LINGÜÍSTICA COGNITIVA Mendoza Ibañez
LINGÜÍSTICA COGNITIVA Mendoza Ibañez
es 0. Introduccin La lingstica cognitiva surge al amparo de la disciplina cientfica conocida, de forma genrica, como ciencia cognitiva1[1]. sta es una disciplina relativamente reciente, de no mucho ms de 25 aos. Se ha ocupado de comprender la naturaleza de diversas operaciones mentales relacionadas con el razonamiento, la memoria, la organizacin del conocimiento y el procesamiento y la produccin lingstica, entre otras. En la lnea de estas investigaciones la lingstica cognitiva se ha ocupado especialmente de los problemas de la categorizacin conceptual (teora de los prototipos y de las categoras de nivel bsico), de los modos de organizar y almacenar conocimiento dentro de una concepcin enciclopdica de la semntica (Haiman, 1980; Langacker, 1987), de la conexin entre la conceptualizacin, el razonamiento y las categoras conceptuales enraizadas en nuestra experiencia sensorial y motora respecto al entorno (ej. la teora de los esquemas de imgenes; Johnson, 1987; Resumir las aportaciones de la lingstica cognitiva al estudio del lenguaje es prcticamente imposible en un espacio tan breve. Podemos destacar, en general, tres grandes lneas: a) Los estudios de metfora y metonimia, instigados por trabajos ya clsicos como Lakoff y Johnson (1980), Lakoff (1987), Lakoff y Turner (1989), Lakoff (1993, 1996), Lakoff y Johnson (1999); en esta lnea se insertan tambin aplicaciones novedosas como la teora de los espacios mentales combinados de Mark Turner y Gilles Fauconnier (cf. Fauconnier y Turner 1996, 1998, 2001; Turner y Fauconnier, 1995), quienes intentan explicar las proyecciones metafricas como una cuestin ms de integracin conceptual. b) La semntica de marcos (Fillmore, 1985; Fillmore y Atkins, 1994; Lowe, Baker y Fillmore, 1997; Fillmore, 1998) o de modelos cognitivos proposicionales (Lakoff, 1987), cuyo objetivo es describir con detalle los componentes y organizacin de las estructuras conceptuales en toda su complejidad. c) Los estudios de diversos aspectos de la gramtica desde el punto de vista de su motivacin cognitiva. En este sentido destacaremos dos lneas de trabajo: una, la Gramtica Cognitiva, de Langacker, cuya primera presentacin se hizo en Langacker (1982), pero cuyos estudios ms elaborados se encuentran en Langacker (1987, 1990, 1991); otra, la Gramtica de Construcciones en las versiones de Kay y Fillmore (1994), por un lado, y de Goldberg (1995), por otro.
1[1]
La investigacin de la que forma parte este trabajo ha sido financiada por la Direccin General de Investigacin, del Ministerio de Ciencia y Tecnologa, a travs del proyecto BFF2000-0934.
Para Nuyts (1993) la lingstica cognitiva es de orientacin pragmtica, pues es un modelo basado en el usuario que se adentra en consideraciones funcionales. Sin embargo, en la prctica, su principal preocupacin se ha centrado en estudiar el reflejo en la gramtica de diversos fenmenos semnticos, as como en desarrollar una teora experiencialista de la conceptualizacin, por lo que en principio, la investigacin de los fenmenos pragmticos -cuya importancia no se niega- simplemente parece haberse pospuesto. En lingstica cognitiva no existe una postura clara sobre el lugar de la pragmtica en la teora. Ni siquiera parece existir una excesiva preocupacin por delimitar terrenos. En lneas generales se acepta la existencia de inferencias conversacionales del tipo de las postuladas en el paradigma griceano, si bien con la salvedad de que no se acepta que la operatividad de los procesos inferenciales dependa de descripciones proposicionales y valores de verdad, que se consideran una reliquia de la filosofa analtica (cf. Lakoff y Johnson, 1999: 449). De hecho, se postula que gran parte de nuestra capacidad y labor inferencial viene guiada por proyecciones metafricas y metonmicas, muchas de las cuales trabajan sobre la base de esquemas preconceptuales enraizados en nuestra experiencia motosensorial (es el caso de los esquema de imgenes; cf. Lakoff, 1990). Sin embargo, la lingstica cognitiva es, de acuerdo con la opinin que defenderemos aqu, complementaria de una teora inferencialista de la pragmtica. Los modelos cognitivos conforman estructuras conceptuales ricas que guian la labor inferencial de acuerdo con el juego de informacin proporcionado por la relacin text-contexto. En este sentido, una teora de modelos cognitivos se convierte en central para la descripcin lingstica. En este trabajo defenderemos que no slo los modelos cognitivos idealizados metafricos o metonmicos, o los proposicionales de tipo concreto sirven para la generacin de inferencias, sino tambin los proposicionales de nivel genrico. Ms an, sostendremos que estos ltimos estn a la base de la nocin de construccin gramatical, que pasa a entenderse no slo como una asociacin de forma-sentido, sino como un sistema de instanciaciones o parametrizaciones de las condiciones semnticas de modelos cognitivos genricos, instanciacin guiada por la naturaleza del potencial funcional de las diversas expresiones lingsticas y por factores contextuales. Finalmente, evaluaremos la cuestin de lo que tradicionalmente se han denominado usos figurados del lenguaje desde el punto de vista de la activacin de modelos cognitivos. 1. Modelos cognitivos especficos y genricos La semntica de marcos de Fillmore (1985) y la teora de los modelos cognitivos proposicionales de Lakoff (1987) tratan de proporcionar descripciones conceptualmente ricas de cmo se organiza nuestro conocimiento del mundo. Por ejemplo, Lakoff (1987) ha estudiado con cierto detalle el concepto de madre y sus posibles extensiones metafricas en ingls. En la explicacin de Lakoff (1987: 74), la citada categora vendra definida no por un conjunto de condiciones necesarias y suficientes o sobre la base de unos primitivos semnticos, sino como un grupo (cluster) de modelos cognitivos idealizados que convergen: el modelo natal (la persona que da a luz es la madre), el de crianza y educacin (la madre cra y educa a sus hijos), el marital (la esposa del padre es la madre), el gentico (la mujer que proporciona el material gentico es la madre), y el genealgico (la madre es el antepasado ms cercano del sexo femenino). El grupo convergente de modelos nos proporciona la subcategora central de madre. A stos se aaden extensiones convencionales que representan variaciones respecto a la categora central (por ej. madre
adoptiva, madre de leche, madre soltera, madre trabajadora); algunas de las variaciones se producen por va metafrica o metonmica (por ej. madre patria, lengua materna). Aunque Lakoff (1987) no aclara bien este extremo, debemos entender, en primer lugar, que cada uno de estos modelos sirve de dominio de referencia para entender ciertos aspectos del concepto de madre; es decir, el concepto de madre no explota todos los aspectos de los modelos convergentes de la misma forma que otros conceptos. As, no da a luz de la misma forma una madre humana que la hembra de un animal salvaje, pues el alumbramiento humano viene asociado a un entorno asistencial hospitalario con mdicos, enfermeras, material quirrgico para posibles cesreas, salas de espera, regalos, y otros elementos relacionados; la crianza y educacin materna es diferente de la institucional; el estudio de las alteraciones genticas por radiacin explora una parte distinta del modelo gentico que el del parecido entre padres e hijos; el modelo genealgico se perfila de forma distinta si se trata del trabajo de un experto en herldica; a un jurista le conciernen aspectos del modelo marital distintos de la convivencia diaria en un mismo hogar, sujeta a reglas y acuerdos de pareja. En segundo lugar, un mismo componente de un modelo puede servir como dominio de referencia de forma distinta a dos conceptos distintos: un hospital es dominio de referencia para un mdico, un celador o un administrativo como lugar de trabajo; para una madre como lugar de alumbramiento (parte, por tanto, del modelo natal). Las diversas propuestas sobre organizacin conceptual que se vienen manejando en lingstica cognitva han soslayado por el momento la posibilidad de postular modelos cognitivos genricos, aparte de los esquemas de imgenes, cuya genericidad proviene de que consisten en abstracciones topolgicas, como las nociones de camino y contenedor, resultantes de nuestra experiencia motosensorial con el entorno. En el fondo subyacen a otras elaboraciones conceptuales, por lo que se los considera preconceptuales y, en esa medida, se distinguiran de lo que nosotros denominamos modelos cognitivos genricos, que son netamente proposicionales (aun cuando puedan tener una base preconceptual). Es cierto que Langacker entiende que los dominios que l denomina abstractos se perfilan unos sobre otros de forma sucesiva. Los dominios bsicos, que son irreducibles a otros, son para l categoras como el tiempo y el espacio y quiz modelos surgidos de la experiencia sensorial tales como la temperatura, el color y el sabor. Sin embargo, la operacin de perfilado de conceptos no nos lleva a modelos genricos de por s. Por ejemplo, el concepto de 'dedo' se perfila, en una dimensin de anlisis, respecto al de 'mano'; ste se entiende respecto al de brazo, el cual nos lleva al de 'cuerpo' (Langacker, 1987: 148). Finalmente, este ltimo concepto es -en cuanto a su forma- una configuracin espacial tridimensional, que constituye un concepto bsico no caracterizable en funcin de otros. Sin embargo, podemos puntualizar, tambin es posible perfilar cualquiera de los dominios abstractos anteriores directamente respecto al de espacio sin necesidad de ir estableciendo una escala de perfiles y dominios de referencia. As, el concepto de 'dedo' se puede entender en no slo en el contexto del de 'mano', sino tambin sobre la base de dominios de referencia como el de espacio tridimensional y de otros como los de 'tamao', 'forma', 'peso', 'materia', 'instrumento', por indicar algunos relevantes. Estos son modelos genricos, entendiendo por este trmino aquellos modelos que sirven de dominio de referencia a otros muchos que designan entidades fcilmente identificables e individualizables experiencialmente. Todo sustantivo de los tradicionalmente concretos se puede perfilar sobre diversos modelos genricos, adems de algunos no genricos; sin embargo, los sustantivos que se han solido denominar abstractos tambin pueden utilizar como dominios de referencia conceptos
genricos. Consideremos el caso de conceptos como 'amor', 'odio', 'felicidad', e 'ira'. En su calidad de tipos de 'sentimiento', este concepto cumple la funcin de modelo genrico en el dominio de la experiencia subjetiva. Dicha experiencia no es accesible a la observacin directa, pero es deducible a partir de signos fisiolgicos y conductuales especficos que forman parte de nuestro acervo epistmico (por ej. la ira produce un enrojecimiento de la piel de la cara, excesiva sudoracin, determinada expresin facial e induce a ciertas formas de comportamiento agresivo). Los modelos genricos pueden servir de base para comprender algunos aspectos de los especficos, al servir, en determinado nivel de activacin, como dominios de referencia para los mismos. Tambin se designables lingsticamente por medio de piezas lxicas. Sin embargo, cumplen con otra funcin esencial: la de servir de base semntica para la especificacin del potencial de significado de diversas construcciones gramaticales, como podremos ver ms adelante. 2. Pragmtica inferencialista y la perspectiva cognitiva del lenguaje Como es bien sabido, la pragmtica inferencialista surge con la propuesta sobre mximas conversacionales hecha por Grice (1975). La tesis de que la aplicacin de las mximas de Cantidad, Cualidad, Relacin y Manera -que regulan la extensin, veracidad, pertinencia y organizacin de los enunciados- generan significado implicado es una tesis fuerte que todava se acepta de forma bastante universal. Precisamente, la Teora de la Relevancia de Sperber y Wilson (1986a) se presenta -entre otras cosas- como un intento de explicar la pragmtica sin necesidad de mximas, pero su aceptacin, aunque extensa, no ha llegado a suprimir este tipo de anlisis. En la propuesta de Sperber y Wilson el Principio de Relevancia, que es de ndole cognitiva, es lo nico que nos asiste en la produccin de inferencias. Es un principio que se aplica siempre, debido a que forma parte de la naturaleza de la cognicin humana, y con ello nos sirve de gua en el procesamiento. Esto se debe a que crea, tanto en el hablante como en el oyente, una expectativa de consistencia consigo mismo. Las mximas son convenciones sociales que se pueden o no se pueden dar, segn culturas. Como apunta Mey (1993: 277), respecto a las mximas del Principio de Cooperacin y en particular las de Cantidad, hay muchas culturas en las que no se persigue la economa lingstica tanto como en la cultura occidental estndar. Mey cita las investigaciones llevadas a cabo en la cultura Malagasi (Keenan, 1976), que cuestiona la universalidad de la implicatura conversacional, y las realizadas entre pueblos del Caribe que valoran ms el ser prolijos que eficaces en el uso del lenguaje (Allwood, 1976; Reisman, 1989). Hay autores, como Green (1989: 96), que sostienen la universalidad de las mximas. Por ejemplo, sobre las observaciones de Keenan respecto a cmo los hablantes de Malagasi tienden a ocultar informacin en sus conversaciones, Green cita un estudio de Prince (1982) segn el cual, para estos hablantes, la informacin que no est a disposicin de la gente es un artculo valioso que les confiere prestigio. Pero si no se da este caso, se proporciona toda la informacin que se necesita, lo que supondra el cumplimiento de las mximas de Cantidad. Sin embargo, esta objecin no hace sino confirmar el hecho de que las mximas en s mismas (es decir, su formulacin) son parte de modelos culturales, pues las condiciones bajo las que un hablante proporciona informacin solicitada difieren de las de
otras culturas como la nuestra. S que sera factible pensar en la universalidad de los epgrafes utilizados por Grice (Cantidad, Cualidad, Relacin y Manera) para agrupar las mximas, pues designan variables relativas al modo de ofrecer la informacin (es decir, en cierta cantidad y con determinado grado de veracidad, credibilidad, consistencia y claridad). Como normas sociales las mximas no hacen sino recoger un conjunto de aspectos del conocimiento del mundo o conocimiento enciclopdico del que todo hablante, inserto en un marco cultural, hace uso para producir y entender mensajes. Se pueden, por tanto, considerar modelos cognitivos idealizados. Por supuesto, este planteamiento requiere una revisin de todos los sistemas de mximas propuestos a raz de la popularizacin del Principio de Cortesa de Leech (1983), pero nos es posible dar algn ejemplo de qu forma adoptaran estos modelos de tipo interpersonal. Por ejemplo, consideremos las mximas de Cualidad, que para Grice regulan la veracidad de nuestros mensajes: si somos cooperativos (lo que se espera de nosotros) no podemos engaar intencionadamente ni dar informacin sobre la que no tenemos suficientes pruebas. Como muy acertadamente seala Leech (1983), se pueden violar estas mximas para preservar una mxima del Principio de Cortesa, como al decir una mentira piadosa; por la misma razn se pueden contravenir las mximas de Cantidad, pues dar toda la informacin que alguien desea puede hacerle dao. Esto supondra que, en ocasiones, mentir o no dar la informacin necesaria es socialmente aceptable o incluso deseable. En Ruiz de Mendoza (1999a: 113) se propone la existencia de una convencin cultural, la convencin de cortesa, que se inspira en el Principio de Cortesa de Leech, pero lo convierte en parte de un modelo cognitivo ms general, el de coste-beneficio: CONVENCIN DE CORTESA: Si a A le es manifiesto que determinado aspecto de un estado de cosas no es beneficioso para B y A tiene capacidad para convertirlo en beneficioso, entonces A debe corregir dicho aspecto del estado de cosas por B de forma que resulte beneficioso para B. MODELO COGNITIVO DE COSTE-BENEFICIO: (i) Un estado de cosas es potencialmente beneficioso o costoso para una persona. (ii) La situacin (i) es percibida subjetivamente: puede variar de acuerdo con el punto de vista de la persona. (iii) En general, una persona debe actuar segn la convencin de cortesa. Sin embargo, la responsabilidad de la persona en este sentido se aminora en la medida en que: -haya ms distancia social entre A y B. -A sea superior a B en la jeraqua social. -el coste de la accin que conlleva la convencin de cortesa sea alto para A.
-el acreedor del beneficio haga manifiesto que no desea la citada actuacin. (iv) En general, una persona no har nada costoso para s misma, salvo que el beneficio potencial a una tercera persona se pondere como ms relevante. Esta formulacin sugiere que el modelo de coste-beneficio y el submodelo representado por la convencin de cortesa no se deben considerar de forma aislada sino como parte de un entramado complejo de convenciones sociales. El aparente aspecto pragmtico del modelo es que sirve de pauta para la interaccin social; es decir, es parcialmente un modelo de conducta y, por tanto, de la teora de la accin. Sin embargo, no deja de ser convencional, por lo que resulta razonable considerarlo como parte de un sistema semntico que, debemos sealar, tiene un importante reflejo en el lingstico. Por ejemplo, el origen del valor -altamente convencionalizado- de las construcciones inglesas del tipo wont you + VP y cant you+ VP se encuentra en la convencin de cortesa. As, Wont you clean the carpets? se entendera como una frmula que expresa la extraeza del hablante ante la falta de voluntad del oyente por corregir un estado de cosas no deseado; por su parte, Cant you clean the carpets? sera una forma de disculpar la inaccin del oyente presumiendo que quiz se deba a una falta de capacidad. Las mximas de Cantidad y Cualidad probablemente se puedan hacer parte del modelo de coste-beneficio en el sentido de que entraan situaciones comunicativamente beneficiosas o perjudiciales.2[2] Por ejemplo, proporcionar ms informacin de la que hace falta normalmente da como resultado un estado de cosas que es percibido por el oyente como costoso (aunque, puesto que la percepcin, como se indica en la descripcin del modelo, es subjetiva, podra no ser as), lo que violara la convencin de cortesa. Asimismo, engaar intencionadamente suele suponer una violacin de la citada convencin, si bien, en determinadas ocasiones, el hablante puede pensar que es mejor para el oyente el engao que la verdad, con lo que no mentir sera lo aceptable. Si la tesis que aqu se expone es correcta, las mximas de tipo griceano no tienen por qu cumplir con una funcin especfica como generadoras de implicaturas, por lo menos no ms que otros modelos cognitivos de ndole genrica. Ms bien, su funcin es la de combinarse con partes de otros modelos cognitivos con los que se coactivan dependiendo de claves comunicativas lingsticas y no lingsticas. Retomando un ejemplo anterior, supongamos una situacin en la que un severo padre de familia siempre se enfada de forma desmedida cuando su hijo, Juan, llega tarde a casa y no slo descarga su ira sobre el culpable sino sobre toda la familia, que paga indebidamente las consecuencias de la conducta del hijo. En este contexto, pensemos en la oracin Ya ves, Juan no siempre llega tarde a casa, dicha por uno de los hermanos de Juan a otro de ellos con tono irnico un da que Juan, como excepcin, no ha llegado tarde. Las implicaciones que se derivan de esta oracin en el contexto que hemos especificado pueden ser muy numerosas. Entre ellas, estaran la idea de que Juan podra dejar de llegar tarde, al igual que lo ha hecho en una ocasin concreta, la de que de vez en cuando tienen un alivio cuando Juan llega a tiempo, la
.- Probablemente esto se debe a la naturaleza genrica del modelo. En Ruiz de Mendoza (1999c) se trata la cuestin de la distincin entre modelos concretos y abstractos. Una de las cualidades de los ms genricos es precisamente que acomodan con facilidad otros modelos cognitivos siempre que exista un punto de conexin entre ellos. En este proceso, el modelo subordinado participa de la estructura lgica del principal.
2[2]
de que en esa ocasin no tendrn que soportar el mal humor de su padre, y otras. Un anlisis griceano no nos permitira calcular estas implicaturas, pues la referida oracin es veraz, no es prolija, es pertinente en su contexto y est expuesta con brevedad, claridad y concisin. El Principio de Irona de Leech (1983) tampoco dara cuenta de todas estas implicaciones, pues exceden al tono irnico del enunciado. La Teora de la Relevancia de Sperber y Wilson (1986a) arroja algo ms de luz sobre cmo se producen: el contexto suministra informacin que se combina con la que proporciona el enunciado lo que da lugar a una serie de implicaciones contextuales; el Principio de Relevancia, segn el cual el mensaje tiene que ser mximamente significativo por un mnimo coste de procesamiento, guiara la cantidad y cualidad de las implicaturas hasta donde el receptor sienta que ha captado la intencin comunicativa del hablante. 3. Semntica, pragmtica y construcciones El enfoque de Langacker (1987, 1990, 1991) comparte con las dems corrientes cognitivistas la creencia en una semntica enciclopdica y experiencial, pero pone ms nfasis en disear los principios organizativos de una gramtica sensible a una teora de la conceptualizacin que a elaborar los detalles de dicha teora en forma de modelo integrado. Para este autor, un sistema lingstico consta, primero, de estructuras semnticas, fonolgicas y simblicas que se manifiestan como expresiones reales, segundo, de abstracciones o esquematizaciones de dichas estructuras y, tercero, de relaciones de categorizacin entre estructuras posibles. La Gramtica de Construcciones de Kay y Fillmore (1994), por su parte, consiste en un inventario de generalizaciones sintcticas que constituyen asociaciones de forma y sentido, aspecto en el que no dista mucho de los presupuestos fundamentales de la de Langacker. Hace uso de operaciones de unificacin de la estructuras de rasgos y postula mecanismos de herencia entre construcciones, que permiten efectuar generalizaciones. El sistema de notacin es arbreo. En la versin de Goldberg (1995), ms cercana a la programtica de Lakoff (1987), las construcciones se representan mediante abstracciones que relacionan el esquema semntico de la construccin con sus papeles argumentales, quedando por tanto, ms cerca de las bases lxicas verbales de las que se extraen. Por ejemplo, Kay y Fillmore postulan la construccin de aislamiento a la izquierda para explicar fenmenos de desplazamiento en ese sentido de constituyentes que normalmente iran a la derecha (una pregunta no polar cuyo pronombre interrogativo no cumple con la funcin de sujeto, una oracin de relativo restrictiva o una no restrictiva, una pregunta indirecta incrustada, una estructura con un elemento topicalizado por desplazamiento, etc.); Goldberg, en cambio, postula construcciones asociadas a la estructura argumental de los predicados, como la ditransitiva X CAUSA QUE Y MUEVA Z (Goldberg, 1995: 9), donde cada variable representa un argumento que recibe un papel temtico. La existencia de estas dos construcciones presenta ventajas como el evitar postular para una misma unidad lxica sentidos que se puedan derivar de la construccin. As, para explicar He sneezed the napkin off the table , no hace falta definir sneeze con el significado de mover algo por medio de un estornudo, pues el significado de movimiento causado se deriva de la construccin, ms genrica (que agrupara otros predicados, como en He blew the napkin off the table). Se puede observar que las diversas versiones de la nocin de construccin tratan a sta como una asociacin estable de forma y sentido, ya sea una forma concreta (un tipo de
expresin lingstica) o una abstraccin, como es el caso de las construcciones goldbergianas. Por otra parte, la gramtica de la lengua se reduce a un inventario de construcciones, entre las que existen relaciones como las unificaciones y la herencia. Si pensamos que en muchas teoras se ve el lexicn como un inventario estructurado de piezas lxicas con una composicin morfolgica y un sentido asociados, los principios de estructuracin de una teora gramatical mantienen un fuerte grado de semejanza, en lingstica cognitiva, con los de estructuracin de los sistemas lxicos. Sin embargo, formular la gramtica de una lengua no puede reducirse a un listado de asociaciones de forma-sentido, como se sugiere en los diversos estudios de Gramtica de Construcciones. Ms arriba hemos introducido la nocin de grado de convencionalizacin. Por ejemplo, la construccin interrogativa del tipo why not se ha especializado altamente en ingls como un modo de hacer sugerencias (es prcticamente imposible encontrar casos en los que esta frmula no d lugar a una sugerencia). Las construcciones del tipo can you+VP y will you+VP no alcanzan el mismo grado de especializacin para hacer peticiones, pues aunque se empleen comnmente para ello, siguen reteniendo la posibilidad de usarse para hacer preguntas sobre capacidad y voluntad respectivamente. La segunda nocin que debemos introducir en el concepto de construccin es, por tanto, la de potencial de uso o especializacin funcional del elemento formal, lo que equivale a examinar su capacidad de instanciacin de los parmetros conceptuales de la construccin. Para ilustrar mejor esta postura, contrastaremos uno de los ejemplos que el propio Leech (1983: 157) propone, entre otros, para explicar los lmites entre sintaxis, semntica y pragmtica, con el reanlisis de la construccin Whats X doing Y?, propuesta por Kay y Fillmore (1994). Leech seala que la oracin George isnt sometimes late es menos usual que George is sometimes late, aun cuando ambas se rigen por las reglas de la sintaxis. Desde el punto de vista lgico, la primera combina negacin y factualidad, lo que la hace extraa. Sin embargo, puede resultar muy adecuada en un contexto en el que presuponga una elocucin previa, lo que para Leech nos da una clave sobre su forma lgica, *[neg (X+)]: (1) A: Im sorry to hear that George and Bill are sometimes late for work. B: George isnt sometimes late, hes always late. Hasta aqu llega el anlisis semntico, que se rige por reglas y restricciones lgicas como la sealada arriba. El anlisis pragmtico, por su parte, sigue un patrn interpretativo acorde con las mximas de Grice: por ejemplo, el hablante cree que X (Mximas de Cualidad), que el oyente no sabe que X (Mximas de Cantidad), y que es deseable que el oyente sepa que X (Mxima de Relacin). Una proposicin negativa, por otra parte, presenta una implicatura adicional: que al emitir una proposicin negativa, el hablante cree que el oyente tena la disposicin de creer X. Encontramos dos problemas en la concepcin que Leech tiene de la pragmtica en relacin con la semntica. El primero, de orden menor, es que trata la semntica como una cuestin de la forma lgica de los enunciados. La extraeza de George isnt sometimes late
se puede explicar mejor en virtud de una conjuncin de factores semnticos de ndole conceptual. En primer lugar debemos pensar que la construccin "be late" expresa una accin de forma resultativa (podramos decir que existe una metonimia por la cual el resultado de una accin representa todo un esquema de accin). As pues, diremos que el estado de cosas denotado por la oracin George is sometimes late es una accin que ocurre con determinada frecuencia. El aspecto frecuentativo, de tipo cuantificacional, viene sealado por el adverbio sometimes. Se puede contrastar con George is late, que slo supone que la accin de llegar tarde ha ocurrido una vez, y George is late again, que seala que la misma accin ha ocurrido ya anteriormente por lo menos una vez ms (aspecto iterativo). Al negar lo denotado por la predicacin George is late, no se presupone que la accin no ha ocurrido nunca, sino que al menos no ha ocurrido en determinada ocasin. Esto permite aadir un adverbio de frecuencia a la expresin negativa. Sin embargo, el uso de un frecuentativo tambin acarrea sus propias presuposiciones: sealar la frecuencia de un estado de cosas equivale a decir que dicho estado de cosas acaece, por lo que es difcil hacer compatible un frecuentativo con la negacin de un estado de cosas, que presupone que no sucede (al menos en determinada ocasin). Cada concepto abre un marco o escenario de posibilidades que entra en diversos grados de compatibilidad con los dems conceptos con los que se pretende combinar. A veces una combinacin es absolutamente imposible (por ej. *George is sometimes late again, donde la idea de frecuencia choca con la iterativa, siendo ambas mutuamente excluyentes), pero en ocasiones es factible hasta cierto punto, dando lugar a juicios de extraeza, pero no de agramaticalidad. La extraeza se suele resolver, como indicaba Leech, por va de la presuposicin; la explicacin que acabamos de ofrecer nos proporciona las pautas necesarias para entender qu naturaleza concreta tendr una presuposicin en la que se conjuguen los elementos lingsticos que hemos sealado. En el caso de George isnt sometimes late es evidente que se presupone que la conducta normal de George es la de llegar tarde, pudiendo existir excepciones en ocasiones muy contadas. Esta presuposicin se puede contradecir, como en el caso de la rplica del dilogo de arriba en el que B hace constar que la conducta de George no presenta excepciones. La explicacin pragmtica relevantista sobre las implicaturas, de todas formas, se desarrolla mejor si se prescinde de las nociones tradicionalmente aceptadas de forma lgica y valores de verdad. Reparemos en otras oraciones que combinan el frecuentativo "sometimes" con la negacin de un estado de cosas: (2) (a) John sometimes doesnt complain. (b) Peter sometimes doesnt watch TV. (c) Rich people arent sometimes greedy. (d) My grandfather isnt sometimes forgetful. (e) Politicians sometimes wont tell you lies.
Todas estas oraciones presuponen que existe un estado de cosas normal (el descrito por la versin afirmativa de la parte negativa del enunciado) que nicamente deja de tener lugar en raras ocasiones. Ms arriba hemos ofrecido una explicacin del porqu de esta presuposicin. Lo interesante es que se mantiene constante hasta tal punto que podramos otorgarle valor convencional y, en esa medida, carcter de construccin (asociacin convencional de forma-sentido). Cosinderemos el ejemplo de la construccin whats X doing Y?, estudiada por Kay y Fillmore (1994, 1999), de la que las siguientes oraciones son ejemplos: (3) (a) Whats John doing in the garden? (b) I wonder what the flags are doing at half mast. (c) What did you say his books are doing in your locker? Para estos autores, esta construccin posee una serie de peculiaridades morfosintcticas, como el hecho de que requiere el lexema "do" en gerundio (cf. * I wonder what act the flags are performing), y de que la forma "doing" no encierra aspecto progresivo (cf. What is he doing knowing the answer?, *He is knowing the answer); asimismo, la construccin no acepta el modificador "else" (* What else are you doing eating cold pizza?), el verbo principal debe ser "be" (*What does that dust keep doing on the desk?) y ni "be" ni "doing" pueden aceptar la forma negativa, aunque el complemento de "doing" s que puede (*What arent my brushes doing in the right place? , *What are my brushes not doing in the right place?, pero What are muy brushes doing soaking in water?). La construccin whats X doing Y? lleva aparejado el significado de que algo no est en su debido orden. Muchos pragmatistas querran pensar que dicho significado es una cuestin de implicatura; sin embargo, el hecho de que sea una implicacin constante y asociada a un nmero de caractersticas morfosintcticas nos hace pensar ms en una propiedad lgica de la construccin de tipo presupositivo, conseguida por convencin. No obstante, es posible interpretar las preguntas que cumplen con la frmula whats X doing Y? sin invocar la citada presuposicin. Una explicacin lingstica de esta construccin tiene que poder dar cuenta de este hecho. Tambin tiene que explicar la intuicin de que la presuposicin se deriva ms fcilmente de (b) y (c) que de (a). La explicacin de este hecho, que se escapa a la concepcin de Kay y Fillmore, y que es tambin ajena a las otras versiones de la Gramtica de Construcciones, pasa por redefinir la relacin construccional forma-sentido como un conjunto de condiciones semnticas cuya realizacin se basa en una combinacin de medios lingsticos y no lingsticos; en la construccin whats X doing Y? dichas condiciones seran parte de un modelo cognitivo genrico sobre la accin. Podemos describir parte de dicho modelo como sigue: MODELO DE ACCIN (i) Una accin es un intento controlado, por parte de uno o ms participantes (la entidad o entidades agentes), de modificar un estado de cosas.
En combinacin con el modelo de coste-beneficio y la convencin de cortesa, podemos expandir el modelo de accin de forma que incluya las siguientea proposiciones: (ii) El efecto de una accin es potencialmente beneficioso o costoso para los diversos participantes implicados en la misma. (iii) Si el efecto de una accin es costoso para uno o ms participantes de la misma, otro u otros de los participantes deberan corregirlo, si es posible, de forma que deje de resultar perjudicial para los primeros. Dado este modelo, por implicacin, se pueden dar dos circunstancias al preguntar sobre la naturaleza de una accin: (1) que presumamos que el hablante genuinamente la desconoce; en este caso, interpretamos la pregunta como una mera demanda de informacin; (2) que presumamos que el hablante s la conoce; esto nos hace acudir a la extensin (ii) del modelo genrico de accin de forma que nos cuestionamos el posible carcter beneficioso de la misma; si existe la posibilidad de pensar que la accin genera un estado de cosas perjudicial para el hablante, en virtud de la aplicacin de la extensin (iii), debemos hacer lo posible por cambiar esta circunstancia. Obviamente, cuantos ms detalles de conocimiento se especifiquen sobre la naturaleza de la accin por la que se pregunta, mayor podr ser nuestra sospecha de que el hablante s la conoce. Esta circunstancia motiva y facilita que el oyente recurra a la activacin de (ii). Comparemos, ahora, la oracin Whats John doing in the garden? con las siguientes: (4) (a) Whats John doing? (b) Whats John doing right now? Hasta cierto punto, aunque (4a) y (4b) no cumplen con todos los requisitos de la construccin, en el contexto adecuado pueden implicar que algo no est en su debido orden. Supongamos, por ejemplo, que tanto al hablante como al oyente les es mutuamente manifiesto que John debera estar haciendo una determinada labor, pero el hablante tiene la sospecha de que no la est haciendo. Las oraciones (4a) y (4b) nos llevaran por va de la implicatura a lo que las oraciones (3a)-(3c) nos conducen por va de la presuposicin. Es decir, el oyente no necesita contextualizar estas oraciones para tener la intuicin de que el hablante sugiere que algo no va bien respecto a la accin designada por la predicacin. Esto mismo es lo que sucede con un buen nmero de construcciones gramaticales, slo que algunas conllevan necesariamente la presuposicin. Es el caso del uso de predicados factitivos como I regret stepping on your toe y When did you stop beating your wife? Podemos, pues, establecer una gradacin de presuposiciones ms fuertes a presuposiciones ms dbiles y definir la presuposicin como una implicatura convencionalizada en mayor o menor medida.3[3]
.- No se debe confundir esta propuesta con la sugerencia que suelen hacer algunos semantistas y pragmatistas, como se recoge en Palmer (1981: 175), en el sentido de que la nocin de implicatura puede explicar todos los casos de presuposicin. As, segn este autor, decir The king of France is bald, oracin que, segn algunos filsofos del lenguaje (por ej. Strawson), presupone algo falso -la existencia de un rey en
3[3]
El anlisis que aqu se presenta de la relacin entre presuposicin e implicatura nos conduce a incluir la primera dentro del terreno de la semntica, ms sus construcciones asociadas, y a entender la segunda desde una perspectiva pragmtica ms cercana a la relevantista que a la basada en mximas. Por otra parte, los principios interpersonales propuestos por Leech (1983) tambin seran parte de una semntica de la interaccin, en la medida en que recogen aspectos concretos de modelos culturales. No se deben confundir las normas que regulan la accin comunicativa con la pragmtica. Ms bien, sta constituye una teora de cmo el usuario lingstico puede explotar las normas existentes en cualquier nivel del sistema comunicativo. En este sentido, en Ruiz de Mendoza (1993, 1996) y Ruiz de Mendoza y Otal (1997), se propone que la pragmtica es esencialmente una teora que debe sistematizar el potencial de estrategias de empleo de los recursos que proporciona el sistema lingstico. Los propios criterios de economa cognitiva y efectos contextuales del Principio de Relevancia nos permiten proponer varios grupos de estrategias genricas: un emisor puede recurrir a utilizar un estmulo ostensivo rico o pobre en presunciones explcitas, dando lugar a lo que podemos denominar "estrategias de informacin explcita" y "estrategias de informacin implcita" respectivamente; un receptor puede recurrir a utilizar un apoyo fuerte o dbil de la informacin contextual, siendo la primera una estrategia "contextual" y la segunda una estrategia "textual"; finalmente, la "negociacin", fenmeno tan estudiado en la tradicin conversacionalista, se puede entender tambin como una estrategia de solucin de problemas comunicativos, a la que se recurre cuando el hablante o el oyente piensan que no se han conseguido satisfactoriamente los objetivos comunicativos mediante las otras estrategias. En esta propuesta, la pragmtica sigue siendo una teora de la accin por medio del lenguaje o, si se quiere, en el sentido ms clsico que le dio Morris (1938), una teora de la relacin entre el signo y su intrprete o usuario. La semntica, en cambio, pasa de ser el estudio de la relacin entre los signos y los objetos a los que se aplican a unirse con la sintaxis para tratar las asociaciones convencionales de forma y sentido, en distintos niveles de convencionalizacin, donde por sentido se entiende una representacin mental sugerida por las claves lxicas y sintcticas. Lo que estamos planteando tiene consecuencias muy importantes para la pragmtica, en particular para la teora de la implicatura. Volvamos a considerar la oracin (4a), Whats John doing? y contrastmosla con la (3a)Whats John doing in the garden? La razn por la que, para interpretar que hay algo incorrecto respecto a lo que John pueda estar haciendo, necesitamos un contexto especfico con la primera oracin pero no con la segunda se reduce a una mera cuestin de instanciacin o realizacin de un modelo cognitivo, que constituira la parte conceptual de una construccin en un sentido similar al que se le suele dar en lingstica cognitiva. Sabemos que, cuando alguien est actuando, est necesariamente alterando un estado de cosas. Se puede alterar un estado de cosas de forma
Francia- constituye una violacin de la mxima de Relacin (o relevancia) y quiz de las de Cantidad, pues nadie hablara del rey de Francia si no existiera. Sin embargo, este argumento no parece vlido pues resulta obvio que podemos hablar de cosas que no existen, por propsitos especficos. El enunciado The king of France is bald presupone que hay un rey en Francia tanto si el hablante cree como si no cree que lo hay. La presuposicin tiene el valor de una afirmacin y se puede utilizar para engaar o para transmitir informacin verdadera. Su autntica intencin comunicativa slo se puede descubrir en un contexto en el que se produzcan implicaciones contextuales.
deseable o no deseable para terceras personas; tambin podemos ser indiferentes ante lo que se hace. Una pregunta genrica sobre la actividad de alguien puede llevarnos o no a activar cualquiera de las posibilidades que establece nuestro modelo conceptual. Si a nuestro interlocutor le es manifiesto que nunca estamos seguros de que lo que hace John sea bueno, la pregunta Whats John doing? conllevar la implicatura de que quiz est haciendo algo indebido y de que esto le inquieta. Si, por el contrario, sabemos que a nuestro interlocutor no le preocupa nada lo que haga John, entonces no habr razn para que derivemos la mencionada implicatura; se puede hacer, pero no existen suficientes garantas de que sea la va correcta de procesamiento. La situacin es distinta si especificamos ms la situacin en la que se enmarca nuestra pregunta sobre las acciones de John, pues estamos interesndonos directamente por la modificacin de un estado de cosas concreto. Cuanto ms se concrete la situacin mediante una estrategia comunicativa de informacin explcita, ms inevitable ser la conclusin de que el hablante sospecha que John no hace lo que debe: Whats John doing in the garden with those flowers? El oyente no necesita recurrir a informacin contextual porque el contenido de lo dicho es suficientemente explcito para inducir al oyente a captar el sentido de lo que se desea comunicar. De cara a comprender correctamente la versin de la nocin de construccin que se defiende en este trabajo, conviene sealar que el componente conceptual de la construccin permanece constante, mientras que el estructural admite un cierto grado de variacin. As, la sensacin de que algo no va bien respecto a una situacin se incrementa, como hemos sealado ya, cuanto ms nos esforzamos por describir la situacin; en ingls esto se consigue mediante la adicin de sintagmas prepositivos u otro tipo de recursos que instancian ms la idea de que el hablante se siente afectado por la accin de una tercera persona. Obsrvese la progresin en el grado de instanciacin de este ltimo parmetro de la parte conceptual de la construccin que estudiamos: (5) (a) Whats John doing? (b) Whats John doing in the garden? (c) Whats John doing in the garden with those flowers? (d) Whats John doing in the garden with my beautiful flowers? Si los recursos formales de la lengua nos permiten -de acuerdo con su capacidad de combinacin y actuacin dentro del sistema- instanciar, como decimos, parmetros conceptuales, nos es posible definirlos en funcin de su potencial para efectuar dicha instanciacin. En Ruiz de Mendoza y Otal (1997) las subestrategias basadas en combinar de una u otra forma los recursos estructurales se denominan "procedimientos realizativos"; estas subestrategias obedecen no slo a las estrategias ms genricas descritas arriba en relacin con el Principio de Relevancia, sino tambin a su propsito en trminos de creacin de efectos de significado, lo que demanda una descripcin exhaustiva de modelos cognitivos no slo especficos, como hacen Fillmore y sus colaboradores (por ej. Fillmore y Atkins, 1992, 1994) y otros lingistas de orientacin cognitivista, sino tambin genricos,
como el de coste-beneficio y el de accin, entre otros. 4[4] Evidentemente, el modelo de accin nos ayuda a entender todos los aspectos significativos de los diversos ejemplos que Kay y Fillmore (1994) ofrecen de la construccin whats X doing Y?; pero tambin nos permite dar cuenta de las circunstancias en que pueden ocurrir variantes de la construccin bsica. En definitiva, el no hablar de las construcciones como meros pares de formasentido, sino como conjuntos de parmetros conceptuales susceptibles de ser instanciados mediante estrategias de informacin explcita o implcita que, a su vez, demandan el empleo de determinados elementos de la lexicogramtica de la lengua, nos ayuda a una mejor comprensin de cmo se opera comunicativamente con las lenguas. 4. Modelos cognitivos genricos y construcciones Nuestra propuesta de la existencia y operatividad de modelos cognitivos genricos resuelve algunos de los problemas que plantea el tratamiento -tan controvertido- de los conectores lgicos. Nos centraremos, a modo ilustrativo, en el caso de la conjuncin "and". Las siguientes observaciones nos ayudarn a rechazar la idea -bastante comn- de que este nexo tiene un valor de conector lgico cuyo uso en el lenguaje real es una cuestin de la pragmtica. Para ello, proporcionamos descripciones de tres modelos cognitivos genricos: MODELO COGNITIVO DE CAUSA-CONSECUENCIA Un estado de cosas es causa de otro estado de cosas si el primero crea las condiciones para que el segundo exista. MODELO COGNITIVO DE EVIDENCIA-CONCLUSIN Un estado de cosas es evidencia de la existencia de otro si el que el primero sea percibido como verdadero hace que el segundo lo sea tambin. MODELO COGNITIVO DE PRECEDENCIA Un estado de cosas puede ser anterior, posterior o (parcialmente) simultneo a otro. Un estado de cosas precede a otro si el primero es percibido como anterior en el tiempo al segundo. Consideremos ahora los siguientes ejemplos: (6) (a) Mary got married and had a baby. (b) Mary had a baby and got married. (c) Mary got married; she had a baby.
.- En Ruiz de Mendoza (1998, 1999ac) se hacen descripciones, si bien en algunos casos parciales, de diversos modelos genricos.
4[4]
(d) Mary had a baby; she got married. Las oraciones (6a) y (6b) parecen indicar que "and" participa en el establecimiento de relaciones de precedencia. En (6a), Mary se cas primero y tuvo el hijo despus y en (6b) Mary tuvo el hijo y luego se cas. La mera yuxtaposicin de oraciones no opera, sin embargo, con la misma precisin. Aunque normalmente interpretaramos (6c) y (6d) en un sentido similar al de (6a) y (6b) respectivamente, tambin cabra la posibilidad de que en (6c) y (6d) entendiramos que Mary se cas porque tuvo un nio, interpretacin que es imposible cuando se usa la conjuncin "and". Existen, por supuesto, otras posibilidades de interpretacin que se resuelven contextualmente. Pero lo interesante es que el contraste entre los ejemplos de yuxtaposicin y los que usan "and" nos indica que este conector posee una funcin ms especializada que la de mero nexo neutro cuyo valor final se ha de fijar pragmticamente. Ante la ausencia de "and" el hablante recurre a activar un modelo genrico de causa-consecuencia, evidencia-conclusin o de precedencia de estados de cosas; en cambio, el uso de "and" parece activar preferentemente el ltimo de estos modelos. La activacin del modelo de precedencia parece estar conectada a la conjuncin de dos oraciones que designan acciones que semnticamente pueden ir una seguida de la otra. Obsrvese lo extrao de decir: (7) ??Mary died and she had a car accident. En cambio, si una de las clusulas coordinadas no designa una accin, la situacin es distinta. En estos casos, se suele activar el modelo genrico de causa-consecuencia y slo se admite una ordenacin en la que la accin precede al estado: (8) (a) Mary had a baby and she is crazy. (b) ?Mary is crazy and she had a baby. (c) John made a big mistake and he is in real trouble. (d) ?John is in real trouble and he made a big mistake. Esto no ocurre en el caso de la yuxtaposicin, que deja ms libertad de activacin y, por tanto, mayor responsabilidad a los factores contextuales: (9) (a) Mary is crazy; she had a baby. (b) Mary had a baby; shes crazy. (c) John made a big mistake; he is in real trouble. (d) John is in real trouble; he made a big mistake.
Por su parte, la activacin del modelo de evidencia-conclusin se produce en otras condiciones. Como se puede apreciar al contrastar (10a)-(10b) con (10c)-(10d), este modelo se activa si una de las clusulas designa una situacin ms potencial que real. En cambio, el modelo de causa-consecuencia, como se desprende de la descripcin dada ms arriba, requiere que las situaciones que establecen la relacin causal existan de hecho, como en (10c)-(10d): (10) (a) John is clever and (so) he can win the contest. (b) John is clever; (so) he can win the contest (c) John is clever and (so) he won the contest (d) John is clever; (so) he won the contest Asimismo, podemos observar que si se invierte el orden de las clusulas en (10a) y (10b), slo la yuxtaposicin preserva la activacin del modelo de evidencia-conclusin: (11) (a) John can win the contest; he is clever. (b) John can win the contest and he is clever. El ejemplo (11b) se interpreta como un caso de ampliacin de la informacin, debido a que la existencia de and apuntara incialmente o bien al modelo de precedencia, que se imposible al no tratarse de estados de cosas secuenciables, o bien al de causa-consecuencia, que mimetiza la relacin de precedencia, pero ste queda descartado porque la posible consecuencia es potencial. Tampoco es posible la activacin del modelo de causaconsecuencia en el caso de la coordinacin aunque la supuesta consecuencia se presente como real, pues and tiende a establecer una relacin de precedencia asociada a la de causa-consecuencia. En este caso, el resultado interpretativo es, por tanto, tambin el de amplificacin de la informacin: (12) John has won the contest and he is clever Todo lo expuesto apunta a que el tratamiento de "and" debe ser semntico en cuanto a su potencial (convencionalizado) de uso, lo que incluye las restricciones de combinabilidad semntica de los predicados y predicaciones que puede unir. La funcin amplificadora de and ha sido reconocida por Carston (1988, 1993) desde el punto de vista de la pragmtica inferencialista. Sin embargo, esta autora defiende, a diferencia de nuestra tesis, que el papel de "and" no es el de establecer conexiones causales o de precedencia, sino simplemente el de indicar al receptor que ha de procesar la oracin compleja resultante como una unidad pragmtica nica. As, Carston (1993: 42) contrasta estos ejemplos:
(13) (a) I ate somewhere nice last week; I ate at Macdonald's. (b) I ate somewhere nice last week and I ate at Macdonald's. Para Carston, en el caso de la oracin yuxtapuesta, la segunda clusula responde a la pregunta "dnde?", pero no ocurre as con la oracin coordinada donde la segunda clusula cumple con una funcin amplificadora de la primera. Sin embargo, con este argumento, Carston no est sino reconociendo tcitamente la existencia de una constriccin en la relacin entre las dos clusulas implicadas en la coordinacin, constriccin que demanda -de forma ms especializada que la ms libre correspondiente a la mera yuxtaposicin- la activacin de un modelo cognitivo genrico que les d sentido, por lo que su explicacin correspondera al terreno de la convencin y, por tanto, de la semntica. Tanto en el caso de la oracin coordinada como en el de la yuxtapuesta, la activacin del modelo de precedencia se complica debido a dos factores: (1) el hecho de que el sintagma somewhere nice es muy genrico; en la oracin yuxtapuesta, la adicin de una segunda clusula tiende a cumplir con una funcin especificadora del sintagma genrico; (2) el hecho de que no parecera relevante yuxtaponer o coordinar dos proposiciones que denotan estados de cosas muy similares para establecer una relacin de precedencia sin marcarlo explcitamente, como hacemos en (14a), pero s con estados de cosas bien diferenciados, como en (14b): (14) (a) I ate somewhere nice last week; (and) then I ate at Macdonald's. (b) I ate somewhere nice and spent the evening with some friends. En (14a) marcar la secuencia temporal relativa a dos estados de cosas tan semejantes suscita el contraste por parte del oyente (con la inferencia de que Macdonalds no es un lugar bueno para comer), pero no as en (14b). Teniendo en cuenta todas estas observaciones, vemos ms parecido que diferencias entre (13a) y (13b). Como hemos sealado, en (13a) la segunda oracin cumple una funcin especificadora de la primera. El ejemplo (13b) no es en el fondo muy distinto. Es cierto que and conlleva una funcin amplificadora de la segunda clusula respecto a la primera, pero no se debe descartar el hecho de que existe la misma relacin de especificacin en (13a) que en (13b), como se desprende de la comparacin de (15a) y (15b): (15) (a)?I ate at Burger King last week; I ate at Macdonalds. (b) I ate at Burger King last week and I ate at Macdonalds. En (15a), a diferencia de (13a), la segunda clusula no responde a la pregunta dnde? respecto a la primera, simplemente porque los dos sintagmas at Burger King y
at Macdonalds son suficientemente especficos. Por tal razn la yuxtaposicin de ambas clusulas especifcas y casi gemelas en cuanto a su significado, resulta sumamente extraa. En (15b) no ocurre lo mismo debido a que la funcin amplificadora de and no implica necesariamente un contraste entre las clusulas coordinadas. Podemos decir que la funcin de and, en las ocasiones en que no invoca otros modelos genricos como el de precedencia y el de causa-consecuencia, es de mera ampliacin de informacin. Esta es la razn por la que, aunque semnticamente extrao, el ejemplo anterior ?John is in real trouble and he made a big mistake es posible. La accin he made a big mistake no se puede entender como causa porque se presenta como posterior al estado, contraviniendo la ordenacin que and codifica, por su capacidad de establecer relaciones de precedencia segn el conocimiento del mundo, que, en este caso, se aplica al hecho de que una causa se percibe como anterior a su efecto. Al no poder activar ninguno de estos modelos, se recurre al de amplificacin de informacin relacionada. La discusin de los datos presentados nos lleva a sostener que la conjuncin and es un recurso gramatical cuya especializacin funcional consiste en su capacidad para activar, dependiendo la naturaleza de los predicados y predicaciones que puede unir, uno de los modelos cognitivos genricos sealados arriba: precediencia, causa-efecto y evidenciaconclusin. Si la combinacin de factores lingsticos hace imposible estas opciones naturales (cuya base base es experiencial), entonces la solucin por defecto es la de acudir al nivel ms bsico de relacin de dos proposiciones: que una amplie informacin respecto a la otra; por cuestin de la capacidad de secuenciacin icnica que posee la conjuncin, es la segunda proposicin la que amplia la informacin de la primera (cf. ? I ate at Macdonalds and I ate somewhere nice last week , cuya extraeza radica en que una proposicin ms genrica difcilmente puede ampliar a una ms especfica). 5. La cuestin de los actos de habla Se ha observado que la mayora de las lenguas codifican en sus sistemas gramaticales tres actos de habla bsicos o fundamentales: las aseveraciones, las rdenes y las preguntas, para los que existen las categoras conocidas como declarativo, imperativo e interrogativo (cf. Sadock y Zwicky, 1985; Dik, 1989: 257; 1997: 240). En la medida en que otros actos de habla suponen meramente parametrizaciones y/o adaptaciones de los bsicos, podemos pensar que constituyen tambin modelos con un alto grado de genericidad. Dichas adaptaciones tienen que ver con variables como las relaciones de poder, jerarqua y distancia social, el grado de compromiso del hablante y del oyente en la realizacin del acto de habla, y el coste o beneficio del mismo para hablante y oyente. Por ejemplo, una peticin y una orden son actos directivos que se diferencian bsicamente en que el primero deja libertad al oyente para rehusar y produce mayores efectos de cortesa. Sin embargo, los parmetros semnticos que definen una peticin se basan en los mismos conceptos genricos que definen una orden. Por ello, consideraremos que las construcciones para los distintos actos de habla se han de definir sobre la base de modelos proposicionales genricos. Una razn adicional por la que podemos considerar los modelos ilocutivos como genricos radica en su origen. Algunos modelos cognitivos no genricos no designan entidades del mundo objetivo o subjetivo sino situaciones. Podemos referirnos a ellos como
modelos situacionales. Es el caso de los conocidos 'guiones' de Schank y Abelson (1977), que describan secuencias estereotipadas de acciones, tales como las de entrar en un restaurante, llamar al camarero, solicitar el men, pedir la comida, comer, pagar e irse. Existen, a nuestro juicio, modelos cognitivos situacionales ms genricos, como el que determina las condiciones de satisfaccin de los distintos actos de habla (como las formuladas en su tiempo por Searle, 1975). As, para que ciertas expresiones lingsticas se entiendan como peticiones, debemos disponer de un contexto en el que se den al menos las siguientes condiciones: MODELO COGNITIVO GENRICO DE 'PETICIONES' (a) Al hablante le es manifiesto que el estado de cosas designado por la expresin lingstica resulta beneficioso para el hablante (o para una tercera persona sobre la que el hablan te quiere que recaiga el beneficio) y costoso para el oyente. (b) Al hablante le es manifiesto que el oyente tiene capacidad para hacer que tenga lugar el estado de cosas designado por la expresin lingstica. (c) El hablante desea que tenga lugar el estado de cosas designado por la expresin lingstica. (d) El hablante deja cierto grado de libertad para que el oyente se niegue a hacer que tenga lugar el estado de cosas designado por la predicacin. Expresiones como las consignamos en (16) activan claramente este modelo: (16) (a) Quieres abrir la ventana? (b) Te importara ayudarme un momento? (c) Puedes acercarte un poco ms? (d) No te arrimes a la pintura fresca, te lo ruego. (e) Esa valla es peligrosa. Un modelo situacional genrico extrae condiciones genricas que se aplican a numerosas situaciones particulares y puede describirse en trminos proposicionales. Examinaremos ahora con ms detalle cmo se produce la asociacin de forma y funcin en el terreno ilocutivo. Consideremos las siguientes oraciones: (17) (a) Buy that car.
(b) I would buy that car. (c) If I were you, Id buy that car. Las tres se pueden entender como consejos: el hablante aconseja al oyente que compre un determinado vehculo. Sin embargo, es indudable que la oracin (c) posee un mayor grado de especializacin para la funcin de dar consejos. Nos planteamos los siguientes interrogantes: (i) se pueden considerar las oraciones (17a), (17b) y (17c) distintos ejemplos de construcciones para dar consejos o son instanciaciones diferentes de un mismo modelo cognitivo con diversos grados de especializacin?; (ii) puede cada una de estas oraciones instanciar parmetros conceptuales de otra construccin que no sea la de consejos y en qu condiciones?; (iii) juega algn papel la pragmtica, ms concretamente, la teora de la inferencia en la interpretacin de estos enunciados como consejos o como otro tipo de ilocucin? Una teora de las construcciones poco sofisticada en cuanto a su empleo de la teora de los modelos cognitivos nos podra hacer pensar que la forma If I were you, Id +VP es una construccin productiva (no fosilizada o idiomtica) asociada directamente al valor de dar consejos. Esta teora no podra explicar bien la diferencia de significado entre estas dos oraciones complejas: (18) (a) If I were you, I wouldnt put up with your boss (b) If I were you, I wouldnt have to put up with my boss. La primera de ellas es un consejo porque pone al hablante en el papel del oyente y apunta a cmo se podra lograr que un estado de cosas dejara de resultar perjudicial para el segundo. La otra oracin plantea una situacin hipottica en la que si el hablante pudiera estar en la situacin del oyente, el primero no padecera determinado perjuicio. No puede, por tanto, constituir un consejo, sino ms bien una queja o una mera observacin en forma aseverativa, dependiendo de otros factores contextuales. Puesto que es posible explotar la construccin If I were you, Id +VP para transmitir significados distintos del normalmente asociado a la misma por convencin, y puesto que existen otras frmulas expresivas relacionadas con esta, como las ejemplificadas en (17a)(17c), que se utilizan convencionalmente para expresar consejos, como en casos anteriores, no podemos postular que una construccin sea meramente una asociacin de forma sentido. En el nivel ilocutivo, una teora de las construcciones se ajusta tambin a la nocin de instanciacin en relacin con el contexto de los parmetros de diversos modelos cognitivos (lo que confiere a las expresiones lingsticas una especializacin funcional que determina su potencial instanciador de una o ms construcciones y explica su capacidad polismica). La construccin para consejos tendr como eje fundamental una especificacin del conjunto de condiciones semnticas que rigen su produccin; la parte formal de la construccin, por otra parte, consiste en el listado de posibles expresiones y combinaciones de expresiones que activan uno o ms parmetros de la especificacin semntica:
CONSTRUCCIN PARA CONSEJOS Una expresin lingstica constituye un consejo en la medida en que, por medio de las explicaturas generadas a partir de la misma, al oyente le sea manifiesto que: (i) Al hablante le es manifiesto que el estado de cosas designado por la expresin es beneficioso para el oyente, pero no necesariamente beneficioso o costoso para el hablante. (ii) El hablante se involucrara en lograr que tenga lugar el estado de cosas designado por la expresin. (iii) Existe algn factor condicionante por el que el hablante no se ha involucrado en lograr que tenga lugar el estado de cosas designado por la expresin. Estas condiciones nos impiden entender necesariamente como consejo una oracin como I would buy that car if I could afford it. Por otra parte, la frmula condicional If I were you es una manera prototpica de instanciar la condicin (iii), pero se podran dar otras menos prototpicas: If I were in your shoes, (If I were) in that situation, If I could take your place, etc. Esto sugiere que, en efecto, la construccin establece una serie de condiciones para las que el sistema lingstico desarrolla recursos ms o menos especializados y ms o menos convencionalizados. Por ejemplo, la siguiente elocucin instancia de forma no convencional todas las condiciones o parmetros conceptuales expuestos arriba, con lo que expresa un consejo: (19) Im not you, but if I were, be sure that car would be the first thing Id buy. En esta lnea, podemos afirmar que las expresiones (17a), (17b) y (17c) no son tanto ejemplos de distintas construcciones como tres formas diferentes (ms o menos explcitas) de instanciar un conjunto de condiciones conceptuales en un contexto. Por supuesto, algunas frmulas expresivas, como If I were you, Id + VP o Id + VP estn ms especializadas para activar los parmetros conceptuales de la construccin. Esta conclusin nos ayuda a contestar la segunda de las preguntas que nos hacamos respecto al tratamiento construccional de los actos de habla: cuanto menor es el grado de especializacin de una expresin respecto a un valor ilocutivo, mayor es la posibilidad de que instancie elementos de otras construcciones. Hemos visto cmo es muy difcil que la expresin If I were you, Id + VP invoque otra funcin que no sea la de dar consejos, por lo que se puede hablar de una asociacin forma-sentido muy estable; existen ms posibilidades de ambigedad con la frmula Id + VP, que se resuelve contextualmente, y an ms con la frmula en imperativo, que demanda la incorporacin de informacin contextual para instanciar las variables de uno u otro modelo cognitivo. Al producirse tal instanciacin, asistida por el contexto, es apropiado hablar de la existencia de una construccin, como asociacin de forma-sentido, en relacin con un contexto. En los casos de alta especializacin de la frmula expresiva, se puede sencillamente hablar de la existencia de una construccin independiente del contexto.
Nuestra ltima pregunta tena que ver con el papel de la pragmtica en la interpretacin de actos de habla. Es obvio que los hablantes escogen expresarse de forma ms o menos explcita como parte de su juego estratgico y de los requisitos contextuales. Por ejemplo, en un contexto en el que hablante y oyente estn viendo cmo una tercera persona, John, estropea las flores del hablante, existe una diferencia de significado notable entre que el hablante diga Whats John doing? y Whats John doing with my beautiful flowers? La segunda de estas preguntas revela un mayor grado de queja por parte del hablante que la primera, simplemente porque especifica detalladamente lo que es evidente. Desde el punto de vista semntico, la pregunta Whats John doing with my beautiful flowers? conlleva la presuposicin construccional de que el hablante piensa que hay algo indebido respecto a lo que estn haciendo con sus flores. Desde el punto de vista pragmtico, el hecho de hacer manifiesto algo que es obviamente negativo para el hablante se combina con el modelo de coste-beneficio, como premisa implicada (nadie debe dejar que una situacin sea perjudicial para los dems si puede evitarlo), cuyo fin es el de instanciar los parmetros del modelo cognitivo sobre queja, que consta de los siguientes parmetros: CONSTRUCCIN PARA QUEJAS: Una expresin lingstica es una queja en la medida en que, por medio de las explicaturas generadas a partir de la misma, al oyente le sea manifiesto que: (i) Al hablante le es manifiesto que el estado de cosas designado por la predicacin resulta perjudicial para el hablante. (ii) El hablante piensa que se puede impedir que el mencionado estado de cosas siga resultando perjudicial para el hablante. Las explicaturas de Whats John doing with my beautiful flowers? incluyen no slo la informacin de que el hablante est haciendo una pregunta sobre un cierto estado de cosas sino tambin la presuposicin de que el estado de cosas es indebido. 5[5] Esta informacin no es inferida sino que se desprende de la expresin misma. La informacin inferida en forma de implicatura es que el estado de cosas indebido perjudica al oyente y que ste se est quejando de ello (es decir, que invita al oyente a que haga algo al respecto). El hablante se podra haber quejado de otras maneras, por ejemplo, mediante una aseveracin en tono exclamativo en la que tambin se hiciera manifiesto el perjuicio que John le est produciendo: John is ruining my flowers!, See what John is doing to my beautiful flowers! , etc. La primera de estas exclamaciones describe un estado de cosas perjudicial; el tono exclamativo llama la atencin sobre el contenido proposicional del enunciado sugiriendo que el hablante tiene una actitud ante el mismo. Hasta aqu llega la explicacin semntica y, por s misma, no constituye claramente una queja, pues slo instancia la primera condicin del modelo cognitivo. La referida instanciacin de la segunda condicin necesita la activacin de informacin contextual suplementaria, lo que nos lleva a una implicatura. La segunda de las exclamaciones es una variante de la construccin presupositiva bsica whats X doing Y y opera semnticamente de forma muy similar a Whats John doing with
.- Sperber y Wilson (1986a) entienden que el acto de habla ms genrico (decir, preguntar, ordenar) constituye una explicatura de alto nivel.
5[5]
my beautiful flowers?, con la diferencia de que se acenta la invitacin al oyente para que acte a favor del hablante mediante la expresin introductoria en imperativo. Esta invitacin se produce como implicatura resultante de la combinacin de la predicacin subordinada presupositiva con la convencin de cortesa del modelo cognitivo de costebeneficio. 6. El lenguaje "figurado" Habiendo llegado a este punto, consideraremos la cuestin del lenguaje figurado, especialmente la metfora, cuyo estudio tiene una extensa tradicin en teora literaria y retrica (vanse por ejemplo, Brooke-Rose, 1958 y Culler, 1975, pero en particular la revisin histrica de la teora de la metfora hecha en Hawkes, 1972). Podra parecer que en el caso del lenguaje figurado existen ms razones para un tratamiento desde el punto de vista de la pragmtica que del de la semntica, pues en general es una cuestin de uso que viola las normas lingsticas convencionales. Sin embargo, aunque es innegable que la teora pragmtica tiene mucho que ofrecer en lo que respecta al anlisis de este tipo de lenguaje, muchos lingistas, en particular los cognitivistas, han demostrado la existencia de modelos culturales convencionales en la explicacin de, por lo menos, la metfora y la metonimia, idea que no conviene desechar. La pragmtica ha tratado la metfora como un fenmeno de uso del lenguaje. Los seguidores de Grice nos dicen que la metfora es una violacin ostentosa de una de las mximas de Cualidad (la metfora es una mentira evidente dicha con el propsito de comunicar algo que se piensa que es verdad) y de la mxima de Relacin (se ha de buscar la pertinencia del enunciado extrao respecto al contexto), lo que fuerza al oyente a buscar qu rasgo del vehculo de la metfora es el ms destacado y se aplica al tenor. En Martinich (1984) se propone este tipo de anlisis. Otro enfoque pragmatista sobre la metfora, muy conocido, es el de Searle (1982), que la explica en trminos de la diferencia, a la que ya nos hemos referido, entre significado del hablante y significado oracional (o de la palabra). Para Searle, al usar una metfora, el hablante dice "S es P" pero el significado que se evoca es el de "S es R". De forma tentativa, propone nueve "principios" que ayudan a "computar" R dado un cierto P; entre estos principios tenemos que las cosas que son P pueden ser R por definicin ("gigante" nos lleva a grande), por contingencia ("cerdo" significa sucio o inmoral), por creencia ("gorila" significara violento, desagradable, etc.), por percepcin ("dulce" es agradable), por similitud ("revuelto" se aplica a un ambiente), etc. Finalmente, en Teora de la Relevancia, la metfora es una cuestin de uso "libre" del lenguaje (Sperber y Wilson, 1986b) con la que el hablante comunica una proposicin distinta de la que expresa ms una serie de efectos de significado aadidos por implicacin, los cuales compensan el esfuerzo especial de procesamiento que demanda la expresin en s. Por ejemplo, decir John is a lion no slo significa que John es valiente sino que lo es de determinada forma, que posee determinada apariencia fsica, etc. Estos efectos de significado son implicaturas y obtenerlos es, por tanto, responsabilidad del oyente. Respecto a la semntica, la metfora se ha tratado tradicionalmente como una violacin de la norma que el hablante resuelve trasvasando ciertos rasgos de significado del vehculo al tenor (Leech, 1969; cf. el tratamiento clsico de Max Black, 1962, 1979, en el que esta idea est latente); estos rasgos se suelen calificar de "salientes" (Bergmann, 1982) o se dice que mantienen una relacin de "parecido" o "analoga" con otros aspectos del
tenor (cf. Davidson, 1978, que reduce las metforas a smiles). Implcitamente, el tratamiento semntico clsico debe reconocer que el hecho de que el hablante tenga que recurrir a explorar un concepto para buscar rasgos salientes o semejanzas con el tenor equivale a asumir dos cosas: una, que existe algn tipo de operacin mental especial; dos, que existe algn principio de orden no semntico que lleva al hablante a realizar la operacin especial. Esto sugiere que el tratamiento semntico y el pragmtico deberan ser, de alguna forma, complementarios, pero no excluyentes. Sin embargo, esa no ha sido la solucin ofrecida por las teoras ms modernas dentro de la semntica y la pragmtica al problema de la metfora. As, la lingstica cognitiva, siguiendo el trabajo pionero de Lakoff y Johnson (1980), Lakoff y Turner (1989) y Lakoff (1987, 1993), define la metfora como una proyeccin conceptual (es decir, un conjunto de correspondencias) entre dos dominios conceptuales; la mayora de las proyecciones forman sistemas de correspondencias convencionalizadas y por tanto constituyen modelos cognitivos idealizados. La proyeccin de un dominio sobre otro nos hace entender el segundo y razonar sobre l en trminos de la estructura de relaciones conceptuales (lo que Lakoff denomina la "lgica") del primero. La Teora de la Relevancia ha seguido el camino contrario, intentando presentar la metfora como una cuestin de derivar implicaturas no convencionalizadas (salvando los casos de algunas metforas fosilizadas); la nica operacin cognitiva implicada en este proceso es la operacin pragmtica de hacer que el enunciado metafrico sea consistente con el Principio de Relevancia, que guiar la produccin de tantas implicaturas como el oyente piense que son necesarias. Sin embargo, resulta obvio que si existen sistemas convencionales de correspondencias, stos han de ayudar en la derivacin del significado implicado, haciendo que el proceso de interpretacin sea cognitivamente menos costoso. Esta cuestin se ha tratado con detalle en Ruiz de Mendoza (1999b), por lo que slo presentaremos aqu dos argumentos que nos ayudan a establecer la compatibilidad y complementariedad de ambas teoras sobre la metfora. Supongamos la oracin Youre getting nowhere that way, dicha por un padre enfadado a su hijo rebelde. Para los cognitivistas se explicara en funcin del sistema de relaciones que establece la metfora LA VIDA ES UN VIAJE, en la que las personas se ven como viajeros que avanzan por un camino hacia un destino. Los objetivos de una persona son el destino al fin del camino, por lo que escoger un camino que no conduce a ningn destino se presenta como algo negativo; implica que la persona no obtendr ningn xito en la vida si persiste en determinada actitud que le lleva por la lnea de progreso inadecuada. Estas implicaciones se obtienen por va de la proyeccin y no demandan ms que consistencia con el contexto de situacin para ser adecuadas desde el punto de vista comunicativo. As pues, se obtienen sobre la base semntica del sistema convencional sin combinarse con la informacin contextual para producir implicaciones, sino slo adecundose a ella. En Ruiz de Mendoza (1999b) se defiende que la metfora convencional genera explicaturas (a diferencia de lo que proponen los propios tericos de la Relevancia, que, dejndose llevar por el tratamiento griceano tradicional, consideran que la metfora slo produce implicaturas). En cambio, otras implicaciones que requieren importar informacin adicional del contexto para combinarse con las explicaturas desarrolladas a partir del enunciado se podran considerar implicaturas. Por ejemplo, una vez formada, la explicatura el oyente no est progresando de forma adecuada en la vida sera posible interpretarla de diversas formas: como una advertencia
genrica de que el oyente est obrando mal, o como una advertencia especfica de que el hablante piensa castigar al oyente, o simplemente como una expresin emocional de que el padre se siente apenado, pero no va a hacer nada al respecto, entre otras muchas posibilidades. Las metforas ms creativas se rigen por principios conceptuales como el de la Invariancia, formulado por Lakoff (1990, 1993), segn el cual la estructura topolgica del dominio meta de una proyeccin metafrica se ha de preservar de forma que sea consistente con la del dominio fuente. Este principio, que ha sido revisado por varios autores, se ha reformulado en Ruiz de Mendoza (1998) para incluir todo tipo de estructura genrica e incluso las implicaciones contextuales producidas por la participacin en la proyeccin de mltiples modelos cognitivos.6[6] La operacin de correlacin entre dominio fuente y meta es bsicamente analgica o de comparacin, como se vena sealando tradicionalmente, con la diferencia de que las posibilidades de correlacin vienen restringidas por convenciones que ataen a un sistema completo, por una parte, o por principios como el de Invariancia. Por poner un ejemplo, en Ruiz de Mendoza (1998, 1999b) se observa que, en ingls, en las metforas del sistema PEOPLE ARE ANIMALS se atribuye a la persona un rasgo estereotpico de conducta atribuida al animal si adoptan la forma A es B (por ej. He is a pig, He is a bull of a man, She is a dragon, etc.,), o si se utiliza el nombre del animal como verbo (por ej. He dogged me all day); sin embargo, en otros tipos de construccin la metfora se puede referir a habilidades o destrezas fsicas (por ej. John has an eagle eye). En todo caso la apariencia fsica del animal juega un papel secundario. Pensemos ahora en la metonimia. La metonimia -como se seala en lingstica cognitiva- utiliza el mismo mecanismo conceptual de proyeccin que la metfora, slo que dicha operacin mental es interna a un dominio conceptual. En Ruiz de Mendoza (1999bc, 2000) se realiza un estudio exhaustivo de la relacin entre metfora y metonimia desde los puntos de vista semntico y pragmtico. Aqu nos bastar con sealar que es evidente que resulta imposible comprender el potencial comunicativo de una expresin metonmica sin una explicacin de la operacin mental subyacente. Por ejemplo, en Chrysler has laid off a hundred workers la metonimia consiste en una proyeccin conceptual interna al dominio de la compaa que ha realizado el despido, en la que el dominio fuente es la compaa y el meta quienquiera que est a cargo de la poltica de regulacin de empleo en la misma. La metonimia cumple con una doble funcin comunicativa: por un lado, la econmica de evitar al hablante el tener que precisar con exactitud el dominio meta (que incluso le puede resultar desconocido); por otro, la de sugerir que la responsabilidad del despido recae sobre toda la compaa, lo que se traduce en un efecto comunicativo especial. En otras ocasiones, la metonimia slo sirve para identificar a un referente que s que se podra precisar con exactitud de forma cmoda. Este es el caso de la conocida metonimia The ham sandwich is
.- Esta idea se inspira en el modelo multiespacial de Mark Turner y Gilles Fauconnier (vase, entre otros muchos trabajos, la aplicacin a la metfora que se realiza en Fauconnier y Turner, 1998, 2001). Una metfora deriva estructura parcial de los dominios cognitivos implicados, que se pueden considerar espacios mentales o paquetes de conocimiento provisionales; en una proyeccin pueden intervenir diversos espacios que actan como fuente y meta, que luego se combinan en otro espacio en el que se producen inferencias. Esta descripcin de la actividad cognitiva implicada en la metfora nos permite ver cmo se forman explicaturas en el espacio combinado, que estaran disponibles para entrar a formar parte de modelos de implicatura basados en el patrn de premisa-conclusin.
6[6]
waiting for his bill, en la que la mencin del bocadillo de jamn es suficiente, en el contexto de un restaurante, para referirse al cliente que lo ha pedido. En este caso se podra utilizar una descripcin definida bien precisa, como the customer who has ordered a ham sandwich, pero la metonimia permite expresarse de forma ms simplificada. No se busca producir un efecto comunicativo especial sino slo la economa de produccin. Curiosamente, en Ruiz de Mendoza (1999bc, 2000) se observa que existe una correlacin entre el tipo de proyeccin metonmica y su potencial comunicativo: en Chrysler has laid off a hundred workers, el dominio meta es un subdominio del dominio fuente (metonimia del tipo meta-en-fuente); en The ham sandwich is waiting for his bill , el dominio fuente es un subdominio del meta (metonimia del tipo fuente-en-meta). A esto podemos aadir que las metonimias del primer tipo explotan el equilibrio entre los dos criterios de relevancia que proponen Sperber y Wilson (economa de procesamiento frente a efectos contextuales) de forma distinta. Mientras que las metonimias del tipo meta-en-fuente invitan a explorar todo un dominio conceptual, lo que incide en una mayor carga significativa, las del otro tipo se traducen en dispositivos convenientes para realizar de forma cmoda, en un contexto, un acto de referencia, con lo que el criterio de economa es el ms prominente. Finalmente, cabe preguntarse si algunas otras figuras de las que se denominan normalmente figuras del lenguaje tienen tambin explicacin semntica. No pretendemos aqu adentrarnos en anlisis de estilstica o retrica clsica, ni en clasificar las diversas figuras, cuestin que ha ocupado a numerosos estudiosos (cf. Todorov, 1971). Eliminaremos de nuestra exposicin las figuras que explotan los sonidos, como la aliteracin y la onomatopeya, pues el estudio de su carcter evocativo se basa ms en formas que en conceptos. Otras figuras, como el pleonasmo o la tautologa, parecen poder resolverse pragmticamente por va de la implicatura. Por ejemplo, el decir Lo vi con mis propios ojos sera una manera de poner nfasis en la implicacin del hablante respecto a la veracidad de lo que se dice; pero tambin se podra ver entonces el pleonasmo como un procedimiento realizativo especializado y, en cierta manera, convencionalizado para instanciar un parmetro del modelo cognitivo relativo al acto de aseverar o aseverar con firmeza. La tautologa, por su parte, ha sido objeto de comentario desde hace mucho tiempo por los filsofos del lenguaje y se podra querer resolver desde la pragmtica indicando que, como no proporciona informacin nueva, el hablante tiene derecho a asumir que produce algn tipo de implicatura. Sin embargo, puede no ser sta la situacin exacta. As, la famosa frase Un nio es un nio ms que como una tautologa se puede analizar como una metfora en la que un rasgo quintaesencial de la conducta tpicamente atribuida a los nios se aplica al nio del que se est hablando. Hay un grupo de figuras que se basan en contrastar ideas, de forma antittica, dentro de una oracin, como el retrucano (por ej. Ms vale perder un minuto en la vida que la vida en un minuto ). En estos casos se evocan escenarios mentales diferentes pero que poseen elementos en comn que adoptan roles distintos (una persona pierde la vida en un minuto frente a una persona pierde un minuto de su vida). El pragmatista podra querer explicar estas figuras haciendo ver que sus implicaciones son una cuestin de inferencia. Para el semantista, en cambio, de cada escena se podra extraer estructura conceptual genrica que se aplicara a muy diversas situaciones mediante metforas como la que proponen Lakoff y Turner (1989) LO GENRICO ES ESPECFICO, metfora que ellos aplican al estudio de los proverbios. Los proverbios evocan una situacin especfica de la que se puede derivar una conclusin genrica que luego se extiende a otras situaciones especficas. Es el caso de Blind blames the ditch, que
analizan estos autores. El ciego culpa de su fracaso a la circunstancia externa en vez de a su propia incapacidad. De forma similar, existen miles de situaciones en que las personas preferimos ignorar nuestras propias deficiencias y no asumir nuestra propia responsabilidad ante situaciones en que cometemos errores. Existe labor inferencial en todos los casos, pero guiada por modelos cognitivos previos o por nuestra capacidad de formar modelos cognitivos genricos ad hoc aplicando la metfora LO GENRICO ES ESPECFICO. Como con otros casos de metfora, se pueden conjugar -creemos- los puntos de vista semntico y pragmtico. Desde el semntico se proponen estructuras conceptuales que limitan el mbito de accin inferencial cuyo estudio corresponde estudiar al pragmatista. El caso de la irona es distinto. Es una figura que explota el contraste, pero sin juego de palabras y no dentro de una oracin sino entre la oracin y el contexto, por lo que no parece susceptible de ser regida por la metfora LO GENRICO ES ESPECFICO. No se trata de generalizar, sino de contrastar una situacin verdadera con la literalmente expresada. Si est diluviando y Pedro quera salir al campo, decir Qu buen da hace! es una expresin irnica, cuyo efecto significativo, para el pragmatista, se obtiene por implicatura, pues resulta evidente que se quiere decir lo contrario de lo que realmente se dice, para lo que el oyente deber encontrar una razn, en este caso una actitud implicada de enojo, molestia, o fastidio ante la situacin. Sin embargo, existen determinados rasgos de tono de voz (e incluso paralingsticos, como gestos) que ofrecen pistas interpretativas asociadas al efecto irnico y nuestra propia descripcin de ms arriba sobre qu es la irona se podra considerar como un modelo cognitivo realizable o instanciable normalmente mediante oraciones aseverativas y exclamativas que cumplan con los citados requisitos conceptuales. En este caso se podra hablar de la existencia de construcciones irnicas, pues existen suficientes constricciones sobre la forma y condiciones semnticas generales de los enunciados que las realizan.7[7] En Ruiz de Mendoza (1999b) se estudia, con cierto detenimiento, el caso de la hiprbole. En este trabajo se propone que las hiprboles generan explicaturas por medio de procedimientos de mitigacin y que las expresiones hiperblicas tienen un importante componente convencional. Estas observaciones estn en consonancia con nuestra forma de entender la delicada divisin entre semntica y pragmtica. Si postulamos la existencia de un modelo cognitivo sobre la exageracin, parte de este modelo debe hacer referencia a la exageracin intencionada, frente a la que no lo es. Para interpretar el sentido de una afirmacin como John is the best swimmer in the world , si es mutuamente manifiesto a emisor y receptor que no existen razones para entenderla literalmente, es necesario
.- Leech (1983: 142) concede rango de principio pragmtico a la irona y postula un Principio de Irona, que, puesto que afecta a las mximas de Cualidad del Principio de Cooperacin y a la de Tacto del Principio de Cortesa, se puede calificar de segundo orden. Sperber y Wilson (1981, 1986a) explican la irona como la expresin implcita de una actitud basada en el uso ecoico de una opinin expresada por otro hablante (vase tambin Sperber, 1984). Por ejemplo, si A y B van a salir al campo y A dice que hace un buen da para salir al campo, pero empieza a llover, la expresin de B Its a lovely day for a picnic se hara eco irnicamente de la opinin expresada por A. Sin embargo, como se observa en Ruiz de Mendoza (1995: 140), puede haber irona sin que un enunciado se haga eco de otro. La expresin de B sera igualmente irnica si es plenamente evidente por el contexto que hace un da muy malo. Consideremos otro caso. Supongamos que John hace algo que perjudica al hablante. El hablante comenta a una tercera persona John is a fine friend, indeed!; el potencial irnico del enunciado se basa en que el hablante confa en que al oyente le puede ser manifiesto el perjuicio causado por John.
7[7]
mitigarla convirtindola en John is an excellent swimmer, proposicin a la que se aaden otras implicaciones que no son caticas, sino que vienen reguladas por la parte del modelo cognitivo que especifica la convencin que subyace al motivo de usar una exageracin evidente; esta convencin consiste en que el contenido de la proposicin mitigada (la explicatura) es considerado por el hablante como excesivo o digno de que se le preste especial atencin. Cmo se parametrice esta convencin depender de la adecuacin de la explicatura central mitigada al contexto, generando un elenco de explicaturas que quedan disponibles para la subsiguiente obtencin de implicaturas que ayuden a dar pleno sentido al enunciado (es decir, que lo hagan "relevante", en terminologa de Sperber y Wilson). Por ejemplo, una implicatura posible sera la de que al hablante le gustara ser tan buen nadador como John; otra sera que el hablante propone a John como un modelo que el oyente debera imitar; y as sucesivamente, de acuerdo con la informacin no presupuesta por la construccin hiperblica que el oyente recupere del contexto. 7. Conclusin Nuestras reflexiones nos han llevado a evaluar la capacidad de la lingstica cognitiva para explicar diversas construcciones y usos del lenguaje de acuerdo con los parmetros explicativos de la teora de los modelos cognitivos idealizados. Hemos ofrecido nuestra propia versin del concepto de construccin gramatical, basada en una especificacin de un conjunto de condiciones semnticas genricas susceptibles de instanciarse mediante informacin explcita proporcionada por los enunciados en combinacin con informacin implcita procedente del contexto. Las expresiones lingsticas, en este sentido, poseen un potencial de instanciacin respecto a determinados conjuntos de condiciones semnticas. Dicho potencial caracteriza el nivel de especializacin funcional de las mismas. Finalmente, hemos ofrecido una serie de reflexiones sobre la capacidad de un sistema de modelos cognitivos idealizados para dar cuenta de diversos fenmenos de lo que tradicionalmente se ha denominado uso figurado del lenguaje. 8. Bibliografa Allwood, J. 1976. Linguistic Communication as Action and Cooperation. Gotenburgo: Universidad de Gotenburgo (Tesis doctoral; Gothenburg Monographs in Linguistics, 2). Bergmann, M. 1982. "Metaphorical assertions". Philosophical Review 91: 229-245. Black, M. 1962. "Metaphor", en Black, M. (ed.). Models and Metaphors. Ithaca, NY: Cornell University Press. Black, M. 1979. "More on metaphor", en Ortony, A. (ed.). Metaphor and Thought, Cambridge: Cambridge University Press. Segunda edicin, 1993. Brooke-Rose, C.1958. A Grammar of Metaphor. Londres. Carston, R. 1988. "Implicature, Explicature, and Truth-Theoretic Semantics", en Kempson, R. (ed.). Mental Representations: The Interface Between Language and Reality . Cambridge: Cambridge University Press, 155-181.
Carston, R. 1993. "Conjunction, explanation and relevance". Lingua 90: 27-48. NorthHolland. Culler, J. 1975. Structuralist Poetics. London: Routledge. Davidson, D. 1978. "What metaphors mean", en Sacks, S. (eds.). On Metaphor. Chicago: University of Chicago Press. Dik, S. C. 1989. The Theory of Functional Grammar, Part I: The Structure of the Clause . Dordrecht: Foris. Dik, S. C. 1997. The Theory of Functional Grammar. Vol. 2: Complex and Derived Constructions. Editado por K. Hengeveld. Berlin y Nueva York: Mouton de Gruyter. Fauconnier, Gilles & Mark Turner. 1996. "Blending as a central process of grammar", en Goldberg, A. (ed.), Conceptual Structure, Discourse and Language. Stanford, CA: CSLI Publications. 113-130 Fauconnier, Gilles & Mark Turner. 1998. "Conceptual integration networks", Cognitive Science 22 (2): 133-187. Fauconnier, Gilles & Mark Turner. 2001. "Conceptual integration networks (expanded version)". Disponible en http://www.inform.umd.edu/EdRes/Colleges/ARHU/Depts/ English/engfac/ Mturner/cin.web. Fillmore, C. J. 1985. "Frames and the semantics of understanding". Quaderni di Semantica 6, 2: 222-253. Fillmore, C. J. 1998. Framenet: Tools for lexicon building, informe sin publicar, International Computer Science Institute, Berkeley, Cal. Fillmore, C. y Atkins, B. T. S. 1992. "Towards a frame-based lexicon: the semantics of RISK and its neighbours", en Lehrer, A. y Kittay, E. (eds.). Frames, Fields and Contrasts. Hillsdale, NJ.: Lawrence Erlbaum. Fillmore, C. y Atkins, B. T. S. 1994. "Starting where dictionaries stop: the challenge of corpus lexicography", en Atkins, B.T.S. y Zampolli, A. (eds.). Computational Approaches to the Lexicon. Oxford: Oxford University Press. Goldberg, A. E. 1995. Constructions. A Construction Grammar Approach to Argument Structure. Chicago: Chicago University Press. Green, G. M. 1989. Pragmatics and Natural Language Understanding. Hillsdale, N.J.: Lawrence Erlbaum. Grice, H.P.1975. "Logic and conversation", en Cole, P. y Morgan, J.L. (eds.). Syntax and Semantics Vol 3: Speech Acts . Nueva York: Academic Press. Haiman, J. 1980a. "Dictionaries and encyclopedias". Lingua 50: 329-357.
Hawkes, T. 1972. Metaphor. Londres, Nueva York: Methuen. Johnson, M. 1987. The Body in the Mind: The Bodily Basis of Meaning, Reason, and Imagination. Chicago: University of Chicago Press. Kay, P. y Fillmore, C. 1994. Grammatical Constructions and Linguistic Generalizations. Manuscrito, Depto. de Lingstica, Universidad de Berkeley. Kay, P. y Fillmore, C. 1999. Grammatical constructions and linguistic generalizations: The Whats X doing Y? construction. Language 75, 1: 1-33. Keenan, E. 1976. "On the universality of conversational implicatures". Language in Society 5: 67-80. Lakoff, G. 1987. Women, Fire, and Dangerous Tings. What Categories Reveal about the Mind. Chicago y Londres: The University of Chicago Press. Lakoff, G. 1990. "The Invariance Hypothesis: is abstract reason based on imageschemas?". Cognitive Linguistics 1-1: 39-74. Lakoff, G. 1993. "The contemporary theory of metaphor", en Ortony, A. (ed.). Metaphor and Thought. 2. ed. Cambridge University Press. Lakoff, G. y Johnson, M. 1980. Metaphors We Live By. Chicago y Londres: The University of Chicago Press. Lakoff, G. y Johnson, M. 1999. Philosophy in the Flesh: the Embodied Mind and its Challenge to Western Thought. Nueva York: Basic Books. Lakoff, G.y Turner, M. 1989. More than Cool Reason. A Field Guide to Poetic Metaphor . Chicago y Londres: The University of Chicago Press. Lakoff, George. 1996b. "Sorry, I'm Not Myself Today: The Metaphor System for Conceptualizing the Self", en Fauconnier, G. y Sweetser, E.(eds.). Spaces, Worlds, and Grammars, Chicago: University of Chicago Press, 91-123. Langacker, R. W. 1982. "Space, grammar, analysability, and the English passive". Language 58: 22-80. Langacker, R. W. 1987. Foundations of Cognitive Grammar. Vol I: Theoretical Prerequisites. Stanford, Cal.: Stanford University Press. Langacker, R. W. 1990. Concept, Image, and Symbol. The Cognitive Basis of Grammar. Berlin, Nueva York: Mouton de Gruyter. Langacker, R. W. 1991. Foundations of Cognitive Grammar. Vol II: Descriptive Application. Stanford, Cal.: Stanford University Press. Leech, G. 1969. A Linguistic Guide to English Poetry. Londres: Longman.
Leech, G. 1983. The Principles of Pragmatics. Londres: Longman. Lowe, J. B., Baker, C. F. y Fillmore, C. J. 1997. A frame-semantic approach to semantic annotation, en Proceedings of the SIGLEX workshop Tagging Text with Lexical Semantics: Why, What, and How?, Washington, D.C. Martinich, A. P. 1984. "A theory for metaphor". Journal of Literary Semantics 13: 35-56. Mey, J. 1993. Pragmatics. An Introduction. Oxford: Basil Blackwell. Morris, C. W. 1938. "Foundations of the Theory of Signs", en Neurath, O., Carnap, R. y Morris, C. (eds.). International Encyclopedia of Unified Science. Chicago: University of Chicago Press. Reimpreso en Morris, C. W. 1971. Writings on the General Theory of Signs. La Haya: Mouton. Nuyts, J. 1993. "Cognitive linguistics". Journal of Pragmatics 20: 269-290. Palmer, F. R. 1981. Semantics. 2 ed. Cambridge: Cambridge University Press. Prince, E. 1982. Grice and Universality: A Reappraisal. Manuscrito sin publicar. Reisman, K. 1989. "Contrapuntal conversations in an Antiguan village [1974]", en Bauman, R. y Sherzer, J. (eds.). Explorations in the Ethnography of Speaking. Cambridge: Cambridge University Press. Ruiz de Mendoza Ibez, F. J. 1993 "Discourse principles and general discourse strategies", en Otal, J. L. y Villanueva, M. L. (eds.). Primeres Jornades Sobre Autoaprenentatge de Llenges. Castelln: Universidad Jaume I. Ruiz de Mendoza Ibez, F. J. 1995. "Relevance and the negotiation of meaning: an approach to pragmatic principles in discourse", en Len Sendra, A. y Lpez Folgado, V. (eds.). In Memoriam Henry Sweet, vol 2. Crdoba: Grupo de Investigacin de la Junta de Andaluca. Ruiz de Mendoza Ibez, F. J. 1996. "Aspectos pragmticos de la negociacin del significado", en Cenoz, J. y Valencia, J.F. (eds.). La competencia pragmtica: elementos lingsticos y psicosociales. Servicio Editorial de la Universidad del Pas Vasco. Ruiz de Mendoza Ibez, F. J. 1998. "On the nature of blending as a cognitive phenomenon". Journal of Pragmatics 30/3: 259-274. North-Holland, Amsterdam. Ruiz de Mendoza Ibez, F. J. 1999a. "La ilocucin y la gramtica", en Butler, C., Mairal, R.. Martn, J. y Ruiz de Mendoza, F., Nuevas Perspectivas en Gramtica Funcional. Barcelona: Ariel.
Ruiz de Mendoza Ibez, F. J. 1999b. "From semantic underdetermination, via metaphor and metonymy to conceptual interaction". LAUD-Essen Series A: General and Theoretical Papers. Ruiz de Mendoza Ibez, F. J. 1999c. Introduccin a la Teora Cognitiva de la Metonimia . Granada: Coleccin Granada Lingstica. Ruiz de Mendoza Ibez, F. J. y Otal Campo, J. L. 1997. "Communication strategies and realization procedures", ATLANTIS. Revista de la Asociacin Espaola de Estudios Anglonorteamericanos 19, 1: 297-314. Ruiz de Mendoza Ibez, Francisco J. 2000. The role of mappings and domains in understanding metonymy, en Barcelona, A. (ed.). Metaphor and Metonymy at the Crossroads. A Cognitive Perspective . Berlin, New York: Mouton de Gruyter. 109132. Sadock, J. M. y Zwicky, A. 1985. "Speech act distinctions in syntax", en Shopen, T. (ed.). Language Typology and Syntactic Description, (3 vols.). Cambridge: Cambridge University Press. Schank, R.C. and Abelson, R.P. 1977. Scripts, Plans, Goals and Understanding. Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaum. Searle, J. R. 1975. "Indirect speech acts", en Cole, P. y Morgan, J. (ed.). Syntax and Semantics Vol 3: Speech Acts . Nueva York: Academic Press. Searle, J. R. 1982. "Metaphor", en Ortony, A. (ed.). Metaphor and Thought. Cambridge: Cambridge University Press. Sperber, D. 1984. "Verbal irony: pretense or echoic mention?". Journal of Experimental Psychology: General 113: 130-136. Sperber, D. y Wilson, D. 1981. "Irony and the use-mention distinction", en Cole, P. (ed.). Radical Pragmatics. Nueva York: Academic Press. Sperber, D. y Wilson, D. 1986a. Relevance. Communication and Cognition. Oxford: Basil Blackwell. Sperber, D. y Wilson, D. 1986b. "Loose talk". Proceedings of the Aristotelian Society 86 (1985-86): 153-171. Reimpreso en Davis, S. (ed.) 1991. Pragmatics. A Reader. Nueva York: Oxford University Press. Todorov, T. 1971. The Poetics of Prose. Ithaca, N. Y.: Cornell University Press. Turner, Mark & Gilles Fauconnier. 1995. "Conceptual integration and formal expression". Metaphor and Symbolic Activity 10: 183-204.
Francisco Jos Ruiz de Mendoza Ibez. Crculo de Lingstica Aplicada a la Comunicacin 8, noviembre 2001. ISSN 1576-4737. http://www.ucm.es/info/circulo/no8/ruiz.htm ndice de clac 8