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Libro: Comenzando los vnculos.  Los Bebs, sus Paps y el Jardn Maternal.  
Cardoso, Ana; Guerra, Vctor; Lpez, Sara. 
 
Captulo 1. 
Algunas reflexiones del surgimiento de  los Jardines, Guarderas y Centros de 
Cuidado Diurno en nuestro pas.   
 
  Al reflexionar sobre nuestra realidad, cabra preguntarse por qu surgen y cul 
es  la  razn  del  incremento  de  las  Guarderas,  Jardines  de  Infantes  y/o  Centros  de 
Cuidad Diurno. 
  Nosotros  pensamos  que  los  mismos  surgen  como  una  respuesta  social.  
Respuesta  social  para  los  padres,  que  se  ven  enfrentados  a  pensar  en  la  delegacin 
descuidado de sus hijos pequeos, en virtud de que se ha ido dando una transicin de 
la familia extensa a la familia nuclear.  El cambio social que se viene dando desde hace 
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unos cuantos aos, respeto al tipo de familia ha  determinado que las parejas jvenes, 
no cuenten la mayora de las veces con una  red familiar que las apoye. 
  Pero tambin, el surgimiento de estas instituciones o servicios es una respuesta 
social  para  muchas  personas  que,  con  preparacin  o  sin  ella,  crean  estos  espacios 
como fuente de trabajo. 
  Si  miramos  retrospectivamente  nuestra  sociedad  y  tomando  como  referencia 
los  aportes  del  historiador  Jos  Pedro  Barrn,  vemos  que  a  fines  del  siglo  pasado,  el 
Estado cre tres instituciones relacionadas con la primera infancia. 
  En el ao 1877, el gobierno de Lorenzo Latorre, cre el Asilo Maternal, como 
asilo diurno de los nios de 2 a 8 aos, cuyos padres, por su condicin de trabajadores 
no podan atenderlos. 
  En el ao 1892, la escuela vareliana  inaugur el primer Jardn de Infantes, bajo 
la  direccin,  de  la  maestra  Enriqueta  Compte  y  Riqu.    Finalmente,  en  el  ao  1894,  la 
Facultad de Medicina, abri su clnica de nios, a cargo del Dr. Francisco Soca. 
  Despus  del  surgimiento  de  este  primer  Jardn  de  Infantes,  se  produce  un 
perodo de estancamiento en todo lo relativo a la educacin preescolar. 
  Alrededor  de  la  dcada  del  sesenta,  esta  realidad  comienza  a  variar 
considerablemente, tanto a nivel oficial, como privado.  Gradualmente se produce una 
eclosin  de  estas  instituciones  que  sin  duda  tiene  estrecha  relacin  con    la  mayor 
incorporacin de la mujer al mercado laboral. 
  Consideramos  que  la  crisis  econmica    sea  una  de  las  variables,  que  pueda 
haber  desencadenado  este  fenmeno.    Existen,  sin  lugar  a  dudas,  otras  variables 
relacionadas  a  la  propia  condicin  de  la  mujer  que  estn  referidas  a  la  ampliacin  de 
sus roles y a la necesidad de soluciones que los mismos le imponen. 
  Lo  que  s  podemos  constatar  objetivamente,  es  que  alrededor  de  la  fecha  ya 
sealada, ao 1967, observamos el surgimiento de instituciones cuyo objetivo es el de 
colaborar  en  la  atencin  y  crianza  de  los  nios,  hecho  que  se  mantiene  con  un 
crecimiento sostenido hasta el presente. 
  Comienza  a  conjugarse  as,  no  solamente  el  garantizar  el  derecho  de  la  madre 
al  trabajo,  sino  tambin  el  derecho  de  los  nios  a  obtener  un  cuidado  y  una  atencin 
adecuada. 
  En  los ltimos 10 aos, esta preocupacin se ha  visto reflejada en  los distintos 
encuentros,  jornadas  y/o  congresos,  tanto  a  nivel  nacional  como  regional,  donde 
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profesionales  de  distintas  reas  han  unificado  esfuerzos  tendientes  a  jerarquizar  la 
educacin inicial. 
  Instituciones  tales  como  C.O.Y.C.,  OMEP,  Universidad  Catlica,  CIEP,  IEF,  la 
Ctedra de Psiquiatra Infantil, WAIPAD, ANEP a travs del Departamento de Educacin 
Privada  y  quizs  muchas  otras  que  por  desconocimiento  nuestro  no  estn  citadas, 
podemos  reconocerlas  como  generadoras  en  el  pasado  y  en  el  hoy,  de  mbitos  de 
discusin  y  encuentro  para  todos  aquellos  tcnicos,  que,  desde  distintas  reas,  estn 
involucrados en el tema. 
  Ahora  bien,  ms  all  de  la  preocupacin  y  jerarquizacin  que  el  tema  ha 
merecido,  la  realidad  en  nuestro  pas,  an  est  muy  lejos  de  tener  la  cobertura 
poblacional necesaria. 
  De acuerdo al Censo de Centros de Educacin Inicial, realizado en Montevideo 
en  1992,  vemos  que  se  registra  en  esta  ciudad,  una  cobertura  del  38,3%  para  el  total 
de nios de 0 a 5 aos. 
  La  poca  oferta  de  centros  oficiales,  sumada  a  la  falta  de  polticas  educativas 
para  estas  edades,  ha  permitido  el  surgimiento  a  nivel  privado  de  un  verdadero 
sistema de instituciones de educacin inicial, los cuales pretenden dar respuesta a una 
demanda cada vez mayor. 
  Este sistema permite por un lado la atencin  de los nios,  colaborando as con 
las  familias  que  necesariamente  precisan  de  estas  instituciones,  pero  por  otro  se 
genera un espacio de anlisis y elaboracin de estas prcticas que permite modificar o 
crear nuevos modelos. 
  La observacin y sistematizacin de estas instituciones y sus nios, es decir qu 
hacen, a qu juegan, como se relacionan, como son las acciones de los adultos a cargo 
de ellos, cules son las propuestas de juego, alimentacin y cuidados, qu acciones de 
salud  se  proponen,  son  instancias  que  permiten  conocer  distintos  modelos  de 
atencin. 
  Parecera  entonces,  que  de  alguna  manera,  esta  falta  de  polticas  educativas  a 
nivel  oficial,  ha  ido  generando  una  bsqueda  de  las  mismas  a  nivel  privado  dentro  de 
este sistema. 
  Maternalito se inserta en este sistema, cubriendo una faja etaria de atencin de 
nios de 0 a 5 aos. 
  Para nosotros un el rol social de un centro de atencin de nios menores de  5 
aos,  debe  ser  el  de  promover  el  desarrollo  de  stos  en  forma  natural  e  integral.  
Tambin  como  tarea  prioritaria  debera  englobarse  el  ser  un  factor  de  sostn  de  los 
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padres ante la presencia de situaciones de duda y/o crisis, durante el crecimiento en el 
binomio nio-familia. 
  Qu  queremos  decir  con  esto?    Consideramos  a  estos  centros,  no  slo  como 
un lugar adecuado  para  los nios, sino tambin  para los  padres, ya que, de acuerdo a 
nuestra  experiencia  se  forman  muchas  veces  en un  lugar  privilegiado  para  contener  y 
orientar  las  ansiedades  que  en  los  padres  genera  ese  acompaar  el  desarrollo  de  sus 
hijos.  Creemos que los centros de educacin inicial, pueden ser uno de los lugares de 
la red social, que posibiliten abordar estas situaciones de crisis. 
  Y  esto  nos  lleva  a  considerar  algo  que  a  nuestro  entender  se  ha  convertido  en 
un  rol  de  los  centros  de  cuidado  diurno.    Nos  estamos  refiriendo  al  tema  de  la 
profilaxis. 
  Anteriormente decamos que estas instituciones pueden ser uno de los lugares 
de  la  red  social  en  donde  es  posible  abordar  situaciones  de  crisis.    Si  bien  ello  es  as, 
creemos  que  en  estas  instituciones  se  da  un  paso  previo  y  es  el  que  muchas  veces  se 
puede evitar la crisis. 
  Diariamente  somos  testigos  desde  la  institucin,  de  lo  difcil  y  angustiante  que 
puede  ser  para  algunos  padres,  acompaar  el  proceso  de  desarrollo  de  su  hijo.  
Trastornos de sueo, dificultades en la alimentacin, puesta o no de lmites, diferentes 
enfoques  de  la  pareja,  trastornos  del  lenguaje,  vista  u  odo,  etc.,    van  transformando 
ese  acompaar  en  algo  que  para  los  padres  se  hace  difcil  de  sostener,  tornndose 
necesario el apoyo de alguien capaz de mirar desde afuera el binomio nio-familia. 
  Talleres  de  padres  donde  es  posible  reflexionar  juntos  sobre  temticas 
comunes,  entrevistas,  con  distintos  integrantes  del  equipo  tcnico  de  la  institucin, 
comentarios e intercambios en el cuaderno diario de  comunicaciones, escucha atenta 
a las dudas e inquietudes de los padres, seguimiento individualizado de los nios, etc., 
son algunas de las tcnicas que empleamos como forma de profilaxis. 
  Nos  parece  muy  importante,  que  todos  los  que  estamos  en  esta  tarea, 
tomemos  conciencia  de  este  rol  que  indudablemente  hoy,  estn  cumpliendo  estas 
instituciones.    La  funcin  de  maternaje,  no  se  limita  al  cuidado  del  nio,  sino  que 
trasciende  al  mismo,  para  convertirse  en  un  polo  de  incidencia  sobre  la  clula  bsica 
de la sociedad, que es la familia. 
  Este  tema  no  se  agota  con  estas  reflexiones    Nos  gustara  si  dejar  establecido, 
que  pese  a  todas  las  carencias  conocidas  a  la  falta  de  legislacin  ya  sealada,  existen 
en  nuestro  medio  muchas  experiencias  muy  vlidas  en  diferentes  estratos 
socioeconmicos, que realizan adecuadamente una funcin de maternaje. 
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  Funcin sta imprescindible en este momento, no slo para la familia que  debe 
delegar el cuidado, sino fundamentalmente para  el propio nio, ya que las influencias 
que  reciba  en  estos,  sus  primeros  aos  de  vida,  determinarn  en  gran  parte,  el 
desarrollo de su personalidad. 
  Esperamos  que  al  finalizar  este  siglo,  exista  entre  todas  las  Instituciones  de 
Educacin Inicial, una red de sostenimiento para la atencin de los nios, con pautas y 
criterios  comunes,  elaborados  en  base  a  una  reflexin  y  sistematizacin  de  la  teora  y 
la prctica, aplicados en los mismos. 
  En  los  captulos  siguientes,  abordaremos  nuestra  experiencia  de  trabajo  en  la 
atencin del nio y su familia.  La misma est referida a las acciones desarrolladas con 
nios de 0 a 18 meses. 
Bibliografa 
1.  Barrn,  J.  (1990)  Historia  de  la  sensibilidad  en  el  Uruguay.  Tomos  1  y  2  Ed. 
Banda Oriental. 
2.  Estudio  para  la  propuesta  de  servicios  alternativos  para  el  apoyo  de  mujeres 
trabajadoras  en  barrios  populares  de  Montevideo.  Aguirre,  R.,  Senatore,  O. 
CIEDUR, 1991. 
3.  Razn y fe.  Revista Hispanoamericana de Cultura, N 50, Madrid, 1977. 
4.  Censo de Centros de Cuidado Diurno,1992. 
 
Captulo 2. 
Proceso de ingreso e integracin familiar . 
 
  A  los  efectos  de  clarificar  por  qu  hablamos  de  Proceso  de  ingreso  e 
integracin  familiar  creemos  necesario  precisar  algunos  conceptos.    Decimos  que  es 
un proceso entendiendo como tal al conjunto de las fases sucesivas de un fenmeno.  
Cuando  se  produce  el  ingreso  de  un  ncleo  familiar  al  Jardn  Maternal  se  van 
sucediendo  una  serie  de  etapas  o  fases  con  un  objetivo  determinado  que  es  el  de 
poder lograr la integracin, entendiendo como tal el hecho de componer  un todo con 
sus partes integrantes, Definimos ingreso como el hecho de entrar a formar  parte 
de 
  Preferimos  hablar  de  ingreso  e  integracin  y  no  de  adaptacin  por  considerar 
que  los  dos  primeros  trminos  tienen  que  ver  con  un  conjunto  dinmico  a  diferencia 
del  vocablo  adaptacin  que  entendemos  nos  remite  a  un  concepto  esttico.  
Conceptualizamos  la  adaptacin  como  la  tendencia  que  tienen  los  organismos  a 
modificarse segn las exigencias del ambiente. 
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Por qu hablamos de proceso de ingreso familiar? 
  La  respuesta  a  esta  pregunta  la  podemos  enriquecer  apelando  a  algunos 
aspectos  de  la  Teora  General  de  los  Sistemas  y  a  posibles  elementos  de  la  dinmica 
familiar en juego.  Todo ingreso supone una situacin dinmica en la que ambas partes 
(Sistema Familiar y Sistema Institucional), se modifican dando lugar a un todo distinto 
al que exista previamente. 
  Hablamos  de  ingreso  familiar  y  no  de  ingreso  del  nio  al  Jardn  Maternal, 
basndonos  en  los  conceptos  aportados  por  la  Teora  General  de  los  Sistemas  y  la 
Teora de la Comunicacin Humana. 
Dentro  del  marco  de  estas  Teoras  se  ve  al  individuo  como  una  parte  del 
sistema  mayor  que  constituye  la  familia.    Se  considera  que  la  conducta  no  es 
independiente  de  las  condiciones  ambientales,  sino  el  resultado  del  interjuego  de 
procesos recprocos entre las partes interactuantes. 
Uno  de  los  axiomas  de  la  Teora  de  la  Comunicacin  Humana  referidos  a  los 
sistemas abiertos como la familia es que cada una de las partes de un sistema total.  
Toda  conducta  es  comunicacin  y  por  lo  tanto  influye  sobre  los  dems  y  sufre  la 
influencia de stos.  Es imposible no comunicarse. 
Desde  un  ngulo  psicoanaltico  hablamos  de  proceso  familiar  porque 
consideramos que el ingreso del beb al Jardn implica una modificacin de la dinmica 
familiar, ya que tanto el beb como los padres se enfrentan a una situacin nueva que 
genera diversas ansiedades. 
Si bien desde el punto de vista formal, quien pasa a integrar la Institucin es el 
beb,  no  podemos  olvidar  que  el  beb  y  la  madre  conforman  una  dada,  y  que  los 
vnculos  que  caracterizan  a  la  misma  (desde  el  ngulo  materno),  tienen  una  doble 
vertiente:  1 objetal (diferenciada),  2 narcisista (indiferenciada).  Es as que sobre todo 
en  los  primeros  meses  de  vida  la  madre  vive  a  su  hijo  alternativamente,  como  una 
parte de s misma y como un ser diferente, con deseo propio. 
  Esta  alternancia  de  representaciones  maternas  juegan  un  papel  decisivo  en  el 
desarrollo del beb, y tambin en el proceso de ingreso a la Institucin. 
  Es  esperable  que  la  ansiedad  que  produce  a  ambos  la  separacin  (en  muchos 
casos es la primera experiencia de este tipo), determine en la madre la prevalencia de 
la imagen o representacin del beb como una parte de s misma. 
  Y esto nos lleva a prestar especial atencin a que la madre pueda establecer un 
vnculo de confianza y seguridad con las cuidadoras, dado que lo que siente el beb, la 
madre lo vive como si le sucediera a ella. 
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Pasos del ingreso 
Visita a la institucin 
  Cuando una pareja se acerca a la institucin para informarse y resolver sobre el 
cuidado de su hijo, nosotros tenemos presente dos supuestos: 
1.  Que  estos  padres,  tienen  necesidad  de  tener  confianza  para  la  toma  de  esta 
decisin difcil. 
2.  Y que estos padres, como todos, tienen una dificultad normal para separarse de 
su hijo. 
As  nuestra  propuesta  es  contarles  como  atendemos  y  cuidamos  a  su  hijo,  cmo 
priorizamos el vnculo, mientras los invitamos a recorrer la Institucin.  Les damos as, 
desde el primer contacto un lugar de atencin y respuesta a todas sus inquietudes. 
  Creemos que mostrar a los padres en forma espontnea, el sector de bebs en 
la dinmica diaria de la tarea, ayuda a ver que no hay nada oculto; ya que lo oculto es 
terreno  frtil  para  que  los  padres  desplieguen  an  ms  las  fantasas  de  robo, 
abandono, exclusin, maltrato. 
  Deseamos  que  este  primer  contacto  pueda  amortiguar  en  parte  los  elementos 
que generan desconfianza y crear un vnculo inicial para la entrevista de ingreso donde 
se  tocarn  estos  aspectos  con  mayor  profundidad  y  donde  se    obtendrn  datos  de  la 
historia familiar. 
Entrevista de Ingreso 
  Toda familia que se acerca a la Institucin viene con un cmulo de necesidades 
y expectativas.  La entrevista de ingreso tiene como objetivos:  
1.  Interrelacionar  la  historia de la familia y la historia del nio hasta el momento 
que deciden compartir con nosotros a cuidado del mismo. 
2.  Conocer las expectativas familiares respecto de la Institucin. 
3.  Conocer los temores que surgen frente a la separacin. 
4.  Observar la interaccin real entre la madre y el beb. 
5.  Aproximarnos a la imagen que tiene la madre de ella misma y del beb. 
6.  Aproximarnos  al  manejo  que  tienen  los  padres  de  sus  impulsos  y  de  la 
ansiedad. 
A  los  efectos  de  entender  este  proceso  haremos  un  relato  de  una  primera 
entrevista de una nia que en el momento de ingresar, tena cinco meses. 
  A  esta  entrevista  concurre  solo  la  mam.    Al  preguntrsele  por  la  ausencia  del 
padre se sonre y con un gesto da a entender que no le interesa concurrir. 
  Relata que no estn casados y que viven juntos hace tres aos.  Tienen otra hija 
de 22 meses.  Ambos son empleados de medianos recursos. 
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  Karina,  que  as  se  llama  la  beba,  hasta  el  presente  ha  estado  al  cuidado  de  la 
abuela materna y/o de una amiga de la mam.  Relata que esta hija es producto de un 
accidente y que el nacimiento fue por cesrea.  Fue amamantada slo un mes porque 
empec a trabajar y me qued sin leche. 
  Duerme con los padres y  la hermana en el  dormitorio,  no  usa chupete  pero se 
chupa  mucho  el  dedo.    La  madre  la  describe  como  muy  tranquila,  ni  bien  come  la 
pongo boca abajo y se duerme. 
Dice que duerme bien y tiene buen apetito. 
  Dado  que  eran  las  dos  nias  las  que  iban  a  ingresar,  permanentemente  la 
mam  contrapone  la  tranquilidad  de  Karina  con  la  inquietud  de  su  hermana.    Relata 
que al nacer Karina le quitaron los paales a la hermanita que tena 18 meses y que el 
padre  le  peg  tanto  hasta  que  logr  que  aprendiese,  sealando  que  en  la  crianza  de 
las nias hay una clara diferencia de opiniones entre ellos. 
  Conversamos  sobre  cmo  pensamos  nosotros  que  sera  adecuado    hacer  el 
ingreso,  explicndole  a  la  mam  la  importancia  de  que  ella  los  primeros  das 
acompaara  a  la  beba.    Nos  responde  no  disponer  de  tiempo  y  que  s  lo  har  con  la 
mayor por entender que la beba no precisa de mi presencia. 
  Finalizada sta, nuestra hiptesis de trabajo es que en la misma se han podido 
detectar  distintos  factores  de  riesgo:  padres  que  no  comparten  criterios  de  crianza, 
poca  jerarquizacin  del  vnculo  madre  hija  y  mayor  disposicin  materna  para  estar 
cerca de la hija mayor. 
Preparacin de la Institucin e Ingreso al sector 
  Como  criterio  general  despus  de  realizada  esta  entrevista,  la  Institucin  se 
prepara para el ingreso.  Se realiza una coordinacin con el equipo del sector de bebs.  
En esta coordinacin se analizan  los  elementos que surgen de la entrevista de ingreso 
y  se  designa,  de  comn  acuerdo  con  el  equipo,  una  persona  que  ser  la  que  oficiar 
como madre sustituta. 
  Para  el  caso  que  hemos  relatado,  detectados  los  factores  de  riesgo  ya 
sealados  en  la  coordinacin  y  seleccin  de  la  madre  sustituta,  analizamos  los 
primeros, planteamos una estrategia de abordaje de la situacin. 
En  sus  primeros  das  con  nosotros,  Karina  llora,  reclama  al  adulto  para  que  la 
tenga en brazos y se  resiste a alimentarse: al querer el adulto  darle el pur, Karina se 
balancea permanentemente cerrando con fuerza la boca. 
Insistimos  en  la  jerarquizacin  de  vnculo  con  la  madre  sustituta  a  travs  de 
instancias de juego y de mucho contacto corporal. 
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Paralelamente,  tratamos  de  reforzar  el  vnculo  con  la  madre  a  travs  del 
contacto diario cuando la viene a traer y/o buscar, a la vez que diariamente se le relata 
en el cuaderno cmo pas Karina y cmo fuimos contactndonos con la beba. 
En el correr de los das Karina comienza a sonrer, cesa la fuerza que le imprima 
a sus labios cuando acercbamos la cuchara, para finalmente ceder su balanceo. 
Todo  este  proceso  de  Karina  hizo  que  surgiera  entre  las  distintas  madres 
sustitutas un apodo, la llamaron Cameruna. 
Durante  una  coordinacin  en  la  cual  se  conversaba  sobre  este  caso,  fuimos 
despejando la fantasa que estaba en juego en torno a este apodo.  Coincidi el ingreso 
de la nia, con el xito y la sorpresa del equipo de Camern en el Mundial de Ftbol de 
1990.    As  tambin  en  el  Jardn  Maternal  produjo  una  grata  sorpresa  el  despliegue  de 
su potencial interior, a pesar de contar con las dificultades aqu sealadas de su medio 
ambiente familiar. 
La  evolucin  de  Karina  continu  siendo  positiva  y  en  el  da  de  hoy  su 
integracin no presenta dificultades. 
Presencia de la madre en el sector, fundamentacin terica. 
  Durante  los  primeros  das,  la  mam  se  queda  unas  horas  con  el  beb  en  el 
sector y luego se retiran juntos. El hecho de que, la mam o el pap permanezcan con 
el nio se fundamenta en dos aspectos: 
1.  Desde  el  lado  del  beb,  porque  necesita  integrarse  a  un  lugar  diferente 
manteniendo  algo  estable  de  la  situacin  anterior,  es  decir,  la  madre.    La 
presencia materna torna tolerable la ansiedad que le genera la nueva situacin. 
2.  Desde el lado materno, como  ya lo sealamos, porque en  la madre  prevalecen 
las  representaciones  del  hijo  como  parte  de  s  misma.    Creemos  que  este 
concepto puede estar referido a distintas cosas:  
1.  una parte de s misma, como parte de su propio cuerpo 
2.  el hijo como aquello que le dara una completud narcisista. 
3.  parte  de  s  misma,  en  tanto  que  la  madre  coloca  en  el  beb  y  sus 
cuidados, sus propios aspectos infantiles, su propia necesidad de ser cuidada.    
  En  nuestra  experiencia  observamos  que  en  la  situacin  que  tratamos  de 
describir,  se  encuentra  presente  fundamentalmente  este  tercer  aspecto,  es  decir:  su 
propia necesidad de ser cuidada. 
Por otro lado pensamos que toda madre pone en luego la regresin de una parte de s 
misma  para  poder  relacionarse  con  su    hijo  en  un  nivel  ms  primario  (regresin  de 
enlace). 
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Habra  una  reactivacin  de  canales  de  comunicacin  corporales  (cenestsicos  segn 
Spitz)  (3),  y  de  representaciones  arcaicas  de  s  misma  y  de  los  objetos  primordiales 
(padres). 
  Por todo esto, cuando una madre cuida de su beb pone en juego un doble rol: 
el rol de madre y el rol de  beb. 
  Ella  misma  se  identifica  con  los  cuidados  maternos  recibidos  (rol  de  madre),  y 
proyecta en su hijo su propia necesidad de ser cuidada (rol  de beb)   Winnicott deca 
que  la  madre  sabe  muy  bien  cmo  se  siente  el  beb,  y  que  para  ello  aprovecha  sus 
propias experiencias de cuando ella era un beb tambin. 
  Coincidimos  con  este  planteo,  y  agregamos  que  no  es  solo  un  proceso  de 
identificacin  y  recuperacin  de  experiencias  anteriores,  sino  tambin  de  proyeccin 
en el beb de las necesidades infantiles todava presentes en toda madre. 
  Y  es  fundamentalmente  por  esto  que  creemos  que  hay  que  permitirle  a  la 
madre  sentir  que  tiene  un  lugar  para  ella  tambin  en  el  proceso  de  ingreso  y  en  la 
permanencia posterior del beb en la Institucin. 
  Si  se  le  negase  la  permanencia  durante  el  ingreso  y  posteriormente  el  libre 
acceso  al  sector,  sera  no  slo  dejarla  fuera  fsicamente  de  la  situacin,  sino  tambin 
obligara  a  reintroyectar  violentamente  los  aspectos  infantiles  de  ella  misma 
proyectado en el beb que son contenidos por el maternaje institucional 
Una  madre  comentaba:  para  m  Maternalito  fue  como  haber  encontrado  a  la 
abuela de mi hijo que tanto me preocupaba no tener No me olvido ms la maana 
que estuve all observando cmo trabajaban.  Siempre me gust lo cariosas y alegres 
que eran las mamis del saln. 
  Aqu  vemos  un  ejemplo  de  lo  dicho  anteriormente,  aparece  claramente  la 
vivencia  de  la  Institucin  en  su  funcin  maternante.    Si  es  una  abuela  simblica  de  la 
criatura,  pasara  a  ser  tambin  una  madre  simblica  de  quien  realiza  el  relato.    Y 
creemos  que  tambin  el  poder  comprobar  cmo  las  dems  cuidadoras  mamis 
realizan su tarea, tiene un valor reasegurador, que permite el desarrollo de un vnculo 
de  confianza  limitando  el  peso  de  la  ansiedad  persecutoria  y  las  fantasas  de  robo  y 
abandono. 
  El origen de dichas fantasas generalmente se encuentra en la culpa que siente 
la  madre  en  dejar  a  su  beb  al  cuidado  de  otros.    Y  en  ocasiones  algunas  madres 
pueden  llegar  a  proyectar  ese  sentimiento  de  culpa  en  la  Institucin  y  en  las 
cuidadoras  a  travs  del  excesivo  control  del  cuidado  que  se  realiza  de  su  hijo.    Tratan 
entonces de confirmar, que  las que abandonan y no cuidan al beb son las otras y  no 
ella. 
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  Cuando  valoramos  en  forma  conjunta  que  el  nio  ha  establecido  un  buen 
vnculo con su madre sustituta y que tambin su mam ha podido hacer lo propio con 
dicha  cuidadora  y  dems  integrantes  del  equipo,  vamos  acordando  reducir  el  tiempo 
de  permanencia  necesaria  en  el  sector.    Si  bien  la  madre  se  va  retirando 
paulatinamente, ella sabe que puede volver al sector siempre que lo desee. 
  Qu  sentido  puede  tener  el  permitir  que  la  madre  tenga  esta  posibilidad?  
Para fundamentarlo  debemos recordar que  luego del  parto la madre tiene diferentes 
tareas  a  realizar  en  torno  a  su  beb  y  en  torno  a  s  misma.    Adems  de  la  tarea  de 
cuidar  a  su  beb  y  de  codificar  regresivamente  los  mensajes  que  l  emite,  en  torno  a 
ella misma debe realizar el trabajo psquico de articular las diferentes representaciones 
que de s misma tiene. 
  Creemos  que  despus  de  tener  a  su  hijo  (y  seguramente  antes  tambin),  la 
madre posee diferentes representaciones de s: 
1.  la de ella misma como beb y nia. 
2.  la de ella misma como madre, 
3.   la  de  ella  misma  como  mujer  en  relacin  a  su  pareja  y  sus  actividades  en  el 
mundo exterior (trabajo, estudio, etc). 
  Este  proceso  de  articulacin,  que  es  interno,  tiene  diferentes  soportes 
exteriores,  y  uno  de  ellos  es  el  padre,  al  cual  generalmente  se  le  adjudica  el  rol  de 
tercero que separa la dada (rol que indudablemente cumple). 
  Pero  pensamos  que  al  principio  su  rol  prioritario  gira  en  torno  a  facilitar  el 
vnculo  proximal  entre  la  madre  y  el  beb,  y  luego  favorecer  la  articulacin  de  las 
diferentes  representaciones  de  s  maternas,  a  travs  de  los  cuidados  que  realiza  en 
ella, y en el darle un lugar y una narcisizacin como madre de su hijo y como mujer en 
relacin con l. 
  Tambin  las  cuidadoras  pueden  cumplir  este  papel  de  facilitar  dicha 
articulacin, al permitir que la madre capte que tiene un lugar para poder hablar de lo 
que  ella  siente  como  madre  y  como  mujer  en  sus  actividades  y  en  su  vnculo  con  su 
pareja. 
  Una madre nos deca: yo no s qu me pasa a m, cuando vengo ac me paso 
hablando de mis cosas. 
  Todo esto nos lleva a pensar cul es la funcin de la cuidadora en relacin a la 
madre que trae a su beb?  
Funcin de las cuidadoras y de la Institucin 
  Creemos que podemos globalizarla con dos funciones bsicas: 
12 
 
1.  Contener  parcialmente  los  aspectos  infantiles  maternos  hacindole  sentir 
que  ella  tiene  fsicamente  un  lugar  y  un  apoyo.    Esto  nos  ubicara  en  un 
registro dual (regresivo) del vnculo. 
2.  y  tambin  desde  el  momento  que  la  madre  siente  que  puede  expresar  sus 
vivencias  y  tomar  a  la  Institucin  como  un  lugar  para  poder  hablar 
espontneamente de sus otros intereses, adems de su inters por el beb, 
va  as  articulando  las  diferentes  representaciones  de  s  y  ratificando  la 
investidura  de  otros  objetos  y  actividades,  por  lo  que  pensamos  que    nos 
ubicaramos en un registro triangular. 
      Y  an  en  el  caso  de  que  la  madre  no  establezca  este  tipo  de  vnculos  con  las 
cuidadoras,  igualmente  la  Institucin  cumplir  una  funcin  de  tercero,  ya  que  hay 
otros a los que el beb va a investir.  Esto lo captan las madres, una de ellas nos deca: 
ya  veo  que  dej  de  ser  todo  para  mi  beb,  yo  se  que  le  hace  bien,  pero  me  duele 
mucho. 
  Para  poder  resumir  esta  idea  de  la  interrelacin  de  estos  dos  diferentes 
registros,  diramos  que  para  facilitar  en  la  madre  la  aceptacin  e  integracin  de  la 
Institucin  como  un  tercero  que  la  separa  del  beb,  debemos  permitirle  tener  la 
posibilidad  de  recrear  parcialmente  un  vnculo  dual  con  la  misma.    Y  eso  tambin  lo 
observamos en el hecho de que los padres muchas veces vienen a plantear problemas 
para que la Institucin y fundamentalmente las directoras se los resuelvan. 
  Pero dichos problemas son planteados de una forma tal que es como si el otro 
no  tuviera  un  tiempo  y  un  deseo  diferente  al  de  ellos,  y  como  si  se  diera  por 
descontado que se tiene la obligacin de resolverlo. 
  Frente a este planteo se  le brinda una escucha y  una orientacin  para volver  a 
reubicarlos en su lugar de adultos, en el cual la posibilidad de espera y de tolerancia a 
la frustracin, los llevara a encontrar mecanismos de resolucin de sus dificultades de 
cara al principio de realidad.   
 
Bibliografa 
1)  Diccionario Enciclopdico Bsico. Ed, Ortells, 1977 
2)   Watzlawicik,P. y col (1967): Teora de la comunicacin   humana Ed. Herder. 
3)  Spitz, R (1969) El primer ao de vida del nio. Ed, F.C:E. Mxico. 
4)  Winnicott, D (1963):  De la dependencia a la independencia del nio.   
 
Captulo 3. 
Separacin temprana.   
 
13 
 
  Diferentes  autores  han  planteado  como  la  separacin  temprana  de  la  madre  y 
su hijo puede traer repercusiones negativas en el nio, tanto en lo inmediato, como en 
el desarrollo futuro de su personalidad. 
  Los trabajos de Bowlby (1961) (1), Ana Freud y Burlingham (1943/1944) (2), Ana 
Freud  (1965)  (3),  Spitz  (1958)  (4),  Robertson  (1969)  (5),  Klaus  y  Kemell  (1978)  (6), 
(estos  ltimos  en  torno  al  perodo  sensible)  y  otros  autores,  resultan  ilustrativos  al 
respecto.    Si  bien  algunos  de  estos  trabajos se  refieren  a  situaciones  de  abandono,  es 
de  consenso  general  que  una  separacin  temprana  no  elaborada  puede  traer 
diferentes  consecuencias  negativas  para  el  beb  (Aussilloux  y  Roy,  1989)  (7).    No 
resulta tan fcil el encontrar bibliografa con respecto a las repercusiones y ansiedades 
en la madre. 
  Por ello, en este captulo, trataremos de plantear como abordar a una dada en 
el  momento  de  su  integracin  al  Jardn  Maternal  para  amortiguar  los  efectos  de  la 
separacin tempana. 
  Nosotros nos preguntamos si los posibles efectos son slo del lado del beb o si 
tambin  se  producen  efectos  del  lado  de  la  madre.    Hemos  podido  observar  que  es 
necesario  prestar  atencin  a  ambos  componentes  de  la  dada:  la  madre  y  el  beb, 
entonces el trmino separacin temprana no involucrara solamente la separacin del 
beb de su madre, sino la separacin del vnculo exclusivo entre el beb y la madre.  Es 
decir  que  nuestro  objeto  de  estudio  es  el  vnculo  que  establece  la  dada  y  los  efectos 
que se pueden producir en ambos.  Al hablar de separacin temprana nos referimos a 
que  lo  temprano  no  estara  tanto  en  relacin  a  la  edad  cronolgica  del  beb,  sino  al 
corto tiempo en el cual se ha desarrollado el vnculo. 
  Pero  qu  significado  tiene  para  la  madre  este  vnculo?    Tomaremos  un 
ejemplo, que de una u otra forma, aparece cotidianamente en el Sector de Bebes. 
  Una  madre,  llega  a  retirar  a  su  beb.    Al  hacerlo,  encuentra  a  su  hijo  jugando 
entretenidamente  con  la  cuidadora.    Ella  se  queda  mirndolos  y  ellos  no  se  percatan 
de  su  presencia.    Se  observa  cierta  molestia  en  su  rostro  y  surge  un  comentario: 
Disculpen si interrumpo el idilio. 
  El  malestar  con  que  la  madre  ha  reaccionado,  nos  mostrara  que  vive  esta 
situacin,  casi  como  una  herida  narcisista.    A  su  vez  nos  habla  de  que  ella  cree  que 
entre  el  beb  y  la  cuidadora,  hay  una  relacin  de  amor  muy  especial,  que  a  su  vez 
podra romper su propio idilio con su beb. 
  Analizaremos  este  ejemplo,  a  partir  de  algunos  conceptos  tericos  de 
Berenstein.    (8)      Este  autor  en  relacin  a  otro  tema  (si  de  los  vnculos  que  se 
establecen  en  una  pareja),  analiza  el  estado  mental  y  emocional  derivado  de  la 
14 
 
atraccin  sexual  por  el  otro.    Tiene  carcter  de  obligatoriedad  y  aspira  a  la  unin 
absoluta  con  el  objeto  amado.    Unin  que  est  en  relacin  con  una  investidura 
narcisista. 
  Basndose en Freud, este autor expresa que el objeto se ha puesto en el  lugar 
ideal  del  yo  y  que  el  enamoramiento  sera  una  forma  de  salir  de  una  situacin  de 
prdida de un objeto situacin o valor. 
  Para Berenstein, el enamoramiento recrea el  pasaje del desamparo al amparo, 
as  como  el  narcisismo  es  el  momento  primero  de  la  salida  del  desamparo  mediante 
una  relacin  de  indiferenciacin  con  el  otro;  seala  adems  que  el  enamorado  no  se 
cansa de mirar al objeto de amor y no se cansa de escucharlo. 
  Tratando de resumir estos planteos, diremos que Berenstein jerarquiza: 
1. la proyeccin del ideal del yo en el objeto de amor y 
2. la  indiferenciacin  con  el  otro  como  forma  de  salir  de  la  situacin  de 
desamparo. 
       Pensamos que estos dos aspectos entran en juego en el vnculo temprano entre la 
madre  y  el  beb  y  juegan  un  papel  fundamental  en  la  situacin  de  separacin  entre 
ambos.   Retomando el ejemplo sealado, es la  madre la que quedara en la situacin 
de desamparo (fuera del idilio). 
  Ahora bien, con respecto al punto 1, proyeccin del ideal del yo diramos que la 
madre  para  poder  realmente  cuidar  de  su  beb,  necesita  colocar  en  l,  elementos  de 
alto  valor  narcisista  que  sean  en  parte  una  compensacin  a  los  cuidados  y  esfuerzos 
que  dicho  objeto  le  demanda.    Por  momentos,  el  beb  puede  ser  vivido  casi  como  el 
nico poseedor de los valores y la fuente de autoestima materna. 
  As  el  beb  sera  aquello  que  le  dara  la  completad  narcisista,  en  tanto  que 
proyectado  el  ideal  en  l  y  al  estar  el  beb  en  completa  dependencia  de  la  madre,  es 
ella tambin parte de ese ideal .  Para ponerlo en palabras podramos decirlo as: si el 
beb es perfecto quien lo gest y lo cuida tambin debera serlo.  Sera una forma de 
participacin de esa perfeccin en tanto entran en juego proceso identificatorios. 
  Con  respecto  al  segundo  punto,  creemos  que  quienes  pueden  sentir  la 
sensacin  de  desamparo  pueden  ser  ambos:  la  madre  y  el  beb.    (Este  punto  fue 
desarrollado en el captulo anterior). 
Momentos de separacin y reencuentro de la dada 
Desde  nuestra  funcin  maternante,  vamos  a  describir  sucintamente  como 
trabajamos los momentos de separacin y reencuentro de la dada. 
15 
 
  Cuando  una  madre  llega  al  sector  por  primera  vez  con  su  beb,  la  madre 
sustituta asignada se presenta y presenta a sus compaeras. 
  A partir de ese momento el acercamiento a la madre se hace invitndola a que 
comparta  con  ella  cmo  cuida  a  su  hijo.    Para  ellos  las  frases  son  formuladas  de  una 
manera  especial,  apuntando  a  respetar  el  lugar  de  la  madre:  sentate  con  nosotras 
contanos  un  poco.    Cuando  ya  existe  un  cierto  nivel  de  confianza  se  le  pregunta  
Me lo prestas un poquito?. 
  Una vez que la madre sustituta tiene al beb en sus brazos comienza a realizar 
actividades en torno al cuidado, interroga a la madre referente si la forma es adecuada 
y  similar  a  como  ella  lo  hace,  por  ejemplo:    Es  as  que  t  acostumbras  cambiarle  los 
paales?  La mamadera se la das as? Lo acostas boca abajo? etc. 
  Qu  sentido  tendr  todo  esto?    Creemos  que  este  momento  fundamental  de 
separacin,  en  el  cual  tanto  la  madre  como  el  beb  pueden  llegar  a  sentir  casi  una 
sensacin  de  desamparo  ante  la  prdida  de  la  continuidad  y  exclusividad  del  vnculo 
entre  ambos  se  ve  paliado  por  el  hecho  de  que  la  forma  en  que  se  presenta  y  se 
relaciona  la  cuidadora  apuntara  a  no  aparecer  como  un  otro  diferenciado,  sino  en 
parte como una extensin de la madre.  El estilo  o la forma en que  la madre sustituta 
cuidara al beb, intenta ser un smil de la forma en que la madre cuida al beb, por lo 
que  en  un  sentido,  reafirmara  el  deseo  materno  de  que  no  haya  corte  ni  separacin.  
Tambin  se  asegura  as  para  el  beb,  la  sensacin  de  continuidad  en  el  cuidado 
materno.    Luego  de  pasado  el  momento  inicial  se  trata  de  privilegiar  la  instancia  del 
juego.    Estando  el  beb  en  brazos  de  la  madre  y  ya  establecido  el  vnculo  en  la 
cuidadora,  sta  trata  de  establecer  una  interaccin  ldica  espontneamente  con  el 
objeto  (juguete)  que  aparece  y  desaparece,  como  posteriormente  lo  va  a  hacer  la 
madre con el beb ensayo que alude de alguna forma al  fort-da descrito por Freud en 
1920. 
  Pasaremos  ahora  a  analizar  el  momento  referido  al  reencuentro  del  beb  con 
su madre. 
  A  partir  de  nuestra  experiencia,  podemos  sealar  dos  situaciones.    La  primera 
se  presenta  cuando  la  madre  entra  al  Sector  Generalmente  el  beb  da  seales  de 
alegra  que  son  reafirmadas  verbalmente  por  la  madre  sustituta  casi  en  una  forma  de 
sintona  afectiva  como  describe  Stern  (1985).    (9)  Frases  tales  como:  que  sueeeerte, 
lleg  mam,    qu  adegra,  qu  contento  estoy  indicara  que  la  madre  sustituta 
estara  actuando  casi  como  una  extensin  del  mismo  y  no  como  una  madre 
competidora.  Esto reasegurara a la madre en su funcin, generndole la sensacin de 
ser ella en ese momento la figura fundamental para el beb. 
16 
 
  El  segundo  momento  es  posterior  a  que  se  produzca  ese  reencuentro  fsico 
inicial. 
  La madre pregunta con avidez, cmo ha pasado el nio, qu ha hecho, si se ha 
alimentado, si extrao, etc., intentando llenar a travs de esa informacin, el vaco que 
le gener su ausencia. 
  Por ello se intenta que ese momento que la madre vive como de devolucin de 
su  hijo,  no  sea  slo  una  devolucin  fsica,  sino  una  devolucin  en  palabras.    La  misma 
diariamente es reforzada a travs del cuaderno viajero; en l les vamos contando a los 
padres  cmo  transcurre  el  tiempo  que  el  beb  est  con  nosotros,  generando  un 
espacio a travs de relatos y preguntas para que tambin ellos puedan plantearnos sus 
dudas e inquietudes diarias. 
 
 
Bibliografa 
 
1)  Bowlby,J. (1961): Cuidado materno y salud mental. OMS. 
2)  Freud, A. y Burlingjham, D. (1964) La guerra y los nios  Ed. Paids. 
3)  Freud, A. (1965) Normalidad y  patologa en la niez.  Ed. Paidos. 
4)  Spitz,R. (1969)  El primer ao de vida del nio.  Ed. F:C:E. 
5)  Robertson (1969) John, seventeen months in foster care for years.  Filme. 
6)  Klaus y Kennell (1978) La relacin madre-hijo. Ed. Panamericana. 
7)  Ausilloux y Roy (1990) Le bebe dans les Institutions.  En Psycopatologie du 
bebe. 
8)  Berenstein, I.  (1981) Psicoanlisis de la estructura familiar. Ed. Paids. 
9)  Stern, D. (1985) The interpersonal World of infant. N.Y. Basic Books. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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