La población en Europa según la Organización Mundial de la Salud (OMS) está envejeciendo rápidamente y las enfermedades no trasmisibles se presentan en mayor proporción 1. El número de personas que viven con artrosis en el mundo ha...
moreLa población en Europa según la Organización Mundial de la Salud (OMS) está envejeciendo rápidamente y las enfermedades no trasmisibles se presentan en mayor proporción 1. El número de personas que viven con artrosis en el mundo ha aumentado de 140 millones en 1990 a 242 millones en 2013 es decir un 72%, Siendo una de las principales causas de dolor, perdida de función y discapacidad en adultos requiriendo intervenciones de salud eficientes. En España es una enfermedad relevante que alcanza el 23% de la población, donde 4.200.000 usuarios tiene artrosis de rodilla lo cual lleva a que se destinen 5.000 millones de euros por año, y con toda esta inversión, el 70% de los pacientes no están satisfechos con el control que tienen de su enfermedad y el 50% no tienen controlado el dolor, lo que data que es un problema de salud pública importante. (1,2,3,4,5,6,7,8).
Las articulaciones más afectadas en la artrosis son las caderas y rodillas, solo en estado unidos el número combinado de reemplazos realizados es superior a 350.000 anualmente. Estudios informan que las erosiones de cartílago, la reacción subcondral y la aparición de osteofitos están presentes en el 70% de las mujeres que mueren en la séptima y octava década de vida. la prevalencia de dolor de rodilla en el reino unido en mayores de 40 años está entre un 28% con aproximadamente 50% de discapacidad (4).
La artrosis de rodilla también denominada, gonalgia, osteoartrosis, osteoartritis o también enfermedad articular degenerativa de rodilla es una patología que se caracteriza por deterioro del cartílago hialino, inflamación de la membrana sinovial y reacción proliferativa del hueso subcondral afectando todas las estructuras periarticulares como ligamentos, músculos y la sensibilidad propioceptiva (5,6).
El condrocito es aquel que mantiene la homeostasis en el cartílago articular, es decir, el responsable de mantener el metabolismo de la matriz cartilaginosa. Determinados factores etiológicos como puede ser de tipo mecánico, químico, inmunológico o ambiental pueden producir un desequilibrio metabólico, generando degradación del cartílago y alteración del tejido sinovial principalmente por apoptosis, en donde se encuentran involucrados mediadores celulares como el óxido nítrico (NO), el factor de necrosis tumoral alfa (TNFa) y la interleucina 1 beta (IL-1b), estos pueden activar varios tipos de enzimas proteolíticas (cisteinproteasa, metaloproteasas, colagenasa) degradando la matriz celular del cartílago lo que conlleva a su progresiva destrucción. (4,5,6).
La historia natural de la enfermedad se inicia con la actuación de los factores etiológicos, seguido por la degradación de la matriz, inflamación y el proceso reparativo, continuando con reparación fallida y cambios en la membrana sinovial, cartílago y al final se presentan las manifestaciones clínicas como el dolor, impotencia funcional y el daño articular (4,5).
Las causas concretas para desarrollar artrosis de rodilla no están claramente establecidas, pero si existen factores de riesgo (5). Los factores etiológicos de tipo mecánico pueden estar determinados por la inestabilidad articular o hipermovilidad, forma articular anormal (congénita o adquirida), traumatismo (lesión ligamentosa, meniscal) o actividades físicas especiales. Pero también podríamos clasificar estos factores de riesgo en modificables y no modificables.
-Factores de riesgo modificables: obesidad, actividad laboral y ocupación, actividad deportiva intensa, densidad mineral ósea, alteración de la alineación articular, traumatismos, cirugías y las enfermedades asociadas como la diabetes, hipotiroidismo, hipertensión arterial entre otras (2,5,6).
-Factores de riesgo no modificables: edad, sexo, genética, raza, menopausia (2,5,6).
Para el diagnostico se pueden tener en cuenta unos criterios clínicos con una sensibilidad del 89% y especificidad del 88%. Estos son dolor mecánico de rodilla al realizar movimientos con predominio a nivel femoro-tibial con localización lateral, posterior o difusa, se acompaña de crepitaciones palpables y audibles, rigidez en la rodilla, en ocasiones aumento de temperatura y derrame articular, personas mayores de 38 años, deformidad ósea en varo o valgo, y puede estar acompañado de atrofia del cuádriceps (2,5,6).
El tratamiento de esta enfermedad degenerativa debe ser multidisciplinar en donde se deben implicar los médicos, especialistas (reumatólogos, rehabilitadores), fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales. Se debe abordar con una combinación de medidas farmacológicas y no farmacológicas (6, 8).
-Tratamiento farmacológico, se basan en disminuir la sintomatología, mejorar la capacidad funcional, evitar la progresión y sus consecuencias. Los fármacos más usados son el acetaminofén, AINEs, opioides, intraarticulares, condroprotectores con efecto Symptomatic Slow Action Drugs for Osteoarthritis (SYSADOA) y disease-modifying osteoarthritis drug (DMOAD). (2,6,8,9).
-Tratamiento no farmacológico, se encuentra incluida la educación sanitaria, la pérdida de peso, descarga articular con dispositivos ortopédicos, medidas físicas, acupuntura y fisioterapia (2,5,6).
La acupuntura es una técnica mínimamente invasiva en la que se insertan unas agujas en determinados puntos anatómicos del cuerpo con el objetivo de reestablecer el equilibrio energético de los meridianos y mejorar el estado de salud del paciente (11). Es un componente fundamental en la medicina tradicional china con una historia de más de 2 mil años y han demostrado equivalentes en la neurociencia moderna y su alto potencial terapéutico (12).
Según las directrices de Osteoarthritis Research Society International OARSI para el tratamiento no quirúrgico de la osteoartritis de rodilla, se han hallado beneficios clínicamente relevantes tanto en el dolor como en la función en sujetos tratados mediante acupuntura. Los resultados fueron menos positivos en aquellos sujetos tratados con acupuntura simulada. También se mencionan beneficios a corto plazo con la fisioterapia basada en ejercicios de fuerza, rango de movimiento activo y actividad aeróbica. (2,9).
En el estudio de Berman y cols (9), se demuestra que la acupuntura es un procedimiento seguro y eficaz para disminuir el dolor y mejorar la función física de los pacientes al igual Witt (10) concluye que los pacientes tienen cambios significativos en dolor y función
Por el contrario, Foster y cols (13) en su investigación no demostró un beneficio terapéutico mayor con la acupuntura en comparación con el grupo que le realizaron las 6 sesiones de asesoramiento y ejercicio guiado por fisioterapeutas.
Otro estudio sugiere que la carga repetitiva con ejercicios de cadena cinética cerrada puede estar mal tolerados debido a la activación de más husos musculares y propioceptores articulares pudiendo conducir a un aumento del dolor, inflamación y compresión articular por eso algunos programas no incluyen ejercicios de agilidad, equilibrio y estabilidad. (14)
Tradicionalmente, los tratamientos para la artrosis de rodilla se han basado en las deficiencias funcionales asociadas a la pérdida de movimiento articular, la debilidad muscular y la capacidad aeróbica reducida al tiempo que se reduce el dolor y puede que en un programa de ejercicio basado en esas deficiencias no se tenga en cuenta ejercicios específicos para mejorar el equilibrio y la estabilidad. La prevalencia de inestabilidad y perdida del equilibrio auto notificada oscilo entre el 11% y el 44% en las actividades de la vida diaria, debido a que las personas están a la exposición de diversos desafíos motores, como, por ejemplo, los cambios de dirección, pasar obstáculos, girar, paradas rápidas, mantener una posición de estabilidad funcional estática. La alteración del equilibrio en estos pacientes puede provocar caídas, (13, 14,15).
A medida que transcurre el tiempo, la probabilidad de que aumente el número de personas con artrosis de rodilla es alta, el envejecimiento y perdida de la funcionalidad están relacionados con las caídas y el gasto en tratamientos, por lo tanto, existe la necesidad de desarrollar intervenciones dirigidas a esta población (16).