INTRODUCCION
La gota es una enfermedad reumática que se caracteriza por el acúmulo de
depósitos de cristales de urato monosódico en las articulaciones y otros tejidos
periarticulares tras una hiperuricemia crónica (definida como niveles de urato >
6,8 mg/dl, nivel fisiológico de saturación del urato monosódico). La incidencia y
prevalencia de la gota han aumentado en las últimas décadas, probablemente
debido a los cambios del estilo de vida y al envejecimiento de la población. Afecta
a alrededor del 1-2 % de la población adulta en países desarrollados, es más
frecuente en hombres y la prevalencia aumenta con la edad (> 7 % en mayores
de 75 años). El manejo de la gota es a menudo subóptimo debido, entre otros
factores, a la presencia de comorbilidades, el manejo inadecuado de la
medicación    (errores   de    medicación,    prescripción    de   medicamentos
contraindicados, interacciones, infradosificación de alopurinol) y la baja
adherencia al tratamiento.
El objetivo de este boletín es revisar el manejo del paciente con gota y tratar de
aclarar el manejo y lugar en terapéutica de los fármacos disponibles
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                                LA GOTA
DEFINICION:
     La gota es una enfermedad conocida desde la antigüedad. Suele
     manifestarse como inflamación articular aguda (monoartritis aguda); esto
     es una articulación asintomática se hincha y duele en un corto espacio de
     tiempo. Esta inflamación se debe a la presencia de cristales de urato
     monosódico en el interior de las articulaciones; a su vez los cristales se
     forman como consecuencia de los niveles elevados de ácido úrico en
     sangre, que frecuentemente se relacionan con hábitos dietéticos
     excesivos y sobre todo ingesta de alcohol. Cuando estos niveles se
     normalizan de manera mantenida, los cristales se disuelven lentamente y
     acaban por desaparecer, con lo que la gota puede curar, aunque es
     preciso mantener niveles bajos de ácido úrico para que no se formen
     nuevos cristales y la gota reaparezca. En algunas personas con gota,
     además se forman unos nódulos (llamados tofos) más o menos duros,
     generalmente en codos, pero también alrededor de otras articulaciones,
     compuestos de cristales de urato monosódico prácticamente puro (1).
     ¿A QUÉ SE DEBE?
     La inflamación de las articulaciones en la gota se debe a que se forman
     en su interior cristales de una sal del ácido úrico (el urato monosódico
     monohidratado). Los ataques de inflamación son una consecuencia de la
     presencia de estos cristales en la articulación, y nunca ocurren en su
     ausencia. A su vez, para que se formen cristales de urato es necesario
     que hayan niveles elevados de ácido úrico en la sangre –lo que se conoce
     como hiperuricemia– (en otro apartado de este folleto se trata sobre la
     hiperuricemia); en todo caso, aunque la hiperuricemia es frecuente (la
     padecen un 7% de los hombres), solamente una minoría de las personas
     que la sufren llegan a formar cristales y padecer gota. Ahora sabemos que
     en las personas en que se forman cristales como consecuencia de la
     hiperuricemia, mientras el ácido úrico siga alto cada vez se formarán más,
     y también en más articulaciones. Mucho más interesante, si mediante
                                      2
    tratamiento los niveles de ácido úrico se reducen a valores normales, los
    cristales lentamente se van disolviendo hasta llegar a desaparecer, y con
    ellos la posibilidad de sufrir ataques de gota. Así la gota es curable,
    aunque si el ácido úrico sube de nuevo, se formarán nuevos cristales y de
    nuevo pueden volver los ataques de inflamación articular. Por ello, en las
    personas con hiperuricemia y gota, el tratamiento de la hiperuricemia debe
    ser de por vida (1).
EPIDEMIOLOGÍA DE LA GOTA
   PREVALENCIA E INCIDENCIA
    La prevalencia de la gota oscila entre el 0,03% (Nigeria, hombres) y el
    15% (Taiwán, aborígenes), con un valor promedio del 1-2% en los países
    occidentales. Su incidencia se estima en aproximadamente un 1 ó 2 por
    1.000 (2).
     En cualquier caso, es importante tener en cuenta que en los estudios
    sobre epidemiología de la gota no se aplican los criterios diagnósticos,
    sino que en la mayoría de los casos las estimaciones se realizan en base
    a un diagnóstico auto-referido por los sujetos o a partir de datos existentes
    en bases de datos administrativas –y que pueden variar desde un
    diagnóstico, a una prescripción de alopurinol, o un valor elevado a de
    ácido úrico según distintos puntos de corte—, lo que en general muestra
    baja concordancia con los criterios diagnósticos(2).
    La epidemiología de la gota está estrechamente relacionada con la de la
    hiperuricemia, su principal factor de riesgo. La prevalencia de
    hiperuricemia se encuentra en torno al 10%; aproximadamente un 10% de
    los individuos con hiperuricemia desarrolla gota y entre un 80 y 90% de
    los pacientes con gota tienen hiperuricemia. Algunos autores afirman que
    se está produciendo un incremento en la incidencia de la gota, aunque la
    validez de los estudios en los que se basan es baja. De todas formas,
    dada la fuerte asociación de esta enfermedad con factores de riesgo
                                      3
  relacionados con el estilo de vida y con la edad, es lógico pensar que la
  prevalencia si puede estar en aumento (2).
 IMPACTO
  La carga de enfermedad de la gota crónica es importante, tanto en
  términos sociales como económicos. Los pacientes con ataques de gota
  o con gota crónica presentan puntuaciones bajas en los cuestionarios de
  calidad de vida relacionada con la salud, fundamentalmente en las áreas
  de dolor, limitación de la actividad y discapacidad. Los resultados de
  algunos estudios de comparación de costes entre pacientes con gota y
  controles muestran una diferencia de 134 dólares por mes (p<0,001) y de
  más de 8 mil dólares en un período de 5 años. Los costes en que incurren
  los pacientes con gota están relacionados fundamentalmente con la
  hospitalización, debida probablemente a las comorbilidades asociadas.
  En la gota refractaria, el coste sanitario incremental puede llegar a ser de
  hasta 10.000 dólares anuales, de los que el 40% está directamente
  relacionado con la gota. Por otra parte, la gota afecta negativamente a la
  productividad laboral, especialmente en pacientes refractarios al
  tratamiento hipouricemiante (2).
 FACTORES DE RIESGO
  La gota es de cuatro a seis veces más frecuente en hombres que en
  mujeres. La enfermedad se presenta típicamente durante la edad media
  de la vida, es infrecuente antes de los 30 años, y muestra una relación
  creciente con la edad (12,14, 28-31). Las mujeres raramente presentan
  ataques de artritis gotosa antes de la menopausia. El prototipo del
  paciente que sufre un primer episodio de gota corresponde al de un varón
  de entre 40 y 50 años de edad, generalmente con sobrepeso u obesidad,
  aficionado a la buena comida y con consumo habitual de alcohol (2).
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  En el cuadro se muestran los elementos que se han barajado como
  posibles factores de riesgo o de protección de gota. Es importante señalar
  que incluso en los casos con una relación más clara, la medida de
  asociación (OR, odds ratio) no alcanza el valor de 3 ó sólo se demuestra
  en los quintiles de mayor exposición, no habiéndose descartado posibles
  asociaciones indirectas por variables no medidas   (2).
                     Cuadro: Factores de Riesgo de la Gota
 COMORBILIDADES
  La magnitud de la relación entre la insuficiencia renal crónica y la gota se
  ha estimado en una medida de asociación (OR) de 2,48 con un intervalo
  de confianza al 95% (IC) de 2,19 a 2,81. El síndrome metabólico, así como
  sus   componentes      (hiperglucemia/diabetes,     obesidad    abdominal,
  hipertrigliceridemia, colesterol-HDL bajo, hipertensión arterial (HTA) y
  riesgo de eventos ateroscleróticos), se asocia independientemente con la
  hiperuricemia y la gota (54-56). Los resultados de un estudio sobre la
  relación temporal entre gota y síndrome metabólico demostraron que el
  primer ataque puede preceder al diagnóstico de las alteraciones
  metabólicas y enfermedades asociadas hasta en el 90% de los casos. La
  gota es más frecuente en obesos, y hasta el 54% de los pacientes con
  gota son obesos. Diversos estudios han evaluado la asociación entre HTA
  e hiperuricemia, lo que ha permitido observar que la mitad de los pacientes
  hipertensos no tratados tienen hiperuricemia. Del mismo modo, existen
  numerosos estudios que también apoyan la asociación entre enfermedad
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     cardiovascular y gota, incluso con mortalidad. Además, hasta un 15% de
     los pacientes con gota presentan diabetes y hasta un 37% hiperglucemia
     en algún momento. Por último, la hipertrigliceridemia aparece hasta en el
     63% de los pacientes con gota y las HDL se encuentran por debajo de los
     valores normales en el 17% (2).
TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO
     Cuando el médico diagnostica al paciente con gota, el tratamiento que hay
     que seguir incluye el consumo de medicamentos antiinflamatorios no
     esteroideos, como el ibuprofeno, y corticosteroides, como la prednisona y
     colchicina en pequeñas cantidades (3).
     Estos medicamentos pueden aliviar el dolor y prevenir futuros ataques,
     con lo que mejora la calidad de vida del paciente. Pese a esto, no se
     recomienda su consumo diario, ya que a mediano y largo plazo puede
     causar efectos secundarios en la salud   (3).
     Además de consultar con el profesional de la salud que corresponda, es
     importante depurar y desintoxicar el organismo para poder eliminar el
     exceso de ácido úrico. Estas son algunas plantas y alimentos que se usan
     para tratar la hiperuricemia: (4).
   Ortiga: elimina el exceso de ácido úrico y purifica la sangre. Se toma en
     infusión un par de veces al día.
   Abedul: rebaja el nivel de ácido úrico de la sangre y además evita la
     eliminación de cálculos renales.
   Cerezas y fresas: son capaces de neutralizar el ácido úrico y además
     poseen gran poder depurativo que ayudará en gran medida a eliminar el
     ácido úrico. Se deben tomar unas 20 cerezas diarias.
   Bicarbonato de sodio: el bicarbonato disuelve los cristales del ácido
     úrico, reduce el riesgo de formación de cálculo en los riñones y favorece
     la función de éstos. Simplemente añade a un vaso de agua una
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   cucharadita de café con bicarbonato. Remueve bien y bebe despacio. Se
   puede tomar antes de acostarse y nada más levantarse.
 Diente de león: es una planta medicinal que en general ayuda a aliviar la
   artritis, por lo que es de gran utilidad para combatir la gota ya que favorece
   la eliminación de los cristales de ácido úrico depositados en las
   articulaciones.
 Aplicar calor: esto se puede hacer o bien sumergiendo el pie en un
   barreño con agua caliente, abrigando la zona, con una manta eléctrica,
   etc. para proporcionar calor y ayudar a que los cristales de urato se
   solubilicen.
 Ulmaria: esta planta facilita la eliminación del ácido úrico de nuestro
   cuerpo. Además posee propiedades analgésicas por lo que ayuda a
   disminuir o eliminar el dolor que produce la gota. Se puede tomar en
   infusión y también se puede preparar en cataplasmas para ponerlas sobre
   la zona afectada.
 Jugos o zumos naturales: como por ejemplo el de zanahoria, apio,
   pepino, remolacha, manzana o naranja son efectivos para evitar o mejorar
   la gota. Se tomarán dos vasos al día.
 Cola de caballo: favorece la eliminación del ácido úrico a través de la
   orina, también ayuda a reducir los efectos de la inflamación. Se tomarán
   en infusión dos veces al día.
 Borraja: es una planta medicinal que nos ayudará a combatir los dolores
   producidos por la gota, además nos ayudará a prevenir la nefritis. Se
   puede tomar en infusión o también aplicar localmente como cataplasma.
 Fresno: ayuda a combatir los síntomas de la artritis y ayuda a mejorar la
   gota. Posee gran efecto purificador sobre el organismo y ayuda a eliminar
   el ácido úrico de la sangre.
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 Agua con limón: otra forma natural que tenemos a nuestro alcance para
   evitar la gota o combatirla en caso de que ya la estemos sufriendo.
   Podemos tomar varios vasos de agua durante el día de agua con limón.
 Sauce: combate la gota y además otros síntomas como la fiebre y el dolor
   de las articulaciones. Es muy eficaz y se puede tomar en infusión y en
   forma de cataplasma.
 Verbena: otra planta medicinal muy beneficiosa para la artritis en general
   y la gota en particular. Ayuda a reducir el dolor y favorece la recuperación.
 Vid roja: depura la sangre eliminando el ácido úrico a través de la orina,
   además estimula la circulación sanguínea, combate las taquicardias y
   favorece el descanso (4).
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                                 COLCHICINA
Aunque los NSAID, los corticosteroides y la colchicina son ahora los fármacos
ideales para tratar la gota aguda, la colchicina fue el tratamiento primario durante
muchos años. Se trata de un alcaloide aislado del azafrán otoñal, Colchicum
autumnale1. Es administrado por vía oral, suprime la respuesta inflamatoria a los
cristales de ácido úrico, efecto que se atribuye a su capacidad antimitótica que
detiene la división celular en metafase (6).
   1. MECANISMO DE ACCIÓN
Expone alcaloide obtenido de la planta Colchicum autummale la acción diploma
torio de la cochina es específica del ataque de gota ya que no muestra actividad
inflamatoria en otros tipos de información ni tiene poder analgésico por sí misma
por ese motivo la respuesta positiva la colchicina sirve elemento confirmador de
que el ataque es gotoso su acción se inicia en las primeras 24-48 horas después
de la administración oral YA las 6 a 17 horas en la administración intravenosa el
mecanismo de succión aún no está aclarado.
Por su capacidad de asociarse a las proteínas microtubulares de las células,
interfiere en algunos de los movimientos que exigen contracción de estas
proteínas: formacion de huso mitótico, diapédesis, migración de gránulos
intracelulares, etc. inhibe funciones leucocitarias, como la adhesividad, movilidad
y desgranulación, y muy especialmente la quimiotaxis leucocitaria. Reduce la
extravasación de leucocitos y la expresión del receptor TNF- en los monocitos y
el endotelio(7).
   2. FARMACOCINÉTICA
La colchicina se absorbe con facilidad después de su administración oral, con
una biodisponibilidad entre 25 y el 40%. Alcanza cifras plasmáticas máximas en
dos horas y se elimina con una semivida sérica de nueve horas 1. La colchicina
se conjuga con las proteínas microtubulares causando despolimerización y
desaparición de los microtubúlos fibrilares en los granulocitos y otras células
móviles lo que reduce la migración de leucocitos y su actividad fagocitaria.
Se distribuye ampliamente y de manera irregular en el organismo y se concentra
en varios órganos como e riñones, hígado, bazo e intestino. Es posible localizarla
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en leucocitos hasta ocho días después de administrar una dosis. Se metaboliza
principalmente en el hígado por desacetilacion y se elimina con las heces. Entre
10 a 20% se elimina con la orina sin modificación. Su vida media plasmática es
de 90 min(6).
El 80% de una dosis oral es metabolizado en el hígado por desacetilación y
eliminado por la bilis, y el 20% restante es excretado por el riñón en forma activa,
de modo que tanto la insuficiencia hepática como la renal pueden provocar
acumulación y toxicidad. El sustrato de CYP3A4 y glucoproteína P. La semivida
de distribución es rápida, pero la terminal de eliminación varía 2 y 20h(7).
   3. FARMACODINÁMICA
La colchicina alivia el dolor y la inflamación de la artritis gotosa en 12 a 24 horas
sin alterar el metabolismo o la excreción de los uratos y sin otros efectos
analgésicos. La colchicina produce sus efectos antiinflamatorios por unión a la
tubulina, una proteína intracelular, lo que evita su polimerización en los
microtúbulos y ocasiona inhibición de la migración linfocíticas y fagocitosis.
También suprime la formación de leucotrieno B4. Se presenta varios efectos
adversos de la colchicina por su inhibición de la polimerización de tubulina y la
mitosis celular(5).
   4. USOS TERAPÉUTICOS:
En el ataque agudo de gota es conveniente administrarla en cuanto aparecen los
primeros síntomas, porque su eficacia es mayor con menos dosis. Se comienza
con 1 – 1,2 mg por vía oral y se continúa con 0.5 – 1,2 mg cada 1 o 2 horas,
suspendiendo la medicación desaparece el dolor o aparecen síntomas
digestivos; la dosis total es de 4-10mg (6mg como media).
Puede ser necesario tratar la diarrea con fármacos opioides. Para evitar su
acumulación, no se debe repetir otro curso de colchicina hasta 3 días después.
Por vía intravenosa se administra 2mg en 10-20 ml de solución salina, cuidando
de que no haya extravasión, porque es muy irritante, con una o dos dosis
adicionales de 1mg cada 6h(7).
                                         10
Tiene valor profiláctico, se prevea la aparición de ataques agudos de gota (p.
ejemplo, al iniciar la administración de uricusúricos o de Apurinol), suele bastar
una dosis de 0.5mg dos o tres veces a la semana, aumentándola si aparecen
síntomas específicos (7).
Se utiliza también profilácticamente para evitar la serositis dolorosa de la fiebre
familiar mediterránea y en la amiloidosis. Se ha aplicado también en la dermatitis
herpetiforme, la dermatosis neutrofílica febril aguda, la púrpura trombocitopénica
idiopática refractaria a otros tratamientos, la cirrosis biliar primaria, la cirrosis
alcohólica, la sarcoidosis y la esclerodermia (7).
    5. INDICACIONES TERAPEUTICAS
Está indicada como coadyuvante en el tratamiento de la gota y de la cirrosis
hepática; alivia el dolor y la inflamación propios del ataque agudo de gota. Puede
administrarse combinado con Alopurinol y Salicilatos. Indicada para reducir la
frecuencia y severidad de ataques agudos de gota artrítica en pacientes con gota
crónica. En algunos pacientes puede ocurrir completa remisión de tales ataques.
La administración profiláctica de Colchicina puede ser especialmente importante
durante los primeros meses de tratamiento con un agente antihiperuricémico
(Alopurinol, probenecid o sulfinpirazona) porque la frecuencia de los ataques
agudos pueden ser incrementados cuando la terapia es iniciada.
Previene los ataques de fiebre mediterránea aguda y puede tener efectos
beneficiosos leves en artritis sarcoidea y en cirrosis hepática. La colchicina
también se utiliza para el tratamiento y prevención de la pericarditis, pleuresía y
arteriopatía coronaria, tal vez por sus efectos antiinflamatorios.
Colchicina es usada en el tratamiento primario de cirrosis biliar. Tal vez provee
beneficio adicional cuando es usada concurrentemente con ursodiol para esta
indicación (8).
    6. DOSIFICACIÓN
Como profiláctico (el uso más común), la dosis de colchicina es de 0.6 mg una a
tres veces al día. Para la terminación de un ataque de gota se administra una
dosis de 1.2 mg seguido de una dosis de o.6 mg por vía oral lo que es tan eficaz
como regímenes con dosis más altas y con menos efectos secundarios (5).
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La dosis para el adulto es, vía oral, 250 mg dos veces al día, durante una
semana, después 250 a 500 mg dos veces al día, dependiendo de la respuesta
del paciente. Tómese junto con los alimentos o con un antiácido para disminuir
la irritación gástrica (6).
    7. REACCIONES ADVERSAS E INTERACCIONES
La colchicina provoca con frecuencias diarrea y en ocasiones produce náusea,
vómito y dolor abdominal; de hecho, estas alteraciones marcan el tope de
dosificación en un ataque agudo de gota, que suele ser bastante constante en
un mismo individuo, lo que ayuda a efectuar la dosificación en ulteriores ataques.
El problema puede plantearse si se administra por vía intravenosa, ya que
entonces no hay signos de alarma digestivos y es más fácil la intoxicación por
sobredosificación. Otras reacciones adversas son la miopatía con aumento de
creatincinasa y, en ocasiones, alteraciones reversibles de los espermatozoides
con perdida en su capacidad de penetración. A las dosis terapéuticas no se
aprecian alteraciones cromosómicas (6).
También se ha observado necrosis hepática, insuficiencia renal aguda,
coagulación intravascular diseminada y convulsiones. La colchicina rara vez
produce pérdida de pelo y depresión de médula ósea, así como neuritis
periférica, miopatía y, en algunos casos, la muerte. Los episodios adversos más
graves se han vinculado con la administración intravenosa de colchicina (5).
En caso de sobredosificación se produce un cuadro toxico cuya sintomatología
se desarrolla en tres fases, si bien su intensidad y el grado de superposición de
las fases son variables. En la primera (24h) predominan los síntomas
gastrointestinales, con deshidratación y leucocitosis. En la segunda (24-72 h)
aparece depresión de la medula ósea de carácter e intensidad diversos,
insuficiencia renal, distres respiratorio, arritmias e insuficiencia cardiaca, fiebre,
coagulación       intravascular   diseminada,     alteraciones    hidroelectroliticas,
complicaciones neuromusculares y neurológicas, que pueden llegar a delirio,
estupor, coma y convulsiones. En la tercera fase, de recuperación, aparece la
alopecia. Los riesgos de intoxicación aumentan cuando se administra la
                                         12
colchicina por via intravenosa, cuando se administra una dosis inicial de
saturación, en los ancianos, en la insuficiencia renal y hepática o por
interacciones con fármacos (cimetidina y tolbutamida).
Los inhibidores de CYP3A4 y glucoproteína P favorecen la acumulación y
toxicidad de la colchicina (7).
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                               ALOPURINOL
1- MECANISMO DE ACCIÓN
El alopurinol es un análogo estructural de la hipoxantina que se comporta como
sustrato y, al mismo tiempo, como inhibidor competitivo de la xantinooxidasa,
enzima que transforma la hipoxantina en xantina, y está en ácido úrico; a ser
sustrato, el alopurinol es oxidado en oxipurinol, que también inhibe la enzima, de
manera no competitiva. El resultado final se debe a la acción conjunta de ambos
productos, teniendo en cuenta, además, que la semivida del oxipurinol es más
prolongada que la del alopurinol. Como consecuencia, se reducen la formación
del ácido úrico y su concentración en tejidos, plasma y orina, por debajo de los
límites de solubilidad, y aumenta la concentración de oxipurinas, pero no en
grado suficiente para precipitar, ya que tienen un aclaramiento renal muy
elevado. La reducción de la concentración de ácido úrico favorece la disolución
de los precipitados (tofos), evita la aparición de ataques agudos e impide la
aparición de las complicaciones (6).
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2- FARMACOCINÉTICA:
El alopurinol se absorbe en un 90% en el tracto digestivo. Los niveles
plasmáticos son máximos aproximadamente a las 1.5 y 4.5 horas para el
alopurinol y el oxipurinol, respectivamente. Después de una dosis única de 300
mg los niveles máximos alcanzados son 3 mg/ml de alopurinol y de 6.5 mg/ml de
oxipurinol. Aproximadamente el 20% del alopurinol ingerido se excreta en las
heces (8).
Debido a su rápida oxidación a oxipurinol y a un aclaramiento renal igual a su
filtración glomerular, la semi-vida plasmática del Alopurinol es de 1.5 horas. El
oxipurinol tiene una semivida más larga (unas 15 horas). Mientras que el
alopurinol es eliminado por filtración glomerular, el oxipurinol se reabsorbe por
los túbulos renales de una forma similar a como lo hace el ácido úrico. El
aclaramiento del oxipurinol es aumentado por los fármacos uricosúricos y, en
consecuencia, la asociación de un uricosúrico al Alopurinol reduce los efectos de
este sobre la xantina oxidasa y aumenta la excreción de ácido úrico en la orina
(9).
3- USOS CLÍNICOS :
En la práctica clínica el efecto neto de una asociación de alopurinol con un
agente uricosúrico puede ser beneficiosa en algunos pacientes siempre y
cuando no exceda la capacidad funcional renal para eliminar el ácido úrico. La
hiperuricemia puede ser primaria, como en la gota, o secundaria a una condición
grave como la leucemia, policitemia vera, mieloma múltiple o psoriasis. También
puede producirse durante los tratamientos con diuréticos, diálisis renal, lesiones
renales o dietas salvajes. La hiperuricemia asintomática no es una indicación
para el tratamiento con alopurinol (8).
La gota es un desorden metabólico que se caracteriza por hiperuricemia y
depósitos de cristales de urato monosódico en los tejidos, en particular en las
articulaciones y en los riñones. La etiología de la hiperuricemia es una
superproducción de ácido úrico frente a la capacidad de su eliminación por el
paciente. Para interrumpir la precipitación de estos cristales, es necesario reducir
                                          15
la producción de ácido úrico de forma que los niveles plasmáticos estén por
debajo de la saturación. La administración de alopurinol reduce tanto los niveles
plasmáticos como la excreción urinaria de ácido úrico en 2 o 3 días, siendo
necesaria una semana de tratamiento para conseguir los efectos máximos.
Después de la interrupción del tratamiento los niveles de ácido úrico pueden
volver lentamente a los valores de pretratamiento. El alopurinol difiere de otros
fármacos empleados contra la gota en el sentido en que no aumenta la
eliminación urinaria del ácido úrico (con los problemas a nivel renal que puede
suponer una eliminación masiva), sino que impide su producción. Por lo tanto, el
alopurinol puede ser eficaz en pacientes refractarios a los fármacos uricosúricos,
incluso en presencia de una insuficiencia renal (7).
4- DOSIS:
La dosis se debe ajustar mediante el control, a intervalos adecuados, de las
concentraciones séricas de uratos y los niveles urinarios de uratos/ácido úrico (9).
 FRECUENCIA DE DOSIFICACIÓN7
Se puede administrar una vez al día después de las comidas. Se tolera bien,
especialmente después de la ingesta de alimentos. Si la dosis excede de 300
mg, y se manifiesta intolerancia gastrointestinal, puede ser adecuado repartir la
dosis en varias tomas al día.
  Adultos
      2 a 10 mg/kg peso corporal/día ó 100 a 200 mg diarios en alteraciones
       leves
      300 a 600 mg diarios en alteraciones moderadas
      700 a 900 mg diarios en alteraciones graves.
  niños menores de 15 años
      10 a 20 mg/kg de peso corporal/día ó 100 a 400 mg diarios. El uso en
       niños está    raramente indicado, excepto en procesos malignos
       (especialmente, leucemia) y ciertas alteraciones enzimáticas tales como
       el síndrome de Lesch-Nyhan.
                                        16
   uso en pacientes de edad avanzada
          En ausencia de datos específicos, se deberá usar la dosis menor que
           produce una reducción satisfactoria de uratos. Se debe prestar atención
                                                                                (5).
           especial a la dosis en los casos de alteración de la función renal
 DOSIS RECOMENDADA EN ALTERACIÓN DE LA FUNCIÓN RENAL
Como alopurinol y sus metabolitos se excretan por vía renal, la alteración de la
función renal puede conducir a la retención del fármaco y/o sus metabolitos, con
la consiguiente prolongación de su semivida plasmática. En presencia de
alteración de la función renal, se deberá tener especial consideración al iniciar el
tratamiento con una dosis máxima de 100 mg/día e incrementar sólo si la
respuesta sérica y/o urinaria de uratos no es satisfactoria. En insuficiencia renal
grave, puede ser aconsejable utilizar menos de 100 mg por día o usar dosis
únicas de 100 mg a intervalos mayores de un día (5).
 DOSIS RECOMENDADA EN CASOS DE DIÁLISIS RENAL
Alopurinol y sus metabolitos se eliminan por diálisis renal. Si el tratamiento con
diálisis se realiza 2 ó 3 veces por semana, se deberá considerar la alternativa de
una pauta posológica en la que se administre una dosis de 300 a 400 mg de
Alopurinol inmediatamente después de cada sesión de diálisis, sin que se
administre ningún tratamiento en los días en los que no se aplique la diálisis renal
(9).
5- FARMACOTOXIA:
El efecto adverso más frecuente es la erupción dérmica máculopapular, pero
también pueden aparecer, aunque raramente, lesiones exfoliativas, urticarianas,
purpúricas y eritema (9).
Cuando se producen tales reacciones es necesario interrumpir el tratamiento,
porque pueden ocurrir reacciones de hipersensibilidad severas como vasculitis,
necrolisis epidérmica tóxica, deterioro renal y daño hepático. Este síndrome
ocasional de hipersensibilidad (frecuentemente caracterizado por fiebre,
erupción, hepatitis, y eosinofilia) tiene una tasa de mortalidad del 27%.
                                            17
Normalmente comienza 2-4 semanas después de comenzar la terapia y parece
relacionarse con disfunción renal pre-existente, elevados niveles plasmáticos de
oxipurinol o terapia concomitante con tiazidas (9).
Pueden ocurrir de forma ocasional náuseas, vómitos y dolor abdominal. Es raro
que aparezcan alopecia, formación de cataratas, depresión de la médula ósea,
                                                         (9).
leucopenia, leucocitosis o cálculos renales de xantina
6 CONTRAINDICACIONES Y PRECAUCIONES
 CONTRAINDICACIONES
El Alopurinol está contraindicado en caso de en caso de hipersensibilidad, en
insuficiencia hepática y renal puede inducir ataques agudos de gota al iniciarse
su administración lo que hace necesario un tratamiento profiláctico con
colchicina, se recomienda la evaluación periódica de la función hepática y renal
, así como la realización de biometría hepática durante el tratamiento. Mujeres
en etapa de lactancia y niños (10,11).
 PRECAUCIONES GENERALES(7,10).
Se ha reportado un aumento de ataque de gota durante las primeras etapas de
la administración de Alopurinol, aun cuando se alcancen niveles normales o
subnormales de ácido úrico en suero.
En consecuencia, por lo general se deben administrar, de manera profiláctica,
dosis de mantenimiento de colchicina cuando se inicia el tratamiento con
Alopurinol.
Además, es recomendable iniciar con una dosis baja de Alopurinol (100 mg/día)
y aumentarla a intervalos semanales en 100 mg, hasta que se alcance un nivel
de ácido úrico en suero de 6 mg/dl o menor, pero sin exceder la dosis máxima
recomendada (800 mg/día).
                                         18
En algunos casos se puede requerir el uso de colchicina o de agentes
antiinflamatorios para suprimir los ataques de gota. Usualmente los ataques son
más breves y menos severos después de varios meses de terapia.
Una posible explicación de estos episodios, puede ser la movilización de uratos
de los depósitos tisulares, lo que provoca fluctuaciones en los niveles de ácido
úrico en suero.
Aun con una terapia adecuada con Alopurinol, se pueden requerir de varios
meses para disminuir lo suficiente el ácido úrico presente y lograr el control de
los ataques agudos.
Es deseable una ingestión suficiente de líquidos para producir un volumen diario
de orina de por lo menos dos litros, y mantener la orina con un pH neutro o de
preferencia, ligeramente alcalino para:
  o Evitar la posibilidad teórica de la formación de calcio de xantina por
      influencia de la terapia con Alopurinol; y
  o ayudar a evitar la precipitación renal de uratos en los pacientes que
      reciben, de manera concomitante agentes uricosúricos.
Algunos pacientes con enfermedad renal preexistente, o con una depuración
deficiente de uratos, pueden mostrar un aumento en los niveles de BUN durante
la administración de Alopurinol.
Aunque no se ha establecido el mecanismo responsable, los pacientes con
insuficiencia renal deben ser observados de manera muy cuidadosa durante las
primeras etapas de administración de Alopurinol, y se debe disminuir la dosis o
suspender el fármaco, si aparecen o persisten anormalidades aumentadas de la
función renal.
Se ha observado insuficiencia renal asociada con la administración de Alopurinol
en pacientes con hiperuricemia secundaria a las enfermedades neoplásicas.
Las condiciones concurrentes como mieloma múltiple y enfermedad miocárdica
congestiva estuvieron presentes entre los pacientes cuya disfunción renal
                                          19
aumentó después del inicio del tratamiento con Alopurinol. Con frecuencia, la
insuficiencia renal también está asociada con nefropatía gotosa y, rara vez, con
reacciones de hipersensibilidad asociadas con Alopurinol.
Se ha observado albuminuria en los pacientes que desarrollan gota clínica
después de glomerulonefritis crónica y pielonefritis crónica.
Los pacientes con función renal disminuida requieren de dosis menores de
Alopurinol que aquéllos con función renal normal.
Se deben administrar dosis menores a las recomendadas para el inicio de la
terapia en los pacientes con función renal disminuidas y a éstos se les debe
observar de manera muy cuidadosa durante las primeras etapas de la
administración de AlopurinoL.
En los pacientes con insuficiencia renal severa o depuración muy baja de uratos,
la vida media del oxipurinol plasmático está sumamente elevada.
Por tanto, una dosis de 100 mg/día o 300 mg dos veces por semana, o quizá
menor, puede ser suficiente para mantener una adecuada inhibición de la
xantina-oxidasa para con ello disminuir los niveles de uratos en el suero.
Se ha reportado depresión de la médula ósea en pacientes que reciben
Alopurinol, la mayoría de ellos recibieron fármacos concomitantes con la
posibilidad de causar esta reacción.
Esto ha ocurrido desde seis semanas hasta seis años después del inicio de la
terapia con Alopurinol. Pocas veces un paciente puede desarrollar grados
variables de depresión de la médula ósea que afecta a una o más líneas
celulares, mientras son tratados sólo con Alopurinol (10,11).
                                         20
                              URICOSURICOS
1. MECANISMO DE ACCION
Son compuestos que inhiben el trasporte activo del ácido úrico en el túbulo
contorneado proximal. De esta manera, aumentan la tasa de excreción de ácido
úrico. En el ser humano el urato es filtrado, secretado y reabsorbido por los
riñones. Este transporte es bidireccional, sin embargo predomina la reabsorción
de la excreción, por lo que se elimina el 10% de la carga filtrada en el glomérulo.
La reabsorción es mediada por el transportador de anión orgánico URAT-1, que
puede ser inhibido. URAT-1 intercambia urato por un anión orgánico como
lactato o nicotinato y también cloruro, de manera menos frecuente.
El metabolito monocarboxilato del fármaco, es un anión orgánico que es un
potente estimulador de la recaptación de urato. Los fármacos uricosuricos como
el probenecid, dulfinpirazona, benzbromaroma y losartan; ellos compiten con el
urato por el transportador, lo que inhibe su reabsorción a través del sistema
intercambiador urato- anión.10
La indicación de estos fármacos es gota clínica manifestada con buena función
renal y eliminación diaria de uratos de 700 mg. Para evitar la formación de
cálculos de uratos, es conveniente conseguir altos flujos de orina con tendencia
a alcalinización.
A pequeñas dosis se inhibe la secreción y a dosis altas la reabsorción. La
inhibición se lleva a cabo en la membrana luminal de la célula renal, para que
pueda actuar a este nivel, los uricosuricos deben estar presentes en la luz del
túbulo como transportadores en la célula tubular. Por consiguiente, si existe
deterioro de los niveles de creatinina, la eficacia de los uricosuricos también
disminuye (7).
                                        21
  FIGURA N°01: MECANISMO DE FARMACOS URICOSURICOS. Fuente:
                  Farmacología básica y clínica. Velásquez.
1. PROBENECID:
Derivado del ácido benzoico altamente liposoluble
      FIGURA N 01: ESTRUCTURA DE MOLECULA DE PROBENECID
                                      22
 MECANISMO DE ACCION:
Inhibición del transporte de ácidos orgánicos a través de las barreras epiteliales.
Al inhibirse la secreción de una sustancia en el túbulo renal, su concentración
final en la orina está determinada por el grado de filtración que comprende su
nivel de unión a proteínas y grado de reabsorción. Entonces, al existir una
disminución de la secreción tubular, a su vez habrá un porcentaje menor de la
sustancia en la concentración de la orina y aumentará su nivel en sangre.
El probenecid inhibirá la absorción de ácido úrico por los transportadores de
aniones orgánicos, URAT-1. El probenecid actúa también sobre los
transportadores OAT1 y OAT3 (Organic Anion Transporter: OAT) estando los
OAT1 y OAT3 implicados en la captación de urato como primer paso de la
secreción tubular El ácido úrico será la única sustancia endógena importante que
aumentará su excreción con este medicamento; esta acción uricosúrica solo será
contrarrestada con la administración de salicilatos.
El probenecid, también inhibe el transporte de otras sustancias como el
metotrexato y el metabolito clorfibrato. Tambien inhibe la secreción de
metabolitos    de   glucuronidos   inactivos   del     NSAID   como:   naproxeno,
ketoprofreno, indometazina; y de esta manera aumentan sus concentraciones
plasmáticas.
Deprime la excreción biliar de algunos compuestos como indocianina (12).
2. BENZBROMARONA
Este compuesto fue retirado de Europa en 2003, sin embargo se volvió a
autorizar en algunos otros países en 2004.
     FIGURA 02: ESTRUCTURA DE MOLECULA DE BENZBROMARONA
                                        23
 MECANISMO DE ACCION:
Es un inhibidor potente y reversible del intercambiador de urato y anión en el
túbulo proximal, inhibidor del transportador renal URAT1, reduce la reabsorción
tubular de ácido úrico y, por tanto, aumenta el aclaramiento renal del mismo (13).
3. SULFINPIRAZONA
Es una sulfamida derivada del pirazol, potencia la excreción urinaria de ácido
úrico.
         FIGURA 03: ESTRUCTURA MOLECULAR DE SULFINPIRAZONA
  MECANISMO DE ACCION:
Metabolizada la sulfinpirazona, se convierte en sulfuro que es el metabolito
activo, este actua como un antiimflamatorio no esteroideo, por lo que tambien
actua como antiagregante plaquetario (14).
La sulfinpirazona principalmente actúa a nivel renal, impidiendo la reabsorción
del ácido úrico por los túbulos renales (14).
Los fármacos uricosúricos probenecid y sulfinpirazona inhiben la reabsorción de
uratos interfiriendo con el URAT1. Pero, además la sulfinpirazona inhibe la
recaptación del transportador OAT4 (14).
4. LO SARTAN
Losartan se elimina por vía biliar y hepática y tiene efecto uricosurico
disminuyendo los niveles plasmáticos de ácido úrico. Sin embargo, este efecto
                                          24
 no está relacionado con su antagonismo selectivo y especifico de Angiotensina
 II y se desconoce el verdedadero mecanismo de acción (15).
 5. FINPIRAZONA
 Derivado de pirazolidindionas con acciones analgésicas y antiinflamatorias.
 Muestra gran actividad uricosurica. A dosis pequeñas inhibe la secreción activa
 de ácido úrico en túbulo renal y a altas dosis, inhibe la reabsorción (7).
FIGURA N°02: MECANISMO DE ACCION PPROBENECID, BENZBROMARONA,
        LESINURAB. Fuente: Santiago Cuellar Rodriguez. Lesinarud
 2. FARMACOCINETICA DE LOS FARMACOS URICOSURICOS
    1. PROBENECID:
    El probenecid se absorbe por completo después de la administración oral.
    Las concentraciones plasmáticas máximas se alcanzan en 2-4 h. La t1/2 del
    fármaco en plasma depende de la dosis y varía de menos de 5 a más de 8 h.
    Entre 85 y 95% del fármaco se une a la albumina plasmática; 5-15% de
    fármaco no unido se elimina por filtración glomerular y secreción activa por el
    túbulo proximal. Una pequeña cantidad de glucuronido de probenecid
                                          25
aparece en la orina. También se hidroxilo a metabolitos que retienen su
función de carboxilo y tienen actividad uricosurica (12).
2. BENZBROMARONA
El medicamento se absorbe de manera fácil después de la ingestión oral; los
niveles plasmáticos máximos se alcanzan en más o menos 4 h. Se
metaboliza a derivados monobromados y deshalogenados, ambos tienen
                                                                     (17).
actividad uricosurica, y son excretados principalmente en la bilis
3. SULFINPIRAZONA
Se administra por vía oral y se une intensamente a las proteínas plasmáticas
(98-99 %) desplazando a otros fármacos. Se metaboliza por hidroxilación y
se elimina rápidamente por vía renal (17).
4. FINPIRAZONA
Se administra por vía oral y se une intensamente a las proteínas plasmáticas
(98-99 %) desplazando a otros fármacos. Se metaboliza por hidroxilación y
se elimina rápidamente por via renal (17).
5. LESINURAD
El lesinurad se absorbe de manera rápida después de la administración oral
y tiene una biodisponibilidad de casi 100%. Se une en gran medida a la
albumina plasmática y a otras proteínas plasmáticas (<98%). La t1/2 de
eliminación es de aproximadamente 5 h (espacio libre ∼6 L/h). La principal
enzima metabolizante es CYP2C9. El lesinurad (30% sin cambios) y sus
metabolitos se excretan en la orina (>60% de la dosis) y la heces. El deterioro
renal aumenta la exposición y no se debe utilizar la lesión cuando la función
renal está muy reducida (estimación de depuración de creatinina <45 mL/min)
(12).
6. LOSARTAN
Se administra por vía oral, se absorbe en el tubo digestivo, su vida media es
de dos horas. Es metabolizado en el hígado y eliminado a través de la orina
(19).
                                      26
3. USOS CLÍNICOS DE LOS URICOSÚRICOS
Un uricosúrico es una sustancia, generalmente un medicamento, que aumenta
la excreción de ácido úrico en la orina, reduciendo la concentración de ácido
úrico en plasma sanguíneo. Por lo general, este efecto se logra por acción sobre
el túbulo contorneado proximal de la nefrona renal (20).
Por lo general estos fármacos uricosúricos son ácidos orgánicos débiles que
pueden aumentar la depuración renal de ácido úrico por inhibición de la resorción
tubular renal del ácido en un sitio post secretor. El tratamiento con fármacos
uricosúricos debe comenzarse con una dosis baja para minimizar el riesgo de
cálculos renales asociados con el aumento transitorio de la excreción de ácido
úrico.
Los fármacos uricosúricos deben emplearse en casos de gota con una buena
función renal, escasa excreción de ácido úrico y sin tofos ni antecedentes de
cálculos renales. Esto último es importante, ya que estos fármacos deben actuar
desde la luz tubular, una vez que ellos mismos son filtrados. En caso de
insuficiencia renal, su eficacia se reduce. Además, hay que mantener un volumen
de orina, por lo que se ha de beber al menos 1.5 litros al día, para evitar que el
ácido úrico excretado precipite (20).
1. PROBENECID
Es el agente uricosúrico más empleado, debe administrarse por vía oral hasta
mantener un nivel de ácido úrico en plasma < 6mg/ml. Es de elección en
pacientes ancianos con hipertensión o dependencia de tiacidas. En un inicio se
utilizó para evitar la pérdida de penicilinas por el túbulo renal, ya que compite por
su mismo sistema de secreción tubular. También consigue inhibir la secreción
renal de otros fármacos que se eliminan por el mismo mecanismo (indometacina,
metotrexato) (19).
2. BENZBROMARONA
Se recurre a éste fármaco cuando la función renal no es óptima, es un análogo
de la amiodarona con acción uricosúrica que no afecta tanto la función renal y
que puede administrarse junto con otros diuréticos.
                                         27
La benzbromarona incrementa la excreción urinaria de ácido úrico porque
impiden su reabsorción a nivel del túbulo contorneado proximal ya que la
benzbromarona es un potente inhibidor del transportador renal URAT1, reduce
la reabsorción tubular de ácido úrico y, por tanto, aumenta el aclaramiento renal
del mismo. Su efecto reductor de la uricemia es muy intenso en pacientes con
función renal normal, y es útil incluso en pacientes con filtrado glomerular de
hasta 20ml/min (13).
Es un medicamento hepatotóxico y por tanto está indicado únicamente en
pacientes que no respondan o no toleren el tratamiento con alopurinol en alguna
de las siguientes situaciones:
- Pacientes con gota severa (gota poliarticular o gota tofácea) en los que es
imprescindible el control de la hiperuricemia
- Hiperuricemia en pacientes con insuficiencia renal con aclaramiento de
creatinina superior a 20 ml/min
- Hiperuricemia en pacientes con transplante renal (12).
3. SULFINPIRAZONA
Es un antiinflamatorio con acción uricosúrica, que en dosis altas inhibe
competitivamente la reabsorción de ácido úrico. Éste medicamento puede
utilizarse clínicamente como un anti plaquetario así como el Ácido acetil salicílico
ya que inhibe la ruta de las ciclooxigenas pero su efecto es reversible y de menor
intensidad, también a diferencia del Ácido acetil salicílico los metabolitos de la
sulfinpirazona son activos y por ende el efecto de la droga persiste más allá de
la vida media de las plaquetas en la circulación.
4. DOSIS
  PROBENECID
   -   Por lo general se administra inicialmente con dosis de 250 mg dos
       veces/día.
   -   Después de varias semanas se aumenta la dosis a 500 a 1000 mg dos o
       tres veces/día.
   -   La dosis máxima efectiva es de 3 g/día.
                                        28
       Figura N° 01: “Medicamento y estructura molecular del Probenecid”
 SULFINPIRAZONA
 -   Por lo general se administra inicialmente en dosis de 50 mg dos veces/día.
 -   Después de pocos días se incrementa a una dosis de 100 tres a cuatro
     veces/día.
 -   La dosis efectiva máxima es de 800 mg/día.
Figura N° 02: “Medicamento y estructura molecular de la Sulfinpirazona”
 BENZBROMARONA
 -   La dosificación es habitualmente de 50 a 100 mg/día (medio o un
     comprimido).
                                     29
  -   Las dosis pueden incrementarse a 2 comprimidos al día (200 mg),
      especialmente en la gota tofácea.
  Figura N° 03: “Medicamento y estructura molecular de la Benzbromarona”
5. REACCIONES ADVERSAS
  -   Trastornos hepáticos: Se han notificado infrecuentemente casos de
      lesión hepática, incluyendo casos de hepatitis fulminante. Esta lesión
      hepática, predominantemente de tipo citolítico, aparece principalmente en
      el curso del primer año de tratamiento.
  -   Trastornos renales: Como litiasis úrica y cólico renal.
  -   Reacciones de Hipersensibilidad: Con escasa frecuencia se han
      notificado exantemas alérgicos.
  -   Trastornos gastrointestinales: diarrea, náuseas.
  -   La sulfinpirazona puede agravar una úlcera péptica preexistente
  -   En raras ocasiones se han presentado discrasias sanguíneas (anemia,
      leucopenia, agranulocitosis, trombocitopenia y anemia aplásica)
  -   En otros casos, se ha comunicado el desarrollo de leucemia después de
      un largo tratamiento con sulfinpirazona (14).
6. CONTRAINDICACIONES Y PRECAUCIONES
  -   En el tratamiento de ataque controlar la terapia en caso de insuficiencia
      renal o hepática, embarazo y lactancia.
                                        30
-   Niños menores de 2 años; enfermedad hepática activa; discrasia
    sanguínea, gota, enf. Renal activa, litiasis úrica, si se ha padecido
    reacción alérgica a este medicamento; úlcera péptica activa.
                                   31
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