[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (0 votos)
110 vistas11 páginas

Lorenz Konrad 1977 Agresividad

1) Konrad Lorenz analiza la agresividad en animales y cómo puede servir para la conservación de la especie o convertirse en un fenómeno patológico. 2) Cita un pasaje de Las aventuras de Tom Sawyer de Mark Twain que describe una pelea entre dos niños para medir sus fuerzas. 3) Explica que muchos animales muestran conductas intimidatorias similares al encontrarse, como medirse antes de pelear seriamente.

Cargado por

Carlos Mendoza
Derechos de autor
© Attribution Non-Commercial (BY-NC)
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
110 vistas11 páginas

Lorenz Konrad 1977 Agresividad

1) Konrad Lorenz analiza la agresividad en animales y cómo puede servir para la conservación de la especie o convertirse en un fenómeno patológico. 2) Cita un pasaje de Las aventuras de Tom Sawyer de Mark Twain que describe una pelea entre dos niños para medir sus fuerzas. 3) Explica que muchos animales muestran conductas intimidatorias similares al encontrarse, como medirse antes de pelear seriamente.

Cargado por

Carlos Mendoza
Derechos de autor
© Attribution Non-Commercial (BY-NC)
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 11

Konrad Lorenz

AGRESIVIDAD: PROPIEDAD TENDENTE A LA CONSERVACIN


DE LA ESPECIE O FENMENO PATOLGICO?
(1977)

En el ttulo de mi conferencia, deslic deliberadamente una


incongruencia, a saber: instinto conservador de la especie o fenmeno
patolgico. Todo instinto conservador de la especie puede fallar, puede
convertirse en fenmeno patolgico, al igual que cualquier fenmeno o proceso
fisiolgico. Por ejemplo, nadie negar que el apetito es un impulso
indispensable para la conservacin de la especie. Si yo no hubiera luchado
denodadamente contra este impulso, aproximadamente tres aos despus de
regresar del cautiverio en Rusia hubiera muerto de adiposis cardiaca. Tambin
este impulso puede desvirtuarse; todo el mundo sabe que la sexualidad puede
desviarse. Evidentemente con la agresividad ocurre lo mismo.
Yo quisiera pedirles que olviden todo lo que hayan odo acerca del
instinto de matar, el instinto de destruccin, el sadismo, la necrofilia y dems
cosas desagradables y me permitan ciar a un autor que viv mucho antes de
que se generalizaran estos trminos y que, a mi modo de ver, es uno de los
mejores intrpretes de la conducta humana y, al mismo tiempo, uno de los
mejores fenomenlogos y ms agudos observadores de sus circunstancias. Me
refiero a Mark Twain. En su libro Las Aventuras de Tom Sawyer relata esta
escena:
Un chico se pasea silbando. Bruscamente, Tom dej de silbar: delante
de l estaba un forastero, un chico un poco ms alto que l. Todo recin
llegado, cualesquiera que fueran su edad y sexo, era una formidable novedad
en el pequeo pueblo, pobre y desolado de San Petesburgo. Adems, aquel
chico iba bien vestido, demasiado bien vestido [282] para un da laborable. Su
gorra era muy elegante, su chaqueta de pao, nueva e impecable, lo mismo
que el pantaln. Por si fuera poco, llevaba zapatos, a pesar de ser viernes. Y
como corbata una cinta de color vivo. Tena un aspecto de ciudad que irrit
vivamente a Tom. Cuanto ms miraba a la desconocida maravilla, ms desdn
le inspiraba tanta elegancia y ms rada se le antojaba su propia indumentaria.
Ninguno de los dos chicos deca nada. Si uno se mova, el otro se mova
tambin, pero slo de lado, girando en crculo, mantenindose frente a frente,
mirndose a los ojos. Finalmente, Tom dijo: Podra zurrarte. (I can lick you).
Me gustara verlo. Pues claro que puedo. Qu vas a poder. Que s. Que
no. Que puedo. Que no puedes. Tras una tensa pausa, Tom pregunta:
Cmo te llamas? Y a ti qu te importa? Quiero saberlo, y t me lo vas a
decir. Puedo obligarte. Anda, prueba. Si dices ms, lo hago. Pues ms,
ms y ms. Venga ya! Vaya, te crees mu listo, eh? Si quisiera, podra

contigo con una mano atada a la espalda... Y por qu no lo haces? Por qu


no pasas de las palabras? No lo haces porque tienes miedo. Yo no tengo
miedo. Tienes miedo. Que no. Que s. Otra larga pausa, ms miradas
amenazadoras, ms giros en redondo. De pronto, un viraje y quedan hombro
con hombro. Y dice Tom: Lrgate de aqu. Lrgate t. Yo no me voy. Yo
tampoco. Se aprietan hombro con hombro, apoyndose con el pie y
mirndose con odio y amenaza en los ojos. Forcejean hasta ponerse colorados
y luego, poco a poco, con cautela, van aflojando la presin, y Tom dice: Eres
un perrito cobarde. Se lo dir a mi hermano, que es tan fuerte que con el dedo
meique te tumba. Y, si yo se lo digo, lo har. Y a m qu me importa tu
hermano? Yo tengo un hermano que es ms fuerte que el tuyo. Si quiere,
puede lanzarte por encima de la vallla. (Ambos hermanos slo existen en la
imaginacin e los chicos). Eso es mentira. Para mentiras, las tuyas. Tom
traz una lnea en la tierra con el dedo gordo del pie y dijo: Si pasas esta
lnea, te sacudo hasta dejarte tirado, y el que no acepta un desafo es un
cobarde. El forastero sal rpidamente la raya y dijo: Ya est. Has dicho que
lo haras. Pues a ver cmo lo haces. No me provoques. Ser mejor que
tengas cuidado. Despus de tanto hablar, por qu no lo haces? Por dos
centavos lo hara. Al momento, el forastero sac del bolsillo dos monedas de
cobre que tendi a Tom con gesto burln. Tom las arroj al suelo y, en un abrir
y cerrar de ojos, los dos muchachos rodaron por el polvo del camino,
resoplando como gatos; durante cinco minutos estuvieron tirndose del pelo y
de la ropa, golpendose y arandose la cara, entre una nube de polvo. Poco a
poco, del confuso montn volvi a perfilarse una forma y se pudo ver a Tom,
sentado a horcajadas sobre el forastero, golpendole con los puos. Di
basta, gritaba. El otro trataba de desasirse sin decir nada. [283] Estaba
llorando, ms que nada, de rabia. Di basta. Y lo puos seguan trabajando.
Por fin, el desconocido lanz un ahogado Basta, y Tom le dej levantarse.
Acurdate de esto para otra vez. El otro se alej murmurando: Pobre de ti la
prxima vez que te pesque. Hasta aqu, Mark Twain.
Siguiendo la sugerencia anterior vamos a olvidarnos de las palabras
agresividad, instinto de matar, asesinato, homicidio e instinto asesino y
utilizaremos en su lugar la expresin conducta intimidatoria. La forma de
conducta intimidatoria que acabamos de
describir se produce en la
confrontacin de dos criaturas de una misma especie, desconocidas entre s,
con tanta frecuencia que podra sesicar el resto de la conferencia a dar el
nombre de los animales que la observan segn nuestras investigaciones con
toda seguridad. A modo de ejemplos citar, segn un orden ascendente:
primeramente, dos calamares, sepias o pulpos desconocidos entre s; dos
langostas (Tecticus), que, segn Clair-Marie Busnel; cucarachas, observadas
por Sol Kramer; dos langostinos (Stenopus) y cangrejos hermitaos, segn
Reese; cangrejos, segn Jocelyn Crane; guppys, mollys, percas, cclidos,
observados por nosotros en Seewiesen; lagartos, ratones, gatos, perros, monos
y pavos. Es decir que todos estos animales, al encontrarse por primera vez,
muestran exactamente la misma secuencia de formas de conducta que se ha
descrito ms arriba. Se miran fijamente, luego tratan de intimidarse, empiezan
el homrico duelo verbal y a continuacin miden sus fuerzas, casi siempre sin
hacerse dao: los cclidos forcejean con la boca, los bvidos y los crvidos, con
la frente, etctera y, finalmente, al cabo de largo rato del episodio de Mark
Twain he suprimido la mitad uno de los contendientes se da por vencido. La

medicin de las fuerzas y tamao resulta muy interesante: tal vez hayan visto
ustedes, por ejemplo, cmo abren las alas dos escarabajos al encontrarse y
cmo empiezan a dar vueltas uno alrededor del otro con posicin en sentidos
contrarios cabeza con cola tratando de aparentar el mximo de tamao.
Los calamares ensanchan uno de sus tentculos, los pavos ladean la cola y la
muestran de lado y los hombres, que vistos de lado suelen abultar menos que
vistos de cara, desafan de frente, arqueando ligeramente los brazos: como los
chimpancs. Y casi siempre basta con mostrar el tamao. En muchos animales
no hemos podido observar la lucha cruenta, porque resulta muy difcil
encontrar una pareja de contendientes que concuerden: matching quiere decir
armonizar, concordar o encajar y a good match son una pareja tal para cual.
Siempre hay uno que cede antes de que empiece el combate en serio.
Nosotros, es decir, mi nuera y yo, decamos que el cclido Cichlasoma
biocellatum desconoce el combate cruento. Luego, John Burchard se tom el
trabajo de adquirir muchos peces del mismo tamao para buscar dos que
fuesen iguales, para que [284] uno pudiera intimidar al otro. Tras un forcejeo
con la boca que dur literalmente varias horas, se produjo un combate
sangriento. Pero estas circunstancias prcticamente no pueden darse en
condiciones naturales. Es decir, estos combates tienen por objeto averiguar
cul de los dos contendientes es el ms fuerte sin sacrificar al otro, pues puede
suceder que el vencedor del duelo, inmediatamente despus de su triunfo sea
engullido por un grajo o, si nos vamos a Amrica del Sur, por un anhinga, en
cuyo caso es conveniente que el derrotado est lo ms fresco posible.
Todos estos combates ritualizados se derivan de conductas observadas
para comer, es decir, la mayora de los animales atacan mordiendo con el
rgano que les sirve para comer, esto es, con los dientes. Es interesante
observar cun pocos son los que utilizan para la agresin intrespecfica armas
defensivas. S de muy pocos ejemplos. Estos son, por un lado, los ungulados.
Las astas y las cornamentas acerca de las cornamentas no se puede estar
seguro, pero las astas indudablemente se desarrollaron como defensa contra
depredadores, y los toros pelean con las astas. Respecto del ciervo no se
sabe a ciencia cierta, ya que en la actualidad los ciervos dotados de gran
cornamenta no la utilizan contra el depredador. El alce golpea al lobo con las
patas delanteras. Por otra parte, existen ciertos peces marinos, los
quetodntidos, cuya aleta dorsal est provista de pas que, sin duda, eran una
defensa contra el depredador. Cuando estos peces tropiezan con un rival, se
excitan terriblemente; pero, en la mayor parte de los casos, antes de iniciar el
combate cruento, miden largamente sus fuerzas, no tirndose de la boca,
como los cclidos, sino comprimindose con la frente y el puntiaguso morro (los
de perfil ms afilado son los ms bonitos de observar) hasta que uno de los dos
abandona. Hay un gnero, Heniochus, que forma bancos, es decir, son peces
sociales, que seguramente observan un orden jerrquico que contiene una
estratificacin del banco. Estos animales tienen encima de los ojos, en la parte
superior de la cabeza dos cuernos con una hendidura al medio. Es una forma
contraria a la hidrodinmica, y estas protuberancias pueden estorbar al pez al
pasar por debajo de obstculos; pero las conserva para poder competir. Tal es
el caso del Heniochus varius. Yo he visto estas protuberancias y he contado
cmo luchan esos peces y nadie quizo creerme; por eso film el combate para
mostrar cmo pelean.

Ahora hganse esta pregunta, esta pregunta sin respuesta: Qu valor


puede tener, desde el punto de vista de la conservacin de la especie, para un
pez que vive en bancos, el observar un orden de categoras y una conducta
intimidatoria? Y una conducta intimidatoria ritualizada y puramente
verbalizada, por la que cada individuo viene a decir al otro: I can lick you. Estos
son misterios que surgen a nuestro paso con frecuencia.
[285] Las luchas ms curiosas son las ritualizadas que causan menos
dao y en las que realmente no se entiende por qu uno de los contendientes
decide abandonar. Ello se observa estupendamente en los vipridos, tanto en
la vbora de la cruz como en la de arena y, sobre todo, en la Bitis arietans, que
hacen lo siguiente: los dos machos reptan lentamente uno encima del otro,
comprimindose la cabeza en sentido vertical. Al cabo de un rato, el de abajo
lanza al aire al de encima (Hop!) hacindole caer de espaldas. Luego vuelven
a arrastrarse y empieza otra vez el movimiento. Las vboras de la cruz cruzan
las cabezas y se hinchan el cuello de tal modo que acaban por resbalar y zas!,
se dan contra las piedras. Lo gracioso es que cada cual se propina a s misma
el golpe, ya que cae con el mpetu que haba puesto en su lucha contra el
adversario. Y cuando uno de los contendientes no puede ms y se da por
vencido, est varios das sin poder copular, mientras que el vencedor,
sumamente ecitado, tiene que ir a copular inmediatamente. Eso hace la vbora
de la arena, eso hace la vbora de la cruz, y eso hace tambin la Vipera berus,
como ha podido observar Thomas. Est bien claro que los vipridos no pelean
con los dientes, a pesar de ser inmunes al veneno del semejante, es decir, a
pesar de que no causaran la muerte: no desean estropear el arma, porque si
se rompen los dientes, no podran comer.
El mismo fenmeno nos depara el cangrejo luchador Uca pugilator. El
macho tiene unas pinzas enormes que sirve para hacer seales a la hembra
(seales pticas) y para pelear con otros machos. La lucha consiste en que dos
contendientes hacen el mismo movimiento veinte veces, entonces uno de los
dos abandona y hasta la marea siguiente es decir, en todo el da no puede
copular. Por lo cual es evidente el valor selectivo de la victoria. En que
beneficia a la especie? Son muchos los casos en los que no podemos responder
a esta pregunta.
Al repasar todos estos ejemplos de conducta intimidatoria hay que destacar
que estas conductas de forma tan idntica han sido desarrolladas
independientemente en cada especie. Por favor, no vayan ustedes a creer que
para m la agresividad es un instinto primario igual al instinto de la vida, al
institnto de conservacin, etctera. Se me ha atribudo con frecuencia la
defensa de tal opinin. Nada de eso! Se trata de una forma de conducta
totalmente especfica, moderna, que slo se da en los animales ms
superiores, es la conducta de rivalidad que slo se dirige contra los individuos
de la misma especie. Existe, por lo menos, en los moluscos, los cefalpodos,
los insectos, los arcnidos y los cangrejos; ha sido observado en los artrpodos
por lo menos tres veces, en casos distintos y existe, finalmente, en los
vertebrados. El temblor durante el desafo es comn. Para intensificar el
estmulo, se hace tremolar ostentosamente el rgano sexual; as lo hace el pez
comba[286]tiente, as lo hace el faisn dorado y as lo hace la sepia. Si slo
han observado a los peces y un da ven la conducta intimidatoria de las
cucarachas de cocina lo comprendern. Cuando Sol Kramer me mostr sus
cucarachas me qued pasmado.

Aunque realmente no est presente en todos, hay muchos animales que


observan esta conducta. Es significativo que no hayamos podido detectarla en
ningn anfibio, ni en las llamativas salamandras. Al ver las magnficas galas
nupciales de la salamandra alpina (Triturus alpestris y Triturus vulgaris, y
montandoni, y carnifex, y cristatus y dems) uno jurara que los machos
pretenden intimidar. Y no es as, ni mucho menos. Ser por las condiciones en
que las tenemos? El que algo no marche en el cautiverio no significa que lo
mismo deba ocurrir en libertad. De todos modos, lo cierto es que no todos los
animales presentan la conducta intimidatoria.
Cuando se da tal conducta y tomando como base la necesidad de intimidacin,
se han desarrollado independientemente tambin en las distintas clases de
animales dos tipos de conducta que aqu nos interesa comentar. Uno de ellos
es la conducta de apego. En los animales superiores se observa con mucha
frecuencia. En los cefalpodos la hemos observado slo transitoriamente, pero
hemos podido apreciar vnculos individuales duraderos en cangrejos, en el
langostino Hymenocera y en el langostino Stenopus y, naturalmente, tambin
en muchos peces, reptiles, aves y mamferos. Esta relacin se da como vnculo
individual entre dos especmenes y, en las sociedades ms evolucionadas,
cmo vnculo entre varios individuos. Y salta a la vista una curiossima
correlacin que induce a la reflexin: no conocemos ni una sola especie animal
en la que se de un reconocimento personalizado entre los ondividuos que no
sea agresivo. Hay muchos animales que observan una conducta de
intimidacin sin vinculacin personal, pero no hay ninguna vinculacin personal
sin conducta de intimidacin. Cuando estudiamos en los seres vivos ms
inferiores en los que se da una autntica vinculacin y los que ofrecen mejores
condiciones para el estudio son, precisamente, los cclidos, cuando estudiamos,
pues, cmo se produce tal vinculacin, parece ser que sta se da en los casos
en que dos animales de una especie agresiva tienen que colaborar sin atacarse
mutuamente, en los casos en los que son necesarios los dos progenitores para
defender a las cras, es decir, los casos en que la presin selectiva exige la
convivenca de los individuos, convivencia que sera destruida por la
agresividad. La naturaleza, es decir, la evolucin, no una Naturaleza
personificada, opera de un modo contrario: en lugar de eliminar lo superfluo o
perjudicial, inventa un mecanismo que neutraliza sus efectos nocivos. Como la
evolucin no puede hacer previsiones, trabaja siempre a partir de chapuzas. La
evolucin slo puede hacer aquellas cosas que [287] prometan una ventaja
inmediata, al igual que un poltico slo puede hacer aquello que le reporta una
ventaja electoral inmediata. Es exactamente la misma situacin.
En los cclidos, la colaboracin se produce a fuerza de acostumbrarse el uno al
otro gradualmente. Uno de los fenmenos ms curiosos es el de que la
agresividad se reprime considerablemente ante el individuo que se conoce
personalmente. Esto pueden observarlo ustedes mismos con claridad en la
conducta de un viajero que quiere reservar para s toso el compartimento del
tren y finge dormir y adoptaun gesto feroz cuando alguien se acerca por el
pasillo. Pero si el que viene es un conocido por poco que lo conozca
nuestro hombre abandona inmediatamente la defensa del territorio. Otro
mtodo consiste en la desviacin de la agresividad a terceros.
Cuando una hembra de cclido va acercndose poco a poco al macho en
territorio de ste, se celebra una especie de ceremonia de saludo o descarga.
El observador profano siente siempre la tentacin de llamar saludo al

apaciguamiento, y es que el ser humano, para saludar, hace seales de


apaciguamiento: levantar las dos manos o presentar armas, esto es, quedarse
indefenso, o inclinarse, quitarse el yelmo... Entre nosotros, los seres humanos,
todas estas ceremonias de apaciguamiento, ritualizadas, se han convertido en
saludos y la mayor parte de los movimientos de saludo se derivan de estas
ceremonias. En los cclidos, la ceremonia de descarga de la agresin se
desarrolla as: los peces nadan uno al encuentro del otro, con todas las aletas
extendidas, se quedan en posicin antiparalela, es decir, cabeza con cola, y se
amenazan. Pero no permanecen parados del todo, sino que se cruzan
lentamente, lo cual en trminos antropomorfos quiere decir: Yo soy muy
grande y muy feroz, pero no estoy en tu contra. Y al momento el macho se
aleja nadando y ataca al rival en el lmite de su territorio. Por lo tanto, podemos
afirmar que en una pareja de cclidos que practica tan lindamente esta
ceremonia, el macho se carga de agresividad junto a su esposa y luego se
desahoga con el vecino. Es sta una costumbre extraordinariamente
caballerosa, pues queremos dejar bien en claro que la vinculacin desva la
agresividad, pero no la extingue. Los criminalistas saben bien que, cuando se
comente un asesinato, el principal sospechoso es el marido o esposa de la
vctima, y tanto los psicoanalistas como los poetas saben los cerca que estn el
amor del odio mejor dicho, el amor y la agresividad, porque el odio es algo
distinto; ms adelante hablar de l. Es decir, esta curiosa relacin, este
doble vnculo, es el ms fuerte que existe en el mundo y en l figura la
agresividad. El hombre zafio grita a su esposa cada vez que se enfada con su
jefe en la oficina. Es muy difcil evitarlo, y muchos tendrn que reconocerlo as
si son sinceros. Lo ms [288] fcil es descargar la agresividad en el
compaero. Es un fenmeno que se da en todos los casos en los que existe un
fuerte vnculo. Y no slo entre los seres humanos. Por cierto, ste es uno de los
pocos casos en los que el hombre no es peor que el animal con el que se le
compara.
Respecto a esta conducta, deseo sealar que la agresividad desempea un
papel muy importante en el apareamiento de estos peces, circunstancia que ha
estudiado y descubierto mi nuera. Se trata de un fenmeno muy extendido
entre los animales que se aparean y en los que la diferencia entre uno y otro
sexo no es muy marcada. Cuando existe un gran dimorfismo sexual, como en
los pavianos y en los faisnicos, la identificacin del sexo se hace por atributos
externos, y el individuo puede saber a distancia si tiene que habrselas con
una macho o con una hembra. No ocurre as en las relaciones entre los cclidos.
stos no pueden advertir visualmente si el semejante que acaba de llegar al
acuario es macho o hembra, por lo que empiezan por amenazar. I can lick you,
dicen uno y otro, se intimidan mutuamente, provocando un conflicto. Porque si
los dos tienen el mismo tamao, los dos se dan miedo. Los dos son muy
agresivos, ya que en este caso el desencadenante es un individuo que hace
ostentacn de sus galas, con un podero comparable y mostrando una fuerte
motivacin sexual. Como deca, hemos escogido dos ejemplares adultos y
capaces de procrear. Yo siempre haba pensado que, al llegareste momento, el
macho o la hembra muestra de pronto un estmulo, como el sheriff que
muestra la insignia, como diciendo: Aqu hay un hombre. Frulein Oehlert,
que fue la encargada de este trabajo, se hallaba, por lo tanto, bajo una falsa
impresin. Se le haba dado desde el principio una pista falsa, pero ella no se
dej confundir y descubri la verdad. Y la verdad es sta: en uno y otro sexo, la

agresividad y el temor se dan en la misma proporcin. Por lo tanto, toda


conducta intimidatoria es, per definitionem, una conducta agresiva reprimida
por el temor. El perro que ensea los dientes denota que tiene miedo a su
contrincante. Un perro que nada teme se acercar al otro perro sin gruir,
como se acercara a un conejo, con cara de apetito precisamente con la cara
que pone cuando ve llegar a su amo con el plato de la comida en la mano. Es
una cara especial, una cara tensa, que el que conoce a los perros identifica en
seguida. Es la cara que pone el len cuando persigue a una gacela: cara de
apetito. Ahora bien, no vayan ustedes a pensar que la agresividad puede
equipararse al deseo de comer; son dos cosas distintas. Pero volvamos a
nuestros cclidos.
La agresividad est contrarrestada por el temor al contrincante, conflicto que
se da en la misma medida en uno y otro sexo. Pero ambos individuos tienen
una motivacin sexual y la excitacin sexual y el miedo, la excitacin sexual y
la agresividad, se combinan de modo dis[289]tinto en el macho y en la
hembra. Si el macho tiene miedo de la hembra, por poco que sea, sexualmente
no tiene nada que hacer ya que todo se viene abajo y lo mejor que puede
hacer es marcharse. Pero tambin puede ser agresivo y sexual a la vez. Por
ejemplo, puede darle un golpe que le haga saltar las escamas y a continuacin
invitarla al apareamiento. En la hembra ocurre a la inversa. Ella puede tener
miedo y huir de l por todo el acuario al tiempo que hace movimientos
sexuales. Lo que ella no puede es ser agresiva y sexualmente provocativa a la
vez. Si l le infunde tan poco respeto que ella se atreve a mostrarse agresiva
es que le parece poco interesante y prefiere morir de retencin de las huevas
que aparearse con ese tipo indigno. Y as sucede probablemente en el caso de
muchos animales que carecen de domorfismo sexual, y sin duda tambin en el
de las aves y peces cuyos individuos de uno y otro sexo poseen todo el
repertorio femenino y masculino. Ustedes ya saben que los astrlidos, muchos
papagayos, aves rapaces, etc., lo poseen. Una paloma tanto puede actuar
como macho o como hembra y el papel que desempea, es decir, la ejecucin
de la serie de actos propios del macho o de la hembra depende
exclusivamente del compaero. Con un oponente que se le subordine actuar
de macho y con un oponente dominante, de hembra. Yo tena un grajo que
haca que haca las dos cosas a la vez. Estaba casado con un macho y una
hembra, y en cuestin de segundos, poda pasar de una conducta plenamente
femenina a una conducta masculina, lo cual demuestra que, en estos cambiuos
de la conducta sexual, las hormonas no intervienen para nada. El grajo o la
paloma que hace el papel de macho dispone de un ovario corriente y realiza la
puesta es un fenmeno totalmente regular en sincrona con la hembra.
Esta extraordinaria vinculacin con la pareja demuestra lo importante que
puede ser la agresividad. Naturalmente, en el ser humano todo es mucho ms
complicado. No deseo reducir la conducta humana puramente a la del resto de
los animales; quiero dejar esto bien en claro. En el ser humano no existen
categoras claramente definidas entre los compaeros, sino que la
jerarquizacin se hace por sectores. Es decir, en muchas cosas yo me someto
completamente al juicio de mi esposa, porque s que ella est ms capacitada
que yo y viceversa. Y en cada pareja de amigos ocurre que uno u otro hace
mejor determinadas cosas, por lo que no existe una jerarquizacin
propiamente dicha. Cuando sta existe, el superior suele despreciar al
subordinado.

Por lo tanto, la vinculacin es algo que slo ha podido evolucionar sobre la


base de la conducta de intimidacin. Otra conducta social derivada de la
intimidacin es la agresividad colectiva, es decir, aquella por la que un grupo,
un clan, se muestra agresivo conjuntamente contra otro clan. No me refiero a
los insectos que se constituyen en esta[290]dos y que son los nicos que se
comportan de una manera relativamente humana, es decir que realizan
guerras y matanzas en masa, por ejemplo, las hormigas y otros himenpteros
que forman estados ni siquiera me refiero a las termitas, ahora estoy
hablando de los peces, mamferos y aves, donde un grupo reprime toda su
agresividad dentros del mismo descargndola contra los extraos. Esto hacen
algunos peces, entre otros el Tropheus moori de Tanganica, una especie
africana que incuba en la boca, estudiada por Wickler. Si observan ustedes una
colonia de Tropheus moori advertirn constantemente seales de humillacin.
Concretamente, estos peces humillan mostrando una mancha roja que tienen
en un costado, cuya evolucin conocemos, por cierto, con toda exactitud, y que
en otras especies afines slo aparece en las hembras: como una seal de
inferioridad. Cuando se encuentran dos peces, uno se apresura a mostrar la
seal, y el otro se despide y sigue su camino. Pero si reina tan hermosa
concordia es porque todos estos peces se conocen individualmente. Hemos
llegado a tener colonias de hasta quince individuos. Ahora bien, si en una de
estas colonias introducimos a un desconocido, a los pocos minutos est
muerto, liquidado.
Encontraremos exactamente el mismo fenmeno de buena armona y grandes
ceremonias de saludo, acompaadas de la ms feroz agresividad hacia los
extraos, en un grupo de aves que estudia mi amigo israel Zahawi, los
Turdoides. Estos animales poseen un ceremonial de salutacin que recuerda al
grito de triunfo de los gansos. Cuando el saludo es tumultuoso y acompaado
de gritos es que se deriva del acto de pedir. Estas aves se alimentan
mutuamente. La relacin entre padres e hijos de dar y tomar alimento se ha
convertido en ceremonia social y el de menor categora debe dejarse
alimentar, tiene que abrir el pico cuando el superior quiere darle de comer,
aunque no reciba nada. Es una ceremonia. Estas aves nos parecan
encantadoras y pacficas hasta que Zahawi averigu que son prcticamente las
nicas que libran grandes combates colectivos, combates de clanes. En
realidad no se conoce ningn otro pjaro que acte as. En el caso de Tropheus
moori no hemos podido averiguarlo, ya que no hemos conseguido criar dos
colonias. Pero, como sabemos por Steiniger y Eibl-Eibesfeldt, los ratones y las
ratas pelean olectivamente. Cul es entonces el valor que para la
conservacin de la especie tiene esta agresividad colectiva?
La intimidacin individual, no la colectiva, tiene una doble funcin. Por un lado,
sirve para elegir al macho ms fuerte. Los enfrentamientos entre rivales tienen
la finalidad de hacer que el macho ms fuerte sea el pater familias. Por
consiguiente, observamos luchas muy generalizadas entre rivales, tanto en
especies ms o menos polgamas, en las que el macho tiene un harn de varias
hembras, como en las que observan otro tipo de vida familiar, es decir,
aqullas en las que el macho desempea el papel de defensor de la familia,
como los bvidos, los gansos y naturalmente los cclidos. Aqu es caracterstico
que el macho en celo despliegue todas las formas de conducta que lo
distinguen como buen defensor de la familia, es decir, las de combatividad,
valor, gallarda, etctera. La segunda funcin, naturalemente, es la distribucin

de la poblacin por el territorio disponible, esto es, la denominada conducta


territorial. Tiene importancia primordial que las parejas que estn procreando
se repelan entre s como las cargas elctricas en un conductor esfrico, que se
distribuyen regularmente por su superficie. El eclogo Wyne-Edwards hizo
especial hincapi en ello en su libro Animal dispersion. Muchos eclogos, entre
ellos mi desaparecido amigo David Black, se resistieron a tomarlo en serio;
pero, a mi modo de ver, para comprender la conducta territorial, el libro de
Wyne-Edwards es muy importante.
La pregunta acerca del valor que para la conservacin de la especie puede
tener la agresividad colectiva ya es ms dicil de responder. Es que acaso
tiene algn valor? Y es que aqu entra en juego la difcil cuestin de la
seleccin de grupo, que siempre me ha parecido un terreno escurridizo. Qu es
la seleccin de grupo es algo que entiendo slo hasta cierto punto. Es un
asunto muy complicado en el que no deseo profundizar ahora. Por ejemplo, las
fotografas de Schaller, que tal vez conozcan ustedes, nos muestran a dos
clanes de leones atacndose. Por lo tanto, Schaller ha presenciado una
verdadera guerra de leones. Una experiencia espantosa, porque es una guerra
a muerte. Dos leones prides es el curioso nombre que reciben en ingls los
leones jefes han combatido, y el jefe de uno de los clanes ha cado en la
lucha, ha muerto. Unas fotografas impresionantes nos muestran a su leona
principal junto al moribundo. El otro clan mata despus a todos los dems, sin
perdonar ni a los cachorros. Nunca lo hubiera credo. Hace tiempo que
conocemos conductas parecidas en las ratas. Ante estos fenmenos de
agresin colectiva. Nos vienen a la memoria las frases del Mefistfeles de
Goethe, que disen: Al fin, en todas las fistas diablicas cunde y prospera el
odio partidista, hasta el ltimo de los horrores. Como le deca, no me atrevo a
responder a la pregunta de si tiene valor para la conservacin de la especie.
Para la seleccin tiene ventaja, s, naturalemente; pero si la tiene para la
especie es pregunta de difcil respuesta.
Y qu ocurre con los seres humanos? Ante todo, puedo decirles que hay
muchas personas que muestras reacciones extraordinariamente agresivas
cuando uno afirma que el hombre es un ser agresivo. Tratar de hallar una
motivacin al rotundo rechazo de toda comparacin con los animales es no
comprender la evolucin. Porque si decimos, [292] por ejemplo: todos los
procesos de la vida son procesos fsico-qumicos, quin puede discutrmelo?
Naturalmente que todos los procesos de la vida son fsico-qumicos. Pero, si
decimos: todos los procesos de la vida en realidad no son ms que procesos
fsico-qumicos, incurrimos en un reduccionismo ontolgico; es el nothing-elsebut-ism que deca Julian Huxley, y es totalmente falso. Porque en realidad, en
lo que les caracteriza, en los que les es privativo, los procesos de vida son algo
distinto, algo especial; son en definitiva unos procesos fsico-qumicos muy
especiales. Y lo mismo, mutatis mutandis, puede decirse del ser humano y de
otros animales. Si decimos: el hombre es un mamfero y, concretamente, un
antropoide, tenemos razn. Pero si decimos: el hombre en realidad no es ms
que un mamfero, estamos blasfemando. Hay que reparar en la diferencia que
existe entre el modo de adquirir y transmitir la informacin en el hombre y en
el resto de los animales. Si desearan definir ustedes lo que es vida
indudablemente hoy incluiran en su definicin la doble hlice, con la secuencia
de nucletidos codificada y la adquisicin y transmisin de informacin.

De pronto, a finales del terciario, a un mono hasta entonces completamente


corriente, se le ocurri la idea de hacerle la competencia con el cerebro al
genoma para la adquisicin y transmisin hereditaria de informacin y,
hacrsela, concretamente, por medio del pensamiento racional. El
pensamiento racional cuya aparicin comento detalladamente en mi libro
sobre la teora del conocimiento La otra cara del espejo, es un rgano que
puede hacer lo mismo que el genoma y de modo muy similar. Y es que el
proceder por tanteo, el formular hiptesis y recurrir a la falsacin son
operaciones accidentales en esto soy un popperiano convencido, mientras
que la facultad humana de obtener y transmitir informacin tiene su base,
evidentemente en la palabra. Con la palabra, yo puedo transmitir o legar en
herencia una propiedad adquirida por m. Con la llegada del pensamiento
racional, se hace realidad la clebre y discutida transmisin de propiedades
adquiridas. Y cuando alguien hace un invento, cuando, por ejemplo, un salvaje
inventa el arco y la flecha, no es slo una casta la que posee el arma, sino toda
la humanidad y tan difcil ser que el invento se olvide como que un rgano
desarrollado por el cuerpo, con un valor similar para la conservacin de la
especie, retroceda a una fase ms rudimentaria. Precisamente sta es la
clebre transmisin por herencia de las propiedades adquiridas que,
bruscamente, da un fuerte impulso a la evolucin, pero, esencialmente,
obedece a unas leyes similares a las de sta que se desarrollaba a base de la
acumulacin de informacin gentica. Todo este aparato del hombre
constituye la superestructura que se asienta ahora sobre lo instintivo. Con el
pensamiento racional llegan el conocimiento y la reflexin y, adems, la
responsabilidad; en suma, llega lo que mi viejo colega de Koenisberg,
Immanuel Kant, llama razn, y que es algo muy especial. Y pensar que a los
etlogos siempre se nos est reprochando que infravaloramos la diferencia
entre el hombre y el animal!
Como deca, si tuvieran ustedes que definir la vida, mencionaran la doble
hlice. Es perfectamente legtimo decir: la vida espiritual, es decir, el saber,
poder y querer colectivos que se derivan del pensamiento racional y de la
tradicin acumulada, es una nueva forma de vida. Una cultura es un ser vivo,
un sistema vivo complicadsimo superpuesto a una base igualmente viva de
tradicin acumulativa. El ser humano, con todas sus nuevas propiedades, es
una criatura como las dems y est expuesto a todas las enfermedades y
trastornos que pueden afectar a cualquier sistema vivo, incluida la cultura. Yo
mantengo que los que nos critican y dicen que tomamos al hombre por un
animal, no advierten lo diferente que es el ser humano del animal ... por lo que
respecta a estas propiedades. Porque es mucho ms diferente de lo que ellos
creen. Una vez aclarado esto, paso a hablar de la agresin colectiva.
Si volviera a escribir el libro, recalcara todava ms la diferencia existente
entre la agresin colectiva del hombre y la conducta intimidatoria habitual.
Aqulla implica intimidacin, tiene una serie de movimientos comunes, como la
amenaza, etc., pero comporta tambin movimientos que nada tienen que ver
con la intimidacin y que son las formas de conducta asociadas al fenmeno
subjetivo del entusiasmo.
El entusiasmo, que induce a cantar himnos nacionales y suscita en nosotros
sentimientos angustiosos y nobles, hace que el ser humano y, especialmente el
varn, involuntariamente, yerga el cuerpo, adelante el mentn, etc. Un sublime
estremecimiento le recorre la espalda, aunque y el que conozca la sensacin

10

me dar la razn, en realidad, el estremecimiento no se siente en la espalda,


sin en la parte exterior de los brazos. Si hubieran observado ustedes que el
chimpanc, cuando se dispone a defender a su familia, separa los brazos y
eriza el pelo, comprenderan que ese sublime estremecimiento no es ms que
el erizado del manto rudimentario que el hombre ya no tiene. Esta reaccin es
hipotalmica, o sea, instintiva y, cuando el hipotlamo grita, el crtex
enmudece ante todo instinto. Hay un refrn ucraniano que dice: Cuando
ondea la bandera, el entendimiento est en la trompeta. Es un refrn preciso.
Pero no vayan ustedes a creer que pretendo desacreditar el entusiasmo, ya
que la persona que sea incapaz de sentir entusiasmo es un lisiado espiritual. El
que no est dispuesto a entregarse con alegra, el que no sabe lo que es el
entusiasmo, no vale nada. Lo que debe hacer la educacin es explicar al ser
humano qu es lo que provoca su entusiasmo. Se advierte que el entusiasmo
es una reaccin de lucha, una reaccin de lucha social, al ver qu es lo que
suscita entusiasmo en los jvenes cundo los jvenes no saben por qu tienen
que entusiasmarse. Y entonces, en determinadas circunstancias, forman esas
pandillas de delincuentes que a m me inspiran cierta simpata, ya que su
conducta es perfectamente comprensible para el etlogo. Y, por favor, vayan a
ver la estupenda pelcula West side story. La cinta expone, de forma
plenamente acertada, cmo la necesidad de imponerse induce a dos grupos de
jvenes, perfectamente nobles y decentes, a provocar una tragedia al estilo de
Romeo y Julieta, con asesinato y suicidio. El objeto desencadenante del
entusiasmo en primer lugar tiene que apartarse ligeramente del sistema en el
que uno se ha educado, contener elementos nuevos y, en segundo lugar, debe
referirse a una minora. Tiene que ser algo por lo que uno pueda luchar. Si
miramos alrededor, en nuestro mundo no abundan cosas capaces de
entusiasmar. Adems, siempre resulta ms fcil entusiasmarse por algo
agresivo lo cual puede atribuirse tambin a la programacin congnita del
ser humano que por la paz mundial, por ejemplo. A muchos de nosotros nos
parecera un poco trasnochado y cmo dira yo? sentimental y cural,
entusiasmarse por la bondad y la belleza.

11

También podría gustarte