Sartre, J-P., El Existencialismo Es Un Humanismo
Sartre, J-P., El Existencialismo Es Un Humanismo
EL EXISTENCIALISMO
 ES UN HUMANISMO
          edhasa
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ISBN: 978-84-350-3311-4
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SITUACIN DE LA CONFERENCIA
El existencialismo es un humanismo es el texto taqui-
grafiado, apenas retocado por Sartre, de una con-
ferencia que dio en Paris el lunes 29 de octubre
de 1945 a peticion del club Maintenant, creado
tras la Liberation por Jacques Calmy y Marc Beig-
beder con un proposito de animacion literaria e
intelectual; se publico el ano siguiente en Editions
Nagel. ,;Por que tiene interes el autor de El ser y
la nada en convencer del humanismo de su doc-
trina?
    Hay que recordar que los dos primeros tomos
de los Caminos de la libertad, recien publicados por
primera vez, obtenian un exito mezclado con
escandalo. N o nos detendremos en los detalles de
lo que, en La edad de la razon y en La prorroga, c o n -
trario a la gente conformista de la epoca. Tacha-
ron a su personaje principal de apatico o cinico.
Creo que lo que hace molestos a mis persona-
jes escribia Sartre- es su lucidez. Saben lo que
son y eligen el serlo. Desprovisto de anclaje, sin
 certidumbres, Mathieu esta, evidentemente, lejos
 de la figura de epopeya o del heroe positivo; su
unico tiunfo, en su busqueda obstinada de una via
 autenticamente libre de que se hace eco la bus-
queda filosofica de El ser y la nada es esta luci-
dez desnuda que tambien es un sufrimiento. Lo
que le sucede, lo que hace, tiene poco de real;
no ha empezado verdaderamente a vivir. Enton-
ces, nadie entendio que se trata del drama inte-
lectual y moral de una conciencia en devenir, cuya
evolucion no ha acabado al final del segundo
tomo. Sin duda porque la lectura de las dos nove-
las, que por otro lado tuvieron defensores encar-
nizados, era mas accesible que la de la obra filo-
sofica, su publicacion amplifico la resonancia del
existencialismo sartriano; las controversias a su
proposito se vieron agravadas y enturbiadas por
lo que ahora llamariamos un fenomeno media-
tico replicas y adhesiones, hostilidad abierta o
larvada, groseria, cuyas razones todavia hoy se
desconocen. Resulto una invasion casi recipro-
ca: del escritor por una celebridad de mala ley que
le dejaba atonito, y del publico por el existen-
cialismo; formulas huerfanas de sus contextos
como E1 infierno son los demas, La existencia
precede a la esencia, E1 hombre es una pasion
inutil, esparcidas por los periodicos sensaciona-
listas, se tomaban como esloganes diabolicos.
    En cuanto a las criticas expresadas por los inte-
lectuales, que no desdenaban la injuria, no proce-
dian todavia de un examen muy penetrante de El
                         10
ser y la nada1 los cristianos, ademas de su ateismo,
reprochaban a Sartre el ser materialista, los comu-
nistas el no serlo; los primeros se quejaban de que
pusiera arbitrariamente la primacia en el en-soh,
los segundos lo tachaban de subjetivista; las nocio-
nes de contingencia, de abandono, de angustia repug-
naban a unos y otros. La expresion violenta de este
rechazo, que Sartre sintio como odioso, <>se debe
solo a que los animos estaban, tras el cataclismo de
la guerra, como dira uno de sus detractores, preo-
cupados por una definition del hombre conforme
a la exigencia historica, y que permitiera superar la
crisis actual? Lo cierto es que las objeciones eran
mas a menudo morales, incluso utilitarias, que pro-
piamente filosoficas. Se preocupaban poco por dis-
cutir la orquestacion de las ideas en su obra, la per-
tinencia de los temas. No todo el m u n d o puede
leer El ser y la nada, escribia el mismo critico; 2 Sar-
tre se convertia nada menos, en opinion de mucha
gente, que en el antihumanista por excelencia: des-
                                        11
moralizaba a los franceses en el momento en que
Francia, en ruinas, tenia mas necesidad de espe-
ranza.
    Asi, fue para presentar al publico una idea
coherente y mas exacta de su filosofia por lo que
Sartre acepto dar esta conferencia. 3 Desconcerta-
do por la sobreexcitacion de aquella muchedum-
bre que entra a la fuerza en la sala y que, sospe-
cha, comprende al menos tantos curiosos atraidos
por el renombre sulfuroso del existencialismo y
de su autor como oyentes que acuden por amor
a la filosofia, afirma que el existencialismo es una
doctrina estrictamente reservada a los filosofos, mien-
tras que se apresura a ponerla poco o mucho al
alcance de la masa; y es que El ser y la nada, tex-
to a la vez riguroso y prolijo, mal leido y con
frecuencia deformado, se ha convertido en un
objeto que se le ha escapado y del que, sin embar-
go, se siente responsable. Aunque, parece adivi-
narse, por encima de aquel publico que el cir-
cunscribe mal, se dirige mas en particular a los
comunistas, a quienes querria volver a acercarse.
Solo algunos meses antes escribia en los perio-
                                      12
dicos clandestinos de estos; ahora los puentes estan
rotos y su hostilidad parece crecer con la expan-
sion del existencialismo.
    N o obstante, no fue un razonamiento teorico
lo que condujo a Sartre a desear aquel acerca-
miento. Maduro El ser y la nada durante anos, lo
construyo en una especie de euforia solitaria duran-
te las vacaciones forzosas de la guerra peregri-
na y el Stalag; pero todo aquel potencial inte-
lectual desplegado para descubrir una verdad sobre
el Ser y sobre el hombre en el mundo no le libro
de sentir su impotencia ante la Ocupacion. Si aspi-
ra a la action colectiva, es porque ha sufrido el peso
de la Historia y ha reconocido la importancia de
lo social. Ese mismo mes de octubre, aparecio el
primer numero de Temps Modernes; la revista que
acaba de fundar pretende apoyar las luchas socia-
les y economicas de la izquierda, cuyo primer
representante es el partido de los Fusilles, y con sus
cronicas, sus reportajes y sus estudios, trabajar por
la liberation del hombre. Sin embargo, el equipo
de Temps Modernes se reserva la libertad de critica:
Nos alineamos al lado de los que quieren cam-
biar a la vez la condition social del hombre y la
conception que tiene de si mismo.Y a proposito
de los acontecimientos politicos y sociales que vie-
nen, nuestra revista tomara position en cada caso.
                          13
N o lo hara politicamente, es decir, no servira a nin-
gun partido. 4
    Esta libertad de juicio no gusta a los teoricos
del Partido; hace el juego a la reaccion, segun la
expresion consagrada por L'Humanite.5 La idea de
libertad constituye un problema tambien en el pia-
no teorico. En esta conferencia, Sartre querra al
menos, en el punto en que se encuentra de su inves-
tigacion filosofica, convencer a los marxistas del
P C de que esta no contradice la concepcion marxis-
ta de la determinacion del hombre por lo econo-
mico. E1 hombre no es libre y esta encadenado des-
de el mismo punto de vista, escribira tambien en
Materialismo y Revolution,6 donde explicara mas tran-
quilamente sus divergencias con los comunistas.
    Se le conmina a justificar moralmente su com-
promiso a partir de El ser y la nada;7 mejor dicho,
hay quien, en su lugar, saca consecuencias mora-
les nefastas que en seguida le reprocharan a el. Con
                                          14
la esperanza de disipar los malentendidos, Sartre se
ve constrenido aqui a esquematizar sus propias tesis,
a subrayar lo que se oira. Acaba por borrar la dimen-
sion dramatica de la relation indisoluble de la rea-
lidad-humana en el Ser: su conception personal de
la angustia, por ejemplo, heredada de Kierkegaard
y de Heidegger y reinventada, que ocupa un lugar
central en su intento de ontologia, queda reducida
aqui a la angustia etica del jefe militar en el momen-
to de enviar al asalto a sus tropas. Este esfuerzo de
vulgarization y conciliation sera en vano: los mar-
xistas no cederan.
    Pero ;habia realmente un malentendido? Pode-
mos dudarlo si tomamos en cuenta la frase de Pie-
rre Naville 8 en las intervenciones que siguieron a
la conferencia: 9 Dejo de lado todas las cuestio-
nes especiales referentes a la tecnica filosofica....
jNo es facil para el filosofo dialogar si el interlo-
cutor cuestiona su d,octrina negandose a llamarla
                                       15
filosofia! En la revista de Naville, una nota de rese-
na se felicitara por aquella imprecisa discusion: La
contradiccion es puesta de relieve por Pierre N a -
ville... Mejor que en exposiciones mas densas, se ve
claramente lo que diferencia al marxismo del exis-
tencialismo y de toda filosofia [...].10 Ciertamen-
te, si hay que contradecir el existencialismo sar-
triano, que suscita interes entre la juventud, no es
unicamente por una u otra de sus tesis, sino sobre
todo porque corre el riesgo de sembrar discordia
y vacilacion en los animos. Usted impide que la
gente venga a nosotros,le dira Roger Garaudy;y
Elsa Triolet: Es usted filosofo, por tanto antimar-
xista. En realidad, si el teorico comunista consi-
dera que debatir el marxismo es debilitar las cer-
tezas indispensables al militante para luchar
(inutilmente, por otro lado, pues el marxismo con-
tiene todas las verdades necesarias para cambiar el
mundo), entonces es ajeno a el el espiritu de la mar-
cha filosofica cuyo valor reafirma Sartre en 1948:
Querer la Verdad es preferir el Ser a todo, inclu-
                                       16
so de una forma catastrofica, sencillamente porque
('.w.11 Mas tarde se aplicara a mostrar que debido a
la conception del hombre que el propone enri-
quecida entre tanto por sus ensayos biograficos-,
el existencialismo no es, frente al marxismo, una
filosofia de mas. 12
     Nada hay de sorprendente, en todo caso, en que
Sartre lamentara muy pronto el haber permitido
publicar El existencialismo es un humanismo. Se ha
leido m u c h o esta conferencia, considerada como
una introduction suficiente a El ser y la nada, cosa
que n o es. Exposition clara pero reductora, se hace
eco de las contradicciones en que Sartre se ve
envuelto aquel aho; el autor anhela apasionadamente
participar de la vida colectiva al lado del partido
comunista, que arrastra la esperanza de millones de
personas en el primer ano de postguerra, cuando
las mas radicales transformaciones de la sociedad
parecen posibles; pero su election no esta funda-
mentada filosoficamente. Ahi estan las criticas hos-
tiles que los marxistas le hacen sin haberlo leido, el
propio Marx a quien todavia no ha estudiado seria-
mente; su reflexion sobre la dimension social e his-
                                     17
torica del hombre apenas ha comenzado - y por
otro lado, ;es la eidetica fenomenologica el instru-
mento adecuado para pensar el ser colectivo? Hay
un factor esencial en filosofia, que es el tiempo
escribira Sartre en Cuestiones de metodo. Hace fal-
ta mucho para escribir una obra teorica. Aquel
ano le cogieron a destiempo.
   El existencialismo    es un humanismo   es pues u n
escrito de circunstancias que, por poco que se haya
abordado ya la obra de Sartre desde un punto de
vista literario o filosofico, permite captar el pri-
merisimo momento, aun vago, intimamente
conflictivo, de un viraje decisivo de su vida inte-
lectual. U n nuevo ciclo de busqueda filosofica esta
a punto de comenzar. Las objeciones a su obra, que
el intenta inventariar en esta conferencia, con ser
confusas y hostiles, provocaran en el nuevas pre-
guntas que tratara filosoficamente en La critica de la
razon dialectica, tras una libre maduracion que tes-
timonian, entre otros, sus escritos postumos.
A R L E T T E ELKAIM-SARTRE
                            18
E L EXISTENCIALISMO
 ES UN HUMAN ISMO
Quisiera defender aqui el exis-
                                       Criticas
tencialismo de una serie de repro-     hechas al
ches que se le han dirigido.           existencialismo.
    En primer lugar, se le ha repro-
chado invitar a la gente a per-
manecer en un quietismo de de-
sesperacion, porque si todas las
soluciones estan cerradas, habria
que considerar que la accion en
este mundo es totalmente impo-
sible, y tambien desembocar final-
mente en una filosofia contem-
plativa, lo que ademas, dado que
la contemplacion es un lujo, nos
conduce a una filosofia burguesa.
                                       Las criticas
Estos son sobre todo los reproches     de los marxistas.
de los comunistas.
    Se nos ha reprochado, por otra
parte, hacer hincapie en la igno-
minia humana, de mostrar en
todas las cosas lo sordido, lo tur-
bio, lo viscoso, y de desatender
un cierto numero de alegres es-
plendores, el lado luminoso de la
            naturaleza humana; por ejemplo,
            segun Mile. Mercier, critica cato-
            lica, hemos olvidado la sonrisa del
            nino. Los unos y los otros nos
             reprochan haber faltado a la soli-
             daridad humana, considerar que
             el hombre esta aislado, en gran
            parte, ademas, porque partimos
            dicen los comunistas de la sub-
            jetividad pura, es decir del yo pien-
            so cartesiano, y mas aun del m o -
            menta en que el hombre se capta
             en su soledad, lo que, en conse-
             cuencia, nos haria incapaces de
            volver a la solidaridad con los
            hombres que estan fuera del yo,
            y que no puedo captar en el co-
            gito.
                Y del lado cristiano, se nos
Criticas    reprocha que negamos la realidad
itolicos.   y  2 a seriedad de las empresas
            humanas, puesto que si suprimi-
            mos los mandamientos de Dios
            y los valores inscritos en la eter-
            nidad, solo queda la estricta gra-
            tuidad, pudiendo cada uno hacer
            lo que quiere y siendo incapaz,
                    22
desde su punto de vista, de con-
denar los puntos de vista y los
actos de los demas.
    A estos diferentes reproches
trato de responder hoy; por eso
he titulado esta pequena expo-
sition: El existencialismo es un hu-
manismo. Muchos podran extra-
iiarse de que se hable aqui de
humanismo.Trataremos de ver en
que sentido lo entendemos. En
todo caso, lo que podemos decir
desde el principio es que enten-
demos por existencialismo una
doctrina que hace posible la vida
humana y que, por otra parte,
declara que toda verdad y toda         Pesimismo
action implican un medio y una
                                       existencialismo.
subjetividad humana.
    El reproche esencial que se
nos hace, como se sabe, es que
ponemos el acento en el lado
malo de la vida humana. Una
senora de la que me han hablado
recientemente, cuando por ner-
                                       Naturalismo
viosismo deja escapar una palabra
vulgar, dice, excusandose: Creo       existencialismo.
                         23
                    que me estoy volviendo existen-
                    cialista. En consecuencia se asi-
                    mila fealdad a existencialismo; por
                    eso se declara que somos natura-
                   listas; y si lo somos, resulta extra-
                    no que asustemos, que escanda-
                   licemos mucho mas de lo que el
                    naturalismo propiamente dicho
                    asusta e indigna hoy dia. Hay
                    quien soporta perfectamente una
                   novela de Zola como La tierra,
                   y se desalienta al leer una nove-
                   la existencialista; hay quien utili-
                   za la moral corriente que es
                   bien mediocre y nos encuen-
                    tra a nosotros mas mediocres
                    todavia. Sin embargo, que mas
                    decepcionante que decir, por
                    ejemplo, la caridad bien enten-
                    dida empieza por uno mismo, o
                   bien unge al villano y el se que-
                   jara, tratalo con dureza y el te
                   ungira. Conocemos los lugares
   La sabiduria     comunes que se pueden utilizar
de las naciones.    en este p u n t o y que muestran
                   siempre la misma cosa: no hay
                   que luchar contra los poderes
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establecidos, no hay que luchar
contra la fuerza, no hay que
intentar elevarse por encima de
la propia condition, toda action
que no se inserta en una tradi-
tion es un romanticismo, toda
tentativa que no se apoya en una
experiencia probada esta conde-
nada al fracaso; y la experiencia
muestra que los hombres tienden
siempre hacia lo bajo, que se
necesitan cuerpos solidos para
dominarlos: si no, es la anarquia.
Sin embargo, es la gente que repi-
te estos lamentables proverbios,
la gente que dice: que humano
cada vez que se les muestra un
acto mas o menos repugnante, la
gente que se alimenta de cancio-
nes realistas, es esa la gente que
reprocha al existencialismo ser
demasiado sombrio, y hasta tal
punto que me pregunto si lo que
le reprochan es su optimismo y
no su pesimismo. En el fondo, lo
que asusta de la doctrina que voy
a tratar de exponer, <;no es el he-
                         25
                cho de que deja una posibilidad
                de election al hombre? Para sa-
                berlo, es necesario que volvamos
                a examinar la cuestion en un pia-
                no estrictamente filosofico. ,;A
                que se le llama existencialismo?
                    La mayor parte de la gente que
La moda       utiliza esta palabra se sentiria muy
stencialista.   incomoda si tuviera que justificar
                su empleo, y puesto que hoy dia
                se ha convertido en una moda, se
                declara de buen grado que tal
                musico o tal pintor es existencia-
                lista. U n redactor de noticias de
                Clartes firma I'Existencialiste; y en
                el fondo la palabra ha tornado hoy
                tal amplitud y tal extension que
                ya no significa absolutamente
                nada. Parece que, a falta de una
                doctrina de vanguardia analoga al
                surrealismo, la gente avida de es-
                candalo y de movimiento se diri-
                ge a esta filosofia, que no les pue-
                de aportar nada por otra parte en
                este dominio; en realidad es la
                doctrina menos escandalosa, la mas
                austera; esta destinada estrictamen-
                        26
 te a los tecnicos y a los filosofos.                   Hay dos escuelas
                                                        existencialistas.
 Sin embargo, se puede definir fa-
 cilmente. Lo que complica las
 cosas es que hay dos especies de
 existencialistas: los primeros, que
 son cristianos, entre los cuales yo
 colocaria a Jaspers y a Gabriel
Marcel, de confesion catolica; y,
por otra parte, los existencialistas
 ateos, entre los cuales hay que
 colocar a Heidegger, 1 y tambien
 a los existencialistas franceses y a
mi mismo. Lo que ellos tienen en
 comun es simplemente el hecho
 de considerar que la existencia
precede a la esencia, o, si se pre-
fiere, que hay que partir de la sub-
jetividad. ;Que significa esto exac-
tamente?
     Consideremos un objeto fa-                         La existencia
bricado, por ejemplo un libro o                         precede
                                                        a la esencia.
un abrecartas. Este objeto ha sido
fabricado por un artesano que
se ha inspirado en un concepto;
                                      27
                 se ha referido al concepto de
                 abrecartas, e igualmente a una tec-
                 nica de p r o d u c t i o n previa que
                 forma parte del concepto, y que
                 en el fondo es una formula. Asi,
                 el abrecartas es a la vez un obje-
                 to que se produce de cierta mane-
                 ra y que, por otra parte, tiene una
                 utilidad definida, y es impensable
                 que un hombre produzca un
                 abrecartas sin saber para que va
                 a servir ese objeto. Diriamos en-
                 tonces que en el caso del abre-
                  cartas, la esencia es decir, el con-
                 junto de formulas y de cualidades
                 que permiten producirlo y defi-
                 n i r l o - precede a la existencia; y
                 asi esta determinada la presencia
                 frente a mi de tal o cual abrecar-
                 tas, de tal o cual libro. Tenemos
Vision tecnica   aqui, pues, una vision tecnica del
  del mundo.     m u n d o , en la cual se puede decir
                  que la p r o d u c t i o n precede a la
                  existencia.
                       Cuando concebimos un Dios
                 creador, ese Dios se asimila la ma-
                 yoria de las veces a un artesano
                          28
superior; y cualquiera que sea la       El hombre
                                        y Dios
doctrina que consideremos, tra-
                                        en los filosofos
tese de una doctrina como la de         del siglo xvil.
Descartes o como la de Leibniz,
admitimos siempre que la vo-
luntad sigue mas o menos al en-
tendimiento, o por lo menos lo
acompana, y que Dios, cuando
crea, sabe con precision lo que
crea.Asi el concepto de hombre
en el espiritu de Dios es asimila-
ble al concepto de abrecartas en
el espiritu del industrial; y Dios
produce al hombre siguiendo tec-
nicas y una conception, exacta-
mente como el artesano fabrica
un abrecartas siguiendo una de-
f i n i t i o n y una tecnica. Asi el
hombre individual realiza cierto
concepto que esta en el entendi-
miento divino. En el siglo xvill,
en el ateismo de los filosofos, la
n o t i o n de Dios es suprimida,       La naturaleza
pero no pasa lo mismo con la            humana
idea de que la esencia precede a        en los filosofos
                                        d e l siglo XVIII.
la existencia. Esta idea la encon-
tramos un poco en todas partes:
                           29
la encontramos en Diderot, en
Voltaire y aun en Kant. El hom-
bre es poseedor de una naturaleza
humana; esta naturaleza humana,
que es el concepto humano, se
encuentra en todos los hombres,
lo que significa que cada hombre
es un ejemplo particular de un
concepto universal, el hombre; en
Kant resulta de esta universalidad
que tanto el hombre de los bos-
ques, el hombre de la naturale-
za, como el burgues, estan sujetos
a la misma definition y poseen las
mismas cualidades basicas. Asi,
pues, aqui tambien la esencia del
hombre precede a esa existencia
historica que encontramos en la
naturaleza.
    El existencialismo ateo que yo
represento es mas coherente. De-
clara que si Dios no existe, hay por
lo menos un ser en el que la exis-
tencia precede a la esencia, un ser
que existe antes de poder ser defi-
nido por ningun concepto, y que
este ser es el hombre o, como dice
        30
Heidegger, la realidad humana.
i Q u e significa aqui que la exis-
tencia precede a la esencia? Sig-
nifica que el hombre empieza por       La concepcion
existir, se encuentra, surge en el     existencialista
                                       del hombre.
mundo, y que despues se define.
El hombre, tal como lo concibe el
existencialista, si no es definible,
es porque empieza p o r no ser
nada. Solo sera despues, y sera tal
                                       El hombre es
como se haya hecho. Asi pues, no
                                       lo que el se hace.
hay naturaleza humana, porque
no hay Dios para concebirla. El
hombre es el unico que no solo
es tal como el se concibe, sino tal
como el se quiere, y como el se
concibe despues de la existencia,
como el se quiere despues de este
impulso hacia la existencia; el
hombre no es otra cosa que lo que
             /
el se hace. Este es el primer prin-
cipio del existencialismo. Es tam-
bien lo que se llama la subjetivi-
dad, que se nos echa en cara bajo
ese mismo nombre. Pero que
queremos decir con esto sino
que el hombre tiene una dignidad
                          31
               mayor que la piedra o la mesa?
               Porque queremos decir que el
               hombre empieza por existir, es
               decir, que empieza por ser algo
               que se lanza hacia un porvenir,
               y que es consciente de proyectar-
               se hacia el porvenir. El hombre es
El proyecto.   ante todo un proyecto que se vive
               subjetivamente, en lugar de ser un
               musgo, una podredumbre o una
               coliflor; nada existe previamente
               a este proyecto; nada hay en el cie-
               lo inteligible, y el hombre sera ante
               todo lo que haya proyectado ser.
               N o lo que quiera ser. Porque lo
               que entendemos ordinariamente
               por querer es una decision cons-
               ciente, que para la mayoria de
               nosotros es posterior a que el
               hombre se haya hecho a si mismo.
               Yo puedo querer adherirme a un
               partido, escribir un libro, casarme;
               todo esto no es mas que la mani-
               festation de una election mas ori-
               ginal, mas espontanea que lo que
               se llama voluntad. Pero si verda-
               deramente la existencia precede a
                       32
 la esencia, el hombre es responsa-    El hombre
                                       es plenamente
 ble de lo que es. Asi, el primer
                                       responsable.
 paso del existencialismo es poner
 a todo hombre en posesion de lo
 que es, y hacer recaer sobre el la
 responsabilidad total de su exis-
 tencia.Y cuando decimos que el
 hombre es responsable de si mis-
 mo, no queremos decir que el
 hombre es responsable de su es-
 tricta individualidad, sino que es
 responsable de todos los hombres.
 Hay dos sentidos de la palabra sub-
jetivismo, y nuestros adversarios
juegan con los dos sentidos. Sub-
jetivismo, por una parte, quiere
 decir election del sujeto indivi-
                                       La election.
 dual por si mismo, y por otra,
 imposibilidad del hombre de so-
 brepasar la subjetividad humana.
 El segundo sentido es el sentido
 profundo del existencialismo.
 Cuando decimos que el hombre
 se elige, entendemos que cada uno
 de nosotros se elige, pero tambien
 queremos decir con esto que al
 elegirse elige a todos los hombres.
                          33
                     E n efecto, no hay ninguno de
                     nuestros actos que, al crear al hom-
                     bre que queremos ser, no cree al
                     mismo tiempo una imagen del
                     hombre tal como consideramos
                     que debe ser. Elegir ser esto o
                     aquello es afirmar al mismo tiem-
                     po el valor de lo que elegimos,
                     porque nunca podemos elegir el
                     mal; lo que elegimos es siempre el
                     bien, y nada puede ser bueno para
                     nosotros sin serlo para todos. Si,
                     por otra parte, la existencia pre-
        El hombre    cede a la esencia y nosotros que-
se elige eligiendo   remos existir al mismo tiempo que
           a todos   formamos nuestra imagen, esta
     los hombres.
                     imagen es valedera para todos y
                     para nuestra epoca entera. Asi,
                     nuestra responsabilidad es mucho
                     mayor de lo que podriamos supo-
                     ner, porque compromete a toda la
                     humanidad. Si soy obrero y elijo
                     adherirme a un sindicato cristia-
                     no antes que ser comunista, si con
                     esta adhesion quiero indicar que
                     la resignation es en el fondo la
                     solution que conviene al hombre,
                             34
que el reino del hombre no esta
sobre la tierra, no comprometo
solamente mi caso: quiero resig-        Compromete
narme para todos; en consecuen-         a toda
cia, mi acto ha comprometido a          la humanidad.
toda la humanidad.Y si quiero
hecho mas individual casarme,
tener hijos, aun si mi casamiento
depende unicamente de mi situa-
tion, o de mi pasion o de mi de-
seo, con esto no me encamino yo
solamente, sino que encamino a la
humanidad entera en la via de la
monogamia.
    Asi soy responsable por mi
mismo y por todos, y creo una
cierta imagen del hombre que yo
elijo; eligiendome, elijo al h o m -
bre. Esto permite comprender lo
que se oculta bajo palabras un tan-     La angustia.
to grandilocuentes como angustia,
desamparo, desesperacion. C o m o ve-
ran ustedes, es sumamente senci-
llo. Ante todo, ique se entiende
por angustia? El existencialista sue-
le declarar que el hombre es an-
gustia. Esto significa que el hom-
                          35
             bre que se compromete y que se
             da cuenta de que es no solo el que
             elige ser, sino tambien un legis-
             lador, que al mismo tiempo que a
             si mismo elige a toda la humani-
             dad, no podria escapar al senti-
             miento de su total y profunda res-
             ponsabilidad. Ciertamente hay
             muchos que no estan angustiados;
             pero nosotros afirmamos que se
             enmascaran su propia angustia, que
             huyen de ella; en verdad, muchos
             creen que al obrar solo se com-
             prometen a si mismos, y cuando
             se les dice: Pero ^y si todo el
             mundo procediera asi?, se enco-
             gen de hombros y contestan: No
             todo el mundo precede asi. Pero
             en verdad hay que preguntarse
Angustia     siempre: ;que sucederia si todo el
f mala fe.   r n u n c [ 0 hiciera lo mismo? Y no se
             escapa uno de este pensamiento
             inquieto sino por una especie de
             mala fe. El que miente y se excu-
             sa declarando: todo el mundo no
             procede asi, es alguien que no esta
             bien con su conciencia, pues el
                     36
hecho de mentir implica un valor
universal atribuido a la mentira.
Aun cuando la angustia se enmas-
cara, aparece. Es esta angustia la
que Kierkegaard llamaba la angus-
                                       Kierkegaard
tia de Abraham. Conocen ustedes
                                       y la angustia.
la historia: un angel ha ordenado
a Abraham sacrificar a su hijo; todo
anda bien si es verdaderamente un
angel el que ha venido y le ha
dicho: Tu eres Abraham, sacrifi-
caras a tu hijo. Pero cada cual
puede preguntarse: ante todo, <;es
en verdad un angel, y yo soy en        Abraham
verdad Abraham? Quien me lo            y el angel.
prueba? Habia una loca que tenia
alucinaciones: le hablaban por tele-
fono y le daban ordenes. El medi-
co le pregunto: Pero ,;quien le
habla?. Ella contesto: Dice que
es Dios. iY que le probaba que,
en efecto, era Dios? Si un angel
viene a mi, ique es lo que prueba
que es un angel? Y si oigo voces,
ique es lo que prueba que vienen
del cielo y no del infierno, o del
subconsciente, o de un estado
                          37
patologico? ; Quien prueba que se
dirigen a mi? ;Quien prueba que
soy yo el realmente senalado para
imponer mi conception del hom-
bre y mi election a la humanidad?
N o encontrare jamas ninguna
prueba, ningun signo para con-
vencerme de ello. Si una voz se
dirige a mi, siempre sere yo quien
decida que esta voz es la voz del
angel; si considero que tal o cual
acto es bueno, soy yo el que ele-
gire decir que este acto es bueno
y no malo. Nadie me designa para
ser Abraham, y, sin embargo, estoy
obligado a cada instante a realizar
actos ejemplares. Todo ocurre
como si, para todo hombre, toda
la humanidad tuviera los ojos fijos
en lo que el hace y se ajustara a lo
que el hace.Y cada hombre debe
decirse: ,;soy yo quien tiene el
derecho a obrar de tal manera que
la humanidad se rija segun mis
actos?Y si no se dice esto es por-
que se enmascara su angustia. N o
se trata aqui de una angustia que
        38
conducirfa al quietismo, a la inac-    La angustia
                                       no conduce
tion. Se trata de una angustia sim-
                                       a la inaccion.
ple, que conocen todos aquellos
que han tenido responsabilidades.
Cuando, por ejemplo, un jefe mili-
tar asume la responsabilidad de un
ataque y envia cierto numero de
hombres a la muerte, el elige
hacerlo y en el fondo elige el solo.
Sin duda hay ordenes superiores,
pero son demasiado amplias y se
impone una interpretation que
proviene de el, y de esta interpre-
tation depende la vida de catorce
o veinte hombres. N o puede dejar
de haber, en la decision que toma,
cierta angustia. Todos los jefes
conocen esta angustia. Esto no les
impide actuar: al contrario, es la     Angustia
condition misma de su action;          y
porque esto supone que enfren-         responsabilidad.
                          39
                  mos que se explica ademas por
                  una responsabilidad directa frente
                  a los otros hombres que compro-
                  mete. N o es una cortina que nos
                  separa de la action, sino que for-
                  ma parte de la action misma.
                      Y cuando se habla de desam-
                  paro, expresion cara a Heidegger,
                  queremos decir solamente que
                  Dios no existe, y que de esto hay
                  que sacar las ultimas consecuencias.
                  El existencialista se opone decidi-
                  damente a cierto tipo de moral lai-
                  ca que quisiera suprimir a Dios con
                  el menor esfuerzo posible. Cuan-
                  do hacia 1880 algunos profesores
                  franceses trataron de constituir una
La moral laica.   moral laica, dijeron mas o menos
                  esto: Dios es una hipotesis inutil y
                  costosa, nosotros la suprimimos;
                  pero es necesario, sin embargo, para
                  que haya una moral, una sociedad,
                  un mundo vigilado, que algunos
                  valores se tomen en serio y se con-
                  sideren como existentes a priori;
                  es necesario que sea obligatorio a
                  priori ser honesto, no mentir, no
                          40
pegar a la esposa, tener hijos, etc.,
etc... Haremos por lo tanto un
pequeiio trabajo que permitira
demostrar que estos valores exis-
ten, a pesar de todo, inscritos en
un cielo inteligible, aunque, por
otra parte, Dios no existe. Dicho
en otra forma y es, segun creo, la
tendencia de todo lo que se llama
en Francia el radicalismo, nada
cambiara si Dios no existe; encon-
traremos las mismas normas de
honradez, de progreso, de huma-
nismo, y habremos hecho de Dios         El radicalismo.
una hipotesis superada que mori-
ra tranquilamente y por si misma.
El existencialista, por el contrario,
piensa que es muy incomodo que
Dios no exista, porque con el
desaparece toda posibilidad de
encontrar valores en un cielo inte-
ligible; ya no se puede tener el
bien a priori, porque no hay mas
conciencia infinita y perfecta para
pensarlo; no esta escrito en nin-
guna parte que el bien exista, que
haya que ser honesto, que no haya
                          41
                    que mentir; puesto que precisa-
                    mente estamos en un piano don-
    Dostoievski     de solamente hay hombres. Dos-
             y el
                    toievski habia escrito: Si Dios no
existencialismo.
                    existiera, todo estaria permitido.
                    Este es el punto de partida del
                    existencialismo. En efecto, todo
                    esta permitido si Dios no existe y
                    en consecuencia el hombre esta
                    abandonado, porque no encuentra
                    ni en si ni fuera de si una posibi-
                    lidad de aferrarse. N o encuentra,
                    ante todo, excusas. Si en efecto la
                    existencia precede a la esencia, no
                    se podra jamas explicar por refe-
                    r e n d a a una naturaleza humana
                    dada y fija; dicho de otro modo,
                    no hay determinismo, el hombre
     El hombre      es libre, el hombre es libertad. Si,
     es libertad.   por otra parte, Dios no existe, no
                    encontramos frente a nosotros
                    valores u ordenes que legitimen
                    nuestra conducta. Asi, no tenemos
                    ni detras ni delante de nosotros,
                    en el dominio luminoso de los
                    valores, ni justificaciones ni excu-
                    sas. Estamos solos, sin excusas. Es
                           42
lo que expresare al decir que el
hombre esta condenado a ser
libre. Condenado, porque no se
ha creado a si mismo y, sin em-
bargo, por otro lado, libre, porque
una vez arrojado al mundo es res-
ponsable de todo lo que hace. El
existencialista no cree en el poder
de la pasion. N o pensara nunca
que una bella pasion es un to-
rrente devastador que conduce
fatalmente al hombre a ciertos
actos y que por tanto es una ex-
cusa; piensa que el hombre es res-
ponsable de su pasion. El exis-
tencialista tampoco pensara que
el hombre puede encontrar so-         El hombre
corro en un signo dado, en la         inventa
                                      al hombre.
tierra, que lo orientara, porque
piensa que el hombre descifra por
si mismo el signo como prefiere.
Piensa, pues, que el hombre, sin
n i n g u n apoyo ni socorro, esta
condenado a cada instante a in-
ventar al hombre. Ponge ha di-
cho, en un articulo muy hermo-
so: E1 hombre es el porvenir del
                         43
                hombre.2 Es perfectamente exac-
                to. Solo que si se entiende por esto
                que ese porvenir esta inscrito en el
                cielo, que Dios lo ve, entonces es
                falso, pues ya no seria ni siquiera un
                porvenir. Si se entiende que, sea
                cual fuere el hombre que aparece,
                hay un porvenir por hacer, un por-
                venir virgen que lo espera, enton-
                ces es exacto. Pero en tal caso esta
El desamparo.   uno desamparado. Para dar un
 U n ejemplo.   ejemplo que permita comprender
                mejor lo que es el desamparo, cita-
                re el caso de uno de mis alumnos,
                que me vino a ver en las siguien-
                tes circunstancias: su padre se habia
                peleado con su madre y tendia al
                colaboracionismo; su hermano
                mayor habia muerto en la ofensiva
                aiemana de 1940, y este joven, con
                sentimientos un poco primitivos
                pero generosos, queria vengarlo. Su
                madre vivia sola con el, muy afli-
                gida por la semitraicion del padre
                           44
y por la muerte del hijo mayor, y
su unico consuelo era el. Este joven
tenia, en ese momento, la election
de partir para Inglaterra y entrar en
las Fuerzas Francesas Libres - e s
decir, abandonar a su madre o
bien permanecer al lado de su
madre, y ayudarla a vivir. Se daba
perfecta cuenta de que esta mujer
solo vivia para el y que su desapa-
ricion y tal vez su muerte la
hundiria en la desesperacion.Tam-
bien se daba cuenta de que en el
fondo, concretamente, cada acto
que llevaba a cabo con respecto a
su madre tenia otro correspon-
diente en el sentido de que la ayu-
daba a vivir, mientras que cada acto
que llevaba a cabo para partir y
combatir era un acto ambiguo que
podia perderse en la arena, sin ser-
vir para nada: por ejemplo, al par-
tir para Inglaterra, pasando por
Espana, podia permanecer inde-
finidamente en un campo espanol;
podia llegar a Inglaterra o a Argelia
y acabar en un despacho redactan-
                          45
                   do documentos.En consecuencia,
                   se encontraba frente a dos tipos de
                   action muy diferentes: una con-
                   creta, inmediata, pero que se diri-
                   gia a un solo individuo;y otra que
                   se dirigia a un conjunto infinita-
                   mente mas vasto, a una colectivi-
                   dad nacional, pero que por eso
                   mismo era ambigua, y que podia
                   ser interrumpida en el camino. Al
                   mismo tiempo dudaba entre dos
Las dos morales.   tipos de moral. Por una parte, una
                   moral de simpatia, de devotion
                   personal; y por otra, una moral mas
                   amplia, pero de eficacia mas discu-
                   tible. Habia que elegir entre las dos.
                   ,;Quien podia ayudarlo a elegir? ,;La
                   doctrina cristiana? No, la doctri-
                   na cristiana dice asi: sed caritativos,
                   amad a vuestro projimo, sacrificaos
                   por los demas, elegid el camino mas
                   estrecho, etc., etc. Pero ,jcual es el
                   camino mas estrecho? ;A quien hay
                   que amar como a un hermano?
                   combatiente o a la madre? ;Cual
                   es la utilidad mayor: la utilidad vaga
                   de luchar en un grupo o la utili-
                           46
dad precisa de ayudar a un ser con-
crete a vivir? i Quien puede deci-
dir a priori? Nadie. Ninguna moral
inscrita puede decirlo. La moral
kantiana dice: no trateis jamas a los
otros como medios, sino como
fines. Muy bien: si vivo al lado de
mi madre la tratare como fin, y no
como medio, pero esto me pone
en peligro de tratar como medio a
los que combaten a mi alrededor;
y reciprocamente, si me uno a los
que combaten, los tratare como fin,
y esto me pone en peligro de tra-
tar a mi madre como medio.
    Si los valores son vagos, y si son
siempre demasiado vastos para el
caso preciso y concreto que con-         Valor
sideramos, solo nos queda fiarnos        >' sentimiento.
de nuestros instintos. Es lo que ha
tratado de hacer este j oven; y cuan-
do lo vi, me dijo: En el fondo, lo
que importa es el sentimiento;
deberia elegir lo que me empuja
verdaderamente en cierta direc-
tion. Si siento que amo a mi madre
lo bastante para sacrificar todo lo
                          47
                  demas - m i deseo de venganza, mi
                  deseo de action, mi deseo de aven-
                  turas-, me quedo al lado de ella. Si,
                  al contrario, siento que mi amor
                  por mi madre no es suficiente, par-
                  to. Pero ;como determinar el valor
                  de un sentimiento? ;Que es lo que
                  constituia el valor de su sentimiento
                  hacia su madre? Precisamente el
                  hecho de que se quedaba por ella.
                  Puedo decir: quiero lo bastante a
                  tal amigo para sacrificar por el tal
                  suma de dinero; puedo decirlo solo
                  si lo he hecho. Puedo decir: quie-
                  ro lo bastante a mi madre para que-
                  darme junto a ella. N o puedo de-
                  terminar el valor de este afecto si
                  no he hecho precisamente un acto
                  que lo ratifica y lo define. Ahora
                  bien, como exijo a este afecto jus-
                  tificar mi acto, me encuentro ence-
                  rrado en un circulo vicioso.
El sentimiento         Por otra parte, Gide ha dicho
  se construye    m U y bien que un sentimiento que
     con actos.                ^             .
                  se representa y un sentimiento
                  que se vive son dos cosas casi in-
                  discernibles: decidir que amo a mi
                          48
 madre quedandome junto a ella o
 representar una comedia que hara
 que yo permanezca con mi madre
 es casi la misma cosa. Dicho de
 otra forma, el sentimiento se cons-
 truye con actos que se realizan; no
puedo pues consultarlo para guiar-
 me por el. Lo cual quiere decir
 que no puedo ni buscar en mi el
 estado autentico que me empuja-
 ra a actuar, ni pedir a una moral
los conceptos que me permitiran
 actuar. Por lo menos, diran uste-
 des, ha ido a ver a un profesor para
pedirle consejo. Pero si ustedes,
por ejemplo, buscan el consejo de
 un sacerdote, han elegido ese
 sacerdote y saben mas o menos
ya, en el fondo, lo que el les va a
 aconsejar. En otras palabras, elegir   Election
 el consejero es ya comprometer-        y compromise,
 se. La prueba esta en que si uste-
 des son cristianos, diran: consulte
a un sacerdote. Pero hay sacerdo-
tes conformistas, sacerdotes de la
resistencia. <;Cual elegir? Y si el
joven elige un sacerdote de la re-
                          49
                sistencia o un sacerdote colabora-
                cionista ya ha decidido el tipo de
                consejo que va a recibir. Asi, al
                venir a verme, sabia la respuesta
                que yo le daria y yo no tenia mas
                que una respuesta que dar: usted
                es libre, elija, es decir, invente. Nin-
N o hay moral   guna moral general puede indicar
     general.   j 0 q U e | - , a y q U e hacer; no hay sig-
                nos en el mundo. Los catolicos
                diran: si, hay signos. Admitamoslo:
                soy yo mismo, de todas maneras,
                el que
                    1
                          elige el sentido que tienen.
 U n ejemplo.            r        
                Conoci, cuando estaba prisione-
                ro, a un hombre muy notable que
                era jesuita. Habia entrado en la
                orden de los jesuitas de la siguien-
                te forma: habia tenido que sopor-
                tar cierto numero de fracasos muy
                duros; de nino, su padre habia
                muerto dejandolo en la pobreza,
                y el habia sido becario en una ins-
                titution religiosa donde conti-
                nuamente se le hacia sentir que
                era aceptado por caridad; luego no
                obtuvo cierto numero de distin-
                ciones honorificas que halagan a
                             50
los ninos; despues, hacia los die-
 ciocho anos, fracaso en una aven-
 tura sentimental; en fin, a los vein-
 tidos, cosa muy pueril pero que
fue la gota que colmo el vaso, fra-
 caso en su preparation militar. Este
joven podia pues considerar que
habia fracasado en todo; era un
 signo, pero ^signo de que? Podia
 refugiarse en la amargura o en la
 desesperacion. Pero juzgo, muy
habilmente segun el, que era el
signo de que no estaba hecho para
los triunfos seculares, y que solo
los triunfos de la religion, de la
santidad, de la fe, le eran accesi-
bles.Vio en esto la palabra de Dios
y entro en la orden. ,;Quien no ve
que la decision del sentido del sig-
no fue tomada por el totalmente
solo? Se habria podido deducir
 otra cosa de esta serie de fracasos:
por ejemplo, que hubiera sido me-
jor que fuese carpintero o revolu-
cionario. El llevaba pues la entera
responsabilidad del desciframien-
to. El desamparo implica que eli-
                           51
                    jamos nosotros mismos nuestro
                    ser. El desamparo va acompanado
                    de la angustia. En cuanto a la de-
La desesperacion.   sesperacion, esta expresion tiene
                    un sentido extremadamente sim-
                    ple. Significa que nos limitaremos
                    a contar con lo que depende de
                    nuestra voluntad, o con el con-
                    junto de probabilidades que hacen
                    posible nuestra action. Cuando se
    Los posibles.   quiere alguna cosa, hay siempre
                     elementos probables. Puedo con-
                    tar con la llegada de un amigo. El
                     amigo viene en ferrocarril o en
                    tranvia: eso supone que el tren lle-
                    gara a la hora fijada, o que el tran-
                    via no descarrilara. Estoy en el
                    dominio de las posibilidades; pero
                     no se trata de contar con los posi-
                    bles mas que en la medida estric-
                     ta en que nuestra action implica
                     el conjunto de esos posibles. A
                    partir del momento en que las
                    posibilidades que considero no
                     estan rigurosamente comprome-
                    tidas por mi action, debo desin-
   Desesperacion
       y action.     teresarme, porque ningun Dios,
                            52
ningun designio puede adaptar el
m u n d o y sus posibilidades a mi
voluntad. En el fondo, cuando
Descartes decia: Vencerse mas
bien a si mismo que al mundo,
queria decir la misma cosa: obrar
sin esperanza. Los marxistas con
quienes he hablado me contestan:
Usted puede, en su accion, que
estara evidentemente limitada por
su muerte, contar con el apoyo de
otros. Esto significa contar a la vez
con lo que los otros haran en otra
parte, en China, en Rusia, para
ayudarlo, y a la vez sobre lo que
haran mas tarde, despues de su
muerte, para reanudar la accion
y llevarla hacia su cumplimiento,
que sera la revolution. Usted debe
tener en cuenta tddo eso; si no,
usted no es moral. Respondo en
primer lugar que contare siempre
con los camaradas de lucha en la
medida en que esos camaradas
estan comprometidos conmigo en
una lucha concreta y comun, en la
unidad de un partido o de un gru-
                          53
                po que yo puedo controlar mas o
                menos, es decir, en el cual estoy
                a titulo de militante y cuyos movi-
                mientos conozco a cada instante.
                En ese momento, contar con la
                unidad y la voluntad de ese parti-
                do es exactamente como contar
                con que el tranvia llegara a la hora
                o con que el tren no descarrilara.
                Pero no puedo contar con hom-
                bres que no conozco fundando-
                me en la bondad humana o en el
                interes del hombre por el bien de
                la sociedad, dado que el hombre
     N o hay    es libre y que no hay ninguna na-
   naturaleza   turaleza humana en que pueda yo
    humana.
                fundarme. N o se que llegara a ser
                de la revolution rusa: puedo admi-
                rarla y ponerla de ejemplo en la
                medida en que hoy me prueba
                que el proletariado desempena un
                papel en Rusia como no lo de-
                sempena en ninguna otra nation.
                Pero no puedo afirmar que esto
                conducira forzosamente a un triun-
                fo del proletariado; tengo que li-
Compromiso.     mitarme a lo que veo; no puedo
                        54
estar seguro de que los camaradas
de lucha reanudaran mi trabajo
despues de mi muerte para llevar-
lo a un maximo de perfection,
puesto que estos hombres son li-
bres y decidiran libremente mana-
na lo que sera el hombre; manana,
despues de mi muerte, algunos
hombres pueden decidir estable-
cer el fascismo, y los demas pue-
den ser lo bastante cobardes y
debiles para dejarles hacer; en ese
momento, el fascismo sera la ver-
dad humana, y tanto peor para
nosotros; en realidad, las cosas seran   Historia
como el hombre haya decidido             y eleccion
que sean. <;Quiere decir esto que        humana.
debo abandonarme al quietismo?
No. En primer lugar, debo com-
prometerme; luego, actuar segun
la vieja formula: No es necesario
tener esperanzas para actuar. Esto
no quiere decir que yo no deba
pertenecer a un partido, pero si
que no tendre ilusion y que hare
lo que pueda. Por ejemplo, si me
pregunto: ,;llegara la colectiviza-
                           55
                   cion, como tal, a realizarse? N o se
                   nada; se solamente que hare todo
                   lo que este en mi mano para que
                   llegue; fuera de esto no puedo
                   contar con nada.
                        El quietismo es la actitud de la
              El   gente que dice: los demas pueden
existencialismo    hacer lo que yo no puedo hacer.
      se opone
                   La doctrina que yo les presento es
  al quietismo.
                   justamente la opuesta al quietis-
                   mo, porque declara: solo hay rea-
                   lidad en la accion; y va mas lejos
                   todavia, porque agrega: el hombre
                   no es nada mas que su proyecto,
                   no existe mas que en la medida en
                   que se realiza; por lo tanto, no es
                    otra cosa que el conjunto de sus
                   actos, nada mas que su vida. De
                   acuerdo con esto, podemos com-
                   prender por que nuestra doctrina
                   horroriza a algunas personas. Por-
                    que a menudo no tienen mas que
                   una forma de soportar su miseria,
                   y es pensar asi: las circunstancias
                   me han sido adversas; yo valia
    La mala fe.    mucho mas de lo que he sido; evi-
                    dentemente no he tenido un gran
                           56
amor, o una gran amistad, pero es
porque no he encontrado ni un
hombre ni una mujer que lo me-
reciesen; no he escrito buenos
libros porque no he tenido tiem-
po para hacerlos; no he tenido
hijos a quienes dedicarme porque
no he encontrado al hombre con
el que podria haber realizado mi
vida. Han quedado pues, en mi,
sin empleo, y enteramente viables,
un conjunto de disposiciones, de
inclinaciones, de posibilidades que
me dan un valor que la simple
serie de mis actos no permite infe-
rir. Ahora bien, en realidad, para el     El hombre es
                                          l o c ue liace
existencialismo, no hay otro amor             l            -
que el que se constituye, no hay
otra posibilidad de amor que la
que se manifiesta en el amor; no
hay otro genio que el que se ma-
nifiesta en las obras de arte; el genio
de Proust es la totalidad de las
obras de Proust; el genio de Raci-
ne es la serie de sus tragedias; fue-
ra de esto no hay nada. ,;Por que
atribuir a Racine la posibilidad de
                            57
                 escribir una nueva tragedia, cuan-
                do no la ha escrito? U n hombre
                se compromete en la vida, dibu-
                ja su figura, y, fuera de esta figu-
                ra, no hay nada. Evidentemente,
                 este pensamiento puede parecer
                duro para aquel que no ha triun-
                fado en la vida. Pero, p o r otra
                parte, dispone a la gente para com-
                prender que solo cuenta la reali-
                 dad, que los suenos, las esperas,
                las esperanzas p e r m i t e n sola-
                mente definir a un hombre como
                sueno desilusionado, como espe-
                 ranzas abortadas, c o m o esperas
                inutiles; es decir, que esto lo defi-
                ne negativamente y n o positiva-
E1 hombre no    m e n t e ; sin embargo, cuando se
  es nada mas           <<T     n Q   e r e s   Q t r a    c o s a   q   u e
 que su vida.         . .                                 i                   i
                tu vida, esto no imphca que el
                artista sera juzgado solamente por
                sus obras de arte; miles de otras
                cosas contribuyen igualmente a
                definirlo. Lo que queremos decir
                es que el hombre no es mas que
                una serie de empresas, que es la
                suma, la o r g a n i z a t i o n , el c o n -
                            58
junto de las relaciones que cons-
tituyen estas empresas.
    En estas condiciones, lo que se
nos reprocha aqui en el fondo no
es nuestro pesimismo, sino una         ^Pesimismo o
dureza optimista. Si la gente nos      dureza optimista?
reprocha las novelas en que des-
cribimos seres sin coraje, debiles,
cobardes y algunas veces franca-
mente malos, no es unicamente
porque estos seres son flojos, debi-
les, cobardes o malos; porque si,
como Zola, declararamos que son
asi por herencia, por la accion del
medio, de la sociedad, por un de-
terminismo organico o psicologi-
co, la gente se sentiria segura y
diria: bueno, somos asi, y nadie
puede hacer nada; pero el exis-
tencialista, cuando describe a un
cobarde, dice que el cobarde es
reSponsable de su cobardia. N o lo
es porque tenga un corazon, un
pulmon o un cerebro cobarde; no
lo es debido a una configuration
fisiologica, sino que lo es porque
se ha constituido como hombre
                          59
Responsabilidad   cobarde por sus actos. N o hay
    del hombre.   temperamento cobarde; hay tem-
                  peramentos nerviosos, hay sangre
                  floja, como dicen, o temperamen-
                  tos ricos; pero el hombre que tie-
                  ne una sangre floja no por eso es
                  cobarde, porque lo que hace la
                  cobardia es el acto de renunciar o
                  de ceder; un temperamento no es
                  un acto; el cobarde esta definido
                  a partir del acto que realiza. Lo
                  que la gente siente oscuramente y
                  le horroriza es que el cobarde que
                  nosotros presentamos es culpable
                  de ser cobarde. Lo que la gente
                  quiere es que se nazca cobarde o
                  heroe. U n o de los reproches que
                  se hace a menudo a Los caminos de
                  la libertad, se formula asi: pero, en
                  fin, de esa gente que es tan floja,
                  ^como hara usted heroes? Esta
                  objecion resulta mas bien comi-
                  ca, porque supone que uno nace
                  heroe.Y en el fondo es esto lo que
                  la gente quiere pensar: si se nace
                  cobarde, se esta perfectamente
                  tranquilo, no hay nada que hacer,
                         60
 se sera un cobarde toda la vida,
 hagase lo que se haga; si se nace
 heroe, tambien se estara perfecta-
 mente tranquilo, se sera un heroe
 toda la vida, se bebera como un
 heroe, se comera como un heroe.
 Lo que dice el existencialista es
 que el cobarde se hace cobarde, el
 heroe se hace heroe; para el cobar-
 de hay siempre una posibilidad de
 no ser mas cobarde y para el heroe
 la de dejar de ser heroe. Lo impor-
 tante es el compromiso total, y no
 es un caso particular, una accion
 particular lo que compromete
 totalmente.
     Asi, creo yo, hemos respondi-
 do a cierto numero de reproches
 concernientes al existencialismo.     El
                                       existencialismo
 Ustedes ven que no puede ser con-
                                       es una doctrina
 siderado como una filosofia del       optimista.
"quietismo, puesto que define al
 hombre por la accion; ni como
 una description pesimista del
 hombre: no hay doctrina mas op-
 timista, puesto que el destino del
 hombre esta en el mismo; ni como
                          61
                    una tentativa para descorazonar al
                    hombre alejandolo de la accion,
                    puesto que le dice que solo hay
                    esperanza en su accion, y que la
                    unica cosa que permite vivir al
                    hombre es el acto. En consecuen-
                    cia, en este piano, tenemos que
                    vernoslas con una moral de accion
                    y de compromiso. Sin embargo, se
                    nos reprocha ademas, partiendo de
                    estos postulados, que aislamos al
La subjetividad.    hombre en su subjetividad indivi-
                    dual. Aqui tambien se nos entien-
                    de muy mal.
                        Nuestro punto de partida, en
                    efecto, es la subjetividad del in-
                    dividuo, y ello por razones estric-
                    tamente filosoficas. N o porque
                    somos burgueses, sino porque que-
                    remos una doctrina basada en la
                    verdad, y no un conjunto de bellas
                    teorias, llenas de esperanza pero
                    sin fundamentos reales. En el pun-
       El cogito.   to de partida no puede haber otra
                    verdad que esta: pienso, luego exis-
                    to; esta es la verdad absoluta de la
                    conciencia captandose a si misma.
                           62
Toda teoria que toma al hombre
fuera de ese momento en que se
capta a si mismo es ante todo una
teoria que suprime la verdad, pues,
fuera de este cogito cartesiano, todos
los objetos son solamente proba-
bles y una doctrina de probabili-
dades que no esta sujeta a una ver-
dad se h u n d e en la nada; para
definir lo probable hay que pose-
er lo verdadero. Luego, para que
haya una verdad cualquiera, es
necesaria una verdad absoluta; y
esta es simple, facil de aconseguir,
esta al alcance de todo el mundo;
consiste en captarse sin interme-
diarip.
    En segundo lugar, esta teoria      Existencialismo
es la unica que otorga una digni- y materialismo.
dad al hombre, la unica que no lo
convierte en objeto. Todo mate-
rialismo tiene por efecto tratar a
todos los hombres, incluido uno
mismo, como objetos; es decir,
como un conjunto de reacciones
determinadas, que en nada se dis-
tingue del conjunto de cualidades
                          63
                  y fenomenos que constituyen una
                  mesa o una silla o una piedra. N o -
                  sotros queremos constituir preci-
                  samente el reino humano como
                  un conjunto de valores distintos
                  del reino material. Pero la subje-
                  tividad que alcanzamos a titulo de
                  verdad, no es una subjetividad
                  rigurosamente individual, porque
                  hemos demostrado que en el cogi-
                  to uno no se descubria solamen-
                  te a si mismo, sino tambien a los
                  otros. Por el yo pienso, contraria-
 Subjetividad     mente a la filosofia de Descartes,
    cartesiana    contrariamente a la filosofia de
y subjetividad
                  Kant, nosotros nos captamos a
   existential.
                  nosotros mismos frente al otro, y
                  el otro es tan cierto para nosotros
                  como nosotros mismos. Asi, el
                  hombre que se capta directamen-
                  te por el cogito descubre tambien
                  a todos los otros y los descubre
                  como la condition de su existen-
                  cia. Se da cuenta de que no pue-
                  de ser nada (en el sentido en que se
                  dice que se es espiritual, o que
                  se es malo, o que se es celoso), sal-
                         64
vo si los otros lo reconocen como
tal. Para obtener una verdad cual-
quiera sobre mi, es necesario que
pase por el otro. El otro es indis-
pensable a mi existencia tanto
como el conocimiento que tengo
de mi mismo. En estas condicio-
nes, el descubrimiento de mi inti-
midad me descubre al mismo
tiempo al otro, como una libertad
colocada frente a mi que no pien-
sa y que no quiere sino por o con-
tra mi. Asi descubrimos ensegui-
da un m u n d o que llamaremos
la intersubjetividad, y es en este
mundo donde el hombre decide
lo que es y lo que son los otros.
     Ademas, si es imposible encon-
trar en cada hombre una esencia           La condition
universal que seria la naturaleza         humana.
humana, existe, sin embargo, una
universalidad humana de condition.
N o es por azar que los pensadores
de hoy dia hablan mas facilmente
de la condition del hombre que
de su naturaleza. Por c o n d i t i o n
ellos entienden, con mas o menos
                           65
               claridad, el conjunto de los limi-
  Situation    tes a priori que bosquejan su si-
   historica   tuation fundamental en el uni-
y condition
               verso. Las situaciones historicas
   humana.
               varian: el hombre puede nacer
               esclavo en una sociedad pagana,
               o senor feudal, o proletario.
                   Lo que no varia es su necesi-
               dad de estar en el mundo, de estar
               en el trabajando, de estar en el
               entre otros y de ser en el mortal.
               Los limites no son ni subjetivos ni
               objetivos, o mas bien tienen una
               faz objetiva y una faz subjetiva.
               Objetivos porque se encuentran
               en todo y son en todo reconoci-
               bles, subjetivos porque son vividos
               y no son nada si el hombre no los
               vive, es decir, si no se determina
               libremente en su existencia por
               relation a ellos.Y si bien los pro-
               yectos pueden ser diversos, por lo
               menos ninguno puede permane-
               cerme extrano, porque todos pre-
               sentan en comun una tentativa
               para franquear esos limites o para
               ampliarlos o para negarlos o para
                      66
acomodarse a ellos. En conse-
cuencia, todo proyecto, por mas
individual que sea, tiene un valor
universal. Todo proyecto, aun el
del chino, el del hindu o el del
negro, puede ser comprendido por
un europeo. Puede ser compren-
dido; esto quiere decir que el
europeo de 1945 puede lanzarse
a partir de una situation que el
concibe hasta sus limites de la mis-
ma manera, y que puede rehacer
en si el proyecto del chino, del
hindu o del africano. En todo pro-
yecto hay universalidad en el sen-           Universalidad
tido de que todo proyecto es com-            del proyecto
                                             individual.
prensible para todo hombre. Lo
que no significa de ninguna ma-
nera que este proyecto defina al
hombre para siempre, sino que
puede ser reencontrado. Hay siem-
pre una forma de comprender al
idiota, al nino, al primitivo o al ex-
tranjero, siempre que se tenga la
i n f o r m a t i o n suficiente. E n este
sentido podemos decir que hay                Universalidad
una universalidad del hombre; pe-            del hotnbre.
                             67
                 ro no esta dada, es construida per-
                 petuamente. Construyo lo uni-
                 versal al elegirme; lo construyo al
                 comprender el proyecto de cual-
                 quier otro hombre, sea de la epo-
                 ca que sea. Este absoluto de la
                 election no suprime la relatividad
                 de cada epoca. Lo que el existen-
E1 compromiso.   cialismo tiene interes en demos-
                 trar es el enlace del caracter abso-
                 luto del compromiso libre, por el
                 cual cada hombre se realiza al rea-
                 lizar un tipo de humanidad, com-
                 promiso siempre comprensible
                 para cualquier epoca y por cual-
                 quier persona, y la relatividad del
                 conjunto cultural que puede resul-
                 tar de tal election; hay que sena-
                 lar a la vez la relatividad del car-
                 tesianismo y el caracter absoluto,
                 del compromiso cartesiano. En
                 este sentido se puede decir, si us-
                 tedes quieren, que cada uno de
                 nosotros realiza lo absoluto al res-
                 pirar, al comer, al dormir, o ac-
                 tuando de cualquier manera. N o
                 hay ninguna diferencia entre ser
                        68
libremente, ser como proyecto,
como existencia que elige su esen-
cia, y ser absoluto; y no hay nin-
guna diferencia entre ser un abso-
luto temporalmente localizado, es
decir que se ha localizado en la
historia, y ser comprensible uni-
versalmente. Esto no resuelve en-
teramente la objecion de subje-       Election
tivismo. En efecto, esta objecion     y subjetividad.
toma todavia muchas for mas. La
primera es la que sigue: se nos
dice, entonces ustedes pueden
hacer cualquier cosa; lo cual se
expresa de diversas maneras. En
primer lugar se nos tacha de anar-
quia; enseguida se declara: No
pueden ustedes juzgar a los demas,
porque no hay razon para prefe-
rir un proyecto a otro; en fin, se
nos puede decir: Todo es gratui-
to en lo que ustedes eligen, dan
con una mano lo que fingen reci-
bir con la otra. Estas tres obje-
ciones no son muy serias. En pri-
mer lugar, la primera objecion:
pueden elegir cualquier cosa, no
                         69
                    es exacta. La election es posible
                    en un sentido, pero lo que no es
                    posible es no elegir. Siempre pue-
                    do elegir, pero tengo que saber
                    que, si no elijo, tambien elijo. Esto,
                    aunque parezca estrictamente for-
                    mal, tiene una gran importancia
                    para limitar la fantasia y el capri-
                    cho. Si es cierto que frente a una
    La situation.   situation por ejemplo la que de-
                    termina que yo soy un ser sexua-
                    do, que puedo tener relaciones
                    con un ser de otro sexo y tener
                    hijos- estoy obligado a elegir una
                    actitud y que de todos modos ten-
                    go la responsabilidad de una elec-
                    tion que, al comprometerme,
                    compromete a toda la humanidad
                    aun cuando ningun valor a prio-
                    ri determina mi election, estq no
                    tiene nada que ver con el capri-
                    cho; y si se cree encontrar aqui la
 Election y acto    teoria gideana del acto gratuito, es
gratuito de Gide.   porque no se ve la enorme dife-
                    rencia entre esta doctrina y la de
                    Gide. Gide no sabe lo que es una
                    situation; obra por simple capri-
                            70
cho. Para nosotros, al contrario, el
hombre se encuentra en una situa-
tion organizada, donde esta el
mismo comprometido, compro-
mete con su election a toda la
humanidad, y no puede evitar ele-
gir: o bien permanecera casto, o
bien se casara sin tener hijos, o bien
se casara y tendra hijos; de todos
modos, haga lo que haga, es impo-
sible que no tome una responsa-
bilidad total frente a ese proble-
ma. Sin duda, elige sin referirse a
los valores preestablecidos,pero es
injusto tacharlo de capricho. Diga-
mos mas bien que hay que com-
parar la election moral con la           Moral y estetica.
construction de una obra de arte.
Y aqui hay que hacer enseguida
un alto para decir que no se trata
de una moral estetica, porque
nuestros adversarios tienen tanta
mala fe que hasta esto nos repro-
chan. El ejemplo que elijo no es
mas que una comparacion. Dicho
esto, ,jse ha reprochado jamas a un
artista que pinta un cuadro el no
                           71
inspirarse en reglas establecidas a
priori? <;Se ha dicho jamas cual es
el cuadro que debe crear? Esta
bien claro que no hay cuadro defi-
nitive que hacer, que el artista se
compromete en la construction
de su cuadro, y que el cuadro por
hacer es precisamente el cuadro
que habra hecho; esta bien claro
que no hay valores esteticos a
priori, pero que hay valores que
se ven despues en la coherencia
del cuadro, en las relaciones que
hay entre la voluntad de creation
y el resultado. Nadie puede decir
lo que sera la pintura de manana;
solo se puede juzgar la pintura
una vez realizada. i Q u e relation
tiene esto con la moral? N o s o -
tros estamos en la misma situa-
tion creadora. N o hablamos nun-
ca de la gratuidad de una obra de
arte. Cuando hablamos de un
cuadro de Picasso, nunca decimos
que es gratuito; comprendemos
perfectamente que Picasso se ha
construido tal como es, al mismo
       72
tiempo que pintaba; que el con-
junto de su obra se incorpora a
su vida.
     Lo mismo ocurre en el piano        La moral
de la moral. Lo que hay de comun        existencialista.
                          73
                       tancias es tal que no puede dejar
                       de elegir una. N o definimos al
                       hombre sino en relation con un
                       compromiso. Es por lo tanto ab-
   La eleccion         surdo reprocharnos la gratuidad
110 es gratuita.       de la eleccion.
                           En segundo lugar se nos dice:
                       no pueden ustedes juzgar a los
                       otros. Esto es verdad en cierta
                       medida, y falso en otra. Es verda-
                       dero en el sentido de que, cada vez
                       que el hombre elige su compro-
                       miso y su proyecto con toda sin-
                       ceridad y con toda lucidez, sea
                       cual fuere por lo demas ese pro-
                       yecto, es imposible hacerle pre-
                 El    ferir otro; es verdadero en el sen-
existencialismo        tido de que no creemos en el
    y la n o t i o n
                       progreso; el progreso es un mejo-
   de progreso.
                       ramiento; el hombre es siempre el
                       mismo frente a una situation que
                       varia y la eleccion es siempre una
                       eleccion en una situation. El pro-
                       blema moral no ha cambiado des-
                       de el momento en que se podia
                       elegir entre los esclavistas y los no
                       esclavistas, en el momento de la
                               74
 guerra de Secesion, por ejemplo,
hasta el momento presente, en
 que se puede optar por el M o u -
vement Republicain Populaire o
los comunistas.
    Pero sin embargo se puede
juzgar, porque, como he dicho,          El hombre se
se elige frente a los otros, y uno se   elige en relation
                                        con los otros.
elige a si frente a los otros. Ante
todo se puede juzgar (y este no es,
quizas, un juicio de valor, pero es
un juicio logico) que ciertas elec-
ciones estan fundadas en el error
y otras en la verdad. Se puede juz-
gar a un hombre diciendo que es
de mala fe. Si hemos definido la
situation del hombre como una
election libre, sin excusas y sin
ayuda, todo hombre que se refu-
gia detras de la excusa de sus
pasiones, todo hombre que inven-
ta un determinismo, es un h o m -
bre de mala fe.
    Se podria objetar: pero por
que no podria elegirse a si mismo       La mala fe.
de mala fe? R e s p o n d o que no
tengo que juzgarlo moralmente,
                          75
               pero defino su mala fe como un
               error. En esto, no se puede esca-
               par a un juicio de verdad. La mala
               fe es evidentemente una menti-
               ra, porque disimula la total liber-
               tad del compromiso. En el mismo
               piano, dire que hay tambien una
               mala fe si elijo declarar que cier-
               tos valores existen antes que yo:
               estoy en contradiction conmigo
               mismo si, a la vez, los quiero y
               declaro que se me imponen. Si se
               me dice: ^y si quiero ser de mala
               fe?, respondere: no hay ninguna
               razon para que no lo sea, pero yo
               declaro que usted lo es, y que la
               actitud de estricta coherencia es
               la actitud de buena fe.Y ademas
               puedo formular un juicio moral.
La libertad.   Cuando declaro que la libertad
               a traves de cada circunstancia con-
               creta no puede tener otro fin que
               quererse a si misma, si el hombre
               ha reconocido que establece valo-
               res, en el desamparo no puede
               querer sino una cosa, la libertad,
               como fundamento de todos los
                      76
valores. Esto no significa que la
quiera en abstracto. Quiere decir
simplemente que los actos de los
hombres de buena fe tienen como
ultima signification la busqueda
de la libertad como tal. U n hom-
bre que se adhiere a tal o cual sin-
dicato comunista o revolutiona-
r y , persigue fines concretos; estos
fines implican una voluntad abs-
tracta de libertad; pero esta liber-
tad se quiere en lo concreto. Que-
remos la libertad por la libertad
y a traves de cada circunstancia
particular. Y al querer la libertad     La libertad ajena.
descubrimos que depende ente-
ramente de la libertad de los otros,
y que la libertad de los otros de-
pende de la nuestra. Ciertamen-
te la libertad, como definition del
hombre, no depende de los de-
mas, pero en cuanto hay c o m -
promiso, estoy obligado a querer,
al mismo tiempo que mi libertad,
la libertad de los otros; no pue-
do tomar mi libertad como fin
si no tomo igualmente la de los
                          77
                   otros como fin. En consecuencia,
La autenticidad.   cuando en el piano de la autenti-
                   cidad total he reconocido que el
                   hombre es un ser en el cual la
                   esencia esta precedida por la exis-
                   tencia, que es un ser libre que no
                   puede, en circunstancias diversas,
                   mas que querer su libertad, he
                   reconocido al mismo tiempo que
                   no puedo menos de querer la
                   libertad de los otros. Asi, en nom-
                   bre de esta voluntad de libertad,
                   implicada por la libertad misma,
                   puedo formar juicios sobre los
                   que tratan de ocultar la total gra-
                   tuidad de su existencia, y su total
                   libertad. A los que se oculten
                   su libertad total por espiritu de
                   seriedad o por excusas c^etermi-
                   nistas, los llamare cobardes; a los
                   que traten de mostrar que su exis-
                   tencia era necesaria, mientras que
                   ella es la contingencia misma de
                   la aparicion del hombre sobre la
                   tierra, los llamare deshonestos.
                   Pero cobardes o deshonestos no
                   pueden ser juzgados mas que en
                          78
el piano de la estricta autentici-
dad. Asi, aunque el contenido de
la moral sea variable, cierta forma
de esta moral es universal. Kant
declara que la libertad se quiere a
si misma y quiere la libertad de
los otros. De acuerdo; pero el cree
que lo formal y lo universal son
suficientes para constituir una
moral. Nosotros pensamos, por el
contrario, que los principios de-
masiado abstractos fracasan a la
hora de definir la action.Todavia
una vez mas tomen el caso de          Moral abstracta
aquel alumno: ,:en nombre de que,     Y   m o r a l
1 1 ' - concreta.
                         79
                  bertad. Examinemos, por ejem-
                  plo, los dos casos siguientes; veran
                  en que medida se parecen y sin
                  embargo se diferencian. Tome-
                  m o s El molino junto al Floss.2, E n -
  El ejemplo      contramos alii a una j oven, Mag-
 de El molino     gie Tulliver, que encarna el valor
junto al Floss.
                  de la pasion y que es consciente
                  de ello; esta enamorada de un j o -
                  ven, Stephen, novio de otra joven
                  insignificante. Maggie Tulliver, en
                  vez de preferir irreflexivamente
                  su propia felicidad, en nombre de
                  la solidaridad humana elige sacri-
  El ejemplo
                  ficarse y renunciar al hombre que
de La Cartuja     ama. Por el contrario, la Sanse-
    de Parma.     v e r i n a d e La Cartuja      de Parma,
                  que estima que la pasion cons-
                  tituye el verdadero valor del hom-
                  bre, declararia que un gran amor
                  merece sacrificios; que hay que
                  preferirlo a la trivialidad de un
                  amor conyugal que uniria a Ste-
                  phen y a la joven tonta con quien
                  debe casarse; elegiria sacrificar a
                            80
esta y reaJizar su felicidad; y como
Stendhal lo muestra, se sacrifica-
ra a si misma en el piano apasio-
nado, si esta vida lo exige. Esta-
mos aqui frente a dos morales
estrictamente opuestas: pretendo
que son equivalentes; en los dos
casos, lo que se ha puesto como
fin es la libertad.Y pueden uste-
des imaginar dos actitudes rigu-
rosamente parecidas en cuanto a
los efectos: una joven, por resig-
n a t i o n , prefiere renunciar a su
amor; otra, por apetito sexual,
prefiere desconocer las relacio-
nes anteriores del hombre al que
ama. Estas dos acciones se pare-
cen exteriormente a las que aca-
bamos de describir. Son, sin em-
bargo, enteramente distintas: la
actitud de la Sanseverina esta mu~
cho mas cerca que la de Maggie
Tulliver de una avidez despreo-
cupada.
     Asi ven ustedes que este segun-
do reproche es, a la vez, verdade-
ro y falso. Se puede elegir cualquier
                          81
                    cosa si es en el piano del libre com-
                    promiso.
                        La tercera objecion es la si-
    Los valores     guiente: reciben ustedes con una
existencialistas.
                    mano lo que dan con la otra: es
                    decir, que en el fondo los valores
                    no son serios, porque los eligen.
                    A eso contesto que me molesta
                    mucho que sea asi: pero si he su-
                    primido a Dios padre, es necesa-
                    rio alguien para inventar los valo-
                    res. Hay que tomar las cosas como
                    son.Y, ademas, decir que nosotros
                    inventamos los valores no signifi-
                    ca mas que eso: la vida no tiene
                    sentido, a priori. Antes de que
                    ustedes vivan, la vida no es nada;
                    les corresponde a ustedes darle un
                    sentido, y el valor no es otra cosa
                    que ese sentido que ustedes eli-
                    gen. Por esto se ve que hay la posi-
                    bilidad de crear una comunidad
El humanismo.       humana. Se me ha reprochado el
                    preguntar si el existencialismo era
                    un humanismo. 4 Se me ha dicho:
                    4. El tenia anunciado de la conferencia era: ^Es
                    el existencialismo u n humanismo?)).
                              82
ha escrito usted en La nausea que
los humanistas estaban equivoca-
dos, se ha burlado de cierto tipo
de humanismo; ipor que volver
otra vez a lo mismo ahora? En rea-
lidad la palabra humanismo tiene
dos sentidos muy distintos. Por
humanismo se puede entender
una teoria que toma al hombre
como fin y como valor superior.
Hay humanismo en este sentido
en Cocteau, por ejemplo, cuando
en su relato La vuelta al mundo en
ochenta horas un personaje dice, al
sobrevolar en avion unas monta-
has: E1 hombre es asombroso.
Esto significa que yo, personal-
mente, que no he construido avio-
nes, me beneficiare con estos
inventos particulares, y que podre
personalmente, como hombre,
considerarme responsable y hon-
rado por los actos particulares de
algunos hombres. Esto supone que
podriamos dar un valor al h o m -
bre de acuerdo con los actos mas
altos de ciertos hombres. Este hu-
                        83
                  manismo es absurdo, porque solo
                  el perro o el caballo podrian emi-
                  tir un juicio de conjunto sobre el
                  hombre y declarar que el hombre
                  es asombroso, lo que ellos no se
                  preocupan de hacer, por lo menos
                  que yo sepa. Pero no se puede
                  admitir que un hombre pueda for-
                  mular un juicio sobre el hombre.
                  El existencialismo lo dispensa de
                  todo juicio de este genero; el exis-
                  tencialista no tomara jamas al
                  hombre como fin, porque siem-
                  pre esta por realizarse.Y no debe-
                  mos creer que hay una humani-
                  dad a la que se pueda rendir culto,
                  a la manera de Augusto Comte. El
                  culto a la humanidad conduce al
                  humanismo cerrado sobre si, el de
                  Comte, y, hay que decirlo, al fas-
                  cismo. Es un humanismo que no
                  queremos.
El humanismo          Pero hay otro sentido del hu-
existenciahsta.   manismo que significa en el fondo
                  esto: el hombre esta continua-
                  mente fuera de si mismo; es pro-
                  yectandose y perdiendose fuera de
                         84
si mismo como hace existir al
hombre y, por otra parte, es persi-
guiendo fines trascendentales co-
mo puede existir; el hombre, sien-
do este rebasamiento mismo y no
captando los objetos sino con rela-
tion a este rebasamiento, esta en
el corazon y en el centro de este
rebasamiento. N o hay otro u n i -
verso que este universo humano,
el universo de la subjetividad
humana. Esta union de la trascen-
dentia, c o m o COnStitUtiva del      La trascendencia.
hombre no en el sentido de que
Dios es trascendente, sino en el
sentido de rebasamiento, y de la
subjetividad, en el sentido de que
el hombre no esta encerrado en si
mismo sino presente siempre en
un universo humano, es lo que 11a-
mamos humanismo existencialis-
ta. Humanismo porque recorda-
mos al h o m b r e que no hay otro
legislador que el mismo, y que es
en el desamparo donde decidira
sobre si mismo; y porque mostra-
mos que no es volviendo hacia si
                         85
                  mismo, sino siempre buscando
                  fuera de si un fin que es tal o cual
                  liberation, tal o cual realization
                  particular, como el hombre se rea-
                  lizara precisamente en cuanto a
                  humano.
                       De acuerdo con estas reflexio-
Existencialismo   nes se ve que nada es mas injusto
     y ateismo.   que las objeciones que se nos ha-
                  cen. El existencialismo no es otra
                  cosa que un esfuerzo por sacar
                  todas las consecuencias de una
                  position atea coherente. N o bus-
                  ca de ninguna manera hundir al
                  hombre en la desesperacion. Pero
                  si, como lo hacen los cristianos, se
                  llama desesperacion a toda actitud
                  de incredulidad, parte -de la deses-
  Conclusiones    peracion original. El existencialis-
                  mo no es tanto un ateismo en el
                  sentido de llegar a agotarse en
                  demostrar que Dios no existe. Mas
                  bien declara: aunque Dios exis-
                  tiera, esto no cambiaria; he aqui
                  nuestro punto de vista. N o es que
                  creamos que Dios existe, sino
                  que pensamos que el problema no
                         86
es el de su existencia; es necesario
que el hombre se encuentre a si
mismo y se convenza de que nada
puede salvarlo de si mismo, ni
siquiera una prueba valedera de la
existencia de Dios. En este senti-
do el existencialismo es un opti-
mismo, una doctrina de action,
y solo por mala fe, confundiendo
su propia desesperacion con la
nuestra, es como los cristianos
pueden llamarnos desesperados.
                          87
DISCUSION
N o se si con esta voluntad de que
                                                     Objecion:
lo comprendan a usted hara que
lo comprendan mejor, o si hara
que lo comprendan peor, pero
creo que la exposition en Action5
hara que lo comprendan peor
todavia. Las palabras desesperacion,                 Contra la
desamparo tienen cierta resonan-                     vulgarization del
cia mucho mas fuerte en un tex-                      existencialismo.
to existencialista.Y me parece que
en usted la desesperacion o la an-
gustia es algo mas fundamental
que la simple decision del h o m -
bre que se siente solo y que debe
decidir. Es una toma de concien-
cia de la condition humana que
no se produce siempre. Q u e se
elija todo el tiempo se compren-
de, pero la angustia y la desespe-
racion no se producen corriente-
mente.
         Objecion:
                         Hablaba desde el punto de vis-
                     ta de la exposition aparecida en
                     Action, y me parece que el punto
                     de vista de usted aparecia alii un
                     poco debilitado.
           Sartre:       Con toda sinceridad, es posi-
                     ble que en Action mis tesis se hayan
                     debilitado un poco; ocurre a me-
                     nudo que personas que no estan
                     calificadas para ello vienen a plan-
                     tearme preguntas. M e encuentro
                     entonces frente a dos soluciones:
                     rehusar la respuesta o aceptar la
                     discusion en un terreno de vul-
    Vulgarization    garization. He elegido la segun-
y     compromiso.    da porque, en el fondo, cuando se
                             92
exponen teorias en clase de filo-
sofia, se acepta debilitar un pensa-
miento para hacer que se c o m -
prenda, y esto no es tan malo. Si
se tiene una teoria de compromi-
so es necesario comprometerse
hasta el fin. Si verdaderamente la
filosofia existencialista es ante todo
una filosofia que propugna: la exis-
tencia precede a la esencia, debe
ser vivida para ser verdaderamen-
te sincera. Vivir como existencia-
lista es aceptar pagar por esta doc-
trina, y no imponerla con libros.
Si usted quiere que esta filosofia
sea verdaderamente un compro-
miso, debe dar cuenta de ella a la
gente que la discute en el piano
politico o moral.
     Usted me reprocha utilizar la
palabra humanismo. Es porque el          Filosofia
problema se plantea asi. O bien          y politica.
hay que llevar la doctrina a un pia-
no estrictamente filosofico, y con-
tar con el azar para que tenga una
accion, o bien, dado que la gente
le pide otra cosa y que quiere ser
                           93
               un compromiso, hay que aceptar
               vulgarizarla, siempre que la vul-
               garization no la deforme.
  Objecion:        Los que quieran comprender-
               lo a usted, lo comprenderan; y los
               que no quieran, no lo compren-
               deran.
     Sartre:       Parece usted concebir el papel
               de la filosofia en la ciudad de mo-
               do que se encuentra superada por
               los acontecimientos. En otros
               tiempos los filosofos eran atacados
               solo por otros filosofos. El vulgo
               no comprendia nada y tampoco
               le preocupaba. Ahora se hace des-
               cender la filosofia a la plaza publi-
La position    ca. Marx mismo no ha cesado de
  de Marx.     vulgarizar su pensamiento; el Ma-
               nifiesto es la vulgarization de un
               pensamiento.
  Objecion:        La election de Marx es una
               election revolucionaria.
     Sartre:       Muy listo ha de ser el que pue-
               da decir si primero se eligio revo-
               lucionario y despues filosofo, o
               primero filosofo y despues revo-
               lucionario. Es filosofo y revolu-
                       94
cionario: es un conjunto. Se ha
elegido primero revolucionario;
ique quiere decir esto?
    El Manifiesto comunista no me      Objecion:
parece una vulgarization, sino un
arma de combate. N o puedo creer
que no sea un acto de compro-
miso. Una vez que Marx filosofo
ha llegado a la conclusion de que      Filosofia
la revolution era necesaria, su pri-   y politica
                                       marxistas.
mer acto ha sido su Manifiesto co-
munista, que es un acto politico.
El Manifiesto comunista es el lazo
entre la filosofia de Marx y el co-
munismo. Sea cual fuere la moral
que usted tenga, no se percibe un
lazo logico tan estrecho entre esa
moral y su filosofia como entre el
Manifiesto comunista y la filosofia
de Marx.
    Se trata de una moral de la        Sartre:
libertad. Si no hay contradiction
entre esta moral y nuestra filoso-
fia, no hay nada mas que exigir.
Los tipos de compromiso son dife-
rentes segun las epocas. En una
epoca en que comprometerse era
                          95
                      hacer revolution, habia que escri-
                      bir el Manifiesto. En una epoca
      El sentido      como la nuestra, en que hay varios
del compromiso        partidos que se proclaman revo-
  existencialista.
                      lutionaries, el compromiso no es
                      entrar en uno de ellos, sino tratar
                      de clarificar los conceptos, para a
                      la vez precisar la position y tratar
                      de influir sobre los diferentes par-
                      tidos revolucionarios.
         Naville:''        La cuestion que puede plan-
                      tearse, a partir de los puntos de vis-
                      ta que usted acaba de despejar, es
                      saber si su doctrina no se va a pre-
                      sentar, en el periodo que viene,
                      como la resurrection del radical-
                      socialismo. Esto parece raro, pero
                      es asi como hay que plantear ac-
                      tualmente la cuestion. Usted adop-
                      ta, por otra parte, toda clase de pun-
Existencialismo       tos de vista. Pero si se busca un
      y radical-
                      punto de convergencia actual de
     socialismo.
                      todos esos puntos de vista, de estos
                      aspectos de las ideas existencialis-
                                 96
tas, tengo la impresion de que se
le encontrara en una especie de
resurrection del liberalismo; su
filosofia trata de resucitar en condi-
ciones completamente particula-
res, que son las condiciones histo-
ricas actuales, lo que fue lo esencial
del radical-socialismo, del liberalis-
mo humanista. Lo que le da su ca-
racter propio es que la crisis social
mundial no permite ya el antiguo
liberalismo: exige un liberalismo
torturado, angUStiado. Creo que Se       Existencialismo
puede encontrar cierto numero de         >' neohberalismo.
razones bastante profundas a esta
apreciacion, aun si uno se limita a
los propios terminos de la expo-
sition de usted. Resulta de lo ex-
puesto que el existencialismo se
presenta como una especie de hu-
manismo y de una filosofia de la
libertad que es en el fondo un pre-
compromiso, que es un proyecto
que no se define. Usted, como mu-
chos otros, antepone la dignidad
humana, la eminente dignidad de
la persona, que son temas que, en
                           97
               resumen, no estan tan lejos de los
               antiguos temas liberales. Para jus-
               tificarlos, usted distingue entre los
               dos sentidos del humanismo, entre
Dos sentidos   dos sentidos de condicion huma-
humamsmo.      na)>> e n t r e Jos sentidos de cierto
               numero de terminos que se han
               usado bastante, que tienen ademas
               toda una historia significativa, y
               cuyo caracter equivoco no es fru-
               to del azar. Para salvarlos, usted les
               inventa un nuevo sentido. Dejo de
               lado todas las cuestiones especiales
               referentes a la tecnica filosofica,
               aunque sean interesantes e impor-
               tantes, y para limitarme a los ter-
               minos que he oido, retengo un
               punto fundamental que muestra
               que, a pesar de su distincion de los
               dos sentidos de humanismo, usted
               se atiene en el fondo al antiguo.
               El hombre se presenta como una
               election por realizar. Muy bien. Es
               ante todo su existencia en el mo-
               mento presente y esta fuera del
               determinismo natural; no se defi-
               ne anticipadamente a si mismo sino
                       98
en funcion de su presente indivi-
dual. N o hay una naturaleza huma-
na superior a el, sino que le es dada   La naturaleza
una existencia especifica en un         humana.
                          99
             la X del sujeto, pero no por su
             contexto natural, por su determi-
             nismo positivo, nos encontramos
             con otra forma de naturaleza hu-
             mana; es una naturaleza-condi-
             cion; si se quiere es decir, que no
             se define simplemente como tipo
             abstracto de naturaleza, sino que
             se revela por algo mucho mas difi-
             cil de formular por razones que,
             en mi opinion, son historicas.
Crisis de    Hoy dia, la naturaleza humana se
ersalidad.   define en marcos sociales que son
             los de una disgregacion general
             de los regimenes sociales, de las
             clases, de los conflictos que la atra-
             viesan, de una amalgama de razas
             y de naciones que hacen que la
             idea misma de una naturaleza
             humana uniforme, esquematica,
             no pueda ya presentarse con el
             mismo caracter de generalidad,
             adoptar el mismo tipo de univer-
             salidad que en el siglo XVIII, en la
             epoca en que parecia expresarse
             sobre la base de un progreso con-
             tinuo. Hoy dia se esta frente a una
                     100
expresion de la naturaleza huma-
na que la gente que reflexiona o
habia ingenuamente de este tema
expresa como condition huma-
na: expresan esto en forma caoti-
ca, vaga y, las mas de las veces, bajo
un aspecto dramatico, si se quie-
re, impuesto por las circunstan-
cias; y en la medida en que no se
quiere pasar de la expresion gene-
ral de esta condition al examen
determinista de lo que son efec-
tivamente las condiciones, con-
servan el tipo, el esquema de una
expresion abstracta analoga a la de
la naturaleza humana.
    Asi, el existencialismo se afe-      Una naturaleza
rra a la idea de una naturaleza hu-      miserable,
mana, pero no se trata de una na-
turaleza orgullosa de si misma, sino
una condition temerosa, incierta
y desamparada.Y, efectivamente,
cuando el existencialista habia de
condition humana, habia de una
condition que no esta todavia ver-
daderamente comprometida en lo
que el existencialismo llama pro-
                          101
                  yectos, y que, por consecuencia,
                  es una pre-condition. Se trata de
             El   un pre-compromiso y no de un
pre-compromiso.   compromiso ni de una verdadera
                  condition. Entonces, no es tam-
                  p o c o por azar por lo que esta
                  c o n d i t i o n se define ante todo
                  por su caracter de humanismo
                  general. Ademas, cuando se ha-
                  blaba, en el pasado, de naturale-
                  za humana, se entendia algo mas
                  delimitado que cuando se habla-
                  ba de una condition en general;
                  porque la naturaleza es ya otra
                  cosa, es mas que una condition,
                  en cierta medida. La naturaleza
                  humana no es una modalidad en
                  el sentido en que la condition
                  humana es una modalidad. Y por
                  esto vale mas hablar, a mi parecer,
                  de naturalismo que de humanis-
                  mo. En el naturalismo hay una
                  implication de realidades mas
                  generales que en el humanismo,
                  por lo menos en el sentido que
                  toma el termino humanismo en
                  usted; tenemos que enfrentarnos
                         102
con una realidad. Por otra parte,      La naturaleza
                                       humana y
habria que extender esta discusion
                                       la historia.
relativa a la naturaleza humana.
Porque hay que hacer intervenir
tambien el punto de vista histori-
co. La realidad primera es la rea-
lidad natural, de la que la realidad
humana no es mas que una fun-
cion. Pero para esto es necesario
admitir la verdad de la historia, y    El
                         103
                 hijo la condiciona a su vez desde
                 que el esta en gestation. Solo des-
                 de este punto de vista tenemos
                 derecho a hablar de condition hu-
                 mana como de una realidad pri-
                 mera. Mas bien, habria que decir
                 que la realidad primera es una
                 condition natural y no una con-
                 dition humana. Solo repito aqui
                 opiniones corrientes y triviales,
                 pero que de ninguna forma me
                 parecen refutadas por la exposi-
                 tion del existencialismo. En suma,
      N o hay    si bien es cierto que no hay una
una condition    naturaleza humana abstracta, una
      humana
                 esencia del hombre independien-
   en general.
                 te o anterior a su existencia, es
                 cierto tambien que no hay una
                 condition humana en general, aun
                 si por condition entiende usted
                 cierto numero de circunstancias o
                 situaciones concretas, puesto que,
                 para usted, no estan articuladas. En
                 todo caso, el marxismo se hace
                 sobre este asunto una idea dife-
                 rente, la de la naturaleza en el hom-
                 bre y la del hombre en la natura-
                        104
leza, que no esta forzosamente de-
finida desde un punto de vista in-
dividual.
    Esto significa que hay leyes de     El hombre
funcionamiento para el hombre,          objetivo.
como para todo otro objeto de la
ciencia, que constituyen, en el sen-
tido pleno de la palabra, su natu-
raleza, una naturaleza variada, es
cierto, y que se parece muy poco
a una fenomenologia, es decir, a
una perception experimentada,
empirica, vivida, tal como la da
el sentido comun, o mas bien el
supuesto sentido c o m u n de los
filosofos. En este sentido, la con-
ception de la naturaleza humana
que se hacian los hombres del
siglo X V l l l estaba sin duda mucho
mas cerca de la de Marx que su
substituto existencialista, la con-
dition humana, pura fenomeno-
logia de situation.
    Humanismo, desgraciadamen-
te, es u n termino que hoy dia          Humanismo
sirve para designar las corrientes      ?   ''kerahsmo.
filosoficas no solamente en dos
                          105
sentidos, sino en tres, cuatro, cin-
co, seis.Todo el mundo es huma-
nista, actualmente; aun ciertos
marxistas que se descubren racio-
nalistas clasicos son humanistas en
un sentido deslavazado, derivado
de las ideas liberales del siglo pasa-
do, el de un liberalismo refractado
a traves de toda la crisis actual. Si
los marxistas pueden pretenderse
humanistas, las diferentes religio-
nes, los cristianos, los hindues, y
muchos otros, se pretenden tam-
bien ante todo humanistas, y lo
mismo pretende el existencialis-
m o y, de una manera general,
todas las filosofias. Actualmente,
muchas corrientes politicas se
titulan igualmente humanistas.
Todo esto converge hacia una
especie de tentativa de restitution
de una filosofia que, a pesar de su
pretension, en el fondo rehusa
comprometerse, y rehusa com-
prometerse no solamente desde
el punto de vista politico y social,
sino tambien en un sentido filo-
       106
sofico profundo. Cuando el cris-        Cristianismo
                          107
                    ciente decir que los hombres pue-
                    den luchar por la libertad sin saber
                    que luchan por la libertad; o en-
                    tonces, si damos un sentido pleno
                    a este reconocimiento, esto signi-
                    fica que los hombres pueden com-
                    prometerse y luchar por una cau-
                    sa que los domina, es decir, obrar
                    en marcos que los sobrepasan, y
                    no solo a partir de si mismos. Por-
                    que, en fin, si un hombre lucha
                    por la libertad sin saberlo, sin for-
                    mularse expresamente de que
                    manera, con que objeto lucha, esto
                    significa que sus actos van a tener
                    una serie de consecuencias que se
                    insinuan en una trama casual de la
                    que no conoce todos los aledanos
                    y consecuencias, pero que, con
                    todo, encierran su action y le dan
                    su sentido en funcion de la acti-
                    vidad de los otros; no solamente
                    de los otros hombres, sino del me-
                    dio natural en el que otros hom-
                    bres actuan. Pero, desde su punto
              La    de vista, la election es una pre-
instrumentalidad.   election vuelvo siempre a este
                           108
prefijo porque creo que hay alh
siempre una reserva que interve-
n e - en esta especie de pre-elec-
cion donde tenemos que ver con
una libertad de pre-indiferencia.
Pero su conception de la condi-
tion y de la libertad esta ligada a
cierta definition de los objetos de
la cual hay que decir unas pala-
bras. Es precisamente de esta idea
del m u n d o de los objetos, de la
instrumentalidad, de donde usted
infiere lo demas. A imagen de las
existencias discontinuas de los
seres, usted traza un cuadro de un
mundo discontinuo de objetos del
cual esta ausente todo causalismo,
salvo esta extrana variedad de rela-
tion de causalidad que es la de la
instrumentalidad pasiva, incom-        Exterioridad
prensible y despreciable. El hom-      ^   objetmdad.
bre existencialista se tambalea en
un universo de utensilios, de obs-
taculos sucios, encadenados, apo-
yados los unos sobre los otros por
una extrana preocupacion de ser-
virse los unos a los otros, pero
                         109
            afectados por el estigma terrible,
            a los ojos de los idealistas, de la 11a-
            mada exterioridad pura. Este me-
            todo del determinismo instru-
            mental es sin embargo a-causal.
            Pero do tide comienza y donde
            acaba este mundo, cuya definicion
            es por otra parte completamente
            arbitraria y de ninguna manera
            concordante con los datos cienti-
            ficos modernos? Para nosotros no
            comienza ni acaba en ninguna
            parte, porque la separacion que el
            existencialista quiere hacerle sufrir
            con relacion a la naturaleza, o mas
            bien a la condicion humana, es
            irreal. Hay un mundo, un solo
El mundo    mundo ante nuestra vista, y todo
  es uno.   e | conjunto de este mundo, hom-
            bres y cosas, si se atiene uno a esta
            distincion, puede ser afectado, en
            ciertas condiciones variables, por
            el signo de la objetividad. <;La ins-
            trumentalidad de las estrellas, de
            la colera, de la flor? N o voy a epi-
            logar aqui. Sostengo sin embargo
            que su libertad, su idealismo, esta
                    110
hecho del desprecio arbitrario de
las cosas.Y sin embargo, las cosas
son muy diferentes de la descrip-
cion que usted hace. Usted admi-
te la existencia propia en si, y ya
es un exito. Pero es una existen-
cia puramente privativa, una hos-
tilidad permanente. El universo
flsico y biologico no es nunca,
para usted, una condicion, una
fuente de condicionamientos, no
teniendo esta palabra, en su senti-
do fuerte y practico, mas realidad
para usted que la de causa. Por eso
el universo objetivo no es,para el
hombre existencialista, mas que
ocasion de disgustos, sin apoyos,
en el fondo indiferente, una pro-
babilidad perpetua, es decir, todo
lo contrario de lo que es para el
materialismo marxista.
    Es por estar razones y algunas     El compromiso
                                       existencialista
otras por lo que usted no conci-
                                       es arbitrario.
be el compromiso de la filosofia
mas que como una decision arbi-
traria que usted califica de libre.
Usted desnaturaliza la historia mis-
                         Ill
              ma de Marx cuando usted dice
              que el ha definido una filosofia
              porque el la ha asumido. N o ; el
              compromiso, o mas bien la activi-
              dad social y politica ha sido, al
              contrario, una determinante de su
              pensamiento mas general. Sus doc-
              trinas se precisaron en una multi-
              plicidad de experiencias. Me pare-
              ce evidente que el desarrollo del
              pensamiento filosofico en Marx
              se produce en relacion conscien-
              te con el desarrollo politico o
              social. Esto es, por otra parte, mas
              o menos cierto para los filosofos
 Filosofia    anteriores. Si Kant es un filosofo
y politica.   sistematico conocido por haberse
              mantenido fuera de toda actividad
              politica, esto no quiere decir que
              su filosofia no haya desempenado
              cierto papel politico (Kant, el
              Robespierre aleman, segun dijo
              Heine); y si en la epoca de Des-
              cartes podia admitirse en alguna
              medida que el desarrollo de la filo-
              sofia no desempenaba u n papel
              politico inmediato lo que por
                     112
otra parte es erroneo, esto se ha
vuelto imposible desde el siglo
pasado.Volver a adoptar hoy, bajo
una forma cualquiera, una posi-
cion anterior al marxismo, es lo
que llamo volver al radical-socia-
lismo.
    El existencialismo, en la medi-    Existencialismo
da en que puede dar lugar a vo-        y revolucion.
                         113
                   de un analisis, que la fenomeno-
                   logia puede servir hoy de una
                   manera muy precisa en el piano
                   social y revolucionario, dotando a
                   la pequena burguesia de una filo-
                   sofia que le permita ser y llegar a
                   ser la vanguardia del movimiento
                   revolucionario internacional. Por
                   el medio de las intencionalidades
                   de consciencia, se podrfa dar a la
                   pequena burguesia una filosofia
                   que corresponda a su existencia
                   propia, que le permita llegar a ser
                   la vanguardia del movimiento
Existencialismo    revolucionario mundial. Cito este
     y politica.   ejemplo, pero podria citar otros
                   del mismo tipo que muestran que
                   cierto numero de personas que
                   por lo demas estan muy compro-
                   metidas, y que se encuentran liga-
                   das al tema del existencialismo, lle-
                   gan a desarrollar teorias politicas
                   que, en el fondo, y vuelvo a lo que
                   decia al principio, son teorias teni-
                   das de neoliberalismo, de neorra-
                   dical-socialismo. Es un peligro
                   cierto. Lo que mas nos interesa no
                          114
es buscar una coherencia dialecti-
ca entre todos los dominios toca-
dos por el existencialismo, sino ver
la orientation de estos temas, que
desembocan poco a poco, quiza
sin que lo adviertan, sus propios
defensores y en funcion de una
busqueda, de una teoria, de una
actitud, que ustedes creen bien
definida, en algo que no es el quie-
tismo, claro esta, porque hablar de
quietismo en la epoca actual no es     El conformismo
mas que un modo de salirse por la      existencialista.
tangente, es una cosa imposible,
pero que se parece al conformis-
mo. Esto no es, quiza, contradic-
torio con ciertos compromisos
individuales, pero es contradicto-
rio con la busca de un compro-
miso que adquiera valor colectivo,
y sobre todo valor prescriptivo.
,:Por que el existencialismo no
deberia dar directrices? ^En nom-
bre de la libertad? Pero si es una
filosofia orientada en el sentido
indicado por Sartre, debe dar direc-
trices, debe, en 1945, decir si hay
                         115
                 que adherirse a la U.D.S.R., 7 al
                 partido socialista, al partido comu-
                 nista o a otro, debe decir si esta
                 con el partido obrero o con el
                 partido pequeno burgues.
       Sartre:       Es bastante dificil contestarle
                 completamente porque usted ha
                 dicho muchas cosas.Voy a inten-
                 tar responder a algunos puntos
                 que he anotado. En primer lugar,
                 considero que usted ha tornado
                 una position dogmatica. Ha dicho
                 que nosotros retomamos una
                 position anterior al marxismo,
                 que vamos hacia atras. Creo que
                 habria que probar que nosotros
                 no tratamos de tomar una posi-
                 tion posterior. N o quiero discu-
                 tir sobre esto, pero quisiera pre-
                 guntarle de donde saca usted tal
    Marxismo     conception de la verdad. Usted
y dogmatismo.
                 piensa que hay cosas absoluta-
                 mente verdaderas, pues ha hecho
                 algunas criticas en nombre de una
                 certidumbre. Pero, si todos los
                           116
hombres son objetos, como usted
dice, ide donde proviene tal cer-
tidumbre? Ha dicho que si el
hombre se niega a tratar al h o m -
bre como objeto, es en nombre
de la dignidad humana. Falso. Es
por una razon de orden filosofi-
co y logico: si usted postula un
universo de objetos, la verdad de-
saparece. El mundo del objeto es
el mundo de lo probable. Tiene
usted que reconocer que toda
teoria, sea cientifica o filosofica,
es probable. La prueba de ello esta
en que las tesis cientificas, histo-   Critica
ricas, varian y se proponen como       de la filosofia
                                       marxista.
hipotesis. Si admitimos que el
mundo del objeto, el mundo de
lo probable, es unico, no tendre-
mos mas que un mundo de pro-
babilidades, y asi, como es nece-
sario que la probabilidad dependa
de cierto numero de verdades
adquiridas, <;de donde viene la
certidumbre? Nuestro subjetivis-
mo permite certidumbres a par-
tir de las cuales nosotros podre-
                         117
                mos coincidir con usted en el pia-
                no de lo probable, y justificar el
                dogmatismo que ha mostrado
                usted en su exposition, y que es
                incomprensible en la position que
                usted toma. Si usted no define la
                verdad, ,;c6mo concebir la teoria
                de Marx de otro modo que como
                una doctrina que aparece, que
                desaparece, se modifica, y solo tie-
Marxismo y      ne valor de teoria? ^Como hacer
stencialxsmo.   u n a dialectica de la historia si no
                       118
de una predetermination. Lo que
se le ha escapado aqui es que no-
sotros nos adherimos a muchas de
las descripciones del marxismo.
Usted no puede criticarme como
critica a personas del siglo xvin,
que lo ignorarian todo en esta
materia. Lo que nos ha dicho de
la determination lo sabiamos des-
de hace mucho tiempo. El ver-
dadero problema para nosotros es
definir en que condiciones hay
universalidad. Puesto que no hay
naturaleza humana, ;c6nio con-
servar en una historia que cambia
constantemente los suficientes
principios universales para poder
interpretar, por ejemplo, el feno-
meno de Espartaco, lo que supo-
ne un minimo de comprension de
la epoca? Estamos de acuerdo en
este punto: que no hay naturale-
za humana dicho de otra mane-
ra, cada epoca se desarrolla si-
guiendo leyes dialecticas y los
hombres dependen de la epoca y
no de una naturaleza humana.
                        119
      Naville:         Cuando usted trata de inter-
                  pretar, dice: es p o r q u e nos re-
                  ferimos a cierta situation. Por
                  nuestra parte, nosotros nos refe-
                  rimos a la analogia o a las dife-
                  rencias de la vida social de esa
                  epoca comparada con la nuestra.
                  Si, por el contrario, tratamos de
La causalidad     analizar esta analogia en funcion
en la historia.   de un tipo abstracto, nunca llega-
                  remos a nada. Asi, suponga usted
                  que dentro de dos mil anos no se
                  disponga, para analizar la situa-
                  cion actual, mas que de tesis sobre
                  la condition humana en general.
                  i C o m o se haria para analizar
                  retrospectivamente? Seria impo-
                  sible.
        Sartre:       Nunca hemos pensado que no
                  hubiera que analizar condiciones
                  humanas ni intenciones indivi-
                  duales. Lo que llamamos la situa-
                  cion es precisamente el conjunto
                  de condiciones materiales y hasta
                  psicoanaliticas que, en una epoca
                  dada, definen precisamente un
                  conjunto.
                         120
    N o creo que su definition este   Naville:
                        121
              causalidad. De esta causalidad se-
              creta, que solo tiene sentido en
              Hegel, ustedes no pueden dar
              cuenta. Suenan con la causalidad
              marxista.
                  iAdmite usted que haya una
              verdad cientifica? Puede haber
  Naville:    dominios que no implican nin-
              guna especie de verdad. Pero el
              mundo de los objetos - e n cual-
              quier caso, espero que usted lo
La verdad     admita- es el mundo del cual se
cientifica.   ocupan las ciencias. Ahora bien, es
              un mundo que para usted no tie-
              ne mas que una probabilidad, y no
              alcanza la verdad. Luego el mun-
              do de los objetos, que es el de la
              ciencia, no admite verdad absolu-
              ta. Pero alcanza una verdad relati-
              va. Sin embargo, ,jadmitiria que
              esas ciencias utilizan la notion de
              causalidad?
                  De ninguna manera. Las cien-
              cias son abstractas, estudian igual-
    Sartre:   mente las variaciones de factores
              abstractos y no la causalidad real.
              Se trata de factores universales en
                     122
 un piano en el cual las relacio-
nes pueden siempre ser estudia-
 das. Mientras que en el marxismo
 se trata del estudio de un c o n -
j u n t o unico en el cual se busca
 una causalidad. N o es, de ningun
 modo, lo mismo que una causa-
lidad cienrifica.
      Usted ha expuesto muy am-          Naville:
 de la liber tad?
      Habia que responderle.Yo hu-       Naville:
                           123
Practicamente, yo hubiera podido
muy bien darle un consejo; pero
como el buscaba la libertad, qui-
se dejarlo decidir. Por otra parte,
sabia lo que iba a hacer, y eso es
lo que hizo.
       124
                    INDICE
Situation de la conferencia,
    por Arlette Elkaim-Sartre . . .
El existencialismo es un humanismo
Discusion
E s t a e d i c i 6 n du HI. HXISTIINCIAUSMO   lis u n IUIMANIUMO,
                 deJban-Paui. Sartiui,
         SE TERMIN6 DE IMI'IUMIH. BN LlMPItftClRAft
              EL 26 DE SEPT1EM1IHB l>H 2009