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Meditaciones sobre el Kindle

Meditaciones sobre el Kindle El autor presenta sus reflexiones sobre los lectores de libro de Amazon (Kindle) y su utilización por alguien acostumbrado a los libros de papel. Después de unos dos años de estar pensando sobre el tema, sobre la incorporación a la nueva tecnolonía y sus efectos y aprovechando el regreso de un buen amigo desde España, me anime a solicitar un Kindle. No fue posible pedir el Kindle Fire (que no se vendía en julio en España) ni el nuevo Kindle Paperwhite (que salió en venta hasta fines de septiembre en Estados Unidos), debido a que el amigo regresaba en septiembre. El kindle solicitado (Kindle Touch Cuarta Generación), por la futura llegada del Kindle Fire a la península, 100 euros (mil quetzales, aproximadamente). Pero para iniciar en el uso de la tecnología, el Kindle Reader 4 es un buen inicio. La gran enciclopedia universal del ciberespacio (Wikipedia) lo define así Cfr. En http://es.wikipedia.org/wiki/Kindle [Consulta el 18 de octubre de 2012].: “Kindle /ˈkɪndl̩/ es un lector (e-reader) de libros electrónicos (e-books), un dispositivo portátil que permite comprar, almacenar y leer libros digitalizados, creado por la tienda virtual Amazon.com.” Kindle compite con éxito con otras versiones de libros electrónicos: Nook (la versión de Barnes & Noble), Papyre (que en Guatemala vende Sophos) y Sony Reader. Pero sus competidores más formidable son los tablets, en especial el famoso I-Pad de Apple y su competidos (y enemigo en tribunales), Samsung Galaxy… Lo que más se extraña en kindle es el peso: el peso del libro en las piernas cuando se lee en el sillón; el peso en el vientre cuando se lee en la cama o el peso en las manos cuando se lee en la mesa. El kindle es tremendamente ligero y fácil de manipular. También es fácil ir de una parte a otra del texto. Eso es lo que más se extraña cuando uno represa al mundo de los libros de papel… Una de los mejores aspectos es la facilidad para subrayar: se pasa el dedo sobre las líneas que se quiere conservar y ya está… además, es fácil ver, con sólo marcar la palabra, ver los significados de los términos nuevos. El mecanismo para poner notas y observaciones sobre los textos también es sencillo, y solo tiene como obstáculo la falta de motricidad fina personal para presionar las letras de la pantalla virtual… Por supuesto, el kindle pone fin a la posibilidad de compartir los libros con los amigos… el riesgo de dañar el aparato y perder todos los libros que se le han pedido a Amazon, lo hace imposible. Obviamente, el aparato está diseñado para convertir al propietario en cliente de Amazon. Se pueden pasar materiales cibernéticos de otras fuentes al kindle, pero comprar todo en Amazon es siempre mucho más sencillo… En el caso concreto de la compra de material, lo que uno se ahora con el kindle es el costo del franqueo postal. En los pedidos de libros en papel, era frecuente pagar quince o veinte dólares por el libro y veinticinco por el envío por correo de tres semanas (mucho mayor, si uno deseaba el libro en dos o tres días…) Hay interrogantes a futuro: ¿qué se hará con los libros que se han comprado con el Kindle actual cuando inevitablemente, en dos o tres años, se compre el modelo del año? ¿Cómo se pasaran los contenidos del aparato actual al del futuro? Y están, por supuesto, las consideraciones sobre la conveniencia de cambiar los libros de papel por aparatos condenados a la obsolescencia programada en poco tiempo, sobre los efectos de dejar la provisión de los libros en manos de una transnacional inmensa y poderosa como Amazon y sobre los efectos, a largo plazo, de la lectura electrónica. Pero en general, la compra del kindle valió la pena… y con un libro a medias y dos libros ya guardados y pendientes de leer, Amazon también puede estar satisfecha…