100%(1)100% encontró este documento útil (1 voto) 288 vistas12 páginasEl Teatro Posdramático Por Hans Thies Lehmann
El teatro Posdramático por Hans Thies Lehmann
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Artes Dramitices
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“El hombre que hace teatro entra en didleg con el hombre que va al teatro y se pasa a otro nivel de
conciencia: el teatro lo hacen todos, torfos participan del hecho teatral, una realidad que es parte de
Ta reslidad general. Gute tere conciencia de la realidad, desea transformaria, combatir
ucuvamente contra todo lo que mutiia al hombre, lo mata, lo deshumaniza, lo convierte en un
antropéfago suicida. Y el que no combate por esa transformacién, es un pedazo de hombre. El teatro
sirve, también, para elaborar esa conciencia.”
-Maria Escudero, fundadora de Libre Teatro Libre, en 1972.
 
SEC. BE ESPACI@S BEL ESTUBIANTE SEC. BE PRENSA Y BIFUSION
ceadi.espacios @ gmail.com prensa.ceadi @ gmail.com
prensa2.ceadi @ gmail.com
FB: CEADI Centro Estudiantes _ prensa3.ceadi @ gmail.comHans-Thies Lehmann
EI teatro Postdramatico, Paris, L'Arche, 2002
Traduccién: Daniela Berlante
(para la cétedra Andlisis de Texto Espectacular y Dramético |, Departamento de
Artes Draméticas — IUNA)
Premisas
Con el fin de la “galaxia: Gutenberg”, el texto escrito y el libro aparecen nuevamente
cuestionados. El.modo de percepcién se desplaza: una percepcién simultinea y de
perspectivas plurales reemplaza a la percepcién lineal y sucesiva. Una percepcién mas
superficial, a la vez mds superficial y mas extensa, viene a sustituir a la otra, mas
centrada y més profunda, cuyo arquetipo lo constitufa la lectura del texto literario. Lo
mismo que el teatro en lo que tiene de pesante y complicado, 1a lectura lenta corre el
riesgo de perder su jerarquia frente a la circulacién lucrativa de imégenes animadas.
Remitidos uno a otro a un proceso estético de repulsion y atraccién productivas, 1a
literatura y cl teatro son relegados al estatuto de pricticas minoritarias. El teatro ya no
constituye un medio masivo. Empefiarse en negar esta realidad se vuelve cada vex més
ridiculo,-y cada. vez més urgente hacerla objeto de una reflexién seria. Frente a la
presién ejercida por el encanto de ambas fiverzas conjuradas, rapidez y superficialidad,
el discurso teatral ~ al tiempo que se emancipa del “literario” —, se le aproxima, puesto
que se trata, tanto en el teatro como en la literatura, de texturas que mucho dependen de
la activacién de energlas de la imaginacién, las cuales, en la civilizacién del consumo
més bien pasivo de imagenes y datos, tienden a debilitarse. Teatro y literatura estén
“organizados ante todo no como reproduceién, sino como calidad de signos.
aralelamente, el “sector” cultural cae cada vex més, bajo la ley de rentabilidad, y
aqui se le agrega una desventaja suplementaria : el teatro no propone productos
palpables, que sean por ende puestos en circulacién y megociados, como lo son los
videos, las peliculas, los CD o también los libros. Las nuevas tecnologias'y los nuevos
medios se hacen cada vez. mas “inmateriales”:. “Los inmateriales” era el titulo de una
exposicién organizada en Paris en 1985 por Jean-Frangois Lyotard. El teatro, en
cambio, se caracteriza por la “materialidad de la comunicacién”. Contrariamente a otras
formas de practica artistica, se distingue por el peso de sus materiales y de sus medios,
particularmente pesados. Comparado con el lapiz y papel del poeta, con el élco y tela
del pintor, sus necesidades son importantes: ¢} mantenimiento de los escenarios, la
organizacién, la administracién y el trabajo de los artesanos, que se agregan a las
exigencias materiales del conjunto de las artes inherentes al teatro. Y sin embargo, esta
institucién que tanto se parece ya a una antighedad, todavia logra, sorprendentemente,
situarse en la sociedad a proximidad de los medios técnicamente adelantados. Segin
todas las apariencias, cumple una funci6n que se vincula, justamente, con sus
“inconvenientes”.
El teatro no es solamente el lugar de los cuerpos pesados, sino también el det
agrupamiento real, en el que se opera el original encuentro de una vida organizada
estéticamente y bien real en lo que tiene de cotidiano. Contrariamente a todas las artes
dil objeto y de la transmisin medial, se encuentran aqui a la vez el acto estético en
‘tanto tal (actuar) y el de recepci6n (asistir al espectéculo) como accién real en un *
memento y un lugar determinados. El teatro significa: un trozo- de vida pasada y vividaen comunidad por actores y espectadores dentro del aire de ese espacio respirado en
comiin en el que se desenvuelven el juego teatral y el acto receptivo del espectador. La
‘emisién y la recepeién de los signos y de las sefiales se operan. simulténeamente, La
representacién hace surgir del comportamiento en escena y de la sala un texto comin,
aunque no exista discurso hablado. Una descripcidn adecuada del teatro esti, por ende,
ligada a Ia lectura de ese texto general. A partir de-allf, virtualmente, las miradas de
todos Ios actuantes involucrados pueden encontrarse, ta situacién teatral forma una
entidad hecha de numerosos procesos de comunicacién tan evidentes como disimulados.
El andlisis siguiente apunta a la.cuestién de saber de qué manera, desde el comienzo de
Ibs afios 1970, la prictica escénica hizo uso de estos datos fundamentales del teatro,
cémo los integrés en su reflexién y los utiliz6 directamente en tanto tema y contenido de
a representaci6n. Porque el teatro comparte con las otras disciplinas artisticas de la
(post)modernidad una tendencia a la reflexin y a laautotematizaciGn. Asi como —
segiin Roland Barthes ~ en la era modema cada texto plantea el problema de su posible
(la lengua, galcanza la verdad?), la prictica’de la puesta en escena radical problematiza
su estatuto de realidad aparente. Los conceptos de autorreflexién y de estructura
autotemética hacen pensar primeramente en la dimensién textual, puesto que es la
Iengua quien — por excelencia — abre el campo al uso autorreflexivo de los signos. Peto
por eso mismo el texto se encuentra sujeto a las mismas leyes y rechazos que los otros
signos del teatro, ya sean visuales, auditivos, gestuales 0 arquitecturales.
Frente a un modo fundamentalmente diferente de empleo del signo teatral, parece
acertado denominar “postdramético” a un sector significativo del nuevo teatro. Al
mismo tiempo, el nuevo ‘exto de teatro, que refleja sin cesar su constitucién como
construceién del lenguaje, es a-menudo un texto de teatro “que ha terminado de ser
dramatico”, Aludiendo al género literario que es el drama, el titulo “teatro
‘postdramatico” indica la inferdependencia continua entre teatro y texto, aunque aqui el
discurso del teatro ocupe una posicién central, y que por ello el texto sea visto s6lo
como elemento, esfera y “material” del agenciamiento escénico y no como elemento
dominante. No bay, en esto ningin juicio de valor o a. priori alguno, Se siguen
escribiendo textos notables. En el curso del presente analisis, la denominacién “teatro de
texto”, que tiene a menudo connotaciones peyorativas, no significaré algo simplemente
superado u obsoleto. Muy por el contrario. Se trata de un modo de juego propio, y
‘también auténtico, del teatro postdramstico. Sin embargo, habida cuenta de la situacién
en todo punto insuficiente del enfoque te6rico de los nuevos discursos sobre: cl arte
escénico — comparado con los anilisis literarios y draméticos -, parece sensato medi la
dimensién textual del teatro, primeramente, a la luz de la realidad propiamente teatral.
 
En el “texto de teatro ya no dramitico” de hoy (Poschmann) se esfuman los
“prineipios de narracién y de figuracién” asf como el orden de una “fébula” Se llega a
tuna “autonomizacién del lenguaje”. Wemer Schwab, Elfriede Jelinek o Rainald Goetz,
sin dejar de conservar la dimensién dramatica en grados diversos, conciben textos en los
que el lenguaje no aparece como un discurso entre personajes — si atin existen
personajes definibles -, sino como una teatralidad aut6noma. Ginka Steinwachs procura,
con su “teatro como establecimiento oral”, estructurar la realidad esoénica en una
realidad del lenguaje poética'y.sensual. Para lo que ahi sucede, es significative el
 
+ Poschmann (Gerda), Der nicht mehrdramatische Theatertext. Aktuelle Bithnensticke nd thre
dramatische Analyse, Tibingen, 1997, pig. 177.
? ibid pg. 178concepto de “superficies de lenguaje” antinémicas que reemplazan al diélogo, tomado
» de Elfriede Jelinek. Como lo explica Poschmann’, esta férmula esta dirigida contra la
dimensién profunda de las palabras de los personajes, que no seria. otra cosa que una
ilusién mimética. En este sentido, la metifora de las “superficies del lenguaje”
corresponde al giro efectuado por la pintura moderna que, en lugar de dar la ilusién de
las tres dimensiones, “pone en escena” la superficie (material) de la imagen, su realidad
en dos dimensiones, asi como la del color en tanto cualidad auténoma. (Esta
interpretacién, sin embargo, no debe significar obligatoriamente que el lenguaje
autonomizado derive de un menor interés por el hombre!" zNo se trata més bien de una
manera diferente de mirarlo? Se encuentra aqui una articulacién menos vinculada a la
intencionalidad — la caracteristica del sujeto -, que a su abandono, menos a la voluntad
‘consciente que al deseo, menos al “yo” que al “sujeto del inconsciente”. Por eso, en
lugar de-lamentar Ja ausencia de una imagen predefinida “del bombre” en los textos
organizados de manera postdramética, habria que preguntarse qué nuevas posibilidades
de perisamiento y representacién son esbozadas aqui por el sujeto humano.
bls
 
Secretos de empresa del teatro dramatico
En él teatro europeo reind durante varios siglos un paradigma que lo distingue muy
claramente de las tradiciones teatrales no-europeas. Mientras el kathakali indio 0 el
teatro.né:japonés ~ por dar un‘ejemplo — presentan una estructura radicalmente diferente
y se componen generalmente de danzas, coros y miisica, que s¢ articulan en torno a
especies de ceremonias litirgicas, textos narratives 0 ‘liricos, en Europa el teatro
significa: realizacién de discursos y acciones sobre un escenario, gracias a una
imitacién provista por el juego dramético. Para calificar la tradicién con la que debfa
romper para su “teatro en el siglo cientifico”, Brecht eligié el témino “teatro
dramético”. Este término puede, en sentido amplio (je incluyendo también la mayor
parte de la obra misma de Brecht!) definir el ndcleo de la tradici6n tcatral europea. Esta,
se sostiene en un complejo de’motivos, en parte conscientes y en parte considerados
evidentes, y a los que siempre se descubren como “naturalmente constitutivos de lo que
es el teatro. Este se concibe implicitamente como teatro del drama. Entre sus elementos.
teéricos, las categorias de imitacién y accién, ¢ incluso la pertenencia automitica de
‘ambas, ocupan un lugar primordial. Otro motivo, més bien inconsciente ¢ inherente a
dichas categorias, reside en Ja intencién de formar o reforzar por el teatro un vinculo
social, una comunidad que escinde, por la emocién y el intelecto, el piblico y el
escenario. “Catarsis” es la denominacién teérica derivada de esta funcién no s6lo
estética del teatro: Ia instauracién del reconocimiento y la pertenencia afectiva, gracias 2
los sentimientos propuestos por el drama y su marco, asi como los sentimientos
fransmitidos a los espectadores. Estos rasgos constitutivos no pueden disociarse del
paradigma “teatro dramético, cuya importancia, pues, supera en mucho la simple
Giferencia formal de los géneros.
 
 
  
El teatro dramético esté-subordinado a la primacia del texto. En cl teatro de la época
modema; la representacién solo era generalmente declamacién e ilustracién del drama
escrito. Aun cuando se le agregaban (0 lo dominaban) musica y coreografia, el “texto”
permanecfa decisivo, en cl sentido de una totalidad narrativa y cerebral fécil de
aprehender. A pesar de la creciente caracterizacion , en los siglos XVIII y XIX, de las
2 Ibid. pags. 204 y sig.
“tddramatis personae por un repertorio no verbal, hecho de gestualidad, movimiento y
mimica para traducir los movimientos del alma, el personaje humano contintia
definiéndose principalmente por su discurso. Y el texto, por su. parte, permanecié
centrado en su funcién de texto de roles. Coro, narrador, intermedios, teatro en el teatro,
prélogo y epilogo, apartes y otras miles de aperturas de diversa sutileza, hasta cl
repertorio brechtiano del juego’ épico, podian insertarse sin destruir la experiencia
especifica del teatro dramético. El drama lograba encamar todo eso a la vez, sin
renunciar por ello a su cardeter dramético.
Aunque es dificil evaluar en:qué medida y de qué manera sucumbfa el piiblico de
sighos pasados @ las “ilusiones” de los trucos, a los juegos sofisticados de luces, al
entorno sonoro, trajes y decorados, el teatro dramatico era creacién de ilusién. Se
proponia instaurar ui cosmos ficticio, y. mostrar las “tablas que significan el mundo”
‘como tablas que mds bien “representan” el mundo, es decir, abstractas, pero organizadas
de tal manera que la imaginacién e intuicién de los espectadores vuelvan teal esa
ilusién, Para esta ilusién, ni la integralidad ni aun-la continuidad de’la representacién
son necesarias. Basta con que la realidad pereibida en el teatro pueda ser entendida
como un “mundo”, es decir, como una toralidad. Totalidad, ilusién, representacién de
tun mundo, constituyen el modelo del “drama”. E inversamente, por su forma, el teatro
dramatico afirma Ia tofalidad como verdad y modelo de lo real. El'teatro dramético
termina cuando, y en la medida en que, estos elementos dejan de representar el principio
regulador, para pasar a representar s6lo una variante posible del arte teatral.
La cesura de la sociedad de medios masivos
Se suele afirmar que las formas experimentales del teatro contemporineo desde los
afios 60 buscan todos sus modelos en la época de las vanguardias histéricas. El presente
estudio, sin embargo, parte resueltamente de la tesis que la profunda ruptura de las
‘vanguardias alrededor del 1900 continué preservando lo esencial del “teatro dramatico”,
a pesar de todas las innovaciones revolucionarias. Las formas teatrales que entonces
surgieron siguieron’ sirviendo a la representacién — desde entonces modemizada — de
universos textuales. Conviene recordar que las reformas del teatro muchas veces
apuntaban incluso a salvaguardar el texto y su verdad, de la desfiguracién por practicas,
teatralés. devenidas convencionales. Ellas cuestionaban s6lo limitadamente el modo
transmitido de la representacién y comunicacién ‘teatral. Indiscutiblemente, las
hherramientas escénicas de Meyerhold iban a “distanciar” de manera extrema las obras
representadas, pero éstas son’ propuestas como unidad de todos los elementos.
Indiscutiblemente, los pertubadores del teatro rompen con casi toda la herencia recibida,
pero con la ayuda de medios abstractos y “distanciados”, permanecen fieles al principio
de la mimesis de una accién sobre un escenario. En cambio el desarrollo y posterior
‘omnipresencia de los medios masivos en la vida cotidiana a partir de los 70, da origen a
una nueva y. diversificada préctica del discurso teatral; ésta es la que calificaremos aqui
de teatro postdramético. Indudablemente, no puede ponerse en tela de juicio la
dimensién hist6rica y las perspectivas abiertas por la revolucién estética y teatral del
1900; muy por el contrario, dedicaremos un capitulo espevial a las formas préliminares,
a Jos primeros balbuceos y anticipaciones del teatro postdramético de la época presente.
No obstante, a pesar de toda la similitud de formas de expresién, no debe olvidarse que
medios similares utilizados en contextos diferentes pueden cambiar radicalmente dé
significacion, Los lenguajes escénicos desarrollados desde la vanguardia historica sevwuelven, en el teatro postdramético, un arsenal de gestos de expresion que sirven para
aportar una respuesta del teatro a la comunicaci6n social transformada, a las
condiciones generalizadas de las tecnologias de informacién. -
Uno de los efectos saludables de tal limitacién de un nuevo continente teatral deberia
ser la necesidad de arrasar toda una serie de implicancias no pensadas’ que siguen
‘caracterizando la concepeién habitual del teatro. Paralelamente.a esta critica de las muy
discutibles evidencias del discurso sobre: el drama, se hace indispensable Ja resuelta
introduecién del concepto de “teatro postdramético” que contradice las evidencias
aparentes. Concebido para dar cuenta de las formas de hoy, dicho concepto también
esclarece a posteriori los aspectos “no draméticos” del teatro pasado. Las nuevas
estéticas aparecidas permiten una iluminacin diferente de las formas teatrales més
antignas y de ciertos aspectos teéricos. Es claro que se impone ser prudente cuando se
trata:de afimmar-la existencia de cesuras en la historia de una forma artistica, y
pparticularmente cuando éstas son relativamente recientes. Acaso haya riesgo de
sobrestimar la profundidad de la cesura aqui postulada, a saber, a destruccién de las
bases del teatro dramético (sin embargo vigentes durante siglos) y la transformacién
radical, de Ja escena bajo la. Iuz equivoca de la civilizacién de los medios. Pero
inversamente, el siempre considerar lo nuevo como una variante de lo familiar me
parece un riesgo atin mayor, que puede cegar y tracr consecuencias més desastrosas.
 
Nombres
1a lista siguiente propone una suerte de panorama del campo de anélisis propuesto
aqui bajo la denominacién de teatro postdramético, Se trata de fenémenos
‘extremadamente heterogéneos, de creadores conocidos en el mundo entero, como de
grupos cuya notoriedad se limita a un circulo restringido. Segiin:los casos, el lector
encontraré aqui una lista mas o menos larga de nombres conocidos. No todos crearon
una obra que sea postdramiticaen su integralidad, si es que puede aplicarse el término
de “obra” a lo creado por directores, conjuntos teatrales, puesias en escena y
especticulos. No serdn todos discutidos detalladamente en el presente trabajo. En este
sentido, un namedropping - obviamente incompleto — incluye para el teatro
postdramético : Robert Wilson, Jan Fabre, Jan Lauwers, Heiner Goebbels, Einar
‘Schleef, Jiirgen Manthey, Achim Freyer, Klaus Michael Griiber, Peter Brook, Anatoli
Vasiliev, Robert Lepage, Elizabeth Lecompte, Pina Bausch, Reinhild Hoffmann,
‘Maguy Marin, Susanne Linke, Wylliam Forsythe, Meredith Monk, Anne Teresa de
Keersmaeker, Meg Stuart, Jean-Claude Gallotta, En Knap, Jdrgen Kruse, Christof Nel,
Leander Haussmann, Frank Castorf, Uwe Mengel, Hans Jiirgen Syberberg, Tadeusz:
Kantor, Eimuntas Nekrosius, Richard Foreman, Richard Schechner, John Jesurun,
‘Theodoros Terzopoulos, Giorgio Barberio Corsetti, Emil Hrvatin, Silviu Purcarete,
‘Tomaz,Pandur, Jerzy Grotowski, Bugenio Barba, Saburo Texhingawara, Tadasy Suzuki.
Se encuentran igualmente numerosos Aktionstheater, performers, happenings y estilos
teatrales inspirados de éstos. Hermann Nitsch, Otto Mahl, Wooster Group, Survival
Research Laboratories, Squat Theatre, The Builders Association Magazzini, Falso
Movimento, Theatergroep Hollandia, Theatergrocp Victoria, Matschappej Discordia,
‘Theater “Angelus Novus, Hotel proForma, Serapionstheater, Bak-Truppen, Remote
Control Productions, Ts Stan, Suver Nuver, La Fura dels Baus, DV 8 Physical Theatre,
Forced Entertainment, Station House Opera, Théatre de la Complicité, Grand Magasin,
Cie PME (Toronto), Teatro Due, Societas Raffaello Sanzio, Théatre du Radeau, Akko-Theatre, Gob Squad; innumerables: grupos de teatro, proyectos y especticulos de
diversas envergaduras, ligados unos a otros por Jos “lenguajes teatrales” indicados aqui
por uno o diversos nombres; gente de teatro de una nueva gengracién, como Stefan
Pucher, Helena Waldmann, René Pollesch, Michael Simon; autores, finalmente, parte
de cuya obra puede emparentarse con el repertorio. post-dramético; en el espacio
germanéfono, citaremos a Heiner Miiller, Rainald Goetz, die Wiener Schule, Bazon
Brock, Peter Handke, Elfriede Jelinek..., en el espacio francéfono, Marguerite Duras,
Bernard-Marie Koltés, Michel Deutsch...
  
Paradigmas
Si on el paisaje.teatral de las ltimas. décadas, la serie de fendmenos que
problematizan las formas tradicionales del drama y de “su” teatro, justifican el uso de
un nuevo paradigma del teatro. postdramdtico, e\ término indica. la ‘delimitacién
negativa comin de las técnicas de actuacién sumamente’ variadas del teatro
postdramético con respect a las del teatro dramético. Estos trabajos teatrales son
igualmente. paradigméticos porque,  eventualmente: incluso a regafiadientes, son
generalmente reconocides como testimonios auténticos de:su época, y desarrollan una
fuerza de “criterizacién’”. El concepto de paradigma no debiera favorecer le ilusién de
que el arte, en su movimiento de vaivén, se dejarfa aprehender como la ciencia en la
I6gica evolutiva de los paradigmas. Disertando sobre los momentos ‘estilisticos post-
draméticos, poco costaria atraer la atencién sobre lo que el nuevo teatro comparte con el
teatro tradicional subsistente. Un nuevo paradigma es constituido por la convivencia
casi inevitable de estructuras y elementos estilisticas “futuros”, y de’ componentes
tradicionales. Si el conocimiento se contentase, ante estas mezclas, con un simple
inventario de los diversos estilos y técnicas de actuacién, no lograria aprehender los
procesos subterrineos, pero realmente productivos, de la creacién, procesos cuya
eficacia no aparece a primera. vista. Si no se hace una clara categorizacion de
caracteristicas estilisticas, y se Ia hace de manera tosca, estos procesos no pueden
distinguirse adecuadamente. Tomemos como ejemplo la fragmentacién de la narracién,
Ja heterogeneidad: de estilos, los elementos hiper-naturalistas, grotescos y neo-
expresionistas caracteristicos del teatro post-dramético: forzoso ¢s comprobar que
‘también se 1os puede encontrar en los especticulos que responden al modelo del teatro
-dramético. Sélo la constelacién' de los elementos decide al fin de cuentas si un
momento estilistico puede considerarse:inherente a una estética dramética 0 post-
dramética. Sin duda alguna, hoy seria impensable un Lessing que enunciara “la”
\ dtamaturgia de ‘un’ teatro post-dramético. El teatro de un esboz0 de sentido, de la
sintesis, y por ende la posibilidad de una exégesis sintética, se ha esfumado. Justamente,
las perspectivas parciales son posibles; en cambio los consejos, y sobre todo las
directivas, proscriben. El objetivo de la teoria consiste en conceptualizar lo existente, y
zo en postular normativamente.
Postmoderno y postdramitico
Para el teatro del periodo que nos ocupa — grosso modo, de los afios 70 a los 90 — la
denominacién de teatro postmoderno se ha impuesto ampliamente. Se lo puede
“clasificar” diversamente : teatro de la deconstruccién, teatro pluri-media, teatro neo-
‘radicionalista, teatro del gesto y del movimiento. La dificultad en aprehender un tat
yasto campo “post-moderno” queda demostrada por fa larga lista de caracteristicas quesupuestamente lo definen: ambigiedad, celebracion del arte como ficcién, celebracién
del teatro como proceso, juzgado autoritario y/o arcaico, discontinuidad,
heterogeneidad, no-textualidad, pluralismo, varios cédigos, __subversién,
multilocalizacién, perversiOn, el actor como sujeto y figura central, deformacién, texto
rebajado. a material de base, deconstruccién, autoritarismo y arcaismo del texto, la
performance a mitad de camino entre el drama y el teatro, anti-mimético, refractario a la
interpretacin. El teatro post-dramatico seria un teatro sin discurso; contrariamente, la
reflexién estarfa en el corazén de su propésito, gestualidad, ritmo, tono. O también:
formas nihilistas y grotescas, espacio vacfo, silencio, Tales palabras-clave no pueden,
aunque de cerca o de lejos se aplican realmente al nuevo teatro, ni ser pertinentes
tomadas .individualmente (muchas — como “ambigiiedad”, “reffactario a la
interpretacién”, “varios cédigos” — conciemen igualmente a formas tradicionales) ni,
fomadas. en su globalidad proponen otra cosa que slogans demasiado generales 0
designan también impresiones muy heterogéneas. Muchos de estos términos incitan a la
contradiccién; es claro que existe “discurso” en el teatro post-moderno. Este es
igualmente poco excluido de la evolucién que pone el anilisis, “la teorfa”, la reflexién y
Ja autorreflexién en ef, centro del arte como de otras précticas artisticas. El teatro
postdramético conoce no sélo el espacio “‘vacio”, sino tarnbién cl espacio “abarrotado”.
Puede,-efectivamente, revelarse “nihilista” y “grotesco” — pero también Io es el Rey
Lear. Proceso/heterogencidad/pluralismo se aplican en cambio al conjunto del teatro —
sea éste:clisico, modemo o “post-modemno”. Ya en 1986, cuando monts Ajax, y luego
en 1993 Los Persas, asi como en sus representaciones originales de éperas de Mozart,
astaba con que Peter Sellars transpusiera radicalmente y sin respeto los temas clésicos
al mundo cotidiano, para que lo catalogaran de “postmodero”.
 
 
 
Eleccién del término
‘La denominaci6n y el tema del teatro post-dramatico que habiamos inserto nosotros
mismos en la discusién, han sido retomados por otros teéricos, desde hace algunos afios;
parece pues acertado conservar esta terminologia. El presente estudio plantea cuestiones
que, en aquella época, - al oponer el discurso “predramitico” de la tragedia atica al
teatro contemporéneo “postdramatico” — s6lo podian esbozarse’; Richard Schechner
aplicé al pasar- el término postdramético; habla una vez de un “post-dramatic theatre
of happenings” y, también al pasar, con Ia mirada puesta en Beckett, Genet y Ionesco,
de un “postdramatic drama”, donde ya no la “story”, sino lo que él Hama el juego
(“game”) constituiria la “generative matrix”. Con respecto a los nuevos textos teatrales,
se habla como ya lo hemos mencionado ~ de “textos de teatro que han cesado de sor
draméticos”, Hasta hoy no existe, sin embargo, ningin estudio que permita evaluar el
nuevo featro detallado en la diversidad de sus herramientas a la Iuz de las estéticas post-
dramaticas.
Podriamos adelantar toda una lista de razones a favor del término “postdramatico™ -
1 pesar del comprensible escepticismo engendrado por los neologismos revestidos con
el prefijo “post”-. (Heiner Miller decfa que el conocia un solo poeta postmoderno:
* Lehmann (Hans-Thiess), Theater und Mythos. Die Konstitution des Subjelas im Disckurs der anien
Tragédie, Stutgart, 1991).
 Schechner (Richard), Performance Theory, New York, 1988, pig. 21.
7 Schechner (Richard), op.cie. pig. 22.August Stramm, empleado de Correos.) Pero el escepticismo parece més bien
justificado para el concepto de postmodemo que pretende ofrecer una definicién de la
€poca en su globalidad. Muchos aspectos de la prictica..teatral Hamada
“postmodemidad” — desde la gratuidad aparente o real de los medios y formas citados,
pasando por el uso displicente y el collage espontineo de caracteristicas estilisticas
heterogéneas, desde un “teatro de imagenes” hasta los mixed medias, multimedios y
performances ~ de ninguna manera demuestran un alejamiento de la modernidad, sino
mis bien de las tradiciones de la forma dramética. Esto vale igualmente para numerosos
textos etiquetados “postmodernos”, de Heiner Miller a Elfried Jelinek. Si el desarrollo
de una historia con su l6gica interna ya no representa el elemento central, si la
composicién ya no es sentida como cualidad organizadora, sino como “manufactura”
injertada artificialmente, como seudo-ldgica de una accién que, como le repelia a
‘Adorno en los productos de la industria cultural, s6lo utiliza clisés, entonces,
coneretamente, el teatro se encuentra nuevamente ante la‘cuestién de las posibilidades
zs alld del drama, y no necesariamente mas alld de Ia modemidad. A mediados de los
afios 70, Heiner Miler confiaba a Hors Laube:”Brecht opinaba que el teatro épico s6lo
se volveria posible el dia en que cesara la perversién de hacer de un lujo.una profesién,
la constitucién de un teatro a partir de la separacién entre el escenario y la sala. Sélo el
dia en que se subsanara ‘esa: fractura (0 al menos Ia tendencia), s6lo entonces serfa
posible hacer un teatro con el m{nimo de dramaturgia, digamos casi sin dramaturgia. Y
de eso se trata ahora: fabricar un teatro sin esfuerzos. Cuando voy al teatro, observo que
me es cada vez més fastidioso seguir una sola'y misma accién durante 1a velada, De
hecho, esto ha dejado de interesarme. Cuando en el primer cuadro se inicia una accién,
cuando en el segundo comienza atra que no tiene nada que ver, y después una tercere, ¥
después una cuarta, entonces si es divertido, agradable, pero ya no es Ia obra perfecta”*.
Miller lamenta que el método del collage todavia no sea més aprovechado en el teatro.
‘Mientras las grandes escenas, bajo la presién de las normas de la industria cultural, no
se animan a arriesgarse a algunas licencias que podrian perjudicar el consumo facil de
fabulas, ciertas estéticas teatrales de nueva generacién practican resueltamente el
rechazo de la accién y de la perfeccién del drama, sin que ello represente un rechazo de
Ja modernidad.
‘Tradition and the Postdramatic Talent
El epiteto “postdramatico” se aplica a un teatro que ha sido Hevado a operar més
all del drama, en una época “posterior” a la validez del paradigma del drama en el
teatro. Esto no significa : negacién abstracta, ignorancia pura y simple de la tradicién
del drama, “Posterior” al drama significa que éste subsiste como estructura del teatro
“normal”, en una estructura debilitada y que se va desacreditando, a la vez como
cexpectativa de una gran parte de su piblico, como base de muchas de sus formas de
representacion, y en tanto norma de dramaturgia que funciona autométicamente.
Miller llama a su texto postdramético: “Bildbeschreibung’, un “paisaje més alld de la
muerte” y “explosién de un recuerdo en una estructura dramética muerta”. Se puede
describir el teatro postdramético de la siguiente manera: los miembros o las ramas del
‘organismo dramatico estén, aun como material moribundo, siempre presentes, y
constituyen el espacio de un recuerdo que a la vez. estalla y “la pasa bien”. incluso el
prefijo “post” en el término “postmoderno”, en que representa mas que una mera ficha,
 
* Mallee Heiner), Gesammelte irrtimer, FrancfortMain, 1986, pig. 21.
* Lehmann (Hlans-Thies), “Theater der Blicke. Zu Heiner Mallers “Bildbeschreibung”™, in Profitlich
(Ulrich), Dramatik der DDR, Francofort/Main, 1987, pigs. 186-202.indica que una cultura o una prictica artistica ha transgredido el horizonte de la
modernidad hasta ahora comiinmente admitido, para seguir subsistiendo en una relacién
cualquiera — negacién, declaracién de guerra, liberacién, acaso s6lo desviacién y gozoso
saber - de lo que seria posible més allé de dicho horizonte, Se puede hablar asf de un
teatro post-brechtiano que justamente no puede considerarse como sin relacién con
Brecht, pero que se siente aicanzado por las exigencias al teatro sedimentadas en la obra
de Brecht, aunque sin por ello aceptar definitivamente las respuestas que él mismo
ofece.
El teatro postdramético engloba pues la actualidad / la renovacién / la continuidad de
estéticas antiguas, por ejemplo de las que ya se habfan distanciado de la idea dramética
a nivel del texto 0 del teatro. El arte no puede en modo alguno desarrollarse sin relacién
con las formas anteriores: El tinico criterio es el nivel, la lucidez y la forma particular de
esta relacién. Asi también, es necesario diferenciar entre el recurso a Jo antiguo aun en
Jo nuevo, y la (falsa) apariencia dela validez persistente o la necesidad de “normas”
siempre presentes. La afirmacién segimn la cual el teatro postmodemo necesitaria normas.
clisicas afin de establecer, por oposicién, su propia identidad’®, podria descansar en una
confusion de la Optica exterior con ta légica estética interna, Porque el discurso critico
sobre el nuevo teatro suele tener tendencia a recursos de este tipo. En realidad, son los
conceptos clisicos vueltos normas estéticas por el peso de la tradicién, los que son
dificiles de quebrantar. En la conciencia general, es verdad que la nueva practica teatral
s¢ manifiesta a menudo por un distanciamiento polémico de las cosas establecidas, con
Jo que despierta la impresion de que debe su identidad a las normas cldsicas. Pero no
por ello la provocacién produce Ia forma. El arte que negativiza por la provocacién esté
obligado, él también, a crear algo nuevo a partir de su propia substancia, y s6lo puede
ganar su propia identidad a partir de ésta, y no de la pura negacién de las normas
clésicas.
 
"© pavis (Patrice), “The Classical Heritage of Modem Drama. The Case of Post-modern Theatre”, in
‘Modern Drama, vol, XXIX, Toronto, 1986, pég. 1 (S'i!n'en est pas fait explictemert mention, les
traductions de textes étrangers sont celles du traducteur:)
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