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Ensayo Ciclo Vital

Los principales desafíos del envejecimiento en la adultez mayor incluyen los cambios físicos como la pérdida de masa muscular y capacidad sensorial, los cambios cognitivos como la disminución de la memoria y atención, y los desafíos socioemocionales como la jubilación, la viudez y los estereotipos negativos sobre las personas mayores.

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Ensayo Ciclo Vital

Los principales desafíos del envejecimiento en la adultez mayor incluyen los cambios físicos como la pérdida de masa muscular y capacidad sensorial, los cambios cognitivos como la disminución de la memoria y atención, y los desafíos socioemocionales como la jubilación, la viudez y los estereotipos negativos sobre las personas mayores.

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¿Cuáles son los principales desafíos del envejecimiento en la adultez mayor?

Integrantes:
Romina Álvarez
Sebastián Hernández
Danitza Igor

Ciclo vital II
Docente: Pablo Ferrer
Escuela de Psicología
27 de Marzo del 2020
I. Introducción.
Estamos viviendo un escenario en el que la población mundial se encuentra en
proceso de envejecimiento, el cual es consecuencia en gran medida de las mejores
condiciones económicas, el mayor control de enfermedades infecciosas, la adopción de
estilos de vida más saludables y al avance de la ciencia y la tecnología (Dobriansky,
Suzman y Hodes, 2007). Según algunas proyecciones se estima que al año 2040 la
población mayor de 65 años ascenderá a los 1.3 billones de personas (Kinsella y He, 2009).
En este contexto, se hace necesario preguntarse cuáles son los mayores desafíos que
conlleva esta transición, pues la vejez es distinta a las anteriores etapas de la vida... La
jubilación, la viudez, las enfermedades y el deterioro físico y/o cerebral en general se
presentan como amenazas para el adulto.
Por otra parte, es importante mencionar que en muchos países el envejecimiento es
visto como algo negativo e indeseable, y hay muchos estereotipos atribuidos al “ser viejo”,
por ejemplo, a las personas mayores se les suele ver como cálidas y cariñosas, pero también
se cree que son incompetentes y de bajo estatus (Cuddy, Norton y Fiske, 2005). Por suerte,
los esfuerzos por combatir esta discriminación por edad, también conocida como viejismo,
han dado resultados positivos gracias a que cada vez se les da más notoriedad
mediáticamente a adultos mayores sanos y activos.
En el presente ensayo ahondaremos en esta temática, enfatizando en los desafíos
socioemocionales, físicos, económicos que se enfrentan al envejecer en la adultez mayor.

ll. Desarrollo

La etapa de la adultez mayor pasa por muchos procesos desde los cambios físicos,
como las arrugas, disminución de masa muscular, encanecimiento del cabello, la pérdida o
disminución de los sentidos, cambios en cuanto al ritmo del sueño, son aspectos típicos de
la adultez mayor (Craig, 2009), los cambios biológicos también son una parte muy
importante, sobre todo el envejecimiento neuropsicológico, causando insomnio en algunos
adultos mayores, presentando como consecuencia, depresión y ansiedad graves a la falta de
conciliación del sueño. Muchos adultos mayores encuentran más difícil percibir y procesar
un estímulo a través del sistema sensorial (Hoyer y Plude, 1980). Otras dificultades son
pérdidas de las capacidades cognitivas como la disminución de la percepción y atención,
teniendo dificultades al adaptarse a situaciones nuevas, o al expresarse en un tema de
conversación casual, afectando las interacciones sociales de este, por otra parte hay un
deterioro sensorial y sistemático significativo que afecta el envejecimiento. Estudios han
revelado que quienes se mantienen en buena condiciones físicas y activos muestran el
mismo desempeño que personas jóvenes que no están en buenas condiciones (Birren y
otros, 1980). Existe un estigma muy grande sobre el adulto mayor. Se les considera sabios,
seniles, amables y gruñones, interesados en la gente y a la vez que inactivos y antisociales
(Crokett y Hummert, 1987) son parte del aspecto social del individuo y la forma en que se
relaciona con lo que lo rodea, desarrollando un concepto de sí mismo un tanto
individualista, por lo que son egoistas y egocentricos haciendo que el contacto social sea
más difícil de concretar. Algunos decidirán dedicar más tiempo a su familia y a otros
compromisos interpersonales e incluso morales y menos tiempo al desarrollo profesional
(Fiske, 1980). Gran parte de este grupo etario vivencia situaciones reales e inevitables,
propias del ciclo de la vida, sin embargo todo depende tanto de la edad cronológica como
biológica, en general el envejecer conlleva pérdida en todos los aspectos de nuestras vidas,
llevando al adulto mayor a tener dificultades de cómo enfrentarlas provocando un deterioro
más rápido.

Según algunas teorías del desarrollo, a lo largo de la vida, los individuos nos vemos
enfrentados a sortear determinados desafíos. Havighurst (1953), describió los desafíos de
la vida en términos muy prácticos, entre los que se refieren a la vejez se encuentran: El
adaptarse al deterioro de la salud y fuerza física; adaptación a la jubilación; a la muerte del
cónyuge; establecer vínculos explícitos con el grupo de edad; cumplir las obligaciones
sociales y cívicas; y por último; establecer rutinas satisfactorias de vida. Los procesos que
podrían iniciarse para cumplir estas tareas pueden ser la ampliación de las actividades de
ocio, el ajuste financiero, todo ello acompañado de la flexibilización de los roles, por
ejemplo, potenciar el rol de abuelos (Izquierdo, 2007).

A diferencia de Havighurst, la teoría de las etapas psicosociales de Erikson, por su


parte, afirma que el desarrollo humano se divide en ocho crisis psicosociales, y cada una de
ellas se basa en la anterior, esto significa que el desarrollo del adulto depende de la forma
en cómo se hayan resuelto los conflictos de las etapas anteriores (Erikson, 1959). El autor
sugiere como logro mayor de la octava y última etapa el sentido de integración del yo,
basado en la reflexión sobre la propia vida, los adultos mayores se esfuerzan por lograr un
sentido de plenitud, que les permita aceptar su vida sabiamente. La sabiduría, según
Erikson resulta una virtud importante de cultivar en esta etapa, para poder aceptar la
experiencia de vida sin remordimientos, con todas las imperfecciones de sí mismo, y así
afrontar la muerte tranquilamente (Erikson, 1985). Además de la reflexión sobre el pasado,
el sentido de integración del yo también proviene de la participación y estimulación activa
del adulto, ya sean actividades políticas, ejercicio físico o la relación con los nietos.

Por último, Peck (1968) considera la vejez como la resolución del conflicto entre la
trascendencia del ego (alcanzar un estado de la mente que rebase las perspectivas
personales de la muerte) y la preocupación por el ego (con la muerte). Para Peck la
trascendencia del ego es importante para la vejez, los que envejecen de modo exitoso
trascienden la perspectiva de su mortalidad, debido a que comparten muchas cosas con la
generación más joven, se trata de un legado que persistirá después de su muerte. La
diferenciación del ego frente a la preocupación por los roles laborales, si las personas se
definen tan sólo en función de su trabajo o de su familia, acontecimientos como la
jubilación, el cambio de ocupación, un divorcio o el hecho de que un hijo se marche de casa
producirán sin duda un cambio brusco en su vida. Esta diferenciación significa definirse
uno mismo como persona en formas que van más allá del trabajo o de los roles familiares.
Por último la trascendencia del cuerpo frente a preocupaciones por el cuerpo, este aspecto
alude a la habilidad del individuo de no preocuparse por las molestias, dolores e
incomodidades físicas que acompañan al proceso de envejecimiento puesto que el
individuo acepta aquellos cambios como naturales.

III. Conclusión

La adultez mayor es la etapa final del ciclo vital humano, donde muchas de las
capacidades se van desgastando y el desafío es adaptarse de la mejor manera a los
diferentes cambios que se van presentando al transcurrir el tiempo, como físicos,
biológicos, sociales y mentales. Este proceso de adaptación a la adultez mayor depende de
cómo se percibe y se entiende la vida en la medida que el adulto cumpla las diferentes
etapas del desarrollo, entendiendo el proceso de envejecimiento como un transcurso natural
de múltiples cambios que deben ser aceptados e integrados por el adulto mayor, sin
remordimientos ni autocríticas. Los cambios físicos en la adultez han llegado a su punto
culmine y los rasgos de la personalidad se solidifican hasta la vejez, la crisis de integridad
frente a esta sabiduría es aceptar la vida y ser coherente con lo que se ha realizado a lo
largo de esta. Es importante que nosotros como sociedad dejemos los estigmas que a veces
presentamos ante la vejez y seamos capaces de ver que cada etapa presenta dificultades,
siendo esta un reflejo el estilo de vida que llevamos a lo largo de nuestro ciclo humano, sin
embargo esto no significa que dejan de ser útiles para la vida o dejan de sentir emociones o
sensaciones, más que el final de la vida es el comienzo de una nueva etapa llena de
contratiempos situaciones que enriquece el aprendizaje de la vida.

IV. Bibliografía

Birren, J. E., Woods, A. M., & Williams, M. V. (1980). Behavioral slowing with
age: Causes, organization, and consequences. En L. W. Poon (Ed.), Aging in the 1980s:
Psychological issues (p. 293–308). American Psychological Association.
https://doi.org/10.1037/10050-021

Craig, C., y Baucum, D. (2009). Desarrollo psicológico. (9° ed.). México: Pearson.
Crockett, W. H., & Hummert, M. L. (1987). Perceptions of aging and the elderly.
En K. W. Schaie (Ed.), Annual review of gerontology and geriatrics, Vol. 7 (p. 217–241).
Springer Publishing Company.

Cuddy, A.J., Norton, M.I., and Fiske, S.T. (2005) This Old Stereotype: The
Pervasiveness and Persistence of the Elderly Stereotype. Journal of Social Issues, 61, 267-
285. https://doi.org/10.1111/j.1540-4560.2005.00405.x

Dobriansky, P.J., Suzman, R.M, Hodes, R.J.: (2007) Why population aging matters:
A global perspective. Bethesda, MD and Washington, DC: National Institute on Aging,
National Institutes of Health, US Department of Health and Human Services, US
Department of State.

Erikson, E. H. (1959). Identity and the life cycle: Selected papers. Psychological
Issues, 1, 1–171.

Erikson, E. (1985). Young man Luther. Nueva York: Norton.

Fiske, S. T. (1980). Attention and weight in person perception: The impact of


negative and extreme behavior. Journal of Personality and Social Psychology, 38(6), 889–
906. https://doi.org/10.1037/0022-3514.38.6.889

Havighurst, R. J. (1953). Human development and education. Nueva York:


Longman

Hoyer, W., Plude, D. (1980). Attentional and perceptual processes in the study of
cognitive aging. In L. W. Poon (Ed.), Aging in the 1980s: Psychological issues (pp. 227–
238). Washington, DC: American Psychological Association.

Izquierdo Martínez, Ángel. (2006). Psicología del desarrollo de la edad adulta


Teorías y contextos. Revista Complutense De Educación, 16(2), 601 - 619. Recuperado a
partir de https://revistas.ucm.es/index.php/RCED/article/view/RCED0505220601A

Kinsella K., y He, W. (2009) An aging world 2008: International population


reports. US. Department of Health and Human Services. Recuperado desde
http://www.census.gov/prod/2009pubs/p95-09-1.pdf

Peck, R. C. (1968). Psychological developments in the second half of life. En B. L.


Neugarten (ed.), Middle age and aging. Chicago: University of Chicago Press.

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