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JACOBINOS SIN REVOLUCIÓN Las estrategias populares y armadas en la Argentina Contemporánea compilado por Adrián Mercado Reynoso Ediciones AMP Epac_2019.indb 1 30/10/2019 04:12:56 p.m. Ediciones A.M.P. ISBN 978-987-46588-8-3 Hecho el depòsito que indica la ley 11.723. Impreso en la Argentina. Primera edición: agosto de 2019. Diseño: Chango Studio. Jacobinos sin revolución: estrategias populares y armadas en la Argentina contemporánea / Florencia Bass Portugal ... [et al.] ; compilado por Adrián Gustavo Mercado Reynoso. - 1a ed.La Rioja : Ediciones AMP, 2019. 196 p. ; 21 x 14 cm. ISBN 978-987-46588-8-3 1. Análisis Histórico. 2. Historia Argentina. I. Bass Portugal, Florencia. II. Mercado Reynoso, Adrián Gustavo, comp. CDD 982 Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida en todo ni en parte, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o en cualquier otro sin el permiso previo por escrito de los autores. Epac_2019.indb 2 30/10/2019 04:12:56 p.m. ÍNDICE A los Lectores 5 Rogelio De Leonardi ¿Por qué la lucha armada? A manera de introducción 7 Adrián Mercado Reynoso Artículos Montoneros: De ‘juventud maravillosa’ a ‘estúpidos e imberbes’ .................................................................................... 13 Florencia Bass Portugal Una Sombra en Orán: Masetti, el primer guevarista en Argentina (1929-1964) ............................................................ 29 Gonzalo Suárez La Triple A, entre sus orígenes: Perón y sus referentes ...... 59 Luis Ramírez El comando Camilo Torres entre O.P.M y grupo guerrille- 71 ro ............................................................................................ Matias Rumilla El Pasaje de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) a los Montoneros ................................................................. 91 Lucia Moreno Vera Montoneros: Secuestro, bisagra en la política argentina ... 111 Gabriel Moreno Primeras aproximaciones: los orígenes del PRT y su vin- Epac_2019.indb 3 30/10/2019 04:12:56 p.m. culación con la masa obrera ........................................... 121 Cristian Malnatti Los nueve peronismos ....................................................... 141 Adrián Mercado Reynoso Treinta años de lucha de Greenpeace en Argentina ....... 177 Joaquín Delgado Epac_2019.indb 4 30/10/2019 04:12:57 p.m. Jacobinos sin revolución Los nueve peronismos. La revolución justicialista cortada a fetas (19332015)69 por Adrián Mercado Reynoso70 Resumen El presente artículo se propone como una guía de estudio crítica sobre el hecho histórico llamado “peronismo” argentino, desde sus orígenes a la actualidad. La misma fue pensada para alumnos y futuros profesionales en historia. La pregunta que recorrerá este artículo es la siguiente: ¿Es posible construir un modelo explicativo que nos permita alcanzar una comprensión transversal e integral del peronismo en los últimos tres cuarto de siglo? La hipótesis a desarrollar es que, para entender el fenómeno político llamado peronismo, necesitamos hacer una elucubración heurística y teórica dada en llamar: los nueve peronismos. Ahora bien, esos nueve peronismos se corresponden con nueve situaciones históricas y sistémicas que funcionan como campos de fuerzas en pugna: sociales, institucionales y subjetivas. Luego, la correlación de fuerzas políticas al interior del justicialismo populista como situación hegemónica, determina su catalogación en el espacio temporal. Se presentan, además, los recorridos de los estudios académicos y clásicos angloestadounidenses más relevantes sobre el tema, que aportan perspectivas concurrentes a las aquí desarrolladas. Se ilustra la perspectiva de estética y política en el análisis 69 El presente artículo es parte de una investigación en curso del cual soy director e identificada como PIN-SECyT-CICyT n°026/18 del Instituto de Historia y Filosofía de la Universidad Nacional de La Rioja (Argentina). 70 Adrián MERCADO REYNOSO (1967) Capital, La Rioja. Licenciado en Ciencia Política (UNR) y Doctor (Ph.D) en Historia (U. Pablo de Olavide, Sevilla). Docente de Nivel Medio, Catedrático de Historia Argentina II y Estrategias Populares de la Argentina Contemporánea (UNLaR) e investigador (CICyT-Instituto de Historia y Filosofía UNLaR). Ha escrito Tierras Cosas Consuetudes… (UNR Editora, Rosario, 2003), El inka volverá…(ed. Imprenta y Boletín del Estado, La Rioja, 2007), El hereje. El Obispo Angelelli…(Bs. As, ed. Turmalina, 2013), entre otros. 141 Epac_2019.indb 141 30/10/2019 04:13:41 p.m. Ediciones AMP “peroniano”, proponiendo abordajes sintéticos que resaltan el papel de la experiencia y la imagen como instancias pre-discursivas. Por último, se analiza la idea de revolución del mismo Juan Domingo Perón en el film “La Revolución Justicialista” de 1971. Abstract This article is proposed as a guide for a critical study of the historical fact known as Argentine “Peronism”, from its origins to the present day. It was designed for students and future historiography professionals. The question that this article will cover is the following: Is it possible to construct an explanatory model that allows us to reach a transversal and integral understanding of Peronism in the last three quarters of a century? The hypothesis to be developed is that, in order to understand the political phenomenon called Peronism, we need to make a heuristic and theoretical lucubration called: the nine Peronisms. Now, these nine Peronisms correspond to nine historical and systemic situations that function as fields of competing forces: social, institutional and subjective. Then, the correlation of political forces within populist Justicialism as a hegemonic situation determines their cataloguing in the temporal space. It also presents the routes of the most relevant Anglo-American academic and classical studies on the subject, which contribute concurrent perspectives to those developed here. The perspective of aesthetics and politics is illustrated in the ‘Peroniano’ analysis, proposing synthetic approaches that highlight the role of experience and image as pre-discursive instances. Finally, the idea of revolution by Juan D. Perón himself is analysed in the 1971 film “La Revolución Justicialista” (The Justicialist Revolution). 142 Epac_2019.indb 142 30/10/2019 04:13:41 p.m. Jacobinos sin revolución Introducción “Nuestro camino es ancho y hermoso; es el camino de la Patria. Y en él cabemos todos: Estado, trabajadores y empresarios.” José Ber Gelbard -ministro de economía peronista(Brennan, 1997, 101) Definir al peronismo como populismo sigue siendo un tema controvertido, un problema irresoluto o zanjado con consecuencias igualmente traumáticas. Y su lugar en la nueva sociedad política argentina puso en juego formas de ordenación, clasificación y denominación construidas bajo diversas epistemologías historiográficas y sociológicas en Occidente. En suma, un proceso dinámico, donde la posibilidad de conocimiento de las realidades sudamericanas (o rioplatenses) se entrelazaba con representaciones (meta narraciones) y prejuicios. Y estas lecturas estuvieron y están inmersas en ‘la lucha política’, como lo ha explicitado Pierre Bourdieu, que suele implicar una disputa por la clasificación y los esquemas de clasificación del mundo social. Aquí indagaremos sobre los marcos epistemológicos e historiográficos que abordan el “Peronismo” como categoría histórico-política explicativa de gran parte de los fenómenos históricos argentinos de mediados del siglo XX y lo que va del XXI; e indagaremos sobre las interpretaciones más conocidas en el ámbito académico, a saber: la de Juan Carlos Portantiero y Miguel Murmis (portantierana), la de Gino Germani (germaniana), la de Daniel James (jamesniana), y la de Ernesto Laclau (laclaudiana). Las cuatro interpretaciones corresponden a autores que se “especializan” en un periodo específico, y no in totum. Luego,y a fin de proponer un resumen de la cuestión de la “cosa” peroniana y, de su “episteme”, usaremos a los investigadores mencionados para visualizar el cómo construyen la descripción de eventos, acon- 143 Epac_2019.indb 143 30/10/2019 04:13:42 p.m. Ediciones AMP tecimientos y rupturas históricas como marcos de observación del peronismo. Entonces la interrogación que acomete es: ¿cómo acercarnos a historiar el “peronismo” después de que James, quien lleva años estudiando el fenómeno, nos advierta en 2012 que el aumento de las voces académicas no necesariamente lleva claridad sobre lo que estamos hablando?71 Además, ¿cómo llevar claridad sobre el “peronismo”, a partir de las mismas dudas de autores que dedicaron la mayor parte de su trayectoria académica a historiar y enunciar en sus narrativas al “peronismo” cómo fenómeno? En suma, se trata de un tema que engloba un número importante de actores, a saber: historiadores, sociólogos y economistas que acumulan una extensísima bibliografía72. Entonces, el fenómeno ha sido estudiadoen varias oportunidades; por ende, es menor lo que se pueda aportar, si no se lo engloba en una hipótesis de partida. Así, lo que sí se propone es descentrar el abordaje del fenómeno peroniano, en clave explicativa y no ontológica, entendiendo que estamos frente a una propuesta teórico-metodológica para la comprensión del fenómeno peronista. Y ese abordaje hipotético es el siguiente: en los últimos tres cuartos del Siglo XX y principios del Siglo XXI, hubo nueve “ideal typus” sobre el fenómeno de marras, motorizados por clases, personas o coyunturas que construyeron hegemonía73 sobre/en la so- 71 Literalmente “debo confesar que me asalta la sospecha de que la gran multiplicación de voces académicas [sobre el peronismo] no ha producido necesariamente niveles crecientes de comprensión entre los hablantes.”, en D. James “El peronismo y el rol del investigador”, UNJu.(James, 2012:132) 72 Véase por ejemplo, “La Red de Estudios sobre el Peronismo” la cual reúne a especialistas en la investigación sobre el peronismo, provenientes de diversas instituciones universitarias y archivos, www.redesperonismo. org- 144 73 Aquí ‘hegemonía’ es más que una categoría histórica útil y básica de la teoría política clásica: define el terreno en el que una relación política está realmente constituida (Laclau, 2000:57). Epac_2019.indb 144 30/10/2019 04:13:42 p.m. Jacobinos sin revolución ciedad civil y el estado74. Y de esos nueve “tipos ideales”, tres se desarrollan con Perón como partícipe y, sostenidos en su liderazgo, el aparato estatal y el apoyo de la sociedad civil. En el primer modelo y que como veremos es el segundo tipo ideal, hay hegemonía de los sindicatos, en el segundo aparece la figura de Eva Duarte y en el tercero las fuerzas paramilitares de derecha. Ahora bien, la caída del gobierno constitucional de Juan Domingo Perón en 1955 servirá como punto de partida para estudiar el desplazamiento de un sector de militantes hacia el peronismo en el marco de una renovada cultura política, que incluyó conceptos tomados del léxico de las izquierdas, como: “socialismo”, “vanguardia” y “lucha armada”, que coadyuvaron a crear una subcultura de la izquierda peronista, cobijada en el camporismo-montonerismo (1967-1973). Esa vertiente es el resultado de una tradición de resistencia inmediata a una cultura política autoritaria en sus diversas variantes dictatoriales que conlleva una pérdida de derechos laborales y políticos, que solo puede ser revertido a fuerza de las armas (o en sus términos “de los fierros”). Luego, fallecido el líder y abandonada la “tercera posición”, Isabel Martinez de Perón que encara un nuevo tipo ideal, ya definido como sostén del modo de producción capitalista y de la innovación de las técnicas y las políticas de contrainsurgencia, no solo combate la insurgencia peronista autodenominada “auténtica”, sino que se las incentiva como tándem funcional para fortalecer la inserción del isabelismo75 en las clases dominantes, estremecidas 74 A lo largo del texto se ocupará la palabra “Estado” con mayúscula cuando se hagan referencias relativas al Estado nacional o al Estado como categoría analítica. En el caso de los estados federales provinciales se utilizará, en cambio, la palabra “estado”. 75 A lo largo del texto se ocupará la palabra “isabelismo” al gobierno de Maria Isabel Martinez de Perón, “Cafierismo” al periodo del llamado “Renovación Peronista” llevada adelante por Antonio Cafiero (1922-2015) en los ochenta del siglo pasado, “Menemismo” con respecto al gobierno de Carlos Saúl Menem, al “Kichnerismo-cristinista” al periodo de gobierno de los ex presidentes NestorKichner (1950-2010) y Cristina Fernandez.etc. 145 Epac_2019.indb 145 30/10/2019 04:13:42 p.m. Ediciones AMP por la puesta en discusión de la propiedad privada de los medios de producción y la guerra fría. A posteriori del terrorismo de Estado y luego de la derrota electoral de 1983, en 1987 se postula al cafierismo como un tentativa de modernización de la acción política, a través del partido político justicialista; después con el triunfo electoral de 1989: el menemismo como expresión del conservadurismo que retornará a la lealtad y la unidad detrás del líder y uso del sentido común; y en el Siglo XXI: el kirchnerismo-cristinismo, como intento de restablecer las reglas del capitalismo serio, distributivo y subordinado a la transferencia de recursos fiscales del agro al mercado interno, concluyen la cronología nuestro campo de observación. La revolución como construcción imaginaria emancipatoria Una de las características más complejas del proceso de instauración del peronismo, fue su acceso al poder democráticamente con el 52% de los votos en las elecciones de Febrero de 1946. El sujeto político que centraliza este proceso es un Coronel que reviste como profesor de historia militar, pero que se destaca en el grupo de conspiradores masónicos llamado GOU (Grupo de oficiales Unidos) quienes se proponen: eliminar la corrupción y el “fraude patriótico” de la década infame (1930-1940), teniendo como telón de fondo el fin de la Segunda Guerra. Al respecto, enuncia el Coronel Juan Domingo Perón en la campaña de 1946: “En la mente de quienes concibieron y gestaron la Revolución del 4 de Junio estaba fija la idea de la redención social de nuestra patria. Este movimiento inicial no fue una ´militarada’ más, no fue un ‘golpe cuartelero’ más, como algunos se complacen en repetir; fue una chispa que el 17 de Octubre encendió la hoguera en la que han de crepitar hasta consumirse los restos del feudalismo que aun 146 Epac_2019.indb 146 30/10/2019 04:13:42 p.m. Jacobinos sin revolución asoma por tierra americana.” 76 En ese sentido, y siguiendo a Horacio González, hay una conceptualización totalitaria de la revolución que suma a los obreros, el ejército y los campesinos para que enciendan la “chispa” de la insurrección. De esta idea se deriva una visión cuasi-leninista de revolución que posteriormente, adoptará el maoísmo y el guevarismo en el continente americano, pero que tendrá correlatos mundiales como: el kemalismo turco y el nasserismo arábigo. Ahora bien, aunque el Siglo XXI se le niegue una ubicación como sujeto ontológicamente privilegiado, ese actor por antonomasia es el ejército. Al igual que lo fue el ejército rojo, quién junto a obreros y campesinos, hubieron actuado en favor del “interés nacional” según el análisis gonzaliano. Entonces, en el pensamiento de Perón, una revolución se hace porque estuvo “pensada”, puesto que no hay revolución sin plan revolucionario. Al respecto dice: “una revolución la realiza un ideólogo y cien mil propagadores o predicadores”. En ese sentido, él se sitúa en el rol de ideólogo, por cuanto cuando relata que el GOU lo cita y, le dice “Hemos escuchado sus ideas… nosotros vamos a tomar el gobierno y usted va a realizar cuanto nos ha dicho de la revolución social”. Y concluye así: “había pasado de ser ideólogo a ser realizador”, y había que: “preparar el plan desde el gobierno”, porque “…hacer una revolución desde la oposición no es lo mismo que hacerla desde el gobierno”77. Por otro lado, esta selección arbitraria de frases de Perón como sujeto político, tiene por objeto postular 76 Juan Domingo Perón, “Discurso del Coronel Juan D. Perón en oportunidad de lanzar su candidatura el 12 de febrero de 1946”. 77 A mediados de 1971, Fernando Solanas y Octavio Getino realizaron para el grupo Cine Liberación un largo reportaje a Juan Perón. La película, llamada “la Revolución Justicialista” incluye fragmentos musicales y fotomontaje en las primeras secuencias. En ella el militar exiliado evoca la doctrina y la práctica de la revolución. Este material fue exhibido, legal o clandestinamente, en sindicatos, reuniones de militantes, agrupaciones estudiantiles. 147 Epac_2019.indb 147 30/10/2019 04:13:42 p.m. Ediciones AMP su idea de una revolución burguesa con una fuerte redistribución del ingreso nacional en favor del proletariado argentino y al industrialización metalmecánica, enmarcada en los planes quinquenales y nacionalización de los servicios públicos y transportes. Para Perón, inaugurador de la lógica opositiva, los enemigos de la patria son los grandes enemigos del pueblo, puesto que todas las revoluciones en la historia mundial han sido hechas por hombres que asumen las luchas de su pueblo contra la oligarquía y los imperialismos dominantes. El punto a rediscutir es el uso del concepto revolución por parte del populismo anticapitalista del último tercio del siglo XX, porque también el menemismo, como séptimo peronismo, usó el concepto de “revolución productiva” para hacer exactamentelo contrario del segundo y tercer peronismos. Por último, discursivamente y ya en un nuevo siglo el abandono del concepto de revolución se da con el kirchnerismo que adopta la noción laclaudiana de “emancipación popular”. Hipótesis En efecto, la hipótesis que se esboza en este artículo será la siguiente: el «peronismo» es inteligible a través de nueve nudos explicativos de “larga duración”, que se corresponden con nueve correlaciones de fuerzas hegemónicas al interior de las organizaciones políticas que componen el “movimiento”, y estos ‘nudos’ son: 1. 2. 49) El pinedismo proto-peronista (1933-1943); el laborismo bonapartista llamado “justicialista” (1943- 3. el evitismo(1950-55); 4. el camporismo-montonerismo(1967-1973); 5. el segundo peronismo(1973-74); 6. el isabelismo(1974-76); 148 Epac_2019.indb 148 30/10/2019 04:13:43 p.m. Jacobinos sin revolución 7. el cafierismo(1987-89); 8. el menemismo (1990-1999);y el 9. el kichnerismo-cristinismo (2003-2015). Eric Hobsbawm plantea que la mayoría de la población, léase: jóvenes y adultos, hombres y mujeres en el final del Siglo XX crecen en una suerte de presente permanente, es decir, sin relación orgánica alguna con el pasado (Hobsbawn, 1983). Así, la posmodernidad genera una a-historicidad de los logros del welfare state local y, la escuela neoliberal los piensa como un incremento de la presencia del Estado. En este sentido es destacable la idea populista y también neoliberal de hacer del Estado un deus ex machina. Los estudios sobre el peronismo del presente siglo no ayudan a contextualizar el pasaje a la modernidad expresada por Gino Germani cuando mesura los cambios sociales de mediados del Siglo XX. Esto es, el pasaje de una sociedad rural y tradicional a una sociedad industrial y urbana, que a la luz de los análisis empíricos y estadísticos, se sitúan -como lo sugiere James- en una explicación del peronismo en su materialidad básica primitiva78:“el consenso acerca de los avances económicos y sociales del primer peronismo en beneficio e identidad de la clase obrera”79. Entonces, las gran78 “Sospecho que si nos impulsaran a explicar qué queremos decir por identidad ‘peronista’, la mayor parte de nosotros (historiadores que escribimos sobre el peronismo) propondríamos una explicación fundada en referencias a una especie de escena primordial basada en los avances sociales y económicos del primer peronismo, una suerte de explicación materialista primitiva”(James, 2012:146) 79 Daniel James retoma el análisis de la clase obrera en base al articulación entre esta y el estado de bienestar, véase a Thompson, Edward Palmer, La miseria de la teoría, Crítica, Barcelona, 1981, p.19. Ya en otra obra angular el autor refiere a esta concepción de experiencia pensada en articulación con el concepto de clase, como resultado de las relaciones tejidas históricamente cuando “algunos hombres, de resultas de sus experiencias comunes (heredadas o compartidas) sienten y articulan la identidad de sus intereses a la vez comunes a ellos mismos y frente a otros hombres cuyos 149 Epac_2019.indb 149 30/10/2019 04:13:43 p.m. Ediciones AMP des masas de habitantes rurales inundan los grandes centros urbanos y adhieren al líder, como el «hecho peronista»80 Por otro lado, para estudiar el peronismo, este: ¿puede ser cortado a fetas? 81 En rigor, son pocos los temas de la historia argentina del siglo XX que hayan suscitado tantos “estados de la cuestión”, como lo ha hecho el peronismo. Sobre todo el denominado “primer” peronismo (1945-55)”. Así, como dice Omar Acha, un estado de la cuestión es, a pesar de la objetividad intereses son distintos (y habitualmente opuestos) a los suyos”, en Thompson, Edward Palmer, La formación de la clase obrera en Inglaterra, Crítica, Barcelona,1989, p. XIV. En el mismo sentido, es significativo que tanto el abordaje culturista-laborista de James como el estructural-funcionalista de Germani anidan el resaltar las relaciones de producción y fuerzas productivas como estructurantes y explicativas. 80 “El éxito o el fracaso del intento de unir al país depende, en buena medida, de cómo se interprete el hecho peronista”, eran las palabras de Mario Amadeo (1956: 91) que resulta interesante no solo por ser la primer referencia de la noción intelectual de hechura peroniana sino su clarividencia al publicarlo a solo siete meses del levantamiento que había puesto fin al gobierno de Perón y a cinco del golpe de palacio que desplazó a los nacionalistas -entre ellos al propio Mario Amadeo- del elenco gobernante del nuevo orden. 150 81 “Le Goff, un connotado intelectual de la Escuela de los Anales especializado en historia del pensamiento medieval, publicó su libro póstumo titulado ¿Es realmente necesario la Historia en rebanadas? (Éditions du Seuil) en donde ensaya replanteos sobre el problema de la periodización y la forma de comprender el pasado. Traído a nuestro tema, el Peronismo, pareciera no ser ajeno a aquel planteo. Pareciera que hay que fraccionar el peronismo, para ‘digerirlo’ mejor. ¿Es peronismo solo cuando el gran líder vivió? Lo cual, acomodado en la academia, se entiende como el periodo argentino de 1945-1955 (algunos ven en él el 1° y el 2°) y el tercer (1972-1973) e inmediatamente se sumergen en periodizaciones indeseables. Como si peronismo no fuera el sujeto que encaró el isabelismo, antes el evitismo, el camporismo y el montonerismo, luego el cafierismo, el menemismo, el nestorismo y el cristianismo y via dicendo. A todos ellos le introducimos la complejidad de lo jurisdiccional o como les gusta llamar a estos actores mismos: lo territorial porque el peronismo es el dominio del territorio (del territorio de las necesidades, dirán los anti-populistas, de “lo federal”, dicen los pragmáticos-localistas). Epac_2019.indb 150 30/10/2019 04:13:43 p.m. Jacobinos sin revolución constatativa que su nombre sugiere [es] una operación performativa. Ahora bien, descripto el gobierno de Perón en sus dos mandatos iniciales, la problematización aparece con fuerza en el cuarto peronismo, dado en llamar: “camporismo-montonerismo” donde, en apariencia desaparece el nexo explicativo y organizador, que se complejiza con el retorno al gobierno de Juan Perón (1973-1974) y que torna evanescente al consenso intelectual para una explicación lineal de fenómeno. Y a la aparición de este peronismo denominado “de la resistencia”, se adhiere el mote de “montonerismo”, que surge de lo que el mundo académico ha denominado “organizaciones político militares” (Manghiatini, 2015, p.81) surgidas para hacer frente a la cultura autoritaria militarista y golpista y pugnar por la revolución socialista, y via dicendo. Y luego, en democracia, la derrota del “cafierismo” como el arribo del “menemismo”, no han sido explicados por el impulso del populismo emancipador como epistemológicamente construye Laclau (Laclau 2005, Baglieri 2011). In fine, el “kirchnerismo” es interpretado, como modelo redistributivo concurrente con una tentativa de reindustrialización y el auge del precio de las materias primas al igual que en el periodo del proto-peronismo pinedista que se ubica entre 1933 y 1943; como así también con la ampliación de derechos universales, y algunos aspectos negativos a saber: la corrupción de la obra pública y el liderazgo autoritario. Con respecto al armado conceptual de Gino Germani, del peronismo en clave transitiva desde una sociedad tradicional a una formación social moderna, César Tcach la desarticula académicamente, y presenta el análisis del “peronismo periférico”, evidenciando algunos rasgos comunes, como ser: permanencia de actores tradicionales, la centralización de las decisiones y el escaso pluralismo político, constituyendo un aporte novedoso y fundamental en el mapa interpretativo del peronismo82. Además, el hilo invisible que conecta los ciclos 82 Macor, Darío y Tcach, César (eds.) La invención del peronismo en el interior del país, edit. UNL, Santa Fe, 2003. 151 Epac_2019.indb 151 30/10/2019 04:13:43 p.m. Ediciones AMP o nudos del peronismo propuestos, adquiere dimensiones como: la composición de clase, el tipo de liderazgo, el funcionamiento del partido, la composición sindical y el discurso/ semántica política. No obstante, hay escasos análisis comparativos de estos “ciclos” que nosotros llamamos, siguiendo a Max Weber83 como ideal typus. Y con relación al peronismo y su ausencia de comparabilidad, Melon Pirro y Quiroga (2014) escriben: “Los estudios sobre el peronismo, con algunas excepciones han considerado períodos discretos en la historia de ese movimiento. Las comparaciones, al cuidado de análisis de cambios y continuidades entre un ciclo y otro, son más bien escasas entre el primer peronismo, el peronismo de la resistencia, el de los setenta, los ochenta, el menemismo y el kirchnerismo. Sin embargo, existen interrogantes comunes sobre sus formas de organización política (...)84.” La idea de estos autores es explorar algunos de interrogantes para ensayar, no una historia de larga duración, sino una compilación de preguntas duraderas acerca de las prácticas políticas en el peronismo. En definitiva, qué es lo perdurable de las 83 Según Max Weber, el uso de estos conceptos es peculiar de las ciencias humanas frente a las ciencias naturales. El científico social no debe proceder como en las ciencias naturales; a saber, intentando sistemáticamente subsumir enunciados de observación bajo leyes generales, cuyo descubrimiento sería la finalidad de la ciencia, sino que debe dar explicaciones de eventos particulares a través de hipótesis que refieran a la relación causal entre estos eventos y otros eventos particulares, porque es en el fenómeno particular en su singularidad, el evento-particular y no el eventotipo, en lo que está interesado el científico social; es decir, su objetivo no es establecer leyes generales y entonces subsumir el fenómeno que se va a explicar el caso particular, sino explicar el fenómeno qua particular. Véase la discusión en “El carácter de los tipos ideales weberianos y su relación con las ciencias naturales”, por Xavier De Donato, en Diánoia, volumen LII, número 59 (noviembre 2007): pp. 151–177.http://www.scielo.org.mx/ pdf/dianoia/v52n59/v52n59a7.pdf 152 84 Melon Pirro y Quiroga, 2014, p.11. Epac_2019.indb 152 30/10/2019 04:13:44 p.m. Jacobinos sin revolución prácticas políticas, convencionalmente llamadas peronistas. Y con Germani se llega al concepto de masas, al que se objeta desde una revisión historiográfica de la relación líder-masas que, al “mirar” el desarrollo en la multiplicidad de jurisdicciones -heterogeneidad social, étnica y espacial- lleva a una primera conclusión: no es que Perón quién decidía todo –esto es una representación de la llamada agencia cero entre el ‘conductor’ y el ‘movimiento’- porque el estudio pormenorizado de las segundas líneas de las élites peronistas provinciales nos obligó a desarrollar un arco analítico local para ubicar el sustento del poder político en jurisdicciones específicas que contribuían a crear hegemonía y, pusieron en duda los términos (nacionales) de bonapartismo, carisma o clientelismo como series conceptuales estructuradas nacionalmente. Ahora, su perspectiva teleológica explicativa, en última instancia, se presenta débil empíricamente; puesto que el enfoque discursivo de la política de Laclau, nos permite repensar el marxismo y su concepción de las relaciones sociales basada en una la estructura socio-económica que las subyace y que explica la totalidad del devenir histórico. Por ende, se buscan los significantes flotantes en los nodos explicativos porque el análisis laclaudiano es incómodo para encontrar ejemplos históricos85. Veamos pues un somero listado de los ideal typus en “construcción”. 85 De nuevo James “El propio Laclau no ha hecho mucho para hacerse querer por los historiadores del peronismo. Su obra, aun en su encarnación original en Política e ideología en la teoría marxista, tenía escaso interés para el análisis histórico detallado o los estudios de casos específicos. Si mencionaba ejemplos concretos de la historia argentina, lo hacía para brindar una explicación más pormenorizada de Yrigoyen y el radicalismo que del surgimiento del peronismo a mediados de los años 40. Esta actitud ha persistido” (James, 2012, 144). 153 Epac_2019.indb 153 30/10/2019 04:13:44 p.m. Ediciones AMP I.El pinedismo proto-peronista A fines de la década de los ’60 en la academia argentina con una fuerte represión ideológica, se debatía sobre la naturaleza de las transformaciones públicas y políticas que había dado el peronismo. Al respecto, Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero no se dejaron encandilar por la propaganda a favor o en contra del General y, para estudiar el fenómeno se situaron en la denominado década infame. Allí verificaron e identificaron que, en la Argentina posterior a la crisis de 1929, hubo una alianza de clases entre: los capitalistas industrialistas, los ganaderos criadores y los sindicatos obreristas tendiente a crear las bases para consolidar una zona industrial, urbana, moderna, llena de afiliaciones sindicales, logros salariales y convenciones colectivas. Estos actores colectivos entraron en disputa con la Sociedad Rural Argentina. Entonces, la lucha obrera tocaba el cielo por asalto con la toma de la empresa agroexportadora por excelencia: el frigorífico. O con la paralización por huelga de las líneas ferroviarias y portuarias que obligaban a las empresas exportadoras a compartir sus dividendos bajo forma de salarios sectorizados. Así los hechos históricos, la pregunta que surge es: ¿quiénes son los actores para Murmis y Portantiero? Y la respuesta es: la Sociedad Rural Argentina, los sectores burgueses y obreros industriales textiles, del rubro bebidas, alimentos y metalúrgicas (metalmecánica y artesanal). El Plan Pinedo estaba en marcha con: la compra de cosechas por parte del Estado para mantener el precio y la construcción de obras públicas para multiplicar las actividades económicas e incentivaban la industria; no obstante, las diferencias entre las clases dominantes, y entre éstos y los sindicatos configuran un escenario inaudito. Aparece allí el papel del Estado como mediador entre los intereses de clase. Otras de las interpretaciones que sugerimos en la Cátedra es la de Robert Potash86, 154 86 Por razones de espacio no nos explayaremos sobre la meritoria tesis del historiador R. Potash, TheArmy and Politics in Argentina.Stanfort Uni- Epac_2019.indb 154 30/10/2019 04:13:44 p.m. Jacobinos sin revolución quien explica la época incorporando al ejército como fuerza política (y ya no solo como instituto) y, la visión posmoderna de Patrik Dove, donde hay modernidad y conciencia social de clase generada por los “trabajadores” en los “lugares” de trabajo. A modo de ejemplo, Dove (2011) sintetiza: “Let me begin this outline by identifying a key social conflict that sets the stage for populism in 1940s Argentina. While Argentina entered the 20th century with a thriving agroindustrial economy that ranked among the ten largest in the world, the country’s elite was slow in extending political rights to marginalized groups, including a growing number of industrial workers. Universal male suffrage was granted in 1912, but after two election cycles the representative political mechanisms were interrupted by a military coup in 1930 followed by a series of authoritarian regimes. The period from 1930-43, which became known as “the Decade of Infamy,” saw widespread corruption, the outlawing of opposition political parties, and the erosion of what little legal protection had been won for workers in the workplace”87. Lo destacable del abordaje de Dove es que ubica, en un proceso acontecimental previo a la llegada de Perón a la presidencia, al lugar-espacio de trabajo (con sus convenciones colectivas, protecciones legales, identidad sindical) como el ámbito natural desde donde se denuncia a una cultura autoritaria que pretende cercenar derechos laborales. versity Press, 1969. 87 Dove, P.; “Political Philosophy: On the (non)ground of the political”, Indiana University 2011. 155 Epac_2019.indb 155 30/10/2019 04:13:44 p.m. Ediciones AMP II. El laborismo bonapartista o «justicialismo» (1943-1950) -Hablen tranquilos. ¿Cuál es el problema? Hablá vos Tedesco. El Coronel lo va a entender mejor. -Bueno… -¿Usted es Tedesco? Hijo de italianos ¿No? -Si, Coronel. -Ya me parecía. ¿Qué pasa Tedesco? -Muy sencillo, Coronel Perón: mucho laburo y poca guita. -Eso está claro. ¿Dónde? -Trabajamos de noche en… Nos pagan tres (3) pesos con treinta cada noche. -¡Qué barbaridad! Enseguida lo arreglamos. Haré llamar a los dueños de la fábrica para que se haga un convenio de parte con ustedes. ¿Cuánto quieren ganar? -Nos tiramos a 3 pesos con treinta y tres pero lo justo sería 3,50 por noche. -Todo va a andar bien. No puede ser que todavía se explote así a los trabajadores. -Gracias Coronel. -Tedesco usted quédese. Los demás pueden irse y tengan confianza… 156 Epac_2019.indb 156 [Diálogo entre Mariano Tedesco, fundador de la Asociación Obrera Textil (AOT) 30/10/2019 04:13:44 p.m. Jacobinos sin revolución y el Secretario de Previsión Juan Perón, en Daniel James, Resistance and Integration. 1988, Cambridge University Press, p.45] Daniel James nos trae este diálogo para introducir una visión humana y de escala individual de los complejos procesos de mediación y conflicto en la modernidad argentina de mediados del siglo pasado; sin embargo, este periodo 1943-1950 se puede entender mejor, a través del trabajo de Gino Germani publicado y, entendido como una saludable y académica polémica con Portantiero y Murmis. Así, -según Germani- el peronismo en su pasaje de una sociedad tradicional y rural a una sociedad moderna y urbana ha introducido a la Argentina en la modernidad occidental. De hecho, Germani afianza esta idea con un complejo y detallado dispositivo estadístico para explicar el periodo. Así demuestra el desarrollo de un fuerte proceso de industrialización junto a una masiva migración interna que trajo aparejada una sociedad rioplatense integrada por nuevos ciudadanos a los cuales el régimen acompaña, imitando a cualquier estado de bienestar mundial, en sus conquistas laborales y sociales. En este sentido, la parte más polémica en la obra de Germani, es la distinción que realiza entre “viejos” y “nuevos” militantes sindicales. Los primeros responderán a una tradición sindical socialista, mientras que los segundos adoptaran una visión laborista dependiente del liderazgo, al que se denomina heteronomía, es decir, la pérdida de autonomía de las masas (Germani, 1969,1974). No obstante, el “nociolo” de la investigación germaniana, su excelente trabajo estadístico sobre la base del Censo de 1947, tendiente a desentrañar las “masas” peronistas, es decir, la composición de la clase social que apoya al peronismo, sigue siendo invalorado. Por otro lado, al analizar las migraciones recientes se pone en evidencia que, entre 1935 y 1946, migraron unos cuatrocientos mil argentinos, sin embargo, entre 1947 y 1949, lo hicieron un millón y medio de personas; y de estos 157 Epac_2019.indb 157 30/10/2019 04:13:44 p.m. Ediciones AMP migrantes el 50% tiene menos de cinco años de residencia y el 63% proviene de migración interna. Además estos obreros, de origen rural y de una sociedad tradicional, se insertaron en una estructura económica que no solo cambia cualitativa y cuantitativamente: la PEA (Población Económicamente Activa) sino también el PBI (Producto Bruto Interno). Al respecto, Germani lo ejemplifica, en lo que se denomina estructura administrativa estatal educativa, y es la burocratización del servicio educativo como característica de la sociedad moderna y, como signo de una gradual modificación de la composición de las clases bajas, por movilidad social y por integración efectiva a lo que hoy se llama: el sentido de pertenencia. Así las cuestiones, en el campo académico, uno de los principales debates sobre el populismo es: la disputa por su definición. Con relación al particular, Germani identifica algunas características centrales: “As a form of governance, discourse, and political representation, populism posits and fosters division between ‘the people’ and ‘the oligarchy’”. Es decir, Germani postula una lucha entre el bien (el pueblo) y el mal (el anti-pueblo), y la relación directa entre el líder y sus seguidores por sobre las mediaciones institucionales. En Siglo XXI, y aún con tensiones con instituciones de la democracia liberal y los agentes del mercado, los gobiernos llamados populistas han obtenido buenos resultados en cuanto a la reducción de la pobreza y la desigualdad en la región marcada por inequidades históricas y estructurales. Además, y por afuera de la materialidad básica —que une a liberales y marxistas en su análisis de la economía de base privada como generadora de riquezas y en las variantes para distribuirla de tipo populista— hay nuevas epistemes interpretativas tan sugerentes como posmodernas. Una de ellas es la relación entre el peronismo y la estética que el mismo plantea como universo simbólico popular e identitario que otorgan valencia simbólica a las construcciones imaginarias. Al respecto, D. James ( nos ilustra: 158 Epac_2019.indb 158 30/10/2019 04:13:45 p.m. Jacobinos sin revolución “(…) como los nuevos enfoques entre Peronismo y estética pugnado por Patrick Dove, que enseña literatura latinoamericana en la Universidad de Indiana. En un trabajo reciente (Dove, 2011), él se concentra en dos momentos de los sucesos del 17 de octubre. Ambos están representados por textos culturales. El primero se centra en la famosa escena representada por la hoy icónica imagen de ‘Las patas en la fuente’. Sobre la base del análisis que hace Jacques Rancière de la política y la estética (y su crucial interrelación), Dove interpreta la imagen en términos de las categorías de desacuerdo, política y policía, de importancia crucial en el filósofo francés. En un sentido fundamental, para Dove la imagen representa la irrupción de la política propiamente dicha, la aparición de la ‘parte que no tiene parte” que trastorna la distribución dominante de lo sensible, el cálculo social hegemónico que hasta entonces sostenía la sociedad argentina”. Afiche de la Secretaria de Trabajo, s.f. Fuente: Archivo General de la Nación. 159 Epac_2019.indb 159 30/10/2019 04:13:45 p.m. Ediciones AMP III. El evitismo Los estudios de Marysa Navarro88 son descriptivos de lo dado en llamar el tercer peronismo. En este orden, el ingreso de la mujer a la vida política argentina ha sido el significante ineludible y la investidura afectiva radical de este peronismo. En este sentido, es significativo como la demanda particular de democratización expresada en la apertura al voto femenino son canalizadas como una reivindicación propia de la figura de la primera dama, quien sin abandonar completamente su particularidad, comienza a funcionar también como un significante que representa a la cadena como una totalidad. Nuevos estudios episódicos muestran los límites de la acción social reparadora89 sin olvidar que este tipo de peronismo está inmerso en las mejoras sustantivas de indicadores sociales como el incremento de las tasas de alfabetización, la evolución de los índices de analfabetismo, tasa de mortalidad infantil, matriculación universitaria, número de camas hospitalarias, el incremento del salario real y la cobertura en salud, el salto de los número de afiliados del sistema previsional, etcétera. IV. El camporismo montonerista En términos hegelianos el cuarto peronismo puede ser entendido como el zeitgeist o espíritu de una época, que se sitúa desde la construcción de la resistencia, la guerrilla, y la exasperación del conflicto sindical entendido como armado, lucha política y configuración identitaria de las organizaciones político militares para confrontar con una cultura dictato88 Navarro, Marysa, “Evita” en Juan Carlos Torre (Dir) Nueva Historia Argentina Los años peronistas (1943-1945), Sudamericana, pp. 313-357. 160 89 Véase a Carolina Barry, “Mujeres en Tránsito”. En Barry, Carolina: Karina Ramacciotti y Adriana Valobra (compiladoras) La Fundación Eva Perón y las mujeres: entre la provocación y la inclusión. Buenos Aires, Biblos, 2008 Epac_2019.indb 160 30/10/2019 04:13:45 p.m. Jacobinos sin revolución rial encabezada por el ejército. Esta visión de ninguna manera pretende presentar al oponente como quietista o conservador, sino como una derecha proactiva que busca en forma continua forzar los mecanismos para trasladar la represión desde la legalidad constitucional, a un sofisticado mecanismo de inteligencia y muerte. Con relación al periodo definido como anticapitalista forjado en la resistencia y nostálgico de aquel primer peronismo, que se manifestó cuando un sector de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (en adelante CGT) empezó a negociar con los factores de poder, Daniel James sostiene que la IP (identidad peronista) irrumpe episódicamente: 1) en 1959-60 con la línea dura sindical dirigida por Andres Framini90, que rechazó el proyecto integracionista del frondizismo91; 2) en 1964-1965 para sumarse a las sesenta y dos (62) Organizaciones Peronistas de Pie Junto a Perón, y oponiéndose al proyecto vandorista92; 3) en 19681969, para formar la CGT de los Argentinos contra la claudicación del vandorismo frente al gobierno de Onganía. Fue en este período cuando con el apoyo de Perón a las “formaciones especiales” adquieren presencia dentro del movimiento, pero limitada a las iniciativas de Perón para apoyarse en los sectores opuestos al laborismo vandorista. Así este peronismo volvía a congregar a un pequeño número de agrupaciones y sindicatos a través de una serie de programas antiimperialistas como 90 Andrés Framini, (1914-2001), fue un dirigente sindical y político argentino. En 1962 fue elegido gobernador de la provincia de Buenos Aires pero presionado por los militares, el resultado fue desconocido por el Gobierno del Presidente Arturo Frondizi, quien a su vez resultó derrocado por un golpe militar pocos días después. Fue secretario general de la Asociación Obrera Textil entre 1951-1955 y 1959-1968. 91 Arturo Frondizi (1908-1995) fue un abogado, periodista, docente y político argentino, que fue elegido presidente de Argentina y gobernó entre el 1 de mayo de 1958 y el 29 de marzo de 1962. 92 Augusto Timoteo Vandor (1923-1969) fue dirigente sindical del gremio de los metalúrgicos. Epac_2019.indb 161 161 30/10/2019 04:13:45 p.m. Ediciones AMP Huerta Grande en 1962 o la Declaración de Tucumán en 1966. V. El “segundo” peronismo (1973-74); y el VI. Peronismo o “isabelismo” (1974-76) En este acápite se agrupan el quinto (V) peronismo, que transcurre entre la entrega del poder de Cámpora a Perón hasta su fallecimiento; y el sexto (VI) peronismo centrado en la figura de la riojana Isabel Martinez de Perón, y que por cuestiones de espacio se remite, in totum, al artículo de Maristella Svampa93. Este es tal vez uno de los nudos más débiles del esquema interpretativo aquí propuesto. El interrogante que acomete es ¿por qué dos nudos?, ¿acaso, no habría una relación de continuidad entre el presidente fallecido y su vicepresidente? En rigor, y aunque haya que seguir indagando, el populismo peronista es tensionado por el conflicto entre: la variante camporista y la versión isabelina con el evidente triunfo de la segunda sobre el primero. Esto se puede observar con la nueva alianza de clases que se materializa cuando José Ber Gelbard94 sale del Ministerio de Economía argentino y provoca una ruptura de la cadena de equivalencias que había sostenido las respuestas a las demandas organizadas. VII. El Cafierismo En 1984, y a una década del fallecimiento del líder ocurrido en 1974; el peronismo continúa generando interpretaciones contradictorias dentro de la filosofía política, la ciencia política y la historiografía. Por caso, algunas veces problematizan 93 Svampa, Maristella, “El populismo imposible y sus actores, 19731976” , en James, Daniel (Dir) Nueva Historia Argentina, Tomo 9, Sudamericana, Buenos Aires, 2003, pp.398-426. 162 94 José Ber Gelbard (1917-1977) fue un empresario y activista comunista de la Argentina que fue ministro de Economía durante la tercera presidencia de Juan Domingo Perón y Héctor Cámpora. Epac_2019.indb 162 30/10/2019 04:13:46 p.m. Jacobinos sin revolución sobre el cómo otros líderes nacionalesy populares o, simplemente populistas, al igual que Juan Perón (1895-1974), tales como el brasileño Getulio Vargas (1882-1954) o el mexicano Lázaro Cárdenas (1891-1970), no han pervivido políticamente a sus desapariciones físicas. En efecto, este peronismo post isabelino, denominado “cafierismo”, se define como una tentativa racional de organizarse como partido político moderno. Al respecto, el académico Carlos Altamirano describe este periodo trayendo palabras del entonces diputado cafierista, German Abdala: “Nosotros quisimos ser la conducción del verdadero peronismo, pero en esto hay que ser sinceros: hemos perdido. En las elecciones de 1991 quedó demostrado que el Partido Justicialista como estructura es la que gobierna el país, y el peronismo que intentamos expresar es ya solo un dato histórico”95. Entonces, los años de proscripción y la adultez del líder permitieron que el peronismo estuviera sustraído de las reglas de la competencia interna y, solo conociera una disputa sin reglas. Por ello, el cafierismo con el “Grupo de los Ocho” y la llamada “renovación peronista” intentaron, mediante el llamado a elecciones internas elegir candidatos desde una normalización democrático-partidaria. Pero como advierte Ernesto Laclau, los “significantes flotantes” en la construcción de la identidad popular una vez que la presencia de una frontera estable se da por sentada, aparece: el significante vacío, y los desplazamientos de esa frontera hacia “flotantes” se dan, en este caso, por la disputa contra-hegemónica; y aun forzando el análisis de la demanda insatisfecha, la cadena de demandas contra-hegemónicas será encabezada por un caudillo provinciano que, a priori, era la antítesis de condición misma de posibilidad de unificación. Entonces, la estructura representacional compleja per se, que es el peronismo, adquiere una nueva dimensión territorial 95 Altamirano, Carlos. Peronismo y cultura de izquierda, Buenos Aires, Siglo XXI, 2011, p.129. Epac_2019.indb 163 163 30/10/2019 04:13:46 p.m. Ediciones AMP o regional. Al respecto, es de destacar el trabajo editado por Macor y Tcach como resultado de diversos abordajes sobre este movimiento desde una perspectiva federal para alcanzar una interpretación que supere las fronteras de la Buenos Aires industrializada y repoblada por migrantes provenientes del interior. En rigor, el enigma peronista, como centro del trabajo inicial realizado por los editores, hace las veces de introducción y, comienza refiriendo la presunción de in-clasificación de la política argentina, extensiva al peronismo, que “habría sido un movimiento único, original, extraordinario, reacio a las clasificaciones y marcos teóricos de las ciencias sociales”. Ergo, a pesar de esa pretendida in-clasificación, y valiéndose del mito originario del peronismo, los autores evidenciarán su clara cercanía con una visión acrítica del populismo. Con relación al tópico escriben: “en términos elementales, un pueblo al que no se le reconocen clivajes de clase y un líder taumatúrgico que es portador de una promesa mítica”96. A posteriori, y fallecido el líder, aparecen un conjunto de caudillos provinciales, a saber: Carlos Saúl Menem en La Rioja; Jorge Obeid en Santa Fe; Adolfo Rodríguez Saá en San Luis; Néstor Carlos Kirchner en Santa Cruz, entre otros, que han desdibujado la unicidad de interpretaciones respecto al “primer” peronismo (1945-55), acaso en una suerte de disputa por la herencia simbólica e ideológica del enigma peroniano. Y para el pensador Horacio González, esto de los nueve peronismos no sería más que un alarde de imaginación, una especie de reedición sospechosa de ilustración rioplatense revestida de pensamiento posmoderno. En este sentido, los intelectuales forman una especie de cofradía quirúrgica en las postrimerías del campo de batalla tratando de juntar los cadáveres políticos (como metáfora médica). El pensamiento gonzaliano no avala la primitiva explicación materialista, por medio de cual: “los peronistas, son tal cosa porque recibieron o reciben algún beneficio a sus demandas”, ni otra explicación “despersonalizada” como pre164 96 Epac_2019.indb 164 Macor, p.5. 30/10/2019 04:13:46 p.m. Jacobinos sin revolución tende este artículo, sino que son otros autores y actores como: Juan Domingo Perón, John William Cooke, Cipriano Reyes y Rodolfo Walsh, a quienes, Horacio González ubica como sujetos «cruciales» en el ensayo “El peronismo fuera de las fuentes” (2007), quizá una especie de búsqueda de la catolicidad de la santísima trinidad por fuera de los concilios. En suma, en éste título González promete vertebrar las “peripecias” del nombre “peronismo” (es una palabra pero también una palabra evocadora de sentido) como secuencias de debates y debatientes, tales como: Antonio Cafiero, Carlos “Chacho” Álvarez, Carlos Saúl Menem, Fernando “Pino” Solanas, Néstor Carlos Kichner; porque el peronismo es eso: nombres públicos, o más gonzalianamente, personas públicas. Entonces, el populismo solo tiene sentido si hay nombres propios o personas físicas identificables. Por ello, el peronismo se referencia en imágenes, discursos, y símbolos de los herederos del líder. En la misma línea se puede arriesgar al fenómeno de marras como un constructo de sentido y pertenencia. VIII. El menemismo El arribo de Carlos Saúl Menem a la Casa Rosada como Presidente de la Nación se da en un contexto de creciente derechización del mundo. Como preludio a este octavo peronismo, en la década del ochenta Ronald Reagan llega a la Casa Blanca en EEUU; Margaret Thatcher al poder en Gran Bretaña y, el Papa Juan Pablo II (Karol Wojtyla) al Vaticano. Y en año 1989 se produce la caída del Muro de Berlín. Así, el menemismo como octavo peronismo se caracteriza por un fuerte liderazgo carismático, una desproletarización del peronismo y la internacionalización de las empresas en manos aún de la burguesía nacional. Los acontecimientos políticos de la época como el arribo al poder de los Bush, padre e hijo, adoptando la orientación neoconservadora y republicana del acontecimiento, han sido confundida por estos lares con el pragmatismo de 165 Epac_2019.indb 165 30/10/2019 04:13:46 p.m. Ediciones AMP la realpolitik. Entonces, a diferencia de la lógica opositiva, se postula un esquema de incorporación de lo potencialmente opositor para hacerlo eventuales beneficios en la asociación. Los casos de las negociaciones por Malvinas, la reforma del Sistema de Pensiones y la privatización de empresas estatales de servicios y transporte son los ejemplos elocuentes. Y ante la indiferencia generalizada de las organizaciones sindicales y sus afiliados, el menemismo privatiza las empresas públicas; y a cambio de aceptar las citadas privatizaciones, les ofrece participación porcentual en las futuras sociedades, haciendo a los líderes sindicales nacionales y provinciales socios capitalistas de las empresas, a pesar de los despidos masivos y los ajustes de preventa. Este análisis preliminar presupone un énfasis en la agencia humana y, una voluntad política en el devenir de los acontecimientos. De nuevo, en términos laclaudianos: Perón, Menem, Kirchner o Fernández de Kirchner, ¿eran quienes decidían todo? O él es el líder que, ante la imposibilidad popular de emancipar todas las demandas, enajena su acción que para el populismo es una mismidad coherente y unificada en la figura estable de significación llamada “líder” y “pueblo”. Por caso: el establecimiento de la convertibilidad o paridad cambiaria: un peso argentino convertible y equivale a un dólar estadounidense. Así, Menem establece a través de su Ministro de Economía de raigambre liberal, Domingo Felipe Cavallo un complejo intercambio de la base monetaria nacional a su equivalente monetario estadounidense como una medida tendiente a empoderar al sujeto común o, al pueblo ante las clásicas demandas de aumento de salarios y ataque a la inflación. Entonces, el populismo menemista construye en este ejemplo, la equivalencia de la moneda argentina con la moneda norteamericana, una ¿ficta? patrimonialización de todos los bienes e ingresos en moneda “durable” para todo el “pueblo” obrero, empresario, pequeño propietario, gran capitalista, cuyo escandaloso alcance aún es difícil de medir y de mixturar (como sistema estable de significación). Otro punto de 166 Epac_2019.indb 166 30/10/2019 04:13:46 p.m. Jacobinos sin revolución reflexión de este armado nodales: ¿cómo periodizar el octavo peronismo? Acaso, ¿cuándo Menem asume en la casa Rosada? ¿O es posible pensarlo antes de la asunción de la presidencia? En fin, lo menemista se puede historiar desde 1973 cuando ese abogado hijo de inmigrantes sirios, asume su primer mandato como Gobernador de La Rioja en San Antonio –la casa natal del histórico caudillo Juan Facundo Quiroga- y, con el telón de la bandera de Montoneros y las FAR -Fuerzas Armadas Revolucionarias-, y como dato histórico contradictorio se puede agregar el veto a la Ley de expropiación del latifundio Azzalini97. O bien, se puede hacer una cronología de vida pública de Menem hasta la privatización de ENTEL y Aerolíneas Argentinas, etc98. En nuestro caso, lo interesante es la proximidad y el localismo: nos une la riojanidad. Luego, se puede invocar a Jacques Ranciere para entender este tipo de peronismo. Al respecto, Ranciere ha sido utilizado por Dove (2011), James (2012), Laclau (2008) para explicar el populismo argentino entendido como política y estética. Por ende, si se aplica su episteme, no se está intentando “explicar” a Menem sino focalizando imágenes que representan símbolos identitarios, o instantes privilegiados como fragmentos y pasajes de una obra (artística) siempre en movimiento. Entonces, sin prolegómenos se llama aquí a dos fotografías; a saber: la primera, sin fecha ni lugar pero que dio a Carlos Menem al entonces periodista Gustavo Beliz en 1986 para su libro Argentina hacia el año 2000 (Beliz: 1986). Y la otra foto, la ubicamos en el libro de Carlos Menem (pero de dudosa autoría suya) titulado Universos de mi tiempo (Menem: 2009). Al respecto Carlos Menem dijo en Julio de 1985 en el IV Congreso de Federalismo Argentino: “El mundo español, vencido antes de poder evolucionar, fue la barbarie. El modelo 97 Mercado Reynoso, Adrián, El hereje. Angelelli, un obispo entre la construcción y la delación, Turmalina, Buenos Aires, 2013. 98 Verbitsky, Horacio, Robo para la corona, Planeta, Buenos Aires, 1992. Epac_2019.indb 167 167 30/10/2019 04:13:47 p.m. Ediciones AMP anglo-frances, adoptado por las jurisprudencias nativas, fue la civilización. La civilización engendró clases dominantes”99, rodeado de Fermín Chávez y de José María Rosa, dos exponentes historiadores y representantes del revisionismo argentino, Dicha literatura y narrativa histórica se estructuraba en una noción el colonialismo externo revertido en colonialismo interno y, culminaba en una estratificación social producida por el empobrecimiento de ese interior subordinado y expulsor de población. La desigualdad regional argentina ponía de manifiesto la dependencia, que se traducía en un a acentuación de las diferencias de clase: la oligarquía portuaria al servicio del imperialismo, y el “pueblo” único sujeto posible defensor de la soberanía. La segunda foto es de 16 años después. Con George Bush padre y Bush hijo jugando al golf en Houston, Texas, EEUU, después de haber participado en la Cumbre de Petróleo y Gas, también llamada de Energía. “En 1999, Menem y Bush padre se vieron dos veces, en Argentina y en los Estados Unidos. Foto del historiador José María Rosa, Carlos Menem y el historiador Fermín Chávez en el Congreso de Federalismo Argentino, Córdoba, 1985. Fuente: Beliz, 2000. 168 99 Gobierno de la Provincia de La Rioja, Mensajes, discursos y conferencias del gobernador de la Provincia de La Rioja Dr. Carlos Saúl Menem 1983-1987, Buenos Aires, Subsecretaria de Prensa y Difusión, 1987, p. 128. Epac_2019.indb 168 30/10/2019 04:13:47 p.m. Jacobinos sin revolución En ambas jugaron al golf. En el país norteamericano se sumó George Bush hijo, que había sido reelegido como gobernador de Texas y se encaminaba a ser candidato a presidente, cargo que conquistaría en 2001. La relación, como había dicho alguna vez Neil Bush, era sólida con toda la familia”100. Foto del gobernador George Bush (hijo), el presidente argentino Carlos Menem y el presidente de EE.UU., George Bush (padre) en Texas, EE.UU., 1999. Fuente: Menem (1999 192. IX El kichnerismo o cristinismo Cuando en el año 2000, en Londres se publicó un libro llamado Contingency, Hegemony, Universality, la autora Judith Butler101 ponía en duda que la existencia de sujetos pre-constituídos (políticos, sindicatos, partidos, estudiantes, etc) en las 100 Infobae, Buenos Aires, 01/12/2018, p. 9. Recogido en https:// www.infobae.com/politica/2018/12/01/golf-negocios-y-apoyo-internacional-las-relaciones-carnales-de-menem-y-george-h-w-bush/ 101 Butler, Judith, Ernesto Laclau y Zizek, Slavo. Contingency, Hegemony, Universality. Contemporary Dialogues on the Left, Verso, Londres, 2000. 169 Epac_2019.indb 169 30/10/2019 04:13:47 p.m. Ediciones AMP coyunturas contestatarias. Epistemológicamente se preguntaba si Lacan y la constitución de la intersubjetividad iba acompañada (era compatible) con la idea de Gramsci de hegemonía y contra-hegemonía. En definitiva, se estaba preguntando si la constitución de la subjetividad requiere de sujetos activos preconstituidos y de condiciones objetivas de estructuras opresivas. Así, Laclau será el anclaje teórico para disputar -porque la disputa es construcción- la renta agraria con los “oligarcas” o representantes del campo en la famosa disputa de la Resolución 125, de la estatización de empresas estatales y la defensa de una política de la memoria histórica reciente con el fortalecimiento de la política de derechos humanos. En una reinvención de una tradición, el pueblo, retornaba ahora como “sujeto” de una política “emancipadora” y soberanista. Por último, el noveno peronismo estaría emparentado con el kirchnerismo que, al igual que Menem, viene de una provincia marginal en la vida política nacional y no obstante, logra hegemonizar los significantes flotantes (elecciones republicanas y orden constitucional relativamente sólido) para perpetuarse más de una década al frente del ejecutivo. En suma, el pasaje identitario del cafierismo al menemismo no es de fácil identificación en lo que respecta a la lógica de las identidades colectivas. Lo propio acontece entre el menemismo y el kirchnerismo. En rigor, aún hay mucha tela que cortar respecto a la posición de éstos frente al gran capital. No se sabe de forma fehaciente que aconteció con la plusvalía cuando se dolarizó la economía, con la equiparación legal del peso frente al dólar estadounidense. Así, la moneda peso (con Menem), o las retenciones a la renta diferenciada del complejo agroexportador pampeano (con Kirchner). Entonces, como si la historia reciente obnubilara, lo que ocupa el centro de la escena es lo político subordinando las demás esferas del conocimiento. 170 Epac_2019.indb 170 30/10/2019 04:13:47 p.m. Jacobinos sin revolución X. Algunos comentarios finales Para finalizar se explicita que los nodos son explicativos y no episódicos; sin embargo el acontecimiento va acompañado de una lectura de la Rechtspraxisperoniana y del ejercicio del poder estatal. Y por regla, el populismo (aquí usado como sinónimo de peronismo) emerge de la particularidad y deviene con efectosuniversalizadores -en otras palabras construye- cuando ocupa la cúspide del Poder Ejecutivo Nacional -el Estado Nacional o Provincial-. Y situacionalmente, la década de gobierno efectivo del Estado argentino de Juan Perón (1945-1955/1973-74) se emparenta con la década de Menem (1989-1999) y con la década del kichnerismo (2002-2012), infravalorando la experiencias de estos dos últimos en la gestión provincial de La Rioja, y municipal y provincial de Santa Cruz. No sabríamos entonces si hay expertise o contingencia, o ambas cosas a la vez. O como dice González son solo personas adscriptas a un ideario peroniano.Y en términos de Laclau, podría decirse que estos últimos dos tipos ideales de peronismo, han llenado, cada uno en su década, el significante vacío en pos a emancipación popular, no sin ser ajenos a la polémica planteada por el pensamiento laclaudiano en el sentido que no existe en el populismo una racionalidad ontológicamente preconcebida, es decir, no tienen que hacer esto o aquello para ser populistas. Se puede enunciar que Perón, Menem y Kirchnersobre significa(n) el significante vacío qué, en palabras borgianas, estuvieron constituidas con un carácter escénico “hechas de necesidades y fábulas para el consumo de los patanes”102 . En otras palabras, estos líderes llevan adelante una construcción hegemónica -en sentido gramsciano- y una relación equivencial que no tienen que ver con ninguna racionalidad intrínseca (económica- político/institucional) que los sitúe por un afuera del peronismo y del modo de producción capitalista. Estos 102 Jorge Luis Borges: “L’illusioncomique”, en Sur, N° 237, Buenos Aires, noviembre-diciembre de 1955, pág. 9. Extraído de Macor, Darío y Tcach, César, La invención, p. 6. 171 Epac_2019.indb 171 30/10/2019 04:13:48 p.m. Ediciones AMP liderazgos no son únicos ni excluyentes a otros concurrentes como el de Héctor Cámpora, Isabel Martínez de Perón o Mario Firmenich, etc. En rigor, en la elaboración discursiva de la Razón populista son y serán casamatas defensivas identitarias de lo que la intersubjetividad denomina peronismo. Para decirlo con palabras de Laclau: “Nuestro intento no ha sido encontrar el verdadero referente del populismo, sino hacer lo opuesto: mostrar que el populismo no tiene ninguna unidad referencial porque no está atribuido a un fenómeno delimitable, sino a una lógica social cuyos efectos atraviesan una variedad de fenómenos. El populismo es, simplemente, un modo de construir lo político” 103 En definitiva, el planteamiento de “los nueve peronismos”, sitúa en la centralidad a lo político,entendido como poder público, en una alegoría de una historia cíclica como tirabuzón, para adentrarnos involuntariamente en las marismas del posmodernismo. Sin “clases sociales”, sin “derechas” ni “izquierdas”, el peronismo escapa, así, a la metáfora arbórea que tan bien describen los dispositivos organizacionales en donde hay aspectos centrales y otros complementarios aunque formen un todo. Y siguiendo con esta metáfora, en general, se considera que existe un conjunto de hitos troncales que conforman al peronismo, a saber: lo conforman: “17 de Octubre”, Eva Perón, los sindicatos, etc. Y del mismo se desprenden las ramas del árbol: “Montoneros”, “sueldo anual complementario”, “industrias Kaiser Argentina S.A.”, etc. En contraposición con esta idea, se propone con los “nueve peronismos”, otra perspectiva de análisis, que pone el foco en la estética y el poder inmerso en la lógica de acción colectiva. De este modo, puede concebirse al peronismo como una metáfora animal: “la manada de animales” que se desplazan por el bosque comiendo los frutos silvestres que encuentran a su paso. La metáfora animal sigue, y como eventuales científicos naturistas, no debiéramos inten172 103 Epac_2019.indb 172 Laclau, Ernesto, La razón populista, p.11 30/10/2019 04:13:48 p.m. Jacobinos sin revolución tar historizar, ni analizar su ADN, ni describir sus jerarquías, sino centrarse dialécticamente en su espíritu de grupo y en su lógica de acción colectiva. Bibliográficas Acha, Omar y Quiroga, Nicolás; El hecho maldito. Conversaciones para otra historia del peronismo, Prohistoria, Rosario, 2012. Acha, Omar; La normalización del primer peronismo en la historiografía argentina reciente, en Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el caribe, núm. 21, diciembre de 2009. Altamirano, Carlos; El peronismo verdadero, Punto de Vista, año XV, n° 43, agosto de 1992, reproducido en Carlos Altamirano Peronismo y cultura de izquierda, Buenos Aires, Siglo XXI, 2005, 127-145. Amadeo, Mario; Ayer, hoy y mañana, Gure, Buenos Aires, 1956. 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