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Formación y Circulación de La Linfa

La circulación linfática involucra el movimiento unidireccional de la linfa desde los capilares sanguíneos hacia los vasos linfáticos a través del líquido intersticial. La linfa transporta proteínas plasmáticas y líquido de regreso a la circulación sanguínea a través de los conductos linfáticos y las venas yugular interna y subclavia. Los ganglios linfáticos filtran la linfa y contienen células inmunitarias. Los tejidos linfáticos com

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Formación y Circulación de La Linfa

La circulación linfática involucra el movimiento unidireccional de la linfa desde los capilares sanguíneos hacia los vasos linfáticos a través del líquido intersticial. La linfa transporta proteínas plasmáticas y líquido de regreso a la circulación sanguínea a través de los conductos linfáticos y las venas yugular interna y subclavia. Los ganglios linfáticos filtran la linfa y contienen células inmunitarias. Los tejidos linfáticos com

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Circulación de la linfa

La mayor parte de los componentes del plasma, como los nutrientes, los gases
y las hormonas, se filtran con facilidad a través de las paredes capilares para
formar el líquido intersticial, pero es mayor la cantidad de líquido que abandona
los capilares sanguíneos que la que retorna a ellos por reabsorción. Los vasos
linfáticos drenan el líquido filtrado en exceso (cerca de tres litros por día) para
transformarlo en linfa. Puesto que la mayoría de las proteínas plasmáticas son
demasiado grandes para abandonan los vasos sanguíneos, el líquido
intersticial solo contiene una pequeña fracción de ellas. Las proteínas que
pueden salir del plasma no pueden retornar a la sangre por difusión, ya que el
gradiente de concentración (mayor cantidad de proteínas en los capilares
sanguíneos y menor cantidad afuera) se opone a ese movimiento. No obstante,
las proteínas pueden desplazarse con rapidez a través de los capilares
linfáticos que tienen mayor permeabilidad y así formar parte de la linfa. Por lo
tanto, una función importante de los vasos linfáticos es devolver las proteínas
plasmáticas perdidas y el plasma a la circulación sanguínea.
Al igual que las venas, los vasos linfáticos contienen válvulas que aseguran el
desplazamiento unidireccional de la linfa. Como ya se mencionó, la linfa
ingresa en la sangre venosa a través del conducto linfático derecho y el
conducto torácico, en la unión de las venas yugular interna y subclavia. De esta
manera, la circulación del líquido discurre desde los capilares sanguíneos
(sangre) hacia los espacios intersticiales (liquido intersticial), los capilares
linfáticos (linfa), los vasos linfáticos (linfa), los conductos linfáticos (linfa) y
concluye en la confluencia de las venas yugular interna y subclavia (sangre.)
Las mismas dos “bombas” que colaboran en el retorno de la sangre venosa
hacia el corazón mantienen el flujo linfático.
1. Bomba muscular esquelética
El “efecto de ordene” que ejercen las contracciones musculares
esqueléticas comprime los vasos linfáticos (además de las venas) y
promueve el flujo de la linfa hacia la confluencia de las venas yugular
interna y subclavia.
2. Bomba respiratoria
El flujo linfático también se mantiene gracias a los cambios de presión que
tienen lugar durante la inspiración. La linfa fluye desde la región abdominal,
donde la presión es mayor, hacia la región torácica, donde la presión es
menor. Cuando la presión se revierte durante la espiración, las válvulas en
los vasos linfáticos evitan el reflujo de la linfa. Asimismo, cuando un vaso
linfático se distiende, el musculo liso de sus paredes se contrae, lo que
ayuda a la linfa a dirigirse desde un segmento del vaso hacia el siguiente.
Ganglios linfáticos
Los ganglios (folículos) linfáticos son masas de tejido linfático de forma
ovoide, no encapsuladas. Como están dispersos en la lámina propia (tejido
conectivo) de las mucosas que cubren la superficie interna del tubo digestivo,
las vías urinarias, el aparato reproductor y las vías respiratorias, los ganglios
linfáticos de estas áreas también se conocen con el nombre de tejido linfático
asociado a la mucosa (MALT, mucosa associated lymphatic tissue).
Si bien numerosos ganglios linfáticos son pequeños y solitarios, otros se
agrupan en grandes cúmulos en sitios específicos del cuerpo, como en las
amígdalas faríngeas y en los folículos linfáticos del íleon (placas de Peyer).
También hay agregados de ganglios linfáticos en el apéndice. Suelen

identificarse cinco amígdalas, que forman un anillo en la unión entre la cavidad


bucal y la bucofaríngea, y en la unión entre la cavidad nasal y la nasofaringe.
Las amígdalas están ubicadas en un sitio estratégico para participar en las
respuestas inmunitarias contra partículas extrañas inhaladas o ingeridas. La
amígdala faríngea o adenoide es una estructura solitaria localizada en la
pared posterior de la nasofaringe.
Las dos amígdalas palatinas se encuentran en la zona posterior de la cavidad
bucal, una a cada lado, y son las que suelen extirparse en la amigdalectomia.
El par de amígdalas linguales, situadas en la base de la lengua, también
suele tener que extirparse durante la amigdalectomia.

DESARROLLO DE LOS TEJIDOS LINFÁTICOS


Los tejidos linfáticos comienzan a desarrollarse hacia fines de la quinta semana
de vida embrionaria. Los vasos linfáticos se forman a partir de los sacos
linfáticos que surgen de las venas en desarrollo, que a su vez derivan del
mesodermo.
Los primeros sacos linfáticos que aparecen son el par de sacos linfáticos
yugulares, en la unión entre las venas yugular interna y subclavia. A partir de
los sacos linfáticos yugulares, los plexos capilares linfáticos se distribuyen
hacia el tórax, los miembros superiores, el cuello y la cabeza. Algunos de estos
plexos adquieren mayores dimensiones y forman vasos linfáticos en sus
respectivas regiones. Los sacos linfáticos yugulares mantienen al menos una
conexión con su vena yugular, de manera que el saco izquierdo forma la
porción superior del conducto torácico (conducto linfático izquierdo).
El siguiente saco en aparecer es una estructura única, el saco linfático
retroperitoneal, ubicado en la raíz del mesenterio intestinal. Este saco se
forma a partir de la vena cava primitiva y de las venas mesonefricas (renales
primitivas). Los plexos capilares y los vasos linfáticos se distribuyen desde el
saco linfático retroperitoneal hacia las vísceras abdominales y el diafragma, y el
saco establece conexiones con la cisterna del quilo, pero pierde aquellas que
mantenía con las venas circundantes.
En forma simultánea, con el desarrollo del saco linfático retroperitoneal,
aparece otro saco, la cisterna del quilo, por debajo del diafragma sobre la
pared abdominal posterior, que origina la porción inferior del conducto torácico
y la cisterna del quilo del conducto torácico. Al igual que el saco linfático
retroperitoneal, la cisterna del quilo también pierde sus conexiones con las
venas adyacentes.
El último saco en desarrollarse es el saco linfático posterior, que es una
estructura par, procedente de las venas iliacas. Los sacos linfáticos posteriores
forman los plexos capilares y los vasos linfáticos de la pared abdominal, la
región pelviana y los miembros inferiores.
Estos sacos se unen a la cisterna del quilo y pierden sus conexiones con las
venas adyacentes.
Excepto la porción anterior del saco linfático que da origen a la cisterna del
quilo, todos los sacos linfáticos reciben la invasión de células
mesenquimáticas y se convierten en grupos de ganglios linfáticos.
El bazo se origina a partir de células mesenquimáticas, entre las capas del
mesenterio dorsal del estómago. El timo se origina en forma de evaginación de
la tercera bolsa faríngea.

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