en muestras como «SPEED SHOW vol. 5 “Open Internet"
(2011), comisariada y prodvcids por Aram Bartoll, Marie Lechner y Anne Roguigny, un buen ejemplo le
{entre otros muchisimos que podriamos proponer) de la pervivenca, en los alhores de la segunda décnde del
nuevo siglo, de la generalizada considcracion del acivismo politico mis radical eomo parte de la amplisini,
«sfera de las prictcas artistas digitale‘Trowoootas BE LA prisinsi6w 81
mategia de produccién de fallo de negacién de servicio, practicada por pri-
or Leonard Kleinrock en 1994, tambien ha sido frecuentemente empleada
de los proyectos artivitas ms conocidos, como en la accion Toy War (1999),
por el colectivo Etay en contra de la empresa juguetera Etoys.com. Una
ds reciente de esta técnica seria la accién 4°33”, realizada en enero de 2011
jana Jocelyn Bernal, quien consiguié bloquear durante algo mas de cuatro
piginas web de algunas instituciones artstcas espaftolas ¢ iberoamericanas
‘las de museos), en una clara alusi6n, por una parte, a los cuatro minutos y
es segundos de silencio en la obra homénima de John Cage de 1952 y, por
caso interés de estas instituciones artisticas por la promocién de una forma
n radicalmente opuesta a las légicas del mercado del arte (a las que, segiin
‘nstituciones muse‘sticas siguen estando sometidas) como es el net art.
‘a todas estas acciones generalmente disefiadas y drigidas por personas 0 co-
ncretos con amplios conocimientos técnicos, hemos visto desarrollarse tam-
de mediados de los atos noventa, otros comportamicntos de activismo politico
inario que, mis que estar organizados por alguien, habria que decir que son
ente iniciados por alguien, incluso de forma simulténea por muchas personas,
odo cuando se producen en respuesta a determinados acontecimientos politicos
1s de crisis. Se caracterizan por ser movimientos multitudinarios y esponti~
y vas, haciendo uso en sus primeras manifestaciones de mensajes SMS
Tecientemente, de las redes sociales y servicios de microblogging, se extienden
na reticular o viral, mediante la consigna del «. Pueden generar cadenas de
y reenvios que alcanzan a veces 2 cientos de miles de personas en un periodo
ro superior a unas pocas horas. Orientadas por Io general estas «ciberturbas»
algén tipo de protesta multitudinaria, a difundir un lamamiento para mani-
‘oa realizar algin tipo de accidn en el espacio palico, su efectividad politica se
adido comprobar ampliamente en infinidad de acontecimientos politics recientes.
rma de actuacién estaria basada en la autoorganizacion de la propia multicud inter-
eetada, La accién a desarrollar puede ir variando en funcién de la fuerza de las di-
aportaciones que los participantes vayan haciendo a través del proceso de prepa
fn de la actividad. Una de las primeras ocasiones en las que se pudo comprobar la
encia de este tipo de actuacién fue durante los disturbios de Seattle en 1999, en
testa por el encuentro de la Organizacién Mundial del Comercio; en aquella ocasin,
fesrategias de coordinaciGn descentralizada a través de la red y de mensajes SMS
jeron para acordar toda una serie de manifestaciones y enfrentamientos con Ia policfa
‘ran virulencia que, no en vano, ain se recuerdan como «La batalla de Seatle». El
de dispersién de las manifestaciones por toda la ciudad y el hecho de estar organi-
das de forma espontinea por los propios manifestantes, con decenas de convocatorias
nultineas, dficultaron en grado extremo su control por parte de la policia. Estas es-
“ritezias de coordinacién descentralizada y espontinea desempefiaron un papel deter
tninante en otros muchos acontecimientos politicos posteriores, como en Ia caida del
presidente filipino Joseph Estrada en 2001 (durante varios dias cientos de miles de
‘onas salieron a las calles a manifestarse en su contra convocados a través de mensa-
jes SMS), ls elecciones generales en Espatia en los das inmediatamente anteriores al 1482 Pakcricas anrfericas & InTeNNET #¥ U4 €poek DE LAS REDES soctALES
de marzo del 2004 o los disturbios acontecidos en Francia en noviembre de 2005 pro-
tagonizados por comunidades de inmigrantes.
Desde la perspectiva de los medios empleados, hay que seftalar emo a finales de la
primera década del nuevo siglo la red social Facebook ya actué a nivel global como un
potentisimo medio para la gencracién de grupos de presién en relacién a muy diferentes
aspectos de la actualidad politica, social y cultural en general, asf como también otros
sistemas de microblogging que han conseguido niveles de influencia enormemente deter-
rinantes. Entre estos tltimos ¢s Twitter (creado en 2006) el servicio que ha desempeiia~
ddo un papel més relevante en contra de ls formas de censura gubernamental, demostrando
‘una inmensa capacidad para amplificarinstantineamente la difusidn de noticias y convo~
catorias y para conseguir adhesiones a determinadas eausas, como se hizo patente, por
ejemplo, en las acciones de protesta en el proceso electoral de Inin en 2009 (no en vano,
{os medios de comunicacién y agencias bautizaron este fendmeno como «La revolucién
‘Twitters) o en las revoluciones del norte de Africa en 2011. Precisamente, en las revueltas
acontecidas ese aio en Egipto, el empleo de ‘Fwitter para la coordinacién de las protestas
fae tan masivo que el régimen de Hosni Mubarak decidié bloquear el acceso a Internet
en todo el pais con el fin de que fracasara la jornada de protestas convocada para el vier-
nes 28 de enero.
ese a todo lo dicho, no hay que olvidar que son también muchos los que han
cuestionado el verdadero protagonismo de Twitter y Facebook en estos desarrollos re~
volucionarios, evidenciando la presencia de otros muchos elementos activos en la cata~
lizaciGn, expansin y desarrollo de estos fenémenos sociales
En cualquier caso, el contexto en el que surgen hoy esas dinmicas eriticas multitudi-
narias es muy distinto al de los momentos iniciales de la red, cuando pensar en formas de
resistencia politica en linea era pensar en acciones cuidadosamente disefiadas y progra-
rmadas (como las sentadas virtuales, por ejemplo) promovidas por activistas con amplios
conocimientos técnicos y que en ocasiones definian, como hemos visto, estas acciones como
pricticas de performance art. De hecho, podriamos afirmar que la vinculacién més directa
entre arte contemporineo y activismo digital en la red en la década de los noventa se deriv
precisamente del caricterfuertemente «profesionalizado» de aquellas primeras acciones y,
sobre todo, de ser muchas de ellas promovidas y dadas a conocer internacionalmente en
contextos artisticos, como festivales,encuentros de arte electrinico, teétera.
En definitiva, en la fase segunda de la web, la capacidad de la multitud conectada para
automanifestarse y hacer presente su queja ya no dependers de que la accién se haga
Segin Julian Asange, por ejemplo, «existe Ia idea de que esas grandes compafis americans, Face-
‘book y"Tvte,dieron a ls egipcios esa revolucién y iberaron Eyipto. Pero la guia mis popula para los
revolacionarion era un documento que se extends por todos los clubs de itbol en Egipto, que ens mismos
‘ra los mi signifcaivos grupos de revolucion comunitara. i les este documento veris que en la primera
pgina dice que tengas cudado de no wa Titer ni Facebook, puesto que estin siendo monitorizados
Néase ”. Y es perfectamente com-
prensible que muchos quieran ver en este hacerse presente de la multitud, en el ejercicio
dea disensién colectiva desde la base de un posicionamiento pacifico y profundamente
‘reativo, una cierta forma de reapropiacién social del propio concepto de «préctica ar-
tistca», 0 un conato, al menos, de una forma de su «realizacién» en la vida, No pocos
han visto en este tipo de fenémenos sociales, en la concrecidn de esa teleologia de lo
‘comtin que les es propia, animada por los iluminadores potenciales del general intellect (y
{que sélo podria ser entendido en términos politicos como potencia de solidaridad, de
intercambio y cooperacidn, como un activo estar-con-otros), buena parte de los ideales,
pragmaticos del arte mis comprometido del siglo xx". Al menos, lo que es evidente es
{que algunos de estos movimientos multitudinarios autoorganizados a través de las redes,
s0n intentos de establecer nuevos campos de libertades, de experiencias de reflexién y
‘expresién a ser compartidas, que coincidirian, en gran medida, con las més importan-
tes funciones constitutivas de muchas de las nuevas creaciones artisticas que, lejos de
‘eualquier funcién representativa o de narracién, consistirian también en crear dispo-
sitivos en los que la historia pueda hacerse, segtin aquella conocida puntualizacién de
Félix Guattai.
© Vease Paul Arden, Un arte contextual: rvacon aria en medio rbano, tua, de interven, de
tsa, Murcia, Centro de Documentacién y Estudios Svanzados de Arte Comtemporineo, 2006
"Guy Debord, «Rapport sur a constuction des situations et sur les conditions de organisation et de
Fevon dela tendence sintionniste internationale» (1957), edicién facsimile reimpresaen el extlogo de ls
‘xposicn «Sur le passage de quelques personnes 3 travers une assez courte nité de temps, propos de ter-
‘ationale stationnise, 1957-1972», en el Msge National WArt Modeme, Centre Georges Pompidou,
Part, 1989,
® Ciertament, resulta muy tentadorvincuar estas prictcss dena miltivad que empieza a resigaifcase
‘como nuevo sujet politico ysolidario en la relamacion de una sociedad mis usta y de un cambio radical en
las formas de organizacin de a vday de las pautas hasta ahora impestas por las formas de representaividad
Ae oe sistemas politicos, con aquellas palabras de Negri en su testo Arey matitde (2000): «Amor e posit
foletva es el provci y el amar de a multi, es are arte es multi de singulaidades en movimiento»,
Amonio Negi, Arey mutiudo, Ocbo carta, Mads, Trot, 2000, p. 7984 Peerscas anrfsticas e INTERNET Fx LA fPocA DE Las EEDES sociatEs
Sin embargo, el caricter violento, destructivo y para muchos politicamente «desi-
deologizado» de los disturbios de Londres acaecidos en el verano de 2011 evidencié la
otra cara de la moneda de estas dinamicas reivindicativas surgidas en las redes sociales,
de lo que puede llegar también a emerger espontineamente a través de ellas, acabando
con gran parte del optimismo que la llamada Spanisb Revolution” habia trafdo consigo
algunos meses atras.
Por tltimo, resulta imprescincible seialar un hecho de especial interés: muchas de
las pricticas emergentes de accién colectiva que surgen de forma més o menos espon-
tinea en la red siguen considerando como su objetivo final la congregacién de personas
cen un lugar determinado. Esto no seria, en diltima instancia, sino una muestra més de la
‘demanda de que calles y plazas deben ser recuperadas como medios de comunicacién en
si mismos y reactivados como espacios prioritarios para la interacci6n social y la recla-
‘macién politica, De hecho, muchos de los flash mobs que han tenido lugar en los timos
alos estin cargados de intencionalidad eritiea y compromiso social y politico, como, por
‘ejemplo, los promovidos por el Colectivo 8552 en Atenas en junio de 2011 en contra
de las medidas del gobierno griego para salir de la crisis econémica, y que tratarian de
recuperar algunas de las consignas lanzadas por los situacionistas en los sesenta, como
anteponer, frente al concepto de siempre haya significado
para la l6gica del capitalism tardio mas libertad de comercio que de expresiOn, quedan-
do siempre supeditada esta éltima, de forma més 0 menos encubierta, a la primera. Esto
‘explicaria, a menos en parte, que la prioridad de las practicas activistas en el ambito de
Ja red haya estado orientada a liberar la accién comunicativa de los intereses econémicos
y comerciales que la parasitan, asi como a crear nuevas vias y canales de comunicacién,
hnuevas plataformas donde poder contrarrestar las visiones hegeménicas, siempre parcia~
les e interesadas, de los medios de comunicacién tradicionales.
Durante los iltimos afios noventa, los intentos de producir una voz libre, critica y
cargada de denuncia politica que pudiese ser realmente escuchada, actuaron como el
motor principal de una nutrida via de activismo politico en linea. De demostrada efica-
cia, como se pudo comprobar ya en sus primeros momentos (sobre todo durante el
apoyo de numerosos activistas a la causa zapatista en 1997), se trataba de pricticas orien-
-mino con el que se dio a conocer interacionalmente el movimiento 15-M en 2011
% Palabra de uso ya muy extendido y que es revaltado de la combinacin de los términos inglses win
mations tinformacign)y uentertainmente (entretenimiento). esse Geert Lovink, «Radical Media Pragma-
diam Strategies for Teeno-Social Movements» en fsa (alogo de Ars Electronica 98), Viena/Nueva York,
1968,‘Trewooctas pe ta prseysi6n 85
ppotenciar las posibilidades ofrecidas por Internet para subsanar y cubrir las
‘arencias de informacién propias de los medios de comunicacién de masas tradi-
Fstas inicitivas criticaban la caracteristica privacién y manipulacién de la infor-
por parte de los medios oficiales, tratando de crear espacios en Kinea para la de-
ocial y politica sin restricciones ni censuras, mediante listas de correo y foros de
promoviendo un pensamiento eritico que dificilmente podria tener ya otro tipo
én eficaz. La tictica de estas vias de accién eritica generalmente era una escasa~
organizadla, tan lejana de las estrategias transnacionales de las grandes corpora~
{como del internacionalismo de las organizaciones no gubernamentales, buscando
isin y reproducci6n de sus operaciones en la red similar ala de un virus; una
diseminacién, siempre espontiinea y casi nunca pretendiendo el establecimien-
identitaria y de funcionamiento prefijada ni regulada desde ningéin
de representatividad concreto.
9 de los problemas més graves con el que se encuentra el ejercicio de la libertad
tca es el control de las comunicaciones en Internet por parte de gobiernos y cor-
nes. Al control permanente y global del tréfico en Internet mediante los potentes
de espionaje digital’ se unen hoy otras muchas formas de restricci6n y fuerte
ru (materializadas en el control sobre los buscadores o sobre determinados conteni-
sre otras expresiones de la censura digital) en numerosos pafses del mundo (China,
), Restricciones a la libertad de navegacién por la red que han sido tematizadas
smerosos proyectos artisticos, como el titulado China Channel (2008), de Aram Bar~
ivan Roth y Tobias Leingruber, consistente en un add-om (una extensién instalable)
navegador Firefox, que permitia a cualquier usuario navegar por Internet con las
restrcciones que silo estuviera haciendo desde dentro de las fronteras de la Chi-
quel momento, ola instalacién The Censored Internet (2014) de Constant Dullart.
na lucha la orientada en contra de la restriccidn en la libertad de emisién y acceso
nformacién en linea que cuenta con una historia cargada dle sucesos. De todas las
surgidas, destaca especialmente la corriente denominada backrivism (resulta~
fa combinacién de las palabras hacker y activism) que empez6 a estar en boga a
de 1998 gracias a algunos de los miembros del grupo Cult of the Dead Cow (cDe).
Rofn, a quien se atribuye la creacién de este vocablo, distingufa incluso entre
_y simple (bjactivism. Silo referido con este tiltimo término estarfa orientado a
de la red un émbito para la difusién e intercambio de informacién para la organi-
én de acciones protesta, el hacktivsm (o hacktivismo, en su adaptacién al castellano)
ionaria con la actuacién mas transgresora de las restricciones de acceso y de los
eanismos de control de la red. Diseminacién, accién directa y soluciones creativas
algunas de sus principales caracteristicas. Su objetivo prioritario no seria otro que
x el derecho a la libertad de opinién y expresién tal como esté recogida
larticulo 19 de la Declaracién Universal de los Derechos Humanos de la ONU.
nsiderado el hacktivismo como «el uso de la tecnologia para hacer avanzar los dere-
28 cemplo mis conocido es ECHELON, la mayor red de espionae yaniss dei par intercepear
iacioneseleewsnicas en tl el mundo y controlada por a comunidad UKUSA (conformads por
Unidos, Canad, Gran Breta, Australia y Nueva Zelands).86 Pasericas anrfericas x InTenner Ex ta face DE EAs HEDES soctaues
hos humanos a través de los medios electrénicos»”, no es extraiio que la aceptaci6n de
tate conjunto de prcticase intervenciones haya encontrado un amplio respaldo, incluso
procedente de algunas fandaciones altamente representativas del eapitalismo financiero
industrial a nivel internacional.
En términos generales, podemos afirmar que la actividad backer mis frecuente y
polémica ha sido la realizaa sin fines de denuncia politica, generalmente motivada por
bina intencién de cro por parte del backer 0, a veces, por una mis cercana al puro ret
personal de conseguir quebrantar cédigos seeretos y estructuras de datos protegidas,y
habitualmente basada en actividades de eracking (término con el que se suelen indicar las
actividades que corrompen datos digitales 0 roban informacién). Sin embargo, el hack~
tivismo politizado, aunque es proporcionalmente de mucha menor intensidad y recuen-
da, fue ganando en importancia durante Ia segunda mitad de la década de los novensa-
La figura del becker comprometido social y politicamente desarollaria lo que se
suele denominar fp//nwwcraine som!
ticlev2010-12-07-lvinksiemensen hn),Trexotogias ot 14 pisexsiow 7
nivel de atencién que provoca en los medios de comunicacién suele ser muy alto,
Supone una enorme ventaja frente a otros tipos de manifestacion reivindicativa.
todo, son muchas las intervenciones cuestionadas como pricticas hacktivistas,
por ejemplo, la modificacién de paginas web corporativas 0 gubernamentales @
se incorporan determinados mensajes de ertica y denuncia politica, Estas fue~
eciones muy frecuentes ya en la primera etapa de la expansién del uso de la web
hoy tienen una cierta vigencia" Para un amplio sector del activismo digital, sin
sngo, en este tipo de acciones de desfiguracién 0 modificacién de un determinado
ite no habria hacktivismo sino tan sélo el ejercicio (como en el caso del bloqueo
do por las «sentadas virtuales») de una cierta censura, es decir, de silenciar al
Por supuesto, bajo la dptica de sus efectos tampoco cabe la posibilidad de obviar las
licaciones delictivas que se pueden atribuir al tipo de actividades propias del hackti-
Muchas son, desde luego, la eriticas lanzadas en este sentido contra ellas, sobre
‘como ¢s I6gico, procedentes de los gobiernos e instituciones mas frecuentemente
eadas, que tratan de eliminar cualquier matiz bajo el que se pudiera diferenciar este
o de desobediencia civil electrénica de una accién de criminalidad o de mero vandalis-
o electrdnico, exigiendo la incorporacién de estas actuaciones a los registros policiales
actividades delictivas. Yes evidente que un importante cambio en la forma de concep-
lizar este tipo de acciones tuvo lugar, sobre todo en Estados Unidos, después de los
tados del 11 de septiembre de 2001, tendigndose a la progresiva eliminacién de toda
6n, tanto en la opinién piblica como en el émbito legal, entre Aucktiviom y eyber-
leyes en cada pais, la mayor parte de las intervenciones del hacktivisimo han sido
deradas positivamente por los grupos més activos en la critica politica, que las
ntienden como acciones necesarias de reclamacién y demuncia efectiva. Frente a éstos,
os detractores del activismo en la red ven ridiculo considerar estas acciones en linea en.
ana equivalencia con las manifestaciones ¢ intervenciones tradicionalmente desarrolla-
en las calles, dolorosas y llenas de peligros’, considerindolas como na actividad
‘eémoda y minimamente efectiva que tan sélo podria ser considerada como un pequeiio
‘complemento de las técticas de lucha callejera. Adem, las acusaciones de menospreciar
el temor que puedan suscitar las actividades del hacktivismo en empresarios y usuarios
dela red, provocando un retraso en el desarrollo de habitos de uso y empleo de Internet
en actividades comerciales, econémicas 0 de simple comunicacién, cobran gran fuerza
y se generalizan, Se trata de la tan ya escuchada afirmacién de que las nerwars, como
Por ejemplo, el colectivo Anonymous modificé en enero del 2011 las webs de algunas de ls insti
‘ones gubernativastunesnas eolocando un texto que denunciaba acts de censura por parte del gobieeno de
Ben Ali
Vee Stein Krempl, «Computerized resistance afer the ig Hood, Tels (2000) (tp. /rwweise des
‘plrartkeV5/5801/1 i)
% En el estudio de ls llamadas ners son muy relevantes las aportaciones de John Anguilla y David
Ronfelit en «Networks, Netwars, and the Fight for the Future», Fire Mondiy 6 (octubre de 2001)
(hep: /estmondayong/ssues/ssues10/ronfldt/ndexhm}.gg Pekerscas anrterceas x Turuawar ov ta éroca De tas nanas $00U4L4t
cualquier otra forma susceptible de ser identficada como stemoriso informatico»,
seen generando mas control y mas censura en cl mundo de la red
La relacién entre arte y hacktivismo
EJ hacktivismo, con su apego a la accién simbélica, es ficilmente relacionable con
el campo del arte, habiendo sido incluidas muchas de sus intesvencionss propuestas
cial aemplio conjunto de pricticas que conforman Ia historia de} nt 4” De hecho, el
Fckaivsmo, nolo olvidemos, haba sido definido en 1999 como «una consergeis
pace iiemo, arte y comunicacién computerizaday™. Por tanto, part los defensores de
Te jneursiones hacksivistas las diferenciaciones entre met arty netacvin apenas serian
posibles.
‘Considerar el hacktivismo como actividad arts
cen si misma presupondeia un re-
haa nenalguer divisign o separacin entre el mbito de lo imaginario y de lo real en el
campo de los medios, entre ls referencias politcas que a propuestt artistica contendria
¥ las pretensiones de una efectvidad politica «realy con Jo ave cl concepto «arte» en
7 i Divrert de aeruaciones vendria a ser identicable no tanto con lo que spars ' 4
2. EL SISTEMA-RED, 31
La ligica inchusiva de la «Web 2.0>.. = 34
Ta prictica artsticaen la explracion de los limites de la partcipaci6n:
el easo Wikipedia Art. 37
40
Redes sociales y capital «social»
El nuevo impulso de la ereatividad amateur.
En la crisis de Ia imtimidad sneer
La produccién biopolitia en la «web social»
Pricticasartisticas y economias de la afeetvidad,
3. TRCNOLOGIAS DE LA DISENSION.
[Ante de Internet y pensamiento socal
Las formas del poder en el sistema-red.
La multitud intereonectads ..
El carte» de hacer presente la queja de
Liberar la eomunicacién,
La relacién entre arte y hacktivismo
Ja multicud.266
4. BL ARTE DE INTERNET ¥ LAS LOGICAS DE LA PROPIEDAD
Acerca de la comercializacion del web ar.
Activsmos po-com
5 LAs NUEVAS Poriricas (ONLINE) DEL REGISTRO Y DE LA BASE DE DATOS
Memoria y registro digital.
En toro a los conceptos de «base de datos» y de ~coleccién»
Estétcas dela bisqueds.
6, Estéicas De paros y conecrivipat
Visualizaciones de datos y relaciones...
Filwar, eategoriza, «etiquetar>.
7- INTERACTIVIDAD ELECTRONICA E ENTERAGCION SOGrAL
Recepcidn y cocreacidn. Antecedentes de una compleja relacién
‘Recepeién estétca e interactividad..
Las erticas al concepto de interactivida
La relacin con la méquina: nuevas tematizaciones de la interf.
Generar comunidades de expresin.rn
8. La cuESTION DE La DENTIDAD,
Hacia un realismo de las ausencias..
‘Nuevas vias de investigaci6n ereativa en toro al cuerpo.
9. Bu s106-akr.
Amato densa ee gs nes spl
Las premisas del bogear.
10, ESTETICAS DE LA REMEZCLA ¥ DE LA RECREACION HISTORICA ..
Remix: las estéticas digitaes de la remezcl,
Remakes
111, INDAGACIONES EN TORNO AL TIEMPO .
‘Tiempo y espacializacién
Estéticas del corte, la paus y la ralenizacion.
Propuestas en torno al «tiempo real».
12, RELACIONES ENTRE REDES DIGITALES ¥ ESPACIO FISICO
La problematizacin de las relaciones digita/material.
‘La emergencia de la web geoespacial
Poétieas de la movilidad y de la localizacién
Estétcas de Ia anotacién urbana
Estrategias de mapeado y nuevas ‘sro.
Vigilancia y localizacion,
Fotografia y geonavegadores
107
12
17
17
123
133
133
136
140
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149
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155
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169
169.
176
185
185
193
201
201
204
210
23
23
23
226
233
236
28.
241267
;NTORNOS MULTUUOADOR Y METAVERSOS COMO CONTEXTOS DE REFERENCIAw 251
Aiseno de formas alterativas de relaién comunitaria.... 253
venciones en juegos multijugador y metaversos 254
odifcacion de videojuegos en red. 259
“otografia» de entornos de juego mulijugador y metaversosMagueta de portada: Sergio Ramirez
Disefo interior y eubierta: RAG
Imagen de portada: Christopher Baker, Hello Warld! or: boo I Learned t Stop Listening and Love
the Noise, 2008. Fotografia de Chris Houltherg. Reproducida con permiso del artista
Segunda edicin actualizada, 2015
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