente. Así, la lectura es vista como una acción intencional y deliberada de
definición de lectura,
construcción de sentido, en la que —en virtud de una serie de estrategias
destacando que es el
oportunas— el sujeto logra integrar la información del texto escrito con sus propios
resultado de un acuerdo
entre autores. esquemas de conocimiento.

En este punto se expresa


No obstante, al aplicarse a una situación didáctica, esta definición teórica pierde su
una tesis (1): esta definición
no es útil para la didáctica.
claridad y aparente coherencia inicial. Chevallard (1991) denominó “transposición
didáctica” a este fenómeno por el cual un determinado conocimiento se convierte en
objeto de enseñanza. De esta manera —y como Camps (1993) lo señala en el área de
Esta oración puede
toda didáctica de la lengua— al incorporarse al marco de la enseñanza, la lectura ya
comprenderse como un
argumento de la tesis (1). no se representa de forma unívoca, sino que surgen diferentes visiones del
Asimismo, puede entenderse fenómeno. Tal vez, este problema radique en que no nos encontramos con una
como tesis (2), es decir, habilidad de todo o nada, o se aprende a leer o no se aprende, sino con un proceso
como un nuevo punto de
lingüístico–cognitivo, polifacético y complejo cuyo desarrollo puede representarse en
partida para la
argumentación posterior. grados distintos.

Aquí se entregan El panorama es nítido cuando se produce la adquisición inicial, la alfabetización


antecedentes para el
cuenta con una metodología precisa —a pesar de los cuestionamientos (Tolchinsky,
argumento que sostiene a la
tesis (2), al contraponer la 1993) — y para cualquier docente es fácil darse cuenta de que ha logrado su objetivo.
definición tradicional con el El niño puede reconocer las letras, pronunciar las palabras y, finalmente, dar cuenta
problema didáctico.

2Crespo, N. & Llach, C. (2004). Enseñar a leer a quienes 'ya saben leer': un desafío estratégico. Revista Perspectiva
Educacional, 43, 35-50.

página 4
en una lectura oral (Rubio, 1998) de lo que los signos escritos están transmitiendo.
Sin embargo, el objetivo de lograr una habilidad madura y desarrollada como la que
es descrita en el primer párrafo, requiere de un proceso didáctico más específico y de
la formación de habilidades más elaboradas que la decodificación inicial de letras y el
El resultado de la evidencia emparejamiento entre la forma gráfica de la palabra y su concepto (Gagné, 1991). Se
es una tesis (3).
debe enseñar a leer a “los que ya saben leer”.

Una larga tradición asignaba a la práctica pura, sumada a la capacidad del alumno, el
rol de producir esta maduración. Así se acuña la vieja frase que todavía se repite en
algunas de nuestras aulas: “a leer se aprende leyendo”, tal vez una exageración de la
propuesta acerca de “aprender haciendo”, sostenida por Dewey (1938). No obstante,
en un tiempo muy reciente, algunos países preocupados por su educación debieron
reconocer que no bastaba esta postura y que la posibilidad de tener un adulto con

El analfabetismo funcional se
una capacidad lectora mínima era más una realidad que una fantasía. Así, el tan
menciona como argumento bullado analfabetismo funcional se ha dado de una manera cada vez más frecuente,
para sostener la tesis (3). permitiendo a nuestros alumnos obtener diplomas sin significado (Nash, 2004) y Chile
no ha sido la excepción:

Muchos preguntan sobre la seriedad del problema de analfabetismo funcional en


La cita presenta una Chile. Se cree que es un problema secundario y que posiblemente se esté
estructura clara de
exagerando en las consecuencias previstas en el campo de la inversión y la calidad
contraargumentación, al
de los recursos humanos que el país produce. El estudio que llevó a cabo el
presentar una postura
frecuente y refutarla Departamento de Economía de la Universidad de Chile acusa lo contrario: más de la
inmediatamente con datos. mitad de los chilenos no somos capaces de seguir instrucciones escritas, tenemos
dificultades para comprender lo que leemos y no somos capaces de extraer mínimas
consecuencias analíticas (Riveros, 2004).

Cuando te encuentres con textos como estos, no es necesario que identifiques con tanto detalle todas las tesis y

los argumentos. Más bien, hazte preguntas como las siguientes:

 ¿Cuál es la tesis principal que se quiere defender?

 ¿A qué situación o problema inicial responde esta tesis?

 ¿Qué aporta el texto a la comprensión o resolución del problema?

En base a esas preguntas, por ejemplo, podemos asumir que este fragmento sostiene que a) se debe enseñar a

leer a “los que ya saben leer”, porque b) comprender un texto requiere el manejo de operaciones complejas, y c)

en el resto del texto se entregarán alternativas para enseñar la lectura. Hacerte este tipo de preguntas más

sencillas te ayudará a monitorear tu comprensión global de los textos académicos que te encuentres.

A medida que vayas comprendiendo, trata de dejar registro de tu lectura con las lecciones o aprendizajes más

relevantes. Puedes ejercitar estas estrategias con los siguientes materiales de apoyo para la lectura en este curso.

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