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Gardner, Richard
Cada biblioteca debería tener razones para seleccionar materiales para sus colecciones.
Lo que es más, debería estar disponible y deseosa de escribir esas razones en una políti-
ca de desarrollo de colecciones. (Los términos "políticas de selección" y "política de ad-
quisición" son a menudo usados como sinónimos por "políticas de desarrollo de colec-
ciones", sin embargo esto último es un término más comprensivo y es más apropiado pa-
ra nuestra discusión ya que el desarrollo de colecciones involucra más que solo selección
y adquisición, como hemos visto en los capítulos precedentes). Una política de desarrollo
de colecciones es una declaración escrita que es tanto una herramienta de planificación
cuanto un mecanismo de comunicación.
Su finalidad es clarificar objetivos y facilitar la coordinación y cooperación, tanto dentro
de una biblioteca o sistema de bibliotecas y entre bibliotecas cooperantes dentro de una
región. Si está bien hecho debería servir como una herramienta de trabajo diario que
provee las guías necesarias para llevar a cabo la mayoría de las tareas dentro del área de
construcción de colecciones.
Propósito:
En los 50 y principios de los 60 las política de desarrollo de colecciones, (usualmente en-
tonces llamadas simplemente políticas de selección) fueron escritas como parte de una
defensa contra la censura y en apoyo a la libertad intelectual. La época McCarthy había
originado muchos ataques sobre ciertos libros y revistas en las colecciones de biblioteca
y los bibliotecarios sentían la necesidad de una declaración escrita de los motivos por los
que la biblioteca estaba coleccionado tales materiales que pudiera ser mostrado en caso
de queja. El personal de la biblioteca también sentía la necesidad de contar con apoyo
por parte de los grupos de gobierno y de los grupos de gobierno y así intentaron hacer
que esos cuerpos adoptaran políticas escritas de selección que estarían disponibles co-
mo un resguardo en caso de crisis. En los finales de los 60 y principios de los 70 las biblio-
tecas que produjeron políticas de desarrollo de colecciones lo hicieron principalmente
por un interés por las responsabilidades sociales. A menudo la escritura de una política
de desarrollo de colecciones fue parte de un estudio general sobre si la biblioteca estaba
sirviendo a la comunidad entera a la cual debía servir o solo a los pocos seleccionados
que hacían el esfuerzo de usarla. ¿Tenían las colecciones o solamente para los intelec-
tualmente superiores?. En la segunda mitad de los 70 la racionalidad detrás de las políti-
ca de desarrollo de colecciones cambiaron otra vez. Esta vez, disminuyendo los fondos
para las colecciones bibliotecarias cada vez más escasos originaron la necesidad de
asegurar que todos los fondos estuvieran siendo gastados tan inteligentemente como
fuera posible, que hubiera incluso un plan racional de acción que pudiera ser defendido
ante las autoridades presupuestarias y el público.
Una política de desarrollo de colecciones puede ser un conjunto de objetivos teóricos o
una declaración de práctica real. Idealmente es un conjunto de objetivos basados sobre
práctica real, esto es, algo que puede ser puesto en practica pero al mismo tiempo será
un desafío para que el personal funcione mejor. Debería ser algo más que solo un artilu-
gio, como algunas de las primeras políticas de selección desafortunadamente fueron una
mera bandera ondeando para mantener los lobos a distancia. Debería ser una herramien-
ta de trabajo cotidiana, algo que provee las respuestas para la mayoría de los problemas
encontrados en la rutina diaria. Si una política de desarrollo de colecciones va a ser exi-
tosamente escrita, requiere de un input desde tanto el personal de la biblioteca a todos
los niveles y la clientela de la biblioteca (si es posible, los usuarios potenciales, como
también los usuarios reales). Eventualmente la política debería ser entregada a los cuer-
pos de gobierno bibliotecarios y adoptada por ellos como una política bibliotecaria oficial.
En el curso de la entrega podría haber revisiones, pero una política satisfactoria tanto
para el personal como para el equipo de gobierno, debería ser producida; una que no
tenga el apoyo del cuerpo de gobierno es de poca utilidad a largo término.
Contenidos:
¿Qué es lo que contiene una política de desarrollo de colecciones?. Ellas deberían, pri-
mero de todo, preocuparse por los clientes a ser servidos y sus características. ¿Qué
grupos de edades van a ser incluidos?, ¿qué grupos étnicos?, ¿qué niveles educaciona-
les?. En segundo lugar, ¿qué tipos de programas serán apoyados?, ¿va a apoyar la biblio-
teca a la investigación, la instrucción, la referencia, la información general, o la recrea-
ción?. Finalmente, qué límites van a ser establecidos para la colección?. Estos son multi-
facéticas. ¿Qué materias, y en qué profundidad van a ser coleccionadas? (la profundidad
de la cobertura variará probablemente con la materia, particularmente con las bibliotecas
académicas). ¿Qué formas de materiales van a ser coleccionados? -libros, periódicas,
microprints o materiales audiovisuales, etc. ¿Qué idiomas van a ser utilizados? (otra vez,
es más problable que varias materias tendrán una influencia sobre el idioma). ¿Qué nive-
les de materiales van a ser considerados -materiales académicos, materiales populares,
materiales de interés para adultos pero de fácil nivel de lectura?, ¿cuántas duplicaciones
se permitirán?, ¿de qué tipo de materiales y por qué razones?, ¿qué compromisos, loca-
les, regionales y aun nacionales existen para la cooperación?. Esto tendrá un efecto defi-
nitivo sobre la política de colección de la institución.
Cada materia debe ser examinada a la luz de una.
1) Las fortalezas existentes en la colección
2) El nivel actual real de la colección
3) Nivel deseable de colección para satisfacer adecuadamente el programa de necesida-
des de la institución. Hasta qué punto las materias necesitarán ser divididas en categorí-
as en entidades separadas para consideración, indudablemente dependerá del tamaño
de la biblioteca.
En instituciones grandes las materias necesitarán probablemente ser examinadas en de-
talle considerable. siendo dividas a menudo por área geográfica y período cronológico,
en las bibliotecas pequeñas, particularmente en las bibliotecas públicas en un tratamien-
to más general, usualmente probará ser más adecuado. Un área de materia entera, por
ejemplo, sin división adicional, temas de interés especial, tales como historia local, puede
requerir consideración especial, sin embargo siendo excepciones al patrón general de la
colección.
Sólo como cada área de materia necesitará atención asé en la mayoría de los casos, así
también lo serán cada forma del material bibliotecario.
Cada uno tiene su propia característica y necesidades individuales y necesita considera-
ción individual.
Formulación
Cómo es escrita una política de desarrollo de colecciones?
Esto no es una tarea fácil y a menudo se necesita mucho tiempo para recolectar informa-
ción. Primero de todo la comunidad de usuarios debe ser examinada, quién es servido o
debería ser servido. La información puede ya estar disponible desde las fuentes dentro
de la ciudad o la institución, particularmente desde oficinas de planeamiento, si no lo es,
entonces, la biblioteca debe considerar modos de obtenerla. Encuestas pueden haber
sido llevadas a cabo, en cualquier caso, una investigación considerable será necesaria.
La tarea próxima es usualmente el examen de la practica actual. Cómo están hechas las
cosas ahora y por qué razones, solamente entonces pueden los bibliotecarios determinar
si los procedimientos son adecuados o si deben realizarse cambios.
La colección existente debe ser estudiada en algún detalle para confirmar sus fortalezas
y debilidades. Después de que esto ha sido determinado, entonces las razones detrás de
las fortalezas y debilidades deberían ser buscados. La mayoría de estos serán históricos
y los miembros del personal responsables por la selección deberán ser consultados. Co-
nociendo porqué algo fue hecho en el pasado a menudo ayuda a determinar las acciones
presentes o las políticas futuras. Las restricciones sobre qué puede ser hecha necesita
ser reconocido temprano en el proceso de escribir una declaración de políticas. Las res-
tricciones pueden ser puramente financieras, pero a menudo, también involucran limita-
ciones espaciales. Esto puede afectar los tipos de materiales a ser seleccionados, los
microprint antes que copias en papel, por ejemplo. Compromisos con redes para compar-
tir materiales y para cooperación con otras bibliotecas imponen restricciones, si ellos
prueban ser demasiado restrictivos ellos tendrán que ser renegociados, pero no pueden
ser ignorados. En este punto o tal vez incluso antes de embarcarse sobre cualquiera de
las tareas delineadas aquí. Las políticas de desarrollo de colecciones de otras bibliotecas
deberán ser examinadas para determinar exactamente que está involucrado en la crea-
ción de tal documento. Afortunadamente las compilaciones de ejemplos de políticas de
desarrollo de colecciones han sido publicadas. Ellas dieron ejemplos de políticas de dife-
rentes tipos y tamaños de bibliotecas y encuestas de partes individuales de políticas.
Desde esto muchas guías pueden ser derivadas. El comité de desarrollo de colecciones
de la división de servicios técnicos y recursos de ALA también público en 1977, guías pa-
ra la formulación de políticas de desarrollo de colecciones (véase apéndice 1). Mientras
estas guías fueron hechas con las grandes bibliotecas académicas en mente, ellas pue-
den ser seguidas en general por todos los tipos de bibliotecas. Las política de desarrollo
de colecciones usualmente consisten de las siguientes secciones y son organizadas de la
siguiente forma:
1) Introducción: esta explica por qué la política ha sido escrita y para quién. También
describe, a veces en profundidad considerable la comunidad que va a ser servida
2) Filosofía y objetivos. Los objetivos de la biblioteca y su institución matriz, si hay alguna,
están mencionadas aquí, tanto la necesidad teórica y práctica necesita ser considerada.
3) Declaración de selección. Esto es el corazón del desarrollo de colecciones y usualmen-
te toma la cantidad más grande de espacio. Los siguientes ítems necesitan ser conside-
rados
Quien hace la selección, como es hecha, que es hecho. A menudo la política determinará
qué criterios van a ser usados en la selección de materiales, similar a la criteria delineada
en el capítulo 8 y qué ayudas para la selección van a ser usadas tales como aquellas lis-
tadas en el capítulo 6 y 7, dónde cae la responsabilidad por la selección de materiales
debería ser cuidadosamente puesto por escrito. En este punto varios campos de materias
deben ser considerados, qué niveles de selección deberían existir para cada materia. Se
sugieren cinco niveles: cobertura, investigación, estudio, básico y mínimo. Algunas biblio-
tecas reducen esto a cuatro niveles: nivel por edad, por idioma y por formatos especiales,
que se debe tratar con todos estos, y puede ser preferible tener una sección separada
para cada formato. Finalmente las limitaciones presupuestarias han de ser consideradas.
4) Areas problemáticas.
Estas usualmente incluyen lo siguiente: Duplicación de materiales y números de copias
compradas, reemplazo de gastados o perdidos. Encuadernación y manejo de la desidera-
ta; en este punto puede ser necesario considerar, rústica, bajo qué condiciones ellos
serán agregados a la colección además de ítems en tapa dura. Algunos otros tipos de
libros también presentan problemas, particularmente muchas bibliotecas académicas,
por ejemplo, tienen una política de no agregar libros de texto que han sido asignados para
un curso a la colección de biblioteca. Se espera que los estudiantes compren esos libros
de texto o que sean adquiridos para el uso de estudiantes con los fondos para libros de
textos.
Las disertaciones son otro tipo de material que requiere decisiones especiales. Los mate-
riales pueden estar en otros formatos que libros, son usualmente considerados como la
quinta parte. Aunque no hay razones para que la parte cuatro y cinco no puedan estar
combinadas en una sola sección.
5) Formatos especiales.
Esta sección usualmente trata con los formatos que no son libros, tales como publicacio-
nes periódicas, diarios, panfletos, manuscritos, microprints y una multitud de tipos de
materiales audiovisuales.
Materiales basados en computadoras, bases de datos, también caerían dentro de esta
categoría como así también archivos de información local compilados para ayudar a la
información de las bibliotecas públicas y a los servicios de referencia.
6) Donaciones.
Qué hacer con los materiales dados a la biblioteca?
Esto requiere una declaración separada. Se espera que la biblioteca decida aplicar los
mismos estándares para la selección de materiales donados que los que se aplican para
la compra de materiales. Existe siempre el peligro de bajar los estándares aunque los
costos del proceso de almacenamiento son tan altos para las donaciones como lo son
para las adquisiciones.
7) Expurgo.
Como con la selección, la responsabilidad por el expurgo debe ser asignada. Qué va a
ser expurgado y cómo son otras preguntas. Generalmente debe ser decidido el modo en
que los materiales van a ser descartados.
8) Libertad intelectual.
Aunque este tema ya no domina las políticas de desarrollo de colecciones como lo hizo en
la era McCarthy es aún un área muy importante, y probablemente requiera una conside-
ración más detallada por parte del equipo de gobierno que por parte de los otros temas,
ya que ellos indudablemente serán traídos dentro de la discusión. La mayoría de las polí-
ticas de desarrollo de colecciones reproducen en forma completa el Estatuto de la biblio-
teca de la ALA y la declaración conjunta de la ALA y el Consejo de los editores america-
nos de libros titulada la libertad de leer (véase apéndice 3).
Otras declaraciones de la ALA sobre clasificación y sobre el manejo de materiales para
niños o adultos jóvenes puede ser incorporado. El Consejo nacional de profesores de
inglés ha también editado materiales de ayuda que pueden ser citados. La parte más im-
portante de esta sección es un plan detallado de cómo las quejas van a ser manejadas y
qué se va a hacer cuando la biblioteca es el tema de una campaña por parte de un indivi-
duo o un grupo para hacer que se retiren materiales. Los formularios para quejas a ser
llenados son herramientas útiles para, anexar aquí. Más será dicho en el capítulo 14 acer-
ca de cómo deberán ser manejados los problemas de censura.
9) Revisión
Se necesita tomar decisiones sobre cómo va a ser mantenida la política de desarrollo de
colecciones y cómo y por quien va a ser revisada. Se comprometen muchas horas de tra-
bajo en la creación de una política de desarrollo de colecciones y no debería ser permiti-
do que se desactualice. La revisión periódica y la actualización son tareas más simples
que reescribir la política después de un largo período de desatención. Lo que es más, el
personal, el equipo de gobierno y el público pronto perderán fe en un documento que no
tiene relación con la situación actual. La política de desarrollo de colecciones debe ser
revisada para cuidar cada decisión.
Las políticas deben ser flexibles y no suficientemente generales para encargarse de al-
gunos cambios en el énfasis, pero ellas deben ser reexaminadas al menos anualmente
para ver si la biblioteca esta siguiendo esas normas, sino razones deben ser buscadas y
las necesarias revisiones incorporadas en la política. Tal vez la posición financiera de la
biblioteca ha cambiado radicalmente. Tal vez hubo un cambio en el equipo de gobierno y
en su pensamiento, tal vez una nueva administración desea acentuar diferentes aspectos
del servicio. Tal vez la currícula académica universitaria ha cambiado y la biblioteca deba
reaccionar de acuerdo con eso. En todos esos casos, la política de desarrollo de colec-
ciones necesita ser reexaminada y revisada donde sea necesario.