DOI: http://doi.org/10.31048/1852.4826.v15.n1.33902
Patrones alimentarios prehispánicos y sus
consecuencias sobre el aparato masticatorio.
Estudio comparativo en muestras de Quebrada
de Humahuaca y costa norte de la Patagonia
RMA
Bioantropología
Pre-Hispanic feeding patterns and their consequences on the
masticatory system. Comparative study in samples from Quebrada de
Humahuaca and northern coast of Patagonia
María N. Dentoni*, Verónica Seldes**, Claudia M. Aranda*** y
Leandro H. Luna****
*Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. E-mail: poly_db@yahoo.com.ar
**Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Instituto de Ciencias Antropológicas, sección
Antropología Biológica, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. E-mail: vseldes@gmail.com
***Unidad de Investigación en Bioarqueología y Antropología Forense, Cátedra de Endodoncia, Facultad de
Odontología; Instituto de Investigación en Salud Pública, Universidad de Buenos Aires, Argentina.
E-mail: arandaclau@gmail.com
****Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias
Humanas; Unidad de Investigación en Bioarqueología y Antropología Forense, Cátedra de Endodoncia, Facultad
de Odontología; Instituto de Investigación en Salud Pública, Universidad de Buenos Aires; Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Buenos Aires, Argentina E-mail: lunaranda@gmail.com
Resumen
En este trabajo se realiza un análisis comparativo del estado de salud bucal de muestras correspondientes a
poblaciones cazadoras-recolectoras de la costa norte de la Patagonia argentina (N=38) y agropastoriles de la
Quebrada de Humahuaca, provincia de Jujuy (N=40). Se relevaron caries, restos radiculares, fracturas dentarias y
secuelas de procesos periapicales, así como la intensidad del desgaste dental y el estado de la tabla ósea alveolar
anterior para evaluar la incidencia de los distintos tipos de alimentación sobre el aparato masticatorio a partir
de observaciones macroscópicas. Los resultados indican, en el grupo agropastoril, un mayor porcentaje de piezas
cariadas (29,09%), de individuos con caries (48,80%) y de procesos periapicales (28,18%), probable consecuencia
de un alto consumo de hidratos de carbono en su dieta, respecto del grupo de cazadores recolectores, con valores
de 14,28%, 42,10% y 15,38%, respectivamente. Este último grupo posee mayores prevalencias de individuos con
fracturas dentarias (31,81%), desgaste dental intenso (21,04%) y deterioro intenso de la tabla ósea alveolar (55,26%),
atribuible a la ingesta de alimentos duros y fibrosos. Las tendencias identificadas indican procesos de deterioro de
la salud bucal claramente diferentes, asociados principalmente a la existencia de patrones alimentarios divergentes.
Abstract
A comparative analysis of the oral health of samples corresponding to hunter-gatherer populations from the north
coast of Argentine Patagonia (N=38) and agropastoral populations of the Quebrada de Humahuaca, Jujuy province
(N=40), is carried out. Variables such as caries, root remains, dental fractures and sequelae of periapical processes,
as well as the intensity of dental wear and the state of the anterior alveolar bone table, were macroscopically
recorded to evaluate the incidence of different types of feeding on the masticatory system. The results indicate,
in the agropastoral group, a higher percentage of teeth with caries (29.09%), of individuals with caries (48.80%)
and of periapical processes (28.18%), probable consequence of a high consumption of carbohydrates in the diet,
compared to the hunter-gatherer group, with values of 14.28%, 42.10% and 15.38%, respectively. The last group
shows higher prevalences of individuals with dental fractures (31.81%), heavy dental wear (21.04%) and intense
deterioration of the alveolar bone table (55.26%), attributable to the consumption of hard and fibrous food. The
Recibido 13-07-2021. Recibido con correcciones 13-09-2021. Aceptado 06-10-2021
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IDACOR-CONICET / Facultad de Filosofía y Humanidades – Universidad Nacional de Córdoba - Argentina
Editado por M. Fabra
Palabras clave: Antropología dental; Patrones alimentarios; Cazadores-recolectores; Sociedades agropastoriles.
M. N. Dentoni | Revista del Museo de Antropología 15 (1): 157-172 | 2022
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trends identified indicate clearly different processes of oral health deterioration, mainly associated with divergent
feeding patterns.
Keywords: Dental anthropology; Feeding patterns; Hunter-gatherers; Agropastoral societies.
de alto grado de adhesividad, y por ende, un alto
poder cariogénico (Lozano Ruiz, 2009; Molleson, 1994;
Waldron, 2009). Por otra parte, el segundo conjunto
corresponde a grupos cazadores-recolectores de alta
movilidad que habitaron durante el Holoceno tardío
distintas zonas de la costa norte de la Patagonia e islas
próximas a la desembocadura del rio Colorado, al sur
de la provincia de Buenos Aires (Flensborg et al., 2019;
Prates, 2008). Estudios previos referidos a la dieta de
estos grupos humanos indican el consumo de gran
diversidad de recursos, tanto terrestres (principalmente
guanaco y plantas no domesticadas que proveían
abundante cantidad de fibra) como marinos (peces y
moluscos) (Alcaráz, 2012; Favier Dubois et al., 2007,
2009; Gómez Otero et al., 2000; Tessone et al., 2003).
La información cronológica disponible indica que el
conjunto analizado podría ser adscripto al Holoceno
tardío (desde ca. 3000 años AP; Bernal et al., 2008;
Berón y Luna, 2009; Bórmida, 1953-1954; Favier Dubois
et al., 2009; Pérez, 2006).
Introducción
Los estudios bioarqueológicos sobre la alimentación
aportan información desde diferentes líneas de análisis
para abordar problemáticas como las variaciones
en los tipos de dieta, la salud bucal y los niveles de
estrés corporal, entre otros temas de interés (Grauer,
2012; Hillson, 2000; Irish y Scott, 2016; Larsen,
2010). Las alteraciones en las estructuras óseas,
craneales y maxilares, el desgaste de piezas dentarias
y la composición química del tártaro dental, han sido
estudiados con la finalidad de reconstruir los patrones
dietarios de distintas sociedades (Lukacs, 2012).
Teniendo en cuenta que la dieta afecta la estructura y
función del aparato masticatorio (Hillson, 2012; Luna
Godoy, 2011; Menéndez, 2010), es posible postular
que las poblaciones con distintos hábitos alimentarios y
estilos de vida presentarían diferencias en sus estructuras
osteodentarias, tales como la presencia de indicadores
de procesos infecciosos o traumáticos. En consecuencia,
la presente investigación tiene por objetivo desarrollar
una evaluación comparativa interpoblacional de
las variaciones en el deterioro de la salud bucal en
dos muestras de restos humanos prehispánicos que
pertenecieron a individuos con modos de subsistencia
claramente contrastantes. De esa manera, se podrán
identificar patrones diferenciales en las manifestaciones
de las variables analizadas y proponer cuáles de ellas
habrían funcionado como disparadores de dicho
proceso. Se destaca la importancia de las piezas dentales
como uno de los mejores elementos para realizar este
tipo de estudios porque, debido a la composición
química de sus tejidos, generalmente presentan una
mejor preservación que los restos esqueletales (Hillson,
2012).
De acuerdo con lo expresado, los dos grupos
poblacionales estudiados presentaban patrones dietarios
claramente contrastantes. Se espera que este contraste
tenga su correlato en el registro bioarqueológico a partir
de la identificación de diferencias en las frecuencias
de indicadores de salud/enfermedad en el aparato
masticatorio. En este sentido, dado que las poblaciones
de la costa norte de la Patagonia habrían consumido
una dieta rica en proteínas y escasa en hidratos de
carbono, es esperable que hayan sufrido una baja
incidencia de caries (L´Heureux, 2002) en comparación
con las que habitaron la Quebrada de Humahuaca,
con alto consumo de cereales (Killian Galván et al.,
2016). En este segundo grupo sería posible identificar
además prevalencias mayores de secuelas de procesos
periapicales, respecto de lo observado para la muestra
de cazadores-recolectores, como por ejemplo abscesos
originados a partir de infecciones pulpares causadas por
procesos cariogénicos. Por otra parte, el desgarro de
carnes duras, así como también el consumo de especies
vegetales con tallos y raíces duras, habrían requerido
del desarrollo de importantes fuerzas masticatorias
entre los cazadores-recolectores de la costa norte de la
Patagonia, las cuales podrían haber causado el deterioro
de las estructuras óseas del soporte dentario, así como
también desgastes coronarios intensos y fracturas
dentarias múltiples, en contraste con la situación de
los individuos con un patrón dietario agropastoril, entre
los cuales las prevalencias de esas alteraciones serían
menores.
Uno de los conjuntos estudiados procede del sitio Los
Amarillos (Quebrada de Humahuaca, provincia de Jujuy),
cuyos pobladores prehispánicos tenían un modo de
subsistencia agropastoril. Este sitio comenzó a habitarse
hacia 900 d.C., pero fue alrededor de 1250 d.C. cuando
tuvo su máxima ocupación (Nielsen, 2014). El patrón
alimentario de esta población era generalmente rico
en cultígenos (especialmente maíz), obteniendo las
proteínas animales no solo a través del consumo de
carne proveniente del ganado sino complementándolo
con recursos obtenidos de la caza (Mercolli y Seldes,
2005; Nielsen y Boschi, 2007; Seldes y Mercolli 2007).
El maíz se consumía principalmente en forma cocida,
proceso por el cual se liberaban grandes cantidades de
hidratos de carbono que otorgaban a las preparaciones
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La dentición permanente de cada uno de los cráneos
fue analizada a partir de observaciones macroscópicas
a los efectos de preservar su integridad. Por otra parte,
teniendo en cuenta la escasa presencia de mandíbulas
en ambas colecciones, se analizaron exclusivamente
los maxilares superiores. Para la determinación del sexo
se consideraron los criterios resumidos en Buikstra y
Ubelaker (1994). Se seleccionaron como indicadores
relevantes para este análisis cuatro aspectos de la
morfología craneal: la cresta nucal, el proceso mastoideo,
el borde supraorbitario y la protuberancia glabelar. Por
otra parte, para la estimación de la edad se analizó en
el caso de los subadultos el grado de erupción dentaria
propuesto por Ubelaker (1994) y para los adultos el grado
de obliteración de las suturas craneanas y maxilares
siguiendo las consideraciones de Meindl y Lovejoy (1985).
Los resultados fueron agrupados en cuatro categorías de
edad: Subadultos (12-20 años), Adultos jóvenes (20-35
años), Adultos medios (35-50 años) y Adultos maduros
(>50 años) (Buikstra y Ubelaker, 1994).
Metodología
El deterioro de la salud bucal está influido por una serie de
factores que actúan en forma sinérgica, algunos de ellos
de carácter orgánico o fisiológico y otros derivados de
prácticas sociales (como por ejemplo el modo de la ingesta
y los patrones dietarios) los cuales tienen efectos variables
para cada individuo (Duckworth, 2006; Hillson, 2000;
Luna y Aranda, 2014). El concepto de fuerza masticatoria
máxima funcional, entendida como la mayor fuerza que
puede generarse en el momento de contacto de las piezas
dentarias de maxilares antagonistas ejercida durante la
masticación (Curiqueo et al., 2015; Fontijn-Tekamp et al.,
2000), es crucial para la comprensión del estado general
de salud bucal dado que ese proceso afecta el desarrollo
de las estructuras de la boca, tales como los músculos,
los dientes y las tablas óseas alveolares (Braun et al.,
1995; Curiqueo et al., 2015; Kampe et al., 1987). Por
lo tanto, las consecuencias observables de la acción de
tales fuerzas sobre los tejidos óseos y dentales ofrecen
información útil acerca de las formas de masticación
(Shinogaya et al., 1999). Cuando se mastican alimentos
blandos, como los cereales, la excitación de las estructuras
masticatorias es baja y se produce un desarrollo deficiente
de los maxilares (Enlow, 1992; Molleson, 1994; Monti,
1965). Por el contrario, en los individuos que tienen una
dieta fibrosa y dura, se producen fuerzas masticatorias
más agresivas (Gibbs et al., 1981; Luna Godoy, 2011), lo
cual se ve reflejado en estructuras óseas desarrolladas e
inserciones musculares marcadas (Curiqueo et al., 2015;
Yamanaka et al., 2009). En estos casos, las tablas óseas
alveolares sufren procesos de reabsorción y neoformación
según se ejerzan sobre estas fuerzas depresión o tracción,
respectivamente, respondiendo a la ley de Wolff o ley
de adaptación funcional del hueso (Mays, 1999; Ruff et
al., 2006). La presión continuada y las fuerzas oclusales
parafuncionales o traumáticas, principalmente aquellas
Figura 1. Ubicación de las muestras analizadas. Referencias:
1. Los Amarillos; 2. Isla Gama; 3. Isla Jabalí; 4. Bahía San Blas;
5. Carmen de Patagones; 6. Viedma; 7. San Antonio Oeste; 8.
Puerto Madryn; 9. Trelew; 10. Gaiman.
Figure 1. Location of the samples studied. References: 1. Los
Amarillos; 2. Isla Gama; 3. Isla Jabalí; 4. Bahía San Blas; 5.
Carmen de Patagones; 6. Viedma; 7. San Antonio Oeste; 8.
Puerto Madryn; 9. Trelew; 10. Gaiman.
Muestra analizada
Los restos que conforman los conjuntos analizados
en este trabajo se encuentran en guarda en el Área
de Antropología Biológica del Museo Etnográfico J. B.
Ambrosetti (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad
de Buenos Aires). La muestra que procede de la costa
norte de la Patagonia incluye 38 individuos recuperados
de diferentes sitios arqueológicos ubicados en el
territorio que se extiende entre las inmediaciones de la
desembocadura de los ríos Colorado (provincia de Buenos
Aires) y Chubut (provincia de Chubut). Se incluyen además
muestras provenientes de algunas islas del Mar Argentino
próximas a las costas patagónicas y bonaerenses, como
son las islas Jabalí y Gama (Cabrera, 1994), en las
proximidades de la desembocadura del río Colorado
(provincia de Buenos Aires) (Tabla 1; Figura 1). Por otra
parte, la muestra correspondiente al sitio Los Amarillos
está compuesta por un total de 43 individuos. Estos restos
humanos fueron recuperados por Debenedetti durante
las campañas organizadas por la Facultad de Filosofía
y Letras de la Universidad de Buenos Aires en 1920 y
1921. En ambos casos se trata de cráneos sin esqueleto
postcraneal (Nielsen 2014; Seldes y Botta 2014).
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Tabla 1. Procedencia y cantidad de individuos de las muestras analizadas. Referencias: Subad.: subadultos; Ad-J.: adulto
joven; Ad-Me.: adulto medio; Ad-Ma.: adulto maduro; M: masculino; F: femenino; Indet.: indeterminados.
Table 1. Origin and number of individuals of the sample studied. References: Subad.: subadults; Ad-J.: young adult; AdMe.: middle adult; Ad-Ma.: mature adult; M: males; F: females; Indet.: indeterminate.
con orientación no axial, pueden producir reabsorción
tanto en el vértice como en la cresta alveolar. Asimismo,
las tablas óseas se van debilitando, hasta dejar expuesta
parte de la raíz dental. Si la fuerza persiste y no hay
reparación, se produce el ensanchamiento del ligamento
periodontal, con la consecuente creciente movilidad
de la pieza dentaria y su potencial pérdida (Alfaro
Moctezuma, 2012; Hillson, 2000; Lukacs, 2012; Luna
Godoy, 2011). Asimismo, el deterioro de las estructuras
óseas alveolares suele estar afectado también en aquellos
individuos que someten las piezas dentarias a funciones
extramasticatorias (Fidalgo et al., 2019; Hinton, 1981;
Molnar, 2011).
que termina con descalcificación y disolución progresiva
de los materiales inorgánicos y desintegración de su matriz
orgánica (González Sans et al., 2013; Hillson, 2000).
Varios microorganismos son causantes de patogénesis
de la caries dental (estreptococos del grupo mutans,
Lactobacillus spp y Actinomyces spp), de los cuales el
Streptococcus mutans es el agente más importante en
este proceso (Ojeda Garcés et al., 2013). Por otra parte,
los restos radiculares (Rr) son raíces o fragmentos de raíces
remanentes de piezas dentarias que emergen del proceso
alveolar y pueden haber quedado como consecuencia
de fracturas causadas por traumatismos que impactaron
sobre las piezas dentarias (García Ballesta et al., 2003)
o debido a procesos cariogénicos (Pitts et al., 2017). En
cuanto a las fracturas dentales (Fr), de etiología múltiple
(García Ballesta et al., 2003), pueden involucrar la corona
y también la raíz.
En cuanto a la acción de los agentes bioquímicos,
las piezas dentarias son afectadas también por la
composición de los alimentos ingeridos. La formación
y aparición de algunas patologías dentales, como la
caries y el cálculo dental, son buenos indicadores de la
presencia en la dieta tanto de proteínas animales como
de carbohidratos de origen vegetal (Lozano Ruiz, 2009).
Por ejemplo, las harinas refinadas son algunos de los
alimentos más cariogénicos, ya que son ricos en hidratos
de carbono. Por su textura se adhieren a las fisuras
dentales y a las zonas interproximales (van Loveren,
2019), provocando la aparición de la caries (Goodman
et al., 1984; Hillson, 2000; Lozano Ruiz, 2009; Mobley
et al., 2009). Los procesos cariogénicos debilitan la
estructura dental y pueden contribuir a producir pérdida
dental antemortem. Por su parte, la caries asociada a
microtraumas debido a la masticación agresiva puede
incrementar la cantidad de fisuras y fracturas coronarias,
favoreciendo la transferencia de bacterias a la cavidad
pulpar y la consecuente inflamación infección y necrosis
del tejido pulpar (Hillson, 2000; Larsen, 2000).
Asimismo, el desgaste dental es un proceso fisiológico
no patológico definido como la pérdida de sustancia del
diente por abrasión, atrición o erosión (Hillson, 2000;
Irish y Scott, 2016). Puede ser utilizado para inferir
aspectos relacionados con la dureza y/o fibrosidad
de la dieta, la edad relativa de muerte, patrones
masticatorios, etc. (L´Heureux, 2002). El relevamiento
de este indicador se llevó a cabo considerando la
propuesta de Molnar (1971) para la dentición anterior,
registrándose la intensidad del desgaste teniendo en
cuenta ocho categorías ordinales, mientras que para
la dentición posterior el procedimiento de registro se
realizó siguiendo la metodología de Scott (1979), la cual
divide la superficie oclusal en cuadrantes, calcula el valor
intensidad de cada uno de ellos en un gradiente de 0
a 10 y suma los resultados para arribar a una cifra final
que puede oscilar entre 0 y 40. Todos estos resultados
fueron posteriormente agrupados en cuatro categorías
ordinales: A: Ausencia de desgaste (0); L: Desgaste Leve
(entre 1 y 3 para la dentición anterior y entre 1 y 13 para
la posterior); M: Desgaste Moderado (entre 4 y 6 para
la dentición anterior y entre 14 y 26 para la posterior);
I: Desgaste Intenso (7 y 8 para la dentición anterior y
entre 27 y 40 para la posterior) (Cruwys, 1989; Luna y
Aranda, 2014, 2019; Molnar, 1971).
Los indicadores de salud bucal analizados en esta
investigación fueron las caries, los restos radiculares,
las fracturas, el desgaste, las secuelas de procesos
periapicales y el estado de la tabla ósea alveolar. La
caries dental (C) es una enfermedad multifactorial que
se caracteriza por la destrucción de los tejidos duros del
diente mediante un proceso histoquímico y bacteriano
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Por otra parte, las secuelas de procesos periapicales (SPP)
son cualquier tipo de pérdida de tejido óseo detectada
en las proximidades de los ápices radiculares de las piezas
presentes o de las zonas de reborde alveolar en caso
de ausencias antemortem o postmortem. En general
estas lesiones óseas obedecen a procesos periapicales
propiamente dichos que pudieron haber existido en vida
del individuo, como por ejemplo una simple colección
purulenta (absceso) originada a partir de un proceso
cariogénico o periodontal. Pueden ser también secuelas
de formaciones granulomatosas tumorales o quísticas
de etiología variada (Dias y Tayles, 1997; Dias et al.,
2007; Thoma, 1954). Finalmente, el estado de la tabla
ósea alveolar (TOA) remite a las características de la
zona de tejido óseo que forma la pared vestibular o
bucal de la canastilla ósea contenedora de las piezas
dentarias, o la pared vestibular del reborde alveolar en
caso de que las piezas dentarias estuviesen ausentes. El
espesor de esta lámina ósea puede sufrir procesos de
reabsorción o neoformación, producidos por la acción
de los osteoblastos o los osteoclastos, respectivamente
(Luna, 2008; Mays, 1999; Ruff, et al., 2006), derivados
de múltiples causas, como por ejemplo las presiones
excesivas por fuerzas masticatorias agresivas. Para
relevar este indicador se tomó en cuenta el estado de
la tabla ósea alveolar vestibular del sector anterior del
maxilar superior debido a que es en esa zona donde
se suele registrar con mayor intensidad y frecuencia el
impacto de las fuerzas prensiles, fuerzas de desgarro
y usos extramasticatorios de las piezas dentarias, las
cuales son transmitidas al tejido de soporte (Hillson
et al., 2005). Se consideró la superficie de tabla
ósea comprendida entre dos líneas rectas verticales
ascendentes proyectadas a partir de las caras distales
de los caninos o de las paredes alveolares distales de
dichos dientes en caso de que las piezas estuviesen
ausentes postmortem. En los casos en los que se
evidenció pérdida antemortem de las piezas dentales
del sector, se consideró aproximadamente la sumatoria
de los diámetros mesiodistales de las piezas anteriores
según los criterios de Liversidge (1994). Tomando en
cuenta la propuesta de Buikstra y Ubelaker (1994), se
determinó el estado de la tabla alveolar como bueno (B)
cuando el 100% de la tabla cortical ósea se encontró
bien conservada, regular (R) cuando hasta el 50% de la
superficie de la tabla cortical presentaba zonas acotadas
de destrucción y malo (M) cuando gran parte o toda la
tabla cortical se encontró dañada (Figura 2).
Figura 2. Categorías de relevamiento del estado de la Tabla
Ósea Alveolar (TOA): a) Bueno (MET -12642-); b) Regular (MET
-14431-); c) malo (MET -14260-).
Figure 2. Recording categories of the state of the alveolar
bone table (TOA).
analizados, y la prueba de asociación Tau c de Kendall (τ)
para dar cuenta de la intensidad de la asociación entre
la edad de muerte y el desgaste dental. Los cálculos
fueron realizados utilizando los paquetes estadísticos
PAST (PAlaeontologicalSTatistics) (Hammer et al., 2001)
y SPSS 16.0.
Resultados
Análisis intramuestral
Costa Norte de la Patagonia (CNLP)
En la muestra procedente de CNLP se registró un
13,38% de caries sobre el total de piezas relevadas,
con una proporción general de1,05 caries por individuo
y un 42,10% de individuos afectados (Tabla 2). La
cantidad de piezas con caries sobre el total de piezas
relevadas fue mayor entre los masculinos (M=18,18%;
F=4,76%), correspondiendo los valores más altos a los
adultos medios de ese sexo (21,21%) y con diferencias
estadísticamente significativas entre sexos (X2=10,46;
p=0,001). También se observan valores superiores para
Una vez obtenido todo el conjunto de datos, se
calcularon las frecuencias para cada categoría, por
individuo y por diente o alvéolo, considerando el sexo,
la edad y la procedencia de la muestra. Se utilizaron
pruebas estadísticas de χ2, con un valor de p de 0,05,
para evaluar estadísticamente la significancia de las
diferencias observadas. Se empleó además el coeficiente
de correlación eta (η) para conocer la asociación entre
la edad de muerte y las frecuencias de los indicadores
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Tabla 2. Resultados del relevamiento de caries, restos radiculares, fracturas dentarias y secuelas de procesos periapicales, para ambas
muestras, según el sexo y la edad. Referencias: CNLP: costa norte de la Patagonia; LAQH: Los Amarillos, Quebrada de Humahuaca;
Subad: subadultos; Ad-J.: adulto joven; Ad-Me.: adulto medio; Ad-Ma.: adulto maduro; M: masculino; F: femenino; In: indeterminado;
N: cantidad de piezas analizadas; Nind: cantidad de individuos analizados; nC: Cantidad de caries; NindC: cantidad de individuos con
caries; %indC: porcentajes de individuos con caries; C%: porcentajes de piezas dentarias con caries; Cind: proporciones de caries por
individuo; %indRr: porcentajes de individuos con restos radiculares; Rr%: porcentajes de restos radiculares; Rind: proporciones de restos
radiculares por individuo; %indFr: porcentajes de individuos con fracturas dentarias; Fr%: porcentajes de piezas dentarias con fracturas
; Frind: proporciones de fracturas dentarias por individuo.; %indSPP: porcentajes de individuos con secuelas de procesos periapicales;
SPP%: porcentajes de piezas dentarias con secuelas de procesos periapicales; SPPind: proporciones de secuelas de procesos periapicales
por individuo.
Table 2. Quantity and percentages of caries, root remains, dental fractures and sequelae of periapical processes, for both samples,
according to sex and age. References: CNLP: north coast of Patagonia; LAQH: Los Amarillos, Quebrada de Humahuaca; Subad: subadults;
Ad-J.: young adult; Ad-Me.: middle adult; Ad-Ma.: mature adult; M: males; F: females; In: indeterminate; N: number of teeth analyzed;
Nind: number of individuals analyzed; NC: number of caries; NindC: number of individuals with caries; %indC: percentages of individuals
with caries; C%: percentages of teeth with caries; Cind: proportions of caries per individual; %indRr: percentages of individuals with root
remains; Rr%: percentages of root remains; Rind: proportions of root remains per individual; %indFr: percentages of individuals with
dental fractures; Fr%: percentages of teeth with fractures; Frind: proportions of dental fractures per individual.; %indSPP: percentages of
individuals with sequelae of periapical processes; SPP%: percentages of teeth with sequelae of periapical processes; SPPind: proportions
of sequelae of periapical processes per individual.
los masculinos en la proporción de caries por individuo
(M=1,54; F=0,33), especialmente para los adultos
medios (M=2) y en el porcentaje de individuos con caries
(M=59,09%; F=13,33%), resultando significativas las
diferencias (X2=7,75; p=0,005); en este caso la frecuencia
más alta se observa entre los adultos mayores (75%)
(Tabla 2). Las correlaciones entre la edad y las frecuencias
de caries son positivas y medias, considerando a los
individuos masculinos (η=0,581) y a ambos sexos juntos
(η=0,466), en tanto que entre los femeninos es positiva
y baja (η=0,233).
tendencia similar se observa en la cantidad de restos
radiculares por individuo (M=1,09; F=0,66); los adultos
mayores presentaron en este caso el porcentaje más
alto (40,00%). La frecuencia más alta de restos por
individuo sin discriminar el sexo corresponde a los adultos
medios (42,85%) y se observaron correlaciones positivas
relativamente bajas al comparar la edad de muerte con
las frecuencias de restos radiculares (M=0,46; F=0,27;
M+F=0,42).
Respecto de las fracturas, se registró un 34,21% de piezas
dentales con ese indicador (7,89% de los individuos;
Tabla 2); los porcentajes son similares en ambos sexos y
en consecuencia las diferencias no son estadísticamente
significativas (X2=0,11; p=0,74). Por otra parte, las
proporciones de fracturas por individuo son bajas (entre
0,60 y 0,64), al igual que la correlación con la edad de
muerte (η=0,377).
Se registró un 34,21 % de individuos con restos radiculares,
con una proporción de 0,71 por individuo (Tabla 2). Las
diferencias en los porcentajes de restos radiculares
(M=40,90%; F=26,66%) no fueron estadísticamente
significativas entre sexos (X2=0,79; p=0,37); el valor más
alto se registró para los adultos medios (42,85%). Una
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Tabla 3. Comparación de las intensidades del desgaste dental entre muestras según edad.
Referencias: Nind.: cantidad de individuos relevados; N: cantidad de piezas dentarias; n: cantidad
de individuos según tipo de desgaste; %ind.: porcentaje de piezas desgastadas sobre el total de
individuos relevados; DL: desgaste leve; DM: desgaste moderado, DI: desgaste intenso. Subad:
subadultos; Ad-J.: adulto joven; Ad-Me.: adulto medio; Ad-Ma.: adulto maduro; CNLP: costa norte
de la Patagonia; LAQH: Los Amarillos, Quebrada de Humahuaca.
Table 3. Comparison of dental wear intensities between samples, according to age. References:
Nind: number of individuals analyzed; N: number of teeth; n: number of individuals according
to type of wear; %ind.: percentage of worn teeth over the total number of individuals recorded;
DL: light wear; DM: moderate wear, DI: heavy wear. Subad: subadults; Ad-J.: young adult; AdMe.: middle adult; Ad-Ma.: mature adult; CNLP: north coast of Patagonia; LAQH: Los Amarillos,
Quebrada de Humahuaca.
Se registraron lesiones compatibles con secuelas
de procesos periapicales (SPP) en un 60,52% de los
individuos, sin diferencias estadísticamente significativas
entre sexos (M=63,63%; F=53,33%, X2=0,39; p=0,53;
Tabla 2). El porcentaje total de SPP fue de 15,38%
sobre el total de piezas, sin diferencias estadísticamente
significativas (X2=0,199; p=0,16), con el valor más
alto correspondiente a los adultos maduros (45,00%).
Respecto de la cantidad por individuo, los valores
también son mayores para los masculinos (M=1,50;
F=0,80). Las asociaciones entre la edad de muerte y
las frecuencias de secuelas son positivas medias tanto
en la muestra total (η=0,56) como entre los masculinos
(η=0,40), mientras que entre los femeninos es positiva
y alta (η=0,76).
de TOA malo es elevado (55,26%), con diferencias
estadísticas no significativas entre sexos (X 2=0,38;
p=0,54); el porcentaje más alto se registró para los adultos
maduros (83,33%) (Tabla 4).
Los Amarillos (LAQH)
Un 29,09% de las piezas dentales presentan caries,
con valores más altos para los masculinos (M=42,45%;
F=18,08%; Tabla 2) y diferencias estadísticamente
significativas entre sexos (X 2 =13,83; p=0,00). El
porcentaje más alto se registra para los masculinos
adultos medios (44,30%). Los valores de individuos con
caries (48,80%) no evidencian diferencias significativas
por sexo (M=65,00%; F=35,00%, X2=3,60; p=0,057)
y el porcentaje más elevado corresponde a los adultos
medios (71,42%). Se identificaron 1,58 caries por
individuo para toda la muestra, siguiendo la misma
tendencia respecto de las diferencias entre sexos
(M=2,25%; F=0,85%; Tabla 2). La correlación con la
edad de muerte es positiva y media (η=0,505), con un
valor similar para los femeninos (η=0,504) y mayor para
los masculinos (η=0,758).
En cuanto al desgaste dental, un 26,31% de los individuos
presenta intensidad leve, un 50% intensidad moderada
y un 21,04% intensidad alta (Tabla 3). El porcentaje más
alto con desgaste leve corresponde a los adultos jóvenes
(37,50%) y tanto el moderado como el intenso, a los
adultos medios (57,14% y 23,80%, respectivamente).
Al evaluar la asociación entre la edad de muerte y la
intensidad del desgaste, se observan valores bajos
tanto para toda la muestra (τ=-0,077; p=0,956) como
al discriminar por sexo (M=-0,061, p=0,974; F=0,027,
p=0,91).
Por otra parte, se registró un 5% de restos radiculares
(Tabla 2), con resultados similares entre sexos
(M=3,77%; F=7,44%) y sin diferencias estadísticamente
significativas (X2=1,29; p=0,25). El valor más elevado
corresponde en este caso a los femeninos adultos
medios (11,42%). Alrededor de un 20% presenta
este indicador, con escasas diferencias entre sexos
(M=20,00%; F=25,00; M+F=20,93%), y las proporciones
de restos radiculares por individuo no resultan
significativas entre sexos (M=0,20; F=0,35; M+F=0,25,
Por último, el porcentaje de individuos con un estado
de TOA bueno (23,68%) es similar al de la categoría
regular (21,05%); en el primer caso los adultos jóvenes
registran los valores más altos (50%), y en el segundo,
los subadultos (66,66%). En contraste, el estado general
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Las secuelas de procesos periapicales
(SPP) fueron observadas en un 51,16%
de los individuos, con cifras similares
para ambos sexos (M=50,00%;
F=55,00%; M+F=51,16%) y el valor
máximo para los femeninos adultos
maduros (100%) (Tabla 2). Entre
los hombres, el porcentaje más alto
de SPP se registra para los adultos
medios (74,00%), y en el grupo
femenino, para los adultos mayores
(100%). Asimismo, los porcentajes
son mayores entre los masculinos
(M=50,94%; F=31,91%), resultando
significativas las diferencias (X2=7,41;
p=0,00). Respecto de la cantidad por
individuo, los valores también son
mayores para los masculinos (M=2,70;
F=1,50), mientras que la asociación
entre las frecuencias de SPP y la edad
de muerte indica valores positivos medios para ambos
sexos (η=0,49).
Tabla 4. Presencia y prevalencias del estado de la tabla ósea
vestibular anterior (TOA), en ambas muestras, considerando
el sexo y la edad. Referencias: Nind.: cantidad de individuos
relevados; n.: cantidad de individuos según estado de tabla ósea;
Masc.: masculinos; Fem.: femeninos; Indet.: indeterminados;
Subad: subadultos; Ad-J.: adulto joven; Ad-Me.: adulto medio;
Ad-Ma.: adulto maduro; B: bueno; R: regular; ML: malo. CNLP:
costa norte de la Patagonia; LAQH: Los Amarillos, Quebrada
de Humahuaca.
En cuanto al desgaste, se registró un 46,15% de los
individuos con intensidad leve, 43,58% con intensidad
moderada y 10,25% con intensidad alta (Tabla 3); los
valores más altos corresponden a los adultos jóvenes
para el desgaste leve (71,42%), a los adultos maduros
para el desgaste medio (57,14%) y a los adultos medios
para el desgaste intenso (12,50%); el correspondiente a
los subadultos no es considerado por tratarse de un único
caso. Respecto de la influencia de la edad de muerte,
los estadísticos indican asociaciones bajas (masculinos:
τ=0,191; femeninos: τ=0,095; ambos sexos: τ=0,041).
Table 4. Presence and prevalences of the state of the anterior
vestibular bone table (TOA), in both samples, considering sex
and age. References: Nind: number of individuals analyzed; n:
number of individuals according to the state of the bone table;
Masc.: males; Fem.: females; Indet.: indeterminate; Subad:
subadults; Ad-J.: young adult; Ad-Me.: middle adults; Ad-Ma.:
mature adults; B: good; R: regular; ML: bad. CNLP: north coast
of Patagonia; LAQH: Los Amarillos, Quebrada de Humahuaca.
Por último, la variable TOA muestra los porcentajes más
altos en la categoría de estado bueno, considerando
tanto el sexo como la edad, con valores menores para
las otras dos categorías (Tabla 4). Ni las diferencias
entre individuos con TOA regular y malo vs. bueno, ni
entre individuos con estado de TOA bueno vs. malo,
resultan estadísticamente significativas (X2=0,48; p=0,49
y X2=0,44; p=0,50, respectivamente). En relación a la
evaluación de la asociación entre la edad de muerte y
TOA, se observan valores bajos tanto en el análisis de
ambos sexos en conjunto (τ=-0,067; p=0,498) como
separando los masculinos (τ=-0,332; p=0,011) de los
femeninos (τ=0,023; p=0,893).
X2=1,13; p=0,29). Por último, las correlaciones de esta
variable con la edad de muerte son positivas y medias
(M: η=0,53; F; η=0,49).
Se observó un 9,09% de piezas con fracturas dentarias,
con una menor proporción de dientes afectados entre
los masculinos (M=7,54%; F=12,76%) y sin diferencias
estadísticamente significativas (X2=0,11; p=0,74). Los
porcentajes más altos se observan entre los femeninos
adultos jóvenes (23,68%) y las correlaciones con la edad
de muerte son bajas (masculinos: η=0,27; femeninos:
η=0,38; ambos sexos: η=0,49). Los valores respecto de
los individuos con fracturas se ubican en el 16,27%,
similares para ambos sexos (M=15,00%; F=20,00%),
con el porcentaje más elevado para los femeninos
adultos jóvenes (28,57%). No se registraron diferencias
estadísticamente significativas respecto de las fracturas
por individuo (M=0,40; F=0,60; M+F=0,46, X2=1,60;
p=0,20), destacándose una cifra alta para los femeninos
adultos jóvenes (1,28) (Tabla 2).
Análisis interpoblacional
En el análisis intermuestral se verifica la proporción de
caries por individuo es de 1,05 para CNLP y de 1,58 para
LAQH, con diferencias estadísticamente significativas
(X2=19,53; p=0,00). El porcentaje de piezas dentarias
con caries es menor en CNLP (13,38%) que en LAQH
(29,09%); en ambos casos, los valores son mayores para
los masculinos, resultando las diferencias estadísticamente
significativas entre muestras (X2=19,53; p=0,00). Al
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Figura 3. Prevalencias de indicadores
sobre la cantidad de individuos
relevados (CNLP=38; LAQH=43).
Referencias: C: caries; Rr: restos
radiculares; Fr: fracturas dentarias;
SPP: secuelas de procesos periapicales.
Figure 3. Prevalence of indicators on
the number of individuals analyzed.
References: C: caries; Rr: radicular
rests; Fr: dental fractures; SPP:
sequelae of periapical processes.
comparar los resultados de los restos radiculares, se
observa que para CNLP el valor porcentual de individuos
afectados es mayor (34,21%) que para LAQH (20,93%),
con diferencias estadísticamente significativas (X2=6,50;
p=0,01). La cantidad de alveolos con restos radiculares es
de 11,37% en CNLP y de solo 5,00% en LAQH, también
con diferencias estadísticamente significativas (X2=17,35;
p=0,0108) (Tabla 2; Figuras 3 y 4).
Respecto del desgaste dental, la categoría leve (DL)
presenta valores porcentuales más bajos en CNLP
(23,68%) que en LAQH (46,15%), tendencia que se
mantiene para los diferentes grupos de edad (adultos
jóvenes: CNLP=37,50%; LAQH=71,42%; adultos medios:
CNLP=14,28%; LAQH=41,66%; adultos maduros:
CNLP=33,33%; LAQH=42,85%; Tabla 3). Entre los
masculinos se registró un porcentaje mayor para CNLP
que para LAQH (40,00% y 27,27 respectivamente),
al igual que entre los femeninos (40,00% y 20,00%).
Por el contrario, el valor del desgaste moderado es
mayor en CNLP (52,63%) que en LAQH (43,58%),
siguiendo la misma tendencia en la comparación sexual
(masculinos: CNLP=63,63%, LAQH=45,00%; femeninos:
CNLP=63,63%; LAQH=40,00%). Al comparar por grupos
de edad, el porcentaje identificado para los adultos
jóvenes de CNLP asciende al 37,50%, y los de LAQH, al
28,57%, mientras que para los adultos medios son de
Los valores porcentuales registrados para individuos con
fracturas dentarias (%NindFr) son mayores para CNLP
(34,21%) que para LAQH (16,27%), aunque las pruebas
estadísticas indican que la diferencia está en el límite de la
significancia (X2=3,48; p=0,06). Al comparar los resultados
generales correspondientes a SPP, se observa que para
LAQH el porcentaje de individuos afectados es menor que
para CNLP (%indSPP: 51,16 y 60,52% respectivamente),
sin diferencias estadísticamente significativas (X2=0,27;
p=0,40) (Tabla 2).
Figura 4. Prevalencias de
indicadores sobre la cantidad de
piezas presentes. Referencias: C:
caries; Rr: restos radiculares; Fr:
fracturas dentarias; SPP: secuelas de
procesos periapicales.
Figure 4. Prevalence of indicators
on the number of teeth present.
References: C: caries; Rr: radicular
rests; Fr: dental fractures; SPP:
sequelae of periapical processes.
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57,14% y 45,83% respectivamente, y para los adultos
mayores, de 50,00% y 57,14%. Por último, el desgaste
intenso se presenta en valores porcentuales más altos
en la muestra de CNLP (23,68%) respecto de LAQH
(10,25%). El valor para los masculinos de CNLP es de
9,09% y para los de LAQH, de 5%, en tanto que para
los femeninos de CNLP asciende al 40,00% y para los de
LAQH, solo al 10,00% (Tabla 3).
estadísticas indican que la diferencia está en el límite de
la significancia, a partir de lo cual puede establecerse que
las discrepancias entre ambas muestras no son tan claras
como se esperaba. Se interpreta, en consecuencia, que
tanto en el caso de los restos radiculares como de las
fracturas dentarias, las causas que las produjeron podrían
haber sido multifactoriales.
En cuanto a las secuelas de procesos periapicales, dado
que las diferencias no resultaron estadísticamente
significativas entre muestras, se propone que estas lesiones
pudieron haber sido ocasionadas por diferentes causas.
En LAQH habrían sido consecuencia principalmente de
procesos cariogénicos debido al mayor consumo de
hidratos de carbono, mientras que en CNLP podrían
deberse a afecciones periodontales o al estrés mecánico
intenso y repetitivo, resultante del consumo recurrente de
alimentos duros y abrasivos, lo que pudo haber derivado
en frecuencias altas de fracturas coronarias y radiculares.
A causa de los factores mencionados, para ambas
poblaciones, el tejido pulpar pudo haber sido afectado y
así también los tejidos periapicales, generándose procesos
de tipo abscedoso, granulomatoso u otros (Días et al.,
2007; Thoma, 1954).
Finalmente, respecto de TOA, la muestra de CNLP
presenta un mayor deterioro (estado bueno: 72,09% para
LAQH y 23,68% para CNLP; estado malo; 6,97% para
LAQH y 55,27% para CNLP; Tabla 4). Comparando ambas
muestras, la diferencia entre la cantidad de individuos con
TOA regular y malo vs. bueno resulta estadísticamente
significativa (X2=18,91; p=0,00), al igual que entre los
estados bueno y malo (X2=25,45; p=0,00) (Figuras 3 y
4; Tabla 4).
Discusión
La comparación entre las muestras de restos humanos
de individuos que vivieron en sociedades con estilos de
vida contrastantes arrojó resultados de suma relevancia
para abordar el análisis de la diversidad de procesos
de deterioro de la salud sufridos por las sociedades
prehispánicas, algunos de los cuales superaron las
expectativas propuestas al comienzo de la investigación.
En el caso de CNLP, el patrón alimentario basado en el
consumo de carnes duras, raíces y productos marinos
(Favier Dubois et al., 2009; Gómez Otero, 2001, 2007),
pudo haber sido el factor principal que produjo el
deterioro y consecuente pérdida de piezas dentales,
procesos derivados del desarrollo de fuerzas traumáticas
recurrentes de alta intensidad. Este uso demandante del
aparato masticatorio suele producir, en el largo plazo,
la destrucción de los tejidos dentarios, altas frecuencias
de fracturas, desgastes intensos y otras patologías
asociadas como dislocaciones y destrucción de tablas
óseas, lo cual finalmente causa la pérdida de las piezas
dentarias (Luna Godoy, 2011). En contraste, dado que
la muestra de LAQH está representada por individuos
con modo de vida agropastoril, la causa principal del
deterioro de su salud bucal podría explicarse por una
dieta rica en hidratos de carbono, y por ende, con un
alto potencial cariogénico (Hillson, 2000; Lukacs, 2012;
Molleson, 1994). Pueden interpretarse en este sentido
los porcentajes de caries y de individuos con caries
registrados en LAQH, más elevados que los de CNLP,
con diferencias estadísticamente significativas en ambos
casos. Por otra parte, las expectativas indicaban que los
restos radiculares (Rr) y las fracturas de piezas dentarias
(Fr) debían ser más prevalentes en las poblaciones de
cazadores-recolectores, tanto considerando las piezas
dentarias como los individuo; los resultados obtenidos
en esta investigación se ajustan a esta tendencia
para los restos radiculares, aunque en el caso de los
valores referidos a las fracturas dentarias las pruebas
El alto impacto masticatorio también se ve reflejado en
los valores hallados respecto del desgaste dentario. Los
mayores porcentajes de desgaste intenso se hallaron en
las muestras de CNLP, lo cual puede deberse a que estos
individuos ocupaban recurrentemente zonas marítimas
y por lo tanto consumieron gran cantidad de moluscos,
cuya dureza y posible contención arenosa habría sido la
causa del mayor desgaste dental (Gómez Otero, 2007;
Hinton, 1981; Thoma, 1954). Por su parte, el desgaste
observado en LAQH, menor que en las muestras de CNLP,
pudo haber sido causado principalmente por la presencia
de partículas abrasivas mezcladas en los alimentos como
consecuencia del proceso de molienda de los cereales
(Luna, 2008; Seldes, 2012).
Otro de los indicadores estudiados que merece especial
atención fue el estado de la tabla ósea vestibular del
sector anterior del maxilar superior (TOA). Los resultados
obtenidos indican que los individuos procedentes de
CNLP presentan un mayor deterioro de esa porción
ósea. La diferencia entre la cantidad de individuos con
TOA regular y malo vs. bueno resulta estadísticamente
significativa, de la misma manera que las diferencias
entre los estados bueno y malo. Estos datos abonan
a la idea de que el tipo de masticación de alimentos
duros ya mencionados, así como también posiblemente
otros usos extramasticatorios de las piezas dentarias
anteriores, habrían generado en esos individuos fuerzas
parafuncionales que podrían haber actuado fuertemente
sobre las piezas dentarias, afectando en consecuencia
el estado del hueso alveolar desde etapas tempranas
de la vida adulta. Tal puede ser el caso del deterioro
producido sobre las paredes alveolares anteriores por
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la acción de fuerzas prensiles no axiales, ocasionadas
por ejemplo por el desgarro de trozos de carne, lo cual
podría haber ido paulatinamente vestibulizando las
piezas hasta sacarlas de tabla alveolar generando una
gran pérdida, tanto antemortem como postmortem, de
piezas dentarias (Luna Godoy, 2011). Cabe destacar que
una tabla alveolar muy debilitada es más susceptible a
ser afectada por los agentes tafonómicos, generando
el desprendimiento de la pieza de su canastilla alveolar.
Por el contrario, dado que el estado de TOA fue en su
mayoría bueno para LAQH, se infiere que las fuerzas
ejercidas no fueron de gran intensidad, producto de
una masticación balanceada, como consecuencia de
un patrón alimentario principalmente blando (Bernal et
al., 2004). Se propone que estos individuos no habrían
usado el aparato masticatorio en forma intensa, lo cual
contribuyó a la mejor preservación del sector anterior
del maxilar.
los resultados es que, al evaluar el estado de salud bucal
en relación con la dieta, es importante considerar la
forma en que esta afecta no solo al estado de las piezas
dentarias sino a todos los tejidos circundantes a ellas.
Las tendencias identificadas a este respecto constituyen
un novedoso aporte a la bioarqueología debido a que
no se han identificado antecedentes específicos sobre
esta temática dentro de la disciplina. Es necesario, por
otra parte, explorar sobre otras posibles causas que
puedan haber generado variaciones en las estructuras
de soporte dental. A futuro se realizarán análisis
en otras muestras de diferentes regiones del país a
efectos de ampliar el análisis comparativo y continuar
realizando aportes al conocimiento del estado sanitario
y los hábitos alimentarios de las poblaciones a partir de
muestras arqueológicas e históricas de restos humanos.
Conclusiones
Agradecimientos
Las tendencias identificadas indican el desarrollo de
procesos de deterioro de la salud bucal contrastantes,
lo cual estaría asociado principalmente a la existencia
de patrones alimentarios divergentes. La muestra
procedente de LAQH presentó valores más altos de
caries y mayores prevalencias de procesos periapicales,
que la de CNLP. Esta tendencia es consistente con el
consumo de una dieta rica en hidratos de carbono
con alto poder cariogénico, por parte de la población
agropastoril. Por otra parte, en la muestra procedente
de CNLP, tal como se esperaba, fueron más altos los
porcentajes de restos radiculares y fracturas dentarias,
en concordancia con el consumo de alimentos duros y
fibrosos propios del patrón alimentario de los grupos
cazadores-recolectores. Un aspecto destacable de este
trabajo radica en las notorias diferencias identificadas
en el estado de la tabla ósea vestibular anterior del
maxilar superior, variable que no ha sido analizada
previamente para evaluar el estado de salud bucal
en muestras osteológicas y que arrojó frecuencias
significativamente más altas para los individuos de
CNLP. Estos resultados coinciden con lo esperable para
este tipo de sociedades ya que debido al tipo de dieta,
basada en el consumo de componentes alimenticios
de constitución dura, la masticación puede no ser
bien balanceada y por lo tanto desarrollar fuerzas
masticatorias parafuncionales que deterioren las
estructuras óseas de sostén dentario. Los patrones
observados han permitido avanzar en el conocimiento
acerca de cómo una masticación sobre exigida
puede producir la reducción del espesor de las tablas
alveolares (Menéndez, 2010), con la consecuente
mayor tendencia a la pérdida de las piezas en los
sectores afectados. Este deterioro también podría
estar vinculado al uso extramasticatorio de las piezas
dentarias, lo cual deberá ser evaluado en futuras
investigaciones. Otro aspecto interesante que surge de
A la Dra. Miryam Tarragó, quien se desempeñaba como
Directora del Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti cuando
se realizó el relevamiento, y a Julia De Stéfano y Karina
Zuccala (Área de Antropología Biológica de la institución
mencionada).
Buenos Aires, 13 de julio de 2021
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